Las Delicias, Mosaico Colombia

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INDICE p . 8 . 16 FA M I L I AS : L A F U N DAC I Ó N p.12. ESTO ERA SÓLO MONTE p.16. AGUA DE LAS DELICIAS p . 2 1. L O S M I C O S , L O S C H I V O S , LOS CONEJOS p . 2 4 . BA R R I O S Q U E YA DESAPARECIERON p.26.

LA LEGALIZACIÓN DEL SUELO

p.28. AGRADECIMIENTOS

LINKS PARA QUE NOS SIGAN EN EL PODCAST ht t p s : / / b a n f or a re c ord s . p o d b e a n . c om

con el apoyo de:


LAS DELICIAS, MOSAICO COLOMBIA BECA MEMORIA Y PATRIMONIO: INVESTIGACIÓN DE ESPACIOS DESAPARECIDOS

SINOPSIS: Las Delicias, Mosaico Colombia es un proyecto de investigación que realiza una exploración a través de la memoria colectiva del sector Las Delicias, el cual se localiza en el límite de Bogotá con los cerros Orientales al norte de la calle 63. Desde una propuesta experimental, que combina lo visual y lo sonoro, nos transporta a un recorrido por el pasado, el presente y una suposición de futuros posibles, por un sector de la ciudad que de alguna manera ha sido y es el reflejo de la historia de los últimos 60 años del país.

memoria de sus habitantes y de las dinámicas sociales ocurridas allí, las cuales son también parte de la narrativa histórica de Bogotá. En este lugar han confluido una multiplicidad de culturas, tradiciones y pensamientos de poblaciones variadas, que conforman un mosaico cultural de Colombia que es preciso valorar. Este proyecto se llevó a cabo a partir de una serie de visitas y entrevistas realizadas durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre del 2021, lideradas por el músico productor David Cantoni y el arquitecto investigador Daniel Cantoni, en compañía de algunos habitantes del sector, principalmente Danilo Ochoa (líder comunitario) y John Jairo Sánchez (habitante del barrio Bosque Calderón Tejada).

Esta investigación proviene de un estudio realizado durante los años 2007 y 2008 en el sector, como parte de una investigación de tesis de grado en arquitectura: El papel de los antiguos Institucionales en la continuidad y actualización de la ciudad - estudio de caso sector Las Delicias (Cantoni D. 2008). En respuesta a la convocatoria propuesta por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC en el marco de la Beca Memoria y Patrimonio: Investigación de Espacios Desaparecidos, la cual busca “promover el desarrollo de procesos de indagación y construcción de memoria en torno a un espacio o lugar en la ciudad que haya desaparecido o que haya sufrido procesos drásticos de transformación”, se planteó utilizar dicho estudio como punto de partida para revisar al día de hoy, más de diez años después, qué cambios relevantes han sucedido en este sector; el cual desde ese entonces ya se encontraba sujeto a grandes procesos de cambio ocasionados por las dinámicas derivadas de la presión inmobiliaria sobre el suelo urbano. El resultado es este documento y cuatro capítulos de podcast experimental que reúnen una serie de entrevistas, registros documentales visuales y sonoros e impresiones que buscan recuperar la memoria colectiva del sector desde la visión de sus habitantes. Su importancia radica en que estos procesos de cambio de uso del suelo se están desarrollado sin dejar rastro o

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16 FAMILIAS: LA FUNDACIÓN (barrio Bosque Calderón Tejada) - Te s t i m o n i o d e L u i s A n t o n i o B e r n a l M o r e n o y María del Carmen Bernal Moreno Basado en entrevista realizada el 12/08/21

