[-os penoEDoREs DE l-A. REFoRMA NEoUBERAL DE r-os
90:
Er- c.ASo DE t-os oBRERos tt¿weRos* Marcos Garfias
Bl demtmbe de las organizaciones sindicales, miles de trabajadores de
planilla cesados (por no decir despedidos), otros tantos en peligro de perder sus puestos y con ingresos reales inferiores a décadas pasadas. Obstaculos
para desarrollar una equilibrada negociación colectiva. Mezquindad e injusticia a la hora de repartir las uülidades. El vertiginosos aumento de trabajadores de contrata: sin entrenamiento previo, impedidos de sindicalizarse, sin seguros de accidente y de vida que los proteja ante lo inesperado, con sueldos por debajo del promedio y con mas horas de trabajo. Campamentos casi fantasmas donde se desmantelan escuelas, hospitales y viviendas familiares, quedando sólo las instalaciones de la empresa y las reducidas habitaciones de los trabajadores, a quienes muchas veces se les restringe el uso del aguay la energia eléctrica. Por último, alarmantes niveles de descuido en la salud, la seguridad e higiene miner¿s. Todo esto es parte de la dramáüca realidad, de una de las dos caras que se ha configurado en la actividad minera en los úlümos diez años. La otra cara es la de un empresariado minero privado tan vigoroso como en sus mejores épocas (los años anteriores al gobiemo de Velasco Alvarado). un empresariado que durante esta úlüma década ha adquirido por cientos de millones de dólares casi todos los centros mineros que le pertenecían al Estado y se ha compromeüdo en invertir otros tantos miles de millones en esta actividad. Corporaciones con capitales austríacos, brasileños, canadienses, chinos, mexicanos, nodeamericanos y también pen¡anos, son los nuevos
directores de la industria minera. Nuevos directores, que gracias a los incentivos que el Estado les ha brindado (beneficios tributarios, una nueva legislación labor¿l que les da plena libertad para reducir sus costos labor¿les, eti.) para invertir su dinero en este sector, han logrado en pocos años elevar los volúmenes de producción y exportación del preciado mineral, elevando también, de pasada, sus ganancias. En ese mismo senüdo, varias compañías
.
Este artículo surgió a partir de una serie de entrevistas, en abril del 200O a Juan de Dios Ramírez, por entonces secretario Gener¿l de la Feder¿ción Minera valiosa información me fue brindada ademas por los dirigentes Pedro Escate y Marcial Salomé. A ellos mi gratitud.
/39
Perrú (loNlevl'onÁNco extranjeras y nacionales, vienen explorando el potencial minero en cientos de zonas del pais, lo que hace presagiar un boom de la acüvidad minera en el Peru, pero a costa de cuanüosos daños ecológicos y de la expropiación de muchas üerras de comunidades campesinas. áQué cosas han sucedido en estos diez años para que se configuren dos caras tan disüntas en la acüvidad minera? áCómo, y quiénes, han perdido con los cambios que se han dado en esta última década dentro del sector minero? áPor qué el auge de la mineria en los años 90 esta significando
mayores ganancias para los empresarios y mayor explotación y menos beneficios para los trabajadores? iPor qué el Estado peruano ha favorecido
abiertamente
al empresariado privado minero y prácticamente
ha
desprotegido a los trabajadores?
éQué hasucedido? La rcforma
neolibenl
En los úlümos diez años se ha puesto en marcha una serie de radicales reformas económicas que han cambiado significaüvamente la estructura productiva del país y con ella se han reestructurado las relaciones entre Estado, empresarios y trabajadoresr. EI resultado de todo esto ha sido la subordinación total de las clases trabajadoras a los intereses de los modemos capitalistas (basicamente exhanjeros), en tanto que el Estado se ha convertido en promotor de las inversiones privadas a través de una serie de incenüvos, entre los que se cuenta, precisamente, la posibilidad de favorecer a los inversionistas con fuerza de trabajo más barata y menos combativa. [¿ naturaleza neoliberal de estas reformas determinó todo esto.2 Las reformas neoliberales surgieron ante el catastrófico demrmbe de ras apuestas populistasy su modelo de desarrollo primario-exportadore industrial para el mercado domésüco (industrialización sustituüva de importaciones), hacia fines de los 80, luego de casi 30 años de aplicación.3 I-a crisis provocada I-os más interesantes balances que se han hecho sobre los cambios, en general, que se han
dado en el Peru de los 90 y los primeros efectos de la aplicación del nuevo modelo de desarrof lo económico (el neoliberal), están en EI peru de Fujimori: Igg}-jggg, editado por Johnn Crabtree y Jim Thomas (2000) V EI neolibenlismo a la peruana. Economía políüca del ajuste estttctural, 1990-1997 de Efraín Gonzales de olarte (1998). Este artículo üene
t40
innegatrles deudas con ambos kabajos. Par¿ los neoliberales el mercado es el asignador 'anónimo" y "eficiente'de recursos. [¿ división intemacional del kabajo es la que define las prioridades de producción e inversión sectorial y el agente de crecimiento es el empresario privado. Este modelo se sustentó en la decidida participación del Estado en la economí4 pues se asumía que el mercado no era asignador dinámico ni equitaüvo. se presumía que el sector
G¡\IIFIz\S / L¡IS PEITNPDORÍ],S DE L\ TtIj,FOfIM¡\ NEOUI3EII/\L DE T{)S 90...
por el colapso de este modelo fue capitalizada desde 1987 el fallido por la derecha anuncio de AIan Garcia de estatizar a la banca privada- -tras peruana que se encargó de preparar el terreno ideológico para posibilitar la puesta en marcha de un modelo opuesto al anterion el neoliberal. En función de eso nació el FREDEMO encabezado porMario Vargas Llosa. Sin embargo en las elecciones de 1990 la mayoria del pueblo vetó la apuesta neoliberal de la Derecha peruana- El que un inesperado y políticamente frágil Alberto Fujimori fuese ele$do Presidente determinó sin embargo que aquel modelo se pusiera en marcha. La fragilidad politica inicial de Fujimori fue rápidamente superada por la intervención de las Fuerzas Amadas. Ademas, desde un principio fue también determinante Ia participación de los más grandes socios del capitalismo internacional: trl FMI, el BID y el BM. A ellos les debe el Peru la receta del modelo neoliberal que se empezó a aplicar entonces.a Esta receta denominada Programa de Ajuste Estructural (PAE), se sustentó en algunos objeüvos fundamentales: iniciar el pago de la deuda extema peruan4 trasladar al sector privado todas la empresas estatales, reformar el sistema fiscal, liberar completamente el comercio y desregulanzar todos los mercados. Esto implicaba entre otras cosas, la renuncia del Estado a su importante papel protagónico en la economía como asignador de recursos, para darle paso a ese invento liberal, invisible y "apolítico", llamado mercado.s extemo debía ser concordante con la división nacional del trabajo (de ahí su apuesta por la industrialización) y que el a¡¡ente económico del crecimiento era el Estado y el trabajador (consumidor-elector). Este modelo fue impuesto por las clases medias y populares en sus luchas antioligárquicas durante gran parte del siglo )0C Véase al respecto: Sinesio [ópez: EI Dios Mo¡tal, Estado, sociedad y política en el Peru del siglo )O((1991).Julio Cotler: Claseg Estado yNación en el Peru (1978). Sobre los giros en la políüca económica peruana de la segunda mitad del siglo )C{ nos hablan Efraín Gonzales de Olarte y Lilian Samamé en su ya clisico Péndulo penrano: políticas económicas, gobemabilidad y subdesarollo (1994).
