POETAS SIN FRONTERAS SEPTIEMBRE 2018

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Poetas sin Fronteras

Septiembre 2018 AĂąo 6 Ejemplar 54


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Triste despertar América Guerrero González México Deja su cuarto temprano sin revelar la claridad, sabe que el día es cierto, camina con su inocencia entre pájaros y pescadores, tiene ansia de volar y soñar, hoy será diferente, conocerá la tibieza de otra piel. Llega a la puerta del CTS, Centro de terapia sexual, que atiende a hombres frustrados, faltos de cariño “Las cariñosas”, saluda, ella lo mira fijamente, cuerpo de nácar niño, le permite mirar más allá de lo que oculta la entrepierna, casi segura de que es su iniciación lo amamanta con miel en su regazo de hembra, deja que en ella navegue, crece su curiosa lascivia. Repta su mano joven el vientre agotado, baja, por la edad del mozalbete podría ser su hijo, en lides como ésta se pierden los escrúpulos, ahora está en su cuerpo, se mueve como pez en el agua cosas que no necesitan enseñanza, llega hasta la vagina, la ausculta, encuentra en ella el mal del que moría. Elevó el remo y se hundió en las profundidades de su mar cual viento libre, ella tiene bajo la piel juventud interminable,


es vieja loba de mar, acostumbrada a hacer hombres a los niños y que los hombres se sientan niños con la miel de sus senos, su boca desordenada levanta tormentas en el océano. Queda el joven exangüe, antes mástil vertiginoso, sobre los pechos generosos de la hembra, ella lo empuja con cuidado, se limpia la baba que ha dejado. Sueña, con la sed en calma: nácar, bruma, barcos de papel que flotan a la orilla del mar, gaviotas en bandada, sentado dibuja corazones en la arena y habla con las aves. Despierta nubloso, mira a la mujer a su lado con extrañeza, “vieja y fea”, se dice para sí mismo; ella ríe, sabe lo que piensa y le dice: ¿Qué querías por ciento veinte pesos?


Azul amarte. Bertha Laraf. Veracruz, México Entre telones en el primer acto azul Del día hasta la madrugada Donde están los registros akashicos violáceos En la sublime alborada. En el segundo acto, tus vaivenes orgásmicos Me nublas las pupilas me ensueñas Me enseñas, te nublo… me impregnas Tus viernes, tus sábados tus halos míticos Tercer acto el sublime aroma del amor La caída, la subida, tu inesperado arte Tu sello, tu mirada avellana agua obnubilante Me encandilas a escondidas, me desvivo por Azul amarte.


Verde silencio Héctor Daniel Paz Argentina Desde hace tiempo la vida me fue encerrando, entre las peperinas ralas del monte y los tuquitos de los antiguos veranos. Y desde allí el recuerdo de la ausencia de mis padres, temprana y atemporal, y así fui andando el camino entre casuchas de madera, plazas de luces amargas con inviernos helados y flacuchos de pan y de amor. Por gotas me fui rodeando de lo que nadie quiere: El quedarse solo. Y fue una tarde, de tierra volando por la sequía, donde el silencio aturde y el olor de pobreza te da arcadas, empujándote a pensarte mirando una antigua foto, rozando el mate que cortejó durante tanto tiempo a mi familia, que sufrí. Entonces descubro que esas pequeñeces tienen más historia que mi vida. Las lágrimas acidas no esperan para correr a lavar mis lastimaduras llenas de silencios. La soledad salta desde la ventana que bañada de telarañas dejó un espacio para que este ser invisible ingresara para mirarme sufrir.


