Agua I Privatizacion y Guerra

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BIBLIOTECA DE GEOPOLÍTICA

Agua I Privatización y Guerra [AndrésBarreda] [SilviaRibeiro] [TonyClarke] [AngélicaEnciso] [LauraPoy]


_________________________________________________ Esta es una recopilación elaborada por René D. J. sobre artículos que abordan la problemática de la geopolítica de la privatización del agua en el contexto del Cuarto Foro Mundial del Agua, realizado en la Ciudad de México en el 2006.


Contenido ¿Crisis del agua?...........................................................................................4 Andrés Barreda Las caras de la privatización del agua ......................................................8 Silvia Ribeiro La defensa del agua...................................................................................14 Andrés Barreda ¿Quién está adentro y quién afuera? .....................................................22 Andrés Barreda y Tony Clark Las Guerras, Los Derechos ambientales y Los Derechos Humanos* ................................................................................................28 Andrés Barreda ¡Agua sí, gasolina no! ...............................................................................44 Silvia Ribeiro Denuncian comunidades imposición de proyectos ............................50 Angélica Enciso y Laura Poy Las guerras del siglo XXI no serán por petróleo, sino por agua: peritos .........................................................................................................56 Angélica Enciso Entregar a las empresas hasta la última gota, meta de la IP ..............62 Angélica Enciso Ofensiva de trasnacionales para apropiarse del agua, denuncian ONG ..........................................................................................................66 Angélica Enciso México, segundo consumidor mundial de agua embotellada ...........72 Angélica Enciso Reconocer a los pueblos indígenas como guardianes del recurso, piden ...........................................................................................................78 Matilde Pérez U.


En paĂ­ses como Argentina, Ecuador, Bolivia y Uruguay, las empresas trasnacionales que administran el agua han llegado a embargar las propiedades de quienes tienen deudas con ellos, advirtieron activistas de esas naciones FOTO Yazmin Ortega Cortes. La Jornada.


¿Crisis del agua? Andrés Barreda La crisis del agua es real y grave. Se compone de una severa pérdida paulatina de un recurso que está dejando de ser renovable. De una pérdida alarmante de la capacidad de acceso de las comunidades a este bien. Incluso en regiones que no hace mucho eran de abundancia, como Chiapas. Pérdida por sequía, aunada a la sobreabundancia destructiva, y pérdida por contaminación y degradación galopante de la calidad del agua. Su injusta distribución se suma a lo anterior como uno de los problemas más graves. Aun así, conceder que estamos frente a una simple "crisis del agua" es una trampa porque en realidad estamos frente a la crisis capitalista del agua. Resultado de la depredación que dispara la persecución de ganancias infinitas y su producción industrial masiva, la superpoblación que necesariamente requieren las manufacturas, el crecimiento salvaje de las ciudades y la depredación de agua de la revolución verde, como sustento del desarrollo fabril, demográfico y urbano. Consumo destructivo


de agua que se sale de madre en el neoliberalismo, en virtud de las pautas antiambientales salvajes de esta forma de acumular. Es verdad, el capital mundial está preocupado por el severo estado de destrucción en que se encuentra la base hídrica de su riqueza planetaria. Pero también está molesto por tener que asumir de alguna manera el proceso de reproducción de la vida humana y natural a largo plazo. Cosa que durante la bacanal del neoliberalismo olvidó por completo. Su enojo se explica porque tal crisis expone ante todos la incapacidad del capital para asegurar el desarrollo de la vida. Pero el enojo, combinado con el sentido de oportunidad que caracteriza a las empresas y la paranoia de los grandes poderes políticos, ha trasmutado en un impulso privatizador del agua dulce y la biodiversidad del mundo, así como en una furia geopolítica por el control del recurso. Aprehensividad que se apuntala con la pulsión por la manipulación científico-técnica, como neutralización y maquillado de las catastróficas destrucciones ambientales y de la salud acumuladas en el siglo XX. Cuando Alberto Cárdenas, ex secretario de Medio Ambiente, amenazó a los mexicanos advirtiendo que pagaríamos el agua hasta que doliera, expresó, tal vez sin saberlo, el enojo histórico que el capital tiene consigo mismo;


pero a la manera transfigurada en un enfado paternal de tecnócrata empresario contra los ignorantes que no entienden la necesidad de privatizar el servicio. La energía que el capital podría em-plear autocriticando su propio rumbo, la dilapida y oculta como inquina contra los que defienden al agua como bien común, y como enfado contra quienes exigen respeto al medio ambiente con base en el principio de precaución y en contra de la introducción precipitada de ciencias y técnicas riesgosas, sean mundialmente desprestigiadas y agotadas como las represas, o sean las innovaciones técnicas de actuales panaceas como la ingeniería genética y la nanotecnología. Después de varios siglos de saqueo y desarrollo salvaje del planeta, la ira que el capital siente por el caos creado en su propio fundamento hídrico y biológico no puede aparecer a los ojos de la humanidad como la necesidad de autocrítica del mundo material creado por él, porque tal civilización, resultado de la dictadura del mercado, la ciencia y la tecnología, es sagrada y no se debe ni se puede cuestionar. Por ello, sólo logra hablar de crisis mundial del agua a secas. Los objetivos generales del cuarto Foro Mundial del Agua son la preparación ideológica de los capitales y la población


con vistas a la monopolización privada del recurso, la coordinación de múltiples expropiaciones rurales y urbanas con vistas al control del agua, la articulación de las inversiones y las políticas hídricas con las nuevas legislaciones de cada Estado nacional y el desarrollo técnico de punta en el control del recurso. El peor problema de la actual crisis del agua es la forma en que las empresas trasnacionales, gobiernos e instituciones globales pretenden resolverla. Sin criticar las técnicas y políticas económicas e hídricas que responden a dinámicas en las que las empresas y estados se hinchan de ganancias y poder; sin tener en cuenta seriamente las formas colectivas y democráticas, tradicionales o nuevas, de reproducir y optimizar técnicamente, sin monopolización alguna, el aprovechamiento del agua. Miércoles 8 de marzo de 2006


Las caras de la privatización del agua Silvia Ribeiro* América Latina es el continente de mayor injusticia en el uso y acceso al agua. Según Maude Barlow, activista canadiense y referencia mundial en el tema, aunque tenemos el mayor volumen de agua dulce per cápita, con 20 por ciento del total mundial, la población del continente sólo accede a uno por ciento. Este dato, junto a muchos otros, fue parte del armado colectivo del rompecabezas de la crisis del agua que campesinos, pueblos indios, sindicalistas, integrantes de movimientos

urbanos,

investigadores,

estudiantes

y

organizaciones de la sociedad civil comenzaron en el Taller Popular en Defensa del Agua, realizado en México del 25 al 28 de este mes, convocado por el Centro de Análisis de Formación

Social,

Información

y

Formación

Popular

(Casifop), junto al Instituto Polaris de Canadá y organizaciones mexicanas e internacionales.


Con los aportes de más de 400 participantes de todo México y 10 países latinoamericanos y norteamericanos, se hizo evidente que hay una crisis del agua con lineamientos comunes en todo el continente. Las fuentes de esta crisis son las mismas: la apropiación privada de los recursos hídricos por un puñado de trasnacionales, favorecida por las políticas de organismos como el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y los tratados de libre comercio. Pero la privatización tiene distintas caras y nos afecta de muchas maneras. Las trasnacionales manipulan los datos de la crisis para justificar el despojo y aumento de la privatización, culpando a la gente común, los campesinos y los servicios públicos por mal uso y administración. Por todo ello, es imprescindible construir nuestros propios mapas de la crisis y de los caminos para enfrentarla. A partir de sus investigaciones y los testimonios y ponencias vertidos en el taller, Andrés Barreda, de Casifop, y Tony Clarke, del Polaris Institute, resumieron algunas de las caras que asume la privatización del agua en el campo y en la ciudad:


-Privatización de los territorios y biorregiones. Las empresas que comercian y/o necesitan masas de agua para sus actividades, van por la privatización de territorios y biorregiones enteras para garantizarse el uso monopólico del recurso, protegidas por cambios en las legislaciones. Ya sucede, por ejemplo, con el mar en Chile. También a través de la titulación individual de tierras colectivas de campesinos e indígenas, con programas como el Procede en México, para permitir su venta. La separación de la propiedad de la tierra de la de los pozos y fuentes de agua que estén en ellos, colocando ambos en el mercado, es otra forma hacia la privatización del territorio. -Privatización por desviación de aguas. La construcción de represas, hidrovías y desviación de ríos de sus cauces naturales para abastecer zonas de alto consumo industrial, agroindustrial y urbano, priva del recurso a millones de campesinos y pueblos indios, en muchos casos con desplazamientos que destruyen irreparablemente sus formas de vida, cultura y economías propias. Se suma el impacto sobre el propio recurso agua y el ambiente que lo sostiene, que genera más escasez futura.


