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De Ayotzinapa, del Festival y de la histeria como método de análisis y guía para la acción Subcomandante Insurgente Moisés
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Palabras de la Comandancia General del EZLN al terminar el acto con la caravana de familiares de desaparecidos y estudiantes de Ayotzinapa Subcomandante Insurgente Moisés «ambos tomados de enlacezapatista.ezln.org.mx»
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Sin pedir permiso para serlo Sergio Rodriguez Lascano «tomado de subversiones.org»
¡Copia, comparte, difunde, distribuye! Para más información sobre el EZLN y La Sexta: enlacezapatista.ezln.org.mx Desde algún lugar del abajo y a la izquierda del planeta Tierra, diciembre de 2014. .
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Subcomandante Insurgente Moisés
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL. MÉXICO. Diciembre del 2014. A l@s compas de la Sexta nacional e internacional: Al Congreso Nacional Indígena: A los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa: Hermanas y hermanos: Compañeros y compañeras: Hay muchas cosas que queremos decirles. No las diremos todas porque sabemos que ahora hay asuntos más urgentes e importantes para todas, todos y todoas. Pero como quiera son muchas cosas y es larga nuestra palabra. Así que les pedimos paciencia y una lectura atenta.
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De Ayotzinapa, del Festival y de la histeria...
Nosotros, nosotras, zapatistas, acá estamos. Y desde acá miramos, escuchamos, leemos que la palabra de familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa se empieza a quedar atrás y que ahora, para una parte de los de allá, es más importante… la palabra de otros y otras en los templetes; la discusión sobre si las marchas y manifestaciones pertenecen a los bien portados o a los maleducados; la discusión sobre cuál tema es más mencionado a mayor velocidad en las redes sociales; la discusión sobre la táctica y la estrategia a seguir para “trascender” el movimiento. Y pensamos que siguen faltando los 43 de Ayotzinapa, los 49 de la guardería ABC, las decenas de miles de asesinad@s y desaparecid@s nacionales y migrantes, l@s pres@s y desaparecid@s polític@s. Y pensamos que sigue secuestrada la verdad, sigue desaparecida la justicia. Y pensamos también que hay que respetar la legitimidad y autonomía de su movimiento. Sus voces, nosotras, nosotros zapatistas las escuchamos de frente. Miles de bases de apoyo zapatistas lo hicieron y sus voces llegaron después a decenas de miles de indígenas. Su voz entonces habló en tzeltal, en chol, en tojolabal, en tzotzil, en zoque, en castilla a nuestro corazón colectivo. Esas voces tienen juicio, saben de lo que hablan, y es su corazón como el nuestro cuando se hace dolor y rabia. Saben su camino y lo andan. Se saben ell@s. Nos saben a nosotr@s en rabias y dolores. Nada tenemos que enseñarles nosotros, nosotras. Todo tenemos que aprenderles. Por eso ahora, cuando su voz pretende ser tapada, silenciada, olvidada o torcida, les mandamos nuestra palabra para abrazarlos. Por eso decimos que lo primero, más importante y urgente es escuchar a los familiares y compañeros de los desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa. Son esas voces las que han tocado el corazón de millones de personas en México y en el mundo. Son esas voces las que han señalado el dolor y la rabia, las que han denunciado el crimen y han señalado al criminal. La importancia de esas voces la reconocen, tanto el gobierno, que trata de deslegitimarlas; como los buitres, que tratan de torcerlas. Busquemos que esas voces retomen su lugar y rumbo. 4
Nuestra es también su digna rabia
Esas voces resistieron a la calumnia, resistieron al chantaje, resistieron al soborno. Esas voces no se vendieron, no se rindieron, no claudicaron. Esas voces son solidarias. Supimos, por ejemplo, que cuando se acumulaban jóvenes en las cárceles, y los “bien portados” les aconsejaban a esas voces que no se detuvieran en l@s pres@s, que su liberación no era lo importante porque de por sí el gobierno estaba “infiltrando” las movilizaciones, las voces dignas y firmes de los familiares y compañeros de los 43 dijeron, palabras más o menos, que para ellos lo de la libertad de los detenidos era parte de la lucha por la presentación de los desaparecidos. O sea que, como quien dice, esas voces no se dejaron chantajear ni compraron la baratija barata de los “infiltrados”. Cierto, esas voces han tenido la fortuna de encontrar una población receptiva en su par básico: el hartazgo y la empatía. El hartazgo frente a las formas “clásicas” del Poder, y la empatía entre quienes padecen sus abusos y costumbres. Pero eso ya estaba en calendarios y geografías diversos. Lo que pone a Ayotzinapa en el mapa mundial es la dignidad de los familiares y compañeros de los jóvenes asesinados y desaparecidos. Su tenaz e intransigente insistencia en la búsqueda de justicia y verdad. Y en su voz se reconocieron muchas y muchos en todo el planeta. En sus palabras hablaron otros dolores y otras rabias. Y sus palabras nos vinieron a recordar muchas cosas. Por ejemplo: Que la policía no investiga robos; la policía secuestra, tortura, desaparece y asesina personas con o sin filiación política. Que las instituciones actuales no son el lugar para encausar la indignación, las instituciones son las que provocan indignación. Que el sistema no tiene soluciones para el problema porque él es el problema. Que, desde hace tiempo y en muchas partes: los gobiernos no gobiernan, simulan; los representantes no representan; suplantan; los jueces no imparten justicia, la venden; los políticos no hacen política, hacen negocios; las fuerzas públicas del orden no son públicas y no imponen más orden que el del terror al servicio del que tenga más paga; la legalidad es el disfraz de la ilegitimidad; los analistas no analizan, trasplantan sus fobias y sus filias a la realidad; 5
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los críticos no critican, asumen y difunden dogmas; los informadores no informan, producen y distribuyen consignas; los pensadores no piensan, comulgan con las ruedas de molino de moda; el crimen no se castiga, se premia; la ignorancia no se combate, se ensalza; la pobreza es el pago para quienes producen las riquezas. Porque resulta, amigos y enemigos, que el capitalismo se nutre de la guerra y de la destrucción. Porque se acabó la época donde los capitales necesitaban de paz y estabilidad social. Porque en la nueva jerarquía dentro del capital, el especulativo reina y manda, y es su mundo el de la corrupción, la impunidad y el crimen. Porque resulta que la pesadilla de Ayotzinapa no es local, ni estatal, ni nacional. Es mundial. Porque resulta que no es sólo contra jóvenes, ni sólo contra varones. Es una guerra con muchas guerras: la guerra contra lo otro, la guerra contra los pueblos originarios, la guerra contra la juventud, la guerra contra quienes, con su trabajo, hacen andar al mundo, la guerra contra las mujeres. Porque resulta que el feminicidio es tan añejo, cotidiano y ubicuo en todas las ideologías, que es ya “muerte natural” en los expedientes. Porque resulta que es una guerra que cada tanto toma nombre en un calendario y una geografía cualesquiera: Erika Kassandra Bravo Caro: mujer, joven, trabajadora, mexicana, 19 años, torturada, asesinada y desollada en el “pacificado” (según las autoridades civiles, militares y mediáticas) estado mexicano de Michoacán. “Un crimen pasional”, dirán, como quien dice “víctimas colaterales”, como quien dice “un problema local en un municipio del provinciano estado mexicano de… (ponga el nombre de cualquier entidad federativa)”, como quien dice “es un hecho aislado, hay que superarlo”. Porque resulta que Ayotzinapa y Erika no son la excepción, sino la reafirmación de la regla en la guerra capitalista: destruir al enemigo. Porque resulta que en esa guerra el enemigo somos todas, todos, todo. Porque resulta que es la guerra contra todo, en todas sus formas y en todas partes. Porque resulta que de eso se trata, de eso se ha tratado siempre: de una guerra, ahora contra la humanidad. 6
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En esa guerra, l@s de abajo encontraron en los familiares y compañeros de los ausentes de Ayotzinapa un eco amplificado de su historia. Ya no sólo en su dolor y rabia, sobre todo en su terco empeño de encontrar la justicia. Y con su voz se terminaron las mentiras del conformismo, del “aguantamos todo”, del “no pasa nada”, de “el cambio está en un@ mism@”. Pero, en medio del dolor y la rabia, arriba de nuevo revolotean los buitres sobre la extendida mancha de muertes y desapariciones nombradas. Porque donde un@s cuentan ausencias injustas, otr@s cuentan votos, vidrios, cargos, membretes, encabezados, marchas, firmas, likes, follows. Pero no hay que dejar que la cuenta que cuenta e importa se quede atrás. Nosotras, nosotros, zapatistas del EZLN, pensamos que es tan importante lograr que retomen su lugar las voces de los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa, que hemos decidido: 1.- Ceder nuestro lugar en el Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo, a los familiares y compañeros de los Normalistas de Ayotzinapa asesinados y desaparecidos. Pensamos que en sus voces y oídos habrá ecos generosos en y para tod@s l@s que, estando o no estando, participarán en el Festival. 2.- Por eso nos estamos dirigiendo a las compañeras y compañeros del Congreso Nacional Indígena en las distintas sedes, a la Comisión Conjunta del CNI-Sexta para el Festival Cultural, y a quienes apoyarían a nuestra delegación en transporte, alojamiento, alimentación, seguridad y salud, para pedirles que dediquen y apliquen sus esfuerzos a los familiares y compañeros de los Normalistas de Ayotzinapa que hoy nos hacen falta a tod@s. Por eso pedimos que los atiendan, escuchen y les hablen como si fueran cualquiera de l@s 20 zapatistas, 10 mujeres y 10 hombres, que formarían nuestra delegación. 3.- Por eso pedimos, respetuosamente, a los familiares y compañeros de los ausentes de Ayotzinapa que acepten nuestra invitación y nombren, de entre ell@s, una delegación de 20 personas, 10 mujeres y 10 hombres, y participen como invitados de honor en el Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías contra el Capitalismo a 7
