Coyolxauhqui, el fortuito hallazgo que abrió la puerta de Tenochtitlan

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40AÑOS DEL HALLAZGO

COYOLXAUHQUI, EL FORTUITO HALLAZGO QUE ABRIÓ LA PUERTA DE TENOCHTITLAN

EL ARQUEÓLOGO Raúl Arana, horas después del descubrimiento accidental de la Coyolxauhqui, en 1978.

Foto cortesía>Carmen Chacón

Depositada al pie del Templo Mayor durante el gobierno del tlatoani Axayácatl, la pieza que cambió la historia de la arqueología mexicana permaneció en ese sitio por más de 500 años hasta que la cuadrilla 303 de trabajadores de la hoy extinta Luz y Fuerza del Centro encontró el disco. La Razón ofrece a sus lectores una reconstrucción de lo ocurrido aquél día en las voces de Raúl Arana, el primer arqueólogo en conocerla, y de Eduardo Matos Moctezuma, el artífice del Proyecto Templo Mayor.

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COYOLXAUHQUI, A 40AÑOS DEL HALLAZGO

El rostro del mexica cambió, afirma

Eduardo Matos Moctezuma Nace: 1940 Profesión: Arqueólogo Trayectoria: Subjefe de Monumentos Prehispánicos (1967-1974); director de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (1971-1973); asesor del Instituto Nacional Indigenista y Secretario de la Sociedad Mexicana de Antropología (1971-1976) y presidente del Consejo de Arqueología (1977). Desde 1978 hasta la fecha, coordina el Proyecto Templo Mayor donde ha desarrollado cinco temporadas de excavación (1978-1982), y a través del cual se emprendieron excavaciones arqueológicas en Tlatelolco, D.F. (1978-1988) y, desde 1991, las del Programa de Arqueología Urbana, con rescates arqueológicos en diferentes sitios del Centro Histórico de la Ciudad de México.

30-40 AÑOS DESPUÉS... EL PROYECTO DEL TEMPLO MAYOR EL PRIMER DIRECTOR del sitio arqueológico destaca la ubicación de 40 de los 78 edificios del recinto ceremonial; aplaude labor de rescate, investigación...

ICONOGRAFÍA DE LA DEIDAD

Los pulmones se aprecian en la cabeza de los guerreros, de los sacrificados y de los muertos atados en bultos; tambÌen se ven las dos plumas alargadas unidas a las borlas de pulmoncillos.

“La que se ornamenta las mejillas con cascabeles”, es el significado en español de Coyolxauhqui, que aparece desnuda y desmembrada porque aludía a una de las últimas etapas de la derrota de los enemigos, que consistía en despojarlos de sus ropas. En la pieza destacan tres valores iconográficos: los caracoles, que adornan sus tobilleras y representan a los guerreros muertos; el penacho azul, que la identifica como parte de la realeza, y los falsos coralillos en su cuerpo, mismos que también poseé su hermano, Huitzilipochtli. Tenía cascabeles en su mejillas.

Las orejeras son símbolo de Venus.

Extremidad cercenada

Otras deidades terrestres, como Tlaltecuhtli, lucen mascarones similares a los del Coyolxauhqui, tambÌen los llevan entidades esteleares como Tzitzimime.

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COYOLXAUHQUI, A 40AÑOS DEL HALLAZGO

Raúl Arana relata su historia

EL PARTO DE LA DIOSA LUNAR OCURRIÓ POR LA NOCHE AL EVOCAR el momento, el estudioso recuerda que se quedó sin habla durante 15 minutos; aplaude sensibilidad del ingeniero que la halló Por Javier Chávez >

