POETAS SIN FRONTERAS DICIEMBRE 2017

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Poetas sin Fronteras

Diciembre 2017 AĂąo 5 Ejemplar No. 41


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Ciudad de nostalgia América guerrero México Al escribir sé de antemano que cada lector interpretará lo escrito a su manera, según la precepción que tengan, podrán imaginar los reflejos del Sena o del Coatzacoalcos, usted logrará su conclusión coherente. El texto está abierto en la ambigüedad del lenguaje. La ciudad de la nostalgia podría ser París o ésta. Ciudad de la nostalgia, se refleja en el río que la circunda, ciudad donde el arte, la intelectualidad, las corrientes literarias y teatrales fluyen de manera estrepitosa la hacen un lugar irresistible, atractivo, cautivador de sueños, donde la fantasía se desborda a criterio del lector. Las golondrinas de la tarde traen melancolía, suspiros del corazón, recuerdos del alma, sonrisas de infancia, lágrimas invisibles, la brisa humedece el silencio, silencio que camina descalzo en noche de luna, la lluvia canta sus notas, ecos perdidos de dolor, dolor extraviado en el tiempo, alma forzada a la soledad, soledad entre la multitud. Desde la ventana del pent-house el artista contempla los reflejos del río que corre impasible, divisa los tejados de la ciudad, las luces de las torres hasta donde da la vista, la ciudad se sumerge en colores que él quiere llevar al lienzo, a


la hoja, al mármol, al barro, combina los colores con los reflejos del río paradisiaco que posee con la mirada, son reflejos de amor elemental. Se embriaga ego y conciencia, muere la humildad, el artista se pierde fácilmente dentro de sí mismo, fragmenta su imagen en pedazos de espejo, sufre mientras otros somos felices, hay quienes solo conocen el sufrimiento y la pasión les quema, otros tienen sueños imposibles, lejanos cual estrellas. Gocemos en la esperanza mientras otros se ahogan en una gota de rocío, disfrutemos de la luz en medio de la oscuridad. Descubriremos la belleza si tan solo miramos con el alma, dejemos de condenar y perdonemos, hay sentimientos que nos llevan al infierno, a pesar de eso, existen caminos que nos transportan al Universo. Existen palabras simples que al unirse hacen poesía, descúbrelas en ti. El sol baña nuestras penas, bañémonos en los reflejos del río para que se las lleve. Exaltemos, cantemos a la ciudad de la nostalgia, deambulemos por sus calles que enamoran.


… TEORÍA Bernardo Cortés Vicencio “Clandestino” Papantla, Ver.

Alguien inicia una sesión sagrada, bestial, forma una estrella, algún modismo tremendo, satánico, infernal, alguien blasfema, antes /sin yo saberlo/ La consistencia del volumen tan empírico, tan conocido, lo contradice, el Mundo hiberna al calor de la única especie, alimentado con una mercancía zootecnista, /ya está acostumbrado/ Pensaba que el espacio era tener noción de los objetivos y el movimiento, un mapa espacial sobre la cercanía del lugar, en la hoja, en el libro, que le permitiera filosofar como Kant, y empezó a experimentar con los mamíferos, con las ratas, y la cercanía de los Hechos. En su aliento de feto magullado, no reniega la ponzoña armónica de sus mitades, acaba de nacer con una ruptura, con ese rompimiento en el reflejo.


[me ha visto en la sequía cuando mojo mi carencia] Tengo el lápiz con una gangrena de vocales, no las borro / no te borro/ repito los errores, cuando les cierro los ojos, y los encuentro en mi libro. Algunos dirán que la poesía ha sido estancada, que no hay nuevos giros, no tiene progreso, se quedó en su propio eje de rotar, /de rodar/ en su estilo radial y género tan anticuado. No lo sé, solo veo la bisexualidad de la célula, dotada de energía propia, / a la teoría sensible del núcleo/. Algunos vendrán a ovular, alguna frase, algún concepto [a contradecirte]. Yo tengo la superstición arbitraria, darle al ángulo, un gesto, un gusto, que represente un signo interior, [el efecto constituido, placebo]* /el conjunto algebraico de la expresión/. Los teólogos literarios darán su doctrina, un método, un sistema o secta el pequeñísimo embrión tendrá sus consecuencias… …de mutar


SINCRONÍA CLAUZBETH CASVEL México No siento lo mismo que tú. Eso es verdad. Pero nuestros corazones se sincronizan, en esta realidad. No logro sentir el dolor que tu habitas. ¡Claro está! Pero mi alma y mi piel se eriza, cuando en tus ojos mi reflejo va. No puedo cargar tu dolor. ¡Lo entiendo al fin! Pero se estruja mi ser en demasía, al verte padecer allí. Permíteme sostenerte un poco, una vez más. Mi pulso se agita tembloroso, a la brevedad. Hay palabras que no se dicen. Escondidas en la eternidad.


Porque duele mucho pronunciarlas, pero allí se quedarán. Quiero que sepas que te amo, Y aquí estaré yo para ti. No me iré a ningún lado, te acompañaré hasta que sea el fin. Estruja mi mano cuando caigas. ¡No dudes resistir! Pelea con toda fortaleza… ¡Lucha por sobrevivir! No temas cerrar tus ojos, al despertar me verás a mí. Te admiro y te agradezco tanto… ¡Por enseñarme la grandeza de vivir!


Madrugadas Cristina Marino ( Lola Vara) ARGENTINA La distancia se impuso Madrugadas vacías. Esta invasión de soles Que no brillan De lunas opacadas Como una vela tibia. Como un trinar de pájaros Me arrebatan. Como mármolada lápida Se me quedo la boca. Los ojos… como ciegos. La noche es un ensueño De hogueras que murieron. Perecieron alondras En pasajes sin tiempos.


NO ME BUSQUES Cristina Marino ( Lola Vara) ARGENTINA Cuando la arena / se impregne del salitre/ no me busques/ cuando en el horizonte manso/ el sol se haya adormecido/ no me busques. Si aún después/ de tanta ausencia/ tus pensamientos/ me traen hasta tu puerta/ no me busques. Sólo observa / entre tus pasos sigilosos en tus pupilas acafeinadas/ entre las cosas simples/ en tus paredes blancas/ allí en tu hombro/ al caer la madrugada/ en el abrigo de tus mantas/ sobre tu almohada/ en el rocío/ de tu piel mojada/ en el café de la mañana/ en algún viaje/ donde invadan/ los silencios/ al caer la tarde. En el color abordonado de algún vino/ en el borde de la copa/ que rocen tus labios peregrinos/ en las huellas / que nunca dejamos/ al borde del camino/ en las sombras/ que jamás vimos. No/ no me busques/ porque yo… Nunca me he ido.


PESADILLAS DEORINDA VALLECILLO ESPAÑA Tengo espinas en el alma penas en el pensamiento, que tristeza mas amarga mis suspiros son lamentos. Un corazón dolorido que muere de sufrimiento, escribo desorientada Señor, para este tormento. Que la luna se ha ocultado entre nubarrones negros, mi musa se fue volando y me ha dejado sin versos.


