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MAQUINAS MORTALES: UNA ODISEA EN MOVIMIENTO

Dentro de los géneros más recónditos y que componen una yuxtaposición interesante, se encuentra el Steampunk. Antes considerado un subgénero impulsado por artistas y escritores del ciberpunk, hoy se ha traducido en todo un movimiento que aunque parece microscópico, refleja obras y trabajos característicos de su concepto. En el ámbito cinematográfico existen diversas opciones icónicas de la temática victoriana y retrofuturista de este movimiento. Si bien podemos citar a Atlantis: el imperio perdido, Hellboy o La brújula dorada, hoy deseamos mencionar una película reciente, que recapitula la fantasía del Steampunk a una trama un poco floja, pero interesante de conocer dentro del movimiento.

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Máquinas mortales, es una cinta cinematográfica lanzada en el 2018 y dirigida por Christian Rivers. Esta se cuela dentro del género del cine post apocalíptico, mostrando una aventura bastante fantasiosa con una fuerte influencia de los matices del Steampunk. La trama gira en torno a las civilizaciones que viven dentro de grandes máquinas capaces de predominar en un mundo desértico y lúgubre. A medida que avanza la historia, los personajes comienzan a cruzarse con una serie de eventos que revelan los planes malévolos del antagonista (interpretado por Hugo Weaving). Desde persecuciones hasta escenas de acción bastante fantasiosas, Máquinas Mortales esconde razones sustanciosas por las que cuales puede convertirse en una obra destacable dentro del movimiento Steampunk. Una de las más destacadas, son sus efectos especiales. La producción a cargo de varios asociados entre los que destacan Fran Walsh y Peter Jackson (este último implicado en la coescritura de la trilogía El Señor de los Anillos). Las escenas de explosiones y enfrentamientos merecen ser reconocidas dentro de este renglón. La mayoría de las escenas de acción son acertadas y no existe en un primer plano esa falsedad o

—TÚ NO ERES UN HÉROE Y YO NO SOY BONITA, Y PROBABLEMENTE NO VIVIREMOS FELICES DESPUÉS DE ESTO —DIJO ELLA—. PERO ESTAMOS VIVOS, Y JUNTOS, Y VAMOS A ESTAR MUY BIEN. -Mortal Engine, volumen 1

montaje que en otras producciones pueden notarse. Es importante reconocer la atmosfera dentro de estos efectos especiales, puesto que esta característica del Steampunk pudo verse bloqueada, la esencia de este movimiento está bastante plasmada en la trama. Ejemplos de ello podrían ser las reliquias halladas y utilizadas para potenciales armas, la ambientación de las máquinas, la tecnología futurista con la que se desplazan y batallan, la vestimenta y los robots, entre otros elementos. La historia es otro de los aspectos destacables dentro de Máquinas Mortales. Si bien existen algunas incongruencias en las relaciones de los protagonistas, se considera que el fin común y las historias detrás de cada personaje, potencian la lucha y las causas por las cuales buscan una mejoría progresiva para la humanidad. Si bien el reparto no estotalmente reconocido, creo que la cinta en general y los actores se apegan de una manera ambigua, poco sustanciosa pero acertada, a la trama de la película. En líneas generales es recomendable ver Máquinas Mortales, sobre todo si deseas aprender y empaparte de la estética, del significado y de la mezcla interesante que resulta increíblemente fascinante del Steampunk.

LA CIUDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS

En el cine la representación del género steampunk ha sido “escasa”, obviando las adaptaciones de libros que ya eran steampunk o películas tan antiguas como para poder imaginarse estos retrofuturos. En particular, el metraje francés de George Méliès Viaje a la luna en 1902, que tomó como inspiración las historias de Verne, (1865) y de H.G. Well Los primeros hombres en la luna (1901). La cinta posee tintes de lo que hoy conocemos como steampunk.

La invención de la fotografía y la electricidad que se empezaba a utilizar de forma doméstica en la era victoriana sumado al pensamiento científico contra el religioso, cuando Charles Darwin publica El Origen De Las Especies y “los zepelines” las primeras máquinas voladoras, que inundaron el cielo por primera vez. Todo ello hacía pensar que el futuro poseería una tecnología más avanzada, pero partiendo de la tecnología de ese entonces. Una de las películas que se centra en esta estética o género lleva por nombre La Ciudad De Los Niños Perdidos (La cité des enfants perdus) de 1995. Segundo largometraje como director de Jean-Pierre Jeunet, quien se reúne con Gilles Adrien, el director artístico Marc Caro, el experto en efectos especiales Pitof, el fotógrafo Darius Khondji y el famoso diseñador de vestuario Jean-Paul Gaultier para crear un film de cienciaficción y aventura fantástico, cuyo principal atractivo es un impactante atractivo visual. De este modo nos adentramos en un ambiente que navega entre el romanticismo victoriano inglés, el steampunk y las sociedades distópicas. Se desarrolla en una ciudad sombría en la que los personajes viven entre pobreza y hambruna, y donde, además, existe la amenaza constante de la

desaparición de niños. Es a partir del momento en que raptan al hermano menor de One (Ron Pearlman) cuando empieza el recorrido por volver a encontrarlo con la ayuda de Miette (Judith Vittet). Con un tono que juega entre lo infantil y lo extraño, esta historia cuenta con momentos de suspenso y tensión junto con escenas cómicas y absurdas. En una torre petrolera, vive el malvado Krank (Daniel Emilfork), quien es incapaz de soñar y debe recurrir al secuestro sistemático de niños para usarlos en sus experimentos y robarle sus sueños, los cuales son pesadillas recurrentes ya que él mismo se ha transformado en una figura monstruosa para la infancia del lugar. La ciudad de los niños perdidos funciona gracias a lo cautivadora de su imagen narrativa. No siempre la historia resulta coherente pero, durante el transcurso, es compulsivamente mirable. Un ejército de ladrones ciegos dotados de ojos cibernéticos, fenómenos de circo, un cerebro que habla dentro de una pecera, una mujer diminuta, clones con narcolepsia y malvadas siamesas; son personajes complejos y difíciles de olvidar. Este es un mundo tan bizarro como violento. Quienes la pasan peor son los niños, que son maltratados por su captores. Básicamente puede ser vista por toda la familia, pero tiene momentos bastante perturbadores. Como esa primera escena. Donde un hombre que no es aterrador por su físico, sino por su vestimenta de Santa Claus rompiendo toda memoria infantil con su canto, sus movimientos toscos, su aspecto grotesco queriendo robar los sueños de los niños y retenerlos en su guarida. Con un fascinante uso de la luz, el acompañamiento musical de Angelo Badalamenti y un increíble elenco de actores, hacen de La ciudad de los niños perdidos toda una experiencia audiovisual.

NO SABÍA SOÑAR, JAMÁS PUDO TENER UN SOLO SUEÑO, NO ES POSIBLE IMAGINAR CON QUE RAPIDEZ ENVEJECÍA, PUES ERA EL MÁS INFELIZ DE LA TIERRA.

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