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esde hace 63 años, Luis Antonio Bernal Moreno es habitante del barrio Bosque Calderón Tejada, nació y creció en él, y hoy es una de las voces que puede dar testimonio del proceso de fundación y transformación de este territorio de Bogotá. Cuenta Luis Antonio, cómo su padre y su tío (Jorge Bernal y Luis Bernal) vinieron a este sector de Bogotá para trabajar en las tierras de Don Julio Calderón Tejada quien, impulsado por la necesidad de proveer a la ciudad con materiales de construcción, inició en 1952 la explotación de los cerros Orientales en busca de piedra, recebo y arena. De los recurrentes visitantes que hoy acuden los fines de semana a caminar por los senderos de la quebrada Las Delicias, pocos saben que aún son visibles las huellas de explotación de las canteras que alrededor de 80 años atrás permitieron que 16 familias de diferentes regiones de Colombia se asentaran en los bosques que hoy conforman los aún existentes barrios de Bosque Calderón Tejada, Juan XXIII y Los Olivos; y los ya desaparecidos Luis Alberto Vega, La Pajarera y La Portada de Chapinero. Este territorio fue en un inicio parte de la hacienda La Concepción y la hacienda Las Delicias, ambas de Don Julio Calderón Tejada y su mujer doña Beatriz de Calderón. Estas propiedades se extendían desde la calle 34 hasta la calle 76, desde la carrera séptima hasta los cerros Orientales, y en ellas tuvo lugar la extracción de materiales en la cantera de La Gruta y la cantera del Zarzo. Poco de lo que hoy se observa en el territorio, tiene que ver con lo que existió anteriormente allí, pues era un bosque de eucaliptos, sin vías ni viviendas, y la quebrada Las Delicias doblaba su actual caudal, tal como cuentan los habitantes que en su juventud recorrieron la montaña. Las familias más antiguas fueron los Bernal Moreno, los Galindo, los Silva Gómez y los Quintero, también los López, los Rivera, los Pérez, 8

los Rodríguez, los Gonzáles, los Gutiérrez, los Hernández, los Becerra y los Benavides. Estos son solo algunos de los apellidos de las primeras 16 familias que habitaron este territorio. Quienes hoy nos cuentan la historia son hijos de los primeros habitantes que llegaron a trabajar para Don Julio CalderónTejada, y fueron también quienes a muy temprana edad se involucraron en los trabajos de las canteras. María del Carmen Bernal Moreno, hermana de Luis Antonio Bernal, y también nacida en el barrio hace 67 años cuenta cómo su madre y su padre llegaron muy jóvenes con 19 y 25 años respectivamente, haciendo parte de la fundación del barrio junto con la familia Gutiérrez, quienes se instalaron muy cerca de la quebrada Las Delicias. En 1975 Don Julio Calderón se declara en quiebra debido a la prohibición de extracción de materiales de la montaña. En forma de pago a sus trabajadores decide darles parte del territorio que hoy ocupa el barrio Bosque Calderón; la división del territorio en aquel entonces se dio de acuerdo a la ocupación que cada familia había realizado, y es esa misma demarcación por familias y apellidos la que se conserva hoy día. El caso de los Bernal es un ejemplo de cómo se subdividió el territorio: sus padres dividieron su terreno para darle a cada uno de sus ocho hijos una parte, quienes también por su parte subdividieron para cada uno de sus hijos respectivamente. Estos a su vez destinan hoy parte de su herencia a sus hijos, los cuales son bisnietos de los primeros habitantes de los alrededores de las canteras y fundadores del barrio Bosque Calderón Tejada. Según cuenta Luis Antonio, hoy son alrededor de 650 familias las que conforman la comunidad de este territorio, que dada su céntrica ubicación se prestó para la recepción de migrantes durante los años de mayor violencia interna del país, recibiendo desplazados principalmente de regiones como el Cauca. Actualmente conserva su naturaleza de receptor de migración al ser el lugar de residencia alrededor de 700 personas de origen venezolano. Este territorio es actualmente reflejo claro de la historia de los últimos 100 años del país y es parte esencial de la historia de Bogotá. Además, es un claro ejemplo de cómo las problemáticas sociales, culturales y económicas, y sobre todo los conflictos de poder pueden conducir a su desaparición en los próximos años si el Estado no protege a esta comunidad. 9