LOS OJOS DEL ALMA DEORINDA VALLECILLO. ESPAÑA Por favor mirarme leer en mis ojos, llenos están de tristeza, es una amiga sádica que la llevo dentro. Cobijada en la amargura sin sonrisas. ni esperanzas, la vida sigue su cauce a veces nos da la espalda. Yo se que es difícil disfrazar la tristeza, yo la guardo muy dentro, dejo que se haga ceniza en la hoguera febril del paso del tiempo. Y mi alma me habla no escribas lamentos, que quizás sea un mal sueño,


tus ojos dispensen caricias y las penas se las lleve el viento. Alma mĂ­a seguirĂŠ tu consejo, a mis males buscare remedio el corazĂłn se vista de gala la sonrisa pueda a la tristeza y mis ojos os digan os quiero.


Marinero Héctor Daniel Paz Argentina Para Eve Muñoz Cuantas veces me relacioné a la vida como un antiguo navegante del mar donde a cuesta de maderos olorosos, y unas velas marinas, saltaba de ola en ola en vaivenes que me hundían, mojándome, llegando a tiempos de casi ahogo y por momentos, esa misma gelatinosa agua me levantaba hasta casi tocar el cielo. ¿Qué es la vida? Me pregunté con asombro muchas veces, dónde en ocasiones todo se acomoda a mis altos deseos y otras veces me enfrento con puertezuelas inentendibles, dónde los abismos me alejan en un instante, de eso que amo y en definitiva tanto me hace feliz. ¿Qué es la vida? Como gaviota de mar me adormecí, tantas veces, en la costa esperando que pudiera diferenciar el azul del cielo y el azur del mar y así esperé en silencio que la vida me generara escenarios sin tantos senderos para vagabundear la existencia y sin esas aprensiones que me hacían detener. Tuve que delirar antes del distante paso a dar. Soñar y desear. Y allí la puerta se abre, a veces en la distancia lejana del espejismo estaba lo que había ilusionado, tan real como lo es el papel en blanco y la lapicera con que trazo estas líneas, para decirte que debes girar la cabeza para comprender que la felicidad te mira.


Me acunan las amistades lejanas que se convierten en ejemplo, aunque el tiempo se coma el recuerdo de una cara o de una palabra. Desde la ventana de mi casa miro la mañana buscando escuchar tu voz, sólo para saber que tu energía habita a nuestro lado, así como nosotros queremos desayunar, cada tanto, con tu misteriosa presencia que se adueñó de un universo compartido de planetas que giran y giran, que intercambian energías como “buenos deseos” para así entender: ¿Qué es la vida? “El marinero llegó a tierra firme y por primera vez

Levantó la cabeza para mirar el sol” ¡Cuántas veces, pero cuantas…! Gaviota a desplegar las alas y echar a volar. La vida te acuna.


Pasado y alucinaciones

Héctor Daniel Paz Argentina Muy pocos momentos son los que me dan energía para un día. Una mirada, unas palabras, una melodía o un fugaz gesto de respeto, dentro del bullicio. Escasas acciones, de los que me rodean, logran encender mi voluntad. Un voz amiga, una mano tendida, la sonrisa que invita a trabajar con confianza. Y así deambulo el resto de la jornada comunicándome con la naturaleza. Un árbol, el perfuma de una flor en la maceta, una mascota amiga y su ladrido gracioso. El pajarillo que salta entre las ramas, el cálido sol y las nubes que traviesas ocultan la curiosa luna. El suave viento y la distancia a dónde voy. Camino los arroyos dulces donde el rumor de las burbujas y el golpeteo en las piedras del agua se mezclan con mis recuerdos nostalgiosos de lo vivido. Y allí desde lo alto y lo profundo del paisaje, que se fusionó, con mi espíritu está la mirada que me invita a vivir mi único tiempo sabiendo que siembro. Y todo el día está compuesto por momentos. Más cortos o más largos que muchas veces se traducen a instantes, que mínimos, tienen toda la eficacia. Virtud que por ser creadora pueden llevarme hasta mi descanso


del día, con la solidez de creer en lo valioso que es abrir el asombro para poder sentirme. Y muchas veces “yo” estiro la mano para pedir y otras tantas para secar las lloros por todo lo que no hallamos y nos mueve a la ira y no a pedir perdón. Y otros tantos largo momentos, de la jornada, me mantengo ausente sin esperar la hora siguiente para catapultar sueños a mis perfectos momentos. Hay momentos ceñidos a una decisión. Dificultosos. Ineludibles. Educados. Avaros. Decisiones que se atan a la vida, al tiempo que corren las estaciones. Y allí el alma que no se esfuma pero si se aparta. Sin cobardía. Sin llantos aunque tristes. Con la seguridad de haber dado todo, más los días emplazan. Y así camino y deambulo todo el día estirando la palma, hasta que se cierra. Y comienza a llover, silencioso entre los campos, el pavimento y los árboles llenos de recuerdos, que nunca cerraran las hojas. Y allí la vida nos hizo subir un peldaño más. El hogar guarda tizones encendidos y ya no quedan leños. Hay momentos de dar la espalda, sin dolor, porque el viento dócil sopla para otros relámpagos dónde la urgencia empuja cada día un poco más, al adiós generoso y agradecido a la vida que se está robando los momentos y por el cedazo subsisten los sueños, las utopías y las ilusiones de haberte coexistido.


Botica Héctor Daniel Paz Argentina Muchas veces del día creo vivir en una tienda de bajo costo, dónde lo más caro es la tributación, que debo pagar, cuando tomo algo que no ambiciono. Entonces miro alrededor del micro mundo que rodea mi atención y veo los eternos ojos de la vida. Numerosos detalles me dicen que estoy en una ruta muchas veces trágica, que sabe a pesadilla, y perfumes con dejos a paraíso. En mis sueños e ilusiones tengo una casa, de puertas y ventanas inmensas, dónde veo ingresar vidas o energías que se enredan a todos mis sentidos. Muchos quedan como amos y gobiernan mis pasos orientando o desviando los conceptos que guardo de mí. Otras figuras se esconden detrás de un baúl y cada tanto florecen, para darme una brisa suave de deseos por disfrutar. Y allí en medio del jardín interno y soleado de la casa estas tú, ingrávida y etérea columpiándote entre las flores y las piedras magnéticas que guardan esa impronta, que te distingue y me aprisiona. Camino hasta las puertas para cerrarlas, cuando por error salgas, y comprendo que esos espacios no tienen llaves y entonces con entereza debo verte entrar y salir, como el mar.


