Matamoscas 4

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2 - Claudio Faúndez 3 - René del Fierro 4 - Antolín Alvarez 6 - Felipe Villar 8 - Gabriela Vásquez / Flavio Dalmazzo 10 - Carlos Altamirano 12 - Constanza Demichelli 14 - Diente Diamanto 16 - Sebastián Calderón 18 - Sebastián Leiva 20 - María María 22 - Valkyria 23 - Chan Chan Olivos 24 - Meduliana 26 - Constanza Bulnes 27 - El círculo de la serpiente 30 - Nicolás Betancourt 32 - Mosé Noé 34 - Alejandra Muñoz 35 - Jano Vega 36 - Francisco Ventura 39 - Julio Lamilla 40 - Johana Cofré 42 - David Vasconcellos 44 - Centro Teknologia libre TIAO 45 - Kim 46 - Paula Manzor 47 - Fantome 48 - Melissa Carrasco 50 - Canibalismo fino 51 - Agustín Nicanor 52 - Claudia Venegas 53 - Carlos Briones 54 - www.sellorecolector.com 55 - Francisco Castillo


Bueno, tal vez no es un prólogo, pero los prólogos siempre llevarán, quiéranlo o no, esa carga de pedantería, o lo que es peor, de modestia forzada, ningún prólogo puede ser modesto, los comparo, y disculpa mi exageración, con la interpretación del himno nacional en las frías mañanas de colegio, aún así, y esto es lo raro, me gusta mucho leer los prólogos, pero no puedo escribirlos, no sé que decir, quedo en blanco, y este correo tal vez también lo puedas publicar como prólogo, una paja escribirlo y una paja explicar porque no, pero todos somos pajeros, así que no importa mucho, pero si la idea es mantener a las personas leyendo esta revista, hazlo, pública esto como prólogo, en el fondo están solos, por eso están leyendo, al igual que nosotros escribimos porque estamos solos, y los prólogos son escritos, y esto no es una aseveración sino más bien, una apuesta, para que el libro, no esté tan solo, la historia, la obra. Y si todo esto se trata de no estar solo será mejor que nos encontremos y hablemos de esto; mañana no puedo, pasado tampoco. En algunos casos también existen horribles prólogos, que no acompañan, sino más bien, enturbian la fiesta y este, aunque no es un prólogo, tal vez lo esté logrando, enturbiar la fiesta, pero de forma amable, como cortar la luz un rato para después volver a encenderla. Y hasta está resultando pedante.

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En el zumbido De pupila de calamar desvelado iris de enredaderas En una esquina de la escalera, A oscuras Alcanc茅 a sondear la sonrisa Desenfundar el arma con el salto del miedo Sicosis express. El cactus y la estrella. Algo en las manos a punto de romperse, Un dardo. Una bala en la acci贸n de la p贸lvora. Los dientes en la carne. Un color primario convertido en nudo. diluido hasta perderlo en el mar, Desde el pueblo que olvida todo.

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Manual para hacer fanzines. La discusión comenzó temprano, temprano como todos los días, temprano desde que abro los ojos y me doy cuenta de que ya es tarde. No hay nada peor que ser un desempleado sin iniciativa, sin imaginación para los negocios y que más encima, se acuesta tarde y se levanta tarde. 1. La rutina sigue el mismo patrón, comienza con el desayuno en donde derivan infinidad de temas según el ánimo de ambos. Generalmente ella es la que empieza: ¡Que soy incapaz de visualizar y cuestionar los problemas y blablabla!, seguro que tiene razón, creo que no vale la pena discutir por ciertas cosas, sobre todo si nos incumben sólo a ambos, es una idiotez, pero sirve… al menos hasta que… 2. Los problemas han ido intensificándose en número e intensidad , a veces me pregunto si no es a causa de que ya no le gusto, porque ya no espera nada de mi, ni me admira, es evidente, y no se atreve a decírmelo por mi carácter frágil… ¡según ella!.. (No sabe que en realidad es porque tengo bien desarrollado mi lado femenino) 3. Hoy comenzaron los líos porque se me cayeron unas migas al suelo y un pedazo de huevo del pan a la mesa, ¿díganme que no es para pensarlo? De ahí, aparecen los otros temas que se van acumulando hasta que estallan en escenas como esta: Que como con la boca abierta, que ensucio mucho cuando como, que no lavo los platos, que no tengo iniciativa para nada, que no recojo los calcetines, que le doy asco, lo que deriva siempre; o casi siempre, en lo flojo que soy, en mi desorden, en que nunca he hecho nada en mi vida y en fin… En el fondo tiene razón, no lo niego, no me gusta trabajar en oficinas ni con horarios rígidos, lamentablemente tengo la maldita tendencia, al igual que la mayoría de los mortales sumisos de esta sociedad, a que me digan lo que tengo que hacer. Me acostumbraron y me cuesta salir de ese letargo, .. no soy flojo, ¡eso si que lo reafirmo!


