■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Sábado 31 de diciembre de 2011 ■ Núm. 878 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver
En buen
Rumano Un texto de L EANDRO A RELLANO Dos poemas de M IHAI E MINESCU M EDAN T AHRIR en El Cairo
bazar de asombros CULTURA Y DIPLOMACIA ( VI DE VII )
La antigua Dacia y Constanza, su milenaria ciudad capital, conocida alguna vez bajo los nombres de Histria y Callatis, son el origen ilustre de Rumania, nación perteneciente al universo lingüístico latino pero que, debido tal vez a su posición geográfica y a una forma muy particular de pertenecer a Europa, puede parecer equívocamente lejana. Alguna vez destacado en la tierra donde Ovidio encontró asilo en el exilio –tierra que reconoció su genio convirtiéndolo en una figura nacional–, el escritor y diplomático Leandro Arellano nos muestra un panorama histórico y cultural de este pueblo que ha entregado al mundo, entre otros, a escritores como Ionesco, Eliade y Cioran. El número se completa con dos poemas de Mihai Eminescu, una entrevista con Indran Amirtahnayagam y un artículo sobre Nathalie Handal.
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En mi opinión son éstas las actividades más consistentes y las que, a largo plazo, pueden reportar beneficios más sólidos y duraderos. No es necesario insistir en el hecho de que estos logros tienen un reflejo inmediato en los campos de las relaciones políticas, económicas y comerciales. Por esta razón, las distintas especialidades que funcionan en el seno de nuestras embajadas, misiones y consulados deben coordinarse y apoyarse entre sí. A través de las manifestaciones artísticas se pueden estudiar las características de las distintas etapas de la historia de México, pues hay una dependencia orgánica y viviente entre las obras de arte y la historia; entre el objeto artístico y la vida individual y social de su autor. Decía César Vallejo que este sincronismo es un fenómeno ineluctable de biología artística; sin embargo, conviene aclarar que es un proceso dialéctico y no un simple reflejo mecánico, pues el arte tiene una sustantividad independiente y el artista su propia e intransferible manera de relacionarse con los fenómenos sociales y el ambiente espiritual de su momento histórico. De ninguna manera pretendo afirmar la superioridad del artista sobre los otros seres humanos, o identificarlo con los místicos o los iluminados. Simplemente intento situarlo en el marco de una actividad que, como todas las realizadas por el hombre, fija su huella indeleble en la vida y la conducta de los que la profesan. En entregas anteriores traté algunos aspectos de la relación entre el arte y la vida, y abundé sobre la idea de que, como afirma Millet, la producción artística es, en el sentido científico de la palabra, una verdadera operación de alquimia, una especie de transmutación. Creo que en nuestro tiempo puede y debe intentarse una conciliación entre el esteticismo y la posición historicista. El creador absorbe y concatena las inquietudes sociales de su momento histórico y las suyas propias, y las devuelve no como las absorbió, sino como una quintaesencia de su espíritu, distinta en la forma aunque coincidente en el fondo. Todo esto lo realiza con las materias primas originales. Un aná-
31 de diciembre de 2011 • Número 878 • Jornada Semanal
Hugo Gutiérrez Vega
lisis profundo de la obra de arte puede descubrir en las entrañas de la creación las corrientes circulantes de carácter social y económico mezcladas con los rasgos principales de la religión y del ambiente espiritual del momento histórico en que se realizó. Afirma César Vallejo que la correspondencia entre la vida individual y social del artista y su obra es constante, y se da de una manera consciente o subconsciente, aunque él no lo quiera ni se lo proponga. Ungaretti percibió con toda claridad este fenómeno y lo asumió, sin reticencia alguna, al dar el título de Biografía a uno de sus primeros libros de poemas. En una de las grandes exposiciones que recorrieron varios países europeos a principios de la década de los sesenta, Fernando Gamboa y sus colaboradores lograron entregar al público, a través de las manifestaciones artísticas, un panorama del desarrollo histórico de nuestro país. Valiéndose de una hermosa y didáctica museografía, guiaron a los visitante por los meandros de nuestras culturas. Las figuras olmecas hablaban a los europeos de las profundas selvas en las cuales nació, creció y desapareció el pueblo de las caras infantiles y de las fauces felinas; los fragmentos de murales teotihuacanos y la escultura tolteca hacían palpable la ecuánime y apacible actitud ante el mundo y la vida de los hijos de Quetzalcóatl; una risa cósmica recorría las caras y los cuerpos de las figuras totonacas; la escultura azteca mezclaba la angustia vital con el deseo de una eterna primavera; las joyas y grecas de Mitla y Monte Albán recordaban a los dioses que vivían en los círculos del centro de la tierra, y afirmaban un decidido amor por la forma pura; las culturas del oeste hacían bailar a sus animalitos prodigiosos, y el mundo maya retorcía sus formas escultóricas y daba testimonio de una edad dorada de paz en la selva. (Continuará.)
