Poetas sin fronteras
Junio 2019 AĂąo 6 Ejemplar 64
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Ramón Hernández Olivares Director y Editor
EN SITIOS DISTINTOS Ángel Eduardo Valenzuela Veracruz, México Momentos reproducidos en otro sitio, producto de un acto sexual entre la inexperiencia que goza al seducir a la curiosidad. Todos mis errores son un remedio, una dosis de probabilidades medidas con turbulencias pausadas. Al tiempo le duele repartirse, le da pereza saludar con repeticiones, pero ya es costumbre... aquí despiertas, aquí el tic-tac es una métrica. En un sitio distinto dedicas sonetos, y el ruido del reloj es una risa coqueta.
El acróbata. Bertha Laraf Derechos reservados. México. En la rosa gigantesca y brillante del Universo cuyo centro y corola nos lleva a la cueva del acróbata donde no existe el espacio. Donde surge el ritmo como de un tic tac pausado cuando meditan se transmutan y desprenden de cualquier sensación corporal. Llegando a un tono de alegría, pero no es la alegría tangible, sino es un bienestar que tan solo ocurre con la ausencia de tiempo. Los caminos tienen ida y vuelta, así como giros inesperados, los seres humanos somos luz y sombra en ocasiones con halos cósmicos al compás de las resonancias akasicas. Momentos de reparar sucesos, restaurar procesos. Quién ha llegado hasta ahí, es probable no quiera volver.
Una Herida en Valladolid Felipe Cancino Castro México Rogó no me marchara inevitable era la despedida me tomó de la mano me llevó a su guarida Nos dimos miles de besos nos sorprendió la madrugada caricias y roces violentos y como escenario su cama El aire era helado poco nos afectaba el calor de nuestros cuerpos a un grado de incendiar su almohada Besé con ternura su cuello sus manos arañaron mi espalda su piel por completo fue mía durmió hasta entrada la mañana Me levanté sutilmente para su sueño no interrumpir no podía despedirme cobarde tuve que huir
Tome el primer vuelo mi alma se desgarraba le dejé una rosa roja en mi lado de la cama Cobarde mil veces cobarde no quise enfrentar el amor se que llorara en silencio he roto su corazón El tiempo todo lo cura el amor encontrará espero encontrarla un día y me pueda perdonar Si alguna vez regreso a la tierra donde la conocí suplicare me perdone por ese trágico abril Ella fue un momento bello lamenté hacerla sufrir por si olvidé mencionarlo la ciudad fue Valladolid
Llovizna Héctor Daniel Paz Baja la tarde entre las sierras doradas, de nostalgia veraniega. Una minúscula avecilla no se anima a echar su vuelo, porque desde el cielo plomizo un halo de flácidas gotas, tal sollozo escondido, amenazan desparramar una película de vahos y halitos, con suaves aromas a tierra mojada. A la distancia, sobre un monte que se abraza al rio salpicón, un antiguo campanario se oculta, tímido, entre las nubes rastreras que se hunden en la vía solitaria que empuja los sueños, de los sufridos viejos, hasta el fin del oratorio. Quien pudiera ser árbol para regocijarse en la humedad, en este destemplado otoño. De las ventanas mironas, de las esparcidas casas rurales, salen aromas a mates con pastelitos azucarados. Las palabras se mezclan con la llovizna y entre las gotitas el recuerdo de los ausentes, se persignan muy sigilosos para no olvidar a los que vivieron. El paisaje se oscurece y las montañas se dejan tapar por una alfombra de preciosita tranquilidad. ¿Cómo interpretar la eternidad si mis sueños, utopías y lo que quiero se puede sumergir, en un soplo, en la nada? ¡¿Cómo morir si nunca más te podré ver?! Silenciosa la noche húmeda y ubérrima invita a la cavilación de los que desean un mundo mejor para los que están al venir. La llovizna aburrida besa a los prados y a las piedras…siendo savia del hábitat.
ALMA DE POETA José Luis Jiménez Ayala. Derechos reservados. Veracruz, Ver. México
¡Caminaré por las rutas que nadie a caminado! ¡Viviré en las aventuras que me da el universo! ¡Disfrutaré los colores! ¡Disfrutaré de perfumes! ¡Disfrutaré de bebidas! ¡Disfrutaré de viandas! ¡Gozaré cada segundo! ¡Gozaré cada espacio! ¡Gozaré dentro del mar! ¡Disfrutaré cada respirar! ¡Cada anhelante mañana me da la luz y me motiva! ¡Hoy el nuevo sol emana rayos de amor y de vida! Está abierta hoy la puerta de los caminos al poeta. ¡Hoy la belleza y hermosura pueden plasmarse en letra! ¡Hoy se pinta a pinceladas sentimientos de las almas! ¡Hoy se escribirá en versos lo del amor y sentimientos! ¡Amo lo real, amo los sueños! ¡Soy feliz, modelando poetas!
