Revista 1916, 3r Fascículo (1956-76) : El Mallorca entre los grandes por primera vez

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El RCD Mallorca ya es centenario Prólogo de Martín Mora Moragues

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l día 5 de marzo el RCD Mallorca cumplió 100 años desde su fundación. En estos momentos tan importantes para el mallorquinismo, debemos agradecer a quienes han hecho posible este gran acontecimiento social, empezando por nuestro fundador; D. Adolfo Vázquez y continuando por el actual presidente. Todos ellos son dignos de nuestro recuerdo y gratitud. Lo mismo que entrañables empleados, entrenadores, jugadores y sobre todo, los aficionados. Han sido muchos años de alegrías y penas, éxitos y fracasos, pero con este conjunto, se ha llegado al CENTENARIO. Para mí; el RCD MALLORCA ha sido muy importante, le debo mucho y nunca lo olvidaré. Mi mayor alegría deportiva fue jugar con el equipo en 1ª División. Tener entrenadores como Satur Grech, Jaime Turró o Jose Luis Saso. Conocer a personas tan estupendas como Rafael Liras y su esposa Sebastiana, empleados del material deportivo. Y a Juanito Pons (masajista). Tener compañeros como Zamora (mi portero titular) y gran recordado amigo, Arqué, Bolao, Doro, Villamón, Currucale, Oviedo y los mallorquines Juan Forteza y Julián Mir, así como otros muchos…. Para no extenderme más. Fue un gran equipo. Por si fuera poco; al margen de lo deportivo, también el RCD MALLORCA, fue determinante en mi vida particular. Gracias a fichar por el RCD MALLORCA, y no irme al FC BARCELONA, pude

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conocer a la que actualmente sigue siendo mi esposa; MARUJA GARCÍA. A raíz de un saque de honor en el Lluís Sitjar, empecé a salir con ella, de esto hace ya 54 años. Quiero en este apartado, hablar de los grandes aficionados del RCD MALLORCA; siempre han tenido fama de fríos; pero en mi opinión eso no es así, yo creo que cuando ha sido necesaria su aportación, han sido de las mejores que he conocido, llenando el Estadio y animando más que nunca. Particularmente; les agradezco mucho la consideración que tuvieron conmigo; y que actualmente todavía tienen. Espero que continúen siendo decisivos en su ayuda al RCD MALLORCA, mucho más en estos momentos, francamente difíciles. Yo pìenso que el RCD MALLORCA volverá pronto a 1ª División; si superamos estos momentos. Por favor: ¡¡¡OS NECESITAMOS MÁS QUE NUNCA!!! Por último; en este Prólogo; quiero felicitar a este grupo de jóvenes del equipo RCDM.es, que escriben estos artículos con seriedad y sensatez, por su labor siempre constructiva y por lo bien informados que están (eso lo reflejan en sus artículos). Os deseo la mejor de las suertes y sé que os llegarán muchos éxitos; ¡Os lo mereceis! Por mi parte, si me necesitáis; siempre estaré a vuestra disposición.

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1.956 - 1.976 Prólogo La Mallorca del Mallorca 1.956 - 1.976

Historia del Club Del cielo al infierno

Jaume Rosselló Pascual El presidente del primer ascenso a Primera

Juan Carlos “Toto” Lorenzo Un entrenador, dos ascensos

Joan Forteza El autor del primer gol en Primera

Entrevista a Joan Forteza Jaume Arqué El defensa insuperable

Ricardo Zamora de Grassa Heredero de reflejos

Julià Mir El primer mallorquín que jugó en Primera con el Mallorca

Entrevista a Julià Mir Ángel Gómez “Bolao” El muro de Bilbao

Antonio Oviedo De ascenso en ascenso

Martí Mora El portero que se retiró por amor

Conversaciones con tres leyendas mallorquinistas José Luis Saso Un mito de Valladolid que pasó por Mallorca

Bernat Sans Es Gran Capità

Blas Armero Gallego “Doro” El defensa que jugó en tres etapas distintas en Primera con el Mallorca

Rafel Piris El portero que le costó un descenso al Mallorca

Ernesto Domínguez El hombre gol

Anécdotas y curiosidades de la época Relatos de un mallorquinista anónimo Despedidas y bienvenidas


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La Mallorca del Mallorca 1.956-1.976 Texto de Francisco Javier Ramonell

Volvemos con nuestra sección para ver cómo era la Mallorca en el momento histórico en el que situamos al equipo bermellón en esta entrega: ¿Cuáles fueron los acontecimientos históricos relevantes? ¿Cuál era la situación económica? ¿Cuáles eran nuestros héroes deportivos? ¿Cuál era la música que sonaba?...

1.957 1.959 1.960

En la Nochevieja de ese año, la discoteca Tito’s ofrece uno de los primeros estriptis de la época. Joan Miró compra una casa del siglo XVIII, Son Boter. Le servirá de estudio adicional y le permitirá seguir pintando en Mallorca. Mallorca acoge 400.000 turistas ese año. Es el inicio del Boom del sector. Se inaugura en la temporada de verano el Aeropuerto de Son Sant Joan. La nueva infraestructura tomará el relevo como ae-

ropuerto comercial del Aeródromo de Son Bonet.

1.962 1.963 1.965

Se crea la Obra Cultural Balear por iniciativa de Francesc de Borja Moll, con la intención de defender los valores culturales de Baleares. El actor americano John Wayne visita la isla. El mallorquín Miguel Mas se convierte en Campeón del Mundo amateur tras moto en el Velódromo de Anoeta (Guipúzcoa).


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Un décimo de la Lotería de Navidad, costaba 1.000 pesetas (6 euros). Si te tocaba te llevabas siete millones y medio de pesetas, unos 800.000 euros de los de hoy en día. El sueldo medio en España era de unas 60.000 pesetas (360 euros) anuales. El grupo mejicano “Los Mismos” populariza el éxito “El Puente”. La canción imagina la existencia de un puente entre la isla de Mallorca y Valencia. La canción se convierte en el éxito del verano. Se inaugura el Auditórium de Palma el 3 de septiembre. La Sociedad General de Tranvías quiebra y la empresa SALMA se hace cargo del transporte en autobús en la Isla. Es la empresa precursora de la EMT. Se inicia el proyecto del Parc de la Mar

en los terrenos frente a la Seu de Palma. La Fira del Ram, que hasta entonces había estado allí ubicada abandona el emplazamiento. Miró realiza la obra escultórica “Monumento a la Mujer” que ocupará un lugar especial en la ciudad de Palma.

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El Palacio de Marivent se declara oficialmente Residencia de los Príncipes. El arquitecto catalán Manuel Ribas i Piera proyecta la Vía de Cintura de Palma aunque el proyecto no finalizaría hasta 1990. El 20 de noviembre fallece Franco. El cantante mallorquín Lorenzo Santamaría consigue dos número uno en España con “Si tú fueras mi mujer” y “Para que no me olvides”. Se inaugura el Palacio Municipal de Deportes de Son Moix.

En la página anterior, entrada por la Plaza Gomila a Tito’s Palace (años 60) e imagen del Aeródromo de Son Bonet, relevado como aeropuerto comercial por Son Sant Joan (fuentes: facebook.com/pages/Fotos-Antiguas-de-Mallorca y fotosantiguasdemallorca. blogspot.com.es). Arriba, John Wayne en su visita a la Isla en 1963 (fuente: Iberia Airlines); imagen del Auditórium, convertido en un emblema del Marítimo de Palma (fuente: elterrenopalmademallorca.files.wordpress.com); Autobús de la empresa SALMA cubriendo uno de sus trayectos (fuente: emtpalma.es); fotografía de la Fira del Ram en su antiguo emplazamiento del Parque del Mar, que ocupó hasta los años 70 (fuente: fotosantiguasdemallorca.blogspot.com.es)

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Del cielo al infierno Texto de Xisco Ramis

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l Mallorca inició los años 50 sumido en una grave crisis deportiva y, sobre todo, económica. El desfile de directivos era continuo hasta que, en julio de 1956, llegó Jaume Rosselló para iniciar una de las más brillantes etapas del club. El binissalemer sustituyó a Llorenç Munar como presidente, asumiendo una deuda de tres millones de las antiguas pesetas. El Mallorca había descendido a Tercera División en la temporada 53/54, quedando último en Segunda con nueve puntos. Rosselló llegó dispuesto a revertir la dramática situación del club. Para ello, una de sus primeras decisiones fue contratar a Andreu Quetglas como entrenador y proporcionarle una plantilla digna para asumir el reto del ascenso a Segunda. En la temporada 56/57, con Quetglas en el banquillo, el Mallorca queda campeón de Tercera pero cae derrotado en la promoción de ascenso ante el Alcoyano. En la siguiente temporada, Quetglas es destituido y su lugar lo ocupa Miquel Gual. El equipo vuelve a ser campeón de Tercera y vuelve a perder la promoción de ascenso, esta vez ante el Elche. Rosselló, enfadado por los dos 6

tropiezos consecutivos, decide prescindir de toda la plantilla a excepción de dos jugadores: Magí y Forteza. Además, contrata a Juan Carlos “Toto” Lorenzo como jugador-entrenador, quien venía recomendado por el mismísimo Alfredo Di Stéfano.

A la tercera fue la vencida, y el Mallorca 58/59 logró el tan ansiado ascenso a Segunda División al doblegar en la promoción al Nàstic. En la primera temporada del “Toto” Lorenzo como técnico bermellón, el Mallorca se clasifica como primero en la Tercera División practicando un excelente fútbol. El equipo consigue encadenar una espectacular racha de 20 victorias consecutivas en el inicio de la temporada. En

el cómputo final, el Mallorca solamente perdió un partido en toda la liga, marcó 103 goles y únicamente encajó 8. Las estrellas de aquel equipo eran Costa en la portería; Arqué, Llopis y Cobo en defensa; Forteza y Currucale en el medio y el propio Lorenzo juntamente con Mecarle en la punta de ataque. Pero aún no estaba todo hecho. Faltaba, otra vez más, la maldita promoción que tantos disgustos había dado. El Mallorca debía disputar la primera eliminatoria ante el Sans, que se saldó con un 0-0 en Barcelona y un 3-0 en Palma. El Nàstic fue el rival en la segunda y definitiva ronda, que acabó con empate a dos en Tarragona y con un contundente 6-0 en el Lluís Sitjar. A la tercera fue la vencida, y el Mallorca logró el tan ansiado ascenso a Segunda. Pero la historia no acabaría allí. En la temporada 59/60 el Mallorca se refuerza con grandes jugadores como Ricardo Zamora de Grassa, Ángel Gómez “Bolao”, Fernardo Guillamón y Antonio Oviedo, entre otros. Además, se le encomienda a Jaume Turró la función de segundo entrenador. La temporada se inicia con un invitado de excepción, Di Stéfano juega un amistoso ante el Newcastle vistiendo la camiseta del Mallorca 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Temporada 58/59, el Mallorca se hizo con el campeonato de Tercera con 103 goles a favor y sólo 8 en contra, en la fase de ascenso eliminó al Sans y al Nástic de Tarragona consiguiendo el ascenso a Segunda División. En la foto, de pie y de izquierda a derecha, Febrer, Cobo, Forteza, Currucale, Arqué, Diego, Costa y Turró (segundo entrenador). Agachados, Czoka, Martínez, Juan Carlos Lorenzo (jugador-entrenador) Peña y Hugo Villamide. En la imagen inferior, la afición celebra sobre el césped del Luís Sitjar el ascenso a Segunda División tras derrotar 6-0 al Nástic de Tarragona en la temporada 58/59 (fuente: rcdmallorca1916.com)

con motivo de la inauguración de la iluminación artificial del Sitjar. Con la temporada empezada llegan jugadores importantes como Pedro Laguardia, procedente de la Real Sociedad, y Julià Mir del Poblense. La Segunda División se dividía, por aquel entonces, en dos grupos de 16 equipos cada uno. Ascendían de forma directa los dos primeros. En cambio, los dos segundos promocionaban jugando una eliminatoria ante los dos equipos de Primera que hubieran quedado clasificados tercero 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

y cuarto por la cola. En la última jornada de la temporada 59/60, el Córdoba era líder con 39 puntos, seguido por el Mallorca con 38. Los andaluces se enfrentaban al San Fernando y los mallorquines iban al campo de Vallejo para jugar ante el Levante. Los primeros perdieron y el Mallorca logró una victoria por 1-2, con goles de Mir y Rodríguez II. Ese triunfo supuso el primer ascenso a Primera División en toda la historia del club, 44 años tuvieron que esperar los mallorquinistas para ver a su equipo en la élite del

fútbol español. Miles de aficionados se congregaron en el puerto de Palma para recibir a los héroes de Vallejo. La temporada 60/61 se vivió con mucha expectación por parte de los mallorquinistas, conscientes de que se vivía un momento histórico. El debut del Mallorca en Primera División se produjo el 11 de septiembre en el Heliópolis, antiguo estadio del Betis, y se saldó con derrota por 2-0. En la siguiente jornada, el equipo debutó en casa ganando 2-1 al Racing de Santander. Joan Forteza marcó el 7


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primer gol del Mallorca en la máxima categoría. Los bermellones pagaron la novatada de su debut en Primera, y el “Toto” Lorenzo fue destituido después de una derrota por 4-2 en el Camp Nou que mandaba al Mallorca a la última plaza de la clasificación. José Luís Saso fue su sustituto, quien logró revertir la situación del equipo clasificándolo en una honrosa novena posición. En esa misma temporada llegó una joven promesa procedente del Murense, Bernat Sans. En la siguiente se incorporaron el portero Martí Mora y el defensa Blas Armero Gallego “Doro”. Satur Grech ocupó el banquillo, ya que no se llegó a un acuerdo con Saso para su renovación. El Mallorca empezó como un cohete, consiguiendo tres victorias 8

La temporada 60/61 se vivió con mucha expectación por parte de los mallorquinistas: el debut del Mallorca en Primera División. seguidas y poniéndose líder. Luego, el equipo se desinfló por completo y bajó hasta situarse en las últimas posiciones. Se destituyó a Grech y se

volvió a confiar en Saso, quien, otra vez más, salvó al equipo. Esta vez, situándolo un punto por encima de los puestos de descenso. El 25 de marzo del 62 Jaume Rosselló presenta su dimisión, hastiado de los insultos recibidos por parte de un sector de la afición. Pronto, muchos de ellos se arrepentirían de su conducta. La presidencia volvió a caer en manos de Llorenç Munar. Saso renueva y se hace cargo del equipo en la temporada 62/63, pero es destituido después de una derrota en Copa por 0-5 en el Sitjar ante el filial del Valencia. Lo sustituye Jaume Turró. Durante esta temporada se producen algunas victorias épicas: el Mallorca gana 5-2 al Madrid, 4-0 al Atlético y 2-0 al Barça. A pesar de ganar a los grandes, el Mallor1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Arriba, plantilla de la temporada 59/60, que por primera vez ascendió a Primera División. De pie: Turró (segundo entrenador) Guillamón, Arqué, Diego, Vendrell, Zamora, Febrer, Juanele, Bolao, Boixet y Juan Carlos Lorenzo (jugadorentrenador). En el centro: Liras (utillero) Oviedo, Granés, Martínez, Currucale, Laguardia, Forteza, García y Juanito (masajista). Sentados: Cobo, Magín, Mir, Villamide, Rodriguez II y Czoka.. Imagen del equipo que pasaría a la historia tras conseguir el ascenso a Primera. De pie: Zamora, Diego, Guillamón, Currucale, Bolao, Cobo y Febrer (portero suplente), agachados: Czoka, Mir, Laguardia, Oviedo y Rodríguez II. Ante la euforia, un guardia urbano intenta poner orden; unas 50.000 personas salieron a la calle para recibir a los jugadores tras la hazaña del ascenso. Abajo, imagen del campo de Vallejo durante el partido Levante-Mallorca. El Mallorca se juega el ascenso directo pero depende de que falle el Córdoba que juega en San Fernando. Fue en la segunda y tercera jornada, el Mallorca 61/62 con Satur Grech de entrenador lideró la primera división por primera vez en su historia. En la imagen un equipo habitual de la temporada, de pie: Zamora, Doro, Arqué, Grech (entrenador) Guillamón, Bolao, Currucale, M.Mora (p.s.) agachados: Loren, Forteza, Haro, Quirro y Navarro (fuente: rcdmallorca1916.com)

ca consuma su descenso a Segunda División. El equipo juega la promoción de descenso ante el Espanyol, que había descendido la temporada anterior con un punto menos que el Mallorca. Los bermellones pierden en Sarrià por 2-1 pero ganan por el mismo resultado en el Sitjar. Se debe jugar un partido de desempate en campo neutral: el Bernabéu. El Mallorca pierde por 1-0 tras un partidazo del portero espanyolista Piris. En la temporada 63/64 causan baja Antonio Oviedo y Martí Mora, pero se quedan jugadores importantes como “Bolao”, Forteza, Doro y Pepillo. El banquillo es ocupado por Llopis acompañado de Turró como asesor técnico. El Mallorca permanece toda la temporada en puestos de ascenso hasta que, en la última 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

En la temporada 64/65 se consigue un nuevo ascenso a Primera; el Mallorca asciende automáticamente como campeón de su grupo. jornada, pierde ante Las Palmas. En diciembre del 63 dimite Llorenç Munar y el Barón de Vidal vuelve a la presidencia.