Y miro resignado para otros lados, de la casona y que a medida que pasan los años se vuelve más grande y con menos gentío adentro. Creo que es amplia porque los que contienen han sabido ser más radiantes para el calor que necesito para poder mirar hacia afuera. En la calle noto como me miran los que partieron y uno a uno miro sus caras y un recuerdo mágico me rodea. Quiero vivir para agradecer a todos los que en algún momento acunaron mis sentidos y llenaron de vida a momentos mínimos, pero de sabor dulzón. Los errores se diluyeron en cada minuto a medida que llego al escalón que el tiempo me da, para aprender que muchos sueños en algún momento se hicieron realidad y que lo que ésta experiencia me brindo fue de gran fruto. Y entonces lentamente te miro, de nuevo, y vuelvo a ser el más feliz. Gracias.


Jehosua Isidoro A. Gómez Montenegro. México El advenimiento del Hijo del Hombre será como un relámpago que sale de Oriente Y va hacia el Occidente. Mateo XXIV, 27

Mito o leyenda para algunos; necesidad de nosotros los cristianos, creer en Él, luz esotérica, antorcha interna, verdad central de filosofía fecunda. El advenimiento del Hijo del Hombre: Jehoshua llegó al mundo en un rincón perdido de Galilea, allí se cumplió el primer misterio cristiano, ahí floreció el alma del Cristo que nació de una galilea de noble cuna iniciada, dispuesta para tal acontecimiento trascendental, ella fue preparada por los esenios. Jesús como lo llamamos; a Él lo formó Dios en el seno de su madre, ya lo conocía desde antes de formarlo, fue santificado y lo proclamado profeta de las naciones: por eso dijo “En verdad os digo: antes de que Abraham fuese, yo ya era”. “Él al verla, la amó sin duda” Pedro. En esta cita Pedro se refiere a María Magdalena fiel discípula de Jesús, quien también fue preparada para ayudar al nazareno en la predicación del evangelio, Magdalena poseía la energía que Jesús necesitaba en ocasiones.


El hombre de las parábolas es neblina rubia del amanecer, con el sol se refracta en arcoíris, en marcha giran los astros, sacan la sombra de los muertos. Destino sin disfrute de persianas clandestinas, la bruma viene de las aguas sostenida por el ojo. Utilizo cálamo romo, antiguo papel, tinta oscura, lo escrito adquiere otra sustancia, la flama atraviesa la hoja blanca… humea, traspasa el límite de la prudencia destino ingente enviciado, transparente es la palabra. Icé la conciencia, no estalla en cuarteles, vuela viuda golondrina con infinito cansancio de ver sempiternos mundos dislocados, hombres y mujeres pisoteados por prepotentes. Tierra de violencia… faltan parábolas, ¡Que vuelva la estrella virgen en silencio! La luz no termina, la poesía habla, el madero solitario flota. Conjugo el verbo en infinitivo, lucha espiritual, de la cruz del austro a la breza, hasta el círculo boreal, necesitan palabras del joven arameo en los viejos caminos de Jericó. Ante Dios los hombres somos iguales, “los pobres a mi reino entrarán”. El mundo no seguirá despedazándose, al principio del verbo mirra y miel, del cenagoso Tigris al Éufrates de Egipto lenguaje de amor eterno, puro, cesó la sombra de odio. Suspiro de alivio, la humanidad será la palabra de los poetas, luz de eternidad sobre espuma amarga a flote, hombre sin rencor, sopor del alma. Hago introspección, exploro misterios de libre elección, temperatura, ruta al corazón, historia endemoniada, acciones pasadas y fracasos. Relapso de tierra tocadora de flauta, agua, ácido carbónico flota bañado por rayos solares, desdeña la bruma.


“Sería privar al astro juvenil de su esencial ornato”, diría: Teilhard de Chardin… amorosamente. Nostálgica bruma… Reaparece Atila, galopa hacia el azul de Lisieux, el Sabbat Mater de Rossinni toca alguien. Clava la aurora, clavos de oro. Olvidaron al prójimo sin prejuicio de harapos ni color de piel. Desafían su destino con furia dadivas de gratitud, amor, esperanza, Luz. La luz… sin ella nada permanece espiritualmente vivo. Habrá nueva vida con impecable arcilla. ¡El creador serás tú… hombre! Llevemos una vida espiritual, al hacerlo tendremos una vida plena. La vida del cuerpo es sueño, igual a la vida; en ellos convocas tus actos. El mundo funciona automáticamente, obra milagros, no hay que dudar, existen magnificas recompensas para los que escogen el camino arduo; tú decides el camino que quieres seguir, tú convocas todos los actos en tu vida. El amor es acto espiritual de equilibrio: debe encontrarse, sentirse, no hacerse ni decirse, practicarlo solamente, se encuentra donde no hay limitaciones de espacio y tiempo. Se tú el centro de tu ser, ten libertad de hacer lo que deseas, excepto morir. La vida enseña lo que necesitamos saber, vivirás una felicidad interior al escuchar el susurro de la conciencia; será el resultado de la felicidad completa. Somos seres de luz, a la luz hemos venido y a la luz vamos en cada uno de nuestros pasos, la luz te rodea del ser infinito, tu misión en la tierra no ha concluido si estás vivo.


El Universo se comunica con nosotros a través de palabras, de otros aprendemos, demos espacio a la comunicación, toda persona superior vive su comportamiento con nobleza y humildad. El colofón de este mensaje navideño sería que no existe nada bueno ni malo, el pensamiento lo hace ser así, todo lo que inspira también guía y protege. En derredor está la realidad del amor unido, en el puedes transformar tu mundo, lejos de espejismos serás capaz de hacer algo extraordinario, algo que signifique mucho para los demás. Dentro de éste contexto deseo a quienes se han detenido a leer esta reflexión de Navidad y Año Nuevo: ventura, bienaventuranza, que vuestro camino sea inundado por la luz y por la palabra del Gran Maestro. “La Luz está en el mundo y el mundo ha sido hecho por ella; pero el mundo no la ha conocido” Juan I, 10


Te vas amor Iván Montoya Vázquez México Te vas vida mía, y siento como los meses se consumen Como cuando encendía un cigarrillo Tus abrazos se irán de mí Y se consumirán con ellos tus besos Tu voz y el universo de tus ojos brillaran en otro lugar Un lugar donde mis ojos; donde mi alma no los alcanzara Amor no sé qué hacer sin ti Lo más probable es que el miedo y las lágrimas me llenen La ansiedad me tomara, como tú lo haces con cada gesto Con cada beso, con cada abrazo, con cada gota de tu ser Mi voz se quebrantara, y no sabré darte el adiós No sabré hacer nada, talvez quedare atónito Quedare ido, sentiré que me he perdido Sentiré tus labios en el ocaso Y en el atardecer del resto de mis días Recordare el bello color miel de tus ojos El viento de mis tardes me traerá tu aroma Las tardes en el parque me traerán El eco de tu voz nombrándome.


