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LA CUESTA DE SAN CAYETANO Boletín de la Pontificia, Real, Venerable e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad. Córdoba. Año 2019. Número 17 HERMANO MAYOR Juan R. Cabezas Gutiérrez. DIRECTOR Rafael C. Roldán Sánchez. DISEÑO Y MAQUETACIÓN Rafael C. Roldán Sánchez PORTADA Gonzalo de Ory Carreto FOTOGRAFÍAS Todas las fotografías por Rafael C. Roldán Sánchez, excepto: JZ: José G. Zurera Madrid VM: Valentín Moyano E.P.: Eva Pavón González JS: Juan L. Seco de Herrera IMPRESIÓN Imprenta Luque SL
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www.jesuscaido.org
Patrimonio Carta de hermandad carmelita
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a Hermandad solicitó la carta de agregacion a la familia carmelita recientemente, aportando los siguientes argumentos: Carácter histórico: La hermandad fue fundada por un carmelita, fray Andrés de Santa María, gran impulsor de la misma. Carácter devocional: La imagen de Jesús Caído fue donada al convento carmelita de San José incluso antes de que existiera la hermandad y siempre ha tenido una gran devoción por parte de los cordobeses. La imagen titular de la hermandad, Nuestro Padre Jesús Caído, representa una de las escenas pasionistas habituales en conventos carmelitas, impulsadas por la visión del Nazareno de San Juan de la
Cruz, que se representa a su vez en la bóveda del templo del convento de San José. Se documenta la utilización de la cartela carmelita en el escudo de la hermandad durante el siglo XX. Pertenencia de la hermandad, desde su fundación, al convento carmelita de San José, contando con directores espirituales del propio convento. Colaboración entre la hermandad y el convento en la restauración de la capilla de Jesús Caído, sufragada por la hermandad, así como en la de las imágenes titulares. La orden Carmelita ha admitido a la Hermandad y, con el refrendo del Cabildo de hermanos, se agrega a sus títulos nominales. 3
Hermano mayor “necesitamos que participéis y opinéis de estos proyectos o de los que se emprendan en el futuro”
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ueridos hermanos y amigos, no podría empezar esta comunicación sin recordar al Padre José Manosalvas. Recuerdo el día que asistió por primera vez a una Junta de Gobierno siendo hermano mayor Rafael Roldan, nos comentó que no era muy cofrade pero ya quisieran muchos que se denominan cofrades ayudar y querer a la hermandad como él lo hacía. Siempre estaba cuando se le necesitaba, siempre tenía un buen consejo cuando era necesario, nunca hubo un problema en el que no se implicara y ayudara con sus conocimientos. En aquellos años no nos acompañaba en la Estación de Penitencia pero cuando regresábamos pasadas las 12 de la noche nos esperaba en el Atrio, con las puertas de la Iglesia abiertas y las luces encendidas. El año pasado fue nombrado Prior del convento y accedió a ser nuestro consiliario, como en otras ocasiones le preguntamos si podría acompañarnos y
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Juan R. Cabezas Gutiérrez.
por primera vez nos acompañó en la Estación de Penitencia, y estoy seguro que nos seguirá acompañando. En esa Estación de Penitencia comentamos la posibilidad y requisitos para solicitar la Carta de Hermandad Carmelitana. Los requisitos los cumplimos ampliamente: la Hermandad fue fundada por Fray Andrés de Santa María, prior de la comunidad carmelita en 1765; nos encontramos en un convento carmelita; el monte Carmelo y las tres estrellas del escudo carmelita están en nuestro escudo y en nuestros pasos. Iniciamos el proceso y con la ayuda del Padre Fernando Donaire os puedo anunciar que hemos recibido del Prepósito General Fray Saverio Cannistrá la Carta de Hermandad Carmelitana. Sé que puntualmente se publica en la Web todo lo que acontece en la Hermandad, pero quiero aprovechar el espacio que me reservan en el boletín para informaros de los proyectos más importantes
que se están llevando a cabo y los que pretendemos realizar a corto plazo. El año pasado iniciamos la restauración del paso de Nuestro Padre Jesús Caído, y, aunque la parihuela, el soporte de los faroles y gran parte de la talla se han restaurado, aun quedan algunas partes por terminar. No sé si los más mayores recordáis esos pequeños dragones dorados que rodeaban la peana del paso y que, con una vela protegida dentro de una tulipa, iluminaban a Nuestro Padre Jesús Caído. Estas magnificas piezas con el paso de los años y el ataque de termitas y carcomas se deterioraron tanto que ya no se ponían en el paso. Posiblemente se intentaron arreglar y por alguna razón no se llevó a cabo esa restauración; no quedó en el olvido pues algunos añorábamos devolver al paso todo el esplendor que tuvo. Recientemente las hemos encontrado dentro de una caja junto con dos cartelas con un angelito cada una, en tan mal estado que nos hacía dudar de que se pudieran recuperar o fuese necesario hacer una copia de estas. Afortunadamente los daños, aunque importantes, pueden ser tratados y actualmente se encuentran en el taller de restauración lo que hace que muy pronto podremos admirarlos iluminando a Jesús Caído el Jueves Santo. El paso de Nuestro Padre Jesús Caído se está terminando de restaurar y ahora es el momento de dedicarnos al paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor en Su Soledad. No pretendo cambiar las características de nuestro paso que lo hacen único en la Semana Santa cordobesa, pero si es necesario hacer ajustes y modificaciones que, sin cambiar la esencia, lo mejo-
ren estéticamente y lo enriquezcan. Es un trabajo caro y difícil pero con la ayuda de todos lo podremos conseguir. Hablando de futuros y presentes, nuestro grupo joven se está convirtiendo en un referente de los grupos jóvenes de las hermandades tanto por su organización como por la preparación de sus actividades, tanto espirituales como de formación cofrade, con programación de conferencias, reuniones con alumnos del colegio, pregón de juventud y otras a las que os animo a asistir, no solo los más jóvenes, también a todos los hermanos. No puedo olvidar a los costaleros y equipo de capataces de la Hermandad, que consiguieron superar las dificultades el año pasado. En el paso de Nuestro Padre Jesús Caído al demorarse la fecha de entrega, no dio tiempo para hacer ningún ensayo con el paso restaurado y en el de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad tuvieron y siguen teniendo dificultades, que espero estén corregidas para el próximo año. Esto nos enseña que cuando estamos unidos en un fin común y dejamos atrás nuestro protagonismo, podemos superar cualquier obstáculo. Tampoco quiero olvidar a los nazarenos, los más modestos, los más sencillos del cortejo, los que llevan cirio, los pequeños con sus varitas o encendiendo los cirios, los más mayores llevando los atributos o dirigiendo el cortejo… todos los años nos felicitan por su seriedad y corrección. Seguimos necesitando vuestra cuenta de correo electrónico, necesitamos que participéis y opinéis de estos proyectos o de los que se emprendan en el futuro. La Hermandad es de todos y para todos,
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por esa razón tenemos que informaros, preguntaros y por supuesto, responder a vuestras preguntas. Pero para que esta comunicación se produzca es necesario que nos aportéis vuestra cuenta de correo electrónico. Nos encontramos en Cuaresma, como el año pasado Nuestro Padre Jesús Caído estará expuesto en Besapies en su capilla, después en el Altar Mayor para el Quinario y la Fiesta de Regla. Os esperamos a
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todos a los cultos y el Jueves Santo donen, como todos los años, seremos un ejemplo de corrección y buen hacer. Aún queda mucho por decir y más por hacer pero ya me he extendido más de lo que suelo hablar o contar y no me queda más que desearos a todos que Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, nos protejan siempre.
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ensar en un Jueves Santo para muchas familias andaluzas significa recordar. Recuerdos de nuestros abuelos, de momentos especiales de la familia unida, instantes que se grabaron en nuestras jóvenes retinas de un tiempo que añoramos. Hay quien se va de procesiones como un mero espectáculo y hay quien ese día recobra un ritual familiar, comenzando con un planchado maternal y terminando con la ceñida del cíngulo y una oración antes de salir de casa. Formas de vivir, formas de creer. La experiencia que cada uno busca es tan personal que difícilmente podríamos encasillarla o generalizarla. En muchos casos, pertenecer a una hermandad pasa por continuar una tradición, y en otros ya hablaríamos de gustos, de las amistades o de las promesas; oraciones sinceras que nacen de un corazón rasgado e inundan de esperanza el alma. Esa búsqueda efímera nos lleva a San Cayetano un Jueves Santo. Pasan los años y la esencia es la misma. Sonidos de tambores y de cornetas, nazarenos que se enfilan hacia la cuesta y olores propios de tan importante día, en el que el color predominante es el negro y que en este particular monte Carmelo, lo acompaña el morado raso del hábito. La caoba y el reluciente dorado resaltan la magnificencia de una imagen inalterable en el tiempo. Una ligera brisa recorre la empinada cuesta buscando una melena que se asoma a los sones propios de la realeza. Por el camino, el aire primaveral se vuelve travieso intentando apagar los virginales cirios y ponen en simpáticos aprietos a los más pequeños componen-
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EP tes del cortejo. Pobres esclavinas que con tanta ilusión pretenden ayudar a iluminar el camino y que con los años aprenderán que los cirios deben morir para alumbrar la vida.
