Nuestras Oraciones y Cantos

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Nuestros Cantos y Oraciones. Comunidad Franciscana de Azogues Diciembre 2011

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Presentación. Hermanos: Este folleto es una recopilación de oraciones y cantos de diversos libros, devocionarios, folletos publicados por la Provincia Franciscana del Ecuador. Pretende ser un manual para alabar y bendecir al buen Dios, cuando visitemos el Santuario de Nuestra Señora de la Nube, salud de los enfermos y protectora de los hermanos ausentes. Que esta recopilación sea un filial obsequio a Nuestro Padre San Francisco de Asís, recordando los 800 años de presencia franciscana en el mundo y una muestra de devoción a nuestra Señora de la Nube en el año jubilar de presencia en Azogues de los franciscanos del Ecuador, humildes custodios de la estensión del Reino de Dios a través de esta advocación. La Comunidad Franciscana. Azogues, Diciembre del 2011

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NUESTRAS ORACIONES

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A DIOS PADRE Omnipotente, santisimo y sumo Dios todo bien, sumo bien y bien total; Tú eres el único bien; a Ti te tributamos toda alabanza y bendición, toda gracia y honor; te devolvemos todos los bienes. Amén. A CRISTO JESÚS Señor mío Jesucristo, te doy gracias por tanto amor con el que me amaste. Es signo del gran cariño que me tienes. Te doy gracias, Dios mío, por tantos dolores que me aquejan y, si es tu voluntad, hazme sufrir cien veces más, pues, gran consuelo será para mí sufrir en cumplimiento de tu voluntad. ANTE EL CRUCIFIJO “¡Oh grande y glorioso Dios!, Ilumina las tinieblas de mi corazón. Dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta; acierto y conocimiento, Señor, para cumplir tu santo y veraz mandamiento”. Amén. 7


AL SANTÍSIMO SACRAMENTO Te adoramos, Señor Jesucristo, aquí y en todas las iglesias que hay en el mundo, y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste el mundo. Amén AL ESPÍRITU SANTO Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles. Y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado, y renovarás la faz de la tierra. ¡Oh Dios! que iluminaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos a conocer lo que es recto según el mismo Espíritu y gocemos siempre de su consolación. La Virgen María y todos los Santos intercedan por nosotros ante el Señor para que merezcamos ser ayudados y salvados por Él. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 8


ORACIÓN POR LA MAÑANA Señor, Dios Todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día; sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado; sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ÁNGELUS Saludo a María, nuestra Madre. (Por la mañana, al mediodía y por la noche)

*E1 ángel del Señor anunció a María; -y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Ave María 9


*He aquí la esclava del Señor; -Hágase en mí según tu palabra. Ave María *Y el Verbo se hizo hombre; -Y habitó entre nosotros. Ave María *Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. -Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén Oración. Derrama, Señor, tu gracia sobre nuestras almas; y al reconocer, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo Jesucristo, conducidos por su Pasión y su Cruz, lleguemos a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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BENDICIÓN DE LA MESA Padre Nuestro San Francisco, Padre de la caridad, bendice el alimento que vamos a tomar y dalo también a los pobres y necesitados. Amén. DESPUÉS DE LAS COMIDAS Gracias te damos, Señor, por el pan que nos mantiene, y otorga con bondad a quienes no lo tienen. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. ORACIÓN POR LA NOCHE Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, al clarear de un nuevo día. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 11


ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS

POR TODOS LOS DIFUNTOS Señor Jesucristo: Tú permaneciste tres días en el sepulcro para después resucitar; has dado así a las sepulturas humanas un carácter de espera y preparación para la resurrección. Concede la paz a nuestros hermanos desaparecidos ya de este mundo. Y Tú, que eres Vida y Resurrección, llévalos a la vida eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. POR UN DIFUNTO Oh Dios, siempre misericordioso y dispuesto al 12


perdón: escucha nuestra oración por el alma de tu siervo N...N..., a quien llamaste de este mundo; no lo abandones en manos del enemigo ni te olvides de el para siempre, sino recíbelo en el cielo, que es su Patria definitiva. Y porque creyó y esperó en Ti, líbralo del purgatorio y dale las alegrías del cielo para siempre. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. POR UN PADRE DE FAMILIA Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo en la tierra, acuérdate en tu misericordia de tu siervo N...N..., que en el mundo ha sido padre solícito con los suyos. Lleva su alma a la Patria eterna, concédele allí el premio a su amor y abnegación. Tú, Señor, ves el dolor y la orfandad de los suyos. Protege a los que han quedado huérfanos en la tierra para que vayan creciendo en cuerpo y alma hasta llegar definitivamente a Ti. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. POR UNA MADRE DE FAMILIA Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que quisiste tener una madre en la tierra; mira con ojos de compasión a tu sierva N...N..., a quien has llamado del seno de su familia. Bendice el amor que siempre tuvo a los suyos y haz que desde el cielo pueda seguir ayudándoles. Toma bajo tu protección misericordiosa a quienes ella ha tenido que abandonar en la tierra. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. 13


POR UN NIÑO Te rogamos humildemente, Señor, por el niño N...N…, a quien tanto amas: recíbelo en el Paraíso, donde ya no hay luto, ni dolor, ni llanto, sino paz y gozo. Consuela la aflicción de quienes lloran su muerte. Concédenos gozar de la vida eterna de la que ya él disfruta, con tu Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. EN UNA MUERTE REPENTINA Que tu infinita bondad, Señor, nos consuele en el dolor de esta muerte inesperada; que la fe nos ayude a entender su sentido; que la esperanza mitigue nuestra tristeza con la seguridad de que nuestro hermano(a) difunto(a) N...N..., resucitará y vivirá en Dios. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. EN EL ANIVERSARIO Oh Dios, autor de la vida, que haces revivir los cuerpos de los que han muerto y quieres que los que viven te supliquen: escucha las oraciones que te dirigimos por tu siervo(a) N... N..., cuyo aniversario recordamos; líbralo(a) de la muerte eterna, perdona sus pecados y llévale a la seguridad de tu descanso. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. 14


EL SANTO ROSARIO

MISTERIOS GOZOSOS (Lunes)

1. La Anunciación del arcángel Gabriel a María. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo:”Salve,llena de gracia, el Señor está contigo”. (Lc. 1,28) 2. María visita a su prima Santa Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, el infante saltó en su seno...y ella dijo a grandes voces: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc. 1,41-42) 15


3. El nacimiento del Niño Jesús en Belén. Y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc. 2, 6-7) 4. La presentación del Niño Jesús en el templo. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor:”Todo varón primogénito será consagrado al Señor”. (Lc. 2,22-23)

5. El Niño perdido es hallado en el templo. A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. (Lc. 2,46) MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y Viernes)

1. La oración de Jesús en el huerto de los Olivos. Entró en agonía más intensamente; sudaba como gotas de sangre que corrían por el suelo. Se levantó de la oración, fue a sus discípulos y los encontró dormidos por la tristeza.

(Lc. 22, 44-45)

2. La Flagelación del Señor. Entonces Pilato mandó azotar a Jesús. (Jn 19,1) 16


3. La coronación de espinas a Jesús. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura; se acercaban a él y le decían: “¡Viva el rey de los judíos!” Y le daban bofetadas. (Jn 19,2-3) 4. Jesús con la cruz a cuestas. Jesús quedó en manos de los judíos y, cargado con la cruz, salió hacia el lugar llamado “la calavera”, en hebreo “Gólgota”, donde lo crucificaron. (Jn. 19, 16-17) 5. La crucifixión de Jesús. Y Jesús, con fuerte voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir esto expiró. (Lc. 23,46) MISTERIOS GLORIOSOS

(Miércoles, Sabados y Domingos)

1. La Resurrección de Jesús. Pero El les dijo: “No se turben, al que buscan, Jesús Nazareno, el crucificado, resucitó: no está aquí. Vean el lugar en que lo pusieron. (Mc. 16,6)

2. La Ascensión del Señor al cielo. El Señor Jesús, después de haber hablado con ellos, fue elevado al cielo, y se sentó a la diestra de Dios. (Mc. 16,19) 17


3. La venida del Espíritu Santo. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en lenguas extañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse. (Hch. 2,4) 4. La Asunción a los cielos de la bienaventurada Virgen María. Una gran señal apareció en el cielo: una mujer revestida de sol con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza. (Ap. 12,1)

5. La Coronación de la Santísima Virgen María como Reina del Cielo. Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. (Ap. 12,1) MISTERIOS LUMINOSOS (Jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán. “En ese momento se abrieron los cielos y vió al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él” (Mt. 3.17) 2. La revelación de Jesús en las bodas de Caná. Jesús dijo a los sirvientes:”Llenen de agua las tinajas y las llenaron hasta el borde”...”Saquen 18


ahora, agregó Jesus” (Jn. 2.7-8) 3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. “Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel” (Lc. 17.22-30) 4. La transfiguración de Jesús en el monte Tabor. “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas” (Mc. 9.) 5. La institución de la Eucaristía. Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dió diciendo: Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes”...Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: “Esta es la alianza nueva, sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes” (Lc. 22, 19-20) OFRECIMIENTO Infinitas gracias te damos, soberana princesa, por los favores que todos los días recibimos de tu benéfica mano, dígnate, Señora, tenernos siempre bajo tu protección y amparo, y para más obligarte, te saludamos con una “Salve”: Dios te salve, Reina y Madre..... 19


LETANÍAS LAURETANAS Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo. óyenos. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos. Dios, Padre Celestial, ten misericordia de nosotros. Dios, Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros. Dios, Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros. Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros. Santa María. ... Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la divina gracia, Madre purísima, Madre castísima, Madre siempre virgen, Madre de la Iglesia, Madre Inmaculada, Madre amable, Madre del buen consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, 20


