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Cristo Jesús Pan y Vino

A Je sucristo Corde ro no se le que brará hue so alguno

Éx 12,46: El corde ro se comerá dentro de la casa, no se sacará afuera ni un solo pedazo, ni le que brarán ningún hue so. Sal 34,21: El cuida con afán todos sus hue sos, no le será quebrado ni uno de ellos. Jn 19,33-36: Pero al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le que bra ro n las pie rnas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimo nio. Su testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean. Esto suce dió para que se

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cumplie ra la Escritura que dice : No le que brarán ni un solo hue so.

Je sucristo Corde ro de Dops que quita los pe cados de l mundo

Jn 1,29: Al día siguie nte Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: «Ahí viene e l Corde ro de Dios, e l que carga con e l pe cado de l mundo.

Cristo Je sús Pan y Vino

Je sús sacrame ntado e n e l Pan y Vino, ofre nda pura ofre cida a Dios Padre e n e l mundo ente ro

Mal 1,11: […], todas las naciones me respetan y e n todo e l mundo se ofre ce a mi Nombre tanto e l humo de l incie nso como una ofre nda pura. Porque mi Nombre es grand e en las mismas naciones paganas, dice Yahvé de los ejércitos.

Cie lo Je sús e s e l Pan y Vino, e s de cir, la Eucaristía y ve rdade ro M aná bajado de l

Éx 16,14-15: Al evaporarse el rocío, apareció sobre el suelo del desierto una cosa

menuda, como granos, parecida a la escarcha. Cuando los israelitas vieron esto, se dijero n

unos a otros: «M anha», o sea: «¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Y Moisés les dijo :

«Este e s e l pan que Yavé le s da para come r.

Pro 9,5: Vengan a comer mi pan y a beber mi vino que he preparado. Sal 116,13-19: Alzaré la copa por una salvación e invocaré el nombre del Señor; cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. Tiene un precio a los ojos del Señor la muerte de sus fieles: “¡M ira, Se ñor, que soy tu se rvidor, tu se rvidor y e l hijo de tu e sclava: tú has roto mis cadenas!” Te ofre ce ré e l sacrificio de acción de gracias e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo, […].

Je sús usa e l ve rbo se r o e star, para indicar su presencia real en el Pan y Vino consagrado pot un Sacerdote u Obispo Católico, nunca dijo Cristo que fuera un simbolo.

Mt 26,26-28: Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman; e sto e s mi cue rpo.” Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: “Beban todos de ella: e sto e s mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados”. Mc 14,22-24: Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo : «Tomen; e sto e s mi cue rpo.» Tomó luego una copa, y después de dar gracias se la entregó; y todos bebieron de ella. Y les dijo: «Esto e s mi sangre , la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre Lc 22,19-20:"Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo : «Esto e s mi cue rpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria mía.» Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa e s la alianza nue va se llada con mi sangre , que es derramada por ustedes»). Jn 6,32-35.41.48-58: Jesús contestó: “En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre e l que le s da e l ve rdade ro pan de l cie lo. El pan que Dios da e s Aque l que baja de l cie lo y que da vida al mundo. " Ellos dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan.” Jesús les dijo: “Yo soy e l pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. Los judíos murmuraban […]. Y decían: "Conocemos a su padre y a su madre, ¿no es cierto? Él no es sino Jesús, el hijo de José. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo?" Yo soy el pan de vida. […]: aquí tie ne n e l pan

que baja de l cie lo, para que lo coman y ya no mue ran. Yo soy e l pan vivo que ha baja do

de l cie lo. El que coma de e ste pan vivirá para sie mpre . El pan que yo daré e s mi carne ,

y lo daré para la vida del mundo.” Los judíos discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús les dijo: […]. El que come mi carne y be be mi sangre vive de vida

e te rna, y yo lo re sucitaré e l último día. M i carne e s ve rdade ra comida y mi sangre es ve rdade ra be bida. El que come mi carne y be be mi sangre pe rmane ce e n mí y yo e n é l.

[…].

1Co 10,16-17: La copa de be ndición que be nde cimos, ¿no e s acaso comunión con

la Sangre de Cristo? Y e l pan que partimos, ¿no e s comunión con e l Cue rpo de Cristo?

Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participa mos de ese único pan.

San Pablo advie rte que quié n como e l Pan o Vino consagrado indigme nte dara

cue nta de ello, con esto afirma claramente la presencia real de Jesús en la Eucarístia.

1Co 11,23-29: Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguie nte : El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto e s mi Cue rpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se se lla con mi Sangre . Siempre que la beban, háganlo en memora mía”. Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva . Por eso, e l que coma e l pan o be ba la copa de l Se ñor indigname nte te ndrá que dar cue nta de l Cue rpo y de la Sangre de l Se ñor. Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa; porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.

La sangre paga la de uda de l alma humana, e llo se re fie re a la Sangre de rrama da por Je sucristo e n la cruz y pre se nte e n e l Vino consagrado

Lev 17,10-14: […]. Porque el alma de todo ser vivie nte está en su sangre y yo le s di la sangre para que la lle ve n al altar para e l re scate de sus almas, pue s e sta sangre paga la de uda de l alma. […].

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