En 1990 el Peru tenía con estos organismos una deuda acumulada de casi 20 mil millones de dólares, y si se queria recibir ayuda tenía que aceptarse algunas condiciones e imposiciones que asegurasen que esta deuda y los préstamos futuros fuesen pagados. Se le impuso al Perú entonces un plan de reformas denominado Programa de Ajuste Estrucfural PAE. Confueras y Cueto nos recuerdan que estas transformaciones han significado la inserción del Peru en lo que se ha llamado "revolución conservadora' en el mundo, puesta en marcha por líderes de las potencias mundiales, como Margaret Thatcher y Ronald Rea¡¡an en la década de los años ochenta Esta significó el fin del paradigma del Estado redistribuüvo y el arribo del imperio de la economía de mercado como organizador de las relaciones sociales. Tras la caída del muro de Berlín (1989) y el dem¡mbe de la Unión Soviéüca esta corriente se extendió incluso a los paises del Tercer Mundo, especialmente en el ámbito asiático y latinoamericano... Por ello puede decirse que Ios cambios de los años noventa no fueron solamente un resultado de la política intem4 sino que obedecieron también a las
I4l
Penú (loNrevporrÁNco El impacto fue tremendo para toda la población peruana. Pero el golpe fue más duro para las clases trabajadoras. No sólo porque gran parte de ellas se quedó sin trabajo, sino que se les sumió en niveles de explotación que ya se creían superados. Lo que el nuevo modelo se trajo abajo fue una
trabajadora--{e cualquier sector de la economí4 privada o pública- consiguió durante todo el siglo )C( a través de incesantes luchas. Entonces no sólo se optó por un nuevo modelo, sino que por la naturaleza de éste y en nombre de su eficaz aplicación se han pulverizado en dos años todo aquello que la clase trabajadora tardó en conseguir en las nueve décadas anteriores. En nombre del 'verdadero desarrollo", de la compeüüvidad empresarial, del culto al mercado --y en fin el resto del discurso ideológico neoliberal- el gobiemo fujimorista ha sumido a la clase trabajadora peruana, a los niveles de explotación más altos del mundo. Si los ineficaces gobiemos anteriores no pudieron cerrar las brechas distributivas entre los extremos de la población, la apuesta neoliberal de Fujimori, las abrió más. En los 90, los ricos se han hecho más ricos, y los pobres se han hecho mas pobres.6 L,o que pretendo en lo que sigue de este artículo es mostrar cómo se han ido materializando los nocivos efectos de la reforma neoliberal para el caso concreto de los obreros mineros. Y aunque muchas de las conclusiones preliminares son fácilmente extendibles a todos los otros sectores laborales, existen algunos rasgos que han hecho históricamente de los obreros mineros serie de beneficios y concesiones que toda la clase
-1
por ende de las relaciones entre Estado, empresarios y obreros minerosun caso especialmente singular, entonces es inevitable abordar previamente esta cuesüón.
Esbdo, obrercs y empresas mineras en el siglo )Q( Absolutamente todos los gobiemos y re$menes del Peru de la segunda mitad del siglo )o( han considerado a la mineria como el 'caballo de batalla" de la economía del país. Para la poderosa oligarquia y su Estado policiaco, para las clases medias con su discurso populista y su políüca clientelista y personalist4 para los militares conservadores o "revolucionarios", y para los tecnócratas neoliberales, esta actividad no podía dejar de producir las divisas
t42
6
presiones extemas en la nueva er4 bauüzada como la de la "globalización". Carlos Contrer¿s y Marcos Cueto: Historia del Peru Contemporáneo.IEP, 2000, p. 293. Entre 1989 y 1994 la participación del sector capitalista en la distribución de las ganancias del ingeso nácional pasó del 64.6% al 77.8%. En tanto que la participación de los trabajadores pasó del 34.4% al 21.2%.
G¡\IIFIAS / KIS
I'ENOEDOTTE.S
DI] tA REFOIiMA NEOUI]IJ'IIAL DE Il)S 90...
sin las cuales este país se "demlmbaría'. La dependencia de la economía peruana en el sector minero-exportador ----al igual que otros tantos países
tercermundistas-
es la verdad indiscuüble de la historia económica de este
siglo.T
Por eso mismo, quizá, la minería ha sido el sector donde se han concentrado los mayores niveles de explotación laboral conocidos, asi como la abierta represión estatal-en cualquier gobiemo y en cualquier régimena sus organizaciones, cuando estas, en sus luchas por mejores condiciones materiales y/o por sus apuestas revolucionarias, paralizaban el sector. Pero también, por lo mismo y por la combaüvidad de los obreros mineros, el Estado y los empresarios a lo largo del siglo tuvieron que concederles muchos beneficios. [,a paralización productiva en la minería podía acarrear graves crisis en una economía peruana siempre frágrl e inestable, lo que lraena como consecuencia serias dificultades en el cumplimiento de las funciones del Estado y con ella la inestabilidad política; en tanto que los empresarios perdían sus calculadas y significaüvas ganancias. Ningún beneficio de las clases trabajadoras fue gratuito, todos ellos --{omo en todas las partes del mundo-fueron precedidos por periodos de intensas luchas. [,a historiografia social sobre el siglo )C( así lo demuestras
Exportaciones 1955
-
1997 a nivel porcentual Minería
Año
Otros
r955
47.1
A'7
^Ée
n
1960 1965 1969
36.2 26.0
12.2
50.4
1.2
28.r
45.ó
0.6
,RA
55.1
1.6
17.6
1990
4.9
1tt
I997
6.9
16.5
41.9
40.9
39.9
36.7
Total
lc0 100 100 100 100 100
cerca de la década del 20 surgen los primeros intentos de organización de los trabajadores mineros en la sierra central. Desde 1927 con la intervención de algunos intelectuales de Lima entre ellos Mariátegui, se logran conformar algunos sindicatos mineros, se funda por ejemplo en 1929 el Comité Central de Reclamos de Morococha que inicia una huelga en deminda de mejores condiciones de trabajo e incremento salarial. Aunque las luchas y los paros de los trabajadores mineros se remontan a los primeros años de asentamiento de la cerro de Pasco corporaüon (1902), estas empiezan a ser más orgiifiicas desde Iá década del 30, con la intervención del Partido comunista y el APRr\ primero y desde la década del 50 con la participación de otros partidos y organizaciones políticas de izquierda del Peru'
