Reseña de Rogue one

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Si eres fan aceé rrimo de Star Wars (las originales, nerd), seguro ya armaste tu pelíécula en tu cabeza de coé mo los rebeldes robaron los planos de la estrella de la muerte. Casi 40 anñ os y mucho dinero despueé s, Disney se le ha ocurrido necesario resolver esta incoé gnita y al mismo tiempo, crear por accidente la mejor pelíécula de Star Wars desde Empire Strikes Back. Cuando Disney revivioé la franquicia mutilada por Lucas (hace casi 6 anñ os… vaya), introdujeron algo llamado “pelíéculas de antologíéas”, historias independientes del universo expandido que serviraé n para que no pase ni un anñ o sin tener Star Wars en tu Facebook. Para eso contratoé a los mejores y maé s joé venes directores actuales, Phil Lord y Chris Miller (21 Jump Street, Lego Movie), Josh Trank (Chronicle), Rian Johnson (Looper) y por supuesto Gareth Edwards, un director britaé nico conocido por Godzilla (2014), y menos conocido por Monsters (2011), cinta que filmoé en Meé xico con medio milloé n de doé lares y que recomiendo mucho. Pero bueno, Rogue One es un caso especial. La cinta justifica un vacíéo argumental entre una pelíécula estrenada en 1977 y otra en 2005. Es decir, su existencia no seríéa posible sin la ya establecida franquicia no solo de pelíéculas, sino de series animadas, videojuegos y libros, de la cual se deriva. Y es una sorpresa haberla disfrutado tanto, esto se debe, en mi humilde opinioé n, a las decisiones tomadas por la produccioé n, desde casting y enfoque. Si vas a hacer un fan-fiction, hazlo bien, es decir, cuenta una historia sencilla y humana de la que podamos identificarnos, y al mismo tiempo expande un universo ya de por si inmenso como el de Star Wars. La historia a grandes rasgos es esta: un grupo de rebeldes libran una batalla perdida contra un gobierno opresor (e incompetente), y pierden la esperanza hasta descubrir un trozo de informacioé n que resumiraé su causa en un todo o nada, una esperanza que nace gracias al amor de un padre a su hija. Una vez que tienes una historia asíé no importa en que universo la dibujes, ya sea en el de Harry Potter o El Senñ or de los Anillos, generaraé una fuerte emocioé n en la audiencia. Menos mal que en este caso la historia toma lugar en la galaxia de Star Wars, un lugar que nos lleva maravillando desde 1977 y seguiraé sorprendieé ndonos. Fueron los detalles los que me hicieron disfrutar tanto esta pelíécula, cosas como la nave destructora del imperio flotando en el cielo azul, soldados rebeldes que empiezan a perder la cabeza por tanta violencia, soldados imperiales buscando redimirse, y por supuesto que los ninñ os de la galaxia juegan con Stormtroopers. Siempre es bueno tomar elementos mitoloé gicos y llevarlos maé s allaé para hacer olvidar al publico que estaé n viendo una pelíécula.


La historia es buena y mueve a la trama desde el minuto uno. Todos los personajes estaé n bien casteados. Aunque Diego Luna luce y habla como un senñ or en una convencioé n de Star Wars en el D.F., hace un buen trabajo interpretando a un soldado obsesionado con el control, cuyo ué nico amigo es un robot que eé l mismo programoé . Felicity Jones interpreta a la protagonista, Jyn Erso, quien hace un buen trabajo cargando la trama ya de por si personal para el personaje. Los demaé s actores como Donnie Yen en su rol de Daredevil Jedi, Riz Amhed como piloto imperial torturado por un monstruo de tentaé culos, incluso Forest Withaker como el líéder de una faccioé n de los rebeldes en decadencia, todos ellos cumplen gracias a un guioé n cohesivo y de buen ritmo, maé s no convierten la pelíécula en algo maé s que una buena cinta de accioé n. Gareth Edwards insistioé en que los actores improvisaran diaé logos durante la filmacioé n, lo que fue un dolor de cabeza para Diego Luna cuyo primer idioma es el espanñ ol. Esto se siente, los personajes, por maé s complejos que sean, se mueven a favor de la trama, no esperes mucho desarrollo, lo cual no siempre es malo cuando lo maé s interesante de tu pelíécula es el contexto y las batallas espaciales. Como la mayoríéa de las superproducciones que vemos hoy en díéa, tiene giros de trama increíébles y coincidencias por doquier. Durante el clíémax, el destino del universo pende de una palanca en medio de la selva y de un dispositivo en la punta de una antena ridíéculamente alta. Complicaciones a veces necesarias para darles un dolor de cabeza a los protagonistas aunque un poco ridíéculas cuando te pones a pensar. Las escenas con Darth Vader son badass, pagaríéa por ver un slasher de Vader cortando adolescentes como mantequilla, pero a pesar de su intensidad, sus escenas se siente gratuitas. No mueven mucho la trama y solo sirven para hacer que los fans griten como ninñ as de emocioé n (me incluyo). Por ué ltimo, la pelíécula depende mucho del factor nostalgia. No puedo imaginar una persona que nunca haya visto Star Wars que no salga completamente confundida de esta pelíécula. Cada encuadre estaé saturado de easter-eggs y referencias a las pelíéculas, lo que enriquecen la experiencia, ¿pero que pasa cuando desdibujas todo eso? Una pelíécula menos espectacular y difíécil de entender. Pero eso si, Rogue One le da un boost de emocioé n a la trilogíéa original. Basta con ver la escena final (ignorando el aterrador CGI), para querer salir corriendo a tu casa a ver A New Hope. Esta cinta haraé que veas la trilogíéa original con ojos nuevos.


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