Lo que el viento te susurra Rafael Montenegro Camuñas
La juguetona corriente se afana en quitar el protagonismo de un rostro dolorido y sereno, todas las miradas se centran en Él. Algunas a través de pequeñas pantallas que se elevan buscando recoger toda
la belleza que acontece para, durante el año, poder revivir la salida en la tranquilidad del hogar. Hay algo que no obedece la seriedad del momento; la natural melena se vuelve airosa y comienza una danza fu9
gaz que le otorga el movimiento necesario a un Dios que sigue vivo entre nosotros. A veces busca secar las lágrimas de sangre del divino rostro, otras el movimiento la lleva a acariciar el madero intentando aliviar el peso. Como un alma que siempre necesita de la luz de Jesús para encontrar su camino, el cabello sostiene una corona punzante de martirio en la que, por más oro que reluzca, no mitiga el dolor de un calvario para la salvación del hombre. Vuelven los olores y se unen a lisa cabellera, el incienso impregna de religiosidad cada movimiento y camina por la ciudad con gran majestuosidad. Tras las plegarias de un pueblo por Santa Marina la Catedral espera. Un arco triunfal sirve de marco para la entrada a un recorrido único que alberga la fe de un pueblo. El crujir del paso resuena en el Templo Catedralicio y tras Él unos lejanos aplausos revelan que María avanza en su caminar. La brisa se cuela entre la candelería del palio y juguetea en un mar de fueguitos propio de Jorge Bucay. Lágrimas de cristal que surcan el rostro de la Madre que desde la lejanía ve a su hijo caer porque así debe ocurrir y la impotencia le amarga el caminar, pues no puede hacer más la Sierva del Señor. Golpe seco, contundente, y casi rozando el artesonado del templo se eleva el paso de Jesús cuya mirada sana al doliente y encuentra al que se siente perdido. La noche llega y en la blancura de una plaza piconera una sombra dibuja un paisaje de tristeza. La luz ilumina al nazareno abatido, un nazareno que mira su propia sombra sabiendo que todo es por nosotros. La noche también cae sobre la dicho-
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sa melena que al rostro divino envuelve. Ya cansada, acepta su misión, y casi con solemnidad busca enredarse en la tallada barba pero sólo consigue volver a caer, cómplice de la escena. Una cruz espera el regreso del cortejo que avanza en la particular escalera de rezos hacia el cielo del Carmelo. Los infantes continúan sonriendo aunque alguno busca a sus padres para que le adelante la cena y, sea de lo que sea, el bocadillo le sabrá a gloria. En la cuesta, la alisada melena lucha por avisar el desenlace del camino a su portador, de la suerte de esa corona que aprieta su sien y que lo llevará a cumplir lo que está escrito. Por más que se ayude del viento, los cirios van llegando a su templo y poco le queda más que despedirse de un pueblo amado. Incienso, luz sincera de los nazarenos y sonidos de Jueves Santo. El luto abandonará el morado hábito y las lágrimas plañideras darán paso a la pureza de un paño con el que será sepultado el Redentor. Cuando la última llamada suene y la mano llegue a la roca, la brisa abandonará a su compañera dejándola descansar en unos hombros doloridos, destrozados por el peso de las promesas, de las oraciones, de un calvario que busca en Su mirada la esperanza. El olor a rosas y orquídeas llegará; de nuevo un golpe certero sonará para posar a Nuestra Madre y las ánimas de los hermanos difuntos volverán a buscarla como guía en su travesía eterna. Un año más la hermandad de Jesús Caído hizo su estación de penitencia por las calles de Córdoba.
En chándal a mi boda
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Fernando Rodríguez Trenas
stimado hermano: Cualquier regla de protocolo es menos básica que esa: a la boda de uno mismo se va arregladito, con su pelo peinado, duchadito y “escamondao”. En una tradición tan centenaria como vestir la túnica nazarena, uno debe ir hecho un pincel. Pero claro, acorde al protocolo que el evento supone. Quizás una mujer se ve muy guapa con un tocado, pero sabe que a las bodas de noche el protocolo dicta otra cosa. Pues igual ocurre el Jueves Santo. Vestir la túnica es un honor, no una obligación familiar, y mucho menos un disfraz para divertirse con los/las amigos/ as. Para eso es ciértamente recomendable quedarse comiendo pipas en un poyete. Revestirse la túnica nazarena es un acto penitencial, religioso, de arrepentimiento, y como elemento simbólico debe estar acorde a la importancia del evento. En primer lugar, qué menos que esté limpia, y sea de tu talla. Algunos hermanos estamos varias tardes al servicio de otros intentando, en la medida de nuestras posibilidades, estar atentos a que la túnica que tengas sea la más idónea. Pero también se nos puede pasar algo. Pasamos muchas personas en busca de un hábito nazareno, y tenemos derecho a estar cansados, aunque con ilusión. No exijas. Pide con educación, porque es una tarea de todos. Los siguientes pasos corren de tu cuenta. Normalmente, sueles tener la misma túnica del año anterior, así que, si las ves sucia… quizás debas tener más precauciones, aunque todos sabemos que
es casi imposible volver impoluto. Lávala bien, no hace falta que la lleves a una tintorería, con papel absorbente y jabón las manchas salen, aunque es cierto que te ahorras plancharla después. Una vez tengas tu túnica y tu antifaz perfectamente preparados, queda elegir los complementos. Igual que debe seguirse la regla “calcetín negro, zapato negro; calcetín marrón, zapato marrón”, el protocolo dicta claramente que deben ser ZAPATOS (incido en ello, porque zapatilla no es zapato) NEGROS (ni grises, ni con rayas rosa fucsia, ni con suelas de otro color), CALCETINES NEGROS (si no se ve el Kalenji parece que tiene más brillito) y GUANTES NEGROS. Esto ya es para las chicas, aunque extensivo igualmente al chico que lo haga. NO TE MAQUILLES. No hace falta, nadie te debe reconocer, esa es la gracia de cubrirse la cara. Igualmente, llevar relojes, pulseras, la esclava de tu abuela o la pulsera de pedida. Se pierde la gracia del anonimato y la belleza de la uniformidad. Sí, señores y señoras, las alianzas se pueden llevar, pero como van debajo de los guantes, pueden liberarse de ella y decirle a su cónyuge que la llevan. Dicho esto, así de niquelados debéis salir de vuestras casas, incluido el capirote para llegar a la iglesia. Que muchos lo hagan mal no quiere decir que tú también. Y allí estaremos ojo avizor a que esto lo cumplas. Yo no aceptaría a un invitado en bañador y camisa hawaiana en mi boda, espero que tú tampoco. 11
Eduardo Capdevila Pregón joven
Rafael C. Roldán Sánchez
Fecha de Nacimiento: 15 de octubre de 1995 en la ciudad de Córdoba. Recibí el Sacramento del Bautismo en la Parroquia de Santa Victoria y de la Confirmación en la Parroquia de San Francisco. Hermano de las Hermandades de la Expiración, Buena Muerte, Merced y de las Prohermandades de la Quinta Angustia y el Traslado al Sepulcro.Realicé mis estudios primarios y secundarios en el centro privado católico “Alauda”. Actualmente curso el grado en Derecho por la Universidad de Córdoba. Fui Pregonero de Juventud de la Semana Santa de Córdoba en el año 2016; Exaltador de la Juven-
¿Qué sientes al enfrentarte a un pregón ante Jesús Caído el próximo 15 de marzo? En primer lugar, una enorme responsabilidad debido a la Hermandad de la que se trata; una Hermandad que tiene ligado su nombre al de nuestra ciudad y con la elegancia y el clasicismo que le caracteriza. Por otro lado, un inmenso privilegio por poder, una vez más, transmitir desde el atril mi concepto de Semana Santa y mis sentimientos ante una Hermandad en la que guardo buenos amigos.
tud del Rescatado en el año 2018; Presentador del Concierto de Santa Cecilia de la Banda de la Esperanza en el año 2018; coautor del libro “Hace setenta años...” sobre la historia fundacional de la Hermandad de la Buena Muerte y asiduo colaborador en las retransmisiones de nuestra Semana Santa en Onda Mezquita y Cadena Cope; fundador y editor de la revista cofrade benéfica “Retablos de Pasión”. Asimismo, actualmente soy capataz de la Auxiliadora de la Parroquia de la Sagrada Familia, y miembro de los equipos de capataces del Stmo. Cristo de la Expiración, de la Pro-Hermandad
Explícanos las sensaciones de un pregonero en los días previos a su pregón. En mi caso, son unos días de “nerviosismo” y en los que aparece alguna que otra duda por lo escrito. Me considero una persona que se exige mucho de sí mismo cuando se compromete con algo. Suelo realizar varias lecturas, ya sea con algún amigo o a solas en privado. Por último, me gusta visitar a los Titulares a los que voy a exaltar días antes del Pregón.
del Traslado al Sepulcro y de San Rafael Arcángel. Igualmente, me ha sido encomendada la tarea de comandar a la Inmaculada de San Basilio y San Francisco en tres de sus cuatro salidas y la parihuela de Nuestra Señora de la Fuensanta Coronada en su traslado de ida a la SIC; Por último, he sido Presidente de la Juventud de la Buena Muerte y de la Expiración.
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¿Cuál es tu aspiración como pregonero? La primera de todas, escribir una exaltación que principalmente me guste a mí. Creo que si pretendes llegar a los hermanos de la Cofradía y al público en general, es imprescindible que tú mismo te creas lo que hayas escrito. A partir de ahí, espe-
ro simplemente disfrutar de la exaltación, pues por experiencia sé que el tiempo en el atril corre más de la cuenta. ¿Qué mensaje pretendes transmitir a los jóvenes que van a ir a escucharte? El mensaje del amor a Cristo y a su Bendita Madre encauzado a través de los versos que mejor he podido escoger. Asimismo, sí pretendo dar alguna que otra pincelada más concreta en cuanto a la juventud se refiere. ¿Cuál es tu visión de las cofradías cordobesas? ¿Qué crees que necesitan aún? Creo que nos encontramos en un punto álgido en el desarrollo de nuestras hermandades, si bien, no debemos caer en el crecer por el crecer. Debemos dar pasos firmes, involucrando más a los hermanos en las actividades de la Cofradía y, en la formación como cristianos y cofrades. Por otro lado, en lo que a los jóvenes se refiere, no estaría de más inculcar con mayor relevancia la figura del nazareno. Muchas gracias por concederme la posibilidad de contestar esta entrevista y espero estar a la altura el día 15 de marzo.
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El sufrimiento psíquico de Jesús Sabe que le espera la muerte de forma inminente
José Sáez Rodríguez
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ras llevar desde el año 2010, demasiados años lo reconozco, sin escribir nada en este nuestro querido Boletín sobre la Pasión de Jesús, retomo nuevamente el tema, deteniéndome en un aspecto en general poco valorado por los estudiosos del tema, me refiero al sufrimiento psíquico sobre Jesús. Ya en el año 2008 describía la excepcional personalidad de Nuestro Señor, lo que unido a su enorme poderío físico, fue lo que le permitió llegar vivo a la Crucifixión algo que no estaría al alcance de la mayoría dado el enorme tormento físico y psíquico sufrido. Hoy nos vamos a entrar en este último aspecto: el sufrimiento psíquico de Jesús. Todo comienza con la Última Cena: Jesús sabía que esa iba a ser la última ocasión que disponía para estar en paz y tranquilidad con sus amigos, con aquellos con
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los que había compartido todo en los tres últimos años. Jesús quiere despedirse de ellos y así se lo hace saber, incluso anuncia que iba a ser traicionado por uno de ellos. Todas las despedidas son difíciles, pero cuando, además se sabe que va a ser definitiva y sin retorno, porque la muerte está próxima, la sensación de angustia y de tristeza va a ser muy importante. Una vez terminada la cena, la siguiente etapa es en el huerto de Getsemaní que es donde se dirigió Jesús con sus discípulos, aunque se aparta de ellos para orar. Allí transcurre la que puede considerarse la escena más dramática e impactante de toda la Pasión. Aunque posteriormente Jesús tuvo momentos de enorme sufrimiento físico, es aquí cuando el daño psíquico alcanza mayor gravedad. Jesús se muestra con su aspecto más humano, sufre, y lo hace intensamente. Sabe que le espera
Ecce Homo. Juan de Juanes, Museo del Prado.