[,os mineros representaron para estos grupos -excepto el APM- la vanguardia de la revolución proletaria pemana por el gran número de trabajadores que laboraban en este (1945),32,7000 sector-9,6d1 (1905), 1443s (1912), 19,003 (rsr71,27,263Q92d,2r,1r7 (1960),5?,286 (1974),70,000 (1990)-, porla importancia del sector minero en la economia del país, y por la natur¿leza de enclave imperialista en el que se desarrollaba la actividad. Al
r43
Perrú (lor.rleMpon/(NE()
La historia socio-política de la minería pemana del siglo )o( se puede dividir en tres periodos: El primero se inicia hacia 1902, en los comien zos d,e la República Aristocráüc4 cuando la cerro de pasco corporation inicia el sistemáüco proceso de proletanzación minera de la pobración campesina de la sierra central y las organizaciones laborares comienzan su lenta
maduración conforme el proceso de proletanzación se va acentuando, este periodo culmina en la década delT},cuando el régimen militar encabezado por velasco nacionaliza la cerro de Pasco corporation y laMarcona Mining companye, le da las últimas estocadas a la debilitada oligarquía peruana y culmina el proceso de proletanzación de los trabajadores mineros. Todo esto marca el inicio del segundo periodo en el que el Estado sin monopolizar la actividad minera cobra mayor protagonismo en este sector, en tanto que Ias organizaciones sindicales llevan adelante sus más significaüvas luchas. Este segundo periodo culmina en 1992, iniciándose er tercer periodo, cuando el gobiemo de Fujimori decide vender las empresas mineras en poder del Estado y promover decididamente la inversión privada en er sector, en tanto que las organizaciones sindicales enkan en un periodo de franca decadencia promovida en gran parte por la acción directa del gobiemo. En síntesis, apenas han sido 20 años del presente siglo, en que el Estado ha tenido rol importante en la acüvidad minera al controlar directamente gran parte de la producción a través de las empresas que Velasco nacionalizó en la década del70. [.os otros 80 -incluidos los úlümos l0 años- han estado dominados por compañias extranjeras, 80 años en los cuales el Estado legisló a favor de los capitalistas mineros favoreciéndolos además con reducidos impuestos a sus ganancias. Para colmo de males el Estado no pudo convertir las divisas, que por derechos de exportación de nuestros minerales se pagaron, en verdadero desarrollo para el país. respecto véase entro otros a: Alberto Flores Galindo: Los Mineros de Ia cetro de pasco
9
144
1900-1930. (1974). Dirk Kruiijt y Menno Vellinga: Estado, clase obrera y enpresa tnnsnacional, el caso de la minería peruan4 1900-1980. (1983). Denis Sulmont Historia del movimiento obrero minero metalúrgico. Para sus implicancias económicas véase Elizabeth Dore Acumulación y crisis en la ntinería peruana jg\}-lg77. (lggú. Hacia 1971 fueron los propietarios de la cerro de Pasco corporaüon los que ofrecieron vender sus operaciones peruanas al Estado ante los altos costos de producción y los pocos beneficios que se tomaban en perdidas. [¿ trasferencia se hizo efecüva recién en enero de 1974, cuando la venta tomó forma de una nacionalización. El Estado le pagó a la compañía uS$ 58 millones de dólares inmediatamente y posteriormente us$ 18 millones mas. con la Marcona Mining company sucedió prácticamente lo mismo, pagando el Estado por ella US$ 6l millones a havés de una combinación de efectivo, contratos de comercialización y
convenios de embarque. La Cerro de Pasco Corporation sería denominada CENTROMINPERUv la MarconaMiningcompany HIERROPERU. Kruiijtyvellinga (19g3) y Elizabeth Dore (1985).
G¡nprns /
[¡s
penoeDoRr]s DE L,{ REFoRMA NEouBERAL DE r-os 9O...
Los "nu&os" rcles:
guadoruy
Wrdedores
La lógica sobre la dependencia de la economia peruana en el sector minero-exportador no varió con el gobierno de Fujimori, mas bien por el caráúer de las reformas neoliberales este sector cobró mayor importancia Los cálculos de nuestros tecnócratas teledirigidos por el FMI y el BM, indicaban que la minería debía ser la locomotora que arrastraría al resto de la economía del país hacia el desarrollo, en ese sentido era vital privaüzar todas las compañías mineras del Estado, y crear todo un clima favorable para las inversiones ---xobre todo extranjeras- en el sector.ro Y asi sucedió. El Estado renunció a su papel de empresario y se convirtió en el mas ferviente promotor laünoamericano de las inversiones extranjeras en la mineri4 así por ejemplo, g-acias a la nueva legislación minera de 1993 las compañias pueden exonerar de impuestos hasta el 80% de sus ganancias, si es que éstas son desünadas a progr¿rmas de reinversión.
Con esa misma lógca el Estado aprovechó la coyuntural debilidad de
las organizaciones sindicales obrero-mineras, para poder neutralizarlas definiüvamente-< al menos durante un largo periode-. [a dura represión estatal, una vigorosa campaña ideoló$ca y una nueva le$slación laboral consolidaron este objetivo. Para los tecnócratas neoliberales, las sólidas y combativas organizaciones sindicales eran "nocivas" para la economia El Estado iniciaba así su eficaz tarea paftr subordinar a las clases tabajadoras. Resulto asi que los gfandes inversionistas exfanjeros fueron los mas favorecidos con las reformas económicas de los 90: incenüvos bibutarios, nuevas normas que les permitían reducir sus costos laborales, hundimiento de las organizaciones sindicales, etc. atrajeron significaüvamente a los inversionistas mineros, el Peru nuevamente se convirtió en un lugar rentable para invertir y lograr suculentas ganancias.rr
Pero el FMI y el BM también recibieron buena porción de la torta preparada con los ingresos que el Estado recibia por la exportación de nuestros minerales. [.os tecnócratas peruanos -{eles al FMI y al BMt0 Un estudio que elaboró Macroconsult S. A para el Inqtifuto de Estudios Económicos en 1997, indica que para crecer a tasas reales de 4.5% durante los prófmos l0 años y cumplir con sus obligaciones de deuda er<tem4 el pais debe incrementar sus o<portaciones hasta afcanzar un niwl minimo de US$ 17,600 millones en el 2007, de los cuales US$ gB00 millones debeán ser oeorbciones mineras Esto signilica que la participación del sector minero en las oportacbnes totales bordeará aprox¡madamente el 55% El Peru de Fujimori p.
ll
ee.
El sector minero se convirtió en el sector con nürl,ores montos de inr¡ersión prgrcctados para los años 1997 - 2007: US$ 4503.97 millones, seguido de telecomunkruiones con US$ al76 millones lbirt" p.89.