ESTO ERA SÓLO MONTE (barrio Los Olivos) - Te s t i m o n i o d e P a t r i c i a M e l o G u e r r e r o , D a n i l o O c h o a Basado en entrevista realizada el 2/09/21

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e aquí para arriba no había nada, Los Olivos era puro monte, un monte sin luz, sin agua, sin nada, era un bosque, un bosque de eucaliptos”; cuenta Patricia Melo Guerrero quien llegó al barrio Los Olivos en el año 1981 con su marido. La historia de este barrio es distinta a la del Bosque Calderón Tejada, ya que, a diferencia de este último, quienes llegaron a vivir allí no lo hicieron como trabajadores de un hacendado, si no por ocupación de un territorio en aquel entonces baldío. - “Mi esposo Álvaro fue el que cogió el terreno, lo peleó, lo alistó; llegaba del trabajo, comía y se iba en la noche a quedarse allá, y hágale, le tumbaban el rancho y vuelva y póngalo. Fue en ese entonces que una compañera me dijo: vamos a la Estación de Policía y hablamos para que no nos sigan fregando. El comandante dijo: si aquí, hay gente trabajadora, nosotros vamos les tumbamos, ustedes vuelven y alzan, y si no aparece dueño volvemos les tumbamos hasta que se cansen y se queden. Y así nos quedamos”. Cuenta Patricia casi cincuenta años después. De lo que fue el barrio Los Olivos hoy queda muy poco, este es uno de los pocos lugares que siendo ocupados lograron ser legalizados. Gracias a la lucha que algunos habitantes dieron, el Distrito acordó construirles nuevas viviendas en el mismo lugar, en una negociación que durante muchos años le ha costó esfuerzo, tiempo y mucha lucha a líderes como Patricia Melo, quien hoy cuenta su historia. - Mucha gente de otros barrios llegó en camiones, otros se ubicaban en la calle principal, había que reubicarlos; y fue muy peleado, me contaba mi esposo que mucho problema, se daban en la mula por las tierras”. Hasta hace apenas 13 años, entre los años 2008 y 2009 el barrio se conservaba aún intacto, la tesis 12

de grado El papel de los antiguos Institucionales en la continuidad y actualización de la ciudad - estudio de caso sector Las Delicias (Cantoni D. 2008). da cuenta de ello, pues en ella está el registro de cómo en esos años el barrio conservaba todas sus viviendas, las constructoras no habían logrado entrar aún, se percibía si, la preocupación de sus habitantes pues se creía que los iban a sacar del territorio. Hoy son pocas las viviendas de autoconstrucción que quedan, la legalización trajo consigo la rápida compra de los terrenos por parte de constructoras y la posterior construcción de torres de apartamentos de estrato alto, pues la buena ubicación de Los Olivos en Bogotá es indiscutible y esto centró la atención y presión inmobiliaria sobre todo el sector. Danilo Ochoa cuenta una historia distinta a la de Patricia Melo, que logró negociar y quedarse en el territorio, a diferencia de la abuela de Danilo quien vendió por una suma que en el momento “fue una cantidad infinita y al final cuando se fue a comprar un apartamento en Suba casi no le alcanza. Nunca había visto tanta plata, yo creo que fue eso lo que hizo que lastimosamente se fuera”, cuenta Danilo, líder comunitario del Bosque Calderón.