En el curso 64/65 se consigue un nuevo ascenso a Primera. Juan Ramón Santiago empieza la temporada como entrenador. Este realiza una buena labor, pero es destituido tras numerosas quejas por parte de los jugadores. Lo sustituye César Rodríguez Álvarez, ex delantero del FC Barcelona y máximo goleador de su historia en aquel momento. El Mallorca asciende automáticamente como campeón de su grupo. El nuevo paso por Primera solamente dura una temporada. El equipo desciende tras una derrota en la última jornada ante el Real Madrid. El 4 de mayo del 66 dimite el Barón de Vidal dejando una deuda de nueve millones de pesetas. En la temporada siguiente el Mallorca queda quinto en Segunda División. 9


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Arriba, imagen del equipo que formó contra el Granada en Palma, en la temporada 64/65, en la cual consiguió el segundo ascenso a Primera. Portada original de la “Fiesta Deportiva” del sábado 14 de junio de 1969, recoge la formación que disputó el último partido de liga contra el Alcoyano el domingo anterior, ganando el Mallorca 2-1 y que supuso el ascenso a Primera división, una alineación que todos nos aprendimos de carrerilla: Gost, Doro, Sans, Victoriero, Robles, Parera, Canario, Cano, Domínguez, Conesa y Puig. También aparece Heredia como portero suplente. Junto a estas lineas, en los momentos previos al inicio del partido entre el Mallorca y el Logroñés de la temporada 72/73, la actriz y cantante afincada en Palma Sara Montiel, hizo el saque de honor en presencia del capitán Bernardo Sans y el presidente Juan de Vidal (fuente: rcdmallorca1916.com)

En la temporada 67/68 se produce una reestructuración en la Segunda División para organizarla en un solo grupo. Solamente los seis primeros de cada grupo tenían asegurada la continuidad. El Mallorca vuelve a contar con jugadores mallorquines como Piris, Gost, Sans, Oliver, Parera, Cifre, Company y Puig. Con la temporada empezada, salta una noticia bomba: el Mallorca vuelve a contratar al “Toto” Lorenzo como entrenador. Tanta expectación se difumina pronto, el argentino dura únicamente dos meses en el cargo, ya que es destituido a causa de desavenencias económicas con la directiva. Al año siguiente el conjunto bermellón consigue de nuevo el ascenso. Empieza la temporada Vicente Sasot como entrenador, pero la finalizan el tándem formado por Juan 10

Carlos Forneris y Sergio Rodríguez. El Mallorca vuelve a permanecer únicamente una temporada en Primera, el descenso del equipo supondría una de las mayores crisis de la historia del club. Empieza un largo período en Segunda en el que se van sustituyendo Forneris y Saso en el banquillo, hasta que en la temporada 74/75 se consuma el descenso a Tercera División. El Barón de Vidal, que había vuelto por tercera vez en el 72, dimite y le sustituye Antoni Seguí Gomila, quien se encontró el club sin comprobantes de pagos y cobros, ya que un misterioso ladrón los había robado. Seguí quiso fichar a Manuel Sanchís, quien le pide millón y medio de ficha y otro millón y medio más para fichar a cinco juveniles del Madrid: Camacho, Escribano, Zambrano, Vitoria y Sánchez Barrios. El presidente no acep-

ta la que pudo haber sido una gran operación para el club. Finalmente, se contrata a Hugo Villamide y el Mallorca desciende a Tercera División. A final de temporada Seguí da a conocer la deuda real del club, que asciende a 44 millones de pesetas. El Mallorca pasa por años realmente oscuros. El equipo se encuentra sumido en una gran crisis económica y deportiva. Apenas tiene para pagar las fichas, e incluso cortan la electricidad de la sede del club por no pagar las facturas. Fueron años duros en que el Mallorca estuvo a punto de desaparecer. Nadie creía en la resurrección del club, nadie a excepción de Miquel Contestí, quien llegó posteriormente para volver a colocar al Real Mallorca entre los grandes. Si queréis saber más, no os perdáis la próxima entrega de la revista “1916” 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Para muchos el mejor presidente de la historia, cuando se hizo con la presidencia el club militaba en tercera y lo dejó en primera división. Fue presidente desde el 7 de julio de 1956 hasta el 25 de marzo de 1962 (fuente: rcdmallorca1916.com)

Jaume Rosselló Pascual El presidente del primer ascenso a Primera Texto de Toni Ramis

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aume Rosselló Pascual nació en Binissalem el 6 de febrero de 1921. Fue un presidente atípico, que llegó al cargo por su éxito como comerciante, en contraste con otros que llegaban por su condición de nobles, como era común entonces. Ni siquiera era, a pesar de haber jugado en su juventud como extremo en el Binissalem y en la Soledad, un hombre de fútbol. Se le recuerda por ser el presidente del primer ascenso a Primera, en la temporada

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59/60, hito que consiguió gracias a su músculo financiero y a su visión empresarial. Llegó a la presidencia del club el 7 de julio de 1956, propuesto por un grupo de mallorquinistas. Él ni siquiera era socio del Mallorca. El club, en Tercera, tenía graves problemas económicos: deudas con los jugadores y con la Federación Balear de Fútbol, hecho que tenía la entidad vetada de poder fichar jugadores fuera de Baleares. Se pensó en Jaume Rosselló como el candidato ideal por ser un

hombre con éxito en los negocios y con potencial económico. Eso le permitió sanear el club e implementar su visión empresarial: motivaba a los jugadores con jugosas primas, hecho que le hizo ganarse los apodos de “Presidente Prima” o “el hombre de la penicilina verde”, llegando a pagar un millón de pesetas por ganar al Levante en la última jornada de Segunda, el partido que le dio al Mallorca el ascenso directo a Primera. Todo el dinero que Rosselló invirtió en el club corría de su patrimonio personal. 11


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Jaume Rosselló saneó la multa con la Federación Balear, pero en sus dos primeras temporadas (56/57 y 57/58) siguió con la imposición de no poder fichar jugadores de fuera. Los jugadores de casa fueron suficientemente buenos como para coronarse campeones de Tercera en ambas temporadas, pero no para superar la promoción a Segunda. Ante esta situación, Rosselló se reunió con las peñas, que organizaron una escandalosa protesta ante la sede de la Federación Balear. A la semana siguiente ésta reaccionó y levantó el veto. Una vez pudo fichar sin restricciones, Rosselló despidió a toda la plantilla salvo Magí y Forteza. Y, si una gran virtud del presidente fue su poder adquisitivo, otra fue el saber rodearse de la gente adecuada: Conoció a Santiago Bernabéu al invitar al Real Madrid a un amistoso en la isla, de quien aprendió mucho, y el mismísimo Di Stéfano fue quien recomendó la contratación de Juan Carlos Lorenzo como jugador-en12

Con la contratación de Juan Carlos Lorenzo empezaba una gesta inolvidable que terminaría dos temporadas después con el equipo en Primera División.

trenador. Con ese fichaje empezaba una gesta inolvidable y que terminaría dos temporadas después con el equipo en Primera División. En la temporada 58/59, pues, el equipo se hizo de nuevo con el campeonato de Tercera, pero con unas

cifras históricas: 103 goles a favor y tan solo 8 en contra, y con solamente una derrota en los 30 partidos disputados. En la promoción eliminó al Sans de Barcelona (0-0 fuera y 3-0 en casa) y al Nàstic de Tarragona (2-2 fuera y 6-0 en el Sitjar). Tras el ascenso a Segunda, Rosselló dotó el Luis Sitjar de iluminación eléctrica, que se estrenó con un amistoso contra el Newcastle en el famoso partido en que Di Stéfano jugó con el conjunto bermellón. Para afrontar la temporada 59/60, con el claro objetivo de conquistar el ascenso a Primera, fichó a jugadores de la talla de Ricardo Zamora de Grassa, Guillamón, “Bolao” y Antonio Oviedo. La liga se decidió en la última jornada, imponiéndose el Mallorca al Levante por 1-2 y perdiendo el Córdoba, que ocupaba hasta entonces la primera plaza, ante el San Fernando. En el muelle de Palma se congregaron miles de aficionados junto con Joan Massanet, alcalde de Palma en aquel momento, para reci1916 | 100 anys de Mallorquinisme


A la izquierda, Rossello y su esposa (fuente: mallorketas.blogspot.com. es). Junto a estas líneas, la Junta Directiva del Mallorca en la temporada 59/60 presidida por D. Jaume Rosselló, que condujo el club hacia primera división (fuente: rcdmallorca1916.com)

bir a los héroes que habían conquistado la cima del fútbol español. El Mallorca había pasado de ser un equipo atrapado en la Tercera División, con deudas, a ocupar un lugar privilegiado en la élite del fútbol español, totalmente saneado; en tan solo dos temporadas. Gesta que hubiera sido imposible en esos momentos sin la audacia de Jaume Rosselló. Pero su etapa más difícil en el club le estaba por llegar. Jaume Rosselló se ocupó de ampliar el Lluís Sitjar porque sabía que rivales de la talla del Madrid o el Barcelona atraerían más aficionados de los que el estadio podía albergar. Aún así, fueron varias las jornadas en las que se colgó el cartel de “entradas agotadas”. El Mallorca arrancó la temporada 60/61 con el objetivo de la permanencia, consciente del salto de calidad de la categoría en que ahora competían. El “Toto” Lorenzo, ahora sólo como entrenador, no dio la talla y fue destituido con el equipo colista. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

José Luis Saso, su sustituto, no sólo salvó al equipo sino que lo colocó en la novena posición al término del campeonato. Todo parecían motivos de alegría al empezar la temporada 61/62 cuando, tras tres jornadas, el Mallorca se colocaba líder en la clasificación. Sin embargo, aquella temporada acabaría siendo una pesadilla para Jaume Rosselló. Y es que la memoria de la afición es muy corta, y pronto cayó en el olvido la gesta épica que había llevado a cabo dos temporadas antes. Poco a poco, el presidente fue convirtiéndose en el centro de las críticas, hasta el punto en que la propia afición mallorquinista lo acusaba de haber vendido un partido contra el Espanyol, dirigido por Ricardo Zamora, padre del portero del Mallorca en aquella época, que fue protagonista de una actuación para olvidar. El 25 de marzo del 1962, Jaume Rosselló presentaba su dimisión irrevocable, con el equipo matemáticamente salvado. Hastiado del tra-

to que recibía desde la grada, nunca regresó al mundo del fútbol. Sólo el tiempo puso a Jaume Rosselló Pascual en el lugar privilegiado que le corresponde en la historia del Real Mallorca. Él puso por primera vez al Mallorca entre los grandes, con un enorme poder económico, sí; pero también con ímpetu, esfuerzo, dedicación, y tomando las decisiones adecuadas. Dejó además el club saneado y con todas las fichas pagadas hasta el final de la temporada, tras haberlo cogido en una situación crítica económicamente y bloqueado deportivamente. Sin la audacia de Rosselló, para muchos el mejor presidente de la historia del club, hubiera llevado muchísimos años conquistar la Primera División, pues los posteriores ascensos a la máxima categoría del fútbol español fueron herederos de su gestión. Jaume Rosselló fallecía en 2012 a la edad de 91 años. Son Moix le homenajeó con un minuto de silencio y con todo el respeto que siempre mereció. 13


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Juan Carlos ‘Toto’ Lorenzo Un entrenador, dos ascensos Texto de Gonzalo Mazarrasa

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uan Carlos “el Toto” Lorenzo fue el primer entrenador que consiguió llevar al Mallorca a Primera División en 1960, un hecho que ya le hace ser merecedor del apartado de uno de los preparadores más importantes de la historia del club. Fue un técnico innovador y revolucionario, que se ganó un nombre en el fútbol a base de introducir nuevos trucos, estratagemas y artimañas, hoy ya conocidas y usuales por todos, como regar el césped antes del partido o dejarlo más largo en contraposición a la técnica del rival. Implantó nuevas formas de entrenar y exigía un profesionalismo a los jugadores que no existía en su época. Todo un símbolo en su país, Argentina, cuya Selección dirigió en dos mundiales y en el Boca Juniors, con el que consiguió un exitoso palmarés; y digno de reconocimiento en el Mallorca, al que logró colocar en la élite y del que siempre agradeció la oportunidad brindada con cariño y grandes palabras hacia el equipo y hacia la Isla. Como jugador, empezó en su Argentina natal, de centrocampista, primero en el Chacarita y luego en el Boca Juniors, antes de dar el salto a Europa, para jugar en la Sampdoria (Italia), Nancy (Francia) y Atlético de 14

En la temporada 1958/59 de la mano de D. Jaume Rosselló y con la recomendación de Di Stéfano llega al Mallorca en calidad de jugador-entrenador Juan Carlos Lorenzo, otro hombre crucial en la historia del club, en dos años llevó al equipo de tercera a primera (fuente: rcdmallorca1916.com)

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Juan Carlos Lorenzo junto a Angel Cobo (temporada 58/59) y Alfredo Di Stéfano (14 de agosto de 1959). Bajo estas líneas, Juan Carlos Lorenzo siguiendo un entreno. Al fondo se puede ver la tribuna descubierta del Luís Sitjar todavía sin la cubierta ni la tribuna superior (fuente: rcdmallorca1916.com)

Madrid y Rayo Vallecano (España). En 1958, Jaime Roselló, por recomendación de Alfredo Di Stéfano y ante la imposibilidad de fichar a Miguel Muñoz, le ofreció a Lorenzo el cargo de jugador y entrenador de un Mallorca que se encontraba en Tercera División. Entre el presidente y el argentino diseñaron una plantilla nueva, y este comenzó a desarrollar su carrera como entrenador. Los resultados dieron la razón a ambos por la confianza mutua, al lograr dos ascensos consecutivos. Lorenzo, además, demostraba desde el banquillo una claridad de ideas sobresaliente para un debutante. Su cargo sirvió para la llegada de grandes jugadores que engrosaban las filas del conjunto mallorquín como Antonio Oviedo, Julià Mir, Ricardo Zamora y multitud de paisanos argentinos recomendados por el entrenador. Incluso Alfredo Di Stéfano vistió la camiseta bermellona en un encuentro amistoso. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

A pesar de haber conseguido el ascenso a Primera el año anterior, las tensas relaciones con la directiva propiciaron su destitución.

Con estos planteles, en 1960, y tras derrotar al Levante a domicilio, el Mallorca logró el ascenso por vez primera en su historia a la máxima categoría del fútbol español. Comenzó la campaña, siendo así el primer técnico del equipo balear en Primera, sin embargo, las tensas relaciones con

la directiva que le veían algo inexperto y pese al indudable éxito conseguido, propiciaron su destitución cuando se llevaban pocas jornadas y el Mallorca deambulaba por la zona baja de la tabla. De vuelta a Argentina, el San Lorenzo de Almagro le ofreció el banquillo con el que obtendría el subcampeonato de Liga, y comenzó a aplicar un estilo más aguerrido, nuevas formas de entrenamiento y un ritmo más acelerado similar al practicado en Europa. Esto convenció a la Federación de ofrecerle ser el Seleccionador de Argentina en el Mundial de Chile 62. Honor que repitió en Inglaterra 66. Su caché en estos años siguió en aumento, sobre todo en Italia dirigiendo a Roma y Lazio, aunque también tuvo una breve etapa en River. Pese a aumentar su reputación, eso no impidió que regresase al Mallorca para evitar el descenso a Tercera en 1967, más por cariño a su primer club, ya que en 15


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A la izquierda, la famosa imagen de Juan Carlos Lorenzo sobre el techo de un seiscientos en la plaza de Cort. El 13 de diciembre de 1960 Juan Carlos Lorenzo era cesado, volvería en una breve segunda etapa en la temporada 67/68. Sobre estas líneas, Juan Carlos Lorenzo junto a Rafael Liras; el técnico argentino que llevó al Mallorca por primera vez a Primera, hizo el saque de honor antes de iniciarse el Mallorca – Sevilla de la temporada 86/87, entre una emotiva y gran ovación (fuente: rcdmallorca1916.com)

aquel momento gozaba de un caché mucho mayor como para entrenar un conjunto de la Segunda Española. Pero fue destituido al cabo de pocas semanas por desacuerdos económicos con la directiva. Luego, decidió regresar a la Lazio hasta 1971, antes de volver a su país de origen. En Argentina, de nuevo al frente del San Lorenzo consigue el doblete en 1972. Después, le ofrecieron ser director deportivo de un Atlético de Madrid que ya había conocido como jugador. Con él que se proclamaría campeón de Liga. Un año más tarde, en 1974 y tomando las riendas desde el banquillo, alcanzaría la final de la Copa de Europa, que se llevaría el Bayern Múnich tras necesitar el encuentro de desempate. Una vez más cruzó el charco, para confirmarse como un entrenador de éxito, esta vez en su país, primero 16

con el recién ascendido Unión de Santa Fe que dejó en cuarta posición al final de Liga, para después pasar al banquillo de Boca Juniors, uno de los grandes de Argentina y donde se le respeta como a un maestro. Consiguió el doblete en 1976, dos Libertadores consecutivas en los años 1977 y 1978 y la Copa Intercontinental de 1978. La primera que conseguía en su historia el conjunto de Buenos Aires. Estos méritos le hicieron convertirse en uno de los entrenadores más respetados del bloque xeneize. Ya con menor protagonismo, en una Argentina que se debatía entre los criterios de Lorenzo y un seguidor suyo como Bilardo, o un amante del buen juego como Menotti, pasó por los banquillos de Racing, Argentinos Juniors, Vélez, o Atlante, al que llevó a Primera División. Más tarde

entrenaría en México y Colombia. Volvería por tercera vez a San Lorenzo y recalaría en la Lazio, antes de retirarse en Boca Juniors en 1988. Falleció en el año 2001, tras bastantes años alejado de los banquillos y afectado por una larga enfermedad pulmonar, pero siendo reconocida su talla como un adelantado a su tiempo, capaz de introducir nuevos métodos de juego, más tácticos y conservadores y con la obsesión de ganar siempre sin importar como, con cualquier picardía o practicando un fútbol defensivo y resultadista. Un entrenador respetado y valorado, con un fútbol que preconizó bastante antes y que se ha convertido en paradigma de muchos técnicos modernos. Además, fue el hombre que contribuyó a llevar al Mallorca a dar sus primeros pasos entre los grandes de España. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Joan Forteza El autor del primer gol en Primera Texto de Damián Busquets

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oan Forteza nace en la primavera de 1934 en el Puerto de Pollença. Inicia su andadura futbolística a los 15 años en el Pollença y tres años más tarde ficha por el Constancia, por aquel entonces uno de los equipos más punteros de las Islas, donde comparte vestuario con grandes jugadores. Su calidad no pasa desapercibida y con la llegada a la presidencia de Jaume Roselló Pascual, ficha por el conjunto bermellón. En su primera temporada el Mallorca queda campeón de Tercera División, pero el ansiado ascenso a Segunda se ve truncado por la eliminación ante el Alcoyano en la liguilla de ascenso, pese a los goles del centrocampista. La historia se repite al año siguiente con los nuevos refuerzos y el cambio de entrenador, esta vez es el Elche quien deja en la estocada el sueño mallorquinista. Tras otra gran decepción, Rosselló toma medidas drásticas y decide prescindir del entrenador y de toda la plantilla a excepción de Forteza y Magí. Se ficha a Juan Carlos Lorenzo como entrenador y a jugadores de gran calidad. Al finalizar la campaña, el Mallorca queda campeón y consigue el deseado ascenso a Segunda. En la temporada siguiente, el centrocampista contribuye de forma notable a que el Mallorca alcance, por primera vez en su historia, la Primera División tras la victoria contra el Levante; partido que no pudo dis-

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Juan Forteza permaneció en el club desde la temporada 56/57 hasta la 65/66, siendo uno de sus jugadores más legendarios (fuente: rcdmallorca1916.com)

putar por sanción. En aquella campaña queda como máximo goleador del equipo, con once dianas. El primer gol del Real Mallorca en Primera llegaría frente al aficionado rojillo que solía llenar el Lluís Sitjar. Minuto 7, Forteza cabecea un buen pase de Julián Mir y manda el esférico al fondo de la red. La locura se desata, y el jugador entra en la historia del club. Persona tímida que no se acostumbraba a la admiración de la hinchada, pasó diez años en el conjunto bermellón. Su intachable entrega en el campo, su compromiso y defensa de sus colores junto a su buen nivel de juego, convirtieron a Forteza en un jugador carismático, muy querido y venerado por la afición.

