Poetas sin fronteras octubre 2017

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Poetas sin Fronteras

Octubre 2017 Año 5 Ejemplar No. 39


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ELLOS, MI PRIMER AMOR Alejandra Abraham Argentina La primera biblioteca donde se nutrió mi imaginación antes de aprender a leer fue la de mi hermana. Cuando llegué al mundo, nadie en mi familia me esperaba. Mis padres, un matrimonio grande con una sola hija de dieciséis años, tuvieron un día la gran sorpresa: un bebé al que no habían invitado a la fiesta de la vida. Debieron acomodarse: y entonces me convertí en un bebé por demás consentido. Tal vez el primero y si no, uno de los primeros lugares por donde mis pies pequeños comenzaron a descubrir el mundo fue la biblioteca de mi hermana. No puedo mentir que recuerdo la habitación que hacía de biblioteca, antes bien la puedo imaginar y puedo inventarla lo más parecida posible, pero eso no viene al caso ahora, sino mejor contarles que ese mundo donde las estanterías estaban llenas de libros y repletas de universos posibles, se abría ante mis ojos y mis manos con la misma desfachatez con que se levanta el sol en las mañanas de enero. Los pequeños pasos por la casa desparramaban los libros a su antojo. La biblioteca era un lugar de recreo y libertad donde nadie decía no. Ni siquiera cuando llegaron los temidos crayones, las multicoloridas fibras y las lapiceras impertinentes, que dejaban sacrílegas huellas a su paso sobre lomos, hojas, y todo rincón de las sumisas páginas. Así ultrajados, doloridos, dañados, seguían en pie, mirando morir en un enojo la página 50 o la 85. No importaba el numerito que ostentarán. Todas podían correr la misma suerte. Alguna que otra se salvaba y permanecía a mitad del ejemplar en valiente espera de la muerte o el olvido. En otros casos se transformaban en viajeros obligados. Exiliados


peregrinaban en casas de vecinos o primos: los pies pequeños se dedicaban a compartir las letras que aún no sabían descifrar. En el mejor de los casos, esos viajeros obligados regresaban luciendo sus heridas profundas, su soledad y abandono. Algunos mutilados, sin tapas o con solo una de ellas, con los hilos de las cubiertas colgando a los costados. No volvían a ocupar sus lugares privilegiados junto a otros semejantes sino que pasaban a mezclarse en las bolsas y canastas donde se arrumbaban los juguetes, y de pronto se encontraban en compañía de la muñeca tuerta o de aquella otra sin el brazo derecho, entre pelotas desinfladas, restos de muebles en miniatura, hebillas para el cabello y hojas arrugadas de revistas; exiliados para siempre en espera de una muerte sin gloria ni pausas. Se podría decir que mi primera aproximación a los libros no fue una lectura motivadora ni la enseñanza de algún maestro. Fue un encuentro material, un choque de fuerzas, un combate sensitivo. De un lado la materia y el símbolo y del otro la curiosidad del niño. Pero hablemos de la materia y el símbolo. La materia era maleable, se dejaba manipular, permitía el acercamiento y el roce. Sin embargo esa materia no estaba sola, la acompañaban los símbolos, lo indescifrable, lo negado, oculto y latente a revelarse. Como miles de hormigas negras llenaban las páginas: seres invisibles escondidos en esos garabatos muy diferentes a los manchones de colores que insolentes invadían los espacios. Esos símbolos que aún no se dejaban interpretar se quedarían por siempre en los rincones de la memoria y no dejarían jamás de producir el asombro y la magia en la imaginación de los pies pequeños a medida que crecían.


TERRA MOTUS América Guerrero González. México Irrumpen a media noche movimientos tectónicos, se repiten una y otra vez dejándonos atrapados en su loco vaivén, sucumbimos al hechizo de la noche, aullidos de perros, se elevó el clamor pidiendo piedad al Altísimo, llanto, pánico, brotes de histeria de muchas personas, humedad en los ojos, ambulancias, alarmas encendidas, el tiempo se alargó creí que habían pasado muchos, muchos minutos en los que vivimos de todo, desde arrepentimiento hasta suplicar el perdón de Dios, chicoteaban los cables de luz, tronaron los transformadores, en un instante todo fue sombra, abrazos, reconciliación, búsqueda de los seres amados, sin línea, sin internet. Sin embargo la magnificencia del Creador, congeló las lágrimas en cada estrella. Subyugada por el siniestro volé batiendo las alas, el alma, bajo el hechizo de la luna, bajo su influencia, mágico astro que nos libera de la sombra total. No había lluvia, había melancolía en la piel, congoja, las calles del Playón de pronto me parecían desconocidas, interminables, los vecinos a la orilla de las aceras tratando de comunicarse con sus seres queridos, otros buscando transporte, la libertad cautiva ante el pánico. Sentía que subía y resbalaba entre dunas, aferrada al volante con ganas de gritar, de olvidar los momentos del terremoto, golpea el viento, ¡reacciona!, ¡reacciona!, tienes que llegar al hogar seguro, al refugio.