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Portada: Lengua es Patria Collage de Marga Peña
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Degas y las mujeres
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de traseros grandes Anitzel Díaz Un cuadro debe ser pintado con el mismo sentimiento con que un criminal comete un crimen. Edgar Degas
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ntre los mejores grabados de Degas está El Santo de la patrona. En esta obra aparece una mujer grande, vestida de negro y muy parecida a la reina Victoria, que se ve rodeada por chicas que sólo llevan zapatos y medias de color lavanda y le ofrecen un ramo de flores. Esta escena nos remite a La Casa Tellier, relato breve escrito por Guy de Maupassant, donde las mujeres de la casa (un burdel) “rodean a Madame Tellier y la abrazan como si fuera una madre indulgente que resuma amabilidad y buena voluntad”. Las mujeres grandes, “corpulentas”, eran el tipo más
demandado por los clientes de los burdeles del siglo XIX . La carrera de Edgar Degas fue sin duda lar ga –casi sesenta años de los ochenta y tres que vivió. Durante esas seis décadas de trabajo su nivel de creatividad no disminuyó, nunca dejó de buscar nuevos medios de expresión y técnicas; sólo Tiziano y Picasso fueron capaces de semejante logro. Hilaire Germain Edgar de Gas (fue hasta que empezó a pintar que firmó sus obras como Degas) nació en París en 1834, en una familia rica y culta. Inició la carrera de Derecho, pero pronto la abandonó para dedicarse a la pintura. Fue alumno de Louis Lamothe, a su vez discípulo de Ingres. Completó su formación con visitas al Louvre y viajes a Italia, donde estudió a los grandes maestros del Renacimiento. A partir de 1865, influenciado por el movimiento impresionista, abandonó los temas académicos. Amigo de Pissarro, Renoir, Monet y Manet, participó en siete de las ocho exposiciones del grupo. A diferencia de otros miembros del impresionismo, Degas prefería trabajar en su taller, y no se interesó por el paisaje ni por plasmar los efectos del cambio de la luz y la atmósfera. Le interesaba representar la vida moderna, cen-
trándose en el ser humano y especialmente en la mujer. Degas es uno de los mejores pintores a la hora de recoger el movimiento. Le interesaba plasmar el movimiento muscular ‒apartado del dinamismo desorbitado de los románticos‒, la elasticidad de las fibras regidas por el movimiento físico, lo que conseguía con una observación minuciosa del motivo y una acertada intuición del engranaje óseo. Esto es tangible en sus numerosas pinturas y esculturas de bailarinas. A Degas le interesaba la figura femenina de muchas maneras, aunque rara vez pintaba el rostro de sus modelos. Sus bailarinas, prostitutas, lavanderas, sombrereras y mujeres en el baño son seres sin rostro. Es a las mujeres de alta burguesía, las cercanas a él, de su propia clase, a las que les pone rostro, pero carecen de cali-
dez o sensualidad alguna. Las descripciones más explícitas del artista sobre la sensualidad femenina datan de finales de la década de 1870; son una serie de monotipos sobre burdeles. Durante el Segundo Imperio, uno de los principales atractivos de París era “la venta de amor”. Esto queda más que patente en la opereta La vida parisina escrita por un íntimo amigo de Degas, Ludovic Halévy, y su colaborador Henri Meilhac. Esta obra celebra descaradamente la reputación parisina de “moderna Babilonia”.
DEGAS Y LAS MUJERES “Lo que más me asusta en el mundo es tomar té en un salón de té de moda. Bien puedes pensar que estás en un gallinero. ¿Por qué se toman tantas molestias para estar tan feas y vulgares? ” ¿Por qué un hombre que se expresaba así de ellas pintaba a las mujeres? Algunos dicen que por impotencia, pero nadie puede asegurarlo. Edgar Degas estaba obsesionado con la figura femenina en la cotidianidad del baño, el desparpajo del burdel, planchando, bailando... Captaba la
intimidad del movimiento. Recreaba las posturas más insólitas, lo mismo que poses naturales e instantáneas. Este hombre, que parecía ser el perfecto caballero de clase media y se quitaba el sombrero con educación respondiendo con cautela a las correctas formas de la sociedad, amaba los burdeles. Pintaba a las prostitutas de un modo íntimo, más cercano al espectador. Las mujeres burguesas eran las más lejanas. La vida de una prostituta en un burdel autorizado era muy dura. A pesar de ello, las prostitutas de Degas no parecen agobiadas o infelices: las imágenes más exuberantes que pintó desprenden humor y una vitalidad que no está en ninguna otra parte de su obra. Degas nos da un atisbo de sus vidas, no sólo de su explotación, sino de su humanidad, del afecto y solidaridad que sentían entre sí.