javier.chavez@razon.com.mx

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Foto cortesía>Carmen Chacón

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a tarde del 23 de febrero de 1978 el ingeniero Orlando Gutiérrez, todavía vestido con su ropa de trabajo, entró a las oficinas de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Hacía dos días que buscaba a un experto que le explicara si aquella roca labrada que él y su cuadrilla de trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro encontraron durante obras en la esquina de República de Guatemala tenía algún valor. Pero no fue sino hasta que Gutiérrez platicó con un joven arqueólogo llamado Raúl Arana que la historia del hallazgo de la diosa de la Luna comenzó a desarrollarse. Arana, de 39 años, estaba de guardia en las instalaciones del INAH y se convirtió así en el primer arqueólogo en comenzar las excavaciones para descubrir el disco de piedra volcánica rosada de 8 toneladas de peso y 3.25 metros de diámetro, que cambió el rostro del Centro y revolucionó la arqueología mexicana. “Esa misma noche fui con el ingeniero a examinar esa pieza que él describía como una piedra extraña, con formas”, recuerda Arana, quien se convirtió en arqueólogo después de visitar el Museo Nacional en 1957 y leer en un letrero que era el último día de inscripciones a la Escuela de Antropología, lo que motivó que abandonara su trabajo como abogado. El experto rememora que cuando llegó a las 22:00 horas al lugar, a un costado del pequeño museo fundado por Manuel Gamio luego del hallazgo de una cabeza de serpiente, observó que gruesos y largos tablones apenas cubrían las obras de rehabilitación del cableado de alta tensión, y que los trabajadores de Luz y Fuerza ya habían elaborado pequeñas cuñas de madera con las que removían la tierra que durante 500 años cubrió a la Coyolxauhqui. “Cuando estaban haciendo sus obras los electricistas notaron algo raro, pues el lodo que removían era de colores. Tenía tonos blancos, ocres, rojizos y azules”, relata el arqueólogo a La Razón. “Al ver esto, el ingeniero Gutiérrez decidió suspender momentáneamente sus trabajos. Aplaudo todavía hoy esa sensibilidad que tuvo”. Arana de inmediato se apeó en la esquina donde se ubicaba la Librería Robredo y cuando los electricistas dirigieron sus lámparas a la oquedad de 2.40 metros de profundidad, el arqueólogo se quedó sin habla. “Todavía no sabíamos lo que estábamos viendo, pero con sólo notar esos relieves me quedé perplejo. Recuerdo que lo primero que vi fue lo que se alcanzaba a ver de su penacho, el cráneo atado a su cintura y el talón”, dice. El experto comenta que quien lo sacó de su asombro fue el mismo Gutiérrez, cuando lo jaló de la chamarra para preguntarle si la piedra era valiosa. — Oiga, ¿si vale la pena? Ya lleva 15 minutos ahí parado y no dice nada”— le dijo el ingeniero. — ¡Que si vale la pena! — — ¿Entonces ya no vamos a poder seguir con las obras?”— preguntó el electricista. — Aquí, ya nunca— respondió Arana. El arqueólogo recuerda que se comunicó con su superior y amigo, Ángel García Cook, quien a su vez notificó al director del INAH, Gastón García Cantú, sobre el hallazgo. Dado que García Cantú era amigo del presidente López Portillo, le notificó a su secretario particular, por lo que personal de guar-

RAÚL ARANA y el presidente José López Portillo el 28 de febrero de 1978, momentos después de que el mandatario rompiera el protocolo para admirar la pieza de cerca.