Prefiero evadir la mente y sentir la arena en pies y manos, aunque en la otra orilla muero de miedo, de tristeza, de dolor. Muchas veces he dicho: ¡Señor estoy preparada!, pero, a la hora de la verdad me aferro a la vida, no quiero quedar enterrada entre escombros, imagino los zopilotes sobrevolando, otra voz me dice no has perecido ¡estas viva! sigue, sigue, hasta la otra orilla, ahí donde los árboles te esperan de pie y tus hijos se encuentran a salvo, hasta donde tus pies toquen las raíces, te abraces a ellas y la oscuridad se vuelva luz. Luz del eterno guio mis pasos, fue una noche interminable de meditación y profundo sueño casi al amanecer. Lenguaje incierto de la tierra que pide piedad, piedad por el maltrato, piedad por nosotros mismos, imploremos la bendición del cielo. El sereno baña el rostro de los árboles, hechizo que revela el secreto de la vida y el canto de las aves… amanece. Manto de luto envuelve a mi México querido, hermanos de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero, CDMX, Puebla, Morelos, sin vida, sin hogar. Cala el frío en los huesos, llora América y el mundo entero envía mensajes de solidaridad. ¡LEVANTATE MEXICO!, tus hijos estamos contigo.


ANHELOS Carina Andrea Argentina No consiento dormir eternamente en un cofre de fino palo reluciente de metal y laca. No, no me conformo con tan poco. Prefiero la humedad de la tierra a la suavidad de satenes y puntillas acolchonando mi sepulcro. Mi cuerpo mutará en flores mecidas por el viento y serán admiradas por los amantes peregrinos. Mi corazón de polen será miel y los pétalos, poesía. No quiero que una urna depositaria de cenizas se convierta en cárcel ni en santuario, ansío volverme polvo, amasijo y cimientos. Mi último respiro se deshará en mariposas y la blonda cabellera de las velas se fundirá con los rayos de un sol recién nacido. Las lágrimas derramadas impregnarán el surco reseco donde las amapolas crecerán mezcladas con el trigo.


FLORES DE CEREZO Carina Andrea Argentina

Luz de fresa al filo de la medianoche, las gotas del péndulo saborean una rebanada de luna llena y las paredes dibujan un eco con el llanto maduro. Pequeña tibieza arrugada, pureza de abril; en tu nombre singular brillan más de doscientos soles. Las luciérnagas abandonan su letargo y se adelanta el avistaje de cometas. Corazón de caramelo es tu boca, indefinido tapiz tu mirada que me busca. Manitos ciegas adivinan los contornos de mi cuerpo en una danza otoñal donde el dolor pierde la memoria. Una bandada de palomas y almíbar construye nidos en el desvelo, el cofre de cristal te abriga mientras la lámpara esparce, en el limón de tu piel, azahares y flores de cerezo.


MI ESPEJO Carina Andrea Argentina

En verano, es arroyo que arrastra pasión de ciruelos y ternura de damascos. En otoño es viento sedicioso de castaños crujientes y amarillentas perezas. En invierno es frío que dibuja estrías en el ventanal con el aliento del cuarto y decora con mandalas los cristales de nieve. En primavera, es lluvia acariciando glicinas y rosados durazneros. Pero en la quinta estación de tu nombre es fuego. Baja la mirada cuando mi boca es racimo en el trapiche sediento de tus besos. Con el cincel esculpe llaves y cerraduras, en la penumbra es eco de susurros y juramentos, él lo sabe todo, en sus arenas cabalga la memoria. Él conoce mi secreto, es guardián gemelo de tu piel que no me pertenece. En lo solitario de la noche, no importa el tiempo le pregunto a mi espejo si en tus ojos negros otros ojos, legítimos dueños, encontrarán mi reflejo.


LA AUSENCIA DE UN DESEO CLEMENTE MUJICA PONCE XALAPA,VER ,MEXICO.

Y llegará el día… En tu mirada y en mi piel. En mi espíritu y en tu alma.

Que extrañemos, El habernos conocidos. Y llegará el día… Cuando no existas en la vida Y ya no exista yo… ¡Nunca más entre la muerte!

Que nos recordaremos, Tan simples, Tan cercanos.

Y nos presentiremos… E invocaremos las sonrisas Y sentiremos la humedad… ¡De las lágrimas vividas!


Las deseadas, Las amargas. Las siempre nacientes Y las eternas… De los lechos, De suspiros Y silencios olvidados.

Y es promesa… Que llegará el día, Que tomaré tu mano, En un portal distante. ¡Sonreiremos! No tendremos polvo, Ni materia de las vidas ¡Aprendidas!

Recordaras los besos, Recordaré el aroma de tu piel. Nos reconoceremos ¡Plenamente!

Y llegará el día… En que no hablaremos del amor,


Ni de los deseos. Y llegará ese día… En que hablaremos de la luz.

De tu latir y de mi existir.

Llegará el día en que diremos. Hoy somos tú Y hoy somos yo.

Sin polvo y sin materia… En ese principio lejano Y en este final naciente y eterno.

Porqué somos parte, De lo que no nombramos. De los olvidos, De las realidades, Y del poder más eterno.

¡Del amor! Tú y yo.


Son simples Eternos Como el mañana siempre naciente y el futuro Nunca olvidado. Níveos… Tan grandes y pequeños. Que claman a las estrellas Y abrazan los mundos. Los reales Y los soñados ¡Aún nonatos para el todo y la nada!

Mensajeros… Amados protectores, Sus pies… No tocan el piso de lo mundano ¡Pero sus alas tocan el cielo de lo divino!

Susurran… Caricias al alma, Besan el corazón eterno, Soplan a tu mente, Consejos de vida Y te muestran los sueños.


Son simples, Como la luz. Diminutos… Como el universo.

Tus ángeles Y los míos. Nuestros amados protectores. Tan simples ¡Como el amor! CLEMENTE MUJICA PONCE XALAPA, VER. MEXICO.