En su vida privada, a Degas se le vinculó con Berthe Morisot, pintora impresionista, lo mismo que con Mary Cassatt, pintora estadunidense. Berthe escribió una carta a su hermana en la que describía con ironía a Degas: “Viene y se sienta a mi lado fingiendo cortejarme, pero su cortejo se reduce a un largo comentario del proverbio de Salomón: ‘La mujer es el desconsuelo de los justos.’” Nunca contrajo matrimonio y al respecto dijo un día: “Estaría en una constante miseria mortal durante toda mi vida por el temor que algún día mi esposa dijese ‘Eso es una cosita bella,’ después de terminar un cuadro.” Dejó para sí los monotipos de las mujeres que realmente le gustaban, las prostitutas de grandes traseros. Se dijo mucho que las modelos de Degas eran “mujeres ligeras”, lo cual no quedó claro hasta que aparecieron los monotipos hechos a partir de sus experiencias en los burdeles. De 1875 a 1885, Degas produjo alrededor de ciento veinte monotipos explícitos de mujeres desnudas en las casas frecuentadas por la clase alta. Estas obras nunca fueron exhibidas durante su vida. Para haber sido considerado un misógino irredimible, sin duda dejó un gran homenaje a la mujer•
Ana Luisa Valdés
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athalie Handal fue mi guía en Belén, ciudad de donde es originaria su familia. Hablamos de literatura, de diáspora y del lenguaje. Fuimos al monasterio de Cremisan, en donde se hacen los únicos vinos palestinos, bajo la mirada experta de curas salesianos que han traído a la región conocimientos y capacitación de su Italia natal. Recorrimos en autobús el mismo camino que recorrió Abraham, caminando con sus sandalias desde su nativa ciudad de Ur, en lo que es hoy Irak. El chofer, un pastor protestante que hizo de guía, nos dijo: “Miren bien este camino, probablemente sea la última vez que lo puedan recorrer, el muro de seguridad israelí va a ser construido precisamente aquí y se va a comer el camino. Los viñedos también, y las familias palestinas que trabajan haciendo vino van a quedar separadas de los cultivos. El monasterio de Cremisan ha pedido al Vaticano que interceda ante el gobierno israelí para pedir que dejen abierta una parte del muro con una puerta especial y un camino que deje al monasterio y a los campesinos seguir haciendo su vino, como lo han hecho por cientos de años. Pero todavía no han tenido respuesta.” Fuimos también a Hebrón, en donde supuestamente están enterrados Abraham, su esposa Sara, su hijo Isaac y el resto de su familia. La tumba de Ibrahim, como lo llaman los musulmanes, está en una antigua mezquita, pero desde hace unos años los judíos y los musulmanes no oran juntos; la tumba está partida por la mitad y la custodian soldados que impiden atentados y que registran a todo el que entra. El patriarca es igual de sagrado para judíos, musulmanes y cristianos, pero nadie se pone de acuerdo en cómo compartirlo. Nathalie Handal es una poeta de la diáspora, nacida en el exilio pero que se siente palestina. La volví a ver hace unos meses en Oslo y hablamos de nuevo de cómo la literatura palestina es la columna vertebral de la identidad palestina, pues sin literatura no hay sensación de casa, de pertenencia. “Nuestra literatura es nuestra casa, eso hace que yo me pueda encontrar con palestinos nacidos en Montreal o en Abu Dhabi, en Buenos Aires o Santiago de Chile, y todos sentimos que somos la misma familia y que compartimos el sueño del retorno a las tierras en donde están enterrados nuestros abuelos. Te voy a contar algo que parece ficción pero no lo es: mi tío abuelo Abdul, un tío de mi padre, murió en Estados Unidos, a donde había llegado con su familia en 1948, escapándose de Israel y de las atrocidades del ejército israelí cometidas contra la población civil. Pero cuando se estaba muriendo le dijo a sus hijos, que eran nacidos en Estados Unidos, que él quería que lo enterraran en Belén, nuestra ciu-
dad familiar, en donde está la tumba de nuestra familia, en un pueblito. Mis primos pidieron permiso en la embajada israelí para transportar el cuerpo en un avión y cumplir su última voluntad. Pero los israelíes se negaron. Mis primos recurrieron a amigos diplomáticos y luego de contactos y de largas esperas
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Queens, en Nueva York, tengo vecinos vietnamitas, mexicanos, chinos, italianos, afganos, iraníes, cubanos, sirios... no tenemos otro idioma común más que el inglés, pero es un inglés acentuado, mestizo, lleno de palabras prestadas de todos los idiomas de donde venimos.” A Nathalie la llaman la heredera de dos grandes poetas palestinos, de Mahmud Darwish y de Fadwa Tuqan, la gran old lady de Nablus, su ciudad natal, que dejó sólo esporádicamente en los años cincuenta para estudiar en Inglaterra unos meses. De Fadwa Tuqan decía el primer ministro israelí que uno de sus poemas era más peligroso para Israel que una decena de atentados suicidas. Los árabes siguen teniendo llaves que se pasan de generación en generación de sus casas familiares de Granada y de Córdoba y Sevilla, el Al Andalus, su tierra prometida, el paraíso en la tierra, en donde las huríes habitaban la tierra. Siguiendo ese sueño, Nathalie pasó varios meses en España debajo de la sombra protectora de Federico García Lorca y escribiendo un libro, Poeta en Anda lucía, que parafrasea el célebre libro de Lorca, Poeta en Nueva York, una de las ciudades en donde Nathalie, nó