Retaguardia

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Por Claudia Soriano

En la historia de la pintura occidental, siempre ha existido diversidad de debates teóricos sobre la manera correcta, los modelos, los temas, los colores o cuáles han sido las mejores técnicas o formas de dibujar, por mencionar algunos aspectos que han sido motivo de largas y enérgicas discusiones. En ese contexto, es posible recordar las “batallas” entre los clásicos y los modernos, entre los partidarios y defensores del dibujo y los del color. Este tipo de divisiones, o, hasta cierto punto, rivalidades siguen existiendo en la actualidad entre los diferentes representantes de la pintura salvadoreña, y se manifiesta a través de un distanciamiento y, quizás, una diferenciación, muchas veces voluntaria, entre los artistas denominados por la crítica, pintores de la “Vanguardia” y los demás. El título de la exposición Retaguardia propone, entonces, una reflexión sobre estos otros artistas y lo que pueden ofrecer. Renacho Melgar se considera como un artista de la “Retaguardia”, de esos que no se encuentran en el foco permanente de la crítica y del mundo del arte contemporáneo y que por la elección de sus temas y propuestas se distancia de la concepción tan manipulada y a veces artificializada de la vanguardia artística, a la que en más de una ocasión se le podría reprochar su hermetismo interpretativo, o su falta de profundidad. Ser pintor de retaguardia presenta entonces ciertas ventajas: ofrece el tiempo necesario al artista para poder profundizar en la búsqueda de temas y de significados. Tiempo para experimentar con su arte, modificar y hacer evolucionar su estilo. De esta forma el pintor logra plasmar en sus obras, a través de su proceso creativo, un significado que vaya más allá de la representación puramente visual o conceptual. Además, otorga libertad al artista para crear cada pieza sin buscar satisfacer los gustos o demandas de los espectadores, un aspecto que, además, se aleja de la búsqueda por imponer tendencia o una moda en el arte. Esta exposición de Renacho Melgar, nos demuestra que el artista de la “Retaguardia” se mantiene en la búsqueda permanente de originalidad y de innovación en cada una de sus piezas. Las diferentes obras de gran formato aquí expuestas, en las cuales se mezclan una serie de autorretratos, son prueba de ello. Su recorrido revela una metamorfosis interesante y un paso adelante en la evolución y la búsqueda artística de Renacho Melgar. Los temas abordados son diversos. Mientras que algunos presentan una facilidad de lectura, otros esconden significados profundos, simbolismos a decodificar, realidades


difíciles y críticas severas de nuestra política y sociedad

a algunos de ellos en esta exposición, al recorrer

contemporánea, tratadas a veces de manera poética,

y examinar las diferentes obras descubrimos a

trágica o satírica.

personajes comunes, o provenientes de categorías

Renacho Melgar utiliza, como parte de su inspiración,

socioeconómicas desfavorecidas.

un amplio abanico de figuras y modelos provenientes

El espectador, entonces, encuentra en cada pieza la

de textos religiosos, literarios o de la mitología greco-

cotidianidad e intimidad de momentos diarios de la

romana. Referencias que siguen estando presentes

realidad, en la que además podemos reconocer ciertos

en el imaginario colectivo y que han sido previamente

objetos emblemáticos de nuestra cultura.

representadas en los cuadros de grandes maestros de la historia del arte.

Renacho Melgar decide retratar en su mayoría a personas olvidadas, invisibilizadas o silenciadas por

Por lo general estas temáticas y referencias son

la sociedad, (prostitutas, vendedores, migrantes,

vistas con recelo o son despreciadas por los pintores

indigentes, drogadictos, comunidad LGTB, entre otros).

contemporáneos, por su aparente banalidad, su falta de

Estos anti-héroes suelen ser protagonistas de noticias

originalidad o por su dificultad para renovarlas.

trágicas o polémicas en informes del periódico o de la

En esta búsqueda y trabajo de más de dos años, Renacho Melgar regresa a los orígenes académicos de la pintura y por un instante se presenta como un

televisión; seres humanos complejos o sencillos que viven su día a día entre el olvido, la discriminación, la pobreza o la violencia.

heredero de los maestros renacentistas, barrocos y

En ese contexto, las composiciones que encontramos

románticos a los cuales reinterpreta. En su propuesta,

en esta exposición mezclan de manera fluida y natural,

no solamente se rinde un homenaje a estos pintores

los personajes contemporáneos con el resto de

emblemáticos, ya sea retomando ciertas figuras, en el

protagonistas, mitológicos, literarios o religiosos.

uso de una paleta dramática, en su trabajo sobre la luz, o en sus composiciones; sino que también, estos temas académicos y clásicos están hábilmente ambientados en un contexto contemporáneo latinoamericano y sobre todo citadino.

Podemos agregar que el artista logra, de esta manera, sacralizar e inmortalizar lo desagradable, lo común y lo profano, velando cuidadosamente en conservar elementos que conectan a estas figuras contemporáneas con la realidad, representándolas con

Se aprecia también una cohabitación original entre

sus imperfecciones y defectos. Todo esto, mientras

las figuras mencionadas anteriormente y personajes

otros protagonistas, como algunas personalidades

del siglo XXI, quienes cuentan simultáneamente sus

públicas, se vuelven más polémicas y de cierta forma,

historias, sus tragedias y sus luchas, en obras en las

degradadas en cuanto a su función o significado.

cuales la ciudad, y específicamente el centro de San Salvador se vuelve cómplice y protagonista de la narrativa.

