Proyecto "Un viaje en el tiempo: la Edad Media"

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Primera Edición: Mayo 2011.

Autores: Alumnos y alumnas de 6ºA del CEIP ―San Felipe‖. Andrea Abeal, Álvaro Amiama, José Carlos Barranco, José Luis Campos, Paloma Casquero, Yasmina Gómez, Candela González, M. Carmen Jiménez, Lidia León, Melina Lezcano, Lingyan Li, Francisco Javier Mena, Stanislav Monedero, remedios Navarrete, Karla M. Nivar, Jenniffer Román, Miguel Ángel Romero, Tomeu Samaniego y Manuel Santiago.

Coordinado y Maquetado por el Tutor: Rafael Rodríguez Editado por el CEIP ―San Felipe‖ La Línea de la Concepción Cádiz

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1.- LOS PUEBLOS BÁRBAROS. 1.1.- La caída del Imperio Romano y la expansión visigoda. La causa de la caída de Roma fue que los bárbaros continuamente estaban invadiendo al imperio romano. ¿Cómo empezó la decadencia? Con el reinado de Cómodo. Las causas fueron la ideología, la cultura, la burocracia, impuestos muy altos, falta de mano esclava, expansión del cristianismo, las guerras civiles, desintegración de las provincias, etc. Los bárbaros eran un conjunto de tribus que estaban en la frontera del imperio. La agricultura y la ganadería estaban poco desarrolladas. Tenían pocas leyes y el jefe es el que mandaba y hacia juramentos a su rey. Los mejores guerreros eran de la nobleza, los jefes militares se elegían en tiempos de guerras, había votaciones para elegirlos y un consejo de ancianos. Vendían productos y esclavos. Con la llegada de los romanos todo cambió. El peligro de invasión creció, porque poco a poco los romanos fueron incluyendo a algunos de los guerreros bárbaros en sus ejércitos y les pagaban dinero a cambio de protección. El problema de los bárbaros era que se peleaban entre ellos para elegir a nuevos jefes militares. El imperio se rompió y nacieron nuevos pueblos que después se separarían. A mediados del siglo IV había una gran cantidad de soldados bárbaros. En el 367 los godos rompen el pacto. En el 378 los romanos son derrotados en Adrianópolis, los bárbaros se enfrentan contra Hunos y contra Roma; se producen matanzas y por eso los romanos echan a los bárbaros de sus cargos. Con la muerte de Teodosio se divide el imperio en dos. El imperio de Oriente nacionaliza el ejército y la burocracia; en Occidente, la Galia es arrasada. Los Vándalos, Alanos, Suevos, Godos y Burgundios van invadiendo Roma poco a poco. En el 435 hay un acuerdo de paz entre los romanos y los vándalos. Los Burgundios se establecen en la Galia. Los visigodos huyen de los Hunos e invaden Roma por Occidente. En el 451, los Hunos son vecinos por la alianza bárbara. El papa león III y los Hunos hacen un pacto tras la muerte de Atila y ellos regresan a sus tierras.

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Con Augusto todo el imperio se pierde definitivamente. En algunas provincias hay rebeliones y desorden; todo el imperio está igual. El cambio imperial no fue brusco y duró más de dos siglos. El latín se mezcló con las lenguas germanas y dio lugar a lenguas romances. La sociedad se volvió rural. Los romanos perdieron grandes partes de sus tierras y tuvieron que cedérsela a los germanos. Las invasiones germánicas en la Península Ibérica surgen en el siglo V. En 411 llegaron varias oleadas de pueblos germánicos, denominados, vándalos y suevos, además de los alanos que habían sido violentamente desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y que, después de esa expulsión habían vagado por Europa hacia occidente, en busca de nuevas tierras donde instalarse. Los alanos eran oriundos de la región del Cáucaso, los vándalos eran de origen escandinavo; los suevos, también germánicos estaban emparentados con los anglo-sajones que, en ese tiempo se instalaron en Inglaterra. Aunque los romanos reconocieron los hechos, llegando a acuerdos para el asentamiento de estos pueblos en distintas zonas de Hispania, los suevos fueron los únicos que alcanzaron una mayor estabilidad y se organizaron políticamente. Crearon un reino que abarcaba Galicia y la zona norte del actual Portugal, con capital en Braga. El reino se expandió luego hacia el sur del Duero. Los visigodos, pueblo también germánico que había llegado a un foedus (alianza o federación) con el Imperio, concertaron con éste acabar con los invasores y reincorporar Hispania a la autoridad romana, aunque más bien actuaron como autoridad sustitutiva de la romana, e independiente en la práctica, con una mayor intensidad de ocupación en la zona central de la Península. Estos grupos de bárbaros no parecen haber sido numerosos; aunque pudieron someter a las provincias romanas con gran rapidez y, después de instalados, no encontraron grandes resistencias por parte de las poblaciones, hecho que se relaciona con la Caída del Imperio Romano. Un desastre económico terminaría con las clases medias de las ciudades y agravarías las condiciones de los campesinos. El fin de las conquistas propias del periodo del Alto Imperio había convertido en difícil la obtención de esclavos desde la crisis del siglo III, y era en éstos en los que se asentaba la economía romana. De esta forma, ya había comenzado el proceso de feudalización, que convertía a las clases altas en una aristocracia prefeudal y a las bajas, tanto si provenían de esclavos como si provenían de hombres libres sometidos a colonato, en

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una nueva clase precedente de los siervos feudales, en una situación de semiesclavitud.

1.2.- La sociedad visigoda. La edad media en España fue especialmente interesante. Durante este periodo convivieron en nuestra tierra gentes de tres culturas y religiones muy distintas: cristianos, musulmanes y judíos. Hubo épocas de paz y otras de lucha y de abiertos enfrentamientos. Dentro de la estructura social cristiana se encuentran: -

Rey: era la persona con más poder. Administraba justicia y repartía privilegios y tierras.

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Nobles: eran señores que tenían altos territorios. Vivían en castillos o palacios y, junto con los caballeros y los monarcas, eran quienes iban a la guerra. Cobraban impuestos a los campesinos.

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Alto clero: estaba formado por obispos, que vivían en catedrales, los abades que poseían al menos 12 monjes. Cobraban los diezmos. Poseían muchas tierras.

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Artesanos y comerciantes: en las ciudades aparecieron artesanos y comerciantes. Los artesanos se organizaban en gremios, que eran asociaciones de artesanos de un oficio, como herreros o tejedores.

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Bajo clero: lo integraban curas y sacerdotes, que debían recibir las tres novenas partes de los diezmos, pero esto no siempre sucedía.

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Campesinos: no tenían tierras propias y trabajaban las de los nobles y las del clero. Vivían en casas pequeñas, en aldeas rodeadas de campos de cultivo. Tenían que dar parte de sus cosechas al clero o a la Iglesia y pagaban impuestos a los señores. Mediante el vasallaje reconocían fidelidad ante el señor del feudo o el rey y la protección de estos a los campesinos. En esta ceremonia de vasallaje incluía besar la mano al señor feudal.

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1.3.- La cristianización de los visigodos. Los visigodos habían sido cristianizados mucho antes de llegar a la Península Ibérica. En el tiempo en que permanecieron en el este de Europa, al noroeste del mar Negro recibieron el bautismo de la línea arriana del cristianismo. Eran pues arrianos los que formaron el reino visigodo de Toledo. Las deferencias entre los cristianos católicos y el cristianismo arriano es que no aceptaban el misterio de la Santísima Trinidad, ni que Jesucristo tuviera dos naturalezas una divina y otra humana. Las costumbres de los pueblos eran creer en la religión de su rey. Llegó a haber conflictos religiosos dentro del reino. La expansión del cristianismo en el Imperio Romano de occidente fue una fuerza poderosa que ayudó a mantener ciertos rasgos de la cultura romana como el derecho romano y el latín. Los francos se convirtieron al catolicismo durante el reinado de Clodoveo I y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro lado del Rin. Los suevos, que se habían hecho cristianos arrianos y se convirtieron al catolicismo con Teodomiro. En ese proceso se habían adelantado a los propios visigodos, que habían sido cristianizados previamente en Oriente en la versión arriana (en el siglo IV), y mantuvieron durante siglo y medio la diferencia religiosa con los católicos. La conversión al catolicismo de Recaredo (589) marcó el comienzo de la fusión de ambas sociedades, y de la protección al clero católico en los Concilios de Toledo.