2016 en la alcaldía de Antanas Mockus con Bogotá Humana pudo adelantarse un proceso de negociación justo para venta y construcción de las viviendas dignas que hoy habitan algunos de los que inicialmente ocuparon estas tierras. Actualmente solo queda un pequeño sector cercano a la quebrada Las Delicias, el resto ha sido reemplazado por altas torres de vivienda de hasta 20 pisos. Los problemas jurídicos que acompañaron la negociación fueron muy difíciles, cuenta Patricia que ellos entregaron su tierra para que construyeran y pudieran permanecer en el territorio sin tener que irse a otros sectores como Usme o Suba donde han ido algunos exhabitantes del sector. Quienes aún quedan y no han podido resolver su situación se encuentran en una lucha jurídica en la que, según la declaración de Patricia, la comunidad lucha para que no los expulsen del territorio. - “¿Y entonces qué? Nosotros quedamos ahí, y ellos van a hacer sus apartamentos de estrato cuatro, cinco, seis, y nosotros quedamos como en medio de todo eso, va a ser un cambio muy duro”, cuenta Patricia, hablando de cómo será cuando terminen los edificios que están construyendo y habiten sus nuevas viviendas.

El proceso de venta y negociación que lideró Patricia Melo no fue fácil, ya que según testimonio de Danilo la presión de venta fue extrema con amenazas contra su propia vida; solamente entre los años 2012 y

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AGUA DE LAS DELICIAS (Quebrada Las Delicias)

- Te s t i m o n i o d e M a r í a d e l C a r m e n B e r n a l M o r e n o , Juvenal Suarez, Juan Carlos Cruz 12/08/21

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e cuento que cuando estábamos pequeñitos nos tocaba ir a lavar a la quebrada, que no era como ahora, que casi no baja agua. En esa época era una cosa divina; cuando se desbordaba era una belleza, esas piedras sonaban cuando bajaba el agua, tan linda que era la quebrada”. Cuenta María del Carmen Bernal recordando cuando hace 60 años acudía con las lavanderas a la quebrada Las Delicias a lavar su ropa. - “Eso íbamos a lavar, y de pronto mirábamos para arriba donde está la virgen y veíamos venir la creciente y coja nuestra ropita y nuestros chinitos y corra, y el que pudo sacar su ropa la sacó, si no la quebrada se la llevó”. Era costumbre por entonces en Chapinero que las lavanderas acudieran a las quebradas de los cerros Orientales y aprovecharan las bondades del agua y de las rocas.

acababa, y nosotros corra a arreglar esas mangueras. Sigue recordando María del Carmen cuando conducían el agua hasta sus hogares a través de mangueras plásticas que canalizaban desde los pozos en la parte alta de la montaña.

La quebrada Las Delicias es una de las fuentes hídricas principales que descienden por los cerros Orientales de Bogotá. Hoy en día es un ejemplo de recuperación ecológica y ecoturismo en la ciudad, pues cada fin de semana acuden a sus senderos alrededor de 800 personas, quienes ascienden por las diferentes rutas, disfrutando de los pozos y cascadas que aún se mantienen en esta zona. Sin embargo, a pesar de esfuerzos de la comunidad por protegerla, a la altura de la carrera tercera donde se ubican las últimas viviendas del barrio Los Olivos, la contaminación se hace visible. Esto se debe, entre otras razones, al carácter de ilegalidad de ciertas zonas del sector y, por tanto, a la falta de servicios públicos principales como alcantarillado.

La quebrada Las Delicias hace parte de la memoria colectiva de los habitantes del sector, es parte esencial de su vida cotidiana y emblema representativo de esta zona en los cerros Orientales. De su nombre se deduce su importancia y significado para las personas que fundaron estos barrios. Actualmente los habitantes del Bosque, como María del Carmen Bernal, la describen como un “paraíso que no lo consigue uno en ninguna parte, mire: escucha uno las aves, el agua, uno se acuesta y encuentra tranquilidad”.

Juvenal Suárez también recuerda esa época: - “aquí se trabajaba era con agua de contrabando de Las Delicias. La quebrada era terrible, cuando crecía arrastraba con lo que hubiera. Esa quebrada ha sido muy hermosa, desde la 62 con tercera hasta el pozo del Ahogado, la canalizaron y esa agua la mandaron al embalse de La Regadera”. Juan Carlos Cruz también la recuerda “Uno cuando era pequeño se la pasaba jugando en la quebrada, en los pozos”.