145
Penú CovrevponÁNeo
negociaron nuestra deuda externa con las mejores ventajas para los acreedoresrz. Fujimori y las Fuerzas Armadas, que convirtieron al Estado pemano de los 90 en un Estado policiaco, también se llevaron una tajada de león que les ha servido para mantener al régimen durante toda esta década; esto a través del manejo político del Presupuesto Nacional: el gigantesco Ministerio de la Presidencia y las Fuerzas Armadas captan casi el 50% de este presupuesto; y ademas, por medio de la comrpción de altos funcionarios del gobiemo. lns grandes perdedores han sido los tr-abajadores, entre ellos los obreros mineros. Reforma neolíberal y obrercs minercs
Por la naturaleza neoliberal del PAE, el Estado tuvo que promover la participación del empresariado privado en todas los sectores de la actividad económic4 entre ellas la minería. [¿ situación de los obrero5 ¡¡i¡s¡65 -y los trabajadores en generaF- se configuró en función de eso.r3 [¿ acción mas importante y concreta que el Estado llevó a cabo para cumplir ese objetivo fue la privatización de las empresas públicas, con dr¿máücas consecuencias para la clase trabajadora. Al mismo tiempo, y como complemento de las privatizaciones se dio inicio a la desregulación del mercado de trabajo, que implicaba nuevas reglas en las relaciones entre empleadores y trabajadores, que se materializó con la imposición de una nueva legislación laboral en gr¿n parte totalmente opuesta a la que ri$ó hasta 1992. L¿ nueva legislación tenia como objeüvo crear un ambiente favorable para los inversionistas. Ese ambiente favorable significab4 entre otras cosas, mano de obra más barata (trabajadores de contrata), capacidad para reducir sus costos laborales (despidos), menor carga sociaFa y el
t2 En l99l el Peru tenía una deuda de US$ 25,444 millones. Entre l99l y 1997 se pagó un promedio de US$ 1,329 millones anuales por servicios de la deuda mas del l0% del
l3
146 t4
presupuesto de la república A pesar de estos pagos, en 1996 la deuda extema total había crecido hasta los US$ 33,805 millones, en 1997 se logró reducirla a US$ 28,508 millones a través de una operacón financiera de recompra de los üfulos de la deuda Se ha proyectado pagar ademií,s entre los años 2001 y 2020 tn monto promedio de US$ 1,500 millones anuafes (Ef pico más alto será el año 2003 conlJS$2,272 millones, y el más bajo recién en el 2018 con US$ 730 millones). Gonzales de Olarte, 1998. Contrer¿s y Cueto, 2000. Consider¿mos como trabajadores obrero mineros, a los fuabajadores que üenen a su cargo los trabajos técnicamente menos sofisticados, pero generalmente los m¿ís peligrosos y pesados (como el tr-abajo en minas subterraneas). En los últimos años la clasica diferencia enhe obreros y empleados ha ido desapareciendo tanto que en algunas compañías ambas categorías han pasado a conformar una sola Entre los que se incluían servicios de salud, educación y üüenda para la familia dél trabajador.
G¡nr.¡¡s / Lr¡s
pEnoe,DotfEs DE
t^
tiEFoRMA NEoUBEIt'u oe
uls 9O...
ahogamiento de las organizaciones sindicales que podrían entorpecer la marcha de las nuevas empresas privadas. Veamos en forma esquemáüca como se consolidó todo esto, es decir explicándolas por partes, pero sin olvidar, que por la naturaleza neoliberal del nuevo modelo, tanto las privaüzaciones y las reformas laborales---que implica una nueva legislación laboral y con ella a la acción sindical- se van complementando y
determinando en forma recíproca.
Las privatizacíones mi neras
La privatización de las empresas mineras estatales respondió al carácter neoliberal de las reformas económicas que se basan en un Estado más chico y con poca participación en la economía El objeüvo fue por eso trasladar al sector privado la responsabilidad del manejo de todas las empresas que el Estado tenía. Ademas, la privaüzación de las empresas se jusüficó por la pésima administración que el Estado había hecho de casi todas ellas. Para el caso de la mineria el balance de los 20 años en los que el Estado manejó las empresas de este sector fue el de poco exitoso. Durante esas dos décadas apenas se logró un reducido aumento en la producción y sólo se puso en marcha dos nuevas minas. Al parecer el Estado se limitó a mantener las empresas tal y como las había recibido en los 70. Las dificultades para reemplazar equipos antiguos, instalar tecnología nueva y modemizar las instalaciones fu eron infranqueablesr5. El proceso de privaüzación, en general, se inició de forma limitada en 1991, pues aún no exisüa el respaldo políüco necesario para su ejecución y no se había conformado una enüdad que se encargara de su adecuada organización y puesta en marcha. En ese contexto en febrero de l99l fueron ofertadas 23 empresas, todas ellas de poca importancia, en las que el Estado poseia paquetes accionarios menoresi6. En esta primera fase, para el sector minero en concreto, sólo se logró transferir al sector privado, en julio de 1991, las acciones que el Estado tenia en Minera Buenaventura. La segunda fase, más radical, se inició en diciembre de 1991. Aquel mes el presidente Fujimori manifestó que 1992 sería el año de las privatizaciones. Poco después se promulgaría el Decreto Ley 674 sobre promoción a la inversión privada en las empresas del Estado, a través de este decreto se
15 16
Carlos Sodil "El caso de la minería', en Socialismo y Participación Ne 77,Nlano de 1997, número dedicado al proceso de privaüzación en el Peru. Augusto Alvarez Rodrict¡ "Balance preliminar del proceso de privaüzación en el Peru" en Socialismo y Participación Ne 77,Mano de 1997.
147
Penú CoNletrponÁNeo creó la Comisión de Promoción de Ia Inversión Privada (COPRI) organismo que tendría como función centralizar, acelerar y ejecutar la privatización de
prácücamente todas las empresas que el Estado controlabarT, entre ellas empresas mineras como Centromin-Peru, Hierro-peru, Minero-peru, SiderPeru, entre otras.
HierroPeru fue la primera empresa minera de importancia que fue privaüzada. En noviembre de 1992la corporación Shougang (propiedad de la estatal china Shoudu) pagó por ella US$ 120 millones, asumió ademas pasivos por US$ 48.1 millones y se compromeüó a invertir otros US$ 150 millones en tres años. Shougang asumió el control de la empresa er 30 de
diciembre de 1992, cambiando de nombre a Shougang-Hierroperú, convirtiéndose así en la primera empresa de Ia corporación china en América
latinar8. El monto mas alto que se pagó por una empresa minera estatal fue US$
277 millones, cantidad que se entregó en octubre de lgg4 por la Empresa
Minera Especial Tintaya ubicada en la provincia cusqueña del Espinarre. y asi, entre 1992y 1997 fueron tr¿nsferidas al sector privado la mayoría de ras empresas mineras estatales, así como importantes prospectos y proyectos mineros, transferencias que a fines del 98 anojarían mas de uS$ 900 miilones a favor de las arcas del Estado2o, cifra regular a pesar que el proceso de negociación de algunas de ellas no fue del todo exitosozr y el de otras. como Centromin, estuvieron llenos de dificultades. t7 Ibid. t8 Per¡l Económico, Febrero de 1995, p.4. t9 Boleün de la COPRI Noviembre de 1994 p.7,Perú Económicq Febrero de 1995, p. 5. Tintaya fue adquirida por la corporación Magma cooper company Global de capitales estadounidenses, y transferida luego a la compañía Australiana Broken Hill propietary. 20 Principales kansacciones en el proceso de privaüzación de las empresas mineras pmpresa
Fecha
Tintaya
6/10/94
277.11
14/02/96 18/07/97
t86.17
23/10/98
5/ll/92
121.0 120.0
6/12/96
72.7
Siderperu MahrtThúnel Metaloroya Hierroperu Uerro
Verde
Yauliyacu 148
2l
l0/ll/93
Tr¿nsacción Millones de US$
35W-
Fuente: Boleün de la Copri: 1995 - 1998, Perú Económico 1995 - 1998. El poco éxito en las negociaciones se debió basicamente al factor riesgo país, por la violenta crisis políüca (terrorismo) y por la poca insüfucionalidad democáüca- Esto sumado a la poca capacidad de negociación del Estado Peruanq hizo, por ejemplo, que la transacción
del yacimiento minero arequipeño cerro verde fuese por sólo 37 millones de dólares, cuando su valor real no era menor de 490 millones.