dias presidenciales llegó a resguardar la zona, ya que el mandatario quería acudir a ver la pieza después de la ceremonia con motivo del Día de la Bandera. Sin embargo, un cambio en la agenda postergó la visita del presidente hasta el 28 de febrero, por lo que los especialistas y el grupo de trabajadores de Luz y Fuerza comenzaron a excavar la mitad restante de la Coyolxauhqui. Arana señala que en esos días trabajaron a marchas forzadas, y cuando al fin descubrieron el disco en su totalidad todavía no lograban identificar a la deidad. Con el reloj en contra, pues el presidente visitaría el lugar a las 09:00 horas, los arqueólogos Gerardo Cepeda y Felipe Solís se dieron a la tarea de tratar de determinar de quién se trataba. Ellos ya habían identificado previamente a Coyolxauhqui en una escultura tallada, relata Arana, pero no fue sino hasta que Cepeda corrió a su casa por un libro en el que recordó que había códices que tenían una imagen semejante, que el trabajo progresó. “El vivía a dos calles, así que se fue corriendo por el libro, volvió con él y tras analizar las coincidencias dijo: ‘encontramos a la Coyolxauhqui’”, explica Arana. Horas después el presidente López Portillo arribó con su comitiva, en la que estaba el regente del Distrito Federal, Carlos Hank González. Al ver la pieza, el mandatario descendió por una escalerilla de madera y desde el hoyo volteó a ver a Hank González. —¿Esto es lo que necesitábamos?— preguntó López Portillo. Y al recibir una respuesta afirmativa de inmediato ordenó la expropiación de 12 mil metros cuadrados de terrenos, casas y estacionamientos. Así comenzó el descubrimiento metódico del viejo México, que permaneció enterrado debajo de las entrañas de la Ciudad hasta que la hermana de Huizilopochtli lo sacó de nueva cuenta a flote en una noche de febrero.

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Los cráneos en la espalda son comunes en deidades terrestres como Tlaltecuhtli en su aspecto femennino. Sin embargo, tambÌen Chantico y Cihuatéotl los llevan en sus atavíos. Están asociados con dioses nocturnos.

TÉCNICA MILENARIA

El pueblo mexica podía realizar esculturas de todos los tamaños, en las que plasmaba temas religiosos o de la naturaleza.

Preparación Se dibuja sobre la superficie del bloque (andesita o basalto) la imagen a esculpir.

En la deidad Mictlantecuhtli; se se aprecian las características de las representaciones de cráneos y huesos.

Tallado Al terminar de trazar la imagen sobre la superficie, se golpea con el perdenal el extremo opuesto con un mazo de madera.

Estas piezas son inmensas y extraordinarias no sólo por diseño, sino por su tamaño.

Tlaltecuhtli

La serpiente Maquizcohuatl sujetando por el cuello a una víctima de sacrificio.

3.25 m

3.6 m

Estilizado Se usan elementos abrasivos de arena o pedernal en la figura para pulir la pieza resultante.

OTROS MONOLITOS

4.19 m

Labrado Se define la profundidad del grabado en cada raspadura del pedernal.

Chihuatéotl, con serpientes anilladas colgando de los brazos.

Piedra del Sol

Coyolxauhqui

1.7 m Estatura promedio de un hombre.

CRONOLOGÍA DE UN HALLAZGO

1978

21 DE FEBRERO. El ingeniero Orlando Gutiérrez y su cuadrilla encuentran una roca labrada mientras instalan cableado subterráneo en la calle República de Guatemala, en el Centro.

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23 DE FEBRERO. 18:00 hrs Gutiérrez llega a la oficina de Salvamento Arqueológico del INAH y contacta al arqueólogo Raúl Arana.

22:00 hrs Arana inspecciona la esquina de Guatemala y se convierte en el primer especialista en ver a la Coyolxauhqui.

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Las osamentas con dientes afilados en los codos y las rodillas representan a Tláloc.

En diversos códices se aprecia la antigua forma de representar una Cihuatéotl como mocihuaquetzque, guerrera valiente con el torso desnudo y los característicos pliegues laterales en el vientre de una mujer que dio a luz.

ARMADO

Forma tu afiche de la pieza prehispánica. 2

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Une las páginas 2/7 con las 4/5

Se trata de una máscara de piedra verde. La pieza presenta los atributos de la Coyolxauhqui: los cascabeles sobre las mejillas, las orejeras y los plumones en el cabello.

00:00 hrs Arana notifica a Ángel García Cook, director de Salvamento Arqueológico, sobre el descubrimiento, quien a su vez informa al director del INAH, Gastón García Cantú. Éste le avisa al secretario particular del presidente José López Portillo.

