Octubre 2015 A単o 4 Ejemplar No. 16
NOTA: TODAS LAS PUBLICACIONES TIENEN DERECHO INTELECTUAL DE AUTOR Y SON PUBLICADAS CON AUTORIZACIÓN Y BAJO SU CONSENTIMIENTO SIN FINES DE LUCRO
https://www.facebook.com/poetassinfronteras.mex
http://poetassinfronterass.blogspot.mx
poetassinfronteras@hotmail.com
HAIKU Pío Domingo Rosales Sena México 1. Memoria de luz, Luciérnaga en el jardín Faro encendido. 2. La luz del alba, incendio del ocaso ¿Son mi ansia de Luz? 3. El mar y el cielo son reminiscencias de Lucifer – Luzbel.
¡OH NOCHE! Pío Domingo Rosales Sena México ¡Oh noche!, confidente de los enamorados, novia del poeta... ¿Por qué me has abandonado? ¡Oh noche!, fuente del deseo y de la calma, jardín del amor y la nostalgia... ¡Baña mi alma! ¡Oh noche!, eres oscuridad con luz de esperanza... ¡Mitiga mis ansias! ¡Oh noche!, a tu sombra vagan los poetas y se despierta el corazón de los profetas... ¡En mi vida estas muerta! ¡Oh noche!, ¿Por qué me has abandonado? renace en mi vida... ¡Te necesito a mi lado!
.
EL VUELO DE MI FE Pío Domingo Rosales Sena México De las profundidades de mi corazón alzó el vuelo un ave, conquistó el espacio – tiempo y entonó su linda canción. Y a medida que sube se agiganta su canción, llevando paz y amor a nuestra razón. De las profundidades de mi corazón alzó el vuelo un ave, mitad paloma, mitad águila... está ave es mi fe en Jesús... ¡Mi pasión!.
“En la lucha contra bestias hay que cuidarse de no convertirse en bestias uno mismo. Si tu mirada se dirige sólo hacia el abismo, el abismo acaba por infiltrarse en ti.” F. Nietzsche.
PIO: LA BESTIA Pío Domingo Rosales Sena México Una noche de verano viví una experiencia mágica y misteriosa. Me encontraba solo, sentado en la arena, la brisa marina acariciaba mi rostro, las olas besaban mi cuerpo, cuando de pronto sentí emerger dentro de mi… la Bestia. Mi sorpresa fue mayor al observar detalladamente que aquella Bestia, era yo., solo un poco más alto y con el rostro desencajado.
--- Hola perillán --- me dijo ---. Sorprendido, no articulé palabra alguna. --- Relájate, todos dentro de su ser llevan su propia Bestia. Yo soy tu Sodoma y Gomorra, tu Belial. Estoy aquí porque tú me has llamado., así que dime, ¿Qué deseas de mí? Una vez pasado el momento de sorpresa, me tranquilicé y empecé a conversar con él. --- ¿Qué yo te llamé? --- le pregunté --¿Cómo? , si no te conocía. --- Siempre me has querido conocer --- contestó el extraño personaje ---. Hoy, bajo los efectos de “Lucy in the Sky with Diamonds” te has atrevido a llamarme. La Luna que antes lucía su hermosura en el manto oscuro, se había ocultado atrás de una nube. --- ¿Por cuál nombre debo llamarte? --- le pregunté ---. --- Yo soy tu Bestia, así que también me llamo Pío. Su respuesta me causo admiración y miedo a la vez. --- No temas --- me dijo ---, soy tu amigo.
--- ¿Mi amigo? --- Sí --- contestó, mientras fijaba su mirada de acero y fuego en mis ojos ---. Gracias a mi has conocido los placeres lascivos y concupiscentes del reino de Satanás. Tú, uno de sus súbditos., desleal, pero súbdito al fin y al cabo, eres tentado y en cada tentación eres recompensado. En ese momento, la Luna salía de su escondite natural y su argentino reflejo lucía sobre la mar. --- ¿Yo, súbdito de Satán? , no me hagas reír Bestia, quiero decir Pío. En todo caso sería súbdito de Dios nuestro Creador, pero, como EL no es mi rey sino mi Padre, no me puedo considerar su súbdito, pero sí su hijo, su hermano, su amigo. La refrescante brisa marina se había transformado en un soplo helado de muerte. --- Algún día, hijo de Caín, serás llevado al Pandemónium donde serás juzgado. Mientras tanto, seguiré dentro de ti guiando tus – buenos – pasos.
Antes de poder contestarle, Pío, desapareció de la misma forma como apareció, o sería que los efectos de Lucy in the Sky with Diamonds habían terminado. ¿Fue realidad? ¿Fue fantasía? ¿Lo veré otra vez algún día? solo Pío podría responderme. La Luna lucía toda su belleza en el manto oscuro, la brisa marina volvió a ser refrescante y llena de vida, las olas besaban mi cuerpo tendido en la arena, y así estuve en armonía con la mar, hasta ver la luz del nuevo día.
DEUS LUX EST Pius Dominican Rosales Sena MĂŠxico Lux in te, et notum est in medio ad lumina lumen Sofia illumina tenebras repentinos venientem verum. Lumen, ideo caritas est Deus
TOTUS TUUS Pius Dominican Rosales Sena MĂŠxico Te amo ego omnibus, quĂŚcumque habes, Confido autem in vobis, et ego in te, Ego, me tibi trado, ego te in meum. Ego sum omnium vestrum te amo, Vestibulum principio ad finem, principio saeculorum, mea turris David collum tuum, Rosa mystica mea. Portum pacis, Lumen, non caecus, Igne non ardeat, Cor Veritas Amore donationis Christi. Te mihi in fide, sit infinita, sicut infinitum est cogitatio, Amor tuus et Vedad. Ego sum omnium vestrum te amo.
PAYASO María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Hombre de graciosa estampa, pantalón con parches, camisa a rayas y zapatos grandes. Hombre que irradias contento, el rostro pintado con boca grande y llegas sonriendo. Quien te escucha el chiste versado puntilloso, gracioso; ríe contigo ignorando si cargas penas. A veces, como Arlequín que canta al amor, otras, Pierrot que llora de la amada su traición.
Dime si tú eres también un payaso que esconde su aflicción. Tras la risa fingida ante el atardecer de tu sino ocultas la tristeza graciosamente… ante la cruel indiferencia de la vida. Del Poemario “Luz de Luna “
Ladrón de sueños María Estela Rodríguez Argentina Adonde está el ladrón, que se roba los sueños Adonde está el ladrón, que se roba las plumas que escribían los versos ese, que se robó las ideas y los pensamientos. No hay poemas, no hay sueños… Se cuadra la mandíbula de apretar los dientes la boca reseca por permanecer cerrada sin poder gritar todo lo que sientes las palabras se quiebran en la garganta. Se muere de a poco el árbol seco muere también la sombra que dio su copa el ladrón se robó el agua que lo riega, pero aunque sus gajos se quiebren las raíces, quieren permanecer en la tierra.
PARA UNA HERMOSA MUJER N.Rostagno Argentina Existen mujeres lindas, algunas bellas y otras hermosas. Pero allá lejos, en la cúspide de la perfección. Existe usted, señorita. Porque eres hermosa, Que los celos hablen. Que rompan el silencio Y que te envidien. Que sean las horas Las que se frenen Para verte caminar, Así, tan magnifica. Que las noches Sean sin estrellas, porque tu brillo es mucho más fuerte.
Y que te envidien, porque tu belleza es el mismo arte convertido en carne. La misma esencia de la vida que nace, que se hace eterna en tu sonrisa perfecta. Existen mujeres bellas, algunas lindas Y otras hermosas. Pero muy lejos De todas ellas, Existes tĂş.
QUERIDA AMIGA N.Rostagno Argentina Puedo escuchar tu llanto, querida amiga, como una canción desafinada de amor. Como truenos en tormentas que perturban la calma. Es tu cama el lecho funerario donde mueres de amor. Donde la soledad te abraza y no te suelta, porque ella conoce el valor de tu alma, y te cela. Mujer inteligente eres, y la soledad es amante de las mentes brillantes. ¿Dónde está mi gran amor? Te preguntas, Quieres saberlo, pocos hombres te entienden, Pocos soportan tu luz. Como ciegos sólo palpan tu cuerpo, mas la belleza de tu alma no la ven. No desesperes, el amor llega cuando uno no se lo espera, Se lo busca, pero no se lo encuentra de ninguna manera. Aunque tarde, aunque te lleve la mitad de la vida. Nadie muere solo querida amiga. Por eso acá estoy yo, para cuando quieras consuelo. Si te bastan mis abrazos para decirte cuanto te quiero. Entonces ven aquí, que descanse tu rostro en mi pecho. y abrazados los dos, juntos diremos, que somos amantes de la soledad, por eso nos entendemos.