Jugador con buena técnica, gran anotador a pesar de jugar de centrocampista, varios de sus goles fueron decisivos, fue pieza básica y titular indiscutible del Real Mallorca, donde disfrutó de la gloria de dos ascensos y también sufrió la pena del descenso. En la temporada 65-66 pierde la titularidad y decide terminar su carrera deportiva en el Lleida tras una suculenta oferta. En el 67 y a la edad de 33 años, cuelga las botas. Posteriormente, ejerce de presidente de la Asociación de Veteranos del RCD Mallorca, dejando su puesto en 2011 a Julià Mir. El “Gran Capitán” es toda una leyenda del Mallorquinismo que siempre perdurará en la historia del club. 17


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Entrevista a

Joan Forteza Texto de Rafel Coll y Xisco Ramis

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oan Forteza es una leyenda bermellona. Empezó su andadura en el Mallorca con el club en Tercera, siendo uno de los dos únicos jugadores que Jaume Rosselló dejó en el equipo cuando reformó casi al completo la plantilla. El pollençí logró el ascenso a Segunda y, en dos ocasiones, a Primera, siendo el capitán del equipo en numerosas ocasiones. Por si eso fuera poco, tiene el gran honor de haber conseguido el primer gol del Mallorca en Primera División. Posteriormente, fue el presidente fundacional de la Asociación de Veteranos, hasta que en 2011 dejó su puesto a Julià Mir.

—¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de su etapa como jugador? —El primer ascenso a Primera División, a pesar de que no jugué el último partido. Ninguno de los no convocados viajamos a Valencia. Jaume Arqué, que estaba enfermo, tampoco viajó. Pero nos encontramos en el puerto cuando llegaron en barco la afición y los jugadores que sí jugaron. Luego nos llevaron a hombros. El ascenso, un año antes, a Segunda División también es un gran recuerdo. También tengo grandes recuerdos del Lluís Sitjar, y una de las cosas que me da más pena es su demolición. Aquella portería en la que hice el primer gol en Primera ya no existe. —¿Y el peor? —El peor recuerdo, más que el descenso, fue cuando me tuve que ir del Mallorca al Lleida. Aunque me recuperé rápido porque en el Lleida me trataron muy bien y me hicieron capitán. —¿Por qué motivo se produjo su salida del Mallorca? —Yo ya tenía 33 años y pensaron que ya no rendiría. Verme sin jugar me quitaba la ilusión, por eso decidí marcharme a un equipo donde pudiera jugar. 18

—¿Cómo se definiría usted como jugador? —Creo que era un jugador muy aprovechable, un centrocampista con bastante gol. Tenía un estilo parecido al de Pirri del Madrid, salvando las distancias. Además, no me lesionaba y siempre podían contar conmigo. Aunque algunos días podía estar desafortunado, siempre me entregaba totalmente. Perdonad la frase, pero siempre pienso que me gustaría poder dotar de mi carácter a algunos de los jugadores que han pasado por el Mallorca en estos últimos años. No hablo de mi categoría, sino de mi carácter. —¿Qué sintió al marcar el primer gol del Mallorca en Primera División? —Nada. En ese momento no piensas en que es un hito importante, simplemente piensas que es un gol más para intentar ganar el partido. No le di mayor importancia, hasta que pasaron los años. —Cuéntenos alguna anécdota curiosa que haya vivido como jugador del Mallorca —Por ejemplo en un partido ante el Sevilla en que nuestro portero titular, Ricardo Zamora, estaba lesionado y Martí Mora

ocupaba la portería. El entrenador nuestro recuerdo que era Satur Grech. Resulta que Martí estaba un poco nervioso, y lo le dije: “Tranquilo Martí, por cada gol que te marquen, yo marcaré otro”. Y curiosamente así fue, el Sevilla, que tenía un equipazo, nos marcó dos goles y yo marqué otros dos. Al final les ganamos 3-2. También recuerdo otro partido, jugábamos en Atocha, en San Sebastián. El campo era un barrizal. Nosotros teníamos un delantero que se llamaba Manolo Haro y ellos un defensa llamado Ansola. Resulta que Ansola, que era un tío grande, le hizo una entrada a Haro y lo

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tiró al suelo, llenándolo de barro. Ansola fue a pedirle disculpas y Haro, que era tartamudo, dijo: “¿qu...qu... qué te he hecho yo?, da...da...dale de una vez al balón, ¡qu...qu...que todas me las das a mi!” Otra más: en la temporada del segundo ascenso del Mallorca a Primera, jugamos u n

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partido en la última jornada ante el Melilla. Nosotros ya éramos campeones, así que no nos jugábamos nada, y el Melilla se jugaba el descenso, les faltaba un punto para salvarse. Nuestro entrenador, César Rodríguez, era amigo del entrenador del Melilla, así que nos dijo que tampoco pasaba nada si no ganábamos. Íbamos 0-0 y, cuando quedaban pocos minutos para acabar la primera parte, hubo una falta a favor nues-

tro, pero en el medio del campo. Bernat Sans, que jugaba de lateral izquierdo, nos dijo: “Dejádmela a mí”. Chutó de medio campo y la clavó en la misma escuadra. Ganamos 0-1, pero al final el Melilla se salvó igualmente porque tampoco ganó su rival por el descenso. —¿Cuál ha sido el mejor entrenador que ha tenido? —Para mí, Juan Carlos Lorenzo. Yo era delantero y él me situó de centrocampista. Luego entendí que fue porque él jugaba de delantero y quería menos competencia. (risas). Currucale y yo corríamos mucho y por eso nos colocó en la media. Hay un montón de anécdotas sobre Lorenzo. Una de ella fue en un partido en que no nos dejaba salir al campo porque no encontraba su corbata de la suerte, y resulta que la tenía puesta, ¡pero al revés! —¿Quién cree que ha sido el mejor jugador con quién ha compartido vestuario en el Mallorca?, ¿y el mejor compañero? —El jugador con más categoría con quien yo he compartido vestuario, para mí, es Pepillo, que vino del Madrid. Además, fue un gran compañero, muy solidario. Hay una anécdota que ocurrió en Zaragoza con Pepillo y Jaume Fiol, un jugador que que vino del juvenil. Fuimos a Zaragoza y Fiol tenía un contrato con el

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1956 - 1976 Mallorca que si jugaba un número determinado de partidos, se le pagaba una prima extra. Le faltaba justo un partido para conseguir la prima, y era la última jornada ante el Zaragoza. Los directivos le dijeron al entrenador del Mallorca, Jaume Turró, que no alineara a Fiol de ninguna manera, para no tener que pagarle la prima. Poco antes de empezar el partido, Pepillo se tocaba la pierna, y Turró decía: “Pepe, ¿qué te pasa?”, y él: “Míster, noto molestias aquí, si de mi depende creo que no tengo que jugar este partido, porque nos vamos a quedar con diez...”. Al final Pepillo no jugó y le sustituyó Fiol, y no creo que tuviera nada. Lo hizo para que ganara la prima.

has quitado, cabroncete, una pelota que era gol.” Eso me motivó aún más para salir en la segunda parte con más ganas. —¿Cuál cree que ha sido el mejor presidente en la historia del Mallorca? —Yo tengo preferencia por Don Jaume Rosselló porque presidió el Mallorca en la época que yo estaba en el club. Pero ha habido otros buenos presidentes como Mateo Alemany, Beltrán o Miquel Contestí. —¿Cuál cree que ha sido el cambio más significativo del fútbol de aquella época respecto al actual? —El fútbol actual está mucho más cuidado y profesionalizado. Los campos están en mejores condiciones. Y

En la victoria al Real Madrid por 5-2, en los últimos minutos de la primera parte, ellos hicieron una jugada por banda y la centraron. Puskas fue a rematar de cabeza y yo se la quité. De camino a los vestuarios, Puskas se rió y me dijo: “Me has quitado, cabroncete, una pelota que era gol”.

Hubo muchos buenos compañeros. Quizás con el que mejor me llevé fue con Julià Mir. —Hablando de Pepillo, ¿tiene alguna anécdota de aquella victoria mítica al Real Madrid por 5-2? —Sí, tengo una con Puskas. Resulta que ellos tuvieron una ocasión clara en los últimos minutos de la primera parte. Hicieron una jugada por banda y la centraron, Puskas fue a rematar de cabeza y yo se la quité en el último instante. De camino a los vestuarios, Puskas se rió y me dijo: “Me 20

para mí, lo más importante son las instalaciones que tienen los equipos. Son Bibiloni es algo maravilloso. —¿A qué se ha dedicado después de colgar las botas? —Fui director de una oficina bancaria en Pollença durante 20 años, aunque cuando me lo propusieran no tenía mucha idea de cómo funcionaba. Luego con el presidente Dalmau fundamos la Asociación de Veteranos y fui su presidente, hasta que en 2011 me sustituyó Julià Mir.

—¿Cuando se retiró siguió yendo al estadio?, ¿aún va? —Bueno, hubo temporadas en que yo me veía muy lejos del Mallorca. Sobre todo en la época de Tercera, antes de que llegara Contestí. Pero luego me hice socio y aún lo soy, tengo el número 281. Ahora voy al estadio cada domingo, y seguiré yendo mientras pueda. —¿Qué opinión le merece el Mallorca actual? —Es un interrogante. No me acabo de fiar de este equipo, pero parece que los nuevos propietarios que han llegado van en serio. Yo creo que si este año nos salvamos, el año que viene formaremos una plantilla competitiva y quizás podamos luchar por los puestos de arriba. El Mallorca, por historia, merece estar en Primera. Tengo la espina clavada de que el equipo no haya estado en Primera durante el año del centenario. —¿Con qué jugador de la plantilla actual se identifica más? —Yo me identifico con Company, aunque no compartamos la misma posición en el campo. Me gusta su carácter y temperamento. Muchos jugadores tendrían que aprender de él. —Mande un mensaje de ánimo a los aficionados mallorquinistas que sufren día a día viendo la marcha del club. —El mensaje que le daría a los aficionados es que vayan al estadio, porque el Mallorca nos necesita. Cuando la afición apoya y anima, los jugadores lo sienten. A pesar de la distancia que hay, nos oyen. Hay que ir, nos necesitan.

Entrevista realizada originalmente en mallorquín y traducida al castellano

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Jaume Arqué El defensa insuperable Texto de Tolo Leal

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a llegada del Mallorca a la élite del fútbol español no se produjo hasta el verano de 1960, 44 años después de su fundación. Y no sin mucho sufrimiento previo. No en vano, dos años antes estaba en Tercera División, y llegar a Primera sonaba casi como una utopía. El central Arqué puede dar fe de ello: fichó por el Mallorca para jugar por los campos de tierra de la Isla, en el 58, y dos años después estaba visitando el Bernabéu y el Camp Nou. Jaume Arqué Ballester nació en Viladrau, un pequeño municipio de Girona, el 20 de octubre de 1933. A los 16 años fichó por el Terrassa, que por entonces militaba en la Segunda División, en una de las etapas más exitosas del conjunto catalán. Tras diez años en el conjunto egarense, en 1958 cruzó el Mediterráneo para fichar por el Mallorca. En el verano del 58 y tras dos intentos fallidos, Jaume Rosselló, entonces presidente del Mallorca, había decidido echar el resto para lograr el ascenso y escapar de una vez de la Tercera División. Para ello, llegaron muchas caras nuevas, entre las que destacaban Cobo, Curruca1916 | 100 anys de Mallorquinisme

Jaime Arqué, llegó la temporada 58/59 recomendado por Jaime Turró, fue titular en el lateral derecho durante cinco temporadas, consiguiendo los dos ascensos consecutivos a Segunda y Primera. Al final de la temporada 62/63 dejaría el Mallorca para fichar por el Sabadell, el catalán volvería a Mallorca donde fijaría su residencia (fuente: rcdmallorca1916.com)

le, Czoka, Costa o el mismo Jaume Arqué. De la mano del argentino Juan Carlos Lorenzo, se logró el objetivo de ascender a Segunda en la primera temporada. Tras ser campeones de Tercera, se eliminó al Sans y al Nàstic de Tarragona en el playoff de ascenso, siendo la defensa –cuyo líder era precisamente Arqué- la línea decisiva: sólo ocho tantos encajados en toda la temporada, incluidos los partidos de ascenso.

No contento con eso, Rosselló decidió que había llegado el momento de dar el salto a la máxima categoría del fútbol español, en la que el Mallorca nunca había estado. Ricardo Zamora (hijo), el internacional Fernando Guillamón, Bolao o Antonio Oviedo fueron algunas de las caras nuevas para acometer el ascenso. La temporada terminó en una última jornada de infarto, el Mallorca venció en Levante y el Córdoba cayó derrotado en el estadio del San Fer21


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Forteza, Arqué, Currucale, García y Mir posando en una concentración durante la temporada 59/60 (fuente: rcdmallorca1916.com)

nando, logrando así los bermellones la primera plaza y, por tanto, el ascenso directo. Precisamente, ése fue el único encuentro de toda la temporada en el que Jaume Arqué no fue titular, víctima de una inoportuna gripe. Aún así, las crónicas de la época aseguran que fue una de las principales claves del ascenso, y que junto a Guillamón y Cobo formó la mejor defensa de la categoría. Una vez logrado el sueño de estrenarse en la máxima categoría, el objetivo pasó a ser otro, menos ambicioso pero más complicado: mantenerse. No iba a ser fácil; el salto de la Segunda a la Primera era entonces abismal. Por eso, eran necesarios fichajes importantes, y llegaron futbolistas de la talla de Florats, Glaría II, Irusquieta, Haro, Loren, o el uruguayo Davoine. El 18 de septiembre de aquel 1960 se convirtió en una fecha histórica para el mallorquinismo. Ante el Racing de Santander, en el Lluís Sitjar, la Isla vivía el primer encuentro de Primera División. Jaume Arqué 22

Las crónicas de la época aseguran que Jaume Arqué fue una de las principales claves del primer ascenso a primera. volvió a ser titular, convirtiéndose junto a Joan Forteza –quien precisamente marcó aquella tarde- en el único futbolista que formaba parte del once habiendo estado en el equipo dos años antes, en Tercera. No sin sufrimiento, el equipo logró la permanencia, disputando Arqué los 23 partidos de la competición y logrando incluso un tanto. Del mismo modo se logró la salvación en la 61-62, después de varios cambios de entrenador e incluso un supuesto

amaño de partido ante el Espanyol en casa, participando Arqué de nuevo en todos los partidos. Fue en la 62-63, a pesar de la llegada de la estrella madridista Pepillo, cuando el Mallorca bajó a Segunda. Tras consumarse el descenso en una eliminatoria ante el Espanyol, Jaume Arqué decidió continuar en la categoría de plata. Pero poco iba a durar. Después de no conseguir el ascenso, el central catalán decidió marcharse al Sabadell, con el que lograría subir a Primera de inmediato. De ese modo, en la temporada 65-66 Arqué volvería a jugar en la máxima categoría del fútbol español, siendo titular indiscutible y estableciendo los cimientos de la mejor época en la historia del club arlequinado, llegando a encadenar siete temporadas consecutivas en Primera División. Sin embargo, el futbolista gerundense no viviría aquella etapa. En el verano del 66, ya con 33 años y con la sensación de haber cumplido con creces, Arqué decidió colgar las botas. Aún así, volvió a vestirse de corto durante algunos partidos, firmando con el Atlético Baleares para concluir la campaña 66-67. Cuatro años después volvería a relacionarse con el club balearico, aunque en esta ocasión desde el banquillo, dirigiéndolo durante una temporada en la Tercera División. Ahí se terminó su idilio con el mundo del fútbol, aunque no con la isla de Mallorca, en la que decidió quedarse instalado para siempre. Cansado por los años, el gerundense, ya un mallorquín más, mostraba en su rostro el orgullo de haber formado parte de la historia del que hoy día es uno de los clubes más importantes del fútbol español; de haberlo llevado en tres años de la Tercera División a la máxima categoría; y de haber contribuido a su permanencia en la élite durante tres campañas más, perdiéndose en aquellos seis años tan solo un partido. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Ricardo Zamora de Grassa Heredero de reflejos Texto de Jaime Mora

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icardo Zamora de Grassa, más conocido como Ricardo Zamora II, tiene el orgullo de ser el portero del primer ascenso a Primera del Mallorca. Zamora II nació en Madrid el 6 de agosto de 1933. Su padre fue uno de los porteros más míticos del fútbol español, Ricardo Zamora, quien da nombre al título del arquero menos goleado de la Liga. Con tal ejemplo en la familia, Ricardo pronto vio claro que quería ser portero como su padre. Una herencia que le abrió muchas puertas. Con tal sólo 18 años ya debutó y se consolidó como titular en un Salamanca que militaba en Segunda División. Un joven Zamora empezó a demostrar sus buenas maneras y que no estaba jugando gra1916 | 100 anys de Mallorquinisme

cias a su padre. Esa primera campaña jugó 22 partidos y encajó 33 goles. Ese buen año hizo que fichara por el Atlético de Madrid pese a su corta edad, un paso que le permitió debutar en Primera con los más grandes con tan sólo 19 años. En su primera campaña estuvo bajo el mando de uno de los grandes entrenadores de la historia, el argentino Helenio Herrera. Aunque se marchó a mitad de temporada por la mala situación del equipo. Ese año disputó seis partidos defendiendo la meta colchonera. En esos encuentros sufrió goleadas y encajó un total de 22 goles. Las dos temporadas siguientes continuó en el equipo rojiblanco pero se quedó sin jugar ningún partido de liga. La frustración de no jugar provocó su salida del conjunto madrileño.