-Privatización por contaminación. Las industrias mineras, petroleras, papeleras, eléctricas, junto a la contaminación por agrotóxicos de la agricultura industrial y a otras industrias sucias, contaminan las fuentes de agua como "efecto colateral", apropiándose de facto de un recurso que es de todos, al imposibilitar que otros las puedan usar. -Privatización de los servicios municipales de agua en zonas urbanas. A través de concesiones y contratos de servicios múltiples, protegidas por nuevas legislaciones nacionales de agua, las empresas transnacionales se apropian de las redes de distribución y plantas purificadoras, fijando las condiciones de su acceso y tarifas a la población. Lo que antes era un recurso público vital y de todos, ahora es una mercancía a la que accederán solo los que puedan pagar por ella. La banda de los privatizadores del agua la lideran los gigantes del agua Suez y Vivendi (ahora Veolia), que controlan 70 por ciento del mercado mundial, seguidos por RWE-Thames, Bechtel y pocas más. -Privatización por el embotellamiento de agua. No hay mantenimiento adecuado de las redes públicas de distribución de agua por


políticas presupuestales injustas, pero se subsidia con permisos ridículamente baratos de explotación de fuentes de agua, a las industrias de "transformar agua en agua". El costo final a los consumidores es de mil a 10 mil veces más caro y las propias botellas de plástico son un factor de contaminación de las aguas subterráneas. Cuatro grandes multinacionales de refrescos lideran esta banda, que tiende al monopolio mundial del sector: Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone. -Monopolio de las tecnologías. Al mismo tiempo que las industrias despilfarran y contaminan el agua dulce de todos, se presentan como las únicas capaces de extraer el agua más profunda (tecnología que ya usan las petroleras), o de purificarla adecuadamente, ya que la complejidad de factores de contaminación aumenta por sus propias actividades (industrial, biológica, salinización de acuíferos). A través de control monopólico de mercados y patentes de tecnología, los destructores del recurso se presentan como los salvadores, a los cuales todos tenemos que pagar. Pero también por todo el continente crece la resistencia popular enfrentando los diferentes aspectos de este renovado


asalto a los bienes comunes. El desafĂ­o es consolidar el tejido comĂşn desde cada perspectiva, como los arroyos cuando bajan. *Investigadora del Grupo ETC


La defensa del agua Andrés Barreda El culpable de la crisis del agua es el capital. El patrón técnico con que aborda la relación general de todos nosotros con la naturaleza, es la causa principal de esta crisis. Es el saqueo, depredación y distorsión de los flujos de agua en todo el ámbito rural mediante agroindustrias, desvío de cuencas, presas y minas. El agua es hoy también un arma que el capital esgrime como instrumento para la expropiación terminal de la tierra de los campesinos que hoy sobreviven en el mundo. En las ciudades el capital lo disloca todo. Lo fragmenta, lo separa. Abrir la llave del agua nos corta la conciencia de su ciclo, de su flujo. Ni siquiera conectamos bien a dónde van las alcantarillas. El agua en las urbes es bebida por las industrias, los servicios masivos y los grupos de control privilegiados, mientras se le niega a grandes grupos hacinados en zonas marginales. Quienes sí reciben agua, les llega cada vez menos, cada vez más sucia y más cara. El agua que las ciudades roban a las montañas se canaliza o entuba, se la contamina de mil formas (muchas de ellas


irreversibles), se la desperdicia o depreda para finalmente regresarla de forma inmunda a los campos. Es la civilización de escusados ingleses y consumo que hace crecer los basurales. El capital confronta al campo con la ciudad. Los escinde. Provoca que la ciudad viva saqueando constantemente los recursos del campo mientras expulsa a millones que agravan, al migrar a los cinturones de miseria, la escasez del agua en las ciudades en un círculo vicioso imparable. El problema de la relación entre campo y ciudad no es sólo un problema de relación injusta. Sus luchas son diferentes. No se puede incriminar a los campesinos por un uso depredador del agua porque esto es mentira y está manipulado. No se puede plantear que la gente de la ciudad es la que se roba este bien común porque en las ciudades hay una injusta distribución y existen numerosos pobres en las ciudades que ni siquiera tienen acceso al vital líquido. Sí existe una crisis real. Los acuíferos y los ríos se están secando. Hay cada vez menos agua. Sistemáticamente el poder, el estado y el capital utilizan este hecho para propiciar enfrentamientos entre las comunidades y confrontar a pobres y excluidos del campo y la ciudad. ¿Cómo brincar esa


confrontación, cómo hacer del agua un instrumento de vinculación y unión de todas nuestras luchas? Debemos entender el carácter global del ataque. Ocurre en todas las regiones. Es un ataque puntual, sistemático. Sorprende el parecido entre el ataque en un lugar y otro. Sorprende la forma en que lo afinan y lo endurecen, lo perfeccionan y esconden conforme pasa de un país a otro. El ataque es global pero la gente lo sufrimos aislados, provincianamente. Esto tiene que terminar: tenemos que tener la visión global, completa, del ataque. Tenemos que socializar una visión integral de la lucha y la resistencia. Para aprender. Para inspirarnos unos en la lucha de los otros. Mirarnos como espejos, con nuestras experiencias mutuas. Las comunidades indígenas plantean la necesidad de enfocar el problema del agua con una visión integral, como una lucha territorial en donde concurra la totalidad de los problemas. Es la lucha por la vida, por la tierra, por el maíz, por los bosques, por una relación diferente con la ciudad, por la propia lengua, por las propias ideas, por la cosmovisión. Ese es realmente un espejo en que los citadinos deberíamos mirarnos.


Una respuesta de izquierda a la crisis capitalista del agua nos obliga a resolver los problemas generados por los lodos e inmundicias que el neoliberalismo sedimenta en todas partes. Fomentar las luchas por recuperar nuestras cuencas, emprender un equilibrio territorial que nos lleve al manejo colectivo de las microcuencas. Idear la descontaminación de nuestros ríos, crear micro infraestructuras para retener los flujos en las tierras de cultivo y en las ciudades, programas para recargar y proteger nuestros acuíferos. Recuperar nuestras tierras fértiles, limpiar las barrancas, crear —con inteligencia y sensatez— sistemas colectivos que limpien las aguas sucias. Y muchas otras medidas de restauración ambiental al alcance de las comunidades. Estos trabajos de resistencia permiten escapar de la estrecha celda que intenta crear en las mentes el catecismo de las instituciones del Foro Mundial del Agua: ahorro del agua en el grifo, como también vociferan las empresas transnacionales responsables de las grandes depredaciones de fondo y sus "ecologistas y ONG corifeas", dedicadas a ocultar y maquillar el nocivo manejo capitalista del líquido. No debemos hacer eco de la religiosa campaña de culpa y paranoia por la sed mundial del nuevo siglo. Contra estas


trampas debemos promover la creatividad colectiva diseñando un mundo de nuevos valores de uso anticapitalistas. La actual sed mundial no es un destino inevitable para la humanidad. Tampoco es un destino el neoliberalismo, los gobiernos que entregan los recursos estratégicos nacionales, ni los gobiernos corruptos que toleran la destrucción ambiental de los ecosistemas. La defensa anticapitalista del agua nos obliga a la comprensión crítica de su ciclo metabólico y sus problemas nodales. A defender, recuperar o a recrear (según sea el caso) la gestión comunitaria de los sistemas de riego, de los acuíferos y de la perforación de pozos, de los sistemas de almacenamiento y tratamiento de aguas. A desarrollar redes de distribución y formas sensatas de consumo del líquido. Una gestión colectiva nos empuja a recuperar o inventar instancias democráticas directas y nuevas en poblados, campos, municipios, barrios populares de las grandes ciudades, en las instituciones de manejo, en las grandes cuencas y los países. Estamos obligados a recuperar nuestra memoria colectiva, a recuperar diversas formas indígenas y mestizas ancestrales, recientes o vivas de manejo colectivo ambiental del agua. Debemos gestionar integralmente los problemas de la tierra, las


semillas tradicionales, los abonos, los saberes, el uso diverso de los bosques, el medio ambiente, la economía de traspatio y las relaciones comunitarias. No sólo es que las ciudades comiencen a pagar su deuda social y ambiental con las zonas rurales (reconociendo servicios ambientales, estableciendo mercados justos, etcétera), sino que promuevan lo antes posible formas modestas de agricultura urbana que minen desde abajo (y en la vida cotidiana misma) el abismo actual entre ciudad y campo. Sin alternativas que paulatinamente comiencen a revertir el descomunal sometimiento del campo a las ciudades —lo que implica una crítica de la forma material en que el capital ha organizado los usos del campo y las ciudades— resultará imposible escapar de las formas autoritarias y catastróficas con que el capital mundial ordena el uso global del agua. Debemos buscar un manejo transparente de la información. Generar mecanismos democráticos directos de gestión, desarrollar formas confiables de discusión e inteligencia colectiva. Hay que desmantelar los escenarios ideológicos y "científico-técnicos" de chantaje por la supuesta crisis y escasez mundial del agua: son escenarios montados para legitimar la expropiación


mundial de las infraestructuras y servicios, imponer tarifas por consumo cada vez más elevadas y sacralizar las nuevas propuestas científico-técnicas de los grandes capitales. Hay que reconstruir los tejidos sociales comunitarios de forma flexible y plural. No asumir colectivamente el punto ya obliga a las mayorías a tener que escoger entre volverse animales de megagranjas, hacinados en las nuevas micro casas de las megaurbes —alimentados por goteo privatizado—, o volverse animales libres, pero habitantes del desierto, confinados a vivir entre la sed y el sol, bajo las pocas piedras disponibles. Tal es el prometedor futuro que hoy venden las empresas

transnacionales

y

sus

instituciones

globales,

promotoras del Foro Mundial del Agua. Andrés Barreda es director del Centro de Análisis, Información y Formación Popular (Casifop) Ojarasca 110 junio 2006


Trabajadores colocan una exposición fotográfica sobre el agua en la Alameda Central, en el contexto del Foro Mundial del Agua que se realiza en la ciudad de México Foto José Carlo González