EL AROMA DE LA VIDA CLEMENTE MUJICA PONCE XALAPA, VERACRUZ MEXICO

Cada mañana Angelina abordaba puntualmente a las 5 a.m. el autobús para su trabajo, el viaje era largo y se hacía más de una hora hasta llegar a su destino. Pocas personas viajaban a esa hora por esa ruta. Señorita quedada y amargada no poseía ilusión alguna. Pero esa mañana todo era diferente a pesar del frio ella vestía un bello vestido floreado de algodón. Durante años había observado las miradas morbosas del hombre que subía en la playa de los ruscos. ¡Siempre le había molestado! Pero ese día algo era diferente: Angelina se sentía viva y su cuerpo reaccionaba al solo roce de la tela. Tomas subió como siempre en esa parada junto al mar. Pero esa vez ni siquiera miro a la mujer. Pago su boleto y se fue a sentar hasta el fondo. Se acomodó y cruzo los brazos y se dispuso a dormir unos minutos. Pero Angelina se sentía viva y dispuesta, sin pensarlo fue a sentarse junto al hombre. Tomas ya dormía cuando sintió que unas manos tocaban sus partes íntimas sobre el pantalón; dio un pequeño brinco y al abrir los ojos vio la blanca mano de Angelina tocando su intimidad. Ella sonreía maliciosamente y él le hizo frente y sonrió también. No lo pensó ni un instante y pasó su brazo y la apretó fuertemente. Los besos no se hicieron esperar. Deslizó suavemente su otra mano entre el suave vestido de la mujer. Ella jadeó y su piel palpitó, Tomas no se sorprendió al notar que no llevaba ropa íntima y sus dedos exploraron esa tibia intimidad. Los minutos se hicieron eternos y en la oscuridad los besos se repitieron y las manos del hombre exploraron cada parte del suave cuerpo de Angelina. Ella jamás había tocado el cuerpo de un hombre y sintió la calidez: el calor quemante del cuerpo de Tomas. ¡La vida tenía aromas y latidos! pensó la solterona mientras el hombre ultrajaba su cuerpo con sus toscas manos...con el consentimiento de ambos. Repentinamente algo sucedió que una fuerte sacudida la apartó de los brazos fuerte


y viriles del hombre ardiente... pareciera que el autobús chocara con algo. Y cuando abrió los ojos Angelina se encontró desnuda en su cama tocando sus senos y explorando su inmaculada intimidad. ¡Todo había sido un sueño! Minutos después salía de la ducha y su sonrisa era radiante. Esa fría mañana Angelina esperó puntualmente su autobús a las 5 a.m. en punto. Pero se veía diferente más hermosa, más feliz y a pesar de la bruma y del frio de la madrugada ella vestía un hermoso vestido de algodón con muchas flores rojas.

LA INVOCACIÓN CLEMENTE MUJICA PONCE Xalapa, Veracruz, México Esa noche el aire era tan frío y la nostalgia tan eterna que el pobre hombre caminaba sin ilusión por mirar la bella luna que iluminaba su camino. Y justo allí donde los caminos se cruzan, al viento sopló tan fuerte que muchas hojas secas flotaban y algo pegó Fuertemente en su rostro. Cuando él lo despejó de su parpado, vio que era una pequeña hoja de pergamino. Era gruesa y perfumada, además de vivos y bellos colores. Sin pensarlo más la guardó en su pantalón. Y esa noche cuando se bañaba y sentía la tibia agua escurrir por su piel: añoró más el amor, más que nunca; le echó de menos mucho más que otros días. Fue entonces cuando recordó el papelillo que había llegado a su cara a él. Y recostado en su cama examinaba el pergamino, tenía el símbolo de lo infinito entrelazado a un reloj de arena. Y en el centro unas letras doradas decían lo siguiente ¡ Ebookers inducit amorem et aeternum et perpetuum ..!


Y el hombre sonrió y leyó la frase, sintió como un aire muy tibio lo envolvió. Fue entonces cuando una fina daga de cristal apareció flotando junto a él. Y ese cuchillo flotando junto a él le produjo un corte en su costado muy cerca de sus costillas y siguió flotando. Unas gotas de su sangre cayeron al piso. Brillaban como estrellas y repentinamente esas gotas luminosas palpitaron fuertemente y explotaron, cubriendo de una fina bruma violeta la habitación. Al desvanecerse quedó junto a él una bella mujer que le miraba dulcemente Y así desnudos ambos ella lo tomó de la mano y dijo ___ ¡invoca al amor y atrápalo… Sin tiempo y eterno! Es que el amor es necesario como el aire y cuando el leyó la frase en latín…Invocó su presencia..........


INTENTO Cris Marino Argentina La noche cegó // la claridad // trajo los mensajes de estrellas. Plateados versos// bocas llenas// de silencios.... Caminó por los bordes// de los abismos. Queriendo anochecer el límite// allí donde // todos los espejos se aniquilan. Creyó que era fácil // bastaba un solo vuelo. Miradas de otros rostros// manos desconocidas. Cornisas angostas// desprolijas. No pudo// volvió sobre sus pasos // se le espeso la saliva. Las pupilas aguadas// sintió que el alma// se moría// en el corazón murallas// tenían mil grafitis// un nombre dibujado// siempre el mismo. Acorralo el intento // cuantifico el sentido. Se regreso// haciendo equilibrio// en realidades de un abismo.


TRISTEZA Cris Marino (Lola Vara) Argentina

Los dorados asomaron / esforzando los párpados / derrumbada / atónita/ triste...Tan triste que hasta la apena sentir la pena que la ataca. Levantó sus huesos queriendo reinventarse. Persistente la vida se quedó en ella. Era solo vacío casi el estado que da la muerte . Se vistió / herida/ triste/ desahuciada. Caminó con la mirada ausente. Con el corazón desangrado. Quiso re armarse/ juntar los pedazos de su alma inerte / insensiblemente maniatada/ desolada / y allí esta/ sin saber su propio nombre / con una daga mortal en su garganta.