Madre de misericordia, Virgen prudentísima, Virgen digna de veneración, Virgen digna de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel, Espejo de la justicia, Trono de sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual, Vaso digno de honor, Vaso de insigne devoción, Rosa mística, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos, Reina de los ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de los profetas, Reina de los apóstoles, 21


Reina de los mártires, Reina de los confesores, Reina de las vírgenes, Reina de todos los santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del santísimo rosario, Reina de la familia, Reina de la paz, Reina de la familia franciscana,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén. ORACIÓN Concede a nosotros, tus siervos, Señor y Dios nuestro, que disfrutemos salud perpetua de alma 22


y cuerpo y, por intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y gocemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén

ORACIONES A JESUS DEL GRAN PODER

PLEGARIA Oh Jesús del Gran Poder, por la corona de espinas que traspasa tu cabeza, por la cruz pesada que tus espaldas oprime: por tu rostro divino afeado por inmundas salivas y atrevidas bofetadas, apiádate de mí y de todos los que sufren. Con tu gran poder permíteme los beneficios de la fe. La dulzura de tu amor y la alegría para aceptar tu santa voluntad. Amén. 23


ORACIÓN DEL OBRERO Oh Jesús del Gran Poder, que quisiste ser llamado “El hijo del Carpintero”, y compartiste con San José las fatigas del obrero, enséñanos a cumplir el mandato divino: “Comerás el pan con el sudor de tu frente”, mira con especial cariño a tus colaboradores, en la transformación del mundo de tu gloria. Con tu gran poder, ayúdanos a cumplir tu voluntad con alegría, convencidos de que el trabajo dignifica al ser humano y nos lleva a Ti. Bendice nuestra empresa y da a los patronos espíritu de justicia para que reconozcan nuestros derechos: “ Porque el obrero merece su salario”. A nosotros, danos su misión y entereza para exigir solo lo justo, mediante nuestro trabajo honrado. Así todos merecemos escuchar tu alabanza: “Siervo bueno y fiel entra en el gozo de tu Señor”. Así sea. ORACIÓN DE LOS ESPOSOS Oh Jesús del Gran Poder que, en tu infinita bondad, te dignaste elegir a N.N. y a mí como instrumento de tu poder creador, en la propa24


gación del género humano y en la santificación de nuestras almas, te pedimos humilde y confiadamente, nos mires como Padre misericordioso, ayúdanos a cumplir con fidelidad el compromiso adquirido al pie de tu altar. Tú que proclamaste el carácter indisoluble del matrimonio cuando dijiste: “No separe el hombre lo que Dios ha unido”, concédenos con tu gran poder, que permanezcamos siempre en tu gracia. Protege a nuestros hijos, bendice nuestro trabajo, y danos, con la salud, el pan de cada día, para el alma y para el cuerpo. Así sea. ORACIÓN DEL CONDUCTOR Oh Jesús del Gran Poder que dijiste: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, tú que generosamente has confiado a mi cuidado la seguridad de las personas, concédeme, Señor, que agradecido por este valioso encargo, siga las sendas de tus mandamientos, mientras peregrino por los caminos de la tierra en busca del pan de cada día; que proteja la vida de mis hermanos como un valiosos tesoro puesto por Ti en mis manos; que lo sirva con respeto, mirando en cada uno de 25


ellos tu propia imagen; que conduzca mi carro con prudencia y no me precipite locamente a la muerte. Tú, Jesús del Gran Poder, cuida de mi familia y de mis bienes mientras estoy fuera de mi hogar, a fin de poder servirte con alegría y paz. Así sea. ORACIÓN DE LOS NOVIOS Oh, Jesús del Gran Poder, que sublimando el amor humano, santificaste la unión del hombre y la mujer, elevándolo a la dignidad de sacramento; Tú, que, con inmenso cariño, bendices los sacrificios y alegrías de la vida matrimonial, míranos con especial ternura a N.N y a mí, que nos preparamos para unir nuestras almas en indisoluble amor. Señor, protege con tu Gran Poder nuestro noviazgo; mantén nuestra limpieza de alma y cuerpo; ilumina nuestras mentes y nuestros corazones, a fin de que, cuando Tú lo dispongas, abracemos la nueva vida que nos hemos propuesto, con la responsabilidad y convicción que este “gran sacramento” exige. Tu gracia, Señor, dirija nuestros pasos hacia Ti. Así sea. 26


ORACIÓN DEL ESTUDIANTE Oh, Jesús del Gran Poder, Tú nos enseñaste que “el principio de la sabiduría es el temor a Dios”. Concédeme, te suplico, tus dones de ciencia, sabiduría y santo temor, a fin de que pueda llenar mi mente de todos los conocimientos que me acerquen a Ti y me hagan útil a los demás. Ilumina mi entendimiento y fortalece mi voluntad para que pueda rechazar valientemente toda doctrina peligrosa y abrace gustoso el dictamen de la santa Ley. Te doy gracias por todos los adelantos que, con tu gracia, ha conseguido la mente humana. Señor, que jamás claudique cobardemente ante los incentivos del mundo materializado y que, con tu Gran Poder llegue al logro de tus amorosos designios, hacer del hombre el rey de la creación para tu gloria. Así sea. ORACIÓN DE LOS ENFERMOS Padre, Dios, Padre Nuestro, que, cuidas de tus criaturas con gran delicadeza, y derramas la gracia de tu bendición sobre los enfermos, mira a tus siervos que sufren agobiados por la enfer27


medad, atiende benigno a la invocación de tu Nombre, libra a tus siervos de la enfermedad que padecen, devuélveles la salud, levántalos con tu mano, fortalécelos con tu vigor, defiéndelos con tu poder, para que sanos y salvos, los reincorpores a la asamblea de tus fieles. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén. PRECES A JESÚS DEL GRAN PODER De las necesidades diarias que padecemos: -Apiádate, Jesús del Gran Poder. -De los cristianos que se alejan de ti; -De los hijos que se olvidan de sus padres; -De la incomprensión de los esposos; -De la traición en el hogar; -De los huérfanos que perdieron a sus padres; -De los desamparados de la sociedad; -De los padres que abandonan a sus hijos; -De los hogares divididos por el divorcio; -De los pobres que no tienen ni lo necesario; -Cuando nos aflija la pobreza; -En nuestras enfermedades corporales y espirituales; -En nuestros problemas diarios; -En todos nuestros males; -En las dificultades que padecen las familias; -En la difícil situación social, política y económica que vive nuestro país. 28


ORACIONES A LA VIRGEN DE LA NUBE

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SÚPLICA ¡Oh milagrosa Virgen de la Nube! Madre de Jesús y Madre nuestra, bienvenida seas a esta tu casa. Te saludamos con todo el afecto de nuestro corazón. Quisiéramos que en este día ninguna acción nuestra te desagrade, quisiéramos honrarte como los ángeles te honran en el cielo; alabarte y bendecirte con todos los justos; y servirte con la fe y devoción de verdaderos hijos. Madre misericordiosa, suple nuestra pobreza y miseria. No somos dignos que la Madre de Dios venga a nuestra casa. Señor y Dios, nuestro nos arrepentimos de todo corazón de haberos ofendido, y proponemos nunca más pecar. Perdónanos, Señor y haznos dignos de las misericordias y bendiciones de María, tu Madre Santísima. Bendita, Virgen de la Nube, pon remedio a las necesidades de nuestra casa; aleja de nosotros el odio, la impureza, la frialdad en el servicio y el apego a lo terreno. 30


Danos acierto en nuestros negocios, éxito en nuestras empresas; bendícenos en el trabajo, cúranos en las enfermedades, líbranos de los enemigos y danos la paz del corazón. Socórrenos en la pobreza y consuela en nuestras penas. Te consagramos toda nuestra casa con todo lo que hay en ella: nuestros padres, nuestros hijos, nuestros esposos y esposas y todos nuestros bienes sean de hoy para siempre tuyos. Acógenos, oh piadosísima Virgen, bajo tu protección y amparo para que, venciendo al mundo, al demonio y a la carne, te podamos amar y servir en esta vida y cantar tus alabanzas en la patria celestial!. Amén. CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA NUBE ¡Oh Madre de bondad! llenos de amor y ternura venimos a postrarnos a tus plantas; para hacerlo depositaremos todos los afectos de nuestros corazones, y consagrarnos para siempre a Ti. Nosotros somos tuyos, nuestros padres nos legaron como el más precioso tesoro tu amor y 31


devoción; ellos te colmaron de alabanzas y cantaron tus glorias y misericordias. ¡Como no amarte, Virgen bendita de la Nube, con el mismo amor de nuestros padres! Tuyos somos en las alegrías y tuyos en los pesares y amarguras, en las hondas penas y duras aflicciones, en la orfandad, en la pobreza. A ti se dirigen nuestros ojos cubiertos de lágrimas, nuestros corazones deshechos, destrozados y sangrantes por la acción de los dardos de la calumnia, de la maledicencia y del vituperio. Pero hoy, Madre nuestra, mil veces bendita, nos consagramos a Ti de un modo muy especial. Te colocamos en el pobre y humilde trono de nuestros corazones. Desde hoy serás Reina soberana de nuestra casa y todos nosotros seremos hijos esclavos. ¡Oh queridísima Virgen de la Nube! reina en este hogar, bendícelo, santifícalo y gobiérnale, líbrale de todos los males y peligros, y haz que cuantos formamos este hogar querido, formando una sola familia, lleguemos a gozarte también en el cielo. Amén.

