Poetas sin Fronteras
III Reto Literario “Hojas Otoñales “ 6 Diciembre 2015 Año 4 Ejemplar No.19
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JUNTOS HASTA EL FIN MIGUEL ÁNGEL LLINAS GONZALEZ MÉXICO Míranos, sonriendo al otoño con lágrimas en los ojos. hojas pardas caen sigilosas del cielo marchito y nos consuelan brevemente al ocaso. La humedad del viento palidece nuestros rostros y viene a la mente el recuerdo de … nuestro espíritu indómino olvidado en algún rincón. Tu y yo entregarnos a la simplicidad de este paisaje preñado de dudas (¿qué más nos queda?) Aferrarnos a este Frágil lazo que nos une y nos separa. Al cantar de los pájaros lejanos donde recién florece la primavera. Tomo tu mano fría, la estrujo, fallido intento por darte calor. Beso tus labios adormecidos …No responden (qué más me queda?) Las fuerzas me abandonan entregándome al sueño profundo donde seguro me esperas.
NUESTRO ÚLTIMO OTOÑO Alejandra Abrahan Argentina Quedaré a vivir toda la vida Sobre ese banco del camino En aquel abril sin flores Donde tus ojos tristes Se vistieron de otoño Donde tu voz silente Se tiñó de lluvia. Bajo aquellos añejos árboles Marchitos y cansados Como mi espíritu sin anhelos. Me quedaré a vivir Los últimos instantes Entre colores ocres y naranjas. Me quedaré a vivir En tu preludio de invierno Con cuerpo de ramas secas En ese atardecer naranja Entre tu pelo y mi deseo. Me quedaré a vivir Con el fantasma de tu amor En el rincón cálido De una hoja muerta De aquella hoja muerta Pisada en tu partida.
CON DIOS A LA MESA Isidoro A. Gómez Montenegro. México Estás conmigo transparencia del espacio. Aire, silencio, mujer estival despierta en mar de luz. Dormida caracola. Labios despiertan en abetos, rumor de hojas ascienden en oleaje. Cuerpo desnudo, dormido acuario, peces bermejos al despertar el día. En luz absorta espuma invisible. Anticipo de otoño, capullo en flor se abre a la vida en transparencias del aire.
Brotan arpegios, vibra el cielo, mi canto, mi voz crece ligera sube el tono alcanza la esperanza; gritamos recuerdos y verdades. Derramo esencias en tus párpados. El silencio calla, día y noche anegan olas tus cabellos desliados al viento. Lirio ardiente, el otoño incendia tu cuerpo rompe muros; presencia tus formas embriagantes. Destierro la cólera, la alegría aparece cual violín intocable. Noche de nocturnos, isla en hoguera, llama innocua. Collar de fuego colocas a la noche. Entre rostros impávidos, pira de cenizas, fuegos fatuos.
Espejos de humo muestra rostros, trazos ocres. Deliciosa tierra habitada de goces, lentos astros descienden, cuerpos se iluminan. Las almas resplandecen, Se funde alma y carne. Deposito el alma al Supremo creador. Ola retirada borra el tiempo, el cuerpo se divide; lo encarnizado se olvida. Solicitamos la fuerza del corazón. Signos sobre agua, día de vida perdurable; paraíso e infierno. ¡Pienso estar con Dios a la mesa!
MIS ESTACIONES José Libardo Anzola Venegas Colombiano Llego el otoño a mi vida Así intempestivamente Lamente tardíamente Mi juventud ya perdida Fue corta mi primavera Solo un leve parpadeo Ahora con tristeza veo Era una falsa quimera. Todo aquello que no hice Lo que jamás realice Bastante no me esforcé En obtener lo que quise El libro que no escribí Ese hijo no nacido Ese fruto no obtenido Del árbol que no sembré. Mi verano fue grandioso La vida en su plenitud Amor bienes y salud Qué momento más dichoso Solo que duro muy poco Como ocurre con lo bueno Todo es prestado o ajeno Nada es eterno tampoco.
Y ahora al otoño llegar Cuando mis sienes blanquean Aunque muchos no lo crean Tengo miedo de fracasar Quisiera a mí el otoño Como al árbol me llegara Y mi follaje cambiara Para volver a empezar. Desprenderme de muchas cosas Que son como hojas muertas De fantasías inciertas Que no se realizaran Valorar lo que en la vida Dios a Diario nos concede Sabiendo que si se puede El volver a comenzar.
