Agenda mediática Nuestra Palabra | 16 MAYO 2011 Los propietarios de los medios masivos tienen una capacidad impresionante para colocar a nivel nacional su propia agenda mediática. En estas últimas semanas los temas saltan a la vista: el regreso de Honduras a la OEA, las inversiones luego del paso devastador del “Honduras abierta a los negocios”, los viajes del titular del Ejecutivo con su familia y allegados, la campaña del fútbol local e internacional, las novedades en la violencia y el narcotráfico y el despegue de campaña de las nuevas e irrisorias figuras políticas que emergen de la vulgaridad y la chabacanería mediática. Esa agenda mediática contrasta con los problemas que realmente afectan a la población. En las pláticas de buses, de vecinos y vecinas, y hasta entre los jóvenes, la preocupación se sitúa en el alto costo de la vida, el desempleo y la creciente ola de inseguridad, que coloca a Honduras entre los países más violentos de la región, a extremos de contabilizar un promedio de 16 muertes violentas diarias, en su inmensa mayoría, jóvenes menores de 25 años. La agenda mediática nos obliga a que nos hartemos de fútbol, nos peleemos por si aceptamos que venga o no Mel Zelaya, si es conveniente o no el reingreso de Honduras a la OEA y si el Ministro de Seguridad nos meterá más policías para que nos distraigamos más entre los miedos y las zozobras. Mientras soñamos por si un vulgar comentarista de fútbol llegará a ser presidente, nuestra Honduras sigue hundida en un modelo productor de inequidad y concentrador de riquezas en las poquísimas manos, las cuales se asocian con el capital multinacional experto en depredar nuestros recursos y riquezas naturales. La agenda mediática nos entretiene en querellas sobre si un expresidente es o no un baluarte de la corrupción mientras esta última sigue rampante en manos de esos mismos políticos que manejan el Estado como si sus recursos fuesen de su estricta propiedad. La agenda mediática tiene en definitiva un propósito muy bien definido: distraernos en asuntos, entretenimientos y problemas secundarios para que vivamos sin los pies en la tierra, atrapados en el miedo hacia una violencia que no cesa, y para que no logremos identificar los auténticos problemas de nuestro país. La agenda mediática agranda los problemas secundarios y hace chiquitos o desaparece los problemas fundamentales del país. Esta agenda es tan perversa que en un solo fin de semana nos hace creer que el mundo se nos puede venir encima si pierde nuestro equipo de fútbol, y que el presente y el futuro dependen si regresa o no regresa Mel Zelaya. Y tanto nos embrutece el fútbol como este tipo de visión política mesiánica y personalista. Romper con esta agenda mediática y construir una agenda propia a partir de los grandes problemas que nos agobian con el fin de convertirlos en desafíos programáticos de lucha, es una condición de posibilidad para avanzar en la construcción de una alternativa popular y soberana. Nuestra propuesta política frente a la actual crisis y polarización se sustenta en un nuevo pacto social con plena participación de todos los sectores de la sociedad hondureña. Este pacto social jamás podría ser posible sin una ruptura con la agenda mediática que impone sus temas, nos embrutece, nos desmoviliza y desvía de la ruta hacia la construcción de una Honduras democrática e incluyente.