MI JARDIN Juan B. GARIGLIO ARGENTINA Veo mi jardín envejecido, mustio, deslucido. ¿Es acaso un reflejo de mi alma? ¿O solo, el invierno pasajero? Son muchos los inviernos, que han pasado; pero siempre renació en la primavera. Y el verde reluciente de la estera, que cubre el suelo cual tapiz lujurioso, donde mi perro regodea, en las tardes de frescura. Sombras de jazmines azul cielo, Picaflores que liban dulce néctar, rosas chinas de cáliz generosos, a los que ellos retornan con premura, para tomar la savia de la vida. Y sus vuelos que seducen, cuando estáticos en el aire, se destacan, curioseando mi mirada que goza, de tamaña osadía.
Oh…Retorna ya hermosa primavera. Con el manto del verdor del paraíso, el aroma de sus flores en racimos, inundando el aire de la tarde.
Y Yo retoñando en mi pecho, el frescor de mis años juveniles. Para comenzar a vivir, con la premura; de quien goza de esta existencia concedida, Tan solo por amor a quien da la Vida. Y retorna PRIMAVERAS FLORECIDAS.
ASí COMO ELLOS Roberto Rochin Canadá Se derrite mí entraña Se escurre mi dolor, Elípticos sentimientos del amor, Me dibujan, Una lagrima. Son tan míos, Son tan tuyos, Tan de nosotros, Tan de todos. Así... Como son: INOCENTES PEQUEÑOS DESNUTRIDOS Hiperactivos, tristes y algunas veces felices, Pero...débiles. Mugrosillos, Mocosos, Espontáneos de la vida,
Sencillos humanos PEQUEÑITOS, Harapientos y... descalzos, Porque así, Se sienten más cerquita de la tierra Que los vio nacer, Y más cerca del mundo, De ese mundo tan vacuo, y hostil, Que le heredaron sus abuelos. Sí! Esos viejos, Mártires de una conquista. Eso indios "satánicos" Adorados del diablo, Constructores de pirámides Y símbolos de la muerte. A ellos, (A sus pequeños) También les contaron la leyenda apócrifa. Les dijeron, Que el hombre blanco, Era un dios. Un dios amante... De la pobreza y el hambre de los niños, Así como ellos...
POR LA YUNTA Pablo García García Grupo Cultural OCCEG Papantla, Ver., México “Por la sombra de la yunta se deslizan mis ojos removiendo sus recuerdos en todos sus escombros, así se mueve la tierra con la punta del fierro hundirse en sus entrañas descubriendo los caracoles y las piedras que un día se bañaban de sol. Al susurro del viento jugar por mis pestañas desiertas por el otoño, llegan imágenes en cámara lenta las etapas infantiles hasta hoy que se arquea el hombro por el correr de los días en el huerto de mi piel hecho un atlas de cicatrices por las espinas del camino. Apenas alzo la vista con los males del tiempo y con la retina desgastada haciendo una cortina el escenario hecho montaña de color azul por la distancia, miro las frondas del bosque mientras observo mis ásperas manos que morirán así junto a mis tallos…”
SIRIA Bernardo Cortés Vicencio Grupo Cultural OCCEG Papantla, Ver., México
“Yo solo quiero ir a sepultarlos y sentarme a un lado hasta morir. . .” Se ha refugiado el tiempo entre todas las cosas, en los libros , en las noticias , y la humanidad llora fatal sobre el lecho de un niño lo ha traído el mar lo ha traído la conciencia donde se coagulan los muertos bajo sus olas donde la muerte es un abismo y el abismo es una luz diseminada [aquí pasa el instinto y carece de cripta y de Historia] Ella lleva un rostro de lágrimas y escombros señalando a la muchedumbre a sangre y nada, afuera de su voz, muy afuera, se comprime una angustia de frio de hambre , de sed
el ruego, una petición hecha súplica a la triste miseria muro en un barandal de tierra emboscada al pie de una gran devastación una fábrica tan caliente donde la tierra tiembla ante los cuerpos que se trasforman fantasmas de un soplo de boca seca es ver una agonía creciendo muda en los oídos de alguien. [Es posible que el mundo tenga nombres rotos y los tenga en un libro desgastado donde sin duda es patio y ofrenda para los muertos] Y se desfigura la libertad en todos los sitios en la vieja casa de un reloj, al otro lado de la pared la luz se ha vuelto jinete un pergamino en la mano derecha de Dios un puñado de cuerpos vienen ardiendo como teas el claro obscuro de los vientos empujados escapan ante el reloj de crecer ante la tormenta y la hambruna. Porque las calles son un campo abierto de ventanas y puertas donde el tiempo mastica toda esperanza y la conciencia es dolor escrito a sangre y fuego hecho ceniza contra las piedras.
Dentro de mí hay un duelo de sombras obscuras palabras de pequeñas ciudades como un siglo en la hojarasca cayendo en la historia de cuatro hombres a caballo sin llegar a ninguna parte. Así dice la noche la más seguida la más letal unida por las moscas de los hospitales por los médicos y la máquina. La maquinaria como el estallido descomunal de este cielo estrellado de lluvia y relámpagos encendidos sin tierra sin raíces ahí están los niños con la biblia la Biblia, una enorme sombra de viento extraño en la zona arqueológica de un árbol seco de Jerusalén. Ahí están los niños pintados por el progreso de la esquina, de un futuro donde pasan los aviones y los tanques para acostarse a morir temprano y la grieta es humo de sangre de hace dos mil años.
Y la bala se hunde en los edificios frente a los ojos vacíos de las construcciones. Todos los días bajo esta sombra del silencio bajo esta sombra mordida por un gigante cabalga por la gran Mezquita un caballero de la gran cruzada del siglo dieciséis. [La guerra solía entrar a solas en la primera civilización humana] Créeme el festín es un espectro sin remordimiento con la mano en la escalera , en la mesa en la silla donde hay varios niños muertos. Créeme en el metálico velo de la ciudad el radar entra por toda la casa, por la escuela tiene un largo nombre por toda la calle. Créeme los gritos son un cuchillo en el cuello donde mamá y papá son escombro reducido a cenizas por donde los jinetes pasan. ¿Has visto un collar de mariposa ardiendo en los párpados del alba?
Allá, a lo lejos se fuga el viento entre el río Éufrates suele ser la longitud del mundo suele ser una mancha extendiéndose pero para mis labios es una fosa en tinieblas. Créeme que el viento hace una grieta en pleno vuelo de un pájaro sombrío aterrador , espantoso ¿Serán los cactus y la montaña donde podría orar Dios? será la boca espumeante de todo el territorio enrojecido infectado de larguísimos hospitales donde nunca veras a tus hijos a tus descendientes al abrir la noche al final del reloj donde la tierra arde bajo la piel seca de la medianoche. Siria es un espejo sucio donde no se sabe si ladran los perros.
ANTES DE OTOÑAR Eduardo Torres Isleño Grupo Cultural OCCEG Papantla, Ver., México Acércate, las sombras del estío se han abierto y la quietud de los árboles se condolece, más que nunca, tristísimo, y tú todavía esperas. Mira que estoy listo, desbarátame. Ahora puedes hacerlo. Date prisa que la noche fecunda el silencio, y de los campos de olivos brota la nostalgia. Anda, desmenúzame. No tardes. No sea que esos idiotas capturen este dolor absurdo. Ven, desolla mi pecho, hunde tus manos en mis entrañas. Desmiembra mis arterias, antes de que el verano te arrebate, antes de que se extinga tu acento y con el se apague tu inocencia –esa maravillosa mentira de la que estoy enamorado. Corre ¿Qué esperas? ¡Dispara! Como siempre lo has hecho. No dudes por que el invierno sin tu voz me hará trizas.
Estoy listo. Desbarátame. Quiero el último recuerdo de tus nuevos labios rojos. Apresúrate. Carcome toda la pasión que aún me queda en la estúpida esperanza que no sabe distinguir lo incierto de tu boca. Yo no puedo continuar sin el fundamento de tus palabras, esas que nunca serán la eternidad. Por eso te pido, desbarátame, ahora y vete, que la luz ya sopla liviana, y pronto dejara de soplar.
EL MOTIVO DE MIS VERSOS Doralicia Hernández Sánchez Alma de Colibrí Grupo Cultural OCCEG Poza Rica, Ver., México Eres el motivo de todos mis versos, de los más alegres, de los incorrectos. Algunos audaces, sensuales, risueños. Otros tantos tristes, pulsantes, serenos. El protagonista de cada diatriba, mi mundo soñado en letra cursiva. La causa y efecto de mis argumentos, esas libertades en mis fundamentos. El ritmo y la pausa que aviva la rima, en que voy urdiendo la pasión que anima, todas las verdades cargadas de sueños, con la retahíla que provoca anhelos. Tú mi verso en rosa, azul o dorado según sea la pauta, que hayas decretado. A veces con penas y otras alegrías pero siempre inmerso en todos mis días.