NIÑA DE OTOÑO Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México A paso lento caminas por el universo que te ha preparado uno, de hojas multicolores, son segundos del otoño que se deshoja entre colores naranja, café y ocre. Ataviada de destellos de topacio, sutil y perfumada por el viento, es tu piel lozanía perfecta y tus risos listones dorados. Vuelan las mariposas monarca, y los cocuyos cantan, en el río las ranas croan su himno de media noche y crujen en tus pies hojas de una estación perfecta. Los arboles susurran al viento tu belleza para ir impregnándolo en sus vórtices, con lluvias y tormentas, el tiempo se deshoja Caen la ramas de los arboles tejiéndote una corona, eres la princesa de sus bosques, y de sus cuentos. Es tan bello tu entorno que descansas sobre hojas naranja y ocre, y miras el cielo perfecto cuando se viste de universo. Y susurras sutilmente al otoño que dormirás…mientras dure el invierno.
SUEÑO América Guerrero González México ¡Sueño que soy feliz! Que no vivo el otoño… soy eterna primavera. De sonrisa perenne y pájaros sonrientes, La eterna joven… reina de tu imaginación. La del espejo que miente… tu diosa voluptuosa, tu sirena lacustre. La que parió al poeta al despertar su inspiración. La que da libertad a las tristezas con la palma de la mano. La de silueta inmaculada y contornos soberanos. La que va mas allá de tu piel… La que espera ardientemente en el lecho tibio a que las musas mueran.
LOS ÁRBOLES SE VUELVEN NUBES EN OTOÑO Ángel Eduardo Valenzuela Ruvalcaba México Recostado junto a ti, en un suelo bicolor De este espacio que nos regala pureza, Se que puedes regalarme arte, Convertirte en musa y en locura. Me gusta q tu imaginación se manifieste, Que tu mirada infantil se sorprenda Y que tu voz describa eso que no observo, Que con tus palabras otorgues vida A las hojas secas que caen ligeras Aceptando que deben matizar el suelo Donde las nubes tienen sus raíces. Aquí me has traído, a un lugar mágico, Un sitio en el que podemos cerrar los ojos, Y aun así captar sombras y destellos, Siluetas que atraviesan los parpados Fluyendo y transformándose en luz, En iluminación y en creatividad viviente. Me gusta que digas que el cielo es naranja Y que cambia de color cada estación del año. Que puedes tocar las nubes y escucharlas Cuando el aire las acaricia y las hace cantar Entre aleteos y murmullos angelicales. Te pones de pie mientras extiendes tus brazos, Observas al infinito, y tu visión parece perdida, Pero en realidad la saludas a ella, A la infinita creación de la naturaleza.
Me gusta ver tu cabellera enmarañada, Semicubierta por pequeñas basuritas, Pequeñas hojas que se saben marchitas Y que vuelan cuando tus dedos las remueven. Puedo apreciar una lluvia que no moja, Me has contagiado de tu inspiración, Aquí en el bosque, donde llueven hojas, donde los árboles se vuelven nubes en otoño
LETRAS OTOÑALES Graciela Soto Felípez Uruguay-
Ayer...ella lucía en su cabello florecillas, y yo no comprendía… Ayer… mi juventud, la bautizó primavera. Todos los días acudía a clase con maquillaje, de coloridos tonos. Dictaba la clase, de idioma español. Su aparente edad, daba la apariencia de edades otoñales… Bien digo ayer… muchas hojas cayeron de los árboles. Hoy ya mi edad, recorrió la adolescencia, como así también, recorrió a la juventud. Hoy comprendo a su peinado ella quedó aferrada a su primavera. Cada flor, era cada año de su espera. Los malvados, talaron a su alegría, a su retoño le robaron… a su pimpollo amado, por ella gestado. Mucho de lo aprendido, por ella enseñado… me llevan hoy, a intentar llegar a vos, por medio, de estas letras otoñales.
OTOÑAL PASIONAL OMAR EFRAÍN MARTÍNEZ MEZA. Ecuador. Cual hoja se desgaja, así te desprendo tú ropa en el acto otoñal, dentro de mi cabañal. ¿Quién dijo que todo desprendimiento? Es un gran acontecimiento, solo cuando es entrega total, vivirá el recuerdo natural. ¿Qué todo tiene que caer? Y saberse levantar de las cenizas debe crecer con más fuerza el amar. Un amor después de la otoñal desnudez, es un querer sin critica, porque lo vivido es la oportunidad única de haber llega con brillantez. "Al mérito de una digna vejez".