GARr;IAS
/ l¡ts ppnneDoRgs
DE
tj\
REI'ORMA NEOUT]ERAL DE Lf])S
CENTROMN-PERÚ: Ilna üficultosa privatización
9O..'
u
tuvo CENTROMIN-PERÚ fue la empresa minera que mayores dificultades primera empresa la fue centromin para su privatización. Paradójicamente,
la Lstatal en recibir una oferta de compra. Era diciembre de 1990 cuando a US$ pemano equivalente el gobierno al empresa Sueca Boliden ofreció El 60ó millones en papeles de la deuda a cambio de este complejo minero. privaüzar empresas no de la decisiÓn gobiemo, que por entonces mantenía estratégicas, no acePtÓ la oferba. centromin era todo un complejo minero metalúrgico que comprendía y de la siete minasz3, ocho plantas concentradoras, la fundición refinería e kilómetros 270 de ferroviario oroya, cuatro hidroeléctricas, un sistema importantes de algunos además instalaciones en el Puerto del Callao, proyectos de cobre y oro. En 1992 se conformaría la comisión Especial de fue lograr FrivaüzaciOn (CEPRI) de Centromin, el objeüvo de esta Comisión posible plazo menor el la venta integral de este complejo en (mayo de 1994). Entre El primeiintento de venta integral fue un fracaso la innegable deuda estuvo hecho para este explicar los motivos que se dieron ecoló$ca que la empresatenía en la sierra central%, los altos costos operativos y laborales y la inadecuada estrate$a de venderla en forma integral. centromin Se tomó entonces la decisión de cambiar la estrategia de venta objeüvo partes, ese por con sería la venta ya no sería vendida íntegramente, producción. Ademas se establecieron en la práctica GBPRI por cada unidad de
gobiemo peruano se conünuó con la reducción de la fuerza laboral y el otras deudas como así dÓlares por de millones 80 asumió costos ambientales de la empresa. recogidos de las siguientes 22 La información sobre el caso de centromin se basa en los datos sí importa, en Actr¡a|idad mas fracaso "Cent.rominPeru: un publicaciones: José De Echave "CenhominPerú áuna hconómica Nn lZZ, Octubre de 1996, p. 28. Víctor Toweslnzada de 1996, Noüembre/Diciembre 178, Na Económic4 Ach¡alidad en pi""¡á.i6. inciertaZ 'p. en En 26. "E*itoru privatización de centromin: Exitoso programa de venta fr¿ccionada' 1998' p' 53' de M, mayo y Año Minas Ener$a de Ministerio áel Bol"tin bifru., t2 ó*ulul.a Morococh4 Yauricocha Cobriza San Cristóbal, Andaychagua y Marh Túnel' empresa que en 24 Esta deuda comenzó cuando aún existia la cerro de Pasco corporaüon,
losaños20pusoenfuncionamientolaFundicióndelaOroya,cuyohumoscontaminaron
campesinas. Tras la estatización er<tensas areas de tierra perteneciente a varias comunidades
y otras empresas de la de 20 mil hectáreas mas dejando comunales, iegión conünuaron contaminando las üerr:¿s del río Mantaro, de pastos naturales severamente afectados, al igual que toda la cuenca país del Tiücaca luego gyande del mas el segundo punto qr" la mitad del lago Junín, un río sin p"r¿iO valiosa flora y faun4 mientras que el Mantaro quedó convertido en
poiv"t*.o alurado en los años 7O la nueva empresa centromin
¿l 149
*
üda
Penú CorqreMr'oR^.(go Pero la venta por unidades de producción tendría también dificultades. El caso mas sonado fue el fracaso en ta subasta de yauricocha en seüembre de 1996. Era evidente que los capitalistas nacionares y extranjeros no se decidían a adquirir las unidades productivas de centromin, y sólo habían optado por comprar algunos proyectos mineros como el de Antamina y el prospecto Quicay. Recién en 1997 se lograron transferir con mayor éxito al sector privado alguna de las unidades producüvas de centromin. En jurio de ese año la empresa volcán compañía Minera compró por casi us$ l2g millones el 100% de las acciones de la Empresa Minera Mahr Túner hasta entonces propiedad de Centromin2s. Meses después, en octubre de lgg7, se firmó el contrato de transferencia del complejo Metalúrgico de la oroya (Metaloroya) a la empresa norteamericana Doe Run peru S.R Ltda26. En Ios siguientes años fueron privatizadas, con menor éxito las unidades de cerro de pasco y cobnza. Por otro lado, la privaüzación de yauricocha se frustró en otras ocasiones y peor suefte ha corrido Morococh4 ambas son las unidades producüvas mas importantes de centromin, que no han sido privaüzadas todavia.
Printización y reducción de tabajadores:
Ios
primercs astos socials
Es innegable que Ia privatizacióntrajo consigo la reducción de ra planila de trabajadores estables. Esta reducción tuvo dos fases2?: la primera fue dirigida por el gobiemo antes d,e realizar la venta de una determinada
empres4 el argumento que se tejió para sustentar esta acción fue la existencia excesiva de personal en las empresas del Estado, provocado por las políücas
populistas de los gobiernos anteriores. El objeüvo en esta primera fase fue reducir los costos laborales en Ia producción, además de la erevada carga social: viviend4 salud, educación y otros servicios, para lograr de esta manera que Ia empresa en venta sea más atractiva para los inversionistas.
25 26
r50
MahrTúnel reunía los activos de las unidades mineras de San cristóbal yAndaychagua, así como las plantas concenfuadoras de Mahr Túnel y Andaychagua La adjudicación fue por la modalidad de capitalización, es decir, Ia empresa norteamericana aportó al pakimonio de Metaloroya 126 millones de dólares, adquiriendo con esta ampliación de capital el 5l% de las acciones. Adicionalmente Doe Run abonó 12l millones de dólares
al Estado adjudicándose de esta manera el 100% del accionariado de la
27
empresa, compromeüéndose a invertir en los próximos cinco años 120 millones de dólares. giatismo y lavier silva Ruete: ?roceso de privatización y perspectiva de desarrollo" "n Participación Nq 77, Marzo de 1997.
Gmr¡rrs / [-os penngDoREs
DE
lA
IiEFoRMA NEOUT]ERnI oe
r¡s
9O...
l,a segunda fasezs la llevaron a cabo los nuevos propietarios con el objeüvo de seguir reduciendo costos laborales, aumentar la producüvidad y generar mayores beneficios. Veamos algunos casos concretos.