1.4.- Cultura y arte visigodos. Los visigodos se hacen presentes en España a principios del siglo V, si bien no consolidan por entero su condición de gobernantes del reino hispano-visigodo hasta un siglo después. Las manifestaciones artísticas de este pueblo germano asentado en la Península Ibérica, en especial las de carácter arquitectónico, no se produce penalmente hasta entrado del siglo VII. Iglesia de Sta. María del Naranco (Asturias)

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El arte románico Desde el punto de vista exclusivamente arquitectónico, el románico fue un esfuerzo continuo en construir templos perdurables con la mayor grandeza posible, pero evitando su posible destrucción. En este empeño la arquitectura románica siguió un proceso evolutivo continuo, de perfeccionamiento y de resolución de problemas tectónicos en busca de la altura y la luz. Para ello el material empleado debía ser piedra fundamentalmente, aunque no se renunció a otros materiales como luego veremos. Otra condición ideal era que el templo debía estar abovedado. Esto era por dos razones: la primera, por dar mayor relevancia simbólica al edificio y otra, más práctica, para evitar los incendios que los techos de madera sufrían con cierta frecuencia. San Pedro de la Nave (Zamora)

Estos deseos llevaron a los arquitectos románicos a construir sus iglesias con grandes muros macizos de piedra que pudieran soportar los enormes pesos de las bóvedas. Los huecos y ventanas, aunque deseados por el simbolismo de la luz, fueron practicados de manera más escasa que en el gótico -vanos estrechos y saeteras- pues suponían frecuentemente menoscabo de la resistencia de los muros. Como consecuencia secundaria, el interior de los templos románicos se envuelve en una tamizada luz que invita al recogimiento. También esta luz difusa daba vida y "magia" a la policromía de las pinturas murales que cubrían sus muros. El sistema de empujes y contrarrestos de las bóvedas -mediante columnas, pilares, contrafuertes, otras bóvedas, etc.- se convirtió en el principal problema a resolver y que no siempre se hizo con acierto, como sabemos por innumerables derrumbamientos producidos en diferentes épocas.

El arte gótico El término gótico fue empleado por primera vez por los adinerados del renacimiento, en sentido peyorativo, para referirse al arte de la edad media, al que ellos consideraban inferior y bárbaro (gótico deriva de godo) comparado con el arte clásico.

Catedral de Sevilla

El arte gótico se corresponde con la Baja Edad Media, a continuación del románico. Es un período dinámico desde el punto de vista

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socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y las rutas comerciales. Se trata de un estilo artístico europeo con unos límites cronológicos que oscilan aproximadamente entre el año 1140 y las últimas décadas del siglo XVI, dependiendo del área geográfica. Hoy día se considera uno de los momentos más importantes desde el punto de vista artístico en Europa. Fue un arte que se aplicó en el campo de la arquitectura civil y religiosa, la escultura, las vidrieras, la pintura mural y sobre tabla, los manuscritos miniados y las diversas artes decorativas. A pesar de ser una continuación del Románico, en el Gótico se aprecian actitudes bastante diferentes e incluso opuestas. Si el Románico es conocido por su oscuridad y recogimiento, el gótico implica todo lo contrario, luz, color, elevación, expresividad y naturalismo. Catedral de Burgos

El gótico, como todos los estilos artísticos, tiene variantes regionales. Como ejemplos podemos hablar de la escuela francesa donde destacan las catedrales de Notre-Dame de París, Sens, Chartes, Laon, Reims y Amiens o la Saint-Chapelle levantada por San Luis. La escuela española destaca por las catedrales de León, Burgos, Toledo, Gerona, Barcelona o Sevilla.

Catedral de León

La escuela portuguesa con los monasterios de Belem y Batalha o la iglesia de la Orden de Cristo en Thomar.

En Alemania es famoso por las catedrales de Colonia, Estrasburgo o Ulm. Mientras que en Inglaterra cuenta con las catedrales de Gloucester, Salisbury o Lincoln. En cuanto a la escuela italiana, podemos diferenciar un gótico más revolucionario, contra el tradicional en la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, o un estilo más próximo al gótico europeo como en la catedral de Milán.

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Cultura visigoda Sobre la cultura de la época de la que nos toca hablar no tenemos muchas noticias. Podemos decir que cada uno de los pueblos dispone de su propia cultura que sigue desarrollándose también en la primera mitad del siglo VI. Se sabe que en las ciudades tienen lugar algunos de los pasatiempos romanos como funciones teatrales o combates de gladiadores. Sobre este tipo de entretenimiento entre los godos no tenemos noticias, pero esto no quiere decir, que no exista. La vida en la corte de los reyes godos en el siglo V la describe Sidonio Apolinar 20. Dice, que la corte fue una mezcla de lo germánico y lo romano. El rey y sus cortesanos pasan el día más o menos trabajando, su estilo de vida no es muy fastuoso. Sí que hay algunas exhibiciones artísticas, pero solo en ocasiones especiales. La vida cortesana de la primera mitad del siglo VI probablemente no se diferencia mucho de la que describimos anteriormente. Cuando queremos hablar de la ineducación en el reino godo, es preciso constar que la mayoría de la gente que sabe leer y escribir son los clérigos y también la mayoría de las escuelas está en manos de la Iglesia. Existen así mismo los laicos letrados, pero hay muy pocos, en general la familia real y la nobleza más alta. La artesanía florece en las grades ciudades y de los artesanos godos más preciados podemos nombrar a los joyeros y orfebres.

2.- LA EDAD MEDIA EN TIEMPOS DE AL-ÁNDALUS. 2.1.- La expansión de al-Ándalus. En el año 711 desembarcaron en la punta de Tarifa soldados del ejército árabe que avanzaban en su tarea de ampliación territorial iniciada en los últimos años de la vida del profeta Mahoma. Tras avanzar por el Norte de África y conquistar toda la orilla Sur del Mediterráneo, el paso siguiente fue pasar a la Península Ibérica. La conquista de este territorio por los árabes hay que entenderla, pues, en el contexto de la expansión de los árabes por el Mediterráneo. Sin encontrar gran resistencia, los ejércitos árabes iniciaron la conquista y ocupación de la Península Ibérica dominada por el reino visigodo, y dieron a esta tierra el nombre de Al-Ándalus. Comenzaba así un largo periodo de ocupación musulmana que pasaría por varias etapas políticas y dejaría una impronta cultural de gran importancia,

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favorecida por la riqueza económica y el empeño de la sociedad andalusí. Animados por aquel existo, decidieron proseguir el avance, primero en dirección a Toledo, posteriormente hacia Zaragoza. En apenas tres años lograron conquistar la mayor parte de las tierras hispánicas. Diversos magnates nobiliarios visigodos decidieron pactar con los invasores. Se cree que la conquista la realizaron principalmente mediante capitulaciones y rendiciones acordadas entre los señores godos y los conquistadores musulmanes. Solo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control. Junto a los árabes, que ocupaban los puestos dirigentes, grupos bereberes engrosaron las filas musulmanas.

2.2.- EL GOBIERNO DE AL-ÁNDALUS. Durante el tiempo que duró la ocupación musulmana de la Península, el gobierno de alÁndalus pasó por cuatro etapas diferentes:

EL EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (716-756) Entre 716-756 se desarrolla el llamado emirato de Córdoba, período en que se suceden diversos gobernadores o emires, nombrados directamente por el califa Omeya de Damasco. A mediados del siglo VIII se produce una seria escisión en el imperio musulmán. La dinastía de los abbasíes se subleva contra los omeyas, llegando a triunfar y efectuando el traslado del centro de poder desde Damasco a Bagdad. Una de las primeras órdenes promulgadas es la de matar a todos los príncipes omeyas existentes. Abderrahman I, nieto del califa Hisham Ibn Abdelmalik, fue el único omeya que consiguió escapar. Perseguido de aldea en aldea, cruzó a nado el río Eufrates, pasando a Palestina y, desde allí, hasta la Península Ibérica. Abderramán I

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EMIRATO INDEPENDIENTE OMEYA (756-929) En el año 756, Abderrahman I, tras hacerse con el control de Al-Andalus, fue proclamado emir de Córdoba, independizándose del gobierno de Bagdad e iniciando uno de los períodos más ilustres de la historia del Islam. Bajo su gobierno, que tuvo un signo conciliador, se unifica Al-Ándalus y se establecen relaciones diplomáticas con los reinos del Norte, con África septentrional y con el Imperio Bizantino. A fines del siglo VIII, la mayoría de la población, descendiente de los hispanorromanos y de los visigodos, se había convertido al Islam, recibiendo el nombre de muladíes; sólo en las ciudades quedó una parte de población que se mantuvo cristiana (mozárabes) y que, en general, fue muy respetada.

CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031) En el año 929, Abd al-Rahmán III estableció el Califato de Córdoba, declarando la independencia religiosa de Bagdad, capital del Califato Abasí.

Abderramán III

Tras la ocupación de Melilla en 927 el poder del califato se extendía asimismo hacia el norte y en 950 el Sacro Imperio Romano-Germánico intercambiaba embajadores con Córdoba. En el año 939 un ejército cristiano liderado por Ramiro II de León derrotó a las huestes árabes enviadas por Abderramán III en una de sus operaciones de castigo contra el norte. El resultado de la batalla disuadió a los Omeyas de su intención de instalar poblaciones árabes en las inmediaciones del Duero y sus áreas despobladas.