4. Me avergüenza escucharla, porque en cierto modo me veo reflejado en sus palabras, no se lo digo, pero lo pienso. Luego viene mi orgullo de treinta añero fracasado que replica, ¡Tú no sabes nada de todo lo que he hecho en mi vida! ¡No sabes las cosas buenas que he hecho, que son hartas! ¡Lo único que haces es criticar!.. Claro, es verdad … hasta cierto punto, tengo que defenderme de alguna forma, ¡exagera, como siempre!.. y empiezo a contar de memoria para sacarlas a la luz y demostrarle que miente ¡y enrostrarle que se equivoca!.. ¡Que pensar, no hay tiempo!, se las tiro así nomás, sin pensar... 5. …Me quedo callado mas rápido de lo que creí, …no son tantas las cosas buenas que he hecho, ¿Y que es la bondad en todo caso mas encima? ¡¿que bueno, que malo?!, ¡¡Ni creo en esa hueá y la ando sacando a discusión!!… 6. Chucha, ahí viene el otro problema,.. el interno,.. en que la odio por restregarme mi mediocridad. Se ríe y me enfurezco ¡sabís que mas! ¡Ándate a la mierda!, le digo y salgo a la calle rápido y sin rumbo fijo. Mientras camino y se disipa la nube negra que me come la cabeza, comienzo a pensar que mierda hago, adonde chucha voy…¡¿por qué mierda estoy caminando?! 7. Espera un rato a que se te pase el odio, me respondo pausadamente mientras respiro hondo sentado en una banca vacía de una cancha del barrio.. Pensando un poco me cae la teja. ¡Ya sé que hueá hacer!.. ¡voy a aprovechar de escribir algo pal fanzine del rana!

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No al olvido forzado que derriba palabras y estaciones que derribó a los ferrocarriles de la noche y a la vida que vivía adentro de las cosas. No a los retratos de la ausencia: no al óxido, a la ropa roída, a las mil botellas rotas. No al eco furtivo, a los vagones vacíos, a las fogatas muertas. No a la tierra seca. Que la ciudad hila /sí va hilando a sus fantasmas: al fantasma de la maestranza, al fantasma de las líneas férreas. El abandono ladra en las barracas y hay nubes que sangran paraísos salobres y silencios que son pájaros negros. Que los brotes son rebeldes: el musgo brilla murmurando en hendiduras e insiste la maleza insiste entre el dejo y el derrumbe. Y aunque lejano esté el mar, he aquí las marcas terribles en la muralla del sobreviviente.



2 0 0 y 1 a ñ o s En el cina Arte de Viña nunca dieron la película sobre la sufrida y violentada vida de Violeta Parra;tal vez porque no le alcanzó el presupuesto o porque Violeta nunca se hubiese ido al cielo, porque no creía en el cielo, ni el dios, ni el diablo... El organillero sigue sin consuelo, Se le ha muerto el loro hocicón y también no le alcanza el presupuesto para conseguir y mantener a otro. Un avión se pierde y nadie mira al cielo, todos lo miran por televisión. - y el - people master - de Televisión Nazi-o-nal de $hile por las nubes. Las ramadas ya no tendrán ramas, ni el fulgor y alegría de las chinganas, y el pueblo prepara el culo para bailar cumbias, rancheras y bachatas. Mientras el nuevo Ministro Allamand espera con ansias el desfile militar con todo su orgullo fascistoide. Los ineptos gendarmes están en huelga; al frente de una barricada. La marihuana brilla por su ausencia y los mafiosos de corbata, ternos y guantes blancos reparten cocaína y pasta base de Arica a Punta Arenas. Un ex-paco culiao, que sigue siendo paco y sigue siendo culiao se empelota (porque no se desnuda) - afuera de su ex comisería en forma de protesta,


Se dice decepcionado de su institución, seguro que el muy idiota no sabía “con la que se estaba curando” cuando se metió a la ajilá. Y en mi ex calle, de mi ex barrio: Una bandera de $hile gigante aburre aún más el aburrido paisaje. Desde una (ex) sede social que nada tiene de “social”; más allá del abandono y la desesperanza. Los niños del sector que nunca han jugado los supuestos juegos criollos, esperan la repartición de dulces y bebidas. Todo Valparaíso que antes me apestaba por su olor a pesca’o Sangre y basura podri’a entre otras cosas. Ahora me apesta más; Y más a las “democratizantes” lacrimógenas. La protesta se debería trasladar al barrio alto, a Jardín del Mar, Chicureo, La Dehesa. Pá’ que a los burgueses y burguesillos les piquen sus asquerosas narices. Mientras todo arda en llamas. En el bajo mundo se escucha decir: Piñera los mató pa’ envolarnos la perdiz; Más aún cuando está l apura cagá, piedras contra gases; pan y circo pal pueblo. Más aún cuando laaprobación a LA GRAN PIRAÑA está por el suelo; Y los gritos de protesta por el cielo. Más aún cuando era un avión F.a.ch. y la pilota (a los machistas no les servía) Más aún cuando era una hueá de farándula (Casi iba hasta Raúl Zurita) 11