Su próximo destino sería el Málaga, equipo que militaba en Segunda División, dónde había brillado en el Salamanca. Zamora II recuperó la confianza. El portero madrileño disputó 18 partidos y recibió 26 goles. El joven meta volvía a demostrar su valía en el mundo del fútbol. A pesar de su buen año, Zamora volvía a cambiar de equipo. Su siguiente destino fue el Sabadell, que también jugaba en Segunda. El meta madrileño compitió por la titularidad con otro joven portero, Juan Parcet. Jugaron los dos bastantes encuentros, pero Parcet se impuso como titular. El catalán disputó 23 partidos y Zamora jugó 15, en los cuales encajó 19 goles. La siguiente temporada, Ricardo cuajó un gran año y se convirtió en titular indiscu23


1956 - 1976 tible. El equipo acabó segundo del Grupo I de Segunda y el meta madrileño encajó 20 goles en 29 partidos. Esa campaña confirmó la calidad de Zamora II y que ya era un jugador maduro con 24 años. Tras su gran temporada, el Espanyol lo fichó para jugar en Primera. Se volvía a repetir la misma historia: después de un buen año en Segunda, lle-

Su padre había participado en diversas películas como “¡¡¡Campeones!!!”. Él también heredó las dotes de actor. Zamora II actuó en “Las chicas de la Cruz Roja” y “El puente de la paz”. Esto provocó que cuando el portero fichó por el Mallorca, Bolao afirmara: “¡Joder, el del cine!”. El jugador aterrizó en la isla consciente que se había apostado por

La temporada 61/62 fue la última de Ricardo Zamora (fotografía página anterior), después de tres años en el Mallorca dejaba el club para fichar por el Valencia. Fue uno de los artífices del ascenso y el portero titular de las dos primeras temporadas en Primera. Junto a estas líneas, momento en el que Ricardo Zamora en presencia de su padre y del presidente Jaume Rosselló firma por el Mallorca en la temporada 59/60 (fuente: rcdmallorca1916.com)

gaba a un equipo de Primera. Ricardo, como ya había sucedido en el Atlético, fue suplente y sólo jugó siete encuentros esa temporada. El madrileño estuvo a la sombra de Vicente Train. Zamora no quería ser suplente e iba buscando equipo. Por su parte, Rosselló estaba confeccionado un equipo ganador que llevara al Mallorca a ascender a Primera por primera vez en su historia. Las necesidades de ambos se encontraron y el madrileño acabó fichando por el conjunto palmesano. 24

él y respondió a la confianza. Nada más llegar, Zamora llegó y triunfó. El portero convenció a Lorenzo. El meta madrileño cuajó una campaña excepcional. Ricardo disputó 27 partidos y sólo encajó 18 goles. El Mallorca fue el equipo menos goleado de toda la categoría. Su gran sistema defensivo y Zamora fueron una de las claves del ascenso. Después de dos intentos, a la tercera llegó la vencida. Su tercera temporada en Primera fue la de su confirmación. El jugador, mucho

más maduro y sin cambiar de equipo, pudo demostrar su valía entre los grandes. Zamora, por primera vez, fue titular en Primera. Disputó 28 partidos y recibió 34 goles. Esta temporada también llegó la primera, y única, expulsión en su carrera. El equipo salvó la categoría en su debut en la máxima categoría. Zamora continuó la siguiente campaña en el Mallorca. El jugador madrileño ya era muy querido en la isla, a pesar de llevar únicamente tres temporadas en el club. En su tercer año jugó 24 partidos y encajó 36 goles. El equipo volvió a mantener la categoría. El portero madrileño no sólo era un gran jugador, también un gran compañero. Era uno de los miembros más queridos de la plantilla. Al finalizar la campaña, el Valencia iba buscando un portero tras la marcha de Pesudo al Barça. El conjunto Che se fijó en Zamora para sustituirle. Después de tres temporadas magníficas en Mallorca, Ricardo se marchó a la capital del Turia. El madrileño tenía la ardua tarea de hacer olvidar a Pesudo, uno de los grandes porteros del momento. Zamora cumplió con creces. En su primera temporada como “blanquinegre” triunfó en la Copa de Ferias. El madrileño debutó en el torneo y lo ganó. Zamora jugó cuatro temporadas con el Valencia en Primera. Ricardo es muy recordado y querido en la capital del Turia. Después de 15 temporadas, a los 32 años, el madrileño decidió colgar las botas. Zamora ya no era el hijo de Zamora o “el del cine”, ya era un portero contrastado y querido. Había dejado una huella tanto en Valencia como en Mallorca. Tras retirarse, siguió los pasos periodísticos de su padre, como ya había hecho antes en la portería. Zamora escribió artículos para el periódico “La Razón” hasta que el cáncer se lo llevó en enero de 2003. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Julià Mir El primer mallorquín que jugó en Primera con el Mallorca Texto de Sergi Cirer

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onozcamos algo mejor la figura de un ex futbolista bermellón que bien lo merece. Quizás, algunos de los jóvenes que nos lean, por la calle no puedan reconocer el rostro mayor pero bien cuidado de quien nos acompaña. Agradecido, reposa cada frase cuando hablamos con él; visiblemente nostálgico. En cada palabra, el de Sa Pobla, primer mallorquín que debutó en Primera División con el Mallorca, muestra amor y recuerdo por aquella época y por el Mallorca. Hombre hecho de recuerdos y de actualidad, mallorquín y mallorquinista enamorado de su familia y siempre rodeado de amistades, pues es persona honesta y agradable, como comentan todos los que le conocen. Los actos del Centenario nos devuelven a la cuna, a los cimientos, al espíritu puro y primero que dan el color rojo y negro de nuestro equipo. Una máquina del tiempo mallorquinista que nos aproxima a momentos que algunos no vivimos en persona; pero son legado familiar y herencia de lo que somos hoy. Personas como Julià son testimonio vivo de la humildad y la entrega por una camiseta y una tierra. Símbolos de piel de cómo se han ido construyendo cada uno de estos cien años de historia. Superada

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la barrera dulce de los 70 años, Julià es un ejemplo de serenidad y agradecimiento. Actual presidente de la Asociación de Veteranos del club, no es un recuerdo ni un recorte de prensa; Julià Mir es, junto a muchos, el corazón vivo del RCD Mallorca. 11 de septiembre es una fecha gris en la historia reciente; sin embargo, para Julià Mir fue uno de los días más especiales de su vida. El 11 de septiembre de 1960 debutaba en Primera División con el RCD Mallorca el primer mallorquín. No obstante, la historia del fútbol balear y nacional no le reserva tan sólo esta

El 11 de septiembre de 1960 fue uno de los días más especiales de su vida: debutaba en Primera División con el RCD Mallorca el primer mallorquín.

honorable efeméride: Mir, la temporada anterior a la de su debut en primera, marcó un gol y dio una asistencia que valdrían el ascenso del RCD Mallorca. Volviendo a su debut, recordemos que fue en Sevilla, ante un lleno absoluto en el Heliópolis, antiguo nombre del estadio bético. De la mano del entrenador Juan Carlos Lorenzo, que dirigió los primeros 13 partidos de aquella campaña, Julià Mir Pons se convertía en el primer mallorquín que vistió la camiseta del Mallorca en Primera División. Un partido que perderían los bermellones por 2-0 con goles de Castaño y Rojas. Zamora, “Bolao”, Arqué, Boixet, Guillamón, Flotats, Oviedo, Ruiz, López y Hollaus, acompañaban al propio Mir en su debut aquel día. No fue una temporada sencilla y a Juan Carlos Lorenzo, que había conducido al equipo de Tercera a Primera, le sucedería, provisionalmente Guillamón (como jugador-entrenador) y Jose Luis Saso, después. Julià Mir, era una de las perlas que salían desde la Unión Deportiva Poblense a la ciudad palmesana. Firmó por el RCD Mallorca en 1959 con tan sólo 17 años, siendo desde sus inicios una de las figuras emblemáticas y más determinantes del ascenso en el 1960. Su etapa como jugador 25


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En la página anterior, fotografía correspondiente al partido contra el Real Madrid de la temporada 62/63; el Mallorca volvería al Bernabéu para jugar el partido de desempate de la promoción contra el Español. Arriba, Antonio Oviedo junto a los autores de los goles frente al Levante, Julià Mir y Rodriguez II, en el puerto de Palma, en la temporada 59/60 (fuente: rcdmallorca1916.com) Junto a estas líneas, el 26 de enero de 2015, Julià Mir es reelegido presidente de la “Asociació Ex jugadors RCD Mallorca” (fuente: futbolbalear.es)

‘barralet’ finaliza tras el descenso del conjunto balear y ficha por el Elche en el 1964. En el equipo ilicitano coincide con sus ex compañeros, también mallorquinistas, Antonio Oviedo y Tomeu Llompart. Desde 1966 hasta 1971, estuvo en el Alcoyano y la temporada 1971-72 fichó por la Unión Deportiva Gerona. Como hombre de la isla, ‘sa roqueta’ llamaba a las puertas de su piel y, en 1972 regresó a Sa Pobla y al Poblense con la intención de retirarse en el Club que le vio calzarse las botas a muy tierna edad y le dio la oportunidad de iniciar una hermosa carrera en el fútbol profesional. En una entrevista para la revista de la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos, 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

Julià cuenta cómo su paso por el Mallorca fue una etapa de contrastes, pues vivió en propia piel el ascenso a Primera y también, tres años después, el descenso. Habla también del ascenso como su recuerdo más hermoso dada la importancia histórica que tendría para el club y para el fútbol balear. Como apuntábamos al inicio del artículo, Julià fue elegido para la presidencia de la Asociación de Veteranos tomando así el testigo del que hasta entonces, desde su creación, había sido el presidente: D. Joan Forteza. A modo de anécdota, durante una entrevista más reciente para RCDM. es que en este mismo fascículo podrán leer, el pobler se encontró con

el exportero mallorquinista Ramon Reus (portero que marcó un gol de puerta a puerta); ambos se saludaron de forma afable y entrañable; interesándose por los allegados y alargando una sonrisa. Cuida, Julià, y vela por quienes formaron parte de esta historia centenaria. Como el propio Julià Mir expresó durante la asamblea de veteranos que tuvo lugar en 2015, su ideal de trabajo es “ser un apoyo de los jugadores veteranos para los actuales jugadores”; lo que denota el grado de implicación del pobler en que el club siga creciendo y respetando los valores de unidad y cariño que hacen posible que cualquier entidad alcance la meritoria edad de 100 años que aquí, en esta humilde revista, recogemos. 27


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Entrevista a

Julià Mir Texto de Rafel Coll

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ulià Mir tiene en su haber importantes efemérides como jugador del Mallorca, como ser el primer mallorquín en debutar con la camiseta bermellona en la élite. Sin embargo, no solo queda ahí. El jugador de Sa Pobla terminó cogiendo el testigo de Joan Forteza como presidente de la Asociación de Veteranos del RCD Mallorca, para conti28

nuar expandiendo el mallorquinismo. A través de un encomiable esfuerzo lo están llevando a cabo con partidos, actos y proyectos como el de “T’enrecordes?”, donde van a residencias de la tercera edad a recordar tiempos pasados del Mallorca para ayudar a ejercitar la memoria. A continuación os dejamos con la entrevista realizada a uno de los protagonistas del primer ascenso. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


—¿Cómo se definiría como jugador? —Me definiría como un delantero rápido, inteligente, incisivo, más bien técnico y con velocidad. Tal vez si me hubiera de marcar algún fallo sería prevenirme un poco la entrada del rival. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

—¿Cuál es su mejor recuerdo como jugador del Mallorca? El debut con el Mallorca a los 18 años, tras fichar en noviembre a mitad temporada desde el Poblense. Recuerdo que debuté en un partido amistoso un “Dijous Bo” en Inca y más adelante ya contra el Condal, actual Barça B, en partido de Copa. Pero el recuerdo cumbre sería el ascenso a Primera División en el campo del Levante, donde marqué un gol. —Usted ha sido el primer jugador mallorquín en vestir la camiseta del Mallorca en Primera, ha dado la asistencia del primer gol en la élite, marcó en el partido del ascenso… Tiene muchas efemérides para estar orgulloso. ¿Se lo cuenta a sus nietos? —Es gracioso porque los nietos lo escuchan e intento recopilar cosas para que se acuerden de mí. Saben que su abuelo jugó en el Mallorca pero aún no se dan cuenta, no lo aprecian, cuando se hagan mayores supongo que estarán orgullosos de la historia futbolística de su abuelo. —¿Cuál ha sido el mejor entrenador que ha tenido? —Por su importancia positiva para mi persona, Juan Carlos Lorenzo. Él, además de sus cualidades como entrenador, tuvo la confianza suficiente para hacerme debutar con 18 años como titular, cuando solo podían jugar once, no había cambios, por tanto se debía tener plena seguridad para alinear a alguien. Además tuve el honor de debutar en el que fue su último partido como jugador, ante el Condal. —¿Con qué presidente de su época se queda? —De los presidentes que he vivido el número uno y el más emblemático fue Jaume Rosselló. En su etapa ascendimos a Primera División tras dos ascensos consecutivos, aunque yo solo estuve en la segunda promoción. Pasamos de ser un equipo

navegante de la Tercera División a jugar en la élite del fútbol español, fue un éxito. —¿Con qué compañeros se queda? ¿Aún mantiene la amistad? —La amistad la mantenemos casi todos los jugadores del Mallorca con los de su época, por temas de vivencias estoy más unido con Bolao, Oviedo, etc. Aunque como presidente de la Asociación de Veteranos del RCD Mallorca también tengo una buena relación con ex jugadores como Engonga o Trobbiani. Con los de mi quinta aún seguimos reuniéndonos cada primer martes de mes para comer, y nos contamos anécdotas e historietas para recordar viejos momentos. —¿Qué cambios significativos ha sufrido el fútbol actual respecto al de su época? —Han cambiado infinidad de cosas. Era una época donde no existía televisión, se guiaban por radio, no había redes sociales, la sociedad mallorquina ha cambiado radicalmente. Han variado una gran cantidad de cosas. Hay que decir que los nuevos avances facilitan que permanezcan las amistades. —Cuando colgó las botas, ¿no pensó en ser entrenador? —Entrené un año a los niños del CIDE, pero no tengo vocación. En cambio sí he sido secretario técnico del Poblense, cuando yo era directivo, sin cobrar. Fiché muchos jugadores para el club como jugadores juveniles de La Salle, San Cayetano. La verdad es que considero que en mi época era un buen ojeador. —¿A qué se ha dedicado desde que colgó las botas? —Al final de mi etapa en el Poblense, jugando con mi hermano, ya era empleado de Sa Nostra –actualmente Banco MareNostrum- tras aprobar unas oposiciones, y estuve más de 30 años como director de una oficina, siempre he estado vinculado a ellos. 29


1956 - 1976 —Usted ha sido un jugador con una trayectoria importante en el Alcoyano y el Poblense. ¿Cómo ve la posibilidad de un ascenso con el consiguiente reencuentro? —Yo he vivido la experiencia de subir a 2ª B y mantenernos 7 años en la categoría. Estoy orgulloso de decirlo, mi equipo es el Poblense. La verdad es que una cosa son los deseos y otra la realidad, como dice el refrán “cabeza de ratón antes que cola de león”. Además, los equipos mallorquines, y más los de pueblos, tenemos un hán-

terminaremos con éxito. Nos gustaría llegar a Formentera pero es más complicado. —Para que el mallorquinismo lo conozca, ¿qué jugadores conocidos juegan con su equipo de veteranos? —Hay muchos jugadores que intervienen esporádicamente, porque algunos no están en condiciones y hay lesiones. Pero estamos activos, por ejemplo en el futuro vamos a jugar con el Kaiserlautern. No quiero mencionar porque muchos participan y vamos rotando.

Recuerdo que debuté en un amistoso un “Dijous Bo” en Inca. Pero el recuerdo cumbre sería el ascenso a Primera División. dicap en el transporte por ser dificultosos y caros. —Como Presidente de la Asociación de Veteranos del Mallorca, ¿puede explicarnos un poco cuál es su función? —La Asociación de Veteranos hace 21 años que está creada, los primeros 17 años fue presidente Joan Forteza y luego le relevé yo. Propulsada de la mano de Dalmau, se ha ido manteniendo a trancas y barrancas. Tenemos un local en el estadio y el Mallorca nos ayuda en lo que puede. Como dicen nuestros estatutos tratamos de mantener el mallorquinismo y defender el espíritu básico de lo que es el Mallorca. —¿Tiene algún acto especial preparado en ocasión del Centenario? —La idea como asociación es hacer partidos en las islas. Un partido en Mallorca, uno en Menorca y uno en Ibiza, invitando a las islas a unirse al acontecimiento del Centenario. El Mallorca es un equipo de referencia de todas las Islas Baleares. Creo que la acción está muy avanzada y 30

—¿Sigue asistiendo usted a Son Moix? ¿Qué le parece el Mallorca actual? —Sigo yendo a Son Moix y la sensación es la de los últimos años. Nos falta algo, la realidad es la salvación. Debemos conseguirla y pensar en el año que viene para, con mejores perspectivas económicas, porque sin ellas es imposible, formar una plantilla capaz de volver a Primera División. —¿Qué cree que le ocurre al Mallorca que no consigue salir de la dinámica negativa? —Estamos fallando en pequeñas cosas, por ejemplo en Zaragoza a pesar del árbitro no supimos administrar la ventaja. No supimos aprovechar el gol a favor y nos derrotan con dos faltas indirectas donde existen faltas de atención. —¿Con qué jugador de la plantilla actual se identifica? —Por la juventud, a pesar de que no juguemos en la misma posición, con Damià Sabater. Por edad, vivencias y demás. Aunque él sea mediocentro y yo fuera interior, atacante.