La de los Omeyas es la etapa política más importante de la presencia islámica en la península, aunque de corta duración pues en la práctica terminó en el 1010 con la guerra civil que se desencadenó por el trono entre los partidarios del último califa legítimo Hisham II, y los sucesores de su primer ministro Almanzor. Oficialmente, el Califato de Córdoba siguió existiendo hasta el año 1031, en que fue abolido dando lugar a la fragmentación del estado Omeya en multitud de reinos conocidos como Reinos de Taifas.

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Almanzor


REINOS DE TAIFAS Las taifas fueron hasta 39 pequeños reinos en que se dividió el califato como consecuencia de la guerra civil. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba la república, todas las corás de al-Ándalus que aún no se habían independizado se autoproclaman independientes. Cada taifa se identificó al principio con una familia, clan o dinastía. Así surgen la taifa de los amiríes (descendientes de Almanzor) en Valencia; la de los tuyibíes en Zaragoza; la de los aftasíes en Badajoz; la de los birzalíes en Carmona; la de los ziríes en Granada; la de los hamudíes en Algeciras y Málaga; y la de los abadíes en Sevilla. Con el paso de los años, las taifas de Sevilla, Badajoz, Toledo y Zaragoza, constituían las comunidades islámicas peninsulares.

Imperio Almorávide La disgregación del califato en múltiples taifas hizo evidente que sólo un poder político centralizado y unificado podía resistir el avance de los reinos cristianos del norte. Así, la conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI anunciaba la amenaza cristiana de acabar con los reinos musulmanes de la península. Ante tal situación, los reyes de las taifas pidieron ayuda al sultán almorávide del norte de África, Yusuf ibn Tasufin, el cual pasó el estrecho y no sólo derrotó al rey castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), sino que conquistó progresivamente todas las taifas. Pero su brutal ocupación militar termina en fracaso al resistir los castellanoleoneses la toma de la emblemática capital visigoda de Toledo. Los primeros indicios del malestar andalusí contra los Almorávides, se produjeron en Córdoba en 1121. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades y a partir de 1140 el poder almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade. En 1144 un sufí, Ibn Quasi empieza un movimiento anti almorávide y empiezan a surgir los llamados Segundos reinos de Taifas.

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Imperio Almohade Los almohades desembarcaron desde 1145 en la Península Ibérica, y trataron de unificar las taifas utilizando como elemento de propaganda su agresión a los reinos cristianos y la defensa de la pureza islámica. En poco más de treinta años los almohades lograron forjar un poderoso imperio que se extendía desde Santarém (Centro de Portugal) hasta Trípoli (Libia) y consiguieron parar el avance cristiano cuando derrotaron a las tropas castellanas en 1195 en la batalla de Alarcos. A pesar de los esfuerzos de los gobernantes, la dinastía almohade tuvo problemas desde un principio para dominar todo el territorio de al-Ándalus, en especial Granada y Levante. Por otro lado, algunas de sus posturas más radicales fueron mal recibidas por la población musulmana de al-Ándalus, ajena a muchas tradiciones bereberes. La victoria cristiana en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) marca el comienzo del fin de la dinastía almohade, no sólo por el resultado del encuentro en sí mismo sino por la subsiguiente muerte del califa al-Nasir y las luchas sucesorias que se produjeron y que hundieron el califato en el caos político dando lugar a los Terceros reinos de Taifas. Batalla de las Navas de Tolosa

2.3.- La sociedad de al-Ándalus. El islam sólo reconoce una clase social, la umma o comunidad de creyentes. En la umma, teóricamente, todos los creyentes son iguales, y tienen las mismas obligaciones y derechos. Pero los juristas islámicos hacen una distinción entre libres y esclavos. La esclavitud fue una práctica abundante y duradera, que se ha prolongado hasta nuestros días. En las zonas conquistadas por el islam, donde existía además una población cristiana y judía, y se sometían mediante un pacto, estos no formaban parte de la umma. Aunque quedaban protegidos, pertenecían a una sociedad que jurídicamente no existía, sin embargo tendrían sus jueces y conservarían sus ritos. La sociedad andalusí fue muy compleja. Por un lado estaban los hispanos visigodos, ya mezclados con los hispanorromanos, los judíos, los

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árabes y bereberes, los conversos y, por último, las minorías de esclavos y marginados. Los grupos sociales que convivían el al-Ándalus eran muy complejos por su gran variedad y origen. A continuación analizaremos los distintos grupos sociales que existían en el mundo musulmán de al-Ándalus: 

Los árabes: fueron la minoría dominante en el alÁndalus. Los primeros árabes que llegaron a España, los conquistadores y sus descendientes, se diferenciaron de los demás llamándose baladíes. Los árabes se asentaron, fundamentalmente, en las ciudades. Hablaban árabe y latín romance.

Los bereberes: fueron la mayoría musulmana de los conquistadores, aunque también eran minoría. Fueron, principalmente, población rural.

Los mozárabes: eran los hispanorromanos e hispanovisigodos cristianos que vivieron bajo la dominación árabe. Los mozárabes conservaron sus riquezas, sus instituciones, su nobleza y su Iglesia. Los mozárabes utilizaban la lengua latín romance, entre ellos, y el árabe con los musulmanes. 

Mudéjares y moriscos: si los mozárabes fueros los cristianos que vivieron bajo dominio musulmán, los mudéjares serán los árabes que vivan bajo dominio cristiano. Muchos mudéjares se bautizaron, convirtiéndose en moriscos. Los moriscos se levantaran en numerosas ocasiones como en 1270, en 1499, o en 1502, en las Alpujarras.

Los judíos: su papel social era notablemente destacado. Vivieron fundamentalmente en las ciudades. A diferencia de los mozárabes vivieron en barrios apartados, en las juderías.

Los muladíes: eran la mayoría de la población andalusí. Son los conversos cristianos al islam y sus descendientes.

Los eslavos: fueron la población blanca y rubia de las fronteras septentrionales del Imperio. Su consideración social era muy alta, tanto en su condición de esclavos como

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en la de libertos. 

Los esclavos: aparte de los cautivos, eran los negros y los renegados, o elches. Eran el grupo más bajo de la condición social.

La sociedad islámica, como la cristiana, fue básicamente estamental, de tipo feudal. En la cúspide de la sociedad estaba el califa o el emir, un descendiente del Profeta que estaba por encima de los demás mortales, pero que gobernaba los asuntos terrenales. El segundo escalón lo constituía la aristocracia funcionarial. No existía una nobleza como la cristiana. En el tercer escalón estaban los notables, ricos y poderosos, letrados, comerciantes, artesanos, etc. En su mayoría fueron bereberes. Por debajo estaba la masa, o pueblo, que era la categoría inferior de los miembros libres de la sociedad islámica. La palabra «califato» se deriva del árabe jalîfa, que significa lugarteniente y se aplica al sucesor del Profeta, no en su misión profética sino sólo en su dignidad real. El califa, por tanto, no es un Sumo Sacerdote ni un Papa; sino el jefe de la comunidad islámica, de la ley musulmana y el comandante supremo del ejército.Poseía el poder político judicial y religioso.

2.4.- La religión en al-Ándalus. El islam. Uno de los elementos más identificativos de la vida y de las sociedades de Al-Ándalus es la religión musulmana. Esta importante religión monoteísta era heredera de muchos elementos de las religiones de Egipto, del judaísmo y del cristianismo, pero tenía y tiene una estructura y muchos elementos profundamente originales. Llegó a la Península Ibérica en el año 711 y se instaló en particular en el Valle del Ebro un siglo después de su nacimiento en la Península Arábica, en la ciudad de La Meca en el año 622 de la era cristiana. Tras un siglo desde su nacimiento, por tanto, la religión musulmana tenía bien estructurados sus elementos principales que durarán hasta nuestros días. La religión musulmana tiene y reclama numerosos antecedentes en Oriente Medio, especialmente en el llamado Creciente Fértil, desde Mesopotamia a Egipto, incluida la región montañosa del oeste de la Península Arábiga. En esta zona se encuentra La Meca, donde Dios mandó a Abraham construir el templo de La Kaaba, centro geográfico y espiritual

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Kaaba


del mundo, según la fe musulmana. La religión musulmana considera también lugar sagrado la ciudad de Medina, donde Mahoma estableció su capital política y donde está enterrado y más secundariamente, la ciudad de Jerusalem lugar sagrado también para los judíos y los cristianos. El Corán es el libro sagrado para el mundo musulmán como la Biblia lo es para los cristianos. Así se presenta una ―historia sagrada islámica‖ desde Adán y Eva a Noé, Abraham y Agar, Ismael y José, David y Salomón, Jesús y María, Juan Bautista… La culminación será Mahoma, con la revelación divina definitiva y con su misión o mensaje, que se irá extendiendo por el mundo a través de los siglos, hasta la vuelta al mundo de Jesús, que predicará el islam a los cristianos, morirá y resucitará como los demás hombres y mujeres, el día del Juicio Final. El Islam se basa en cinco mandamientos que los creyentes están obligados a cumplir: 

Alá es el único Dios y Mahoma su profeta.