¡Oh Amor que Inspiras las letras que plasmo! y salvas a mi alma de vivir en pasmo. O morir ahogada de monotonía, si es que no gozara de tu compañía. ¡Oh Amor que vienes oliendo a Jazmines! Vistiendo colores sobre mis jardines. Llena con tu esencia la voz de mi canto ¡Que mis letras viven! gracias a tu encanto.
EN EL ABISMO Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México Sentir el viento en el vació inmenso, de la soledad de una tarde sin estrellas. Sentir la lluvia, sobre el pasto inerte, y observar que la tierra bebe néctar de vida, esperanza e ilusiones. Desnuda tu alma ante el abismo, respira el aroma de estrellas perdidas en esta noche. Dibuja en el aire ¡Amores! ¡Rostros! Recuerdos vagos.
Pronuncia tu más bella palabra de amor al firmamento, como quien busca etéreas figuras en tu sueño. Siente que debes respirar la vida, alegrías, llantos y sueños frustrados, respira entre tus días opacos los versos más bellos, nunca sabrás el instante que dejarás de hacerlo. Esta noche en el abismo del infinito, te abrasará una fugaz aurora boreal. Vive ¡Respira la vida! Un instante soplo de ángel, el tomará tu mano y en ese frío abismo mostrará un libro vacío, escribe tus instantes fugases tus incontables sonrisas, y el tiempo de los tiempos.
POETA DE CORAZÓN Zaradyel España No nací poeta, la poesía llegó a mis letras cuando el dolor me hizo sucumbir ante la vida, Buscando un desahogo y una puerta de salida, Se introdujo fuerte en mi alma como parte de mi esencia, Otorgándome el don de la palabra para poder en letras plasmar mi agonía. No nací poeta, la poesía llego a mí otorgando libertad a mi alma, Y en horas incautas de amores pasados me da la calma, Abre el cielo lleno de sentimientos perpetuos, Y me deja volar con alas rotas pero eternas llenas de color; Es la esperanza que guarda mi alma eterna, En las inquebrantables horas de añoranzas pasadas, Y es en letras que puedo expresar lo que siento, A veces incomprendido pero siempre totalmente cierto. No nací poeta, la poesía llegó a mí para sanar mi dolor, Lo que si sé de cierto es que ahora no puedo callar mis sentimientos, Y me descubro ante la vida que aun que no nací poeta, Moriré poeta de corazón.
TIC TAC Zaradyel Esperando lo que esperó desesperó Por qué esperando se agotan mis horas Y aunque eternas y cautelosas son etéreas, Moviendo están las manecillas de un reloj de arena; Desespero esperando y esperando me quedo, Marchitando ilusiones que en la arena flotan Y es la arena que resbala entre mis dedos que se aprietan, Sujetando con fuerza la esperanza que sin gloria se escapa. Tic tac, tac tic dice el reloj de mis pensamientos, Mientras mi mirada se opaca esperando en espera; Por qué entre espera me quedo quieto y etéreo, Tan real y borroso como la vida en el tiempo; Espera de esperar una esperanza tardía, Que aunque tarde llegará para llegar al final, Cuando de la arena quede el último grano Y sea el último aliento de mi vida pasar.
NI SUEÑOS, NI PESADILLAS Arniel Levis Venezuela Un día despertare de este hermoso sueño y todo será oscuridad Perderé el norte de quien soy, y vagaré por las calles de la soledad, Sediento de amor, hambriento de ti, queriendo morir en cada esquina Un día estaré tan hastiado de mí, sintiéndome perdido, tan lejos de ti Quizás despierte en la noche buscando tu calor, tu comprensión Y me encorve en la cama de la pesadez, sin hallar consuelo Y me veré perdido, sabré ser paciente, total, el tiempo lo cura todo Este dolor pasará y atrás quedaras tú, diáfano, incorpóreo y etéreo Y mirare atrás, con el tiempo serás una triste sombra Un lugar a donde no quisiera regresar nunca más Una pena que retorcía mi alma y mi corazón de punzadas hirientes Sabré que no eras sueño, era la más burlesca y desconcertante pesadilla
HOMBRE Y MUJER Isidoro A. Gómez Montenegro México Soy tu fantasía… mi presencia te conturba soy arcilla… moldéame en tus manos. Palabras eternas el aire socava. Trébol, olivo e higuera nos acompañan. Percibo tus pisadas a distancia, a través del musgo, de palabras. El aroma de tu cuerpo me llega a lo lejos. Vienes a mí con hálito de esperanza. Al mirar el firmamento… con la frente en alto damos gracias a Dios de estar juntos. Río desbordado de pasión, amor inmarcesible, manos conventuales me acarician.
Tus pupilas me seducen tiernamente, ¡Soy la mujer que esperabas! Eres hombre te desgarras el pecho donde apoyo mis senos suculentos. Voz grave… trastoca palabras a mi oído. ¡Amémonos entonces, para eso hemos nacido! Tú eres hombre, yo mujer. ¡Quiero ser amada!
LAS LILAS Isidoro A. Gómez Montenegro México Florecen en mi jardín, las lilas. Pájaro tímido de pecho gris gorjea dulce canto. Escucho la llamada de la primavera. Sobre las verdes hojas de punta se extiende su canto… ¡Es el amor! En la mañana de mi vida florecen lilas primaverales. Cantan en el bosque, lindes, pantanos. Brisa breve del medio día de mi vida, llega…estoy de pie en altozano. ¿Cuándo fue? Tarde, en mi efímera juventud. La noche desilusiona el alma en delicada procesión. A lo lejos se diluye tu imagen, desparecen los cantos de tímidos pájaros. El milagro de medio día. Junto a ti, en el ocaso, surgió la noche, las estrellas. Mi amor por ti me retiene. Las lilas florecen en mi jardín.
ARCILLA Isidoro A. Gómez Montenegro. México Alguien dejó en mi tierra el azul del cielo entre ramas de crecido árbol. Un pájaro, su dulzura, voló en nítido aire. Recuerdo la ternura funesta que me ofreciste. Dulce credo de olvido… Río de apresuradas palabras se transformó en tosca y roja arcilla en nuestras manos. Hundimos las pisadas en arena. el pájaro de alas azules quedó aprisionado en dos corazones. Hoy nos convertimos en enemigos, labramos el destino entre barro áspero, tibio y pájaros de alas azules. Odio y ternura.
SEGUIRÉ AMÁNDOTE Isidoro A. Gómez Montenegro México Ojos de tristeza, de hundida mirada. No respiramos aire, respiramos silencio. Mundo de inquieta agitación, ternura desbordada. Anegada fe se rompe en olas entre tus dedos. Madura avellana abrazada al infinito del tiempo. Rozo tus labios en silencio, conmovido dibujo cúspides en tu ondulante cuerpo. Ésta vastedad se arroja de bruces sobre el movimiento de las olas.
Nos mantiene incólumes. Ángel de luz, compañero… Aturdido de amor me recorre un espasmo como soplo de lluvia. Penden ojos de tristeza… Alas de ángel encierran el mundo, el triunfo. Alzo al cielo mi voz en tinta tenue, desnuda. Describo dulce sufrimiento. Entre nubes, viento y sed, gritaré tu nombre: Recibiré amor, pétalos serenos incesante sonido… Seguiré el vuelo amándote bajo el cielo.
CIELO A MEDIAS Doralicia Hernández Sánchez alma de colibrí. México Amor de media luna a medios versos, que vaporosos rondan en la noche. Perdiéndose en el mar de su universo, prendido de un suspiro con un broche Amor que a medias llegas, transparente. Durmiendo entre verdades absolutas, trayendo tantas cosas de repente, que no responderán medias preguntas. A medias si, quizá para la gente, que no ve la pureza de tu hado, de iridiscencias más que refulgentes nacidas del más bello sueño alado. ¡Amor tú eres amor para el busca! Sentir la dicha plena al ser amado. No importa que tus alas nos conduzcan a un cielo a media luz iluminado.
SILENCIO José Flores México- U.S.A. Tal vez yo sea el único amante de este silencio ensordecedor, allí donde tu voz se dispersa en los ecos de la noche serena. Es el silencio donde mi memoria encuentra su cómplice indecente trayendo a mi mente tu cuerpo que serpentea en el lecho húmedo. Es este silencio que segrega en mi intelecto las palabras sacras que de tus labios emanan entre los arrullos de las cigarras. Es el silencio hermético demente que lleva entre sus secretos las noches de lujuria incidente de nuestros cuerpos en su romance. Silencio llegas a mí en la noche como discreto mensajero de ella, acariciando mi cuerpo bajo la luna que desahoga sus besos.