Llovizna Héctor Daniel Paz Baja la tarde entre las sierras doradas, de nostalgia veraniega. Una minúscula avecilla no se anima a echar su vuelo, porque desde el cielo plomizo un halo de flácidas gotas, tal sollozo escondido, amenazan desparramar una película de vahos y halitos, con suaves aromas a tierra mojada. A la distancia, sobre un monte que se abraza al rio salpicón, un antiguo campanario se oculta, tímido, entre las nubes rastreras que se hunden en la vía solitaria que empuja los sueños, de los sufridos viejos, hasta el fin del oratorio. Quien pudiera ser árbol para regocijarse en la humedad, en este destemplado otoño. De las ventanas mironas, de las esparcidas casas rurales, salen aromas a mates con pastelitos azucarados. Las palabras se mezclan con la llovizna y entre las gotitas el recuerdo de los ausentes, se persignan muy sigilosos para no olvidar a los que vivieron. El paisaje se oscurece y las montañas se dejan tapar por una alfombra de preciosita tranquilidad. ¿Cómo interpretar la eternidad si mis sueños, utopías y lo que quiero se puede sumergir, en un soplo, en la nada? ¡¿Cómo morir si nunca más te podré ver?! Silenciosa la noche húmeda y ubérrima invita a la cavilación de los que desean un mundo mejor para los que están al venir. La llovizna aburrida besa a los prados y a las piedras…siendo savia del hábitat.
Un día Héctor Daniel Paz Una mujer blanca, como la nieve del mediodía, se presentó en el horario de descanso dentro del dormitorio. La mire con sorpresa, porque nunca había visto una presencia fantasmal dentro de mi casa. Ella avanzó hasta la cabecera de la cama, por lo que levante mi espalda contra la pared y como la nívea presencia tenía en su mano un bolsito, como para dármelo, la mire con cara de interrogación y sorpresa. -Yo soy la vida.-Me dijo con ojos sonrientes. -Es un honor que no merezco. Respondí, pensando que hablaba en un sueño. -Todos creen que están ante un espejismo del desvarío, cuando les hablo. -Tú mucho me has dado y mucho me has quitado. -Le respondí, con algo de tristeza. -Ya sabrás que siempre te he dado, ya… -Su voz era de firmeza y una sensación de nimiedad me hizo temblar, a pesar de estar sonriente. Ella, cuando se movía, hacía que sus formas se tornaran etéreas y luego entre los ecos de unas suaves campanillas, podía volver a ver los dibujos de sus contornos. Todo era mágico. -Te dejo esto. Con seriedad bellísima, me dijo. Estiré la mano con curiosidad y de ese aromático saquillo, saqué un rubí. Mis ojos se arrugaron porque esta piedra preciosa la había visto solo en revistas de lujo.
-No tendrás que regarla ni darle de comer y deberás cuidarla por el valor simbólico con que yo te juzgo. Podrá estar cerca o lejos pero siempre la honraras con tú pensamiento y buenos deseos. Ella tiene un nombre y aunque el tiempo diluya su cara, porque no la miras, nunca olvides su color y su forma. El vacío de su intangibilidad no será motivo de tu abandono. - ¿Cuál es el nombre del rubí, Vida? -Amistad. Al momento vinieron a mí, cien figuras diferentes de los que transitaron en mis cercanías, no pude contener mis lágrimas y después de varios minutos,… silencioso tiempo, le dije -Gracias.
AMÁNDOTE Lola Vara ( Derechos de Autor) Argentina Llámame cuándo la madrugada abrace tus ansias. Desborda mi boca con el tibio calor que hay en tus labios. Recoge mis insomnios mis mañanas. Deja que tus manos y las mías naveguen latitudes insondables. Abrígame Arrúllame Que aún…yo te sigo Amando.
Como LOLA VARA ARGENTINA Cómo decir con que palabras? Cuándo el recuerdo embarga cuándo la piel se enciende con el alba. Cuándo la luz de la mañana te enceguece. Con que vocablos se descifra el desorden los besos los versos la mirada. Y las manos te duelen de sostenerlas amuralladas y un océano de silencios se ahoga en la garganta. …Mientras se intenta sobrevivir y la lluvia se empecina en abrazarte.