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celebrarse del 21 de diciembre del 2014 al 3 de enero del 2015. Para nosotros, nosotras las zapatistas fue muy importante escucharlos directamente. Creemos que será muy bueno que todas las personas que asistan al festival tengan el mismo honor que nos concedieron. Y creemos también que a ustedes les aportará mucho el conocer otras resistencias y rebeldías hermanas en México y el mundo. Podrán ver entonces lo grande y extendido que es el “no están solos”. 4.- El EZLN participará en el Festival. Nuestro oído atento y respetuoso estará ahí como uno más entre nuestr@s compas de la Sexta. No en templetes ni en lugares especiales. Como sombras estaremos, junto a tod@s, entre tod@s, detrás de tod@s. 5.- Nuestra palabra para la compartición está ya en un video. Se le ha indicado a “Los Tercios Compas” que lo hagan llegar en su oportunidad a las distintas sedes del Festival y a los Medios Libres, Alternativos, Independientes, Autónomos o como se llamen, que son de la Sexta, para que lo difundan, si así lo consideran pertinente, en sus tiempos y modos. 6.- El 31 de diciembre del 2014 y el día primero del año del 2015 será un honor para nosotros recibir, en el caracol de Oventik, como invitados especiales a las mujeres y hombres que, con su dolor y rabia, han levantado en todo el planeta la bandera de la dignidad que abajo y a la izquierda somos. 7.- Y no sólo, también aprovechamos para invitar a todas, todos y todoas de la Sexta nacional e internacional, encapuchad@s o no, a que participen en esta gran compartición, a que hablen de sus historias y a que escuchen a la otra, al otro, a lo otroa. G
De la histeria como método de análisis y guía para la acción. Nosotras, nosotros, zapatistas, acá estamos. Desde acá los miramos, escuchamos, leemos. En las recientes movilizaciones por la verdad y la justicia para los normalistas de Ayotzinapa, se ha repetido la disputa por imponer el carácter de las movilizaciones, ahora llegando a la criminalización de quienes coinciden con un estereotipo trabajado: jóvenes, con el rostro cubierto, vestidos de negro, y que son o parecen anarquistas. En suma, son mal portados. Y como tales deben ser expulsados, señalados, detenidos, amarrados, entregados a la policía o a la justa ira de los sectores progresistas. 8
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A esto se ha llegado con reacciones coincidentes o cercanas a la histeria en algunos casos, y a la esquizofrenia en otros, impidiendo una argumentación razonada y un debate necesario. Aunque ya habíamos presenciado esto antes (en la huelga de la UNAM 1999-2000, en 2005-2006, en 2010-2012), el relanzamiento de este método de análisis y guía para la acción de la izquierda bien portada, permite algunas reflexiones: Los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa, como los de decenas de miles de desaparecid@s y asesinad@s, no piden caridad o lástima, demandan verdad y justicia. ¿Quién es quién para decir que esas demandas, que son las de cualquier ser humano en cualquier parte del mundo, tienen que expresarse de tal o cual forma? ¿Quién escribe el “manual de buenos y malos modos” para expresar el dolor, la rabia, la inconformidad? Pero bueno, se puede y debe debatir cómo abraza más y mejor la palabra “compañer@”. Si con una voz engolada en lo alto de un templete o si con un vidrio roto. Si con un “Trending Topic” o si con una patrulla policial en llamas. Si con un blog o con un grafiti. O tal vez con todas o tal vez con ninguna de ellas, y cada quién con su cada cual crea, construye, levanta su modo de apoyar. Pero ni siquiera quienes tienen la autoridad moral y la estatura humana para decir “así sí” o “así no”, es decir, los familiares y compañeros de los que faltan de Ayotzinapa, lo han hecho. Entonces, ¿quién ha otorgado los cargos de comisarios del buen comportamiento para el apoyo y la solidaridad? ¿De dónde viene ese alegre señalar a unos y a otras como “agentes gubernamentales”, “infiltrad@s” y, ¡horror de horrores!, “anarquistas”? / Es ridículo que se argumente “ésos no son estudiantes, son anarquistas“. Cualquier anarquista tiene más bagaje cultural y conocimientos científicos y técnicos que el promedio de quienes, como policías del pensamiento, los señalan y piden para ell@s la hoguera. Y ni hablar de quienes enarbolan y se enorgullecen de la estupidez y la ilegalidad como método policíaco (“le guste a quien le guste”) en el gobierno de la Ciudad de México. / Pero, claro, se puede inventar un monigote a modo (una especie de anarquista insurreccional región 4) y ridiculizarlo confeccionándole un cuerpo teórico caricaturizado, para que así pueda ser despachado sin contratiempos en cualquier ministerio público mediático o judicial (claro, si es grabada en video su detención, si no, pues, ¿quién lo va a extrañar?). Después de todo, la información “periodística” viene de fuentes confiables: las delaciones y la policía política. 9
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No es lo mismo señalar (quien señala acusa, juzga y condena, y demanda que la policía ejecute la sentencia), que debatir. Porque para señalar sólo es necesario estar a la moda (lo que es cómodo, fácil y, bueno, sí, aumentan los “likes” y los “follows”). Para señalar no se necesita una investigación argumentada, basta “postear” algunas fotos. Así nacen los grandes romances entre l@s “líderes de opinión” y las masas de “seguidores”: la fe ciega sintetizada en 140 caracteres. Del “yo te sigo y tú me sigues” a “y vivieron muy felices”, de ahí a “No me amas porque no me das RT ni Fav ni like. Cambiaré de Sinsajo”. Para debatir hay que investigar (órales: tras que hay diferentes anarquismos; órales reiterado: tras que la “acción directa” no es necesariamente violenta), pensar, argumentar y, ¡arghhh!, lo más peligroso y difícil: razonar. Debatir es difícil e incómodo. Y hay consecuencias para quien debate (digo, además de los pulgares abajo, los dedos medios arriba y los “ya no te sigo” en cascada). Ni modos, luego hay gente que no camina por la vida tratando de agradar, conformar, encajar, atraer. Detrás de cada ser crítico hay una larga lista de “seguidores” desertando, mudándose a donde no haya que pensar y el RT no sea un autogol. Y cuando el periodismo progre suple las funciones de ministerio público y acusa, interroga, concluye y condena, ¿señala o debate? ¿O se trata de debatir así? ¿L@s anarquistas en las cárceles o perseguid@s o exiliad@s, y las buenas conciencias en los editoriales, los micrófonos y el azul trinar? Ok, ok, ok. ¿Pero estamos de acuerdo en apoyar a los familiares y compañeros de los asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa, o eso ya no importa? ¿Tampoco los infantes de la guardería ABC, los desaparecidos de Coahuila, los migrantes ignorados, los “daños colaterales” de la guerra, la mujeres violentadas y asesinadas todos los días a todas horas en todos los lugares en todas las ideologías? ¿Sólo importan el cambio de nombre de quien se sienta en la silla o el promover el empleo en las empresas de vidrios, cristales y anaqueles? A quienes insisten en el camino electoral como única y excluyente opción, no se les ha acusado de “infiltrados”, “policías”, “provocadores” o “soldados de la sedena vestidos de civil”. Se les acusa de ilusos, ingenuos, bobos, tontos, buscachambas, oportunistas, intolerantes, 10
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ambiciosos, buitres, tiranos y déspotas. Bueno, también de fascistas. Pero no de “infiltrados”, aunque más de un@ cumple a cabalidad con el perfil real de agente gubernamental y policía político. Sabemos que unos y otros son grandes estrategas (basta ver los logros que han obtenido), piensan, proponen e imponen que “hay que trascender la movilización”. Los unos con marchas bien vestidas y educadas buscando contener y encauzar; los otros con la acción directa, violenta y excluyente de la rabia. Unos y otros con el afán vanguardista, de élite exclusiva, de dirigir, hegemonizar y homogeneizar la diversidad en modos, tiempos y lugares. Del “si rompes un vidrio eres infiltrad@” al “si no lo rompes… también” Para unos y otros lo que vale y cuenta es el centro geográfico y lo que en él converge: el poder político, económico y mediático. Si no pasa en la ciudad de México, no ocurre, no tiene validez, no cuenta. Lo “histórico” es su patrimonio exclusivo. No existen para ellos las movilizaciones en Guerrero, Oaxaca, Jalisco, Veracruz, Sonora, y demás rincones de México y del mundo. Pero como en unos y otros reina la pereza para el análisis crítico, no se dan cuenta de que no es ahí donde está el centro del Poder. Allá arriba las cosas han cambiado y mucho. Mientras se siga abandonando el análisis serio y profundo del nuevo carácter del Poder, siguiendo de narices los calendarios de arriba (electorales e institucionales) de una a otra fecha, o el apremio de “algo hay que hacer, lo que sea” manque sea inútil y estéril, se seguirán reiterando los mismos métodos de lucha, los mismos reflujos, las mismas derrotas. Hacia un debate serio: Sobre las acciones directas en las marchas de la ciudad de México, el 8 y 20 de noviembre y el 1 de diciembre del 2014, acaso convenga recordar las siguientes palabras de Miguel Amorós: “En tales eventos la sola presencia de ciudadanistas y aliados suyos ya basta para sembrar la confusión y convertir las mejores intenciones radicales en puro activismo, integrado sin dificultad en el espectáculo y por lo tanto manipulable, como argumento de los gobernantes para justificar los excesos de la fuerza pública o como coartada de los ciudadanistas para justificar el fracaso de sus expectativas. El activismo 11
