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Katherine Huertas
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‘‘¿Quien podía guiarme? Desde el primer paso, el de la clasificaci6n (pues es necesario clasificar, contrastar, si se quiere constituir un corpus), la Fotografía se escapa. Las distribuciones a las que se la suele someter son, efectivamente, bien empíricas (Profesionales/Aficionados), bien retoricas (Paisajes/Objetos/Retratos/Desnudos), bien estéticas (Realismo/ Pictorialismo), y en cualquier caso exteriores al objeto, sin relación con su esencia, la cual no puede ser (si es que existe) más que la Novedad de la que aquella ha sido el advenimiento; pues tales clasificaciones podrían muy bien ser aplicadas a otras formas antiguas de representación. Diríase que la Fotografía es inclasificable. Me pregunté entonces cuál podía ser la causa de todo este desorden. Y esto es lo que primeramente encontré. Lo que la Fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez: la Fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente. En ella el acontecimiento no se sobrepasa jamás para acceder a otra cosa: la Fotografía remite siempre el corpus que necesito al cuerpo que veo, es el Particular absoluto, la Contingencia soberana, mate y elemental, el Tal (tal foto, y no la Foto), en resumidas cuentas, la Tuché, la Ocasión, el Encuentro, lo Real en su expresión infatigable.’’
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Vivian Maier fue una fotografa Estadounidense de origen francés y austro-húngaro, Maier vivió entre Europa y Estados Unidos antes de regresar a la ciudad de Nueva York en 1951. Había comenzado con la fotografía sólo dos años antes, y recorría las calles de la Gran Manzana refinando su arte. Nadie sabía mucho de ella, nadie tampoco la heredó a su muerte. Vivian Maier (1926-2009) fue una mujer solitaria y excéntrica, con una mirada aguda y artística de la realidad cotidiana, pero a hurtadillas. Durante más de cuatro décadas, mientras trabajaba como niñera en casas de familia, Maier sacó cientos de miles de fotos en las que pudo encontrar en el día a día lo monstruo-
so y lo divino. Lo vulgar y lo extravagante en hombres, mujeres, ancianos, niños, parejas, enfermos mentales, vidrieras, calles y autos de Chicago fue visto por sus ojos secretos. Sus fotos y su arte recién vieron la luz cuando ella ya no podía verla y fue por casualidad que un agente inmobiliario e historiador aficionado compró en un remate algunos de los miles de rollos fotográficos sin revelar que Vivian guardaba con la pasión y la manía del coleccionista. Había revelado y editado muy poco, posiblemente la falta de dinero haya afectado esa labor, clave para la divulgación de su obra.
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Teoria de los campos, P
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Bourdieu desarrolló una teoría de los campos y es debido a esa diferenciación moderna del mundo social que se descompone en número de campos, siendo cada uno de ellos un espacio social libre y autónomo de establecer sus propios preceptos; estos son los que permiten una diferenciación en el mundo social. Tal como Bourdieu dice el mundo del arte también se configura como un campo, y es por esto que John Maloof al descubrir a Vivian Maier, debe aprender a jugar en este mismo campo y conocer sus reglas, ya que un campo parte de aquello que está en juego y sus intereses específicos, también para que un campo funcione es necesario que exista algo en juego y personas que estén dispuestas a jugar, que esté dotada de los Habitus que implican el conocimiento y un reconocimiento de los estatutos inherentes al juego. En este sentido, aquel circuito de validación que conforma el campo artístico, en este caso el de la fotografía que se conforma por instituciones y
s, Pierre Bourdieu personas; observó las fotografías de Vivian Maier, con cierto desdén. Y es en este momento donde Jhon Maloof decide jugar su propio juego dentro del campo que ya se ha estructurado y lo hace partir de sus propias reglas; sabemos que un campo es un espacio ya conformado, producto de la historia, del contexto y de la historia del mismo campo, que han sido la fuerza para mantenerlo, para orientarlo, Bourdieu lo señala como –La ortodoxia- Es por esto que Jhon Maloof al ingresar en el campo artístico, intenta con cierto sentido, trastocar ese orden ya establecido dentro del campo, al hacer lo inimaginable para que Vivian Maier pudiese estar considerada como una par de Walker Evans o Diane Arbus; Maloof entonces altera la doxa, es decir, todo lo que está asociado al orden de las cosas en un universo social dado, que son evidentes e inevitables. Claro está, cada doxa se constituye y es propia de cada campo, y la inclusión a este debe ser la misma para todos;