NO ESTÁS LOLA VARA ARGENTINA Aunque no estés conmigo aunque ya te hayas ido aunque ya no me abraces en tardes de domingo. Aún yo sigo aquí aguardando tu risa. Abrigada en el tiempo a la orilla del rio para darte mi mano mirarme en tus ojos y soñar que vivimos. Aunque no estés aquí prendo inciensos sagrados arreglo nuestro cuarto Se alivianan dolores de saberme querida. Aunque no estés Aquí… En silencio te aguardo.
LOLA VARA (Derechos de Autor) Argentina. Si pudieras mirarte con mis ojos si dejaras que tus manos aprendieran que tu piel es un milagro entre mis manos si pudieras sentir en cada beso que mi mundo es el mundo de tus brazos Si pudieras dejar todo de lado y un dĂa sorprenderme con palabras ausentes Y tus manos me embarguen de un romance perenne. Ay! Si pudieras.
¡Como me duele tu ausencia! Lourdes lagardery Puerto Rico !Como me duele tu ausencia! no quise escribir y he escrito este verso, que es un grito al dolor que me devora, que minuto a minuto, hora tras hora. me recuerda que no estas, que ya nunca volverás, que la casa esta vacía desde que Tu Madre Mia cerraste tus bellos ojos; Ay, Dios, Perdona mi enojo, que se haga tu voluntad!....
FLOREZCO COMO EL CIRUELO NANCY VECHIO Rio tercero, Argentina Me despojo de antiguas ramas secas, resquebrajadas con un ruido seco, cayeron al suelo. El invierno nevó mi alma. Olvidé el tibio resplandor de la primavera cuando el gélido aliento del invierno rozó la piel. Entumecida, caí en profundo letargo, dejé enfriar mis latidos, haciéndolos más pausados, casi imperceptibles. La tierra gesta una pastura color verde aceitunado, extendiendo una alfombra mullida y fresca. Abundantes aves migran hacia el Este Cordobés. Allí se reúnen en busca de sustento. Como ellas, levanto vuelo y emprendo la búsqueda del alimento de mi alma. Estiro mis alas como la gaviota, me pinto del rosa suave y delicado de un flamenco, y me sostengo sólo con una pata como el tero, en busca de mi equilibrio interior. En ese despertar, donde por fin bostezo y libero mi respirar cargado de quimeras, elevo mis brazos al cielo susurrándole mis ansias de florecer. Florecer como el ciruelo, con sus cinco pétalos blanquecinos, en ramilletes que contrastan con sus opacas ramas, esperando sereno el beso del colibrí. Una fruta pequeña, jugosa, carnosa, se pintó los labios de un rojo pasión, intensa y dulzona, saciará de un mordisco la sed de frescura. Aprendí a elevar mis retoños en busca del sol. Emprendo el vuelo. Me sostengo en mi equilibrio interior Sé que puedo. Elijo florecer como el ciruelo.
RARA NANCY VECHIO Rio tercero, Argentina Dicen por ahí que es una mujer extraña, muy rara. Dicen por ahí que es nefelibata de sueños rotos. Que golpes bajos de la vida marcaron en ella cicatrices y resiliencia. Dicen también que es alquimista de corazones de barro. A veces nostálgica, de promesas incumplidas. Que es nesciente de mil palabras hirientes. Famélica de un amor correspondido y sincero. Sabe, conoce ese instante fatídico de las esperanzas perdidas. Abdicó hace tiempo, volver a querer. Totalmente deleznable debajo de su piel, lacera en jirones su cuerpo, intentando borrar un recuerdo. Realiza metamorfosis de un ahogado llanto. Cree en la utopía de volverlo a encontrar. El céfiro la transporta por montañas, muros y lamentos. Te embruja y eriza la piel, si la miras directo a sus ojos. Esa mujer es rara, muy rara. Cree en el Dios de Espinoza.
En la magia que tiene el sonido del silencio. En el perfume de una flor. Raída por el tiempo, tergiversó los hechos para que el dolor fuese menor. A pesar de ser facundia, enmudeció ante los hechos. En el alba abraza una sutil epifanía. Creando delicadas luminiscencias, su cuerpo vulnerable cubrió. Etérea, sus pasos son plumas al viento, que acarician arreboles al cielo. El agua acompaña destellos de estrellas, reflejadas con inefable belleza. Esa mujer es rara. Muy rara. Extraña. Dicen por ahí, que su nombre es melancolía.
