REVISTA LA REVISTA DE LA CIUDAD
Barrios e imaginarios
Distribuci贸n mensual gratuita Octubre 2013. No. 43 25 000 ejemplares
La Responsabilidad Social y el chocolate Bosques secos del Distrito, una joya delicada La arquitectura de los a帽os cincuenta: otra ciudad El teatro comunitario, camino de ida y vuelta
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Este mes: Linaer Phenoma Artista: Pablo Rosero G茅nero: Electr贸nica Retira tu CD con el ejemplar en las oficinas de la revista (Municipio Metropolitano de Quito, Venezuela entre Chile y Espejo). Para mayor informaci贸n llamar al 3952300 ext. 12089.
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MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, 2013 AUGUSTO BARRERA G. Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito
REVISTA
CAROLINA ESPINOSA VERGARA Secretaria de Comunicación MDMQ CONSEJO EDITORIAL Mauro Cerbino Lucía Durán Paulina Recalde Hernán Reyes Juan Paz y Miño EDITOR GENERAL Alfonso Espinosa Andrade alfonjod@gmail.com COORDINACIÓN EDITORIAL Aurelia Romero y Cordero aure.romero@gmail.com
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FOTOGRAFÍA Martín Jaramillo Serrano fotografia.martin@gmail.com DISEÑO E INFOGRAFÍAS
Otro enfoque
Con sentido
Otro enfoque__________________ 5
Matrimonio Gay______________ 44
Cartas del lector_______________ 6
Que iras ______________________ 46
Tu ciudad en cifras ___________ 7
Quito y música _______________ 47
Entrevista _____________________ 8
Movilidad _____________________ 48 Metro de Quito _______________ 50
Diversidades
Fotorreportaje ________________ 52
Bosque Seco __________________ 14
Diana Armas dianaarmas@gmail.com DIRECCIÓN DE ARTE Revista Q PORTADA “Barrio” / óleo sobre cartón Autora: Diana Armas CONTACTO larevistaq@gmail.com Telef: 395 23 00 ext. 12089
Culturas Central
Ciudad de letras_______________ 58
¿Qué es un barrio?____________ 19
Arquitectura arte deco_________ 62
Norte__________________________ 20
Mena Caamaño _______________ 68
Centro________________________ 28
Teatro comunitario ____________ 72
Sur____________________________ 32
Besa nota______________________ 77
Valle___________________________ 38
Bibliomanía___________________ 78 Imperdibles ___________________ 80
MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO Dirección: Palacio Municipal, Venezuela entre Chile y Espejo / www.quito.gob.ec Número 43. octubre 2013 25 000 ejemplares MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, 2013 Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen a la revista ni a sus editores. PRODUCCIÓN: Revista Q IMPRESIÓN: Imprenta Mariscal Av. 6 de diciembre 7015 • Telf: 2449710 ventas@imprentamariscal.com Invitamos a la reproducción citando la fuente
otro
enfoque
Edificios multifamiliares en el sector de Quitumbe, uno de los nuevos centros de desarrollo de la ciudad hacia el sur.
Los muchos Quitos dentro de Quito Recorrer la ciudad no desde la mirada panorámica del sobrevuelo, sino desde el acercamiento a las esquinas y parques de diversas localidades quiteñas es el afán de de esta entrega 43 de la Revista Q. Desde el barrio, ese único territorio cuya definición surge de la voluntad popular: a diferencia de las parroquias o cantones y, por supuesto, a diferencia del gran territorio nacional, el límite del barrio responde a delicados procesos humanos de asentamiento y organización (y, en último término, de voluntad: el barrio se acaba donde los vecinos lo dicen, en un límite que se desplaza constantemente). Sea que surgieron por iniciativa de planificación urbana, como Solanda, o que nacieron por apropiación urgente de un suelo donde vivir, como Pisulí o Lucha de las Pobres, el barrio es además el primer territorio de identidad y pertenencia donde nos reconocemos los ciudadanos. En tiempos de globalización, donde se propone un “ciudadano global” de cultura supuestamente universal, estas pequeñas identidades barriales, estos puntos de referencia locales, cobran especial importancia. En
una ciudad como Quito, donde se desmontó el aparato público en función de una privatización homogenizadora durante las décadas neoliberales, los barrios y sectores de la ciudad se volvieron trincheras de resistencia cultural. Con la nueva administración, se han potenciado además como espacios de toma de decisión: se superan las tradicionales lógicas clientelares y se forman líderes y lideresas conscientes de sus derechos y obligaciones ante la ciudad. Norte, centro, sur, valles configuran nuestro recorrido, donde queremos averiguar cómo creció la ciudad, como resuelve su diversidad cultural, cómo se proyecta y entiende. Hacemos, además, un repaso al debate sobre el matrimonio gay, un tema cuyo avance choca con diques de moral tradicional a diversos niveles; miramos cómo se mueve el teatro comunitario de Quito y valoramos la arquitectura de los años 50 y 60 en la ciudad. Como siempre, sean bienvenidos. Alfonso Espinosa Andrade EDITOR REVISTA Q
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Tu ciudad en cifras
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Cartas del lector
Escríbanos: larevistaq@gmail.com
Yo no como basura En el Centro Histórico hay alcantarillas decoradas con un llamativo cuadrado verde y la leyenda ¡Yo no como basura! Me parece una buena iniciativa de concienciación recordarle a la gente que las alcantarillas no son basureros y tienen fines muy importantes, como la evacuación del agua lluvia. Es buena la iniciativa, pero está mal lograda: en vez de poner una impresión (se han deteriorado terriblemente) serían mucho más llamativos y estéticos dibujos de artistas callejeros. Los artistas urbanos siempre están buscando sitios en los cuales expresarse y aportar a la ciudad. Sería una hermosa campaña, ingeniosa y con gran aporte artístico y estético. Debieran haber políticas de apoyo y difusión del arte callejero de Quito, que está en muy buen nivel y va creciendo cada vez más. Nuestros artistas urbanos son invitados a festivales internacionales y acá ni se sabe quiénes son. Saludos cordiales, Valentina Rojas
Subir del valle Yo vivo en una de las zonas del Valle de los Chillos que corresponde al Distrito Metropolitano de Quito, y puedo afirmar que hay varios temas en los que somos “quiteños de segunda categoría”. Mientras los de primera tienen Trole, Ecovía, Metrovía y ya mismo Metro subterráneo, acá los quiteños
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debemos usar, sí o sí, las cooperativas artesanales de transporte interparroquial, y no las quiteñas, sino las del cantón Rumiñahui. Las personas que tienen auto propio se quejan de tener que pagarle peaje al Consejo Provincial por el uso de una vía que evidentemente queda en medio del tejido urbano de Quito, como lo puede comprobar cualquier observación en el lugar o foto aérea que se solicite: es una discriminación cotidiana ante la cual no se dan soluciones de largo plazo. Es urgente una mancomunidad sobre tema de la movilidad entre los Municipios de Quito y Rumiñahui, tal y como lo prevé la Constitución de la República en su artículo 243. Atentamente, Carlos Rodríguez M.
Desde la tierra del mango Hola amigos Revista Q, me complace saludarlos. Soy un asiduo lector de la revista. Creo que presentan artículos muy interesantes y el contenido gráfico es un aporte que nos ayuda a pulir el ojo ante nuestra cotidianidad. Me permito dirigirme a ustedes después de leer y “releer” el artículo “CULTURA ARTE EN TU BARRIO” de la Revista Q 41, firmado por Rafaela Bustamante, un reportaje muy simpático que nos inserta en nuestra cotidianidad. Sin embargo les invito a realizar un reportaje desde el otro lado del ring,
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Unidades de Policía Comunitaria
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desde el lado de los capacitadores, ya que sería interesante saber quiénes son y cómo llegaron a ser capacitadores; averiguar si funciona la dedocracia o existe un sistema de méritos, o si es necesario ser un gestor cultural para ser un coordinador cultural. ¿O el sistema funciona cuando el profesor sabe un poco más que el alumno? Discúlpenme, pero me gusta poner los puntos donde van las íes, ya que es sumamente triste ver como colegas, egresados, profesionistas, gente brillante y una que otra persona con algo de conocimiento estético tienen que fugar hacia otras latitudes, donde son gratamente recibidos, donde el apoyo a la cultura no es una dádiva y donde los espacios de interacción estética son reducidos pero el ánimo de expansión de conocimiento y expresión es grande a pesar de sus vicisitudes y lejanía a los centros gestores de los parámetros estéticos.
SEGURIDAD INTEGRAL E INTEGRADA El ECU 911 es la línea única de emergencias en Ecuador, un servicio que está disponible para ofrecer seguridad las 24 horas, los 365 días del año. El 911 es el número al que se debe llamar en caso de emergencia para recibir ayuda inmediata.
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Quisiera especificar que el reportaje me parece bueno y agradable, tan solo me interesaría que se abra a otro punto de vista para que, mediante la crítica a ese Quito que no queremos podamos avanzar y acercarnos a esa capital cultural que tanto enarbolamos, donde la cultura también sea democrática no para recibir lo malo sino para pulir e incentivar lo bueno, para que algún día sea excelente.
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Atentamente, Christian Molina (desde la Tierra del Mango)
b barrios activos
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El sistema integra a la Policía Nacional, Red Nacional de Salud (Ministerio de Salud e Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y otros servicios de salud) Fuerzas Armadas, Cuerpo de Bomberos, Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, Cruz Roja, Comisión Nacional de Tránsito, entre otras.
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espacios públicos seguros
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Boletín Estadístico Mensual ICQ N. 20 www.institutodelaciudad.com.ec.
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Entrevista
Responsabilidad social
El mejor chocolate se hace entre panas Entrevista: Alfonso Espinosa Andrade • Fotos: MartĂn Jaramillo alfonjod@gmail.com
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E
n octubre, Quito será la sede del la primera Cumbre Mundial de Responsabilidad Social. Con este pretexto le proponemos a Santiago Peralta, el hombre al frente de chocolates Pacari, un diálogo sobre cómo afecta positivamente a su negocio mantener buenas prácticas comerciales, sociales
La Responsabilidad Social (RS) se entiende como un compromiso de empresas e instituciones por ir más allá de las exigencias legales en temas sociales ambientales, un extra. ¿Cómo lo comprenden en tu empresa? Algunos lo ven como “pague el mínimo vital, el resto es RS”. Nosotros comenzamos por comprender el cacao y su calidad: no podíamos dejar en entender las circunstancias en las que viven los agricultores. La mayor asociación de productores tenía un contrato de exclusividad con una empresa francesa y no había cacao orgánico para comprar en nuestro propio país. Pucha, dije, esclavos en nuestra propia tierra. ¿Qué hiciste entonces? Otros en ese punto botan la toalla… Reaccionando un poco a esto de que ya todo estaba ya vendido al exterior, comenzamos a preguntarnos cuál era la versión de los ecuatorianos en todo este tema del cacao. Lo que pasó, prácticamente, fue que comenzamos a ser el primer cacao orgánico independiente del país. Quisimos redimir lo que se hace acá, dar nuestro punto de vista. Construimos una marca para dejar de ser soldados desconocidos y contar nuestra historia: la historia real, del hombre que debe pasearse y sortear culebras y mosquitos... Es darle una escala humana al negocio, algo que no parece ser la prioridad de las gerencias, más apegadas a cuadrar los balances y no a velar por el bienestar de las personas involucradas en su negocio… Nosotros tampoco queremos quebrar, pero para mí el resto de la historia ya está contado: la Nestlé lleva 60 años en el país, las otras compañías chocolateras están aquí
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y ambientales, sin considerar la exigencia legal o la norma y centrándose, más bien, en no perder nunca una respetuosa escala humana en todas sus acciones. Su producto es un campeón mundial, reconocido como el mejor en varias categorías de chocolates, y desde esa autoridad le consultamos.
ad aeternum, y no había algo trascendente. Pero ¿cómo podíamos nosotros exigir o querer tener un chocolate extraordinario si matábamos de hambre al agricultor? Exigimos calidad, le pedimos que nos dé calidad, casi que fermente los granos cantando y que le meta su mejor vibra… ¿para pagarle nada?
La solidaridad no tiene calendario, tienes que dar la mano cuando se necesita. Ese sentido humano básico generó frutos extraordinarios. Puedes llamarlo responsabilidad social, para mí era vital la lealtad de la gente. ¿El trato justo con las personas les permite a ustedes mejores relaciones y obtener mejor materia prima? ¿Cómo puedes exigir sin retribuir justamente las cosas? Ni a un trabajador ni a mi madre: si le grito y la maltrato, no puedo esperar luego una rica sopa. No somos tan geniales como para descubrir el agua tibia, solo establecimos con los campesinos relaciones de iguales, relaciones de “ser panas” donde ambos ganábamos… ¿Las relaciones no son meramente comerciales? No, de ninguna manera. Somos amigos, como amigos de barrio. Los amigos que me han quedado son los que conocí en la pelea cotidiana, no los de la fiesta. Son los que están en las malas, y los que son, son. Hemos
generado una relación en la cual, sin ser redentores ni mesías, hemos podido dar una manito. Simplemente hemos tratado con justicia a seres humanos que son igual de sensibles que nosotros, e inmediatamente generamos una relación de lealtad: los agricultores no nos cambian por nada, porque les hemos soportado en las malas, cada vez que en cosecha se chuparon la plata o les robaron, ahí estuvimos. Hay dos Asociaciones de productores que no estarían vivas si nosotros no hubiéramos intervenido económicamente este año… ¿Cómo son las relaciones a largo plazo, con esta base afectiva de lealtad? La solidaridad no tiene calendario, tienes que dar la mano cuando se necesita. Ese sentido humano básico generó frutos extraordinarios, que antes no se daban porque la relación era impersonal: iba un señor que no sabías quién era, nosotros negociamos personalmente, viéndonos los ojos. Puedes llamarlo responsabilidad social, para mí era vital la lealtad de la gente, porque no puedes sacar el mejor chocolate del mundo si no tienes el mejor cacao del mundo, que solo tendrás, por lógica, si pagas un premio extraordinario. Tienes que tratar las cosas a su nivel. Y para lograr esa calidad, además del buen trato al campesino, son necesarias buenas prácticas ambientales. ¿Renunciar al uso de químicos, por ejemplo? ¿Cómo puedo vender un producto de calidad si detrás hay tres muertos? ¿A dónde vamos así? ¿Hablas de gente intoxicada? Te garantizo que más de un niño del campo murió porque encontró un balde con un líquido de colores lin-
dísimos, lleno de agroquímicos que bebió y lo mataron. Nadie te habla de ese lado de la moneda, ni es mi papel tampoco: pero mientras más lejos me mantenga “del Maligno”, como prefiero llamarlo, mejor. A ver, si te disparo voy preso por asesino 25 años, pero si en 20 años te mato dándote químicos… pues, debiera ser lo mismo, ¿no? Pero todavía es legal el uso de químicos en los campos… Aún es legal, pero lo considero ilícito: lo uno tiene que ver con la ley, lo segundo con la justicia. Será legal, pero de licitud no tiene ni la seña. Son temas fondo, que están detrás de estas relaciones, vitales para nosotros como empresa. Volviendo a los campesinos, ¿son duraderas las relaciones? Nosotros gozamos de esa lealtad y la verdad es que el cacao malo lo siguen vendiendo (vaya nomás al plan B), pero nosotros somos el plan A, el que te da de comer y te saca un poco del círculo de pobreza… A mí me llaman a las dos de la mañana, borrachos: “Te acuerdas de la No-séquién”… Es una relación real, de las que a mí me funcionan. Me doy dos días más para conocer a las personas y saber qué puedo esperar y qué no. Cuando no te conoces tienes miedos, desconfianzas. Ya cuando te conocen te dan el producto y luego haces cuentas, te esperan a que les pagues cuando están en estación baja y luego hay que prestarles a veces, darles adelantos. Es un juego de confianza. ¿Contar con esos productores fieles les garantiza una estabilidad para el futuro de su empresa? Contamos con gente que no nos falla. La industria no entiende bien esto, llegan a negociar precios y a enterarse de que les hemos “dañado” pagándoles bastante por arriba de la media (casi triplicamos su utilidad) para garantizar un mejor producto. Ya no hay cómo engañarles ni explotarles. Mucho acento hay de la RS en la cosa ambiental y laboral. ¿Cómo
Quito se proyecta como un territorio responsable Los días 23 y 24 de octubre Quito será sede de la primera Cumbre Mundial de Responsabilidad Social. El concejal Pablo Ponce, el Presidente del Consejo Metropolitano de Responsabilidad Social, valora mucho este posicionamiento de la ciudad como referente regional para la discusión de un tema clave en los negocios modernos. Quito cuenta con una ordenanza, la 333, referida específicamente a este tema. Fue promovida por iniciativa de Ponce y aprobada el 25 de noviembre de 2010. La cita de este mes servirá, también, para tomarle el pulso a la ciudad y a su sector empresarial en cuanto al tema. El objetivo principal de la cita, nos explica el Concejal, “es convertir a Quito en una ciudad referente de territorios socialmente responsables y organizaciones socialmente sostenibles”. En su oficina del Palacio Municipal, donde no dejan de ir desde sus ahijadas de las Aldeas SOS hasta campeones de coches de madera, Ponce se emociona hablando de estos temas gerenciales. “Una milla extra”, más allá de lo que pida o mande la Ley, un compromiso no con la utilidad ni con la rentabilidad sino con el ambiente y las personas. Por ahí comprende este graduado en Derecho el tema de la Responsabilidad Social. Como la idea es que las buenas prácticas se difundan y se repliquen, la Cumbre tendrá, además del previsto encuentro internacional de expertos, un salón para que organizaciones del sector público y privado, así como también representantes de la Academia y de ONG expongan sus acciones positivas. A la Cumbre asistirán expertos de Argentina, Dinamarca, Colombia, Brasil, Australia, Malasia, Reino Unido, Estados Unidos, Ecuador y otros países; ellos participarán en charlas magistrales y foros de discusión y debate. Además del Municipio, esta cumbre cuenta con el aval técnico de Icontec (Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación) y el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y de Investigación (Unitar, por sus siglas en inglés). La logística del encuentro ha sido encargada a la Corporación Ekos. Según confirmó Ponce, de forma expresa el Alcalde Barrera ha apoyado la implantación de esta lógica en el Distrito, tanto en el proceso de aprobación de la Ordenanza como en la organización de la Cumbre Mundial con sede en Quito.