¿Quién está adentro y quién afuera? Andrés Barreda y Tony Clarke* Mientras miles de personas se reúnen en México para el cuarto Foro Mundial del Agua (FMA) esta semana, la atención se concentrará en la lucha entre dos visiones y estrategias opuestas sobre cómo resolver el cada vez más grave problema de la crisis mundial del recurso. Vivimos en un mundo en el que el acceso al agua potable, esencial para la vida humana, está lejos de haber sido garantizado para todos. De los 6 mil millones de habitantes del planeta, mil 500 millones no tienen acceso a agua potable y otros 4 mil millones carecen de servicios de saneamiento adecuados. En tanto, en muchas partes del tercer mundo muere un niño cada 15 segundos por enfermedades prevenibles relacionadas con el líquido y se construyen gigantescas represas hidroeléctricas sobre los cauces de los ríos que inundan tierras y destruyen la vida de millones más. El FMA se basa fundamentalmente en la premisa de que la solución a esta crisis global del agua radica en la privatización de los recursos hídricos y sus servicios. Como cualquier otra


mercancía, el líquido es visto como un "bien económico" que sería mejor administrado por el sector privado y distribuido en el mercado a cambio de una ganancia. En 2000, en La Haya, Holanda, el segundo foro adoptó una "visión global del agua" que hacía un llamado a la futura privatización, mientras las principales

corporaciones

trasnacionales

cabildeaban

agresivamente en favor de "asociaciones público-privadas" como el mejor medio para resolver la crisis global. Aquí, en la ciudad de México, el patrocinio corporativo de los grandes usuarios del recurso, como Coca-Cola, sin duda buscarán reforzar estas tendencias. El FMA es dirigido por el Consejo Mundial del Agua (WWC, por sus siglas en inglés), organismo internacional cuyo comité de planeación se conforma generalmente con representantes del Banco Mundial, las grandes corporaciones del agua -Suez y Veolia-, y representantes de agencias de ayuda o desarrollo de los gobiernos de los países industrializados. Actualmente, el WWC está compuesto por 300 miembros de tan sólo 50 países del mundo, entre los que destacan ejecutivos de empresas privadas como Biwater y Severn Trent, consultores financieros de empresas como Price Water Cooper, así como de empresas


constructoras,

firmas

financieras,

departamentos

gubernamentales y varias asociaciones de profesionales. A pesar de las apariencias, el FMA no es un organismo intergubernamental ni tiene mandato oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para generar un plan de acción que resuelva la crisis global del agua. Sin embargo, en él participan funcionarios de la ONU y este año albergará una reunión de representantes de distintos gobiernos. En cada una de las ediciones del FMA, se anima a los participantes a generar una "declaración ministerial" que, a su vez, se promueve y difunde ampliamente para dar la impresión de que se trata de una declaración oficial emitida por los gobiernos. En consecuencia, cabe preguntarse: ¿a quién representa el FMA? Y ¿qué legitimidad tiene? El programa del foro, de una semana de duración, ha sido diseñado para mostrar lo que pueden hacer las grandes empresas y los gobiernos para promover "soluciones" desde el sector privado. Una de las razones por las que México fue elegido como sede del FMA de este año es el programa del gobierno de Vicente Fox -llamado Promagua-, el cual se diseñó


para facilitar la apropiación privada y trasnacional de los sistemas municipales de agua por empresas como Suez, Veolia y RWE-Thames, con la ayuda de instituciones financieras como el Banco Mundial. Para dar continuidad a la orientación de los foros anteriores, el tema del foro es "acciones locales para un reto global". Y, como de costumbre, habrá una amplia gama de talleres y sesiones plenarias para atraer participantes, así como síntesis y resoluciones predefinidas. Durante el tercer foro, realizado en Kyoto, en 2003, numerosos grupos de la sociedad civil pudieron manifestar su oposición dentro de las actividades. Sesión tras sesión, activistas por el derecho al agua de todo el mundo se abalanzaron sobre los micrófonos y cuestionaron a los dirigentes del foro con sus propias historias y estadísticas sobre los daños causados por la privatización del recurso en sus comunidades. En cierto momento, durante un foro abierto en el que participaban los más altos funcionarios de las trasnacionales del líquido, un trabajador del sistema de aguas de Cancún ofreció un vaso con agua sucia y maloliente, tomada del grifo de su casa, al presidente de Suez, la empresa que opera el sistema de aguas de Cancún y lo retó a beberla.


Ahora, los organizadores han tomado medidas para asegurar que este tipo de cuestionamientos se mantengan fuera del foro oficial en la ciudad de México. Los participantes serán principalmente internacionales, nacionales y elites locales. Después de todo, ¿quién puede pagar los 600 dólares de admisión? La amplia mayoría de las organizaciones sociales y los movimientos comunitarios que trabajan localmente para resolver sus problemas de agua, no sólo en México sino en todo el mundo, han sido excluidas del FMA. Los movimientos sociales de indígenas, campesinos, colonos y trabajadores, cuyas vidas cotidianas son dramáticamente afectadas por los usos del líquido, han sido excluidos de toda participación, ya no se diga de la toma de decisiones. Por esta razón, las actividades formales "dentro" del FMA de esta semana estarán acompañadas de actividades de resistencia "afuera". A lo largo de la semana, se realizarán encuentros con la participación de movimientos populares de masas como los de los pueblos indígenas, campesinos y trabajadores, seguidos de un Foro Internacional Alternativo de organizaciones de la sociedad civil, que albergará múltiples actividades relacionadas con el tema del agua. En medio, ocurrirá una gran marcha


contra el FMA y los privatizadores del líquido. Será "afuera" del foro, donde podrá encontrarse una visión y estrategia alternativas a la crisis mundial del recurso. Aunque todos estos movimientos sociales son heterogéneos, lo que los unifica no es sólo la resistencia contra la privatización y el control empresarial de nuestros recursos y servicios de agua, sino la lucha común por el líquido como un derecho humano universal y un bien público. Como afirman muchos de estos movimientos, la única manera de resolver la crisis mundial es desarrollando nuevas formas de asociación entre el sector público y las comunidades locales en la gestión y la administración de los recursos y los servicios, por medio de formas participativas de propiedad y control colectivo de este vital elemento común de nuestras vidas. Sólo así podrá garantizarse el derecho fundamental al agua que nos corresponde a todos. Sábado 18 de Marzo de 2006 * Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular, AC (México) e Instituto Polaris (Canadá), respectivamente. Traducción del inglés: Octavio Rosas Landa.


Las Guerras, Los Derechos ambientales y Los Derechos Humanos* Andrés Barreda Entrego mis felicitaciones a los amigos de Censat Agua Viva y a todos los organizadores de este importante evento. Mi profesión, nada más aclaro, no es filósofo, soy economista. Tampoco me dedico a la cuestión agraria, me dedico sobre todo a cuestiones geopolíticas y al análisis de cómo el desarrollo general del capitalismo está reorganizando los espacios globales. En particular, en mi país me he dedicado a estudiar con mucho detenimiento la lógica geopolítica y geoeconómica de la guerra en el estado de Chiapas, también los planes de desarrollo de la integración de México en el contexto de Libre Comercio, en particular el Plan Puebla Panamá. La guerra no me es un tema ajeno, es un tema que hemos estado trabajando en México, no de la misma manera que en Colombia pero con una intensidad similar. Nuestro país se encuentra en guerra. En México además del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que es un grupo muy conocido, existen dieciséis grupos armados.


Vamos a hablar un poco del tema de la guerra y el medio ambiente. Creo que hablar de este tema hoy es sumamente pertinente. En el mes de febrero de este año la humanidad por primera vez en toda su historia logró una movilización simultanea de millones de personas con un objetivo preciso. Esto que ocurrió en el mes de febrero no tiene precedentes en la historia de la humanidad, es una demostración a nosotros mismos no sólo de lo que podremos sino de lo que tendremos que estar haciendo en los próximos años cada vez de manera más articulada, de manera más organizada, no sólo para llevar adelante nuestros sueños sino simple y llanamente para sobrevivir. Además de esto, el tema de la guerra ligado al tema de los Derechos Humanos y de los Derechos Ambientales es pertinente porque normalmente quienes nos ocupamos de estos derechos lo hacemos sin evaluar muy cuidadosamente cuáles son las tendencias generales que parecen gobernar en lo económico, lo político y lo militar al mundo. Estas reflexiones son muy urgentes y necesarias. Estoy felicitando a los organizadores de este evento por haber decidido comenzar y


mantener a lo largo del ciclo la reflexión teórica sobre este problema. En efecto, parece existir una lógica espacial muy irracional, pero comprensible a nuestras cabezas, en todas las guerras que hoy en día están proliferando por el mundo. En primer lugar, es evidente que dentro del actual proceso de globalización en el cual se han estado tejiendo redes no sólo de internet sino también de servicios multimodales (o sea redes de articulación de todas las formas de transporte físico) los corredores que aparecen en el caso de los Estados Unidos como Land Bridges, en el caso del ismo México Centro Americano como el Plan Puebla Panamá, los corredores de Integración urbano regional en América del sur como el IRSA o en el corazón del continente euroasiático como el proyecto TRASECA son lugares estratégicos sobre los cuales se están desarrollando áreas claves de integración de los principales centros económicos del planeta con los nuevos grandes centros de acumulación mundial. En particular, la atracción magnética que ejerce sobre la totalidad de la economía mundial la economía asiática con sus tres mil doscientos millones de habitantes y con sus salarios extraordinariamente baratos. En China existen


ochocientos millones de población activa siendo el salario promedio 25 centavos de dólar, pero en el caso de Bangladesh, que tiene nada más cien millones de habitantes, el salario promedio es de 10 centavos de dólar la hora. Esta región, a la que arriban barcos cargados de población esclava para que cobre un centavo de dólar o simplemente no cobre absolutamente nada, evidentemente es la región de generación de acumulación de capital más importante del planeta que tiene una enorme pujanza y obliga a que los norteamericanos construyan sus Land Bridges desde el este de los Estados Unidos en dirección al pacifico. También obliga a que se busque abrir toda la región mesoamericana como un área de fácil tránsito pero también de captura de mano de obra barata competitiva contra la China, obliga igualmente a la industria poderosa del Merco Sur a buscar sus salidas de conexión al pacifico con el proyecto del IRSA, obliga también a los capitales europeos a buscar sus rutas de conexión igual con China, con India y con el sudeste asiático, sea por medio de la ruta de Siberia que queda en manos de Rusia, sea por la ruta de la seda, la vieja, la de Marco Polo. Fíjense ustedes en esa ruta. Pasa por Yugoslavia, a ver si les suenan los lugares, por Turquía, por la región Kurda, por el norte de Irak, rosa


