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¿Dos veces “transabús”?

¿Dos veces “transabús”?

San Luis se asume como la ciudad donde se ideó el transporte rápido de corredor, lustros antes que el Metrobús de la CDMX. Aquel intento ochentero se perdió en la polémica y ganó un apodo incriminatorio. Con que la Red Metro no acabe igual.

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A esta fecha, las dos primeras líneas de transporte confinado de San Luis Potosí deberían estar en servicio desde hace un año, con una tarifa estimada de

$7.40 pesos, incluido transbordo ente una y otra.

El Fondo Nacional de Infraestructura registró un proyecto de doce líneas en total para resolver la ateroesclerosis que padece la movilidad en la capital del estado y su zona conurbada. No hay una sola terminada y la administración actual, del verde Ricardo Gallardo, encaminó el tema a los laberintos de su fiscalía como desfalco por más de 150 millones de pesos.

La primera línea a construir fue la 3, la más urgente: un corredor radial de 16.4 kilómetros desde el centro de la ciudad, con 99 paraderos, hasta la zona de parques industriales, por las laterales de la salida a carretera federal 57, la ruta más usual y saturada con aforo de 140 mil vehículos diarios. Si hay un accidente, el trayecto se hace a vuelta de rueda o se convierte en aparcadero.

El otro corredor del plan sería el 12, un circuito de 23.7 kilómetros entroncado con el 3 para recoger pasaje alrededor de la ciudad y conectarlo a la zona industrial.

El proyecto de Banobras incluye la construcción de las dos rutas de carriles confinados por los que correrán autobuses de entrada baja con capacidad para cien pasajeros. Se desechó la idea de

autobuses articulados y a desnivel, tipo el Metrobús de la Ciudad de México, porque las calles de buena parte de la capital potosina hacen muy difícil, sino imposible, la maniobra de dar vuelta. Además, el cableado urbano es una maraña infame en muchas áreas. El gobierno lo denominó “Red Metro”, pero para la gente siguió siendo “Metrobús”.

El diseño y la planeación de todo el sistema comenzó desde el sexenio de Fernando Toranzo, pero fue hasta la administración de su sucesor, el también priista Juan Manuel Carreras López, que se consigue la autorización de recursos, 166 millones 600 mil pesos en aportación “no recuperable”, para construir las dos líneas. Carreras estaba recién estrenado en el cargo para entonces, noviembre de 2015. El Gobierno del Estado y particulares concesionarios aportarían el resto del recurso, más del 50%. El total de esas dos líneas sumaría unos 600 millones de pesos.

“No recuperable” no quiere decir que Fonadin-Banobras se desentendiera de la aplicación y se puso como condición que el supervisor de la obra tuviera el beneplácito de la parte federal.

Pero lo que siguió fue un catálogo de errores, ocurrencias y dejadez de no creerse. Fonadin dio 30 meses de plazo a partir de la entrega de recursos. Cierto, la liberación del dinero como tal, ya con aprobación de Hacienda, se dio hasta 2017, pero una vez realizado, a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Gobierno del Estado (Seduvop) se le ocurrió cambiar el proyecto e intentar una ruta paralela a la carretera 57 por Avenida Industrias.

Los vecinos de la avenida se inconformaron, en primer lugar

porque ni les consultaron. La necedad de Seduvop se tradujo en pérdida de tiempo y dinero. Además, la obra era una colección de fallas en especificaciones. Le quitaron el proyecto a Seduvop y se lo dieron a la Junta Estatal de Caminos; por increíble que parezca, después de tamaño fracaso, el titular de Seduvop, Leopoldo Stevens Amaro, continuó en su puesto.

Reiniciada la línea 3, el sexenio se les acabó. Según Fonadin, antes de que Carreras entregara la administración, las líneas deberían estar en operación. El Fonadin de Banobras reconoce que “el avance físico del corredor 3 es del 96.57%, con corte al 10 de septiembre de 2021”. De la otra línea, la 12, ni una palabra.

En cuanto al aporte ejercido, al 28 de febrero de 2022, Fonadin ha pagado $3,559,076.14 de Estimaciones de Supervisión del proyecto y $51,522,291.91 de Estimaciones de Obras. Más de 55 millones de pesos de la bolsa original que les asignaron. Del plazo de construcción de 30 meses, ninguna observación.

El sucesor de Carreras López no se ha ahorrado la difusión de señalamientos y versiones de actuaciones penales por el tema. Tiene a favor de su espectáculo justiciero una realidad del tamaño de una catedral. La pregunta es si la trama alcanzará a su antecesor o se quedará en los funcionarios ejecutores.

Lo verdaderamente lamentable es que la movilidad para miles de potosinos empeora día con día y es también un problema para la industria. Curioso que la ciudad que se jacta de haber ideado un Metrobús varios lustros antes de que la CDMX tuviera el suyo, va por el segundo intento de transporte confinado sin que se concrete.

El primer intento, en los años

80 del siglo pasado, terminó con unidades articuladas ganando óxido en alguna parte de la zona industrial. El proyecto se polemizó y politizó, campaña de linchamiento mediático incluida, con el incriminatorio título de “Transabús”.

Aquello fue ruido, animosidades vindicativas y espectáculo político, pero no alternativas de solución en los hechos al transporte público. Que el inconcluso Red Metro, o Metrobús potosino, no acabe igual.

ROLLOS SUELTOS

NADA CAMBIÓ. Regidores panistas capitalinos y de otros municipios que no hacen migas con el grupo de la dirigencia no fueron convocados a la reunión de ediles en Ciudad del Maíz. El evento se veía escaso de convocados…

REGALOS QUE DA EL TIEMPO. Se lo oímos a un destacado priista: el próximo dirigente del PRI debiera ser alguien “como El Calolo”, Fernando Pérez Espinosa. Años después de que el empresario se fue de la formación tricolor, valoran que fue un dirigente “que le puso al PRI”, en lugar de buscar sólo un acomodo de nómina para sí o para sus allegados.

GRISURA CARA. Vaya reporte que levantaron los integrantes del Consejo de Transparencia del Congreso sobre los gastos de los diputados. Nada diferente de otras legislaturas en eso de inflar nóminas y sueldos altos a empleados favoritos. Eso sí, más gris y falta de debate que otras.

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