ESTABAMOS JUNTOS Dany Lopez México Como un rompecabezas Entrelazados entre si Observaba su mirada Que apaciguo mi alma Solo ella y yo, naturales Sedientos del uno al otro Me alimente de su calma Que reflejo en mi rostro Mi perfume impregno su cuerpo Su voz se quedo en mi mente Nos olvidamos del tiempo Para ver al deseo transparente Estábamos juntos Saciamos el deseo De tenernos mutuamente En un mundo transparente Donde todo era perfecto Llevó el paraíso a mi infierno Tomaba su alma y su mirada Volvió a mis demonios tiernos Con su estrella iluminada Ella contaba las estrellas Yo contaba sus lunares, Yo buscaba las sirenas Entre las piernas de sus mares


Estábamos juntos Se convirtió en leve brisa Acompañada de mi viento, Que formaba mi sonrisa Y desvanecía el tiempo Sus manos paseaban por mi cuerpo Las mías por su piel desnuda. Bajo la lluvia de lo “eterno” Dejamos escapar las dudas Estábamos juntos La pasión era eterna Describirla era mi reto Encontré entre sus piernas El verso mas perfecto Tocaba el piano en ella Entre en su piel desnuda Para regalarle las estrellas Al compás de una luna muda Entramos a lo profundo Juntamos nuestros mundos, Al despertar de esa noche Tu y yo estábamos juntos


CERTEZAS Héctor Daniel Paz Argentina A veces leo para descubrir otros mundos, otras veces para descubrirme mirando el sol. A veces pregunto al silencio sobre lo que siento. Otras veces contesto a la vida lo que en su mudez me pregunta, con tanta insistencia. Los árboles ocultan en su follaje de primavera perfumes, sabores y otras vidas santas. En el invierno ellos guardan, en su desnudez, la esencia del ser que permanece en espera. A veces leo para dejar pasar el tiempo, otras veces para que el tiempo detenga su paso. Y así atando olas del celestino mar puedo dejar emigrar las dudas a sus mundos de indagación infinita, y otras veces retengo sentimientos y conmociones, que solos, cuidan de las certezas mínimas… que hoy me aturden.


TODAS LAS VIDAS Héctor Daniel Paz Argentina

Cuando una pluma escribe en la virginal hoja de papel, un mundo se derrama en cada giro. La palabra envuelve un instante, suma de momentos y se desparraman sueños, ilusiones de perpetuidad, mensajes de avaricia, secretos que en carretas transitan la noche. En el poema se vierte un corazón, con timidez de paloma que no se atreve a gritar sus deseos de volar por arriba de los atardeceres. Y así las estrellas acompañan el trazado de una historia, como así del árbol nacen las cepas verdes, de flores volátiles y perfumadas. En cada casa un cajón esconde papeles que cuentan, en resúmenes ininteligibles, historias que las entiende apenas, el que las escribió. Y así como oleadas de emociones las palabras se escabullen en líneas rítmicas para contar lo que ya sabes y llorar en tus lágrimas. Todas las vidas quedaron representadas en una anónima letra. Y así se dibujó la historia de este mundo y del paso del hombre, que necesitó pintar mares y montañas, verdes y azules, insectos y una cascada de amaneceres para poder relatar los momentos que la memoria nunca podrá representar, sin el egoísmo del que escribe. Gustosas las letras se mezclan para depositar, entre los que se detienen a leer otra voz y otro perfume. Golpes de indocilidad acuñados con la mano fuerte del que duda del ritmo que tiene el destino, cuando el silencio niega al caminante saberes para elegir la callejuela para andar la vida y al no poder cargar otras leyendas. Cuando una pluma traza en la virginal hoja de papel un mundo se derrama en cada giro. En el poema se vierte un corazón y las palabras se escabullen en líneas y además se dibuja la historia del mundo. Gustosas las letras, se mezclan en la virginal hoja de papel.


VIDRIERAS DE NOSTALGIA Isidoro A. Gómez Montenegro México . Con la mano tocas mi piel herida, al tacto que no adivina el tiempo. En el azul de vidrieras se sublevan tus nostalgias. Vacío el cofre de la vida profesas devoción de tomar los hábitos. Las raíces de mi cuerpo bendicen el amor regado en la espera de mis pasos. Instaura la rama rotunda intuición no frágil. Sueños que nunca duermen, sombras toman mis manos me guían al amanecer destellos de luz crispados. Bajo hojas amarillas se destiñen mis venas olvidadas. Los gorriones trazan mapas celestes aposentándose en tejados pincelan las horas. Arco tenso por los vientos. Calles y obeliscos regadas por la pasión florecida y el semen generoso desleído de la vida sellado a fuego y sangre. Acumulación de tibieza y maduración de silencios.


