La Guerra Civil española (1936-1939): De la victoria del Frente Popular a la inmediata posguerra.
Rafael Rodrigo Fernández Profesor de historia de España
Rafael Rodrigo Fernández Es licenciado en Historia Moderna y Contemporánea por la UAM, realizando el último curso mediante beca Erasmus en la Università degli Studi di Trieste (Italia). Actualmente es profesor titular de Historia Contemporánea y de España de Kensigton School (Pozuelo de Alarcón, Madrid), Profesor colaborador de la Facultad de Ciencias de la Información y Humanidades de la Universidad europea de Madrid (UeM) y Profesor asociado del Aula de Historia Militar del CFICD (Centro de Formación Interactiva para la Cultura de la Defensa). Además es colaborador y articulista habitual de las revistas especializadas XXI Legio y SERGA y del Portal de Historia Militar el Gran Capitán. Tiene diversas publicaciones destacando el Catálogo de la Colección Sanz de Barutell del Museo Naval de Madrid editado por el Ministerio de Defensa. Así mismo, ha pronunciado numerosas conferencias sobre Historia Militar y de España en diversos centros e instituciones como el Ateneo de Madrid.
INDICE
CAPITULO 1º: Las elecciones de 1936 y la victoria del Frente Popular…..
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CAPITULO 2º: La evolución de la guerra ……………………………………………
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CAPITULO 3º: La evolución política del bando nacional ……………………..
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CAPITULO 4º: La evolución política del bando republicano ………………..
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CAPITULO 5º: La dimensión internacional ……………………………………….
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CAPITULO 6º: Las consecuencias de la guerra civil ……………………………
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CAPÍTULO 7º: La inmediata posguerra …………………………………………….
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BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………………
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CAPÍTULO 1º: Las elecciones de 1936 y la victoria del Frente Popular El 15 de enero de 1936 se firmó el Pacto del Frente Popular sobre un programa de mínimos, se pretendía volver a poner en marcha la legislación del primer bienio (educación, obras públicas, reforma agraria, reforma laboral, etc.), ahora sin dilación, decretar una amnistía, anular todas las sentencias y medidas por la revolución de octubre, y restablecer las garantías constitucionales. Participaron de este Frente: Izquierda Republicana, Unión Republicana, POUM, PSOE y el PCE, verdadero inspirador el acuerdo, siguiendo las estrictas órdenes de Stalin desde Moscú. Por su parte la derecha concurrió a las elecciones en dos listas principales el Bloque Nacional y la CEDA, además del PNV. La campaña electoral y las elecciones se celebraron con relativo orden, pese al clima de violencia, sobre todo verbal, y el clima de levantamiento latente. El día de las elecciones acudió a votar el 72% del censo y el resultado fue de 278 escaños para el Frente Popular por 192 de los partidos de centro derecha. La participación electoral de los afiliados CNT, ante el hecho de que buena parte de sus dirigentes estaban en la cárcel, y la desunión de las derechas explican el resultado.
Resultado electorales de febrero de 1936. Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
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Rafael Rodrigo Fernández El impacto fue fulminante. En los días siguientes, sin esperar a la segunda vuelta de las elecciones ni a la proclamación de resultados, los grupos de izquierdas asaltaron las cárceles dejando en libertad a los detenidos por el golpe de Estado de 1934. Azaña tuvo que formar un Gobierno antes siquiera de la apertura de las Cortes. El Gobierno puso en marcha el programa del Frente Popular de inmediato. Decretó una amplia amnistía y comenzó a reponer en sus puestos a los funcionarios expulsados en 1934. Se restableció el Estatuto catalán y la Generalitat y los generales más conservadores fueron enviados a destinos alejados: Goded a Baleares, Mola a Pamplona y Franco a Canarias. Sin embargo, el resultado más significativo de aquellos meses fue la ocupación sistemática de fincas y la puesta en marcha de la reforma agraria. El Gobierno suspendió los juicios por desahucio y devolvió la tierra a los campesinos. Pero los sindicatos agrarios decidieron ocupar fincas y ponerlas en explotación. El 20 de marzo un decreto del Gobierno autorizaba al IRA a expropiar cualquier finca de forma inmediata. 80.000 campesinos procedieron a ocupar de inmediato los principales latifundios, provocando enfrentamientos con los terratenientes y la Guardia Civil, al mismo tiempo, los primeros a partir de verano se negaron a contratar jornaleros, prefiriendo perder las cosechas. El 15 de junio se restablecía la Ley de Bases de la Reforma agraria, desde febrero hasta julio se habían asentado a 110.000 familias campesinas. Poco a poco el Gobierno fue perdiendo el control de las calles y desde el mes de abril se sucedieron las algaradas, las provocaciones y los asesinatos entre grupos radicales. Nada más constituirse las nuevas Cortes, el 7 de abril, su primera decisión fue destituir al Presidente Alcalá-Zamora. El artículo 81 de la Constitución preveía esta posibilidad si un presidente disolvía las Cortes por segunda vez en su mandato y la nueva Cámara estimaba improcedente la disolución de la anterior. Así que los diputados elegidos gracias a esa decisión consideraron injustificada la disolución decretada, algo a todas luces falso. La decisión supuso uno de los mayores errores del Frente Popular que se apresuró a nombrar a Manuel Azaña como nuevo presidente el 10 de mayo. Pero el PSOE dividido entre los más moderados como Indalecio Prieto y los partidarios de la unión con el PCE y la revolución, como Largo Caballero, no pudieron formar
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Rafael Rodrigo Fernández Gobierno, designando Azaña a su compañero de partido Santiago Casares Quiroga como nuevo jefe del Gabinete. Se continuó con la obra legislativa del primer bienio, prosiguiendo su trámite legal los dos estatutos de autonomía del País Vasco y Galicia. Ante la situación de violencia en las calles y en las universidades Falange fue declarada ilegal el 15 de marzo, tras el atentado contra el socialista Jiménez de Asúa. El 16 de junio José María Gil Robles en el Parlamento exponía las siguientes cifras para cuatro meses de gobierno: 269 homicidios, 1.287 heridos, 170 iglesias quemadas, 133 huelgas generales y 216 parciales. La posterior intervención de Calvo Sotelo se saldó con amenazas desde las filas comunistas, Pasionaria afirmó que “este hombre a hablado por última vez”, y el mismo presidente del Gobierno Casares Quiroga amenazó al líder derechista: “si algo ocurre, que no ocurrirá, haré a su señoría responsable de todo”.
Asesinatos de Castillo y Calvo Sotelo. Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
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Las derechas comenzaron a conspirar, se produjo un primer intento el 20 de abril, que no llegó siquiera a cuajar. Finalmente los políticos recurrieron a los generales y Emilio Mola fue designado como “El Director”, encargado de planificar el golpe de Estado. Lo encabezaría Sanjurjo, exiliado en Portugal, y tendría como objetivo imponer un Gobierno conservador pero republicano. Los preparativos estaban bastante avanzados cuando el 12 de julio de 1936 se produjo el asesinato del teniente de la Guardia de Asalto, el socialista Castillo, que fue respondido con la detención y posterior asesinato de José Calvo Sotelo por los mismos compañeros Guardias de asalto. Al parecer este hecho acabó por convencer al indeciso general Franco, así como a otros muchos conservadores, escandalizados por que las mismas fuerzas de seguridad, secuestrasen en su propio domicilio y asesinasen a uno de los líderes parlamentarios. Cuando el 17 de julio comenzó la insurrección el inoperante Gobierno de Casares Quiroga todavía pensaba que se podría dominar la situación, dos días después y tras otros tantos jefes de Gobierno la guerra civil era un hecho.
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Capítulo 2º: La evolución de la guerra. Los preparativos y el 18 de julio El pronunciamiento militar comenzó en la guarnición de Melilla la tarde del 17 de julio, sin embargo la mayor parte de los sublevados lo hicieron durante el día 18. El general Mola no lo haría hasta el 19 por la mañana y las últimas guarniciones lo harían el día 20 e incluso el 22. La idea inicial de los sublevados era llevar a cabo un pronunciamiento según la tradición del siglo XIX. Durante ese siglo los distintos partidos políticos recurrían a los militares para que fuesen ellos los que propiciasen el cambio del Gobierno, alternando de esa manera moderados y progresistas y significándose los generales Narváez, O´Donnell, Serrano o Prim entre otros. Más o menos el procedimiento solía ser el mismo. Los políticos incapaces de cambiar el Gobierno por medios democráticos recurrían a los militares para que fuesen ellos los que una vez declarado el Estado de guerra y suspendidas las garantías constitucionales dieran paso a un nuevo Ejecutivo del partido que había propiciado la sublevación. Una vez en el poder se procedería a reformar la Constitución, las leyes electorales y especialmente las habituales de reunión, asociación o prensa. Esta era la idea que los conspiradores tenían en mente cuando comenzaron a sublevarse contra el Gobierno de Santiago Casares-Quiroga, ex miembro de la ORGA y en ese momento en las filas del partido Izquierda Republicana del presidente de la República Manuel Azaña. En la posterior España franquista el 18 de julio sería considerada la fecha “oficial” en que daba inicio la sublevación denominada “Alzamiento Nacional”. Desde el triunfo en las elecciones de febrero del Frente Popular los distintos partidos de derechas y fuerzas más conservadoras ya habían comenzado el acercamiento a los militares para que diesen un golpe de Estado. En un primer momento se eligió para encabezarlo al general Sanjurjo. Él había protagonizado otro intento en 1932, la Sanjurjada, y en ese momento se encontraba exiliado en
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Rafael Rodrigo Fernández Portugal. La razón de ello es que el nuevo Gobierno había derogado la amnistía que se había concedido durante el Bienio Radical-Cedista a los conspiradores. Sin embargo, esto representaba un problema, ya que su exilio le impedía organizar personalmente los preparativos del golpe. Se necesitaba a alguien en el interior que lo organizase y el elegido fue el general Emilio Mola, en ese momento destinado en Pamplona y al que conocería por el nombre en clave de “El Director”. Mola será el principal conspirador y organizador del golpe, el cual fue preparado a través de reuniones y mensajes “secretos” lo cual no impidió que tanto el Gobierno como la opinión pública hablase de “ruido de sables” en los cuartos de banderas de los cuarteles españoles. El general Franco, que posteriormente fue la figura principal de la guerra, no se decidió a participar hasta fechas muy próximas al golpe. Franco se encontraba destinado en la comandancia de Canarias. Un destino que el Gobierno consideraba lo bastante lejano para el militar que había dirigido la represión en Asturias en 1934 como asesor de Estado Mayor del entonces ministro de la Guerra, José María Gil Robles. Parece ser también que muchos de los comandantes militares que luego se sublevaron preguntaban a sus interlocutores por la posición que iba a tomar Franco. No hay que olvidar que en ese momento en España y dentro del ámbito militar Franco era el general de mayor prestigio, entre otras cosas por ser cofundador de La Legión junto a Millán-Astray o por haber sido Director de la Academia General Militar de Zaragoza antes de que Manuel Azaña la cerrase. En previsión de que definitivamente Franco se sumase al golpe un corresponsal del ABC en Londres contrató los servicios del Dragon Rapid (Aeronave que debería trasladarle desde Canarias hasta el protectorado español de Marruecos sin tener que hacer escala en la zona de control francesa) Hay que recordar que en ese mismo momento en Francia gobernaba León Blum después del triunfo electoral del Frente Popular, con lo cual se corría el riesgo de que Franco fuese retenido en caso de hacer escala.