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-violento o sólo ideológico- es el mayor revelador de la obsolescencia de la revuelta al reflejar la pobreza teórica y la debilidad estratégica de los enemigos del capital y del Estado. Acuciados los activistas por la necesidad de hacer “algo”, se apuntan a todos los bombardeos, cayendo por tanto en la trampa mediática y espectacular, que los tacha de gamberros o de provocadores. El resultado no es útil más que para los gobiernos, los partidos o los seudomovimientos, basura que si existen es para impedir la más remota posibilidad de una lucha autónoma o de un pensamiento revolucionario”. Amorós, Miguel. “El Ocaso de la Revuelta” Octubre del 2001. En “Golpes y Contragolpes” Pepitas de calabaza ed. & Oxígeno dis. España. 2005. Lo que sigue: requisitos para manifestarse: Ellos: credencial del INE o cédula de identidad, comprobante de domicilio (si no tiene casa propia, copia del contrato de arrendamiento; si la tiene hipotecada, ¿qué hace usted aquí?), saco y corbata (no, smoking no, no hay que exagerar todavía, ése es para cuando crucemos triunfantes, sobre los hombros de la muchedumbre, la sagrada puerta que los inconscientes pretendieron destruir), manos y cara limpias, sin tatuajes visibles, sin piercings, y sin peinados estrafalarios (estrafalarios: todo lo que no aparezca en las revistas de moda), zapatos de vestir (nada de tenis o botas), firmar una cartacompromiso donde se obligue a respetar todo signo de autoridad y/o de poder en cualquiera de sus acepciones, así como señalar cualquier actitud o intención de separarse de estas reglas. Ellas: lo mismo pero con traje sastre. Oh, lo lamento, sí, tiene que peinarse. Elloas: no califican para manifestarse. Por favor proceda al siguiente closet. De la vanguardia del proletariado y los bien y mal portados: Les avisamos, porque creemos que no saben, que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) nos negó, al CNI y al EZLN, el préstamo de una de sus instalaciones para la celebración de los actos culturales, en el DF, del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo: “Donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”. 12
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Antes de la campaña de “pórtese bien y diga NO a las capuchas”, el SME había otorgado, generoso, uno de sus locales para la fiesta cultural. Conforme fue avanzando la campaña de “no temas al Estado, témele a lo diferente”, fueron apareciendo los pretextos que preparaban el camino: “es que son vacaciones, no hay quien cuide, no vamos a pasar la navidad así”. Después fueron más claros y nos dijeron: “que un sector dentro del SME estaba en contra de lo que se hacía en solidaridad con otras luchas, que en asamblea se había planteado la necesidad de parar ese asunto de estar metidos con los de Ayotzinapa, que no era posible estar, por un lado negociando con el gobierno y, por el otro lado, metidos con un movimiento de jóvenes encabronados, encapuchados, que estaban haciendo acciones como las de Palacio; y que habían tenido que parar lo de la llegada de los jóvenes que querían hacer parada en el deportivo (se refiere al lugar, propiedad del SME, que iban a prestar), cuando llegaran las caravanas, que luego ustedes (la Sexta y el CNI) y sus encapuchados (en el papel de los encapuchados: el EZLN) queriendo hacer su festival, que no se puede, que búsquense otro lugar, que esperan que los comprendamos”. Dijeron más cosas, pero se refieren a cuestiones internas del SME que no nos corresponde repetir ni difundir. ¿Qué tal? Los compas del Congreso Nacional Indígena habían propuesto que fuera en un local del SME como un reconocimiento y saludo a su lucha y resistencia, y nosotros apoyamos su propuesta. Y todavía por ahí hay quien piensa que las purgas serán hasta el improbable momento en que la vanguardia proletaria tome el Poder. Y pues nosotras, nosotros los zapatistas comprendemos. Pero no entendemos. No entendemos cómo fue que un movimiento que ha padecido una campaña con toda clase de calumnias, mentiras y hostigamientos (aún mayor que la que ahora padecen jóvenes, anarquistas y no anarquistas, encapuchados y no encapuchados, estudiantes y estudiosos) como el SME, se rindió a la moda de criminalizar a lo diferente. No entendemos cómo es que suscriben la moda en turno y deciden entrar al “aro” de las buenas conciencias y deslindarse de quienes no sólo los respeta(ba)n, también los admira(ba)n. ¿Es ese deslinde parte de los principios del nuevo partido político que construyen? ¿Es parte de la celebración de sus 100 años? Hubiera sido más fácil hacer como ahora hacen en la Ciudad de México, y poner un letrero a la entrada que rezara “No se admiten encapuchados” y ya. No hubiéramos entrado nosotros, cierto, pero su lucha de ustedes se hubiera visto vivificada con todos los colores que 13
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son el color de la tierra en el Congreso Nacional Indígena, así como con la diversidad de resistencias y rebeldías que, aunque no tengan locales para hacer fiestas culturales, florecen en varios rincones de México y el mundo. Como quiera, en nuestras limitadas posibilidades, seguiremos apoyando su justa lucha. Y, por supuesto, les mandamos la invitación para el Festival. Elija la respuesta correcta: “Viles encapuchados” (o equivalentes con los nuevos sinónimos: “anarquistas”, “infiltrados” “provocadores”, “estudiantes”, “jóvenes”). Esto lo dijo, lo tuiteó, lo declaró, lo firmó, lo cantó, lo pintó, lo dibujó, lo pensó… a).- un o una articulista, intelectual, caricaturista, periodista, locutor de los medios conservadores de paga. b).- una o un articulista, intelectual, caricaturista, periodista, locutor de los medios progresistas de paga. c).- una o un artista conservador. d).- un o una artista progresista. e).- un general del ejército federal. f).- un líder de la patronal. g).- un líder sindical obrero de la vanguardia del proletariado revolucionario. h).- un líder de un partido político alineado a la derecha. i).- un líder de un partido político alineado más a la derecha. j).- un líder de un partido político alineado… Ya, en resumen: un líder de un partido político cualquiera. k).- Epi. l).- Enrique Krauze. m).- todos los anteriores. Resultado: Cualquier letra que haya seleccionado es correcta. Si eligió la última opción, usted no sólo ha acertado, también ha hecho un monitoreo exhaustivo de redes sociales y medios de paga y libres. No sabemos si felicitarle o darle el pésame. Lo dicho: en los tiempos actuales, si no estás bien confundido es que no estás bien informado.
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En el balcón de las redes sociales: Un tuit modelo de la gente bien después de la marcha del 20 de noviembre del 2014 en la ciudad de México: “¿por qué la policía detuvo arbitrariamente a civiles en lugar de detener a los anarquistas?” Ojo: note usted no sólo que a los anarquistas está bien detenerlos arbitrariamente, también que no son “civiles”. Un comentario de la gente bien frente a una foto de la policía del DF en modo “legusteaquienleguste” golpeando a una familia en los alrededores del zócalo del DF el 20 de noviembre del 2014: “Yo los conozco y ésos no son anarquistas”. Ojo: si nadie lo conoce o es anarquista, se merece esos golpes. Un argumento de la gente bien al inicio del movimiento, o después, no importa: “De seguro esos ayotzinacos se lo buscaron, quién les manda andar de anarquistas”. Ojo: sin comentarios. El Diálogo Imposible: “¿Cómo que no entiendes cómo está eso de encapuchados igual a anarquistas igual a infiltrados? Mira, esa gente no quiere hacer política, sólo quiere hacer desorden. Eso quiere decir anarquismo: desorden. Lo de cubrirse el rostro es por cobardía. Y lo de infiltrados es porque sirven al gobierno. ¿Qué? Sí también están encapuchados los zapatistas y estaban encapuchados quienes se enfrentaron a Ulises Ruiz en Oaxaca, y algunos de los que ahora se movilizan en Guerrero y Oaxaca. Ah, pero ésos no están aquí, en nuestra ciudad (el “nuestra” ha sido remarcado con una mirada de advertencia). Los zapatistas, los oaxaquitas y los de guerrero, bueno, pues son inditos de buen corazón. Claro, sin dirección política clara. Y están lejos, se les puede mandar ayuda humanitaria, que es como nosotros llamamos a deshacernos de lo que ya no sirve o se ha vuelto inútil, o peor aún, pasado de moda. Pero estos pinches anarquistas están aquí, toman nuestras calles (se repite la mirada amenazante en el “nuestras”) y, ¿cómo te diré?, pues arruinan el paisaje. Un@ aquí esforzándose por hacer un buen happening muy en la onda retro, los sixties, ¿me entiendes?, muy de amor y paz, de era acuario, flores, canciones, drogas blandas, smartdrinks, buena vibra pues. Mira, tengo una aplicación en mi fon que despide luces con tonalidades acordes a lo que me meto. ¿Eh? No, yo no marcho en un contingente, yo camino por el camellón, me subo a… No, no es para ver mejor la marcha, es para que las masas me vean mejor. Mira chavo, chava o lo que seas, 15
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las manifestaciones aquí deben ser como ir al club, ¿me entiendes? Se trata no de protestar sino de vernos entre nosotros, saludarnos, y al día siguiente confirmar que somos los que somos, no en la sección de sociales, sino en la de nacionales. Además, esto de Ayotzi… No, ya nadie dice Ayotzinapa, es más cool decir “Ayotzi”. Bueno, pues te decía que Ayotzi tiene repercusión internacional o sea que nos da un aire muy cosmopolita. Qué socialités ni qué nada, eso es para las derechas. Nosotros, las izquierdas modernas, nos damos a conocer en estos eventos. En la próxima, si esos nacos no se reiteran, estamos viendo de traer a Mijares. Sí, para que nos cante ésa de “soldado del amor”. Y para estar a tono que venga también Arjona y se aviente con ésa de “soldado raso”. Sí, se va a ver súper todos marchando al ritmo, tomados de la mano con los guardias presidenciales y los policías. Tal vez mejor de noche y sacamos los encendedores y movemos los brazos al compás de “soldado del amor, en esta guerra entre tú y yo…” y con Arjona “voy marcando el paso, mientras sobrevivo. No tengo coraje, me ganó el olvido”. Sí, ya estamos viendo de que, en la próxima, Eugenio Derbez sea el orador principal. ¡Será genial! ¡Infiltraremos a Televisa y la pondremos de nuestro lado! ¿Eh? No, ya no vamos a pedir que renuncie Peña… Pues porque ya se pasó la fecha, ahora tenemos que prepararnos para el 2018. ¿Eh? Qué importan las demandas originales de los de allá. Cierto, pobrecitos, pero por eso mismo deben aceptar la dirección de los que saben, o sea de nosotros. Mira, lo que este país necesita no es una revolución, sino un buen “feat” masivo o sea nosotros en el papel principal y único, y la plebe en los coros o de tramoyistas, sí, la historia que vale la pena es una “selfie” con nosotros en primer plano y las masas atrás y abajo, embelesadas, aclamándonos, y… sí, ya tengo las palabras que voy a decir cuando me supliquen que suba al templete… ¡Ey! ¡Espera! ¿Por qué te niegas al diálogo? ¡Pinche anarco! ¡Y mejor ponte una capucha porque desde lejos se te nota lo naco! ¡Ah, por eso este país no avanza! Pero ya le tomé la foto, ahora la subo a mi feis para que anoten a otro infiltrado, ¿o era infiltrada? Bueno, no me fijé bien, y es que vestía muy de hueva, muy de cliché. Me dueles México…” Otras líneas de investigación: 1.- Las tres palabras que les valieron, a Abarca estar bajo protección en el penal del Altiplano, y el arraigo a su dama de hierro región 4, ambos fuera del alcance de los medios: “fueron los federales”.