Chechenia, pasa por Afganistán , también toca las regiones de Cachemira (todas esas regiones muy “tranquilas y pacíficas”) para arribar a las regiones más densamente pobladas del planeta. A los europeos les ha quedado solamente una especie de línea zigzagueante que entra y sale por el centro de Europa y entra por el Asia central hasta el norte de China, eso es a lo que ellos llaman el proyecto TRASECA. Las redes que se tejen, que son múltiples, que son como un sistema nervioso muy abierto, tienden entonces hoy, en el proceso de estructuración de la globalidad, a crear grandes corredores en los cuales fluya el capital y por supuesto los millones de trabajadores inmigrantes. Estas son áreas muy tensas. En particular, la ruta de la seda concentra el mayor número de todas las guerras hoy existentes en el planeta. En segundo lugar, también tenemos que las guerras ocurren en los espacios donde existen recursos estratégicos, no solo petróleo, también minerales, agua y biodiversidad. Todos lo sabemos bien y lo entendemos cada vez más claramente. En todo caso, lo que hay que notar en este asunto de los recursos estratégicos es que en la medida en que el capital está


integrando tan ágilmente todos los recursos y todas las riquezas en una visión absolutamente esférica, planetaria, unitaria, lo que a las potencias hegemónicas y a las empresas transnacionales les interesa, sobre todo, es la combinatoria de los recursos. Éstos están distribuidos heterogéneamente. Sabemos perfectamente que el petróleo se concentra en su mitad, una mitad de la totalidad de las reservas, en el Golfo Pérsico. Después de esto hay unas reservas muy importantes de petróleo, pero sobre todo de gas, en Rusia, ésta es la segunda

área

de

reservas

energéticas

del

planeta,

principalmente en las planicies bajas de Siberia occidental y en el conjunto de países de la ex Unión Soviética que quedaron en el Asia Central. A pesar de que los recursos petroleros quedaron ahí concentrados Estados Unidos que es el principal devorador de petróleo ha tratado de mantener su soberanía, ha tratado de mantener su equilibrio sacando petróleo del resto del planeta más fácilmente manipulable al punto de que el 40% de su petróleo actualmente lo obtiene de América Latina y el otro 15% de Canadá. Aunque no tenemos tanto petróleo en el continente americano hay lo suficiente para ser la siguiente área geopolítica en importancia petrolera. En materia de minerales la principal área de reservas del planeta es el continente


africano. La segunda región en coincidencia con las reservas gaseras y petroleras de Asia central y de Rusia es también la segunda región minera del planeta. El agua queda en un 40 % concentrada entre Estados Unidos y Canadá, como aguas congeladas o de lagos en el norte de Canadá y sobre todo en Alaska, se les podría considerar la OPEP del agua. Por supuesto hay otra parte importantísima en América del Sur. De manera que el grueso del agua del planeta se encuentra concentrada en un 60, 70% en el continente americano. Lo mismo sucede con los recursos de biodiversidad que se encuentran

básicamente

concentrados

entre

la

región

amazónica, todas las cabezas de cuenca de la región andina y, por supuesto, el corredor biológico mesoamericano que es donde se conjugan las biotas nearticas y biotropicales. Estos son los 4 recursos estratégicos que interesan a los Estados Unidos y a las potencias europeas o asiáticas para el control no solo de la economía actual sino de la economía futura. Vale la pena, en este contexto, observar que lo importante de esto es la combinatoria de los recursos. De la combinatoria es difícil encontrar un lugar más importante que la cuenca


amazónica por ser el principal núcleo de la biodiversidad del planeta, el segundo de concentración del agua, el tercero de concentración de reservas petroleras y por tener muy importantes reservas mineras. La cuenca amazónica es, sin lugar a duda, el principal interés geopolítico de los Estados Unidos en materia de recursos naturales. Siberia también ofrece una combinatoria de recursos importante que explica la pertinencia de la ocupación militar de Afganistán. Ya no hablando de recursos naturales sino de éstos combinados con recursos demográficos e industriales la ruta islámica de la seda concentra la principal área de reservas petroleras y de concentración demográfica de todo el planeta. Estas, desde mi punto de vista, son las tres principales regiones calientes en la actual lógica geopolítica de control del mundo (hay otras regiones pero no es mi intención detenerme en este punto). En todo caso, esta lógica espacial que es compleja (que no es simplemente del petróleo) parece ser la expresión actual de la lógica de los procesos de globalización que se han venido sedimentando desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero que tan inmensamente crecen en los años del neoliberalismo.


En este proceso de globalización el capital mundial ha logrado tejer un autómata productivo de escala global que se ha estado apoyando en los procesos de privatización de estos recursos globalizados. Por eso, hoy presenciamos ya no solo la privatización de las infraestructuras (carreteras, ferrocarrileras, portuarias, telefónicas, de aviones, satelitales, etc., etc.) sino la privatización de los recursos naturales que no lo estaban. Evidentemente,

el

petróleo

y

los

minerales

estaban

parcialmente privatizados y había un arrasamiento de todas las naciones que mantenían control soberano del petróleo y de sus minerales, pero hoy, y esto es lo sorprendente, hay una nueva privatización del agua entendida como la hidrosfera dulce o una privatización de la biosfera en su conjunto desde los códigos genéticos hasta el conjunto de las áreas naturales protegidas, integradas también en este esquema muy ad hoc con la globalización, que es el de los corredores biológicos. En este contexto de integración de un autómata productivo de escala global también vemos como se des - industrializan los países del tercer mundo para sustituir sus viejas cadenas productivas por nuevas áreas o corredores de ensamble (en México los llamamos maquiladores) en donde los capitales


globales fluyen, entran con todas las partes que van a ser ensambladas, usan la mano de obra, ensamblan y luego exportan. Esto lo aplican tanto en los textiles y la microelectrónica como en la agricultura y en esquemas de agro exportación. Esta producción de un autómata global está obligando también a la integración ya no sólo de los procesos productivos sino de los procesos reproductivos que se apoyan en los procesos de privatización de todo lo que se llama servicios. Es decir, privatización no solo de las comunicaciones y de los transportes sino también control de los grupos financieros. Esto siempre ha existido pero ahora es integrado al control de los flujos de comunicaciones y transporte articulados al manejo de todos los programas de elevación de la eficiencia de los procesos

productivos,

pero,

sobre

todo,

ya

se

está

considerando a la totalidad del medio ambiente como una condición reproductiva del capital. Punto clave es la consideración de todo el medio ambiente como un servicio ambiental por el cual se debe de pagar. El pago por los servicios ambientales es una innovación importantísima en los últimos años en materia de privatización de la totalidad de los


recursos. Este proceso de integración global, evidentemente, nos conduce al manejo, en primer lugar, de la explotación y superexplotación de toda la población del planeta. Igualmente se distribuye la superexplotación que se concentra en Asia, la exclusión o ausencia de oportunidades y aniquilación por millones de personas que se concentra en África y una combinación de exclusión y de superexplotación en América latina. En este contexto ocurre la relación entre guerra y destrucción ambiental. Los organizadores señalan en el folleto de introducción que existe una relación simbiótica entre la guerra y la destrucción del medio ambiente en la cual la destrucción ambiental es una consecuencia muchas veces olvidada de la guerra. Campos de petróleo ardiendo, industria química bombardeada,

fumigaciones

sobre

bosques,

campos

inpoblados, campos contaminados con uranio empobrecido, regiones contaminadas por armas químicas y biológicas dejan un legado para muchas generaciones. Pero también están las guerras visibles o invisibles que son consecuencia cada vez más obligada de una crisis ambiental global que al no encontrar


ninguna vía de solución clara crece de manera cada vez más amenazante, por ejemplo las guerras del agua. Pero, ¿a qué es a lo que le estamos llamando guerra? ¿Entendemos por ésta sólo cuando aparecen los cuerpos del Estado enfrentándose con cuerpos armados internos del país o procedentes de otro país? ¿O seríamos capaces de concederle este nombre a las acciones de estos ejércitos públicos, pero también privados, militares o paramilitares que se dedican a aniquilar a un grupo indefenso de indígenas en las selvas ecuatorianas para obtener petróleo? ¿O cuando se dedican a aniquilar a un grupo de indígenas zapotecos en la Sierra Sur de Guajaca para ir a obtener uranio o hierro sin que exista ningún otro ejército armado? Resulta importante formular estas preguntas y contestarlas para pensar con claridad lo que los indígenas zapatistas del sur de México han llamado la guerra de exterminio que el neoliberalismo le ha declarado a la humanidad. Así pues, tenemos una realidad muy compleja en la que existe un circulo vicioso entre guerra y destrucción ambiental. Además de estas relaciones de retroalimentación tenemos otros


factores que salen de este círculo pero también se retroalimentan con él. No es una simple coincidencia la presencia de estos factores externos. La coincidencia entre guerra y destrucción del medio ambiente no es algo que esté ocurriendo casualmente a finales de este siglo. Como decía Ricardo Navarro, el capitalismo del siglo XX logra asentar y perfeccionar

la

manera

de vivir con desperdicios

y

destrucciones de estos desperdicios de manera cada vez más complicada. En el fondo lo que estamos viendo es un capitalismo con una lógica profunda que busca contrarrestar una caída tendencial en las tasas de ganancia de los capitales que le obliga a convertir sus fuerzas productivas sobre todos los aspectos contra finalistas. Por ejemplo, la energía fósil con sus aspectos contra finalistas de contaminación perfecciona todos estos aspectos en un verdadero sistema de fuerzas bélicas o no bélicas que destruyen la naturaleza, el cuerpo y la mente de cada uno de nosotros y las riquezas materiales que se han acumulado pero que sistemáticamente tienen que destruirse con mecanismos bélicos. Por último, destruyen grupos de personas, comunidades, etnias, culturas.