Hierro.Peru: Esta empresa que fue transferida a la corporaciÓn china Shougang en diciembre de 1992 con I,740 trabajadores en planilla había pasado antes de su venta por un proceso de reducción de personal que se inició un año atras cuando la empresa contaba con 3,428 trabajadores. Es decir que en el lapso de un año 1,688 trabajadores (casi el50oA del total) habían perdido su trabajo. Para llevar adelante esta reducciÓn se argumentó la existencia de exceso de personal, que ademas era demasiado anüguo (60 años de edad en promedio) y que estaba mal distribuidos entre las diferentes categorías (58% eran funcionarios). Se esümaba que el 60%o de los costos de producción correspondían a los costos laborales2e.
Centromin-Penl Esta empres4 a diferencia de Hierro-Peru, no tenía personal excedente. Pero, como el objeüvo era privaüzar a como de luga¡ se decidió reducir al mínimo esencial la canüdad de trabajadores, quedándose sólo con los necesarios para hacer funcionar la empresa al nivel más bajo posible. Fiel a este consigna, la empresa pasó al reüro en apenas cinco años a casi 7,500 trabajadores: Centromin tenía en l99l cerca de 17,500 trabajadores en planilla para diciembre de 1995 habian quedado 10'104. t a edad promedio de los trabajadores reürados fue de 55 años y el üempo de servicios fue de 30 años en promedio3o.
MinenVolcán SA Uno de los casos mas escandalosos de reducciÓn de personal pos-privaüzación se realizó entre los meses de abril y junio del 2000, cuando la Empresa Minera Volcan SA ceso en una primera fase a 216 trabajadores obreros de los centros de producción de Parasgh4 San Cristóbal, Andaychagua, Ticlio, Mahr Túnel y Carhuacra, proyectando ademas la salida de otros 500 obreros aproximadamente' El argumento que se tejió para jusüficar este masivo despido de obreros fue el altísimo nivel se silicosis en la sangre de los trabajadores y que éstos estaban además en edad de
jubilación3t.
28 Ibid. 29 "Privatizaciones en el Peru" en Perh Económico Vol X\{L Ne6, Junio de 1994 30 Ibid. 3l Diario Liberación" domingo 4 de Junio del 2000 p. 9.
t5l
Pclrú CorurevronÁNeo En general, entre 1990 y 1999, alrededor de b0 miltrabajadores mineros fueron despedidos o cesados. Si bien es cierto, que, casi la totaridad de ellos recibió en promedio I I mil dólares por compensación de sus años de servicio, las dificultades económicas no se hicieron esperar. [¿ recesión económica que se hizo sentir durante esta década creó un ambiente poco favorable para inveftir esos pequeños capitales, peor aún entre los mineros, quienes
no tenían la mínima preparación y experiencia en la conformación de rentables negocios. No es raro por eso que en muchísimos casos el dinero recibido se haya esfumado rápidamente, ya sea por malas inversiones o en los inevitables gastos para el sustento familiar. La cosa se agravó para una cantidad considerable de trabajadores cesados por la imposibilidad de cobrar sus pensiones de jubilación al ser transferidas estas al sector privado (AFPs). La angustia, la frustración y la desesperación fue inevitable entre los que batallaron, muchas veces inúülmente, por volver al régimen estatal.
L4kkción labonl: Ios derecfns de los tabajadores Hasta 1992 la legislación Iaboral peruana era la que mayor protección y mayores concesiones le brindaba a la clase trabajadora en toda Laünoamérica
Apenas ocho años después se puede afirmar todo lo contrario. Fujimori y sus parlamentarios hicieron polvo casi todas esas concesiones, muchas de ellas cargadas con el peso de históricas luchas: las B horas, sindicalización, estabilidad laboral, etc. Todo esc fue proyectado frtay deliberadamente por el gobierno, fiel a su radical apuesta neoliberal. una apuesta que en el plano de la legislación laboral (como pilar de la acüvidad productiva) dotó a los empresarios e inversionistas de mecanismos que les permiüeran reducir sus costos laborales
152
de producción y subordinar totalmente a los trabajadores, con la finalidad de elevar sus niveles de productividad. Además esa nueva legislación laboral fue la acción concreta que determinó Ia liberación del mercado de trabajo, que de acuerdo a la ideolo$a neoliberal era de vital necesidad para lograr mayores niveles de competiüvidad a nivel internacional, dada la globlalización de la economi4 pero que en lo concreto y terrenal ha significado mayores ganancias y beneficios para el empresariado a costa, por supuesto, de ta creciente explotación de los trabajadores. Un listado de las mas importantes nonnas de la nueva legislación laboral nos permitirá entender claramente como ésta favorece abiert¿mente a ros empresarios. Estas se dividen en dos partes: "Derechos" Individuales y 'Derechos" Colecüvos de los Trabajadores, esto de acuerdo a el análisis que
Grvr¡"¡,¡,S
/
[.f'rS peRnr:DOnES DE r-A riEFor]MA NEOUBETIAL on r¡tS 9O...
sobre esta le$slación hiciera el ex Ministro de Trabajo Manuel González lzquierdo en 199832. Nótese desde ya el hecho irónico y absurdo de conceder a muchas de estas norrnas el estatus de "DBRECHOS" de los trabaiadores.
Deredtos" individuales
a. Flexibilización b.
c.
de las normas sobre horarios de trabajo. Es decir el
trabajador puede ser obligado a trabajar mas de 8 horas diarias. Eliminación de la estabilidad laboral absoluta. Es decir el trabajador puede ser despedido en forma arbitraria y sin expresión de causa. Introducción de nuevas modalidades conkactuales. Contratos a plazo fijo, o temporales. Es decir la propia empresa puede contratar trabajadores (hasta por 5 años) que no gozarán de los mismos beneficios sociales de los trabajadores de planillade formación laboral juvenil para jóvenes entre 16 y 2l años que podrán conformar hasta el 40o/o delafuerza laboral de la empresa.
d. Convenios
Convenios, que por no tener carácter laboral, no obligan al pago de beneficios sociales (CTS, vacaciones, graüfi caciones, etc.).
e.
f.
g.
32
Flexibilización de las normas de intermediación laboral a través de Cooperaüvas de Trabajo y Empresas de Servicios Especiales (Servis), que podÉn copar hasta el 50o/o de la fuerza laboral de la compañía. Trabajadores que no gozarán de beneficios sociales y derechos laborales, entre ellos el derecho a sindicalizarse y a la negociación colectiva, es decir trabajadores sin derecho alguno para reclamar mejores sueldos, mayor seguridad, etc. Nuevo marco normaüvo de la Compensación por Tiempo de Servicio, que tras el deposito de un sueldo por año de servicio en cualquier banco, libera al empleador del pago de este beneficio cuando el trabajador se reüra de la empresa Esta especie de ahorro forzado, hasta el momento sólo ha beneficiado a los Banqueros y a los Inversionistas. Creación del sistema Privado de Pensiones, las famosas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que ha proyectado la desaparición del Sistema de Seguridad Públic4 dado que las nuevas generaciones de trabajadores sólo podrán aportar a las AFPs. Es también por eso que se ponen trabas a los trabajadores que desean desafiliarse de las AFPs y volver al régimen estatal. ln grave aquí es que los fondos estan en soles lorge González lzquierdo, Ministro de Trabajo y Promoción Social del Peru, fiacia una interpretación del empleo en el Peru' en Boleün de Econornla f¿borat Año 2 Ne 8, Abril de I998, MTPS.
lS3
Perrú (loN'rcvponÁxeo
y por tanto en constante peligro de perder su valor original por
las
devaluaciones de nuestra moneda.