Es mi cuerpo desnudo postrado entre la luz y la sombra, cautivado por tu mirada que llega en el sotavento. Protegido entre los vástagos que de tus manos emanan desbordando en mí tu sentir en cada caricia. Soy el silencio penetrando en cada uno de tus sueños, desollando tus secretos y entregando mi diezmo. Hermosa sirena que reposas en estas arenas blancas bañadas de sol y luna esperando mi llegada.
NOCTURNIDAD José Rafael Rivero @LetrasySentires Venezuela Aquí voy de nuevo Surcando atardeceres Convertidos en perennes noches Bajo el candil Se mezclan las letras en mi mente Y se dejan escuchar Por encima del Tinitus, Que ya no me afecta, Estoy aprendiendo A convertirlo en susurro Aún me paro en el balcón A buscarte entre las luces de la ciudad Aún miro el relámpago lejano, Ese fulgor, esa constancia, Que habita mi pecho En la nocturnidad de tu ausencia
Nunca la lluvia fue mejor consejera Que en las noches eternas Fluyendo las letras que te dedico Sin cruzar los brazos, ni los dedos, Aún aquí queda el fuego, La llama primitiva La luz inicial... de esa supernova en el cielo Que una vez se hizo única Y marca el sitio Donde guardo mis versos para ti...
COARTADAS José Rafael Rivero @LetrasySentires Venezuela Te acercas sigilosa Entre espacios y acentos En noches de asedio Sin luna ni estrellas Puedo sentirte aún en el Silencio Conozco tus pasos, El sonido de tus murmullos En los pensamientos que escribes En las miradas curiosas En los suspiros diversos Puede que tengas coartadas Y no pienso investigar Quiero dejarte amar Lo que tu curiosidad te entrega Aquí en un lienzo blanco Que se llena de ilusiones Una vez más...
LA CULPA Lourdes Lagardery Puerto Rico Fue mi culpa que marcharas de mi lado pues no supe vislumbrar tu amor por mi, y hoy que estas lejos, tan lejos de este puerto tan solo escribo versos para ti. te busco en mis sueĂąos cada noche marinero de mi amor y mi ventura, y vivo mi vida con un derroche, de placer, de dolor y de locura...... Quiero tenerte de nuevo en mi regazo, perderme en tus ojos cristalinos, sentir que me ahogo entre tus brazos, bebiendo el nĂŠctar de tus labios tan divinos.
REFLEXIONES : FE José Libardo Anzola Colombia La vida a veces depara impensables situaciones no entendemos las razones nadie a ello nos prepara De nosotros se apodera La angustia y el temor Pedimos a Dios Valor Para afrontar lo que sea. Solo es en esos momentos Que dé él nos acordamos De resto lo apartamos Hasta de nuestros pensamientos Si la fe en Dios otorgamos Debe ser siempre constante No solo en los instantes En que lo necesitamos Fe en el señor no es rezar Ni hacer muchos juramentos Es cumplir sus mandamientos Y a nuestro prójimo amar El la libertad nos dio De escoger nuestro camino
No hay que culpar al destino Si mal camino escogió. El señor que nos creara Es sabio y omnipotente Siempre nos tiene presente Y jamás nos desampara. PERSEVERANCIA José Libardo Anzola Colombia El fracasar o triunfar Solo depende de ti Debes tan solo escoger La forma en que haz de vivir Si vives sin ambiciones Si no aspiras superarte Te expondrás a que en la vida Alguien pueda pisotearte. No se cosechan los triunfos Sin obstáculos vencer Para poder levantarte Tienes antes que caer. No aceptar nunca el fracaso O rendirse sin luchar
Por más que se haya fallado Hay que volverlo a intentar. Es de cobardes rendirse Ante una dificultad La victoria sin esfuerzos A nadie mérito da Para las mieles del éxito Poder gustoso beber Debes de haberlo ganado Y logrado merecer. El éxito o el fracaso Jamás es cuestión de suerte Lo único ineludible Se sabe que es la muerte, La suerte es una excusa Que buscan los incapaces No existe nada imposible Te lo propones, lo haces
A TIEMPO José Libardo Anzola Colombia No dudes decir “te quiero “ Hoy a tus seres queridos No esperes querer hacerlo Cuando los hayas perdido. Los te amo que guardaste Para mejor ocasión Son palabras sin sentido Si nadie los escucho. Ese abrazo que no diste Pensando después lo harías Se quedara en la intención Si no te deja la vida. Cada vez que te despides Puede ser la última vez No sabes si al ser amado Ver se vuelve a conceder Por eso es tan importante Decir a tiempo te quiero Como lo es el dar un beso O un abrazo sincero. Después solo habrá lamentos Por la oportunidad perdida Amargura y desazón De no haberlo hecho en vida.
A LA PAZ DE TU MIRADA José Luis Yépez Sosa México La noche trémula la de los astros tristes con su afligida luz mortecina a la memoria convidan el salino sabor de las lágrimas yertas Emerge el recuerdo del mar omnipresente entre las olas tu bello rostro cautiva la mente que el dulce recuerdo acaricia como un gran velamen en el viento del estío Son las horas en las que tu nombre se pronuncia leve con un taciturno olvido del tiempo cuan presente aún en los tímpanos de las personas todas que te amamos A donde tú vas la grácil luna la lámpara etérea de tus ojos alumbra el camino sin retorno a las almas libres del lastre de la vida
Volátil tu atuendo en el réquiem postrero como ninfa en la quietud tu voz canta y en sus notas acuosas vas recogiendo estrellas con tu vestido hecho de arena y alabastro De tu mano el índice señala los acantilados ordinarios de amapolas con tus pies alados ¡oh! Dulce niña nada hay que detenga el avatar de tu destino En el extenso túnel en densa oscuridad cautivo un punto de luz extremo te distingue es la vida que separa de la muerte es la muerte que nace de la vida.
Réquiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis
ROJA EXISTENCIA Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México
Te miré desde lejos con tu silueta rubí, tus ojos negros y tus labios carmesí; aquella enérgica fuerza que brotaba de ti… ¡Con ímpetu vorágine conseguí descubrir! Un río escarlata bajaba por tu cabeza, entre olas el viento movía con destreza y había en tu espíritu cierta entereza, que podía leerse en tu mirada con dureza. Entre sombras te vi aquella noche especial, me enamore de ti no lo puedo negar; mi corazón emocionado solía palpitar, con tu fragancia carmín que impregnaba el lugar. Tu piel rojiza se encendía como el fuego cuando el sol acariciaba tu cuello bermejo. Deseaba besar tu mejilla del color de la grana, tomar tu melancólica mano y colocarla en mi alma.
De solo recordarte me siento ruborizada, cuando tú me mirabas quedaba paralizada, porque solo tú lograste hacerme sentir… ¡Que un volcán rojo hacía erupción dentro de mí! Observaba tu barba pelirroja tan desaliñada que combinaba perfecta con tu aura dañada. Me hubiese encantado haber sido yo… ¡la que hubiese robado tu corazón! Pero me conformo con haberte conocido, aprendí de mí misma antes de que te hubieras ido. Fue un placer haber conversado contigo, aunque en realidad la plática era conmigo. Echaré de menos tus entrañables divagaciones, y hasta tus más extrañas conclusiones. Aquel sentimiento bermellón en mi vida, ¡me hizo crecer, me hizo genuina! Aquella tristeza que había en tu semblante, ¡espero que algún día se torne desafiante! Hubiese querido beber de aquel vino tinto que emanaban tus besos no concernidos.
Y aquel recuerdo púrpura granate… ¡Quedará en mi memoria de forma insondable! Serás por siempre aquel impulso espasmódico, que desquebrajó las paredes del miedo y el odio. Alteraste el caos interno que reposaba allí, en una imponente entropía que no deseaba salir. Fuiste el antagonista de mi vida que logró disuadir el miedo constante de la dualidad que encubrí. Quería llegar a lo más profundo de tu esencia, pero el destino bifurcó el camino sin tu presencia. Deseo que el viento llegue hasta tu ser colorado, y te diga al oído que ansío tu bienestar invariado. Que todos lo que anhelas logres cumplir, el éxito en lo que te apasiona puedas concebir; que el ente de la mentira que habita en tu ser, te fortalezca arduamente y te ayude a crecer. Entonces ahora llega el adiós que nunca te dije, que concluye el capítulo de mi vida en el que viviste. Reflexiono que tu roja existencia me hizo aprender… ¡Que el amor platónico se vive solo una vez!