- “No teníamos acueducto, solo lo tenemos hace más o menos unos 20 años; anteriormente tocaba era con manguera. Imagínese el mundo de manguera que gastábamos desde esta casa para amarrarla por los árboles y subirla tres montañas, la que se ve aquí al frente y dos más atrás, y cuando la quebrada crecía las 16

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LOS MICOS, LOS CHIVOS, LOS CONEJOS (barrio el Compresor) - Te s t i m o n i o d e M a r í a d e l C a r m e n B e r n a l M o r e n o 12/08/21

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esulta que el Bosque Calderón Sector II lo llamábamos era el Compresor, ¿si ha visto que mandaron un muro ahí? Después de ese muro era el tal Compresor. Ahí vivía la señora Carlina, los señores Silva llamados los Micos; vivían los Chivos, los Tortugas…eso era un circo, allá les tenían apodos: que los Chivos, que los Micos, que los Burros, los Conejos, los Vacas. Ellos eran las familias antiguas”, cuenta María del Carmen Bernal Moreno refiriéndose a los nombres de las familias y los barrios que desaparecieron del sector. El Compresor o Bosque Calderón Sector II se ubicaba al sur del colegio Nueva Granada, a la espalda de la universidad Manuela Beltrán sobre la avenida Circunvalar. En la actualidad puede observarse en cualquier fotografía aérea cómo un muro divide abruptamente el barrio Bosque Calderón de los terrenos que fueron vendidos, antes denominados barrio el Compresor. A la venta siguió la demolición, puede verse claramente en una aerofotografía actual cómo en cuestión de un año se limpió cualquier vestigio de construcción existente, demoliendo todo precedente de vivienda. Cuentan los residentes del Bosque que a quienes habitaban el Compresor se les obligó a vender, apelando a que era una zona de alto riesgo, sin embargo, se cree que en un futuro cercano será ocupado por viviendas nuevas de estratos altos. Del pasado solo queda el recuerdo de los nombres de animales como se les reconocía a esas familias, solamente la familia Los Conejos, fundadores de Los Olivos según afirma María del Carmen, permanecen hoy a los pies de Torres del Este, en la parte occidental de la avenida Circunvalar. Se trata de una pequeña concentración de viviendas que muy seguramente será vendida en los próximos años, dando paso a nuevas torres de vivienda.

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BARRIOS QUE YA DESAPARECIERON (Luis Alberto Vega o La Pajarera, La Portada de Chapinero, El Compresor o Bosque Calderón Sector II, Los Olivos) - Te s t i m o n i o d e M a r í a d e l C a r m e n B e r n a l M o r e n o B a s a d o e n e n t r e v i s t a r e a l i z a d a e l 10 / 11 / 2 1

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uvenal Suarez nació en el barrio la Portada de Chapinero hace 58 años, este se ubicaba en la calle 61 con tercera, y tenía una portada que daba acceso los predios de Don Julio Calderón Tejada. –“Estaba compuesto por cinco familias y se llamaba la Portada de Chapinero, quedaba debajo de la Circunvalar con calle 60. Ahora donde son los puentes de la Circunvalar era el barrio, se componía por la familia Mora, la familia Bernal, la familia Suarez y la familia Velasco, ese era el barrio más pequeño que había en ese momento entrando al Bosque Calderón. Mi señora madre vendió, en el año 1999 hubo la negociación y en el año 2000 se desocuparon los predios. Ella se fue para el barrio Olaya, yo si me quedé aquí, compré en el Bosque a la señora Rosa Benavides hace 22 años. - “Fueron vendiendo lotes, y fue llegando gente. Resulta que después del Colegio Nueva Granada, a las espaldas les dió por fundar otro barrio: La Pajarera o Luis Alberto Vega, gente que vino de otras partes e invadieron todo eso hasta arriba. Cuando les compraron La Pajarera se fueron unas 30 familias, ese barrio desapareció porque lo vendieron. Después de La Pajarera compraron el Compresor, amedrentaron a las familias para que vendieron, ahí mataron dos Becerra, familia antigua, hijos de la señora doña Carlina; y a los Albarracín le mataron al papá, por esos terrenos, les tocó vender e irse”. Cuenta María del Carmen Bernal Moreno acerca de los barrios Luis Alberto Vega y el Compresor, ambos ya desaparecidos. Los Olivos lo ocuparon alrededor del 85 y 90, ya no queda mucho, también lo vendieron y muchos se fueron de allí. Estos barrios han cedido a la presión del suelo, pues esta es una de las más privilegiadas zonas de Bogotá, donde la cercanía a exclusivos sectores de la ciudad hace que la especulación del suelo aumente y nuevos proyectos de ocupación tengan lugar. 24