LA FLOR DE OTOÑO Deorinda Vallecillo Guerra España Otoño que soñar me haces al contemplar en el suelo, una bella alfombra de hojas como suave terciopelo. Que deliciosa ilusión la nieve pasa velo, mi alma admira la belleza de los pocos en su vuelo. Y el corazón en su latido suspira y se funde el hielo, otoño que soñar me haces no te vayas que me pierdo. Por que la noche es mas larga, y mas cortos los paseos, y mi pueblo huele a gloria, con su tomillo y romero. Con esa tierra mojada y su musgo placentero, esos vientos otoñales y en mi hogar olor a leños. Y me da tiempo a escribir a leer placido y lento, hasta rezar el rosario porque lo siento aquí dentro. Solo queda en el jardín sola, fría y en silencio la flor de la buganvilla, triste su morado intenso. Triangulo de tres hojas, que son misterio en el tiempo de cuando acaba el otoño, y da comienzo el invierno.
“HORAS MUERTAS " Patricia C. Cervantes Domínguez México *amor prohibido* Frente a una vida ya resuelta Te miras ya con años mozos Tu experiencia para mi es bella quimera Y estar yo junto a ti es tan hermoso. Hablas de la vida cual supieras Que cada instante que viene, es de mas gozo... Para ti soy color de primavera, Y tu para mi abedul pero en otoño. Eres mi abedul blanco plateado Que tienden con el sol a verse grises. Y ni las horas muertas de tus años Le robarán a tus hojas sus matizes. Jamás pensé estar a tu lado O que me regalaras momentos tan felices... Que con tus ramas tan flexibles me abrazaras, Curando en mí las cicatrices. Eres mi otoño en primavera Fruto de un amor casi imposible. Juntos tu y yo mirando el cielo Recostados en cama de hojas secas... De las diferencias siendo esclavos, Pasamos ya los dos horas desiertas. Siendo amos del bosque solo en sueños... Juntos no tendremos ya... ¡más horas muertas!
OTOÑO María Estela Rodríguez Argentina Oro en los campos bajo los árboles el sol se vuelve perezoso para salir por las mañanas, y se tiñe el suelo de ocres, amarillos y lacres. Otoño… la quietud de largas noches frías. una estación melancólica que, Inspira a los poetas a escribir poesías. Las cigarras, guardan su violín para volver en una nueva temporada, Las luciérnagas, parece que se apagan, apagan su luz en las noches frías. Las últimas rosas de otoño se resisten a dejar los jardines sus flores castigadas por el viento aún sueltan su perfume. Las hormigas en su afán de guardar para el invierno van y vienen con su carga trabajando más y más. Todo tiene su encanto, cada estación del año aún, aún cuando el invierno llega.
RECUERDOS EN OCRE… José Rafael Rivero Venezuela
Se desborda el recuerdo infinito que te trae a mi mente, venciendo el sonido de las hojas bajo mis pies, recorriendo el otoño en tu ausencia. Se delinea la sonrisa de la ocasión, con vivencias caídas en tus cabellos, acariciando amores que se entregaron atemporales en el delirio. Se diluyen los besos y las miradas, fundidas sobre mantos amarillentos, entre sonrisas cómplices que delatan este sentir profundo, alojado en memorias sinceras pero lejanas. Y se fueron venciendo los minutos de un atardecer que anhelaba convertirse en noche, mientras el suspiro terminaba el lienzo en mi interior y el verso se teñía de dorado. Así los amantes entre letras dibujaron su deseo, con la mirada perdida en el otoño y reencontrada en el amor, con prosas alegres marcando el inicio de una hermosa primavera que a lo lejos ya comenzaba a anunciarse… más allá del ocre…
SEPTIEMBRE Ricardo Cano Veracruz México Neblina: el fuego de la vida consumiéndose detrás de los ojos Las hojas secas crujiendo bajo los tenis en el parque Juárez Es la juventud sublime encuentro de los hambrientos que no saben dónde ir. De frente: el horizonte incierto Las ganas de reír para vencer la muerte Guarecerse en la miseria bajo el puente xallitic Bajar por calles escarpadas buscando siempre aquel olor a yerba dulce Flores secas, libros viejos y ese árbol del que fuimos fruto o quizás gusano.