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A ver, si te disparo voy preso por asesino 25 años, pero si en 20 años te mato dándote químicos… pues, debiera ser lo mismo, ¿no? llevan ustedes los temas de la producción y distribución? La gente que vende nuestro producto está convencida de Pacari, son “fundamentalistas” de Pacari y lo toman en serio: son luchadores por una causa, no es un tema de vender el chocolatito y ser mercachifle, es gente realmente apasionada por toda la historia y la revolución real que hay detrás, que ha conseguido meter esta platita más en el Ecuador, algo insólito para muchos cuando compites con Nestlé o Kraft. ¿Y cómo se compite? Hablando la plena a la gente, diciéndole “mira, hemos cambiado las cosas”. Vendemos un chocolate más caro y vendemos el doble que la competencia, porque la gente está dispuesta a pagar 50 centavos más por comer el mejor chocolate del mundo y no un producto, con todo respeto, que apenas tiene un 10 por ciento de chocolate… El más vil que nosotros hacemos tiene 60 por cien, es lo más bajo. Para hacer chocolates, usan mucho más que cacao… Hay un filón de otras cosas que se van adicionando. La uvilla, por ejemplo, todo un quilombo. Tenemos las primeras uvillas orgánicas del país y ahora las primeras biodinámicas del mundo. Usamos homeopatía en agricultura, gotitas en campos enormes. Este cacho de vaca, repleto de sílice, molido y disuelto en agua servirá para unas doscientas hectáreas. Aplicar métodos biodinámicos nos da grandes resultados y nos demanda una visión más holística, donde la finca se ve como un organismo complejo, que abarca sus sembríos y sus animales, y las personas que
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ahí trabajan. Una finca que quiere ser certificada como biodinámica no puede tener dentro personas en malas condiciones de vida. Esto también vale como RS, los esfuerzos de I+D, de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, que rompan la lógica del “así es, así ha sido y así será”... Para nosotros es suficiente mérito o recompensa tener el único chocolate biodinámico del planeta. Todos nuestros ingredientes, absolutamente todos, tienen que ver con esas lógicas. Ráyate: es una autoexigencia tenaz, pero si no buscáramos esta excelencia al otro día yo hubiera hecho chocolate con leche y listo, no tanta asociación ni ir a que te chupen los mosquitos… No solamente la RS es hacia atrás; es, en mi caso, qué carajos te doy de comer. Y eso no pasa por la certificación, pueden tener el sello ambiental adecuado y venderte rosas de un campo de concentración de Cayambe o venenito, cachitos de soya transgénica… ¡Pero no voy a ser yo!
¿Puedes creer que tras cuatro generaciones de cacahueros, desde sus chuzabuelos, no habían comido chocolate? El tema de la soya está controlado por temibles transnacionales de la alimentación. ¿Cómo evitar el temporal y seguir “lejos del maligno”? Somos la única empresa de chocolates del mundo que usa lecitina de girasol, porque no queremos tener nada que ver con la basura de la soya, porque el 80 por ciento de la soya es transgénica, y la que no es transgénica estropea el ambiente al ser sembrada como monocultivo. Desde Argentina nos escribió la familia de un chico alérgico a la soya que por eso no podía comer chocolate dese los dos años, y en el mercado argentino no hay ningún
producto así. Ahora desde Ecuador le llegó una alternativa. Por otra parte, su empresa es un buque bandera de nuestro país, que reivindica para sí el origen genético del cacao, según reportaba el Wall Street Journal hace poco... El Ecuador, como taita y mama del cacao, nos da ese artículo en el WSJ, algo excepcional. A veces ni nos damos cuenta de lo que hacemos, pero cuando logras que una finca sea biodinámica, se abandona el monocultivo y las personas que comen esos productos, que está probado que tienen más nutrientes, comen la mejor comida del mundo. Un estudio suizo informa que una zanahoria biodinámica tiene 30 por ciento más de vitamina A que una de monocultivo. ¿Volver a las huertas biodiversas es, además, recuperar la visión andina en relación con la tierra? Sí. Cuando les propones estas cosas a los campesinos, para ellos tienen mucha lógica. Solo la gente de la ciudad, en nuestra desconexión absurda, no lo vemos. O los que tienen la fórmula de Nitrógeno, Fósforo, Potasio, ingenieros de cabezas cuadradas tipo Monsanto, el atavismo actual. El “organismo finca” necesita compost, un sistema digestivo; tiene que haber agua, árboles para la sombra; tienen que haber animales… Es un organismo limpio y con vida propia, que da resultados extraordinarios. Ahora, con los premios internacionales, los campesinos te ven y dicen, a buche lleno, nariz arriba, “este, Papá, es el mejor cacao del mundo: de aquí”. Y la parroquia se contagiará de ese entusiasmo, ¿no? No tienes idea. Son viejos de 67 años que en vez de botar el “matamaleza” están dando machete. Luego les van a preguntar cómo se siembra, cómo se hace, cómo paso a ser orgánico. Y no es solo el precio, sino que esas familias comen mejor y se enferman menos con lo que ellas mismas producen. Y vas creando un bacán, y al bacán la gente le sigue. Hasta las
peladas les hacen más caso. Suben la autoestima, se hacen solventes, cancheros. Solo el hecho de haberles hecho probar el chocolate que sale de su cacao… si hubieras visto sus caras: nunca habían probado, ¿puedes creer que tras cuatro generaciones de cacahueros, desde sus chuzabuelos, no habían comido chocolate? Para que veas el divorcio entre los millones suizos y la realidad. Hay que verles como iguales: yo nací y crecí en el campo, ahí me siento cómodo. Es un tema de actitud y de personalidad y de ver al otro como igual. No es lo mismo alzar un teléfono en Zurich y movilizar una carga en Guayaquil que hacerlo viéndote a los ojos. ¿Y los empleados de Pacari? Ahora estamos ya teniendo un lugar para que nuestros empleados coman bien, coman biodinámico.
Y les damos de comer bien, porque nos parece que es de mínima coherencia, al menos para las 35 personas que hacemos la empresa. ¿Qué cambio social destacarías en este proceso a partir de las prácticas de tu empresa? Cuando llegamos, los costales eran de 200 libras, es inhumano mover esa carga a mano. Primero bajamos los costales a 100 libras, luego a 50 libras, que es lo que puedes cargar en el aeropuerto por ejemplo. No solo redujimos riesgos de discapacidad, conseguimos además que muchas mujeres entraran a la ecuación: ellas empezaron a controlar parte del dinero, que a veces los hombres se gastaban en trago o mujeres. Y no soy yo quién para decirles qué hacer con la plata ni para juzgar sus hábitos, pero sí está claro que las mujeres mandan los guaguas a la escuela y ahorran mejor que ellos.
Campeón mundial Chocolate Pacari es el productor del primer chocolate orgánico 100% hecho en Ecuador, desde la cosecha hasta la distribución. Cada una de las líneas de Pacari es producida de forma artesanal y guardan la compleja gama aromática de la semilla ecuatoriana conocida como “Arriba Nacional”. Durante la Semana del Chocolate 2012, llevada a cabo en Londres durante el mes de octubre, Pacari fue reconocido con las más altas por la calidad y el sabor de su chocolate. Fueron escogidos de entre 600 productos europeos y americanos como ganador de Oro en las barras de Chocolate Negro y en esta categoría también gano Plata (1º y 2º lugares). También ganó el premio Oro y dos de Plata en las barras de Chocolate Saborizado.
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Diversidades
Un bosque a
secas
Texto y fotos: Gabriela Arévalo y Martín Bustamante gabyareg@gmail.com / bustamante.martin77@gmail.com
El asombro ante los bosques secos Mi acercamiento a estos desqueridos bosques siempre fue desde la carretera, el cuadrado de la ventana del auto los enmarcaba en las muchas idas y venidas de Quito a Guayllabamba a lo largo de la carretera Puéllaro-San José de Minas. Me refiero a ellos como los desqueridos porque en mi no provocaban ningún interés, de ser sincera en muchas ocasiones pasé de no tomarlos atención a tildarlos de espacios grises, fríos y llenos de polvo. Basé mis opiniones supongo en que la palabra seco me resulta menos atractiva que montano, nublado o tropical, y en esa vegetación áspera y huraña que veía a lo lejos.
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Con esta idea desaliñada que me había hecho de ellos acepte la invitación a recorrer el Bosque Protector Jerusalén, al nororiente de Quito, sin ninguna emoción, pero con un poco de curiosidad ante la actitud de dos compañeros de viaje –biólogos- quienes insistían en convencerme de lo contrario. Su objetivo no tarde mucho en cumplirse. Viejos árboles de barba y cabello musgoso me revelaron el porque del abundante gris. Son imponentes, misteriosos y parecen extremidades que salen de un tronco, si estos seres reciben mi entrada qué más habita dentro de Las fotografías de este reportaje fueron realizadas en el Parque Recreacional valle, Jeste erusalem , en elpensé. sector de Guayllabamba (norte del Distrito Metropolitano).
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su sombra y permiten que los emisores de cantos voladores se escondan tras su pequeñas hojas. Un quilico se presentó ante mi por segundos, el ruido de un avión que pasó sobre su cabeza y la mía lo llevó lejos de mis ojos. Por horas la voz aleccionadora de mis compañeros se mantuvo en silencio, tal vez sabían que el paisaje por sí solo haría que me enamora de los desqueridos bosques secos. Ante mis preguntas esa voz despertó…
El conocimiento ante los bosques secos Lo que sucede es que los bosques secos interandinos están llenos de formas vegetales extremas que resultan de la adaptación a las condiciones de sequía de estos valles que tienen un clima muy particular. Los dos ramales de la cordillera de los Andes escurren una buena parte de sus aguas hacia el valle interandino y los ríos se forman de las aguas del deshielo y el drenaje en los páramos. Desde lo alto en la montaña se forman ríos que durante tiempos geológicos han socavado el valle y forman cuencas importantes como las del Chota y Mira en Imbabura, o Patate hacia el sur.
Las minúsculas flores que aparentemente adornaban el musgo produjeron frases poéticas en mi cabeza, pero resultó ser que el musgo no era musgo sino una bromelia, a medida de mi caminar descubro la vegetación en distintos tonos de verde y amarillo. El intenso sol me provoca la sensación de un desierto y esa
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percepción de que estos bosques son fríos también desaparece. Un desierto pero bendecido porque, aunque poco, el agua llega. Un desierto poblado de los colores intensos de las flores que se desprenden de la variedad de cactus, de algarrobos, guarangos y quishuar que cobijan con
Los valles secos interandinos son los lugares más cálidos de la serranía porque son las regiones mas bajas dentro de las montañas, pero también porque la sequedad del ambiente provoca esa sensación. La sequía de estas zonas se la siente también como un clima benigno y agradable y se produce porque la humedad de la Costa y el Oriente se queda en los bosques de neblina en las partes externas de los Andes, en lugares como Mindo, Tandayapa, Alluriquín. Así, al interior del valle solamente llega aire seco que ya perdió toda su humedad en zonas externas de la cordillera y los páramos húmedos. Mientras menor es la altitud, más alta es la temperatura y la capacidad del aire de retener humedad in-
crementa; por eso en estas zonas llueve tan poco y no se forma neblina. Los valles secos interandinos van desde el norte en el valle del Chota hacia el sur en los ríos Patate, Paute y Jubones. Cerca de Quito el mejor ejemplo es el bosque de vegetación protectora y área de recreación Jerusalén. A simple vista parecería que estos bosques se asemejan a un desierto, pero al acercarse a la flora revela una complejidad muy marcada y los colores amarillo, rojo y verde de las flores resaltan sobre la vegetación. Las plantas de estos valles semiáridos han desarrollado adaptaciones para aprovechar la poca agua disponible y es frecuente que los árboles tengan hojas pequeñas y duras, o que los cactus de tallos carnoso y espinas puntiagudas sean muy abundantes con frutos tan jugosos como las tunas por las que la gente y aves compiten. Se confunden las barbas de viejo, que cuelgan de los algarrobos en los bosques secos, con musgos que en realidad son bromelias y están emparentadas con las puyas de los páramos y los huaycundos de los bosques nublados. La riqueza animal también es muy importante y Jerusalén forma parte de una de las Áreas Importantes para las aves según los criterios promovidos por BirdLife International y es hogar de 54 especies de pájaros. Mamíferos, reptiles y anfibios son menos diversos, pero presentan especies de importancia para la conservación porque son endémicas o están amenazadas; entre ellas se encuentra el lobo de páramo, la guagsa y la rana marsupial andina. Así concluye una corta exploración por los senderos del ahora amado bosque, la lección aprendida todos los bosques de Quito guardan misterios.
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Central
¿Y qué mismo es un barrio? Apuntes incompletos para una respuesta Texto: Alfonso Espinosa Andrade Ilustración: Diana Armas dianaarmas@gmail.com
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a palabra nos llegó con el castellano, y a esta lengua mestiza llegó desde el árabe. Barrio se define como “cada una de las partes en que se dividen los pueblos grandes o sus distritos” y es, acaso, el único territorio cuya dimensión, límites e identidad dependen casi enteramente de la voluntad colectiva. Aclaremos: el Municipio tiene una división en “barrios-sector”, que sin duda cumple importantísimas funciones como herramienta de planificación y organización de la acción del Cabildo en el territorio metropolitano; pero es igualmente evidente, incluso para los propios técnicos del Municipio, que el barrio se termina, más o
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y Tanda, más recientemente, las poblaciones circulan por el territorio. A veces todo marcha en orden y la convivencia es buena entre los vecinos de siempre y los recién llegados. A veces, la presencia de sofisticados urbanitas entra en franco conflicto con los vecinos porque en la placita que siempre fue placita como de pueblo, ya no dizque hay como tomarse un trago con los vecinos, porque dizque los señores que pasan se asustan al vernos desde detrás de los vidrios de sus carros, a los propios del lugar, haciendo lo que hemos hecho siempre: encontrarnos en la plaza, no como ellos, ellos vuelta como viven guardados y sin darse ni aire qué van a saber de la plaza, pero ahora la verdad los policías que ellos han pagado
Andar o estar alguien de barrio, o vestido de barrio: andar de trapillo, con vestido llano y casero. menos, donde los vecinos dicen… y como los barrios, quiérase o no, tienen identidades, la gente adscribe a uno u otro según sus costumbres y preferencias.
sienten los salvadores de estos barrios deprimidos y miran con extrañeza a los vecinos viejos que dejan la calle de tres generaciones, pero sonríen en seguida, porque es una oportunidad para avanzar en la ocupación. (Estoy, por supuesto, haciendo una caricatura para tratar de entender, de entenderme). Miedo de esto hay en algunos análisis sobre los actuales procesos de revitalización del Centro Histórico de Quito, pero el Alcalde ha sido categórico al asegurar que las casas que se usarán para sedes diplomáticas y residencias de embajadores serán las que están desocupadas, pues no tiene sentido seguir provocando desocupación de barrios en los que, más bien, se busca recuperar calidad residencial.
Pruebas al canto: ¿sabe usted dónde exactamente termina Guápulo y comienza La Floresta? Rivalidades “de mentiritas” entre los dos barrios, reivindicadas en carnaval y durante las fiestas guapuleñas de septiembre, hacen que algunos, aunque medie una quebrada, digan que son del barrio crecido junto al convento franciscano, hoy universidad. El miedo de los analistas también Otros, aunque estén del lado de es compartido por los comerabajo de la cuesta, renuncian al ciantes, en torno a la 24 de Mayo santo y dicen ser, mejor, y la plaza de Santa Clara. vecinos del Ochoymedio y El nuevo bulevar y la del Pobre Diablo… Claro que De barrio: dicho de una tienda, placita no tienen nejunto a la plaza de abajo o al de un cine, etc.: Pequeños y frecesariamente un plan redondel de arriba no hay de uso y la inseguridad cuentados por las personas del esas alternativas, pero en campea como antes, las fronteras son divertidos barrio en que se encuentran. dicen los más críticos. de ver esos ejercicios de Son vecinos cuyas paidentidad. labras traducen la queja y llamado asustados ya no nos No siempre es para bien: hay por poder ejercer su “derecho a la dejan, qué tal pendejada, está de barrios lamentablemente estigciudad”, a construir su cuadra con vender mejor: bien dizque están matizados como “malos” por vioventa de papas y sombreros, pero pagando, para vivir así guardado lentos, por peligrosos o presunno necesariamente con cafecitos en la casa y cuidando en la tienda tamente ocupados por personas para turistas. Hay que aprender de cómo se le dice y se le saluda “malvivientes”. Los vecinos de de los errores de la Ronda dicen a cada señora con su empleada estas calles a veces difuminan los técnicos de organizaciones mejor vender e irnos nomás. A su residencia en el sector mayor, ciudadanas que llevan ya tiempo esa expulsión de los nuevos sobre apelando vagas fórmulas de trabajando en el Centro, y no prolos de siempre se le llama “gentriproximidad: por San Juan, cerca vocar la exclusión que se dio en ficación”, una nueva palabra que del Centro, por la Occidental. O esa, la tradicional calle Morales… aprendí haciendo este reportaje. incluso más generales: “en el Sur”. Otra palabra aprendí haciendo Estos barrios con carga negativa Gentrificación se refiere a eso: el este texto: deslugarización. La suelen ser espacios de depresión manejo inmobiliario de zonas de emplea la investigadora Graciela urbana: territorios donde la desla ciudad, muchas veces barrios Martínez en su artículo “El barrio, ocupación de viviendas es sig“viejos” que pasan a ser “históun ser de otro planeta”, dedicado nificativa, sin emprendimientos ricos”, que se llenan de nuevos a analizar diversas dinámicas urcomerciales ni arquitectónicos, vecinos que además de tener más banas de Montevideo, publicado con demografías en descenso... plata tienen prácticas culturales diferentes y no se inteAsí como las clases altas quiEl otro barrio: el otro resan en qué haya pasado en teñas se fueron de la calle de las el barrio antes de ellos. Los Siete Cruces hacia Iñaquito y El mundo, la eternidad. “nuevos”, muchas veces, se Batán, primero, y hacia Cumbayá
en la revista de estudios culturales urbanos Bifurcaciones (www.bifurcaciones.cl). Ella se refiere allí, con un término evidentemente heredado del antropólogo francés Marc Augé y su teoría de los no-lugares, a la “des-
ficada a una uniformidad metropolitana de un nivel inferior.
despojado de referencias comunitarias y locales propias, culturales, históricas y naturales, a merced de la coerción y la manipulación mediática. Las utopías del espanto concebidas por George Orwell y Aldous Huxley se subsumen esencialmente en esta desintegración de la identidad y el lugar en el mundo de la gente y su sustitución por el equivalente universal único y un espacio de flujos aséptico y designificado”.
Cierro este vuelo de pájaro con una larga cita de Martínez que advierte sobre el peligro de dejar que los barrios ya no nos importen. “Imponer el gran no-lugar que es la globalización requiere, más que proIrse al otro barrio: morirse ducir no-lugares, llevar a cabo una “deslugarización” generalizada que lleva a extremos ilimitados la lugarización de nuestra época”. alienación iniciada con la ciudad El barrio como creación popular industrial y que es parte espontánea donde se ejerce el defundamental del modelado recho a la ciudad es cuestionado Mandar al otro barrio del ser humano funcional al por un mundo cuya inmensa sistema, un átomo desartialguien: matarlo variedad potencial ha sido sacriculado, un ser anónimo (…) un sujeto aislado y perdido,
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La Ronda (1977), óleo sobre lienzo del maestro José Enrique Guerrero, Museo de Arte Moderno de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
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Central
Norte
Identidades étnicas viejas y nuevas
Roque Jervis capturó esta imagen en un festejo de la Yumbada de Cotocollao en 1975. Todo el fondo verde ahora está asfaltado. La parroquia es, en realidad, más antigua que Quito como asentamiento humano.
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“En la Yumbada, nosotros danzamos para la naturaleza y con la naturaleza. Somos todos parte de ella”. Fanny Morales
Fanny Morales, hija de ‘La Gobernadora Grande de la Yumbada’ (Pedro Morales), y su madre María Inés Simbaña. Abajo, Benigno Cisneros, sastre del sector. Fotos: Martín Jaramillo.
