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Rescatan el Polyforum Siqueiros

REscatan el polyforum David Alfaro siqueiros

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número 9. Página 8 Tras 46 años, el Gobierno de la Ciudad de México declara Patrimonio Cultural Urbano de la capital al Polyforum Siqueiros y lo rescatará con una inversión de más de 30 millones de pesos

Javier Pulido Biosca Identidad–es Por allá de 1966 era un atractivo para los capitalinos ver el proceso de construcción del Polyforum Cultural Siqueiros y la obra negra del que fuera el Hotel de México, hoy bautizado con el fachoso, presuntuoso y anodino nombre de “World Trade Center”. Y en la memoria viene la imagen del muro perimetral que se estaba construyendo con pedacería de fierro, rines de carro, trozos de engranes, fierros sacados de la chatarra que eran soldados para integrar ese muro. Los días y las semanas pasaban y el avance era lento. Una tarde, después de haber jugado una línea en el bol Casablanca –lujo que nos dábamos varios compañeros de la primaria cuando salíamos temprano de la escuela–, nos dispusimos a esperar el camión justo frente al muro del Polyforum. Ahí estaba un hombre con pelo cano y alborotado, con la cara cubierta por la careta de soldador y que empuñaba con las manos enguantadas unas pinzas y la varilla del arco voltaico para soldar. Nos quedamos viendo el lento proceso de soldar los trozos de engranes y pedacería de acero. Admirados, veíamos cómo avanzaba el hombre en esa obra por lo demás extraña a la percepción de los rapazuelos que éramos en ese entonces, como de diez años de edad. El hombre se descubrió la cara, sudorosa pero sonriente y preguntó ¿te gusta? Sin saber qué contestar tardé en responder “no sé qué es”. El hombre de pelo cano respondió ¡ya lo verás! Y siguió la tarea de soldar. Eran como las cuatro de la tarde, así que cuando llegó el autobús dijimos ¡adiós! Y el hombre se quitó la careta y dijo “¡vengan cuando quieran!”

Fue muchos años después, ya como estudiante de la facultad, que quise ir a curiosear el interior del Polyforum e ingresé para ver el interior del salón principal. Ese salón que recuerdo oval, con murales por todas las Interior del Polyforum Cultural Siqueiros. La Marcha de la Humanidad

paredes, de piso a techo. En un extremo una figura antropomórfica con las manos en posición pronante y, del lado opuesto del óvalo, otra figura antropomórfica con las manos en posición supina. El resto del enorme mural lo recuerdo como presentando fases de una humanidad en el proceso de trabajar, generar conciencia y encontrar cambios en ese proceso dialéctico. Pero lo importante no es la temática, sino la realización estética. Figuras en bajorrelieve pintadas con colores intensos y con acabado brillante se integran a las curvas de un universo estructurado por la geometría de Riemann y Lobachevsky. Todo en la proporción humana. Un espacio cuyo centro está en cualquier parte.

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