Orar cinco veces al día en dirección a La Meca, la ciudad sagrada.

Peregrinar una vez en la vida a La Meca.

Dar limosna a los pobres.

Participar en la guerra santa. El centro de culto religioso del islam es la mezquita. En ella se pueden distinguir: - El minarete (9) o torre desde la cual se llama a la oración. - El patio de las abluciones (7) que en el centro tiene una fuente (8) en la cual los musulmanes se lavan para purificar su cuerpo antes de la oración. - La sala de la oración (5) con la quibla o muro del fondo (2) en el cual está el mihrab, hueco que apunta a la Meca (1); la maqsura (3) o espacio reservado para el príncipe; el mimbar (4) que es el púlpito desde el cual se da la oración y el sermón. - La iwan (6) o sala de recepción.

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2.5.- Cultura y arte islámica. El arte mudéjar es un estilo artístico que se desarrolla en los reinos cristianos de la Península Ibérica, pero que incorpora influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán, empezó en el siglo XII. Se da un nuevo tipo de material, el ladrillo y una nueva decoración superpuesta a elementos constructivos cristianos y musulmanes. Los elementos son el ladrillo, la cerámica y la cubierta de madera. El arte mudéjar se exporta hacia el sur y sureste, a tierras todas ellas llanas y con escasas carreteras de piedra. El arte mudéjar deja referencia a aquellos musulmanes que permanecieron en los territorios reconquistados por las tropas cristianas. En España quedan en pie numerosos edificios mudéjares como por ejemplo la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. Las características de construcciones mudéjares son: -

La planta de la mayoría de los edificios son de una sola nave rectangular. -

La cabecera tiene tramo recto con bóveda de medio cañón.

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La decoración de los muros de la cabecera está compuesta por franjas o cuerpos superpuestos de arcos ciegos de medio punto.

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Las naves se rodeaban de muros normalmente más pobres. Las puertas con arcos semicirculares algo apuntados.

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Las cornisas estaban sostenidas habitualmente por

Techo mudéjar

filas superpuestas de ladrillos. -

Las cubiertas del techo anulaba la necesidad del uso de contrafuertes de las iglesias romanas abovedadas.

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Las torres no tienen una ubicación fija con respecto al resto de la iglesia. En cuanto a su estructura interna, la mayoría son huecas, con escaleras de madera adosadas a los muros.

Monumentos principales:

Mezquita de Córdoba Giralda de la catedral de Sevilla. Antiguo minarete de la mezquita.

Torre del Oro - Sevilla

Alcázar de Sevilla

Alhambra de Granada

3.- LA RECONQUISTA. 3.1.- Los reinos cristianos. El término reconquista es históricamente inexacto, pues los reinos cristianos que «reconquistaron» el territorio peninsular se formaron después de la invasión islámica, a pesar de los intentos de algunas de estas monarquías por presentarse como herederas directas del antiguo reino visigodo. El término parecería asimismo confuso, más aún considerando el hecho de que tras el derrumbe de califato (a comienzos del siglo XI), los reinos cristianos optaron por una política

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de dominio tributario sobre las Taifas en lugar de por una clara expansión hacia el sur; o las pugnas entre las diferentes coronas –y sus luchas dinásticas-, que solo alcanzaron acuerdos de colaboración contra los musulmanes en momentos puntuales. La Reconquista dio lugar a la aparición de una serie de reinos cuyo afán por recuperar las tierras hispanas llevó a la creación de un estado único al final de la Edad Media.

El reino de Asturias En el año 718 un noble llamado Pelayo se sublevó en las montañas del norte. Fracasó, fue hecho prisionero y enviado a Córdoba. Sin embargo, consiguió escapar y organizó una segunda revuelta en los montes de Asturias, que empezó con la batalla de Covadonga de 722. Esta batalla se considera el comienzo de la Reconquista.

Escudo del Reino de Asturias

La realidad es que esta victoria de Covadonga tuvo una importancia tal que polarizó en torno a Don Pelayo un foco de independencia del poder musulmán, lo cual le permitió mantenerse independiente e ir incorporando nuevas tierras a sus dominios y ser proclamado primer rey del Reino de Asturias.

El Reino de Navarra.

Reino de Navarra

El Reino de Pamplona, posteriormente llamado Reino de Navarra, tuvo como origen la propia familia gobernante, que había pactado con los muladíes de Tudela, la familia Banu Qasi. Su primer rey fue Íñigo Arista. A principios del siglo X, la familia Jimena sustituye a la Arista y el primer rey es Sancho Garcés I, que tiene un gran éxito militar. Pamplona llegó a controlar lo que actualmente es Navarra, La Rioja y lo que en la actualidad es el País Vasco, y a unir dinásticamente los condados de Castilla y Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, en los Pirineos, en tiempos de Sancho el Mayor. A su muerte legó su reino a García Sánchez III de Pamplona.

La Marca Hispánica y los Condados Catalanes El territorio situado entre el oriente de Navarra y el mar se dividió en condados sometidos a los francos. Los condados catalanes fueron divisiones de la zona occidental de la Marca Hispánica y los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza ocupaban la zona intermedia. Fue una zona de contención militar que tomaron los francos para frenar las incursiones sarracenas.

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Si bien la intención inicial de éstos era llevar las fronteras hasta el Ebro, la Marca quedó delimitada por los Pirineos en el norte y por el Llobregat en el Sur. Con el tiempo se independizó del dominio franco con condes como Wifredo el Velloso y Aznar Galíndez. En la zona de los posteriormente denominados condados catalanes, el Condado de Barcelona se convirtió muy pronto en el condado dominante de la zona. Con el tiempo, tras la unión dinástica entre el Reino de Aragón y el conjunto de condados vinculados al de Barcelona, daría origen a la Corona de Aragón. Posteriormente, los dominios de esta corona se extendieron hacia el sur y el Mediterráneo.

La Corona de Aragón El Reino de Aragón nace en 1035, por la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura de Ramiro I. En 1035 Ramiro, hijo natural de Sancho III de Navarra y baiulus del condado de Aragón, incorpora a este los condados de Sobrarbe y Ribagorza, que habían estado bajo el gobierno de su hermanastro Gonzalo. Desde el reinado de su hijo Sancho Ramírez fue considerado el primer rey de Aragón.

Corona del Reino de Aragón

La legitimidad de la nueva dinastía la logran los reyes Sancho Ramírez y Pedro I al poner el reino bajo el amparo de la Santa Sede. Así el Reino de Aragón pasó a formar parte de los estados occidentales.

El rey de Navarra, Sancho Garcés IV de Navarra fue asesinado por su propio hermano en 1076. Los navarros, no queriendo ser gobernados por el fratricida, eligieron por rey a Sancho Ramírez de Aragón, quien incorporó la corona de Pamplona a la de Aragón. El rey Pedro I de Aragón (1070 - 1104) conquistó Huesca en 1095. En 1101 tomó Barbastro y Sariñena, y tomó Tamarite de Litera en 1104. Durante el reinado de Alfonso I el Batallador (1104 - 1134, se conquistaron los núcleos urbanos y comarcas de Tudela, Tarazona, Calatayud, Daroca y Zaragoza. La toma de Zaragoza supuso la caída de todo el reino moro. El rey Batallador, quien había fracasado en su matrimonio con la reina castellana Urraca, no tuvo descendencia. En su singular testamento, hizo herederas de sus reinos a las órdenes

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Corona de Aragón


militares, pero nadie pensó en cumplir dicho testamento y los nobles aragoneses, reunidos en Jaca reconocieron a su hermano Ramiro como rey. Por su parte, los navarros eligieron a García Ramírez, lo que determinó la separación del Reino de Navarra. En ese momento Ramiro era obispo de Roda-Barbastro, pero tuvo que ocupar el trono. En 1137 Ramiro II el Monje pactó los esponsales de Petronila de Aragón, con Ramón Berenguer IV de Barcelona. El hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer rey en heredar los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona. Fernando II (1479 - 1516) casó con Isabel I de Castilla. El nieto de ambos, Carlos I, heredó ambas coronas, pero manteniendo cada una sus propias leyes y costumbres.

La Corona de Castilla El Reino de León surgió a partir del Reino de Asturias. Castilla fue en principio un condado dentro del Reino de León. En la segunda mitad del siglo X, durante las guerras civiles leonesas, se comportó con cada vez mayor independencia, para caer finalmente en la órbita navarra en el reinado de Sancho III el Grande, que aseguraría el condado para su hijo Fernando Sánchez a través de su esposa Muniadona tras el asesinato del conde García Sánchez en 1028. En el año 1037, Fernando I se rebeló contra el rey de León, Bermudo III, que murió en la batalla de Tamarón, convirtiéndose en rey de León a través de su matrimonio con la hermana de Bermudo, Sancha.