—¿Cree que el Mallorca ha cuidado su imagen como jugador histórico? —En general tanto el Club, sobre todo a veteranos y mi imagen, como la prensa nos han respetado. Cada uno es lo que es y lo que se fomenta. Yo estoy contento, siempre digo que si volviera a nacer haría lo mismo. No puedo cambiar lo que he hecho. Estoy contento con el trato recibido de la afición, club, veteranos… Todo es mejorable, pero estoy contento y no tengo nada que decir, tanto como particular como Presidente de la Asociación. —¿Qué es para usted el Mallorca? —Yo nazco en Sa Pobla y me siento completamente pobler. Debuto con el Mallorca a los 18 años y es un logro importantísimo. Además llego en una época de expansión, marco uno de los goles del ascenso, soy el primer mallorquín en vestir la camiseta en Primera… me siento muy orgulloso de todo esto. Evidentemente mi infancia, por ley de vida, pasa por ser del Poblense y ser simpatizante, porque en esa época con el Mallorca en Tercera los jóvenes eran de Madrid o Barcelona, del conjunto culé. Pero tengo la suerte de pensar que si se enfrentan Mallorca y Barcelona y necesitamos los puntos sin duda apoyaré al Mallorqueta. —Mande un mensaje de ánimo a los aficionados mallorquinistas. —Primero de todo deberían hacer un monumento a los aficionados del Mallorca los últimos cuatro años, porque hemos sufrido mucho, con momentos de dudas, y nos ha mantenido el espíritu mallorquinista. Pero debemos estar por encima del fracaso circunstancial, debemos pensar que somos forofos de unos colores rojo y negros –aunque han variado algunos años-. Quiero decirles que nos mantengamos unidos, que animemos al Mallorca, aunque sea duro muchas veces, y no perdamos la fe en que el Mallorca volverá a Primera un día u otro. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Juntamente con Forteza, Bolao repetiría ascenso a Primera División la temporada 64/65. Estuvo en el Mallorca desde 1959 hasta 1967 (fuente: rcdmallorca1916.com)

Ángel Gómez ‘Bolao’ El muro de Bilbao Texto de Jaime Mora

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ngel Gómez Benito, alias ‘Bolao’, forma parte de la historia bermellona por ser titular en los dos primeros ascensos a Primera del RCD Mallorca. Nació en Bilbao el 12 de diciembre de 1935. Bolao significa cara picada. Este apodo le vino de su padre, Arsenio Gómez, que también fue futbolista. Su padre heredó el sobrenombre del abuelo de Ángel Gómez. A pesar de haber nacido en Bilbao, es aragonés de adopción. Llegó a la capital de Aragón en categoría juvenil, donde jugó en el Celta de Zaragoza. Su posición era la de defensa. A pesar de estar en edad juvenil, pasó a jugar en Tercera División con el primer equipo. Tras demostrar buenas maneras en el Celta, el Zaragoza lo fichó. En el conjunto maño estuvo seis campañas. Tres como juvenil y tres como profesional. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

Se marchó de Aragón para jugar en el Levante, que militaba entonces en Segunda. Con 21 años fue entrando en el equipo granota. Un joven Bolao llegó a jugar once partidos. Ángel Gómez apuntaba maneras como defensa. Más tarde, firmó por el Badajoz que también militaba en la categoría de Plata. Con los blanquinegros fue donde el bilbaíno se hizo un hombre. Pasó de jugar 11 partidos a ser titular indiscutible y disputar 36 encuentros. Bolao fue el miembro de la plantilla que más minutos jugó esa temporada, un total de 3240. Ángel Gómez maduró en Badajoz. En el equipo blanquinegro sufrió el peso de la categoría. El bilbaíno y sus compañeros tuvieron que disputar la promoción por la permanencia en Segunda. Esa campaña en el conjunto extremeño compartió vestuario con uno de los grandes de la histo-

ria del Atlético de Madrid, Adelardo Rodríguez Sánchez. Abelardo es pacense y con sólo 19 años ya jugaba en el equipo de su tierra. Después, fichó por el Atlético y triunfó como extremo. Quien también triunfó en su siguiente equipo fue Bolao. Jaume Rosselló estaba en el cargo de presidente del Mallorca y quería ver al equipo en Primera. Por eso, fue a buscar jugadores contrastados para lograr el deseado ascenso. Rosselló, con la aprobación de Lorenzo, fichó a Bolao para la defensa. Su fichaje no fue tarea sencilla. El jugador tuvo que comprar él mismo su ficha federativa al Badajoz. El bilbaíno aterrizaba en Mallorca con 23 años pero con experiencia a sus espaldas. Ángel Gómez se había curtido en su breve carrera. Esa temporada se había confeccionado un equipo para subir y se logró. Bolao llegó y triunfó. El bilbaíno fue un fijo des31


1956 - 1976 de inicio para Lorenzo. Disputó 29 partidos de Liga de los 30 que tenía la competición. Por casualidades de la vida, Bolao fue el capitán el día del ascenso. Jaume Arqué, el capitán del equipo esa temporada, no disputó ese último partido contra el Levante por culpa de una enfermedad. Ante la falta de Arqué y Joan Forteza por sanción, Bolao fue el capitán el día que se logró el ansiado ascenso a Primera. La razón que ha trascendido es que el Toto Lorenzo le hizo capitán por la amistad del jugador con Martín Álvarez, el colegiado del encuentro. El plan de Jaume Rosselló se cumplió. El bilbaíno, con tal sólo 24 años, fue uno de los pilares de la gran temporada bermellona. El estreno del Mallorca en Primera fue complicado. A pesar de la ilusión por estar en la máxima categoría por primera vez, el primer tramo de la campaña fue malo. La situación llevó al cambio de entrenador. Lorenzo dejó de ser el técnico bermellón y llegó para sustituirle Jose Luis Saso. A pesar del cambio de entrenador, Bolao siguió como titular. El bilbaíno disputó 24 partidos esa campaña. El tramo final de la temporada fue bueno. El Mallorca consiguió victorias importantes, incluso unas cuantas goleadas, como el 3-1 al Barça, el 4-0 al Valencia y el 4-0 al Zaragoza. Los bermellones lograron mantener la categoría en su primer año entre los grandes, con una meritoria novena plaza. La siguiente temporada empezó con un nuevo entrenador, Saturnino Grech, quien había entrenado al Mallorca en el pasado y volvía a la isla con experiencia en Primera con Las Palmas y Sevilla. Ángel Gómez seguía siendo un fijo en la defensa. Jugó 24 partidos esa campaña, el mismo número de partidos que el año anterior. Esa temporada llegó su primer gol como profesional. Bolao marcó ante el Barça, aunque no se logró ganar ese partido. Satur32

nino Grech no acabó la temporada. El club volvió a confiar en Jose Luis Saso para acabar la liga. El equipo venía de estar en la zona alta y bajó el nivel. Al final se finalizó la temporada como onceavo y se logró de nuevo la permanencia en Primera. La temporada 62-63 Bolao siguió como un fijo en defensa. Ángel Gómez disputó 23 partidos. La temporada empezó bien con una goleada al Málaga pero no fue una gran campaña. Al final, el equipo se jugó la permanencia en una promoción con el Espanyol. Después de quedar 2-1 en ambos encuentros, el Mallorca

Por casualidades de la vida, Bolao fue el capitán el día del ascenso, por enfermedad de Arqué.

perdió el decisivo tercer partido 1-0. Este resultado le devolvió a Segunda tres temporadas después. Tras el descenso, el Mallorca sólo pensaba en volver a estar entre los grandes. El objetivo no era otro que el ascenso. Bolao ya era todo un veterano en el equipo. El vasco seguía como un fijo en la defensa. Esa temporada disputó 28 encuentros. El Mallorca estuvo en la zona alta toda la temporada, 21 jornadas como líder, pero finalmente se quedó a las puertas del ascenso con una tercera plaza que supo a fracaso. El objetivo de volver a subir a Primera volvía a estar marcado a fuego en la isla. La plantilla era consciente,

pero habían aprendido de los errores del pasado. La temporada empezó con Juan Ramón Santiago como entrenador, pero, como es habitual en la isla, a mitad de campaña se le destituyó y se fichó a César Rodríguez como técnico. Bolao continuaba como fijo en la defensa. El vasco disputó 27 partidos esa temporada. A pesar de que se estaba en la parte alta de la tabla, el Mallorca aceleró en las últimas fechas. El equipo estuvo las 11 últimas jornadas sin perder con siete victorias y cuatro empates. Una racha que permitió al Mallorca acabar como líder y firmar el regreso a Primera. El retorno del Mallorca a la máxima categoría fue peor de lo esperado. La ilusión de luchar contra los grandes volvió a la isla pero los resultados no acompañaron. Empezó la temporada César Rodríguez en la banquillo. Los malos resultados llevaron a la destitución del técnico que había logrado el ascenso, como ya había pasado con el Toto Lorenzo. Quetglas estuvo de interino una jornada, después llegó Ríal para hacerse cargo del equipo. A pesar del paso de los años, Bolao seguía como titular en la zaga bermellona. El vasco disputó 26 encuentros. Pero la defensa esa temporada no estuvo bien. El equipo encajó 55 tantos, el segundo más goleado de la categoría. El Mallorca acabó penúltimo y acabó descendiendo. Sólo una temporada había durado el regreso a la cima. Bolao ya con 31 años empezó a notar el desgaste de su carrera. El vasco aguantó una temporada más. Por primera vez desde su paso por el Levante, no era titular indiscutible. El vasco disputó 14 partidos. El equipo no realizó una gran campaña bajo los mandos de Joseíto. Al finalizar la temporada, Bolao decidió colgar las botas. Se retiraba un jugador que había sido clave en los dos primeros ascensos a Primera de la historia del Mallorca. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Antonio Oviedo De ascenso en ascenso Texto de Rafel Coll

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ntonio Oviedo Saldaña, nacido el 22 de octubre de 1938 en la provincia de Cáceres, es mallorquinismo vivo. El joven delantero llegó al Mallorca con solo veinte años después de tratar de despuntar en la élite con el Sevilla, donde estaba cedido por el Atlético, sin llegar a conseguirlo. Previamente, había sido jugador del Córdoba y el Rayo Vallecano, en Segunda División, anotando 8 y 11 goles respectivamente. Cifras nada despreciables. Al conjunto bermellón llegó porque le convenció el “Toto” Lorenzo, con quien coincidió como jugador en su etapa en el Rayo. En el Mallorca se convirtió en titular indiscutible en su primera temporada, la 1959-60, adueñándose de la posición de ataque en 28 ocasiones y convirtiendo seis dianas. Sin embargo, su mayor hito fue ser testigo en primera instancia, esa misma temporada, del primer ascenso a Primera División en la historia del Mallorca. Él fue partícipe en uno de los dos goles que se marcaron en el estadio de Vallejo, del Levante UD, iniciando la jugada para que marcara Julià Mir y así alcanzar la cima por primera vez. Oviedo se mantuvo tres temporada más en el Mallorca, obteniendo el premio de la permanencia en dos de ellas pero descendiendo otra vez 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

La 62/63 sería la última temporada de Oviedo en el Mallorca, al final de la misma ficharía por el Elche. Había llegado en la temporada 59/60, volvería al club en 1979 como entrenador (fuente: rcdmallorca1916.com)

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Silva escoltado por Iriarte y Juanjo pasean a hombros a Antonio Oviedo al final del partido con el At. Baleares en la temporada 79/80 (fuente: rcdmallorca1916.com)

a la categoría de plata en 1963. A pesar de no poseer grandes registros goleadores: 1, 4 y 3 goles respectivamente, Antonio Oviedo disputó como titular la gran mayoría de partidos siendo un referente para el resto de jugadores y la afición. Tras ese fatídico descenso, el cacereño fue traspasado al Elche donde se mantuvo jugando tres temporadas en Primera División. Con un posterior paso por el Granada, donde no tuvo oportunidades, terminó retirándose a los 29 años en el Levante cerrando un círculo vicioso. Ante ellos vivió el momento más importante: el primer ascenso del Mallorca. No obstante, esa no fue su tumba futbolística. Antonio Oviedo continuó ligado al fútbol como entrenador, siempre muy unido al fútbol balear, llegando al Mallorca en 1979 procedente del Poblense. Lo hizo para escribir otra vez su nombre en las páginas privilegiadas de la his34

toria bermellona. El cacereño logró un hito aparentemente imposible tras varios años en los que el club casi desaparece: lo llevó de Tercera a Segunda División con dos ascensos consecutivos. En su primera temporada, logrando alcanzar una racha de 17 victorias consecutivas, Oviedo promocionó al club a Segunda B tras una intensa lucha con el Poblense y haber fichado jugadores como Iriarte o Sahuquillo. El once tipo del primer ascenso fue el siguiente: Reus, Iriarte, Braulio, Silva, Jaume Bauzà, Chea, Sahuquillo, Mir, Juanito, Pacheco y Lizoain. A partir de esa base se encaró la temporada 1980-81 con los refuerzos de gente tan importante como Orellana y, sobretodo, Paco Bonet, uno de los jugadores con más técnica que ha vestido la camiseta rojilla. El Mallorca, tras una fenomenal temporada quedando campeón del grupo II con 54 puntos, volvió a la

categoría de plata. Oviedo lo había logrado. La siguiente temporada aún escuece a Antonio Oviedo. El equipo marchaba clasificado en mitad de tabla cuando el día de Nochebuena le llamaron para despedirle. El “voxpopuli” apunta a temas extradeportivos, la afición nunca lo entendió. Los éxitos brindados por el cacereño al Mallorca parecieron no importar, un histórico se fue dolido del club. De ahí pasó por Almería, Poli Ejido, Macael hasta terminar abandonando su carrera como entrenador. El mallorquinismo corre por su venas y no pudo evitar volver a la secretaría técnica del Mallorca, donde aún permanece. Asiduo a la Tribuna Cubierta de Son Moix vive los partidos del Mallorca como uno más, viendo como es admirado por los veteranos del lugar y desconocido por los jóvenes. Es indudable, sus tres ascensos merecen el respeto barralet. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Martí Mora El portero que se retiró por amor Texto de Sebastià Salas

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uando uando hablamos de la trayectoria deportiva de los futbolistas nos solemos referir a la etapa que comprende desde los 20 hasta los 32 años a groso modo. Si alguien nos dijera que cuelga las botas a los 24 nos parecería extraño. Si nos lo dijera alguien que tiene mucho potencial y que ha

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sido llamado por la selección nos parecería aún más sorprendente. Y si esa persona lo hiciera por amor ya nos parecería algo de película. Aunque pueda parecer inverosímil, ésta es la historia de Martí Mora, el primer guardameta mallorquín que defendió la portería bermellona en Primera División. Martí Mora, empezó con el Real

Mallorca siendo juvenil. Posteriormente pasó por el Porreras, el España de Llucmajor y el Constancia, en calidad de cedido. Fue precisamente en la capital del Raiguer donde empezó a demostrar solidez como portero. Eso lo llevó a ser llamado por el mismísimo FC Barcelona para realizar unas pruebas. Todo hacía indicar que sería el elegido para el 35


1956 - 1976

En la página anterior, imagen de la temporada 61/62: Mir, Forteza y Mora (de rodillas), tres mallorquines posando en el Lluís Sitjar. Martin Mora fue el primer portero mallorquin en defender la portería del Mallorca en primera división (fuente: rcdmallorca1916.com) Junto a estas líneas, fotografías cedidas por Martí Mora.

puesto, esperando la llamada del Barça durante el verano. Ésta no se produjo pese a que había sido el elegido, por causas que solo Martí y el Barça conocen. Fortuna o desgracia, volvió al RCD Mallorca para convertirse en el primer mallorquín defendiendo la portería del Mallorca en Primera. Su debut fue el 12 de octubre de 1962, debido a una lesión de Ricardo Zamora. El escenario, el mítico Lluís Sitjar ante el Elche, todo un rival por entonces. Esa noche, el resultado fue 3-1, aunque –como recordaba el propio Mora– en la primera ocasión del partido de los ilicitanos llegó su gol. 36

Posteriormente permaneció en el Mallorca la siguiente temporada 1963/1964, en la cual el Mallorca se vió arrastrado hasta la promoción, que perdió contra el RCD Espanyol. A pesar de ello, la Selección Amateur (actual sub21) llamó a Mora para disputar unos encuentros a final de temporada de la mano del seleccionador Eusebio Martínez. Él, agradecido por la convocatoria, explicó que pensaba retirarse a final de temporada y que no podría continuar el año siguiente. Así pues, estamos ante Martí Mora, el primer jugador autóctono que defendió la portería “barraleta” en la categoría de oro del fútbol

español. Que fue llamado por el FC Barcelona, con intención clara de ficharlo y, que no se produjo por causas si más no, extrañas. Que fue llamado por la selección y a la cual rechazó volver. Que con 24 años se retiró para ayudar a su padre con el negocio. Y, a formar una familia, ya que meses atrás había contraído matrimonio con Maruja García Nicolau, por aquel entonces Miss España y Miss Europa. Por responsabilidad y por amor, dos causas por las que Martí Mora colgó las botas a los veinticuatro. Quedará en la historia bermellona por lo que fue. Y, por todo lo que podría haber llegado a ser… 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Antonio Oviedo, Ángel ‘Bolao’ y Martí Mora Conversación con tres leyendas mallorquinistas Texto de Xisco Ramis

Me encuentro con Antonio Oviedo en el MallorCafé, el bar situado dentro del recinto de Son Moix, dispuesto a realizarle una entrevista para nuestra revista “1916”. —Conocemos bien la faceta de Antonio Oviedo como jugador, pero ¿nos podría contar un poco su trayectoria como entrenador? —Antonio Oviedo (AO): El primer equipo que yo entrené fue el Santa Catalina juvenil, luego al Margaritense y luego al Poblense. Después al Baleares, y finalmente al Mallorca. Como ves, tuve que hacer todo un máster para poder entrenar al Mallorca. Con el Mallorca ascendimos de Tercera a Segunda B, y de Segunda B a Segunda. Reforzamos al equipo con Paco Bonet, Orellana, Delgado… Me quedé con Gallardo y Sahuquillo. Teníamos buen equipo. Estuve dos años y medio, el tercero no me dejaron acabarlo. —¿Y después de entrenar al Mallorca? —AO: Fui al Almería y lo ascendí a Segunda, ascendí a Segunda B con el Ejido, también estuve en el Macael y lo ascendí a Segunda B. Finalmente, cuando estaba a punto de fichar 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

por el Málaga, me volví para Mallorca porque mis hijos me necesitaban. Más tarde, me llamaron Lorenzo Serra Ferrer y Cladera para entrar en la secretaría técnica del Mallorca y aquí estoy. —Entonces, ¿cuál es su cometido actual? —AO: Estoy en la parcela deportiva y observo jugadores. Estoy contento con lo que hago. —¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de su etapa como jugador? —AO: Lógicamente el ascenso a Primera División con el Mallorca, y las temporadas que estuve también con el Elche y el Levante jugando en Primera. También recuerdo cuando ganamos 5-2 al Madrid. Además, también estoy satisfecho de lo que hice como entrenador en todos los equipos en los que he estado. —¿Y el peor? —AO: Cuando me destituyeron como entrenador del Mallorca. Era en Navidades. Me llamaron, y yo pensaba que era para hablar de fichajes, porque queríamos fichar a Barrera, Zuviría y Barrachina. Pero no. En vez de eso, me dijeron que me habían cesado. Por la mañana nos dieron una bolsita con turrones y por

la tarde nos destituyeron. —¿Cómo se definiría usted como jugador? —AO: Yo empecé jugando de interior. Me gustaba mucho correr y técnicamente pienso que no era malo. Fui campeón de España juvenil. Luego llegué aquí y la realidad es que Lorenzo me puso de extremo. Al principio no me gustaba mucho, pero luego me adapté. —¿Y como entrenador? —AO: Yo siempre he intentado tratar bien al jugador y respetarlo, pero al que se pasaba de listo, le daba su pequeño o grande castigo, como por ejemplo no jugar. Creo que la disciplina es muy importante. Yo tuve entrenadores muy serios y eso me influyó. Interrumpimos la entrevista unos instantes porque vemos salir por la puerta del bar al gran Ángel Gómez, más conocido como “Bolao”. El ex defensa bermellón saluda afectuosamente a Antonio Oviedo y le invitamos a participar en la entrevista, propuesta que acepta encantado después de invitarnos a unas cañas.