Es posible concluir, entonces, que, a través de un proceso de yuxtaposición, integración, reapropiación y comparación, Renacho Melgar transforma a estos

La elección de los diversos personajes literarios o

hombres, mujeres y niños en héroes modernos, como

reales, que en apariencia todo opone, se destacan como

lo han hecho también algunos poetas y autores del

un aspecto interesante dentro de cada pieza.

realismo literario de América Latina.

Pasado y presente se juntan, mientras los diversos

Por otra parte, la muestra denota, a su vez, una fuerte

protagonistas comparten la misma búsqueda, ya

similitud y acercamiento con algunas corrientes

sea de aventuras, de libertad, de iluminación, de

literarias como la pintura europea del siglo XIX, en la

reconocimiento o de esperanza.

cual muchos de los artistas se atrevieron a plasmar en

Pero esta vez la mayoría de figuras reales no son héroes o mártires pasados. Aunque podemos apreciar

composiciones monumentales a simples campesinos e individuos del pueblo en sus luchas políticas o cotidianas, persiguiendo los mismos sueños, y que,


pintados de manera “académica”, sirven de excusa para poder ser representados en estos grandes formatos. Algunos de estos artistas utilizaron sus obras como un instrumento para denunciar y describir las luchas y realidades sociales de su época, alejándose de la

Estos temas son, a pesar de todo, parte importante de nuestra identidad, y necesitan ser evocados, como nos lo recuerda también Renacho en algunas de sus pinturas exhibidas en esta muestra.

representación monumental que imperaba en ese

Para finalizar notamos que esta exposición nos invita a

momento, en las cuales las piezas estaban reservadas a

reflexionar sobre nuestra visión del otro, sobre nuestro

temas históricos, religiosos o mitológicos. En ese contexto, recordemos la referencia y la explicación de Delacroix al momento de exponer su cuadro “Escenas de la matanza de Quíos” en el salón

mundo y su complejidad, mientras nos adentramos poco a poco en un recorrido original a través de obras emblemáticas y muy bien reinterpretadas de la historia del arte.

de 1824, en el cual podíamos leer en el libreto de

Es a la vez un viaje didáctico, artístico y literario entre

presentación: “Obra directamente inspirada de los

el pasado y el presente, entre la imaginación, y la

periódicos del momento”. Podríamos, además, mencionar entre otros al escritor Víctor Hugo, que ambienta su obra “Los miserables” en un contexto urbano, en la cual describe con gran sensibilidad a los vulnerables y desprotegidos. Renacho Melgar logra, de igual manera, visibilizar a estas sombras errantes y molestas que encarnan esa realidad contemporánea que incomoda. La manera de abordar y combinar estos temas y personajes es poco habitual en las propuestas actuales de la pintura salvadoreña. Si intentamos encontrar alguna semejanza o analogía nos damos cuenta que, en las obras existentes, no encontramos referencias explícitas a la pintura europea clásica y si existen son muy escasas y sutiles.

realidad, presentado con un estilo más comprometido y elaborado que nos incita a volver a ver la pinturapor lo que siempre fue: un arte que nos hace maravillarnos, imaginar, interpretar, debatir, filosofar, viajar y sentir. Esta exposición será, probablemente, criticada por muchos de polémica e irreverente, mientras que otros no querrán advertir su verdadero valor y especularán que revela temas poco nobles o poco originales. También estarán aquellos que la reducirán y la acusarán de ser una simple apología de la pintura y literatura europea. Sin embargo, aún en medio de la polémica o la crítica, las piezas monumentales de Renacho Melgar son resultado de un arduo trabajo, que denotan una transformación estética, un compromiso socio-cultural y artístico, los cuales nos sumergen en una narrativa histórica, intelectual, social y literaria apasionante, en la que el espectador puede por sí mismo sacar sus

Las que se inspiran en la realidad, o en la herencia

propias impresiones, dudas, interrogantes, asociaciones

nacional (ya sea histórica, religiosa o mitológica),

y críticas de la mano del artista, que con su mirada, nos

evocan más folklor o nostalgia de un pasado post-

invita a entrar en sus cuadros y experimentar su visión

colonial o prehispánico. Muchas de ellas se conciben

del mundo y del arte, convirtiéndonos en espectadores

con un propósito memorial. Otras simplemente se

activos, en protagonistas, y por qué no, en héroes e

presentan como obras puramente decorativas.

historiantes de esta experiencia visual que nos convida

Podemos decir también que existe una visión, en su mayoría, subjetiva e idealizada en la pintura salvadoreña actual al momento de representar el pasado y presente de nuestro país. Como resultado, la historia y la realidad se glorifican, mostrando únicamente aspectos agradables o edulcorados, invitando así al espectador a enorgullecerse de su país.

a usar todos nuestros sentidos. Una visita que no dejará a nadie indiferente. Claudia Soriano Historiadora del Arte










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