RÉBSAMEN Iván Sousa México • En memoria de los niños fallecidos en el colegio Enrique C. Rébsamen. El timbre de mi colegio se encendió cerca de las 10 de la mañana, ese día se estaban cumpliendo 32 años de aquella tragedia que marco a toda la nación mexicana. Aquella tragedia que atormentó las calles de México por las miles de sirenas y derrumbes que se hicieron sonar, provocando así, un río lastimero de sangre. El simulacro que cada año se hace en honor aquellas víctimas que murieron aquel 19 de septiembre de 1985 nos correspondía realizarlo ese día, un día que parecía lo suficientemente normal como para que aquel trágico día se volviera a repetir. Recuerdo que por la mañana mientras estaba desayunando con mi papá, me contó que el día en que ocurrió aquel terremoto, él estaba a bordo de un ADO que estaba estacionado en un andén de la central camionera de Tapo, este autobús se dirigiría a Puebla en donde mi papá realizaría unas prácticas por parte de la escuela, prácticas que jamás hizo, pues el autobús quedó completamente aplastado por el techo que colapsó a causa del movimiento telúrico. Terminando el simulacro mis compañeros y yo nos dirigimos hacia nuestro salón, la maestra nos explicó la importancia de los simulacros, finalizando con algo que durante los 2 años y medio que llevó en la secundaria siempre nos ha dicho: "No grito, no corro, no


empujo." ¿Pero que acaso eso no es lo primero que hacemos nosotros los mexicanos en un caso donde sabes que puedes morir aplastado? En un momento así, la vida de las personas ajenas a ti, te vale madres, y lo único que quieres es estar bien, salir sano y salvo a como dé lugar de la edificación en la que te encuentres. Durante el receso salí al tras patio con mi novia, compramos una torta, unos Cheetos y una Coca Cola para degustarlos entre los dos, nuestros planes para la tarde era ir al cine del centro comercial a ver la película de "IT". Ella lucía muy entusiasmada por el simple hecho de ir a verla como cualquier otro chico o fan de nuestra edad. El timbre para entrar de nuevo a los salones se hizo presente, ambos nos dirigimos a nuestro salón y las clases siguieron su rumbo. Cerca de las 12:30 comenzó la última clase del día que era de matemáticas, la cual me estaba aburriendo por completo, saque mi iPhone de mi mochila sigilosamente, abrí mi cuenta de Facebook y deslice mi dedo por la pantalla para ver las noticias. La noticia de que Lord Peña había ido a Oaxaca a "apoyar" a las víctimas del sismo ocurrido hace unas semanas era de lo más hablado en mi muro. - Maestra me da permiso de ir al baño. - Le dije para poder salir del salón y tomar un poco de aire. - Esta bien Mateo, sólo no te tardes que andas muy mal en la materia y necesitas recuperarte. - Me respondió mientras ponía unas cuentas en el pizarrón. - Si si si, pinche vieja culera. - Dije en voz muy baja mientras salía del salón.


Bajé las escaleras y me metí al baño, consulte mi paquete de datos y aun me sobraban algunos megas para navegar en alguna página pornográfica y jalármela, pasando unos largos minutos por fin había logrado mi objetivo. Me subí mi bóxer y pantalón para después salir y lavar mis manos en el lavabo, de repente una escuincla de primeros grados me tiro mi iPhone. - Perdón perdón perdón... ay disculpa en serio. - Me dijo muy apenada. - Descuida, no pasa nada. - Le respondí tirando una risa forzada. Mientras esa niña recogía mi móvil del piso, mi mente le decía: "Estúpida ¿no ves que este iPhone de mierda esta caro?", "Aparte de que vienen más enanos, vienen bien pendejos." Después de este incidente caminé hacia mi salón, cuando iba subiendo las escaleras para llegar a esté, me llegó un mensaje de mi papá que decía que llegaría tarde a la casa por que saldría con el maricón de su novio a un restaurant cerca de La Condesa. Guarde mi iPhone para después abrir la puerta y lo primero que recibí fue una regañada por parte de la maestra. - ¿¡En donde estabas Mateo!? no puedo creer que hayas salido hace media hora al baño y apenas estés llegando. - Me regaño mientras se cruzaba de brazos. - Es que yo... - Dije mientras la alarma sísmica de la escuela se activaba.


La maestra se puso pálida, mis compañeros comenzaron a gritar. Por la ventana se podía observar como algunos ya estaban evacuando los salones, de repente una fuerte sacudida comenzó a sentirse, los cristales comenzaron a romperse, en una de las esquinas del salón estaba mi novia agachada, la maestra se dirigió hacia ella y la abrazó pues ambas estaban aterrorizadas por las fuertes sacudidas que se estaban sintiendo, yo, aun seguía en el marco de la puerta, inmóvil y pendejo ante no saber qué hacer, lo único que hice fue llevarme una mano hacia mis clavículas, presione la medalla que me regaló mi papá hace días cuando cumplí quince años y pensé en lo peor. Mi corta vida paso por mi mente y en un abrir y cerrar de ojos el techo colapso y las aplastó por completo arrebatándoles la vida. Grité muy fuerte y cuando menos me lo esperé, el segundo piso se vino abajo con alumnos aun en su interior. La historia se había vuelto a repetir, los gritos despavoridos entre polvo, concreto y varillas retorcidas me erizaban la piel, yo estaba debajo de la puerta de madera que era de mi salón, sin movilidad en mi brazo izquierdo y cubierto por sangre de alguna persona que no corrió con la misma suerte que yo. Los minutos se me hacían eternos y el miedo de que alguna replica se suscitará e hiciera caer alguna estructura de concreto sobre mí, era inminente, la vista se me hizo borrosa y en el momento menos esperado me desmaye. Abrí mis ojos y lo primero que vi, fue un cielo oscuro e iluminado por las luces palpitantes de ambulancias y patrullas, gire mi cabeza y observe a cientos de personas desesperadas acarreando pedazos de concreto mediante cubetas, costales, trolleys y carritos de supermercados


tratando de rescatar a los niños de preescolar, primaria y secundaria de mi colegio. Llorar era inevitable pues sabía que lo que había ocurrido era muy grave, traté de ponerme de pie pero no pude, unos médicos al ver que había reaccionado me sentaron en una silla, de mi pantalón rasgado saque mi iPhone que tenía la pantalla estrellada y restos de concreto, abrí mi WhatsApp y leí un mensaje de mi papá que decía: "Está temblando muy fuerte, te quiero mucho Mateo, si no llegó a sobrevivir quiero que sepas que has sido lo mejor de mi vida, te amo hijo." Los rescatistas al ver que había reaccionado me dijeron que todo esto ocurrió en un minuto. Pero un simple minuto fue suficiente para devastar y cambiar rotundamente el ritmo de mi vida.


FRIDA Iván Sousa México

• En memoria de los niños fallecidos en el colegio Enrique C. Rébsamen. - Perdón perdón perdón... Ay disculpa en serio. - Le dije muy apenada al niño de tercer grado de secundaria con el que había chocado en la entrada de los baños. - Descuida, no pasa nada. - Me respondió mientras le recogía su celular y se salía de los lavabos. Me había quedado completamente roja por el pequeño incidente, caminé hacia la casa de mi mamá la cual estaba ubicada en la cuarta planta del colegio, cuando entré me topé con cuatro niños que esperaban ser recogidos por sus padres. - Tú mami salió, dijo que aquí nos quedáramos. - Me dijo una niña de 9 años aproximadamente. - Gracias nena. - Le respondí.


