Un solo dato basta Nuestra Palabra | 19 MAYO 2011 El narcotráfico y el terrorismo se han convertido en excusas perfectas para militarizar los bosques, legalizar la intervención de teléfonos, construir nuevas bases militares norteamericanas y para criminalizar la lucha popular. No hay mayor excusa para endurecer leyes y llenar de policías y de poder a los jefes policiales que la lucha contra el narcotráfico. La cosa ya es realidad, y los datos no se esconden. Los militares de Estados Unidos están convocando a empresas del rubro de la construcción para que presenten ofertas para la construcción de barracas gringas en la zona de Caratasca, en la mosquitia hondureña, en el departamento de Gracias a Dios, a un monto de 25 millones de dólares. De igual manera, el gobierno hondureño autorizó la construcción de una base militar en la Zona de Patuca con la justificación de brindar seguridad a trabajadores chinos, responsables de la construcción de la represa hidroeléctrica Patuca III. El narcotráfico es una realidad y a la sociedad entera nos tiene con los pelos de punta. Nadie duda del daño físico y psicológico, y la destrucción de los ya deteriorados tejidos sociales, jurídicos y culturales que han quedado en las comunidades y municipios. Sin embargo, la respuesta que ofrece el gobierno de Estados Unidos y las autoridades hondureñas, es todavía más preocupante, porque en lugar de hacer frente al fenómeno del narcotráfico, están sentado las bases para profundizarlo. ¿Interesa realmente a los altos jefes del Ministerio de Seguridad y de las Fuerzas Armadas contrarrestar el narcotráfico? ¿Qué lugar ocupan la dimensión preventiva, las políticas oficiales para reducir la desigualdad social y los procesos judiciales para enjuiciar a altos funcionarios implicados en el crimen organizado y en actos de corrupción pública? ¿Qué es más importante en los hechos para el Ministro de Seguridad y para los oficiales militares, hacer frente a los dirigentes del narcotráfico o llenar las calles de policías y fortalecer las cuotas de poder de los altos jefes militares? Existe una rara coincidencia entre los apuros por instalar bases militares en la mosquitia hondureña y la finalización de un estudio de una empresa noruega que confirma la existencia de petróleo en esa región como para una producción industrial estable y permanente. Y a ese dato hay que añadir que esa zona costera representa la mayor reserva en recursos naturales, flora y fauna y tierras fértiles de todo el territorio nacional. Resulta que en nombre del combate al narcotráfico están militarizando la reserva natural más importante de Honduras. Y cuando dicen que es también para proteger dichos recursos, no es propiamente para que el pueblo hondureño ejerza sobre ello su soberanía. En esta hipócrita lucha contra el narcotráfico, se podrán ocultar muchos datos, pero hay uno que es imposible tapar: mientras los gringos sean los mayores consumidores de droga en el planeta entero, el narcotráfico seguirá su camino al norte por agua, tierra y aire. En una ruta tan segura como sus bases militares.