Cotocollao
de yumbos y olleros Texto: Karla Armas
karla_armas@hotmail.com
H
ay dos Cotocollaos, el cultural y el político; me explica Javier Herrera, teatrero e investigador de la zona. Compruebo esa afirmación mientras voy adentrándome en la historia y actualidad de este barrio de la ciudad. El Cotocollao político obedece a una necesaria delimitación de espacio administrativo y de gestión en una ciudad en expansión. Es una de las 33 parroquias urbanas del Cantón Quito y limita con El Condado (norte), La Concepción (sur), Ponceano (este) y Cochapamba (oeste).El cultural sin embargo, sobrepasa esos límites y acoge a muchos que están fuera de esta jurisdicción municipal. Hijos, nietos, amigos y vecinos de los auténticos olleros (gentilicio del sector) vienen a reunirse, celebrar y ser parte de la algarabía que caracteriza al barrio. La historia de Cotocollao es antigua como los Quitus Caras. Habla de ceremonias y rituales a la Pachamama, que reviven actualmente en la Yumbada, la fiesta más grande y por la que se reconoce a esta parroquia. En la Colonia fue un destino de comercio y distracción. Se ven-
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día de todo en sus calzadas, pero especialmente ollas de barro; de donde nace el característico nombre de olleros. Hoy, la ebullición de sus calles y el alboroto de la gente que circula por los negocios abiertos de día y de noche, me hacen pensar en un lugar sin tiempo donde el pasado y el presente necesariamente se repiten aunque cambien los actores.
La Yumbada La celebración ancestral más importante de Cotocollao se da cada solsticio de verano y coincide con la fiesta de Corpus Christi. En esta fiesta, al ritmo de la música, el tambor y el pingullo se agradece por las cosechas y se llama a la lluvia para que riegue la tierra. Para lograr este llamado, el yumbo evoca al espíritu de la montaña, es por eso que quien está a cargo de la Yumbada es la Gobernadora
Grande, la Elenita Tungurahua. Este cabecilla, sea hombre o mujer lleva a cabo la tarea de recoger a los yumbos en la primera noche de fiesta, que dura tres días consecutivos. Hasta hace 10 años los únicos autorizados a disfrazarse eran los hombres, pero esa tradición cambio, permitiendo que mujeres y niños se unan a la celebración, nos cuenta Fanny Morales, actual Gobernadora Grande. Ella se acuerda que cuando era niña, las familias se preparaban por 6 meses para la llegada de los yumbos a su casa, para tener la comidita que se les brindaba. A la madrugada siguiente se inician varias fiestas y rituales de los que se destaca la matanza del yumbo donde se pone en relieve el poder de los chamanes para quitar pero sobre todo devolver la vida.
El actor mayor es la Mesa de los Yumbos o la Jocha, que es una comida comunitaria que comparte la Yumbada entres sus integrantes y familias. San Sebastián también se hace presente en esta celebración y como patrono sale “a trabajar” recogiendo las ofrendas entre los presentes. Este santo se incorpora a la fiesta al ser encontrado en la hacienda de Carretas hace más de cuarenta años. Cuenta María Inés Simbaña, quien es moradora del barrio de toda la vida, que fueron sus propios padrino y madrina quienes encontraron al bendito en el gallinero de la propiedad en la que trabajaban y desde ese día se hizo patrono de la Yumbada. El santo reposa el resto del año en la casa de la familia Jervis, descendientes del dueño de la hacienda donde fue hallado. María Inés se acuerda también cuando todo Cotocollao era haciendas, cuando recogían el maíz y la papa para comer y negociar. Una de esas haciendas fue La De-
licia, donde funciona actualmente la administración zonal del Municipio, que fue de la Marquesa de Solanda y por donde pasó Antonio José de Sucre. La Ofelia que perteneció en límites a Cotocollao hasta hace pocos años también tiene historia de heredad. Era llamada la Calle de los Pobres, pues en el año 48, un hacendado regalo la tierra a cincuenta familias pobres del barrio que debían demostrar no tener propiedades. Uno de los beneficiados fue el padre de Don Benigno Cisneros, sastre del sector, quien ha vivido toda la vida aquí y me contó esta historia de cuando era longo chiquito, como él dice. Ahí creció, se enamoró y tiene su negocio por más de 50 años. Ayudó en las mingas para traer el agua al barrio desde Pichan por la antigua calle Alcantarilla, presenció las corridas de toros cuando había Plaza en Cotocollao y fue al cine en el Teatro Imperio, que hoy ya no existe.
Comité del Pueblo
Combatir es vencer, organizarse es vencer Con reportería de: Henry Martín Heredia qbk117@hotmail.com
E
l reconocimiento del Comité del Pueblo como barrio data de los noventas, aunque el asentamiento de la población viene de antes. Esta Parroquia nació como una conquista del espacio propio, como un grito de lucha. De la invasión al reconocimiento legal y del reconocimiento al continuo desarrollo, este sector se ha constituido en bastión clave de empeño social. Comunidad activa, hoy ya no combaten para tener agua, electricidad o calles asfaltadas; se organizan para lidiar con la delincuencia, para producir un periódico propio del sector y de circulación gratuita llamado Despertar. Apoyan ade-
más a los jóvenes en proyectos propios como el hip hop y el graffiti, entre otros.
HIP HOP en el “Comi” El Hip Hop empezó a crecer en las últimas dos décadas, con una fuerte acogida en esta parroquia conformada en un principio por la clase obrera y personas provenientes de otras provincias. Con casi 50 mil habitantes, existe una fuerte presencia afro-ecuatoriana proveniente de Esmeraldas e Imbabura. El espacio del Hip Hop en el barrio es de los jóvenes. Son ellos los que exteriorizan el estilo, lo transforman en música y baile y lo llevan a las calles. El Rap, Graffiti, Break-
Antes de 1979, el primer monumento a la Mitad del Mundo, estuvo dentro de las demarcaciones del antiguo barrio y hasta hace poco parte del aeropuerto de Quito también estaba en Cotocollao. Quedan como testigos incólumes, la Biblioteca Espinosa Polit, varios colegios emblemáticos como el Alfonso del Hierro y el famoso Obelisco por donde se llegaba en los años 50 al Tivoli, antiguo bar restaurante que recibía a los quiteños que llegaban a Cotocollao a divertirse y descansar. También está la gente, esos olleros que siguen comerciando, los yumbos que año a año danzan con la Pachamama y el santo, esa gente que trabaja todos los días por más de cincuenta años en la sastrería, en el mercado; están los jóvenes que ahora hacen grafitis y los niños y niñas que siguen yendo a las mismas escuelas del barrio. Ellos y ellas que se sienten naturales de Cotocollao.
dance y DJ son los elementos que conforman el movimiento y en las calles del “Comi” se genera Hip Hop puro. Es en estas calles donde Neo vive y socializa. “Neo” es el seudónimo de uno de los grafiteros entrevistados para esta investigación. Para él, el hip hop es su estilo de vida y su forma de expresión. “A mis papás de lleno no les gusta” confiesa el músico grafitero de 20 años, “Pero esta es mi vida, mi ideología, mi forma de expresión. Esta es mi pasión” continúa diciendo mientras prepara la lata de aerosol.
Continuamos ocupando el espacio público a través del arte y la cultura, Centro Cultural Comité del Pueblo 25
“La lectura es importante, leer mejora tu vocabulario y puedes cantar con mayor fluidez” explica Olalla. Él escribe poesía y rap pero se especializa en el “freestyle” o el rap improvisado. “Yo pienso en la tercera palabra y hago que la primera rime, luego uno la segunda y sigo así. Hay que pensar rápido para improvisar”. Conciencia Urbana es el nombre de su grupo conformado por jóvenes del Comité que expresan un mensaje crítico a través del Rap y la música. Ellos usan las palabras para denunciar injusticias que ocurren en Quito. “Ver que mujeres son golpeadas, a diario maltratadas, no reciben besos ni rosas solo puños y patadas. Otras se sienten ofendidas, mentalmente heridas, por los roces en los buses y las miradas pervertidas” denuncia Mr. S en una de sus líricas. Una realidad que se ve a diario en la capital de los ecuatorianos.
Caos, otro integrante del grupo tiene 25 años, psicólogo clínico y profesor de inglés, piensa que el Rap se puede usar para “hacer conocer cualquier cosa. Explica que “el Rap nació para denunciar lo que la autoridad no ve, lo que no se muestra en la películas ni se ve tan seguido. Es una contraposición al sistema justamente porque hay tantas cosas que cambiar y hasta que se tome conciencia toca estar ahí-ahí en la mente de la gente” recalca García. “Por mi parte yo no podría rapear de algo que no me representa a mí, prefiero contar las cosas desde mi realidad. Compartir eso con el resto” manifiesta García. Es aquí cuando uno encuentra el espíritu crítico que fue base del primer movimiento contracultural en los 60’, los Hippies. El Dr. Adrián Santilla, catedrático de la Flacso, señala que el Hip Hop “es una producción cultural que
convoca a los jóvenes. En tanto las condiciones de esa producción son similares. Existe exclusión, hay condiciones de racismo, pobreza y desigualdad que son fácilmente identificables. El Hip Hop es una voz de los grupos que la sociedad no quiere ver, y se hacen escuchar a través de la irrupción. Son las historias no exitosas de una sociedad y eso sintoniza mucho en el contexto del Comité del Pueblo. Hay una conexión importante”. Estos jóvenes y el barrio que representan hablan de esta lucha inicial, de buscar un espacio y establecer sus reglas, de hacer valer sus derechos. Al tomarse el espacio público para bailar y grafitear replican lo que sus padres y abuelos hicieron ya. El Comité seguirá siendo del pueblo y para el pueblo y continuará combatiendo y organizándose las veces que hagan falta mientras haya nuevos sueños y proyectos.
El graffitti es una de las expresiones de la cultura del hip-hop, que ha pegado fuerte entre los jóvenes del barrio. Foto: Henry M. Heredia. La calle Juan Molineros, principal vía comercial del Comité del Pueblo y corazón de este barrio emblemático de las luchas de los años 80.
No solo Neo lo hace, en su barrio hay muchos como que se han inclinado a la tendencia hopera. Con sus amigos salen por las noches fuera del Comité para “decorar la cuidad”. “Nos caminamos una noche entera la ciudad, con un trago, pasándola bien con los panas haciendo lo que nos gusta” explica. Luego de una noche “quemando”, la ciudad amanece decorada en paredes y puertas. El resultado generalmente son los nombres de quienes asistieron al encuentro, pero también hay protesta social, humor y filosofía propia en estos murales. “Yo hago grafiti por el vandalismo, por lo que es la esencia del grafiti y Hip Hop” confiesa “Gast”, otro grafitero del sector. Comenzó para marcar territorio y fue difundiéndose como arte” explica. José Luis España, morador del Comité prefiere expresar a través de breakdance, el baile del Hip Hop.
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Esta disciplina requiere de una serie de habilidades y destrezas corporales, por contar en su técnica con movimientos rápidos, rítmicos y ágiles. Requiere de una enorme dedicación y años de práctica para lograr pasos extremadamente difíciles. España confiesa que sale temprano de su casa para bailar en distintos puntos de la capital. “Me levanto en la madrugada y practico hasta las 12. Luego me voy a practicar a otro sitio.” En los últimos años España se ha dedicado de lleno a esta actividad para cumplir su meta y llegar al Red Bull BC One, la competencia de breakdance más importante del mundo. “Mi anhelo es llegar y ganar porque nada es imposible” comenta con una sonrisa en su rostro. Para los que practican el Break es considerado como un estilo de vida y se necesita de mucho esfuerzo físico. España comenta que “se lo debería considerar como un
deporte, hay mucho talento en Ecuador pero falta apoyo”. “La gente que no piensa como nosotros nos sataniza. Piensan que es un deporte de drogadictos, que es una pasadera de tiempo, que no nos va a llevar a nada” reclama España. Aun así, este B-Boy es positivo y apasionado. “Cómo persona me siento más capacitada, más valorizada conmigo mismo y he aprendido un montón de cosas” señala orgullosamente. “El Hip Hop en sí es una cultura crítica. Yo canto Hip Hop consciencia. Con un mensaje siempre”, cuenta Mr. S, Samuel Olalla de 20 años que practica Rap y vive en el Comité. Estudiante de la Universidad Católica del Ecuador, sale de su casa a las 6 de la mañana para llegar a clases. Sube al bus que a esa hora está repleto y busca un nicho donde puede sostenerse del tubo para viajar mientras escucha hip hop en sus auriculares.
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Central
Desde el Centro Histórico quiteño: Itchimbía, La Tola y El Dorado Texto: Rommel Aquieta Núñez intyamaru@hotmail.com
• Fotos: Martín Jaramillo
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aminar por el centro de esta ciudad es transitar entre esquinas de recuerdos, perderse en la memoria y la historia, disfrutando de los estrechos pasajes que sobreviven aún junto a las empinadas calles empedradas que todavía hoy nos producen un jadeante ascenso. Estamos todo el tiempo rodeados de testigos que construyen relatos y configuran identidades locales. En los atrios de los templos, en los famosos patios y en las fachadas de las casas solariegas se escucha aún ese leve rumor de labios que murmuran como bien diría el escritor Jorge Carrera Andrade, al referirse a la ciudad de Quito. Los sonidos del recuerdo reviven en la contemporaneidad de nuestro tiempo. Por las aceras desiertas, en la noche, se pierde el murmullo del tránsito humano junto a extrañas siluetas estampadas en los muros. Quito tiene mucho que contar desde sus barrios, desde su gente e incluso desde sus calles y avenidas. En esta ciudad todo evoca un sentido, algo que va más allá de una línea recta desde un punto de origen en el tiempo. Algo que se desborda entre el recuerdo de las aventuras de generaciones enteras.
Entre quebradas y chaquiñanes
Gloria Chiluiza tiene un puesto de comidas; entre sus clientes principales están los alumnos, profesores y personal del Colegio Don Bosco.
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En el barrio de La Tola se abre un portal para descubrir a la otra mitad del centro histórico. La actual avenida Pichincha, marca el punto de partida de un trayecto lleno de vivencias y tesoros, esta artería limítrofe del centro de la ciudad fue en el pasado una quebrada en cuyos costados existieron pequeñas “casuchitas” que desaparecieron a lo largo del proceso de relleno y la modernización arquitectónica del sector que hoy se conoce como San Blas.
Desde allí alcanzar la calle Pedro Fermín Cevallos y luego dirigirse a la famosa calle Don Bosco –antiguo chaquiñán que conducía a la quebrada de la Marín– es recorrer todo un sendero de encuentros e historias. La Tola alberga todavía ese imaginario antiguo de identificación barrial ligado a su actividad y su trayectoria. Su imaginario de ser un barrio comercial sigue presente desde la antigüedad cuando se identificó al sector como eje de la comercialización en Quito. Pequeños negocios existentes en la actualidad, son una huella del tiempo que consolida ese pasado histórico que no se puede borrar. Desde zapaterías, salones de comida, locales de venta de guitarras, micromercados improvisados hasta casas coloniales convertidas en residencias turísticas, dotan de un aire comercial a este tradicional barrio. Gloria Chiluiza, tiene un pequeño puesto de ventas de comida, entre las calles Los Ríos y Don Bosco, mientras prepara sus conocidas salchipapas se llena de nostalgia al recordar el tiempo en que comenzó su trabajo como vendedora informal en su barrio de toda la vida. Su primer impulsó en esta actividad comercial surgió con el apoyo de un padre salesiano que estaba al frente de la iglesia María Auxiliadora hace unos 28 años, quien le permitió vender algunos productos fuera de la puerta de la iglesia. Hoy con 51 años y cuatro generaciones de su familia compartiendo la experiencia de ser habitantes de La Tola, doña Gloria sigue reviviendo en su memoria las aventuras que disfrutó junto a sus vecinos de siempre (actualmente todavía moradores del sector). No olvida la práctica de juegos tradicionales como los marros, los quemados y las escondidas, recuerda con precisión como eran aquellas calles de La Tola, repletas de niños hasta
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altas horas de la noche, repasa en su cabeza los sonidos, las voces y los gritos de su infancia. Como olvidar la historia del “hijo del sol” manifiesta Doña Gloria, un niño a quien llamaban así por su cabello rubio, y que casi muere ahorcado, jugando a los enlazados con su grupo de amigos. Y es que estas anécdotas son el reflejo de lo que es y representa La Tola desde sus habitantes, quienes admiten que la fortaleza de su barrio es la unidad vecinal, la tradición y el sentido de convivencia que se ha quedado guardado en los recuerdos personales y las experiencias vividas por cada habitante. La Tola es un barrio que conserva y guarda un sentido popular donde todos se conocen, donde se sabe que familia vive en cada vivienda. Es el barrio que se conjuga entre los problemas comunes de la delincuencia, las madrugadas de cantores bohemios y una atmósfera religiosa bastante presente a lo largo y ancho del sector, un barrio de grandes logros deportivos y personajes singulares, la puerta de un recorrido histórico que marca un relato de testimonios y nostalgias cubiertos por el tiempo.
Visión de 360 grados Una larga escalinata surge desde la calle Valparaíso, es el momento de subir, La Tola queda por debajo de la vista
y al alcanzar un punto más alto se puede comenzar a disfrutar del crepúsculo que cubre la hilera de casas que se instalan en las faldas del Itchimbía. Desde este alto relieve que fue en su tiempo un sitio estratégico para los Incas y los Quitu-Caras y templo de adoración a la luna y el sol, el paisaje quiteño revela una geografía sin duda especial, cargada de tiempo, cultura y tradición. Y es que el Itchimbía es algo más que el conocido parque entendido como espacio recreativo turístico. Es un mirador natural caracterizado por ofrecer una visión de 360 grados del entorno quiteño. Un sitio de asentamiento poblacional histórico, donde las disputas políticas y el desarrollo social de la vida de la ciudad tuvieron una fuerte efervescencia. La Hacienda Piedrahita, es el sitio más emblemático que permanece vivo en los recuerdos de los moradores más antiguos del sector, según cuenta la señora Graciela Rojas, habitante del lugar desde hace 25 años. Esta hacienda fue uno de los escenarios en Quito, donde se puso en práctica el funcionamiento del sistema de huasipungos, los trabajadores de este lugar a pesar de contar con un salario, recibían también un pedazo de tierra y unos cuantos animales que quedaban bajo su cargo a cambio de una producción más óptima para el patrón.
La escalinata de la Solano sirve de botón de muestra sobre la tipología del barrio El Dorado, al norte de la loma del Itchimbía. Antigua casa de hacienda en lo alto del Itchimbía. El lugar ha sido restaurado y funciona como sede de algunos servicios municipales.
Para los habitantes del Itchimbía y sus alrededores, lo lógica de su identidad se forja en torno a lo histórico del lugar. Su gente siente la necesidad de reconocer su identidad local-cultural a partir del valor sagrado e histórico que aún guarda este sitio en toda su geografía. Muchos conocen las historias que se albergaban en esta loma, saben de las tumbas incas y los tesoros materiales de tiempos antiguos, encontrados allí. El sector se ha vuelto muy turístico reconocen sus pobladores, el placer de subir al Itchimbía y recorrer sus calles, bordear sus curvas y deleitarse con su vista es semejante a trepar una escalera sostenida en el aire con destino al cielo, es convivir con la sonrisa de gente amable y disfrutar de un paisaje urbanístico único. Todo en medio de la fusión del encanto de las calles de piedra que guardan todavía historias de vida y sentidos de identidad que se redescubren y se siembran de generación en generación.
Subiendo y bajando: escaleras y pendientes La salida del Itchimbía que da al Centro Escolar Eloy Alfaro, permite penetrar en otro barrio que alberga en su composición urbana una amalgama de pedazos de tiempo y vivencias. El barrio de El Dorado, ubicado en las faldas de esta loma, guarda un aire romántico de pasajes antiguos donde el estrecho camino alberga imágenes pérdidas en la cotidianidad de su gente.