la muerte de forma inminente, pero además llena de padecimientos. Siente como próxima la traición de un amigo con el que ha compartido tres años de su vida y percibe el abandono al que va a ser sometido, no sólo por parte de sus amigos y discípulos, sino incluso por el pueblo que sólo unos días antes lo había aclamado y que pasa en poco tiempo de admirarle, a desear su muerte. Jesús tiene un estado psíquico malo, con tristeza, con angustia, con miedo, con sensación de soledad. Todo ello le produce una situación de estrés y de sufrimiento intenso, trata incluso de evitar lo que se avecina, aunque finalmente termina
aceptándola por ser esta la voluntad del Padre: “Padre mío, si es posible, que esa copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres tu”. (Mateo 26,39)... El evangelista Lucas describe su estado de la siguiente manera: “Presa de la angustia, oraba más intensamente, y empezó a sudar como gotas de sangre que caían hasta el suelo” (Lucas 22, 44). Este es un fenómeno que recibe el nombre de hematohidrosis o hemohidrosis y consiste en el paso de sangre a las glándulas sudoríparas. Se trata de algo que, aunque no es frecuente, está descrito en la literatura médica. Se produce en determinadas circunstancias con gran estrés como podría ser la que estamos describiendo en estos momentos. En esta situación psicológica que hemos descrito de tristeza, miedo, angustia y soledad, se va a producir el prendimiento consumándose la traición de Judas. Éste llega al huerto acompañando a los guardias del templo y los soldados romanos que iban encargados de detenerlo. Jesús se enfrenta a un beso, el de Judas, que refleja el egoísmo y la crueldad de los hombres lo que no hace sino empeorar su estado psíquico. Posteriormente fue trasladado hasta las autoridades judías (el Sanedrín) siendo interrogado tratando de buscar una confesión que permitiese su condena a muerte. Nada se nos dice de tortura o agresiones a Jesús durante el momento del interrogatorio, salvo la afirmación de San Juan que describe una bofetada a Jesús, dada por uno de los guardias, al parecer por contestar de manera inadecuada a Anás (Juan
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18,22). Los evangelios sinópticos recogen en cambio que Jesús fue insultado, golpeado, escupido y sometido a todo tipo de burlas y vejaciones pero una vez concluido el interrogatorio cuando ya había sido condenado por la autoridad judía como reo de muerte: (Mateo 26, 67-68; Marcos 14,65; Lucas 22, 63-65). Dichos malos tratos, aun reconociendo que no producen una gran afectación física, sí inciden en la situación psíquica en que se encontraba produciendo una mayor afectación. No hay descripción cronológica que nos permita conocer cuánto tiempo duró este interrogatorio que terminó con la condena. La única referencia temporal es que al amanecer el Sanedrín se reunió y decidieron llevar a Jesús atado ante Pilatos para que confirme la sentencia de muerte: Lucas afirma que Jesús fue llevado a esta reunión del Sanedrín, mientras el resto de evangelistas no hacen mención alguna a esta escena, (Lucas 22,66). Esta forma de relatar los hechos nos permite hacer la estimación de que el interrogatorio no duró hasta el amanecer, lo que nos hace llegar a la conclusión de que Jesús tuvo que permanecer en algún sitio desde que fue condenado por la autoridad judía hasta que fue llevado a presencia de Pilatos. En esa especie de celda o calabozo debió permanecer sólo, aislado, seguramente mal alimentado y, casi con toda probabilidad, escasamente hidratado. Todo ello contribuyó a empeorar su estado anímico, al mismo tiempo que ya empezarían a hacer sus efectos el maltrato físico a que estaba siendo sometido. En estas condiciones es como Jesús fue conducido ante Pilatos para ratificar la 16
sentencia a muerte. Es ahora cuando comienza el gran sufrimiento físico de Jesús que terminaría con su atroz muerte en la cruz pocas horas después.
Cristo flagelado. Gregorio Fernández, Banco Santander
Álbum antiguo Rafael C. Roldán Sánchez
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l título de “Hermano Mayor Honorario” ha representado siempre una distinción que agradecía a aquellas personas o instituciones que colaboraron de alguna manera con la Hermandad. Generalmente se concedía a quienes no eran hermanos de la cofradía y, además, permitía una repercusión pública importante. En la imagen, de 1951, observamos la entrega del título al V Tercio de la Guardia Civil. La institución tenía a la Hermandad en gran aprecio, de hecho escoltaban a los
pasos con guardias uniformados, costumbre que se ha mantenido hasta nuestros días con un algún altibajo. Junto al Coronel aparece uno de los toreros habituales en la Hermandad: Manuel Calero “Calerito”; al otro lado el hermano mayor, Rafael Gálvez, y un carmelita. Aún aparece el púlpito en el fondo, adornado con telas, posiblemente la fotografía se haya realizado durante los cultos cuaresmales.
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Memoria de 2018
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omenzaba el año con la convocatoria de cabildo de hermanos para aprobar las modificaciones del reglamento de funcionamiento de la Hermandad. Los principales cambios se referían a la disposición de algunos miembros del cortejo procesional y a la organización de la estación de penitencia. También se desarrollaban las funciones de algunas vocalías y se especificaba el procedimiento para los reconocimientos y distinciones. Los hermanos consideraron acertados estos cambios y se aprobó por unanimidad. También en enero se estrenaba Jesús Ortigosa como capataz de la cuadrilla de la Virgen, dando inicio a los ensayos de los costaleros. No dejamos el mes de enero sin reseñar que la Banda Caído y Fuensanta comenzó en estas fechas el montaje de la nueva marcha dedicada a Jesús Caído, obra del compositor Francisco Ortiz Morón. El mes de febrero ocupó buena parte de la Cuaresma y, como es habitual, supuso varias convocatorias para los hermanos de la Hermandad. Así, se celebró el quina-
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Rafael C. Roldán Sánchez.
rio y besapiés en honor a Nuestro Padre Jesús Caído, la tradicional fiesta de regla, tras la que la Banda Caído y Fuensanta estrenó la marcha anteriormente referida. Además, durante los días de quinario, se celebró una nueva edición del pregón de juventud de la Hermandad, organizado por el grupo joven y que llegó a su quinta edición de la mano de Manuel Santos. El altar del quinario volvió a situarse en el centro del presbiterio de San Cayetano, tras muchos años de montajes laterales.
Marzo estuvo ocupado por las papeletas de sitio de los nazarenos, la publicación del boletín anual “La Cuesta” -que presentaba como novedad una pintura para ilustrar la portada- y por el regreso del paso de Jesús Caído, ya restaurado,
desde los talleres de carpintería de Juan García; trabajos que consistieron en una nueva carpintería interior y barnizado. La Agrupación de Cofradías organizó un concierto de Cuaresma en el Teatro Góngora, donde pudimos escuchar la marcha
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insignia de nuestra cofradía, “Jesús Caído” de Enrique Báez, interpretada por la Orquesta de Córdoba bajo la dirección del maestro Manuel Pérez. El vía crucis con Jesús Caído hubo de celebrarse el en el interior del templo debido a la lluvia, aunque previamente se había entregado el escudo de oro a los hermanos Samuel Alcalde, Rubén Ramiro, Miguel García y Blanca González. El
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padre Manosalvas bendijo unos gemelos para Jesús Caído y un pañuelo nuevo para la Virgen y Rafael Madueño recibió una placa conmemorativa por sus ocho años al frente de la hermandad, de parte de los anteriores miembros de la junta de gobierno que le acompañaron en su mandato. El Jueves Santo transcurrió sin novedades reseñables, salvo por un ligero retraso a la entrada en San Cayetano, con cielo despejado y temperatura fresca. La estación de penitencia la conformaron 568 nazarenos y mantillas; así como 84 costaleros en cada paso. Jesús Caído lució la túnica de acantos en un paso exornado con iris y rosas rojas. Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad vestía sus prendas habituales con un tocado que combinaba el encaje y el lamé, en su palio con rosas blancas y orquídeas. Por su parte, las bandas incorporaban nuevas marchas a su repertorio, como “Caído” o
“Historias de Judea” por parte de Caído y Fuensanta o “El Cachorro”, “La Virgen de los Desamparados” o La Amargura” en lo que respecta a la Banda de la Esperanza. Al día siguiente nos llevamos una grata sorpresa: el diario ABC dedicaba toda su portada a Nuestro Padre Jesús Caído. Pasada la Semana Santa y con abril avanzado, llegó una de las satisfacciones más señaladas del año: el premio concedido por el diario digital La Voz de Córdoba a nuestra Hermandad por el mejor reper-
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torio musical de Córdoba, concretamente el que interpretó la Banda de la Esperanza tras Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad y que destacaba por la inclusión de marchas cordobesas pertenecientes a compositores clásicos. Fue el fruto de varios años de dedicación por parte de hermanos de la cofradía conocedores de la música procesional. La cruz de mayo, con noches frías y desapacibles no estuvo demasiado animada, aunque hubo momentos de saturación de público en el mediodía. La procesión del Niño Jesús de Praga y la del Corpus, ambas con presencia de la Hermandad,
nos llevan al mes de junio, cuando también varios miembros de la Hermandad acuden a Sevilla para ganar el jubileo de la Esperanza de Triana. Puestos en julio, la Hermandad del Carmen, celebró su novena y ya preparaba su salida procesional del 16 de julio cuando un auténtico mazazo aturdió a toda la comunidad carmelitana de San Cayetano: el padre José Manosalvas, nuestro consiliario y prior del convento, fallecía repentinamente mientras regresaba a Córdoba de un viaje. No había palabras para expresar tanta tristeza y emoción. La Virgen del 22
Carmen ayudó a todos a seguir adelante y convirtió su procesión anual en una oración por el alma de este gran carmelita. Tras un mes de agosto adormecido en el ámbito cofrade, septiembre llegó con misas por el alma del padre Manosalvas, participación en la procesión de la Fuensanta por parte de la junta de gobierno y el grupo joven y el encargo de arreglo de las potencias antiguas de Jesús Caído o de restauración de la diadema de la Virgen. Octubre fue un mes intenso, en tanto se
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participó en la exposición de la parroquia de la Trinidad con los evangelistas del paso de Jesús Caído, se nombró a nuestro hermano Miguel Lopera pregonero de juventud de Córdoba y estuvimos presentes en el Encuentro de hermandades de Jesús Caído de Zamora; un encuentro que se celebra bianualmente y donde se designó a nuestra Hermandad como organizadora para 2020. Noviembre comenzó con un cabildo extraordinario en el que se votó afirmativamente a la propuesta de la Agrupación de Cofradías para participar en una exposición en la Catedral en septiembre de 2019 con la imagen de Jesús Caído. Además, se celebró un interesante ciclo de conferencias organizado por el grupo joven y en el que participaron Rafael Barón, Pedro Jesús Sánchez y Alfonso Lozano. Pero noviembre es, sobre todo, el mes del triduo a Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, con un altar de disposición clásica y cuyo besamanos se celebró en la capilla del Caído. Finaliza el año con la presencia del grupo joven en la popular recogida de alimentos del Banco de Alimentos o con la copa de Navidad organizada por la Hermandad. Asimismo, el dorador Rafael Barón se lleva los dragones de madera que rodeaban la peana del paso de Jesús Caído para restaurarlos poco a poco, dado el mal estado de las piezas.