La tristeza giró la pieza al ver llegar a la reina de las penas y golpeó la espalda contra las paredes aguadas por el abandono. No tuve necesidad de levantar la vista para sentir su figura, que ingresaba haciéndome tiritar todo el cuerpo. La soledad se quedó afuera y adentro, tal como era su naturaleza. En un rústico tris levante la cabeza y ella me señaló una maceta y allí el verdoso silencio de una planta, me observaba como riñéndome. Miré mis manos, que sin saberes me proponían otra oportunidad. Pero estaba vacío y no había nadie, sólo el vegetal. La soledad apoyo su brazo sobre mis hombros y me obligo a alzarme y arrullar a la planta. Lo hice tropezando con mi matriz. Cuando la acaricié mi corazón latió con fuerza. Ya solo no estaba. La soledad, de nuevo, me acercó a un espejo, opacado por la tizne de los años, que me mostró los ojos. Mi ímpetu despertó a la vida, el del frente era Yo. El resultado de la savia. Entonces animé de nuevo a la luz. Miré al verde y lloré de gozo. La planta bañó su raíz y los dos regresamos.


TE NOMBRO. Heidi Sosa México Afortunada de encontrarte De verte justo ahí, para hablarte Adonis luminoso Nacido de una estrella. Amarte es atrevido, pero… La frenética pasión, Firmamento sublime en mi boca, Olas de intensas emociones… No puedo resistirme. Si, te amo. Osadía trémula.


Rosa bermeja Isidoro A. Gómez Montenegro. México Donde tú estás, nace el infinito, escucho el latido apresurado… se escucha… y queda dormida mi poesía. Nace en creciente azul claro oscuro; roces de arena. Descontrolados laberintos… cuerpos extensión del silencio y tú en mi alma. Busco en tu conciencia abierto horizonte. Tiendo en tus bordes vapor evolutivo, recuerdo el mar violento; igual a tus orgasmos. Palpitas en mí, somos amigos de las horas.


El tiempo tiene historias desconcertantes desde el profundo fuego. eres todos los lugares, todas las direcciones del destino. Hilo con que escribo esta página, señal secreta al cauce de luz. Sabor a mosto bermejo es tu piel. Rosa de aromas santa desnuda en latitudes de la muerte. Naces… renaces en eterno ardiente. Rosa inalcanzable de silencioso lecho; duermes en el río. Mi sirena… mi flor, luna sobre mármol, cambian tus colores de región y la plata diáfana del agua refleja tus sueños liberados en jardín y alta gracia. Rosa encendida, rosetón purpureo. Ceniza renacida de la alquimia.


Se encuadra el texto de palabras en vocablo perfecto. Tu fuerza duerme desenvuelta en trazado pétalo entre tú rostro y cuello errante. Voy por perfumado laberinto. Flor dichosa… descansas entra las páginas de un libro.


Cerrar los ojos es tan fácil Iván Montoya Vázquez México Cerrar los ojos es tan fácil Lo difícil es abrazarte Lo difícil será sentirte Lo difícil será tocarte Cerrar mis ojos y abrirlos ¿Es tan sencillo soñar? Es tan difícil sin tí En tu cama sin tu presencia Despertar. Cerrar los ojos es fácil Lo difícil es amanecer Despertar en tus cuatro paredes Verte como la mujer de ayer Mirar tus fotos perdidas en el tiempo Sentirme en el sin tu voz Hablarte a tí dos años atrás Y pidiéndole a Dios poderte abrazar Cerrar los ojos es tan fácil Soñar no cuesta nada Lo caro es la realidad En la que no estas tu mi niña amada.


Ella y El JAIR AGUILERA Veracruz, MĂŠxico El lloro inconsolablemente, ella lo abrazo y estuvo con el imaginando que pasaba por su mente. El no deja el pasado atras, Ella piensa en un su futuro y nada mas. El dicel mil mentiras, Ella habla solo con verdad. El le brinda lo que puede haciendola creer que todo esta bien, Ella vive ilusionada y piensa que no podra vivir sin el. El llora por razones que no puede expresar Ella no entiende el por que no se lo puede explicar.


Eso es por que ella piensa que llora por el que vendra, por no sentirse seguro de poder afrontar los problemas, pero el llora por otra realidad. El no llora por razones que no pueda manejar, llora por que simplemente no lo puede expresar. Y eso es por que ella lo ama a el pero el ama a aquella que nunca mas ha de regresar.