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Los vecinos recuerdan un sinfín de episodios sucedidos en las calles de este sector tan popular de Quito. Como olvidar las manifestaciones que tenían lugar en las arterías que bordean la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central por ejemplo. Los enfrentamientos entre estudiantes y policías que se suscitaban en las principales calles de acceso al barrio, marcaban escenas imborrables en la memoria de sus habitantes según recuerdan muchos de ellos. Hoy el barrio ha entrado en un proceso de modernización, que busca revitalizarlo como espacio turístico. Los zaguanes empedrados y los corredores son lo característico del sitio y es que El Dorado, es el espacio que permite que el sol reine gloriosamente en sus escalinatas y sus pasajes, mientras la sombra se acumula en las iglesias y casas que se concentran en La Tola. En sus pendientes y bajadas inmensas que se pueden divisar desde el Itchimbía, El Dorado brinda un paisaje urbano cargado de espacios verdes, flores y árboles que brillan con la luminosidad de una soleada atmósfera que lo cubre todo, calles que se vuelven en su conjunto estanques de luz y aire tonificante. Esquinas que abrazan a los vecinos, callejones que empujan a ir más y más adentro, en fin una empinada composición arquitectónica de casas pequeñas, calles estrechas y encantos profundos.
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Central
Los quitos
Sur del
Texto: Marcela Benavides y María Fernanda Mejía marcela.benavidesgalarraga@gmail.com / mafaldamejia@gmail.com
Fotos: Martín Jaramillo
Guajaló,
una parroquia al sur de Quito que fue alcanzada por la ciudad en los años setenta y ahora es una potente centralidad.
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Lo que hoy se conoce como Solanda, recuerda Edwin, antes no era más que un largo potrero que correspondía a una hacienda de María Augusta Urrutia, una famosa aristócrata quiteña que hizo fama por su apoyo a las artes. Ella donó esa vasta propiedad a la Fundación Mariana de Jesús (de la que era presidenta) para establecer un proyecto de vivienda dirigido a familias necesitadas. La idea era construir una ciudadela de unas 5 000 casas, para aproximadamente 20 000 personas. Ahora Solanda es una parroquia que agrupa a 17 barrios, cuyo núcleo económico y espiritual es ese laberinto de callejas mínimas y locales comerciales. Esta es una de las pocas zonas de Quito en las que la arquitectura responde a la planificación original. Aquí son clásicas las “casas puente”, que conectan la segunda planta entre dos viviendas y que responden al diseño primigenio de Solanda, igual que las casitas prototipo, de 80 metros cuadrados, cuyo trazado muchos vecinos (al menos unos 2 000), decidieron alterar y, desde luego, afrontar la multa correspondiente.
Un skater aprovecha las renovadas veredas de la calle J en el sector de Solanda, un barrio que fue diseñado y planificado en los años 70.
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ara entender el sur de Quito hay que volver a los orígenes de la ciudad. Quito nació como un señorío étnico importante para el comercio de la región. Más tarde se transformó en una ciudad inca, con un sistema jerárquico de cacicazgos o llajtakunam, entre los que estaban los de Añaquito o Iñaquito, Cotocollao, Pisulí y Collaguazo, en el norte, y los de Machángara, Machangarilla, Guajaló y Chillogallo, en el sur. Con la conquista española cada cacicazgo cayó bajo un propietario español. Las pugnas entre ellos generaron retaceos y acaparamientos que devinieron en los barrios actuales. Al territorio del sur se lo denominó parroquia de Chillogallo y estaba compuesto por el pueblo homónimo, Guamaní, Guajaló y La Magdalena. Y así se mantuvo hasta que la ciudad moderna se amplió y se redefinieron sus límites parroquiales, primero con el Plan Turubamba de regulación urbana (1992) y posteriormente con la Administración Zonal Quitumbe (2001), que abarca cinco parroquias: Chillogallo, Turubamba, Guamaní, Quitumbe y La Ecuatoriana. La historia del Norte y el Sur es la historia de una segregación espacial que nació con la misma fundación española de Quito, cuando el centro de mando y las iglesias eran el referente de una centralidad exluyente. Esta división fue progresiva y casi imperceptible pero se asentó oficialmente con “el primer
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plan regulador de la ciudad de Quito, elaborado por Jones Odriozola y presentado por el alcalde Carlos Andrade Marín en 1945: mientras en el norte se localizaban “barrios jardines”, con viviendas de alta calidad para una población acomodada y de clase media, en el sur se preveía la instalación de una zona industrial rodeada por barrios obreros, habitados por una población de clase media baja.
Laberintos en el corazón del sur Solanda es un laberinto íntimo que se despliega entre parques y salas de belleza, tiendas de barrio, pequeñas casas, multifamiliares, escuelas... Sumergirse en uno de sus angostos pasajes, con la incertidumbre de no saber qué hay al otro lado, resulta un juego para quien apenas conoce esta parroquia del sur. Es un constante entrar y salir, perderse y descubrir vecindades, aventurarse con asombro y sin mapa. Es un laberinto estrecho pero numeroso. Está habitado por cerca de 80 000 personas, una cifra impensable para los primeros vecinos que, en la década de los setenta, se instalaron en la zona, como Edwin Meléndez, antiguo dirigente barrial quien llegó cuando tenía 30 años, con sus dos hijos pequeños. Ahora cumplió los 56 y ya es abuelo. Sus nietos son la tercera generación de solandeños en su familia.
23:00, de lunes a domingo. En su antiguo barrio (El Inca), “a las 19:00 no había ni un alma”. La afluencia de visitantes de esta y otras parroquias aumenta cuando se instalan en Solanda motivos de entretenimiento como la exposición de dinosaurios y megabestias, que estuvo en el parque lineal Río Grande, en la calle Cardenal de la Torre. Estos animales prehistóricos de fibra de vidrio atrajeron tanto como el Play Land Park. En ocasiones como esta, Solanda huele a caramelo y algodón de azúcar (a veces también a carne asada, tortilla de papa y sopa, o todo junto) y se llena de fotógrafos que ofrecen imágenes familiares al instante, literalmente al instante, pues las procesan en impresoras portátiles que llevan en sus mochilas. La exposición de megabestias fue un éxito en el Parque Lineal en Solanda: los vecinos agradecen la programación de los espacios públicos.
Estos pasadizos urbanos parecen constituir un museo de arquitectura poco común y pueden llegar a ser un atractivo, pero para sus habitantes también fueron -en su momento- causa de inseguridad. Por eso, hace 15 años, los moradores de los extremos de cada pasaje se pusieron de acuerdo para ubicar puertas al final de cada pasaje y bloquearon la entrada de personas extrañas al barrio. Sin embargo, eso causó otros problemas: si alguien olvidaba las llaves no le quedaba más que treparse los muros. Los solandeños superaron esa y varias etapas gracias a la organización y el liderazgo de sus habitantes, dice Bolívar Caza, quien llegó hace más de 30 años y hoy es dirigente barrial. Él recuerda que en sus inicios, el sector no tenía servicios básicos ni transporte. Los habitantes debían caminar desde sitios como la avenida Maldonado porque no existían líneas de buses que llegaran hasta ahí. Hoy es distinto, “Solanda ya está en su mayoría de edad”, dice. Habitantes como Lilian Vizcarra, dueña de un almacén de zapatos en el lugar, admite que no necesita salir de Solanda porque ahí lo tiene todo: la escuela para los guaguas, centros de recaudación de servicios básicos, el Mercado Mayorista, el parque ecológico, el centro médico San Pedro Claver, la iglesia San Ignacio de Loyola, la pista de atletismo, el estadio de fútbol.... La zona más transitada y comercial es la ‘Jota’, apodo de la calle José María Alemán, en la que se ofrece desde zapatos hasta los clásicos puestos ‘agachaditos’. Lilian dice que, en ese bulevar, el movimiento empieza recién a las 18:00 y se extiende hasta las
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Sin embargo, hasta hoy Guajaló es un punto de partida y referencia de los destinos urbanos. Allí confluyen las entradas hacia el extremo sur y hacia el extremo norte por la Avenida Simón Bolívar. El Puente de Guajaló no ha dejado de ser el hito que demarca las entradas y salidas de sur a norte. La zona no es percibida como segura debido al gran movimiento comercial a lo largo de la avenida Maldonado. “Hay delitos menores”, dice Anita Aguas, policía metropolitana encargada de la seguridad del sector, en referencia a los robos “sin violencia”.
Quitumbe: donde la virgen deja de dar la espalda Quitumbe se extiende desde la av. Morán Valverde hasta el límite con el cantón Mejía. En total esta administración zonal tiene 8900 hectáreas, 320 barrios y 291.439 personas, según la proyección municipal. La parroquia Quitumbe comprende 28 barrios. La zona central, que comprende los alrededores del Terminal Terrestre, el centro comercial Quicentro Sur y la Plaza Quitumbe, el área de mayor dinamismo.
El parque Las Cuadras es un punto de encuentro para la comunidad y un lugar de descanso y reposo durante la jornada y en los fines de semana.
En la noche sigue el movimiento y sus jóvenes habitantes lo saben: Solanda solo necesita descansar de cuatro a seis horas. Al día siguiente madrugará para iniciar de nuevo la jornada y así es siempre, de domingo a domingo.
Gualajó, la ruralidad alcanzada por la urbe Si para los que viven en el norte la Villaflora parece estar en el último extremo de la ciudad, irse a Guajaló o Guamaní debe ser como salir de paseo a otra ciudad. O al campo. Esta zona de la ciudad combina la lógica urbana de las grandes avenidas con el panorama todavía rural de los alrededores y con el paisaje industrial de algunas empresas que llegaron buscando los extramuros de la urbe, hace cuatro o cinco décadas, Durante la colonia, lo que hoy es Guajaló fue zona de huasipungos. Según Max Hidalgo, dirigente barrial, aún subsisten casas viejas que pertenecían a los hacendados de la zona. De hecho, algunas familias de los antiguos empleados todavía viven en el sector. Don Miguel Tacuri, memoria viva de Guajaló, recuerda que al principio el barrio eran unas pocas familias: los Tituaña, los Tipanluisa, los mismos Tacuri...
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En los años sesenta del siglo pasado tomó fuerza la segregación territorial y Guajaló se convirtió en zona fabril. Varias empresas montaron sus sedes productoras en la zona. Por entonces llegaron Tanasa, Liquigás, Levapán, Aymesa, entre otras. Y de los vecinos salió también la principal fuente de mano de obra. La tradición obrera es potente todavía en el barrio. La gente todavía se acuerda de las luchas que sostuvieron los sindicatos y que llegaron a ser parte de la cotidianidad de los vecinos. Hasta el 2009, año de inauguración del Terminal Quitumbe, Guajaló fue considerado el límite de la ciudad, una especie de microterminal hacia las provincias del sur. Es un barrio dinámico, de confeccionistas, obreros y comerciantes. Alguna población indígena también habita la zona, aunque es flotante y estacionaria según los ciclos del campo y el boom inmobiliario en Quito. El cambio fue brusco para los y las habitantes pues el comercio informal que vivía de ofrecer productos a los viajantes tuvo que trasladarse hacia el límite sur de Guamaní, donde se permite abrir las puertas de los buses interprovinciales. Otro tipo de comercio, sobre todo de confecciones, se ubicó en la antigua fábrica Cablec, hoy convertida en Centro de Comerciantes Minoristas.
“Hace unos 22 años, cuando yo era muchacho, aquí no había nada, solo había tierra, o sea terrenos y postes parados. Ha ido creciendo de a poco”. Así cuenta Rubén (36 años) cuyo padre fue uno de los primeros pobladores de la zona. “Solo había la ciudadela del ejército, que era la única que tenía privilegios, fuera de ella solo había lomas y árboles, ninguna vivienda”. No era zona campesina, recuerda, sino “de pastizales donde a veces se veía ganado, pero ningún sembrío ni nada. La única iglesia estaba dentro de la ciudadela del Ejército” Fue en la década de los setenta que se lotizaron las grandes haciendas e inicia un proceso de poblamiento desordenado. Empieza el cambio con la llegada de los alimentadores del Trole, hace más de 10 años, y luego con la estación Quitumbe en el 2008. Se experimenta entonces el boom de los proyectos habitacionales planificados que concentran la población en la zona y, a la par, las ofertas de servicios: la plaza Quitumbe, el parque Las Cuadras y el Quicentro Sur donde los locales y precios son exactamente los mismos que en el norte. Angelita Cagua (44 años) se preocupó con la compra que hicieron sus hijos mientras ella trabajaba en España. “Cuando me dijeron la Quitumbe, yo dije eso es detrás de la Coca Cola. Hace seis años, cuando me fui, eso era un tierrero ¡era montaña! No me imaginaba que ahora había hospital y que atrás podría haber esa maravilla”. Quitumbe ha tenido una lógica de “crecimiento con planes de desarrollo ordenado”, que difiere con la lógica de crecimiento espontáneo que ha dominado la realidad de los barrios de la periferia sur. Es más bien un centro residencial con una realidad de “ba-
rrio dormitorio”, pues el comercio y el movimiento matutino se centran en el centro comercial las Cuadras y en el Quicentro Sur. En menor medida en el Terminal Terrestre, con el cual no mantienen una interacción mayor a la de embarque y desembarque hacia el sur del país. A pesar de su gran desarrollo, buen parte de las actividades económicas siguen concentradas en el centro y norte de la ciudad: “Todas las personas salimos a trabajar, solo quedan quienes cuidan a los niños. En mi casa solo se queda el perro todo el día” dice Angelita, dueña de la peluquería ubicada en el centro. Ella invierte casi 3 horas por día en ir y venir. Desde las cinco de la tarde la gente empieza a volver. Hasta las diez u once de la noche aún se pueden encontrar tiendas y pequeños comercios abiertos. La vida en Quitumbe es tranquila, no hay una percepción alta de inseguridad “aquí no es peligroso, para nada, en el centro teníamos que hacer grupos de unas 6 gentes para salir. Acá no, salimos hasta de noche y no ha pasado nada”, dice Alexandra Piñas (27 años), quien llegó con su familia hace dos años. ¿Diversiones nocturna? “La Jota, en Solanda, es un punto de encuentro juvenil, hay bares, sitios para comer, venden películas. Acá hay solo un hotel y restaurantes en la mañana. De noche no hay nada”, dice Johnatan Mena, de 22 años. ¿La vida comunitaria? “Ha sido difícil, la gente acá tiene otra mentalidad diferente a la del centro”, sigue contando Rubén, quien vivió en Quitumbe en su infancia y regresó hace un año y medio “la gente es unida internamente, pero no se abren con la gente de fuera”. Angelita por su parte dice que todas las personas de los condominios son organizadas y solidarias. La Plaza Quitumbe (4 ha) y el Parque las Cuadras (24 hectáreas) son el atractivo de los sábados y domingos por sus espectáculos artísticos, ciclorutas, Bulevar Quitumbe Ñan y comidas. Desde las diez de la mañana, además, se puede encontrar teatro callejero y cantantes, tanto independientes como contratados(as) por el Municipio. “El parque es como el de la Carolina” dice Rubén; “Me encanta vivir en esta parte del sur, es como si viviera en el norte”, acota Angelita. La oferta educativa es amplia y se destacan el Colegio Quitumbe y la Escuela Bucheli en cuanto a educación básica, y en la superior, la Universidad Politécnica Salesiana. Un referente importante es el Hospital del Padre Carollo (nombre oficial: “Un Canto a la Vida”), entidad que abrió su atención en 2008 y que, pesar de no ser público, es visto como la única alternativa económica y confiable en servicios de salud.
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Central
Don Rosalino Bautista, agricultor y artesano de Tolóntag, en Píntag. Él es un convencido de la vocación agrícola de su tierra.
La resistencia verde en los
valles de Quito
Texto: Estafanía Ochoa • Fotos: Martín Jaramillo estefy8a@gmail.com
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isitar los valles del Distrito durante los fines de semana es una alternativa muy común para muchos quiteños que viven en la capital. En estos lugares se respira otro aire, el clima es más cálido y existe una naturaleza palpitante y acogedora. De entrada, está el inconfundible olor de eucaliptos, pinos y acacias, los ríos y quebradas, los lugares de gran atractivo turístico como el nevado Antisana o la laguna de La Mica, aguacates que se desmoronan debajo de su árbol, macetas, flores y pequeños huertos en donde se cultiva desde choclo hasta uvillas. Frente a este hermoso paisaje natural están los acelerados procesos de urbanización, que transforman grandes extensiones de tierra y verdor en condominios y conjuntos habitacionales. Aunque esta es una realidad latente, todavía podemos encontrar sectores donde el crecimiento urbano y demográfico no ha afectado las zonas verdes. En barrios como Tolóntag, en el valle de los Chillos, o la Morita, en Tumbaco, la resistencia verde se siente con fuerza.
En Tolóntag la agricultura es lo primordial La historia del general Píntag puede ser contada por un anciano como por un niño pinteño. Es muy conocida por los habitantes de esta parroquia en el Valle de los Chillos, y todos se llenan de orgullo al relatarla. El relato dice que el valeroso general Píntag resistió nueve años a la invasión incaica. Como gran estratega, durante todo ese tiempo supo manejar una guerra de guerrillas y así proteger los asentamientos que existían en la zona que hoy lleva su nombre. Cuando por fin Huayna Cápac lo atrapó, le pidió su rendición, pero el general temerario prefirió morir a rendirse; al ver esto el Inca, furioso, mandó a despellejar su cuerpo.
