La historia de las ciudades nace en los afluentes hídricos, la historia de Medellín la cuenta una quebrada y es la Santa Elena, dicha quebrada ha sido protagonista, testigo y un interlocutor ausente de la historia de esta ciudad. Este taller plantea una pregunta y es ¿Cuál es la relación de la sociedad con el agua? Y la Santa Elena cuenta como a través del tiempo hemos concebido el agua como un elemento de un valor menor, hasta el punto de querer borrar de nuestra trama urbana nuestros cuerpos hídricos. Nuestra apuesta fue replantearnos esos valores y renovar el ciclo, desde el aspectos técnicos como mejorar el drenaje urbano, hasta contribuir a cambiar ciertos valores sociales que tenemos preconcebidos en nuestro imaginario colectivo, como el valor que le damos al agua. Este proyecto tiene dos finalidades con un objetivo común: La primera es la necesidad de fortalecer las continuidades transversales a los cuerpos hídricos a partir la inserción de espacios verdes en manzanas ya consolidadas y La segunda es transmitir el mensaje utilizando como vehículo la educación, además aprovechar esto para que los espacios educativos estén en contacto directo con la naturaleza urbana. Para esto el proyecto está constituido por varias partes que conforman un todo, era necesario entender la superficie en primer nivel, pero había que pensar además en espacios elevados como las terrazas y además de la posibilidad de una tercera superficie como lo son las fachadas de algunos edificios. Todo esto con dos finalidades: la inserción de nuevos espacios verdes y el mejoramiento del ciclo hidrológico.
“Observador y participes del universo, el poeta se maravilla ante la perfección de cada partícula de éste, todas lo contienen y él las contiene a todos: “Yo soy Walt Whithman… Un cosmos”. Celebra la existencia en todas sus manifestaciones, lo insignificante y lo trascedente participan del mismo rango, lo grande y lo pequeño valen igual, y un ser vivo vale más que cualquier creación humana”