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Rafael Rodrigo Fernández Dos asesinatos serán los verdaderos desencadenantes del golpe. El 12 de julio un grupo de pistoleros falangistas asesinaban al teniente Castillo de la Guardia de Asalto Republicana cuando este se dirigía desde su domicilio al Cuartel de Pontejos. Posteriormente tanto guardias como algún miembro del PSOE, partido al que Castillo estaba afiliado, fueron al domicilio del líder del Bloque Nacional, José Calvo Sotelo, al que asesinaron de madrugada, abandonando su cadáver. Este asesinato hizo que aquellos que estaban indecisos para sumarse al golpe definitivamente se uniesen. El que la misma Guardia de Asalto se pudiese presentar en el domicilio de un diputado y líder parlamentario, arrestarle y luego asesinarle vilmente les hizo temer que los siguientes pudiesen ser ellos.
La fecha elegida por Mola para que diese comienzo la sublevación en la guarnición de Melilla fue el 17 de julio a las 17 horas y efectivamente así fue. Los diarios de la tarde ya informaban de la sublevación, sin embargo el jefe de Gobierno no sólo no tomaba medidas, sino que declaraba a los periodistas que se marchaba a dormir tranquilamente. A la mañana siguiente se encontraba con una sublevación que se extendía por todo el país lo que le llevó a presentar su dimisión. En general se puede trazar una seria de similitudes entre las guarniciones sublevadas: En primer lugar tendríamos aquellas donde el triunfo fue rápido y casi sin oposición. La sublevación triunfaba tanto en la capital como en la provincia y las autoridades republicanas eran detenidas. Serían los casos de Mola en Navarra, él cual dispuso además de la ayuda de voluntarios tanto requetés como falangistas o de las guarniciones de Burgos, León o Valladolid. En general se trataría del tercio norte peninsular a excepción de la cornisa Cantábrica. El segundo modelo sería aquel en que la guarnición conseguía asegurar la capital pero se encontraba con que la provincia se inclinaba de lado republicano. Casos significativos serían los de las capitales andaluzas
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Rafael Rodrigo Fernández como Sevilla, Córdoba, Granada, pero especialmente de las guarniciones de Toledo u Oviedo que debieron resistir hasta la llegada de refuerzos, cosa que no sucedería hasta los meses de septiembre y octubre. El tercer grupo serían aquellas capitales en las que fracasó el golpe. En Madrid Fanjul se refugiaba en el Cuartel de la Montaña que posteriormente fue asaltado. En Barcelona el general Goded se encontraba con una capital totalmente en manos republicanas. Lo mismo pasaba en Málaga, Bilbao o Valencia. Y es que el nuevo Gobierno de José Giral había autorizado el reparto de armas entre las milicias de los partidos con lo cual entre estas y las tropas y fuerzas de seguridad que permanecían fieles al Gobierno hacían fracasar el golpe.
Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
El Desarrollo de la guerra: 1.- La guerra de columnas (julio-noviembre 1936): Esta etapa recibe este nombre, ya que se utiliza la misma táctica que se empleaba en el Protectorado. Una columna de marcha de unos 2.000 a 4.000 hombres, con apenas artillería, varias secciones de ametralladoras, con los escasos camiones de los que disponía el Ejército en esa época o los que hubieses sido requisados, sin apenas cobertura de la aviación y lógicamente sin tanques. Por lo tanto era una guerra basada en la infantería. Las columnas transitaban por las carreteras hasta
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Rafael Rodrigo Fernández encontrar oposición enemiga, momento en que se desplegaban a ambos lados de la carretera. La táctica tampoco puede calificarse de innovadora. O bien se recurría a un asalto frontal o como mucho a que uno de los regimientos fije al adversario mientras el otro realiza un ataque de flanco. En la zona Norte las columnas de Mola consiguieron asegurar el frente en la zona centro, Somosierra, Navacerrada y Alto de los Leones. Asimismo, a principios de septiembre se conseguía ocupar San Sebastián e Irún, maniobra que será determinante en la posterior caída de la zona Norte al no poder disponer de comunicación terrestre para recibir ayudas. Desde Cataluña y con dirección a Zaragoza o Huesca salían las principales columnas republicanas, como la del anarquista Durruti. No se consiguió ocupar ninguna de las tres capitales pero si que se recuperaban grandes zonas de Aragón. En la zona Centro cabría destacar las columnas republicanas que saliendo de Madrid fijaban un frente discontinuo en la zona Norte de la región, así como en la zona de Sigüenza en Guadalajara, recuperando la capital y Alcalá de Henares. La columna Miaja que desde la zona de Levante y Albacete actuaría en la zona del Guadalquivir con poca fortuna, ya que las tropas de Queipo de Llano conseguían enlazar con Granada y Córdoba, después caerían en manos nacionales Ronda y se terminaba con la resistencia de los mineros de Río Tinto. No obstante, no cabe duda de que el escenario principal se desarrolló en la zona del Estrecho de Gibraltar y Extremadura. El grueso de las tropas sublevadas se encontraban en Marruecos y el paso del estrecho de Gibraltar no parecía posible. Como resultado de las gestiones realizadas por enviados de Franco, apenas unos días después del alzamiento Italia y Alemania enviaban aviones de transporte y suministros. Con ellos se iba a producir el primer transporte aéreo de tropas de la historia. Se enviaron refuerzos, regulares y legionarios a Sevilla, Cádiz o Huelva. Con todo, aunque importante este transporte no fue determinante. Al final el paso se tuvo que realizar del modo tradicional, esto es en barco. Aunque parezca extraño la Armada republicana no hizo acto de presencia, salvo un destructor. La razón es sencilla, gran parte de la flota quedó en manos -9-
Rafael Rodrigo Fernández republicanas, pero los oficiales en su inmensa mayoría habían sido detenidos, formándose una especie de soviet de marineros que regían ellos mismos los destinos del buque. Por lo tanto la coordinación resultaba imposible y además casi nadie hacía caso de las órdenes que salían del ministerio correspondiente en Madrid. El llamado convoy de la Victoria cruzó el Estrecho el 5 de agosto. Solventado el problema del Estrecho y disponiendo Franco de una masa de maniobra suficiente se planteaba cual era el mejor camino para alcanzar el considerado objetivo prioritario de la guerra, Madrid.
Franco acompañado de su Estado Mayor durante la batalla del Ebro (1938). Fuente: http://www.guerracivil1936.com
Franco debe ser considerado un general de academia o casi mejor de manual. Durante la guerra apenas cometerá errores de importancia pero tampoco encontraremos maniobras militares innovadoras o adelantadas a su tiempo. Se caracterizará por la utilización de la doctrina francesa de la Primera Guerra Mundial, avances lentos, flancos asegurados y estrecha colaboración entre armas, evitando cualquier riesgo innecesario. Por eso el avance por el valle del Guadalquivir forzando el paso por Despeñaperros se planteaba más rápido, sin embargo, el principal peligro era el mantener dos flancos descubiertos a posibles ataques enemigos. Es por ello que se optó por el avance por Extremadura. Esta línea de avance planteaba varias ventajas. Por un lado era un paso más fácil que
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Rafael Rodrigo Fernández Despeñaperros, ya que se usaba la antigua vía de la plata, al mismo tiempo el flanco izquierdo se apoyaba sobre la frontera de Portugal, país que se mostró favorable al bando nacional. Finalmente, si la maniobra tenía éxito se comunicaban las dos zonas en poder de los nacionales y además el posterior avance sobre Madrid se vería también libre de peligros en los flancos, ya que el izquierdo descansaría en la sierra de Gredos, también en poder de los nacionales, y el derecho en el Tajo, buena barrera natural. Por lo tanto se eligió esta línea de avance ocupando Badajoz, donde la represión fue durísima, y posteriormente llegados a la provincia de Cáceres, las tropas al mando del general Yagüe, giraban la línea de ataque Norte-Sur a otra de Oeste a Este. En su avance desde Trujillo sobre la capital durante los meses de agosto y septiembre cabe destacar la toma de Talavera de la Reina, el 3 de septiembre, y Maqueda el 21, además las tropas de Varela entraban en Toledo, el 27 de septiembre, donde desde el inicio de la sublevación resistía la guarnición al mando del entonces coronel Moscardó. A finales del mes de octubre se producía la batalla de Seseña, donde se registraba el primer enfrentamiento entre blindados de la guerra, y el 2 noviembre las tropas del general Varela llegaban a las inmediaciones de la capital, ocupando Móstoles y Pinto, dos días después tomaban Getafe, Leganés y Alcorcón. En estos momentos Franco ya había sido designado como “generalísimo”, comandante en jefe del Ejército, jefe de Gobierno y jefe del Estado. El nombramiento se produjo en una reunión de los principales generales sublevados el 1 de octubre en un aeródromo a las afueras de Salamanca, en una finca de la familia Tabernero. Por parte republicana el nuevo jefe de Gobierno era el secretario general de la UGT Francisco Largo Caballero que había formado en septiembre un Gobierno de concentración nacional entre todas las fuerzas políticas republicanas incluyendo a varios ministros anarquistas.
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Operaciones militares entre 1936 y 1937. Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
2.- La lucha en torno a Madrid (noviembre 1936-marzo1937) Lógicamente el primer intento sobre la capital consistió en un ataque frontal. Las columnas de Varela deberían avanzar sobre la capital desde la carretera de Toledo realizando un tanteo en toda la línea y teniendo como primer objetivo Campamento y la Casa de Campo. Se pretendía entrar en Madrid desde toda la zona Oeste, entre las carreteras de Toledo, Extremadura y de La Coruña. Sin embargo, este primer asalto resultó un fracaso y el frente quedó más o menos estabilizado desde Basurero en el Sur hasta la Ciudad Universitaria, siguiendo aproximadamente la línea del río Manzanares. Las tropas nacionales si que consiguieron rebasar el Manzanares en la zona del Hipódromo e inmediaciones del puente de los franceses, el 16 de noviembre, sin embargo la posición era muy delicada, ya que esa cabeza de puente estaba unida tan sólo mediante el llamado
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Rafael Rodrigo Fernández puente de la muerte o del generalísimo. Madrid estaba defendida por una Junta de Defensa, presidida por el general Miaja y que contaba como jefe de Estado Mayor al teniente coronel Vicente Rojo, además ya habían llegado las iniciales ayudas extranjeras, los primeros tanques y aviones soviéticos y las primeras unidades de las Brigadas Internacionales. Finalmente se desistió del asalto. Se planteó un segundo intento, consistente en un ataque de flanco para mejorar esa situación. Será la conocida como batalla de la carretera de La Coruña, que se desarrollo entre el 30 de noviembre y el 15 de enero de 1937, donde las tropas nacionales, al mando del general Varela, ocuparán la zona entre Las Rozas y Pozuelo de Alarcón, pero este intento quedará nuevamente detenido frente a la Ciudad Universitaria y el Manzanares. El tercer intento de ataque a la ciudad fue un ataque de flanco con la intención no ya de ocupar la ciudad si no de aislarla del resto de la zona republicana. La batalla del Jarama, febrero de 1937, supondrá un nuevo revés para las tropas nacionales del Varela, ya que pese a ganar terreno y a conseguir tener batida la carretera de Valencia la ciudad no fue rodeada ni embolsada, manteniendo abiertas las líneas de suministro y comunicación con Levante.