“LA SOMBRA " Patricia C Mercantes Domínguez Veracruz, Veracruz México Recogí el fruto de aquel árbol. Esperando que este fuera bueno, Sin darme cuenta que al instante. Ya cubrían mis manos su veneno. Quise salvar mis manos de tu encanto. Pero nada pude hacer ya en tus huertos, Y apareció ante mí vista como un manto, La oscuridad infinita con lamentos. Llorando supliqué que me ayudarás Y reíste cual malévola en tu juego Mirando al cielo caí a tu sombra… Donde habías sembrado ya otros cuerpos. Recogí el fruto de aquel árbol… Esperando que este fuera bueno. Pues en el sembré toda mi infancia, Habiéndolo regado con recuerdos y mis sueños. Más a su sombra hoy yo muero. Al descubrir que de su sombra ya no era el dueño.
" RECORREME " Patricia C Mercantes Domínguez Veracruz, Veracruz México Recorre mi cuerpo como agua, Penetra cada uno de mis poros.. Al deslizar tu lengua por mi espalda, Disfrutando tus caricias yo te imploro. ¡No detengas!.. Que más de ti yo quiero. Si te detienes, de mi yo no respondo. Recorre mi camino al monte venus, Buscando atajos para llegar más pronto…pero mis manos te detienen suavemente... Para que mojes tus dedos en mi pozo. Bebé el néctar de mi labio y frente, Mójate de ellos dame gozo. Recorre mi cuerpo con tus manos Disfrutando sus montañas y veredas Grabando en el, en todos sus rincones Dame placer con tres gotas de cera. Latigame pues más de ti yo quiero… Pero hazlo con pétalos de flores. Recorre los caminos que a mi llegan, Con ojos vendados... Es amor ciego Átame ya de pies y manos! Vertiendo en mi los fluidos de tu cuerpo… Terminando en un suspiro nuestro encuentro.
HOY SUPE DE TI GUADALUPE ESPINOZA LAGUNAS TIJUANA MEXICO Mil poemas inconclusos, garabatos sin sentido lágrimas sobre el papel, un mustio y seco clavel y un corazón abatido… Sólo quedaron recuerdos de aquel nuestro inmenso amor, en una sima del tiempo guardados con gran dolor. Hoy que de nuevo te encuentro ese dolor se agiganta de nuevo se abre la herida se despierta la añoranza. Después de un cuarto de siglo y a través de la distancia, hoy volví a escuchar tu voz y me invadió la nostalgia
Volví a soñar con tus besos, aquellas tardes hermosas frente al mar allá en el puerto viendo volar las gaviotas. Hoy escuché de tus labios, que nunca me has olvidado que en tu corazón me guardas como un tesoro preciado. Hoy, con gran melancolía, recordé mi adolescencia cuando te amé como a nadie con ternura… con vehemencia. Pero han pasado los años… dejando profundas huellas, grietas pobladas de olvidos de soledades y ausencias, Ya no soy aquella niña que te amó por vez primera aquella que en su inocencia te entregó su primavera.
La vida ya no me alcanza ya me lo dice el espejo, de la chiquilla que amaste tan sólo queda el reflejo. Hoy al final de mi otoño he vuelto a saber de ti volví a escuchar que me amas ... y de nuevo te perdí. ACRÓSTICO AL AMOR GUADALUPE ESPINOZA LAGUNAS TIJUANA MEXICO Letras que en mis trazos engendran poesía Orgullosas surgen de mi humilde pluma, Cae el verso al alma y sutil la perfuma Un dejo divino de melancolía, Ronda por mi mente aquella fantasía Avecilla etérea que al nombrar se esfuma. Divina añoranza de un amor vivido Entrañable aroma de una hermosa flor. Abrazo de luna que me quita el frío Milagro que cura el más grande dolor, Oasis de gloria, caudaloso río; Recuerdo sublime de un inmenso amor.
BUSCANDOTE Lucila Reyes México Te he buscado en todos sitios, sin poderte encontrar, te busco en el viento, te busco en el mar te busco en todas partes, amor ¿en dónde estás? te busco por las calles, en otras miradas, en pasos de otros hombres creo escuchar tus pisadas, te busco en sus manos y en su forma de hablar en sus aromas, en sus risas, en sus voces, más, les falta la poesía que solo tú sabes dar. Dime amor ¿dónde has estado? pues no te puedo encontrar, te busco en otros ojos que antes me solían hablar, pero todo es distinto se ha vuelto simple y burdo....lo antes me solía gustar. Le falta tu ternura, le falta suavidad ¡le falta todo, ya nada es igual!. Te he buscado en la noche, en las estrellas, en el tiempo que pasa sin pasar… y he venido a refugiarme en tu poesía, donde sabía te podía encontrar.
LA CAÑADA Deorida Vallecillo. España
Verde senda, cañada olvidada. nuestro encuentro en otros tiempos, donde el eco apacible resuena, donde lucen, los robles más bellos. Y le estepa con sus flores blancas, y le encina da sombra al viajero, y las flores más bellas del campo son clavelitos amarillos pequeños. Son los cardos al lado el camino, el olor del espliego ya seco, la cañada real olvidada, caminito, de largos paseos
INCOMPARABLE Santa Velia Flores Coahuila, México.
Valiosos dones te dotó la naturaleza, esa esencia tuya Incomparable, brillante de los pies a la cabeza, a la vez quietud y algarabía. Cuando sientes que el amor es efímero y delicado, que por los celos se siente amenazado, cuando en algún rincón del alma, cansada de llorar.... hasta mi sombra llora.
Lo vas puliendo como dura roca, trasmutando tristezas y decepciones, por alegrĂas y chispas de fantasĂa. Como subir a una alfombra mĂĄgica de un cuento, volando sobre pesares y desatinos con una conciencia de esperanza a un sublime destino.
A SOLAS SIN SOLES. J. Gregorio. Tuxpan, Ver. México I En el cielo Se abre la matriz de dios, Obscuridad inmanente, Padre del sol, II Una tormenta De fuego cae Sobre la blanca noche De nuestros días, III Y tú duermes Bajo la luz de la luna Entre el barro y la sal, Entre la sangre y las cenizas IV Ojos ciegos, Lengua de piedra, Tu silencio es la herida, Tu condena es callar,
V Todas las sombras Se postran sobre tu cuerpo Como moscas depositando Sus larvas intentando volar, VI Hombre de polvo, Eres polvo y aliento, Eres fuego y agua, Eres todo y eres nada, VII Ave sin canto, Plumas sin alas, La noche eterna Nos vigila, VIII Abre tus infinitos ojos vacuos, Tiende una red en las montañas, Solo los escarabajos llevan entre sus patas Una ofrenda para ti, IX A solas sin soles, Se escucha el devenir de las olas, El faro está en llamas, el mar está en llamas, Y una legión de ángeles Abren sus parpados para vernos llover.
ENCUENTRO A LAS 10 Zaradyel España El silencio era agobiante mientras el dolor le quemaba por dentro, latía en sus venas como llamas ardientes y recorría todo su cuerpo desde el interior, su frente se perlaba en sudor frío mientras sus manos temblorosas se sujetaban con fuerza al lavabo de aquel baño deseando no caer, respiraba profundo intentando calmar aquel dolor. Lentamente alzó el rostro observando su reflejo en el espejo, un ser pálido y cristalino que parecía ser frágil como una copa de vidrio, sacudió la cabeza pues se negaba a aceptar que aquello fuera él, abrió el grifo y refresco su rostro sintiendo un poco de alivio. Desde afuera tocaban a la puerta -se encuentra bien?preguntaba la voz de una mujer, -si ya salgo- respondió él, retomando la calma y control sobre sí mismo para que su voz no se escuchara quebradiza debido al dolor que soportaba. Tomo el picaporte y salió con el rostro humedecido por el agua que se había echado, regalando una sonrisa a aquella señora la cual solo negó molesta con la cabeza, pensando que él estaría en drogas o algo similar, -estos chicos- se quejó y volvió a sus labores como camarera de aquel pequeño restaurant.
El chico de no más de 25 años, cabello castaño y ojos marrón pago su cuenta y metió sus manos a sus bolsillos saliendo de aquel lugar, el frío aire de invierno golpeo su rostro y disimuladamente se acomodó la chaqueta con el gorro y bufanda, a lo lejos parecía como un chico normal, alguien que robaba miradas de muchos y muchas por su extraña belleza; pero que en el fondo él sabía perfectamente que no lo era. Cerró los ojos un instante, permitiéndose unos minutos de natural placer en comunión con el viento y sus sentidos. El dolor era latente y jamás se iba por entero, solo daba pequeños momentos de descanso haciéndose más soportable, pero aquellos pequeños instantes eran como rozar el paraíso con los dedos; una sonrisa se dibujó en sus labios y volvió su andar apartando la vista del cielo por un corto tiempo. "Rosa perpetua estatua de piedra, Incauta y sincera sonrisa de cincel, Donde escondes las lágrimas tras la puerta Y de un golpe bebes toda la hiel; Deja abrir mi corazón sediento Tengo frío y no hay leña que encender, Los labios azules de mis amores perdidos, Se quiebran y vuelven a nacer, Con esperanza inocente e ingenua, De que rotos volverán a perder."