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24 DE FEBRERO Guardias presidenciales llegan a resguardar el hallazgo. Se despliega equipo para comenzar la excavación. Comienzan a llegar los primeros periodistas e informan sobre el descubrimiento de una roca.

SU LEYENDA

Según el mito, Coyolxauhqui era la dirigente del grupo Huitznahua, uno de los barrios que salieron de Aztlán, que al llegar al cerro Coatepec se enfrentaron con Huitzilopochtli, su hermano, quien los derrotó y a ella la decapitó y arrojó, quedando desmembrada al pie del monte.

28 DE FEBRERO 04:00 hrs El equipo de arqueólogos y electricistas termina de desenterrar totalmente el disco labrado. Cepeda recupera unos libros de su casa, que está a dos cuadras, y apoyado en el Códice Florentino logra determinar que se trata de la diosa de la Luna, Coyolxauhqui.

09:00 hrs El presidente José López Portillo llega a la excavación acompañado del regente Carlos Hank González. Da la orden para que comience la expropiación de terrenos para rescatar el Templo Mayor.

Fotos>Cortesía Carmen Chacón

OTRA DE SUS IMÁGENES

Chorro de sangre rematado con cuentas preciosas.

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Museo del Templo Mayor. Proyecto fundado por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

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Suelo

20 m

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1.7m

Vestíbulo

Mil piezas arqueológicas se exhiben en el recinto

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Maquetas Los visitantes pueden admirar cómo era la gran Tenochtitlan en unas representaciones de piedra.

Casa de las Águilas Cubierta por un techo de lona que proteje el recinto de las inclemencias del clima.

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Templo Mayor Con las excavaciones continuaron descubriendo las bases y escalinatas, así como las edificaciones que lo conforman.

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Nuevo acceso Exposiciones de los nuevos objetos encontrados.

Monolito Coyolxauhqui Donde se encontró por accidente, en 1978.

Las 4 etapas de crecimiento

La construcción del nuevo acceso al museo permite mayor afluencia de personas y mejor control.

COMPARATIVO

2018 Se inaugura el nuevo vestíbulo del Museo del Templo Mayor con una exposición de vestigios recientes.

2006 Descubrimiento de Tlaltecuhtli; es el monolito más grande descubierto hasta el momento.

1987 Inauguración Museo del Templo Mayor.

1978 Descubrimiento de la Coyolxauhqui e inicio del proyecto Templo Mayor.

Una excavación de la Compañía de Luz permitió dar con el corazón del imperio mexica, buscado durante siglos.

PROYECTO TEMPLO MAYOR

Acceso con torniquetes Se realiza el pago en caja y se activa el dispositivo que deja entrar al usuario al sitio.

Etapa IV

Etapa I

Escritos de Cortés A través de sus textos, Hernán Cortés describe las maravillas arquitectónicas que vio en el nuevo mundo.

A un siglo del hallazgo del Templo Mayor por el antropólogo Manuel Gamio, han sido explorados más de 13 mil metros cuadrados del Centro Histórico, sacando a la luz los vestigios de la gran pirámide dedicada a Tláloc y Huitzilopochtli, tres edificios menores, innumerables esculturas y más de 150 ofrendas.

El resurgimiento de la antigua Tenochtitlan

DESDE 1914 SE HABÍA DESCUBIERTO EL TEMPLO MAYOR

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Etapa III

Monolito de Tlaltucuhtli Representa a la diosa de la Tierra y tiene un altura de 4.17 metros.

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Etapa II

Cuauhxicalli En ella se colocaban los corazones de los sacrificados. Fue localizada en los años 80.

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TESOROS PREHISPÁNICOS

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Nuevo acceso Dentro del lugar, los visitantes pueden admirar la exposición donde se rinde culto a Huitzilopochtli.