Tanqueta Fiat ansaldo CV-33/35 italiana. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
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Rafael Rodrigo Fernández El último intento sobre Madrid será la batalla de Guadalajara. En esta ocasión serán las tropas italianas del CTV (Corpo di Truppe Volontarie), las cuales venían de conquistar casi sin oposición Málaga en febrero, quienes con ayuda de la división Soria del ahora general Moscardó intentarán embolsar la ciudad siguiendo el eje Sigüenza, Guadalajara, Alcalá de Henares y tratando finalmente de enlazar con las fuerzas de la zona del Jarama. El 8 de marzo comenzaba la ofensiva rompiendo el frente republicano y llegando hasta 3 kilómetros al Sur de Torija. Sin embargo, el contra ataque republicano comenzaba el día 11, encabezado por la Brigadas Internacionales, donde también combatían los italianos de la brigada Garibaldi. La derrota en Brihuega obligó a las tropas de general Roatta a volver a sus bases iniciales. El resultado fue un rotundo fracaso que además significó un enorme éxito tanto propagandístico como de material capturado por parte republicana. Esta derrota tuvo dos consecuencias importantes, por un lado obligó a los italianos a aceptar la dirección del cuartel general del Generalísimo, desistiendo de volver a protagonizar ofensivas por su cuenta, y por otro convenció a Franco de la imposibilidad de ocupar la capital, con lo que se fijaron nuevos objetivos. 3.- La campaña del Norte (marzo 1937-octubre 1937) La cornisa Cantábrica representaba una enorme bolsa republicana. Su conquista significaría una serie de beneficios importantes para los nacionales. En primer lugar, poder ocuparla significaría poder utilizar en beneficio propio tanto los recursos mineros asturianos como sobre todo la industria siderometalúrgica de la provincia de Vizcaya. En segundo lugar, la eliminación de este frente permitiría a los nacionales utilizar todas las tropas de este frente para crear una gran masa de maniobra que pudiese ser utilizada contra la capital. Se eligió un eje de ataque desde el Este al Oeste. Las razones son simples. Contando con sólidas bases de partida en Álava y Guipúzcoa significaba una orografía menos complicada que la que ofrecía atacar desde Galicia o peor todavía los Picos de Europa. Además, el objetivo fundamental era la ciudad de Bilbao, se consideraba que caída esta la posibilidad de resistencia republicana caería en picado.
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Rafael Rodrigo Fernández El 31 de marzo se inició la campaña en Vizcaya. El mando correspondió al general Mola, el cual disponía de importantes refuerzos, incluidas la Legión Cóndor y el CTV, además de las brigadas navarras. Durante las primeras fases de la ofensiva, tras un ataque aéreo sobre Durango, se produjo el más que conocido bombardeo de la ciudad de Guernica por parte de la aviación alemana e italiana, el 26 de abril. Lo cierto es que el pánico producido por la casi destrucción de la ciudad influyó de forma significativa en el desarrollo de la campaña. Tras feroces combates el 11 de junio se derrumbaba el frente republicano y las tropas nacionales entraban en Bilbao el 19. Resulta destacable la falta de resistencia de la ciudad de Bilbao, pese a que se había construido el llamado cinturón de hierro y a contar dicha ciudad con antecedentes de resistencia tan significativos como los sitios sufridos durante las guerras carlistas. Además, el 3 de junio Mola moría en un accidente aéreo, despejando, aún más si cabe, la jefatura indiscutible de Franco. Por su parte el mando republicano intentó una ofensiva para conseguir distraer fuerzas enemigas del frente Norte, al resultar imposible hacer llegar refuerzos al Cantábrico. En mayo de 1937 se producía en Segovia la batalla de La Granja, donde Varela consiguió rechazar el ataque sin necesidad de refuerzos. Otro intento republicano por auxiliar al frente Norte fue la Batalla de Brunete, después de la caída de Bilbao. Planificada por el general Vicente Rojo pretendía dicha ofensiva llegar hasta Navalcarnero en la carretera de Extremadura. De esa forma se conseguiría eliminar la presión sobre Madrid, ciudad que era frente de guerra desde noviembre de 1936. Más de 60.000 hombres, unos 150 tanques, 200 piezas de artillería y un fuerte apoyo aéreo se lanzaron al ataque el 5 de julio arrollando a unos desprevenidos nacionales. Tras unos primeros días de avance, pero cada vez más lento las tropas nacionales al mando de Varela pasaban al contra ataque el día 18. El resultado fue parecido al de la anterior nacional en Guadalajara. Ahora bien la intensidad del ataque hizo que Franco tuviese que enviar tropas desde el frente Norte, con lo que la ofensiva en el Cantábrico quedó
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Rafael Rodrigo Fernández momentáneamente paralizada. Pero una vez estabilizado el frente se procedió al definitivo asalto final en el Norte. La nueva ofensiva sobre Santander comenzó el 14 de agosto, el 15 caía Reinosa el 26 la capital. Una vez ocupada casi toda la provincia las tropas del PNV llegaron a un acuerdo a través de la diplomacia vaticana para rendirse a los italianos, será el acuerdo de Santoña, el 24 de agosto, acuerdo que por supuesto Franco se negó a reconocer. Otra ofensiva desesperada fue la de Belchite, entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre, donde las tropas republicanas del general Pozas intentaron un movimiento de flanco que les permitiese ocupar Zaragoza y distraer tropas del Norte. Finalmente nada se consiguió, ya que el frente apenas se vio modificado y no se consiguieron distraer fuerzas enemigas. El 1 de septiembre los nacionales comenzaron la ofensiva final sobre Asturias. El 10 de octubre las tropas del general Solchaga rompían el frente y el 21 se tomaba Gijón. Se procedería a una posterior campaña de limpieza de los montes, tarea que no terminaría hasta la década de 1940. 4.- La campaña de Teruel y la llegada al Mediterráneo: (diciembre 1937- julio 1938) Teruel representaba una cuña en la zona centro republicana. Una ofensiva desde allí
amenazaba las
comunicaciones de Madrid
con Levante o como
posteriormente se vio, podría provocar la división de la zona republicana en dos. Por ello el Estado Mayor republicano planteó una ofensiva para eliminar el saliente de Teruel. Una vez liquidada esa amenaza se barajó la posibilidad de una ofensiva sobre Extremadura que dividiese a los nacionales en dos (Plan P). De esa forma posteriormente se pasaría a la supresión de la zona nacional en Andalucía. La ofensiva sobre Teruel fue un éxito, de hecho fue la única capital de provincia ocupada por los republicanos en toda la guerra. El 15 de diciembre unos 40.000 soldados republicanos se lanzaban al ataque, rindiéndose la ciudad el 8 de enero de 1938. El problema vino después. Antes de poder llevar a cabo los posteriores - 16 -
Rafael Rodrigo Fernández movimientos el Ejército nacional desencadenó una contra ofensiva en todo el frente, al contar el mando nacional con una importante masa de maniobra de cerca de 125.000 hombres. Participaron las tropas de los generales Varela, Aranda y García-Valiño. Tras la victoria nacional de Alfambra, los ahora cercados republicanos logran abandonar la capital el 22 de febrero siendo esta definitivamente recuperada por los nacionales el 25. Pese a volverse a la situación inicial las tropas republicanas se encontraban seriamente quebrantadas. El 9 de marzo el ejército de Franco se lanzaba a la ofensiva general en todo el frente de Aragón. Se toma Belchite, Alcañiz y Montalbán, a la vez que se avanza también por el Pirineo. Posteriormente caerán Fraga y Barbastro y el 3 de abril lo hacía Lérida. Finalmente, el día 15 las tropas del general Camilo Alonso Vega llegaban al Mediterráneo a la altura de Vinaroz, partiendo en dos la zona republicana. Operaciones posteriores llevarían el frente hasta el río Ebro por el Norte, mientras que la ofensiva principal de los nacionales se dirigía sobre Valencia. Tras varias semanas de intensos combates la ofensiva se estancó en buena parte por el agotamiento de los contendientes. Mientras se sucedían estas ofensivas el Gobierno Largo Caballero entraba en crisis siendo sustituido por otro socialista, el doctor Juan Negrín ex ministro de Hacienda en época de José Giral.
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Operaciones militares entre 1937 y 1939. Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
5.- La batalla del Ebro y la campaña de Cataluña: (julio 1938-febrero 1939) La situación republicana comenzaba a ser desesperada. Pese a que una parte importante del Ejército se encontraba en Cataluña era urgente volver a comunicar ambas zonas. Afortunadamente la situación internacional hacía un guiño a la suerte republicana. El regreso de León Blum en Francia permitía momentáneamente la apertura de la frontera y el paso de importantes suministros militares. El Estado Mayor republicano planteó entonces la principal ofensiva de toda la guerra. El cruce del Ebro en la zona de Gandesa. Se planeaba o bien una ofensiva victoriosa que incluso recuperase Teruel y dejase rodeadas las tropas de Castellón o si no al menos una larga guerra de desgaste. Casi se confiaba más en lo segundo, ya que en aquellas fechas la situación internacional estaba muy revuelta. La crisis de los Sudetes hacía temer una guerra en Europa, lo cual parecía bastante lógico llevaría a una intervención franco-británica a favor de la república española.
