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Curriculum del autor 2
Por otra parte, estos santos y místicos narran que las Almas de l Purgatorio sufre n un fue go que le s purifica su se r e spiritual, sus Almas humanas, no obstante, aunque no
pose e n un cue rpo mate rial pade ce n por los se ntidos por donde pe caron, pe ro, que e l mayor sufrimie nto que pre se ntan e s e l de se ar estar con Dios, lo que no pue den hace r
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hasta te ne r la pure za de cuando sus e spíritus fue ron cre ados por Él, también, testific a n que el sufrimie nto que las Almas del Purgatorio sienten es más grande que cualquie r tormento, preocupación o desconsuelo que se pueda tener en el mundo terrenal. Del mismo modo, algunos místicos aseguran el haber padecido por petición de alguna Alma del Purgatorio hasta una a tres horas de los sufrimie ntos que les correspondía para alivia r sus penas por ese tiempo en el Purgatorio, como es el caso del Padre Pio de Pietrelc ina y de María Simma. A la par, comentan que e l Estado de l Purgatorio pose e tre s nive le s y cada nive l a
su ve z subnive le s, que e l nive l más bajo e sta ce rcano al Estado de l Infie rno y que incluso los de monios e n e se nive l mortifican a las Almas humanas que allí e stán como parte de
su purificación. Por otra parte, la monja Sor María de la Cruz afirma que los nivele s del Estado del Purgatorio son: El primer Purgatorio o Purgatorio Grande, el segundo Purgato rio y el Purgatorio de deseo o umbral. Por lo demás, atestigua n que las Almas del Purgatorio son muy agradecidas y rezan por sus bienhecho res de la Tierra y que al llegar ellas al Estado del Cielo siguen orando por quienes rezaron por sus benefactores. Desde esta perspectiva, dice n
los santos y místicos católicos que las Almas de l Purgatorio se le s pue de n pre se ntar e n formas de animale s o humanas, con un aspe cto que re fle ja sus sufrimie ntos, pe ro, agre gan que e llas tie nen e l conocimie nto de que se han salvados y aman y alaban a Dios
por e so, por lo demás, que a las Almas del Purgatorio las alivia la oración o rezos, pero las perturban las tristezas y llantos de sus familia res y amigos, que las flores no son importante s para ellas. En ese orden de ideas, entre esos santos y místicos que se le ha dado el don de ver, escuchar a las Almas del Estado del Purgatorio o de ir a ese Estado, están: Sor Faustina Kowalska, Sor María de la Cruz, Sor Lucia de Jesús, los Santos Francisco Marto y Jacinta Marto, el Padre Pío de Pietrelcina, María Simma, Santa Perpetua, San Agustín, Santa Catalina de Genóva, San Alfonso María de Ligorio, Santo Domingo de Guzmán, San Gregorio Magno (Grande), San Estanislao, Santa María Crescencia Hoss, Santa Verónic a Giulia ni, San Luis Orione, Santa Catalina de Ricci, el Padre y Fraile capuchino Danie le Natale, el Padre san Juan Bosco, Santa Gertrudis la Grande y Santa Francisca Romana, entre otros más
Ahora aquí se compartirá varias preguntas y respuesta de Sor Enmanue lle Mailla rd a María Simma, Maillard, E. (2013): - María, ¿las almas de l Purgatorio prue ban ale gría y e spe ranza e n me dio de sus sufrimie ntos? - Sí, ningún alma quisiera volver del Purgatorio a la tierra , porque ellas ya tienen un conocimie nto de Dios infinita me nte superior al nuestro , y no podrían nunca más decidirse a regresar a las tinieb la s de este mundo. He aquí, entonces, la gran diferenc ia entre los sufrimie nto s del Purgatorio y los de la tierra: en el Purgatorio, aunque sea terrible el dolor del alma, la certeza que se tiene de vivir con Dios es tan fuerte e indestructib le que el gozo de esta certeza supera aun el dolor; y por nada del mundo esas almas quisiera n volver a vivir sobre la tierra donde, al fin de cuentas, nunca se tiene seguridad de nada. (s/no pág.). - María, ¿ahora podrías de cirnos si e s Dios quie n e nvía un alma al Purgatorio, o si, e n cambio, e s e l alma misma quie n de cide de ir allí? - Es e l alma misma quien quiere ir al Purgatorio para purificarse, antes de entrar en e l Paraíso. Pero aquí es preciso decir también que el alma, cuando está en e l Purgatorio, adhiere perfectamente a la voluntad de Dios; por ejemplo, se complace del bien y desea nuestro bien; experime nta tanto amor por Dios, y también por quienes aún estamos en la tierra. Estas almas están perfectame n te unidas al Espíritu de Dios o, si quieren, a la Luz de Dios. (s/no pág.). - María, ¿pue de s de cirme cuál e s e l pape l de la Virge n con re spe cto a las almas de l Purgatorio? Sí, viene frecuente me nte para consolarlas y decirles que han hecho bien tantas cosas, y les da coraje. - ¿Hay días especiales en lo s cuales ella las libera? - Si, sobre todo el día de Navidad, el día de Todos lo s Santos, el Viernes Santo; las libera también el día de su Asunción y en el de la Ascensión de Jesús. (s/no pág.). - Pero, María, ¿por qué se va al Purgatorio? ¿Cuáles son los pecados que conducen con frecuenc ia a las almas al Purgatorio? - Son los pecados contra la caridad, contra el