la inserción de Maier en éste debía ser la misma en relación con otros. Habíamos mencionado que para que un campo funcione es necesario que haya algo en juego y gente dispuesta a jugar, pero también para que este funcione necesita de personas dotadas de los habitus que implican el conocimiento y reconocimiento de las leyes inmanentes al juego, de lo que está en juego (Bourdieu, 1990:136). Y por esto tanta tensión se genera con el recién llegado y el campo, ya que se exige que exista ese Habitus especifico, que se impone como ‘’la entrada’’, moldeando así un pensamiento y un comportamiento. Maloof siendo entonces un outsider en el campo del arte, decidió imponer su propio Habitus al interior de este campo rígido. Y mientras que al interior del campo, aquellos que monopolizan un capital especifico o que están consagrados como la autoridad, se inclinan más hacia la conservación de lo ya establecido, pero aquellos recién llegados como Maloof , siendo este rechazado y visto con tal desdén decide ir directo a las estrategias de subversión; pues el descubirmiento de Vivian Maier creó una situación
de lucha en el cual Maloof decide seguir sin el apoyo de aquellas instituciones legitimadoras.
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.Se observó que Vivian Maier, en sus fotografias, comunica al público aquella necesidad de autoretratarse , es decir, hacer fotografías de sí misma; con la intención quizá de brindar una mirada, su mirada del mundo. Ejercicio laboratorio: con ello entonces se realizará un ejercicio autoreferencial, con el que cada persona indagará en sí misma,y decidirá qué cosas o que no incluirá en sus fotografías. Se observará más allá de su rostro o su cuerpo, todo aquello que lo rodea, lo que hay detrás y adelante.
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Imaginará un recuadro y seleccionará un fragmento que lo represente en la realidad que se convertirá en una imagen significatica.
Para este ejercicio es necesario que haya un encuentro previo al desarrollo de la fotografia, con la escritura ¡No lo olviden!
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Nace el 14 de Marzo de 1923 en Nueva York, vive con su hermano Howard; amante de la música, y su familia Los Nemerov (Millonarios de la moda). En un ambiente donde constantemente se batía el silencio y la depresión, Diane se vio fuertemente afectada alimentando aquella necesidad de afecto y aversión al rechazo. Este entorno le hizo pensar que todas las familias son espeluznantes de cierta forma, aquel vacío fue uno de los elementos clave para el desarrollo de su obra más tarde. En 1937, conoce a Allan Arbus, con quien desarrolló sus primeros acercamientos a la fotografía, eran una pareja de artistas, Diane y Allan estaban interesados en el cine y en la moda, en 1946 publican su trabajo en revistas de moda como Glamour, Seventeen, Vogue, Harper’s Bazaar, entre otros. Con Allan tuvo dos hijas, en 1945 nace la primera de ellas; Doon Arbus y la siguiente en 1954 a quien llamaron Amy Arbus El 30 de Junio de 1955 Diane y Allan participan en la exposición ‘’The Family of man’’ con una fotografía. En 1956 Diane empieza a realizar trabajos personas y abandona la fotografía de moda, a los dos años siguientes tuvo la posibilidad de tomar clases con Lisette Model y su trabajo cambia radicalmente.
Diane se separa de Allan Arbus en 1958, pues se encontraban en búsquedas distintas, Allan se convierte en actor y Diane sigue trabajando en su obra personal. En 1960, publica su primera serie ‘’The Vertical Journey’’ donde hace investigaciones a partir de fotografía de físico-culturistas, concursos de belleza, etc. En 1963 El MOMA, le compra 7 fotografías a Diane Arbus (Primera exposición en el MOMA NY) Y en este mismo año recibe la beca Guggengheim En 1965 Es profesora en la Parsons Scholl for Design En 1966 recibe su segunda beca Guggenheim por ‘’El paisaje interior’’ 1967 Exposición promovida por el curados, John Szarkowski, junto a Garry Winogrand y Lee Friedlaner 1970 la Bibliotéque Nationale de France compra 20 fotografias de Diane Arbus Y en este mismo año se muda a una cooperativa de artistas (Westbeth) En 1971 Diane Arbus se suicida a los 48 años 1972 Se convierte en la primera fugura en el mundo de la fotografía en ser incluida en la Bienal de Venecia.