Los niños siguieron sentados en las sillas que mi mamá les había puesto, mientras, yo me dirigí al dispensador de agua en donde me serví un vaso. Mientras bebía observaba detenidamente el paisaje de la ciudad imaginándome que tan catastrófico pudo haber sido el terremoto de 1985, el simple hecho de saber que muchas personas murieron me pusieron la piel chinita. - ¿Me podrías dar agua? - Me preguntó un niño de preescolar. - Si, mira toma este vaso en lo que lleno de nuevo el mío. - Le dije mientras sonreía. Esa sonrisa que ambos cruzamos desapareció en cuanto la alarma sísmica se activó. Creí que se trataba de un simulacro como el de la mañana pero no fue así, unos segundos después comenzó a temblar. - Niños, niños ¡no! no salgan, ¡rápido métanse debajo del escritorio! - Dije desesperadamente al ver que los cristales de las ventanas comenzaban a romperse, las paredes agrietarse y los marcos a doblarse. - ¡Nos vamos a morir! - Gritó la niña. Empuje a está hacía bajo del escritorio al ver que no me hizo caso cuando de pronto el edificio colapso por completo, reduciéndose a


escombros. La tierra aun temblaba y esto hacía que los escombros se despedazarán aún más y me aplastarán, cuando terminó de temblar los gritos y llantos de horror no se hicieron esperar. - ¡Mamá! ¡Ayúdenos! ¡Por favor sáquenos de aquí! - Croaban voces infantiles de entre los escombros. Voces que parecían venir del mismo infierno, o ¿Acaso eran de las almas en pena de los niños que murieron en el 85? Ya no sabía que pensar, lo único que quería en ese instante era que alguien me quitara los pesados pedazos de concreto que tenía encima. - ¡Hola! ¡Ayuda! - Exclamó una voz de niña cerca de mí. - Hola ¿Dónde te encuentras? - Le dije. - Aquí, estoy atrapada, ayúdame. - Me respondió. - Yo también estoy atrapada ¿estás bien? - Le dije. - ¡Hija de la directora! - Gritó la niña que había empujado. - ¡Si nena! ¿Están bien? - Le respondí. - ¡Si! pero uno de ellos no se mueve. - Me dijo.


- Ok. Tranquilos ahorita llegarán a rescatarnos. - Le dije con la voz entrecortada pues sabía que uno de ellos había muerto. - ¿Amiga? - Pregunte tratando que la otra niña que también estaba atrapada me respondiera. - Si, aquí estoy. Por favor pide ayuda, me siento débil. - Me dijo con voz suplicante. - Esta bien, espera. - Le dije mientras intentaba sacar mi celular de mi falda. Justo cuando estaba sacando mi celular, tuve una llamada entrante de mi mamá. - ¿¡Hija!? ¡¡¡En dónde estás!!! - Exclamó mi mamá llorando y muy confundida. - En los... mamá estoy atrapada entre los escombros junto con otros niños. - Le dije un poco desesperada. - ¡En cual edificio estas atrapada! ¡Hija por favor ay dios mío! - Me dijo entre llanto. - En lo que era nuestra casa, había venido a buscarte pero... Mamá tienes que ser fuerte, estoy bien. Hay más niños aquí conmigo y otra


niña que no se quien sea, es mas no sé si está en lo que era el pasillo, pero también está atrapada y su voz es débil. - Le dije tratando de contener las lágrimas. - ¿¡Estas segura!? Ay dios, ay hija... No sé si llegue la ayuda pronto, por lo que estoy viendo algunas partes de la ciudad han colapsado, hija por favor no cuelgues las madres de familia están horrorizadas. No sé qué hacer. - Me dijo mientras mi celular se apagaba debido al sobrecalentamiento que había tenido. - ¡Puta madre! ¡No! por favor no, ahora no. - Dije súper molesta. No pude contener las lágrimas debido al coraje que en ese momento estaba sintiendo y me puse a llorar. - ¿Estas llorando? - Pregunto la niña que suponía estaba en lo que era el pasillo. - Sí, ahora tengo miedo... Tengo miedo de que colapsen estas madres, miedo a que por un simple error terminemos muertos. - Dije entre llanto. - Tranquila, verás que todo estará bien, relájate... No hagas ningún esfuerzo, no sabemos por cuanto tiempo estaremos aquí atrapadas. - Me dijo con cierta esperanza en su voz.


- Eso trataré de hacer. - Le dije con voz ahogada. El silencio reinó por unos minutos cuando de pronto comenzaron a escucharse sirenas por doquier y bullicio en la parte externa de los escombros. - Mueve una mano si estas vivo. - Dijo alguien en la parte externa. - ¡Auxilio! ¡Aquí! - Exclamé al escuchar que había personas que estaban removiendo los escombros. - ¿Hola? - Me respondió. - ¡Aquí por favor! ¡Ayúdenme! estoy atrapada. - Dije esperanzada. - ¿Alguien más está contigo? - Me preguntó. - Sí, hay otros cinco conmigo... no, bueno exactamente a mi lado no, otros cuatro están bajo una mesa y otra niña está en lo que era el pasillo. - Le dije con voz fuerte. - Ok, no temas niña, ahorita te sacaremos, no te encuentras lastimada ¿o sí? - Me dijo. - No lo sé, apenas y puedo mover mis brazos. - Le respondí.


- A la madre, pues no te desesperes, me informan que eres hija de la directora de este colegio, sería un honor que mi equipo te saque de donde estás atrapada. - Finalizó. - ¿Amiga? - Pregunte dudosa. - Si, aquí estoy. - Me dijo con voz débil. - ¿Escuchaste? vendrán a rescatarnos. - Le dije. - Sí, me siento débil, tengo sed. - Me dijo con voz aún más apagada. - No amiga, no, resiste. - Dije con voz ahogada. Ella ya no me respondió. Conforme pasaban los minutos, el bullicio se escuchaba más fuerte y claro, se escuchaban voces que decían: "Muevan esas madres" "Traigan palas" "Traigan a más personas para nos ayuden" "Sigan moviendo escombros, no paren." Esas palabras me llenaban de esperanza, y me hicieron perder el miedo, porque sabía que iba a salir viva de esa cárcel hecha de escombros. Sin darme cuenta me había quedado dormida y cuando desperté ya estaba en los brazos de mi mamá bajo una carpa que se había instalado.


- ¿Podemos entrevistar a su hija? - Le pregunto una reportera de Televisa a mi madre. - No mami. - Le dije con voz débil. - Lo siento, pero no. - Le respondió. - Entiendo, Gracias. - Finalizó muy sonrojada. - Hija, ¿estás segura que hay más niños ahí abajo? - Me pregunto muy dudosa. - Sí mamá, los cuatro niños que se quedaron debajo de tu escritorio y una niña que no vi pero según yo está en lo que era el pasillo, platique con ella pero antes de que me rescatarán dejo de contestarme. - Le dije ahogada. - Pues espero que ella y los demás estén bien. - Dijo mirando fijamente el edificio colapsado. - ¿Dónde viviremos ahora? - Le pregunte mientras le quitaba un pedazo de concreto que estaba en su cabello. - No lo sé hija, por ahora no pensemos en eso ¿sí? - Me respondió con voz ahogada.