amor hacia el prójimo, la dureza del corazón, la hostilidad, la calumnia; sí, todas estas cosas. Sé que la maldic ió n y la calumnia se cuentan entre las culpas más graves que necesitan una larga purificac ió n. (s/no pág.). - María, ¿podrías de cirnos cuále s son los me dios más e ficace s para facilitar la libe ración de las almas de l Purgatorio? - EI medio más eficaz es la Misa. - ¿Por qué la Misa? - Porque es Cristo quien se ofrece por amor nuestro . Es la ofrenda del mismo Cristo a Dios, la más bella de las ofrendas. El sacerdote es el representante de Dios y es el mismo Dios que se ofrece y se sacrifica por nosotros. La eficacia de la Misa por los difuntos es tanto mayor cuanto má s grande ha sido la estima que ellos tuvieron por la Misa cuando eran todavía en vida. Si en esas Misas han orado con todo el corazón y si han asistido tamb ié n durante la semana, según el tiempo disponible, ellos sacarán grande provecho de las misas celebradas por ellos. También en esto se recogerá lo que se ha sembrado. (s/no pág.). - María, ¿hay sace rdote s e n e l Purgatorio? - Sí, hay muchos. Esos no ha n colaborado para tener respeto por la Eucaristía, y entonces toda la fe sufre. Con frecuenc ia están en el Purgatorio por haber descuidado la oración, y su fe ha disminuido; pero es también cierto que muchos de ellos han ido directame nte a l Paraíso. Un encuentro inolvidab le para mí fue aquel con un sacerdote cuya ma no derecha era negra. Le pregunté la causa: “Hubiera tenido que bendecir más”, me
dijo. “Di a todos los sacerdotes que encuentres que deben bendecir mucho má s: ellos pueden dar numerosas bendiciones y conjurarían las fuerzas del mal” . Bien, ¿y qué le dirías a un sacerdote que quisiera vivir verdaderamente según e l corazón de Dios? - Le aconsejaría de rezar mucho al Espíritu Santo y de recita r cada día el Rosario. (s/no pág.). - María, ¿hay niños e n e l Purgatorio? - Sí, pero para ellos el Purgatorio no es muy largo ni muy penoso, porque a ellos les falta el pleno discernimie nto. Pienso que algunos de ellos han venido a encontrarte. Tu nos contabas la histo ria de aquella niñita […] el alma más pequeña que has visto; era una niñita de 4 años. Pero ¿por qué estaba en el Purgatorio? - ¿Por qué? Esta niñita había recibido de sus padres, como regalo de Navidad, una muñeca. Tenía una hermana melliza , que también había recibido una muñeca. Y he aquí que esa niñita de 4 años hab ía roto su muñeca y entonces, a escondidas, sabiendo que nadie la veía, fue a poner esa muñeca rota en el lugar de la de su hermana, y a hacer así el cambio, sabiend o muy bien, en su corazoncito, que habría ocasionado muchísimo dolor a su hermana; se daba cuenta que eso era un engaño y una injustic ia. Por esta causa pasó por el Purgatorio. Sí, los niños con frecuencia tienen una concienc ia má s viva que la de los adultos, y es preciso sobre todo luchar contra la mentira ; ello s son muy sensibles. (s/no pág.).
Desde esta óptica O´Sulliva n (1936), cita lo que dicen varios santos sobre el Purgatorio :
Santo Tomás Aquino, el príncipe de los teólogos, dice que e l fue go de l
Purgatorio es igual e n inte nsidad al fue go de l infie rno, ¡y que e l mínimo contacto con é l e s más ate rrador que todos los sufrimie ntos posible s de e sta
tie rra! San Agustín, el más grande de todos los santos doctores, enseña que, para
se r purificadas de sus faltas pre vio a se r ace ptada e n e l Cie lo, las almas de spué s de mue rtas son suje tas a un fue go más pe ne trante y más te rrible
que nadie pue da ve r, se ntir o conce bir e n e sta vida. Aunque este fuego está destinado a limp iar y purificar al alma, dice el Santo Doctor, aún es más agud o que cualquier cosa que podamos resistir en la Tierra. San Cirilo de Alejandría no duda en decir que “se ría pre fe rible sufrir todos los posible s torme ntos e n la Tie rra hasta e l día final que pasar un solo día en el Purgatorio”. Otro gra n Santo dice: “Nuestro fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca”. (s/no pág).
Agrega el autor precitado la siguie nte historia sobre una Alma del Purgatorio que: Hubo un príncipe polaco, que, por una razón política, fue exiliado de su país natal, y llegado a Francia, compró un hermoso castillo allí. Desafortunada me n te , perdió la Fe de su infanc ia y estaba, a la sazón, ocupado en escribir un libro contra
Dios y la existenc ia de la vida eterna. Dando un paseo una noche en su jardín, é l se encontró con una mujer que lloraba amargamente. Le preguntó el porqué de su desconsuelo. ¡Oh, príncipe, ella replicó, soy la esposa de John Marie, su mayordomo, el cual fallec ió hace dos días! Él fue un buen marido y un devoto sirvie nte de Su Alteza. Su enfermedad fue larga y gasté todos los ahorros en médicos, y ahora no tengo dinero para ir a ofrecer una Misa por su alma". El príncipe, tocado por el desconsuelo de esta mujer, le dijo algunas palabras, y aunque profesaba ya no creer más en la vida eterna, le dio algunas monedas de oro para tener la Misa por ella y su difunto esposo. Un tiempo después, tamb ié n