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El ataque comenzó la noche del 24 de julio. El paso del Ebro, si bien fue bastante rápido, ni siquiera consiguió un objetivo tan limitado como ocupar Gandesa. La reacción nacional fue muy rápida y además hay que tener en cuenta que en esta época la superioridad aérea nacional era cada vez mayor. Los republicanos consiguieron situar tres cabezas de puente y procedieron a reforzar sus posiciones, se planteaba una larga guerra de desgaste confiando sobre todo en la doctrina Negrín “Resistir es vencer” y sobre todo esperando un estallido bélico en Europa. A Franco se le planteaban dos opciones. O bien una movimiento de flanco, tal vez partiendo de Lérida, para aislar totalmente al ejército de Cataluña o bien el enfrentamiento directo y la guerra de desgaste. Se optó por lo segundo probablemente por dos consideraciones. En primer lugar, un movimiento cercano a la frontera francesa en un momento de máxima tensión por la crisis de los Sudetes fuese visto como una amenaza por Francia. En segundo lugar, Franco como casi todos los oficiales españoles del momento habían crecido con las doctrinas francesas de la Primera Guerra Mundial, es decir guerra de desgaste y búsqueda del punto débil del enemigo. El resultado de este verdadero “choque de carneros” fue la costosísima victoria nacional, en una batalla que como aquellas de la Primera Guerra Mundial en Francia se decidió después de varios meses y donde las unidades soportaban pérdidas de hasta el 80%. Pero si costosa fue la victoria nacional peores consecuencias tuvo en el bando republicano. Se puede decir que la moral del Ejército Popular en Cataluña se hundió. La batalla duró hasta el 15 de noviembre, fecha en que las últimas unidades republicanas volvían a cruzar el Ebro, además la crisis en Europa no se había materializado tras el acuerdo de Munich. El Gobierno de Negrín en un acto propagandístico licenciaba a los voluntarios de las Brigadas Internacionales esperando otro tanto de los “voluntarios” extranjeros en el bando nacional. Nada más lejos de la realidad. En la posterior ofensiva sobre Cataluña intervinieron de forma activa tanto italianos como - 19 -
Rafael Rodrigo Fernández alemanes. Lo cierto es que esta ofensiva constituyó más que una ejemplo de bliztkrieg como aseguran algunos autores un casi paseo campal por parte de los nacionales. La resistencia como tal no existió y aquellas unidades que decidieron y continuaron resistiendo apenas tenían coordinación unas con otras. Barcelona fue ocupada sin resistencia de ningún tipo. El 23 de diciembre comenzaba la ofensiva y la resistencia republicana se colapsaba a partir del día 1 de enero. El día 14 caía Tarragona, Barcelona sin lucha se entregaba el 26, Gerona hacía lo propio el 5 de febrero y las últimas tropas republicanas cruzaban la frontera con Francia el día 13. El número de exiliados superaba los 200.000 entre militares y civiles. 6.- El final de la guerra: (febrero-abril 1939) El Gobierno republicano que se encontraba en Barcelona marchaba al exilio en Francia de donde, por ejemplo, nunca regresaría el presidente de la República Azaña pero de donde si regresaría el jefe de Gobierno Negrín. Su eslogan seguía siendo “Resistir es vencer”. Negrín estaba convencido que antes o después habría guerra en Europa y que de ese futuro enfrentamiento la República se vería por fin ayudada por Francia. Sin embargo, en la Junta de Defensa de Madrid su comandante el coronel Casado, destacados líderes socialistas como Julián Besteiro y hasta anarquistas como Cipriano Mera veían con cada vez peores ojos la influencia del PCE y de la URSS en el Gobierno. También consideraban que continuar con la guerra lo único que provocaría sería un mayor sufrimiento y una mayor represión final.
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Julián Besteiro, Madrid 1939. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
Por todo ello el 5 de marzo se produjo un golpe de Estado en Madrid. Tras varios días de lucha entre casadistas y comunistas los primeros se hacían con el control de la capital y en un dramático comunicado por radio Besteiro llamaba al fin de la guerra. El intento de negociar algún acuerdo con los nacionales fue un fracaso. Casado marchó al exilio al igual que Negrín y cuanto republicano pudiese. Los puertos de Almería, Cartagena, Alicante y Valencia vieron partir cualquier tipo de embarcación atestada de refugiados republicanos rumbo principalmente a Argelia. Por lo tanto no hubo ofensiva final como tal. Las tropas nacionales se dedicaron a ocupar lo más rápidamente posible las últimas capitales en manos republicanas, especialmente Madrid que era ocupado el 28 de marzo, donde las tropas del Ejército Popular cuando no se rendían abandonaban su unidad y equipo para dirigirse a sus casas. El 1º de abril de 1939 tras casi tres años de infernales y sangrientos combates terminaba la Guerra Civil. Tan solo cinco meses después comenzaba la Segunda Guerra Mundial donde los españoles participarán de forma destacada en ambos bandos.
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Último parte de Guerra. Fuente: http://www.guerracivil1936.com/
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CAPÍTULO 3º: Evolución política en el bando nacional Cuando se planteó y organizó el golpe de Estado se acordó que la jefatura y dirección del mismo correspondiese al general Sanjurjo, que en ese momento estaba exiliado a consecuencia de su anterior intento de golpe en 1932. Sin embargo, el día 20 de julio moría en accidente aéreo nada más despegar su avión desde Lisboa. Se producía así un “vacío de poder” entre los sublevados. Durante los primeros días el sistema que se empleó fue el de bandos que cada uno de los generales sublevados proclamaba en sus zonas de influencia Mola en el Norte, Queipo de Llano en Andalucía y Franco en Marruecos. Sin embargo para unificar y tratar de coordinarles a todos ellos se eligió el 24 de julio al general Cabanellas, el de mayor antigüedad, para que presidiese una Junta de Defensa Nacional compuesta por seis vocales y con sede en Burgos. Confiaban todavía los sublevados que el golpe no tardaría en triunfar más que unas semanas o a lo sumo uno par de meses.
De izquierda a derecha los generales Cavalcanti, Franco y Mola en octubre de 1936. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
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Esta Juntas estaría asesorada por una serie de comités que tomaron las primeras decisiones. Se restableció la bandera roja y gualda, se proclamó el estado de guerra a todo el territorio nacional, además se promulgó la ley marcial, con lo que casi todos los delitos pasaron a ser de jurisdicción militar y finalmente se sustituyeron a las autoridades civiles por militares. En el capítulo meramente político se eliminaron los derechos de reunión y manifestación, se estableció la censura de prensa y se ilegalizaron todos los partidos y sindicatos del Frente Popular siendo todos sus bienes incautados. Pero es que además los mismos partidos que se habían sumado al golpe cuando no lo habían propiciado vieron sus derechos muy limitados, caso de la CEDA. Solamente la Falange y los Requetés mantuvieron cierto margen de acción, viendo reconocidos sus símbolos que eran los únicos permitidos a parte de los de carácter militar. Se puede concluir que durante el verano de 1936 en el bando nacional se pasó a un régimen de carácter militar. En materia económica la Junta recibió importantes apoyos tanto de capitales como material. Cabe destacar especialmente al banquero Juan March en cuyos barcos se realizó parte del traslado de tropas entre Marruecos y la Península. Otro gran pilar económico fue el catalanista Francesc Cambó que aunque exiliado en Suiza terminó por aportar más que generosas cantidades al bando nacional. En general todos los grandes industriales, comerciantes y banqueros aportaron importantes sumas y su más que activa colaboración. Al mismo tiempo la publicación de un decreto cancelando las medidas de la Reforma Agraria siendo las tierras expropiadas devueltas a sus anteriores propietarios y otro en el que se establecía una prestación personal de los campesinos para garantizar la recogida de la cosecha hizo que los terratenientes mirasen con muy buenos ojos a los sublevados. Finalmente en septiembre se organizó en Burgos una Junta delegada del Banco de España.
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Rafael Rodrigo Fernández El cambio fundamental se produjo el 1º de octubre de 1936. En ese día varios de los más destacados de los generales sublevados se reunían en una pequeña caseta de un aeropuerto a las afueras de Salamanca. En esta reunión se otorgaba a Franco el mando de las operaciones, nombrándosele generalísimo de los Ejércitos, además de jefe del Gobierno y jefe del Estado. Todos estos títulos se le otorgaban de forma “provisional” hasta la finalización de la guerra. En la práctica Franco se hacía con todos los resortes de poder dentro del bando nacional convirtiéndose en un “caudillo”, título que pronto comenzaría a utilizar. Por otro lado este nombramiento representaba la preeminencia de los militares sobre los líderes políticos de la derecha que se habían sublevado en julio. Para asesorar al nuevo jefe del Estado se creó una Junta Técnica de Estado pero sin verdadero poder decisorio. A nivel económico se hizo claro desde el principio la reorganización de toda la producción dentro de la zona controlada por los nacionales para contribuir al esfuerzo de guerra. Se implantó la ley marcial y se centralizó toda la administración. Un ejemplo de todo esto sería la ley de 23 de agosto de 1937 por la que se creaba el Servicio Nacional del Trigo. Este sería un órgano del Estado que controlaría la compra, venta y distribución de toda la producción nacional, así como los precios de compra y venta. La finalidad última de este organismo fue el de suministrar los recursos necesarios a las unidades del frente pero evitando carestías en las ciudades y zonas de retaguardia. Además, con la fijación de los precios de compra se aseguraban las rentas de los campesinos. Con todo esto se podía contar con una cierta tranquilidad en las zonas de retaguardia. En el capítulo financiero el dirigismo, anticipo de la autarquía, marcó la línea fundamental de actuación del nuevo estado. La Junta delegada del Banco de España en Burgos tomó una serie de medidas. Por un lado se emitió nueva moneda, declarando ilegal la republicana, se declaró también ilegal la salida del oro del Banco de España en Madrid decretada por el gobierno republicano, se recaudaron préstamos de financieros e industriales, como el caso de Juan March
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Rafael Rodrigo Fernández o Cambó y finalmente se realizaron compras de material y suministros a Alemania e Italia que posteriormente deberían ser pagadas. El principal cambio en la política del nuevo Gobierno se puede encontrar a partir de l mes de enero de 1937 con la llegada desde la zona republicana del cuñado del dictador, Ramón Serrano Suñer, abogado, ex diputado de la CEDA y albacea testamental de José Antonio. Durante los meses pasados ya se comenzaba a notar el desprecio por los partidos y la mayor parte de los dirigentes políticos de la derecha española. Realmente a los dos únicos grupos que se toleraban era a falangistas y tradicionalistas, los cuales habían aportado gran cantidad de milicias voluntarios, y estas fueron militarizadas en diciembre de 1936. Finalmente se produjo el esperado Decreto de Unificación el 19 de abril de 1937, por el cual se creaba un único partido político legal y autorizado en el bando nacional, Falange Española Tradicionalista y de las JONS. El nuevo partido quedaba bajo el mando directo de “el caudillo”, se establecía una Junta Política y un Consejo Nacional cuyas funciones serían meramente consultivas, es decir, se reproducía el modelo de Partido Fascista italiano. Por lo demás la decisión integraba dentro del mismo partido a grupos de ideología muy diversa lo que provocaría graves y grandes tensiones especialmente entre falangistas y tradicionalistas. Decreto de unificación de 19 de abril de 1937: Llegada la guerra a un punto muy avanzado y próxima la hora victoriosa, urge ya acometer la gran tarea de la paz, cristalizando en el estado nuevo el pensamiento y el estilo de nuestra Revolución Nacional. Unidos por un pensamiento y una disciplina común, los españoles todos han de ocupar su puesto en la gran tarea. Esta unificación (...) precisa tener en cuenta que (...) Falange Española y Requetés han sido los dos exponentes auténticos del espíritu del alzamiento nacional iniciado por nuestro glorioso Ejército el diecisiete de julio. Como en otros países de régimen totalitario, la fuerza tradicional viene ahora en España a integrarse en la fuerza nueva. Falange Española aportó con su programa masas juveniles, (...) los Requetés [aportaron], junto a su ímpetu guerrero, el sagrado depósito de la tradición española (...). Por todo lo expuesto, DISPONGO: Artículo 1º. Falange Española y Requetés, con sus actuales servicios y elementos, se integran, bajo Mi Jefatura, en una sola entidad política de carácter nacional, que de momento se denominará Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. Esta organización, intermedia entre la sociedad y el Estado, tiene la misión principal de comunicar al Estado el aliento del pueblo y de llevar a éste el pensamiento de aquél a través de las virtudes político-morales, de
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Rafael Rodrigo Fernández servicio, jerarquía y hermandad (...). Quedan disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Artículo 2º. Serán órganos rectores de la nueva entidad política el Jefe del Estado, un Secretariado o Junta Política y el Consejo Nacional (...) Artículo 3º Quedan fundidas en una sola Milicia Nacional las de Falange Española y de Requetés, conservando sus emblemas y signos exteriores (...). La Milicia Nacional es auxiliar del Ejército. El Jefe del Estado es el Jefe Supremo de la Milicia (...). Dado en Salamanca a diecinueve de abril de mil novecientos treinta y siete.FRANCISCO FRANCO, Boletín Oficial del Estado (Burgos), 20 de Abril de 1937.