- Señora directora, acaban de tener comunicación con la niña que está debajo de los escombros. - Le dijo un rescatista a mi madre. - ¿Y ya saben su nombre? - Preguntó mi mamá. - Se llama, Frida Sofía. - Le respondió con un brillo en sus ojos. Las próximas horas fueron tensas pues los rescatistas daban todo por encontrar a ella y a los demás niños, la noche cayó y aun no sabían en que parte del edificio colapsado estaba. Al día siguiente mi mamá ayudo a repartir comida y agua para las personas que estaban ayudando a remover escombros. Desde la carpa, veía como había muchas personas centradas en rescatar a Frida, pero pocas en rescatar a los demás que estaban atrapados en distintas partes del colegio. La noche cayó de nuevo y solo se sabía que ella estaba atrapada por debajo de donde yo estaba, según los rescatistas ya le habían dado agua y oxígeno, eso me mantenía tranquila pues sabía que ella no había muerto. A la mañana siguiente me paré demasiado tarde, pues todo lo acontecido me tenían rendida, caminé con dificultad hacia donde estaba mi madre parada, para preguntar el motivo del alboroto e histeria de las personas. Muchos gritaban desesperados y molestos, veía que muchos reporteros le reclamaban de una manera agresiva a un general de la Marina, ellos le preguntaban que si acaso él y los


demás marinos no se habían tocado el corazón al mentir de esa manera terrible, que la poca esperanza que quedaba en la ciudad de México había sido derrumbada por esa vil mentira, una mentira que había sido como reverenda mentada de madre en la cara de cientos de mexicanos que esperaban ansiosos que Frida saliera con vida de los pesados escombros. En fin, la zona de desastre se había vuelto un verdadero caos. - ¿Que está pasando mamá? ¿Paso algo mientras estaba dormida? Le pregunte muy confundida. - Hija ¿Estas segura de que hablaste con Frida? - Me dijo mientras escurría una lágrima - Mamá ya te dije que sí, ¿Por qué? ¿Qué está pasando? no entiendo nada. - Le dije muy preocupada. - Es que... Frida Sofía no existe. - Me dijo mientras soltaba en llanto. - ¿¡Que!? - Exclamé sacada de onda. - No aparece en las listas escolares hija. Ella jamás existió. - Finalizó. En ese momento quería que la tierra me tragará, no daba crédito a lo que me había dicho mi mamá, bueno no sólo ella, todos estaban desconcertados y asombrados por lo que estaba pasando, muchos la


comparaban con un wey llamado "Monchito" que según estaba atrapado de la misma manera que ella en el terremoto del 85, otros se atrevieron a decir que probablemente yo estaba loca, que el estar bajo los escombros me hizo alucinar; provocando así, que mi mente me hiciera una mala jugada. No sé qué es lo que en verdad haya ocurrido allá bajo, solo sé que mi plática con ella fue real. Insisto, ese día hable con una niña entre los pesados escombros, ese día hable con una niña llamada: Frida Sofía.


EL ESPEJO J. Gael Animas Ortiz Clandestino Papantla, Ver. México Regresé del trabajo a casa, era un día de otoño, el aire se sentía especialmente frío y cubría el ambiente con escasa neblina; estaba agotado, y para reponerme pongo una silla en mi azotea para tomar un descanso, todos los fines de semana hago lo mismo, pero ese en particular, fue uno que nunca olvidaré. Esa noche a pesar del frio, puse mi silla mirando hacia la parte trasera de mi departamento, 10:25 pm. una pequeña linterna al lado mío, buena música, sonaba heart-shaped box, de Nirvana, pero en la versión cover de Dead Sara, me sentí bien conmigo mismo, en una tranquilidad que aislaba todos mis sentidos. Desde ahí podía observar el patio gigantesco de mi vecino Jared, con ese hermoso árbol frondoso y exuberante y a un costado, la casa de Gerson, un chico muy reservado, de complexión delgada, cabello negro y de piel algo albina; yo soy muy amigable, un par de ocasiones lo invite a cenar pero él nunca me tomó la palabra. Escudriñé, y me di cuenta que Gerson no estaba viendo televisión como era su costumbre, esa noche, un gran resplandor salía de su ventana, de


un color indescriptible, algo que inexplicablemente me llamaba. No lo pensé dos veces, y use mis habilidades aprendidas en el bajo mundo de Papantla, bajé y comencé a trepar hasta llegar a su terraza; hacia arriba, una vista de estrellas hermosas y resplandecientes, pero la ventana me seguía llamando. Fue ahí cuando el viento cambio, sentí como por mi cuerpo el aire frío entraba y salía por mis venas, sentía que algo me observaba, y que no estaba ahí, que no estaba en la habitación, esto hizo que mi cuerpo se descontrolara, por más que intentaba, no podía dejar de temblar, de moverme. La puerta, en esa terraza, era de mármol o así parecía, y al abrirla, el aire desapareció, entré inmediatamente, todo apagado, palpitaba mi corazón y mis manos rozaban en la pared queriendo guiarme a través de ese tenebroso lugar, de pronto todo sonido se apagó, todo resquicio de luz se disipó. Después de eternos segundos una luz al fondo, estaba frente a otra puerta, la abrí y caminé hacia adentro, una habitación completamente simétrica, todo en su lugar, papel tapiz blanco, cuadratura perfecta, y una especie de garabatos dibujados que exponían una serie de razas extrañas, estos estaban sobre una base de rayas geométricas, cada pequeño jeroglífico era perturbador. Mi cuerpo estaba paralizado, y todo en mí se detuvo, me encontré en el centro de la habitación, y me percate ¡que no tenía ni una sola ventana!


como parecía por fuera, pero aun así, no podía apartar mis ojos de aquella gran cortina, parecía que flotaba en la pared, la baje, y encontré un espejo gigantesco, cuando lo descubrí, sentí que las dimensiones habían cambiado por completo, ya no me sentía en la tierra. En el centro del espejo, había un sol, un sol, que al verlo erizo mi piel, y me sucumbió en un pasaje desconocido, me encontré en una galaxia, con unos colores extremadamente luminosos, como un neón fusionado con humo y ceniza estelar en una hermosa nebulosa de colores rojos y escalas verdes con azul, tales como una llama en su máximo esplendor, como la explosión de mil estrellas con cientos de soles, como llegar al Nirvana cruzando una puerta del Shangri-la, como si un eclipse solar hubiera sido sacrificado en Tenochtitlan, o como si hubiera bajado de Valhalla en una escalera divina encima de una montura junto a una hermosa Valkiria; pero mi máximo momento de meditación se vio interrumpido al escuchar el sonido del cerrojo de la puerta, me desconcerté, era Gerson, y unas breves palabras salieron de su boca -amigo, estuve pensándolo, creo que tenemos muchas cosas en común… y me encantaría cenar en tu casa...