EL ÁLBUM FOTOGRÁFICO José Manuel Ambrocio Veracruz, México

“Las mejores imágenes son aquellas que retienen su fuerza e impacto a través de los años, a pesar del número de veces que son vistas.” Anne Geddes

La luz de la tarde se iba perdiendo en las ventanas. El zumbido de mi viejo ventilador metálico nos hacía compañía y suave nos arrullaba. —¿Abuelita, quien es la de esta foto? —Soy yo mi amor Ver al niño como fruncía el ceño, saber que su escasa edad no le permitía comprender con claridad que la persona que se mostraba sonriente en la fotografía era yo, me divertía mucho. —¿Eres tú abuela Leo? —decía, mientras que con sus manitas tocaba mi cara —Si mi vida, soy yo —dije, mientras sentía sus tiernas caricias en mis mejillas. El niño pasaba esa tarde conmigo, a decir verdad, estaba encantada, disfrutaba cada minuto de su compañía y no dejaba de admirarme lo inteligente y curioso que era, sin duda alguna igual que su padre cuando tenía la misma edad. —Mira hijo, esta otra fotografía —le dije con mucha ternura, mientras con mi dedo índice trataba de arreglar la fotografía ajada y con un doblez que no permitía ver el rostro de la persona que había en ella Al verla, la cara de Cesar mostró una expresión de asombro tan genuina, que no tuve más remedio que contener la risa y le pregunté: —¿Lo conoces? —¡Abue, cuando me tomaron esa fotito! ¿dónde es ahí? No conozco ese lugar ¿Por qué esta tan fea la foto? ¿Quién la doblo?


—Son muchas preguntas mi angelito. Espera a que regrese, voy por más galleticas y te contesto todas, ¡son muchas! —para enseguida levantarme y salir de la sala rumbo a la cocina— Al regreso con la charola repleta de galletas, me quedé parada bajo el marco de la puerta, mirándolo a la distancia. No quería hacer ningún movimiento que interrumpiera lo que el niño estaba haciendo: Con cuidado, sacó su teléfono de la bolsa del pantalón, el mismo celular que le habían regalado el mes pasado cuando cumplió sus seis años. Lo puso frente a la foto ajada y lo acercaba o alejaba según veía el enfoque en la pantalla, para después tomar una foto, repitiendo lo mismo varias veces, hasta que le saliera lo más nítida posible. No me vio, tampoco me sintió llegar, de tan ensimismado que estaba observando ahora, la misma toma directamente en el celular. Con gran destreza, con sus deditos amplío la imagen varias veces, escudriñando el rostro y todos los detalles que ahí veía. Fue bello y tan conmovedor ese momento, que me hizo retroceder al pasado, recordando la niñez de mi hijo José Manuel. Aquella vez que recibió en su quinto cumpleaños, una enorme caja de cartón, con su brillante envoltura dorada. La innumerable cantidad de piezas metálicas con agujeros, pequeños tornillos, tuercas y motores accionados con baterías que brotaron de la caja, hicieron aflorar un brillo especial en sus ojos. Bastaron unos cuantos días, para que después de comer y hacer su tarea dedicara horas para armar todo tipo de estructuras, admirándome al ver que había construido algunas diferentes a lo mostrado en el instructivo. Dominó el juego al cabo de unas semanas. No pensé que sería ese, el regalo que determinaría la vocación de quien después, pasado los años se convertiría en ingeniero. —Abuelita, abuelita ¿te sientes bien? —Si mi cielo —respondí, regresando de mi ensueño —Quiero decirte algo abue —Dime mi amor —¿Verdad que el de la foto es mi papá’ —con sus ojos brillantes me preguntó


Quede sobrecogida. Era el mismo brillo en la mirada de José Manuel, cuando curioso deseaba confirmar algo que descubrió y lo podía ver ahora, en los ojitos del pequeño. Sin tardar más la respuesta a esa mirada suplicante, respondí: —Así es hijo —Pero, ¿cómo lo supiste? —Mira abuelita, ven acércate —mientras me sentaba junto a él, movía la foto de un lado a otro en la pantalla de su teléfono, para después muy serio decirme: —Supe que era mi papá por esto: Mira, aquí en este lado de la foto, en el reflejo de la vitrina. Esta eres tú de joven, ¿o no? —Si mi vida —dije, esta vez abrazándolo tan fuerte que se sobresaltó —¡Abue, me vas a sacar el aire! —Disculpa mi niño, no lo hice con ese propósito —Nona, tengo otra pregunta —Dime —¿Por qué el álbum sólo tiene fotografías hasta donde mi papá se casó? ¿ya no tienes más fotografías? Me quede pensando en la agudeza de la pregunta de César. Me tomó tan de sorpresa, que tuve que pensar un momento cual sería mi respuesta. Para ello, me puse a acomodar las galletas en la bandeja, al mismo tiempo que lo hacía también con mis pensamientos. Los ojos, esos ojos inquisitivos del niño no se apartaban de mí. —Abuelita, no me has contestado —Ven hijo —le dije, mientras lo sentaba en mi regazo— Dame tu teléfono —abrí la sección de fotos, señalando los cientos de fotografías que ahí guardaba— le hice notar lo siguiente: Aquí tienes todas estas tomas que has hecho de tantas y tantas cosas que viste, que llamaron tu atención e hiciste la foto, justo como hace un momento, en que descubriste mi cara, ¿recuerdas? —Si —Bueno pues, contéstame algo, ¿cuántas de estas fotos has revelado?, es decir, ¿Cuáles de ellas has llevado a imprimir? —¿Imprimir? —Si, pasar de la memoria del teléfono al papel, para después colocarla en un álbum como el que has estado hojeando. Se quedó muy serio, pensativo.


—Ninguna nona, ninguna —Ves, ¿entiendes lo que te digo? —el álbum, ese que estabas viendo, se quedó sin fotos recientes porqué ahora, todas ellas están almacenadas dentro de los teléfonos o de las computadoras. Ahí estarán, ¿Por cuánto tiempo?, no lo sé. Quedamos un largo rato en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. Al cabo de un momento, el niño tomó una galleta, la engulló de un bocado, para después decirme: —¿Qué tal una selfie? —Claro que si cariño...