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Después de eso, ya no les preguntaron más. No porque no quisieran saber, sino porque ya sabían. 2.- Ahora que allá arriba sí están contemplando seriamente la posibilidad del “relevo” en Los Pinos (de ahí la súbita elocuencia de los titulares de marina y sedena, y los caóticos deslindes del poder mediático), quienes pedían hasta antes del 1 de diciembre la renuncia de Peña Nieto, ¿ahora van a sacar un documento que se llame “La Defensa de las Instituciones y el Rechazo a la Renuncia Presidencial. Versión junio de 1996, actualizada al 2014-2015”? Señalar y delatar en serio: 1.- El análisis que adjudica la responsabilidad de la represión a las acciones directas violentas de grupos “anarquistas”, debería ser consecuente y, en el caso de México, también hacer responsable de la represión a quien develó el escándalo de la llamada “casa blanca” provocando el enojo de la pareja presidencial (aunque luego compensó asumiendo las funciones de Ministerio Público). Pero no, el reparto de culpas también es de clase. Y corresponde a los bien portados enarbolar la campaña de criminalización de los jóvenes pobres (según la secuencia de equivalencias: infiltrado = encapuchado = anarquista = joven = pobre), que es la misma que, en su tiempo, echó a andar la larga pesadilla ahora llamada “Ayotzinapa”. 2.- Según lo último que vemos, leemos y escuchamos, los infiltrados comprobados no se cubren el rostro. Infiltrados por el gobierno de la Ciudad de México (“la izquierda institucional como alternativa”) y sus empleados, han sido filmados agrediendo a manifestantes, haciendo detenciones arbitrarias y “sembrando” capuchas en los agredidos. Ahora bien, siguiendo el método de análisis aconsejado por la histeria y la lógica impecable de los policías del pensamiento y el buen vestir, es de esperar que todas las personas que no marchen encapuchadas son potenciales “infiltrados” y deben ser señaladas, detenidas y puestas a disposición de la autoridad “para que dejen a los encapuchados manifestarse por sus demandas”. Así que ahora, cuando en las marchas vean a alguien no encapuchado, deberían señalarlo y expulsarlo al son del estribillo “no a la violencia, no a la violencia”. 3.- Un poco de memoria: ¿No son quienes ahora critican las acciones “violentas” contra el patrimonio “histórico”, comercial 17
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y financiero en las manifestaciones por Ayotzinapa en el DF, los mismos que bloquearon bancos, centros comerciales, se plantaron “históricamente” en Reforma en 2006, y hostigaron a las empleadas del uniforme naranja por ser “cómplices” del fraude electoral del 2012? Ah sí, es que es más grave un fraude electoral que 43 indígenas desaparecidos y decenas de miles de personas en la misma situación. 4.- El clamor de la histérica campaña ha tenido eco y cosecha sus primeros triunfos: unos vivales son detenidos en una caseta, lejos de la marcha, mientras recolectaban apoyo en beneficio propio; son amarrados y exhibidos triunfalmente en la “toma de la ciudad de México” el 6 de diciembre del 2014. Luego, por la magia de los medios, se convierten en “infiltrados” en la marcha, y se señala que hay entre ellos al menos un policía y un militar. Del supuesto policía, nada. El supuesto militar: tiene 17 años y “confesó” que en un mes entraría al ejército. Nadie se molestó en recordar que todos los jóvenes mexicanos, al cumplir 18 años, deben cumplir con el Servicio Militar Nacional. Como quiera, la acción fue aplaudida. Se espera que la histeria como método de análisis y guía para la acción llegará a su tope cuando haya un linchamiento. Entonces tod@s voltearán hacia otro lado. El temido desenlace en 6 tiempos de una renuncia (complete los nombres): 1.- Un partido en crisis terminal. Card_ renuncia al partido: “seguiré como un ciudadano más”, declara. 2.- Ante la crisis de la política partidaria, empieza a ser alentada la “opción ciudadana”. En la prensa y círculos progres se empieza a hablar del surgimiento del “Card_ísmo social”. 3.- Crece el movimiento y se emplaza a todos a la unidad incondicional en torno al “ciudadano” Card_. 4.- Lop_ se niega. 5.- Nuevo fraude electoral. Una gran concentración en el zócalo capitalino. Entre los manifestantes se pueden apreciar algunas cartulinas que reproducen las últimas caricaturas de los moneros progres: “Los de Ayotzinapa son un invento de Salinas” es el común denominador. En su turno en el templete, Ele_ menciona a Lop_. Gran abucheo y silbidos de las masas. Al otro día Ele_ aclara que mencionó a Lop_ sin malicia y que, en lo personal, le tiene gran aprecio.
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6.- Después del plantón de rigor, Card_ anuncia que hay que seguir en la lucha… creando un nuevo partido para contender en las próximas elecciones. No, si gana, ya no irían Epi a comunicación social, ni el tonto del desfiladero a vocero presidencial. ¿O sí? Gulp. La historia que no cuenta para los happenings progresistas: Sí, hay quien recuerda que el 6 de diciembre de este año se cumplieron 100 de la entrada de los ejércitos villistas y zapatistas a la Ciudad de México. Nosotros, en cambio, recordamos el zapatista gesto negativo y de desprecio frente a la silla presidencial: “cuando alguien bueno se sienta ahí, se hace malo; cuando es malo, se hace peor”, dicen que dijo el jefe del Ejército Libertador del Sur. Y si no lo dijo, seguro lo pensó. Consejos no pedidos y que, por supuesto, nadie va a seguir: 1.- Basta de buscar su Sinsajo. Dejen el tren de la desilusión, ahí la próxima estación es “apatía y cinismo”. Su destino final: “la derrota”. 2.- No se claven en los trending topic o como se diga. Lo mismo en tuits de gente “famosa”, “líderes de opinión” o gente supuestamente “inteligente”. Busquen los tuits de la gente común. Encontrarán ahí verdaderas joyas literarias en miniatura y pensamientos de ésos que valen la pena, es decir, los que obligan a pensar. Ahí no hay tuit pequeño. Los trending topic (los “temas del momento”) sólo sirven como espejo deformado y son tan ridículos como un salón de masturbación masiva: al final terminan todos insatisfechos y batidos. Y llega un momento en que los tuits son como diálogo de película porno: “¡oh! ¡sí, sí, así, no pares!”. ¿O es un gran mérito ganarle al hashtag #WeLoveYourNewHairJustin o al de #Sammy? 3.- Valorar a una persona por el número de seguidores y no por sus pensamientos y acciones es ocioso e inútil. Si la mierda tuviera feisbuc, tendría “likes” (y “licks“) de cientos de miles de millones de moscas. 4.- En defensa de las redes sociales, o más bien en defensa del uso de las redes sociales, pensamos que son también una compartición si se elige a dónde dirigir la mirada y el oído. Hay grandes escritoras y escritores, pensadoras y pensadores, analistas y critíc@s, luchador@ sociales que no aparecen ni aparecerán en los grandes medios de comunicación de paga. Y much@s de ell@s 19
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no porque no l@s “descubran”, sino porque han elegido otro canal para expresarse. Esto no sólo hay que saludarlo, también alimentarlo. 5.- Pero, por grandes que sean las posibilidades de las redes sociales, también lo son sus limitaciones. Además de lo obvio, es decir, de que no se pueden tuitear silencios y miradas, aunque es gigantesco el universo de su quehacer, sigue siendo más grande el universo que queda excluido. Las redes sociales no sirven para suplantar la comunicación básica (mirar, hablar, escuchar, tocar, oler, gustar), sino para potenciarla. “Si no está en tuiter no existe”, remeda la caduca sentencia “si no está en los medios no existe”. Aunque no lo crean, hay muchos mundos afuera del espacio cibernético. Y vale la pena asomarse a ellos. Ahí nos estamos vimos viendo: Sí, ya sabemos que somos incómod@s para unos y otros. Para unos somos radicales, para otros somos reformistas. Tod@s, arriba y abajo, tendrán que tragarse esto:
Acá abajo, cada vez somos más quienes nos empeñamos en luchar sin suplicar perdón por ser lo que somos y sin pedir permiso para serlo.
Sale. Desde las montañas del Sureste Mexicano. Subcomandante Insurgente Moisés. México, 12 de Diciembre del 2014. En el año 20 del inicio de la guerra contra el olvido.
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Nota: Monitoreo de medios de paga, de medios libres, autónomos, independientes, alternativos o como se llamen, y de redes sociales, así como el aporte desinteresado de sarcasmos, diván psicoanalítico gratuito, tips de investigación, consejos inútiles, camisa de fuerza de 140 caracteres en algunas partes y otros efectos especiales: contribución de “Los Tercios Compas” que, como su nombre lo indica, no son medios, ni libres, ni autónomos, ni alternativos pero son compas. Copyrights anulados por usar capucha. Se puede citar, recitar y reciclar señalando la fuente como “infiltrada”. Se autoriza la reproducción total o parcial frente a la tira con uniforme y sin uniforme, sea que esté detrás de un arma, un escudo, una cámara, un micrófono, un esmarfon, una tablet, o en el espacio cibernético. Damos fe: “Winter is coming, así que no olviden sus cobijas” (uno de los Stark en la próxima temporada de Game of Thrones. Spoil cortesía de “Los Tercios Compas”. Nah, no hay por qué darlas).