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“El procedimiento de la toma tiene en sí mismo cierta exactitud, cierta penetración a la que generalmente no nos sometemos, ni sometemos al prójimo en la vida diaria. Somos más indulgentes con los otros. La cámara en cambio es fría, y dura”
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“Creo, con cierto pudor, que hay cosas que nadie vería si yo no las hubiera fotografiado”
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¡El todo a través de los detalles! Símbolos
Diane Arbus, buscó sus fotografías es un espacio más cercano a ella.
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Ejercicio laboratorio: se establecerá un dialogo con lo que está allí afuera, con la realidad inmediata, aquella que día a día se observa. Para esto es necesario acarse a un espacio donde habitualmente se vive, se siente, se comunica, se halla... se buscarán entonces todas aquellas imagenes que simbolicen todos los aspectos del medio en el que habita cada persona, ya sea su casa, su barrios, su escuela, su ciudad o su pueblo; se observarán creencias, tradiciones, aspectos negativos y positivos.
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Saul Leiter
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Saul Leiter nace en 1923 en Pennsylvania, en el seno de una familia fuertemente influida por la religión: su padre era un erudito del Talmud (uno de los libros clave del judaísmo) y miembro de la comunidad judío-ortodoxa que había decidido que su hijo se convertiría en rabino.A los doce años Saul se hace con su primera cámara, regalo de su madre, a los veintitrés deja la escuela y decide trasladarse a Nueva York para convertirse en artista, una decisión que se encaja muy mal en su familia. En la gran ciudad tiene ocasión de trabajar con Richard Pousette-Dart, un pintor expresionista con el que acaba trabando amistad y que lo anima a explorar la Fotografía.Antes de darse cuenta, Leiter está fotografiando (en blanco y negro) con una Leica de 35mm que consigue gracias a la venta de fotografías de otro amigo ilustre, Eugene Smith.
En 1948, décadas antes que la mayoría del resto de fotógrafos, abraza definitivamente el color. A partir de ahí trabaja en el mundo de la moda durante décadas, llegando a publicar en medios tan prestigiosos como Elle, la edición británica de Vogue o, a través de Henry Wolf, en Esquire y Harper´s Bazaar. Nunca repudia la Fotografía de moda a pesar de que en los círculos fotográficos se la considera como un género de segunda, Leiter no siente remordimientos por valerse de ella para pagar las facturas y ganarse la vida. Eso sí, en paralelo, y dejando que ambas disciplinas se influyan mutuamente, se dedica a fotografiar el entorno más próximo a su apartamento neoyorquino, esas serían las capturas que, con la publicación (ya en pleno siglo XXI) de Early Color lo iban a convertir en uno de los fotógrafos callejeros más admirados e inclasificables del género.
Mucho antes, en 1953, Edward Steichen incluye algunas de sus imágenes en blanco y negro en su exposición Always the Young Stranger en el MoMA, e incluso llega a proponerle que se una a The Family of Man, invitación que Saul rechaza por considerar que su trabajo no está a la altura, una decisión con la que pierde la oportunidad de participar en una de las muestras más importantes de la historia de la Fotografía. Aunque comienza fotografiando las calles con un interés puramente documental, pronto empieza a trasladar al medio sus influencias pictóricas, con una libertad absoluta: sin un plan, sin buscar resultados predefinidos ni agradar a otro que no fuese él mismo. Saul Leiter se definía como un “encontrador” de fotografías que simplemente se limitaba a perseguir la belleza de las cosas, algo en lo que nunca encontró nada de malo a pesar de las corrientes que insistían en la necesidad de emplear la cámara para otros fines.