El poeta Ahora me acuerdo del poeta a ese que gustaba llevar el pelo largo "porque así lo estimaba conveniente". Estuvo una vez en mi casa, ese muchacho que escribió un librito titulado "Poemas de amor sex". Aquella vez se supone que íbamos a llevar a cabo nuestro proyecto de poesía y música. Según él íbamos a conquistar a los estados unidos, y yo casi le creo, porque vi su cuaderno. La segunda vez que me lo encontré en el bar "Roma", me habló los planes que tenía para nuestra banda, me mostró los esquemas detallados de como iba a ser el escenario, de cuánto tiempo nos tomaría ser famosos, de como debía ser la puesta en escena, de las cosas que denunciaríamos y con cuales famosos nos aliaríamos. Esa vez que me lo tope por segunda vez en el Roma yo tenía que hacer una exposición-disertación de no me acuerdo que cosa para una asignatura de pedagogía, el asunto es que me fui a comer un completo y a tomar sólo una cerveza chica para tranquilizarme un poco y repasar. Miré hacia el fondo y allí estaba él, sentado bebiendo su chela con su cuaderno de notas. Estaba muy entusiasmado, su ánimo llegaba a ser corrosivo. Me invitó a una cerveza, no me pude rehusar, después de todo nunca he vuelto a ver a un joven tan soñador. A la tercera cerveza, me acordé de que quedaba muy poco para mi disertación, pero ya habíamos fumado hierba, y su entusiasmo me conmovió. Mi exposición fue un desastre, ¿para qué voy a contarlo?, no viene al caso. Bueno, pero una de las cosas que quería describir era el carácter de este muchacho, para empezar es importante decir que él diseñaba todos y cada uno de sus libros y los vendía uno a uno por los bares del Valpo, hacía las portadas, los escribía con manuscrita y luego los fotocopiaba. Una vez me dijo que había vendido más libros de mano en mano que los que vendió en el comienzo de su carrera Pablo de Rocka cuando los vendía en el campo, dicen. Para resumir este asunto, cierto día a las 4 de la tarde lo esperaba en mi casa, el poeta golpea la puerta, viene con su pelo desordenado como de costumbre, sus bototos torpes, lo hago pasar, se sienta y me pregunta si se puede sacar los bototos, le respondí que por supuesto, entonces empezamos a improvisar, yo con mi teclado (ahora pienso que debí haber usado la guitarra, tal vez estaríamos en EEUU ahora). En medio de la improvisación me dieron ganas de pedirle que estructuráramos un poco las ideas , pero se me quedó mirando irritado y en silencio, luego me dijo: - Está bien, pero por favor te pido gentilmente que no vuelvas a insultarme. Me quedé desconcertado repasé mis palabras y no recordaba haberle dicho ningún garabato. De todos modos le expliqué que no pretendía insultarlo. 14


Seguimos la improvisación, pero otra vez tuvimos que detenernos pues parecía no sentirse del todo cómodo, conversamos un poco de lo que iba saliendo en nuestro proyecto, entonces, volvió a ocurrir… se sintió ofendido, le pedí disculpas (porque tal vez pude haber ocupado la palabra weón sin querer). Salimos de la pieza y bebimos cerveza en la cocina, allí ocurrió lo inevitable; según el poeta yo lo habría garabateado y según él ésta era ya la tercera vez, y me advirtió de que si yo continuaba insultándolo él tendría que retirarse. Lo miré y me di cuenta que no era una broma, el poeta pensaba que yo lo estaba continuamente tratando mal, pero para mí ya era suficiente así que le dije: - Yapo weón que chucha pasa… ¡oh disculpa!- me enojé por haberle pedido disculpas otra vez, así que le dije irritado: - Que tanta weá compadre me estai volviendo loco, siento como si tuviera un grillete en la lengua no puedo hablar ninguna weá, sabís que más loco culiao agarra tus bototos y largate de aquí que tengo ganas de vomitar garabatos y si no te vas probablemente te sientas insultado con razón!. Cuando terminé de hablar el poeta se estaba colocando los bototos, luego agarró su chaqueta y salió dando un portazo. Pasó el tiempo y lo vi un par de veces más, se había pelado y se veía más delgado, seguía vendiendo libros en los bares. La última vez que lo vi fue una noche de juerga en la cual me había quedado sin plata para volver a casa, yo no le guardaba ningún rencor, y supongo que él tampoco porque me dio mil pesos para poder volver a casa. Unos meses después supe que se había negado a comer y se dejó morir de inanición. Posteriormente otros poetas que lo conocían y que admiraban de algún modo su poesía le rindieron un homenaje, lo que admiro es que el hombre no paraba de escribir, sin lugar a dudas un gran artista, pero no escribió esto... por eso yo lo escribo ahorita.



El nerviosismo se ordena en un color caótico Me hallo relajado en días radiantes y radiactivos En ráfagas de árboles bramantes Que se desanudan en mis manos arqueadas ¡Dios! ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez!? Desde la última gran vez! Desde la última gran actuación Sacrificios magníficos erotizados por lunas y aromas de adultez cara Y tandas de piernas coreográficas En el que un cuerpo, venido de otro cuerpo se revela como la caída de una hoja acechante En piruetas desvirtuantes de órganos disueltos en frenesí En derrames de viscosidad hechos al voleo De panoramas de gestos, tras gestos Esa altanería es deliciosa cuando cae de rodillas Y me gusta ahogarme, morir y olvidar todo Me gusta pasear en las brechas.