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de l s a r b pala ancia
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Subcomandante Insurgente Moisés
Madres, Padres y Familiares de nuestros hermanos asesinados y desaparecidos en Iguala, Guerrero: Estudiantes de la Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero: Hermanos y hermanas: Agradecemos de todo corazón que nos hayan dado su palabra. Sabemos que para poder traernos esa palabra directa, sin intermediarios, sin interpretaciones ajenas, tuvieron que viajar muchas horas y padecer cansancio, hambre, sueño. Sabemos también que para ustedes ese sacrificio es parte del deber que sienten. El deber de no abandonar a los compañeros desaparecidos por los malos gobiernos, de no venderlos, de no olvidarlos. Por ese deber es que iniciaron su lucha aun cuando no se les hacía el menor caso y los hermanos hoy desaparecidos eran catalogados como “pelones”, “novatos”, “revoltosos”, “futuros delincuentes que se lo merecían”, “porros”, “radicales”, “nacos”, “agitadores”. 22
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Así los llamaron muchos de los que ahora se amontonan alrededor de su digna rabia por moda o conveniencia, cuando entonces querían culpar a la Normal Raúl Isidro Burgos de la desgracia. Todavía hay quienes allá arriba lo siguen intentando, queriendo distraer así y esconder al verdadero culpable. Por ese deber ustedes empezaron a hablar, a gritar, a explicar, a contar, a usar la palabra con coraje, con digna rabia. Hoy, en el montón de palabras huecas que otros y otras arrojan sobre su digna causa, ahora se pelean ya por quién hizo que fueran conocidos, escuchados, comprendidos, abrazados. Tal vez no se los han dicho, pero han sido ustedes, los familiares y compañeros de los estudiantes muertos y desaparecidos quienes han conseguido, con la fuerza de su dolor, y de ese dolor convertido en rabia digna y noble, que muchas, muchos, en México y el Mundo, despierten, pregunten, cuestionen. Por eso les damos las gracias. No sólo por habernos honrado con traer su palabra hasta nuestros oídos, humildes como somos: sin impacto mediático; sin contactos con los malos gobiernos; sin capacidad ni conocimientos para acompañarlos, hombro con hombro, en el incesante ir y venir buscando a sus seres queridos que ya lo son también para millones que no los conocieron; sin las palabras suficientes para darles consuelo, alivio, esperanza. También y sobre todo, les damos las gracias por su heroico empeño, su sabia terquedad de nombrar a los desaparecidos frente a los responsables de su desgracia, de demandar justicia frente a la soberbia del poderoso, de enseñar rebeldía y resistencia frente al conformismo y el cinismo. Queremos darles las gracias por las enseñanzas que nos han dado y nos están dando. Es terrible y maravilloso que familiares y estudiantes pobres y humildes que aspiran a ser maestros, se hayan convertido en los mejores profesores que han visto los cielos de este país en los últimos años. Hermanos y hermanas: Su palabra fue y es para nosotros una fuerza. Es como si un alimento nos hubieran dado aunque lejos estuviéramos, aunque no nos conociéramos, aunque nos separaran los calendarios y las geografías, es decir, el tiempo y la distancia. 23
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Y también la agradecemos porque ahora vemos, escuchamos y leemos que otros tratan de tapar ésa su palabra dura, fuerte, lo que es el núcleo de dolor y rabia que echó a andar todo. Y nosotros vemos, escuchamos y leemos que ahora se habla de puertas que a nadie importaban antes. Olvidando que hace tiempo esas puertas fueron para señalar a los de afuera que para nada eran tomados en cuenta en las decisiones que tomaban los de dentro. Olvidando que ahora esas puertas sólo son parte de un cascarón inservible, donde se simula soberanía y sólo hay servilismo y sometimiento. Olvidando que esas puertas dan sólo a un gran centro comercial a donde el pueblo de afuera no entra, y en el que se venden los pedazos rotos de lo que fue alguna vez la Nación mexicana. A nosotros no nos importan esas puertas. Ni nos importa si las queman, ni si las adoran, ni si las ven con rabia, o con nostalgia, o con deseo. A nosotros nos importan más sus palabras de ustedes. Su rabia, su rebeldía, su resistencia. Porque allá afuera se habla, se discute, se alega, que si la violencia o la no violencia, dejando de lado que la violencia se sienta todos los días en la mesa de los más, camina con ellos y ellas al trabajo, a la escuela, regresa con ellas y ellos a la casa, duerme con ellos y ellas, se hace pesadilla que es sueño y realidad sin importar la edad, la raza, el género, la lengua, la cultura. Y nosotros escuchamos, vemos y leemos que allá afuera se discuten los golpismos de derecha y de izquierda, que a quién quitamos para ver quién se pone. Y se olvida así que el sistema político entero está podrido. Que no es que tenga relaciones con el crimen organizado, con el narcotráfico, con los acosos, las agresiones, las violaciones, los golpes, las cárceles, las desapariciones, los asesinatos, sino que todo esto ya es parte de su esencia. Porque no se puede hablar ya de la clase política y diferenciarla de las pesadillas que sufren y padecen millones en estos suelos. Corrupción, impunidad, autoritarismo, crimen organizado o desorganizado, están ya en los emblemas, los estatutos, las declaraciones de principios y la práctica de toda la clase política mexicana. A nosotros no nos importan los dimes y diretes, los acuerdos y desacuerdos que los de arriba tienen para decidir quién se encarga
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ahora de la máquina de destrucción y muerte en que se ha convertido el Estado mexicano. A nosotros nos importan sus palabras de ustedes. Su rabia, su rebeldía, su resistencia. Y nosotros vemos, leemos y escuchamos que allá afuera se discuten calendarios, siempre los calendarios de arriba, con sus fechas engañosas que esconden las opresiones que hoy padecemos. Porque se olvida que detrás de Zapata y de Villa se esconden los que quedaron: los Carranza, Obregón, Calles y la larga lista de nombres que, sobre la sangre de quienes fueron como nosotros, alarga el terror hasta nuestros días. A nosotros nos importan sus palabras de ustedes, Su rabia, su rebeldía, su resistencia. Y nosotros leemos, escuchamos y vemos que allá afuera se discuten tácticas y estrategias, los métodos, el programa, el qué hacer, quién dirige a quién, quién manda, a dónde se orienta. Y se olvida que las demandas son simples y claras: tienen que aparecer con vida todos y todas, no sólo los de Ayotzinapa; tiene que haber castigo a los culpables de todo el espectro político y de todos los niveles; y tiene que hacerse lo necesario para que nunca más se vuelva a repetir el horror en contra de cualquiera de este mundo, aunque no sea una personalidad o alguien de prestigio. A nosotros nos importan sus palabras de ustedes. Su rabia, su rebeldía, su resistencia. Porque en sus palabras de ustedes también nos escuchamos a nosotros mismos. En esas palabras nos escuchamos decir y decirnos que nadie piensa en nosotros los pobres de abajo. Nadie, absolutamente nadie piensa en nosotros. Sólo aparentan estar para ver qué sacan, cuánto crecen, qué ganan, qué cobran, qué hacen, qué deshacen, qué dicen, qué callan. Hace varios días, en los primeros días de octubre, cuando apenas se iba comenzando a entender el horror de lo ocurrido, les mandamos unas palabras. Pequeñas como son nuestras palabras de por sí desde hace tiempo. Pocas palabras porque el dolor no encuentra nunca palabras suficientes que lo hablen, que lo expliquen, que lo alivien, que lo curen. Entonces les dijimos que no están solos. Pero con eso no sólo les decíamos que los apoyábamos, que, aunque lejos, su dolor era nuestro, como nuestra es su digna rabia. Sí, les dijimos eso pero no sólo eso. 25
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También les decíamos que en su dolor y en su rabia no estaban solos porque miles de hombres, mujeres, niños y ancianos conocen en carne propia esa pesadilla. No están solos hermanas y hermanos. Busquen su palabra también en los familiares de los niños y niñas asesinados en la guardería ABC en Sonora; en las organizaciones por los desaparecidos en Coahuila; en los familiares de las víctimas inocentes de la guerra, desde su inicio perdida, contra el narcotráfico; en los familiares de los miles de migrantes eliminados a todo lo largo del territorio mexicano. Busquen en las víctimas cotidianas que, en todos los rincones de nuestro país, saben que la autoridad legal es quien golpea, aniquila, roba, secuestra, extorsiona, viola, encarcela, asesina, a veces con la ropa de organización criminal y a veces como gobierno legalmente constituido. Busquen a los pueblos originarios que, desde antes de que el tiempo fuera tiempo, atesoran la sabiduría para resistir y que no hay quien sepa más del dolor y la rabia. Busquen al Yaqui y en ustedes se encontrará. Busquen al Nahua y verán que su palabra es acogida. Busquen al Ñahtó y el espejo será mutuo. Busquen a quienes levantaron estas tierras y con su sangre parieron esta Nación desde antes de que “México” la llamaran, y sabrán que abajo la palabra es puente que cruza sin temor. Por eso tiene fuerza su palabra de ustedes. En su palabra de ustedes se han visto reflejados millones. Muchos lo dicen, aunque la mayoría lo calla pero hace suyo su reclamo y en sus adentros repite sus palabras. Se identifican con ustedes, con su dolor y con su rabia. Sabemos nosotros que muchos les piden, que les exigen, que les demandan, que los quieren llevar hacia un destino o hacia otro, que los quieren usar, que los quieren mandar. Sabemos que es mucho el ruido que les avientan. Nosotros no queremos ser un ruido más. Nosotros sólo queremos decirles que no dejen caer su palabra. No la dejen caer. No la desmayen, Háganla crecer para que se levante por encima del ruido y la mentira.
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No la abandonen porque en ella anda no sólo la memoria de sus muertos y desaparecidos, también camina la rabia de quienes abajo son ahora para que los de arriba sean. Hermanas y hermanos: Nosotros pensamos que tal vez ya saben que puede ser que se queden solos y que estén preparados. Que puede ser que quienes ahora se amontonan encima de ustedes para usarlos en beneficio propio, los abandonen y corran a otro lado a buscar otra moda, otro movimiento, otra movilización. Nosotros les platicamos a ustedes de lo que sabemos porque es ya parte de nuestra historia. Hagan de cuenta que son 100 los que ahora los acompañan en sus demandas. De esos 100, 50 los cambiarán por la moda que esté a la vuelta del calendario. De los 50 que queden, 30 comprarán el olvido que ya ahora se oferta en pagos en abonos y se dirá de ustedes que ya no existen, que no hicieron nada, que fueron una farsa para distraer de otras cosas, que fueron un invento del gobierno para que tal partido o tal personaje político no avanzara. De los 20 que queden, 19 se correrán despavoridos al primer vidrio roto porque las víctimas de Ayotzinapa, de Sonora, de Coahuila, de cualquier geografía, se quedan en los medios de comunicación sólo un momento y pueden elegir no ver, no escuchar, no leer, dándole vuelta a la página, cambiando de canal o de estación, pero un vidrio roto es, en cambio, una profecía. Y entonces, de los 100 verán que sólo queda uno, una, unoa. Pero esa una o uno o unoa, se ha descubierto en las palabras de ustedes; ha abierto su corazón, como decimos nosotros, y en ese corazón se han sembrado el dolor y la rabia de su indignación. No sólo por sus muertos y desaparecidos, también por ese uno, esa una, eso unoa de entre cien, tienen que seguir adelante. Porque esa una o uno o unoa, al igual que ustedes, no se rinde, no se vende, no claudica. Como una parte de ese uno por ciento, acaso la más pequeña, estamos y estaremos las zapatistas, los zapatistas. Pero no sólo. Hay muchas, muchos, muchoas más.