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Leo MatĂz
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Leo MatĂz
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Mirando el infinito
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‘‘El pasado mes de marzo de 1995, llegaste a Europa, después de cuarenta años o más de ausencia. Viniste pisando tus ochenta años; no en vano naciste un primero de abril en el mitico Macondo, donde la abuela de García Márquez conversaba con los muertos; y a esta edad crepuscular trajiste tu libro El tercer ojo de Leo Matiz bajo el brazo y un viejo baúl lleno de negativos y recuerdos. Llegaste con paso lento y seguro, con la madurez y sabiduría que otorga la vida a través de los años, aún conservando el vigor físico y mental de tu naturaleza, de tu temperamento del signo aries (que tanto nos marca y une), ¡obligándonos a luchar sin conceder reposo! Tú eres uno de los pocos sobrevivientes de aquella generación de intelectuales, artistas y políticos latinoamericanos, que han pasado a nuestra historia; en Bogotá, te reunías con ellos en el mítico café El automático, en plena avenida Jiménez, cerca de El Tiempo, de El Espectador, y al frente de tu famosa galería de arte Leo Matiz, donde expusiste por primera vez en 1951 los trabajos de un joven tímido antioqueño, Fernando Botero, el poeta de las mujeres gordas. Era una época de oro también para tu amado México, ese país de contrastes y cultura donde te formastey conociste la fama. (Nadie es profeta en su tierra). ¡Recuerdo siempre!: a la una o dos de la mañana, permanecías despierto escuchando la radio, leyendo o revisando mares de negativos, inmerso en la bruma de la melancolía; recordando
viajes, matrimonios, amigos, revoluciones, atentados, en esa Danza de las horas de Enrique Santos - Calibán - (a quién debes tu profesión de fotógrafo). ¡Qué generaciones aquellas! Sé que recuerdas con especial afecto a tu compañero de bohemia León de Greiff y su relato Stepansky: Juego mi vida, cambio mi vida. De todos modos la llevo perdida... También evocas las tertulias y conversaciones con el pintor Ignacio Gómez Jaramillo y la ocasión en que hizo tu retrato. (Una de sus mejores telas). Recuerdas... A Jorge Zalamea amigo de García Lorca, compañero de vivencias en Colombia y México, con el Gran Burundún Burundá y sus escalinatas. Llegas al país Azteca, en un momento álgido: han asesinado al rebelde de Moscú, Trotski; comienzas a vivir ese ambiente convulso, inquieto de transformaciones: que marcan definitivamente el ámbito cultural y político mexicano. Conoces a aquel joven simpático, de humor agudo y vivaz, Pablo Neruda, que por esos años era el cónsul chileno: él inauguró una de tus exposiciones; rememoró un trozo de su escrito Farewell, en que tu alma se reconoce: Amo el amor de los marineros
Mirando el infinito que besan y se van. Dejan una promesa. No vuelven más. En cada puerto una mujer espera, los marineros besan y se van. Una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar. Unos meses después de tu llegada a México, el poeta maldito Porfirio Barba Jacob, tu amigo y consejero, muere: haces la última fotografía de su rostro reflejado en una mascarilla que luego fue destruida y queda tu foto. De él recitábamos juntos la Canción de la vida profunda: Más hay también tierra, un día...un día...un día...en que levamos anclas para jamás volver. 1945, Luis Buñuel en México, él estaba un poco desorientado, lo llevaste por los desiertos y le mostraste tus fotos de Los olvidados.Hacia 1946 recorriste casi toda América, por cuenta del Reader s Digest fotografiando las carátulas de Selecciones (tus primeras fotografías a color). Fue una experiencia interesante en tu vida.
Clemente Orozco, uno de los grandes muralistas a quien quisiste como a un padre; Siqueiros, pintor estalinista quien plagió tus fotografías para convertirlas en murales, testimoniando la revolución; ¡Y por esta razón tuviste que escapar de México! Gabriel Figueroa, el gran cineasta registrado por ti con su cámara al hombro, en el rodaje de El circo, con tu amigo Cantinflas. Luego... viajas a Palestina con el pasaporte azul de las Naciones Unidas, haciendo parte de la misión del mediador Conde Bemardote; caes en una explosión; de nuevo circulan noticias de tu muerte por el mundo, pero como un león de siete vidas, sigues tan campante... También están en tus nostalgias, otros políticos y compañeros de juventud, como Jorge Eliécer Gaitán, con su famosa frase: «A la carga...» Asististe a su primera manifestación política en Fusagasugá, también viviste los momentos dolorosos y difíciles de su muerte el nueve de abril de 1948... Tú, herido, llegase hasta el quirófano para hacerle su última fotografía. Fuimos a visitar a tu amigo y admirador (también aries) Carlos Lleras Restrepo para entregarle unas fotos suyas y tu libro. Sin presentirlo, sería la última vez en que pudimos compartir su presencia, tomando como siempre un buen café. En mi memoria, está el Presidente Guillermo León Valen-
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cia y su huésped Charles de Gaulle con quien cantamos La Marsellesa.
