Historia de Radio Progreso Nos alegramos de compartir con ustedes, amigas y amigos, nuestra fiesta de aniversario en fecha 17 de diciembre. Sin embargo, esta fecha está unida a toda una historia que en sus trazos generales compartimos en las siguientes líneas. Las ondas de Radio Progreso comenzaron a surcar los aires del Valle de Sula un 15 de noviembre de 1956, y durante catorce años estuvo en emprendedoras manos de personas y grupos que poco tenían que ver con los compromisos sociales. En 1970 los jesuitas adquieren la propiedad de la frecuencia de Radio Progreso y de inmediato es potenciada con el apoyo técnico del Padre jesuita Felipe Pick. Casi de inmediato se adquirió la frecuencia de onda corta lo que permitió que los desastres dejados por el huracán Fifí en septiembre de 1974, fuesen conocidos por todo el mundo, y hubiese una respuesta generosamente solidaria hacia los miles de damnificados de aquella tragedia. Fue a mediados de la década de los setenta, y en el contexto del llamado reformismo militar que tenía a la reforma agraria como el “quehacer fundamental” que Radio Progreso se identificó íntimamente con las organizaciones campesinas y sindicales en sus luchas por la tierra y por demandas sociales. En este período es cuando Radio Progreso se hace eco de la corriente latinoamericana del canto popular. La sociedad hondureña logró escuchar por Radio Progreso las voces de Daniel Viglietti, Carlos Puebla, Victor Jara, Violeta Parra, los Quilapayún, Intillimani, la Nueva Trova Cubana, Gabino Palomares, Amparo Ochoa, los Mejía Godoy, Alfredo Zitarrosa, Alí Primera y los Guaraguao, entre muchos otros. Por este compromiso de fe y justicia con los sectores sociales y con la cultura popular, en marzo de 1979 Radio Progreso fue clausurada por orden del entonces régimen militar. Gracias a la presión popular masiva y constante, la radio fue reabierta tres meses después. De llamarnos “La voz de los sin vos” pasamos a ser “La voz de un pueblo en marcha”. Y así anduvimos a lo largo de la oscura década de los ochentas, y así ingresamos a la última década del siglo pasado, para lograr entonces dar el paso a tener una radio gemela, Alegría FM. En estos años, acompañamos las luchas indígenas lideradas por COPINH y a las obreras de una maquila que emergía como esperanza para la juventud desempleada al tiempo que como amenaza a sus derechos humanos y laborales. En todo el tiempo acompañamos la vida y andar de la Iglesia desde sus comunidades de base.