Balance de los poderes Nuestra Palabra | 12 AGOSTO 2011
En unas declaraciones recientes el presidente de la República se refería directamente a la necesidad que hay en el país para regular las acciones del Poder Judicial. Hay necesidad de crear mecanismos de control y regulación de la Corte Suprema de Justicia: "Aquí el Poder Judicial puede enjuiciar al presidente de la República, el poder Judicial puede enjuiciar al presidente del Congreso y a los diputados y ¿quien enjuicia al poder Judicial?”, preguntaba Porfirio Lobo Sosa. "Se ha hablado a veces de un tribunal constitucional para que esté también vigilante de la conducta del otro poder porque el balance de los poderes lo establece la vigilancia que hay de unos poderes a otros", indicó Lobo Sosa. Aunque el presidente se refería directamente a la dimensión jurídicoinstitucional del país, vamos a referirnos a otros poderes, más concretamente al “poder empresarial” en el país. A través de los diálogos con todos los sectores sociales se va delineando el “proyecto” que tienen y que aspiran a imponerlo a toda la sociedad. En razón de ello, entrando en el tema, pidieron “menos impuestos, seguridad jurídica, reglas claras para invertir, facilidades crediticias y no más aumentos al salario mínimo”. El “género literario” de siempre es la queja, el lamento, la crítica y la desventaja comparativa. Es la manera de presionar: para invertir en Honduras hay que ser héroes con tantas desventajas. Los 1,500 millones de seguridad se complementan con el 25% del impuesto sobre la renta, el 10% del impuesto solidarios, la energía más cara de C.A. pues todo ello resta competitividad. Se tiene como modelo a Colombia que ha reducido la tasa de seguridad. Que no se afecte a todos los empresarios con el 1% por ISR y que se audite a los 400 empresarios evasores en vez de imponer una ley a todos. Aparece como un “rosario de plañideras”, pues a la larga lista se unen las maquilas, las empresas azucareras, la Cámara hondureña de la Industria de la Construcción, la micro-pequeña-mediana empresa, la competencia desleal de los importadores extranjeros, etc, etc. Y, al final, viene la propuesta que hacen a Pepe Lobo: “lo que se necesita es un pacto social entre el gobierno y los empresarios”. Es decir, controlando las demandas sociales por vía gubernamental lo demás son “pequeños flecos” que se van arreglando sobre la marcha. La economía y la política hacen alianza en perjuicio de la sociedad. Si el “pacto social” se reduce al sector empresarial y gobierno, más que hablar de “balance de poderes” se produce un “desbalance de los poderes” pues se imponen de forma excluyente y autoritativa, y sería lo contrario de lo que proponía la Comisión de la Verdad: “el desarrollo de procesos de participación ciudadana permanentes, expresados en una democracia deliberativa, de diálogos y consensos con la inclusión de todos los sectores”.