OTOÑO ENAMORADO Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México ¿Acaso un otoño no puede enamorarse de un verano? Yo diría que sí, pero ellos dicen que no. Pero… ¿Cómo hacerles entender? Si en eso de las leyes no hay nada escrito en el amor. El otoño esta irrevocablemente enamorado, se aprecia agonía en su sufrimiento; solo una vez al año pueden estar fusionados, cuando llega la transición de estación del tiempo. Solloza, suspira y gimotea, cuando recuerda la atrevida lluvia de su amada; Se enciende el otoño de forma apasionada… ¡Al evocar su ardiente calor en la alborada! He visto su tristeza y sufrimiento, la manera en que sus lágrimas va regando, con forma de hojas doradas que caen con el viento, y que una alfombra tapizada a su paso va dejando. El amante circula con su viento susurrando, a los árboles en sus copas recorre acariciando, ¡Y les habla de su amor!, ¡Que es el verano! ¡De la maravillosa frescura que obtiene en su regazo! Añora tanto volver a estar con ella; ¡atesora en su mente cada momento que recuerda! Asiduamente todos los días va contando Hasta que vuelva a reunirse con su estrella.
Y es que el otoño es un aprendiz enamorado, que al invierno como ejemplo ha seguido, porque desde inicio de los tiempos es bien sabido… ¡Que el invierno y la primavera se han unido! El amor entre el invierno y la primavera es su musa, puesto que llevan amándose por siglos; y apenas el otoño tan solo pretende… ¡Llegar a alcanzar una pizca de ese amor prodigio! ¡El irreverente enamorado otoñal! ¡Perfecciona la forma de amar! Porque nos enseña que el amor puede habitar, ¡en la distancia que no los ha podido separar!
OTOÑAL Zoraida Puentes Gómez. Cuba Fue ayer que nos amamos locamente y reímos tumbados bajo la enramada verde apenas un suspiro y el tiempo ha pasado, ahora yo estoy sola y tú estás ausente... Melancólicas, las hojas del otoño fueron cubriendo aquel sendero de ilusiones. Los árboles desnudos, tiritaban como hombres, desprovistos de alegría, tan llenos de nostalgia como nuestros corazones... Pasaron en la espera tantos años, que mi pelo cambió a blanco lentamente y en el suave declive, la pendiente llevaba a la esperanza cuesta abajo... Hoy he vuelto a andar aquel camino bajo el sol dorado del otoño en la tarde las hojas orlaron mi vestido, algunas se prendieron a mi talle y quedaron allí, como al descuido, tal como hacía tu mano acariciante... Entonces pude ver que no te has ido, y que así como el otoño precede al estío, para siempre vivirán tu amor y el mío, aunque yo sea ya vieja, y tú estés distante...
SUEÑOS BAJO EL ATARDECER Ángel Arango España Susurrante y llameante estela de hojas crocantes, Crean un manto anaranjado, amarillo, café, Alfombrando suavemente el paisaje de antiguo verde vibrante; Es tu cuerpo el que yace sobre aquel lecho con mirada añorante, Se pierde sobre el cielo de un azul infinito y compuesto. Mientras cae la hoja danzante de viento en un zig zag etéreo, Poseyendo el calor perdido de la ya marchita primavera, Anunciando en su caída el sin retorno del frío y atemorizante invierno, Bosque de muerte lleno de vida que juega con radiantes colores de alegrías y melancolías... Tus párpados caen suaves como la danza de las flores sobre el viento, Y en el brillo cálido de tu mirada se pierde la agonía de toda batalla, Suave sonrisa pura y honesta de diversión y armonía; En tus pupilas se dibuja el eterno otoño naciente de tus veranos perdidos. Ni infancia, ni vejez estado puro entre una u otra, Donde no perpetúa el calor, ni el frío congelante, Estado intermedio de una estación perfecta, Y las gotas de lluvia que caen arrancadas de tus ojos en amargos momentos, Son las últimas y cristalinas lágrimas ocultas.