Siete años tardaron en terminar la edificación de esta nueva sala, donde se muestran los más recientes descubrimientos arqueológicos.

VESTÍBULO

Segundo piso

Planta baja

Coyolxauhqui

Agricultura

Flora y fauna

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Ritual y sacrificio

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Auditorio

Exposiciones temporales

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Antecedentes

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Tributo y comercio

Mirador de la Coyolxauhqui

Gráficos: Arturo Ramírez

PEDRO RAMÍREZ VÁZQUEZ NACIMIENTO: 16 de abril de 1919 FALLECIMIENTO: 16 de abril de 2013 EDAD: 94 años PROFESIÓN: Arquitecto

UN HOMBRE CON VISIÓN

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El edificio que alberga el museo estuvó a cargo del reconocido arquitecto mexicano que edificó el Estadio Azteca, el Auditorio Nacional, La Basílica, etc.

Sótano

Arqueología histórica

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Huitzilopochtli

Con ocho salas en tres niveles, el museo muestra las piezas halladas en la zona.

Tlaltecuhtli

Edificios son los que conforman el recinto del Templo Mayor

Olla Tláloc Elaborada en cerámica policromada, muestra los rasgos de la deidad.

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MIRANDO AL PASADO

Caballero Águila Escultura encontrada al lado del Templo Mayor en 1982.

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Entrada al museo Tláloc Este recinto contiene distintas exposiciones del Primer piso imperio mexica.

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Museo del Templo Mayor

Restos de vestigios arqueológicos Se conservan diversas edificaciones en el predio.

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Mictlantecuhtli El dios de la muerte; figura localizada en 1944 en la entrada norte de la Casa de las Águilas.

Entrada anterior Por la calle Seminario se lograba acceder a las ruinas y al Museo del Templo Mayor.

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Caracol marino Escultura que representa la fertilidad.

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Ruinas del Templo Mayor Colocados uno encima de la otro, los templos se construyeron en siete periodos.

Coyolxauhqui ”Diosa de la luna”, encontrada el 21 de febrero de 1978.

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Las deidades y figuras encontradas en el Templo Mayor ayudan a comprender mejor la cosmogonía mexica en una fase de interpretación.

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las fuentes históricas en lo que al Templo Mayor se refieren, eran correctas. El mismo Fray Bernardino de Sahagún mencionaba que en esa plaza había hasta 78 edificios, de los cuales se han podido detectar, total o parcialmente, más de 40 de ellos. Destacan el Templo Mayor mismo, así como el de Ehécatl, dios del viento; el Cuauhxicalco y el Tzompantli con sus cráneos. Las investigaciones realizadas hasta el momento han dado, como he dicho en varias ocasiones, un nuevo rostro del mexica. Ese conocimiento se ha visto plasmado en alrededor de 1, 200 publicaciones que van desde libros científicos, de divulgación, artículos, catálogos, guías y reseñas, lo que se constituye en un acervo documental que está al alcance de quienes se interesen en el pasado del pueblo que tuvo que enfrentar a los conquistadores peninsulares. En este artículo ampliamos la información señalada en el momento que se cumplen cuatro décadas de haber dado comienzo los trabajos del Proyecto Templo Mayor. Al mismo tiempo celebramos

la apertura del Museo que cumple 30 años. De esta manera se cumple cabalmente con la misión que por ley le corresponde realizar al Instituto Nacional de Antropología e Historia: investigar, conservar y difundir el pasado de México. Ambos acontecimientos representan muchas cosas para quienes venimos laborando en la recuperación del principal edificio de los mexicas y de otros edificios aledaños que formaban parte del gran recinto ceremonial tenochca. Todo ello ha redundado en un conocimiento más amplio de la sociedad mexica en diferentes rubros: económico, político, social, tecnológico y religioso. No dudo en afirmar que con nuestras excavaciones y los materiales que éstas han proporcionado se ha logrado de manera sistemática armar, aunque sea en parte, el rompecabezas de una sociedad compleja, de la cual lo que sabíamos, antes de nuestro proyecto, se basaba fundamentalmente en la información escrita que nos legaron los cronistas soldados, religiosos y civiles, y en algunos hallazgos arqueológi-