Incomprensión Lucila Reyes González México Tranquilo tú reposabas mientras que ella te decía, que sentía que se moría; y tu tonto, la ignorabas. Aquella noche que llovía, sus lágrimas no consolaste, jamás la comprenderías, te dejó, te lo ganaste.


Aburrida Lucila Reyes González México Estaba cansada de tanto reclamo, de tanto maltrato, no sabía si golpear las paredes como era su costumbre, gritar como loca o agarrar un cuchillo y matarlo, así que se quitó el mandil, en lugar de servir la cena tomó el monedero y salió a la calle, por fin podía respirar. Comenzó a caminar hasta dónde sus piernas, el coraje o los 500 pesos la llevaran.


En Fin Una Mamá Cualquiera Lucila Reyes González México Se dio cuenta que ese vocabulario soez y esos gritos salían de su boca, calló un instante y el ruido ceso, Juanito le envió ese mensaje dónde decía que lo habían vuelto a sacar. Salió disparada hacía la escuela; vio a Juan llorando en el patio, tocó con fuerza la puerta del salón llamando a gritos a la maestra, quién corrió a ponerle el cerrojo a la puerta, fue cuando comenzó a golpear, pero ¿cómo culpar a la maestra si ella misma no aguantaba a su hijo? no dijo nada, dio media vuelta y se fue.


La culpa del depredador Luis Vázquez Veracruz, México En mi cabeza esa voz, que me aturde la razón, Desgarra el corazón, es un sentimiento atroz, deseo de sangre feroz, Maldigo estos tormentos, Razón de remordimientos, De lamento en mis labios, De mis horrores sin cambios, Dejen ya mis pensamientos.


NIÑEZ DE CAMPO María A. Bustos Bargas La Cruz-Córdoba-Argentina Recuerdos de niñez vuelven hoy para empañar de soles esta gris soledad. Me inunda un sabor a tristeza y agonía. Aromas de gorrión en los aleros perfume a rosedal que mimetiza las ausencias y perturba el recuerdo del azúcar quemada en un brasero. Ay, quién pudiera rebobinar el tiempo desandar el camino volver a pisar las huellas perfumadas de flores de madreselvas en las noches plateadas de miel de abejas que endulza los silencios de mi almohada.


Hay un aroma cansado de desencantos de pájaro sin vuelo que deja un sabor amargo en mi garganta intenso hedor de la melancolía que suelta amarras y navega a la deriva. El ansia de volver tensa los músculos hasta estrangular el invierno ése que arremolina borrascas y trae olor de los barrancos en el río. El frescor de las higueras en la cañada y el candor silvestre de las flores en el faldeo de la montaña se eleva en el silbido metálico del viento. Huelo a monte de acacias y espinillos a hierbas penetrantes busco en el mas allá el olor de un abrazo que me contenga hasta la eternidad.


ROCÍO María A. Bustos Bargas La Cruz-Córdoba-Argentina Mi viejo libro, cuna de recuerdos en tu vientre rebosante de colores me atrapó ese misterio de la infancia urgencia de cultivar la imaginación que se quedó suspendida en una ronda de letras saltarinas. Cómo no recordarte mi viejo mago de segundo grado si en tus papiros abordé los primeros viajes a la fantasía mientras las palabras danzaban alrededor dejando mensajes intrigantes. Si la garra del viento deshilachó las velas de tus barcos piratas y en el fondo marino de la niñez reposa el cofre con sus tesoros. Hoy, la nostalgia desborda la memoria y en mis pupilas asoman cautelosas lágrimas de añoranza plagadas de imágenes imborrables.