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Se dice, en la leyenda local, que con esa piel se fabricó un tambor que suena todos los años en las festividades de la parroquia. Esta historia está presente en toda la comunidad, es parte de su herencia y se mantiene viva porque ha sido trasmitida de generación en generación. Todos en los treinta y cinco barrios de Píntag la conocen bien, e incluso mejor en los barrios más antiguos, como Tolóntag, de donde tuvimos el privilegio de escucharla. En Tolóntag vive don Rosalino Bautista, agricultor y artesano de sesenta y cuatro años. Para llegar a él, sólo bastó dar su nombre a algunos vecinos, que en seguida nos ayudaron con la dirección. Para ser un barrio de siete mil personas todos se conocen bien, saben quién vive al lado, al frente e incluso saben quién vive más allá... al otro extremo de la ladera. La casa de don Rosalino es casi un tributo a la Madre Naturaleza, ningún rincón se desperdicia, en una esquina están los cuyes, un espacio pequeño ocupa el corral para las gallinas, debajo de un eucalipto están las colmenas de abejas, y en su huerto, la lista podría ser infinita, se produce cebada, ocas, habas, arveja, choclos, cebolla, zanahoria, culantro y albahaca. “Todo pinteño tiene tierras, pero no todos se dedican ciento por ciento a la agricultura. La mayoría sale a prestar servicios de albañilería en Sangolquí o San Rafael” nos explica don Rosalino. Él es de los pocos que viven de la agricultura, y su trabajo le ha dado grandes beneficios: hace poco compró un auto para transportar sus productos desde Tolóntag hasta el mercado de Sangolquí, donde vende huevos criollos, miel fresca y verduras. Además está convencido que una forma de devolver lo generosa que es la tierra con él y su familia es participar activamente en las fiestas parroquiales: por eso, desde hace algunos años fabrica tambores
con pieles de animales. Estos instrumentos son muy significativos para la comunidad, son símbolo de lealtad, tradición y valentía. Con los años, la comunidad y sus dirigentes han logrado obtener todos los servicios básicos, mejoraron el alumbrado público que antes era demasiado vulnerable al viento y a las lluvias y algunos hogares ya tienen líneas telefónicas. A diferencia de otras parroquias de los Chillos como Conocoto o Alangasí, donde se percibe más la expansión urbana, en Tolóntag y en Píntag las personas, en general, se preocupan por mantener sus tierras netamente para la agricultura. Si es del caso, la venta de esos terrenos no se hace a extraños. “La tierra es importante porque es una herencia, nosotros la recibimos de nuestros padres, y la mantuvimos. Después será de nuestros hijos, y ojalá ellos hagan lo mismo. Ellos se criaron con la idea de que la tierra debe ser producida” anhela doña Susana, esposa de Rosalino. Además del principio por conservar la tierra que tiene la comunidad, hay otra circunstancia que hace que el crecimiento urbano haya alterado tanto a esta zona. Juan Valdivieso, director de Gestión Participativa para el Desarrollo en el Valle de los Chillos, explica que desde el plan de desarrollo, Píntag figura todavía como una zona agrícola, una de las más importantes para proveer de alimentos a todo el Distrito. Muchos terrenos y lotes no están legalizados y para la comunidad esto es un problema, cuando no se puede repartir con escrituras la herencia de tierras entre los hijos. “Se ha convertido en un espacio en tensión, entre la necesidad de fraccionar el suelo para repartirlo y la planificación del Distrito que mantiene ese sector como zona agrícola”, concluye
Don Carlos Carlosama, actual dirigente de La Morita. El barrio surgio con la lotizacion de la hacienda Puertas Guarderas
Valdivieso. Que la vida agraria sea una vida confortable y que el campesino goce de acceso a los servicios y la tecnología actuales es determinante para esto, y por el momento en ese camino se buscan soluciones que beneficien a ambos. Por ahora, Tolóntag se mantiene como un barrio totalmente verde, tranquilo y bonito. Está ubicado en las faldas mismas del Antisana, y el aire que se respira aquí puede purificar cualquier pulmón dañado o liberar ese estrés común que padecemos los citadinos. Además, llegada la noche, difícilmente en otro lugar se podrán ver tantas estrellas y constelaciones: son puntos macizos de luz que iluminan todo el barrio.
La Morita II, un barrio con quebradas y aves “Yo no tengo reloj, mi mejor reloj son los pájaros, si ellos empe-
zaron a cantar, es que ya debo despertarme” dice Jenny Arteaga, vecina del barrio la Morita II. En su casa, una construcción de adobe y madera, se vive con tranquilidad. Ella y su familia están rodeados de plantas, que se benefician del agua de riego que llega a más de ochenta familias. Gracias al agua puede mantener su huerto activo, y en él se destacan sobre todo árboles frutales como el aguacate y el tomate de árbol, enredaderas como uvillas o moras, además de una gran cantidad de verduras. El barrio es relativamente joven, según relata don Carlos Carlosama, actual dirigente. Hace muchos años esta era una gran hacienda, propiedad del señor Jorge Puertas Guarderas. En 1998, aproximadamente, el propietario decidió lotizar y vender estos terrenos. Muchas personas
que buscaban un lugar tranquilo y seguro para vivir no tardaron en comprar un terreno aquí. Así nació la Morita II, con moradores que gustan del campo y la naturaleza. Al inicio no contaban con los servicios básicos, pero gracias a la organización interna del barrio y a su arduo trabajo en poco años han conseguido los servicios, además de un parque que se sigue construyendo, en el que habrán varios atractivos, canchas de fútbol y de básquet y un sendero sombreado por árboles de eucalipto. Ahora lo que quieren los vecinos es mejorar es el camino de acceso, pues los autos al pasar levantan gran cantidad de tierra, que queda pululando en el ambiente. No solo es exasperante para las personas que están caminando llenarse de tierra, sino que es evidentemente malo para la salud. Esperan, con-
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Comuna Chonta Alance: de aquí nace San José de Minas Texto y fotos: Juan Fernando Saavedra
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omo si se tratara de una leyenda, sus modestas estructuras de tierra acumulada en forma de tolas, sus pucarás y pirámides guardan secretos en su interior de alguna civilización que habitó este lugar antes de la Conquista y la República. Una vez estructuradas las comarcas españolas y mestizas, vivieron por acá tres hermanas que fueron conocidas como las brujas Arias: ellas se constituyeron en referencia de una vida criticada y condenada por pagana y desordenada, por hacerse en medio de borracheras, fiestas y hechicería. En otra página de su historia la comuna Chonta enfrentó un brote de peste bubónica y otro de fiebre amarilla. Como una medida emergente y desesperada quemaron sus viviendas, con todo y las personas infectadas de la enfermedad dentro de ellas... Los más ancianos aun recuerdan con cierta nostalgia los aromas a cañaverales y guarapos que emanaban los enormes campos y fábricas de aguardiente de la hacienda Pirca. Este latifundio fue confiscado a los jesuitas por el presidente Eloy Alfaro y entregado en donación al Colegio Nacional Mejía. Más tarde, durante el proceso de Reforma Agraria en los años 70 se fragmentó en pequeños terrenos, que fueron entregados a huasipungueros y arrendatarios. Muchos terrenos productivos terminaron, lamentablemente, abandonados.
Vivienda tradicional de la ruralidad quiteña: la construcción “se mete” en la peña en un antiguo recurso empleado en los Andes para combatir el frío.
fiados, que con el Nuevo Aeropuerto mejoren las vías de acceso hacia el sector. Aunque no habían llegado con fuerza los urbanizadores, precisamente esa nueva gran infraestructura ha generado nuevos intereses, lo que a sin duda ha elevado el precio de los lotes (un espacio de seiscientos metros oscila entre setenta a noventa mil dólares). La idea de que el barrio se llene de urbanizaciones y conjuntos habitacionales sí que preocupa a los moradores. Esperan que las personas que lleguen a vivir en la Morita mantengan ese gusto por el campo, que respeten el silencio, la flora y la fauna del lugar. A Margarita Ortiz le inquieta en especial el tema de los pájaros: ella ha visto más de diez especies de aves, desde lechuzas hasta quilicos. “Me asusta pensar que con el ruido de los autos y
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las construcciones los pajaritos se vayan a alejar, perderíamos a estos animalitos maravillosos”. La fauna que existe es fascinante y se debe a las dos quebradas que rodean el barrio, la quebrada de Chilcapugro y la de Chiriqui. Configuran todo un ecosistema, que hace más notoria la identidad de “campo” para este territorio. Otro aspecto llamativo son las cercas pequeñas y árboles frutales a la entrada de las casas: no hay muros enormes ni cercas eléctricas, pues el barrio es seguro y sus habitantes, que se conocen entre sí, se sienten muy privilegiados por eso. Con un clima cálido donde rara vez llueve, más las quebradas y los pájaros de la zona, este barrio es ideal para encontrarse con la naturaleza, que está literalmente al alcance de la mano.
TUMBACO
PINTAG
La historia de la comuna se remonta a épocas aborígenes, los mezlca con los desenlaces de la Conquista española y un poco de brujería: se amalgaman en una sola la identidad de la Comuna Chonta Alance, que actualmente mantiene como actividad principal para su economía la agricultura. Enormes sembríos de zanahoria blanca, maíz, camote, fréjol, amaranto matizan la región en tonalidades verdes y marrones. Como refugio de tradiciones se muestran grandes trompos que golpean pequeñas rueditas de madera en el legendario juego de cabe. Conjugado con la dedicación constancia y algarabía de su gente hacen de la Chonta Alance un refugio de naturaleza, tradición y cultura. John Flores de 46 años de edad, oriundo del sector, nos cuenta que La Chonta es su vida, su niñez, sus amigos y su familia; con incontenible añoranza nos cuenta que desde su niñez tuvo que paulatinamente alejarse de su terruño para educarse y buscar mejores oportunidades para él y su familia. Actualmente propietario de una pastelería en la urbe quiteña, pero menciona que dentro de sus planes familiares está volver a su tierra en busca de nuevas perspectivas económicas como es el turismo. Considera que la paz y tranquilidad, frase que enfatiza a lo largo su relato, son una de las fortalezas más grandes de esta comunidad. Proyectar de acuerdo con las tendencias económicas coherentes para la ruralidad sería una herramienta que permitiría mantener alejada a la comuna de los procesos de cambio de la gran ciudad. Además de la agricultura, el turismo ofrece oportunidades no exploradas para un desarrollo que sea respetuoso de esta pintoresca y arraigada historia y de sus particularidades.
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Con sentido
No hay caminos hacia el
matrimonio gay Texto: Revista Q • Ilustración: Diana Armas Reportería: Ximena Yépez
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a marcha nupcial nos advierte de que se celebra una boda. Todos imaginamos la escena de una mujer con largo vestido blanco y un hombre de etiqueta que, con un beso y un anillo, sellan su amor. Sin embargo, en plena globalización y amanecido el nuevo milenio, las cosas han cambiado. Los novios de esta boda imaginaria e imposible en la línea ecuatorial son hombres los dos, las novias son ambas mujeres. Algunas organizaciones del colectivo GLBTI (siglas de las identidades gay, lesbiana, bisexual, intersexual y transexual) solicitaron al Presidente Rafael Correa, de forma urgente, les permita ejercer el matrimonio igualitario. El Mandatario dijo que llamaría a un referéndum. Brasil, México (2009) Argentina (2010) Uruguay, Gran Bretaña, Inglaterra y nueve países más alrededor del Mundo, se suman para bailar el vals nupcial de hombre con hombre y mujer con mujer. Según Paola Pabón, asambleísta por Alianza País (PAIS), esta no es la mejor alternativa cuando se trata de derechos de minorías, porque el resultado puede resultar perverso. Destaca el proceso llevado adelante en Uruguay, donde el presidente José Mujica puso su capital político en juego y ejerció su voz de autoridad para impulsar el debate legislativo. En el Ecuador no han sonado aún las campanas para este tipo de matrimonio, aunque las parejas de hombres y mujeres hace rato que viven juntos: no habrá habido la boda, pero ya todos se han comido el pastel. Por supuesto, aquí y en todo el mundo (Francia es un caso reciente) el tema polariza a dos bandos antagónicos. Por un lado, los miembros más conservadores del mayoritario grupo heterosexual rechazan esta propuesta, apoyados frecuentemente en su tradicional moral religiosa. Del otro hay activistas y parejas que han visto en la Constitución y su carácter inclusivo una posibilidad real para ejercer el derecho a formar pareja con quien a bien tengan. En el plano legislativo, la Asamblea enfrenta un reto en forma de rompecabezas: deberá dar con la norma para armonizar lo que establece el artículo 11, numeral 2 de la Constitución, con la Ley del Registro Civil en materia de identidad de género. Deberán considerar los mandatos constitucionales de los artículos 83 numeral 14, sobre respeto y recono-
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cimiento de la identidad sexual; y 21, sobre libertad estética. Las parejas de gays o lesbianas buscan unirse para consolidar un patrimonio común y fortalecer sus relaciones afectivas. Para ello, según la norma legal actual, debiera cambiarse la definición de sexo, más allá de la identidad de género. El sexo es una característica natural o biológica, el género una construcción cultural que hace referencia a un conjunto de roles. La abogada Elizabeth Vásquez defiende el derecho a la identidad de género, que la Ley de Registro Civil debiera avalar. Al dar los datos para la cédula, se debiera poder decidir el género. Pero esto no es posible y, dado el escenario político, es difícil que el cambio vaya a darse. La partida de nacimiento confirma legalmente quién es mujer y quién hombre. Este documento de identidad, según la asambleísta, sería el único que autorizaría el cambio de sexo, pero no hay acuerdos. El tema de la identidad de género se ha vuelto sensible y casi todos lo esquivan en la Asamblea Nacional. En los pasillos del parlamento oímos a un joven asesor tildar de amarillista al tema y otros decidieron que la reportera era lesbiana por el simple hecho de interesarse en investigar este tema. Para Diane Rodríguez, del colectivo Silueta X, lo del matrimonio es importante para contados GLBTI. Su prioridad es, más bien, terminar con la discriminación en salud, educación y empleo. Recalca que el acceder a los derechos básicos, como la identidad, no es un asunto individual sino colectivo. El telón de fondo para la hipotética boda entre dos hombres o dos mujeres son los derechos humanos, pero la boda acabó antes de celebrarse: no existe piso, políticamente hablando, para hablar del matrimonio igualitario. El pasado agosto, la Comisión respectiva trató las reformas a la Ley de Registro Civil y está listo el informe para segundo debate. La identidad de género consta en la Constitución de 2008. El matrimonio entre personas del mismo sexo no tiene luz verde en nuestro país. El documento que autorizaría el cambio de sexo sería la partida de nacimiento. El presidente de la comisión, Richard Calderón, aseguró que las reformas no darán paso al cambio de sexo.
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Con sentido
Con sentido • Opinión
Quito: una ciudad llena de música
¡Qué iras!
Cebras sin uso
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l irrespeto al paso cebra parece ser uno de los deportes predilectos de los quiteños y quiteñas. A numerosos conductores, por ejemplo, nunca nadie les dijo que ese territorio es de los que vamos a pata. Los carrohabientes sin consciencia que hay y son muchos, se plantan orondos sobre la zona segura para ver mejor la bocacalle o, meramente, para llegar a la sombrita… Como el peatón o peatona reclamen, recibirán a vuelta de correo una mirada desconcertada y una boca abierta que no sabe qué le están reclamando. Por su parte, tampoco los peatones defienden el paso cebra y, de hecho, los hay que ignoran del todo a esta valiosa señalización sobre el asfalto. Espíritus libres y audaces, como artistas que se saltan los límites impuestos por los críticos y los académicos, estos peatones prefieren el riesgo y la adrenalina, jugarse la vida bailando complicadas coreografías para esquivar a los vehículos en movimiento, brincar para cruzar por donde su voluntad les mande… Los pasos cebras, pobres,
permanecen abandonados, usados por algún perro pilas pero no por la gente. Ni siquiera los policías nacionales o metropolitanos hacen respetar del todo estos recursos para organizar el tránsito de los peatones por la ciudad. En la Amazonas y Cordero hasta nos dimos en la cara con una camioneta policial parqueada en pleno paso cebra, obligando al peatón a hacer las cabriolas del párrafo anterior. Nadie dio explicación alguna, y los otros peatones más bien miraban como a un loco al cronista que buscaba respuestas… Por cierto, algunos pasos cebras, por falta de mantenimiento, se van borrando, se van perdiendo. Luego, no es difícil que el conductor ignore esta señalizaciones en mal estado, quizá ni siquiera lo hizo por mala fe ni para que yo me muera de iras como hago con todo: simplemente la señal sea vuelto invisible por obsoleta y descuidada, es una cebra inútil.
Texto: Editor Revista Q
Texto: Carlos Arboleda López www.quitoculturaviva.gob.ec
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os mujeres mayores, en el Centro de Desarrollo Comunitario La Roldós-Pisulí, en el norte de Quito, cuentan cómo se han hecho amigas en el taller de guitarra que allí se imparte y en el que se han inscrito tanto para ocupar unas horas de la mañana de un miércoles, como para, en sus palabras, entender a sus hijos, a quienes les priva la música y, en particular, ese instrumento. En los Centros de Desarrollo Comunitario de San Antonio de Pichincha, Conocoto, Calderón, grupos de jóvenes se reúnen puntual y comprometidamente dos veces por semana para ensayar con los grupos o ensambles que han conformado, dar forma a canciones o piezas musicales que les encantan y quieren poder ver cómo renacen de sus manos e instrumentos, bajo la guía de sus instructores. Cuando pensamos en el aprendizaje musical, nuestro primer pensamiento se dirige hacia partituras, instrumentos y repertorio clásicos, hacia conservatorios y academias. Dentro del Distrito Metropolitano Quito, esta oferta está cubierta por este tipo de centros especializados; incluso en las últimas décadas, prestigiosas universidades privadas han abierto con éxito inédito carreras de música. Sin embargo, esta oferta se dirige, por lo general, a estratos socioeconómicos favorecidos y se centraliza en la zona norte de la ciudad. ¿Qué sucede con manifestaciones mucho más populares de la música, más cercanas al resto de comunidades o sectores populares de nuestro ámbito urbano? ¿De qué manera se puede aprovechar y motivar el talento existente en los barrios, en las comunidades, que por alguna u otra razón no encuentran en el campo académico su destino original? ¿Cómo se puede encaminar esos potenciales músicos hacia una formación más especializada en los centros formales ya existentes? A partir de estas reflexiones, el programa Quito Cultura Viva y sus Escuelas Metropolitanas de Arte y Cultura ofrecen una alternativa a la ciudadanía: la creación de una Escuela Metropolitana de Música, que abarque la totalidad del Distrito Quito y lleve cursos a los barrios y comunidades que lo conforman. Desde su puesta en marcha en abril de 2013, la Escuela Metropolitana de Música ha implementado 30 talleres
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en 24 Centros de Desarrollo Comunitarios, en siete Administraciones Zonales del Distrito Metropolitano Quito. De San Antonio a Amaguaña, de Tumbaco a San Marcos, talleres de guitarra, coro, ensambles musicales, percusión, apreciación de músicas del mundo, entre otros, acercan estas actividades a las comunidades y se manifiestan como un gran elemento de cohesión social. Los participantes coexisten en un espacio inclusivo, sin limitación por género, edad, origen étnico o condición social. La música constituye un elemento vinculante, un pretexto para compartir experiencias y estrechar relaciones, una manera de identificar talentos y brindar orientación hacia canales más estructurados. Por otro lado, la Escuela colabora con otras entidades municipales, como la Casa de las Bandas de Pueblo y el Centro de Arte Contemporáneo, así como con las mismas Administraciones Zonales. Se convierte en un vínculo para reforzar procesos emergentes y proyectar propuestas artísticas en Casa Abiertas y eventos puntuales en la ciudad, a la vez que permite el contacto de las mismas con los participantes de los cursos, por medio de charlas, clínicas, muestras artísticas o seminarios. Durante el mes de agosto de 2013, Quito Cultura Viva ofreció 28 talleres vacacionales de música en todo el Distrito, actividades de corta duración, con el objetivo de compartir temas específicos sobre la música por medio de dinámicas lúdicas: desde crear efectos vocales y aproximarse a la música por medio de juegos y rondas, hasta reflexionar sobre la historia y estilos de la música popular a nivel global y en la escena musical quiteña de los últimos años. Para el ciclo de cursos que inicia en septiembre, se dará continuidad a los talleres ya implantados y se busca elevar su oferta, tanto en lo que refiere a diversidad de los mismos, cuanto a su alcance en más Centros de Desarrollo Comunitarios. El interés y demanda suscitados en la ciudadanía son crecientes y Quito Cultura Viva espera responder satisfactoriamente a ellos. Les invitamos cordialmente a participar en los talleres y actividades que se ofrece, a llenar la ciudad de música.