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Porque resulta que los pocos son pocos hasta que se encuentran y descubren en otros. Entonces pasará algo terrible y maravilloso. Y los que se pensaron pocos y solos, descubrirán que somos los mayoritarios en todos los sentidos. Y que son los de arriba los que son pocos en verdad. Y entonces habrá que vueltear el mundo porque no es justo que los pocos dominen a los muchos, a las muchas. Porque no es justo que haya dominadores y dominados. Hermanas y hermanos: Todo esto decimos nosotros, según nuestros pensamientos que son nuestras historias. Ustedes, en sus propias historias, escucharán muchos pensamientos más, así como ahora nos dan el honor de escuchar los nuestros. Y ustedes tienen la sabiduría para tomar lo que vean bueno y desechar lo que vean malo de esos pensamientos. Nosotros, nosotras como zapatistas pensamos que los cambios que realmente importan, los que son profundos, los que hacen otras historias, son los que empiezan con los pocos y no con los muchos. Pero sabemos que ustedes saben que aunque pase de moda Ayotzinapa, que aunque fallen los grandes planes, las estrategias y las tácticas, que aunque se pasen las coyunturas y otros intereses y fuerzas se pongan de moda, que aunque se vayan los que hoy se aglomeran sobre ustedes como animales de carroña que medran sobre el dolor ajeno; aunque todo eso pase, ustedes y nosotros sabemos que hay en todos los rincones un dolor como el nuestro, una rabia como la nuestra, y un empeño como el nuestro. Nosotros, nosotras como zapatistas que somos los invitamos a que vayan a esos dolores y a esas rabias. Búsquenlos, encuéntrenlos, respétenlos, háblenlos y escúchenlos, intercambien dolores. Porque nosotros sabemos que cuando dolores diferentes se encuentran no germinan en resignación, lástima y abandono, sino en rebeldía organizada. Sabemos que en su corazón de ustedes, independientemente de sus credos y de sus ideologías y organizaciones políticas, la demanda de justicia los anima. No se rompan. No se dividan, como no sea para más lejos llegar. 28
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Y sobre todo, no olviden que no están solos. Hermanas y hermanos: Con nuestras pequeñas fuerzas pero con todo nuestro corazón hemos hecho y haremos lo posible por apoyar su justa lucha. No ha sido mucha nuestra palabra porque hemos visto que hay muchos intereses, de los políticos de arriba en primera fila, que quieren usarlos a su gusto y conveniencia, y no nos sumamos ni nos sumaremos al vuelo rapaz de oportunistas sinvergüenzas a quienes nada importa que aparezcan con vida los que ahora faltan, sino llevar agua al molino de su ambición. Nuestro silencio ha significado y significa respeto porque el tamaño de su lucha es gigante. Por eso en silencio han sido nuestros pasos para hacerles saber que no están solos, para que sepan que su dolor es nuestro y nuestra también su digna rabia. Por eso nuestras pequeñas luces se encendieron donde nadie les llevó la cuenta, más que nosotros. Quienes ven como poca cosa este esfuerzo nuestro o lo ignoran, y nos reclaman y exigen que hablemos, que declaremos, que sumemos ruido al ruido, son racistas que desprecian lo que no aparece arriba. Porque es importante que ustedes sepan que los apoyamos, pero es también importante que nosotros sepamos que apoyamos una causa justa, noble y digna, tal y como lo es la que ahora anima su caravana por todo el país. Porque eso, saber que apoyamos a un movimiento honesto, para nosotros es alimento y esperanza. Malo sería que no hubiera ningún movimiento honesto, y que en todo el largo abajo que somos se hubiera replicado la farsa grotesca de arriba. Nosotros pensamos que quienes apuestan a un calendario de arriba o a una fecha tope, los abandonarán en cuanto una nueva fecha aparezca en su horizonte. Llevados de las narices por una coyuntura por la que nada hicieron y que al inicio despreciaron, esperan que “las masas” les abran el camino al Poder y que un nombre supla a otro nombre arriba mientras abajo nada cambia. Nosotras, nosotros pensamos que las coyunturas que transforman el mundo no nacen de los calendarios de arriba, sino que son
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creadas por el trabajo cotidiano, terco y continuo de quienes eligen organizarse en lugar de sumarse a la moda en turno. Cierto, habrá un cambio profundo, una transformación real en éste y en otros suelos dolidos del mundo. No una sino muchas revoluciones habrán de sacudir todo el planeta. Pero el resultado no será un cambio de nombres y de etiquetas donde el de arriba sigue estando arriba a costa de quienes están abajo. La transformación real no será un cambio de gobierno, sino de una relación, una donde el pueblo mande y el gobierno obedezca. Una donde el ser gobierno no sea un negocio. Una donde el ser mujeres, hombres, otroas, niñas, niños, ancianos, jóvenes, trabajadores o trabajadoras del campo y de la ciudad, no sea una pesadilla o una pieza de caza para el disfrute y enriquecimiento de gobernantes. Una donde la mujer no sea humillada, el indígena despreciado, el joven desaparecido, el diferente satanizado, la niñez vuelta una mercancía, la vejez arrumbada. Una donde el terror y la muerte no reinen. Una donde no haya ni reyes ni súbditos, ni amos ni esclavos, ni explotadores ni explotados, ni salvadores ni salvados, ni caudillos ni seguidores, ni mandones ni mandados, ni pastores ni rebaños. Sí, sabemos que no será fácil. Sí, sabemos también que no será rápido. Sí, pero también sabemos bien que no será un cambio de nombres y letreros en el criminal edificio del sistema. Pero sabemos que será. Y sabemos también que ustedes y todos encontrarán a sus desaparecidos, que habrá justicia, que para todas y todos los que han sufrido y sufren esa pena habrá el alivio de tener respuestas al por qué, qué, quién y cómo, y sobre esas respuestas no sólo construir el castigo a los responsables, también construir lo necesario para que no se repita y que el ser joven y estudiante, o mujer, o niño, o migrante, o indígena, o cualquiera, no sea una marca para que el verdugo en turno identifique a su próxima víctima. Sabemos que así será porque hemos escuchado algo que tenemos en común, entre muchas otras cosas. Porque sabemos que ustedes y nosotros no nos venderemos, que no claudicaremos y que no nos rendiremos.
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Hermanos y hermanas: Por nuestra parte sólo queremos que lleven con ustedes este pensamiento que les decimos desde el fondo de nuestro corazón colectivo: Gracias por sus palabras, hermanas y hermanos. Pero sobre todo, gracias por su lucha. Gracias porque al saberlos, sabemos que ya se mira el horizonte… ¡Democracia! ¡Libertad! ¡Justicia! Desde las montañas del Sureste Mexicano. Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Subcomandante Insurgente Moisés. México, a 15 días del mes de noviembre del 2014, en el año 20 del inicio de la guerra contra el olvido.
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ir d e p sin
o s i m r pe o l r e
para
s
sergio rodríguez lascano
El texto que acaba de publicar el Subcomandante Insurgente Moisés (De Ayotzinapa, del Festival y de la histeria como método de análisis y guía para la acción) tiene una gran importancia. Estamos frente a una visión del quehacer político de la que, a pesar del paso de los años, podremos seguir extrayendo una serie de aportes y enfoques que, sin duda, marcarán a una nueva generación de militantes de abajo y a la izquierda. Desde la reunión con los familiares y los condiscípulos de los desaparecidos de Ayotzinapa, del 15 de noviembre de 2014 en el Caracol de Oventic, en el discurso pronunciado por el SCI Moisés (Palabras de la Comandancia General del EZLN, en voz del Subcomandante Insurgente Moisés, al terminar el acto con la caravana de familiares de desaparecidos y estudiantes de Ayotzinapa) se había señalado explícitamente el peligro que corría esta movilización. Esto después de que, al inicio del movimiento, muchos no habían vuelto la cabeza para mirarlo y otros habían tratado de desprestigiar a los compas desaparecidos. El desprecio y la calumnia chocaron con la firmeza y necedad de los familiares y compañeros. Y con el espejo en que se convirtió esta tragedia, de todas las tragedias que en México se han vivido en los últimos años. Después, ya se vuelve moda y entonces sí “Todos son Ayotzinapa” (hasta Enrique Peña Nieto) o #Yamecansé, o lo que sea la ocurrencia del día. 32
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A partir de ese momento, el objetivo y la estrategia de la izquierda bien portada ha sido apagar la justa y legítima voz de los familiares y los compañeros de los desaparecidos. En esa ocasión, el SCI Moisés les dijo: Y nosotros leemos, escuchamos y vemos que allá afuera se discuten tácticas y estrategias, los métodos, el programa, el qué hacer, quién dirige a quién, quién manda, a dónde se orienta. Y se olvida que las demandas son simples y claras: tienen que aparecer con vida todos y todas, no sólo los de Ayotzinapa; tiene que haber castigo a los culpables de todo el espectro político y de todos los niveles; y tiene que hacerse lo necesario para que nunca más se vuelva a repetir el horror en contra de cualquiera de este mundo, aunque no sea una personalidad o alguien de prestigio. A nosotros nos importan sus palabras de ustedes. Su rabia, su rebeldía, su resistencia. Porque en sus palabras de ustedes también nos escuchamos a nosotros mismos. Ahora, los compañeros zapatistas explican el cómo se pretende realizar esa labor devastadora de ocultar la voz de los agraviados: “secuestrando la verdad”, “desapareciendo la justicia”. Y, entonces, se reafirma: ¿qué es lo fundamental? Escuchar a los familiares y a los compañeros de los desparecidos. Y eso tiene que ver con algo que está presente en los últimos textos que han escrito sea el finado Subcomandante Marcos o el Sup Galeano o el SCI Moisés: “Escuchar a los actores de la lucha, a los que resisten y se rebelan”. Cuando los interpretadores quieren traducir la lucha (hace tiempo un filósofo francés dijo: Toda traducción es una traición), lo que hacen es acomodarla a su agenda preestablecida, aplastarla con el ruido estentóreo de sus sesudos análisis. Domar y socavar la resistencia y la rebeldía. Pero, no se trata simplemente de tratar de controlar, lo que realmente se busca es decirles: “no, así no; sin nosotros, no; con nosotros todo… lo que queramos”. Porque para esos buitres la política es, antes que nada:
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Sin permiso para serlo
a) Campo exclusivo de los “pensadores”, de los miembros de la clase política. Y no puede ser que unos pobres y despreciables indígenas modifiquen sus tiempos y sus espacios en su quehacer político. Educados en la necesidad de luchar en contra de la separación entre trabajo manual y trabajo intelectual, cada vez que un trabajador manual o un hijo de un trabajador manual se decide a ser el sujeto de su propio destino, al político profesional o al “pensador” le tiemblan las corvas y quiere explicarles —a veces con paciencia y veces de manera histérica— que para eso existen los intelectuales, las vanguardias, los especialistas, los que han leído a Marx o a Weber. b) Espacio de las oportunidades. La peor de las plagas que ha sufrido la política, ya no es tan sólo separar lo que yo he leído de lo que tú, pobre ignorante, has leído. Desde hace ya muchos años, la política es parte de las mercancías que se ofrecen en el mercado. Tiene valor de uso y valor de cambio. Bueno, para ser más preciso, su valor de uso es casi nulo y su valor de cambio cada vez es más grande. Acostumbrados a ofrecer en el mercado de la ignominia a los movimientos, todo lo deciden a partir de las siguientes preguntas: “¿Cuánto pido por tu lucha? ¿Qué gano yo? ¿Cuántos votos me vas a dar? En ese bazar de oportunidades lo único que no existe es la ética. La ética está arrumbada en el rincón más obscuro del desván de los recuerdos. Y, cuando alguien la recuerda, inmediatamente le asignan el papel de “slogan moral”, de “impotencia política”, de “no entender que el arte de la política es encontrar oportunidades para negociar”. Se insiste en que no hay conflictos, sino desavenencias. Que todo se puede arreglar con una buena comisión de mediación. Hoy, en algunas universidades se dan diplomados y se discute el crear doctorados con el título: “Solución de conflictos”. Claro que no es fácil resolver un conflicto como la desaparición de seres humanos. Los familiares han dicho correctamente: ¡Vivos se los llevaron, vimos los queremos! c) Espacio para ejercer la hegemonía y, por lo tanto, para practicar la homogeneización. La lucha por la hegemonía fue una obsesión para la izquierda que, cansada de la lucha por tomar el palacio de invierno, decidió que era fundamental conquistar la hegemonía en la sociedad, en especial entre los trabajadores.