Sshhh María Guadalupe Martínez Bernal Veracruz-México Encontré silencios que preguntan ¿Cómo estás? Que se sorprenden cuando evidencio tristeza Silencios necesitados de abrazos Silencios-genio en llamadas de auxilio Esos difíciles de identificar bajo el neón o carmín Barro y silencio dice Galeano Así pude descubrir silencios-amigos Frescos como gotas minúsculas de lluvia pertinaz Hay unos silencios animosos, esos emiten breves mensajes Mimetismo de silencios camuflaje en ruido, caretas y “estoy bien” Silencios con efluvio de rutina laboral vaho de “no tengo vacaciones” Puntos suspensivos de ojos boyantes carcomidos por jornadas de 12 horas y “a tiempo” Estos silencios odian el plástico, la tala, los indolentes, las “para eso pago mis impuestos”


Encontré silencios que saludan con insistencia Cada letra es un beso de humo, papel o cirio Abrazos troquelados en oro-cera Silencios que pululan como polvo a contra luz Y los encontré porque entre silencios nos asemejamos reencuentro de umamis-astringente Encontré silencios con el tacto, atrás del espejo y los autobuses Si encuentras un silencio también calla alégrate y sigue tu senda soslaya romperlo…


Autodidacta María Guadalupe Martínez Bernal México Aprender a vivir con carencias No hay curso o taller para eso Enseñar el camino a seguir No promete éxito Copiar Aparentar Fingir Algún día la verdad se sabrá El tinte de la tinta va a caer Entonces sin máscaras Sin dentadura Sin uñas postizas Sin castillos Engendraremos sendas Para hacer caminos reales Porque el mundo continúa el giro sobre su propio eje... Porque la luna se esconde cada amanecer...


Porque tú conciencia tiene voz... Porque tienes el nombre igual y careces de talento Porque la mentira tiene fecha de vencimiento... No encontrarás la cadena Sigue creyendo que sí.


El vestido rojo. Maruca Rodini Argentina Rayos de sol brotaron el blanco reflejaba de lejos entrelazados ramilletes bordados iluminando la sonrisa, al ver el vestido rojo. Danzaban los vuelos en momentos que jugaba de felicidad plena, alegre corría saltando. Con una brisa de aire, los cabellos dóciles volaban fue una niña radiante dibujada en la imagen con el vestido rojo. Apareció como un sueño solo el recuerdo quedó de las manos de la madre con delicadeza realizó.


Una gota de amor Maruca Rodini Argentina Nunca lo supe, si alguna vez estuviste triste.. Siento la mirada a cada instante. Veo tus ojos como dos luceros. Tus caricias sobre mis cabellos. Siento el alma como la luna roja, que ilumina a cada noche, y -quede esperándoteCon los brazos extendidos, todo fue en vano. Solo el aroma del aire, me invadió. Se va reduciendo el espacio vacío, del amor que llevo en el corazón. Podrá nublarse, o estar soleado, es la demasía, que te extraño tanto, solo me resta encerrado una gota de amor.


...DE AQUEL PARQUE BLANCO. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). (Derechos Reservados). ARGENTINA. Niña, muy niña, huyó de su casa, de aquel parque blanco, de sus tardes pálidas. Cuando era muy niña se perdió en las calles. Se perdió en las calles, salió muy temprano, el cielo no estaba. La lluvia, la noche de sombras apenas tardías, se comió a la Luna. Se comió a la Luna que tampoco supo contar que pasaba.


Camino los trenes, durmió en una plaza que no fue tan blanca. Que no fue tan blanca. Fue tan fría, tan sola, que perdió su alma por falta de amor, como aquella niña que dejó su casa. Que dejo su casa y creció golpeada con marcas sin nombre, con huellas sin causas. La encontraron viva pero sin palabras.


DESAPEGO. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). (Derechos Reservados). ARGENTINA. Cuando maduro el dolor que me dan los recuerdos de ayer, las vivencias de hoy, pienso en los sesgos de lucha que tal vez fue mucha pero no alcanzĂł. Pienso en los besos perdidos, de amantes, de amores en celo sin ninguna flor. PasiĂłn por buscarle a la vida las huellas vencidas que dejaron mis pasos y heridas. Y los desencuentros con quienes he amado, de los que tan solo han quedado las cenizas frĂ­as de un tiempo sin voz. Pero siempre mis manos atadas, a todo o a nada y a pesar de todo, quedan sin amor.