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Una imagen Rafael C. Roldán Sánchez.
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sta es la historia que Conchi Ruiz, hermana de nuestra Hermandad, quería contarnos. Un suceso de la Nochebuena de
2001. Hacía frío, un año más, como siempre, y, como todos los años, la familia se había reunido en casa de Conchi para pasar la Nochebuena. Había tenido un día agotador: la mantelería, la vajilla, el adorno navideño de última hora y, sobre todo, preparar una cena que dejase a todos contentos y en la que había que volcar todo el cariño, pues era el primer año de casado de su hijo mayor, y se siente algo diferente cuando un hijo viene a casa. Todo estaba en su punto y ella se sentía satisfecha, tenía a su familia reunida en Nochebuena y disfrutaban de una apacible velada. Lo único que le molestaba era el resfriado que llevaba soportando desde hacía unos días. El hijo y su mujer se marcharon y al poco la mayor de las hijas se fue a la cama, la pequeña a casa de unas amigas y el marido se llegó a la iglesia para asistir a la misa del gallo, pues el resfriado y los escalofríos no la dejaban en paz y decidió no salir de casa con el frío que hacía. Conchi se quedó sola en la cocina, mirando el patio de luz a través de los cristales empañados de la ventana; fue entonces cuando se acordó de su vecina del piso de abajo, que ya está mayor, se puso algo 26
de abrigo y bajó a felicitarle las fiestas y darle compañía. Las dos vecinas charlaban de sus cosas. El tiempo pasaba y se habían animado. En uno de los silencios Conchi hizo un gesto y se quedó inmóvil. - ¿Oyes eso? –Ruidos, golpes sordos, apagados, que provenían del piso de arriba, de su casa- ¿No parece que se ha caído algo? - Mujer, será la niña, ¿no dices que se ha quedado arriba? De repente, un estruendo golpeó los oídos de las dos mujeres que, inmóviles, habían dejado de hablar y casi de respirar. Conchi reaccionó de inmediato. ¡Mi hija! La muchacha no conciliaba el sueño. Miraba el techo, pero también veía encima de su cama el cuadro que colgaba de la pared con una fotografía reciente de Jesús Caído. Se la habían dado en la Hermandad, era de un cartel que habían hecho ese año y su madre la había llevado a enmarcar. Allí estaba, con su mirada fija en ella, con ese dolor en el rostro y, al mismo tiempo, con esa paz y reposo que era capaz de transmitir. Le brotó una oración entre sus labios y le vinieron a la mente recuerdos de navidades pasadas, de juegos y risas con amigas, vecinas del edificio, a las que este año no había visto. Como si Jesús Caído le hubiera borrado todo el sueño que tenía, pensó que sus amigas aún estarían despiertas y que era
el momento de ir a llamarlas para desearles feliz Nochebuena. - ¡Hija!, ¡Hija! -Conchi no podía subir más deprisa los pocos escalones que separaban una planta de otra. Llevaba las llaves en la mano. Tomó entre los dedos la llave de la puerta, no entraba, no era, sí, es esta. Los nervios le hacían temblar y no acertaba con la cerradura. Al fin, consiguió introducirla, dio medio giro a la derecha, el pestillo se deslizó y con un golpe metálico dejó libre la puerta, que se abrió con rapidez y dio un fuerte golpe en la pared. La mujer se quedó absorta ante el espectáculo infernal que se desplegó allí mismo, en su propia casa. Las llamas salían por la puerta del salón en apretadas lenguas de fuego de un color rojo intenso, mientras que un humo negro y espeso ocupaba todo el pasillo sin dejar ver nada más allá de unos pocos centímetros. El ruido del fuego daba pánico, mientras oía estallar cristales o caer muebles con estrépito feroz. - ¡Hija! –Debía estar en el dormitorio. ¡Hija! Conchi empezó a arrastrarse por el suelo y adentrarse en el túnel negro que ahora era el pasillo de su casa. Apenas podía respirar, sólo tenía fuerzas para gritar el nombre de su hija y reptar a ciegas hasta el dormitorio de las niñas. Parecía imposible, no lo conseguiría, el oxígeno le empezaba a faltar y no lograba avanzar. La angustia y el pánico se apoderaron de Conchi. ¡Su hija! Y no podía hacer nada. Encontró fuerzas para gritar de nuevo: ¡Hija!, ¡Hija! - Aquí estoy, mamá. Estoy fuera, vuelve. No sigas. ¡Estoy aquí! La muchacha lloraba desde la puerta
de la vivienda con la cara desencajada por el horror y el miedo. Los vecinos la sujetaban para que no se adentrase en el piso en busca de su madre. Conchi había dejado de llamar a su hija. Sólo se oía el pavoroso ruido del incendio que se extendía y devoraba todas las estancias de la casa. Una silueta se dibujó entre la humareda y se precipitó hacia la puerta de salida. Conchi, por fin, había conseguido salir. Vio a su hija y ambas se abrazaron llorando. - ¿No estabas acostada, hija? ¿No estabas en tu dormitorio? - No, mamá, me vestí y bajé a casa de las vecinas a felicitarles las fiestas. Los bomberos no tardaron en llegar. Habían desalojado el edificio y apagaron el fuego en unos minutos. Permanecieron un tiempo más hasta comprobar que no había peligro y permitieron el acceso del vecindario a sus viviendas. Cuando pudieron volver a su casa, con la aflicción dibujada en sus caras, apenas podían creer que aquellas paredes desnudas y humeantes, negras, desgarradas y vacías, hubieran formado parte de su acogedor hogar unas horas antes. Nada se había salvado. Muebles, electrodomésticos, libros, fotos, documentos, juguetes… todo formaba parte de un retorcido paisaje de restos desperdigados en el desolado espacio que antes era su casa. Conchi y su marido avanzaron por las habitaciones con las lágrimas inundándoles los ojos. Al entrar en el dormitorio de las niñas, se quedaron quietos, inmóviles, sus miradas no se podían apartar de la pared del fondo. Era imposible, no tenía explicación, ¿quién podría creerlo? La habitación pre-
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sentaba el mismo estado devastado que el resto del piso: no quedaba nada en pie, los muebles arrasados, las paredes negras, las cortinas habían desparecido… pero en la pared donde estaban los restos de las camas de las niñas unos ojos les contemplaban con su mirada clara y triste. Jesús Caído. El cuadro estaba intacto, el cristal, nuevo, ni tan siquiera tenía restos de humo y la imagen de Jesús Caído permanecía ahí con todo el amor que se desprende de ella. Toda la familia se puso manos a la obra y en no demasiado tiempo recuperaron su hogar, compraron muebles nuevos, hubo que pintar, cambiar puertas, limpiar a fondo… Pero el cuadro de Jesús Caído sigue ahí, en el mismo sitio, en la cabecera de la cama de su hija; nadie lo va a tocar, al contrario, cada día Conchi le pone un clavel prendido en el marco, para dar gracias a Jesús Caído por proteger a su familia de la tragedia que había rondado la casa de estos hermanos de la Hermandad.
En esta historia se ha respetado el testimonio de la protagonista, aunque se han novelado ligeramente los hechos para mejorar la comprensión de los acontecimientos, pero lo que sucedió fue real, para asombro y dicha de todos los devotos de Jesús Caído
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San Cayetano
L
Iconografía de San Juan de la Cruz
Rafael C. Roldán Sánchez
a imagen de San Juan de la Cruz más destacada es la que se encuentra en el retablo del altar mayor de la iglesia de San Cayetano. Es obra del granadino José Risueño, en torno a 1680, y está realizada en madera tallada y policromada. Se representa con el hábito carmelita y portando la cruz en su mano izquierda, mientras que la derecha la aprieta sobre su corazón. Lleva estofados diversas partes del hábito, como las mangas y el filo del escapulario. Pero no es la única representación del santo carmelita. En la nave de la epístola encontramos otra talla de menor valor pero con un interesante tratamiento de la vestimenta. Además, en la bóveda de la iglesia aparecen varias representaciones del santo, sobre todo aquella de la aparición de Jesús Nazareno, origen de la devoción carmelitana por esta advocación de Jesús. No faltan las referencias en las paredes
de la iglesia al mensaje de San Juan de la Cruz en forma de pinturas que representan algunos de los pasajes de sus poesías.