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1956 - 1976 —AO: Bolao y yo llegamos juntos los dos al Mallorca, casi en el mismo avión. —Ángel “Bolao” (AB): Sí, llegamos el mismo día, el 12 de agosto del 59. —Ángel, ¿cual es el mejor recuerdo que tiene de su etapa como jugador? —AB: Tengo muchos, pero uno de los mejores es el haber venido aquí y estar nueve años como jugador. Y sobre todo el primer ascenso a Primera Divisón. El recibimiento que tuvimos fue la leche. Fuimos en avión a jugar el partido, y teníamos que volver en avión. Resulta que vinieron un montón de seguidores en barco, y nos dijeron que volvieramos en barco con ellos. Cuando llegamos, el puerto estaba lleno de miles y miles de aficionados. Nos llevaron a hombros del puerto al Ayuntamiento, y del Ayuntamiento al Borne. Lo más bueno fue al cabo de cuatro o cinco años. Me encontré con un personaje en un bar que me dijo: “¿no me recuerdas?” Y yo no tenía ni idea de quién era. Al final me lo explicó: “¡Yo fui el que te llevó a hombros cuando ascendimos!” Claro, yo no le veía la cara. —¿Qué me pueden contar de Jaume Rosselló? —AB: Era una persona sensacional. Yo firmé un contrato de un año con él la primera vez que fiché por el Mallorca, y luego nunca más. Me decía: “Este año te subo el sueldo un 10%, ¿te va bien?”. Yo le decía que sí y nos dábamos un apretón de manos. Nada más. —AO: Era muy tranquilo y generoso. Se fue porque unos pocos se metían con él y con su mujer. Le hicieron mucho daño. Nunca hubo ningún problema a la hora de cobrar. Antes de empezar la liga él quería tener todas las fichas pagadas, y solamente pagar primas durante la temporada. AB: Lo de las primas… Una hora antes de salir a jugar, venía y nos decía: “5.000 pesetas de prima y un abrazo”. Era una persona muy humilde que se hizo a sí mismo. 38

—¿Y de Juan Carlos “Toto” Lorenzo? —AO: Yo ya lo había tenido de compañero en el Rayo Vallecano, cuando yo tenía 18 años. Era mi compañero de habitación y tuve que aguantar un año entero todas sus anécdotas. Era un entrenador muy listo. —AB: Le llamábamos “el Cocodrilo”, porque siempre contaba la misma historia en que aparecía un cocodrilo. Fue un gran entrenador. —¿Ha sido el mejor entrenador que han tenido nunca? —AO: No, para mí fue José Luis Saso. La gente decía que era un vago, pero no era así. Yo lo comparo con Ancelotti. —AB: Para mí también Saso. Estaba muy integrado en nuestro grupo de jugadores, como uno más. Al margen del fútbol, yo tenía mucha amistad

con él. En el campo y en la caseta yo lo trataba de usted, pero fuera éramos amigos. Él vivía aquí con su mujer, y cuando nosotros viajábamos, ella se quedaba sola. Entonces Saso me preguntaba si su mujer se podía quedar en casa de mis padres, y mis padres encantados de tenerla. Tengo grabada en la memoria una frase suya: “El fútbol es tan bonito que todo el mundo quiere jugarlo. En el fútbol entramos todos: los altos, los bajos, los gordos, los flacos, los listos, los tontos… Y todo Dios sabe de fútbol, pero muchos lo más redondo que han visto es una caja de zapatos”. —De los compañeros que tuvisteis en el Mallorca, ¿a cuál consideráis el mejor jugador? —AO: Yo puedo hablar de tres: Pepillo, Paquito Sampedro y Pais. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


De izquierda a derecha, Martí Mora, Ángel “Bolao” y Antonio Oviedo.

Antonio Oviedo: Siempre recordaré una frase que me dijo Di Stéfano: “Antonio, en el fútbol la más honrada es la pelota, y porque no habla”.

1916 | 100 anys de Mallorquinisme

—AB: Y además eran buenas personas. —AO: Como persona, el mejor compañero que he tenido fue Currucale. Corría 300.000 km en cada partido, para arriba y para abajo. Hubo dos ocasiones en que tuvimos que volvernos a Mallorca sin él, por dos lesiones de cara, una en Zaragoza y otra en Elche, porque jugando metía la cabeza donde fuera. En Zaragoza se partió la ceja. Tuvo que quedarse allí unos días, y como Bolao tenía familia en Zaragoza, se quedó con él. —AB: Yo tuve la gran suerte de coincidir con Ricardo Zamora. Era una persona sensacional. Vivimos juntos en la Pensión de Soto, que era donde se instalaban temporalmente los jugadores que llegaban al Mallorca.

—¿Qué recuerdos tienen del Lluís Sitjar? —AO: El Lluís Sitjar nunca ha estado tan lleno como en nuestra época. Recuerdo una vez que vino el Córdoba, que iba primero o segundo, y le metimos cinco. Tuvieron que poner sillas alrededor del campo porque había más gente que sitio en las gradas. Cuando subimos fue una experiencia nueva para toda la afición, y eso se notaba en las gradas. Cuando venían el Madrid, Barcelona, Atlético… era una fiesta para la afición. Yo vivía al lado del estadio, muchas veces iba y volvía del partido caminando. Y cuando había jugado mal, muchos aficionados venían conmigo y me decían: “Vaya día que has tenido, Antonio, ¡vaya día!” Y yo les decía: “Bueno, mañana lo haremos mejor”. —¿Qué sintieron al jugar junto a Di Stéfano en aquel partido amistoso ante el Newcastle? —AO: Yo siempre recordaré una frase que me dijo Di Stéfano: “Antonio, en el fútbol la más honrada es la pelota, y porque no habla.” Y es la verdad. El fútbol es demasiado honrado para la gente que hay alrededor. De repente vemos llegar a otro gran mallorquinista, Martí Mora. Se sienta y se une a la entrevista con nosotros, que más que entrevista, se convierte en una charla entre tres leyendas mallorquinistas. —Martí, sabemos que antes de llegar al Mallorca, el Barcelona quiso ficharle, ¿por qué no se produjo el traspaso? —Martí Mora (MM): Es una historia curiosa. Jugamos un partido con el Constancia en Les Corts y yo estuve bien. El Barcelona me llamó para hacer una prueba, porque se retiraba Ramallets. Me dijeron que lo había hecho bien y que me llamarían para ir en junio a fichar, pero nunca lo hicieron y finalmente fiché por el Mallorca, aún sabiendo que jugaría 39


1956 - 1976 poco porque estaba Zamora. Años más tarde, hablé con una señora que conocía al presidente del Barça, y me dijo: “Me ha dicho Llaudet (el presidente blaugrana en aquella época) que le digas por qué motivo rechazaste la oferta del Barcelona, porque le enviaste una carta diciendo que no te interesaba fichar por ellos”. A mí me extrañó mucho, porque yo no había enviado ninguna carta. Pienso que fue mi padre, porque yo le ayudaba mucho en el trabajo. Siempre se lo pregunté y él no me contestaba, se limitaba a reír. Se fue de este mundo sin decirme si había sido él. A mi me interesaba ir a Barcelona porque quería estudiar arquitectura, pero al final me quedé y conocí a mi mujer. Así que estoy contento. —¿Y por qué se retiró tan joven? —MM: Por amor, para estar con mi mujer. Y por responsabilidad, para ayudar a mi padre con el trabajo. Estos dos sí que eran buenos jugadores (refiriéndose a Antonio Oviedo y Ángel Bolao). Por vosotros ahora se pagarían muchos millones. Yo disfruté mucho del año en el Constancia, y luego acabé de disfrutar con vosotros. Me encontré en Primera División con unos tíos estupendos como vosotros y con otro que ya no está con nosotros y merece ser recordado: Ricardo Zamora. Era una maravilla de persona. La gente se pensaba que era un chulo, pero era correcto, educado y un gran amigo. —AB: A mí Zamora me educó. Yo era muy peligroso y él me puso recto. Al salir de la pensión, nos fuimos a vivir los dos a un chalet. Compartimos casa. Él me enseñó a conducir. Después de mi madre, fue el que más me educó. —MM: En aquella época [Zamora] era uno de los cuatro mejores porteros de España. Cuando yo debuté en Primera, él estuvo junto a mí, se había roto un dedo. Yo venía de Tercera y solamente había jugado medio partido en pretemporada. Había un sal40

to grande. Él vino, me dio un abrazo, y me dijo: “Martí, demuestra”. Eso me motivó mucho. —AO: Antes éramos como una familia, estábamos mucho más unidos. En el fútbol de ahora no hay tanto compañerismo. —MM: ¿Os acordáis en La Coruña? Veloso me hizo una entrada y me tiró dentro de la portería. Saso se reía desde el banquillo. Y yo le dije a Veloso: “No vuelvas por aquí que

Martí Mora: Recuerdo un partido en el Lluís Sitjar, el único en que vino mi madre a verme. Un aficionado delante de ella gritó: “Mora, xerec!”. Mi madre le tocó la espalda y le dijo: “Però és tan bon al·lot...” se están riendo de mí en mi banquillo”. Como mi mujer había sido Miss Europa, después de la entrada, cada vez que tocaba el balón todo el estadio me cantaba para mofarse: “Miss Europo, Miss Europo”. También recuerdo otro partido en el Lluís Sitjar, el único en que vino mi madre a verme. Había un aficionado delante de ella que gritó: “Mora, xerec!”. Mi madre le tocó la espalda y le dijo: “Però és tan bon al·lot…” Jugué seis partidos mientras Zamora estuvo lesionado. Luego, salió en la revista “Fiesta Deportiva” una entrevista a Ricardo en la que él decía:

“Martí lo está haciendo muy bien y debe continuar jugando”. Yo estuve orgulloso de sustituirle. —AO: Ricardo no había jugado tan bien hasta que llegó aquí. Él se hizo portero aquí. En Mallorca se convirtió en uno de los mejores porteros que había. —MM: Yo creo que el nombre de su padre le perjudicó en lugar de ayudarle, porque muchas veces salía nervioso. En un principio quizás le ayudó, pero luego le hizo polvo. Qué gran portero y qué gran defensa: Guillamón, Arqué, Bolao y Doro. Es la mejor defensa que ha tenido el Mallorca en su historia. Detrás jugabas con una tranquilidad impresionante. —AB: Guillamón era un jugador sensacional, y eso que llegó aquí ya mayor. —AO: Arqué era un burro. El día que más he disfrutado en mi vida fue cuando vino el Bilbao y tenía la pelota Arieta, que era un tío grande. Arqué le insultó y aquél se giró y le pegó un puñetazo. No hizo falta que el árbitro le sacara la roja, Arieta se fue directo a la caseta. A Arqué le decíamos que no diera tantas patadas, porque sino luego a nosotros nos daban más. Los delanteros éramos los que recibíamos. —MM: Yo siempre recordaré cuando jugamos contra el Barcelona, ellos tenían a Benítez. Arqué antes de salir me dijo: “No te preocupes que éste en veinte minutos estará fuera” Y lo consiguió, Benítez fue expulsado. Bolao era todo lo contrario, era muy noble. Y no lo digo porque esté delante. La verdad es que nos juntamos un buen grupo, encabezados por un gran presidente como Jaume Rosselló. ¿Sabéis lo que hizo cuando dimitió a mitad de temporada? Dejó pagadas las fichas de los jugadores hasta el final de temporada. Yo estoy muy orgulloso de aquel Mallorca que encontré. Fue un año muy bonito, y me quedo con haber podido conocer a Ricardo Zamora. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


José Luis Saso Un mito de Valladolid que pasó por Mallorca Texto de Gonzalo Mazarrasa

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ablar de José Luis Saso en Valladolid son palabras mayores, ya que fue jugador, entrenador, secretario técnico, directivo y presidente del conjunto pucelano a lo largo de diversas etapas en su vida. Pero el madrileño también pasó por el Mallorca y sería justo dotarle del reconocimiento que merece en el equipo balear, en el que estuvo entrenando durante seis campañas. De hecho, tras los ilustres nombres de Serra Ferrer, Héctor Cúper, Luis Aragonés y Gregorio Manzano, es el quinto técnico que más partidos ha dirigido a los mallorquines en Primera. Y eso que nunca dirigió al equipo en campañas completas. Siempre fue llamado con la liga comenzada, o no logró terminarla por diferentes motivos. Como jugador, fue un brillante guardameta, formado en la cantera del Real Madrid pero que debutó en la máxima categoría con la camiseta de uno de los eternos rivales, el Atlético. Poco después se produjo su fichaje por el que sería el equipo de su vida, el Valladolid, y coincidió con la época dorada de los vallisoletanos, cuajando una década muy meritoria, manteniéndose en Primera y alcanzando la final de Copa de 1950 en la que fueron derrotados por el Athletic de Bilbao. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

Nada más colgar los guantes, Saso se convirtió en el técnico del equipo, algo que ocurriría en cuatro etapas diferentes (1957-60, 1969-70, 1976-77 y 1992-93), consiguiendo dos ascensos a Primera en el 59 y en el 93. También ocupó la presidencia, la secretaría técnica y fue directivo desde 1993 hasta su fallecimiento en 2006. Toda una institución en el equipo castellano, cuyo nombre figura en los campos

anexos de Zorrilla y que incluso desde algunos lugares se ha pedido que se le otorgue el nombre de una calle de la ciudad. Su carrera como entrenador, también estuvo vinculada al Mallorca durante seis campañas, aunque con la curiosidad de que nunca llegó a completar ninguna. Fue el elegido para dirigir al equipo en Primera en 1960, tras el cese de Juan Carlos Lorenzo, artífice del ascenso desde

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1956 - 1976 Tercera los años anteriores, pero al que se creía demasiado joven e inexperto para la Primera División. Saso no decepcionó y consiguió la permanencia en ese primer año en la división de honor aunque no fue renovado. Al año siguiente, empezó la campaña el alicantino Satur Grech, pero a mitad de temporada fue destituido y la confianza volvió a recaer en José Luis Saso, que nuevamente salvó al equipo. Para la campaña 1962-63, se decidió apostar por él desde el principio, en vez de tener que recurrir a su contratación en vía de urgencia con la liga empezada. Además, algo que ya había ocurrido en Valladolid, Saso tenía ojo para los fichajes y con su presencia en el banquillo se apostó por reforzar el equipo con muchos jugadores sudamericanos, sobre todo de Argentina y de Uruguay. Sin embargo, en esa campaña de 1963, el Mallorca perdió la categoría y Saso no finalizaría la temporada al frente de los bermellones, viéndose incapaz de lograr el objetivo.

Ocho años después, en 1970, volvería a dirigir al Mallorca que estaba en Segunda División. Pese a una palpable crisis económica, el equipo bermellón era uno de los máximos favoritos para conseguir el ascenso, contaba con una plantilla destacada y la presencia de Saso en el banquillo era una garantía. Pero el equipo no

Su carrera como entrenador estuvo vinculada al Mallorca durante seis campañas, aunque con la curiosidad de que nunca llegó a completar ninguna.

respondió y terminó en mitad de la tabla sin acercarse al ascenso. Saso no acabó la campaña al frente del equipo siendo reemplazado por el argentino Juan Carlos Forneris. En la siguiente temporada, 1971-72, el equipo nuevamente, sufrió un mal inicio, habían pasado ya varios entrenadores por el banquillo, y se decidió volver a llamar a José Luis Saso, curiosamente para sustituir a su sustituto, Forneris. Pese a mejorar algo, el lastre acumulado le impidió poder pelear por subir a Primera. Aun así se le otorgó confianza para iniciar la campaña siguiente, con el claro objetivo del ascenso, pero el equipo no terminó de arrancar y en enero de 1973, el Mallorca le cesó. Una pena, porque fue un entrenador bastante precursor en algunos aspectos, dando gran importancia a la preparación física de los jugadores, de los primeros en interesarse en conocer mercados extranjeros para reforzar sus planteles y amante de un fútbol de toque, desarrollado por una plantilla preparada para ello.

