Dos mujeres, dos caminos

En 2025 se celebra el 100 cumpleaños de dos grandes escritoras:
Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.
Por ese motivo y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer,
desde la Red de Bibliotecas queremos darlas a conocer y acercarlas a los lectores y lectoras con una selección de sus obras.
Esta tarde, por ejemplo, es distinta a cualquier otra y nunca se repetirá. Y cuando tú y yo seamos viejos, ni siquiera nos acordaremos. Es imposible apresar el tiempo, ¿no te parece?
(Entre visillos. Carmen Martín Gaite)
La ciudad a veces se convierte en una víscera que empieza a funcionar mal, y al llegar a una esquina determinada te asalta de improviso el dolor desconocido, como una punzada en el páncreas.
(Lo raro es vivir. Carmen Marín Gaite)
(Barcelona, 1925 – Barcelona, 2014)
Ana María Matute Ausejo nació el 26 de julio de 1925 en Barcelona, en el seno de una familia burguesa, su padre era catalán y su madre, castellana. Eran propietarios de la fábrica de paraguas Matute. Fue la segunda hija de cinco hermanos. Pasó parte de su infancia en Madrid y los veranos, en el pueblo riojano de sus abuelos maternos, Mansilla de la Sierra. Tuvo una infancia marcada por su salud delicada.
En 1952 se casó con el escritor Ramón Eugenio Goicoechea y dos años más tarde nacería su hijo, Juan Pablo. En 1963 se separó de su marido y por este motivo (según las leyes de la época franquista) perdió la custodia de su hijo durante tres años.
Vivió durante dos años en Estados Unidos, allí se dedicó a dar clases de literatura española en la Universidad de Indiana.
Tras su separación conoció al empresario francés Julio Brocard y juntos compartieron su pasión por viajar. Julio Brocard murió en 1990 por un aneurisma el mismo día del cumpleaños de la escritora. En aquella época, la autora sufría una depresión de la que se estaba recuperando, pero tras la muerte de su pareja volvió a recaer. No pudo escribir durante años. Su amiga y agente literaria Carmen Balcells, la ayudó a retomar la escritura y a poder terminar la obra que había interrumpido: Olvidado rey Gudú.
Desde su infancia, Ana María Matute escribió e ilustró sus propios cuentos y se dedicó especialmente a la literatura infantil y juvenil tras el nacimiento de su hijo.
Formó parte de “la generación de los niños asombrados”, término acuñado por ella misma para denominar a los autores que vivieron en su infancia la Guerra Civil y que reflejaron la misma en sus obras.
Recibió numerosos premios literarios. En 1952 ganó el Premio Café Gijón por su novela Fiesta al Noroeste. En 1954, obtuvo el Premio Planeta con Pequeño teatro. En 1958 publicó la novela Los hijos muertos, con la que ganó el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura. En 1959 consiguió el Premio Nadal con su obra Primera memoria, premio del que ya había quedado finalista en 1947 por Los Abel. En 1996 fue elegida académica de la RAE (Real Academia de la Lengua Española). Tomó posesión en enero de 1998 ocupando la letra K, leyó su discurso titulado En el bosque.
En 2007 le fue otorgado el Premio Nacional de las Letras Españolas por el conjunto de su obra literaria. En el año 2010 ganó el Premio Cervantes y depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado que permanecerá guardado allí hasta julio de 2029.
Su obra ha sido traducida a un gran número de idiomas (entre ellas el inglés, francés, lituano, noruego, japonés…).
Un premio literario lleva su nombre: Premio de Narrativa de Mujeres de la Editorial Torremozas.
Falleció en la ciudad que la vio nacer, el 25 de junio de 2014.
El desván. Mi mundo. Hasta aquel momento, mi mundo secreto. Me pareció ver volar a la pareja de halcones, casi a ras de suelo. Pero solo era el viento, otra vez, empujando las hojas, convirtiéndolas en maravillosas criaturas vivas.
(Demonios familiares. Ana María Matute)
Abel (1947)
Inspirada en la historia bíblica de Adán y Eva refleja el ambiente tras la contienda civil. La autora descubre la progresiva destrucción de una familia.
Disponible en:
Biblioteca: La Corredoria
Finalista del Premio Nadal de 1949, no se publicó hasta 1955 tras varios recortes por la censura. El escenario escogido es una Barcelona de soldados y mujeres mal pintadas, de refugiados y mendigos. Pero el propósito de la escritora es presentar a unos muchachos que conviven con el temor y la muerte y ahondar en las emociones de una joven que hallará en el amor el verdadero significado de la paz.
Disponible en:
Bibliotecas: La Corredoria, San Claudio, Vallobín y José Mª Laso Prieto (Ventanielles)
Fiesta al Noroeste (1949)
El protagonista de la novela es Dingo el titiritero, que se dirige hacia el lugar del que huyó hace años, Artámila Baja. Es la noche de carnaval y llueve en el hondo valle de gentes que no conocen otra fiesta que la del Noroeste.