Mi corazón y mis manos Lucila Reyes González México Solo tengo estas manos son unas manos que saben lavar, que cosen y acarician, y en las desgracias se brindan para que puedan ayudar. Solo tengo este corazón que sabe de amor y entrega, que sabe de dolor y tristeza, que sabe de solidaridad. Te traje estas manos y con ella voy a cargar muros de concreto, piedras que cayeron, muros que sostuvieron; casas que ya no están. Vine a ayudar a mis hermanos, y también los vine a buscar se que todos juntos, vivos o muertos, los vamos a encontrar. Te traje mi corazón Y con él, te voy a unir, Nos costara un poco de esfuerzo, Pero te vamos a reconstruir. Te traje mi corazón y mis manos y te voy a levantar, es lo único que tengo, y con ellos te voy a ayudar.


SIEMPRE SERÁS TÚ. Lucila Reyes González México ¿Acaso he tenido vida antes de conocerte? quisiera saberlo, supe del amor, cuando el amor cuando te conocí, y conocí el dolor cuando te vi partir. Las cosas buenas y malas de la vida, tú me las has enseñado; llenaste mi vida con pasiones, que nunca antes había siquiera soñado, y provocaste emociones; que nunca habría imaginado. No sé, que fue de mi vida antes de ti, lo que sé es que comencé a vivir cuando te vi, eres la luz primera de mi mañana, y mi último deseo al dormir, por eso amor fuiste, eres y serás lo único para mí.


TE SEGUIRÉ A DONDE VAYAS Lucila Reyes González México Porque te amo Por tu forma de hablar, por tu sonrisa y tu mirar, por que me sabes escuchar, por tu paciencia sin par. Por esos maravillosos detalles que solo tu tienes conmigo, por que nunca dices que calle, porque sé que eres mi amigo. Por qué haces que me entregue, con fuerza, con pasión, con locura, porque siempre haces que llegue... al momento de perder la cordura. Porque te entregas tal como eres, y me aceptas tal como soy, te seguiré a donde me lleves, y me seguirás a donde voy Presta por ti, esperando estoy, esperaremos si quieres, si quieres nos vamos hoy.


MIEDO María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Después de tanto tiempo Cuantas y tantas horas Esparcidas en la arena; Mar de olas que se quejan Que al tocar la orilla Ya se alejan… Tienen miedo, temblorosas De quedar esparcidas Y perder la blancura Desbordante de su espuma… Mar de encrespadas olas Que agigantan mis sentidos También tengo miedo De perderme en el olvido.


PAYASO Mary Bustos Bargas La Cruz-Córdoba-Argentina

Raigambre de una leyenda que te presume alegre y bullanguero. Entre piruetas de pomposa fantasía muchas veces escondes la desmesura de tus sufrimientos. Lámpara agotada de sueños. Desnudez lastimada de fracasos. Virtud del histrionista. El cascabel de tu risa provoca al alboroto y alguna oscura profecía se nutre del aplauso estimulante aún cuando evidencia tristeza tu mirada. Acertijos encadenan tu destino, esconden tras bambalinas deshilachadas un calvario de penas y fracasos. Condenado a vender tu magia al ingrato que de la alegría goza sin rescatar tu corazón maltrecho. Entretejes marañas de entusiasmo con tu función de gala en el proscenio. Encontrarás tu invierno alguna tarde en un rincón oscuro del entoldado. Cuando caiga el telón de tu existencia solo será recuerdo tu sonrisa pintada.


MUJER SIN ESPERANZA Mary Bustos Bargas La Cruz-Córdoba-Argentina

Un hartazgo de soles calcinados se recuesta exhausto en tu almohada el vientre henchido del mar de tus ojos por las lágrimas que no brotaron se desborda imponente. Noches de insomnio. Sábanas con ausencia de calor. Manos que no acarician. Un espejo vomita tu imagen desvencijada Las hilachas de un corazón que destila agonía se derrumban sin remedio. Una alfombra pisoteada es testigo de los restos del cigarro en el cenicero. El tufo del alcohol que impregna el aire. Todo te recuerda su presencia te perturba, te hiere y un rictus amargo comprime tus labios hasta sellarlos con silencio. Solo hay oscuridad en tus pensamientos. Un llanto seco que corroe el alma. Acurrucada en un rincón de tu alcoba tus pupilas vigilantes esperan inclementes que tu vida se apague.


TEMPESTADES. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). Argentina. Caminan con la soberbia de lo no pensado. De lo que cubre las sobras. Aturden las hojas vacías del árbol caído. Sentenciado. Invaden la impávida sombra de un cielo asfixiado de relámpagos. Recurren a los vientos que amarran a los pájaros. Los matan. Ensombrecen afanes. Salen a la luz, corta claridad de la ceguera, que todo lo niega. profanos de paisajes. Generan una alquimia acida de recuerdos como el mágico dolor de los lugares íntimos. De las paredes con olor a sangre. Siempre vuelve a esa ceguera inválida un asma de polvos de tormentas que bloquea el sentir de las manos atadas, de las ruinas del pensamiento inerte. Del Sol que aparece negado por las almas de la soledad y del exilio de la mente.


CUATRO ESTACIONES. (dedicado al Maestro Astor Piazzolla). Osvaldo Pettinicchio. (Daniel Vattimo). Argentina. I Sucede a veces cuando doblas la esquina. Distraído. Como ausente al susurro mañanero de la gente. De Buenos Aires. Ese instante escondido entre bostezos, entre ojeras compartidas no te deja sentir. II Letargo de caminar la náusea otoñal que a veces te retiene el paso. Y no sabes… Y no sabes andar. Te detenes. Perdido en un de pronto marginal sin causa, enclavado en sonidos de campanas. III De una música que a veces te dolió escucharla, que tal vez no fue música sino un retorno de vencidas historias, de nostalgias. Y allí estás, sin saber. Mordiendo el insólito vacio de tus manos.