Esta lógica de control progresivamente destructiva de la que el capital se ha vuelto ya un adicto en el siglo XX, esta destrucción de riquezas naturales y humanas implica una dinámica compleja que me parece importante observar. En primer lugar, es un proceso de saqueo, depredación y destrucción de recursos que avanza como una actividad permanente y estructural en la vida de todas nuestras sociedades y encuentra sus momentos de auge en el estallido de las crisis que se tienden a complicar cada vez más, no me refiero solamente a la crisis económica que lleva ya treinta años y que cada vez es más fuerte, también me refiero a las crisis sociales, políticas, técnicas, ambientales y militares. En

segundo

lugar,

además

de

existir

todas

estas

contradicciones vivas, este capitalismo se especializa en la constante manipulación de todas estas contradicciones, es decir, no resuelve ninguna pero desarrolla una actividad muy intensa buscando neutralizarlas. Esto nos lleva, en tercer lugar, al escalamiento permanente de las contradicciones, no se resuelven nunca y se van escalando de manera cada vez más caótica.


Como esta arrogancia no parece encontrar remedio alguno dentro del capitalismo este sistema se interna cada vez más profundamente en un callejón sin salida en el cual distinguimos claramente una ecología "posmoderna" que se dedica a denegar todos los problemas. Una ecología “posmoderna” con estudios facturados por las propias empresas trasnacionales, sus científicos

a

sueldo

y

algunas

organizaciones

no

gubernamentales ad hoc. En este callejón sin salida encontramos un tecnologicismo que promete la solución tecnológica de todas las contradicciones mediante la aplicación de instrumentos técnicos de uso de inusitado peligro, es el caso de la ingeniería genética, la nanotecnologia, las ciencias neuronales, la electroinformática y todo lo que el grupo viene llamando las tecnologías Bang. También en el callejón encontramos un crecimiento del cinismo trágico que acepta como inevitable la destrucción del planeta al tiempo en que se endurecen todas las crisis y decisiones de parte de los principales grupos de poder, se endurece el consumo de combustibles fósiles en los últimos años como nunca, se endurecen los riesgos genéticos, se endurece la deforestación, se endurecen las políticas guerreristas, se endurece el ataque a


todas las instancias mediadoras y se endurecen las políticas de exterminio de población. Por la velocidad con que ocurre la introducción de nuevas oleadas técnicas y los factores de caos, por la manera en que se salen de madre todas las contradicciones y pérdidas humanas y ambientales es como si el capitalismo estuviera queriéndonos decir: ¿un futuro sin mí? Mejor nos vamos todos al abismo. Aunque naturalmente el capitalismo no dice nada, es automático, es ciego, y si algo le caracteriza es la falta de sentido en cada uno de los actos que realiza. Quienes decimos esto somos nosotros, porque somos nosotros los que ponemos el sentido, eso es lo que nos define como izquierda. Por eso tenemos que responder con los pies en la tierra organizándonos colectivamente, acostumbrándonos a hablar muy claro, a pensar más claramente la globalidad, a sobrevivir y a salir de este infierno. Gracias. *Presentado en el Panel de Instalación de CENSAT Agua viva.


¡Agua sí, gasolina no! Silvia Ribeiro Con esta sencilla y contundente afirmación, los vecinos de Cuautla resumen su lucha contra la instalación de la gasolinera Milenium 3000. No están solos, en ningún sentido. Según trajo a la luz el recorrido de la otra campaña, hay luchas similares en Cuernavaca y Morelia. También las hay en muchas otras partes del país y del mundo, porque las gasolineras son un factor de contaminación de aire, agua y suelo, que si tuviéramos todos los datos, nadie toleraría tener cerca de su vivienda o de la escuela de sus hijos. Las gasolineras son fuertes contaminadoras del aire, porque concentran los efectos nocivos de la emisión de gases de los automóviles y los vapores de gasolina (algunos probados carcinógenos), afectando a vecinos, clientes y trabajadores. Pero también tienen un potencial de alto riesgo sobre suelos y acuíferos, debido a las filtraciones de los tanques de depósito y a la mezcla de desechos de este tipo de actividad, que incluyen además grasas y aditivos.


En Estados Unidos hay cerca de 400 mil sitios declarados brownfield, que son zonas que tienen tal nivel de contaminación química del suelo, que no pueden volver a utilizarse para ningún fin, más que con largos y costosos procesos de remediación. La mayoría de éstos son lugares donde en algún momento hubo una gasolinera. En el caso de la gasolinera Milenium 3000 en Cuautla, se magnifica además el riesgo de contaminación del agua subterránea, debido a que la construcción (basada en múltiples "irregularidades") se hizo a sólo 350 metros del pozo El Calvario, que forma parte del importante acuífero CuautlaYautepec. Ya durante la construcción de los cajones subterráneos donde posteriormente se depositaron tres tanques con capacidad de 80 mil litros cada uno, el agua subterránea del acuífero inundó los cajones haciendo que los tanques flotaran. Esto se puede apreciar claramente en una filmación realizada por los vecinos durante la construcción. El Calvario tiene un carácter estratégico por ser uno de los pocos pozos brotantes de México y por abastecer al 80 por ciento de la población de la ciudad. Este y otros factores hicieron que el movimiento que


comenzó siendo barrial, involucre actualmente a toda la ciudad de Cuautla. Antes de este sexenio existían cinco gasolineras en Cuautla, que cubrían la demanda de la población. Actualmente hay 15 gasolineras y cinco gaseras. Según el investigador Andrés Barreda, integrante del Frente por la Defensa del Agua en Cuautla, esto no es casualidad, sino que se repite en muchas entidades, como parte del proyecto encubierto de privatización de Pemex, que está facilitando un sobrestablecimiento de gasolineras a prestanombres de las trasnacionales del petróleo, que preparan su desembarco también en el área de distribución de gasolina en México. Desde el comienzo del movimiento, iniciado por mujeres del barrio Manantiales, las preocupaciones de los vecinos fueron objeto de burla y calumnias, o simplemente ignoradas, en un juego compartido entre la presidencia municipal y diversas autoridades del estado de Morelos, que parecen solamente interesados en apoyar a Rafael Anguiano Aranda, dueño de la gasolinera, soslayando los peligros a los que se expone a la población. Ya en 2001, ignoraron la decisión comunitaria del


pueblo de Cuatlixco, que se manifestó en contra del proyecto, así como luego lo hicieron con los vecinos de Manantiales. Los integrantes del Frente en Defensa del Agua de Cuautla han ido encontrando todo tipo de irregularidades: hay violación de normas de uso de suelo, se comenzó la obra sin licencia de construcción, sin aprobación de protección civil y de tránsito, sin un estudio de impacto ambiental adecuado, que reconozca, por ejemplo, algo tan grave como la presencia del acuífero Cuautla-Yautepec a sólo dos metros de profundidad, la cercanía del pozo El Calvario y el riesgo de contaminarlos. Por el contrario, la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente (CEAMA) de Morelos, que tomó unilateralmente la decisión de aprobar la construcción de la gasolinera, "explicó" a los vecinos que podrían haber impugnado la decisión en ese momento. Claro, si se les hubiera informado de esa posibilidad, lo cual no hicieron, porque "no tienen obligación legal de hacerlo". Agregaron que las normas de seguridad de Pemex son tan altas -como demuestran los múltiples accidentes que han sufrido en los últimos años-, que "podrían construir una gasolinera en medio del mar" y, que ya se construyó una gasolinera en Temixco, en condiciones similares, por tanto "en


Cuautla no va a pasar nada, porque en Temixco no ha pasado nada" (sic). Paradójicamente, Javier Bolaños, ex-director de la CEAMA, fue uno de los organizadores del cuarto Foro Mundial del Agua -donde se dedicaron a promover la privatización del agua- conoce perfectamente los riesgos reales que negó a los vecinos. Pese a las muchas maniobras y amenazas a que los han sometido, la lucha de los vecinos contra Millenium 3000 seguirá hasta cancelar el proyecto. Pero ya no termina allí. La experiencia de estos años ha sido un manual didáctico de que sólo la lucha activa de los pobladores garantizará la decisión sobre sus condiciones de vida. Ahora, junto a muchos otros movimientos locales, ven que la gasolinera es apenas un síntoma más de los múltiples impactos del crecimiento urbano descontrolado,

contraparte

lógica

del

proceso

de

desmantelamiento de la vida campesina, solamente para favorecer a los ricos y las empresas. Sábado 6 de Mayo de 2006


Las autoridades de la delegaci贸n Iztapalapa distribuyen agua con pipas, ante la escasez que padecen varias colonias Foto Jes煤s Villaseca. La Jornada.


