Reseña Don’t Breath. Hay pocos placeres en la vida comparables a saltar del susto en una sala de cine y lanzarle tus palomitas al de enfrente. Creo que el cine fue creado especialmente para las pelíículas de horror. No olvidemos que la primera cinta proyectada hizo que media sala saliera huyendo al ver un tren aproximarse. Y el 2016 ha sido un buen anñ o para el cine de horror. Lights Out, The Witch y Neon Demon demuestran que el genero sigue consiguiendo que la gente vaya al cine y a parte promueva el cine independiente con frescas y terrorííficas propuestas. Don’t Breath no es la excepcioí n. La cinta cuenta la historia de tres amigos ladrones de casas que viven en uno de los barrios maí s marginales de Detroit, que, al decidir hacer un uí ltimo robo, se topan con la casa de un misterioso anciano ciego y veterano de guerra. Obviamente el robo sale mal y los personajes entonces quedan atrapados en una horrible pesadilla al descubrir que el anciano, interpretado magistralmente por Stephen Lang, resulta no ser tan inofensivo como parecíía. Todo esto queda establecido a los diez minutos de la pelíícula, no perdiendo el tiempo introduciendo personajes o tramas aburridas, sino situando a los personajes lo mas raí pido posible en las garras del anciano psicoí pata; lo que deja una hora y quince minutos de sustos y tensioí n donde los personajes deberaí n hacer el menor ruido posible para no morir a manos del villano, quien los ha atrapado en su aterradora casa. El director Uruguayo, Fede ÁÁ lvarez, quien se catapultoí a la fama gracias a sus cortometrajes para Youtube: El Conojudo (2006) y Pánico! (2009), utiliza la claustrofoí bica y los momentos de tensioí n para lanzar sustos llenos de gore y humor polííticamente incorrecto cada cinco minutos de la cinta. Pelíícula de horror recomendable con una premisa creativa y actuaciones soberbias que te dejaraí al borde de tu asiento hasta el uí ltimo minuto. Sin lugar a dudas, Fede ÁÁ lvarez, el director de esta, ahora su segunda pelíícula, tiene un futuro brillante en el genero de horror.
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