IV No volvés, te quedas en el absurdo telón de sentir nada. Y no podes… y no podes con la mirada ciega de sus brazos.

ALGUNOS POETAS. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). Argentina. Tenemos las nostalgias y las flores, crecemos en los caminos taciturnos de Soles elevados. Abrimos nubes para ahuyentar relámpagos. Moldeamos con manos urgentes el cántaro que esconderá las lágrimas, consumimos altas dosis de mesas de bares, de café, de vinos ingratos. De bodegones escondidos en los barrios, de cigarrillos mágicos. Dormimos con mujeres con pasado. Despertamos con musas en su misma cama,


después de haber amado. Tenemos algo de ángel y demonio si mostramos la sangre, somos tal vez lo que fuimos luchando: un tizón de memoria que no se apaga. Cerramos heridas con las piedras que soportaron nuestro paso, con los viejos alambres de peligroso tacto. Abrazamos simiente, árboles y vientos, hombres y gestos. Tenemos hijos, tal vez hasta tenemos padres y también algunos poetas cierta vez lloramos…


MI AGONÍA Patricia C. Cervantes Domínguez Veracruz México

Quiero hablar de todo lo que he callado, y que él tiempo me ha negado, sin ser plebeyo ni esclavo, quiero hablar del egoísmo, de placeres que a mi mismo mucho daño me han causado, tengo él cuerpo marchitado, como arrugas en mi rostro, que él insomnio me ha dejado. Del amor yo no he tenido, mas que malos sinsabores... Que llenan tumbas de flores y epitafios en piel grabados. Mientras vivo he peleado, siempre en cada momento, divisando al firmamento, suplicando a quien me oyera , que a mí me recogiera o parara mi tormento. Ya no quiero mas de esto, Prefiero mejor morir! entre gritos de silencio , en papel los esparcía... Recordando la osadía de una vida y no existir. Quiero hablar de todo aquello que me produce escozor, que a mi alma dio rencor , como un cáncer me ha invadido, que de tí me hizo mendigo, que suplica de tu amor. y que a mi vida marcó por no saber decir no!. Quiero hablar de mi locura... La que me ayuda a huir, hasta bailar y cantar, la que me hizo amar a un ser terrenal cualquiera, que me dejo de quimera solo una silla vacía , y a mi mente fantasías que hoy me hacen poner, en mis hojas de papel al que no me hizo mujer, pero me llevó a la orilla , del mar en que yo me ahogaba clavando en mi pecho la daga que me regaló la tinta que hace escriba sin prisa , de todo por lo que muero.


Quiero hablar , pero no puedo, porque no me alcanzaría,ni toda la vida mía para poderte plasmar, que ya no puedo callar... Que mejor me voy de aquí, dejando yo un manuscrito , de lo que dice él proscrito . Que la vida es tan corta para saberla vivir. Que ya no pude decir con palabras qué quería... Agradecer a la vida la dicha de ser y pensar, también poder expresar a través de la poesía todo aquello que quería y que no me pudiste dar.


LÁGRIMA Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México Objetos inertes, sombras tristes, a lo lejos un reloj sincopado, un gato maúlla en patios vecinos, aroma a canela quemada. Observo tu silueta y como pinceles mis anhelos dibujan tu mirada, mi vista se nubla por transparentes recuerdos, mientras mi boca cerrada ¡Maldice las horas! El corazón se agita como un metrónomo mis pensamientos bombean ideas a muerte, bajo mis ojos al plato de antaño, bebo un trago amargo. Cae la gota del desprecio sobre la copa, olvidas promesas y tu voz suena a infierno, la felicidad ¡Llora! ¡Está de Luto! Del poemario “Pétalos Azules”


MÉXICO DE PIE ROCIO DEL ALBA DÍAS RAMÍREZ VERACRUZ, MÉXICO A LOS 32 AÑOS VUELVE: UN INFARTO EN EL CORAZÓN DE LA TIERRA “LA CASA PARECIA QUERER CAMINAR “ SEMBRAR LA BANDERA EN LOS ESCOMBROS “LA CASA ESTÁ ROMPIDA POR DENTRO” ENTRE ESCOMBROS UN PERRO SOLO “LUCAS” EL PERICO,LOS 6 PERROS, LOS 2 GATOS Y UNA TORTUGA, AL HOMBRE QUE SALIÓ DE PIE DEL CAOS Y A LA 1 Y A TODAS LAS DEMÁS QUE RESCATARON,UN APLAUSO A LOS 19 NIÑOS DE LA RÉPSAME ,REZAR AL ÚLTIMO CUERPO DE SACAR,SILENCIO. GRACIAS “FRIDA” CON 52 RESCATES A JAPÓN, ESTADOS UNIDOS Y OTRAS PERSONAS A ISRAEL PUEBLO DE DIOS, A LOS POBRES Y RICOS QUE DONARON. HABRÁ SIEMPRE: HERMANDAD,ESPERANZA Y CARIDAD. “UNIDOS,LOS MEXICANOS SOMOS MÁS FUERTES” GRACIAS, DIOS DE TODOS. “ MÉXICO ESTÁ DE PIE “.