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ANTES DE LLEVAR A OTRA CASA LA IMAGEN ¡Santísima Virgen de la Nube, Madre de Dios y madre nuestra! en este día que has pasado a nuestro lado, has visto las necesidades de nuestra casa, las penas, las enfermedades, los peligros, la pobreza y cuantos males nos atormentan; tu corazón bondadoso no puede menos de tener compasión y socorrernos. Nada te nego Jesús, si quieres, puedes ayudarnos. Antes de partir de esta casa, abre tus manos bienhechoras y bendícela derramando en ella todas tus bondades. No te dejaremos ir, sin pedirte por la Iglesia, favor y ayuda; para el Sumo Pontífice y obispos auxilio y protección; fe y pureza de costumbres para la Patria; piedad y fervor para nuestros pueblos; paz para todo el mundo. Infunde en nuestra juventud amor a la pureza y al trabajo, líbralas de malas amistades y malas compañías; da a los padres de familia, prudencia y sacrificio en la educación de sus hijos, quita de los hombres el vicio de la embriaguez; conserva la enseñanza cristiana y provéela de medios para su incremento. 33


Adiós, Madre querida, nuestro corazón reboza gratitud por tus bondades. Te prometemos trabajar por enmendarnos de nuestros vicios más dominantes, a fin de que, cuando vuelvas, nada te desagrade. Contigo van nuestros corazones hasta que regreses a esta, tu casa. Te suplicamos no ceses de bendecirla. Amén. ORACIÓN DEL OBRERO Oh Madre de la Nube, trabajadora humilde de Nazareth, que nos enseñastes a sobrellevar las fatigas del hogar, para cumplir el mandato divino: “comerás el pan con el sudor de tu frente”, mira con especial cariño a tus hijos que colaboran en la transformación del mundo para la Iglesia de Dios Padre. Con tu omnipotencia suplicante, ayúdanos a cumplir, con alegría, la voluntad del Señor, convencidos que el trabajo dignifica al hombre y nos lleva al Padre. Bendice nuestra empresa y da a los patronos espíritu de justicia para que reconozcan nuestros derechos. “Porque el obrero merece su salario”. A nosotros, danos sumisión y entereza para exi34


gir solo lo justo, mediante nuestro trabajo honrado. Así todos merecemos escuchar la alabanza de Jesús: “Siervo bueno, en lo poco has sido fiel, entra en el gozo de tu Señor. Así sea. ORACIÓN DEL ENFERMO ¡Oh Madre de la Nube!, el Profeta exclamó en la cima de la montaña del sufrimiento, al contemplar tu corazón traspasado por la espada del martirio: ...”Ve si hay dolor como mi dolor...” Si tú que eres la Inmaculada, la sin mancha de pecado original, la llena de gracia, tuviste que transitar por el camino del Calvario padeciendo, en carne propia, los sufrimientos de tu Hijo, para hacerte la Corredentora de la humanidad. Alcánzame la gracia de la fortaleza para sobrellevar el peso agobiante de la enfermedad, cruz de la esfera existencial, que bien merecido la tengo por mis equivocaciones, caprichos y errores; pues he querido seguir mis propias sendas dejando a un lado el “camino de vida y verdad” que es Cristo. 35


Como el pobre enfermo del Evangelio, también exclamaré: “si Tú quieres, puedes curarme”. Que oiga, en lo íntimo de mi ser, la voz de Jesús, el Dios encarnado; “Quiero queda limpio”. Limpio del alma y del cuerpo para ser, de hoy en adelante, el testigo del amor del Padre: a los pobres en el espíritu, a los que tienen hambre y sed de justicia, a los que lloran. Madre de la Nube, Tú nos enseñaste a cumplir la voluntad divina cuando dijiste: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Que yo también, desde mi dolor y enfermedad, pueda decir, con toda confianza y fe: “Si es posible, Padre, pase de mi este cáliz, mas no se haga mi voluntad, sino la tuya” Así sea ORACIÓN DE LOS ESPOSOS ¡Oh Madre de la Nube! que en la bondad infinita de Dios, se dignó elegirnos a N.N. y a mí como instrumentos de su poder creador en la propagación del género humano y en la santificación de nuestras almas, te pedimos, humilde y confiadamente, nos mires como Madre misericordiosa, ayúdanos a cumplir con fidelidad el 36


compromiso adquirido al pie del altar. Jesús, el Verbo Encarnado, proclamó el carácter indisoluble del matrimonio cuando dijo: “No separe el hombre lo que Dios ha unido”, alcánzame, con tu Omnipotencia suplicante, que permanezcamos siempre en la gracia de Dios. Protege a nuestros hijos, bendice nuestro trabajo, y alcánzanos, con la salud, el pan de cada día, para el alma y para el cuerpo. Así sea. ORACIÓN DEL CONDUCTOR ¡Oh Madre de la Nube!, Jesús, tu hijo Divino, nos dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”; generosamente ha confiado a mi cuidado la seguridad de las personas; concédeme , Señora , que agradecido, por este valioso encargo, siga la senda de los mandamientos divinos, mientras avanzo por los caminos de la tierra en busca del pan de cada día: que proteja la vida de mis hermanos como un valioso tesoro puesto en mis manos por la divina Providencia; que lo sirva con respeto, mirando en cada hermano la imagen de Dios, que conduzca mi carro con prudencia y no me precipite locamente a la muerte. Tú, Madre de la Nube, cuida de mi familia y de 37


mis bienes mientras estoy fuera de mi hogar, a fin de servirte con alegría y paz. Así sea. ORACIÓN DEL ESTUDIANTE ¡Oh Madre de la Nube! Jesús nos enseñó que “el principio de la sabiduría es el temor de Dios”; alcánzame de tu Divino Hijo los dones de la ciencia, sabiduría y santo temor, a fin de que pueda llenar mi mente con todos los conocimientos que me acerquen al Padre y me hagan útil a los demás; ilumine mi entendimiento y fortalezca mi voluntad para que pueda rechazar valientemente toda doctrina peligrosa y abrace gustoso el dictamen de la Santa Ley. Te doy gracias por todos los adelantos que, con tu intercesión, he conseguido. Madre de la Nube, que jamás claudique cobardemente ante los incentivos del mundo materializado y que, con tu ayuda, llegue al logro de los designios divinos: hacer del hombre el rey de la creación para la gloria de Dios Padre. Así sea.

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ORACIÓN DE DESPEDIDA Contigo voy Virgen pura y en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado, mi alma volverá segura. Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes, ven conmigo a todas partes, y nunca solo me dejes. Pues que nos proteges tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

A NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES ¡Señora de los Ángeles, dulce abogada mía!, deseando manifestarte mi amor y devoción, me consagro a Ti y te entrego mi corazón. ¡Oh soberana reina de todos los ángeles y santos!, cúbreme con el manto de tu misericordia, mírame con ojos de clemencia y extiéndeme compasiva los 39


brazos de tu ternura y de tu amor. Líbrame de los peligros, socórreme en las tentaciones, consuélame en las tristezas y bendíceme en todas las empresas de mi vida. ¡Señora de los Ángeles! no me abandones jamás, asísteme siempre, principalmente en la hora de mi muerte, y llévame Tú misma a la patria inmortal de la gloria. Amén. A MARÍA INMACULADA Oh Dios, que, por la Concepción Inmaculada de la Virgen María, preparaste a tu Hijo una digna morada y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a Ti limpios de todas nuestras culpas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. ORACIÓN A SAN JOSÉ. Oh Dios, que por especial providencia, te dignaste escoger al Bienaventurado José para esposo de tu Santísima Madre; concédenos, te lo suplicamos, que al venerarle acá en la tierra como a protector nuestro merezcamos tenerlo por intercesor en el cielo. Amén. 40


ORACIONES A N.P.S. FRANCISCO

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ORACIÓN A LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO Oh Seráfico Padre mío, San Francisco, abrasado en amor de Dios y del prójimo. Por las llagas de Nuestro Señor Jesucristo y las tuyas, te pido que cumplas el voto que a Dios hiciste de dar por su amor todo aquello que te fuere pedido, te pido por esta República, y este favor... si me conviene, dámelo por amor de Dios, pues por amor de El te lo pido. Y como Dios te hizo a su imagen en cuerpo y alma, y te prometió favorecer en todo a tus devotos, no será nunca confundida mi esperanza en Ti. Así lo espero, así ha de ser. Amén. ORACIÓN DE LA PAZ Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, Donde haya odio, pongamos amor, donde haya ofensa, pongamos perdón, donde haya discordia, pongamos armonía, donde haya error, pongamos verdad, donde haya duda, pongamos la fe, donde haya desesperanza, pongamos esperanza, donde haya tinieblas, pongamos la luz, donde haya tristeza, pongamos alegría. ¡Oh Señor!, que no me empeñe tanto: en ser consolado, como en consolar, en ser comprendido, como en comprender, 42


en ser amado, como en amar. Pues, dando se recibe, olvidando, se encuentra, perdonando, se es perdonado, muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén. HIMNO A LAS CRIATURAS Cántico del hermano sol. Altísimo, omnipotente y buen Señor, a ti alabanza y honor, gloria y toda bendición; Tú solo, Altísimo, las mereces y nadie es digno de hacer de ti mención. Alabado seas, mi Señor, por todas tus creaturas, especialmente por mi señor, el hermano sol; por él nos traes el día y nos alumbras; es bello y radiante con gran fulgor; de Ti, Altísimo, es el resplandor. Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas; en el cielo las formaste claras, preciosas y bellas. Alabado seas, mi Señor, 43


por el hermano viento; por el aire y las nubes, el sereno y todo tiempo; por ellos a tus creaturas das sustento. Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua, la cual es útil y humilde, preciosa y casta. Alabado seas, mi Señor, por nuestro hermano fuego, por él nos alumbras la noche; es bello y alegre, vigoroso y fuerte. Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la madre tierra, que nos mantiene y sustenta; produce diversidad de frutos, flores coloridas y hierbas. Alabado seas, mi Señor, por quienes perdonan por amor a ti, y soportan enfermedades y tribulaciones; dichosos quienes las sufran en paz, pues de ti, Altísimo, recibirán su premio. Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la muerte corporal de la cual nadie puede escapar. 44


¡Ay de quienes mueran en pecado mortal!. Felices aquellos a quienes encuentre cumpliendo tu santa voluntad; pues la muerte segunda no les hará daño. Alaben y bendigan a mi Señor denle gracias y sírvanle con toda humildad.

BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO El Señor te bendiga y te guarde, el Señor te mueste su rostro y tenga misericordia de ti, vuelva el Señor su rostro hacia ti y te conceda la paz: El Señor bendiga a éste tu siervo. 45


ORACIONES A SAN ANTONIO DE PADUA

SÚPLICA Haz, ¡oh Señor! que la intercesión de tu confesor y doctor San Antonio, llene de alegría a tu Iglesia, para que siempre sea protegida con los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos gozos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. PARA PRINCIPIAR EL TRABAJO Glorioso San Antonio: quiero poner bajo tu protección la jornada de mis labores y fatigas, las cuales ofrezco a mi Dios como expiación de mis pecados. Santifica mis obras con tu bendición; alcánzame 46


la gracia de ser fiel en el cumplimiento de mis deberes; paciencia en las dificultades; constancia para superarlas; y que en todo no busque otra cosa que la gloria de Dios. Yo te ofrezco, Santo milagroso, una pequeña limosna del fruto de mi trabajo para que socorras con ella a tus pobres. Amén. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. ORACIÓN DEL ESTUDIANTE Bienaventurado San Antonio, ínclito Doctor de la Iglesia, favorecido del Altísimo con el don de la sabiduría celestial para que fueras verdadera luz del mundo, postrado a tus plantas imploro tu auxilio en la penosa tarea diaria de mis estudios. Dígnate, santo milagroso, alcanzarme del Señor luz para la inteligencia, amor a la verdad, firme decisión en las dificultades, y que todos mis esfuerzos redunden en gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. Padre nuestro. Avemaría y Gloria. EN ACCIÓN DE GRACIAS POR EL FAVOR RECIBIDO Glorioso Taumaturgo, padre de todos los pobres, que descubriste prodigiosamente el corazón de 47


un avaro en medio del oro, por el gran don que haz alcanzado de tener tu corazón pronto a socorrer las miserias de los infelices; Tu que ofreces al Señor nuestra súplica e imploras su favorable despacho, recibe en señal de nuestra gratitud, el óbolo que depositamos a tus pies para socorro de los necesitados. Sea para utilidad de los que sufren y la nuestra. Socorre a ellos y a nosotros con tu acostumbrada benevolencia en las necesidades temporales, pero socorre con más eficacia nuestras necesidades espirituales, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. PARA IMPLORAR SU PROTECCIÓN EN ALGUNA NECESIDAD Caritativo San Antonio, protector fidelísimo de los pobres que imploran tu auxilio, confiado en esa benignidad con que atiendes a tus devotos, recurro a ti en estas circunstancias difíciles que me encuentro. Quiero ofrecer a Dios este sufrimiento como satisfacción de mis pecados y para la purificación de mi alma, acatando con santa resignación las disposiciones divinas. Dígnate, Santo Glorioso, interponer tu valimiento ante el Señor: alcánzame de Él paciencia y fortaleza y que solucione de mejor modo posible todos mis problemas, y obtenga la paz 48


de mi alma para glorificar a Dios y serte agradecido por tus favores. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. ORACIÓN DE LOS PADRES POR SUS HIJOS ¡Amabilísimo protector de la infancia, glorioso San Antonio!, te consagro y pongo bajo tu poderosa protección a mis hijos para que los preserves de todo mal en el cuerpo y en el alma, los libres de los lazos del demonio y de las malas compañías, y, siendo buenos cristianos, tengamos la dicha de hallarnos reunidos todos en el Cielo en compañía tuya. Amén. ¡Oh Santo mío, protector de la infancia y de la juventud, bendice a mis hijos y a toda mi familia! Padre nuestro, Avemaría y Gloria. ORACIÓN DE LOS HIJOS POR SUS PADRES ¡Gloriosísimo San Antonio!, que por salvar a tu amantísimo padre de los peligros que le amenazaban, no dudaste hacer milagros estupendos. Por el amor que a los tuyos tuviste, te suplico protejas a los que me dieron el ser y tantos afanes pasaron en mi crianza y educación: presérvalos de todo mal en el cuerpo y en el alma, alcánzales la paz y paciencia en sus trabajos y enfermedades, y la dicha de hallarnos reunidos en el Cielo en compañía tuya. Amén. 49


¡Oh Santo mío, bendice a mis padres y a mis hermanos! Padre nuestro, Avemaría y Gloria. RESPONSORIO A SAN ANTONIO DE PADUA Si buscas milagros, mira muerte y error desterrados: miseria y demonio, huidos; leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos. El peligro se retira, los pobres van remediados, cuéntenlo los socorridos, díganlo los Paduanos. El mar sosiega su ira, etc. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. El mar sosiega su ira, etc. Ruega a Cristo por nosotros, Antonio glorioso y santo: para que dignos así de sus promesas seamos. Amén. 50


ORACIÓN A SAN DIEGO DE ALCALÁ Dios Omnipotente que derribas del trono a los poderosos y enalteces a los humildes, concédenos imitar la humildad de San Diego de Alcalá para hacernos partícipes de su gloria en el cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

ORACIÓN A SANTA CLARA ¡Gracias , Señor, porque me creaste! Me pensaste desde siempre, Señor de la eterna alba, y me creaste en el tiempo con amor, a tu hora exacta. Gracias, porque me pensaste; porque me creaste, gracias. Me cuidaste como un Padre a su hija muy amada, y me infundiste 51


tu Espíritu para fuego de mi alma. Gracias, porque me pensaste; porque me creaste, gracias. Gracias por mi tierra umbra y por mi nombre de Clara, por mi Padre San Francisco y por mis tantas hermanas. Gracias, porque me pensaste; porque me creaste, gracias. Por mi vida, por mi muerte, por mi bienaventuranza, por ti mismo, por tu gloria conocida y ensalzada... ¡Gracias, porque me pensaste; porque me creaste, gracias.!

ORACIÓN A SANTA MARIANA DE JESÚS Santa Mariana de Jesús, defiende la inocencia de nuestra niñez, la pureza de nuestra juventud, la moralidad de nuestros hogares. Condúcenos hacia los amantísimos corazones de Jesús y María; haz de nosotros almas eucarísticas, y amantes apasionadas del Señor Crucificado. Hija 52


predilecta del Serafín de Asís, ruega por la inmensa familia franciscana, y suscita en muchos corazones el anhelo de ceñir, como tú, la librea de San Francisco, para que tu espíritu haga florecer en nuestro suelo dones celestiales de Paz y Bien. Mártir de caridad por tu patria, alcánzanos su renovación espiritual, la concordia, la verdadera paz que nos trajo Jesucristo y el reinado social de su Evangelio en éste su pueblo consagrado a la gloria de su divino Corazón. Así sea.

CONSAGRACIONES

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CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser; y, a fin de poder vivir más estrechamente unidos a Ti, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a tu Sacratísimo Corazón. Muchos por desgracia, jamás te han conocido; muchos, despreciando tus mandamientos, te han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadécete de los unos y los otros, y atráelos a todos a tu Corazón Santísimo. Oh Señor, eres Rey, no solo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Ti, sino también de los pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Eres Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Ti: vuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor. Concede, oh Señor, incolumidad y libertad segura a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haz que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta voz: Alabado sea el Corazón 54


Divino, causa de nuestra salud; a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén. CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN ¡Dulcísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía! Deseando manifestarte mi amor y devoción, me consagro en este día a Ti, Virgen Santísima y te entrego mi corazón... ¡Oh Soberana princesa y reina de todos los ángeles y santos! Poderosa eres para salvarme; ni necesitas otra recomendación que ser Madre mía y el ofrecerme yo, aunque indigno, por hijo tuyo. Cúbreme, pues, amabilísima Madre mía, María, cúbreme con el manto de tu misericordia; mírame, con ojos de clemencia y de piedad; extiende, compasiva, los brazos de tu ternura y tu maternal corazón, que en él quiero morar y en él tener el lugar que corresponde a un hijo tuyo. ¡Virgen Santísima! Líbrame de los peligros, socórreme en las tentaciones, consuélame en las tristezas, bendíceme en las empresas de mi vida, no me abandones jamás, oh dulce Virgen María, asísteme solícita y compasiva, siempre y principalmente en la hora de mi muerte y llévame, tú misma, Reina del cielo, a la patria inmortal de la Gloria. Amén. 55


PLEGARIAS PARA LAS DISTINTAS OCACIONES

1. CUANDO QUIERES AGRADECER LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR A Dios le agrada nuestra gratitud

“Tenemos que dar gracias en todo momento… pues ustedes son la parte de Dios” (1 Tes 2, 13) Oración para dar gracias Señor Jesús, estoy contento por muchas cosas y te doy gracias por todo lo bueno que me has dado. 56


Pero te doy gracias, sobre todo, porque estás siempre conmigo, como un amigo que nunca falla. Gracias, Señor. Himno de acción de gracias “Te doy gracias, Señor, de todo corazón, pues oíste las palabras de mi boca. Canto para ti en presencia de los ángeles y me postro ante tu Templo santo. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu palabra ha superado tu renombre. El día en que clamé, me respondiste y aumentaste la fuerza en alma. Te darán gracias, Señor, todos los reyes de la tierra, cuando oigan las palabras de tu boca; celebrarán los caminos del Señor: “¡Es muy grande la gloria del Señor!” El Señor lo hará todo por mi! Señor, tu amor perdura para siempre, no abandones la obra de tus manos (Sal 137) Recomendación de San Pablo Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y tengan buen trato con todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión, presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y 57


la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Fil 4, 4-7) 2. CUANDO SIENTES DOLOR No te angusties en tiempo de adversidad.

Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo. Él nos conforta en toda prueba. (2 Co 1, 3-4) ORACION Oh, Señor: ve delante de nosotros, para guiarnos; ve detrás de nosotros, para impulsarnos; ve debajo de nosotros, para levantarnos; ve sobre nosotros, para bendecirnos; ve alrededor de nosotros, para protegernos; ve dentro de nosotros, para que, con cuerpo y alma, te sirvamos para gloria de tu nombre. Oración en la prueba “A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡tú que eres justo, ponme a salvo! Inclina tu oído siempre a mí, date prisa en librarme. 58


Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve. Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges. Sácame de la red que me han tendido, porque eres tú mi refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu, y tú, Señor, Dios fiel, me librarás. Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor. Gozaré y me alegraré de tu bondad porque has mirado mi aflicción y comprendido la angustia de mi alma; no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto. Ten piedad de mí, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza. (Sa 30)

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3. CUANDO HAS PECADO Dios nos busca.

Dios nos busca “Si alguno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga muy feliz sobre los hombros; y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: «Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido” Yo les digo que ce igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse.” (Lc 15, 4-7) Dios nos espera El hijo le habló: “Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus servidores: “…comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado” (Lc 15, 21-24) 60


Jesús no viene a condenar, sino a salvar Jesús les dijo: «Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra”… Se enderezó y le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no vuelvas a pecar” (Jn 8, 7,10-11)

Piedad de mí, Señor Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta. Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame de mi pecado. Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí; contra ti, contra ti solo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Aparta tu semblante de mis faltas, borra en mí todo rastro de malicia. Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu. No me rechaces lejos de tu rostro ni me retires tu espíritu santo. Dame tu salvación que regocija, y que un espíritu noble me dé fuerza. Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré, pues no desdeñas a un corazón contrito. (Del Salmo 50)

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Te pido perdón, Señor, por mis pecados… Por los pecados de toda una vida que en el amanecer de cada día dejo atrás. La mañana llega, y tú, amor Divino, me perdonas. Cada día lo haces, cada día esperas ese poco de mí que puedo dar. La pequeñez, que preñada de vida, de tu vida, sin duda va a florecer. Mientras tanto, mientras ese momento llega, te vienes junto a mí y me esperas. No apartas de mí tus ojos cuando el pecado llega. Sostienes a mi alma; le imprimes aliento; susurras a mi corazón que se pierda en el tuyo. Pero... a menudo, no te oigo. No, de mí solo te llega un lamento: no puedo más... De tu corazón un rayo brota hasta el fondo de mi pecho. Y entre tus brasas y mi lamento, se forma un ruego, una palabra, una oración que transforma mi ser y lo acerca, de nuevo, a ti. Orientación Cuando se recibe el Sacramento de la Reconciliación o Confesión con un corazón contrito y con una disposición religiosa, se obtiene como resultado la paz y la tranquilidad de la conciencia, a las que acompaña un profundo consuelo espiritual. 62


El Sacramento de la Reconciliación con Dios produce una verdadera “resurrección espiritual”, una restitución de la dignidad y de los bienes de la vida de los hijos de Dios, el más precioso de los cuales es la amistad de Dios. (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica 1468)

4. CUANDO NECESITAS PAZ Y CONFIANZA Te preocupas y te agitas por muchas cosas.

“Tanto recibe el alma de Dios cuánto de Él espera”. (San Juan de la Cruz) Con espíritu de infancia Señor, mi corazón no es engreído ni mis ojos altaneros; no he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me superaran. Al contario, tranquila y en silencio he mantenido mi alma, como niño saciado que se aprieta a su madre; mi alma en mi nada reclama. ¡Que Israel cuente con el Señor, desde ahora y para siempre!” (Sa 130)

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Oración de Sagrado Corazón Sagrado Corazón de Jesús, quiero tenerte como único objeto de mi amor. Sé mi protector en esta vida y garantía de la vida eterna. Sé fortaleza en mi debilidad e inconstancia. Sé propiciación y desagravio por todos los pecados de mi vida. Corazón, lleno de bondad, sé para mí el refugio en la hora de mi muerte y mi intercesor ante Dios Padre. Corazón de amor, en Ti pongo toda mi confianza. De mi maldad todo lo temo. Pero de tu amor, todo lo espero. Erradica de mí, Señor, todo lo que te disguste o me pueda apartar de Ti. Que tu amor se imprima tan profundamente en mi corazón que jamás te olvide y que jamás me separe de Ti. Señor y Salvador mío, te ruego, por el amor que me tienes, que mi nombre esté profundamente grabado en tu Sagrado Corazón; que mi felicidad y mi gloria sean vivir y morir en tu servicio. Amén 5. CUANDO ESTÁS ENFERMO El poder de la fe.

Hijo mío, cuando estés enfermo, no te deprimas: ruégale al Señor para que te cure. (Eco 38, 9) 64


Oración de confianza Señor Jesús, te agradezco por el don de la vida. Ayúdame a ver que mi enfermedad tiene una parte muy importante en mi vida. Ella me ayudará a ser plenamente la persona que Tú quieres que yo sea. No permitas que yo pierda o desperdicie lo que Tú quieres hacer conmigo para hacer completa mi vida en esta tierra y para preparar mi vida contigo en el cielo. Ahora yo no puedo orar de la manera que quisiera. (Estoy dolorido, cansado, confundido). Te pido que aceptes cada respiro como un acto de amor y de confianza en Ti. Tú eres mi Salvador. Yo quiero descansar sobre tu amante Corazón en la seguridad y en la paz, como un niño en los brazos de su padre. Yo sé que Tú no me abandonarás. Te amo, mi Señor; quisiera amarte con todo mi corazón. Amén. Oración para pedir fuerza Señor, apiádate de mí, porque estoy enfermo y siento una profunda tristeza. Pero si Tú quieres, puedes curarme: Puedes 65


iluminar al médico para diagnosticar mi mal. Puedes hacer eficaces las medicinas y los tratamientos para librarme de estos males. Dame fuerzas para resistir el dolor y cooperar con los que me quieren sanar. Mi curación será consuelo para todos los que desean mi salud, premio para todos los que estuvieron pendientes de mí para vivir siempre unido a Ti, que me has dado la vida eternamente. Todo esto te pido por los méritos de Cristo y por intercesión de su Madre, la Virgen de la Salud. Amén. Oración de conformidad Señor, dentro de mí todo se rebela contra el sufrimiento, necesito de tu gracia para pronunciar las mismas palabras que dijiste a tu Padre: “Que se haga tu voluntad”. Ayúdame a aceptar mi enfermedad y a creer que a pesar de mi inactividad, puedo ser útil a todos. Hazme entender que mi dolor unido a tu sacrificio en la Cruz tiene un sentido y un significado para toda la humanidad. Amén. 66


6. PARA AMAR COMO JESÚS NOS HA AMADO El amor es el mayor de los mandamientos.

En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se amen unos a otros. (Jn 13,35) Letanías de la humildad ¡Jesús manso y humilde de corazón! Del deseo de ser estimado, líbrame, Señor. Del deseo de ser alabado, líbrame, Señor. Del deseo de ser aplaudido, líbrame, Señor. Del deseo de ser consultado, líbrame, Señor. Del temor de ser humillado, líbrame, Señor. Del temor de ser despreciado, líbrame, Señor. Del temor de ser reprendido, líbrame, Señor. Del temor de ser calumniado, líbrame, Señor. Del temor de ser puesto en ridículo, líbrame, Señor. Del temor de ser injuriado, líbrame, Señor. Concédeme, Señor, la gracia de desear Que otros sean más amados que yo. Que otros sean más estimados que yo. Que el valor de los demás sea reconocido y el mío no. Que otros sean alabados por sus obras y de las mías no se haga caso. Que a los otros se les ponga en cargos de 67


especial relieve Y que a mí se me juzgue por inútil. Que otros sean preferidos a mí en todo. Que los demás sean más santos que yo, Con tal que yo sea todo lo santo que pueda. 7. PARA DESCUBRIR EL SENTIDO CRISTIANO DEL SUFRIMIENTO Dichosos los que sufren en Cristo.

¿Hay entre ustedes alguno desanimado? Que rece. (Stgo 5,13) Oración en el sufrimiento Señor, dentro de mí todo se rebela contra el sufrimiento, necesito de tu gracia para pronunciar las mismas palabras que dijiste a tu Padre: “Que se haga tu voluntad”. Ayúdame a aceptar mi enfermedad y a creer que a pesar de mi inactividad, puedo ser útil a todos. Hazme entender que mi dolor unido a tu sacrificio en la Cruz tiene un sentido y un significado para toda la humanidad. 68


8. CUANDO QUEREMOS ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS Jesús nos enseña a abrazar la voluntad del Padre.

Dijo María: Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho. (Lc 1, 38) Consagración al Espíritu Santo ¡Oh Espíritu Santo! Recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser. Dígnate ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía y mi Fuerza. Yo me abandono sin reserva a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus inspiraciones. ¡Oh, Espíritu Santo! Transfórmame con María y en María, en Cristo Jesús, para gloria del Padre y salvación del mundo. Amén. (P. Félix de Jesús Rougier)

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9. CUANDO NECESITAS PERDONAR Jesús perdona desde la cruz.