Derechos colectiwsB Democraüzación del derecho de Huelga. Es decir una huelga será ilegal si la mitad más uno del total de trabajadores (contando incluso a los que
no asisten a las asambleas) no vota a favor de su realización. Garantías para el ejercicio de la libertad sindical a efecto de evitar la
unicidad o monopolio sindical. Esta norma facilita enormemente la conformación de sindicatos, incluso con algunos pocos trabajadores de la empresa (por supuesto de planilla). Con esto se ha buscado fragmentar la organización de los trabajadores bajo el lema "divide y vencerás". Limitación de la participación del Estado en la negociación colecüva. Es decir el Ministerio de Trabajo no mediara ni será garante de nada en el conflicto entre trabajadores y empleadores. Estos se podrán resolver en la vía judicial o por la opción de ir a huelga. d. Flexibilización de las norrnas para el cese colectivo de trabajadores por caus¿rs objeüvas: económicas, tecnológicas, estructurales, disolución, Iiquidación o reestructuración empresarial. Es decir, el empresario puede, si así lo dese4 despedir masivamente a los trabajadores. e. El reparto de uülidades, como figura compensatoria de las desaparecidas comunidades laborales. Es decir los trabajadores üene el derecho de recibir un porcentaje de las rentas (ganancias) generadas por la empresa en que laboran. Sin embargo, esta norma agrega que ei reparto se hará luego que esa renta (ganancia) haya cubierto primero las perdidas de ejercicios anteriores. De esta figura legal se han valido muchos empresarios para no hacer el reparto de uülidades entre sus trabajadores3a.
Ins Sindiatas l9B8 fue el último año de gran actividad sindical, aquel año los trabajadores mineros realiraron las dos úlümas grandes huelgas en su histori4
ademas de otras de menor magnitud, con el objeüvo de lograr aumentos
154 33 Sobre las relaciones colectivas
de trabajo (que incluye el derecho a sindicalización, a huelga
y a negociación colectiva) véase el interesante comentario
deJaüerMujica Petit T.elaciones
Colectivas de Trabajo: Entre el reglamentarismo y la libertad" enAchnlirlad Económica Nq l6'/.1 Mayo yJunio de 1995, p. 31.
G,'rnpr,rs
/ [-os penoenoRFs
DE r-{ REF'RMA NE''BERAL oe
ros go...
salariales que les permiüera soportar Ia hiperinflación que se desató por la aguda crisis económica que se había iniciado en l9gz. Estas medidas de fuerzano tuvieron el éxito deseado, lo que de alguna manera minó el poder de presión que tenían. En febrero de 1989 Saúr cantoral, su máximo dirigente, sería asesinado3s, debilitando aún más la capacidad de acción ¿e las organizaciones sindicales mineras. El asesinato de cantoral fue además una
señal clara de los serios problemas políticos que venían enfrentando los sindicatos: por un lado Sendero Luminoso habia logrado infiltrarse en la organización y asesinar o espantar a varios dirigentes que se oponían a sus radic¿les propuestas, y por otro lado, con la misma dure z4rasfuerzasarmadas y policiales reprimieron las acciones sindicales acusando, muchas veces en forma injusta, de terrorismo a varios dirigentes que luego serian sentenciados a cadena perpetu4 ademas de otros excesos poco documentados. Todos estos factores debilitaron enormemente el movimiento sindical, debilidad que sería aprovechada por el gobiemo de Fujimori para reducir rápida y radicalmente los derechos laboralessG. Pero el golpe que dejó a los sindicatos al borde del colapso total fue la sanción de la nueva legislación laboral. la desaparición de la estabilidad
laboral, la introducción de nuevas formas d.e contratos de trabajo, la introducción de convenios de formación laboral juvenil y de leyei que
permiten la existencia de intermediarios laborales como las cooperaüvas de Trabajo y las Empresas de Servicios Especiales (Servis), fueron las normas legales que mas estragos causaron a los sindicatos3z, pues estas permiüeron que la cantidad de trabajadores mineros estables que figuraban en planilla
34 A los empresarios
mineros no les basto aumentar sus utilidades, reduciendo sus costos laborales (despidos) sino qug a pesarde la existencia de utilidades, se dieron maña para no repartirlas, aprovechando una imprecisión en la norma Entre los caso más notorios que sirven de ejemplo tenemos el de Shougang por uülidades correspondientes al ejercicio económico de 1993. Esta empresa obtwo en 1993 ingresos por:210.g3 millones de soles, con una uülidad de 2.55 millones. Esta empresa de capitales chinos obtwo un fallo favorable de la corte Superior de lca En Ach¡atidad Económica Ns 16z. seüembre de 1995,p.2G28.
35
Saúl cantoral fue asesinado en la noche del lunes 13 de febrero de l9g9 cerca al parque Tnnal del distrito limeño de SanJuan de Lurigancho. Cantoral que había sido secuestado horas antes en Breñ4 presumiblemente por miembros del comando Rodrigo Franco, grupo
paramilitar
de ultra derech4 recibió 13 balazos en la espalda. Saúl cantoral había encabezado la ulüma gran huelga minera en 1998, huelga que se prolongo por varios meses y que en lo formal conquistó el pliego nacional único. Ver diario ta República del 15
defebrero de
36
37
1989.
Jim Thomas €l mercado laboral y el empleo" en EI peru de Fujimoríp.27g. véase el Memorial presentado por la FNTMMSp a la comisión de Trabajo y seguridad Social del Congreso de la República en Diciembre de 19g9.
/55
Penú CoNreupoRÁNeo se redujeran dramáücamente en menos de una década de 70 mil trabajadores
aproximadamente en 1990, a menos de 20 mil en mayo del 2000. En ese
mismo periodo el total de trabajadores contratados temporalmente, de Cooperaüvas o Servis, bordearon los 43 mil, todos ellos sin derecho a sindicalizarse y a la negociación colectiva38. [¿ reducción en la planilla de estables, iniciada durante el proceso de privatización, significó también la reducción de los trabajadores sindicalizados, es decir que en el lapso de l0 años los sindicatos mineros han perdido aproximadamente 50 mil afiliados (70o/, del total). La cosa se agrava si se üene en cuenta que gran parte de los trabajadores cesados eran dirigentes sindicales o participantes activos en la organización, estos úlümos, destinados a convertirse en las vanguardias de los sindicatos. A nivel de Federación de Sindicatos, la cosa se agravó mas todavia cuando
algunos mecanismos legales acabaron con los aportes económicos automáticos hacia a esa insütución, debilitando con ello su capacidad operativa y de acción. Todo esto, como lo reconoció una Comisión especial presidida por Luis Barzol4 durante el MI Congreso Ordinario de la FNTMMSP en abril del 2000, ha configurado una imagen dr¿máücamente críüc¿ del sindicalismo minero en el Peru. Una crisis que ha dejado sin protección alguna a los tnbajadores ante los arrebatos y caprichos de los empresarios.