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Con sentido
Encuentro sobre
movilidad E
l Encuentro Internacional sobre Transporte Sustentable se llevará a cabo en Quito el 16, 17 y 18 de octubre. Se trata de un escenario donde los responsables de gobiernos locales iberoamericanos intercambiarán experiencias y conocimientos para abordar la reordenación de la movilidad en sus ciudades de acuerdo con principios de sostenibilidad, integración, inclusión social, seguridad vial, responsabilidad ambiental y eficacia energética. Se espera que de este intercambio salgan mejores medidas, de acuerdo con las realidades específicas de las ciudades, en materia de movilidad urbana. Los temas a tratar serán el incremento de la multimodalidad y mejora del transporte público en las ciudades, la incorporación de las nuevas tecnologías en el control del tránsito y la seguridad vial y la promoción del uso cotidiano de la bicicleta y los desplazamientos peatonales. En las grandes ciudades se presentan los mismos problemas de movilidad, por tanto este encuentro brindará la oportunidad de compartir soluciones y crear nuevas estrategias comunes. En este Encuentro estarán presentes varios expertos internacionales. Además contará con la Feria de la Movilidad, espacio de stands interactivos con juegos y actividades para que la ciudadanía conozca el trabajo realizado y los proyectos a futuro en el tema movilidad. La movilidad en Quito, ciudad de 1,608 millones de habitantes según datos oficiales del Censo de 2010, es problemática. El tráfico es pesado durante casi todo el día y la afluencia de pasajeros en transporte público son
Texto y foto: Revista Q dificultades de todos los días. Ante esta situación, la actual administración ha ejecutado un plan de movilización que, con varios proyectos ya terminados y otros por venir, busca cambiar la mentalidad de la ciudadanía: Quito debe estar pensado para que la prioridad en movilización sean las personas, no los vehículos. El concejal Patricio Ubidia explica que este proyecto tiene como eje central la regularización de las modalidades de transporte (de las cuales las más problemáticas y menos sistematizadas eran taxis, carga liviana y transporte escolar) en un “proceso de reorganización del transporte público con este nuevo modelo de gestión”. Dentro de este se incluye, por ejemplo la instalación de un Sistema de Caja Común para controlar, supervisar y manejar el tráfico de manera más efectiva. “Esto nos permitirá reorganizar el sistema integrado de transporte en lo físico y también en lo tarifario. Con la apertura de los Corredores Sur Occidental y Sur Oriental por ejemplo se permite la integración de estos a rutas y frecuencias para barrios que antes no tenían este acceso; estamos hablando de casi 300 barrios y más de 100 mil personas beneficiadas con estos alimentadores”. Para Ubidia, la problemática de movilidad con la que convivimos día a día en la ciudad se debe a que la ciudad fue planificada pensando en el uso del automóvil como primera necesidad. Además de cambiar este esquema mental, el plan de movilidad busca devolver un transporte digno y eficiente a la ciudadanía así como organizar el transporte de forma que la ciudad siga creciendo de forma planificada.
Una década en dos ruedas
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Hace 10 años comenzó a practicarse en Quito el Ciclopaseo, una iniciativa colectiva semanal que convoca a miles de personas cada fin de semana. El domingo 22 de septiembre se conmemoró el aniversario de esta oportunidad para disfrutar del espacio público caminando o cicleando.
Diego Puente, director de Ciclópolis, recordó que en diez años se han realizado 360 ciclopaseos. Destacó que el Ciclopaseo esté incorporado a la política de movilidad, que se ha duplicado la cantidad de ciclovías y que existe un sistema de bicicleta pública.
Los participantes se reunieron a las 09:00 en Iñaquito y partieron hacia el Bulevar 24 de Mayo, donde se entregaron varios reconocimientos a quienes han impulsado el Ciclopaseo dominical. El acto cerró con un atractivo concierto.
El primer Ciclopaseo se realizó en abril del 2003, recorrió 9,5 km y la participaron unas tres mil personas. Inicialmente se lo programó con una frecuencia mensual y fue una iniciativa ciudadana con apoyo municipal.
Al anunciar la programación que se preparó para celebrar los diez primeros años del Ciclopaseo, el alcalde Augusto Barrera resaltó el cambio cultural que ha generado esta iniciativa. Señaló que uno de los cambios más importantes que genera el Ciclopaseo es recuperar las vías para la gente.
Desde el 2009, la cita se realiza todos los domingos del año y cubre una ruta de 26 km, desde el Parque de los Recuerdos al norte hasta el Parque las Cuadras al sur y se estima que en él participan entre 15 y 20 mil personas. El horario es de 08:00 a 14:00. (Noticias Quito)
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Con sentido
El Metro de Quito
sus aportes y oportunidades para la ciudad Texto: Eugenio Proaño Tola euprano@hotmail.com
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nternacionalmente existe una corriente generalizada en muchas ciudades del mundo, que busca reducir la utilización de vehículos que circulan en superficie y favorece la implementación del transporte público masivo sustentable, como alternativa para disminuir la compleja problemática de la movilidad. En Quito, la solución de esta problemática es la primera prioridad, ya que durante décadas el desplanificado crecimiento y desarrollo urbano se ha realizado bajo un patrón incontrolable de expansión horizontal de la mancha urbana, que se tomó los extremos norte y sur de la ciudad, así como los valles orientales; originando una ciudad longitudinal con baja densidad de ocupación del suelo e inequitativa distribución territorial de los servicios; por lo que desde la praxis operativa de la movilidad, se presenta un problema concentrador de tendencias de desplazamiento cuyo destino territorial es el hipercentro de Quito incluido el Centro Histórico. El MDMQ respaldado en los estudios técnicos eligió al Metro como el sistema de transporte masivo sustentable que ayudará a reducir el problema de la movilidad, operando como columna vertebral del nuevo sistema integrado de transporte masivo que ordenará y articulará todo el sistema de transporte público; considerando que la movilidad es un elemento del sistema de inclusión y equidad social que contribuye a la búsqueda del buen vivir ciudadano. Entre las justificaciones técnicas más explicitadas institucionalmente, están las que tienen que ver con la capacidad de movilización de usuarios, la reducción de tiempos de movilización, disminución de buses en el Centro Histórico, los beneficios ambientales, la generación de plazas de trabajo, etc. Sin embargo, existen otros aportes y oportunidades que el Metro como servicio público in-
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tegrador puede proporcionar a la ciudad. Reducción de costos de economías externas. Con la aplicación de tarifas diferenciadas a usuarios que por su condición se consideren beneficiarios. Disminución de costos por perjuicios generados por el automóvil, tales como: emisiones de CO2, accidentes, muertes, ruidos, atascamientos. Ahorro por tarifa del Metro frente a costo del automóvil. Ahorro energético pues se dejará de utilizar millones de galones de combustible. Adicionalmente, la no ocupación de espacio viario en superficie y la eliminación de interferencias con el transporte público. Escenario para un nuevo modelo de gestión cultural. Permitirá la Implementación de un nuevo modelo de gestión cultural y educación ciudadana, orientados a preservar un bien público, con el respaldo de un nuevo marco jurídico. Podrá ser un corredor cultural con nuevos espacios en las estaciones como escenarios de múltiples expresiones artísticas populares. El Metro facilitará el acceso público a diversas actividades sociales y culturales presentadas en horarios nocturnos. Mediante el empoderamiento ciudadano, el Metro se convertirá en un nuevo símbolo de identidad reforzando el sentido de pertenencia a la ciudad. Transformaciones en el crecimiento y desarrollo de la ciudad. El Metro contribuirá a la construcción de un desarrollo equilibrado y solidario, promoviendo la equidad territorial a través del acceso equitativo a los bienes y servicios. Facilitará la accesibilidad a la ciudad, mejorando la conectividad al interior de la misma. Coadyuvará a la gestión integral del territorio como CiudadRegión, potenciando al DMQ. Generará además un nuevo ámbito de relaciones espaciales. Contribuirá a la densificación urbana, reduciendo la estratificación en la ciudad y adicionalmente, fomentará la creación de nuevas centralidades en su trayecto.
Nuevo estatuto de movilidad a nivel de urbanismo. Sin duda alguna, el Metro es el plan urbanístico más importante de transformación urbana que se está implementado en la ciudad. Obligará a la aplicación de nuevas políticas de uso y renta del suelo. Permitirá la recuperación y creación de nuevos espacios públicos en superficie para peatones y ciclistas, fomentando la movilidad sostenible. Propiciará el desarrollo y consolidación urbana. Generará nuevas oportunidades urbanísticas por la creación de estaciones. Conducirá a la implementación de nuevos modelos de integración y relación urbana, así como de difusión peatonal. El Metro como promotor de desarrollo social. Puede ser el espacio para la aplicación de derechos ciudadanos y accesibilidad al transporte, para usuarios con cualquier tipo de discapacidad y/o movilidad reducida, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad. Como servicio contribuirá a la aplicación de una política pública de valores como la solidaridad y el respeto. Propiciará la disminución de la fractura social, potenciando el proceso integrador de inclusión socio económica, equidad y desarrollo social. Las estaciones como puntos de convergencia e intercambio favorecerán el fortalecimiento de la malla social. Como en otras ciudades del mundo, el Metro demostrará ser la mejor solución técnica para paliar el problema de la movilidad, en la medida en que no sólo sea el sistema de transporte masivo de usuarios, sino además la alternativa eficiente que desestimule el uso del vehículo particular. La responsabilidad de pensar en el bien común y los beneficios para la ciudad y colectividad, nos debería obligar a superar el escotoma político con el que se mira y valora su ejecución, y a apreciar con actitud proactiva en su real dimensión la importancia de esta obra.
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Con sentido
Incendios provocados Fotorreportaje: Paúl Navarrete paul.navarrete@gmail.com
Texto: Alfonso Espinosa Andrade
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l parque Metropolitano sufrió desde el domingo 22 de septiembre el embate de un incendio forestal presuntamente provocado que duró más de dos días, afectando un área aproximada de 38 hectáreas. El parque tiene una extensión total de más de 400 hectáreas. ¿Quiènes pueden haber provado estos incendios? Conforme los bomberos informaban del hallazgo de vestigios que indican que los siniestros fueron provocados, una mezcla de estupor e ira me invadía. Y, al menos por una vez, los indignados hemos sido legión. (cont. pág. 57)
Vestigios de material pirotécnico encontrado y fotografiado por el Cuerpo de Bomberos en los sitios de los siniestros: con estos petardos se inició o se avivó el fuego.
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Nos asiste la razón desde varios puntos, el primero y más obvio el del sentido común: qué daño también habrán hecho los árboles a fulano o sultano, pirómanos desadaptados que se desahogan o se divierten perversamente viendo crecer el fuego. Y es para morirse de las iras saber que estos delitos han demandado ingentes inversiones de dinero público, por arriba de los dos millones de dólares. Las iras en esta ocasión son solidarias con la naturaleza malamente afectada y también con los vecinos más próximos de los incendios. Su salud se vio afectada, no solamente en los pulmones y gargantas donde el humo y la ceniza impregnados en el aire hicieron lo suyo, sino por los estragos psicológicos que genera el saber que cerca de casa las llamas lo están consumiendo todo. El miedo y el estupor imperan, en especial entre los niños a quienes les han enseñado a amar a la naturaleza y protegerla. Con el cielo anaranjado y todo el norte de la ciudad oliendo a humo, las iras se me amontonan en la garganta en forma de grito y de insulto que habría que lanzar en la cara de los miserables, insensibles y arrogantes provocadores de incendios, verdugos de víctimas calladas que nada pueden hacer desde su raíz para defenderse. Los técnicos valoran en décadas el tiempo que tomará recuperar el ecosistema perdido en pocos días de infierno.
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Culturas
El colombiano Mario Mendoza junto a Lucrecia Maldonado y Juan Carlos Moya durante su diálogo en el encuentro literario que tuvo como sede al Centro Cultural Benjamín Carrión.
Una ciudad para las Texto: Aurelia Romero y Cordero • Fotos: Martín Jaramillo aure.romero@gmail.com
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letras 59
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rase una vez, como tantas otras veces, una ciudad del tercer mundo, capital de un país chiquito nombrado en honor a la línea imaginaria que divide al mundo en dos. En esta ciudad caótica, heredera de leyendas, lugar donde la mayoría de sus habitantes se vestían según las últimas reglas mundiales de la moda a pesar de seguir comportándose según las reglas más tradicionales –di que lo eres aunque no lo seas, si cometes un pecado escóndelo- , había escritores y poetas. Al parecer no hay lugar en el mundo que quede libre de esta maldición. Durante el 25, 26 y 27 de octubre de este año, en esta ciudad de este país se llevó a cabo durante tres días y por tercer año consecutivo, un Encuentro al que llamaron “Quito Ciudad de Letras”. La intención principal era que en este espacio autores nacionales e internacionales –así como futuros autores, intentos de autores y curiosos- compartieran durante varias horas al día sus experiencias, inquietudes, conocimientos y conceptos literarios. La idea estaba perfecta y funcionó bastante bien. Lo que es verdad es que los asistentes eran los de siempre, el círculo literario reconocido en el país. Sin quitar ningún mérito a los escritores que con su esfuerzo han logrado consagrarse y formar parte de la escena, se extrañaron nuevas plumas. Por aquí y por allá, cada quien en su día y durante las dos horas más que menos programadas para que hablen, los autores –endémicos y traídos- dieron pistas interesantes sobre el oficio de escribir, su significado, su realidad y sobretodo el compromiso serio que representa dedicarse a esta actividad. Como quien diría, este no es oficio para tomárselo a la ligera, ni para segundos de inspiración durante una resaca: es tan serio como casi cualquier otro oficio -incluso los de oficina, horario y terno- con un defecto adi-
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cional: escribir es probablemente el oficio más solitario del mundo. Hablamos de un país donde el promedio de lectura es, según expuso el autor Huilo Ruales durante uno de los conversatorios, de medio libro al año. Medio libro por cada doce meses. Un absurdo entonces dedicarse a escritor en este lugar, si ni se vende ni da para comer. Pero al parecer, la motivación que mantiene la existencia de escritores en este lugar nada tiene que ver con lo económico. Y no es cosa solo de este lugar: al parecer las motivaciones del escritor, en cualquier lugar del mundo, para dedicarse a lo que se dedica se vuelven inevitables para los que escogen el camino de la pluma. Recordemos a los grandes escritores mundiales, los clásicos…pocos fueron los que pudieron vivir de sus relatos y vivir bien. Entonces, ¿qué oscuro resorte es el que hace que alguien no pueda evitar dedicarse al camino de las letras? De este Encuentro salieron algunas respuestas. O más que respuestas, puntos de vista que nos acercan al motivo por el que existen escritores y poetas, a los procesos que viven y también a la naturaleza de este oficio. Estas son algunas de las ideas surgidas durante el Encuentro: Para los escritores, pasados, presentes y futuros, lo primero es aceptar sus límites, los límites de su narrativa. Descubrir cómo quieren contar la historia y tomar en cuenta que una cosa es lo que sabe el autor y otra lo que quiere contar. Esta diferenciación es básica no solo para el argumento o las acciones, sino también para los personajes. Escribir no es solo un trabajo de invención y memoria; es sobre todo un trabajo de saber entrelazar ambas. Es vital vivir con los fracasos. En la vida del escritor, habrá más fracasos que nada, pero son las historias que no terminan las que, con algo de suerte y mucho de
trabajo, llevan al autor a escribir completa una historia. No todo sirve y no todo tiene que servir. Un escritor necesariamente tiene culpas, deudas, obsesiones y secretos inconfesables. No hay nada que hacer al respecto: así es el mundo interno del que se dedica a escribir. Pero en lugar de lamentarlo, puede ser un recurso lleno de ingenio para llenar los relatos de sabor. El escritor puede ser dueño o sirviente de los géneros. Esto depende de la disposición del que escribe para no renunciar a los juegos que presenta la literatura sin callarse lo que tiene para decir, sin otro fin que la necesidad de decirlo. Un libro es una guerra, es una batalla, es un espacio de libertad, un acto de desesperación. El no saber hacia dónde irá la historia cuando se la está escribiendo no es el problema; el problema es no seguir escribiéndola. La literatura es un campo que se debe recorrer sin pretensiones. Hay que dejar de tomarse tan en serio, hay ser autocríticos. Y esto no es un sacrificio: es un camino de aprendizaje. Se dice que el que se dedica a escribir se expone a un oficio ingrato. Ese es el riesgo y el que quiera convertirse en escritor debe correr este riesgo todos los días si quiere lograr algo honesto. Hay que romper los límites, no sin miedo, pero sí con decisión. El proceso de creación literaria se encuentra profundamente ligado con Eros, con la fuerza del amor humano. Es este el material de trabajo y la fuerza creadora, el impulso del escritor. Escribir no es competir, es compartir. Escribir contiene un solo deber moral: el hacerlo de forma cuidadosa, sincera, disciplinada y propositiva. El escritor es un eterno preso de su imaginación, por ello debe tener cuidado con su
Alumnos del liceo Fernández Madrid durante una de las charlas que se desarrollaron en el marco de esta cita literaria en el CDC de San Marcos.
ego: la posibilidad de ser mediocre es mucho más factible que la de ser talentoso. Y lo más importante al final, para conservar la quiteña costumbre de dejar lo mejor al último: un escritor, si en verdad lo es y lo quiere ser, debe tomar la escritura como un trabajo serio. Debe dedicarle tiempo y espacio, debe explorarla y explotarla. Y no debe porque sea una especie de regla incorruptible: debe porque el escritor de verdad lo necesita. Al parecer, hay escritores y poetas porque ellos mismos no pueden evitarlo: el escritor si no escribe, se muere. Para muchos la fortaleza de la literatura ecuatoriana está en su poesía. Puede ser, pero más allá
de géneros, la fortaleza de la literatura, contrario de lo que se piensa, no está solo en sus formas, está en sus lectores. Y también está en cómo se produce, porque es esto lo que determina la existencia o no de quienes leen en diversos ritmos y con diversos gustos lo que se escribe, se publica y se vende. Por ahí que no solo se necesitan escritores; también crítica. Un dato interesante arrojado durante una de las conferencias fue que la mayoría de críticas literarias serias, estudiadas, llegan hasta los autores de los años 70 (con un par de excepciones). El Ecuador es un país en el que no se lee. Preguntarse por qué no se lee es útil, pero son tantas las respuestas posibles (desde que no se fomenta la lec-
tura hasta que la misma industria de los libros se maneja de mal modo por citar algunas) que resulta más importante preguntarse para qué leer. Probablemente, a criterio personal, porque leer es un camino para dotar a la vida de mundos imaginarios, para sentir historias sin que sean nuestras, historias que nos hacen repensar, historias que nos sacan de las rutinas a las que estamos encadenados y nos dan un respiro. Son una dosis de la mística en nuestra vida, esa mística que tanto anhelamos desde siempre como seres humanos y que cada día parece estar más lejos. Esto es un espejismo; en realidad la salida está más cerca de lo que pensamos.
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Culturas
Esa arquitectura
art deco
Texto: Aurelia Romero y Cordero • Fotos: Martín Jaramillo aure.romero@gmail.com
EDIFICIO GUERRERO MORA,
diseñado y construido por el arquitecto Sixto María Durán Ballén entre 1954 y 1955. En su implantación generó un pasaje peatonal y una plaza de uso público: este rascacielos en la Guayaquil y Chile marcaba el camino que hubiera seguido la ciudad si hubiera contado con capital suficiente para la inversión...