- Fray Juan, pídeme lo que quieras por estos trabajos que me has hecho - Señor, padecer y ser despreciado
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La simbología del bordado
D
Pedro José Sánchez Reyes
entro del arte en nuestras cofradías, estamos acostumbrados a apreciar la técnica y la calidad de las piezas que portan nuestros titulares, pero en el diseño, en la idea de la composición no está todo realizado por simple gusto, en la mayoría de las ocasiones, los elementos que componen la decoración de una pieza que forma parte del ajuar de una imagen posee un sentido y una simbología. En el caso del patrimonio textil es bastante claro, pues la puesta al culto de nuestros titulares portando túnica o vestim e n t a bordada posee un
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sentido que en muchas ocasiones pasa desapercibido o es apartado por modas. Centrándonos en la historia y la liturgia, entenderemos que mensaje nos transmiten estos símbolos. En primer lugar, el color morado de la túnica, tan propia en la iconografía de Jesús camino del Calvario, puede relacionarse con los colores de las representaciones de estas escenas en época bizantina cuando se representaba a Cristo portando túnica roja y manto azul, enlazando la parte que refleja la humanidad de Jesús y su divinidad respectivamente. El color resultante de la mez-
Túnica de acantos
Saya y manto de la Virgen
Túnica de San Juan de la Cruz
cla de ambos colores es el morado, uniendo en uno solo ambas partes. El uso de hilos de oro, al igual que el dorado de las potencias, viene a reflejar la divinidad del Señor, buscando simbolizar ese halo o brillo divino. En el caso de la Pasión, la decoración que se entrelaza y
rellena las ricas túnicas bordadas presenta una serie de significados. Entre la decoración vegetal solemos encontrar acantos, muy usados en el arte desde hace siglos, cuya forma representa una planta con hojas largas, en este caso para los cristianos simboliza la eternidad y el dolor del
Túnica de San Juan de la Cruz 31
pecado, pues esta planta posee también espinas, así como las dificultades y adversidades que hay que superar para llegar al camino de la salvación. Los cardos están relacionados igualmente con el sufrimiento y la fatiga, así como con la penitencia. En algunas ocasiones también se presentan espinas, representando el sacrifico del Señor, relacionada con la tipología de planta Ziziphus SpinaChristi, con la cuál según la tradición se realizó la corona de espinas. Otros elementos que aparecen son la cruz y las escaleras, los clavos o demás elementos de la pasión del Señor que se conocen como Arma Christi. Igualmente la presencia de la Flor de la Pasión, por su similitud con las llagas de Cristo, las espinas de la corona y los tres clavos de Cristo, así como el color rojizo de las semillas con la sangre. También podemos apreciar cuernos de la abundancia, conocidos como cornucopias, que representa un vaso con forma de cuerno, repleto de frutas y flores, que hacen alusión a la riqueza espiritual y la prosperidad. En la vestimenta de sayas y mantos de la Virgen María se dan también símbolos florales, en el caso de la azucena como representación de la pureza y atributo propio de la Santísima Virgen. El azahar simboliza la virginidad o la rosas la perfección, los lirios insisten en la pureza y también es utilizado por su forma trefilada como símbolo de la Santísima Trinidad. Se pueden encontrar en las diversas decoraciones las uvas y las espigas ya con un carácter sacramental, el olivo en referencia a la paz o la granada como símbolo de la Iglesia, sin olvidar la palma cuyo sig-
nificado es símbolo de victoria, ascensión o inmortalidad, dicho triunfo también lo podemos ver en el laurel. En otras ocasiones es una temática en forma de animales como el cordero, en relación con el Cordero de Dios como exclama San Juan Bautista a Jesús en el evangelio de San Juan, considerado en la teología fundamental para el mensaje cristiano. El Espíritu Santo representado como una paloma y en el caso del Pelícano como símbolo eucarístico. Este pequeño recorrido, que solo es un pequeño apéndice dentro de la gran simbología que se encuentra en el contexto religioso y en nuestro caso cofrade, nos hace reflexionar sobre la importancia del mensaje que transmiten estos elementos y la utilización correcta de los mismos, así como la necesidad de su uso.
Túnica de Lagartijo 32
La portada
G
Fernando Rodríguez Trenas
onzalo de Ory Carreto nació en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, pero actualmente reside en Sevilla para cursar sus estudios universitarios. Ha estudiado en el colegio SAFA San Luis Gonzaga de los PP. Jesuitas de El Puerto hasta 2014, cuando comenzó el grado universitario de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla, terminando el pasado curso. Actualmente estudia un Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico en Sevilla. Comenzó en el mundo del arte desde muy pequeño, siempre dibujando imágenes religiosas, tema artístico principal que ha ido desarrollando hasta el día de hoy. Actualmente, en sus obras utiliza técnicas mixtas, mezclando el grafito con la acuarela, el collage y figuras recortadas en papel, intentando buscar un estilo más personal, respetando siempre la tradición y aquello que representa en la obra. En la representación de imágenes religiosas busca formas más innovadoras de crear una imagen, sin olvidar la unción y su finalidad como objeto de devoción, respeto y veneración. Recibe influencias tanto de artistas clásicos como de los que destacan actualmente en el mundo del arte sacro y cofrade. Como ejemplo de su trayectoria, ha realizado carteles anunciadores como el de la Procesión del Milagroso Niño Jesús de Praga de la Archicofradía del Carmen Coronada o el Cartel anunciador de la pasada Vigilia de la Inmaculada de la Catedral de Sevilla. También ha realizado el Cartel de la Exposición ‘Joyas de la Em-
peratriz. El Joyero y ajuar de la Virgen del Carmen Coronada de Córdoba.’ celebrada en el Círculo Mercantil de Sevilla. Para el Puerto de Santa María también realizó el Cartel de la Hdad. de la Vera+Cruz y colaborado en actos y diseño de logotipo del 450 Aniversario de la Hdad. de la Soledad. Recientemente ha presentado el cartel de la obra social ‘Piedad de Vida’ de la Hdad. de la Misericordia, también portuense. La portada encargada para nuestro boletín se enmarca dentro del estilo y técnica propios de su autor, antes descritos, colocando en primer plano a Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, coronada de su diadema tan característica, e inspirada en las fotografías antiguas que de Ella se conservan. Aparece sobre peana en forma de nube y la cabeza de un querube preside esa escena inmaculista, de mujer apocalíptica vestida de sol, rodeada de estrellas, y con la luna a sus pies. Frente al altar aparecen sus devotos, representados en la Orden del Carmelo y los hermanos de la cofradía, en este caso una hermana nazarena que, tras acabar la estación de penitencia, se postra ante la Virgen en actitud orante. Toda esta escena se encuentra orlada con flores, y coronando la dicha orla la figura de Jesús Caído. Con el fondo en un rojo sangre de toro, el pintor ha querido interpretar el burlaero en el que los devotos de María se refugian de sus problemas y tribulaciones. Una fantástica obra de arte contemporáneo, perfectamente hilada en la visión tradicionalista de la Semana Santa, que pasa a formar parte del patrimonio artístico de nuestra cofradía.
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Una curiosidad Hace sesenta años José Rafael López Blancas
Todos sabemos que, cada Cuaresma, el pregón de la Semana Santa sirve como exaltación a los días en que conmemoramos la celebración más esperada por los cofrades, la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Si buscamos el significado de pregón, entre otros, encontramos: “Discurso con el que se da inicio a una fiesta popular y se invita al público a participar en ella”. En nuestra ciudad, esa invitación se realiza desde el año 1945. Algunos han brillado por su genialidad, otros han carecido de tal brillo pero han sido potables y otros…han sido tediosos. Cierto es, y siempre voy a defender esta idea, que un pregón define al que lo pronuncia porque, mejor o peor, con más o menos capacidad, te demuestra el nivel cofrade del exaltador. Eso es un peligro. Para el oyente cuanto más se acerque “a su idea” de pregón, más le gustará. Los pregoneros utilizan, normalmente, la prosa y el verso en sus exposiciones, deben ser capaces de transmitir, a los congregados, la emoción y el sentimiento que ansioso espera esa piel de gallina que el momento requiere. Transmitir, comunicar, ¡qué difícil!. Hoy en día tener acceso, o poseer impreso, cualquier documento de esta índole es fácil. Lo difícil es tenerlo de aquellos pregones que, por su antigüedad, no se han conservado o son mínimas las copias 34
“un pregón define al que lo pronuncia”
que han llegado a nuestros días. Por herencia tengo la suerte de tener un pequeño tesoro, llamémoslo así. Los años 1955, 1957, 1959 y 1975 los pronunció un escritor, novelista, poeta y periodista gaditano llamado Francisco Montero Galvache. Aquellos que escucharon sus pregones siempre hacían referencia a las dotes de orador que le caracterizaron, siendo este uno de los motivos que le hacen tener, hasta la fecha, el honor de ser el más prolífico en número de exaltaciones.
Mi pequeño tesoro.
El autor desarrolló su pregón de 1959 en trece capítulos, dedicando el décimo a nuestros Sagrados Titulares. Como podrás comprobar utiliza la prosa y el verso con una maestría y elegancia, al menos para mí, de gran nivel. A continuación voy a transcribir, al pie de la letra, aquello que debió emocionar a nuestros hermanos hace sesenta años.
Francisco Montero Galvache.
PREGÓN 1959
Pero Santa Marina tiene, centrada en su alegría de la Esperanza, un reverso dramático. Cierto, que el Resucitado y la Alegría aguardarán, impacientes, la tarde del Domingo de Resurrección, para llenar de blancura al barrio, rodeando a la parroquia, con el clamor de los aleluyas. Cierto. Pero será después de haberse hecho dura penitencia, dolorosa amargura, en las procesiones que a Santa Marina la nublan de recogimiento. Será una, la del Jesús Caído y la Soledad de San Cayetano. Tres colores la definen, ya lo sabéis. Morado del Jesús; negro de la Virgen; caoba del paso del Cristo. Se concentra, se <<arcoirisa>>, otra vez, el barrio, como en San Lorenzo, y su luz, para adecuar el dolor a las advocaciones. ¡Cómo acerca y une la caída del Jesús Caído! Dio tres, pero con una basta. Lleva los ojos -de un negro noche- caídos en la florida base del <<paso>>. Caídos los hombros sobrehumanamente; más aún de cuanto las fuerzas pueden aguantar. Caído el divino cabello, en dos ríos colgantes, sobre el pecho; caído, exánime, desplomado. Todo está caído en el Jesús Caído de San Cayetano.
No puede hacer nada por Él, la Soledad. Está cumpliéndose la íntegra voluntad del Padre. Ni Jesús ni la Soledad pueden resistirse. ¡Qué buena meditación ésta! Soledad del espíritu para pensar en las caídas de Jesús. Y qué delicadeza. Ni una sola flor se repite en el manto de la Virgen, como si Córdoba le hubiera ofrendado la toda y plena diversidad jardinera de su devoción. Y ya sabéis, Faroles a lo Gran Poder. Guapura a lo Esperanza trianera. Y el toreo de fuste, de gala, lagartijero, inmortal, de rodillas, en gracia y alas de la túnica de Rafael Molina. Y por toda la hermosura de la noche del Jueves Santo, el brío, el ímpetu, el olé místico de las saetas, que desde la Puerta del Colodro a la rampa cayetanista, irán saltándosele y aupándosele, abanderándosele, en las potencias del Jesús y en la cara guapísima de la Soledad. <<Por tu interior desventura. Por todo tu amargo llanto, Córdoba te reza y jura adorarte en la Amargura que tiembla en tu Jueves Santo. >> <<Caído, no, Arrodillado bajo la cruz, sobre el suelo, Caído, no. ¡Desbordado por el amor que ha clavado en tus rodillas, el Cielo!>> <<¡Soledad! ¡Jesús Caído! ¡Sueños de los lidiadores! ¡La medianoche ha querido dejaros el llanto ungido de saetas y de flores!>> <<¿Qué pasa en San Cayetano que todo el templo es Latido? ¡Que es un temblor sobrehumano, Córdoba besa la Mano del Nazareno Caído!>>
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Tras diez años de existencia de la banda ¿podrías decirnos uno o dos momentos especiales que siempre se recordarán? Momentos especiales ha habido muchos, pero por destacar dos de ellos diría que el Vía Crucis Magno de Córdoba fue un día muy especial y muy gratificante y el paso por San Zoilo en el antiguo recorrido dejaba momentos muy cofrades y bonitos de vivir. ¿Cuál ha sido la evolución musical durante estos años? La música ha ido progresando un abismo al igual que lo ha hecho la vida en todas sus facetas. La música cofrade en Córdoba ha pasado a ser un referente muy importante en nuestra capital, desde que comenzamos a formar las bandas a la actualidad ha habido un gran progreso tanto en téc36
nicas para realizar nuestra música como en la organización de las formaciones. En cuanto al número de músicos y las solicitudes de ingreso ¿cómo se encuentra Caído y Fuensanta en particular y las bandas de Córdoba en general? Las bandas en general creo que han tenido y tienen un gran aporte humano, al igual que Caído y Fuensanta, ya que en los últimos años hemos registrado un gran aumento en el número de componentes, de lo que antiguamente eran cuarenta y cinco o cincuenta componentes en la banda a pasar a más de cien en la actualidad. ¿Están asentadas las bandas cordobesas o aún tendremos que ver muchas incorporaciones y desapariciones? En este mundo es difícil predecir, pero la
Banda Caído y Fuensanta Eugenio Novillo “hacer música detrás de un paso implica un esfuerzo bastante grande”
Rafael C. Roldán Sánchez.
