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Doris Castro La dama de las canchas
El entrenador era Freddy Lebrón y mi mamá se acercó y le preguntó que si podía practicar el cual accedió y tuve la oportunidad ser la única niña en practicar con varones. Luego un día corriendo bicicleta fui a la cancha de la LIBIH y estaban ofreciendo prácticas de baloncesto y vi que varias niñas estaban participando de las prácticas y tuve el atrevimiento de acercarme al entrenador para poder practicar”.
¿Por qué te decides por el voleibol? ¿Dónde te desarrollaste? “Al practicar todos estos deportes me inclino al deporte del voleibol ya que hice varias amistades y el coach siempre estaba enseñándonos técnicas nuevas. Mi desarrollo fue en el Club Municipal de Humacao”.
Me gustaría que la gente sepa parte de tus logros como jugadoras, háblame de ellos. “En la edad de los 15 años, me dieron la oportunidad de jugar en la Liga Puertorriqueña de Humacao. A los 18 años jugué Copuvo con Naguabo, luego jugué en Canóvanas en la Liga de Las Indians. A los 20 años jugué COPUVO con Carolina y Las Piedras. Realicé los “try-outs” de la Universidad del Turabo en Caguas y fui seleccionada en 2004 como acomodadora. Luego quedo embarazada y tomó un receso. Una vez doy a luz, retomo nuevamente mis competencias en la Universidad y termino mis años de competencia, compartiendo cancha con varias jugadoras de Superior. Siendo estudiante, madre y empleada, decidí hacer los “try-outs” del equipo de Superior de Humacao y fui seleccionada por el dirigente David Alemán. Lamentablemente, no pude participar del equipo por situaciones personales. Me enfoqué en seguir mis estudios y terminar mi Bachillerato en Ciencias Sociales y en Educación física. A pesar de no haber podido cumplir con el equipo de Superior, el próximo año decido asistir a una práctica y el dirigente Arnaldo Colón me ofreció el privilegio de asistirlo. Siendo los primeros humacaeños de un equipo de Voleibol Superior”.
Eres una de las entrenadoras y desarrolladoras de talento más destacadas de Puerto Rico. Quiero que me hables de cuándo y cómo se da esa transición de jugadora a entrenadora. “Siendo estudiante, en el 2007 tuve un grupo de niñas de 9-10 años en Humacao. Tuve la oportunidad de tener excelentes entrenadores, pero el que impactó mi vida en el voleibol fue el entrenador Jimmy Caraballo. Este señor venía de Caguas a Humacao a enseñarnos sobre este hermoso. Aprendí disciplina, trabajo en equipo, responsabilidad y otros grandes valores que deben distinguir a un atleta. Seguí ejerciendo ambos roles y apasionándome más por el desarrollo. El escuchar a mis niñas decirme: “Misi Doris me gustó la práctica de hoy, cuando volvemos a la cancha”, me motivó muchísimo. Es ahí que decido quitarme las rodilleras y enseñar”.
¿Qué significa para ti, levantarte todos los días y trabajar con la juventud de nuestra región oriental? “Levantarme a trabajar con la juventud es un gran honor ya que mi objetivo principal es que una vez estas niñas sigan creciendo puedan ser seres humanos de bien y que aprendan sobre los valores que más adelante serán de gran beneficio en sus vidas”.
Háblame de tus proyectos actuales y si puedes también de los que sé que estás trabajando para el futuro. “Actualmente soy Coordinadora de Deportes en el Municipio de Humacao. Con la ayuda de compañeros comprometidos de nuestro departamento, impactamos en clínicas y torneos a nuestra juventud. Luego del Huracán María decido darme la oportunidad de pertenecer al Club de Las Artesanas de Las Piedras, el cual comenzó con 1 grupo de niñas de 10 años y ahora en la actualidad contamos con 10 equipos. Los equipos impactados por esta servidora son el equipo de 11u, 15u y 17u, hemos representado al pueblo de Las Piedras con gran orgullo y ganado varias competencias”. Finalmente, ¿a quién te gustaría agradecer por tu desarrollo como ser humano y también a esos que ayudaron a que te convirtieras en una reconocida propulsora del deporte? “Quiero agradecer primeramente a Dios por darme el privilegio de levantarme todos los días ya que no muchos tienen esa gran oportunidad. Agradecer a mi mamá, Doris Ortiz Ayala, por sacar de su tiempo para mis hermanos y para mí. Ahora mismo mi mamá sufre la triste condición de Alzheimer y actualmente ya no nos conoce. Pero sé que si estuviera con su salud intacta estaría disfrutando a mi lado. Adicional quiero agradecer a mis 2 entrenadores de mi infancia, Juan Castro Morales, por haberme dado la oportunidad sabiendo que no tenía la edad para dar comienzo y en especial a mi padre del voleibol el gran Jimmy Caraballo por haberme educado con amor y una gran disciplina”. ¡A todos, muchísimas gracias!