Disponible en:
Bibliotecas: Ciudad Naranco y Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos)
Fue la primera novela que escribió, aunque la primera que se publicó fue Los Abel.
Con ella consiguió el Premio Planeta en 1954 (era la tercera edición del Premio). La obra relata las andanzas de un adolescente solitario que vive en un pueblo pesquero del País Vasco.
Disponible en:
Bibliotecas: La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Trubia, Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles) y Villa Magdalena
Los hijos muertos (1958)
Novela ambientada en la Guerra Civil Española. Escrita con una prosa lírica, llena de imágenes y metáforas, nos muestra un mundo misterioso en el que transcurren las historias de unos seres que habitan en un bosque, sus relaciones y sus amores.
Disponible en:
Bibliotecas: Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos)
Narra el paso de la niñez a la adolescencia de Matia (la protagonista) y de su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular ingenuo y misterioso al mismo tiempo.
Disponible en:
Bibliotecas: Ciudad Naranco, La Corredoria, Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), San Claudio, Trubia, Vallobín y San Lázaro
Una de las grandes novelas acerca de una Edad Media mítica. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, de aventuras y de un paisaje simbólico.
Disponible en:
Bibliotecas: Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), San Claudio, Trubia, Tudela Veguín, Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles), Villa Magdalena y San Lázaro
Paraíso inhabitado (2008)
“Nací cuando mis padres ya no se querían” recuerda la protagonista de esta novela, Adriana. Por ello, la niña se crea un paraíso propio poblado por amigos imaginarios y una familia de su elección.
Disponible en:
Bibliotecas: CiudadNaranco,Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles) y Villa Magdalena
Demonios familiares (2018)
La última novela de Ana María Matute nos habla de la culpabilidad, del extrañamiento y la soledad, pero también del amor. Una obra inacabada pero hermosísima, un último regalo de toda una vida consagrada a la imaginación y la escritura.
Disponible en:
Bibliotecas: Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), San Claudio, Trubia, Tudela Veguín, Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles), Villa Magdalena y San Lázaro
(Salamanca, 1925 - Madrid, 2000)
Una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del siglo XX. En su infancia recibió clases de su padre y de profesores particulares, su padre no quería que fuera a un colegio religioso. El inicio de la Guerra Civil hizo que tuviera que estudiar el bachiller en su ciudad natal y no en Madrid como su hermana Ana. En 1943 inicia Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca.
En 1953 comenzó a colaborar con la revista literaria Revista Española, y ese mismo año se casa con Rafael Sánchez Ferlosio del que se separía en 1970 y con el que tuvo dos hijos, uno fallecido a los 7 meses y su hija Marta fallecida en 1985 de SIDA.
En la primavera de 1954 obtuvo el Premio Café Gijón por su novela corta El balneario. Su consolidación como novelista llegó con el Premio Nadal que obtuvo en enero de 1957 por su primera novela larga, Entrevisillos.Ritmolento, quedó finalista del premio Biblioteca Breve de Narrativa de 1962. En 1978 obtiene el Premio Nacional de Literatura por su obra El cuarto de atrás. En 1988 logra el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1984. Premio Nacional de las Letras Españolas en 1994.
En los años sesenta, dejó un poco de lado la escritura de ficción y, atraída por la historia, permaneció más de diez años sin publicar ninguna novela, publicó obras de carácter histórico y ensayos como El proceso de Macanaz: historia de un empapelamiento (1970) sobre el político del siglo XVIII, Melchor de Macanaz, y El conde de Guadalhorce, su época y su labor (1976).
En 1972 leyó su tesis doctoral Lenguajeyestiloamorososen los textos del siglo XVIII español.
Tiene escritos también ensayos y novelas destinadas al público infantil y juvenil.
El libro recoge diez narraciones escritas por Carmen Martín Gaite en un período que va desde 1954 hasta 1974.
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Bibliotecas: Vallobín, José María Laso Prieto (Ventanielles) y San Lázaro
Primera novela de la escritora ambientada en la ciudad de Salamanca en los años cincuenta. Después de algunos años de ausencia, Pablo Klein vuelve a la ciudad de provincias donde ha pasado su infancia para ejercer como profesor de alemán en el instituto. Allí entabla relación con distintas personas de la ciudad, fundamentalmente jóvenes, y con las alumnas del instituto, sobre todo con Natalia. A través de las ocupaciones cotidianas de este grupo de jóvenes, de sus angustias, del aburrimiento y de la falta de imaginación, Carmen Martín Gaite traza el perfil de una juventud sin ilusión.