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LA LEGALIZACIÓN DEL SUELO (barrio Bosque Calderón Tejada) - Te s t i m o n i o d e J u a n C a r l o s C r u z , J u v e n a l S u a r e z , María del Carmen Bernal Moreno, Magnolia Basado en entrevista realizada el 12/08/21 (barrio el Compresor)

- Te s t i m o n i o d e M a r í a d e l C a r m e n B e r n a l M o r e n o 12/08/21

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uan Carlos Cruz comenzó a trabajar a los 14 años extrayendo material en las canteras. Hoy, con 49 años de edad, recuerda cuando Galán instaló la luz en el barrio, antes de eso “desde debajo de La Portada hasta arriba era todo oscuro, parecía un pesebre”. Hace memoria de cómo traía palos del monte para cocinar con leña. Conocido como el Pecas, trabajó también dando pica y pala cuando el Distrito llevó a cabo la instalación del acueducto. Al no estar legalizados, los territorios ocupados en cualquier entorno urbano no disfrutan de los beneficios de servicios públicos como agua, electricidad, gas, alcantarillado, pavimentos, equipamientos, seguridad y estaciones de policía; entre otros. Sin embargo, al ser legalizados, sus habitantes deben entrar en las dinámicas económicas urbanas, pagar impuestos y costos elevados que en algunos casos no pueden asumir, lo cual los conduce a vender y abandonar el territorio. En el caso del Bosque Calderón la legalización aún no se ha dado.

Pero al legalizar este barrio, créalo que la mitad se va al piso, porque si han visto todas las casas están pegadas a la carretera. Al legalizarlo hay mucha gente que pierde, al legalizar vienen muchas cosas del gobierno. Hay gente que viene de Los Olivos y dicen: estamos más arrepentidos… los impuestos lo sacan a uno de la ciudad”. Juvenal Suárez recuerda lo que era no tener servicios públicos en La Portada de Chapinero: “cuando yo vivía abajo, toda esa carretera era solo barro, no había servicios públicos, no había nada. En la época del gobierno de Belisario Betancur fue cuando nos legalizaron el barrio abajo y nos pusieron también los servicios, el barrio quedó muy bonito. Se vendió cuando programaron las avenidas en la calle 61”. María del Carmen Bernal Moreno recuerda también como accedieron a la luz: “Si ustedes supieran el camello con la luz como nos tocó, desde allá del cerro volador, con alambre de púas, con alambre dulce, iba uno y se le colgaba al otro. Eso era un problema, esto era una oscuridad terrible”. La luz la instalaron hace 30 años, en los años noventa, “acá no había luz, no había agua, no había baños, acá era solo pozos sépticos. Hace 20 años instalaron el acueducto y alcantarillado”. Sin embargo, hay zonas que aún hoy, a casi 100 años de la fundación de estos territorios, las dificultades jurídicas entre otras imposibilitan el acceso total a los beneficios de servicios. Los vecinos del Bosque están a la espera de algún fallo jurídico que podría tener lugar el presente año 2021. Así mismo Magnolia, habitante y guía turística local, cuenta a los visitantes de Las Delicias que están a la espera de un concepto del IDIGER acerca del riesgo al que podría haber lugar en este territorio; todo lo cual tiene implicaciones en la legalización y la permanencia de los habitantes en el territorio. La situación actual no difiere mucho de la que existía hace 30 años, en los procesos de propiedad intervienen muchos conflictos de interés en los que desafortunadamente la diferencia de poder puede marcar la diferencia, sin embargo, para muchos estos territorios deben corresponder a quienes por más de cincuenta años los han cuidado. –“Para mí esto no tiene precio, yo de aquí no me iría”, dice Juan Carlos Cruz, el “Pecas”, quien hoy disfruta con gusto continuar construyendo la casa para sus nietos.

