EL Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), ESTÁ DE LUTO. Con pena y dolor comunicamos a la opinión pública y a nuestro movimiento de resistencia que el Compañero Rogelio Muciño Castañeda ex huelguista de hambre del SME murió la madrugada del día de hoy víctima de una enfermedad incurable. Él se suma a la ya larga lista de compañeras y compañeros electricistas que pierden la vida durante el período de la prolongada lucha de resistencia de tres años nueve meses por recuperar nuestro trabajo. Apenas hace unas semanas, Rogelio Muciño acudió, ya muy enfermo y en camilla, a depositar su voto en las urnas del SME para elegir a medio Comité Central; en esa ocasión comentó: “el Sindicato me ha dado todo, ahora venir a votar es mi deber”. Rogelio Muciño como trabajador en resistencia fue todo un ejemplo de consecuencia en la lucha. Integrante del departamento de Distribución Foráneo contribuyó con su trabajo de alto riesgo a la prestación del servicio público de energía eléctrica en distintas zonas del D.F. y el Estado México, durante más de 27 años. Actualmente, con una edad de 57 años ocupaba en su escalafón el puesto de Sobrestante de Línea Viva Energizada. A él le faltaban, al 10 de Octubre del 2009, sólo dos meses para alcanzar su jubilación. Su vida se vio truncada desde aquella fecha, cuando Felipe Calderón decreto la extinción de Luz y Fuerza y más de 44 mil trabajadores electricistas fuimos despedidos injustificadamente. Vino después, el linchamiento mediático de los que no aceptamos la liquidación y Rogelio Muciño resistió; luego la criminalización y represión de nuestro movimiento de resistencia que Rogelio y decenas de compañeras y compañeros nuestros enfrentaron con la Huelga de Hambre del 2010. La Huelga de Hambre del 2010 rompió el cerco mediático, contuvo la represión, legitimó nuestras demandas ante amplios sectores de la sociedad y fue pieza clave para recuperar la personalidad jurídica del sindicato. Sin la Huelga de Hambre no estuviéramos hasta aquí, a unos pasos de alcanzar una solución de fondo al conflicto con el regreso al trabajo de miles de trabajadoras y trabajadores que como Rogelio no nos hemos rendido. Los efectos de la Huelga de Hambre hicieron estragos en la salud de Rogelio, aceleraron su enfermedad mortal. Sin embargo, él se mantuvo firme. A lo largo de dos años fuimos testigos de cómo, al mismo tiempo que se apagaba su vida, él crecía como ser humano. Lector y dueño de un pensamiento crítico y sensibilidad creativa, cultivo las artes. Escribía cuentos, dibujaba y pintaba al óleo. Era un obrero culto y sencillo de muy buen trato con sus compañeros de trabajo y lucha. Asumió el reto de no dejarse vencer y salió triunfante al lado de su esposa y de su hijo, dio la batalla como pocos. Rogelio Muciño formaba parte de los 1,300 compañeros que alcanzaron
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