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El problema, lo que no se percibió, es que nadie puede hegemonizar sin homogeneizar. Y, como está demostrado en todas las facetas de la vida, la homogeneización es sinónimo de pobreza, de carencia. Y en el terreno de lo político es sinónimo de ausencia total de democracia. d) La búsqueda del Sinsajo. Los compañeros zapatistas señalan: “Basta de buscar su Sinsajo. En el tren de la desilusión, las próximas estaciones son ‘apatía’ y ‘cinismo’. Su destino final: ‘derrota’” (op. cit). En la teoría política de arriba y la historia de arriba, e incluso algunas veces en la historia que se piensa de abajo, se explican las cosas de manera “científica”. El pueblo mexicano siempre ha necesitado su Tlatoani, su caudillo, su líder, su jefe, su salvador, su personaje providencial. Su Sinsajo, para estar a la moda. Atrás de todo esto hay una pereza intelectual y una coartada de dominación. El hombre, la mujer providencial, desprecia siempre a los de abajo (yo creo que hay un problema con lo del Sinsajo, porque la gente que habla así ha visto la película Los Juegos del Hambre, pero no ha leído los tres tomos). En México, tenemos ejemplos cúspide en este entramado político. Las declaraciones de “si no votan lo que estoy proponiendo es porque son agentes de Peña Nieto”, o “si no aceptan mis candidaturas, decididas por mí, es que son agentes de gobernación”, ponen en evidencia la catadura de esos personajes. Ahora algunos ponen en sus tuits: “Denise, sé nuestro Sinsajo” (refiriéndose a Denise Dresser). Se podrían hacer miles de chistes crueles al respecto, pero lo que queremos destacar es que una de las características de la política actual es expropiarle al ser común, a los de abajo, su capacidad de decidir, de pensar, de actuar. El temor a la libertad existe en función de que desde afuera siempre se le dice a la gente: necesitas a un líder, a un jefe. El zapatismo ha enseñado que no se requiere ni de unos comandantes, ni de dos subcomandantes, mucho menos de un rayito de esperanza, ni de un Sinsajo. Que lo único que es indispensable es perder el temor y el terror a tomar nuestro destino en nuestras propias manos. La política ha sufrido una conversión. Si antes la guerra era la continuación de la política por otros medios (Clausewitz dixit), ahora, estamos frente a un nuevo concepto que los compañeros zapatistas han denominado la guerra total hecha totalmente.
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De ésta no se encargan los políticos, auténticos monitos cilindreros, sino los dueños del dinero, los que controlan México y no se ven. En la guerra total conviven el ejército, la marina, la policía —en todas sus variantes, desde los federales hasta los rurales —, los miembros del crimen organizado, los paramilitares, los policías gringos, los asesores del Departamento de Estado norteamericano. Y, desgraciadamente, parece que los “analistas” y los “creadores” de opinión, no se han dado cuenta. La razón es sencilla: se sigue teniendo una visión decimonónica de la guerra. G
Pero no está dicha la última palabra en esta movilización. El compañero SCI Moisés lo explica claramente, cuando dice: Esas voces tienen juicio, saben de lo que hablan, y es su corazón como el nuestro cuando se hace dolor y rabia. Saben su camino y lo andan. Se saben ell@s. Nos saben a nosotr@s en rabias y dolores. Nada tenemos qué enseñarles nosotros, nosotras. Todo tenemos que aprenderles. Por eso ahora, cuando su voz pretende ser tapada, silenciada, olvidada o torcida, les mandamos nuestra palabra para abrazarlos. Por eso decimos que lo primero, más importante y urgente es escuchar a los familiares y compañeros de los desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa. Son esas voces las que han tocado el corazón de millones de personas en México y en el Mundo. Son esas voces las que han señalado el dolor y la rabia, las que han denunciado el crimen y han señalado al criminal. La importancia de esas voces la reconocen, tanto el gobierno, que trata de deslegitimarlas; como los buitres, que tratan de torcerlas. Busquemos que esas voces retomen su lugar y rumbo. Esas voces resistieron a la calumnia, resistieron al chantaje, resistieron al soborno. Esas voces no se vendieron, no se rindieron, no claudicaron. (Ídem) A pesar de la impresionante presión que genera la ficticia unanimidad —Carlos Loret de Mola tan indignado como Carmen Aristegui, 36
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aunque ambos sean policías del conocimiento. Enrique Krauze tan violento en sus críticas a Peña Nieto como Dérbez. Cárdenas renunciando al PRD porque su “conciencia” ética no le permite soportar más tiempo la inmundicia (claro, la realidad es que se está preparando para aplicarle a AMLO la misma política que le aplicó AMLO a él en el 2005-2006). Y AMLO indignado pide la renuncia de EPN, pero no dice nada sobre su candidato a gobernador de Guerrero en el 2015, jefe del chacal alcalde de Iguala—, los familiares y sus compañeros de los desaparecidos se han mantenido distantes y muchas veces críticos de esa unanimidad. Al final, saben de dónde viene su fuerza. Ésta no viene de “un plan de acción” o de que los “líderes proletarios” de Teléfonos o del STUNAM digan que los apoyan. Su fuerza viene de algo más profundo: de su dolor y de su rabia. Frente a ese dolor y a esa rabia se han encontrado los buitres que buscan generar un ruido avasallador y han chocado frente a ellos como frente a un muro. El muro de la dignidad y la rabia. Y eso traducido en palabras, gestos, caras, miradas, es lo que ha permitido que, a diferencia de otras tragedias que hemos vivido en México, lo de Ayotzinapa se cuele por todas las grietas y poros del sistema capitalista, nacional e internacional. Y que se logre lo que siempre es esencial para que las cosas se modifiquen: el levantamiento de un gran espejo donde todos nos miramos, pero, sobre todo, donde las víctimas de tragedias similares se pueden ver, reconocer y recuperar su fuerza. Y es eso lo que ha puesto en jaque al Estado, pero no al cascarón de estado con minúsculas que queda, sino al sistema de dominación como tal: a sus instituciones, sus partidos, sus leyes, sus legisladores, su justicia, su lenguaje, sus códigos, su forma de ser, su vida. Ellos segaron la vida de varios estudiantes y desaparecieron a 43 compañeros. Ahora éstos, con su imagen, sus rostros, sus historias… han desnudado todo el sistema de dominación. Y lo que les urge a los medios de paga (tanto a los reaccionarios como a los progresistas, tan reaccionarios como los otros) es volver a vestir a los dominadores. ¿Cómo? Llevando a cabo una política tan vieja como el sistema capitalista mismo: lo que alguien llamó política Vudú. En 1958-59, cuando los ferrocarrileros estallaron su huelga, el comunismo fue utilizado como tal. A Demetrio Vallejo y a Valentín Campa se les clavaron los alfileres de la política Vudú. En 1968, Díaz Ordaz se aventó el puntacho de echarle la culpa de esa gran 37
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movilización social a los “filósofos de la destrucción”: “Marcuse” (no pudo mencionar otro nombre, su asesor no sabía otro). Luego, en 1994, se buscó en los primeros días ubicar a los guerrilleros guatemaltecos como los que dirigían la insurrección indígena en el estado de Chiapas. En 1999-2000, se ubicó al Mosh como el muñeco al que había que clavarle los alfileres. Desde el 2012, pero más ahora, los anarquistas son las víctimas de esa política Vudú. Ahora son ellos a los que se les clavan los alfileres. Feos, sucios y vestidos de negro, por lo tanto: halcones. La lógica es abrumadora, pero, quien la emplea, en su vida se ha enfrentado a los halcones ni tiene la menor idea de lo que fue eso. Lo que se busca es que los actores del conflicto (los padres, las madres y los compañeros de los desparecidos) tengan una alternativa frente a ellos: o se deslindan o se asimilan a la izquierda bien portada y entonces se deslegitiman. Pero la gran experiencia de movimientos profundos nos enseña que nunca hay solamente dos posibilidades en la política, que siempre hay una tercera o cuarta o quinta, si se parte de una posición ética. Y entonces, se puede voltear todo el entramado de la política tradicional y generar en proceso otra política. A partir de lo anterior es que en este texto los compañeros del EZLN nos explican de manera clara y precisa que esa disyuntiva es falsa y que es una trampa. Ya lo habían dicho en el discurso de Oventik, pero ahora le dedican más espacio: el problema no es quemar o no la puerta de palacio, sino el hecho de defenderla a ultranza y de odiarla a ultranza. Al final, ambas visiones parten de lo mismo: “ahí se ubica el poder”, por eso unos la defienden y otros la quieren quemar. Y los dos se equivocan: no sólo porque el poder no se encuentra ahí (¡pequeña cosa!) sino también porque ambas son visiones que no tienen nada que ver con las causas, las palabras, el discurso, las miradas, las caras, los gestos de los que iniciaron y han mantenido esta movilización. Una propuesta cargada de futuro. Ante esto los compañeros zapatistas deciden que el tiempo y el espacio es de los familiares de Ayotzinapa, y generosa y sabiamente se hacen a un lado y les dicen: aquí está, ésta es la tribuna de los meros de abajo. 38