cos, la mayor de las veces fortuitos, ocurridos en el área cercana a la enorme plaza ceremonial mexica. Jamás imaginé que aquellos primeros pasos en la excavación nos llevarían al corazón del imperio, ni tampoco que una enrome cantidad de materiales (arquitectura, pintura mural, esculturas, cerámica, un bestiario rico y variado y el simbolismo que guardaban las ofrendas depositadas a los dioses) se revelaría ante nuestros ojos para darnos a conocer el centro del universo mexica. Es obvio que buena parte de mi vida académica ha estado entregada al Templo Mayor. Quienes hoy llevan adelante los trabajos y todo lo que esto implica empezaron conmigo desde los comienzos. Otros se fueron incorporando a lo largo de estos años. Hay que dejar el paso a las nuevas generaciones que vienen empujando fuerte. Por mi parte hice lo que tenía que hacer en su momento; lo que sigue les corresponde a ellos. Para mí el tiempo se acorta; para ellos, comienza...

146 cm

A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

La diosa Tlazoltéotl, relacionada con la parte femenina del cosmos, húmeda, oscura, fria y terrestre, lleva orejeras como las de Coyolxauhqui, también azules.

En la etapa IV a-1 (1440-1469 d.C) fue descubierto un medio relieve de Coyolxauhqui que es mucho más modesto y anterior al espectacular monolito discoidal de la etapa IV b descritó en los artículos precedentes. Esta integrada por 8 piezas de basalto negro y poroso. Coyolxauhqui de la etapa IVb

Etapa IVa-1

Etapa IVb

Coapétatl

Plataforma de la etapa IVa-1

Escalinata al Templo de Huitizilopochtli Ofrenda 93

203 cm

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l año de 1978 marca un hito en el conocimiento del pueblo mexica. En efecto, en la madrugada del 21 de febrero de aquel año, obreros de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro detectaron parte de una escultura en piedra que, tras su excavación por el equipo de rescate arqueológico del INAH, resultó ser la representación de la diosa lunar Coyolxauhqui, la de “cascabeles en las mejillas”. A partir del 20 de marzo de aquel año dio comienzo el Proyecto Templo Mayor que reunió a arqueólogos, restauradores, químicos, geólogos, biólogos y otros especialistas con el fin de estudiar los vestigios del pasado que la arqueología sacaba a la luz. Han transcurrido 40 años desde aquel momento y los resultados están a la vista: se han recuperado miles de objetos arqueológicos; se han encontrado algunos de los principales edificios que se encontraban al interior de la gran plaza principal de Tenochtitlan; se pudo corroborar que muchos de los datos que proporcionaban

Por Eduardo Matos Moctezuma

Escalinata al Templo de Huitizilopochtli

Ofrenda 1 Ofrenda 92

Ofrenda 93

Coyolxauhqui de la etapa IVa-1

Coapétatl

Etapa IVa-2

Llevaba piedras de jade.

Escudo con dardos y bandera

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Toneladas pesa el monolito

COLORIDO PREHISPÁNICO

Un estudio, publicado recientemente por la investigadora Lourdes Cué, explica que esos colores se localizan en los detalles como son los pezones azules, los manchones de rojo sangre en el tórax, el ojo enrojecido, como en los códices, y el penacho azul.

Un elemento icónico es su penacho azul, color del cielo diurno y ámbito de Huitzilopochtli.

Los colores que sobreviven en las porosidades de la piedra:

ROJO: OCRE: NEGRO: BLANCO: AZUL: Se obtenía Era de Se obtenia Se hacia de De hojas de amatita. geotita. del humo la calcita. de añil y poligorskit.