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asta la primera mitad del siglo XX, el Ecuador era una sociedad principalmente rural (hasta 1950 eran 50 000 habitantes los quiteños duramente urbanos, apenas el 28% de la población total del Quito de entonces). Los años 50, marcados por el auge bananero, trajeron uno de los períodos de mayor estabilidad democrática y económica del país entre 1948 y 1963. Fue en este momento cuando en el Ecuador se construyeron lógicas y sistemas ideológicos, políticos, económicos y culturales que encaminaron al país entero hacia una sociedad moderna. Parte de este cambio, irremediablemente, se expresó en transformaciones arquitectónicas, principalmente en Quito y Guayaquil. En el caso de la capital, esos fueron los años de explosión urbana:
el Centro Histórico se derramó hacia la Villaflora y la Magdalena al Sur y hacia Iñaquito en el norte. Aunque muchos arquitectos reinterpretaron la arquitectura colonial y sus lenguajes, esa época permitió que algunos corrieran riesgos y exploraran nuevas posibilidades. Hasta la década de los 30, las continuas transformaciones sociales, religiosas y políticas no alteraron la armonía física de la ciudad. Desde 1938 existieron en la ciudad proyectos de reglamentación que proponían el uso del estilo español modernizado, para así controlar la gran cantidad de imitaciones de palacetes y castillos en Quito. En 1947 entró en vigencia una Ordenanza que obligaba a la utilización de elementos arquitectónicos que fueran signo de modernidad, como el alero sa-
liente en el remate de las fachadas y otros detalles ornamentales. A pesar de que Quito crecía, su arquitectura se estancó. Por ello, se empezaron a “importar” estilos de afuera; este fue el fenómeno que en la década de los 50 marcó la entrada del Art Déco a la franciscana ciudad. Esta corriente estética, desarrollada en la entreguerra europea, de marcado racionalismo y formas fraccionadas, cristalinas, con presencia de bloques volumétricos y formas geométricas, se exportó fuera de Europa en los años 50. Y si bien no todo edificio de esa época es Déco, sí es claro el espíritu de renovación respecto de la arquitectura anterior. En lo político y económico, los años 50 marcaron la acogida definitiva del modelo de desarrollo
MATRIZ DEL IESS, construida en la avanzada de la ciudad hacia el norte, obra del arquitecto Ramiro Pérez junto al parque de El Ejido. Siguiente página, sede original de SUDAMERICANA DE SEGUROS (en la Venezuela y Mejía, construida en 1954 por el arquitecto Geisboulher). Ambas son muestras de una modernidad que buscaba implantarse a toda costa.
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Como meta, la arquitectura debe proponernos la creación de relaciones nuevas entre el hombre, el espacio y la técnica. Hans Scharoun capitalista en el país, que buscaba una directa relación con el mercado mundial occidental. Fue la época de los autos en las ciudades, del boom bananero (responsable de introducir las relaciones capitalistas modernas y el pago asalariado a trabajadores campesinos), de la creación de la Junta de Planificación y Coordinación Económica –pionera en toda Latinoamérica–, del aumento de producción nacional, del crecimiento del mercado interno, de la diversificación de los sectores productivos, del Ecuador entrando al orden internacional con un claro papel de proveedor. (A pesar de ello, no hubo una transfor-
mación significativa en cuanto a relaciones ni sociales ni económicas, el país siguió y sigue siendo inequitativo).
mente, la construcción. Los edificios de este periodo son la huella palpable de la entrada del país al nuevo sistema-mundo.
Hablamos del inicio de lo que conocemos como el Período Desarrollista en el Ecuador: el rol central del Estado pasó a ser suministrar servicios públicos, realizar obras de infraestructura y dirigir el proceso de inserción de la superestructura industrial, indispensable para el progreso. Hubo campos específicos donde se inyectó capital que permitió su crecimiento: la pesca industrial, la producción agropecuaria, el comercio, la banca, el transporte, las comunicaciones y, especial-
Entre otros edificios públicos, fue frecuente en la ciudad que crecía ver nuevos colegios: muchas instituciones educativas se proyectaron hacia el norte, como el colegio San Gabriel, o hacia el sur, como la unidad educativa de la fundación Pérez Pallares. Construcciones modernas y funcionales, que en aspectos como la luz marcaban dramáticas diferencias con la umbría arquitectura colonial, dando paso a espacios transparentes y plenos de luz natural…
UNIDAD EDUCATIVA PÉREZ PALLARES, creada por la fundación filantrópica del mismo nombre en los años escolar privada daba cuenta de las crecientes necesidades de una población que crecía más rápido que el Estado.
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el crecimiento de la infraestructura
EDIFICIO CASA BACA. En 1956 comerciantes de Quito encargaron al ingeniero austriaco Oscar Etwanick la construcción de un edificio de vivienda de nueve pisos, uno de los primeros en altura de la ciudad de Quito, en la 10 de Agosto y Jerónimo Carrión.
Estos edificios caben, en general, dentro de las ideas modernas de la arquitectura. Esta corriente incluyó entre sus características las influencias constructivistas, futuristas y cubistas, presencia de geometrización, formas fraccionadas, simetría, línea zigzag, uso de aluminio, acero inoxidable... Son, como los mencionó el poeta Dávila Andrade, “unas monstruosas bestias verticales”, nuevos monstruos que habitan y reinan en la ciudad. La arquitectura se vuelve entonces un objeto donde se refleja la vanguardia y empieza a tomarse todos los ámbitos de la ciudad. Las viviendas y edificios construidos durante este periodo dieron un nuevo aire a la ciudad. El
“rascacielos” del Seguro Social, el edificio del Archivo Nacional frente a la Alameda o la sede Casabaca irrumpieron, planteando una verticalidad que la ciudad no había conocido. Para los inmigrantes llegados de provincias estos puntos se volvieron hitos en un callado tour de miradas asombradas. La consolidación urbana que se da en todo el país durante los años 50 permite que las ciudades más importantes empiecen a expandirse y su arquitectura entonces acoge, como prioridad, el funcionalismo. El auge de este principio en temas de arquitectura se disparó hasta varias décadas después y dejaría una marca visible hasta los años 70.
También las novedades vinieron desde la academia. El escenario que visitamos es la época cuando los primeros arquitectos empiezan a formarse, luego de la apertura delas primeras Facultades de Arquitectura en el país. En el caso de Quito, abrió sus puertas en 1946 y en la década de los 50 produjo las primeras hornadas de profesionales arquitectos. De acuerdo a la periodización realizada por Rómulo Moya y Evelia Peralta, es entonces cuando por primera vez se reconoce el rol del arquitecto y con ello también empieza la inclusión de nuevos estilos, influencias, corrientes y elementos arquitectónicos.
La arquitectura exalta algo. Por eso, allí donde no hay nada que exaltar, no puede haber arquitectura. Ludwig Wittgenstein 66
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Culturas
Adentro de la
reserva
del Mena Caamaño Texto: Javier Andrade • Fotos: Martín Jaramillo
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C
on curiosidad y avidez de conocimiento se acercan las personas a la exposición abierta del museo municipal Alberto Mena Caamaño, parte del complejo integrado en el Centro Cultural Metropolitano.
trimonio, los organizadores han previsto que se realicen recorridos mediados que llevarán a los visitantes a los talleres de restauración y a la reserva donde se guarda parte del patrimonio de Quito.
Mediante ordenanza municipal del 28 de mayo de 1957, se crea el Museo de Arte e Historia Alberto Mena Caamaño. En aquel tiempo, 307 óleos y 70 esculturas fueron donadas por el quiteño, don Alberto Mena Caamaño. El lugar para el museo quedó asignado, la antigua edificación, que da a la calle Espejo, en la que estaba el Cuartel del Real de Lima. Con la dirección del ingeniero Juan Villacreces se efectuaron refacciones, entre ellas, un arco de hormigón en lugar de gradas, recubrimiento de la fachada con piedra ornamental, un jardín y una fuente de piedra.
La exposición fue pensada en el marco de la celebración, el pasado 8 de septiembre, por los 35 años de la declaratoria de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Como la acogida ha sido importante, esta muestra de piezas arqueológicas, pinturas, esculturas, textiles y más estará abierta al público hasta el próximo 10 de noviembre.
Con el tiempo, otras donaciones de obras de arte, objetos utilitarios, vestuarios y documentos fue engrosando el acervo de esta colección, enriquecida año tras año con las obras de arte que resultaban ganadoras del Premio Mariano Aguilera, que fue durante muchos años el principal certamen de artes plásticas de la ciudad. Los museos nunca muestran todo lo que tienen. Como una persona tiene memoria, ellos tienen reserva: una bodega especial donde se guardan las obras de arte que van rotando por la exposición. En esta ocasión, con pretexto de la exposición titulada “La Colección”, se exhiben piezas de arte colonial, republicano, religiosas, entre otras. Con esta exposición se busca contribuir al conocimiento y valoración de la colección municipal Alberto Mena Caamaño. Si hace la sencilla gestión previa de reservar un recorrido o averigua a qué hora toca estar en el CCM, podrá tener una experiencia todavía más interesante. Para generar reflexión en los visitantes sobre la conservación del pa-
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Desde su fundación el museo Mena Caamaño estuvo allí, junto a la Plaza Grande, pero por diversos motivos ha debido cerrar temporalmente su atención al público. En marzo del año 1987, un fuerte sismo sacudió a la ciudad y el museo suspendió la atención, debido a daños causados en la edificación. En 1992, reabrió sus puertas con una exposición de iconografía colonial quiteña. Sin embargo, desde 1997, volvió a suspender el servicio con la finalidad de dar paso a la rehabilitación total del inmueble, luego de la cual, el 27 de noviembre del 2002, ofreció atención a los ciudadanos como Centro Cultural Metropolitano, donde se ha integrado al Museo de Cera, a la Biblioteca González Suárez y al CCM propiamente dicho. Durante todas esas pausas, un silencioso ejército de restauradores sigue trabajando para impedir el avance del mayor enemigo de los humanos: el tiempo implacable, que desgasta y deteriora cuadros y tallas y no tiene consideración ni con objetos sagrados ni con valiosos frutos del esfuerzo creativo humano. Poder ver en acción a los expertos en conservación puede a uno cortarle el aliento, cuando se admira por ejemplo la delicadeza en la aplicación de pan de oro en un marco; o cuando te
Algunas opciones para La Colección 1.- Descúbrelo por ti mismo. Recorre libremente la muestra y si tienes dudas acude a un mediador de la sala. De martes a sábado, de 09h00 a 17h30, y domingo, de 10h00 a 14h00.
2.- Un poco de apoyo nunca está de más. Un mediador te acompañará en el recorrido y te llevará hasta los talleres de restauración y a la reserva en donde guardamos nuestras obras de arte. De martes a viernes, a las 11h00; 14h00 y 15h00.
3.- Talleres 4x4. Junta a 16 amigos y reserva tu visita a la exposición en compañía de un mediador. Previa reservación al: comunicacion@ centrocultural-quito.com o llamando al teléfono 3952300 ext 15528.
4.- Jueves de grupos. Cada jueves dos grupos de entre 15 y 25 personas podrán recorrer la muestra y disfrutar de actividades complementarias como títeres, plástica y psicodrama. De 14h00 a 15h30 y de 16h00 a 17h30. Previa reserva en: comunicacion@ centrocultural-quito.com
explican que hay unos cuadros que estaban pintados en la pared, a la cual fueron fijados con químicos, para luego cortar la pared, consolidarla desde atrás, darle marco y soporta para, solo entonces, volver sobre la capa pictórica y restaurarla... Es interesante aprender, por ejemplo, que ellos jamás tratarán de reemplazar el original y dejarán claro testimonio de cuál fue su intervención. Artesanos que usan conocimientos cocidos lentamente en el atanor de los siglos, confían que mañana, en 50 ó 100 años, alguien desarrollará técnicas mejores que las suyas para renovar esas obras patrimoniales. Podrán retirar su aporte y hacer uno mejor, con mejores materiales, técnicas más refinadas y nuevos criterios. La iniciativa del Centro Cultural Metropolitano de abrir su reserva y mostrar un poco de su trabajo “casa adentro” ha permitido identificar un activo interés de la ciudadanía en estos temas de conservación. El público, en el área de restauración, se sorprendía por ejemplo al averiguar que el rostro de las esculturas religiosas se tallaba aparte de la cabeza, como una máscara, para poder poner desde atrás los ojos de vidrio. En una de las esculturas, los restauradores hallaron musgo seco entre la máscara y la cabeza... Es una de las sorpresas.
5.- Fin de semana en familia. Ven con tu familia o amigos y comparte una experiencia divertida mediante “juegos artísticos creativos” en torno a la exposición. Sábados y domingos, 09h30 y 11h30. Información: comunicacion@centrocultural-quito. com 3952300 ext 15528.
Página
anterior: uno de los técnicos restautadores del Centro Cultural Metropolitano explica los procedimientos de conservación a un grupo de visitantes. esta página, dealles de una escultura en proceso de mantenimiento, algunos implementos utilizados y una toma de la reserva del museo municipal Mena Caamaño.
En
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Culturas
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aciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo”. Con esta frase de Augusto Boal que alude a la ceguera y a las cosas invisibles, comparto una serie de reflexiones sobre el teatro comunitario en Quito. Me devuelvo a 2012, concretamente a noviembre. Estoy en el Comité del Pueblo, es de noche, hace frío y llueve, pero voy tranquilo, voy a ver una obra de teatro. Entre el 15 y el 18 del mes se realizaban dupletas teatrales en nueve barrios del Distrito: Conocoto, 24 de Mayo, El Dorado, La Gasca , Carapungo, Barrio América, Ciudadela Hospitalaria, Primavera Alta y Comité del Pueblo, por donde andaba yo el jueves 15. Ingreso al Centro Cultural del barrio, espacio municipal, y me abro paso entre más de un centenar de chicos y chicas para ubicarme en una de las sillas del último. Ahí saludo con la Angelita, que también venía a ver la obra que dirigió la Mariela Gubio: Hombre que ladra no muerde y Hogar cuál hogar, creadas por los grupos mixtos de estudiantes Las Santurronas y Los Sordos. Luego se presentaría uno de los cuadros del Misterio Bufo de Dario Fó, a cargo del grupo de vecinos de El Dorado, dirigidos por Mauricio Pantoja. Angelita comentaba que otros textos de Fo y su esposa, la actriz Franca Rame eran llevados a escena. “Es la necesidad que tenemos de satiri-
El ritual
comunitario del teatro
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Texto: Patricio Guzmán Masson teatroentretelones@hotmail.com
Fotos: Martín Jaramillo
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zar la vida y la política” – le dije. Pensaba en el Colletivo Teatrale La Comuna (1): una trinchera de resistencia cultural desde la no violencia en la Italia de los años de plomo (los 70 del siglo pasado), en donde la insatisfacción por la situación política-institucional caótica se tradujo en un principio en violencia callejera y, sucesivamente, en lucha armada. Inició la función. Suspenso, timidez, risas, suspiros, silencios, lágrimas, murmullos, aplausos. Fin. Y todos satisfechos de haber participado de esa fiesta ritual que es el teatro. Mientras esperaba mi turno para saludar a los actores y directores, leía en el programa de mano: “La inocencia de la gente que por primera vez se enfrenta a las tablas hace que el teatro en los barrios tenga un tinte especial. Con esta idea, la creación del Primer Festival de Teatro Interbarrial en Quito se encuentra con el reflejo de vivencias culturales múltiples. A más de los jóvenes que llegaron al llamado del teatro, lo hicieron también las amas de casa, quienes, dejando por unas horas sus labores cotidianas, vinieron a llenarnos con su presencia y sabiduría”, lo firmaba, atentamente, Iván Morales, director del proyecto. Vivo lejos, es de noche pero todavía hay alimentador del Trole. En grupo salimos a la principal. Ya no hacía frío. Venía del teatro.
Nos vemos en la casa de la Diana ¡Qué bestia, el tiempo pasa volando! Julio, 2013. Segundo mes del Festival de Monólogos en Casa Teatro Babilón. Ya que estoy por La Marín cojo la Metrovía hasta la Concepción (apenas 25 minutos), de ahí subo a pata hasta la casa de la Diana para ver la obra de la Aleja que dirigió el Tates. Y ahí estaban todos. El Omar, Los chicos de la Facul, las alumnas del León Sierra, la mujer sola y su acompañante,
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un cronopio, el pintor, el Viteri que llegó de Cuenca y la Karla, que estaba trabajando en el Ministerio pero que ya no aguantaba. Esperamos a que inicie la obra. Conversamos de todo un poco, del clima, del costo de la vida, de si alguien le ha visto al Pacheco. Tomamos un café, después otro café. Jugamos futbolín, suena el timbre, alguien pregunta dónde está el baño. Llegan unos pocos vecinos. Va a iniciar la función. Con su voz profunda, la actriz dueña de casa nos lo recuerda otra vez: “El teatro debe estar en todos lados y sobre todo debe crecer más allá de lo público, más allá de lo privado y más allá del estado, el teatro debe vivir por la necesidad expresarse y ser”. (2) Varias sensaciones. Fin de la obra. Me conmovió la actriz, el texto de Lax y las canciones de Tormenta. Creo que si el personaje no bebiese tanto le iría mejor en la vida. Me alegra haberme encontrado con los amigos, con gente de teatro, con la comunidad. Es un espacio para sentir los valores comunitarios desde nuevas y viejas significaciones. Es un espacio para encontrarse y compartir las galletas, la alegría y las ideas. Es vivir la comunidad desde lo íntimo. Erramos si consideramos que lo comunitario se debe exclusivamente a lo multitudinario. Luego, no se trata de grandes escenarios o mucho público. La ciencia nos enseña la importancia del microcosmos. Muchos de las grandes trasformaciones culturales y políticas en el mundo han sido impulsados en un principio por iniciativa de grupos minoritarios y marginales. Recordemos a Luther King. En el afiche del Festival de monólogos figuran las fotos de los nueve actores y actrices participantes. Al final de cada función el actor o actriz de la jornada se toma la foto con las 25 personas que apretaditas caben en la sala de la casa. Me siento en mitad de un gran abrazo.
El CDC de Chilibulo Regreso al presente, o casi. Es mayo e inicia el verano. Salgo de mi ex apartamento en San Juan, frente al Centro de Arte Contemporáneo, y me dirijo a mi ex trabajo en el Centro de Desarrollo Comunitario de Chilibulo. En Miraflores me subo en el corredor sur occidental, que me deja arriba mismo, en las faldas del Ungui, cerro sagrado para el pueblo Machangarilla cuyas laderas aparceladas se cubren con los colores de las plantas de papa, trigo y cebada sembradas por los comuneros. De camino a Chilibulo paso por la Magdalena y me acuerdo de la fiesta popular de la Yumbada y, por asociación de colores, pienso en el carnaval. Se dice que durante el carnaval las sociedades aceptan, en complicidad, la libre expresión de su naturaleza humana, sus sensibilidades, goces y sensualidades. Igual debo caminar unas cuantas cuadras más por la Virgen Pata hasta llegar a la Iglesia de los hermanos donde nos han abierto espacio para el taller de teatro con los adultos, ya que el CDC está ocupado con el apoyo escolar para los niños del barrio. Buena cosa. Fui durante dos meses. Los jueves di clases a siete señoras y los martes a 15 niños. Fui contratado por las Fundación Museos para ser uno de los maestros facilitadores de las Escuelas de Artes Vivas que funcionarán en todos los Centros de Desarrollo Comunitario del Distrito. Las artes pues, y entre ellas las escénicas, procuran ser insertadas dentro de las actividades recreativas y educativas que promueven los Centros. Los martes a las 3PM , antes de la clase de teatro, colaboraba con el apoyo escolar a los niños y niñas que luego se sumaban a la clase. No contaba yo con esto, así que como el buen teatro enseña, tuve que improvisar y adecuar los ejercicios escénicos que tenía previstos a las tareas habituales de los
En la página anterior, los chicos y el instructor Diego Luna preparan un libreto con ideas del momento; aquí uno de los talentosos niños se ejercita antes de la representación; en la página siguiente el grupo desarrolla una de las acciones previstas en la obra que se están inventando.
niños. Así, por ejemplo, aprendí, en un tiempo relativamente corto, a vincular la construcción de sencillos teatrinos con la enseñanza de la geometría o a jugar a ser personajes para aprender historia. De esta forma pudimos organizar conjuntamente con Silvia, la coordinadora del centro y Edison, morador en voluntariado, al grupo de niños en una actividad pedagógica integral. En la labor comunitaria es preciso ser flexible a las realidades y necesidades de cada población.
que el resultado, nos propusimos redescubrir nuestra capacidad de asombro, tal cual un niño pequeño, y ser capaces de observar, de percibir el entorno como si fuese la primera vez. El aire, el agua, la tierra, el fuego. Esto nos sensibilizó y aprendimos que somos libres cuando abandonamos el miedo a ser y a conocer. Es penoso, pero muchos no quieren que seamos libres, ya que alguien con miedo es fácil de engañar. El teatro sirve para superar ese engaño, el teatro es profundamente liberador (3).