No guardes rencor a tu prójimo sea cual fuere la ofensa; no hagas algo bajo el efecto de la cólera. (Eco 10, 6) La Gracia de la Humildad Señor Jesús, manso y humilde. Desde el polvo me sube y me domina esta sed insaciable de estima, esta apremiante necesidad de que todos me quieran. Mi corazón está amasado de delirios imposibles. Necesito redención. Misericordia, Dios mío. No acierto a perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan. Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor, manso y humilde de corazón. No sé de dónde me vienen estos locos deseos 70


de imponer mi voluntad, eliminar al rival, dar curso a la venganza. Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad. Gruesas cadenas amarran mi corazón: este corazón echa raíces, sujeta y apropia cuanto soy y hago, y cuanto me rodea. Y de esas apropiaciones me nace tanto susto y tanto miedo, ¡infeliz de mí, propietario de mí mismo! ¿Quién romperá mis cadenas? ¡Tú gracia, mi señor, pobre y humilde. ¡Dame la gracia de la humildad...! La gracia de perdonar de corazón. La gracia de aceptar la crítica y la contradicción, ó al menos de dudar de mí mismo cuando me corrijan. Dame la gracia de hacer tranquilamente la autocrítica. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias; de sentirme verdaderamente feliz en el silencio y el anonimato; de no fomentar 71


autosatisfacción de los sentimientos, palabras y hechos. Abre, Señor, espacios libres dentro de mí para que los puedas ocupar Tú y mis hermanos. En fin, mi Señor Jesucristo; dame la gracia de ir adquiriendo paulatinamente un corazón desprendido y vacío como el tuyo; un corazón manso, paciente y benigno. Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Amén. (P. Ignacio Larrañaga) “El comienzo de las obras buenas es la confesión de las obras malas. Haces la verdad y vienes a la luz.” (San Agustín)

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EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN

La reconciliación es un acto personal y de conversión. En este Sacramento recibimos el perdón de nuestros pecados de parte de Dios, la manifestación de su Misericordia y de su Bondad; también nos reconciliamos con el prójimo y con nosotros mismos. En este Sacramento, el sacerdote, en nombre de Dios y de la Iglesia, perdonando los pecados, 73


nos devuelve la gracia. “A quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; a quienes se los retengan, les quedarán retenidos” (Jn 20, 23) PARA CONFESARSE BIEN Oración preparatoria. ¡Señor mío y Dios mío!, creo firmemente que estás aquí. Te pido la gracia de examinar sinceramente mi conciencia a la luz del Espíritu Santo, descubriendo todos mis pecados. Dame la fortaleza de confesarlos todos con fidelidad y verdad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. CINCO MOMENTOS 1. Examen de conciencia Recordar los pecados cometidos desde la última confesión. Decir mi estado de vida. 2. Arrepentirse de los pecados Dolor de haber ofendido a un Dios tan amoroso y bueno. 3. Propósito de la enmienda 74


Proponerse no volver a pecar, y si se cae, confesarse inmediatamente. 4. Confesarse con el sacerdote Decir los pecados, sin omitir ninguno por miedo o vergüenza. 5. Cumplir la penitencia que fuere impuesta Ofrecer alguna satisfacción en reparación por haber pecado. MODO DE CONFESARSE 1. Al llegar donde está el sacerdote, santiguarse y saludarle de acuerdo a la costumbre del lugar. 2. Decir el tiempo transcurrido desde su última confesión; decir el estado de vida, por ejemplo: soltero, casado, religioso. 3. Decir los pecados al sacerdote, sin omitir ningún pecado por miedo o vergüenza. 4. Escuchar los consejos y rezar el acto de contrición. 5. Cumplir la penitencia lo más pronto posible. 75


AYUDA PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA Pecados contra el amor de Dios. - ¿Acepto la voluntad de Dios? - ¿He sido causante de división de la Iglesia fundada por Jesucristo? - ¿He confiado siempre en el amor de Dios? - ¿Rezo con frecuencia? - He faltado a Misa los domingos o fiestas de guardar sin motivo justificado? - ¿Acepto los sufrimientos que se presentan en mi vida? - ¿He participado en espiritismo; consulto a adivinos o creo en brujerías y supersticiones? Pecados contra el prójimo. - ¿He ofendido de palabra u obra, o con el pensamiento a otras personas? - ¿He hablado, pensado mal o calumniado? - ¿Perdono las ofensas o guardo rencor en mi corazón? - Siento envidia o he sido egoísta con otras personas? - ¿Ayudo al pobre, al enfermo, al que no tiene trabajo, al que no tiene vivienda, al que está triste o se siente solo? - ¿Soy servicial en la casa, colegio, barrio, trabajo? 76


- ¿He estafado a alguna persona o institución? - ¿He desperdiciado el tiempo o he malgastado el dinero? - Como hijo, ¿respeto a mis padres, les obedezco, les cuido? - Como padres, ¿doy buen ejemplo a mis hijos, los respeto? - ¿He abortado, colaborado o inducido al aborto? - ¿He usado métodos anticonceptivos? - ¿Vivo una paternidad o maternidad responsable y soy fiel? - ¿He prestado dinero, cobro intereses altos? Pecados contra uno mismo - ¿He abusado del alcohol; consumo drogas? - ¿He incitado a otros a pecar? - ¿Soy honesto en mis exámenes, trabajos o estudios? - Como profesional o comerciante, ¿soy honesto y responsable? - ¿He cometido actos contra la pureza y la castidad? - ¿Disfruto de películas o publicaciones pornográficas? Acción de gracias después de la confesión Te doy gracias, Dios mío, por haber perdonado mis pecados y recibido de nuevo tu amistad. Te 77


pido, por los méritos de tu Hijo Jesucristo y de su Madre Santísima, la Virgen María, y de todos los Santos, me concedas tu perdón y misericordia. Amén.

EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA

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Comunión espiritual Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén Gracias, Jesús Eucaristía ¡Gracias, Jesús Eucaristía, por tu bondad, que tan generosamente derramas en mi vida! Gracias, Señor, porque no obstante mis infidelidades, faltas y pecados, tu amor y misericordia no cesan de auxiliarme y bendecidme. Gracias, Señor, es la expresión sincera que brota de mi ser al experimentar vivamente tu amor vivificando y colmando mi existencia. Gracias mil, te repetiré constantemente, pues no 79


tengo otra forma de manifestar mi gozo, mi admiración, todo ese cúmulo de nobles sentimientos que intensamente experimento desde lo más profundo de mi ser. ¡Jesús Eucaristía! Sé tú mismo quién dé gracias por mí, con tu corazón de hombre perfecto, de supremo adorador del Padre, de dócil instrumento en la acción santificadora del Espíritu Santo. Concédeme que, desde hoy en adelante, toda mi vida sea una constante alabanza de acción de gracias. A imitación de la Virgen María, proclamaré desde lo más íntimo de mi corazón. ¡Alaba mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en el Dios que me salva, porque ha hecho en mí maravillas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía! porque tu misericordia ha colmado de gozo mi existencia. Amén.

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NUESTROS CANTOS

CANTOS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO Cantemos al Amor de los amores 1. Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. ¡Dios está aquí! Venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor. 81


¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra, bendecid al Señor. Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria. amor por siempre a ti, Dios del Amor. 2. Unamos nuestra voz a los cantares del coro celestial. ¡Dios está aquí! Al Dios de los altares, alabemos con gozo angelical. 3. Los que buscáis solaz en vuestras penas, y alivio en el dolor. ¡Dios está aquí! Y vierte a manos llenas los tesoros de divinal dulzor. 4. El alma eterna, Dios de las justicias, el sumo justo Juez. ¡Manso, hélo aquí!, colmando de caricias a los hombres con noble esplendidez. 5. ¡Oh rara caridad y real fineza: Oh dulce memorial! ¡Dios está aquí!, con toda su riqueza, con su Cuerpo y Sangre divinal. 6. Que abrase nuestro ser la viva llama, del más ferviente amor. ¡Dios está aquí! Está porque nos ama, como Padre, amigo y bienhechor.

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7. Cantemos al Amor de los amores, cantemos sin cesar. ¡Dios está aquí! Venid, adoradores, adoremos a Cristo en el altar. Dueño de mi vida Dueño de mi vida, vida de mi amor. Ábreme la herida de tu corazón. 1. Corazón divino, dulce cual la miel, Tú eres el consuelo para el alma fiel. 2. Tú abrasas el hielo, Tú endulzas la hiel. Tú eres el consuelo para el alma fiel. 3. Tú eres, Jesús bueno, florido vergel, de delicias lleno, para el alma fiel. 4. Tú vences potente al fiero Luzbel. Tú eres, Dios clemente, para el alma fiel. 83


Dios de amores Dios de amores, Santa Eucaristía, mira al pueblo de tu corazón. Todo es tuyo, lo juraste un día, todo es tuyo, salva al Ecuador. 1. Corazón de Jesús, arca de vida, faro y puerto, luz y salvación. 2. Corazón de Jesús, ves cuan sufrida hoy la patria llora su aflicción. 3. Corazón de Jesús, fuente florida, de Ti brotan aguas de perdón. 4. Corazón de Jesús, abre tu herida, di a la patria: soy tu salvación 5. Corazón de Jesús, la patria unida por Ti canta un himno de amor. AL CORAZÓN DE JESÚS Corazón santo, Tú reinarás, Tú nuestro encanto siempre serás. 1. Venid cristianos y acá en el suelo, como en el cielo, 84


se ve adorar. También nosotros adoraremos y ensalzaremos al Dios de paz. 2. Jesús amable, Jesús piadoso, Dueño amoroso, Dios de bondad. Vengo a tus plantas, si Tú me dejas, humildes quejas a presentar. 3. Divino pecho, donde se inflama, la dulce llama de caridad. ¿Por qué la tienes ahí encerrada y no abrasada la tierra está? 4. Arroja en ella tu hermoso fuego y todo luego se inflamará. No ves que el mundo vive aterido, y endurecido en la impiedad. 85


5. Corazón dulce, manso y clemente, principio y fuente de santidad. Véante mis ojos desenojado, Dueño adorado, Dios de bondad. 6. Tú solo puedes, Omnipotente, mi sed ardiente refrigerar. Aquí, Bien mío, aquí el postrero suspiro quiero por Ti exhalar.