made obligada, vive. Le pregunto si no se le confunden las ciudades, Belén, Nueva York, París, Santo Domingo. Pero ella se ríe: “¿No sabes que nosotros los palestinos somos eternos peregrinos? Desde que nos expulsaron de las tierras en las que habíamos vivido por muchas generaciones, en 1948, cuando se creó el Estado de Israel, hemos vivido en la diáspora. Es una paradoja, ¿no? Así vivieron los judíos muchos siglos, perseguidos por los cristianos. Nosotros les dimos cobijo y en Andalucía vivíamos todos en paz, musulmanes, árabes y cristianos. Pero los reyes católicos lanzaron la Reconquista y estropearon uno de los proyectos de paz más interesantes que se ha conocido. Hay que recordar a Averroes, Maimónides, todos ellos trabajando juntos, creando una sociedad tolerante Nathalie Handal en la lectura de poesía Poetry Africa y plural. Así queremos los palestinos vivir de nuevo… Yo escribo sobre la liel ataúd llegó a Belén. Allí supimos que el cementebertad, sobre caballos salvajes, una imagen tan rio del pueblo en donde estaba nuestra tumba famiquerida para nosotros los palestinos que somos liar había sido expropiado por los israelíes para gente del desierto y de las grandes extensiones que hacer una colonia. Por suerte había amigos de mi sólo se pueden recorrer en camello o a caballo. Eso familia que cedieron gustosos una parte de sus prolo extraño en esa vida urbana que vivo ahora, tan pias tumbas, en cementerios que todavía estaban encerrada entre casas, sin ningún lugar en donde bajo control palestino.” se vea el horizonte.” La poesía de Nathalie es una poesía híbrida, esLa literatura de Nathalie es vital y poética, el crita en inglés, árabe, francés y castellano. Ha vivilenguaje y la infancia se confunden; es el lugar en do varios años en Colombia y en la República Dodonde todas las lenguas se hacen una, como en la minicana. Torre de Babel, en donde el sueño de adorar al Señor Le pregunto cuál es el idioma en que puede escon una sola voz se convirtió en el lenguaje de los cribir mejor. ”En todos, fíjate –responde‒; vivo en pájaros, que hoy somos incapaces de entender •
Nathalie Handal,
la lengua múltiple
entrevista con Indran Amirthanayagam
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Ricardo Venegas Indran Amirthanayagam (Sri Lanka/ México/ EU , 1960) es un poeta que ha navegado por muchos países; ensayista y traductor al inglés y al español, es autor, entre otros títulos, de los poemarios The Elephants of Reckoning (Nueva York, 1993), El infierno de los pájaros (México, 2001) con prólogo de José Emilio Pacheco e ilustraciones de José Luis Cuevas, y Ceylan R . I . P . (Colombo, Sri Lanka, 2001). Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías, entre las cuales sobresalen aloud: Voices from the Nuyorican Poets Cafe, The Open Boat: Poems from Asian America y The United States of Poetry. Ha sido miembro del Servicio Exterior de Estados Unidos desde 1993. Su voz es ya una referencia de la poesía actual.
-¿C
ómo has asimilado haber nacido en una isla, como tú mismo lo has mencionado, que ya no existe, y vivir en otros países en un continente que tiene una cultura de tradiciones tan distintas?
‒Haber nacido en una isla que no existe más, Ceilán, tiene su lado oscuro y su lado liberador. Puedo decir que no pertenezco a ninguna tierra, así que puedo abrazar a todas las culturas y etnias y estilos de vida. Claro, Ceilán cambió su nombre y nací miembro de un grupo minoritario, los Tamiles, que han sufrido atropellos a sus derechos desde antes de que naciera. Entonces nací con una carga que llevar en mis andanzas por la tierra. He encontrado alivio para este peso en escribir poemas. Y escogí una carrera, la diplomacia, que me ha dado oportunidad de conocer tierras muy lejanas de la isla que ya no existe, desde Costa de Marfil hasta Bélgica y los países sudamericanos. No cambiaré mi vida en el sentido de que todas mis experiencias de peregrino, burócrata y lingüista han alimentado mi poesía que, inevi tablemente, está fundamentada en la experiencia de Caín al oriente del Edén. ‒ ¿Encuentras algún puente entre la tradición de tu cultura (Ceilán) y la de Latinoamérica? ‒Me invitaron a participar en un encuentro estatal de escritores oaxaqueños en diciembre de 1999 porque me consideraron indio, otro hombre del suelo. Y ahí presenté por primera vez poemas que había escrito en español. Hay muchos vínculos entre las culturas srilankesas (ceilandesas) y las de América Latina. Pienso en el catolicismo, que es la religión de algunos de mis compatriotas ceilandeses, en el legado del portugués en el idioma cingalés, en la música popular isle-
Indran Amirthanayagam en Sri Lanka. Foto: Ravi Ratnasabapathy