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Icuando los brazos tiritan como las hojas frente a la nube inmensa los techos me parecen el lugar más sensato para estar despierto la ciudad que me parió me puso un disfraz de extranjero para que a veces no me saludaran ni pudieran ver una cañería rota vacía el olor de los desencuentros como una cadencia amorfa de indocumentados que tropiezan hacia abajo por la escalera de gastado asfalto, goteando un vértigo sobre las carnes macilentas mis brazos tiemblan frente a los destellos de noviembre y un espasmo de calor hace crujir la pared que sostengo estoy penetrando la muchedumbre como lo hago siempre con miradas que están prohibidas desde hace mucho tiempo. II tomé un bus, lleno de hombres que dormían, que babeaban, y no dormí y me perdí, en el paradero más hostil fui a escapar, guiado por el mal y fiel instinto, hastiado por la coprolalia o por el culto a lo lindo, y vomité, sobrepasado por el aliento de las risas sinceras que me quisieron cobijar y tuve miedo de mi indolencia, en una pequeña banquita no proferí ni sombra, allí escribí estos versos:


Reniego de la felicidad vivida, ahora que es difícil decir que quise reír para creer demasiado, y no sirvió que quise tentar al diablo con mis llantos, y no dio resultado y nadie pudo conocerme, a excepción de un puñado de ojos de espejo una foránea y yo que soy de los caminos, vengo errado, y ella siguió sus caminos, inescrutables, a esta hora en que quisiera extinguirme, y de paso borrar las huellas con las que pudiera evocarme. el día en que muera, el día en que mueran las cosas que me hacen no morir, habrá un rocío de estafa ¿quién era este tipo? ¿acaso sólo un personaje mal redactado, de una historia ambiciosa e inverosímil, una marioneta de las contradicciones? la lluvia se detiene / sale el sol medianamente, el cuadro se abre / al centro hay un lecho mortuorio los personajes se retiran silenciosamente con una cadencia casi ridícula de ritual barato la música se detiene de forma abrupta y yo que soy de los caminos, elegí, para yacer, esta pequeña quebrada, allí lastimé las últimas páginas: reniego de la felicidad recibida, ahora que es difícil decir, que hubo felicidad.

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IIIIII

en algún país alguna dimensión, I ,II e III caminan por la torpe ciudad escapando en rastro de algo, una jauría de niños llega al encuentro y los tres se aprestan a seguirlos¡ el gigantesco resbalín verde acecha pétreo; ascienden con facilidad pero el vértigo es inminente -no puedo hacerlo, no puedo.sin cavilar, los pequeños se lanzan al vacío de tal manera que da envidia el recuerdo! quebrado, II invita a I a cerrar los ojos el descenso es suave y rápido! de letargo aparece el ágora tachado inmóvil [III había alcanzado el suelo un largo rato atrás] la discreción es bruta bizarra actitud de serpentina en el espacio se pierde incómoda¡ III no podría sedarse infinitamente, insensato disimula con una pequeña interrupción al frívolo; -¿ha I sentido algo por II? -no- miente II I enmudece silencio perpetuo . . .

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Tamara acostada en la cama empezó a sentir un fuerte dolor en el lado izquierdo de su estómago. Tres mujeres dos niños y un hombre de barba larga la miraban, todos muy serios, los niños parecía que iban a llorar. Tamara cerraba los ojos, sentía el dolor punzante y creía que todo se iba a la mierda, quería morirse de una vez. Entonces abría los ojos; veía a todas esas personas que eran su familia pero que no los reconocía, era como si no supiera nada, veía todo pero su mente no alcanzaba a expresar en palabras que rayos veía. Una de las mujeres no lo toleró. Se paro y se fue, cuando llegó afuera de la puerta lloró, pero al ver que un hombre al fondo del pasillo la podía ver se calmó y caminó al baño. Allí sacó una petaca de su bolsillo y tomó unos sorbos. Silvia acostumbraba hacer eso cuando se estresaba, o por lo menos así llamaba a ese tipo de sentimientos. Salió, tomó el bus a su trabajo, en el bus iba una mujer a su lado, pálida que no dejaba de mirarla; Silvia se puso nerviosa, la mujer le miraba las manos y luego subía su vista a sus labios. Silvia lo sabía y miraba al frente como nada, mucho rato pensó en cambiarse de puesto pero en el fondo sentía placer de ser observada. La mujer tenía un ataque de epilepsia. La sufrió desde niña y su madre siempre se excuso en eso para entrometerse en su vida, así que Laura le dijo a su mamá que ya no sufría epilepsia y dejo de tomar los medicamentos. Resultado de ello: Laura sufre ataques de epilepsia en cualquier momento, a cualquier hora, en cualquier lugar. A Laura algunas veces no le importa, no le teme, pero hoy, justo hoy realmente le afectó, es que se pasó de lugar y ya iba atrasada a una reunión de trabajo; ella sabía que la iban a despedir si no llegaba. Se bajó frustrada del bus. Caminó y caminó como nunca, siempre recto hasta que se cansó. Y se estaba oscureciendo, pero no le importaba porque la verdad es que nunca vio nada, ni el camino, solo pensaba que mierda era su vida, no tenía trabajo, no tenía dinero, no tenía nada. Sólo una madre a la que no quería acudir. Se sentó en una banca, sentía algo en el pecho, una sensación abrumadora, quería llorar pero no podía. Entonces llegó un gato a su lado y le empezó a hacer cariño. Era un gato negro de cuatro meses, chillaba sin parar y daba vueltas en círculos con su cola parada coqueteándole. Una niña con vestido marinero llegó a su lado y se lo pidió, Laura supuso que era de ella y se lo pasó. La niña lo tomó en brazos y se lo llevó a su casa, caminó como dos cuadras muy seria y segura, sabía que el gato no era suyo y no le importaba porque sabía que su papá detestaba los animales. Cuando llegó a su casa después del colegio vio al gato cerca de la banca, entró rápidamente a la casa, se puso su vestido preferido y fue a buscar el gato con la patudez de una niña mimada. Vio a esa mujer haciéndole cariño al gato, pero ella ya sabía que el gato estaba perdido así que no le importó pedirlo. Cuando llegó a su casa lo metió rápidamente a su pieza. Pero ese día papá no llegó porque se fue. Es que no tenía opción.