Aquellos pensamientos invadieron su cabeza mientras sus labios susurraban suaves, sin voz aquel poema, los recuerdos inundaban su corazón y sin fijarse algo lo impacto de frente. Fue un golpe seco que le robo el aliento y le hizo caer contra el frío pavimento, sus manos frías se rasparon y por un segundo si visión se nublo de pensamiento; entonces una voz le hizo volver. -estas bien?-, parpadeo un par de veces y alzo la vista mientras volvía a recuperar el aire perdido, su bufanda había caído dejando ver sus dulces labios y el viento frío penetraba por su boca y nariz casi impidiéndole respirar con normalidad. Pero en aquel momento solo se fijó en aquel sujeto frente a él, alto, robusto y moreno, se veía mucho más grande que él, de cabello negro y quizá saludable; le extendió la mano para ayudarlo a ponerse en pie. Observó la sangre en sus propias manos y negó con un temor que solo él conocía, pensando en el veneno que corría por sus venas,-estoy bien, solo deberías fijarte por donde vas- le respondió de forma fría con el propósito de alejarlo de él y se puso de pie escondiendo sus manos en los bolsos de la chaqueta; -disculpa iba distraído y no te vi- le respondió y extendió una tarjeta con un número que al ver que no la tomaba la metió en el bolsillo de su ropa, -por si necesitas algo te lo debo- le guiño un ojo y se alejó.
Suspiro pesadamente tomando y viendo la tarjeta, mientras aquel hombre se alejaba; acomodo sus ropas viendo sus manos, se quedó inmóvil un momento sólo así observando su propio ser, dejo caer la mirada y una lagrima con pesadez, entonces volvió su andar en silencio a su casa....
EMPANADAS Alejandra Abraham Argentina Clarita decidió matar a Carlos. Solo esperaba el momento oportuno. Había estudiado detalladamente la coartada. Le tendería una trampa que lo inmovilizaría y lo dejaría a su merced. Un buen día la ocasión llegó, el plan se ponía en marcha. Ese viernes por la mañana después que Carlos se marchara al trabajo preparó el licor casero de huevos, aunque le faltaba un toque especial. Entonces salió apresurada a la farmacia. Don Esteban, el farmacéutico, le recomendó un somnífero. Después del almuerzo fue a la vieja letrina y se puso a ordenar el cuartucho para meter todos los trastos viejos que daban vueltas por la casa. Ya en la tarde pasó por la verdulería y por algunos clientes levantando pedidos. Cuando entró a bañarse se quedó mirando en el espejo su cuerpo desnudo. Observaba con dolor esos moretones en el vientre y los rasguños muy cerca del cuello. Girando un poco sobre el hombro izquierdo acarició aquella cicatriz que le dejó Carlos al darle un golpe con su cinturón. De repente alguien llamó a la puerta. Doña Carmen tendría visitas el domingo y quería reservar tres docenas. Al rato, Clarita sirvió la mesa. Dejó el licor junto al lugar de Carlos.
Se sentía muy nerviosa. Al sentarse en la mesa, él llegó se sirvió una copita. De tanto en tanto le rozaba las manos. Ella temblaba de espanto. De a poco fue consumiendo toda la botella. Terminaba un trago y Clarita le servía otro y así. Al terminar de comer, Carlos se esforzaba por mantenerse despierto, sin saber cómo lo invadió un sueño terrible, una pesadez inmensa. Una cama de bronce coronaba la habitación. El hombre estaba muy excitado y quería poseerla. Clarita lo ayudó a recostarse y le propuso un juego atándole las manos a los barrotes con sus medias de seda. Se trepó sobre el vientre y le beso el cuello. A esta altura los somníferos hicieron su efecto. En dos caricias quedó completamente dormido. Ella tenía que actuar rápido. Trajo todo el equipo para extraer la sangre. Revisó el fuerte brazo derecho y le puso una banda elástica. Insertó con cuidada destreza la aguja, conectada a una manguerita que llegaba hasta el balde junto a la cama. El hombre apenas parpadeó. En cuestión de minutos el cuerpo fue tomando la coloración de las velas. El rostro antes enrojecido por el alcohol y el deseo, había quedado sin ninguna gracia y hasta los leves surcos de las arrugas parecían ríos secos. En un momento lo escuchó lanzar un suspiro esforzado y vio sus labios retorcerse en una mueca absurda. Volvió junto al cuerpo aún tibio y palpó el cuello y las muñecas buscando el pulso. Pero nada. Estaba perfectamente muerto.
No debía perder ni un minuto de tiempo. En el fogón que tenía en el fondo de la casa preparó el fuego y puso dos ollas locreras. Separó primero la cabeza y tronco; luego las extremidades que colocó a hervir. Fue hasta la letrina y la destapó para echar dentro el tronco con la cabeza, el balde y el licor. Los perros olisqueaban descaradamente las ollas, tentados de robarse alguna presa. Cuando los miembros estuvieron bien cocidos y tiernos se ocupó de separar los huesos de la carne. Después de deshacerse de todo lo que no le servía tapó la letrina y llenó el cuartucho de trastos. De inmediato se dio un baño y en seguida, preparó la pasta para las empanadas. Recién entonces se fue a dormir. Descansó unas tres horas y se levantó a armar las empanadas. Las dejó listas para meterlas al horno al día siguiente. El domingo despertó con el sol. Sentía un agobiante dolor de cabeza pero metió la leña en el horno y encendió el fuego. Al mediodía salió con su canasta de mimbre a repartir por el vecindario los pedidos.
UNA NOCHE EN LA CUENCA AMAZÓNICA Alejandra Abraham Argentina Hacíamos un documental sobre animales en la cuenca amazónica cuando nos tocó vivir un hecho que jamás hubiéramos imaginado. La noche se cernía sobre el lago, calmada y tediosa como los miles y miles de mosquitos que me atormentaban. Ningún repelente hacia efecto contra esos dragones sedientos de sangre. Nuestra canoa estaba a pocos metros de la orilla, desde donde divisábamos el campamento indígena perfectamente. Poco faltaba para la medianoche. Se veía al centro una fogata chispeante. No hacía frío, pero el fuego mantenía los animales peligrosos apartados. Los indígenas iban de aquí para allá, ataviados con plumas y collares. Aparentemente habría un festejo, algún ritual, o quién sabe qué cosa los traía muy ocupados. Los indígenas iban de aquí para allá, ataviados con plumas y collares. Unos días antes tuvimos contacto con los jefes de la tribu y obtuvimos su permiso para trabajar cerca. De esta manera, nos protegeríamos de los peligros, que acechan al hombre en la selva. Junto a las chozas instalamos nuestras carpas. Esa noche, estábamos sobre la canoa en el intento de filmar y fotografiar la vida nocturna de los anfibios y peces de la zona.
La luna, hecha una bola de cristal, proyectaba una luz blanca, que nos ayudaba con las filmaciones. De pronto, un viento helado me rozó la cara: nada indicaba su procedencia, las hojas de los árboles se mantenían inmóviles. Mis compañeros también lo sintieron y nos miramos curiosos. Al instante, unas sombras cruzaron el lago y se dirigieron al campamento. Eran unos cuadros inmensos. Nos quedamos pasmados al observar: semejantes a los platos voladores que veíamos en las películas: tres inmensas pirámides, metálicas y silenciosas, se posaron sobre el campamento. Juan, que tenía en las manos la filmadora, enfocó directamente y dejó correr la grabación. Le temblaban las manos. Por momentos nos miraba inquieto. Sin poder creer lo que sus ojos estaban observando. Yo, en mi apuro busqué el celular para filmar también, pero se me cayó al agua. Lo perdí, ni loco entregaba mis manos a las pirañas. Andrés apretaba sin cesar el botón de su cámara de fotos. Deslumbrados, no perdíamos de vista todo lo que ocurría. De la choza principal salió primero el más anciano de los caciques, vestido con ropas que a las claras indicaban algún ritual a punto de suceder. Detrás lo seguía una comitiva de hombres, todos con sus trajes de gala, y luego una muchacha: iba vestida como una princesa, con su túnica larga hasta los pies, adornada con muchas joyas y transportada en andas por algunos nativos. Traía el rostro pintado y los cabellos sueltos caían debajo de su cintura. Me dio la impresión de que no tendría más de quince años.