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Aquella entrañable amistad con el periodista AndrésSamper Genecco; sin saberlo, llevabas en brazos a su hijo afectuosamente llamado «Ernestingoli», lo montabas en tu famoso caballo de paso castellano, llamado Ney, en esa bella finca de Fusagasugá, Jalisco; allí teníamos una pequeña zona cafetera. Alguna vez de sobremesa comentaste que el Presidente Ospina Pérez, vecino nuestro, decía: «el mejor café de Colombia, se produce en esta tierra, este fenómeno se debe a la humedad permanente del terreno. (él hizo estudios de reforestación y suelo). En los amaneceres luego de tomarte un buen tinto. cantabas Ay, mama Iné, todos tomamos café... Y aquel joven bogotano que trabajaba en una empresa petrolera en relaciones públicas y con quien viajaste a los largo del río Magdalena, Álvaro Mutis. en cuyos brazos me bautizaron, creador de Magroll el gaviero, personaje que tanto se te parece. Vamos más allá a otros tiempos, y espacios poblados por otros amigos y personajes que desfilan en la memoria de tus negativos fotográficos. Caracas, 23 de enero de
1958: es la caída del dictador Pérez Jiménez, trabajabas en equipo con los periodistas García Márquez y Apuleyo Mendoza; tus fotos son publicadas por Paris Match. Testimonias otros acontecimientos históricos, como los atentados a Rómulo Betancourt y a Richard Nixon. ¡Regresamos a Venezuela una y otra vez! Hasta tienes una nieta venezolana: Natalia. Un sortilegio Caribe presagia a través de un sueño. casi poético, la pérdida de tu ojo izquierdo. Tu miedo comenzó hace cincuenta años en New York; un ángel sacaba tu ojo y huía hacia las nubes (no lo hacía por maldad sino por amor); días antes, habías fotografiado a Chagall. Este sueño premonitorio se cumplió fatalmente en 1978 en Bogotá. En un atraco para robarte tus cámaras, perdiste el ojo izquierdo. Fueron años duros de oscuridad y tristeza, pero recuerda: «los artistas no mueren, se restauran...» Tantos son los recuerdos que miras. casi siempre, del otro lado del lente; en un eterno recomenzar... Ahora es París, la ciudad amada, la ciudad del arte. la ciudad de la luz, de los sueños, de la fotografía y estás tú presente con tu fiel compañera, la Rolleiflex.’’ Revista Mundo N.19
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Una mirada a lo documental Leo Matiz, documentó todos aquellos aspectos que han sido propios de la cultura Colombiana.
Ejercicio laboratorio: Se identificarán todos aquellos aspectos que son propios de una comunidad ¿Cómo se sostiene? ¿Qué los hace como comunidad? ¿Qué aspectos negativos y positivos se encuentran? ¿Cuál es su historia? ¿De qué forma conviven? Previo al desarrollo de la imagen, se deberá iniciar con un proceso de escritura, pues la idea es que cada ejercicio, sea contado y explorado de forma significativa .
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Cuando era pequeño, Duane Michals (McKeesport, Pensilvania, 1932) pensaba que existían muchas lunas. De mayor, comprobó que la realidad tenía múltiples versiones y que es la impronta única e individual del hombre la responsable de toda gran obra de arte. Así, en los años sesenta, en una época en que el mundo de la fotografía estaba fuertemente influido por el fotoperiodismo y su estética, inició su propio camino con un discurso en contra de los confines naturales del medio: fue a Egipto, y en vez de fotografiar las pirámides construyó una fotografiando el proceso; más tarde fotografió a un abuelo despidiéndose de su nieto en su camino hacía el cielo; cuando retrató a Magritte quiso fotografiar los sueños de artista belga, no su apariencia.