O se mataba o se iba pero a su esposa no la soportaba más. Manuel el papá de la niña estaba cansado mentalmente, superado de sí mismo. La idea de la muerte la abandonó porque no era eso lo que deseaba. Lo que deseaba era paz y ya no sabía si eso existía. Y no se fue nada más ni nada menos, que una casa en un bosque de un pueblo abandonado al sur de Chile. Le decían el ermitaño. Pero no era el único. Un día fue a comprar al almacén y vio a un hombre viejo y muy arrugado. Al principio le dio miedo pero luego vio en sus ojos algo, algo que no se explica, sólo es tan especial que Manuel lo pudo ver. El viejo le dijo que lo conocía. Manuel intentó saber de donde pero el viejo le dijo que el había hecho lo mismo y que estaba muy arrepentido. Le dijo que se fuera del pueblo, que escapara. Manuel se fue asustado. El viejo se quedó dormido. Una mosca se paro en su labio superior pero el viejo ni lo notó porque estaba muy borracho y porque a esa edad lo único que quería era ser joven o estar muerto. Pero nadie sabe porque ninguna de las dos opciones se llevaba a cabo y él estaba en un sin tiempo, en la nada, hablaba y hablaba pero era más incoherente que coherente, de hecho su memoria fallaba todo el rato. Un joven le pasó una carta, y cuando el terminó de leerla por fin murió. En aquella carta iba el cuento que él escribió cuando era joven y que un hombre que lo odiaba se lo robó. El viejo se lo pidió por años que se lo devolviera, le suplicaba con su alma, pero el hombre nunca se lo devolvió. El hombre había muerto y su nieto encontró el cuento, pensó en botarlo pero se dio cuenta que la persona que lo escribió era el hombre que le enseñó a amar a la literatura en un pueblo donde no había nada que hacer, y se lo fue a entregar.

FIN Y ustedes señoras y señores han tenido el gusto de leer o escuchar el cuento de un sueño?

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Yo se mi verdadero nombre incluso he llegado a gritártelo al oído, el problema es que lo tengo puesto para el lado de los quesos. Las cajas de fósforos siempre vienen con uno medio defectuoso. Hay uno en particular que es mucho mas flaco que sus hermanos, Y además viene dotado de una extra cantidad De pólvora en la cabeza. Ese debe vivir cagado de miedo


En la ciudad bella El niño amargo que sobre veredas calientes ve pasar con la velocidad del tráfico a un caballo de feria tirar de una victoria, cuyos asientos soportan los huesos de cinco turistas pálidos a los que saludos de los autos siguen con gracia, ha captado una imagen imborrable de la publicidad presente en el alma de la ciudad. La imagen tiene a sus ojos tanto sentido, que podrá insertarla sin esfuerzo en el mundo eficaz que se le impondrá, cuando, entre bambalinas, un pitido de alarma ya no cese de anunciar a sus estremecimientos la resignación ante la Marcha Razonable de las Cosas. Carne de caballo La niña del campo se tiende junto a mí desnuda como un flan, a cantaletear el valor de su familia, y al tempo voy adivinándome bestia dentro de esta triste añadidura en la que veo convertirse lo que llaman "nuestra vida". Ella me crea en su historia como un potrillo espoleado, la más noble conquista del hombre, honorable animal que bajo el peso de un jinete se encamina a la batalla, al trabajo duro y al reconocimiento. ¿Ignorará la libertad del animal desencadenado, las flores brutales que crecen en un espinazo lleno de esquirlas?

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El precio de salir al sol Ha querido almorzar bajo el sol. El comedor parece un jardín de mamertos: las piernas cuelgan como lombrices. Se habla de lo que se habla. Encandilado por el conjunto de platos, Jokán siente subir una fiebre y su nariz querer derramarse. ¡Eche hacia atrás la cabeza! La sangre pasa a deslizarse por la garganta mientras la maniobra es aplaudida. Al pequeño le divierte esta algarabía, tanto que la risa le trapica, tosiendo sobre el mantel blanco un rocío que hace a todos soltar los tenedores. Paseo Los botes parecían bailar un cancán silencioso mecidos en hilera cuando sacamos a pasear nuestro conjunto de pelo, humor y huesos por los orines del muelle. Como dos síntomas, retozando entre ancianas odres que pescaban. Embarazados de rubor, nos olíamos como dos hijos retrasados del populacho: hociqueándonos, campaneando al olor de las sogas, hartos de atacar a nuestra propia ralea con confesiones irritantes. Ah! pero la zoncería en flor nos calló la boca y mugimos, bellísimos y de nuevo ignorantes.