Mientras tanto las extrañas naves se posaron sobre el altar mayor. Al costado unos músicos comenzaron a sonar sus tambores. La chica subió al altar y en pie frente a todos estiró los brazos al cielo. En ese momento se silenciaron los tambores y una luz que bajaba de la nave principal la fue elevando lentamente hasta tenerla dentro. La nave giró sobre sí misma. Se apagaron todas las luces y de nuevo el viento suave en los rostros. Así como llegaron, se marcharon. Un temblor me vino al mirar como esas naves se perdían en el horizonte. Los indígenas volvieron silenciosos cada uno a su choza; y el campamento quedó en absoluto silencio. Nosotros, por una parte espantados y por otra, maravillados ante tamaño acontecimiento y las consecuencias que acarrearía darlo a conocer al mundo: seríamos una sensación internacional con aquella filmación y fotos. Al otro día estaríamos en todos los periódicos. Nos reíamos nerviosos, no podíamos entender que fue lo que pasó, pero era nuestro. Nos sentamos, amontonándonos los tres para poder observar el vídeo. Pero, la desilusión fue terrible. Nada. No había tal grabación. No existía. No se veía nada. Una sola mancha negra cubría la pantalla de la cámara, corría el vídeo sin ruidos, sin imágenes. Juan se agarraba la cabeza, se tironeaba de los cabellos. Gritaba: “¡No puede ser! ¡No puede ser!” Andrés, ansioso, buscó las fotos. ¡Vaya sorpresa! Todas eran solo una imagen negra, vacía, como si hubiera tomado fotos a una pared en plena oscuridad. Nos mirábamos incrédulos, embobados, aturdidos. Me senté arrebujado en un rincón con la cabeza entre las rodillas. Intenté escuchar el silencio de la jungla, y en ese momento me acordé de la chica.
EL NAVETAN Maruca Rodini Argentina Así se llamaba el hermoso barco del tío Julio. Era una nave grande y pintoresca. De lejos se divisaban los colores que reflejaban sobre ese mar inquieto. Llegando el atardecer las nubes rojizas hacia el ocaso despedían al sol que se escondió. Lentamente comenzó a oscurecer, se anunciaba que la noche había llegado. Pero en ese instante un terrible mugido se escuchaba. El mar comenzó a enfurecerse, su agitación fue impresionante. Al parecer era un viento huracanado, lo llamaban el perverso Doparar. Donde él cruzaba arrasaba con todo, hasta levantar el oleaje a una altura que cubría la nave del tío Julio. Era una amenaza que se agravaba a cada instante. En la ribera, sobre la playa de arena blanca se cubría todo con agua espumante que chocaba contra la margen con cada ola que llegaba. Los hoteles recubrían sus ventanales con una protección de chapas para resguardar el peligro de la catástrofe. Poco a poco se fue apaciguando, la tranquilidad llegaba a los corazones El mar retornó a la calma. A lo lejos el Navetan volvía a marchar lentamente, hasta arribar felizmente al puerto.
TENNABA Maria Estela Rodríguez Argentina El carrero Tennaba no estaba muy contento con al nombre que le han puesto, pero como era el nombre de su abuelo y aunque muchas veces fuera motivo de burlas, se acostumbró a tenerlo. Era un nombre raro, pero para sentirse mejor él decía que parecía el nombre de un poeta. Su trabajo, era recorrer las calles de la ciudad recogiendo elementos en desuso, mientras cargaba unos trastos viejos se acerca un señor y entablan una conversación. Dígame señor, le dice al carrero, ¿cuál es su nombre? El temeroso de que se burlara dudó en decírselo, finalmente respondió: Me llamo Tennaba, dijo un poco cabizbajo. El interlocutor le dice: ¿Porque inclina su cabeza al pronunciar su nombre? Es que mi nombre es raro, temía que a usted le causara risa. El señor se le acercó todavía más y le dice, ¿quiere saber cuál es mi nombre? “Antincan, me asignaron ese nombre porque era el nombre de un guerrero de la mitología griega y he estado siempre muy orgulloso de llevarlo, no se avergüence de su nombre mi amigo.
Tennaba se quedó mirándolo pensativo y dijo para sus adentros -¡Diablos a este sí que le pusieron un nombre raro!- Pero solo atinó a sonreír y dijo,- es así señor, nuestros padres eligen esos nombres y por algo será-; terminó de juntar los trastos viejos y siguió con su carro, su pensamiento había cambiado porque su nombre no era el único raro.
AMARANTA Y… América Guerrero González. México A la memoria del Dr. Nanni.
El golpe de la camilla contra la mesa del anfiteatro y el fuerte olor a cloroformo, me despertó, que raro, ¡Me siento muy bien! Después de revisar el lugar, me dije: ¿Qué hago aquí?, ¿Cómo llegué hasta éste frío lugar?, y… Amaranta, ¿Dónde está?, anoche la vi tan preocupada, tan afligida por mí, pobre, tal vez pensaba que no pasaría yo, la noche. ¡Ahora me despierto renovado!, me siento ligero, aunque… ¡tengo un sabor a cartón! Voy a buscar a Amaranta, tal fue a dormir a casa de mi hijo, anoche le insistí que fuera a descansar. Recorro el hospital, ¡Con esta ropa! y el frío que siento, espero no encontrar a alguien conocido, mejor salgo por la parte de atrás y me voy. No hay gente en casa, que raro, tomo la llave debajo de la maceta y entro. Subo a la habitación, veo la fotografía de nuestra boda, trato de recordar, ¿qué fue lo último que me dijo Amaranta? Escucho el cerrojo de la puerta, entran mis hijos con Amaranta casi a arrastras, tiene el rostro desencajado, los ojos hinchadísimos, ¿Qué habrá pasado?, la sientan en el sillón.
Bajo casi volando la escalera, se me estremece el corazón con su llanto, llanto desgarrador, jamás la había visto tan triste, ni cuando murió su mamá, ¿Qué pasaría?, me siento a su lado, no me abraza, ni me ve, trato de consolarla. Chatita, mi dulce de amaranto, ¿Qué pasa?, ¿Por qué hay tanto dolor en tu corazón?, aquí estoy, a tu lado, ¿Cuéntame, cuéntame, qué pasa? Todos andan apurados, abren y cierran cajones, revuelven papeles, le dan una pastilla a su madre, hace un gesto como si estuviera muy amarga, recorren los muebles, hacen espacio a media estancia. Amaranta recarga la cabeza hacia atrás, aprovecho a acariciarle el pelo, ¡ya no sufras amor!, te acuerdas, te acuerdas ¿Cuándo nacieron nuestros hijos?, lo felices que estábamos, Y el día de nuestra boda, eres la novia más bella que he visto en mi vida. Te acuerdas, fue en ésta casa de mis padres, bajaste por esa escalera, con tu vestido traído de París, tú mamá se empeñó en traerlo, me acuerdo que dijo: “Lo último de la moda está en París”, mi única hija tiene que lucir lo mejor. ¡Sí parecías diosa del Parnaso! Ese día me entregaste un poema dice más o menos así: “Para decir, amor, cuánto te amo, tendría que inventar nuevas palabras… voces de miel y espiga, que en ecos de luces ondanadas, aglutinen auroras con ocasos…”
Te acuerdas mi chatita, mi dulce de amaranto, ¡Cuánto nos amábamos! Aún llega a mi oído la melodía del vals… “Sobre las olas”, el chocar de las copas del brindis, te acuerdas… te acuerdas. Desde el día que te vi en Chichén Itzá… parece que fue ayer, bajabas de la pirámide, rodeada de antropólogos, tu generación. Ese fue el premio por tu reciente titulación, sueño de todo antropólogo, conocer los vestigios de la cultura Maya. En ese momento pensé que eras alucinación, sueño, tu vestido blanco, ondeaba. El holán de tu falda, bailaba al ritmo de tus pasos. Tu preciosa cara de ángel, después… me acerqué, tímidamente, escuché tu divino acento francés, quedé paralizado al ver que me sonreías, no sé, si porque te atraje, o por la cara de idiota que he de haber puesto en ese instante. Te besé la mano y me convertí en tu guía de turismo, viajó el grupo a México, ya no me despegué de ti, parecía tu sombra. Tú, la de ojos de ensoñación, de cabello bruno, alta, esbelta… ¡Dios, aún mi corazón se exalta!, ¡pensar que han pasado tantos años!, descansa amor, descansa… no te dejo descansar. _ Mamá, mamá, despierta, despierta, ya está todo listo, ya traen el cuerpo de papá.
EL RELOJ DEL TIEMPO Carmen Marisol Sotomayor Ramírez Puerto Rico
(reflexión)
En el reloj del tiempo suena ese Tic-tac biológico donde es apresurada la vida. Cuando uno es adolescente se desea ser mayor y de esa manera se saltan muchos escalones. Esto ahora lo veo de diferente manera a mi edad adulta. Ahora comprendo los errores cometidos por tanta prisa se han perdido la oportunidad de la naturaleza y lo que nos rodea. Etapas diversas de la vida las cuales son: niñez, adultez y vejez donde pasamos un caudal de experiencias para así educar a nuestros hijos pero que a veces se omiten con errores en cuanto a una correcta educación. Ahora reprendemos a nuestros hijos y hay millares de ojos acusadores y hasta los chicos nos amenazan con las autoridades. Es una gran disyuntiva si reprendemos somos malos y si no lo hacemos también ya que no se tiene control familiar. Gran polémica que afecta esta sociedad donde lo malo es bueno y lo bueno es malo. Ese Tic-tac abate mi mente y me hace recordar mi crianza cuando era pequeña me criaron con mucho amor pero si desobedecía o desafiaba a algún maestro tendría mi penitencia la cual era estar de rodillas y en cruz y luego ese tiempo era meditación. Con esa reprimenda bastaba para no reincidir en mala conducta.