Entonces, mi cuerpo responde, separa mi mente el ayer y el hoy. Me empeño en abrir más caminos, a esta altura del tiempo que vivo intento el desapego de pasión y duelo, dejo que la vida salga de paseo, de las nubes, de los sueños que aún no he cumplido, de aquellos lugares en los que he vivido. Del ayer… que a veces intenta quedarse despacio Del amor del faso del vino. De estos, dejo que vuelvan conmigo, porque los disfruto a mi antojo y me alcanza. Con ellos, es tan solo mantener distancia… “Dejarte estar y no conmigo, dejarte ser tan lejos mío. Mirar sin ver, compartir sin atar, tener sin atesorar, querer sin desear. Caminar sin distancia, amar sin invadir, dejar correr, dejar volar… Dejar fluir”.


VENTISCAS. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). (Derechos Reservados). ARGENTINA. ¡Abrígame!... ¡Hazlo en mi cara, en mis pómulos, en mis manos, en mis hombros y en mis piernas caminadas, de origen, que no le faltan distancias!. ¡Abrígame aunque sea en el abrazo!, que derrita este manto de escarchas. Vengo de un latigar con la ventisca helada, de una noche infiel que me ha quitado algo más que el rictus caloricus de mis miembros. Me ha dejado sin los sueños, con las señas de haber perdido el alma.


Y… ¡Corrí, corrí! Tome distancia y le dispare unos versos que alguna vez hicieron trepidar a mi musa del alba. Pero, nada. Todo fue en vano. Como eso de toser al revés y ahogarse. Tal vez ella vendría desde un antes, desalmada y denostó el placer de unas palabras de pólvora y grana, de miserias blancas. Y me dejó ir, no dijo ni palabra. Solo, retrocedió unos pasos y ya no la mire. Puede que haya caído de bruces, desterrada. Más, todo vuelve amigo, todo vuelve. Las ventiscas tienen eso de volver, de buscarte, de querer encontrarte y de hacer de ti lo que les plazca. Yo digo: ¡Que les valga! Porque eso aún no es lo bastante…


PREGUNTALE Pío Domingo Rosales Sena Cosamaloapan, Veracruz, México Pregúntale al mar las veces que he pensado en ti; al campo las veces que lloré por ti; pregúntale al viento cuantas veces tu nombre grité; al vino cuantas veces tu nombre bebí. ¡Pregúntale, pregúntale! Pregúntale a la soledad las veces que camine por ti; a la guitarra las canciones que compuse para ti; pregúntale al tiempo


cuantas horas desdibuje para ti; al corazón los latidos que da solo por ti. ¡Pregúntale, pregúntale! Te responderán que vivo, río, sueño, lloro, canto y amo todo por ti.


EL MAR Por Pío Domingo Rosales Sena Cosamaloapan, Veracruz, México

El mar no es solo sal como todos creen, es también Sol saliendo de sus aguas. Es soledad en noches de silencio, es cresta y es valle en sus olas, es espuma,


trombas, bonanza, bruma, perlas, espejo donde la Luna refleja su argentina túnica, es superficie sensual de ritmo espeso; Lucifer del cielo; Génesis de vida… Pleamar, bajamar. El mar es libertad azul… El mar es eso y más, es más que eso… eres tú, soy yo, somos los dos y Dios.


POLVO DE ESTRELLAS Pío Domingo Rosales Sena Cosamaloapan, Veracruz, México Recorro la humedad de tu piel y la suavidad sedosa de tus cabellos. Beso el agua viva de tus labios y la oquedad de mi vientre te está esperando… Por cada roce de tu piel, por cada beso de tus labios hay un espasmo que te busca. Esta noche es la noche, no hay espera, el polvo de estrellas sobre la ciudad invita a amar con ternura pasional. Llenar de flores, luz y vida la oquedad de tu vientre… Somos luciérnagas – flores de luz – bordando de lentejuelas el anochecer de la ciudad, amantes nimbados bañándonos con nuestras aguas bajo el polvo de estrellas hasta que amanezca.


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