Meses después se fijaban los Estatutos del nuevo partido donde se incorporaban los puntos de la Falange elaborados por José Antonio, ideas tradicionalistas y sobre todo el ideario del dictador. El nuevo modelo sindical sería de tipo vertical, en oposición a los sindicatos horizontales de clase, los estudiantes se integraban en un único sindicato el SEU y las mujeres ocupaban un partido paralelo, la Sección Femenina, cuya función principal sería la de organizar sección de enfermeras, establecer asociaciones de beneficencia, atención a los huérfanos, etc. Además se encargaron del Auxilio Social, creado en 1936 por la viuda de Onésimo Redondo. Las leyes que se fueron tomando iban encaminadas a la desaparición de las libertades y la centralización del poder. La principal de ellas sería El Fuero del Trabajo, entrando en vigor el 9 de marzo de 1938. Realmente se trata de una adaptación de la Carta dei Lavoro italiana con algún retoque por parte de la Falange. De esta forma se regulaban las relaciones laborales y se creaban Magistraturas de Trabajo para solucionar los conflictos laborales.
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Fuente: http://www.guerracivil1936.com
El 28 de julio de 1936, se declara la censura previa en la zona controlada por los nacionales. En 1938 se aprueba la nueva Ley de Prensa que ratifica la censura previa. Además, se producen varias creaciones periodísticas durante la contienda que tienen una importante repercusión posterior: la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda (1937), Radio Nacional de España (1937), en la que colaboraron activamente los alemanes e italianos, y la Agencia Efe (1939). En 1938 se reformaron los estudios de bachillerato con un claro componente ideológico.
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Franco en Santiago de Compostela en 1936. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
En el campo religioso la unidad entre el nuevo Estado y la Iglesia católica fue cada vez mayor. Se declaró como única confesión tolerada la Católica, se reestableció el presupuesto de culto y clero, se volvió a permitir la enseñanza religiosa, se derogó la ley de Congregaciones y regresaron los jesuitas, se eximió a la Iglesia del pago de impuestos y se eliminó el matrimonio civil y por supuesto el divorcio. Realmente en este apartado y tras la pastoral de 1937 de apoyo a los sublevados se puede hablar de un nacional-catolicismo y de un total apoyo de la jerarquía eclesiástica al bando nacional. La última de las leyes aprobada fue la Ley de responsabilidades políticas, en febrero de 1939. Que permitía juzgar por rebelión armada a todos los republicanos, así como la ilegalización de los partidos del Frente Popular.
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CAPITULO 4º: Evolución política del bando republicano El 18 de julio dimite el jefe de Gobierno Santiago Casares Quiroga y es sustituido por Diego Martínez Barrio quien forma un ejecutivo que no llega a tomar posesión. Realmente su función consistió en contactar con el general Mola en Pamplona y tratar de llegar a algún tipo de arreglo. Ante la negativa de este último Martínez Barrio dimite siendo sustituido el 19 de julio por José Giral, también de Izquierda Republicana como Azaña. La situación que encuentra Giral es demoledora. La red de gobernadores civiles y militares se encuentra desbordada y no se sabe quien es de confianza con lo que el Gobierno se ve incapacitado para impartir órdenes o realizar sus funciones. Realmente el poder a nivel provincial o local se encontraba en manos de comités revolucionarios organizados por los partidos y sindicatos, como los casos de Madrid, Valencia o Barcelona.
De izquierda a derecha José Giral, Indalecio Prieto (de espaldas), Manuel Azaña y el general Miaja. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
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Rafael Rodrigo Fernández Estos comités normalmente estaban presididos por algún líder obrero. Este sería el caso de Cataluña donde el autodenominado Comité de Milicias Antifascistas estaba controlado por la CNT, mientras que la Generalitat totalmente desbordada por el estallido revolucionario se limitaba a dar su aprobación sin apenas protesta. Cabe citar además a los siguientes comités: Comité Ejecutivo Popular de Valencia, Comité de Salud Pública de Málaga (como el francés de 1793), Comité de Guerra de Gijón, Consejo de la Cerdaña o Comité Antifascista de Ibiza. Las primeras medidas del Gobierno republicano estuvieron limitadas por la existencia de numerosos comités de partidos que escapaban a su mando cuando no se oponían a los decretos del Gobierno. En la práctica transportes, comunicaciones, empresas, servicios públicos, talleres y especialmente seguridad y milicias se encontraban en manos de partidos y sindicatos. Incluso lugares como hoteles, peluquerías, y restaurantes fueron colectivizados y manejados por sus propios trabajadores. El 2 de agosto se publico un decreto por el que el Gobierno se incautaba de todas las empresas, inmovilizaba cuentas corrientes y depósitos y se prohibía la transmisión de bienes inmuebles. Evidentemente también fueron incautadas todas las propiedades de la Iglesia. Cabría destacar los siguientes decretos: Decreto del Gobierno de la República del 18 de julio declarando cesantes a los militares que participen en el golpe. Decreto declarando cesantes a los empleados del Gobierno que simpaticen con los golpistas del 25 de julio. Decreto de intervención de la industria del Gobierno del 25 de julio. Decreto de incautación de los ferrocarriles del Gobierno del 3 de agosto. Decreto de intervención en los precios de venta de alimentación y ropa del Gobierno del 3 de agosto. Decreto de incautación de fincas rústicas del Gobierno del 8 de agosto. Decreto de clausura de instituciones religiosas del Gobierno del 13 de agosto. - 31 -
Rafael Rodrigo Fernández Decreto de socialización y sindicalización de la economía del Gobierno autonómico catalán del 19 de agosto. Decreto de creación de los Tribunales Populares del Gobierno del 23 de agosto. En conjunto, la España republicana asistió durante el verano de 1936 a una auténtica revolución social como así afirman numerosos testigos presénciales desde el embajador británico como a los mismos líderes políticos republicanos. Sin embargo, se oponían dos concepciones distintas de cómo debería ser esa revolución social. Por un lado la tendencia más moderada, personificada por los partidos republicanos o el ala más moderada del socialismo, partidaria de una economía de guerra y de controlar la revolución. Por otro los más radicales, encabezados por anarquistas y secundados por trotskistas y socialistas radicales, partidarios de de las colectivizaciones, tanto de empresas como de tierras y de llevar la revolución a sus máximas consecuencias. Las tensiones internas no se hicieron esperar, además las continuas derrotas militares durante el verano lastraron la labor del Gobierno cada vez más incapaz de controlar la situación. El decreto del 3 de agosto estableció los “Batallones de voluntarios” en un vano intento de conformar un ejército que se opusiese a los nacionales. La realidad es que las unidades del ejército español que habían permanecido fieles al Gobierno republicano quedaban disueltas. Ante estas circunstancial Giral dimite el 4 de septiembre siendo sustituido por Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT y conocido popularmente como el Lenin español, quien será el primer socialista en acceder a la jefatura del Gobierno. El nuevo Gabinete será de unidad, estando representados todos los partidos y sindicatos que permanecen fieles a la República, contando además con el apoyo explícito de la CNT. Las principales tareas del nuevo Gobierno fueron las de recuperar su poder tanto político como económico y hacer frente a la ofensiva nacional creando un verdadero ejército.
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Rafael Rodrigo Fernández En primer lugar se crearon los Comités Directivos de los Bancos, se restringió el movimiento financiero y se intentó racionalizar el proceso de la colectivización de la tierra. Fue también este Gobierno el que gestionó los primeros envíos de material de guerra soviéticos. Material que tuvo que ser rigurosamente pagado con las reservas del Banco de España que fueron enviadas a Moscú. A nivel militar se decidió la creación de las Brigadas Mixtas como unidad base del futuro Ejército Republicano Popular. Formada por cuatro batallones de infantería, cada uno de con cinco compañías, un batallón mixto de ingenieros, una compañía de intendencia y un grupo de sanidad. Si la brigada estaba bien dotaba también disponía de una compañía motorizada y cuatro baterías de campaña. Su número oscilaba entre 2.500 y 4.000 hombres. Otra de las grandes decisiones del Gobierno fue la aprobación del estatuto de autonomía del País Vasco el 1 de octubre de 1936, siendo su primer Lehendakari el peneuvista José Antonio Aguirre. A primeros de noviembre se producía un hecho histórico sin precedentes al incorporarse cuatro dirigentes anarquistas al Gobierno, además por vez primera en la historia una mujer ocupaba un ministerio, en este caso la anarquista Federica Montseny se hacía cargo del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Una polémica decisión fue el traslado el 7 de noviembre de 1936 del Gobierno de Madrid a Valencia ante la cercanía de las columnas del general Varela, creando para la defensa de la capital una Junta de Defensa que asumió todas las responsabilidades en la organización de la defensa y la vida cotidiana. Las tensiones entre la Junta y el Gobierno no se hicieron esperar y además se añadieron otras nuevas con el recién constituido Gobierno vasco y también con la Generalitat de Cataluña. Al mismo tiempo en el Gobierno de Largo Caballero también estallan conflictos y disputas entre los dos modelos revolucionarios. El primero estaba encabezado - 33 -
Rafael Rodrigo Fernández por los anarquistas y el POUM, ambos enfrentados con el PCE. Además defendían la inmediata colectivización de las tierras y fábricas y la constitución de comunas como base de la producción. Este modelo estaba muy extendido en Valencia, Aragón y Cataluña, tendiendo su mejor ejemplo en el control que ejercía la CNT de los servicios públicos en Barcelona.
De izquierda a derecha, Jaume Aiguadé i Miró ministro sin cartera (ERC), Federica Montseny ministra de Sanidad (CNT), Juan García Oliver ministro de Justicia (CNT) y Anastasio de Gracia ministro de Trabajo (PSOE). Fuente: http://www.guerracivil1936.com
El segundo modelo, encabezado por socialistas y muy especialmente por los comunistas, defendía la necesidad de controlar la producción de las tierras y sobre todo empresas expropiadas para ayudar de forma definitiva al esfuerzo de guerra. Por consiguiente defendía una planificación de la producción y excluía a los comités de autogestión y el control descentralizado de muchas empresas. Fue este modelo el que terminó implantándose, especialmente gracias al poder que cada vez más fue tomando el PCE gracias a la ayuda militar de la URSS y a la existencia de numerosos asesores soviéticos en todas las esferas del gobierno, la administración y el Ejército, que les hacía disfrutar de un poder que no se correspondía con sus efectivos reales.