realidad nos hace participes de un futuro prometedor en cuanto a las bandas que tenemos en la actualidad. El componente de Caído y Fuensanta ¿es antes músico o cofrade? En este apartado te podría decir que va conjuntado una cosa con la otra, pues el estar en una banda para hacer música detrás de un paso, implica un esfuerzo bastante grande durante los casi 365 días del año ensayando, para luego culminar durante una semana todo el trabajo realizado, es por lo que lleva aparejado un sentimiento grande como cofrade. ¿Siente algo especial el músico de Caído y Fuensanta tras Jesús Caído o es otra actuación más? En general, para los músicos de Caído y Fuensanta todas las actuaciones en las que participamos tienen para nosotros un sentimiento especial y se realizan con mucho fervor, pues tocamos en todas para Jesús en sus distintas maneras de expresión y para mí, en concreto, que toda mi vida ha estado ligada al Colegio del Carmen
donde he realizado todos mis estudios, que toda mi familia es hermana del Caído, que he sido costalero del mismo y ahora músico detrás de él, podrás entender que cada Jueves Santo sea un momento , muy especial e importante en mi vida. Háblanos de proyectos de la Banda para próximos años. Actualmente estamos celebrando el décimo aniversario de la unificación de las dos bandas y estamos inmersos en varios actos que quisiéramos culminar con la grabación de un disco que sería para nosotros el reflejo de un trabajo realizado con mucho esfuerzo y sacrifico durante estos diez años.
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Te encontré sola, al pie del Carmelo
H
Miguel Ángel Lopera Poley.
ay una cuesta en Córdoba que no sólo son piedras ni adoquines; no sólo es una cruz en el segundo de sus
repechos. Hay una cuesta que desemboca ante el Monte Carmelo que San Juan de la Cruz quiso que Córdoba tuviese, pero no es sólo una cuesta. Bajo sus frescos, al final de la Cuesta, como si de una metáfora de la vida se 38
además, tener la enorme oportunidad de decirle un 8 de Marzo, todo lo que tenía que contarle. Fue así, cuando descubrí que Jesús Caído no estaba solo, que había a su lado una mujer abnegada hasta el punto de que la Soledad la tomaría como su nombre, para que su hijo no pasase las últimas horas de su vida. Que Jesús Caído había nacido al mundo terreno de la Matriz de esa mujer adul-
tratase, descansan dos grandes joyas que la Madera y la Gubia de tiempos pasados nos legó para ser el tabernáculo de nuestras oraciones e inquietudes. Frente a la Puerta, presidiendo el Altar Mayor, la virgen de los 16 de Julio, coronada de amor y venerada en el Corazón de los que aprenden a vivir y a saber. Llegas, fatigado de subir la cuesta, y tu alma, tras pedir la venia a la Virgen del Carmen, sabe instintivamente hacia dónde mirar; a la izquierda. Esa recoleta capilla que es capaz de cobijar al hombre que ni la peor de las torturas, ni el peso del tosco madero que lo vence pueden arruinar su rostro de bondad y tranquilidad: al que llaman el Cristo de los Toreros, pero… ¿Sólo eso? Hay una presencia que habla por sí sola. Una presencia envuelta en el negro de su vestimenta, y las tablas de su tocado. Su mirada permanece suspendida en el infinito; su suspiro, contenido; y sus ojos acaban yendo al primer cuerpo vulnerable que encuentran. A Tí. Sólo tienes que sentirla. Pero yo, de primeras, no la Sentí. Craso Error. Lo sentía a Él, a la carne de su carne, cada Jueves Santo, desde pequeño. El Señor salía cada Jueves Santo y en la calle Marroquíes lo esperaba. A la cofradía de mis antepasados. No reparaba más. Pero la vida, y la Madre del Hombre que desde el Cielo rige los designios de nuestras vidas, me dio una segunda oportunidad. Puso a gente en mi camino que, años después de que esos Jueves Santos en Marroquíes se consumiesen en el pasado y en los recuerdos, me hizo volver la cara a esa Cuesta, y no sólo eso, sino
ta y enlutada, que llora eternamente porque su corazón ha sido traspasado por ver a su hijo morir por nosotros. Y que a título personal, todos esos antepasados ya le habían demostrado su amor hacia ella. Y que yo, enamorado y cautivo de su mirada, tenía que ser uno más. Y en la conmemoración de la mayor efeméride que esta hermandad ha celebrado, me dio la respuesta definitiva, el impulso a ser de ella. Las lágrimas de nostalgia de quién un día vistió el hábito nazareno de esta hermandad y volvió a ella años después, tan cerca suya, y el sonido de las bambalinas de su palio. Me hice hermano y fui sus pies durante dos años, pero, finalmente encontré mi sitio, y no fue debajo de sus trabajaderas, si no varios metros por delante. Tapado y en el anonimato. Vistiendo el hábito nazareno muchos años después, e iluminando el camino que ha de recorrer bajo su palio en la última noche de Dios. Y por eso, Señora del Mayor Dolor, los años por ti no pasan, porque el amor de tus ojos no puede cuantificarse en medidas de este mundo. Sólo puede cuantificarse en la fuerza de nuestras oraciones y los suspiros que provocas cuando te tenemos frente a nosotros. Solo puedo darle gracias a Dios por sentirme tan acogido por la gente de esta, mi hermandad, por ponerme en mi vida a la Mujer Dolorosa que he ido descubriendo poco a poco, y que vive en San Cayetano a la sombra del Cristo que se le apareció a San Juan de la Cruz. Dios te Salve, Soledad de San Cayetano.
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Los marqueses de la Mota del Trejo
E
n mi búsqueda de noticias sobre nuestra Hermandad en la presa histórica, un artículo me llamó la atención. En el periódico “El Defensor de Córdoba” de fecha 04 de mayo de 1920, “Para Nuestra Señora del Mayor Dolor. La Excma. Sra. Marquesa de la Mota de Trejo ha sido nombrada camarera de la imagen de Nuestra Señora […] Por la pobreza de la hermandad la indumentaria de la imagen y las andas que la sostienen son anticuadas y extremadamente pobres, organiza una suscripción, figura S.M. el Rey D. Alfonso XIII como primer donante con 200 pesetas y S.A.R. la infanta Dña. Isabel con 125 pesetas, sigue una larga lista de donantes hasta alcanzar la cantidad de 1.074,50 pesetas”. Me resultó tan interesante el artículo que comencé a buscar más información sobre Dña. María Soledad Cabrera TrilloFigueroa y de su esposo D. Carlos Quero Goldoni, noticias relacionadas con nuestra Hermandad, su devoción por nuestros titulares, sus obras y sus aportaciones a nuestra Hermandad. En 1920 Dña. María Soledad Cabrera y Trillo-Figueroa, Marquesa de la Mota de Trejo, fue nombrada camarera de Nues40
Juan Rafael Cabezas Gutiérrez
tra Sra. Del Mayor Dolor. Ya lo fue anteriormente su abuela la Dña. Soledad Fernández de Córdoba y Aguilar, marquesa viuda de Ontiveros. Se inicia en este momento uno de los periodos de mayor esplendor en nuestra cofradía. La primera iniciativa de Dña. María Soledad es esta suscripción, con el que inicio este artículo, para dotar a Nuestra Señora de un nuevo manto y la adquisición de otros ensenes para la cofradía. Además de esta primera lista de donantes relacionados en el artículo de periódico mencionado, también consigue implicar como aparece en otros artículos posteriores a gran parte del Barrio de Santa Marina. Vemos el resultado de esta actividad en la edición del “Diario de Córdoba” de fecha 24 de febrero de 1921. Un artículo titulado “Las Imágenes de nuestras procesiones” nos aporta una información muy interesante “las importantes mejoras que han sido objeto, las imágenes de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Nuestro Padre Jesús Caído […] La primera lucirá un vestido y un manto nuevos (manto y saya) […] ambas de terciopelo negro bordadas en oro, el manto tiene 5m de largo por 4 de ancho. Su bordado se ajusta al estilo
gótico y en él se han invertido cerca de siete kilos de hilos de oro de 24 quilates. […] La confección del manto ha estado a cargo de nueve religiosas del Convento de Santa Isabel de los Ángeles. […] La Imagen de Nuestra Señora ostentará un puñal y una corona que en ese momento está construyendo el orfebre Julio Aumente, unas nuevas andas doradas estilo renacimiento encargadas al tallista Manuel Pino y una candelería adquirida en Sevilla y Zaragoza. Para Nuestro Padre Jesús Caído se ha construido por el artífice Antonio Ambrosio unas andas nuevas de grandes dimensiones”. En el periódico “La Voz diario gráfico de información” del 10 de marzo de 1921
también se hace eco de esta noticia en un artículo titulado “Una obra de arte” de esta forma se refiere al manto que se expuso en la casa Singer de la calle Gondomar. Por otro lado hace mención a un manto anterior al que sustituye y que fue donado por su abuela la Marquesa de Ontiveros. También nos da idea de la gran implicación del barrio de Santa Marina y especialmente del concejal por el barrio José Diéguez Fernández, de la tómbola establecida en las inmediaciones de la Iglesia de Santa Marina y de la actuación, para aumentar los fondos, de una banda militar procedente de Sevilla con elementos de la guarnición de Córdoba para tocar la obra “Batalla de los Castillejos”. Muy interesante por hacer referencia a los estrenos, itinerario y bandas de música es el artículo del diario “El defensor de Córdoba” del 23 de marzo de 1921, con el encabezamiento “La Procesión de mañana”: “El Jueves Santo a las ocho y media de la noche saldrán procesionalmente de la Iglesia de San Cayetano las veneradas imágenes de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Soledad […] el siguiente itinerario Puerta del Colodro, Mayor de Santa Marina, Santa Isabel, Álamos, López Diéguez, San Andrés, San Pablo, Plaza del Salvador, Joaquín Costa, Claudio Marcelo, Diego León, Alfonso XIII, Alfaros, Puerta del Rincón, Conde
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de Priego, Mayor de Santa Marina, a su Iglesia. La procesión irá acompañada por la bandas municipal de música y las de cornetas y tambores del Regimiento de la Reina. La imagen de Nuestro Padre Jesús Caído lucirá por primera vez unas andas con sus correspondientes guadrapas de terciopelo morado y una gran candelería, figurando en ella cuatro magníficos candelabros regalo del devoto cofrade José Flores (Camará). Nuestra Señora de la Soledad estrenará grandioso manto y túnica [...] estrenará toca y corona de oro con piedras preciosas y puñal del mismo metal, andas doradas estilo renacimiento […] Las mismas imágenes figuraran en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. […] Los piconeros se hallan muy satisfechos porque no se interrumpirá la tradición y ellos llevarán la imagen de Jesús Caído, a la que tanta veneración Profesan,” 42