Ahora ellos no permiten que los amonesten y rápido dicen la palabra mágica que es maltrato pero el verdadero maltrato es para los padres que se dañan emocionalmente por tantos problemas familiares. Con este reloj de tiempo puedo observar diversos acontecimientos donde comparo la enseñanza de ahora con la de antes y me doy cuenta que debemos rescatar los valores que se han trastocado por la falta de la calidad familiar. Tenemos que unirnos en amor y convivir en paz los unos a otros y atesorar en nuestros corazones el verdadero sentir y ese Tic-tac que en cada hora nos muestre en amor la unión familiar en esta humanidad.
UN FINAL DIFERENTE Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México Imagina que enfrente de ti hay una pantalla que se divide en dos partes, con una línea negra gruesa, que divide de forma vertical en derecha e izquierda. Y allí podemos vislumbrar que poco a poco, en ambas partes de la pantalla se sintoniza la misma imagen. Un joven triste de escasos 13 años, sentado al borde de su cama, está llorando mirando a la nada mientras escucha como sus padres pelean a gritos. El joven se levanta, tomo su mochila y se dirige a la escuela. Durante el camino, de pronto sale de su escondite un compañero con el mismo uniforme que aquel joven y levanta una piedra. En la parte izquierda de la pantalla el compañero logra golpearlo con la piedra, mientras que en la parte derecha de la pantalla, sale una persona la cual es su maestra de grupo y detiene al compañero mientras lo regaña. En la parte izquierda vemos a nuestro al joven regresar a casa y encerrarse en su cuarto a llorar; en la parte derecha vemos a un joven atemorizado de entrar a la escuela y presentarse a sus clases.
Después nuestro joven ha crecido, ahora tiene 15 años, está caminando solo en los pasillos de la escuela, cargando sus libros. A lo lejos se ve un grupo de jóvenes que se acerca abruptamente y le tiran todos sus libros al suelo y las personas que están alrededor comienzan a reír; en la parte izquierda podemos ver como entre la humillación, nuestro joven levanta sus libros uno a uno y se retira caminando a prisa, mientras que en la parte derecha podemos ver como se acerca de entre los presentes, un persona que lo ayuda a levantar los libros, todos los que se ríen callan, y el joven de 15 años ahora tiene un nuevo amigo. Pasa el tiempo y nuestro protagonista ahora tiene 19 años, está enamorado de una hermosa joven, se pasa su tiempo encerrado en su cuarto, caminando en círculos, imaginando como hablarle. Se arma de valor y compra un ramo de flores. Muy nervioso se dirige a casa de la joven y toca el timbre. La bella joven abre la puerta y nuestro joven le entrega el ramo diciendo lo mucho que la quiere y que desea salir con ella. En la parte izquierda vemos como la joven ríe a carcajadas, toma el ramo y se lo avienta en el rostro, mientras el corazón de él se rompe en mil pedazos. En la parte derecha podemos ver como la joven acepta el ramo, le da un beso en la mejilla y con mucha delicadeza le explica que ella no siente lo mismo por él, pero que está muy halagada por el gesto que ha hecho y que pueden ser amigos. Ella cierra la puerta y él solo se marcha desilusionado.
Transcurre más tiempo y ahora vemos a la izquierda de la pantalla un joven de quizá 20 años, lleno de tatuajes en los brazos, y que con una navaja comienza a desquebrajar las paredes de su cuarto. Al parecer hay mucha ira dentro de él, parece desesperado, como si estuviera ahogándose por dentro. Escucha música a todo volumen y todo en su cuarto esta desordenado y sucio. En la pantalla de la derecha vemos a nuestro mismo joven corriendo, al parecer está inscrito en clases de atletismo, cada vez que siente ira, tan solo sale a correr y ahora tiene amigos nuevos. Por último, aparece una nueva imagen, vemos a nuestro joven que ahora es un hombre, tendrá quizá 23 años de edad. En la parte izquierda lo podemos ver con ojeras, caminando de forma encorvada, con ropa rota y sucia de hace 3 días. Se dirige con otros jóvenes del mismo andar que él para comprar drogas. Llega a su cuarto, pone música con volumen alto, consume la droga y en el punto máximo antes de caer, toma el cinturón de su pantalón, y lo coloca en su cuello, se sube a una silla, amarra el otro extremo al techo y arroja la silla lejos, segundos agonizantes, sus pies quedan flotando inertes en el aire. A nadie le interesa. En la parte derecha de la pantalla, vemos a nuestro joven que está a punto de graduarse de la Universidad, le entregan sus papeles, mucha gente está feliz con él. Corre y abraza a su madre que llora de felicidad, avienta su birrete al aire emocionado. Unos pies flotando, un birrete al aire ¿Qué prefieres? Tú puedes ser la diferencia para alguien…
UNA CENA PARA DOS Lucila Reyes González México
Con paso rápido para su edad, pero no tan acelerado como en otros tiempos, venía Gigi con su bolsa de súper. A sus ojos apareció una pequeña banca cuya única vista era un edificio que tenía de frente, se sentó para descansar, tomar aire y continuar. Mientras se sobaba lentamente las pantorrillas, pensaba en la cena que tenía pendiente, había estado toda la mañana planificándola. Compro el vino español que le recomendó su hermana, y de modo casi instintivo tomó ese hermoso juego de servilletas de algodón bordadas en seda, ¡se verán preciosas y harán lucir el bouquet multicolor! Repaso mentalmente los preparativos, Spaguettí a la Boloñesa, Pechugas Cordón Blue con ensalada y de postre el tiramisú, mmm no pudo evitar cerrar los ojos al imaginar su sabor, mordió suavemente el labio inferior y sonrío complacida. Fijó la vista en los detalles del edificio, le pareció que, en otra época habría sido de los más elegantes de la Colonia Roma. Su enorme puerta daba paso a una amplia estancia que hablaba de los esplendores de los años 50´s del siglo pasado su estructura firme, sus techos altos, la elegante mampostería que se esforzaba por asomarse.
tenía tantas capas de pintura, como actriz de telenovela. La construcción, antigua, pero bella, firme a pesar de los años, le recordó a ella misma. Esta tan sobrevaluada la juventud y tan devaluada la vejez; como sí “ser joven” y “brillante futuro” fueran sinónimos. Le reconfortaba pensar que quizá ahora podría conseguir un empleo, ¿Quién lo dijera? Después de la nueva ley que obligaba a los empresarios a tener gente mayor en su nómina, por fin podría de nuevo trabajar y sacar de una buena vez todas esas ideas que le venían a la cabeza como interminable telaraña y que a los ojos de los jóvenes directivos les estorba más que ayuda. ¿Qué saben ellos de dirigir y de hacer crecer una empresa de la nada? Suspiró y siguió contemplando el edificio, al fondo, se alcanzaba a apreciar un mural al que por una extraña razón había respetado el tiempo. Era un bosque que invitaba a internarse en él y prometía el paraíso. Se imaginó caminando tranquilamente, sin más ambición que llegar al otro extremo voltear y mirar el camino andado. Los arbustos con flores se encontraban trazados casi milimétricamente adornando el paisaje y detrás de un árbol asomaba juguetonamente un pequeño gato, tan real que le hubiera gustado acariciar. Recordó su soledad, completa, sin gente ni mascotas a su lado.
El gato tenía una mancha blanca en forma de corazón debajo del pecho. Cerro levemente los ojos deseando acariciarlo, cuando los abrió vio un gatito cerca de ella, le dio vuelco el corazón, sufrió un susto tremendo y de inmediato miró el mural, ¡ah- que tranquilidad! el gatito seguía pintado ahí. Pushy, pushy, le llamó y al poco apareció de nuevo el pequeñín, recordó que traía un poco de jamón en la bolsa, saco una rebanada y suavemente para no asustarlo se la dio, con alegría miro que salió feliz y muy desenfadado, lo tomó en brazos, y se lo llevo a casa, ¿la cena? No cenaría sola esta vez, se acabarían los sueños, por fin sería: ¡una cena para dos!
Mi eterno Agradecimiento a quienes hicieron posible estar en esta edición, una batalla constante y bella, para llevar la poesía y cuento a todos aquellos que navegan en el ciber espacio.
Ramón de Jesús Hernández Olivares Director y Editor