ENTREVISTA AL CATEDRÁTICO FINLANDÉS, JOHANNES PAASONEN
Los estudiantes del Ramón y Cajal somos gente afortunada por haber tenido de visita en nuestro colegio a un catedrático de matemáticas de Finlandia: Johannes Paasonen. La Dirección de nuestro colegio le invitó a visitarnos después de una estancia de quince días analizando y estudiando los sistemas finlandeses de educación. Durante la semana que ha permanecido con nosotros, ha asistido a las clases de matemáticas en la ESO analizando nuestros sistemas y tomando buena nota de todo y poder así aconsejarnos como experto. Enterados los medios de comunicación de su estancia en nuestro Colegio el Diario el Mundo vino para realizarle una entrevista. Los redactores de EL Murciélago tuvimos la suerte de estar presentes y al terminar accedió gustoso a charlar también con nosotros. Al no hablar español la entrevista se realizó con la ayuda de uno de los profesores de inglés, Simón, que actuó como traductor. ¿Podría decirnos cuál es realmente su trabajo? - Soy escritor de libros Matemáticos, profesor de esta asignatura y preparador del profesorado de matemáticas. ¿Le gusta el trabajo que hace? - Sí, me encanta mi trabajo. Después de conocer nuestro sistema de enseñanza de las matemáticas, ¿podría decirnos como están las matemáticas en relación con Finlandia y el resto de Europa? En Helsinki se enseña por diferentes niveles y se dan objetivos menos altos que aquí donde hay que tener una gran capacidad para entenderlas. En mi país los resultados son bastante notables y el nivel de enseñanza bastante alto. En la primaria, los profesores, están muy bien preparados, a la formación de profesores le damos mucha importancia. Creemos que el alumno debe descubrir por sí mismo lo que desea hacer y no tanto lo que el profesor dice y aconseja. Además cada país tiene una tradición distinta de enseñanza. En Francia, su sistema está muy centralizado. En Finlandia el profesor es autónomo por lo que no se realizan exámenes finales hasta bachillerato. Se suele coger a los alumnos con menos nivel y motivarles con profesores no titulares, de refuerzo; por lo que el fracaso escolar es menor y los alumnos suelen sacar la carrera sin problemas. Me ha sorprendido gratamente que los alumnos en España tienen mucha capacidad de expresión y aprendizaje en las clases. Aquí parece ser que la mayoría de los alumnos se presentan a las carreras relacionadas con la tecnología o las ciencias y las alumnas a la biología o letras, en cambio en Finlandia se dirigen tanto las chicas como los chicos a las carreras de ciencias y de ingeniería. Allí se suele dar mucha más importancia a la formación del profesorado y su educación. ¿Es difícil para usted evaluar a los profesores de otros colegios y países? - Una difícil pregunta; en todos los países hay diferentes formas de enseñanza y de dar las matemáticas;, algunos profesores creen EL MURCIÉLAGO. Revista de los Colegios Ramón y Cajal.
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que lo deben enseñar todo y otros dejan que los alumnos descubran su camino y ayudarles poco a poco. Pero como hay tantas formas de enseñar, es difícil decir dónde están los fallos. Por eso creo que no debo juzgar a los demás, tampoco es mi trabajo. ¿Cuántos idiomas domina? J: Domino seis lenguas: Finlandés, sueco, ruso, francés, alemán, ingles. R: ¿Cuánto tiempo lleva dando clases de matemáticas? J: Llevo cuarenta años dando clases de matemáticas, en diferentes escuelas. R: ¿Ha visitado otros lugares aparte de Madrid para analizar también la enseñanza de las matemáticas? J: He visitado antes Sevilla, donde estuve en un congreso de la Educación de las Matemáticas. Aquí, en Madrid, he venido a visitar el Colegio Ramón y Cajal y estar unos días entre los profesores y alumnos de los que he aprendido mucho. También quiero que sepan que estoy a su disposición para lo que necesiten. ¿En su infancia, las Matemáticas, era su asignatura favorita? - (Se ríe) Yo, de niño, no era bueno en las matemáticas, pero cuando fui a bachillerato me dieron a escoger dos asignaturas: Matemáticas largas: 120 h. al año, o las Matemáticas cortas: 60 h. al año. Elegí las Matemáticas cortas porque jamás me planteé ser profesor de matemáticas, ingeniero o algo por el estilo. Mi afición por las matemáticas me vino un poco después. Sabemos que no es la primera vez que sale de su país; ¿su familia entiende los viajes que hace? - (Se ríe de nuevo y esta vez con más fuerza) Si, bueno al menos me comprende porque tengo la suerte de tener una mujer que es también profesora de matemáticas. También tengo dos hijos con dos nietos; el mayor tiene veintiocho años, y el pequeño tiene dieciocho. Como ya son mayores ahora lo entienden mejor. ¿Podría decirnos a qué se debe que le guste no solo