Taller popular, defensa y gestión comunitaria del agua

Denuncian comunidades imposición de proyectos Angélica Enciso y Laura Poy Cobros excesivos de agua, sobrexplotación de acuíferos e imposición de proyectos de infraestructura fueron algunos planteamientos de las comunidades y organizaciones en la primera mesa del Taller popular, defensa y gestión comunitaria del agua en el campo y la ciudad. Andrés Barreda, investigador del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular, y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que ante el deterioro de los recursos hídricos del planeta "no podemos olvidar la relación que existe entre un modelo de capitalismo salvaje y el creciente exterminio del campesinado, que acarrea no sólo una mayor presión demográfica sobre las grandes urbes, sino el abandono de una cultura que preserva el medio ambiente.


"No se trata únicamente de una mala gestión gubernamental de los recursos hídricos, sino de intereses capitalistas que buscan desarraigarnos del ciclo del agua y hacer invisible la relación de explotación campo-ciudad, para no ver a quiénes les arrebatamos el agua", aseguró. Habitantes de San Andrés Huayuapan, municipio de los valles centrales de Oaxaca, señalaron que la Comisión Nacional del Agua concesionó al gobierno estatal los manantiales de la comunidad, por lo que comenzaron la defensa legal del líquido. También se presentó el caso de la presa La Parota. Los ejidatarios manifestaron que continuarán la defensa de sus tierras e impedirán que pase la maquinaria para construirla. Margarita Mendoza pidió apoyo al resto de participantes para evitar el despojo de sus ejidos. Habitantes de Salina Cruz se quejaron por los cobros excesivos en las tarifas de agua, ya que los pozos de los que se extrae el líquido los abrieron los propios habitantes, declararon a la CNA cuántos eran y los registraron, y ahora les hacen cobros exorbitantes.


Aldo González, de la Sierra Juárez de Oaxaca, señaló que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales impulsa un programa financiado por el Banco Mundial para emprender proyectos como embotelladoras de agua, pero las comunidades enfrentan problemas para comercializar el líquido y empresas como Peñafiel ya han pedido la "maquila" de agua para su marca. Agregó que se prevé la llegada de trasnacionales como CocaCola, una vez que se haga oficial el fracaso de los proyectos comunitarios de embotellar agua, con el fin de apropiarse de las concesiones. Productores

de

Chihuahua

detallaron

que

existe

sobrexplotación de pozos en el estado, no se han realizado estudios para verificar su situación y se estima que al menos 15 de 60 están prácticamente agotados. Señalaron que existen vacíos legales que favorecen la sobrexplotación del agua del subsuelo. Habitantes del valle de México aseguraron que a la creciente escasez del líquido en poblados y colonias se suma un clima de hostigamiento

contra

la

organización

y

participación


comunitaria en la gestión de los recursos hídricos. En el caso del municipio de Tulpetlac, estado de México, "llevamos más de 50 años en lucha por defender un bien común". Residentes de Iztapalapa señalaron que la distribución inequitativa del agua, mala calidad, elevados costos por acceder al recurso por tandeo, con precios que van de 400 a 600 pesos por pipa, además del creciente consumo de agua embotellada, "fomenta que paguemos hasta triple tarifa por un servicio que no recibimos". Jesús Rebollo, integrante de la UPREZ, afirmó que la sobrexplotación de los mantos acuíferos de la zona propició el hundimiento y daño estructural de cientos de casas, que afecta "de norte a sur de la demarcación, ya que en la sola unidad habitacional Villa Estrella, 21 viviendas tienen graves daños estructurales y 12 fueron desalojadas por pérdida total". En municipios conurbados como Ecatepec y Tulpetlac, estado de México, representantes de los servicios autónomos de agua potable señalaron que la falta de inversión pública para garantizar nuevas obras hidráulicas y el incremento en las tarifas

de

energía

eléctrica

promueve

un

clima

de


"hostigamiento

contra

la

organización

y

participación

ciudadana en la gestión de los recursos, como medida de presión para aceptar la privatización del sistema. "Requerimos crear una verdadera organización de usuarios que exija a las autoridades municipales, estatales y federales que deroguen cualquier normatividad en la que no se reconozca el agua como bien común", agregaron. Saturnino Méndez, indígena del Valle del Mezquital, Hidalgo, afirmó que la grave contaminación que sufren los campos agrícolas de la región, por el cultivo de hortalizas con aguas negras, es "culpa del gobierno y no de nuestros vecinos de la ciudad, quienes corren más riesgos por consumir estas verduras". Barreda señaló que en los municipios de Tecámac y Huixquilucan, estado de México, se desarrollan proyectos habitacionales con grandes demandas de agua, que además de ser ofensivos para las comunidades que sufren mayor escasez, representan una "verdadera cloaca de los megaproyectos habitacionales", en los cuales es claro el proceso de apropiación de los escasos recursos hídricos.


El investigador Tony Clarke advirtió que la sed de Estados Unidos se tratará de saciar con agua de México y Canadá FOTO Yazmin Ortega Cortes. La Jornada.


Las guerras del siglo XXI no serán por petróleo, sino por agua: peritos Angélica Enciso L. Si en el siglo XX la pugna de los gobiernos fue por el denominado oro negro -el petróleo-, en el siglo XXI la lucha será por el agua: el oro azul. Esto se ha comenzado a reflejar en la tendencia privatizadora del recurso natural y en que las empresas dedicadas a la comercialización del líquido lo ofrecen con precios hasta 10 mil veces más altos que los servicios estatales. Lo anterior fue asegurado por los autores del libro Oro azul, que el miércoles se presentó en Ciudad Universitaria y en el cual se expone la forma en que el agua dulce se ha convertido "en un gigantesco negocio y en coto cerrado para los ricos". Maude Barlow y Tony Clarke, especialistas canadienses que han dedicado años al análisis del tema, plantearon que han visto en las experiencias de los países de América Latina e incluso Canadá y Estados Unidos, la forma en que los planteamientos de su libro pasaron a la realidad.


La expansión del control privado de los servicios de agua, de la "producción" del recurso y de su distribución se ha convertido en el gran negocio de un puñado de industrias. Entre ellas Suez, Vivendi, RWE-Thames y Veolia, además de las embotelladoras Coca Cola, Pepsi y Nestlé, indicó en su intervención Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop). Agregó que en México ese proceso comenzó desde el gobierno de Miguel de la Madrid y se afinó con Carlos Salinas de Gortari, en 1992, cuando los cambios constitucionales sentaron las bases para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, "y se remató con los cambios a la Ley de Aguas Nacionales en marzo de 2004". Detalló que el libro analiza la crisis que ocurre en el mundo, ligada al cambio climático y el agotamiento del líquido con un patrón de consumo que saquea y agota los recursos. "Las ciudades se han convertido en máquinas de defecar agua". Por su parte, Luis Hernández Navarro, coordinador de opinión de La Jornada, presentó un ejemplo del proceso privatizador de agua en México. Detalló que en la región de La Laguna,


Durango, en medio del desierto la empresa Lala promueve la siembra de alfalfa, la cual requiere grandes cantidades de agua, y se estima que por cada litro de leche que se produce se requieren alrededor de mil litros de agua. Indicó que cada año se extraen mil 200 millones de metros cúbicos de 3 mil pozos, los cuales no vuelven a recargarse, "es claro que entre las primeras víctimas del agua en esa zona están los campesinos". Precisó que en esa región se producen uno de cada dos vasos del líquido que se consumen en el país: ahí "el agua que les sobra a las vacas la toma la gente". Aseveró que los autores de Oro azul postulan la necesidad de luchar por una modernidad alternativa con el planteamiento de diez pasos para alcanzar la seguridad en el tema del agua. Entre esos puntos están promover constituciones que garanticen un mínimo vital de agua gratuita para todos; luchar por una legislación nacional que proteja el agua; oponerse a la explotación comercial del agua; hacer frente al FMI y al Banco Mundial, y promover la propuesta de un tratado de defensa del agua como bien común.


En su intervención, Maude Barlow dijo que América Latina tiene 20 por ciento del agua dulce disponible en la tierra. "Ustedes deberían tener más agua de la que tienen. Cada latinoamericano debería contar con 110 mil metros cúbicos y actualmente tiene apenas uno por ciento de esa cantidad. Son ricos en agua y al mismo tiempo son pobres". Destacó que un problema serio es la contaminación, porque la mayor parte del agua que utiliza la industria vuelve a los cauces de ríos y al suelo sin tratamiento y de esa forma ensucia los mantos freáticos; además, una de cada seis personas en la zona no tiene servicios sanitarios adecuados. "Frente a esta injusticia del agua, la respuesta es una gran revolución del líquido", puntualizó. Tony Clarke aseveró que en México y Canadá existe preocupación porque a Estados Unidos se le acaban las fuentes de agua dulce, lo cual es un llamado de atención para estos países por la riqueza acuífera que aún poseen. "Veo que los problemas que se examinaron en el libro, ya tomaron vida", concluyó.