Bandera y Escudo del Reino de Castilla

A la muerte de Fernando, dividió sus estados entre sus hijos. Su favorito, Alfonso, recibió el reino de León y la primacía que este título le otorgaba sobre sus hermanos. A Sancho le correspondió el estado patrimonial de su padre, el Condado de Castilla, elevado a categoría de reino, y el menor, García, recibió Galicia. La división duró poco: entre 1071 y 1072 Sancho derrocó a sus hermanos y se anexionó sus estados, pero murió asesinado este último año, con lo que su hermano Alfonso logró reunificar de nuevo la herencia de Fernando I, que permaneció unido hasta el 1157.

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Este año falleció el emperador Alfonso VII, legando León a Fernando II y Castilla a Sancho III. Sancho fue sucedido por Alfonso VIII, y Fernando II fue por Alfonso IX, de cuyo matrimonio con Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII engendró a Fernando III, el futuro Rey Santo. Al morir el hijo y sucesor de Alfonso de Castilla, Enrique I, en 1217, Fernando heredó de su madre el Reino de Castilla y accedió en 1230, tras la muerte Corona de Castilla de su padre, al de León. Asimismo, aprovechó la debilidad del reino almohade para avanzar enormemente la Reconquista, tomando el valle del Guadalquivir mientras que su hijo Alfonso conquistaba el Reino de Murcia.

3.2.- La expansión de la Reconquista Los hispanos-godos que no quisieron someterse a la dominación musulmana se refugiaron en las montañas de Asturias y en los altos valles de los Pirineos. Desde estos lugares se inició la reconquista, una rebelión contra el invasor que se mantuvo durante más de siete siglos. Al frente de la rebelión de los astures se puso Don Pelayo, noble godo y primer rey (718-737) de Asturias y León, que obtuvo su primera victoria sobre el Islam en Covadonga (722). Años después, su sucesor, Alfonso I (739-757), recorrió el Valle del Duero y trasladó, hasta Asturias, a los cristianos que por allí estaban desperdigados. De esta forma, consolidó su pequeño reino y la meseta septentrional se convirtió en un territorio de nadie entre los dominios musulmán y cristiano. La penetración al sur del Duero se había iniciado en el siglo X, tras la victoria de Simancas en el 939, pero no se había consolidado, y durante la época de Almanzor se habían perdido esos territorios. El avance se reanudará a mediados del siglo XI, tras la caída del califato, por Fernando (1029-1065) rey de Castilla y de León. En el 1037 Castilla se convierte en reino, y luchará por la

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Reparto de los territorios en el año 1212


hegemonía en la península con León, aunque la mayor parte del tiempo es la misma corona. Los reinos de Castilla y de León son independientes entre los años, 1065 al 1072 y 1157 al 1230, año de la unión definitiva. El avance hacia el sur del reino castellano-leonés se caracteriza no sólo por la ocupación de tierras, sino por el cobro de parias a las taifas musulmanas. En 1195, Alfonso VIII de Castilla es derrotado en Alarcos. La reacción cristiana llegó en el año 1212 y en Reino de Granada la batalla de las Navas de Tolosa, donde los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, al frente de sus respectivas tropas, derrotaron al ejército almohade. Después de las Navas de Tolosa, la España musulmana fue cayendo en poder de los cristianos. Tras la conquista de Mallorca (1229) y Valencia (1238) por Jaime I de Aragón; de Córdoba (1236) y Sevilla (1248) por Fernando III de Castilla y León, y de Cádiz y el reino de Murcia por Alfonso X; solo quedó en manos musulmanas el reino de Granada, que subsistió dos siglos como vasallo y tributario de la corona de Castilla. Finalmente el 3 de enero de 1492 se firman las Capitulaciones de Santa Fe, lo que significaría la rendición del reino nazarí y el final de la Reconquista.

3.3.- La sociedad cristiana La sociedad de la baja Edad Media era estamental y feudal, en la que el conocimiento de otras regiones era muy limitado. En esta época estaban vivos varios idiomas en la Península: castellano, leonés, galaico-portugués, catalán, árabe, etc. Pero la característica más llamativa de la sociedad de la baja Edad Media era que con el fin de la Reconquista dejó de ser un pueblo de frontera y guerrero, para pasar a ser una sociedad estamental más cerrada y con menos posibilidades de promoción entre clases sociales, cobrando más importancia el linaje de sangre. Había dos clases privilegiadas: la nobleza y el clero. La primera continuó aumentando como durante la reconquista, pero no a base de tierras, sino de poderes. Esta nueva nobleza forma la Curia Regia. Por debajo de ellos estaban los caballeros e hidalgos, con un menor poder económico, pero con honra y privilegios.

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El clero disfrutaba de similares privilegios. Eran perceptores de impuestos y estaban exentos de tasas. Entre ellos también había diferencias importantes, ya que no eran lo mismo los párrocos de las aldeas que los obispos de las diócesis. Las órdenes religiosas tenían tintes señoriales, ejerciendo jurisdicción en sus propiedades. La mayoría de la población pertenecía a las clases no privilegiadas, es decir, que estaba sometida a una legislación común y pagaban impuestos, aunque dentro de ello había asociaciones privilegiadas. La mayor parte eran campesinos, que pagaban los impuestos y debían prestar vasallaje a los señores nobles. Se podía distinguir entre “ingenui”, que eran libres y podían elegir como señor a quién quisieran; y los “mansos”, que estaban sujetos a las tierras y eran vendibles con ellas. Durante los siglos XIV y XV comienza a despuntar una nueva clase social, la burguesía. Son mercaderes y artesanos importantes de las ciudades y controlan el poder municipal. Solían agruparse en gremios y cofradías para controlar la producción y su actividad profesional. Pero en esta sociedad también había minorías perseguidas, generalmente urbanas. Los judíos y los mudéjares son las más importantes. La esclavitud también está en declive. Contra estas minorías se promulgan decretos con prohibiciones sobre el matrimonio, ejército, algunos oficios, etc. En 1412 se ordena el encerramiento de los judíos y de los moros en barrios separados y se les obliga a conversiones forzosas.

3.4.- Cultura y arte cristianos. Los siglos XI y XIII fueron testigos de una intensa actividad en la construcción de iglesias. Al utilizar la forma de la basílica los maestros constructores remplazaron los techos planos de madera por grandes cúpulas de piedra conocidas como bóvedas de cañón o bóvedas cilíndricas. Cientos de nuevas catedrales, abadías e iglesias de peregrinación —así como miles de iglesias parroquiales de las villas rurales— se construyeron en los siglos XI y XII. La extraordinaria actividad constructiva reflejó tanto la cultura religiosa revivida como la

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riqueza incrementada de la época, gracias a la agricultura, el comercio y el crecimiento de las ciudades. Las catedrales del siglo XI y XII se construyeron con un estilo verdaderamente internacional: el estilo románico. La construcción de las iglesias exigió los servicios de maestros constructores profesionales, cuya contratación a lo largo de toda Europa garantizó una homogeneidad internacional de las características básicas. Ejemplos sobresalientes de las iglesias románicas pueden encontrarse en Alemania, Francia y España. Los ocho siglos que duró la Reconquista (711– 1492) llevada a cabo por los reinos cristianos del norte para recuperar las tierras sometidas por los musulmanes mantuvieron la Península Ibérica en permanente estado de guerra. Si se añaden a ello las tensiones internas entre la nobleza y la monarquía, frecuentes durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, que derivan a veces en auténtica guerra civil, se comprende fácilmente el papel que jugaron los castillos y el por qué de su abundancia en España.