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Rafael Rodrigo Fernández La tensión estalló el 3 mayo de 1937 en Barcelona. El Gobierno de la Generalitat, presidido por Lluis Companys, decidió eliminar los comités de vigilancia y centralizar la dirección de orden público. El intento del responsable de asuntos interiores en el gobierno autonómico, Artemio Ayguadé de tomar la Telefónica produjo un tiroteo con los anarquistas que la ocupaban desde julio del año anterior. Durante cinco días anarquistas y trotskistas del POUM se enfrentaron a comunistas y fuerzas del orden, siendo los primeros derrotados. Las consecuencias no se hicieron esperar. La insurrección fue esgrimida por el PCE contra el POUM para acusarles de fascistas y quintacolumnistas, exigiendo su ilegalización. Además del cierre de sus órganos de prensa y disolución de sus milicias. Ante la negativa de Largo Caballero los ministros comunistas presentaron su dimisión provocando una crisis que llevan al presidente a presentar su dimisión el 15 de mayo.
De izquierda a derecha Juan Negrín, Indalecio Prieto y el general José Miaja. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
No se sabe a ciencia cierta cual fue la razón por la que fue elegido para el nuevo Gobierno Juan Negrín López y no Indalecio Prieto, que era el esperado por la opinión publica. Lo cierto es que en el nuevo Gobierno no habría representación ni de la UGT ni de la CNT. Además una de las primeras medidas tomadas fue la
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Rafael Rodrigo Fernández ilegalización del POUM el 15 de junio de ese mismo año, siendo detenidos sus dirigente. Cabe reseñar especialmente la detención de Andréu Nin que moriría asesinado por la GPU soviética en Alcalá de Henares el 20 de junio. Negrín será el jefe de Gobierno hasta el final de la guerra contando cada vez más con el apoyo del PCE, sectores del socialismo y aunque a regañadientes con el de la CNT. Las medidas no se hicieron esperar. Indalecio Prieto junto con el general Vicente Rojo culminaban la formación del Ejército Republicano Popular, aunque no se pudo evitar la caída del Norte al menos si se plantearon varias ofensivas en distintos sectores. En agosto un plan conjunto de PSOE y PCE sirvió para fortalecer al Gobierno que extendió su control a todo el país. Se intentó regular la producción agraria para conseguir el abastecimiento de las ciudades y se intervino el la producción de unas 500 fábricas cuya producción se consideró de interés para el desarrollo de la guerra. Asimismo en octubre se trasladaba el Gobierno de Valencia a Barcelona. No obstante, las derrotas militares se sucedieron especialmente cuando las tropas nacionales en marzo conseguían dividir la zona republicana en dos. En ese momento los sectores más moderados del Frente Popular comenzaron a plantear la posibilidad de una negociación para terminar con la guerra, sin embargo, Negrín con el decidido apoyo del PCE se negó tajantemente. Su idea era resistir todo lo posible y sin escatimar esfuerzos con la vana esperanza de que una guerra en Europa ayudase a la República. Además, Prieto fue cesado como Ministro de la Guerra tras emitir un informe muy pesimista sobre las posibilidades militares de la República de realizar una nueva ofensiva. La realidad no pudo ser más cruel. La ofensiva del Ebro fracasaba al poco de iniciada, la crisis de los Sudetes lejos de llevar a Europa a la guerra significó la claudicación de las potencias occidentales ante las fascistas y por si fuera poco la contra ofensiva nacional durante varios meses en el Ebro hacía que el Ejército Republicano quedase maltrecho y al borde del colapso en Cataluña. La posterior ofensiva sobre Cataluña y el exilio del Gobierno con su presidente a la cabeza, de - 36 -
Rafael Rodrigo Fernández toda la Generalitat y hasta del presidente de la República Manuel Azaña no hacían presagiar más que el fin de la lucha. Negrín regresaría a España el 9 febrero de 1939 pero tan sólo para ser testigo del fin de la República. Dispuesto a poner en práctica su plan de continuar la guerra el 21 de febrero se entrevista en Madrid con el coronel Casado. Cuando sabe de la renuncia de Azaña, el presidente de las Cortes, Martínez Barrio, comunica a Negrín que estaría dispuesto a sustituirle si el jefe de Gobierno emprende una política encaminada hacia una paz inmediata y honrosa. Pero no hubo contestación puesto que de inmediato surgieron los sucesos derivados de la conspiración dirigida por Segismundo Casado. Éste define el Gobierno de Negrín como “una dictadura... Al servicio de una potencia extranjera”. En la entrevista con Negrín en Madrid, Casado le dice que es imposible seguir la guerra. El Coronel había suspendido en Madrid la publicación de Mundo Obrero por un ataque a Largo Caballero. La guerra entre Casado y los comunistas estaba servida. En la reunión del aeródromo de los Llanos, en Albacete, entre Negrín y los principales jefes militares, según Casado todos los jefes militares estaban de acuerdo en que la guerra no debía continuar. En los tres primeros días de marzo la situación se complicó acusándose mutuamente de intentar un golpe de Estado casadistas y comunistas. El día 2 el general Matallana y Casado se reúnen con Negrín en Yuste y marchan luego a Valencia para reunirse con otros jefes militares. El día 5 Casado y sus tropas toman los principales edificios oficiales de Madrid y se constituye el Consejo Nacional de Defensa. Besteiro, la más importante personalidad política sumada a la conjura, acusa a Negrín de fanatismo y pedía la obediencia al Consejo. En los días siguientes se producen enfrentamientos en Madrid entre unidades comunistas y las de Casado y el anarquista Cipriano Mera, que acabo con la derrota de los comunistas. El consejo quedo instalado y se disponía a emprender negociaciones de paz con Franco.
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Rafael Rodrigo Fernández Cuando Negrín que estaba en Elda, se enteró de lo ocurrido en Madrid, destituyó a Casado e intentó detener su acción. Al no conseguirlo, Negrín, sus ministros y algún mando comunista abandonan el país en avión. El 23 de marzo parten para Burgos los comisionados de Casado, para reunirse con Franco, en esta reunión se discutirán las condiciones que el Generalísimo imponía y se acordó que era imposible cumplirlas. El día 25 se celebro otra reunión. El día 26 Casado y sus colegas recibieron una comunicación de que los nacionales se disponía a realizar un ataque y se recomendaba recibirles con la bandera blanca. Las negociaciones se habían roto. El 28 de marzo las tropas de Franco entrarían en Madrid, el 31 Alicante seria ocupado y el 1 de abril la guerra terminó y la Republicana dejaba de existir.
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Rafael Rodrigo Fernández CAPITULO 5º: La dimensión internacional En la Europa de los años treinta la tendencia general fue la de la sustitución de los regímenes democráticos por regímenes dictatoriales o totalitarios. Existen varios antecedentes destacados. El primero ejemplo sería Italia, donde como consecuencia de la Marcha sobre Roma, en octubre de 1922, el nuevo jefe de Gobierno sería Benito Mussolini, jefe del Partido Fascista Italiano. La convulsa situación italiana y el miedo de las clases altas y el Ejército hacia una posible revolución bolchevique hicieron al rey Víctor Manuel III aceptar la renuncia del Gobierno y llamase como nuevo jefe del Gabinete a Mussolini. El segundo ejemplo es el de Alemania. La situación socio-política era absolutamente inestable. La crisis económica tocaba techo en 1932, año en que fueron convocadas tres elecciones al Reichstag. Las dos primeras fueron ganadas por el NSDAP de Hitler. Tras ellas el anciano presidente de la República de Weimar, el mariscal Hindenburg, decide encargar la formación de Gobierno a Hitler. Disueltas las cámaras y a pocos días de las nuevas elecciones el incendio del Parlamento permitirá a Gobierno la aprobación de unas leyes especiales de protección del Estado, que le permitió la detención de los opositores de izquierdas y en ese ambiente se celebraban las elecciones que le otorgaban la mayoría absoluta. Otros países que transformaron sus sistemas políticos a lo largo de la década de los años treinta en dictaduras fueron Portugal, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria, Grecia, Hungría, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia. Por lo tanto se puede hablar de una tendencia general hacia los regímenes dictatoriales. Igualmente, hay que señalar a la URSS como país totalitario, con lo cual, realmente democráticos tan sólo encontraríamos en 1936 a Francia, Reino Unido, Checoslovaquia, el Benelux y las monarquías escandinavas. Una vez comenzada la Guerra Civil Española en Europa se puede hablar de la formación de tres tendencias respecto a la misma. En primer lugar los simpatizantes del Gobierno republicano. Francia en un primer momento y desde luego la URSS, casi único apoyo del Gobierno durante toda la guerra. Pero - 39 -
Rafael Rodrigo Fernández además hay amplios sectores europeos que apoyan a la República. En términos generales se puede decir que la opinión pública de los países democráticos era más favorable al Gobierno Republicano. Evidentemente el mundo obrero de toda Europa estaba netamente a favor de la República. Por otro lado tenemos al mundo de la cultura. Por España pasarán corresponsales, intelectuales o fotógrafos de la talla de Hemmingway, Orwel, Brecha, Neruda o Cappa. Se llegará a celebrar un Congreso Internacional de Intelectuales Antifascistas en Valencia y el asesinato de Lorca o el cuadro de Picasso “El Guernica” harán que el mundo intelectual se encuentre volcado a favor del bando republicano.
Pablo Ruiz Picasso. Guernica. Museo Reina Sofía, Madrid.
Por su parte el bando nacional recibirá sus principales apoyos de los países totalitarios europeos, esto es, Italia y Alemania, además de la inestimable ayuda de Portugal. Los sectores católicos también apoyarán al Alzamiento, como los irlandeses o sobre todo sectores muy significados de El Vaticano. Los distintos partidos y grupos de extrema derecha europeos enviarán voluntarios a España, caso de Francia o Rumanía. Y no hay que olvidar que el Partido Conservador británico no veía con malos ojos la sublevación de una parte del Ejército en España, considerando que impondría el orden necesario.