Porque en tu rostro siempre hay esperanza y sabiduría, Adiós infancia de primavera de juegos, adiós adultez de verano ya consumido, Bienvenido sea el otoño de madurez aprendido. Peldaño primero antes de una vejez honrada de invierno; Para llegar al nuevo ciclo de vida donde el último aliento expira, Y comienza la rueda un nuevo girar con nuevas expectativas de vida. Juega con las hojas de escarcha de vivencias ya caídas, Escuchando su crocar al ser pisadas con risas, diversión y alegría, Llena de ilusión todo sinsabor y de bendiciones la desdicha. Y entrega el beso cálido de mis labios rojos de esperanza que aun exhalan verano, A los labios sabor a otoño de mi amado lleno de dicha y enseñanza. Que su corazón me llene de plenitud, encanto y calor sabiamente guardado, Y mi juventud dolida y carcomida por el viento de vida, Le aprenda, le vea y le ame aún en esta sutil lejanía. Déjame perderme en su mirada y llenarme de su brisa cálida… En aquel mando donde caen las hojas de sus recuerdos inmaculados; Naranja, amarillo y café contrastando contra el azul adolorido, De mi corazón que late lleno de vida cuando le ve.
POR EL CAMINO DE MI VIDA Santa Velia Flores B. Sabinas, Coahuila, México. En este caminar he meditado, siendo cada paso reflexivo las acciones indolentes que entristecen tan insanos actos de la gente. Egoísmos e intereses apadrinan a un prójimo que ya no importa, continuo lamentar por todos lados en esta realidad que atemoriza. Latires disparejos en los pechos ansiosos de una calma que lejana se vislumbra como oasis en desierto tal vez engañados por la mente deseando una realidad mas llevadera donde renazcan flores y esperanzas, mostrando un color pálido en sus pétalos tal vez de miedo y de tristeza. Sabiendo de su entorno tan riesgoso son valientes de enfrentar esas tormentas ellas deben cumplir con su propósito a costa de caer hoja por hoja. Con su efímera presencia aromatizan y deleitan los lamentos de la gente queriendo hacer eterno cada instante. Hoy, camino al ocaso de mi vida siento lejanos albores en mi espalda satisfecha de haber librado tantos retos que dejaron sabor amargo-dulce en mi boca. En este otoño de mi vida recuerdo aquella flor atormentada al viento plantada y tan segura está en este tiempo.
MIRANDO AL CIELO Montoya Vázquez José Iván País México Mirando al cielo descubrí quien era que quería A donde iba, mirando al cielo susurre en voz baja La pequeña nota, su voz sus versos y sus alegrías Descubrí la paz y me aleje de la melancolía Mirando al cielo, postre mi llanto mire su encanto Cerré los ojos recordé su manto, la deje escapar La deje brincar a otro espacio otra vereda Otras tierras, pero en mi pisaba Su amor me marcaba, como el olaje del mar Marco mi pecho, marco mi ser Marco mi llanto y se tatuó en mi piel Mirando al cielo la recordé y decidí escribirle Decidí llamarle como ningún ser Decidí llamarle bendita mujer.
HOJAS DE OTOÑO Montoya Vázquez José Iván País México Marchitaron las hojas con el tiempo Cambiaron los vientos de mi ser Se marchó abril en primavera Verano tuvo que atardecer Con la naturaleza en la fuerza llego otoño Pintando las hojas de una bendita mujer Dama y amante compañera Manjar para los ojos en el atardecer Los anocheceres fríos y excitantes Los cuales se derrochaban en su piel Su sabor a miel de maple, consumían los arboles En su querer, siempre la llame por su nombre Rocío era para mí, con sus labios en otoño pardos Y su aroma a exquisito jazmín La consumí como las hojas en otoño ella era simplemente así Y hoy en mi invierno la recuerdo, hermosa y bella ella fue así.
BUSCANDO UN CIELO. Eliza Azamar Ochoa Veracruz, México. Tomo tu mano cálida, mía, ansiosa; respiro la atmosfera otoñal, embriagante, nostálgica; me visto de sus colores. Cruje el suelo bajo nuestros cuerpos, nos arrulla el zumbido de la hojarasca y asidos por un mismo corazón a través de nuestras manos, pensamos, reflexionamos, cavilamos acerca de nuestro destino más allá del sol. Le pregunto al Cielo ¿Hacia dónde se va el amor cuando cambiamos de paraíso?, ¿cuántas vidas tiene? Te busco entonces en ése lienzo iluminado por el sol que ya agoniza y descubro que ya me esperas. Ya casi llego amor; Solo suelta mi mano...no temas.
Muchas gracias a todos los participantes al 3er Evento Literario “Letras Otoñales “ Por su dedicación y esmero
Ramón de Jesús Hernández Olivares Director y Editor