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Saluda Cabildo Superior de Cofradías

CABILDO SUPERIOR DE COFRADÍAS

José Ignacio Sánchez Ballesta Presidente del Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías

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Estimados hermanos cofrades, I nmersos en este precioso e inminente tiempo de Cuaresma, nos entramos a un paso de vivir una nueva Semana Santa. Es la primera ocasión en que como presidente del Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías, se me invita a escribir un saluda en la Revista “La Procesión”. Como ya he hecho en la carta dirigida a las publicaciones de otras cofradías de Murcia, quiero poner de manifiesto que es para mí un placer poder compartir unas palabras con vosotros, pues el presidente de una corporación como la que presido, siempre tiene motivos para dirigirse a quienes quiere servir cada día, que no sois otros que todos y cada uno de los nazarenos de esta ciudad. Pronto saldrán a la calle nuestras procesiones. En unos días estarán revisados y dispuestos todos los elementos necesarios para los cortejos procesionales, porque nada se improvisa, porque sé, por experiencia propia, que en todas nuestras cofradías se cuida con esmero la salida de sus sagradas imágenes, siendo conscientes de la responsabilidad que supone llevar a todos, de una forma plástica, el misterio central de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Ciertamente ha llegado, un año más, el momento de preparar túnicas, cirios, cetros, estandartes, tambores, estantes, almohadillas, tronos, bandas de música, y todo aquello que hace que Murcia tenga una Semana Santa única, con una repercusión y trascendencia que la llevó a ser declarada de Interés Turístico Internacional en el año 2011. Espero que además de hacerlo mediante las magníficas obras de arte que, a hombros de estantes, anderos y anderas, recorren en esos días nuestras calles y plazas, sepamos evangelizar con el ejemplo. No nos enzarcemos en críticas vanas. No alentemos discordias entre hermanos nazarenos. No nos dejemos arrastrar por la vanidad al saber que somos custodios de un patrimonio religioso y cultural muy importante. Antes bien, que se nos conozca por la unidad. Como ya he manifestado en alguna ocasión,

es mi propósito, desde la presidencia del Cabildo, incentivar el trabajo conjunto de las quince cofradías de la ciudad. Espero que Dios me guíe para poder lograrlo, para conseguir la implicación y participación de todas ellas, dejando a un lado los intereses particulares, desde el convencimiento de que la cohesión y el trabajo común siempre repercutirán en el bien de todas y cada una de ellas. Como expongo en la carta dirigida a las revistas de las cofradías que me lo han pedido, sin duda, deberemos empezar por conocernos más. No solo los 15 presidentes –que quizá ya nos tenemos muy vistos–, sino el mayor número de cofrades posible. Si nos conocemos, compartiremos, y si compartimos nos enriqueceremos. Estoy empeñado en que el Cabildo pueda ser ese lugar de encuentro, siendo un lugar donde dé voz y cobijo a todos los nazarenos. Por eso, aún a riesgo de ser reiterativo, es para mí una prioridad que podamos contar con un espacio físico que permita que, con salones adecuados, exposiciones puntuales o permanentes, biblioteca, etc.., los nazarenos murcianos encuentren en el Cabildo Superior de Cofradías y sus instalaciones ese lugar en el que compartir. Sueño con que esta corporación que, desde hace unos meses, presido, sea algo de todos y para todos. Que el Señor del Amparo, la Fe, la Caridad, la Esperanza, el Perdón, el Rescate, la Salud, la Sangre, el Refugio, Nazareno, la Misericordia, el Sepulcro, Yacente en la tarde de sábado santo y gloriosamente Resucitado, bendiga a todos los que estamos embarcados en esta preciosa tarea de trabajar para llevar a la calle los misterios de la Salvación. De los que somos conscientes de que el hondo sentido espiritual que para nosotros tiene la Semana Santa, no está reñido con su realidad cultural, su manifestación artística, su expresión de la tradición de siglos o su dimensión social. Espero que “La Procesión” nos conduzca a todos a un verdadero encuentro con Dios, en Jesucristo muerto y resucitado, y en los hermanos.

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