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Aquí van a hablar con los hombres y las mujeres del color de la tierra (con los yaquis que llevan luchando desde la invasión de los españoles; con los otomís de Xochicuautla que defienden su territorio, no por un fin particular sino pensando en que es uno de los grandes surtidores de agua de los chilangos; con los comuneros de Ostula que, a pesar de la marina y sus aliados los narcos y el ejército, han recuperado su territorio y ahora han construido una verdadera policía comunitaria; o con los comuneros de Cherán que un buen día se cansaron de que los talabosques destruyeran su territorio y decidieron que ahí no iba a funcionar el sistema de partidos políticos y nombraron ellos mismos a su gobierno y con tantas otras historias que no aparecen en los diarios de paga ni en la televisión). Con los padres y madres de l@s niñ@s de la guardería ABC, que igual que los compas de Ayotzinapa decidieron que la vida no tiene precio y no aceptaron tasar a sus hijos; con las madres de los desaparecidos de Coahuila; con los familiares de los mineros de Pasta de Conchos, con los colectivos de joven@s y viej@s de la Sexta. Y con los colectivos de la Sexta Internacional (ya tenemos inscritos que vienen de Rusia, Italia, el Estado Español, Grecia, Colombia, Argentina, etcétera) que en muchas ocasiones han sido el alma de las movilizaciones que se han realizado por todo el mundo por la presentación con vida de los desaparecidos de la normal de Ayotzinapa. A los familiares y compañeros de Ayotzinapa el SCI Moisés, en nombre de los pueblos zapatistas, les dice eso. Y a los miembros del CNI, de la Sexta Nacional y de la Sexta Internacional nos dice: miren, eso sucede cuando la política se hace desde otro espacio, desde la geografía de los de abajo y a la izquierda, desde el calendario de los que resisten y se rebelan. Nos enseña que si la política no es buscar la hegemonía y la homogeneización (una no puede ir sin la otra), entonces, de lo que se trata es de crear espacios de compartición. Donde nos hablemos como lo que somos: iguales, porque somos diferentes, porque somos los Otros. Los que no tenemos lugar en este sistema de depredación y muerte. Y, creo, el sentido profundo del texto al que nos referimos es: en este momento existe una movilización que no se puede opacar ni desplazar. Es a ellos a quienes tenemos que escuchar, sin que la gente persiga a los encapuchados zapatistas para tomarse una foto o saque el lápiz y el cuaderno sólo cuando ellos hablen. Al dar un paso al costado los zapatistas nos enseñan que la Otra política se construye no solamente dando pasos al frente, se 39
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construye con generosidad, señas claras de compañerismo. Y que, en este momento, la mejor manera de hacerlo es no “robándole” cámara a los familiares y condiscípulos de los desaparecidos de Ayotzinapa. Y, como dicen ellos, pasar a la sombra. Pienso: ¿cuántos estarían dispuestos a hacerse a un lado, a apoyar sin condiciones ni remilgos, sin imponer una línea o una visión del mundo, de la vida? Antes de pasar a la conclusión, una pocas palabras que impiden la política de tabla rasa. En última instancia lo que asimila a los que rompen vidrios con los bien portados es que ambos quieren “robarle” cámara a los familiares y alumnos de Ayotzinapa. Y más importante, a los muertos y desaparecidos de Ayotzinapa. Ambos quieren marcar el rumbo de la movilización. Ambos actúan como vanguardias autoproclamadas, ambos son profundamente hostiles a una forma de construcción desde abajo de los movimientos. Pero, en algo no son equivalentes, a pesar de sus gestos grandilocuentes: los preocupados de generar empleos en las vidrieras, son menos peligrosos que los bien portados. Éstos son la izquierda sifilítica que todo lo corrompe y lo pudre. Son los encargados de causar las derrotas de las movilizaciones. Son los que se “preparan” para ser nuestros mandones. Sabemos que nunca lo van a lograr pero que no cejarán en su empeño. Los otros van a ser los presos políticos que, sin condiciones ni reclamos, defenderemos y apoyaremos porque, más allá de no estar de acuerdo con su visión, no son parte de la clase política ni de los que quieren dominar desde la lógica del capital. Conclusión. Lo fundamental es saber si entendemos que desde el poder se está llevando a cabo una guerra contra el pueblo de México. Que la miseria se enseñorea ya no sólo en el sur del país, sino que se manifiesta en todo el territorio nacional. Que este nivel de ataque no respeta nada. Que alguien puede ser piloto aviador o trabajador metalúrgico, con formación profesional, o azafata joven o estudiante recién 40
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egresado de las universidades públicas, o de las normales y, de la noche a la mañana, se topan con una realidad lacerante: no tienen empleo o, peor, son asesinados o desaparecidos. Ya no es simplemente un problema de exclusión contra los pueblos indios (la cual sigue, desde luego), sino que ahora toca a sectores que se pensaban a sí mismos como intocables. Esto se combina con una guerra que se desarrolla en contra del conjunto de la sociedad. El proceso de militarización del país es alarmante y se ubica como uno de los problemas principales. Esa combinación perversa entre deterioro de los niveles socioeconómicos de la población y la militarización abre una fase mórbida que plantea nuevos problemas a resolver. La mayoría de los mexicanos viven en la zozobra de dejar de tener ingresos de un día para otro o de ser asesinados o desaparecidos en un retén militar o en una fiesta particular o en una carretera o en una esquina a 300 metros de un cuartel militar. La gente vive en el límite. En la frontera donde cohabitan el dolor y la rabia. Dolor ante el tamaño de la agresión. Ante el tamaño de la embestida. Ante el sentimiento de indefensión. Rabia contra los que han sumido en la peor crisis de su historia al país. Y ésta es la peor crisis de su historia no únicamente por la terrible situación económica, sino porque todo ha sido descoyuntado. El “desierto de lo real”. De esa realidad construida a partir de eliminar una serie de conquistas de derechos sociales. De acabar con los elementos de la economía moral agraria, al echar abajo el significado profundo de la base ejidal de este país. Hoy, la destrucción del tejido social hace de la familia su principal objetivo. Familias destrozadas y partidas por el constante flujo migratorio hacia la frontera del norte. Familias destrozadas a partir de la política de división que el gobierno impulsa con sus programas sociales, que enfrentan a esposas contra maridos e hijos contra padres. Familias peleadas por el fin del reparto agrario (los hijos esperan con ansiedad que el padre muera para repartirse la poca tierra que poseía), reparto que ha dejado a más de 20 millones de mexicanos literalmente sin nada. Familias destrozadas por la violencia desatada por el poder. Que ha llevado a que más de 60 mil hogares tengan un muerto, por lo menos .O 20 mil, según cifras oficiales, que tienen un desaparecido; o decenas de miles de desplazados que han sido aventados por la espiral de la violencia. 41
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Pueblos indios bajo ataque permanente con el objetivo de quitarles lo último que les pertenece: su tierra. Y a partir de ahí, su cultura y sus tradiciones. Pueblos indios orillados a la autodefensa frente a la utilización del narcotráfico por parte de las autoridades, para que luego lleguen las mineras o los emporios turísticos, ambos de capital trasnacional. Pueblos indios que buscan ser divididos por los partidos políticos que trafican con la posibilidad de ofrecer materiales de construcción de casas o de drenaje y entubado, aunque nunca se sepa de dónde van a traer el agua (en muchos poblados en Chiapas se busca dividir a los pueblos instalando tubería sin que haya agua). Poblados indígenas bajo ataque para construir proyectos soberbios e insultantes de turismo de aventura. Mujeres asesinadas masivamente por el único “delito” de ser mujeres. Asesinadas a mansalva, saliendo de su trabajo (la maquiladora), con la complicidad o participación directa de los cuerpos policíacos y militares. Jóven@s que, si bien les va, en la vida serán un número (en la escuela, no el número de matrícula, sino aquél que engrosará las filas del desempleo, o el joven número tal asesinado o desaparecido, o el joven número equis encarcelado) o el que ni a número llegó, simplemente es inexistente, invisible para la sociedad del Poder. Está ahí pero como si no estuviera. Como si no existiera. Los niños, que cada vez en mayor número viven en la calle, que en las esquinas buscan quién les dé una moneda, que no van a la escuela o que van, pero eso no significa nada, no tienen futuro. Que no saben lo que es un juguete y ya saben cómo jugarse la vida. Los 25 millones que viven bajo pobreza absoluta y que no tienen nada. Los que son considerados como prescindibles para las estadísticas de la sociedad del Poder. Los que si un día mueren todos, en nada afectarán el desarrollo de la bolsa de valores. Los que si un día mueren todos en nada afectarán “la sana evolución de los procesos electorales”, al fin que son los jodidos que no votan, o más, a los que se victimiza echándoles la culpa de que gane el PRI porque “no tienen conciencia”. Los 70 millones de mexicanos que vivimos en la esquina, en el borde, en el rincón, en la frontera de la desesperación. Los indocumentados internos. Los migrantes en nuestro propio país. Los permanentemente ofendidos. Los condenados de México. Frente a todo eso, una gran movilización social se ha levantado.
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Los familiares y los condiscípulos de los desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa, con el espejo gigantesco que han construido, nos han permitido ver que del dolor y la rabia sale la dignidad. Y que la dignidad es algo que genera pánico al poder, al verdadero poder, a los mandones de este país y del mundo (son los mismos). Que Ayotzinapa es ahora una palabra grande, que ni siquiera los zopilotes pueden manchar. Y que, el otro gran movimiento que ha levantado una gran construcción de dignidad, el EZLN, hoy lo invita a ocupar el lugar que le corresponde como el sujeto que debe ser escuchado, apoyado con humildad, abrazado, como se abraza abajo, sin dobleces ni hipocresías. Por último, un mensaje a nuestros compañeros y compañeras que todavía somos aprendices de una política ética: si eso (la necesidad de muchas veces hacerse a un lado, de no buscar vanguardizar o hegemonizar) lo entendemos, lo asimilamos, lo aplicamos, lo integramos en nuestro quehacer político, a nuestra noción de vida, a nuestro proceso de aprendizaje militante, entonces todo será más diáfano, más claro. Ya sabremos que de ahí, de todos esos hombres y mujeres, ancianos y ancianas, jóvenes y jóvenas, niños y niñas, saldrá el martillo que nos libere de esta condena, parafraseando al poeta Miguel Hernández. De la profundidad de los hombres y mujeres invisibles para la sociedad del Poder. De ese gran Nadie que somos o para ser más precisos, que queremos ser. De ese gran Nosotr@s que está en construcción. Y entonces comprenderemos qué quieren decir las palabras finales del comunicado del SCI Moisés: Sí, ya sabemos que somos incómod@s para unos y otros. Para unos somos radicales, para otros somos reformistas. Tod@s, arriba y abajo, tendrán que tragarse esto: Acá abajo, cada vez somos más quienes nos empeñamos en luchar sin suplicar perdón por ser lo que somos y sin pedir permiso para serlo. (Ídem) Ni más, ni menos.
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NO ESTÁN SOL@S SU DOLOR ES NUESTRO DOLOR NUESTRA ES TAMBIÉN SU DIGNA RABIA
F Este material se terminó de editar el día 24 de diciembre del año 2014.
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