Los días jueves a las 3PM, con las siete bellas damas (hijas, madres y abuelas) aprendimos a respirar, a corregir la postura, a aflojar las tensiones, a encontrar el cero, el equilibrio. Construimos historias a partir de su cotidianeidad. Pilar nos contó de cuando su primer hijo vio la luz y Elena de cómo los vecinos le ayudaron con la comida cuando no tenía dinero. Sabiendo que nos interesa más el proceso
Me encariño con ambos grupos pero debo dejarlos. Evalúo mi propio proceso. Añoro al colectivo. Bajo de la montaña y me distancio, voy al parque y escribo: La iniciativa de acercar las manifestaciones artísticas a la comunidad es excelente. No obstante, estas Escuelas de artes vivas, dado el contexto en el que se desenvuelven: infraestructura, carga horaria y pensum, deberían ser replan-
teadas conceptualmente, considerando principalmente las diferentes motivaciones que llevan a los talleristas a inscribirse en el curso, que van desde la curiosidad hasta la ocupación del tiempo libre, pasando por el esparcimiento y la recreación. En términos generales, los grupos que asisten a las clases semanales son bastante heterogéneos, compuestos por estudiantes, comerciantes, vecinos y amas de casa, muchas veces acompañadas de sus niños, lo que coloca a las clases en el plano experimental incluso al momento de abordar los contenidos. Por otro lado, acuden también comunidades más identificables como los grupos juveniles o culturales locales, con quienes se puede abordar temáticas especificas y necesidades puntuales, como el cuidado del el medioambiente o técnicas vocales, respectivamente.
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Bajo esta realidad, los objetivos del proyecto deben ser más lúdicos y expresivos que académicos. Recordemos además que las carreras artísticas requieren una dedicación a tiempo completo. Más apropiado sería referirse al proyecto como talleres comunitarios de creación artística o de acercamiento a las artes. Y ya que el proyecto coloca a los talleres en espacios de gestión municipal, los convierte en un asunto político que genera expectativas en la comunidad. Habrá que preguntarse entonces qué sostenimiento tendrá el proyecto a largo plazo y cuáles serán los compromisos de la institución para mejorar las condiciones estructurales tanto para talleristas, facilitadores y públicos.
Guardo el cuaderno. De regreso. Luz de luna. Lo bueno de viajar en bus es que tienes todo el tiempo para pensar y ves cada cosa. Pienso que el
teatro comunitario es promotor de construcción, no solamente artística, sino también social. Que es un hecho estético y un acto pedagógico que impulsa la acción en un público acostumbrado a ser espectador. Aludiendo nuevamente a la ceguera y al oprimido, he aquí una de las virtudes del teatro: DESCUBRIR. Puesto que nos hace conocer realidades que creíamos imposibles y habilidades de las que no nos creíamos capaces. Este descubrir sin duda fortalecerá los valores individuales y las identidades comunitarias Lo bueno de viajar en bus es que tienes todo el tiempo para pensar y ves cada cosa. El otro día yendo al teatro pesco un grafiti que me llamó la atención sobre todo por lo fino: “La gente de este barrio es buena gente. No siempre las personas tienen los gobernantes que se merecen”.
Notas:
Culturas
1. En 1968 Fo y su mujer se im-
plicaron más en política, aproximándose al Partido Comunista, un acercamiento que se iría perdiendo con el paso del tiempo. En este año fundaron el grupo teatral Nuova Scena, con el que se desvincularían del partido para crear en 1970 el Colletivo Teatrale La Comuna.
2. Diana Borja en la inauguración de la Casa Teatro Babylon 3. Teatro del Oprimido: La mejor
definición para éste “sería la de que se trata del teatro de las clases oprimidas y para los oprimidos, para desarrollar una lucha contra estructuras opresoras”. El Teatro del Oprimido reciben influencia del Teatro Épico de Bertolt Brecht y de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire. Las técnicas son las que comprenden unos juegos y dinámicas múltiples que se describen en su libro “Juegos para actores y no actores” para posteriormente analizar las opresiones y relaciones de poder y así poder combatirlas.
COOCA ROOTS Semillas
ALMA RASTA Sonido del guetto
La agrupación quiteña Cocoa Roots dió a conocer de manera oficial, su nueva producción discográfica denominada Semillas, la cual contiene 12 canciones de varios géneros entre salsa, pasillo, reggae, rap, ska, funk y electrónica. Para producir este disco, la agrupación contó con la colaboración de artistas nacionales y extranjeros.
Alma Rasta, la banda ícono del Reggae Ecuatoriano, después de pasar durante varios años por los más destacados escenarios y conciertos en el país, atraviesa uno de sus momentos más esperados, el lanzamiento de su nuevo disco: Sonido del Ghetto. Una ambiciosa producción que contiene 10 temas de su autoría al puro estilo jamaiquino.
Mauro Durasno “Rito Mc” (vocal) Edison Cuases “Edi-song” (vocal)
Cuenta con la colaboración del afamado artista inglés Pato Banton, el reconocido cantante chileno Caliajah y el multifacético artista argentino Matías Galeano.
Mijael Proaño “Digital” (vocal) Elder Cuases “Ramiyou” (vocal) Alexis Proaño “Matico” (vocal)
MARLEY MUERTO Pararmar Marley Muerto es el proyecto solista de Daniel Pasquel, líder de la banda quiteña Can Can, basado en la colaboración con musicos locales e internacionales mediante diferentes metodologias como remezcla, co-producciones, colaboraciones, sampling y re-versiones. El concierto de lanzamiento se realizó en el Centro de Arte contemporáneo de Quito con una presentación colmada de juegos visuales y artistas invitados como Swing Original Monks, Da Pawn, Munn, entre otros.
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ARKABUZ Estrato La banda nacida en San Cristóbal, Galápagos, lanzó su segundo álbum titulado Estrato. Los integrantes de Arkabuz nos trajeron la música la energía de las Islas Encantadas y sus ritmos soleados, junto al calor de los explosivos y ‘yuyunbínicos’
Esta nueva propuesta contiene doce temas originales, todas de la autoría de sus cuatro integrantes: Nicolás Prieto Bermeo y Federico Idrovo Bermeo, vocalistas y compositores; Iván Vásquez, bajista y corista; y Gonzalo Fernández, baterista y corista.
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Culturas
BIBLIOMANÍA
Ruales mira a Quito con los ojos de Eva El escritor Huilo Ruales presentó Edén y Eva, el primer libro de su trilogía “Los Kitos infiernos”, en la que habla de las distintas identidades que se encuentran en las grandes ciudades, aquellas que aparecen sin buscarlas y las que tienden a ocultarse. “Edén y Eva”, a la que Galo Galarza describe como “un sabroso durazno envenenado”, crea un Quito múltiple, rico en personajes, ámbitos e historias que, de forma descarnada y poética, enfrenta al lector a esa ciudad de mil rostros. Ruales comentó a Efe que se trata de una “reinvención de la ciudad” en donde hay múltiples identidades, una es aquella donde está el poder sociocultural, el privilegio, pero donde también hay un “submundo”. El escritor, que en su creación literaria tiene narrativa, poesía, teatro y crónica, retrata en su nueva obra a una ciudad donde la sociedad “es un tejido tanto de amor como de inocencia y al mismo tiempo como de desolación, infierno”. “Lo que quise presentar no es nada más que una metáfora que creé de Quito, no de este, sino del Quito que puede haber en cualquier ciudad metropolitana”, señaló. El primer libro de su trilogía tiene como protagonista a Eva, una mujer que vive “al margen, que habiendo en cierto modo pertenecido a un mundo afortunado, no usufructúa de ello”, explicó el escritor, oriundo de la ciudad de Ibarra (norte de Ecuador). Eva es una mujer contemporánea, próxima a la poesía, al arte, a la ruptura de la norma, “a lo no sacralizado, al repudio de toda una hipocresía de la norma y sociedad de privilegio”, indicó. (www.eltelegtafo.com.ec)
Yo soy el fuego: nueva novela de Oscar Vela, en Alfaguara Yo soy el fuego es un vertiginoso viaje hacia lo más sombrío de la miseria humana. Sus personajes se embarcan en ruines empresas ignorando que son marionetas de seres superiores. Beatriz y el Dragón portan la luz imperecedera del fuego, único elemento capaz de combatir la oscuridad; ese fuego que calcina y carboniza, pero que también sana y purifica. Es la nueva novela, aparecida bajo el sello de Alfaguara, del escritor Oscar Vela, nacido en Quito en 1968. Ha publicado las novelas: El Toro de la Oración (2002), La dimensión de las sombras (2004) e Irene, las voces obscenas del desvarío (2006) y Desnuda oscuridad (Alfaguara, 2011, Premio Joaquín Gallegos Lara). En Yo soy el fuego el telón de fondo y principal motivo para que todas estas historias puedan llegar a confluir serán voraces incendios ocurridos en grandes discotecas de diferentes ciudades (Utopía en Lima, República Cromañón en Buenos Aires y Factory en Quito), cuyas trágicas consecuencias los volvieron noticias a nivel internacional.
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Anaquel de novedades Tras una cortina de años: la vida del “viudo” Benítez Nuevas colecciones viene presentando la editorial de la Casa de la Cultura, entre ellas una dedica a noveles poetas. Los dos títulos recibidos son “Huellas Insurrectas”, del joven escritor Iván Mosquera, y La leve furia, de Christian Escobar Jiménez. Ambos fueron presentados en septiembre. Al comentar el contenido del primer libro, la crítica Mónica Bravo afirma: “Del dolor a la oscuridad, de lo íntimo a lo cotidiano, del círculo a la vuelta, José Iván se subleva a sus fantasmas, a los que lo tienen preso de sí mismo, y reanda el camino pisando las huellas pasadas, aunque sin sendero ni llave, sin olvido”. El poemario La leve furia, editado por la Casa de la Cultura, corresponde al número 4 de la colección Casa Nueva. La obra –como afirma Xavier Oquendo- es una suerte de bitácora de viaje; la voz poética de este cuaderno de textos es andariega y sosegada. Los libros están disponibles en la librería de la Casa, en la Seis de Diciembre y Patria, edificio antiguo.
Origami made in Ecuador
Niños migrantes
Paúl Espinoza (Pol) Comunicador Social y uno de los miembros fundadores de la Asociación Ecuatoriana de Origami, presentó el primer libro de Origami del Ecuador, Doblando Signos, resultado de varios años de pliegues y estudio visual del arte legendario de doblar papel.
Con las recientes dinámicas migratorias de Ecuador es posible encontrar en las escuelas públicas de Quito niños, niñas y adolescentes inmigrantes, refugiados y retornados, que provienen de Colombia, en su mayoría, pero también de Haití o España.
El libro se trae varios diseños de nivel intermedio-básico de aspecto minimal visual, que permiten un desarrollo intepretativo personal del destinatario. En la primera parte del libro Pol desarrolla un pequeño ensayo semiótico sobre el Origami. “El libro es totalmente diseñado por Paul Espinoza y con la ayuda de parte de Verónica Echegaray, Santiago Ponce, Daniel Mosquera, Esteban Saltos y Patricio Kunz.
El presente estudio aborda distintas manifestaciones de la exclusión que viven estos menores en la ciudad, en particular en las escuelas. El objetivo principal de esta es ahondar en la comprensión de la incidencia de la condición migratoria en las interacciones de los niños inmigrantes en su contexto escolar y en los detonantes de la discriminación y la exclusión. De la misma forma, se busca identificar cómo afrontan los diversos actores de la escuela, los niños ecuatorianos, los niños inmigrantes, los docentes y las directivas, los conflictos de poder y de exclusión en su espacio.
Ensayos de estudios culturales Sin garantías: trayectorias y problemáticas en estudios culturales libro incluye un número significativo de artículos publicados en diferentes lugares y durante varias décadas por Stuart Hall (Kingston, 1932), uno de los más destacados pensadores de nuestro tiempo. Reunidos por vez primera y traducidos al español, hace muy poco, estos artículos hacen referencia a la historia y características de los estudios culturales y recogen las contribuciones más sustanciales de Hall a la teoría política y cultural contemporánea. Sus lúcidas e inspiradoras elaboraciones sobre diferentes problemáticas hacen de este libro un valioso insumo para estudiantes y colegas de los más diversos campos académicos y también para los intelectuales activistas interesados en la intervención política (www.uasb.edu.ec)
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13 exposición Arteducarte
IMPERDIBLES
Esta muestra se abre el 19 de octubre y se cierra el 20 de enero del 2014, en las instalaciones del Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado. Se expondrán en ella diversas reliquias (objetos o fragmentos de materia conferidos con un significado y un valor fuera de lo común debido a que están asociados con individuos de vida ejemplar o extraordinaria). Huesos de santos, cabellos, uñas, vestimentas y otros objetos estarán contenidos en relicarios para se exhibición.
agenda cultural
Hasta el 20 de septiembre en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) se presenta la muestra de María Sara Jijón, quien se internó en la Antártida, en el hielo y sus enigmas y nos presenta los resultados de su viaje. Esta exposición “del archivo de hielo y otras derivas” es una muestra interactiva donde se ve a la Antártida, imaginada como el extremo sur, como la última frontera más allá de la cual solo existe el espacio infinito, insondable, llena de misterios. ¿Cómo representar esta complejidad? Con la sencillez del gesto simbólico, ese es el objetivo y el reto de este proyecto de María Sara Jijón.
Una de las obras más importantes es un lienzo del siglo dieciocho, que muestra el cuerpo difunto de San Francisco Javier. Estas piezas dialogan con urnas de la cultura Napo y Manteña, reconstruyendo el contexto arqueológico en fueron encontradas. El 03 y 04 de octubre se llevará a cabo el Encuentro Arteducarte de Educación Artística y Buenas Prácticas en el Paraninfo de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). Este encuentro contará con varios conferencistas extranjeros, con talleres vivenciales y con la 13º exposición “Descubriendo los Colores de la Vida”, la cual estará montada en la UASB hasta finales de octubre. Este encuentro está dirigido a educadores y profesionales de educación formal y no formal en busca de fomentar el desarrollo y aplicación de las Buenas Prácticas en Educación Artística. Arteducarte es un programa de educación artística independiente, de carácter privado, creado en el año 2000 que se dedica a estimular la creatividad y expresión de niños y niñas de escuelas primarias desfavorecidas en el Ecuador a través de procesos artísticos, los cuales fomentan su capacidad de aprendizaje, autoestima y valores. Más información en www.arteducarte.com
Salvador Allende: Un canto de vida Con 45 fotografías que retratan la vida y el pensamiento del presidente chileno Salvador Allende, el Municipio de Quito rinde homenaje a su figura al conmemorar 40 años de su muerte. Esta exposición está instalada en la Sala Protocolar del Centro Cultural Metropolitano (García Moreno y Espejo) y es de entrada libre. Esta muestra habla sobre dos aspectos claves: su ideal socialista y pacífico y las consecuencias del siniestro golpe de Estado en contra de su gobierno . Además de las fotografías hay un video y otros recursos donde se refleja la obra y vida de Allende.
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Exposiciones
María Rosa Jijón y su viaje al fondo del blanco antártico se exponen en Arteactual de Flacso
Relicarios en el Alabado
Dibujos cómicos de la escuela de Kassel Del 18 de septiembre al 19 de octubre se presenta en la Sala Goethe de la Asociación Humboldt la exposición “El Poder del Dibujo”, con entrada libre. Esta exposición presenta el arte cómico como una herramienta de sátira mordaz, humor profundo y disparates grabados en papel. Exagera, desfigura y contradice, pero también critica, cuestiona y se burla, demostrando que unos simples trazos pueden contener un poder inmenso para despertar, espantar, destruir y cambiar. El arte cómico trasciende la pura diversión. La exposición retrata el ayer, hoy y futuro de la caricatura alemana: en más de cien dibujos los “Maestros Alumnos” muestran la comicidad en Alemania en todas sus facetas y lleva a los visitantes a un sendero que se bifurca de estilos y generaciones.
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WEBYARTE Cine
Folclore Un canto a Violeta en el Cafélibro
La ruta de la luna, una road movie
Annie Owens
Esao Andrews
http://www.ouchclub.com
www.esao.net
Siendo la ópera prima del director ecuatoriano Juan Sebastián Jácome, esta película cuenta la historia de un padre y su hijo, quienes a través de un viaje lograrán encontrar un terreno común entre ambos por primera vez en sus vidas. En un auto lada celeste, el entrenador de campeones mundiales de boxeo y ahora enfermo del corazón César experimentará un nuevo nivel de relación con su hijo Tito, jugador de bolos.
Rómpete una pierna: el cine mira al teatro Película de Víctor Arregui, quien llega esta vez para contar la historia de un grupo de teatro que quiere sacar a flote una obra y que en este proceso deberá enfrentar ciertos problemas de convivencia entre los integrantes. Con idea original de Cristina Rodas, este film se grabó dentro de las instalaciones de El Teatro, en el Centro Comercial Iñaquito (CCI). Trata sobre el amor, las relaciones, la vejez y todas las circunstancias que los rodean.
Rock
Las intérpretes Rocío Rengifo, Elena Montúfar, Consuelo Ojeda y María Elena Granda se darán cita este jueves 17 de octubre a las 21H00 para rendir un homenaje a la cantautora y artista plástica Violeta Parra, considerada como una de las folcloristas más importantes de América. Violeta inspira a las nuevas generaciones. La entrada cuesta $6 más un consumo de $4 mínimo.
Dan Quintana
http://danquintana.tumblr.com
Nacional
Molotov El próximo jueves 17 de octubre a las 20H00 en la explanada del Teleférico Quito, se presentarán dos de las agrupaciones más populares del rock latinoamericano. Molotov (en la foto) llega desde México, siempre irreverente e irónica y, desde Uruguay, llega Cuarteto de Nos presentando su 13º disco titulado Porfiado. Los costos de las entradas están $31 para general y $41 para VIP.
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Grijalva en la Casa El cantante Carlos Grijalva ofrecerá un concierto dedicado a temas nacionales. Este barítono, formado en Argentina vocalmente y dedicado a varios géneros de la música popular latinoamericana, estará en la Casa de la Música el 25 de octubre.
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agenda cultural
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