Los
babjadoru de antabs
En el Peru de los años 90, los tabajadores estables o de planilla han dejado de ser mayoria Ante ellos ha surgido una nueva generación de trabajadores contratados indirectamente (a havés de Servis y Cooperaüvas) que no gozan, ni gozaran en el futuro inmediato, de los beneficios que el personal estable üene: seguridad social, CTS, vacaciones, graüficaciones, viviendas dignas, sindicalización y derecho a la negociación colectiva" Gran parte de ellos sin capacitación suficiente, con horarios de trabajo por encima de las ocho o diez horas diarias, con sueldos atrasados y comparaüvamente menores que los del personal estable. Esta generación de trabajadores contratados es la nueva mayoria en el sector laboral, nueva mayoría creada por la aberr¿nte políüca económica neoliberal que le ha brindado mano de
156 38
Inrorme presentado dur¿nte el MI C,ongreso Nacional Ordinario de Trabajadores Mineros, réalizzdo en Lima los días 27 v 28 de Abril del 2000.
G¡\IIF.IAS
/
[-OS penoeOORES DE L,\ IIEFORMA NEoUI]EI1¡\L DE
tl]S 9O...
obra mas barata y dócil al empresariado privado, por lo que alguien la ha llamado con ironía e indignación poliüca del 'cholo barato'.3e En la minería esta realidad se ha tomado sumamente dramáüca, debido ala rapidez y magnitud con que ha crecido en los úlümos años la cantidad de trabajadores contratados (hasta mayo del 2000 estos superaban los 42 mil), a través de Servis o Cooperaüvas que en algún momento bordearon la asombrosa cifra de 1,000. La proliferación de estas empresas contraüstas se debió a la gran facilidad que les dio el Ministerio de Energía y Minas para obtener los permisos de operación, a pesar de los significaüvos riesgos del trabajo minero, y a pesar también que la mayoria de estas empresas
contratistas no contaba con los recursos suficientes para realizar la capacitación de sus trabajadores y de dotarlos con los implementos de seguridad requeridos para trabajos altamente peligrosos. Todo esto sumado a la conünua rotación de su personal explica de alguna manera la gran tasa de accidentados entre el personal contratado que üene menos de un año de anügüedad4o. En el Peru, cerca de 900 trabajadores mineros han muerto en accidentes
de trabajo entre 1990 y mayo del 2000. Según la Dra. Esther Ospina del Insütuto de Salud y Trabajo, el68o/o de los fallecidos han sido trabajadores de contratas, cooperaüvas o servis, que tenían en promedio 35 años de edad, y dejaban viuda y 3 hijos en promedio totalmente desamparadosar. Nada es más oscuro e incierto que el futuro de esta nueva generación de trabajadores de contrata, con un Estado que no quiere protegerlos y con un sindicato que no puede hacerlo. Una generación que de alguna manera nos recuerda a las anüguas generaciones de trabajadores mineros de inicios del siglo )O( que no contaban con absolutamente ningún derecho laboral, que
trabajaba en condiciones de seguridad infrahumanas, que eran explotado durante 12, 14 o 16 horas diarias, que al quedar incapacitado por algún accidente eran despedidos (muchas veces sin indemnización alguna) y de cuyas muertes en la mina nadie se responsabilizaba.
Corolario: Ios daños ecológicos comunidades
y al medio ambiente. Las üeras de
L¡s nocivos efectos que el derrame de algunos litros de mercurio de la Bmpresa Minera Yanacocha en las cercanías de un pequeño poblado en el 39 40
4l
Jaüer Mujica Peüt "l,a políüca del cholo barato: así perdemos, no gpnamos" en Act¡alidad I Económica Ne 177, Octubre de 1996. Al respecto véase el informe de Alfredo Pallete: "lvfinería requiere estrategia de seguridad" en Penl Mnero: Edición intemacional de minerla y energla, Año IV Ne 14 1998. Informe presentado durante el MI Cong¡eso Nacional Ordinario de Trabajadores Mineros...
S
7
Perrú (loNre.MP()n/ñEC) Departamento de Cajamarca ocurridos en junio del 2000, son una prueba más de lo catastrófico que puede resultar la actividad mineraa2. Lo mismo que algunos ríos y lagos muertos, cientos de miles de hectáreas de üerra inerte, o peor aún la alarmante presencia de materiales tóxicos en el aire que se respira en una pequeña ciudad como la Oroya y en todos los campamentos mineros. Estas y las futuras catástrofes ecológicas, y sus dramáücos efectos sobre la población y el medio ambiente, han sido, son y seguirán siendo consecuencia de la intensa actividad miner4 la que se ha incrementado en los añcs 90 y que espera crecer más todavía en la siguiente década.
Mientras tanto, muchas compañías se han lanzado al lucrativo negocio de la exploración minera, ocupando miles de hectáreas de üerra propiedad de comunidades campesinas que han tenido que conformarse con algunos pocos dólares que se les ha dado a cambio de la concesión del uso de sus üerras por 50 años en promedio. Montos que no compensan los beneficios
que recibian al usarlas en otras actividades como la ganaderia o la agricultura43.
En fin, tanto los daños ecológicos y las expropiaciones de tierras de las
comunidades campesinas, en función a explotación minera, podrían conformar capitulos enteros de una investigación mayor. En este corolario nos limitamos a indicar que ambos conforman parte de los costos sociales que esta significando la aplicación de un modelo neoliberal de desarrollo económico, que ha considerado a la minería su más preciada carta de juego, pero que al fin y al cabo no ha producido los frutos deseadosaa y su limitado éxito no ha compensado hasta ahora todos los sacrificios que se están pagando para su puesta en marcha.
ht Alrededor de 130 personas fueron intoxicadas por inhalar los residuos del mercurio líquido. [.os síntomas fueron: dolor pulmonar, de cabez4 cólicos renales, hemorragias y vómitos. Véanse los informes de I¿ República del 5 de Julio del 2000, p. l8 , El Comercio del 6 de Julio del 2000, p. A9 y Uberación del 24 de Junio del 2000. 43 Al respecto es interesante el análisis de Carlos Portugal Mendoza "l,a mineria y el futuro de las comunidades campesinas" en Actr¡alidad Económica Ne l3l Agosto de 1998.
u t5a
I¿ actiüdad minera no representaría mas del 5% del PBI peruano, mucho menos de lo que se esperaba (13%). Por otro lado, al estar la mineria, casi en su totalidad, en manos de corporaciones extranjeras, no se han creado efectos multiplicadores (beneficios agreÉlados) en otras acüvidades económicas, ni siquiera en las regiones donde se ubican los yacimientos mineros. A pesar de ello las exportaciones de miner¿les (básicamente oro) han aumentado considerablemente en esta décad4 pero esto no ha faído consigo efectos favorables sobre el empleo (mayores puestos de kabajo, mayores sueldos), más bien, todo Io contrario.