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Rafael Rodrigo Fernández Finalmente habría que hablar del grupo de los países neutrales. Encabezados por Francia y el Reino Unido pero al que muy pronto se sumarían la mayoría de las naciones europeas, sobre todo por el temor que la guerra española pudiese significar un nuevo conflicto en Europa. Este miedo explica la celebración en Londres de una conferencia internacional. En las primeras semanas de la guerra los nacionales consiguieron el envío de ayuda militar por parte de Italia y Alemania. Por su parte la República consigue la compra de material de guerra en Francia, Checoslovaquia y Polonia. De ellos Francia es que más simpatías tenía con el Gobierno español. En Francia también gobierna el Frente Popular, con León Blum, pero una ayuda de éste a la República española tendría posibles consecuencias negativas en su país. El Estado Mayor francés le hace saber al Presidente que una mayor implicación en el conflicto podría desencadenar también en Francia una sublevación popular o lo que sería peor una guerra con Alemania. Ante esta situación se realizan consultas ante el Gobierno británico para conocer cual sería su postura ante una posible guerra entre Francia y Alemania. La respuesta es clara, el Reino Unido no piensa apoyar a Francia en caso de guerra. Para el Foreing Office lo que sucede en España es una guerra entre revolucionarios marxistas y militares conservadores y casi se prefiere la victoria de estos últimos. Además, el Reino Unido lo último que desea en esos momentos es una nueva guerra en Europa. Esta es la principal razón por la que se convocó el Comité de no Intervención en Londres durante ese verano de 1936. Los 27 países asistentes firman un acuerdo final. En él se establece un embargo total de armas para ambos contendientes. El cierre de fronteras. Una serie de patrullas navales para evitar el tráfico de armas. El resultado fue un tremendo fracaso. URSS, Italia y Alemania no dejaron de enviar armas y hombres durante toda la guerra y Portugal jamás cerró su frontera. El bloqueo naval era válido solamente para los barcos de las naciones firmantes, lo cual por ejemplo excluía a los de pabellón español. Sin embargo, este comité consiguió su objetivo fundamental y es que Francia y el Reino Unido tuviesen la conciencia tranquila y sobre todo no se viesen afectados por la guerra.
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Rafael Rodrigo Fernández Hay que considerar que es casi imposible poner de acuerdo a los historiadores sobre el número exacto de armamento enviado a España, lo que si es cierto es que las cifras son muy próximas por lo que una ligera variación es muy posible pero no enormes diferencias en cuanto a los números totales. Asimismo, el material de guerra no tiene importancia en relación directa a los fríos números. Por ejemplo, contar tanques como el que cuenta balas de fusil no es posible, las prestaciones, características, armamento o blindaje hace que un CV 33/35 italiano no pueda ser comparado con un T-26 soviético. No conocer la diferencia entre uno y otro imposibilita para hacer valoraciones sobre el material comprado o recibido por ambos bandos. Aunque el Gobierno republicano recibió ayuda fundamentalmente por parte soviética varios fueron los países que le prestaron ayuda. Igualmente, hay que tener en cuenta que España poseía una de las reservas más grandes de Europa de divisas y oro, fruto de la neutralidad durante a Primera Guerra Mundial, por lo que, casi nada del material recibido por los republicanos fue gratuito. La ayuda militar a la República fue escrupulosamente cobrada por los distintos países y traficantes de armas, especialmente por parte soviética a cuenta del oro depositados en Moscú. También se podría considerar cierto número de aviones y armas ligeras fabricados en España pero con patente soviética como ayuda internacional. Pero en definitiva sería más adecuado hablar de la compra de material de guerra por parte del Gobierno republicano que de “ayudas”.
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Rafael Rodrigo Fernández
La Puerta de Alcalá en 1937. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
El principal país que prestó ayuda militar al bando republicano fue la URSS de Stalin. Entre 1936 y 1938 se enviaron a España unos 165 barcos con material de guerra, además, por la frontera francesa cruzaron en varios momentos material con el mismo fin, como por ejemplo antes de la ofensiva del Ebro en 1938. El primero de los cargueros con armamento llegó al puerto de Cartagena el 4 de octubre de 1936. La ayuda militar soviética puede cifrarse en unos 1.000 aviones (400 chatos, 300 moscas, 100 Katiuska o 113 Natasha), sobre los 800 tanques (T-26, BA-6, BT-7, etc.), 2.000 piezas de artillería de diversos calibres, 30.000 ametralladoras, medio millón de fusiles, etc. Igualmente habría que sumar toneladas de ropa, medicinas, gasolina, petróleo, lubricantes, etc. Hay que destacar de forma significativa a los asesores soviéticos, realmente y sobre todo al inicio tripulaciones enteras que participaron directamente en el combate. Se puede calcular su número en torno a los 3.000. Por otra parte hay que referirse a las Brigadas Internacionales. Formadas por voluntarios de todo el mundo que fueron reclutados para combatir en España contra el Fascismo. La idea partió de Moscú y se favoreció que los distintos
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Rafael Rodrigo Fernández partidos u organizaciones sindicales reclutasen voluntarios para la guerra. Luego se les haría entrar en España. Se calcula que el número aproximado de brigadistas a lo largo de la guerra debió ascender a unos 70.000. En su mayor parte franceses, italianos y británicos, pero realmente de todos los países, alemanes, húngaros, checos, americanos etc. Otra nación que ayudó al Gobierno republicano fue Méjico, en esos momentos gobernada por Lázaro Cárdenas, además de su apoyo diplomático o moral envió 20.000 fusiles, 28 millones de cartuchos, 8 baterías de artillería, unas decenas de camiones y varios aviones de fabricación estadounidense. El resto de naciones no es que ayudasen a los republicanos, sino que más bien les vendieron material de guerra como Polonia que entre otros vendió varios obsoletos tanques Renault FT17 durante los primeros meses de guerra y Checoslovaquia unos 50 aviones. La consideración como material de guerra de lo comprado produce más que sonrojo, ya que ambas naciones o bien ya les habían dado de baja de sus propias unidades o bien iban a causarla dentro de muy poco. También Francia vendió armamento a la República, cabría destacar varios bombarderos Potez 54 y cazas Dewoitine 371, pero estas ventas fueron muy limitadas y fundamentalmente durante los primeros meses de guerra. Por su parte el bando nacional tuvo como principales ayudas las recibidas de Italia, Alemania por orden de importancia. Resulta curioso que en este caso si que se pueda hablar de ayuda bastante desinteresada, por ejemplo Italia al terminar la guerra cedería al Ejército español casi todo su material. Italia, sin lugar a dudas, fue el país que más ayudó al bando nacional. No sólo mediante la venta de armamento de todo tipo si no también con el envío del CTV (Corpo di Truppe Volontarie). Se puede cifrar en unos 75.000 los italianos que a lo largo de la guerra pasaron por este cuerpo integrado por varias divisiones de camisas negras e incluso una del mismo Real Ejército Italiano, la división Littorio. Asimismo, se envió a España cerca de 800 aparatos (376 Fiat CR 32, 100 Savoia 79 etc.) unas 2.000 piezas de artillería, 150 tanquetas CV 33/35, 240.000 - 44 -
Rafael Rodrigo Fernández fusiles y cantidades ingentes de pertrechos, balas, bombas, repuestos etc. Igualmente hay que añadir que tanto la Real Marina italiana como la Real fuerza aérea participaron directamente en misiones sobre la España republicana, especialmente en la zona de Levante. Alemania por su parte prestó ayuda material a los nacionales suministrando, unos 150 Panzer I, aproximadamente 700 aviones, desde los cazas Me-109 y He-51 a bombarderos He-111 y Ju-52, artillería antiaérea Flak 88 o antitanque Pak 36, además de camiones, transportes, fusiles etc. En general fue de menor cuantía y volumen que la italiana pero de mejor calidad en todos los aspectos. Por lo demás, los voluntarios alemanes se integraron en una unidad propia la
Legión Cóndor, que sólo
dependía del Cuartel General del Generalísimo. Aproximadamente a lo largo de la guerra debieron pasar unos 4.500 alemanes.
Cartel propagandístico: Fuente: http://www.guerracivil1936.com
A estas ayudas habría que añadir a voluntarios de diversas procedencias: Rumanos, rusos blancos exiliados, sudamericanos o los franceses del coronel Courcier. Nunca llegaron a crear unidades propias siendo encuadrados en el tercio de extranjeros o requetés. Apenas serían unos pocos centenares. Por su parte los católicos irlandeses reclutaron un grupo de voluntarios al mando del general O´Duffy. Su comportamiento muy poco disciplinado llevó al mando a ordenar su disolución como unidad e integración en la Legión. Más destacada fue la ayuda portuguesa. En cuanto a hombres se favoreció el alistamiento de unos 2.000 hombres, los conocidos “Viriatos” Sin embargo, el principal apoyo
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Rafael Rodrigo Fernández portugués vino de su posición estratégica. Sus puertos siempre sirvieron de fuente de suministros a las tropas nacionales.
El pacto de Munich. De izquierda a derecha. Chamberlain, Daladier, Hitler y Mussolini. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
A modo de resumen se podría valorar toda esta ayuda de la siguiente manera. Por un lado la llegada de todo este material lo que hizo fue alargar la guerra. Por otro, el material recibido por ambos bandos puede considerarse bastante equilibrado. El comité de no intervención no sirvió absolutamente para nada, salvo para calmar las conciencias de los Gobiernos de Francia y el Reino Unido. Los principales países involucrados en la guerra fueron la URSS e Italia y Alemania, lo que les llevaría a acercar posiciones y finalmente firmar el Pacto de Acero en 1939. La anexión de Austria por parte de Alemania, el anschluss, se producía en 1938 ante la pasiva mirada de franceses y británicos y con el visto bueno italiano. De igual forma la crisis de los Sudetes, en septiembre de 1938, la total anexión de la República Checa por Alemania, en marzo de 1939, y la de Albania por parte italiana, un mes después. Por supuesto ni franceses ni británicos hicieron nada. Parece por tanto lógico concluir que la intervención germano-italiana en la
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Rafael Rodrigo Fernández Guerra Civil tuvo como consecuencia la alianza de estos dos países en la futura Segunda Guerra Mundial.
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Rafael Rodrigo Fernández
CAPÍTULO 6º: Las consecuencias de la guerra civil Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas demográficas que causó el conflicto: los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre, las epidemias, la reducción de la natalidad consiguiente, etc. se barajan cifras de entre medio millón y el millón de fallecidos. Los cálculos más aceptados estiman en quinientos mil muertos, el coste demográfico de la guerra y la posguerra. A ello habría que añadir la cifra de no nacidos, que según Salas Larrazabal llegaría hasta 630.000 mientras que G. Jackson los sitúa en 160.000, y la pérdida de población joven. La tasa de natalidad disminuyó hasta el 16.5 por mil en 1939.
