“COMO AGUA DE MAYO” Nuestra Palabra | 11 MAYO 2011
"Como agua de mayo" y con el sudor de la frente vamos atravesando este quinto mes del año. "Como agua de mayo", y con la decisión puesta en la marcha, esperamos que llueva justicia en el país. Así como en mayo esperamos el reverdecer de los montes, así esperamos que broten las “pequeñas esperanzas de los pobres”. Así es Mayo. Cuando lo abrimos brotan los regalos para fortaleza del pueblo. Es la lluvia que se espera para comenzar la siembra. Es la Virgen que arrulla a su pueblo. Es el pueblo que abraza a su Madre. Es la mujer que recupera su puesto entre el pueblo. Es el mayo que renueva el verdor de valles y cerros tras el sudor del verano. Es nuestro mayo hondureño que enlaza la voz del obrero con la cruz martirial de los campesinos de los cerros. Y ante tanta riqueza natural, mayo sigue siendo el mismo mayo, testigo de desprecios y de calamidades, que tan duramente desnudan los agudos versos del poeta: “Lo veo arar los rastrojos y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de jugo”. Mayo es memoria incesante de pueblos que luchan y resisten. Desde Chicago en el Norte, hasta Ushuaia en el frío rincón del Sur; la ruda esclavitud de ayer, es la misma esclavitud de hoy, suavizada con luces de centros comerciales, líneas de Internet y promesas de ciudades modelo en la misma sociedad en harapos. La prisión verde de ayer es también hoy cárcel maquiladora o desprecio migratorio en el norte carnicero. Es el milagro de Dios que en mayo se acerca con lluvias y flores, con rostro de obrero, de mujer en lucha y pueblo en resistencia, y con la sangre que brota de la cruz de los pobres. Es el milagro de Dios: así como hace brotar el verdor de los campos, en virtud de la fe y la lucha popular, así hará brotar un día la justicia.