LA MUERTE DEL PADRE Es extraño y a la vez algo inquietante tener un parentezco con alguien a quien apenas veías en la infancia y después casi nunca. Por otro lado, la madre casi todo el tiempo presente haciendo el papel de ambos, neurótica casi al borde de la histeria, rara vez le dejaba algo de bueno en su movida manera de vivir, porque de niña siempre andaba en una búsqueda con aquella ansia de momentos, lugares y cariño incondicional así tal cual ella se entregaba a los demás y a cualquiera que se le presentara, sufriendo muchas veces grandes decepciones y malas ondas de no pocos. De todas formas, la maldición de ser diferente al resto del weonaje y mas encima tener ciertas inquietudes que no tienen nada que ver con los típicos requerimientos de la sociedad consumista la hicieron casi sucumbir frente a las exigencias cada vez mas amenazantes y la fueron dejando bastante cerca de un colapso nervioso. Estuvo trabajando un tiempo en algunos trabajos mal pagados y luego volvió a sus estudios de teatro. Después de todo siempre fue su gran pasión. Era ahí en el escenario en donde se podía encontrar y perder a si misma e iluminar todos aquellos rincones de su ser en donde las penurias de la infancia habían ensombrecido la inocencia y la alegría natural de la niñez. Al final termino por renunciar a las cosas que no le significaran felicidad o al menos algo de satisfacción. Varias de sus amistades se alejaron de ella cuando comenzó a cambiar su forma de ser. Se dio cuenta mediante eso que la mayoría estaban con ella solo por lo que les producía y les entregaba, pero se negaron a seguir compartiendo cosas en común apenas dejo de comportarse de la manera esperada. Fue como un filtro del cual solo quedaron aquellos que en realidad la apreciaban por lo que era y no tenían intenciones de aprovecharse de su tan candida y especial manera de ser. Me alegre muchísimo cuando me fui dando cuenta que nuestra amistad no seria afectada por su nueva actitud sino que todo lo contrario. Una cálida tarde de fines de verano con gran entusiasmo decidimos ir a dar una vuelta por la costa y aunque no teníamos muchas ganas de hablar, una particular clase de felicidad coronaba nuestro silencio. Mientras mirábamos el horizonte y compartíamos un jugo de frutilla junto al mar, una llamada a su celular la hizo cambiar de humor, pero no sólo por el hecho de anunciarle que su padre, un tipo casi totalmente ausente y ajeno a su vida había muerto de un paro cardiaco en un motel y su acompañante había desaparecido, sino también para confesarle que aquel hombre también era mi padre, a quien nunca conocí y ni siquiera vi alguna vez en mis diecinueve años que llevo en este extraño y mutante mundo.


Transmisión radial en vivo, desde la esquina de una pieza oscura y sin ventanas, tengo un montón de papeles; canciones, historias, poemas, etc. siempre que los veo me vienen ganas de arrojarlos al mar como si fueran pedazos de mi vida. Pero algo me distrae y me convence que tal vez hay algo interesante y trascendente ahí. Ahí hay otras vidas también, vidas que a sí mismas parecen despreciarse o cambiarse por cosas sin sentido. Envío mensajes cada tanto e intento mantenerme comunicado, pero pareciera que la gente está cada vez menos ahí consigo misma. Doy vueltas por la ciudad oyendo su música, sus sonidos. Las personas caminan dormidas y soñando algo que me divierte ver. Me ocupo en conseguir aunque sea unas pocas gotas más de vida y lo logro. Aveces incluso, hasta pareciera que tengo algo demasiado inmenso que apenas logro sostener por unos instantes, y cuando intento compartirlo con alguien vuelvo a quedar solo e incomunicado.

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En tu cama, entre sueños Escuchas los ruidos cotidianos de tus padres preparándose para salir al trabajo. El hervidor, las llaves de agua, las puertas, el closet. La puerta de calle. Ahora estas solo en casa, y en el silencio te das vuelta en tu cama buscando un último sueño que no llega... te levantas y ordenas, libros, ropas, llevas vasos y tazas a la cocina, te duchas y piensas que estará haciendo en este momento… la idealizas en tu mente. Te atormenta la idea de pensar que es demasiado tarde. Pero ¿para qué? Y decides actuar; te secas y al pasar la toalla por tu cara percibes el olor limpio de ésta que te vitaliza y quieres salir corriendo a buscarla. Vas a la cocina, llenas el hervidor, Té, pan, mermelada, en la mesita hay una revista abierta en la página 30, lees: " solo en la región metropolitana se retiran 15.000 toneladas de desperdicios domiciliarios al día" "Santiago genera diariamente cerca de 25 mil metros cúbicos de basura, suficiente para levantar una torre de 40 pisos de alto con 400 metros cuadrados de base" el sol de febrero por la ventana hacia tu cabello negro aun húmedo…piensas... miras dentro de la taza de té, en el fondo diminutas hojas que se han escapado de la bolsita, el árbol tras la ventana hace unas reverencias obligado por el viento. ¿Perdiste la oportunidad cuando la tuviste?, pero la historia continua; y para eso debes mover tu cuerpo, tus extremidades cada parte de tu existencia. Y no te interesa lo suficiente sólo la idea de ir a buscarla, simplemente llegar a su casa; pero en ese caso sería mejor llamarla. La verdad es que temes al rechazo y prefieres dejar las cosas como están. El silencio de la mañana comienza a dar paso al estruendo del mediodía, debes salir. 36