CANTOS A MARÍA

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Es el hermoso mes de María Es el hermoso mes de María, mes de alegría, nuncio de paz 1. Huye el invierno áspero y triste, sus galas viste, la bella flor. 2. Los mansos vientos soplan suaves; cantan las aves himnos de amor. 3. Del sol brillante al tibio rayo, el mes de mayo vuela fugaz. 4. En los altares nuestros pastores, colocan flores de grato olor. 5. Ante la Virgen se cantan suaves, 87


tiernos y graves himnos de amor. 6. Todo respira calma y ventura, el aura pura sopla fugaz. Salve, salve, cantaban, María ¡Salve, salve, cantaban, María, que más pura que tú, solo Dios! Y en el cielo una voz repetía: ¡más que tú. Solo Dios, solo Dios! 1. Con torrentes de luz que te inundan, los arcángeles besan tu pie, las estrellas tu frente circundan y hasta Dios complacido se ve. 2. Pues llamándote pura y sin mancha, de rodillas los mundos están, y tu espíritu arroba y ensancha, tanta fe, tanto amor, tanto afán. 3. Ah, bendito el Señor que en la tierra Pura y limpia, te pudo formar; 88


como forma el diamante la sierra, como cuaja las perlas el mar. 4. Y al mirarte entre el ser y la nada, modelando tu cuerpo exclamó: “Desde el vientre será inmaculada, si del suyo nacer debo Yo” 5. Ella pide virtudes por palmas, corazones por templo y altar, para luz de sus ojos las almas, que pretenden su amor cautivar. 6. Y en las iras de Dios las esconde y le grita al sonar la explosión: “!Son mis hijos, piedad!. Él responde: “!Son tus hijos, piedad y perdón!”

Dios te salve, María. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, nos dé su gracia. 1. Divina María, luz del alma mía, 89


espejo sin mancha, fuente cristalina. 2. Al verte, Oh María, al verte tan linda, el alma y la vida llenáis de alegría. 3. ¡Oh bella María!, tu nombre me alivia, en tantos dolores, en tantas fatigas. 4. En mis aflicciones me causa alegría, siempre que te imploro, Divina María. 5. A tu amparo vengo, buscando piedades, Reina de los cielos, no nos desampares. 6. Acoge, Oh Madre, dentro de tu manto a los que te llaman, gimiendo y llorando.

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Vuelve, Señora, tus ojos. Vuelve, Señora, tus ojos, llenos de misericordia. 1. De cuantos a tus umbrales suspiran, gimen y lloran. 2. Por el alto privilegio de tu concepción dichosa. 3. Porque naciste al mundo, cándida y brillante aurora. 4. Porque con vuestra hermosura, al mismo Dios aficionas. 5. Porque jamás desamparas a cuantos tu nombre invocan 6. Dando mayores socorros en cuantas son sus congojas. 7. Las súplicas repetimos, diciendo a voces: “Señora”.

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Salve, Salve, gran Señora. Salve, salve, gran Señora, salve, poderosa Madre. Salve. Emperatriz del cielo. Hija del Eterno Padre. 1. Templo de la Trinidad y puerta del cielo abierta, que para que todos entren, descendiste hasta la tierra. 2. Madre tan grande y sublime, tan soberana y excelsa, que hacerte mayor no puede, ni Dios con su omnipotencia. 3. Madre piadosa que siempre, el ser madre desempeñas, en los conflictos prestando tus gracias a manos llenas. 4. Cuando caigo, me levantas, si triste, Tú me consuelas, si estoy enfermo, me sanas, y si débil, me das fuerza. 5. Pues nunca jamás se ha oído, ni siglo alguno comenta, 92


llorase desamparado, el que recurre a tus puertas. 6. Pues nadie se ha de salvar, sin que tu amor intervenga, en tus manos desde ahora, mi espíritu se encomienda. Con dulce amor cada día Con dulce amor cada día y con tierno corazón, rezaré con devoción el Rosario de María. 1. A tus plantas, ¡oh María!, míranos hoy acudir: te rogamos, Virgen pía, que nos quieras bendecir. 2. Míranos en este suelo, Tú que reinas en Sión, da a tus hijos el consuelo, pues están en la aflicción. 3. Tu oración, ¡oh dulce Madre!, da esperanza al pecador; pues la escucha siempre el Padre, con agrado y con amor. 93


4. Tú remedias nuestros males, Tú procuras nuestro bien, con tus gracias celestiales; sé, sin fin, nuestro sostén. 5. Haz de nuestro pecho amante de virtudes un vergel; y no cese ni un instante, de morar Jesús en él. 6. Oye, Madre, nuestras preces, nuestros votos y clamor; que muramos cien mil veces, antes que perder tu amor, AVE DE LOURDES Ave, Ave, Ave, María Ave, Ave, Ave, María. 1. Cantad a María, cantad en su honor, tejedle guirnaldas, guirnaldas de amor. 2. La Virgen bendita sonríe de amor, cuando oye a sus hijos tan grata canción. 94


3. De nuevo nos tienes al pie de tu altar. que dulce es, oh Madre, venirte a cantar. 4. Celeste Señora, Divina Beldad, el cielo te adora, la tierra y el mar. 5. El mismo saludo, que el ángel te do, repiten tus hijos, cantando a una voz.

A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA 1. El trece de mayo, la Virgen María, bajó de los cielos a Coba de Iría. Ave, Ave, Ave, María. Ave, Ave, Ave, María. 2. A tres pastorcillos, la Madre de Dios, 95


descubre el secreto de su corazón. 3. Haced penitencia, haced oración: por los pecadores implorad perdón. 4. El santo Rosario constantes rezad, y la paz del mundo el Señor dará.

Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles. Hoy quiero cantarte, Señora de los Angeles, Reina soberana, Madre celestial. Yo soy una alondra, que ha puesto en ti su nido, viendo tu hermosura, te reza su cantar. Luz de la mañana, María, templo y cuna, mar de toda gracia , fuego, nieve y flor, puerta siempre abierta, rosa sin espinas, yo te doy mi vida, soy tu trovador. 96


Salve surco abierto, donde Dios se siembra. Te eligió por madre, Cristo el redentor. Salve esclava y reina, virgen nazarena, casa paz y abrazo para el pecador. Mi Madre Querida. Coro: Madre de la Nube, mi Madre querida, oye los gemidos de mi corazón. Madre de la Nube, protectora mía, en tus manos blancas guarda mi tesoro. Madre de la Nube, vida y esperanza, dame la bonanza de tu corazón. Madre de la Nube, dulce Madre mía, dame por piedad el maná divino. Madre, tierna Madre, oye las plegarias de gemido y llanto de los peregrinos. Madre de la Nube, en tus manos dejo toda la ternura de mi corazón. Desde tu colina, desde tu calvario, mira el testamento de tu redentor. 97


Plegaria a la Virgen de la Nube. Oh Madre de la Nube, Oh Virgen milagrosa, te elevo esta plegaria por todo el Ecuador. Desde esta bella tierra, mi venerado Azogues, tu cuna preferida, te yergues majestuosa/ Diciembre, enero y mayo los meses más queridos, me acerco a tus plantas, postrado de rodillas. Repartes bendiciones por todo el horizonte, /con tu poder supremo al lado de Jesús/ Oh Madre del migrante, Oh reina del ausente, en todo el universo imploran tus favores. El cielo es tu morada, querida Madre Mía, para el descanso eterno, ayúdame en la agonía/ Tan pura y franciscana, Tan bella y soberana, /desde el alto cielo Proteges a tus hijos/. 98


Salve Dolorosa 1. ¡Salve Dolorosa y afligida Madre! ¡Salve! tus dolores a todos nos salven. 2. Vamos al Calvario, que está ahí nuestra Madre, anegada en llanto, empapada en sangre. 3. De la cruz pendiente, Jesús muerto yace y no hay quien consuele a la triste Madre. 4. De la cruz ya bajan el cuerpo adorable y en los brazos ponen de su Esposa y Madre. 5. Atónitos, mudos, contemplan los ángeles a su hermosa Reina, casi agonizante. 6. Lloran las estrellas, las rocas se parten, enlútase el cielo en duelo tan grande. 99


7. ¡Oh Reina hechicera, oh amorosa Madre! Quien ¡ay! te ha puesto en tanto pesares. 8. Sólo nuestras culpas, nuestras culpas grandes, el verdugo han sido para atormentarte. 9. Cómo abraza y besa la víctima exanger. ¡Ay como en sollozos toda se deshace! 10. Cesen ya tus penas, dulcísima Madre, quedaron esas lágrimas para los culpables. 11. Por esto en el Gólgota, vengo a acompañarte, mi agua será el llanto, mi pan los pesares. 12. Madre Dolorosa, Reina de los mártires, dame de tus penas el amargo cáliz. 13. ¡Dame tus tormentos, tus lágrimas, dame, y haz que en el Calvario mí vida se acabe. 100


CANTOS A SAN FRANCISCO

Francisco, evangelio vivo. Fui trovador me llamaba Francisco, cantaba alegre en las noches de Asís, mas ya no quiero cantar a Rolando, ni las proezas del gran Amadís. Fui descubriendo un camino distinto, sentía en mi alma un vacío total, no quiero amores que pasan y mueren, hoy solo canto a mi rey inmortal. 101