Un año más José Manuel Ambrocio Veracruz, México Soledad y vacío opresivo, mi alma a diario endurecen, copas de hiel de gusto amargas, que los recuerdos me ofrecen, del ausente amor que hoy, dentro de mi corazón fenece. Oropel, brillo festivo, celebración de metas alcanzadas, o, lamentaciones del alma trunca, por aquel amor perdido, (otro año más) sin haber aprendido, de las tristes experiencias pasadas. ¿Es menester contar los meses? sorber el agridulce sabor de sus mieses, ¿acaso sea la muerte dulce remedio?, que termine ya, con mi amargo tedio, o seguir (una vez mas) el espejismo vano, del encontrar el amor, deseo insano.


¿Lógica y razón?, mi corazón, las desconoce, locura, amor y sinrazón, en su seno los abraza, como propios, los acoge, ¿traerá el año nuevo el amor que tanto espero? o a la verdad ciego, una y otra vez, de soledad, muero...


TENGO MIEDO María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Tengo miedo de tenerte porque amar con la ternura que emana de mi pecho, aniquila el pensamiento de tenerte y no tenerte como quiero en mi lecho. Es sobresalto y temor que me infunde el miedo de no tener tu calor y el sabor de tus besos. Eres todo en el deseo, cuando tocas mi cabello con ansia incontenible y me llamas “cielo”. Cuando buscas afanoso en mis labios la sonrisa, en mis ojos la verdad y en mis manos la caricia. Tengo miedo cuando entonces libremente conjugamos el amor YO, TU … Y NOSOTROS DOS.


Un día de verano. Maruca Rodini Argentina Cálidas y serenas noches de verano a veces, ni se puede descansar el grillo con su canto rompe el silencio cuando la luna alumbra en la oscuridad. El sol a mediodía aprieta fuerte hasta quemar buscamos la sombra para poder estar, las chicharras cantan y cantan sin cesar sobre ese árbol grande. Sé que están. Caminando sobre la tierra ardiente las gramíneas crujen debajo de los pies, con un color quemado, de tanta sed… El aire caliente abruma, toda la belleza de la hermosa naturaleza que se declina por la sequía. Por las mañanas los teros beben el rocío de las hierbas, esperando esas nubes grises turbulentas, que hermoso!. Brota, cae agua del cielo cubriendo todo ese calor. Tanto esperar. Por fin llegó, hoy la lluvia nos saca esa nostalgia sólo el sentir caer esas gotas, nos da mucha alegría y paz


Matices Naturales Maruca Rodini Argentina Contemplando la belleza de matices extensos, donde se recrean marrones que enlazan un reflejo, me despierta una emoción de un pensamiento silencioso que atrapa mi alegría. En lo alto de la cima -en un aleteo fugazdanza un águila asechando la presa, mientras las nubes se envuelven cobijadas entre las montañas ocasionando las penumbras. El sol con su alegría va descubriendo la magia de los rasgos coloridos que entretejen - rocas y hierbascon profunda pureza.


PRIMAVERA TRUNCA (a mi madre) Mary Bustos bargas La Cruz-Cordoba-Argentina El último suspiro del sol se llevó consigo El sabor de tus tardes cansadas. Ojarascas añosas empujaron la barca para emprender la ruta hasta la morada final Su piel cobijo de inviernos… guarda tu historia…nuestra historia. Bálsamo de silencio rebasa la agonía de tu ausencia esa que duele y lastima el alma. Hay un abismo que consume la ansiedad. La nostalgia teje trenzas de sueños para trepar mas alla de las nubes Y recorrer el campo de estrellas hasta encontrarte. La luna en el infinito robo la plata de tus cabellos para engalanar tu estampa. Las primeras flores de la primavera se adelantaron para escoltar tu partida. Y otra vez septiembre horadando mi esencia


destruyendo mi alma que se retuerce en el limo de la infancia atormentada por las ausencias. Septiembre El yin y el yan de mi existencia golpeando despiadado sobre mi piel expuesta. Ya no será feliz mi primavera si arraigada en el perfume de las flores nuevas trae el recuerdo de tantas ausencias. VAGABUNDO autor: Mary Bustos bargas La cruz- Cordoba- Argentina Indigente de sueños postergados vislumbras un mirar cansado que se pierde en el confin de los inviernos. Te acurrucas en tu rincon de penas desposeido de todo amor fraternal y dormitas tu desventura a los pies del infortunio, teniendo por techo solo la boveda azul donde mil faroles iluminan tu adversidad. Soñoliento deambulas en el crepusculo con tu sed de aventuras a cuesta en busca de lejanos horizontes inciertos. Famélica figura envuelta en desgreñados harapos, chamuscado de soles y humedo bajo el llanto de las nubes.


Un halo de nostalgia perfila tus huellas, te escolta un inseparable compañero de solitarios ensueños, mientras persigues tu destino, Él te seguira hasta el lugar donde el cielo y la tierra muestra su costura con hilos de un arco iris. Despreocupado reposas bajo atenta vigilia mientras inmovil vela tu sueño. En las noches frias los cuerpos se contagian el calor de la soledad, companten tristeza y mendrugo, festejan su alegria fundiendo en el lenguaje del alma un ladrido clamor de bravura y fidelidad y una ternura inquieta que transmiten en sus miradas. Hermanda infinita reflejo de sombra con caricias de viento. Pasos torpes se pierden en la niebla plomiza de la mañana, tan pronto llegas, tan pronto te alejas, y mientras tu figura se recorta en el silencio de la montaña, recuerdos apenas perceptibles mutilan el abolengo entretejido en una errante travesía donde los dias y las noches solo suceden.


Los tangos de Abdel Oscar Velázquez México Del ocaso que arrebata las pasiones de este día de los días como uno, como todos a la vez, de las mañanas que entretejen sueños de las tardes que dan paso a la fúnebre fantasía del ego que renace, del menester por evocarte; De silencio que me cubre de la solemnidad de un suspiro… De suspiro, de la fantasía sin razón, de tus palabras y labios de mi piel que la besaste, de las huellas en tus ojos de la noche, de la noche… De la suavidad en los aromas de piel de tus sueños de ilusiones, mis ilusiones de la palabras dulces, de palabras ensayadas de tus gestos, de tus mejillas rosadas de tu perfume, de mi piel de tu perfume en mi piel de ironía por pensar en Amor del dulce amor, de tus pensamientos de tu sin razón…


de mi ternura, de mis ganas de ti de tu abrazo, de tu aliento de tu suspiro en mi cuello… Y del corazón, del loco corazón que se detuvo que da paso al suspiro, que dio paso a ti. De todos ellos, de la santidad de mi beso cuando vulnerable lo entrego en tu mano de la caricia, la falsa caricia… Te hago reo! de ocaso, de ocaso y su partida te entrego, te entrego a las fauces del miedo de tu sin razón, y el peso vacío de cada letra de cada letra y palabra que pronunciaste… De la mentira de ti, de tu mentira, mentira infame de ti, de tus ojos y falso suspiro. Te hago preso! Culpable, culpable de ti, de tu mentira como el cáliz dorado que de barro en su interior amasado es y ante la preciosa calidez del vino se deshace, deshace como su esencia, como tu mentira, como la promesa de ti. Anda! Anda! con el ocaso y el áspide en tu palabra Eres tu la mano, el beso y los ojos que no merezco,


eres infamia, efímero beso en los hombros desnudos vulnerables… Anda! Anda con el ocaso y vete,! Vete de mi, de mi regazo, de mi poesía de mi poesía y la santidad de ella, de mis momentos, de mi regazo y mi canto! Anda ¡ Que yo desdejo, que tengo aún por arrebato el quitar la perla preciada de la boca del cerdo. Anda! Que después de mi, de mi y de ti… no eres quien Yo merezco!