Para muchos la legalización puede ser un arma de doble filo, para otros podría no significar una gran afectación; el “Pecas” refiere lo siguiente: “al legalizar este barrio hay mucha gente que pierde su lote, pierden casas, la mitad de la casa, porque por ejemplo toda la gente que está a la orilla de la carretera tiene que dejar tres metros de vía. Mi familia que vive allá por donde baja la quebrada y baja el canal, a ellos no les van a dar nada, a ellos los van a reubicar con el tiempo porque eso es zona de alto riesgo y tiene afectación. 26

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A L C A L D Í A M AY O R D E B O G O T Á S E C R E TA R I A D E C U LT U R A , R E C R E A C I Ó N Y D E P O R T E I N S T I T U T O D I S T R I TA L D E PAT R I M O N I O C U LT U R A L A L C A L D E S A M AY O R D E B O G O T Á Claudia López Hernández S E C R E TA R I O D E C U LT U R A , R E C R E A C I Ó N Y D E P O R T E Nicolás Montero Domínguez D I R E C T O R I N S T I T U T O D I S T R I TA L D E PAT R I M O N I O C U LT U R A L Pa t r i ck M o r a l e s T h o m a s SUBDIRECTORA DE DIVULGACIÓN Y APROPIACIÓN DEL PAT R I M O N I O Angélica María Medina Mendoza PROGRAMA DE FOMENTO Estrategia de Apropiación Social del Patrimonio Beca Memoria y Patrimonio: Investigación de Espacios Desaparecidos Programa Distrital de Estímulos 2021 INVESTIGACIÓN Y TEXTOS David Cantoni Gamarra Daniel Cantoni Gamarra COORDINACIÓN EDITORIAL Daniel Cantoni Gamarra DISEÑO GRÁFICO Va n e s s a Va l e r o C O R R E C C I Ó N D E E ST I LO Sofía Gaviria ILUSTRACIONES Va n e s s a Va l e r o Daniel Cantoni Gamarra FOTOGRAFÍAS Sofía Gaviria

AGRADECIMIENTOS M a rt h a Z a b a l a , Jo h n Ja i r o Sá n ch e z , Lo r e n a B a rr e r a , D a n i l o O ch o a - Casa Cultural Galería Art, Juan Antonio Bernal Moreno, Enrique Martínez, Juan Carlos Cruz, María del Carmen Bernal Moreno, Nubia Rodríguez, Fernando Cruz, Magnolia Cepeda, Miguel Antonio Bernal, Juvenal Suarez, José González, Patricia Melo IMPRESIÓN Scripto N OTA D E R E C H O S D E A U TO R E S (ej. Gracias por apoyar la edición autorizada de este proyecto de divulgación gratuita y por respetar las leyes del copyright al no r e p r o d u c i r, e s c a n e a r, n i d i s t r i b u i r n i n g u n a p a rt e d e e s t a o b r a p o r ningún medio sin permiso de sus autoras). 3 1 d e o c t u b r e , 2 0 2 1 , B O G OTÁ , C O LO M B I A


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