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Bibliotecas: Ciudad Naranco, Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles) y San Lázaro
Sara Allen es una niña de diez años que vive en Brooklyn, Nueva York. Su mayor deseo es ir sola a Manhattan para llevar a su abuela una tarta de fresa. La abuela de esta moderna Caperucita ha sido cantante de music-hall y se ha casado varias veces. El lobo es míster Woolf, un pastelero multimillonario que vive cerca de Central Park en un rascacielos con forma de tarta. Pero el hilo mágico de este relato se centra en miss Lunatic, una mendiga sin edad que vive de día oculta en la estatua de la Libertad y que sale de noche para mediar en las desgracias humanas o, si es necesario, llegar a regalar un elixir capaz de vencer al miedo.
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Bibliotecas: Ciudad Naranco, Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), San Claudio, Trubia, Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles) y San Lázaro.
Una invitación a la aventura del conocimiento. Reflexiones, recuerdos, visiones y relatos que nos llevan hasta lo más abstracto, sin desprendernos del hilo concreto de experiencia y de vida con que se va bordando la labor
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Bibliotecas: Ciudad Naranco y Corredoria
La novela refleja las dificultades de las mujeres para exponer sus puntos de vista y los prototipos femeninos levantados por la literatura masculina.
Disponible en:
Bibliotecas: Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos) San Claudio y José Mª Laso Prieto (Ventanielles)
Nubosidad variable (1982)
Sofía Montalvo y Mariana León fueron amigas en el colegio. Sofía, joven imaginativa, de carácter abierto, se ha visto atrapada en una anodina existencia de esposa y madre de familia. Mariana se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de más de treinta años, el azar las hace coincidir y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolución interior que irá creciendo a lo largo del libro.
Disponible en:
Bibliotecas: Ciudad Naranco, Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), San Claudio, Tudela Veguín, Vallobín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles), Villa Magdalena y San Lázaro
Cuando el joven Leonardo Villalba, recién salido de la cárcel, intenta poner orden en su vida, se acuerda de un cuento de Andersen: La Reina de las Nieves. «En aquel tiempo había en el mundo un espejo mágico, fabricado por ciertos diablos.» Una noche, el espejo se rompió en pedazos, que volaron y se extendieron por todo el mundo. Y una de aquellas partículas se le metió en el ojo a Kay, el protagonista del cuento. También a Leonardo se le ha metido un cristalito en el ojo.
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Bibliotecas: Ciudad Naranco, Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), San Claudio, Tudela Veguín, José Mª Laso Prieto (Ventanielles) y San Lázaro.
« Desde que el mundo es mundo, vivir y morir vienen siendo la cara y la cruz de la misma moneda echada al aire, pero si sale cara es todavía más absurdo. Para mí, si quieren que les diga la verdad, lo raro es vivir», comenta uno de los personajes de esta historia.
De hecho, la protagonista y narradora, una chica de 35 años que acaba de perder a su madre y busca un difícil acuerdo entre las heridas del pasado y la sed de presente, a lo que se enfrenta sobre todo es a la extrañeza de seguir viva y manteniendo abierta la curiosidad ante lo inexplicable.
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Bibliotecas: Ciudad Naranco, Lorenzo Rodríguez Castellano (La Granja), Sara Suárez Solís (Pumarín-Teatinos), Trubia, Tudela Veguín, Vallobín y José Mª Laso Prieto (Ventanielles)
“Porque el bosque era el lugar al que me gustaba escapar en mi niñez y durante mi adolescencia; aquél era mi lugar. Allí aprendí que la oscuridad brilla, más aún, resplandece; que los vuelos de los pájaros escriben en el aire antiquísimas palabras, de donde han brotado todos los libros del mundo; que existen rumores y sonidos totalmente desconocidos por los humanos, que existe el canto del bosque entero, donde residen infinidad de historias que jamás se han escrito y acaso nunca se escribirán. Todas esas voces, esas palabras, sin oírse se conocen, en el balanceo de las altas ramas, en la profundidad de las raíces que buscan el corazón del mundo. Allí presentí y descubrí, minuto a minuto, la existencia de innumerables vidas invisibles, el rumor de sus secretos comunicándose de hoja en hoja, de tallo en tallo, de gota en gota de rocío, conducidos a través del bosque por los diminutos habitantes de la hierba. Percibí claramente el curso de los ríos escondidos y el sueño de las tormentas apagadas, que duermen incrustadas en las cortezas de los viejos troncos, aún fosforescentes. El aire del bosque entero parece sacudido, vibra, se cruza de relámpagos fugaces. Los gritos de todos los pájaros heridos, el último lamento de los ciervos inmolados, la sombra de los niños perdidos en la selva, miles y miles de gritos, todos los gritos vagabundos y los que anidan en los huecos de los árboles, parecen uno solo, terrible y armónico a la vez. Es la antiquísima voz que se eleva desde lo más profundo de la primera historia contada. Es la historia de todas las historias que siempre quise y quiero contar”.
Fragmento extraído de su discurso En el bosque (pronunciado con motivo del ingreso en la Real Academia Española de Ana Mª Matute)