La cultura tras la reconquista. En los territorios dominados por los musulmanes continuaban existiendo, separadas pero pacíficamente, comunidades cristianas (con religión, idioma y leyes propias). Eran los llamados mozárabes. Estos eran respetados al principio, pero poseían menos derechos y más desventajas frente a los musulmanes (no podían construir nuevas iglesias, pagaban impuestos especiales...). La tolerancia se perdió a medida que avanzaba la conquista de la península (de los territorios que antes pertenecían al dominio de los visigodos por los Estados cristianos del norte, en buena parte herederos de los visigodos) y con la llegada de los almorávides y almohades del Norte de África. También en los territorios que habían vuelto a pasar bajo el dominio de los reyes cristianos

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seguían viviendo musulmanes. Así se producía un intercambio cultural importante entre musulmanes y cristianos. Junto con estas dos culturas coexistía la judía. Sabían, además del hebreo, el árabe y el castellano, por lo que tenían un papel importante en la traducción de textos a diversos idiomas (junto con traductores cristianos en la Escuela de Traductores de Toledo). Las figuras más importantes dentro de la cultura de la época son el filósofo judío Moisés Maimónides y el árabe Averroes. Gracias a la traducción al latín, los textos árabes tendrían difusión en otros países europeos, y no fue menos importante el hecho de que los árabes habían conservado y traducido una inmensa cantidad de textos griegos y latinos, que por esta vía volvieron a ser parte de la cultura europea. Todavía hoy en día quedan en España influencias muy importantes de aquella época: unas 4.000 palabras de origen árabe (muchos nombres y sustantivos aunque muy pocos verbos), empleadas lógicamente con mayor profusión cuanto más al sur, monumentos de la época (fortalezas como La Alhambra, mezquitas como la de Córdoba), iglesias y palacios de estilo cristiano-musulmán (mudéjar), pueblos blancos, gastronomía (el empleo generalizado de especias y Averroes verduras en los distintos platos, la introducción de la pasta en Europa, infinidad de platos de nuestra comida actual, dulces de origen musulmán, el empleo de vajilla de cristal, o el orden de las comidas -1er plato, sopa, 2º plato, carne o pescado y postre), diversas costumbres, como el hecho de llevar ropas claras en verano o llenar de flores y plantas los patios de las viviendas en el sur, así como la gran influencia que tuvieron la ciencia, la tecnología, la literatura y la filosofía no sólo en España, Maimónides sino en Europa.

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El CID CAMPEADOR Rodrigo Díaz de Vivar, llamado El Cid Campeador; Vivar, actual España, 1043 - Valencia, 1099) Caballero castellano. Hijo de Diego Laínez, descendiente del semilegendario Laín Calvo, quedó huérfano a tierna edad y fue educado junto al infante Sancho, hijo del rey Fernando I de Castilla y León, quien, al acceder al trono castellano, lo nombró alférez real (1065). Hacia 1066, el prestigio de Rodrigo Díaz se vio notablemente incrementado a raíz de su victoria en el combate singular que mantuvo con el caballero navarro Jimeno Garcés, para dirimir el dominio de unos castillos fronterizos que se disputaban los monarcas de Castilla y Navarra; el triunfo le valió el sobrenombre de Campeador. Con la muerte de Sancho II en el cerco de Zamora y tras la jura de Santa Gadea tomada por Rodrigo al nuevo rey castellano, Alfonso VI, la suerte del Cid cambió y su gran capacidad fue desechada por la ira y envidia del nuevo monarca. Tras esto, el Cid tomó matrimonio con Jimena, hija del Conde de Oviedo, nieta de Alfonso VI y biznieta de Alfonso V el 19 de Julio de 1074. En 1079, se dirige a Sevilla para cobrar los tributos (parias) del rey de Sevilla a Alfonso VI. Esta en ello cuando él y el rey de Sevilla fueron atacados por el rey de Granada y García Ordoñez. Las mesnadas del Cid consiguen vencer a los asaltantes y Rodrigo humilla a García Ordóñez en el castillo de Cabra, pero a la vuelta a Burgos, este último, y Pedro Ansúrez, desencadenan traición contra el Cid, consiguiendo que Alfonso VI le destierre, y prohíbe a todos los burgaleses darle ayuda o aposento alguno. Esta etapa duró unos 6 años los cuales fueron aprovechados por Rodrigo y sus hombres para hacer de Zaragoza su cuartel general y luchar en el Levante. Vuelve a Burgos en 1087 pero poco duró su paz con el rey por lo que marchó hacia Valencia donde se convirtió en el protector del rey Al-Cádir y sometió a los reyezuelos de Albarracín y Alpuente. El almorávide Yusuf cruza en 1089 el estrecho de Gibraltar y el rey Alfonso pide ayuda al caballero castellano, pero por un mal entendido entre ambos surge una nueva rencilla entre el rey y su leal súbdito y el monarca le destierra por segunda vez en 1089. En los diez años siguientes, la fama del Cid se acrecentó espectacularmente al contrario que el reinado del rey. En menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente.

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En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia AlCádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en junio de 1094. Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia, otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y equilibrada, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo renovó la mezquita de los musulmanes, acuñó moneda, se rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes. Aún habría de combatir numerosas batallas, como la que el mismo año le enfrentó al emperador almorávide Mahammad, sobrino de Yusuf, el cual se presentó a las puertas de Valencia con 150.000 caballeros. La victoria fue total, tan grande fue el número de enemigos como grande fue el botín a ellos recogido. En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego. El domingo 10 de julio de 1099, muere el Cid. Toda la cristiandad lloró su muerte.

El Cantar del Mio Cid Es el mayor de los cantares de gesta españoles de la Edad Media y una de las obras clásicas de la literatura europea; es el que por antonomasia lleva el nombre del héroe: el Mio Cid. Compuesto a finales del siglo XII o en los primeros años del siglo XIII, estaba ya acabado en 1207, cuando cierto Per Abbat (o Pedro Abad) se ocupó de copiarlo en un manuscrito del que, a su vez, es copia el único que hoy se conserva (falto de la hoja inicial y de dos interiores), realizado en el siglo XIV y custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid. La datación del poema allí recogido viene apoyada por una serie de indicios de cultura material, de organización institucional y de motivaciones ideológicas. Más dudas plantea su lugar de composición, que sería Burgos según unos críticos y la zona de Medinaceli (en la actual provincia de Soria), según otros. La cercanía del Cantar a las costumbres y aspiraciones de los habitantes de la zona fronteriza entre Castilla y al-Ándalus favorece la segunda posibilidad. Aunque hay quien opina que pudiera ser el autor y no mero copista. El manuscrito, de gran belleza, contiene varias faltas, algunas corregidas. Esto es debido a una finalidad de uso por parte de los juglares.

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Su espada y su caballo Las espadas medievales eran muy grandes y con muchos adornos, pesaban mucho y se cogían con dos manos. En esta época era muy corriente poner nombre a las espadas. En este caso, la espada del Cid poseyó dos espadas, llamadas Tizona y Colada. Por otro lado, su caballo, Tizona Babieca era fuerte y de color gris. Según dice la leyenda, su esposa Doña Jimena montó al Cid una vez muerto sobre su caballo; lo ató a él y lo mandó contra los musulmanes. Cuando estos le vieron aparecer se rindieron, pues creían al Cid muerto y no esperaban verlo vivo. Colada

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LOS CABALLEROS TEMPLARIOS La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, comúnmente conocida como los Caballeros Templarios o la Orden del Temple fue una de las más famosas órdenes militares cristianas.

Jacques de Molay, último gran maestre de la orden

Fue en 1118 o 1119, apenas creado el reino de Jerusalén y elegido Balduino I como rey, cuando nueve de los caballeros que participaron en la Cruzada decidieron quedarse a defender los Santos Lugares y a los peregrinos cristianos que iban a ellos. Balduino I necesitaba organizar el reino y no podía dedicar muchos recursos a la protección de los caminos por lo que concedió a esos caballeros un lugar donde reposar y mantener sus equipos, otorgándoles derechos y privilegios, entre los que contaban un alojamiento en su propio palacio.

Este fue el origen de la Orden del Temple, cuyas reglas fueron aprobadas de manera oficial por la Iglesia Católica en 1129, en el Concilio de Troyes. El número de miembros aumentó de manera significativa al ser aprobada su regla y ese fue el inicio de la gran expansión de los pauvres chevaliers du temple (en francés: pobres caballeros del templo). Hacia 1170, unos cincuenta años después de su fundación, los Caballeros de la Orden del Templo se extendían ya por tierras de lo que hoy es Francia, Alemania, el Reino Unido, España y Portugal. Esta expansión territorial contribuyó al enorme incremento de su riqueza, que pronto no tuvo igual en todos los reinos de Europa. Los Caballeros Templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada. Los miembros de la Orden del Templo se encontraban entre las unidades militares mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.

Escudos templarios Cruz paté, símbolo de los templarios

Sello templario. Representa a dos caballeros montando un mismo caballo.

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El éxito de los templarios se encuentra estrechamente vinculado a las Cruzadas. Tuvieron una destacada actuación en la segunda cruzada, protegiendo al rey Luis VII de Francia en las derrotas que éste sufrió a manos de los turcos. Así mismo, la pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos de la Orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran desconfianza. Felipe IV de Francia, considerablemente endeudado con la Orden comenzó a presionar al Papa Clemente V con el objeto de que éste tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron arrestados, inducidos a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe y disolvió la Orden. La brusca desaparición de su estructura social dio lugar a numerosas especulaciones y leyendas, que han mantenido vivo el Espada templaria nombre de los Caballeros Templarios hasta nuestros días.