UN DÍA EL MAESTRO ME CONTO COMO CONOCIÓ A UN COLEGA. Vicente Reyes Peña México (El maestro era francés, por lo que intentare leerlo, con su acento y estilo) -Era una conferencia de prensa, había mucha gente, muchos periodistas, conteste varias preguntas, pero hubo una que me hubiera gustado contestar de una manera más detallada, aunque pensé que no era el momento; La pregunta que hizo ese joven fue, Maestro ¿cuál es su estilo?, sus pinturas son buenas, algo extrañas, pero a veces dan la sensación de ser de un principiante, si analizamos bien la técnica de pintura, pareciera no respetar bien un estilo o no se moleste pero, pareciera que aún no domina ciertas técnicas-, lo observé, no note malicia en su pregunta, aunque, nunca se sabe cuándo un periodista quiere hacerte quedar mal, así que, me limite a contestar, -amigo, eso que ves es lo que hay, júzgalo como gustes- note que él se sorprendió con mi respuesta, pensó que yo me había molestado, pero no me inmuté, aunque si quise aparentar estar molesto; Su pregunta fue la última de la noche; Mas tarde en una reunión que uno de los diarios ofreció volví a verlo, se acercó inmediatamente y así como imagine, me pidió de una manera muy humilde y reiterada una disculpa, -no quise incomodarlo maestro-, lo dijo dos o tres veces, yo le contesté que no tenia de que preocuparse y le hice saber que la edad ayuda a


discernir el bien del mal, los bribones y los buenos, y que no percibí en él tal malicia, un poco más tranquilo y aliviado al ver que yo no estaba molesto, me volvió a preguntar, y dijo, -maestro, yo en realidad le hice la pregunta por qué quiero saber¿ cuál es su estilo?, sabe, soy pintor igual que usted, no puedo dedicarme a ello de tiempo completo porque necesito trabajar, pero en verdad amo pintar y quisiera ser casi tan grande como usted-, Me quede pensativo unos minutos, y decidí ayudarlo, le dije estimado amigo, si es verdad lo que usted me dice, lo que le diré le servirá de mucho; -Gracias, gracias Maestro, lo escuchare con atención-, Le dije, la verdadera razón por la cual me convertí en alguien tan bueno, en el mejor, es por lo siguiente, yo no amo precisamente pintar, yo amo, amo el... Carpigtú, y soy el mejor carpigtuista que existe sobre la faz de la tierra-, como era de esperarse el me interrumpió para preguntarme, -¿de qué está hablando maestro? ¿Qué es carpigtú? No estoy entendiendo-, Jaja me carcajee y le dije, espera, no se supone que lo sepas te explicare, La gente piensa que yo uso técnicas para pintar, pero tengo algo diferente, mi Carpigtú es parecido a pintar, pero es mejor, es mío, nace del alma, es inigualable, irrepetible, magnifico, colosal, y podría seguir adulándolo, es por eso que estoy seguro que soy el mejor carpigtuista de todo el mundo, porque soy el único que hace carpigtuss; Verás, cuando te enseñan las técnicas para hacer algo en un principio te están ayudando, pero después te das cuenta que lo echaron a perder todo, y te encerraron en un laberinto que es casi imposible recorrer, pero, cuando no te enseñan, cuando solo nace de ti, no hay laberintos, el camino es amplio, eres pleno, eres completo, eres todo tú, más vale que algunas cosas no sean enseñadas, ni aprendidas, si no descubiertas, y algunas otras es mejor desaprenderlas, yo descubrí mi Carpigtú y lo amo, es mil veces mejor que pintar. El joven sorprendido y algo confundido, pero con cara de alegría me dijo, -Creo entenderlo maestro, si, tiene mucho sentido, lo sabía, sabía que usted estaba loco y no me decepcionó, disculpe, disculpe, no quise ofenderlo es en el buen sentido-, Yo le respondí , -no te preocupes lo entiendo perfecto y es un alago no ser normal-, él me dijo –sí, es justo lo que quise decir, un Maestro como usted no debería tener nada de


normal, es usted un genio-, Yo alcé una de mis cejas y me carcajeé, y el volvió a preguntar -¿y aparte de Carpigtú que otra cosa le apasiona?- Le dije -Oh si, me encanta el Rigpintú, es parecido a escribir, pero ya sabes mejor, mucho mejor, oh.. y la tercer cosa que más me fascina es el Rigmelú, después de entender la cocción de alimentos, conocer el sabor de muchas sopas e ingredientes, especias, semillas, frutas y hierbas, empecé a cocinar, como todo buen principiante cocine, use técnicas, no es malo usarlas al principio, pero después evolucione y nació el Rigmelú, ah que delicia!, aunque a veces para otros no tanto, pero, así es todo, todo; El rigmelú es juzgado con más rigidez , las emociones que plasmas en él, llegan literalmente al corazón, jaja sobre todo si el rigmelú tiene mucha grasa jajaja-, El joven por fin comprendió o eso parecía, y me dijo -Quiero ser carpigtuista como usted, quiero decir, tener mi propia técnica, mi propio arte-, Le dije -Escoge un nombre, yo elegí los míos, imagine palabras que no existieran, que fueran tan irreverentes como yo, pero tú puedes usar tu apellido, tu nombre, siempre que suene original, por cierto ¿cuál es tu nombre y apellido?-, Después que me respondió le dije ,- Me gusta, me gusta tu apellido, podrías usarlo, y seguramente, si amas lo que haces, cuando domines tu arte te puedo asegurar Pablo, que serás el mejor, ¿cómo podría decirlo? el mejor... Piccassuista que exista!, y desde luego, harás los mejores “Piccassos”-. Esa noche se inició nuestra amistad, y tiempo después supe que Pablo encontró su propio arte...


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