El periódico “La Voz” en su edición del 18 de julio de 1923 insiste en la implicación del barrio de Santa Marina y nos da una idea de cómo sería las fiestas en esos años, pues en este día se celebra la onomástica de Santa Marina y como en otros lugares se celebraba una verbena. El artículo titulado “La verbena de Santa Marina” nos relata el programa de festejos para los días 18, 19 y 20 describiendo así la verbena del barrio: las atracciones, juegos, iluminaciones eléctricas, de gas y a la veneciana, gran cabalgata y La Gran Tómbola iniciada por la señora marquesa de La Mota de Trejo a beneficio de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído. De nuevo es el periódico “La Voz” en sus ediciones del día 19 y del 20 de enero de 1925 el que nos informa de la elección por aclamación el día 18 de este mismo mes de la nueva Junta de Gobierno “compuesta por los siguientes señores: hermano mayor: Excmo. Sr. Marqués de la Mota de Trejo, vice-hermano mayor: D. Manuel Tienda Argote, Secretario: Excmo. Sr. Marqués de Villaseca, Tesorero: D. Carlos Villanueva y González, Vice-secretario: D. Rafael Alarcón Zeedor, Vice-tesorero: D. Francisco Fernández Caparros. Vocales: D. Félix Martínez, D. Francisco del Cerro y Tapia, D. Manuel Belmonte y D. Rafael Flores González.” Es la primera noticia que he encontrado de D. Carlos Quero Goldoni, Marqués de La Mota de Trejo, directamente relacionado con nuestra Hermandad, aunque son muchas las noticias que se pueden encontrar de su actividad profesional tanto en la prensa local como nacional. En “La Correspondencia de España” su edición de 22 de
mayo de 1922 hay un artículo titulado “Las grandes industrias cordobesas” “La frigorífica cordobesa, fábrica de hielo. La Mezquita, fábrica de cervezas”. Nos encontramos ante un gran emprendedor, la importancia de la fábrica de hielo es tal que no solo sirve hielo a Córdoba, “sino también a alguna otra ciudad andaluza […] Málaga recibía el año pasado diez mil kilos diarios […]” Construye cámaras frigoríficas las alquila a una sociedad inglesa con sede en Alicante dedicada a la comercialización de Bacalao, a carniceros cordobeses y a la Sociedad general de Alimentación de España. Para la fábrica de cervezas “La Mezquita” compra la más perfecta y más adelantada maquinaria en Alemania y “se trajo a su fábrica un profesional, un maestro cervecero alemán de reconocida fama y prestigio industrial D. Juan Bachmayer”. Describir las actividades profesionales del Ingeniero D. Carlos Quero necesitaría mucho más espacio, tendría que dedicarle un artículo solo para describir estás actividades profesionales. Puedo adelantar que le vemos relacionado con actividades mineras, compañías de seguros, etc. No quiero hacer muy extenso este relato, pero es necesario destacar la intervención de los Marqueses de La Mota de Trejo en la concesión por del título Real para nuestra Hermandad. Dos artículos nos informan sobre este asunto. El 3 de julio de 1930 el periódico “El defensor de Córdoba” en la columna Noticias con el encabezamiento “El Príncipe de Asturias” continua “El Excmo. Sr. Marqués de Camarasa, Mayordomo Mayor de S.A.R. en Príncipe de Asturias ha enviado atento
oficio a nuestro distinguido amigo Iltmo. Sr. Marqués de la Mota de Trejo como Hermano Mayor que es de la Cofradía de Jesús Caído y de Nuestra Señor de la Soledad […] Comunicándole que el Serenísimo señor se ha dignado aceptar el cargo de Hermano Mayor de la expresada cofradía.” Un día después es el periódico “La Voz diario gráfico de información” en su columna Ecos de la Localidad y titulado “El príncipe de Asturias Hermano Mayor de una Cofradía” nos da la misma información aunque especifica que el nombramiento es Hermano Mayor honorario. Por último en “La Voz” del día 6 de enero de 1931 con el título “La Reina camarera de la cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad” reproduce la carta que encabezada “Palacio, 3 de Enero de 1931 El mayordomo y caballerizo mayor Su Majestad la Reina” continua “Excelentísimo señor Marqués de la Mota de Trejo: muy señor mío y de mi consideración más distinguida […] se ha servido ordenarme Mi Augusta Soberana, les signifique en Su nombre, que acepta con viva satisfacción el nombramiento de Camarera Honoraria de la Santísima Virgen de la Soledad. [...] El Marqués de Bedaña.” Esto es solo un ejemplo de los artículos más interesantes sobre el tema que nos sirve para conocer parte de la historia de la Hermandad en estos años, que servirá como inicio de otros nuevos artículos relacionados.
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Rafael Madueño Luque
Congreso en Zamora
E
l pasado mes de octubre tuvo lugar en Zamora la celebración del VI Congreso Nacional de Hermandades de Jesús Caído, en la que hubo una buena representación de esta Hermandad. En todos los órdenes de la vida es absolutamente enriquecedora una experiencia que te abre los ojos a otras realidades, máxime cuando se trata de conocer otras formas de vivir la Semana Santa y, lo que es común en cualquier caso, el amor y el 44
culto a unos Titulares con la advocación de Jesús Caído, Tres Caídas, la Caída, entre otras. En la bellísima ciudad de Zamora, sólo conocerla merece la pena el viaje, nos juntamos un centenar de cofrades venidos de Castilla y León, Benavente, Jaén, Daimiel, Sevilla, Granada, Arcos de la Frontera, Cádiz, Bilbao, Rota y Totana. Fueron tres días de auténtico disfrute desde la recepción, sobria y hospitalaria marcada por el carácter recio y austero de
los zamoranos, hasta la emotiva misa de despedida. Gastronomía, conciertos, conferencias, recepción de todas las máximas autoridades locales y visitas guiadas jalonaban un programa a veces sobrepasado por la cantidad de acontecimientos. De la importancia otorgada a este evento habla el hecho de que en las dos últimas ediciones (Daimiel y Zamora) se incluyera una salida extraordinaria de la imagen titular al primer templo. Hasta aquí diríamos que sería una pequeña crónica de un acontecimiento más de los muchos que tienen lugar a lo largo del año en el seno de una Cofradía. La cuestión es que en octubre de 2020 ha sido designada nuestra Hermandad como organizadora del VII Congreso Nacional de Hermandades y Cofradías de Jesús Caído. Los hermanos que estuvimos en Zamora recogimos, con el deber de transmitirlo, toda una avalancha de apoyos, emociones y entusiasmo entre aquellos que conocerían por primera vez nuestra ciudad (los menos) y aquellos otros que retornarán. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que vienen de fuera a recordárnoslo. El reto de organizar este evento se inició en el mismo momento de dar a conocer la designación de nuestra capital, con unas acertadas palabras de nuestro Secretario, Rafael Roldán, en el sentido de que “será la única ocasión en la que podrán asistir a una misa en una catedral que a su vez forma parte de una antigua mezquita” y así, desgranando una serie de detalles y peculiaridades innatas a nuestra Semana Santa se selló el compromiso de acompañarnos todas las hermandades allí
reunidas. Ahora nos toca a todos, la cruz del encuentro está en nuestra casa de hermandad. En su parte posterior hay 6 plaquitas con el nombre de las distintas hermandades y ciudades que han organizado los anteriores congresos, la que lleve “Jesús Caído de Córdoba” ha de tener un brillo especial. La junta de gobierno ya ha creado una comisión organizadora que pronto empezará a tomar decisiones. Faltarán manos si queremos que Córdoba se recuerde no sólo por la belleza de la Catedral o el rostro embaucador de nuestros titulares. Harán falta voluntarios, buscar apoyos de instituciones públicas y privadas, ideas y el compromiso del máximo número de hermanos.
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25 DE MARZO:
PAPELETAS DE SITIO
Propiedad y cargos
26 DE MARZO
Primer apellido de la H a la O
27 DE MARZO
Primer apellido de la P a la Z
28 DE MARZO
Primer apellido de la A a la G
1 Y 2 DE ABRIL
Hermanos que no salieron en 2018 HORARIO de 18:00 a 21:00
CIRIOS
20 €
ESCLAVINAS, CANASTILLAS Y PABILOS
20 €
CARGOS
28 €
CELADORES
32 €
DIPUTADOS Y PRESIDENCIAS
40 €
MANTILLAS
35 €
Para quienes no sean hermanos regirán las mismas tarifas, incluyéndose la cuota de 2018 y primer trimestre de 2019. La papeleta de sitio deberá ser presentada el Jueves Santo para poder participar en la estación de penitencia. El hábito nazareno está formado por túnica de color morado y capirote con cubrerrostros negro, cíngulo de color negro ceñido a la túnica a la altura de la cintura con nudo en el lado izquierdo y guanrtes, zapatos planos y calcetines de color negro. Durante el trayecto hacia el templo el nazareno irá por el camino más corto, en silencio y completamente uniformado, incluido el cubrerrostros. Es imprescindible para entrar en la iglesia presentar la papeleta de sitio, que se debe conservar hasta el final de la estación de penitencia. En el interior de la iglesia se seguirán las instrucciones de los celadores y se mantendrá un comportamiento propio del lugar en que se encuentra. Dado que la cofradía tiene que organizarse con la suficiente antelación a la salida, en caso de que el titular de un cargo no se encuentre en su puesto a la hora de entregarse la insignia, podrá asignarse a otra persona distinta. Está prohibido abandonar la procesión y cambiar de lugar salvo en caso de fuerza mayor, lo que habrá de comunicarse al celador del sector. Esta circunstancia se mantendrá especialmente en caso de lluvia, cuando habrán de seguirse las instrucciones con todo rigor. Deben cuidarse con esmero las insignias que se porten y está prohibido manejar el cirio de forma inadecuada, comer, beber, levantarse el cubrerrostros, hablar o utilizar medios electrónicos. Una vez finalice la estación de penitencia, se devolverá el hábito , en caso de ser propiedad de la hermandad, junto con la papeleta de sitio. El incumplimiento de las normas podrá dar lugar a las sanciones pertinentes según el reglamento y estatutos de la Hermandad.