En casa fuera de casa ña que se llama “baila”, en frutas compartidas: mangos, cocos… Pienso en el color de la piel bronceada. ‒ Háblanos del imaginismo en tu obra. ‒Me encanta ser discípulo, bisnieto de los imaginistas; de Pound, Williams y sus progenitores orientales como Li Po, además de los poetas Tamiles de la antología medieval que fueron conocidos por sus metáforas y no por sus nombres, el poeta de la tierra colorada y la lluvia cayendo (The poet of the red earth and pouring rain). La imagen está salpicada de color en el lienzo, es la base de la poesía, lo que me atrae de este arte lingüístico, pictórico, auditivo. Recientemente estuve viviendo una especie de crisis de la mediana edad en la poesía, cuestionando el oficio y mi desempeño y me di cuenta otra vez de que tengo motivos para pisar tierra, que Dios y sus ángeles, sus profetas, me han dado una tarea: hablar de la historia de aquella isla desconocida, perdida, para hacerla presente en culturas lejanas y ajenas con el fin de entender que todas las culturas de la tierra experimentan los altibajos, los horrores y los regocijos que mi tierra natal ha vivido durante mi estancia en el planeta. Y además, y siempre, haz música con el lenguaje, hazla bailar. Intento hacerlo cada vez que veo una hoja blanca y armo mis dedos con una pluma. ‒ Contigo se confirma que la patria del poeta es el lenguaje, ¿no crees? ‒Diría que la patria es el lenguaje y el escritor su embajador, nombrado para ser su representante en el extranjero. Sí, es cierto que además de cumplir las tareas del embajador, promover un lenguaje depurado, claro, que baila, que entra por la venas para inyectar oxigeno a la sangre, el poeta también podría
ser miembro de una nación. En mi caso, esta nación fue borrada del mapa. Sin embargo, ando por el mundo en representación de un país adoptivo –agradecido por ello‒ y la patria de las lenguas en que escribo mis poemas. Ahora escribo en cuatro idiomas: inglés, español, portugués y francés. ‒¿En qué países te has sentido más identificado, pensando en la cultura y específicamente en las letras? ‒Me criaron católico y lector y jugador de cricket. Así que en mis nuevas tierras he buscado correspondencias, la maracuyá, por ejemplo, de Brasil y de Perú; los chiles de México; las playas… hay un sin fin de paisajes, sabores, sonidos que te dan consuelo en tu destierro. En las Américas he encontrado lectores de mis poemas, amigos que escuchan mis dilemas y mis gritos sobre el paraíso bélico en que nací. Lo curioso es que me encuentro en casa fuera de casa. Vivo en esta contradicción. Hay ciudades latinoamericanas más amistosas con las letras que otras... Buenos Aires, por ejemplo, con sus excelentes librerías y cafés; Bogotá, con sus revistas literarias e intelectuales sin par en la región; el Distrito Federal con su espléndido apoyo a todos los artistas. Hay grandes centros donde me siento feliz, pero de todas las ciudades de América en que he tenido la suerte de vivir señalaría una ahora en crisis por la guerra entre bandas criminales y el Estado: Monterrey. A la vista no es necesariamente un gran centro de las artes (en el sentido de los cafés literarios, librerías, teatros…), pero bajo la superficie, entrando a sus casas, he encontrado al menos cuatro de mis mejores amigos, pensadores, traductores y literatos de este planeta. Donde se reúnen los amigos con los cuales se puede discutir todo y mejorar tu oficio, te encuentras en casa •
ensayo
ihai Eminescu es considerado el poeta nacional de Rumania. “El creador del idioma rumano”, lo llama el historiador Nicolae Iorga. La influencia que ejerció el romance popular en su obra lo convirtió en uno de los poetas más populares del país, al punto de que, un siglo más tarde, el régimen de Ceausescu lo elevó a mito. Su obra es vasta, pero su vida fue corta y trágica. Nació en enero de 1850, en la Moldavia rumana, hijo de un padre acaudalado de la entonces Bucovina austríaca y de madre perteneciente a la aristocracia moldava. Estudió en escuelas alemanas de su ciudad natal y más tarde filosofía en Viena y Berlín. Murió a los treinta y nueve años. Empieza a publicar a los dieciséis y cambia su apellido de origen eslavo por el de Eminescu, para sonar más rumano. Entre 1866 y 1869 viaja por Rumania visitando Cernauti, Blaj, Sibiu, Giugiu, Bucarest. En octubre de 1869 se traslada a Viena, asiste a la Facultad de Filosofía y forma con los estudiantes rumanos la sociedad La joven Rumania. Retorna a su país en 1874 y se ocupa en Iasi como Director de la Biblioteca Central y como inspector de escuelas; más adelante es nombrado redactor de la revista El Tiempo, órgano oficial del partido conservador. Fue también apuntador y copista del Teatro Nacional, donde traba amistad con el dramaturgo I . L . Caragiale. Por esa época conoce a Veronica Micle, su musa y azarosa amada. Es también el período de sus grandes poemas. Poeta apasionado, conjunta una heroica visión metafísica, una frondosa sensibilidad y fantasía acaudalada. Cantó a la naturaleza y al amor. Con todo y que su obra se ubica en el tardío romanticismo europeo, Eminescu es un poeta clásico y harto moderno ‒en el sentido en que lo es nuestro Manuel
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La
plegaria de un dacio
José Othón. Muchos de sus poemas conservan una actualidad asombrosa. En 1883 sufre un violento colapso nervioso y es ingresado a un hospital psiquiátrico, de donde lo trasladan a un sanatorio en Viena. Luego de recuperarse regresa a Bucarest, sólo para ser nuevamente recluido. De acuerdo con el certificado médico, sufría de psicosis maniaco-depresivas ‒un trastorno bipolar en lenguaje actual‒, aunque una hermana suya reveló que padecía una enfermedad secreta que le había afectado el sistema nervioso. Tocó a su generación consolidar la literatura escrita de Rumania, iniciada poco antes. Lector y traductor de literatura alemana, recibió la influencia de Schiller y Heine, pero sobre todo de Schopenhauer, igual que de Lamartine y Musset. Su influencia en la literatura rumana es profunda. Su literatura representa ‒escribió la propaganda oficial del régimen comunista‒la cumbre de la cultura rumana moderna.