En la página anterior, Saso, en la imagen junto al presidente Rosselló, sería el sustituto de Juan Carlos Lorenzo en la temporada 60/61, debutando en Palma contra el Valladolid (fuente: rcdmallorca1916.com) José Luis Saso, junto a Delgado Meco en su etapa en el Mallorca. (fuente: Diario de Mallorca)

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Bernat Sans Es Gran Capità Texto de Toni Ramis

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ernat Sans Perelló, “Es Gran Capità”, es un icono como pocos en la historia del club. Comparte con Sebastià Pocoví el mérito de haber permanecido en el club durante 16 temporadas, que suponen prácticamente una carrera futbolística entera dedicada al Real Mallorca. Llegó con 19 años procedente del Murense, la temporada del ascenso a Primera División (aunque empezaría en el filial), y colgó las botas el año 75, habiendo vivido con el club dos ascensos más a la máxima categoría del fútbol español. Nacido en Muro el 31 de enero del 1940, Sans dejó la escuela a los 16 años para dedicarse profesionalmente al fútbol. El Mallorca se fijó en él y pagó 25.000 pesetas al Murense por su traspaso, y otras 100.000

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al jugador en concepto de ficha por tres temporadas. En una plantilla armada para asaltar la Primera División, Sans no tenía sitio sino en el C.D. Soledad, filial bermellón. A continuación fue cedido al Constancia, equipo con el que logró el ascenso a Segunda, y luego pasaría por la Agrupación Deportiva Ceuta, debido al servicio militar. Allí coincidió con el portero mallorquín Febrer, y con un jovencísimo Pirri, con los que consiguió también el ascenso a Segunda. Finalmente, Sans formaría parte del primer equipo del Mallorca en la temporada 62/63, donde viviría de todo, desde la gloria de ascender a Primera en dos ocasiones hasta profundas crisis institucionales que acabarían propiciando su retirada en el año 1975, con el equipo en Tercera y con grandes deudas con los ju-

gadores (al propio Sans se le debían 300.000 pesetas y un partido de homenaje estipulado en su contrato, que nunca llegó). Al término de esa primera temporada con Bernat Sans en el primer equipo del Mallorca se consuma el descenso a Segunda, pero recuperaría la Primera División dos temporadas después, en la 64/65. Al año siguiente se produciría un nuevo descenso, y otra vez le costaría dos temporadas volver a ascender, nuevamente por tan sólo un curso liguero (69/70). El Mallorca caía en una vorágine tempestuosa que le apartaría de Primera durante 14 temporadas, previo paso por Tercera División y sumido en una crisis económica fortísima. Antes de eso, Bernat Sans capitaneó desde la defensa un equipo en el que los fracasos en el esfuerzo por volver a ascender a Primera eran

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En la página anterior, imagen de Bernardo Sans. Nacido en Muro en 1940 fue jugador del Mallorca desde 1959 hasta 1975, tras ser cedido al Constancia y Ceuta se incorporó al Mallorca en la temporada 1963/64, vivió dos ascensos a Primera División y a día de hoy es el jugador con más temporadas defendiendo los colores mallorquinistas, todo pundonor y amor a unos colores tuvo una triste despedida al coincidir su retirada con el descenso a Tercera División (fuente: rcdmallorca1916.com) Bajo estas líneas, el ex-presidente del Mallorca Jaume Cladera en un homenaje a Bernat Sans (fuente: futbolbalear.es)

constantes. Por si eso fuera poco, año tras año se iba agrandando una deuda que ya en el 66 era de 9 millones de pesetas. Tras cinco temporadas (70-75), el Mallorca cae con todo su peso a Tercera, con una deuda de 44 millones. Bernat Sans, que había llegado con apenas 20 años a un equipo de éxito, era ahora un veterano al que el club, sumido en la miseria, le debía 300.000 pesetas que era incapaz de abonar. A pesar de colgar las botas, permanece dos temporadas más como entrenador del fútbol base, pero acaba por desvincularse definitivamente del Mallorca y del fútbol, fastidiado por el injusto trato que recibe del club, que no le pagó 5 mensualidades de su sueldo de técnico ni le recompensó con el partido de homenaje que merecía, por contrato y por sus 16 años de dedicación al equipo.

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Sólo recientemente se ha reconocido su labor en el club: en 2010 el Mallorca le otorgó la insignia de oro del club, 35 años después de su retirada.

Sólo recientemente se ha reconocido la labor del Gran Capitán en el club. Primero, en el año 2010, el Mallorca presidido por Mateu Alemany le otorgó la insignia de oro del club, 35 años después de su retirada. Poco después, recibió un multitudinario homenaje en Muro en noviembre del 2012, en la que la Penya Mallorquinista de Muro tomaba su nombre y que contaba con la participación de 20 peñas mallorquinistas y futbolistas de la plantilla del Mallorca, así como algunos veteranos. Por su parte el Murense le nombró Presidente de Honor. Un más que merecido reconocimiento a un profesional que dedicó toda su carrera al Real Club Deportivo Mallorca, y que 40 años después sigue ostentando el récord de permanencia del club. Auténtica historia viva del mallorquinismo.

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Blas Armero Gallego ‘Doro’ El defensa que jugó en tres etapas distintas en Primera con el Mallorca Texto de Tolo Leal

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n 1960, 44 años después de su fundación, el Mallorca alcanzó el sueño de jugar en Primera División. No contento con eso, logró mantenerse en ella durante tres temporadas consecutivas. En esos diez años, hasta en dos ocasiones más logró regresar: en la 65-66 y en la 69-70, aunque en ambas acabó descendiendo a la primera. Desde esta última, tardaría 14 años más en regresar, dando buena fe de lo complicado que era, y por tanto, dando mucho mérito a lo que se había logrado durante aquella década. Pero si el hecho de que el club estuviera hasta en tres periodos distintos en Primera en diez años ya era algo complejo, más aún lo era que un futbolista estuviera en esas tres etapas. Sólo hubo uno que lo logró y, además, siendo siempre titular. Responde al nombre de Doro. Blas Armero Gallego nació en Socuéllamos, Ciudad Real, el 17 de febrero de 1936, aunque sería conocido por todo el mundo como Doro, diminutivo de su padre, Isidoro, fallecido durante la Guerra Civil. Se formó como futbolista en el Pobla Llarga valenciano, el mismo en el 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

que cuarenta años más tarde jugaría David Albelda, hasta que a los 18 años fue contratado por el Alcoyano, que acababa de concluir su época dorada con cuatro temporadas casi consecutivas en Primera Divisón. Permaneció en el conjunto de Alcoy

Con su llegada al Mallorca, el defensa manchego veía cumplido su sueño de estrenarse en Primera División.

durante cuatro campañas, en las que alternó la Segunda División con la Tercera (entonces no había Segunda B), hasta que en 1958 firmó con el Hércules.

En Alicante Doro se encontró inmerso en una pesadilla. Llegado a un club ascensor, con el único objetivo de subir a Primera, al año siguiente se encontró en Tercera. La situación económica era lamentable, hasta el punto de tener que vender los trofeos para pagar deudas, y no fue hasta 1961, con el equipo al menos en Segunda, cuando el futbolista pudo abandonar el Hércules. Fue entonces cuando el Mallorca se hizo con los servicios de este defensa, que veía cumplido su sueño de estrenarse en Primera División. El conjunto bermellón acababa de evitar el descenso en su primera campaña en la máxima categoría, y pretendía reforzar el equipo para mantenerse en la élite. Junto a Doro llegaron el portero Martí Mora, el primer mallorquín que defendió la meta bermellona, Mateo, Pardo, López, Zúñiga, o dos extranjeros que resultaron dos auténticos fiascos: el brasileño Jandyr y el uruguayo Cruz. El jugador manchego se asentó de inmediato en la titularidad del equipo, siendo uno de los futbolistas que más minutos disputó en una temporada en la que, pese a un arranque espectacular, se sufrió más 45


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de la cuenta para lograr la salvación, que no fue sellada hasta la penúltima jornada, cuando se venció en el Luis Sitjar al Zaragoza. En la siguiente temporada, el presidente, Rosselló, se vio obligado a dimitir por la presión popular, y hubo un nuevo cambio en el banquillo. Con ese enrarecido ambiente fue imposible evitar el descenso, pese a que se habían mantenido futbolistas importantes como Forteza, Bolao, Arqué, Oviedo o el propio Doro, y habían llegado otros de relumbrón, como Sanpedro, Pepillo o Pais. 46

Doro volvió a ser titular en prácticamente todos los encuentros, y llevó a cabo una magnífica campaña, pero no pudo evitar la catástrofe vivida en la promoción frente al Español, que tuvo que decidirse en un tercer partido en campo neutral, concretamente en el Bernabéu. Pese a recibir ofertas de varios equipos, el manchego decidió continuar en la Isla, con el único objetivo de regresar a la élite. No se pudo lograr a la primera, pues la marcha de varios de los futbolistas más importantes dejó un equipo un tanto

inestable, pero sí al año siguiente, ya con el barón de Vidal en la presidencia y el meta Vicente como una de las principales estrellas. En esas dos campañas en la categoría de plata, Doro continúo siendo uno de los baluartes del equipo, así como pieza clave en el ascenso, con un gol vital que permitió el empate en la visita al Málaga, segundo clasificado y que terminaría subiendo en la promoción. Aquella temporada 65-66 fue como un visto y no visto. Pese a las llegadas de Duca, Rovira o Héctor Nuñez, y a que hubo hasta dos cambios de entrenador, el equipo no logró salir casi nunca de las posiciones de descenso y, tras encajar una goleada en el Bernabéu en la última jornada, regresó a la división de plata con más pena que gloria. Doro, que aquella campaña estuvo sobre el terreno de juego todos los minutos posibles, esto es, 2700 en las 30 jornadas que dura la Liga, volvió a recibir ofertas para seguir en Primera, pero estaba ya tan identificado con el equipo y la Isla que decidió continuar en el Mallorca. Tres temporadas más tardaría el equipo en volver a la máxima categoría, un periodo en el que volvieron a vivirse varios cambios en la presidencia y la directiva, idas y venidas de entrenador o la marcha del “gran capitán”, Joan Forteza. Hasta la campaña 68-69 no se asentaron un poco las cosas, lo que, unido a la llegada del ex madridista Canario (en su cuesta abajo, pero sobrado para la categoría de plata), propició de nuevo el ascenso mallorquinista. En esas tres temporadas, Doro, para quien parecía que no pasaban los años, continuó siendo titular indiscutible, disputando prácticamente todos los encuentros, y convirtiéndose en una pieza clave ya no sólo en el terreno de juego, sino también en el vestuario, pues era el más veterano en la plantilla. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


En la página anterior, imagen de la temporada 65/66. Doro, Bolao, Sans y Rovira I (agachado) en el Nou Camp; era el partido de vuelta de la Copa, ganaría el F.C. Barcelona 5-1, en Palma había ganado el Mallorca 2-0. Junto a estas líneas, gran parte de la plantilla de la temporada 68/69, que logró el tercer ascenso a la máxima categoría. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Heredia, Gost, Doro, Sans, Victoriero, Robles, Forneris, Oliver, Cáceres, Cifre, Domínguez, Conesa, Parera, Puig, Rosselló y Terol (fuente: futbolbalear.es)

Aquella nueva campaña en Primera, pero, no fue para nada reconfortante. Pese a mantener a Fornerís en el banquillo y a buena parte de la plantilla que había logrado el ascenso, además de incorporar interesantes fichajes como Colom, Pérez, Costa o, sobre todo, el angoleño Mendonça, el Mallorca fue incapaz de tomar aire en ningún momento de la temporada, consumando su descenso a falta de varias jornadas para concluir la Liga, un descenso que iba a significar mucho más que la pérdida de categoría, pues el conjunto bermellón tardaría catorce años en regresar a la élite, después de pasar por demasiados apuros económicos que le llevaron a jugar en Segunda B e incluso en Tercera División, durante cuatro temporadas, en la década de los setenta. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

En aquel último año del Mallorca en Primera, Doro, pese a ser uno de los pesos pesados en el vestuario, no fue titular. La llegada de Mariano, procedente del Atlético de Madrid, y la irrupción de Robles, unido al inevitable paso de los años, mandaron al central al banquillo. Aún así, y pese a sus 33 años, acabaría disputando 16 encuentros como titular, más de la mitad de la Liga. Pero eso, y el descenso a Segunda, fue suficiente para que el manchego decidiera abandonar, diez años después de su llegada, el club bermellón. No así la Isla, en la que continuó después de firmar para la temporada 70-71 con el Atlético Baleares, entonces en Tercera División. Al año siguiente, ya sí decide colgar definitivamente las botas. La última vez que se vio su nombre en

el Mallorca fue una década después, cuando ascendió del filial su hijo, que también llevaba el mote de Doro, aunque tuvo una presencia testimonial y apenas llegó a jugar con la camiseta bermellona. El bueno, Blas Armero Gallego, se había retirado después de diez temporadas en el Mallorca, después de haber disputado 198 encuentros con la casaca mallorquinista, lo que le convierte en uno de los futbolistas más importantes de la historia del club. Pero sobre todo queda para el recuerdo el hecho de que un jugador, en un época en la que el Mallorca era, siendo benevolentes, un equipo ascensor, llegara a jugar hasta en tres etapas distintas en Primera División. Hoy parece fácil, pero en aquellos tiempos era más que meritorio, y Doro lo logró. Fue el único. 47


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Rafel Piris El portero que le costó un descenso al Mallorca Texto de Tolo Leal

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afel Piris es uno de los mejores guardametas que ha dado nunca la isla de Mallorca, un hombre que se mantuvo durante ocho temporadas en la Primera División, vistiendo las camisetas del Granada primero y del Espanyol después, y que entre 1966 y 1968 defendió la portería del Mallorca. Rafel Piris Esteva nació en Artà el 18 de diciembre de 1932. Tras formarse en el equipo de su pueblo, al finalizar su etapa como juvenil fichó por el Atlético Baleares, en el intento del club de regresar a la Segunda División. Pese a que no lo consiguió, sus buenas actuaciones le valieron para firmar por el Granada. En el conjunto andaluz llegó a disputar cuatro temporadas en la máxima categoría. Aunque le costó hacerse con el puesto de titular –el primer año estuvo a la sombra de Candi, y el segundo del portugués Gomes- Piris terminó convirtiéndose en un hombre importante en sus dos últimas campañas en Granada, donde en total llegó a disputar 53 encuentros. En el verano del 61, después del descenso de los rojiblancos, firmó por el Espanyol. Allí permaneció durante otras cinco temporadas, cuatro de ellas en Primera División, pero el hecho de coincidir primero con Joanet y después con Carmelo Cedrún –padre del Cedrún del Zara48

Fuente: hallofameperico.com

goza- le impidió hacerse nunca con la titularidad. Sin embargo, con el conjunto catalán escribió una de las páginas más negras de la historia del Mallorca. En la temporada 62-63 ambos equipos se debían enfrentar en una eliminatoria para dilucidar qué equipo estaría en Primera la próxima campaña. El Mallorca como defensor de la categoría, y el Espanyol como aspirante a ascender. En el encuentro disputado en Sarrià, los locales se impusieron por 2-1. Y en el partido de vuelta, fueron los mallorquines quienes vencieron por 2-1. De ese modo, se tuvo que acudir al desempate.

En aquel encuentro, que se disputó en el Santiago Bernabéu el 23 de mayo de 1963, Piris fue titular por el Espanyol. Y se convirtió el principal artífice del triunfo de su equipo por la mínima, gracias al tanto de Idígoras. La magnífica actuación del meta artanenc impidió que el Mallorca lograra por lo menos el empate, enviándolo directamente a la Segunda División. En el verano de 1966, cansado de la falta de oportunidades, abandonó Sarrià para recalar en el Mallorca, un Mallorca que acababa de descender, y cuyo único objetivo era regresar a la máxima categoría. Piris llegó a la isla dispuesto a devolverle lo que le había arrebatado. Pero no pudo conseguirlo. En dos temporadas, el conjunto insular, inmerso en problemas económicos y de directiva –qué rarofue incapaz de lograr el ascenso. Piris, que compartió la titularidad con Vilanova, decidió colgar las botas a la edad de 38 años. El penúltimo acto del guardameta vinculado con el fútbol se produjo en 2009, cuando recibió un homenaje de la Federación Balear de Fútbol. El último, un minuto de silencio que se guardó respetuosamente el 17 de diciembre de 2011, el día de su fallecimiento, en un partido que enfrentaba el Mallorca ante el Getafe. No era para menos. Uno de los mejores guardametas mallorquines de toda la historia lo merecía 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Ernesto Domínguez El hombre gol Texto de Rafel Coll

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rnesto Domínguez Hérnandez fue un futbolista español, nacido en Móra d’Ebre, en la provincia de Tarragona, ocupante de la posición de interior en la zona de ataque. En él hallamos un referente del ataque bermellón a finales de los años 60, cuando logró un ascenso con el conjunto mallorquinista. Los que le vieron jugar destacan su velocidad, olfato goleador y su habilidad para desarrollar un juego de contraataque. Antes de ello, tras unos inicios fulgurantes en el Condal, actual filial del Barcelona, con 14 goles en Segunda División a la temprana edad de dieciocho años, fue fichado por el Espanyol para debutar en la élite del fútbol español. Aunque tuvo un primer año discreto, en su segunda temporada explotó, anotando nueve goles en la categoría de oro del panorama nacional, a pesar de que su equipo terminaría descendiendo a Segunda. El descenso del club catalán supuso su fichaje por un Levante con las miras puestas en el ascenso a Primera. Allí creció como futbolista anotando diez goles, a la vez que se lograba el objetivo marcado. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

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1956 - 1976 En la pàgina anterior, imagen de la temporada 70/71. Domínguez, que en la foto le vemos en otro momento del partido frente al Oviedo, se retiraría al final de ésta temporada, internacional absoluto con España, llegó al Mallorca procedente del Levante en la temporada 66/67, un caballero dentro y fuera del campo y un maestro a la hora de lanzar penas máximas, ha sido uno de los mejores delanteros centro de la historia del Mallorca. Junto a estas líneas , Domínguez (izquierda) con 13 goles y Conesa con 4, fueron los máximos goleadores del equipo en la temporada 69/70 (fuente: rcdmallorca1916.com)