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Foto>Luis de la Fuente>La Razón

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COYOLXAUHQUI, A 40AÑOS DEL HALLAZGO

EL ARQUEÓLOGO Raúl Arana señala en la sala principal del Templo Mayor el disco de Coyol-xauhqui, en febrero.

Mito del nacimiento de Huitzilopochtli Có di ce Fl o re nti no Li bro I I I c ap í t u lo I La diosa de la Luna, una de las deidades más importantes del panteón mexica aparece en múltiples crónicas y códices como el Florentino, que sirvieron para su identificación. A continuación reproducimos el texto que permite conocer su historia.

“… hay una sierra que se llama Coatepec allí vivía una mujer que se llamaba Coatlicue… madre de los cuatrocientos surianos y de Coyolxauhqui… Coatlicue barría… así hacía penitencia y un día… andando barriendo sobre ella bajó una pelotilla de pluma en seguida la recogió… la colocó en su seno. Cuando terminó de barrer buscó la pluma… y no la halló. En ese momento Coatlicue quedó encinta.

yo sé lo que tengo que hacer”. Habiendo oído Coatlicue las palabras de su hijo… se sintió tranquila. Y entretanto los cuatrocientos surianos… determinaron dar muerte a su madre… Coyolxauhqui mucho los incitaba… Y los cuatrocientos surianos se ataviaron para la guerra… torcían y enredaban sus cabellos, como guerreros.

Al ver los cuatrocientos surianos que su madre estaba encinta mucho se enojaron… Y su hermana Coyolxauhqui les dijo: “Hermanos, matemos a nuestra madre porque nos infamó habiéndose a hurto empreñado”. Cuando supo esto Coatlicue mucho se espantó… se entristeció pero su hijo Huitzilopochtli que estaba en su seno le decía: “No temas »COORDINADOR Javier Chávez

Pero uno llamado Cuahuitlicac lo que decían los cuatrocientos surianos en seguida iba a decírselo… A Huitzilopochtli… Y Huitzilopochtli le respondía: “ten cuidado, está vigilante, tío mío, bien sé lo que tengo que hacer”. Los cuatrocientos surianos se pusieron en marcha iban en fila, en ordenado escuadrón los guiaba Coyolxauhqui… Entonces le dijo Cuahuitlicac: Ya están en la cumbre, ya llegan los viene guiando Coyolxauhqui”. En ese momento nació Huitzilopochtli.

»DISEÑO Carlos Mora

»ILUSTRACIÓN Lizzeth Huerta Norberto Carrasco Arturo Ramírez

»RETOQUE DIGITAL Luis De la Fuente

Se vistió sus atavíos… el llamado lanzadardos de turquesa… se pintó el rostro… Y uno de sus pies, el izquierdo, era enjuto y sus dos piernas y sus dos brazos los llevaba pintados de azul… puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiuhcoátl que obedecía a Huitzilopochtli Luego con ella hirió a Coyolxauhqui le cortó la cabeza… El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo cayó hecho pedazos por diversas partes cayeron sus manos, sus piernas, su cuerpo… Entonces Huitzilopochtli persiguió a los cuatrocientos surianos… Pero ellos mucho le rogaban, le decían: “¡Basta ya!” Pero Huitzilopochtli… con fuerza se ensañaba contra ellos Cuando Huitzilopochtli les hubo dado muerte les quitó sus atavíos… se los apropió… Nadie apareció jamás como su padre Y su culto fue tomado de allí de Coatepec, la montaña de la serpiente como se practicaba desde los tiempos más antiguos. »CORRECCIÓN Alfonso González Panzzi Ricardo Callejas Valencia Luisa López

»VENTAS Ileana Salinas

CONTÁCTENOS Conmutador: 5260-6001. Publicidad: 5262-8170. Suscripciones: 5250-0109. Para llamadas del interior: 01-800-8366-868. Diario La Razón de México. Nueva época, Año de publicación: 9

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