a enseñar a los niños sino también a los jóvenes y profesores? J: Me gusta enseñar y disfruto con todos los niveles. El motivo de enseñar también a los profesores se debe a que hace unos treinta y tres años, en Finlandia se reformaron la enseñanzas y se establecieron clases para los profesores. ¿Qué le ha parecido nuestro colegio? ¿Cómo es el nivel de nuestros alumnos en Matemáticas? El colegio me ha parecido bien, he observado que los profesores hablan mucho en clase, pero hay un gran nivel de exigencia. También he observado que cosas que aquí se dan en la ESO en Finlandia se dan en bachillerato. Muchas gracias por dedicarnos estos minutos. Esperamos que su estancia entre nosotros haya sido de su agrado. Isabel MENA. Isabel Palomo. Esther Martín. Yasmín Liu. Javier Alfonso y Nacho Rey. 1º ESO
22 –6 - 2006
FELICES VACACIONES A TODOS
Nº 354
“HAY QUE PREPARAR A NUESTROS ALUMNOS PARA SU FUTURO, NO PARA NUESTRO PASADO” En el último Murciélago hablábamos de lo que generación tras generación se ha pensado en materia de educación en relación a las promociones que han ido sucediendo y, al acabarse este curso, no puedo por menos de seguir incidiendo en el mismo tema. Poco después de Semana Santa estuvo con nosotros Johannes Paasonen, catedrático de Matemáticas en un centro de educación Secundaria y Bachillerato de Helsinki que, además, es centro de formación de profesores; y hablando con él, me reafirmo más en la creencia de que la educación en este país anda un tanto desorientada. Y digo desorientada, pues el buen profesor de Finlandia se hacía cruces acerca del gran, del excesivo nivel que se exige a los alumnos de España y que está muy por debajo del nivel de Finlandia. La diferencia está en que los alumnos finlandeses entienden y asimilan lo que se les pide, pues se hace en el momento adecuado y aquí no. Cuando se han visto los resultados del informe PISA y al ver que España está en un más que discreto lugar (por decir algo), lo que se ha hecho en nuestro país ha sido incrementar el nivel de exigencia y de complejidad, como si con esto se solucionara el asunto, cuando, en realidad, no hacemos sino complicarlo aún más, pues estamos pidiendo a nuestros alumnos lo que la mayoría, por edad, aún no puede darnos. En un reciente viaje a Estados Unidos, visitando un “atípico” colegio, me encontré con la expresión Less is more (menos es más) y creo que es totalmente adecuada a lo que deseamos. Como dije en otra ocasión en estas páginas, subir el nivel no es subir el cúmulo de conocimientos de los alumnos, sino que estos estén preparados para aprender, sepan entender las cosas y tengan unas herramientas que les permitan hacer frente a los problemas que se les puedan plantear. Hablando recientemente con un profesor, y hablando del número de alumnos por aula, comentábamos cómo no hace mucho se permitía una ratio 1/40 y había cinco problemas en clase y nos parecía mucho, mientras que hoy, con ratio 1/25, pueden existir diez problemas. Se me argumentaba que el problema era de la sociedad, pero nosotros, los docentes, no podemos cambiar la sociedad, sino que debemos amoldarnos a ella; debemos saber convivir con ella, y por lo tanto, si la sociedad cambia, nuestro sistema de enseñanza y nuestras metodologías deben cambiar para acceder a unos alumnos diferentes de los de hace veinte años (que tampoco es tanto tiempo). Sin embargo, parece que a una gran parte de los docentes y de las generaciones mayores les cuesta entender que hay que realizar esta adaptación, y seguimos pensando en pasado; seguimos pensando en nosotros y en nuestras experiencias y queremos aplicarlas a una generación que es muy diferente de la nuestra.
El catedrático de matemáticas Johannes Paasonen
En el tema de la educación, como cuando ejercemos la labor de padres (tarea ésta la más difícil que conozco), solemos actuar de dos maneras: o siguiendo lo que nuestros maestros y nuestros padres han hecho con nosotros (si consideramos que ha sido positivo); o haciendo lo contrario de nuestros maestros y nuestros padres (si no estamos conformes con ello). Las dos opciones pueden ser igual de buenas o de malas, pues quien las recibe no somos nosotros, sino un ser diferente, con su vida, vivencias, sentimientos y emociones propias que posiblemente poco o nada tenga que ver con el que dicta las enseñanzas. Es muy difícil ver que la persona que recibe nuestras enseñanzas de maestro o padre tiene una identidad propia, una vida suya y que debe ser tenida siempre en cuenta si queremos sacar lo mejor de él. Por todo esto, me reafirmo de nuevo en el título de este artículo: Debemos preparar a nuestros alumnos (también a nuestros hijos) para su futuro y no para nuestro pasado. Con mis mejores deseos para las vacaciones que comienzan: Mariano Sanz