A la lengua blasfema, a la mentira y la sin razón de tus palabras! En el honor, en la gloria del ocaso. Odio! Odio en verdad!


¡NENA! (Osvaldo Pettinicchio – Daniel Vattimo) Argentina. (Derechos Reservados). Hace ya un vergel de lluvias, hace más de un año que, así porque sí, partiste de todo y… ¿por qué no?, partiste de mí. Espere un papel (quizás hice mal), uno de esos que te llegan a veces, con el mar, ¡sí!..., porque te fuiste con él a navegar , y lo miras con encanto apoyado en el mantel. ¡Nena! Pero no. No iba a ser así. Y solo pudo ser así, sin despedirnos, en ese Adiós de Octubre, (que tampoco asistió),


con lagrimas de cal, ¡sí, nena!, recuerdo de sal No tengo ya ni sillón ni balcón para esperarte un regreso, ¡no!, Tengo solo esta mesa marrón, con color de aguardar y esta silla de palo de pino, de largos alientos y viejos polvillos que me hablan de vos. Por donde andarás hoy, mariposa de cada color, esa luminosa centella de Sol, que a veces te alumbra y otras veces no. Que se tomo en un año, toda la brisa del Mediterráneo, y voló, voló, voló.


ALLEGRO. (Osvaldo Pettinicchio – Daniel Vattimo) Argentina. (Derechos Reservados). …Hemos sido dos en las costumbres y en el tiempo, cuando nos conocimos, cuando de los ojos brotaban margaritas y deseos. Después dejamos de conocernos durante mucho tiempo. Ese, fue el tiempo en que combatimos juntos, tan juntos que no nos veíamos. Vos desde aquel lugar de mesas, de sillas, de esperas, de casi milagrosas confirmaciones. Yo en guerra con la sombra del Sol, con la nube del agua. Mi arma, pretendía proyectiles de pájaros, con alas de Libertad. Matar en homenaje de la Libertad. Esconder los tiempos, sembrar orgullo, dignidad, conciencia, para que otros puedan comer.


¡Sí!... También alguna vez deje de estar. Concretamente, con grandes posibilidades de no seguir estando. La marea subía en mi vida hasta ahogarme con una libertad oscura que no estaba. Seguíamos sin conocernos, sin terminar lo que no pudo comenzar, lo que no pudo ser. Vos intentando la aventura de la Luz, esa Luz que no termina de alumbrar. Yo en la oscuridad que no tenia día, ni noche, ni vida. Solo buscaba muertos con la memoria… Te volví a conocer una vez, después. Cuando el después aparece en la antesala del final, cuando todos los tiempos van a descuento.


¡Muchos años de invierno sin conocerte!. No te pude intuir porque no podía pensar lo que suponía que no estaba. Pero las almendras mostraron su corazón intacto, sin que la humedad del encierro las destruya. ¡Hoy ya te conozco!...


HACER EL AMOR. (Osvaldo Pettinicchio – Daniel Vattimo) Argentina. (Derechos Reservados). Hacer el amor. A veces un sonar de campanas o un tibio aletear de mariposas. Un grito que llega sin espera, que llega cuando quiere, que a veces nos deja esperando y otras nos muere en un encanto, de atriles con muchas partituras hasta un oblivión sin cielo. Que cuando entra se lo lleva todo, que no solo abarca el cuerpo, las manos y las ganas. Que como un tifón de mar se crispa en celo y nos deja hasta el alma traspirando.


Hacer el amor no es ni tu boca ni la mía, es la centella que escapa de la prisa cuando duermo en el borde de mis rocas, cuando respiro los vientos y las calmas, cuando el Sol no cuenta y sí la Luna. Cuando pienso en los destellos del agua, cuando muero en las cumbres o me pierdo en el abismo que llevo dentro mío. En realidad, cuando encuentro el camino.


¿Y quien soy yo? Patricia C. Cervantes Dominguez. Veracruz Vercruz México. En una tarde triste de otoño, vivi un encuentro en nubes cargadas. Había una danza entre ángeles y demonios, en donde ambos contenían sus lágrimas. Cruzaba un bosque de árboles desnudos, y retorcidos solo mostraban sus almas, que susurrantes en un cantar oscuro... Sus armonías a mi me daban calma. Mis pies descalzos bailaban sobre hojas mojadas, y delirante a ellos preguntaba, y quien soy yo? Pero ellos callan y no me dicen nada. Historias cortas me cuentan cada hoja, mientras miro entrecanosa tus barbas, Y una flor, era una rosa roja... Que por tus manos era deshojada, y sus espinas no te lastimaban. Arrodillada en él fango de mis aguas, un ángel llega, me quiere dar sus alas, Veo sus ojos y no entiendo nada, mas él demonio de mi mente se burlaba... Me dice un nombre y yo horrorizada, salgo corriendo ya estoy acostumbrada... Yo soy la amante, la piel por tí gastada, no sé quién soy, tal vez la loca ahora, quién se quedó sin nada, la que deambula cada noche en tus sueños... La que se olvida de ella y de tu recuerdo sigue enamorada.


FANTASMA Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz , México ¿Por qué tu silueta se dibuja en mis versos y en mis sueños? ¿Por qué la aurora, toca mis sienes y me despierta de dulces sueños? verte en los fantasmas del pasado y confines recónditos de mi piel. ¿Porque en la obscuridad de la noche bailamos y bailamos sin cansarnos? sé de tus besos y caricias, tu aroma, sé que bebí mil pasiones viaje sobre tus deseos desenfrenados. ¡Oh! Fantasma del amor de primavera, ¿Porque al caer el otoño llegas en un viento que armoniza la estancia donde dormía? ¡No toques mi alma! ¡No toques mi piel! ¡No te mires en los ojos! de quien te ha amado.


Deja que el tiempo haga lo suyo borrar la huella de tus besos, guardar libros de poemas viejos deja que la vida se llene de vida deja que la flor respire su aroma. ¡Fantasma! No toques mi alma marchita ya está, ¡Huye! ¡Huye! porque podría arrebatarte del viento, para quemarte en la hoguera, que por ti existe en mi corazón.


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