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Escultura de Mihai Eminescu en Besarabia
Ha sido traducido a decenas de lenguas. Su obra abarca narrativa, drama, periodismo, pero era sobre todo un poeta. Su poesía es amorosa y vehemente, y su visión de la vida pesimista, como la de los grandes escritores de su país. En su juventud sus versos exaltaban el patriotismo y el despertar de la conciencia rumana, fresca aún la unificación de los principados rumanos. Mircea Eliade dijo de él: “Cada nueva lectura de Eminescu nos hace volver, como en un sueño, a casa.” De su madurez destacan los poemas de carácter filosófico, la parte más perdurable de su obra. “La plegaria de un dacio” y “Melancolía” pertenecen a esa época, cuando escribe también obras como las “Epístolas” y “El lucero” (o “Hiperión”). La musicalidad del idioma rumano, que no es posible trasladar enteramente, luce armoniosamente en su poesía. En español no ha sido traducido tanto como otros coterráneos suyos; sin embargo, ha tenido la fortuna de contar entre sus traductores a Rafael Alberti y María Teresa León. Las versiones que presentamos a continuación pertenecen al poeta de Cádiz y a su esposa. Los rasgos que abundan en la literatura rumana son la intensidad, un vigor delirante y la lucidez de sus escritores. Trátese de Eliade, Tzara, Ionesco o Cioran, los autores más célebres, o de otros como Panait Istrati, Mihail Sebastian o Norman Manea, en todos existe una asumida conciencia de desvalimiento que desarrollan en su literatura por distintas rutas. Aunque varios entre ellos hayan optado por escribir en una lengua distinta al rumano, queda claro que cada uno pertenece, más que a la lengua, a donde están sus obsesiones. Lejos de ser un artificio, esa característica es una propensión remota de la identidad rumana, como ya lo muestran estos poemas de Eminescu • L.A.
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poesía
Jornada Semanal • Número 878 • 31 de diciembre de 2011
Dos poemas Mihai Eminescu
La oración de un dacio Cuando aún no existían ni muertos ni inmortales ni manantial había ni almendra de la luz, ni nacido mañana, ni hoy ni luego ni siempre, porque todas las cosas eran tan sólo una; cuando la tierra, el cielo, el aire y este mundo estaban en el número de lo que no existía, entonces Tú eras solo, por eso me pregunto: ¿A qué Dios entregamos, humilde, el corazón? Él solo ya existía primero que otros dioses y del profundo océano dio las fuerzas al rayo, a los dioses el alma, a los hombres la dicha, y es para los humanos manantial de salud. ¡Levantad vuestro coro! ¡Glorificad en cantos al que es fin de la muerte, resurrección y vida! Para que la luz viera, Él me ha dado los ojos y me ha llenado el alma de la suma piedad. Puedo escuchar su paso entre el clamor del viento y en una voz que canta reconocer su voz. Mas siempre le mendigo algo de añadidura: ¡Que me permita entrar en el reposo eterno! Que maldiga a quien piense tener piedad de mí, que bendiga clemente a quien me está oprimiendo, que escuche complacido a quien de mí se burle y dé fuerzas al brazo que querría matarme, permitiendo que triunfe sobre todos los otros el malvado que quite hasta el pan de mi boca. Rechazado por todos atravieso los años, hasta que ya sin lágrimas vea secos mis ojos. Cuando todos los hombres se yergan enemigos, cuando yo no consiga casi reconocerme, cuando los sufrimientos mi bondad petrifiquen y llegue a maldecir la madre que he adorado, cuando la ira cruel me parezca el amor... el dolor olvidando, ya me podré morir. Y si extranjero muero fuera de ley, entonces este indigno cadáver tiradlo en la calleja, y yo te ruego, Padre, desde el premio más alto a quien mande a los perros rasgar mi corazón. Y si alguien me apedrea golpeándome el rostro, ¡dale la vida eterna, Señor, tenle piedad! Sólo de esta manera, Padre, te daré gracias por la dicha que tuve de vivir en el mundo. Para pedirte bienes no doblé la rodilla, para la maldición quisiera conmoverte y sentir que a tu soplo mi aliento se evapora y en la extinción eterna me diluyo sin rastro.
Melancolía Es como si una puerta se abriera entre las nubes para que pase muerta la reina de la noche. ¡Oh, duerme, duerme en paz entre miles de antorchas, bajo tu tumba azul y el sudario de plata, en tu gran mausoleo, bóveda de los cielos, tú, dulce y adorada soberana nocturna! El mundo en su extensión yace bajo la escarcha, que reviste de un velo de luz pueblos y campos; el aire centellea y albos como la cal brillan los edificios, las ruinas solitarias. El cementerio, mudo, de cruces rotas, vela; sobre una cruz, parada, hay, gris, una lechuza, el campanario cruje, los pilares resuenan, y el demonio, diáfano, atravesando el aire, roza muy tenuemente el bronce con sus alas, arrancando un gemido, una ola de dolor. La iglesia desplomada se mantiene piadosa y triste y triste y muda y vieja y a través de sus vidrios rotos el viento silba; se dijera un ensalmo del que se oyen palabras. Dentro, sobre los muros antes llenos de iconos, apenas los contornos de su sombra han quedado, y como sacerdote, un grillo va tejiendo su idea oscura mientras una polilla dobla. ...... Fue la fe quien pintó los iconos de las iglesias, ella quien a mi alma llenó de cuentos mágicos, pero la tempestad y el vaivén de la vida apenas me dejaron huellas tristes y sombras. En vano busco hoy mi mundo en mi cerebro porque herrumbroso y viejo sólo en él canta un grillo; bate mi corazón debajo de mi mano igual que una carcoma mordiendo un ataúd. Cuando pienso en mi vida, la veo que resbala lentamente contada por labios extranjeros, como si no fuera mía, como si no hubiera existido. ¿Quién es éste que cuenta de memoria mi vida tan bien que hasta lo escucho y río del dolor como si fuese ajeno?... Hace tiempo estoy muerto.