Patio del Cuartel de la Montaña en julio de 1936. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
En febrero de 1939 se publicó el decreto de Actividades Políticas que permitía juzgar a todos los vencidos por sus pasadas actividades políticas desde 1934. El increíble argumento jurídico de esta ley era la de considerar a los republicanos como reos de rebelión y del delito de oponerse al triunfo del Movimiento nacional, triunfo “históricamente inevitable”, como decía la ley misma. En 1940 - 48 -
Rafael Rodrigo Fernández se añadió a ella una nueva ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Esto supuso que el número de prisioneros políticos en las cárceles y campos de trabajos forzados (Valle de los Caídos o Castuera) fuese muy elevado, 270.719 según el anuario estadístico en 1939. Murieron en prisiones franquistas, entre otros, Julián Besteiro o Miguel Hernández. Sin embargo, la oposición al régimen se hizo creciente surgiendo el “maquis” y teniendo como acción más destacada la invasión del valle de Arán en 1944. Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya durante el conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, Méjico, Francia, Reino Unido pero sobre todo a la Unión Soviética, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña. Que fueron reunidos en campos de refugiados como el de Argelés. Finalmente se produjo un último exilio a finales de marzo con el final de la guerra y desde los puertos de levante como valencia, Alicante, Cartagena o Almería intentando alcanzar las costas de Argelia. En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975. Este exilio supuso una importante pérdida demográfica para el país, una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país, las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata, funcionarios, militares y personal altamente cualificado. Murieron exiliados Manuel Azaña o Largo Caballero. Muchos de estos exiliados en Francia se alistarían en la Legión Extranjera combatiendo en Narvik (Noruega), formando parte de las primeras tropas de De Gaulle, en el Norte de África integradas luego en la división Leclerc y siendo los primeros en entrar en París en 1944. Además muchos otros colaborarán con la resistencia francesa durante toda la guerra. Otro grupo terminará en los campos de concentración nazis como los de Dachau o Mauthausen.
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Liberación del campo de exterminio de Mathausen en 1945. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
La emigración española a América como consecuencia de la Guerra es uno de los episodios más notables de la posguerra. Son célebres las expediciones de emigrantes en los barcos “Ipanema” o “Winnipeg” que llegaron a Méjico, país que gobernado por Lázaro Cárdenas les recibió generosamente. La colonia de emigrados produjo obras culturales importantes, centros de estudio y editoriales. Además desde 1945 se eligió un gobierno republicano en el exilio, institución que permanecería hasta 1977. La guerra fue una verdadera catástrofe económica. A la desaparición de una gran parte de la población activa española hay que añadir las cuantiosas pérdidas materiales. Un dato revela su magnitud, la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950. En la cornisa cantábrica se produce una reducción el 50% en la producción de acero y hierro fundido con respecto a 1929. Se produjo la destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria. Pero es que además la producción de trigo acusa una reducción del 30 % en 1939 respecto a 1935, la cebada, un 35% y la remolacha, un 65%. La ganadería por su parte sufre un descenso muy fuerte, al desaparecer el 40% de los caballos y el 25% del ganado mular y bovino.
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Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid en 1939. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, con ciudades arrasadas como Guernica o Belchite y otras con grandes daños como Madrid, Barcelona o Teruel. Los transportes quedaron seriamente dañados, el 75% de los puentes han de ser reparados, el 40% de locomotoras y vagones deben ser repuestos y el 70% de los autobuses están inservibles. España soporta, además, la deuda contraída por el régimen franquista con Alemania e Italia, a lo que hay que sumar las deudas con las compañías petroleras norteamericanas. Así mismo hay que añadir la desaparición de 510 toneladas de oro del banco de España por pago de armamento y víveres por parte del Gobierno republicano sobre todo a la URSS. El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores. La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron - 51 -
Rafael Rodrigo Fernández durante decenios y la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo.
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Capítulo 7º: La inmediata posguerra El nuevo régimen tiene como figura fundamental al Francisco Franco. Es una dictadura personal. Se concentra todo el poder político en él desde el 1 de octubre de 1936, cuando es nombrado Generalísimo, jefe del Gobierno y del Estado. El 9 de agosto de 1939 un nuevo decreto vino a ratificar el anterior. Nunca compartió su poder, tenía el mando supremo del Ejército, así como el ejecutivo y legislativo. Las ideas políticas del dictador fueron pocas pero claras. Estas eran la defensa del orden público, mediante cuantiosas normas y la censura, el nacionalismo español, con gran ostentación de símbolos nacionales y eliminación de peligros a la nación, como los nacionalismos, y catolicismo, alianza entre Iglesia y Estado haciendo de la moral católica base del sistema legal, dando lugar al nacional catolicismo. El franquismo siempre fue contrario a la democracia parlamentaria. Controlaba la información, hasta la ley de Fraga de 1966 la censura era previa a la publicación.
Persigue
a
los
que
considera
fundamentalmente al comunismo y el separatismo.
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enemigos
de
España,
Rafael Rodrigo Fernández Desfile de la victoria en Madrid (1939). Fuente: http://www.guerracivil1936.com
De acuerdo con estas constantes se aprobó la siguiente legislación: En 1939 la Ley de Prensa, censura previa y muy estricta. En 1939 la Ley de Responsabilidades Políticas, que permite juzgar a los vencidos por sus actividades políticas desde el año 1934. También se aprueba la Ley de Represión del Comunismo y la masonería (1940). Y en 1941 la Ley de Seguridad del Estado, que reforzaba a la anterior. La fuerza política dominante de la posguerra es la Falange, que da nombre a la etapa por el color de sus camisas “Etapa azul”. Tiene muchas similitudes con otros modelos fascistas europeos, especialmente con el italiano. En 1936, quienes más contribuyeron a la sublevación fueron los militantes falangistas y los requetés carlistas. A Franco le convenía la ideología y organización de FE y de las JONS, debido a que defienden el nacionalismo español, el orden público y además tenía una organización paramilitar. Por ello, decretó el 19 de abril de 1937 la unificación en un solo partido de falangistas y requetés, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS). La nueva Falange perderá su autonomía política, esto produjo continuos roces con los antiguos militantes, de todas formas Franco siempre figuró como su jefe supremo. Destaca también la actuación de Serrano Suñer, abogado, diputado por la CEDA, destacado falangista y cuñado de Franco, que fue nombrado ministro de la Gobernación y después de Asuntos Exteriores. Como tal mantuvo intensas relaciones con los Gobiernos de Hitler y Mussolini. Dos documentos fueron la base política e ideológica del Estado. En primer lugar los 27 puntos de Falange, redactados en 1934 por José Antonio Primo de Rivera, fueron el ideario político del partido; se convirtieron en ley en agosto de 1939. Destaca también el Fuero del Trabajo (1938), es una adaptación de la Carta dei
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Rafael Rodrigo Fernández Lavoro italiana y fijaba las relaciones laborales. Los puntos básicos de la ideología eran: 1) el Nacionalismo español, 2) el rechazo frontal del sistema democrático parlamentario, 3) la intervención del Estado en la economía, nacionalizando o creando determinadas empresas, 4) un único partido, 5) un único líder, “El Caudillo”, 6) se usan las manifestaciones y los signos exteriores públicos, como concentraciones de masas (desfile de la victoria), uniformes (camisa azul y boina roja), gestos (saludo brazo en alto y eslóganes), nuevo escudo (una adaptación del de los Reyes Católicos). A partir de 1943 toda esta liturgia fascista fue poco a poco desapareciendo. Todo el poder se concentraba en Franco. La única institución será el Consejo Nacional de FET y de las JONS, con sus miembros elegidos por el Generalísimo y siendo meramente consultiva, siguiendo el modelo italiano. Es un Estado unitario y totalmente centralizado. Rechaza las autonomías, y el país estará dividido en provincias, con un gobernador civil, teniendo la máxima responsabilidad policial, política, social y económica, nombrado por el ministro de la Gobernación. Hubo una gran represión, se eliminó cualquier amenaza para el Estado aplicando las leyes de responsabilidades y de seguridad. En 1939 había casi 300.000 presos políticos, y campos de concentración y trabajos forzados, como el Valle de los Caídos o Castuera (Badajoz). Se calculan las ejecuciones en unas 40.000 personas,
desde
Lluis
Companys
hasta
militantes
republicanos,
fundamentalmente durante los primeros años. Además todas las personas, cargos públicos, funcionarios etc. que habían permanecido en zona republicana sufrieron un proceso de depuración de responsabilidades y colaboración con la república. Morirán en prisión figuras como Miguel Hernández o Julián Besteiro. La política social estará dirigida por los falangistas. Pretendía instaurar un nuevo sistema económico y social que evitara los problemas de capitalismo y socialismo. Es un Estado Nacional Sindicalista, donde se permite la propiedad privada y subsisten las empresas privadas. Se suprimieron los sindicatos horizontales, - 55 -
Rafael Rodrigo Fernández creando sindicatos verticales (empresarios, trabajadores…). Se creó la Central Nacional Sindicalista y un ministro Delegado Nacional de Sindicatos. El gobierno fijaba los salarios y se ilegalizó el derecho a la huelga. Desde 1941 el ministro José Antonio Girón de Velasco empezó a crear un sistema de seguridad social. Se aprobó el seguro obligatorio de enfermedad (1943), y luego el de invalidez, el de accidentes laborales, paro y vejez. El modelo económico será la Autarquía, el objetivo es que España sea autosuficiente. Se constituye una economía que es controlada y dirigida por el Estado. Se limitan los intercambios con el extranjero, realmente debida a la escasez de divisas. Resultó un verdadero fracaso, ya que España no puede ser autosuficiente, bastaría indicar la falta de recursos energéticos propios. Hay racionamiento de alimentos, las cartillas de racionamiento con cupones durarán hasta bien entrada la década de los cincuenta, y con ello el Mercado Negro, que recibió el nombre de estraperlo. Durante la década de 1940 la situación es de miseria.
Voluntarios de la División Azul. Fuente: http://www.guerracivil1936.com
Comenzada la Segunda Guerra Mundial, España permanece neutral aunque el ministro de Asuntos Exteriores J. Beigdeber comenzó a recibir presiones de sus anteriores aliados. En octubre de 1940 fue nombrado Serrano Suñer nuevo
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Rafael Rodrigo Fernández ministro y ese mismo mes Franco y Hitler se reúnen en Hendaya, pero no llegan a ningún acuerdo de colaboración debido a las exigencias desorbitadas de ambos. Posteriores entrevistas con Mussolini y Petain concluyeron también sin acuerdo. En 1941 cuando se produce la Operación Barbarroja España envía a la llamada “División azul” que combatirá en el frente de Leningrado. Pero en 1943 las sucesivas victorias aliadas, especialmente el armisticio de Italia en septiembre de 1943 hizo que España sustituyera al ministro de Exteriores por el Conde de Jordana, volviendo España a su neutralidad. Finalmente en diciembre regresó la División Azul. Tras la derrota del Eje en 1945 la España de Franco se verá aislada internacionalmente.
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Rafael Rodrigo Fernández
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En muchas ocasiones es necesario conocer el pasado para poder comprender mejor el presente. En el caso de la Guerra Civil esta afirmación es de lo más adecuada. Resulta absolutamente necesario tener al menos una idea general de cuales fueron las causas, como fue el desarrollo y que supuso el fin de este conflicto y, sobre todo, como influyó en la futura evolución de España. Es importante conocer y saber que pasó por la mente de los españoles, sus representantes y principales fuerzas sociales hace 70 años para desencadenar una feroz guerra donde el número de muertos en combate ofrece una cifra parecida a los ejecutados y asesinados. Comprender qué pasó y cuales fueron los motivos nos a de llevar a aprender de errores pasados pare evitar reproducirlos en el futuro o, casi peor, qué nos influyan con míticas ideas de que es lo que pasó y por desconocimiento no seamos capaces de razonar si aquello que nos cuentan es verdad o no. Visitanos en: http://www.guerracivil1936.com/web/