Amor y dolor. Omar Efraín Martínez Meza. ECUADOR. Pensé que era amor de broma, y se convirtió en una toma de decisiones que causa alegría única, y también que verifica el sufrir por amor sin esfuerzo nada existe, el camino se achica y no hay remedio en ninguna botica. Cunado invade la dolencia, no puede haber creencia alguna para seguir la relación, por se esfuma la pasión. Como describir si es amor o deseo, si todo brota con miedo, se confunden sentimientos, y se hacen cortos los momentos. "Del encuentre contigo amor, y aflora el dolor". Solo poesía para tus ojos. (Picardía y sal).
DEVANEOS DEL DIABLO. (Un momento en la vida). Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). ARGENTINA. Cerra los ojos Suave y de pronto apretalos fuerte como para escuchar recuerdos… Una esquina Vos y yo cruzando de la mano acariciando la vida Reteniendo la mirada mezquina de los años Los ojos entreabiertos de la duda que me hacen ver de guiño un instante de tu cara en el tiempo
Respira hondo porque es más fuerte que los dos aquella vieja placita de San Telmo. Callada por momentos de miradas de brisas otoñales Ese restaurante tan chiquito y tan lleno de respiros del pasado. Aquella pareja que nos dedica un tango Me traen aquí extrañas nostalgias travesuras locas de la gorra agridulces melodías tan metidas en el alma No es un sueño Es tan cierto todo que las notas del violín que escucho se reflejan en el charco de la gota de una lágrima
Y‌ nunca falta El diablo mete la cola y te hace vibrar a contra luz a contra Sol a contra vida Te presenta el acuarela de un breve atardecer que se consumió en la esquina de Independencia y Bernardo sin adiós. Daniel Vattimo. (Derechos Reservados).
LA CALLE Y UNO. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). ARGENTINA.
Uno camina la calle como siempre empujando los idus de los meses marchitos pero hoy fue diferente La vi más angosta y triste Es como si quisiera acompañarme A cada paso me retuvo y los colores pastel de las veredas mutaron a un paisaje de acuarelas húmedas. Pobres calles del Sur Llego a una esquina y me dice: “Espera No te vayas ¿Sabes qué pasa? Yo soy la calle Un estamento por el que camino tu viejo tu abuelo vos los pibes Los pibes de todos y los que no tienen los todos Soy la “vedera” del cuento de Cortazar penetrada de juegos aturdidos y de ganas Las ansias de la gente el piropo refinado o insolente
Soy la cita el primer encuentro fugaz Soy un poco la semilla que defiende la entidad y a veces soy tan solo un hasta siempre” ... ...La deje en esa esquina de confesión inconclusa Ella siguió siendo lo que fue Yo me fui pensando que Uno también es esa “vedera” pisoteada e indigente Uno tiene siempre alguna baldosa floja que escupe su aliento maloliente en una lucha ácida que condena su protesta bajo el Sol Uno es ese tipo que busca lo que nunca encontrara que baila solo con la sombra de un amor que ya paso Yo lo sé
Uno a veces no llega siquiera a ser fuente y perdón Los mares de la razón arrastran los cuerpos que ya no pueden perdonar y los devuelven sin pasión Uno también quiere creer Cree que la vida es un bandoneón eterno que a veces nos hace sentir el asma de los días De los vientos gastados del desierto Pero encontramos que la vida ya no está y nos fuimos enterrados en la duda Uno ve como los humos y los polvos concebidos se aletargan en sonidos de amanecer de glorias empapeladas de caos inmanentes casi venéreos de insalvables sensaciones de fracaso
A Uno no lo salva esa mudes que emborracha las palabras repentinas que sangran gargantas sin origen pero con un final de grito libertario de finales apócrifos Determinados Uno tal vez en un lodo de manos apretadas en un canto por la vida quisiera volver a ser mirada a ser balcón en que habla la esperanza‌ Solo eso quisiera ser. ¥Uno tiene tanto por decir!... Daniel Vattimo.(Derechos Reservados).
SUEÑOS AMARILLOS. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). ARGENTINA. Me acosa un tendal de lluvia vieja Un horizonte de lodos me desliza sin querer las manos Un sudor caliente me trasunta el ánimo y unas nubes disfrazadas de ángel con un engaño sutil me hacen creer que amanecen los trinos de algún pájaro Pero no Busco en la luz más oscura la razón incandescente de la duda que me aísla de los días mejores Así veo como el pálido rubor de la nostalgia me adormece El pensamiento escapa Me despiertan los humores de una noche sin mañana que acusa extrañar mi madrugada Con pasos silvestres se alejan de mí las sensaciones Soy la sal de lo que queda despierto de mi alma.
Abrí los ojos cuando el sueño de esa noche salía a pasear con los grillos que aún intentaban un murmullo La vi pasar… fue apenas un segundo como el trazo mullido de un recuerdo. Daniel Vattimo. (Derechos Reservados).