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en buen Ru Leandro Arellano
l mundo era más vasto entonces. Mediaba el primer milenio a C cuando Herodoto se echó a andar. Bordeó el Mar Negro, visitó Babilonia y la Cólquide, alcanzó Egipto y navegó el Nilo. El historiador da testimonio, también, de que los geto-dacios, ancestros del actual pueblo rumano, se desprendieron de las tribus tracias que
que a las de Dobrogea y Moldavia. Su reino se desintegró hacia el 44 a C ante los múltiples asedios enemigos. La actual Constanza ha poseído varios nombres durante su secular existencia. Primero el de Tomis, cuando su fundación por los colonizadores griegos junto con otras ciudades que sobreviven prósperamente hoy día. Hasta ella condujo el destierro al poe-
Tristan Tzara. Foto: Andre Kertesz
poblaban los Balcanes orientales. Los bárbaros nativos de origen tracio, a quienes los romanos identificaron como dacios, fueron llamados getas por los griegos. Estrabón señala que los dacios eran getas que habitaban las planicies de Panonia –más o menos el actual territorio transilvano‒, en tanto que los propios getas poblaban el oriente de los Cárpatos y la costa de Mar Negro. Herodoto asegura que los getas eran los más valerosos y los más justos entre los tracios. La formación cultural de los geto-dacios fue producto de una larga fusión de elementos cimerios, escitas, ilirios, celtas, de tracios meridionales y otros. Luego, a finales del siglo VII a C . se establecieron colonias griegas en el litoral del Mar Negro y fundaron varias ciudades, siglos antes de que la región se convirtiera en provincia romana. Fundaron e infundieron el rasgo distintivo de Istros, que los romanos llamaron Histria, Callatis, la actual Mangalia y Tomis, la Constanza de hoy. Con el correr de los años se formó una poderosa unión tribal geto-dacia en Dobrogea, en la región oriental, y en el siglo II a C esa unión tribal se fortaleció en lo que hoy es Transilvania. Un siglo más tarde en la región de Hunedoara se constituyó un centro político religioso bajo el mando del primer rey dacio que registra la historia. Burebista no sólo unificó a las tribus de la zona intercarpática, sino las de toda la campiña del norte del Danubio, igual
ta Ovidio cuando contaba cincuenta y un años de edad, el año 8 de nuestra era. La fama mayor de la ciudad proviene quizás de haber acogido en su exilio al poeta romano. Allí el poeta se dolía de su soledad, deploraba la rudeza de sus habitantes y se lamentaba del clima, sobre todo del largo invierno. Entonces el poder y la burocracia eran romanos, mas la cultura y las costumbres de la pequeña ciudad y puerto eran griegas. Con el tiempo Ovidio atemperó su opinión sobre la población local, que lo acogió con respeto y consideración desde su arribo. Según su propio testimonio, aprendió la lengua de los getas. De los siglos de dominación romana los rumanos heredaron la lengua, el cristianismo y la leyenda y el culto a Ovidio. El poeta es venerado en toda Rumania. Los romanos habían llevado con ellos, sobre todo, ese poderoso instrumento romanizador, el latín, escribió el historiador Nicolae Iorga. La riqueza natural de Rumania era importante para Roma. En aquellos años fue su mayor proveedor de trigo, como hoy lo debe ser para la Unión Europea, pero además producía plomo, hierro, sal y una larga lista de productos. Floreció Dacia bajo el reinado de Decébalo (87-106 dC), quien combatió a las legiones romanas, pactando con ellas el año 106, cuando fue derrotado definitivamente. Las tropas de Trajano lo sometieron por la fuerza al fin –antes habían probado otros métodos‒,
terminando así su reinado. Dacia pasó a ser otra provincia imperial. Aquel mismo año se organizaron las fronteras en una sola provincia, en dos en el año 119 y en tres en el 158. En la Dacia Felix se establecieron de manera organizada corrientes de colonos romanos o romanizados, procedentes de distintos orígenes. De la convivencia entre los naturales y los colonos se formó
Eugene Ionesco. Foto: AFP
una civilización y una cultura novedosas, igual que una población dacio-romana de lengua latina, la cual procreó al pueblo rumano y su lengua. Nicolae Iorga destacó, “El sello de Roma”, esa cualidad romana de crear estructuras propias –cultas y civilizadoras‒ que, aunque modificadas posteriormente, persisten hasta hoy. Dacia fue una provincia muy urbanizada. Una docena de ciudades asentadas en anteriores establecimientos dacios sobrevivieron y conservaron sus nombres. Los historiadores calculan la población de la Dacia hasta en un millón 200 mil habitantes en aquel tiempo, cuando aún continuaban arribando emigrantes de Dalmacia, Panonia, Anatolia, Siria, Egipto, etcétera. El proceso de romanización continuó aun después de la retirada de las legiones romanas del emperador Aureliano ante las embestidas de los godos, en el año 271, y alcanzó varios siglos hasta que los romanos se vieron obligados a abandonar las regiones danubianas. Tras la salida de las legiones romanas, los dacios padecieron de nuevo sucesivas invasiones: visigodos, hunos, germanos, avaros, y ‒notablemente‒ de eslavos hacia el siglo VI d C . Durante ese lapso la romanización se intensificó en el territorio con la penetración del latín que difundía el cristianismo entre las amplias masas rurales. Así, sobre aquel sustrato mayoritariamente dacio, se forjaba un pueblo románico diferente y a