/Yo quiero ser Evangelio viviente, abandonarme en tus brazos, Señor, ser como un niño que juega o se duerme, mientras su padre lo envuelve en amor/ Vestía trajes lujosos de seda, lucía al cinto un precioso puñal, hoy mis señores son esos leprosos y mi vestido este pobre sayal. Cambié tesoros por dama pobreza, placer y honores por la santidad y soy feliz como nunca lo he sido. Dios es mi gozo, mi felicidad. Heraldo del Gran Rey. Soy heraldo del Rey, de un Señor inmortal y conmigo canta el amor. Soy hermano del agua, del viento y del sol, mi bandera es la libertad. Mi tesoro es la pobreza, mi alegría que florece, el amor que Dios me ofrece y tu amor. Soy heraldo del Rey, de un Señor inmortal mi bandera es la libertad. Son hermanos los hombres, el lobo y el mar, 102


las montañas y el ruiseñor, es mi hermana la muerte, la oveja y la flor. Todos somos fraternidad. Mi tesoro es la pobreza, mi alegría que florece, el amor que Dios me ofrece y tu amor... son hermanos los hombres, el lobo y el mar. Todos somos fraternidad. Las huellas del Crucificado. Rosas de sangre han florecido, reviven en tu cuerpo la pasión, Francisco de amor estás herido, las manos, los pies y el corazón. Tus manos que acogen a los pobres, y parten su pan con el mendigo, yo quiero también amar a todos, ya puedes Señor contar conmigo. Sembrando la paz y bien caminas y yo sembrador iré a tu lado. En ti el Evangelio es carne viva y Cristo otra vez crucificado.

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Dos buscadores de lo absoluto. /Como el arroyo busca el mar, busco yo en mi inquietud. Todo mi ser ans铆a volar, busco tu plenitud/ /Suenan dos veces como un cantar, en mi coraz贸n. Miro hacia el cielo, Dios es mi hogar, Clara y Francisco son/ /Buscan los hombres en su dolor, fuentes de juventud, yo s贸lo tengo sed de tu amor, busco tu plenitud/ /T煤 lo eres todo, eres el bien, eres el sumo bien. Eres paciencia, eres quietud, eres mi plenitud/

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Francisco, repara mi Iglesia. La Iglesia se está cayendo. Ya ves. Sus muros rotos están. Así le habló a Francisco el Señor en la ermita de San Damián. Yo puedo cerrar sus grietas, Señor, mis manos te ayudarán. Verás que limpia y hermosa ya estará nuestra ermita de San Damián. /Iglesia humana y divina a la vez, que en luz y sombras la vez, viviendo el Evangelio, más pobre y libre ha de ser/ La Iglesia que nos preocupa no es de piedra, ni es material. La Iglesia somos los hombres y Dios, no la ermita de San Damián. Queriendo ser hoy mejores que ayer la vamos a reparar, cumpliendo lo que el Señor nos pidió en la ermita de San Damián. 105


Alabado seas mi Señor. Alabado sea, mi Señor. Alabado seas, mi Señor. El sol y las estrellas, proclaman tu grandeza, /las flores y la luna nos cantan tu poder/ Alabado seas, mi Señor. Alabado seas, mi Señor. Cantando el universo te ofrece tu hermosura, /pues toda criatura es cántico de amor/ Alabado seas, mi Señor. Alabado seas, mi Señor. Los pájaros y el bosque, los árboles y el viento, /los ríos y los mares nos cantan tu poder/ Alabado seas, mi Señor. Alabado seas, mi Señor. Por todos los hermanos que acogen y perdonan, /por todos los que rezan en su tribulación/

Padre bueno, Dios hermano. Tú, Señor que enciendes las estrellas, Tú que al sol le das su resplandor, Tú que cuidas del pájaro perdido que va buscando un nido, guiado por tu amor. 106


Tú que siembras rosas y trigales, Tú que al lirio vistes de esplendor nos proteges, Señor, con más cariño, pues quieres más a un niño, que al pájaro y la flor. /Padre bueno, Dios alegre primavera y manantial. Dios hermano, Dios amigo, Padre nuestro celestial/ Tu Señor que velas por el pobre y al humilde le das tu protección, al que amas le ofreces un tesoro, que vale más que el oro: le das tu corazón. Tú Señor, que alumbras mi camino, Tú que escuchas siempre mi oración, en tu amor pongo yo mi confianza, renace mi esperanza, se acuna mi canción. Hermano lobo. ¿Por qué te volviste lobo?, tal vez no te amé bastante. ¿Por qué te volviste lobo?, tal vez no te supe amar.

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/¿Por qué con rencor me acechas y quieres morder mi mano? Tal vez yo no fui tu hermano y nunca te abrí mi mano/ ¿Por qué tu nos odias tanto?, tal vez yo te odié primero. ¿Por qué nos acosas fiero?, tal vez te enseñé a acosar. ¿Por qué vives en tinieblas? tal vez te negué mi lumbre, y toda tu pesadumbre nació de mi crueldad. Hoy vengo a llamarte hermano y darte la paz y bien. Hoy vengo a llamarte hermano y juntos volver a amar. /Los hombres a veces somos más fieros que el lobo fiero; hoy darte mi mano quiero y abrirte por fin mi hogar/

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Las huellas del caudillo enamorado. Las huellas del caudillo enamorado sigamos con fervor; vamos tras Él; Su voz ha resonado, tremolemos la insignia del amor. Su sendero es de luz, fieles terciarios, a Francisco seguid. Honor y bendición al Padre amante, honor y bendición al Serafín. En redes amorosas te viste prisionero, amor fue tu divisa, tu lema y tu ideal; incendios respirando, trazaste el fiel sendero, que muestra a los amantes divino manantial. Tu corazón ardiente a Dios ha cautivado y sus divinos ojos con gozo en ti fijó; y al verte en tales llamas, dejástele hechizado y con flamante dardo tu cuerpo traspasó. Divinamente herido te vieron los mortales y fueron a pedirle lecciones de tu amor, inmensas muchedumbres siguiéronte leales, y a todos abrasaste con tu copioso ardor. 109


Tus ansias imitando, seráficas legiones lucharon por el triunfo de Cristo y de su Cruz. Iluminar queremos, los pueblos y naciones con célicos fulgores de salvadora luz. Al cielo los humanos no tienden la mirada y en gozos transitorios han puesto su afición; por eso hoy emprendemos seráfica cruzada, pidiéndote, ¡oh Francisco! amparo y protección. Desprecio a lo divino, error e indiferencia, dominan por doquier la incauta sociedad, Francisco tus ardores difunde con clemencia y sálvese por ellos la ciega humanidad.

A SAN ANTONIO DE PADUA Los ruegos escucha. Los ruegos escucha, Antonio clemente, que el pueblo doliente dirige hacia ti. De angustia oprimido, el pueblo te aclama; atiende al gemido que eleva a tu altar, y pío derrama las gracias del cielo, y trueca en consuelo su amargo llorar. 110


Del lirio exhalando al célico aroma, atraes con blando arrullo a Jesús; y amante paloma le ofrece tu pecho, suavísimo lecho y grata quietud. Mil claros portentos dispensa tu mano; amansa los vientos de atroz tempestad, el género humano, te invoca en sus penas, y al punto serenas su cruda ansiedad.

A SANTA CLARA

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Hermana Clara. Clara es tu nombre, claro tu vivir, trigo tus cabellos, miel tu sonreir. Frágil como un mimbre, sed de eternidad, /Dios te da su fortaleza, sol de claridad/ Clara, Clara, Clara, trigo, lirio y luz. Clara, Clara, Clara, esposa de Jesús. Clara, Clara, Clara, alma de cristal, en invierno y en la nieve, floreció el rosal/ Alma franciscana, llama de oración, búsqueda constante en tu sed de Dios. Flor que nos ofrece la fraternidad. /Dios te da su fortaleza, sol de claridad/ Clara, fortaleza y ternura Clara, fortaleza y ternura fiel a la vida y a la revelación, exhortas a tus hermanas a guardar la unidad del mutuo amor. Clara, oración hecha vida con la palabra contemplando al Señor, su Espíritu te transforma y unifica tu vida en el amor 112


Clara, virgen pobre y humilde, firme y paciente en la tribulación. Abrazas a Jesucristo, su misterio de cruz y salvación. Clara, luz que irradia la vida llevas la iglesia en tu corazón, tu vida es presencia viva que alimenta la nuestra de Dios. Clara, servidora de Cristo, Tú que acogiste la llamada de Dios, bendice a tus hermanas para ser siempre fieles al gran don. Gloria, sea dada a Dios Padre que nos llamó a tu gran vocación, y gloria a Ti, virgen Clara, por seguir su divina inspiración. Amor que en el silencio contempla Amor que en silencio contempla, amor que se goza y admira; siguiendo a Jesús en pobreza, siguiendo su forma de vida. Su amor es tesoro escondido en campos de humana pobreza 113


Se単or te entregaste del todo, del todo a de ser nuestra entrega Dulzura inefable escondida, gozoso intercambio de amores transformas a das nueva vida que alienta y sostiene a los hombres.

Danos de beber Danos de beber, Hermana Clara en tu pozo de silencio danos de beber, (danos de beber) cual es tu forma de vida, (de beber) cumplir el Santo Evangelio (danos de ...) y el mundo sigue mirando (de beber) Hermana Clara tu espejo (danos de beber...) Danos de beber... 114


Abanderada de pobres (de beber) sostĂŠn de los vacilantes (danos de beber) guĂ­a de humildes sinceros (de beber) de Cristo claro reflejo (danos de ...) Danos de beber... Hace ocho siglos que brilla tu nombre escrito en el cielo tu clara sabidurĂ­a transparencia de Evangelio. Danos de beber ...

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