Tomas las llaves y sales, no tomas la micro, caminas, el espaciotiempo fue hecho para ti, la mañana es clara, un perro te mira: Su cara triste, su cuerpo escuálido; ¿tendrá alguna sensación que se asemeje a la idea de suicidio?. Vas por la ciudad conocida, con tranquilidad bajas escaleras, das vuelta esquinas, cruzas semáforos, las calles se suceden en paralelo, los locales comerciales, los niños, los tachos de basura repletos, un hombre mira a una adolescente; y no la llamas…y prefieres esto último; disfrutar del vacío como de su contrario porque sabes que son necesarios, echarse de menos es importante te dijo una vez: es la prueba, y creerá que si no llamas no la quieres y no es así ¿y si ella estuviera pensando lo mismo?. El problema de las relaciones humanas es el misterio, dar a tientas con la verdad, pero es vital. Entonces no hay problema y te alegras y disfrutas de esta última idea, te sientes bien y sonríes, tu reflejo en la vitrina de una tienda te devuelve la sonrisa. El reloj de la catedral marca el mediodía, tus pasos hacia la biblioteca, entras, la amplitud del lugar, el mármol frío refrescan tu cuerpo del calor de la calle, en tu mente; la vez que fueron juntos, o ¿fue un sueño? ¿como un momento puede ser tan efímero? quizás… Vas al mismo estante sacas el mismo libro, la bibliotecaria te saluda, te sientas, lees... luego no lees y miras por un ventanal las nubes.

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… Te asomas a la ventana y aparece el árbol que podaste para que no lo cortaran desde el tronco… y aún recuerdas el incidente que tuviste con aquel hombre para salvarle la vida; ahora lo miras, él no es indiferente, sus hojas comienzan a secarse, pronto no tendrá hojas y yacerán todas en la vereda. En invierno en sus ramas no quedará ninguna. El teléfono no ha sonado, pero te da lo mismo porque ya no buscas el absoluto, y piensas en la libertad agobiante, indiferente y ridícula; la absurda sucesión de hechos aleatorios en los que ya no interfieres o pretendes no hacerlo: te haces viejo, cada vez te molesta menos el hecho de estar solo, pero ¿y los cafés, los bares, las escaleras, las risas, las bromas? estar con alguien - no estar con alguien; la dualidad en todo, al parecer ya no te afecta. Y piensas en la nada necesaria, la nada existente. como el vacío del vaso, pero tiendes al vacío, a la nada... Y te da sed. Vas a la cocina, preparas maté luego te acercas a la ventana nuevamente: el árbol, el sol, sus rayos golpean una ventana y desde ahí algunos dan en tus ojos y no sabes nada. Bebes tu maté, piensas en salir, vas al baño y ella aparece en tus recuerdos, un suspiro sella la visión y sabes que no es amor, porque sabes que podrías amar a cualquiera, a cualquier cosa, como a una piedra inmortal, una piedra que sabes vivirá más que tú y te da envidia (la piedra), pero sonríes y tu reflejo en el espejo del baño te devuelve la sonrisa. Pero ¿es comparable una mujer a cualquier cosa existente bajo el sol? Quizás una piedra es algo exagerado, pero el amor es infinito …


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Llévame contigo es el nombre de este trabajo. Representa la felicidad de poder traer desde mi mundo interno; ideas o anhelos sobre la visión de mi oficio como grabadora. Es ésta, la oportunidad de desarrollar la idea sobre un arte trascendente y circular; donde el espectador puede recoger la obra, para transportarla hasta su hogar. Transgrediendo la clásica relación entre obra y espectador; donde casi en la mayoría de las exposiciones de artes, el visitante se va, con sus manos vacías, desapareciendo la obra de su memoria, hasta morir. Esta obra que no morirá, esta conformada por una serie de grabados realizados entre los años 2010 al 2012. Cada temática grabada se vincula a observaciones recogidas, al caminar, al viajar, al sentir; de ser mujer.

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IMAGINARIO SOCIAL Y AUTONOMÍA Podemos pensar en los imaginarios sociales como las leyendas de un mapa, como los hitos y criterios que nos señalan hacia donde queda el norte y que información es relevante y cual no en la realidad social. Podemos pensar la realidad social y la sociedad como un edif icio construido sobre el mundo que llamamos físico. Pero incluso este mundo físico se corresponde con nuestro lenguaje y nuestra manera de interpretar la realidad. Si bien podemos constatar la existencia del mundo físico, la regularidad de este, las relaciones existentes en el y las jerarquías entre ámbitos o dimensiones de este, ellas son todas representaciones de este mundo, formas de ordenamiento que regulan y disminuyen la incertidumbre con que se nos presenta. En otras palabras, somos observadores, creadores de hitos, signos y símbolos que le dan sentido, disminuyendo la incertidumbre, al mundo en que vivimos. Constatamos de esta forma que somos creadores del mundo que nos rodea, pequeños dioses que juegan con el lenguaje y el cual también se encuentra expuesto a nuestras andanzas. ¿Por qué la flor se llama flor y no papel? ¿Por qué los hombres son hombre y las mujeres, mujeres? ¿Existen hombres y mujeres? O somos solo cuerpos nominados escapando de la incertidumbre frente a los ojos de otros. Castoriadis nos hablara de dos tipos de sociedades, las sociedades heterónomas y las sociedades autónomas. Pensemos un poco, ¿En qué tipo de sociedad nos encontramos actualmente? Por heteromía entenderemos aquella sociedad que naturaliza, reif ica el carácter social de su constitución; por autonomía entenderemos lo contrario, la posibilidad tanto política como social y psicológica de articularnos y conf igurarnos según nuestra necesidad (¿Y el deseo?).