Oscar Olivera, de Bolivia, luchador social que particip贸 en las protestas en contra de la privatizaci贸n del agua en Cochabamba, dijo que el triunfo de ese movimiento fue "una victoria sobre el Banco Mundial y los intereses de los empresarios que armaron una trampa para imponer la privatizaci贸n. Nadie va a poder frenar un proceso de saqueo y despojo, no s贸lo en lo material, sino en lo social". 29 de Abril de 2005


En la planta potabilizadora de Berros del Sistema Cutzamala, en Villa de Allende, estado de México, indígenas mazahuas del Movimiento Zapatista por la Defensa del Agua emprendieron una marcha con el propósito de expresar sus puntos de vista en el foro que se realizará en la ciudad de México Foto Agencia MVT / Mario Vázquez de la Torre


Entregar a las empresas hasta la última gota, meta de la IP Angélica Enciso Con los temas centrales sobre el derecho al agua, privatización y financiamiento de los recursos hídricos, comienza hoy el cuarto Foro Mundial del Agua en la ciudad de México, durante el cual, con el lema Acciones locales para un reto global, se buscará aterrizar proyectos empresariales en las localidades. Al mismo tiempo, para protestar contra esta iniciativa, centenas de integrantes de organizaciones populares y ambientalistas, nacionales e internacionales, realizarán una marcha del Angel de la Independencia al Centro Banamex, sede del encuentro. Se prevé la asistencia al foro del presidente Vicente Fox; los príncipes de Holanda, William Alexander, y de Japón, Naruhito, así como de 129 ministros de áreas relacionadas con el agua. Al cierre de inscripciones se habían acreditado unas 10 mil personas que participarán en 202 sesiones, las cuales pagaron entre 300 y 600 dólares para asistir. Los días 21 y 22 de marzo habrá una reunión ministerial y se presentará la declaración final del encuentro.


En defensa del recurso En tanto, desde el lunes se realizan actividades alternas al foro oficial en distintas zonas de la ciudad, en las que los aspectos centrales de análisis son la definición de mecanismos de resistencia frente a la privatización del agua y la defensa del derecho humano a este recurso natural. Documentos oficiales indican que se trata del "evento más importante en el mundo en el que se adoptan medidas públicas para el adecuado manejo del agua". Es un foro no gubernamental en el que participan la Organización de las Naciones Unidas, gobiernos y distintos sectores de la sociedad, y "tiene una incidencia eficaz en las decisiones y medidas con las que cada uno de estos participantes se compromete". Esta cuarta edición del foro es la continuación del trabajo que se desarrolló en Japón hace tres años, se buscará consolidar la participación privada en la gestión del agua y se revisarán los obstáculos que aún existen, señaló Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular.


Destaca el panel especial Financiamiento, agua para todos, donde se presentará el informe del grupo coordinado por el recién designado director general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Angel Gurría, el cual se concentró en los sistemas de financiamiento del líquido en el ámbito local. Habrá otro panel sobre Fortalecimiento de capacidades de organizaciones,

integrado

por

expertos

nacionales

e

internacionales, para elaborar un documento técnico sobre el desarrollo de los actores locales en cuanto al agua; estará a cargo de Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente. Debate por el control del mercado Asistirán representantes del Banco Mundial y de las principales trasnacionales que controlan el mercado mundial del agua, que es de alrededor de 5 por ciento del total. Varias organizaciones no gubernamentales que participan en el foro alterno intervendrán en algunas mesas. En 1996 se fundó la Asociación Mundial del Agua con el propósito de "apoyar" a los países en la gestión sostenible de


sus recursos hídricos; el mismo año se creó el Consejo Mundial del Agua, con un grupo de expertos, cuya tarea principal es ofrecer "asistencia" sobre los problemas mundiales del recurso. Asimismo, en 1998 se fundó la Comisión Mundial del Agua con la finalidad de fomentar el uso sostenible de los recursos hídricos; recibe apoyo de Canadá y Holanda, y de las principales agencias relacionadas con el tema, señalan Maude Barlow y Tony Clarke en el libro Oro azul. Las corporaciones del agua poseen una red propia de asociaciones industriales para promover sus proyectos de privatización y presionar para que los gobiernos ofrezcan asistencia legal y financiera, así como conseguir el apoyo ciudadano o comunitario para sus iniciativas. Una de ellas es la Asociación Internacional del Agua, que incluye corporaciones como Vivendi, Filter, Enron y Bi Water. Convocado por el Consejo Mundial del Agua, el foro se realiza cada tres años. El primero se efectuó en 1997, en Marruecos; en 2000, en La Haya, y el tercero en Japón. 16 de Marzo de 2006


Ofensiva de trasnacionales para apropiarse del agua, denuncian ONG Angélica Enciso Los programas gubernamentales mexicanos sobre el agua están dirigidos a la privatización total del recurso, lo cual se da no sólo mediante el control del servicio, sino también de las presas y ríos, y de la venta del líquido embotellado. Todo esto en el mundo es manejado por unas cuantas empresas cuya presencia en América Latina ha dejado resultados negativos y ha sido un fracaso, señalaron organizaciones de la región reunidas en el foro En defensa del agua. Con cambios en las legislaciones para legitimar la presencia de las compañías trasnacionales y el apoyo de organismos multinacionales, como los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo, la privatización de los recursos hídricos que ha convertido al agua en una mercancía se ha extendido por el planeta.


Alrededor de 400 delegados de organizaciones y comunidades de

Guerrero,

Oaxaca,

Chiapas,

Durango,

Sonora

y

representantes de Canadá, Estados Unidos, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Ecuador, entre otras naciones, están reunidas desde ayer para analizar el impacto de ese proceso, que por un lado ha incidido en el incremento de tarifas al público en general bajo argumentos de escasez y, por otro lado, ha favorecido a la industria con concesiones de pozos, se le permite contaminar el líquido y además tratarlo para su venta. Sumado a ello, la construcción de presas, que en México se prevé que serán concesionadas al sector privado de acuerdo con la Ley de Aguas Nacionales, ha ocasionado el desplazamiento de poblaciones -un ejemplo de esto es el Plan Puebla-Panamá que prevé toda esa infraestructura- y la desviación de cauces de ríos para abastecer del líquido determinadas zonas, explicó Tony Clarke, director del Instituto Polaris. El especialista consideró que la privatización de los servicios públicos de agua significa que empresas trasnacionales como Suez, Vivendi y RWE-Thames, con apoyo del Banco Mundial,


se apropien de las redes de suministro para hacer grandes negocios. A esto se agrega el rápido crecimiento de la industria del agua embotellada que es dominada por empresas como Nestlé, Danone, Coca Cola y Pepsi Co., lo cual contribuye al agotamiento y contaminación de las aguas subterráneas, agregó. Por su parte, Andrés Barreda, del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular, estimó que la privatización se da en varios frentes. En el ámbito urbano está el Promagua, mediante los organismos operadores del servicio que paulatinamente han dejado de ser públicos para convertirse en empresas privadas y que han quedado en manos de trasnacionales, como Suez y Vivendi, en combinación con grandes empresas mexicanas de infraestructura como ICA. Este proceso, dijo, también se da con los registros particulares de los pozos y hay una embestida contra la propiedad colectiva del agua, ya que además se concesiona el uso de ellos a ramas industriales altamente consumidoras del líquido, como el caso de la automotriz, además de la alimenticia, la química y las refresqueras. Estas tienen un doble derecho porque cuentan


con la posibilidad de que el agua que contaminaron en sus procesos industriales la pueden tratar y venderla. Agregó que las trasnacionales se presentan en México como "empresas integradoras de servicios", es el caso de Enron, Suez y Vivendi, las cuales se encargan de actividades de construcción, operación, manejo y venta directa de recursos, como gas y electricidad, para los que existen los contratos de servicios múltiples. Destacó el hecho de que funcionarios del gobierno federal, encabezados por el presidente Vicente Fox, quien fue director de Coca Cola, estén ligados de alguna manera con el agua. Es también el caso del secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, quien participó en el proceso de privatización de pozos y manejo de acuíferos desde que estuvo en el gobierno de Guanajuato, y Cristóbal Jaime, director de la Comisión Nacional del Agua y ex director de Lala, puntualizó. En el foro, representantes de Argentina, Ecuador, Bolivia y Uruguay aseguraron que en sus países ha sido un fracaso el proceso privatizador del servicio de agua potable y que la política de que "quien paga puede acceder al agua" ha llevado


no s贸lo a la suspensi贸n del servicio sino a que a la gente se le embarguen sus viviendas cuando no puede pagar. 26 de Abril de 2005


Irritaci贸n popular, a finales de 1922, por la escasez de agua en la ciudad de M茅xico Foto Fototeca Nacional


