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El rebozo
Silvia Aquino López
Xochimilco,
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México
Rebozan en cofre de madera del dotado ebanista de la villa los rebozos, todos, de la abuela. Está el púrpura para misas que envuelve la cabeza consagrada; está el negro del velorio y los entierros en el pueblo. Está el blanco de las bodas llenas de pureza y alegría; está el atigrado para la fiesta que ha de lucir el Rey del baile. Está el bayo blanco amarillento para el helado de domingos; está el zaino muy castaño para el trabajo en el campo. Está el rebozo de bolitas, tan simple, tan sedoso, para abrazar a un hombre. Está el más querido, de amapola, el confidente y colorido del alma, el que envuelve a los niños y apacigua con enorme ternura; es el rebozo divino y colorado de la ferviente sangre de la madre que hace valientes los corazones todos.