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Desde muy joven sintió una atracción por el arte. Fue diseñador gráfico antes de utilizar por primera vez una cámara prestada durante un viaje a Rusia en 1958. Fue entonces cuando se dio cuenta de que quería ir más allá de los límites impuestos por el ‘momento decisivo’, acuñado por Cartier-Bresson, de esa sola imagen que encierra un momento único. Las cosas que le interesaban, no estaban en la calle; no le quedaba más remedio que recrearlas. Así nacieron esas imágenes seriadas a las que más tarde incorporaría texto. Le interesaba contar historias que hablaran de la espiritualidad, del sexo, de la religión, de la belleza o de la muerte, de cualquier tema que ayudase a describir la esencia del ser humano,
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La relación simbiótica entre la imagen y la escritura es el principio de la obra de Duane Michals; obras bigráficas que parten de la necesidad de la luz tanto como de
tomar distancia de lo conocido y acercarse desde otra óptica. En algunas de ellas presenta una fotografía con presumible valor documental, – como podría ser el caso
la palabra. En algunas el relato se da en la imagen, en otras en el texto; pero en el foto-relato secuencial cada fotografía aparece con unas líneas de escritura y en esa conjunción de imagen y palabra se conforma la narración. Con este modelo narrativo Michals encuentra la trama perfecta que, al surgir de un tejido preciso entre escritura y fotografía, desafía siglos de historia en los que la supremacía de una sobre la otra era una constante.
de This photography is my proof- para después sacudir al espectador de su letargo mediante un texto que deja en evidencia el mundo de apariencias del que no puede escapar la fotografía. En otras utiliza imágenes de elementos cotidianos descontextualizados para, a la luz del texto, asignarle otro valor; tal es el caso, por ejemplo, de Salvation, en la cual un cura apunta a un hombre con un crucifijo, acorde a la sentencia que acompaña la imagen. Y en otras obras, mediante escenografías muy trabajadas, que no hacen más que evidenciar el artificio, sólo se adentra en la ficción. En muchas ocasiones, busca
‘‘Los espejos, como las lentes de la cámara, reconstituyen un determinado sujeto sobre una superficie plana mediante la redirección de los haces de luz. ¿Cómo no iban a fascinar a un fotógrafo como Duane Michals, que ha pasado su vida recalando del mundo de las apariencias para poder ahondar en las verdades que hay detrás de la superficie, pero que debe hacerlo, por la propia naturaleza de su medio, precisamente sobre esa superficie?”-Livingstone. Michals se sirve de la fotografía en sus obras tanto para reafirmar la verosimilitud de sus historias o la credibilidad de sus sentencias como para mostrar su incapacidad probatoria; utiliza técnicas diferentes para lograr un extrañamiento –término acuñado por el formalista ruso Sklovsky (Todorov, 1965, p.83)- que obliga al espectador a detenerse, permanecer en la experiencia estética,
tópicos o la hipertextualidad de obras clásicas para lograr la familiaridad del espectador ante la temática y, de esta forma, predisponerlo a la ficción narrativa en fotografía. Sin embargo en el foto-relato secuencial Something strange is happening (Michals, 1976) lo prepara para lo extraño desde el título y consolida una historia en la que tanto la escritura como las fotografías contribuyen a una lectura verosímil. El surrealismo que ha marcado su obra así como las lecturas de Borges y también Carroll están presentes en esta obra que entre reflejos de luz, espejos e instantáneas juegan con la posibilidad de un mundo dentro de otro mundo –o cuando menos fotografías dentro de fotografías-, con el guiño final de la pipa, que, sin lugar a dudas, nos remite a Magritte.
Relato visual narrativo Duane Michals, cuenta distintas historias a través de sus fotografías. ejercicio laboratorio: Dividir una acción en diversos frgamentos,a través de fotografías que congelen distintas situaciones que se sueceden en el tiempo, se utilizará una secuencia de fotos que narrarán y contarán una historia, esta historia contará aquello que es significativo para cada persona, se establecerá un dialogo con su cotidianidad , con el entorno y todo aquello que deviene de él, es necesrio, no olvidar que en cada ejercicio se fortalecerá la escritura, por lo tanto, se realizará un proceso escritual, antes de la creación de las fotografías.
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