Ya otra vez de vuelta con los grandes se hizo reconocido en el ámbito nacional tras una temporada sobresaliente en 1963, donde el Levante llegó a colocarse líder y fue convocado por la Selección española para un amistoso ante Bélgica. Todo un honor para un jugador de un equipo modesto. Además, al igual que hizo Joan Forteza en el Mallorca, Ernesto Domínguez anotó el primer gol del Levante en Primera División. El interior catalán permaneció dos temporadas más en el conjunto valenciano, descendiendo en una de ellas, hasta terminar fichando por el Mallorca de cara a la temporada 1966-67. No llegó solo desde el conjunto granota sino que vino acompañado de Pepín y Victoriero. Tras un primer año donde, por una lesión, tuvo que estar en dique seco, en la siguiente temporada se confirmó como referente del equipo. Sus 14 goles le avalaban, sin embargo no fue suficiente para lograr el ascenso. Se quedó con las ganas de volver a la categoría de oro del fútbol español, pero este maravilloso deporte le debía un favor. Lo que en la actualidad se llama el “karma”. En 1969, tras 50

otro fantástico registro goleador con trece goles en su haber, fue partícipe del tercer ascenso del Mallorca junto a jugadores como Candela y Conesa. El destino es caprichoso, y el Mallorca, en su línea de equipo ascensor, volvió a vivir en sus carnes la vuelta al infierno muy a pesar de otra brillante temporada de su pun-

En 1969, tras otro fantástico registro goleador con trece goles en su haber, fue partícipe del tercer ascenso del Mallorca junto a jugadores como Candela y Conesa.

tal en ataque, Ernesto Domínguez. Otros trece goles con el conjunto bermellón reforzaban su figura y le convertían en un ídolo de la afición mallorquinista, lástima que el resto del equipo no acompañara. En 1971, ambiente de crispación mediante por acusaciones de falta de profesionalidad hacia la plantilla, puso fin a su carrera futbolística con otra muestra de su calidad, convirtiendo nueve dianas a lo largo de esa temporada. El 18 de mayo de 1972 el Mallorca le rindió un sentido partido de homenaje ante el Manchester United, en honor a sus grandes registros en el club bermellón. El destino, y los dirigentes, quisieron que en el Levante – Mallorca de 2011, clubes donde despuntó el jugador catalán, le brindaran otro tributo en el Ciutat de Valencia. Ernesto Domínguez es todo un ídolo en el Levante, pero en la isla tampoco se queda corto. Sus grandes habilidades y destrezas, junto a su olfato goleador, hicieron vibrar al mallorquinismo. A pesar de ser levantinista confeso, en su corazón guarda un pequeño rincón para nosotros, como demostró asistiendo a la Gala del Centenario. 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Anécdotas y curiosidades de la época Texto de Xisco Ramis

Jaume Rosselló pasó desapercibido

Jaume Rosselló tomó posesión del cargo de presidente del Mallorca el 7 de julio de 1956. Fue un hecho que pasó desapercibido para la mayoría de periódicos de la época, ya que las portadas de los rotativos se centraron en otro acontecimiento histórico: por esas fechas se encontraba en la isla ni más ni menos que el vicepresidente de Estados Unidos por aquel entonces: Richard Nixon, quien posteriormente llegaría a la presidencia y sería protagonista del escándalo “Watergate”.

El día que Di Stéfano vistió de bermellón

Por todos es sabido que el “Toto” Lorenzo llegó al Mallorca recomendado por el gran Alfredo Di Stéfano, pero no acaba aquí la implicación de “la saeta rubia” en el equipo bermellón. En agosto del 1959 el Mallorca jugaba un partido amistoso contra el Newcastle United con motivo de la inauguración de la iluminación eléctrica en el Lluís Sitjar. Para tal acontecimiento, Juan Carlos Lorenzo invitó a un amigo suyo para que participara en el encuentro. Un hecho que no hubiera trascendido de no

ser porque se trataba del mejor jugador del mundo en aquella época: el mismísimo Alfredo Di Stéfano, una leyenda que vistió la camiseta del Mallorca, aunque solo fuera durante un partido.

La reivindicación de Pepillo

El 30 de diciembre de 1962 es una fecha recordada por los mallorquinistas más longevos, ya que ese día el Mallorca, que disputaba su tercera temporada en Primera, consiguió una escandalosa victoria ante el todopoderoso líder de la categoría: el Real Madrid de Gento, Puskas, Amancio

Di Stéfano –agachado, en el centro– con Zamora, Arqué, Bolao, Guillamón, Forteza, Diego, Martínez, Oviedo, Lorenzo (jugador-entrenador) y Rodríguez II (fuente: rcdmallorca1916.com)

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El nuevo emblema del club permaneció por espacio de cuatro temporadas, pero definitivamente volvió el escudo actual. Pepillo, para muchos el mejor “9” que ha pasado por el Mallorca, durante el partido contra el Hércules de la temporada 63/64. (fuente: rcdmallorca1916.com)

y Di Stéfano, aunque este último no disputó el encuentro. Pese a que el Mallorca venció por 5-2, el partido no hubiera sido tan memorable de un ser por un hombre: José Castro alías “Pepillo”. El delantero jugaba su primera temporada en el Mallorca procedente precisamente del club blanco, ya que no tenía cabida en una delantera con tanta estrella. En su traspaso, que se cerró por un montante de un millón y medio de pesetas, el presidente madridista quiso incluir una cláusula para que Pepillo no pudiera jugar contra los merengues. El acuerdo no fue reflejado en ningún documento, y únicamente se formalizó en un apretón de manos entre los dos mandatarios: Llorenç Munar y Santiago Bernabéu. Finalmente, Pepillo disputó el partido y consiguió marcar dos de los cinco goles bermellones. Desde aquel día, el club blanco rompió las relaciones con el Mallorca durante varios años.

El cambio de escudo fugaz

El 4 de abril de 1972, el Barón de Vidal, presidente del Mallorca por aquel entonces, tuvo la disparatada 52

idea de cambiar el escudo del club por iniciativa propia y sin consultar a nadie más. El nuevo escudo no fue del agrado de la afición ni del resto de directivos. Únicamente duró cuatro años, después se volvió a recuperar el emblema anterior.

¡Al ladrón!

A finales de septiembre del 1974, el Barón de Vidal dejó su cargo como presidente y fue sustituido por Antonio Seguí. Antes de que la nueva directiva pudiera examinar las cuentas del club, un misterioso ladrón robó todos los documentos contables que había en las oficinas de la entidad. Curiosamente, no se llevó ningún objeto de valor. Nunca se descubrió quién fue el ladrón ni se recuperaron los papeles sustraídos. Al final de aquella temporada, Seguí dio a conocer la deuda real del club, que ascendía a 44 millones de pesetas.

Chango Díaz, el deseado

Chango Díaz llegó, con el cartel de estrella, a un Mallorca en crisis necesitado de ídolos futbolísticos. Tanto suspiraba la afición por un ju-

gador diferencial que, tras verlo en su primer partido amistoso, fue denominado como “el Pelé blanco”. El argentino debutó con el Mallorca en agosto del 1971, en un encuentro de preparación ante el Liverpool, en el que marcó tres goles. Pero no iba a ser fácil su contratación, ya que por aquel entonces el Mallorca militaba en Segunda División y no se admitían extranjeros en dicha categoría. Mientras se solucionaban sus problemas burocráticos, el jugador regresó al Peñarol de Montevideo. No fue hasta un año después que el argentino pudo ser inscrito. El Barón de Vidal, presidente del Mallorca en aquellos tiempos, descubrió que Chango tenía un abuelo catalán, y así la Federación aceptó su contratación. Obviamente, todo era una farsa.

Lo que pudo haber sido y no fue

Cuando Antonio Seguí asumió la presidencia, debía de contratar a un nuevo entrenador. Fue cuando Antonio Calderón, gerente del Madrid, le aconsejó el fichaje de Manuel Sanchís, ex jugador madridista. El técni1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Aspecto que ofrecía el Lluís Sitjar el día que el Mallorca derrotó al Real Madrid por 5-2, fue el 30 de diciembre de 1962. El Mallorca constantemente anunciaba su llegada pero las semananas y meses pasaban sin que “Chango” -en la imagen de la derecha- llegase (fuente: rcdmallorca1916.com)

co le pidió a Seguí un millón y medio de ficha más otro millón y medio para fichar a cinco jóvenes jugadores del filial merengue: Camacho, Escribano, Zambrano, Vitoria y Sánchez Barrios. El presidente bermellón se negó a pagar tal cantidad. Nunca lo sabremos, pero probablemente hubiera sido una magnífica operación para el club.

El maletín del Bar Cristal

En la última jornada de la temporada 75-76, un Mallorca sumido en una fuerte crisis económica se enfrentaba al Mestalla, que se jugaba el descenso. Según parece, el presidente del Valencia, José Ramos Costa, ofreció a la plantilla del Mallorca medio millón de pesetas por dejarse ganar. Los jugadores bermellones, pese a que llevaban varios meses sin cobrar, dieron muestra de su honorabilidad y rechazaron la oferta. A pesar de ello, el Mestalla ganó el encuentro. El presidente valenciano, por si las moscas, envió el maletín con destino a la isla. El delegado del Mallorca debía entregar el dinero al entrenador bermellón, Manolo De la Torre. El míster no 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

dijo nada a la plantilla, pero sí avisó a la policía y a los medios de comunicación de la hora y el lugar donde se produciría la entrega, el Bar Cristal. Resultado: la fotografía de De la Torre cogiendo el maletín fue portada en los diarios deportivos de la época y el delegado del Mallorca pasó la noche en comisaría, pero nunca se pudo demostrar la procedencia del maletín. Finalmente, el dinero se destinó a la beneficencia.

“Paco Buyo no sirve para el fútbol”

Manolo De la Torre fue un entrenador muy peculiar y con una particular visión del fútbol. Cuando era entrenador del Mallorca, llegó al club un joven portero de 17 años llamado Paco Buyo. El entonces míster bermellón apenas dio minutos al jugador y en una ocasión hasta llegó a decir que no servía para el fútbol. Buyo, harto de la situación, pidió el cambió de residencia con destino a Coruña. Años más tarde, y como todos sabéis, se convirtió en un gran portero defendiendo la camiseta del Real Madrid y de la Selección Española. 53


1956 - 1976

Relatos de un mallorquinista anónimo Despedidas y bienvenidas Texto de Javi Ribas

—¿Y recuerda usted cuándo....? Sólo por la entonación que había puesto y por cómo se le había iluminado la cara, ya sabía que iba a hablar de aquel episodio de 1938. Cuando Marc nos contó que era el final de la Liga Mallorca, no pude evitar llevar a cabo el plan que hacía meses me rondaba la cabeza. Cogí papel y pluma y pasé horas y horas encerrado, noche tras noche, escribiendo cartas. Cartas que a los pocos días iba a enviar a los clubes de fútbol más relevantes de la época. En cada una de las hojas firmadas de mi puño y letra, hablaba de Don Ferran y su colección, de las maravillas que ésta aunaba. Pero no tenían un fin informativo. Lo que hacía era pedir una pequeña donación de material para agrandarla y convertirla en una colección de museo. Tuve la suerte de que casi todos me contestaron y los paquetes no dejaban de llegar día sí y día también. Nadie podía saber qué estaba pasando pero desde luego mi madre tenía que estar al tanto, por un mero tema de entender por qué llegaban tantos envíos a casa. Cuando por fin los recibí todos, le hice entrega a Ferran de mis obsequios y su cara, la expresión y el brillo en sus ojos, fue el regalo más grande que 54

nunca nadie me había hecho. Contado de su boca, todavía sonaba más emocionante. Yo seguía escuchando atentamente la historia narrada por su principal protagonista. Tuvo que tomar aire y la enfermera le recomendó que se pausara por unos minutos. Me había fijado ya en varias ocasiones en la atención que prestaba ella a Don Ferran cuando contaba sus batallitas. Toqueteaba tubos, miraba que todo estuviera en orden, pero siempre con la oreja

Cuando por fin los recibí todos, le hice entrega a Ferran de mis obsequios y su cara, la expresión y el brillo de sus ojos, fue el regalo más grande que nunca nadie me había hecho.

puesta en las conversaciones que manteníamos el señor Ripoll y yo los domingos sobre el Mallorca. Me preguntaba a mí mismo una y otra vez si le gustaría el fútbol y, más concretamente, si era aficionada del club bermellón. Pero aún no había tenido el coraje para resolver mi duda. Un grupo de médicos entró en la habitación tras tocar la puerta y la enfermera se dirigió hacia mí instándome a salir de la habitación un momento. Yo accedí con el corazón en un puño. Quién sabía si estaba colada por mí y quería pedirme una cita, cita que desde luego no iba a rechazar. Recordaba que en ese momento la sangre caliente me jugó una mala pasada. —¿Se llama usted Martín, verdad? Ya que supongo que debe ser el hijo de Don Ferran y me ha comentado el doctor que es usted quién más tiempo pasa aquí, creo pertinente comunicarle lo siguiente. —Bueno, no… no somos familia. Simplemente nos conocemos desde hace mucho y somos muy amigos. —Pues siento comunicarle que esta noche va a ser la última de Don Ferran. El tratamiento ya no da más de sí y los últimos días pueden ser muy dolorosos para él si seguimos esperando. 96 años no son una bro1916 | 100 anys de Mallorquinisme


ma y lo último que se quiere en el hospital es que el señor Ripoll lo pase mal o sufra. Ahora mismo se lo están comentando a él. Lo siento. Tendrá un rato más para despedirse. No había podido aguantar las lágrimas durante la noticia. El alzheimer de Ferran, con 96 años, le había destruido por completo todos y cada uno de los recuerdos recientes. Durante los meses anteriores, su hijo y amigos habían venido a pasar un rato con él, pero ni siquiera recordaba sus nombres, sólo el mío y el de su ya difunta esposa, Doña Monserrat. A su hijo le afectó tanto que no recordara su nombre que no fue capaz de volver a pisar el hospital. Fue un proceso verdaderamente duro el suyo. Siempre me repetía que quería conservar un buen recuerdo de su padre y aquel desde luego no iba a hacerle más que daño, por lo que creía que estaba tomando la decisión correcta. Respecto a su esposa, el día que falleció la señora Ripoll, Ferran y yo supimos que nuestra amistad duraría por el resto de los días y, dentro de las posibilidades, así había sido. Fue una gran pérdida para ambos y supimos rellenar los huecos que Monserrat había dejado a base de más largas y frecuentes visitas. —Martín, puede usted pasar. —Gracias… —Laura, puede llamarme Laura. —Gracias, Laura. Me prometí aguantarme las lágrimas durante la despedida. —Pues parece que este es el final de nuestra aventura.—Ferran resopló—Quiero agradecerle absolutamente todo lo que ha hecho usted por mí y por Monserrat, por la vida que aportó a nuestra casa durante tantas tardes y, sobre todo, por escuchar tan atentamente cada una de mis historias sobre fútbol y en concreto sobre el Mallorca. Es una verdadera lástima que me tenga que despedir cuando el Mallorca al fin 1916 | 100 anys de Mallorquinisme

Fuente fotografías: fotosantiguasdemallorca.com

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1956 - 1976 Fuente fotografía: galenf.com

Cuando me metan en el ataúd descubrirá usted el regalo que le he dejado. Espero que lo cuide como un tesoro.

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parece encaminado hacia la Segunda División. Apunte usted, Martín. Nuestro Real Club Deportivo Mallorca subirá este año a Segunda. Aún no hemos perdido ningún partido esta temporada y el Toto Lorenzo parece un gran tipo. Subiremos. —Don Ferran, me alegro mucho de haberle perseguido para saber el resultado de aquel Badalona-Alfonso XIII. Gracias por enseñarme su maravillosa colección, por presentarme a su familia y por los recuerdos que deja usted en mi memoria para contarle a mis hijos. Dios le oiga, Don Ferran, ojalá ascendamos este año. Le juro que lo celebraré por los dos, por usted y por mí. —Escúcheme, cambiando de tema que está usted con un rostro muy serio. Tiene usted ya una edad y la enfermera es más que guapa. Si me hubiera pillado con 50 años menos, no dudaba en pedirle una cita, Martín. Tuvo que detenerse para respirar otra vez y yo notaba que me estaba sonrojando, una vez más.

—He visto cómo la mira usted. Y ella también parece mirarle. ¿Me hará caso? Asentí con la cabeza mirando para otro lado. No quería que notara que me había colorado. —Lo último que quiero decirle, Martín. Estaba más activo que de costumbre y lo asocié al último momento de lucidez que la vida te ofrece cuando vas a abandonarla. —Cuando me metan en el ataúd, descubrirá usted el regalo que le he dejado. Espero que lo cuide como un tesoro, pero lo doy por hecho, porque sólo se lo dejaría a alguien que fuese a tratarlo con el aprecio que lo hice yo. Recibirá noticias de mi testamento. Ahora venga y deme un abrazo. Nos fundimos en un abrazo para la historia y dejamos correr el tiempo llorando por última vez. Lo siguiente que recuerdo de aquel día son lágrimas y más lágrimas. Ah, espera, y la conversación con Laura. Continuará... 1916 | 100 anys de Mallorquinisme


Bibliografía Periódicos

Diario de Mallorca

Libros y otras publicaciones “Historia del RCD Mallorca 1916-2004” de Miguel Vidal y Jordi Vidal “Radiografía de un ascenso” de Juan Carlos Pasamontes “De Buenos Aires a Birmingham” escrito por Luis Arcos, Carlos Montes de Oca y Javier Olona y dirigido por Tomeu Maura “Historia del Real Mallorca” publicado por faciculos en EL DIA 16, escrito por Tomeu Maura Bujosa y Jaime Martí Garcías “Mallorquines admirables” de Miguel Vidal

Páginas web http://rcdm.es http://soydelmallorca.blogspot.com.es http://rcdmallorca1916.com http://www.futboldesdemallorca.com http://www.bdfutbol.com http://www.deportebalear.com http://www.futbolbalear.es http://www.realmallorcacentenario.com

Colaboradores Maquetación y diseño Toni Ribas Diseño de contraportada Enrique Juan Redacción Damián Busquets Sergi Cirer Rafel Coll Tolo Leal Gonzalo Mazarrasa Jaime Mora Toni Ramis Xisco Ramis Francisco Javier Ramonell Javi Ribas Sebastià Salas

Agradecimientos A Ángel Gómez “Bolao” A Joan Forteza A Julià Mir A Antonio Oviedo A Martí Mora, por su prólogo y por toda su amabilidad Únicamente por el hecho de haber conocido a estos extraordinarios ex futbolistas, ya ha merecido la pena todo el esfuerzo invertido en hacer esta revista.



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