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LAS CRUZADAS Las cruzadas fueron una serie de campañas militares comúnmente sostenidas por motivos religiosos llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, en particular, de los francos de Francia y el Sacro Imperio Romano. Las cruzadas, con el objetivo específico de restablecer el control cristiano de Tierra Santa, se libraron durante un período de casi 200 años, entre 1095 y 1291. Otras campañas en España y en Europa oriental continuaron hasta el siglo XV. Las cruzadas fueron sostenidas principalmente contra los musulmanes, aunque también varias campañas se hicieron contra los eslavos paganos, judíos, los cristianos ortodoxos griegos y rusos, los mongoles, los cátaros, husitas, valdenses, prusianos, y principalmente a los enemigos políticos de los papas. Los cruzados tomaron votos y se les concedió la penitencia por los pecados del pasado, a menudo llamada indulgencia.

Primera cruzada. La Primera Cruzada inició el complejo fenómeno histórico de campañas militares, peregrinaciones armadas y expansión colonial en Oriente Próximo que convulsionó esta región durante los siglos XI y XIII y que es denominado por la historiografía como las Cruzadas. Aprovechando la llamada de auxilio del Emperador bizantino Alejo I, enfrentado con los turcos, el Papa Urbano II predicó en 1095 a los diferentes estados cristianos romanos de Europa Occidental la conquista de la llamada Tierra Santa.

Conquista de Jerusalén por parte de los cruzados

Los cruzados penetraron en el llamado Sultanato de Rüm y avanzando hacia el sur, fueron apoderándose de diversas ciudades y rechazando las fuerzas enviadas en su contra por los gobernadores divididos en sus disputas internas, hasta que adentrándose en los territorios de la dinastía Fatimí, conquistaron en el 1099 la ciudad de Jerusalén.

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Segunda cruzada. A diferencia de la primera, en esta participaron reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de Francia y por el emperador germánico Conrado III. Los desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición. Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí, para desesperación del rey Balduino III, en lugar de enfrentarse a Nur al-Din eligieron atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén. La expedición fue un fracaso, ya que tras sólo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los Estados francos. Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto iba a provocar la intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del reino.

Tercera cruzada. La Tercera Cruzada (1189 d.C–1192 d.C) fue un intento europeo de recuperar Tierra Santa del poder de Saladino. Es conocida también como Cruzada de los Reyes.

Ricardo Corazón de León

Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, Nur ad-Din se hizo con el control de Damasco y unificó Siria. Con la finalidad de extender su poder, Nur ad-Din puso los ojos en la dinastía fatimí de Egipto. En 1163, su general de más confianza, Shirkuh, emprendió una expedición militar hacia el Nilo. Acompañaba al general su joven sobrino, Saladino. A la muerte de Nur ad-Din se proclamó sultán de Egipto y Siria.

A la muerte del rey Balduino IV, su sucesor declaró la guerra a los musulmanes. Los cruzados, se enfrentaron a las tropas de Saladino en los Cuernos de Hattin. Los ejércitos cristianos fueron derrotados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los fragmentos de la Vera Cruz. Saladino procedió a ocupar la mayor parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén.

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Saladino


Cuarta cruzada. La Cuarta Cruzada (1202–1204) fue una expedición militar organizada como una cruzada para reconquistar Tierra Santa, pero que varió su rumbo, terminando con la conquista y el saqueo de Constantinopla, capital del Imperio bizantino. En 1199, el Papa Inocencio III, deseoso de establecer la autoridad de la Santa Sede en todo el orbe cristiano, tenía un gran interés por los asuntos de los estados cristianos de Oriente. Inicialmente, los cruzados fueron empleados para luchar contra los húngaros en Zara, por lo que fueron excomulgados por el Papa. Desde allí se dirigieron hacia Bizancio, donde consiguieron instalar a Alejo IV en el trono en 1203. Sin embargo, no pudo cumplir las promesas hechas a los cruzados, lo que originó toda clase de disturbios. Fue depuesto por los propios bizantinos, que coronaron a Alejo V. Esto provocó la intervención definitiva de los cruzados, que conquistaron la ciudad el 12 de abril de 1204. El saqueo de la ciudad fue terrible. Miles de cristianos (incluyendo mujeres y niños) fueron asesinados por los cruzados. Desvalijaron y destruyeron mansiones, palacios, iglesias y la propia basílica de Santa Sofía. Europa occidental recibió un aluvión de obras de arte y reliquias sin precedentes, producto de este saqueo.

Quinta cruzada La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III, uniéndose al rey cruzado Andrés II de Hungría, quien llevó hacia oriente el ejército más grande en toda la Historia de las Cruzadas. Como la IV Cruzada, tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los Estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.

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Sexta cruzada La organización de la VI Cruzada fue un tanto rocambolesca. El papa había ordenado al emperador Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas como penitencia. El emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén) partió en 1228 sin el permiso papal. Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se autoproclamó rey de Jerusalén en 1229 y también obtuvo Belén y Nazaret.

Séptima cruzada La Séptima Cruzada fue liderada por Luis IX de Francia entre 1248 y 1254. En 1244 los musulmanes retomaron Jerusalén tras la tregua de diez años que siguió a la Sexta Cruzada. Este hecho no supuso el gran impacto que en ocasiones anteriores, debido a que Occidente ya había visto como Jerusalén cambiaba de manos en diversas ocasiones. La llamada a la cruzada, por tanto, no fue inmediata ni generalizada. Los monarcas europeos estaban ocupados en sus asuntos internos, y sólo el rey de Francia, Luis IX (San Luis), declaró su intención de tomar la cruz en 1245. Como en la V cruzada, se dirigió contra Damieta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército. Luis IX de Francia (San Luis)

Octava cruzada Entre los años 1265 y 1268, los egipcios mamelucos conquistaron una serie de territorios cristianos en el litoral de Palestina y del Líbano, como Haifa o Antioquía, además de Galilea y de Armenia. El Oriente Medio vivía una época de anarquía entre las órdenes religiosas que deberían defenderlo, así como entre comerciantes genoveses y venecianos. El rey de Francia Luis IX (San Luis), retomó entonces el espíritu de las cruzadas y lanzó una nueva iniciativa armada, la Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la misma ciudad norteafricana.

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Luis IX partió inicialmente para Egipto, donde gobernaba la nueva dinastía mameluca con el sultán Baibars. Se dirigió después para Túnez, con la esperanza de convertir al emir de la ciudad y al sultán al cristianismo. El emir Maomé lo recibió con las armas. La expedición de San Luis terminó como casi todas las otras expediciones, en una tragedia. No llegaron siquiera a tener oportunidad de combatir, apenas desembarcaron las fuerzas francesas en Túnez, fueron acometidas por una peste que asolaba la región, segando incontables vidas entre los cristianos, entre ellos San Luis y uno de sus hijos. El hijo del rey, Felipe el Audaz, firmó un tratado de paz con el sultán y volvió a Europa. Aunque algunos papas intentaron predicar nuevas cruzadas, ya no se organizaron más y, en 1291, los cruzados evacuaron sus últimas posesiones en Tiro, Sidón y Beirut tras la caída de San Juan de Acre. A fin de cuentas, el único triunfo relevante de la Cristiandad durante los dos siglos de más de ocho cruzadas fue la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillón en la primera cruzada en el año 1099, la cual, a pesar de las innumerables matanzas de sarracenos, judíos (hombres, mujeres y niños), logró sostener la Ciudad Santa por muchos años, y encontró los objetivos marcados inicialmente por los defensores de la idea de reconquistar la tierra llamada santa para los cristianos de Europa. Toma de San Juan Acre

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LOS VIKINGOS Este nombre nórdico y antiguo es el principal de los dados a miembros de los Pueblos germánicos de Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en Europa. Dependiendo del contexto y de la interpretación del autor, puede usarse el nombre para referirse a los incursores de esta procedencia o a sus países de origen. Si bien existen referencias vagas a pueblos germanos del Báltico y Escandinavia en las fuentes latinas, sus ataques y su aparición en la escena política europea cobran relevancia con el saqueo del monasterio de Lindisfame en el norte de Gran Bretaña. Al que pronto siguieron ataques a otros monasterios. Las crónicas de los dos siglos siguientes están repletas de relatos aterradores. Su actuar violento aterrorizó a las antiguas comunidades que, aunque acostumbradas a la guerra no tenían forma de prever cuándo habría una incursión y sufrían una carencia de poderes fuertes en los comienzos de la Edad Media. Estos ataques sumados a los de los húngaros y bávaros, a la presión de pueblos esclavos en Europa Oriental y a la de los árabes en el Sur fueron tanto causa como consecuencia de un período de inestabilidad que favoreció la descentralización política del feudalismo. Durante los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran influencia en la historia europea. En las Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser finalmente conquistadas por los normandos, descendientes de vikingos que habían recibido tierras en Normandía (Francia). En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e incluso llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y en el Imperio bizantino. A través de los ríos del norte intervinieron repetidas veces en el mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados (la Rus de Kiev) aparecen vinculados a aventureros vikingos. Se suele datar el final del periodo vikingo con la caída del rey Harald el Despiadado, que murió en la Batalla del puente Stamford en el año 1066 cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra. Si bien la influencia nórdica siguió siendo relevante. La aculturización de normandos en Francia, Inglaterra e

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Italia, las victorias militares de varios estados como Francia y la propia disminución de incursiones escandinavas con la cristianización de Escandinavia supusieron paulatinamente el final de su actividad tal y como se conocía.

