El pueblo de Dios frente a los problemas estructurales y coyunturales del Ecuador JosĂŠ Tonello Guayaquil, 13 de junio de 2020 Consejo Nacional de Laicos
Comienzo con algunas preguntas 1. ¿Por qué hay tantos pobres –cuyo número está aumentando–
en
un
país
rico
como
el
Ecuador? 2. ¿El Ecuador está usando con inteligencia y justicia todos sus recursos humanos y naturales?
3. ¿Es más grave la violencia física de quien puede agredirnos o la violencia financiera y política de quienes: exportan capitales, evitan el pago de impuestos, fomentan el contrabando, pagan mal a sus trabajadores, cobran altas tasas de interés por los créditos, cometen o toleran actos de corrupción, destruyen la naturaleza, etc.?
Quién afirma que, con la pandemia del COVID-19, estamos enfrentando la situación más dificil de toda la historia del Ecuador, no sabe como se vive en los páramos, en los barrios marginales de las grandes ciudades, en las familias que no tienen recursos para llegar a fin de mes sin endeudarse.
La pandemia es un hecho coyuntural que agrava la situación de PECADO SOCIAL, identificado por al Doctrina Social de la Iglesia en sociedades como la ecuatoriana. El pecado social es un mal estructural, cuya solución requiere de tiempo, ideas, justicia, principios cristianos, voluntad política, visión de futuro y búsqueda del bien común.
Los principales males estructurales del Ecuador son: el racismo la corrupción la mediocridad.
Racismo y corrupción ofenden gravemente a Dios, que nos ha hecho hermanos y quiere que seamos honestos (no robarás). Otros males que forman parte de la cultura de bastantes ecuatorianos son: el machismo el alcoholismo la chismosería.
Los tres mandamientos del pueblo Kichwa son: Ama shua – no robar Ama quilla – no ser perezoso Ama llulla – no mentir
Dos de ellos coinciden con los mandamientos del Decálogo. Si somos mestizos, a nosotros también nos tocan estos mandamientos.
La pobreza y la injusticia son una consecuencia de estos males estructurales. La educaciรณn con valores cristianos ayudarรก nuestra sociedad a superar estos males
La pobreza econรณmica es fรกcil de erradicar: basta tener dinero. Dinero en el mundo hay mucho. Su mala distribuciรณn responde a vicios humanos.
En la medida que se supera la pobreza material, asoman en las personas, familias, comunidades y países otras pobrezas, tal vez más dolorosas y difíciles de combatir.
la pobreza espiritual la pobreza moral la pobreza cultural la pobreza afectiva la pobreza de motivaciones para vivir.
Para luchar contras estas pobrezas – nos enseña San Pablo VI en la encíclica Ecclesiam Suam – hay que “INVERTIR EN HUMANIDAD”, guiados por la Iglesia, que es “MAESTRA EN HUMANIDAD”.
Cada persona, en cada momento y situación de su vida, puede crecer en virtudes, valores, conducta moral saberes, conocimientos, habilidades relaciones sociales superación de los miedos adopción del amor como norma suprema.
La escuela natural del crecimiento en humanidad es la FAMILIA.
San Juan XXIII, en la encíclica “Pacem in Terris” señala los 4 pilares sobre los cuales se construye una sociedad que responda al proyecto de Dios.
la VERDAD la LIBERTAD la JUSTICIA el AMOR
Papa Francisco con la “Laudato Si” agrega el pilar de la ECOLOGÍA.
De cara a las próximas elecciones, tal vez no asome el salvador de la patria. La Iglesia define a la política como un ejercicio supremo de servicio al prójimo Así debería ser pero así no es en muchos países incluso católicos como el Ecuador.
Todos o casi todos los candidatos se presentan como el último remedio a males extremos. Después de elegidos, hacen lo que pueden o lo que quieren. Hay personas que ven a la política como la mejor oportunidad, a veces única e irrepetible, para arreglar la situación económica propia, de los familiares y de los amigos, valiéndose de cualquier medio.
Durante la campaña electoral se nos ofrecerá para todos bienestar trabajo paz lucha a la corrupción lucha a la delincuencia justicia libertades obras de infraestructura, etc.
Se comprarán votos con regalitos. Se movilizará a gente con sanduches. Se inflarán o desinflarán las estadísticas sobre las intenciones de voto. Se usará la religión y se citará la Doctrina Social de la Iglesia. Se abusará de los sentimientos más nobles de las personas. Se atacará a los adversarios con verdades y con calumnias.
Todo esto sucederá porque el nivel de cultura y conciencia política de una parte de la población es muy bajo y entonces es posible la manipulación y el engaño proselitista. Los grandes medios de comunicación no serán imparciales. Frente a eso no hay soluciones en el corto plazo.
Alguien dijo que 30 años de buenos gobiernos pueden cambiar al Ecuador. Buen gobierno significa: privilegiar el bien común antes que el bien particular; distribuir con mayor equidad los bienes nacionales, de acuerdo a los méritos y necesidades de cada persona, familia, comunidad y sector poblacional; generar puestos de trabajo para que las personas se ganen el pan con el sudor de su frente; garantizar la seguridad, la salud, la educación y la justicia para todos los ciudadanos; cobrar los impuestos de acuerdo a las posibilidades de cada ciudadano; defender y proteger la vida en todos sus estados.
Los próximos candidatos a la presidencia de la república presentarán a la sociedad su programa de gobierno. Deberíamos ser capaces y ayudar a los demás para que sean capaces de leer los planes de gobierno en la óptica de los pilares que deben sostener una sociedad organizada según el proyecto de Dios. VERDAD LIBERTAD JUSTICIA AMOR ECOLOGÍA
Mons. Cándido Rada, fundador del FEPP nos enseñó que la “inspiración cristiana”, que caracteriza a muchas entidades laicales católicas, en último análisis significa: “AMA A DIOS Y AMA AL PRÓJIMO” La vivencia de las dos dimensiones del amor predicado y practicado por Jesús sería más que suficiente para elaborar y ejecutar un plan de gobierno que contribuya a la construcción del REINO DE DIOS.
A pesar de la decepción que a veces sentimos, debemos hacer lo posible para que las próximas elecciones premien a las personas y movimientos políticos que están más cercanos a los 5 PILARES de la Doctrina Social de la Iglesia y puedan demostrarlo con una vida llena de coherencia, honradez y solidaridad.