México, segundo consumidor mundial de agua embotellada Angélica Enciso Con al menos 94 por ciento de ríos y lagos contaminados, la sobrexplotación de 102 acuíferos, la desaparición de cinco lagunas y 38 ciudades con problemas serios de abasto de agua potable, México enfrenta una crisis de escasez del líquido que ya amenaza el desarrollo de ciertas urbes y ha generado conflictos sociales. La ubicación de 77 por ciento de la población en las zonas áridas y semiáridas; 11 millones de personas -sobre todo del campo- sin agua potable; el desperdicio de al menos 50 por ciento del líquido, y alrededor de 70 por ciento de aguas residuales sin tratamiento son algunas de las características que delinean el espectro nacional del agua. Paralelamente, México se ha convertido en el segundo consumidor de agua embotellada en el mundo. Todo esto ha sido documentado en el libro Agua, edición especial de La Jornada, donde además del panorama del recurso


en la nación, que no difiere demasiado de lo que ocurre en el resto del mundo, se exponen posibles soluciones que presentan especialistas en la materia. De la misma forma se presenta un diagnóstico sobre la critica situación del agua en la ciudad de México, la crónica de cómo se ha desaguado el valle y un estudio de la UNAM sobre la calidad de agua potable, donde se han encontrado sustancias cancerígenas y altos niveles de materia fecal. La edición, de 336 páginas, además de reportajes sobre el panorama del agua, incluye alrededor de 200 fotografías, un mapa del agua en México, un almanaque y colaboraciones de reconocidos especialistas como Miguel León-Portilla, Iván Restrepo, Jorge Legorreta, José Steinsleger, Javier Flores, Silvia Ribeiro, Andrés Barreda, Luis Hernández Navarro, Mauricio Ortiz, Gilberto López y Rivas y Gian Carlo Delgado. En el volumen se señala que la carencia del líquido no es exclusiva de México, ya que las existencias de agua dulce para consumo humano son de tan sólo 0.26 por ciento de la que existe en el planeta. En el mundo se estima que mil 700


millones de personas padecen por la escasez; las regiones que más sufren por ello son Africa y Medio Oriente, indica el libro. Aunque en América Latina se encuentra 46 por ciento de las reservas acuíferas, el déficit en el tratamiento de aguas residuales es de 88 por ciento. En México se limpian 32 por ciento de las descargas de aguas residuales municipales y 26 por ciento de las industriales, es decir, el rezago es aún severo. Pese a que la existencia del agua ha entrado en una fase delicada, y aunque esté próxima la realización en la ciudad de México del cuarto Foro Mundial del Agua, del 16 al 22 de marzo, la atención en torno a este recurso ha sido limitada. Desde el inicio de su administración, el presidente Vicente Fox señaló que el agua era tema de seguridad nacional, pero en los hechos no se le ha dado tal relevancia. Como se señala en el capítulo respectivo, los recursos destinados al sector bajaron de 15 mil 732 millones de pesos en 1998 a 10 mil 566 en 2002; para 2005 se le asignaron 17 mil millones de pesos, 56 por ciento de lo que la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua) reconoce como necesario para atender al sector. En contraste, el mercado de agua embotellada casi duplica esos


recursos, ya que se estima que tiene un valor de 32 mil millones de pesos, lo cual coloca a los mexicanos como los segundos consumidores mundiales, después de Italia, con 117 litros por persona al año. El libro Agua advierte que las pérdidas de líquido se dan por distintas vías. La agricultura utiliza 76 por ciento, de lo cual se pierde 60 por ciento debido a que, de los 6.3 millones de hectáreas de riego, tan sólo un millón están tecnificadas, y en el resto el líquido aún se conduce por canales de tierra, en los que se infiltra o evapora. A esto se agrega que del agua que llega a las ciudades, cerca de 14 por ciento del total del país, 50 por ciento se pierde en fugas de la red de agua potable. Mientras que de 10 por ciento que utiliza la industria, sólo 26 por ciento recibe tratamiento. A las pérdidas de agua se suma la contaminación. En este rubro, aunque los datos difieren, se presenta un panorama desolador. Especialistas indican que todos los lagos, ríos y lagunas están contaminados, mientras que Conagua considera que aún queda libre de contaminación 6 por ciento de los


cuerpos de agua superficiales. Una gota de aceite o gasolina es capaz de contaminar un millón de litros de agua. Alrededor de 25 millones de mexicanos que radican en 23 ciudades enfrentan una disponibilidad extremadamente baja de agua, de acuerdo con los parámetros de la Organización de Naciones Unidas, y la mayoría de las ciudades de más de 50 mil habitantes se ubican sobre acuíferos sobrexplotados. Como parte de las soluciones, el gobierno federal ha impulsado el incremento de tarifas, ''hasta que duela'', pero se trata de decisiones municipales y aún el promedio nacional de las tarifas de cobro es dos pesos por mil litros. Las políticas nacionales dan pauta a la privatización del manejo del agua, en la cual participan 10 trasnacionales que controlan 5 por ciento del mercado mundial, y 70 por ciento está concentrado en las empresas francesas Suez y Veolia, lo cual da idea de la magnitud del comercio de agua embotellada. Esto ha llevado al debate que se analiza en el libro de La Jornada sobre si el agua es un bien público y derecho humano, o una mercancía.


Este diagnóstico, realizado a partir de entrevistas con los investigadores del IPN, la UNAM y de la UAM, también detalla que la escasez de agua ha ocasionado disputas por el recurso, y especialistas han señalado que en este siglo las guerras serán por el también llamado oro azul. Entre las diferencias internacionales están las derivadas del Tratado de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos, de 1944. El vecino país entrega a México cada año mil 850 metros cúbicos del río Colorado, y del río Bravo se envían 431.7 millones de metros cúbicos a los estadunidenses. Esto generó una crisis por la larga sequía de la década pasada, que impidió cumplir a México con el compromiso y, aunque ya se cubrió la deuda de agua, es un problema que sigue latente por las eventuales sequías en el norte del territorio nacional. De los conflictos interestatales destaca el del estado de México y el Distrito Federal, que llevó al gobierno mexiquense a promover una controversia constitucional ante la Suprema Corte contra el gobierno federal para evitar lo que llama el ''saqueo'' de sus recursos hídricos.


Reconocer a los pueblos indígenas como guardianes del recurso, piden Matilde Perez U. En las regiones donde residen los pueblos indígenas se genera y capta 12 por ciento del volumen de agua nacional, por esta razón deben ser reconocidos como guardianes del recurso y de la biodiversidad, y no sólo como "productores" del líquido, se destacó ayer en el Taller popular: defensa y gestión comunitaria del agua en el campo y la ciudad. Ekart Boegel, ambientalista residente en Veracruz, explicó a integrantes de casi cien organizaciones sociales, urbanas, indígenas y miembros de la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho del Agua, que en 65 por ciento de las regiones donde habitan indígenas hay precipitaciones mayores a cuatro metros cúbicos. "Son productores de líquido, pero no usurarios, y por eso no están considerados en la ley", señaló.


Mencionó que en 57 por ciento de los territorios rarámuri y tepehuano -en el norte del país- se tiene la mayor captación de agua de la región; y en 60 por ciento de las zonas indígenas de Durango, Guerrero, Veracruz y Oaxaca -que comparten la cuenca del Papaloapan- ocurre el mismo fenómeno. Sin embargo, los pueblos originarios no son los beneficiarios ni los agricultores que exportan sus productos; "¿por qué si el agua es de ellos no se les reconoce y se les otorga?, ¿qué debemos hacer, cómo incluir a los pueblos indígenas como productores de líquido, que están ligados a la biodiversidad? Hay que reposicionarlos dentro de la sociedad y no dejarlos como los más pobres entre los pobres", acotó. A pesar de que la pretensión del taller no era provocar polémica, sino que los participantes hablaran de sus experiencias de lucha contra la privatización del agua, la construcción de presas, la contaminación de los ríos y mantos freáticos, por ejemplo, el oaxaqueño Aldo González puntualizó que los indígenas son guardianes del líquido y de la biodiversidad, no "productores" de esos recursos.


Al hablar de la defensa del agua a partir de la defensa del territorio, González recordó que durante cinco siglos se ha tratado de desmembrar a los pueblos indígenas y la embestida más reciente es que los recursos naturales y la biodiversidad ya son de interés del gran capital, de las trasnacionales. Sólo a ellos se les ocurre separar la tierra del agua, mientras las comunidades siguen luchando por la recuperación de sus predios. "Nos queda claro que la intención del capital es apropiarse del agua y de la biodiversidad, y que no descansará en su afán de destruir la unidad indígena. Por eso la lucha ya no podrá realizarse de forma aislada, de comunidad por comunidad, sino como pueblo", asentó. Advirtió que algunas organizaciones no gubernamentales que se han ganado la confianza de los indígenas ahora tratan de convencerlos de que "acepten la dinámica de las trasnacionales, pues saben que están asentadas en nichos ecológicos diferentes". Mientras, el gobierno sigue viendo a las etnias como "productores ineficientes, improductivos, y sabe que la mejor manera de sacarlos de ahí es mediante la migración".


Aldo González destacó que se trata de fortalecer el falso dilema de que las ciudades paguen el agua al campo, porque se fomenta una política de migración de los campesinos de subsistencia hacia las urbes medias, donde estarán quienes salieron del agro y entonces éstos tendrán que pagar el recurso. Ante

esa

embestida,

abundó,

los

pueblos

indígenas

"seguiremos resistiendo y luchando porque se reconozca nuestra libre determinación; los habitantes de las ciudades deben confiar en que seguiremos protegiendo nuestro territorio de los intereses del gran capital". En el último día del encuentro, el canadiense Tony Clarke comentó que la privatización del recurso abarca los servicios públicos y municipales, la construcción de embalses, los manantiales, el tratamiento de aguas contaminadas y el líquido embotellado. La pretensión es, agregó, tener un control corporativo, y el reto global es evitar la tensión entre el campo y las ciudades y unificar sus luchas contra la privatización del recurso. Los participantes acordaron crear una red de organizaciones nacionales, con un espíritu de horizontalidad, y que aquellos


que ya luchan contra la privatización del agua y la construcción de presas se unifiquen en una red nacional. "No hay que estar dispersos, la unidad es indispensable para fortalecer la organización nacional e internacional", acotó Andrés Barreda, investigador del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular.



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