Expansión Es un misterio por qué estos pueblos nórdicos se lanzaron en busca de tierras que conquistar o colonizar a partir del siglo VIII. Una teoría bastante común sugiere que Escandinavia podría haber sufrido una etapa de superpoblación. La generalización de una agricultura mucho más eficiente en los tiempos precedentes habría permitido a la población dispararse, con la consiguiente presión demográfica por nuevas tierras.

La era vikinga Sus ataques y su aparición en la escena política europea comenzaron con el saqueo del monasterio de Lindisfarne en 793. Los monasterios, que acumulaban amplias posesiones, alimentos y cobijo, son objetivo de sus siguientes ataques, que se producen con gran facilidad y rapidez (al fin y al cabo, los monjes no podían defenderse). En 794, son saqueados el monasterio de la isla escocesa de Iona, los monasterios de Jarrow y Monkwearmouth en la costa inglesa y el monasterio de Inishboffin en Irlanda. Dichos ataques se repetirían en los años siguientes, azotando la zona. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de fuentes de esa época fueron redactadas por los pueblos atacados, por lo que es posible que muchos de los datos estén exagerados. De hecho, los ataques fueron vistos en muchos casos como herejías por los monjes de los monasterios, ya que suponían un ataque directo a Dios.

Vestimenta Las materias primas que usaban los antiguos vikingos eran básicamente lino y lana. Ello implica que, al ser materia orgánica, la descomposición no nos permita disponer de importantes hallazgos arqueológicos al respecto, cosa que limita mucho nuestro conocimiento sobre las vestimentas de los vikingos. En cambio las vikingas se las vestía con sus trajes tradicionales repletos de joyas y otros utensilios personales y afectivos. En cuanto a las armas, los tipos eran espadas, dagas, hachas, lanzas, flechas, arcos, etc.

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LOS CASTILLOS El castillo es la edificación defensiva por excelencia de la Edad Media. Aparece ante la necesidad de los ejércitos cristianos de defenderse de los ataques musulmanes. Frente a los castillos aparecen las alcazabas árabes como edificios para la defensa de las ciudades musulmanas. Tanto unos como otros se construían en colinas elevadas desde las cuales vigilar los avances de las tropas enemigas. Muchos de los castillos que se conservan hoy en día tienen su origen en antiguas alcazabas árabes, que tras la reconquista fueron transformados en castillos cristianos. Construir un castillo era muy caro, solo los señores muy ricos y poderosos podían afrontar su construcción, elegían lugares que eran importantes conservar en tiempo de guerra, sus constructores no pensaban solo en tiempo de guerra sino en tiempos de paz. El castillo debía de abastecerse de comida y otras provisiones con facilidad, también eran el centro administrativo del señor por lo que estaba a unos días de camino de su territorio. El castillo necesitaba sólidos cimientos para soportar el peso de sus fuertes muros, quizás lo más importante junto con las murallas era tener una fuente de agua limpia Dentro de un castillo se podían distinguir diversas partes: Barbacana: Es una obra de fortificación situada frente a las murallas y protegiendo una puerta de acceso. Adelantada y aislada, situada sobre una puerta, poterna o puente que fuera utilizada con propósitos defensivos. Las barbacanas estaban por lo general situadas fuera de la línea principal de defensa y conectadas a los muros de la ciudad por un camino fortificado.

Barbacana

Foso

Foso: trinchera excavada frente a los muros de una fortificación. Su misión principal era impedir que las máquinas de asalto se aproximaran a los muros.

Rastrillo o peine: suele ser una pesada reja, rematada abajo en puntas que formaba parte de las fortificaciones de la puerta, junto al puente levadizo y la barbacana.

Almenas: tenían como función proteger a los defensores, algunas tenían orificios, como troneras (para las armas de fuego).

Adarve o camino de ronda donde se escondían los defensores.

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Torre del homenaje: es la estructura central del castillo medieval. Es una torre destacada, más alta que la muralla, y por lo general se podía aislar del resto de la fortaleza. Es la torre principal, la que sirve de residencia del señor y cumple con las funciones más destacadas del castillo, albergando las estancias más importantes y, en ocasiones, los almacenes de víveres. Se encuentra en la posición más abrigada en relación con un posible ataque Torre del homenaje exterior, de forma que si sucumbiesen el resto de las defensas, esta torre proporcionaría un último refugio. 

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EL CAMINO DE SANTIAGO El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de toda España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la época actual ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle.

Los orígenes del camino Los orígenes del culto a Santiago en la Hispania romana son desconocidos, pero parece ser que en el año 828 se encontraron reliquias atribuidas al apóstol. Al final del siglo IX se extiende por la Europa cristiana. En el siglo XI el número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas.

Descubrimiento del sepulcro Los orígenes del culto a Santiago en Galicia permanecen en la oscuridad de los tiempos. A finales del siglo VIII se difunde en el noroeste de la Península Ibérica la leyenda de que Santiago el Mayor había sido enterrado en estas tierras, tras evangelizarlas. Así ocho siglos después de la muerte del Apóstol Santiago, en el año 813, un ermitaño llamado Pelayo o Paio vio una estrella posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó al obispo Teodomiro, obispo de Iria Flavia, (cerca de Padrón). Fueron allí y descubrieron en la espesura la antigua capilla, donde existe un cementerio de la época romana. El descubrimiento del sepulcro coincide con la llegada al reino astur de mozárabes huidos de las zonas dominadas por los musulmanes, buscando poder practicar sus creencias religiosas.

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Inicio de la peregrinación Aproximadamente a partir de 813 con el hallazgo de las reliquias del apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje que recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XII. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a llegar al lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que degenerará en el término Compostela.

Santiago de Compostela Es una ciudad y municipio de España. Capital de la comunidad autónoma de Galicia, pertenece a la provincia de La Coruña. Está situada a 65 kilómetros al sur de La Coruña y a 62 kilómetros al norte de Pontevedra. Incluye los antiguos municipios de Conjo (incorporado en 1925) y Enfesta (alrededor de 1970). La ciudad antigua es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985. En ella tiene su sede el gobierno autónomo gallego (Junta de Galicia) y el Parlamento. Destaca por ser un importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén y Roma, al señalar la tradición de que allí se dio sepultura al Apóstol Santiago el Mayor. De especial importancia artística es su Catedral dedicada precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también relevante su Universidad, de más de 500 años de historia, la cual concede a la ciudad un agradable ambiente estudiantil, con 30.000 alumnos matriculados cada curso. Además es el fin de la vía originariamente construida por el Imperio romano del Camino de Santiago, privilegio que otros conceden a Finisterre.

Vestimenta del peregrino La vestimenta de los primeros peregrinos venía determinada por las características propias de la Edad Media. Entre las prendas más características estaban:

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El sombrero que le protegía del sol y la lluvia.

La capa que le servía de abrigo y protección.

La calabaza para llevar agua para el camino.

La bolsa o zurrón para la comida del camino y las limosnas.

La vieira o concha del peregrino.

El bastón o bordón que le servía de apoyo en el camino.

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CRISTÓBAL COLON Y DESCUBRIMIENTO DE ÁMERICA La expresión descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario que, representaba a los Reyes Católico. Partió desde el puerto de Palos de la Frontera, comandado por Cristóbal colon.

a las indias por el mar hacia occidente.

Los Reyes Católicos, particularmente la reina Isabel, deciden ayudar a Colón en su proyecto de llegar a Asia por occidente. El 13 de abril de 1.492, Cristóbal Colón firma con los reyes las llamadas Capitulaciones de Santa Fe. Documento por los cuales se autoriza y financia la expedición de Cristóbal Colón

El viaje Colón se dispuso rápidamente a preparar el viaje de las tres naves que se le habían concedido. Le ayudaron los dos hermanos Pinzón lo que fue decisivo. Como el almirante, asociado de la corona carecía de fondos, Martín Alonso Pinzón, se los facilitó. A Martín Alonso le acompañaban sus dos hermanos: Vicente Yáñez, que honró su apellido como explorador más adelante, y Francisco Martín. Iba también Diego Martín Pinzón. Colón preparó el viaje y partiendo algunos barcos desde el puerto de Cádiz y otros desde Huelva el día 3 de agosto de 1492, se embarcó en la nave de Santa María una de las tres carabelas. Las otras se llamaban: la Pinta y la Niña. Desde Cádiz viajó hasta las Islas Canarias, llegando el 6 de septiembre. Una vez allí partió hacia asía, aunque no contaba con que en medio estaba el continente americano, donde llegó el 12 de octubre de 1.492 a una isla llamada Guanahaní.

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