Podemos dejar el tema del deseo para otra ocasión, aunque es necesario reflexionar si es autónomo aquel quien realiza su deseo o la sociedad que realiza su deseo, como la sociedad capitalista en su versión neoliberal en la actualidad o es autónomo aquel que conoce su deseo, volviendo al viejo adagio griego de "Una vida sin examen no merece la pena ser vivida", conociendo su deseo y encausandolo. La solución esta en la misma palabra autonomía. El que se da sus propias normas, no el que queda al libre arbitrio de sus pasiones, pero las reconoce y las guía, mas no las niega. Pensemos en los ámbitos de nuestra libertad, pensemos en nuestra autonomía en la gran herramienta legada por Nietzsche al dejar en evidencia el paradigma metafísico que al ontologizar la realidad, es decir al hacernos creer en la existencia de esencias y almas, heteronomizó nuestra sociedad. Por lo mismo pensemos en nuestra libertad y nuestra autonomía como un juego en que podamos darle al mundo nuevos criterios, nuevas señaléticas del mapa, nuevos imaginarios, capaces de emerger de la radicalidad de nuestra existencia como especie humana: la creación.

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Golpe y sangre Dormir y despertar, en un mismo sueño manchado, con la absurda idea de ayer. Cada paso es un extenso aroma, de los días que solía reír; con un espesa mueca de silencio. Tantos objetos posados sobre todo; Festival kischet de pésimo gusto. Ha hecho que las moscas hagan de esto, su espacio predilecto. Es negra y espesa la nube presente en el golpeteo infernal del incesto contra el cristal. Intimantes gritos, de pequeño tímido animal. Entre el golpeteo y sangre, que revienta contra el muro. la vida se ahorca, destruyendo todo lo que tiene a su paso.

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La enredadera

No se ve más que la tormenta la furia desenraizando los campos.

Yo miro por si pasan mis árboles por si alguien viene a buscarme

a coser este brazo que se desencaja.

Nada hay que sobreviva a esta casa ni las lámparas ni los relojes ni las voces

ni la enredadera que colgué del techo ni el poema clavado a la puerta.

Creo que nadie conoce el paradero de esta morada sin siglo.

Mis árboles han entrado en los torbellinos. No vendrán a devolvérmelos.


Se pierden como yo

diminuta

en el fondo

con el brazo enfermo

recorriendo el sendero por donde transitaban las hormigas;

Tomaba la enredadera para asfixiarme, entrarme y florecer

raĂ­z que busca la luz

porque no la hallĂł dentro ni la hallarĂĄ

al romper el vidrio de esta vieja ventana. 49


UNOS SON DUEÑOS DE LA CARNICERÍA Otros los carniceros. Otros la carne.

LOS DEMÁS AL CORRAL

* Coro * Unos comerán

OTROS SERÁN COMIDOS Abajo están los restos de animales muertos. Seres humanos sedientos en el suelo. La miseria, los allanamientos. Unos a otros se están comiendo, sin mancharse las manos, sin ruidos, ni escándalos que los molesten Cerdos bien educados, Canibalismo fino.

LA SOCIEDAD DEL MATADERO


* En Conclusión.... Considera estas letras como una rosa.... rosa de opio y alfileres.... como un presente al olvido de una pálida joven viuda demente... que sin previo aviso tal como llegó queda ausente.... cuando quieras hablar pues envía una postal con dirección al otro mar... en la espera moderas tus labios simulando un dolor inexistente indiferente a la lágrima que recorre el rostro.... y una mueca infame Que termina la imagen

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Un día aparecí y Encajé muy bien Por error en esta tierra, Planeta de insectos Que dominan por sobre todo y todos. Quiero ser temible, Que se arrodillen ante mí Y que me soben el cuello. Soy superior a todos No miro a nadie Piso a los alacranes Y a la fragata portuguesa. No tengo sombra No figuro en ningún texto, Soy la torre de Babel frustrada. Bésame el culo, Pues he parido las heces más bellas. Nada me detiene, Nada me destruye. Te regalo mi esencia.


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matamoscas 4 Agradece a los colaboradores d e é s t a y las ediciones anteriores. I m p r e s o y encuadernado en los talleres de w w w. e s p re ss . c l P o r t a d a serigraf iada do s t i n ta s “ La tormenta de S a t u r n o ”

Valparaíso Diciembre 2 0 1 3 1º edición de 50 copias




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