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La estación de penitencia de este año transcurrirá por el siguiente recorrido: San Cayetano, Santa Marina, Hermanos López Diéguez, San Andrés, San Pablo, San Fernando, Cruz del Rastro, Ronda de Isasa, Puerta del Puente, carrera oficial, Cardenal González, San Fernando, Capitulares, Alfaros, Santa Marina, San Cayetano. La salida será a las 17:00, entrada en carrera oficial a las 20:16, salida de carrera oficial a las 21:36 y el regreso al templo a las 0:45. Los hermanos estarán en la iglesia a las 16:00 horas. Los penitentes no podrán acceder a la carrera oficial, por lo que habrán de retirarse en Ronda de Isasa.
M
A Paco Posadas Rafael Madueño Luque
i querido Paco, allí donde estés, que tengo la esperanza de que nuestro Caído te haya reservado un lugar de privilegio, recordarás que ya son 40 los años desde que vinieron a reclutar costaleros a nuestra clase de Religión de 1º BUP (versus 3º de ESO) del Colegio del Carmen. Se trataba de la primera salida procesional de Nuestro Padre Jesús Caído a hombros de hermanos costaleros. Entonces no preguntamos qué tipo de música llevaría, simplemente se asumía que el Caído no llevaba banda. El recorrido no era muy sugerente que digamos: Santa Marina, Alfaros, Tendillas, Gran Capitán, Ronda Tejares y Ollerías. No habría camisetas corporativas, ni costales de diseño, ni zapatillas adaptadas ni “na de na”. Sinceramente Paco, éramos poquitos, bien avenidos, pero poquitos. Hoy…quizás nos hubiésemos quedado solos. Hoy sería una insensatez y bien mirado, aquello fue una bendita insensatez. Los ensayos, todos los viernes desde noviembre a abril, eran reuniones familiares, y es que éramos chavales de 14, 15 y
16 años. Esa voz ronca y profunda de tu padre la tengo grabada impertérrita; ¡qué trabajo nos costaba sacarle el magro para el perol! Pero Don Francisco era un señor y nunca faltó un trozo de carne para el perol de sus niños. Ay, Paco, qué momento aquel en el que estabas de patero y giraste el paso a la que fue su carnicería durante tantos años. Siempre recordaremos la recogida del aquel lejano Jueves Santo del 79. El Señor entró en silencio, sin los sones del himno nacional, pero nunca vi algo parecido. Rafael sacó el paso dos veces y la emoción se desbordó. Cuando salí la gente me abrazaba, estaba un poco confuso, con el tiempo lo entendí todo. Era el principio de una historia que se prolonga en el tiempo y espero que por muchos años. Mi querido Paco, sé que el tiempo hizo que te distanciaras de tu hermandad, pero nunca faltabas a tu cita del Jueves Santo, vuestras miradas se cruzaban jurando un amor eterno que ya ha alcanzado su plenitud; así lo creo, así lo espero y así lo viviré. Tu amigo Rafa Madueño
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En la noche dichosa en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía. ¡Oh noche que guiaste! ¡Oh noche amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada!
San Juan de la Cruz Fragmento de Noche Oscura
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JS
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Banda de la Esperanza Alfonso Lozano “Saeta Cordobesa es la marcha que año tras año más interpretamos en la banda” Rafael C. Roldán Sánchez
Diez años tras Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad. ¿Harías un balance satisfactorio o aún queda mucho por mejorar? Pues el balance es óptimo, especialmente por el vínculo tan importante que se ha creado entre nuestra banda y la Hermandad, donde hay lazos de amistad que han contribuido y contribuyen sin lugar a dudas a que todo sea más fácil. 50
¿Qué evolución observas en el repertorio que se interpreta tras nuestra Virgen? Se le ha dado un giro de 180 grados, evolucionando muy positivamente, a mi juicio. Hace diez años podíamos escuchar tras el paso de palio marchas como “Costalero” o “Encarnación de la Calzada”, y desde hace algunos años la Hermandad ha apostado por la música de calidad y
exquisitez para acompañar a Nuestra Señora del Mayor Dolor en Soledad, incorporando numerosas composiciones de nuestra ciudad, de grandes compositores como Enrique Báez o Pedro Gámez. Qué mejor prueba de la destacada calidad del repertorio que el premio que obtuvo la Cofradía por parte de La Voz de Córdoba a la mejor selección musical tras un paso en nuestra ciudad. ¿El integrante de la Banda de la Esperanza es más músico o cofrade? Hay de todo, principalmente somos músicos, porque amamos este arte. Pero a su vez nos gustan las cofradías y aportar nuestro granito de arena al engrandecimiento de nuestra Semana Santa. ¿Hay mucho movimiento de músicos o la plantilla está asentada? Hay movimiento cada año, aunque es leve. Desde hace varios años hay un núcleo de unas cincuenta personas que han formado y forman parte de la banda ininterrumpidamente y eso nos confiere una estabilidad importante. Nuestra banda es una gran familia y gracias a eso conseguimos con orgullo una enorme cohesión, que es fundamental para nosotros.
la Esperanza. Y por supuesto, con todas las hermandades a las que tenemos el honor de acompañar, disfrutamos de su patrimonio musical en su estación de penitencia. En vuestro caso, “Jesús Caído” es sin duda una de las marchas cordobesas más emblemáticas y su interpretación cada Jueves Santo es uno de los momentos más trascendentes cada año. En mi caso, yo me quedo con las marchas de Pedro Gámez y Enrique Báez, pues creo que ambos escribieron con letras de oro la historia de la música procesional de Córdoba. La Banda de la Esperanza hace un encomiable trabajo de recuperación de marchas cordobesas poco conocidas e interpretadas, ¿a qué se debe el olvido de los músicos cordobeses? Al mal endémico de nuestra ciudad, que siempre ha valorado el arte ajeno mucho más que el propio, cuando en Córdoba hemos tenido a lo largo de la historia, y en la actualidad, grandes músicos y artistas, que en algunos casos han visto frustradas sus carreras porque su ciudad no reconoce su trabajo como debiera. No obstante,
¿Qué marchas son las favoritas de la banda? ¿Y las tuyas? “Saeta Cordobesa” es la marcha que año tras año más interpretamos en la banda, como himno de nuestra Semana Santa. Otras marchas a las que les tenemos mucho cariño son “Tras tu verde manto” o “Una oración a la Virgen”, ambas dedicadas a nuestra titular, María Santísima de
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con el paso de los años, gracias también a plataformas virtuales como Patrimonio Musical, las hermandades han ido tomando conciencia de que la música cordobesa tiene su propio peso específico y poco a poco va dejando de ser anecdótico escucharla. ¿Qué gran sorpresa os habéis encontrado mientras investigabais la música procesional cordobesa? La mayor fue en 2004, cuando Rafael León (anterior gerente de la banda) descubrió en el archivo municipal las partituras de “Un Recuerdo” de Eduardo Lucena, la marcha cordobesa conocida más antigua hasta el momento. Otro dato a destacar, por ejemplo, es el injusto e incomprensible olvido de joyas como “Por una madre” o “Salve Regina Martyrum”, que aunque no han tenido la difusión de “Saeta Cordobesa”, desde hace años han vuelto a sonar en la ciudad que las vio nacer con cierta frecuencia. ¿Podemos decir que la banda ha pasado su etapa inicial y está totalmente asentada o crees que aún queda trabajo por hacer y proyectos que cumplir? La banda está en continua progresión, y queremos que siga adelante mejorando cada vez más. Los músicos autocomplacientes son los que se quedan estancados y no avanzan, por eso nosotros trabajamos mucho y corregimos lo que haya que corregir en cada actuación que realizamos.
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¡Hola amigos!
Por Elena Cachinero
Soy Cayetana, y este año salgo de nazarena por primera vez porque como tengo 11 años, ya soy lo suficientemente grande para salir con los mayores. Mis primos me han dado algunos consejos para el Jueves Santo: Antes de salir de casa, debo comer lo suficiente, quitarme todas las pulseras y hacer pipí para que no me den ganas durante el recorrido. Cuando llegue a la iglesia, no debo pararme en la Cuesta vestida de nazarena, sino que tengo que entrar y enseñar mi papeleta de sitio. Por último, me han dicho que no me olvide los guantes negros, que me porte bien y le haga caso a mi celador. ¡Y levantarme el capirote sólo si es totalmente necesario! Al terminar debo guardar mi túnica en la bolsa con la papeleta, y ¡Hasta el año que viene!
Después de haber leído los consejos que le han dado a Cayetana, subraya en verde lo que debes hacer y tacha en rojo aquello que no debes hacer en la estación de penitencia. Hacer pipí antes de salir de casa Llevar guantes negros Levantarme el capirote para saludar a mis amigos Quitarme todas las pulseras antes de salir Olvidar la papeleta de sitio
B
C
D
E
A. B. C. D. E.
A
1.
Pasatiempos
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2.
Ntra. Señora del Mayor Dolor en su Soledad siempre va vestida de negro. Cada color tiene un significado diferente. Por ejemplo, el negro representa el dolor por la pérdida del Señor. Relaciona cada color con su significado.
1.
Rojo
2.
Verde
3.
Negro
4.
Blanco
A.
Dolor por la pérdida del Señor.
B.
Es el color del amor a Cristo aludiendo a su Pasión. Simboliza la sangre derramada derramada por el Salvador.
C.
La verdad, el amor celestial. Es el color mariano por excelencia.
D.
Color de la luz. Simboliza la pureza, la inocencia y la santidad de vida.
5.
Azul
E.
Simboliza la virtud cristiana de la esperanza. 1B 2E 3A 4D 5C
3.
Rodea en la sopa de letras las virtudes de la Virgen.
HUMILDE - FIEL - MISIONERA - CREYENTE - BUENA - GENEROSA - OBEDIENTE
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Relicario adquirido por la Hermandad para custodiar la lágrima de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad que se sustituyó tras la restauración de 2017