mano
Mircea Eliade
car Grecia, y estableciéndose de modo permanente en toda la región. Godos, hunos, avaros, eslavos, húngaros y otros invasores fueron asimilados por la población romanizada, superior en cultura y demografía. Así se constituyó el pueblo rumano, cuya lengua basada en el latín y con una sensible dosis de elemento eslavo, alcanzó su madurez hacia el siglo X d C ., cuando ya aparecían en la región carpato-danubiana elementos característicos del mundo feudal. El proceso de formación del pueblo rumano no es fácil de hallar en fuentes escritas. Hasta los siglos IX o X cualquier mención a aquel territorio, Dacia, se refiere sólo a “los bárbaros” que dominaban el área, no obstante que de las inscripciones que sobreviven un elevadísimo porcentaje se halla en latín. La evolución de la sociedad rumana, eminentemente rural, fue lenta. La inexistencia de una clase burguesa la dejó al margen del Siglo de las Luces. Sin embargo, los rumanos desarrollaron a través de los siglos una larga y rica tradición oral de romances, canciones populares, baladas, cuentos, coplas y leyendas. La literatura rumana escrita comienza propiamente, como su vecina rusa, hacia el siglo XIX , quinientos años después de la Divina Comedia. Más que en los libros, a decir de Nicolae Iorga, la historia de su país se encuentra en sus hábitos, en sus modales y gestos, que no fueron escritos.
El origen romano de los rumanos no fue puesto en duda por historiadores bizantinos, germanos, polacos, húngaros, italianos y otros, hasta el nacimiento de los nacionalismos, en el siglo XVIII . Pero no hay duda de que la población rumana es el producto de un largo proceso que tuvo inicio en la romanización de los dacios y culminó con la rumanización de los eslavos, hacia los siglos IX y X d C . Al norte se despejó
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Más que en los libros, a decir de Nicolae Iorga, la historia de su país se encuentra en sus hábitos, en sus modales y gestos, que no fueron escritos.
la realidad rumana y al sur la búlgara, donde predominó el elemento eslavo. La formación del pueblo rumano tuvo lugar bajo circunstancias difíciles, como ha sido todo el desarrollo histórico de ese pueblo. Rumania es frontera de Europa y Asia y territorio donde se entrecruzaban tribus de tres continentes, de norte a sur, de este a oeste y viceversa. Producto del latín vulgar que se hablaba en la provincia dacia y en la costa del Mar Negro, el idioma rumano se desarrolló lentamente, lo mismo que la identidad de la población. Aquélla contenía al principio elementos de la lengua tracia y más adelante estuvo sometida a fuerte influencia de la eslava (como la española al árabe), pero la estructura gramatical latina permaneció intacta. Estudios modernos calculan que entre un dieciséis y un veinte por ciento del vocabulario básico es de origen eslavo.
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A diferencia de otras literaturas romances que emergieron al comenzar el segundo milenio de nuestra era, la rumana sólo se manifestó con los cronistas de los siglos XVII y XVIII , cuyos escritos jugaron un papel importantísimo en la formación literaria de la lengua rumana. Ese despertar coincidió de algún modo con la unificación de los principados rumanos en un solo Estado, en 1859.
Emil Michel Cioran
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la vez familiar a los que se constituyeron en otras partes del vasto imperio romano: España, Francia, Portugal... En el siglo VI d C comienza, pues, la segunda etapa de formación de la actual Rumania, al tiempo que el imperio romano mudaba su centro de Roma a Bizancio. Entretanto, las corrientes eslavas continuaron migrando y adentrándose en los Balcanes, hasta to-
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Panait Istrati
El estudio verdadero de la literatura no puede destrabarse del estudio de la lengua y viceversa, escribió Antonio Alatorre en Los 1,001 de la lengua española. Así, los orígenes de la literatura rumana están profundamente arraigados en el folclor, en la creación popular, fecunda y múltiple. Y sólo hacia mediados del siglo XIX se afirman los primeros escritores rumanos de prestigio. Con la literatura, cada pueblo establece y fija su propia lengua. En el siglo XX la literatura rumana dio a luz a varios escritores que alcanzaron reputación mundial: Eugen Ionesco, Tristan Tzara, Panait Istrati, Mircea Eliade, Emil Michel Cioran, Norman Mallea... La labor de esos creadores no es improvisada, sino el fruto de un árbol de raíces antiguas y profundas. Como el español, el italiano o el francés, el rumano proviene en línea recta del latín y éste de la lengua madre: el indoeuropeo. El parentesco entre las lenguas neolatinas es fácilmente identificable, bien que las semejanzas entre esas lenguas hermanas varía. El nombre del país, Romanía, significa reino romano, tierra de romanos. El término romanus que usaban de tiempo atrás, está documentado al menos desde el siglo XVI , incluso por humanistas italianos. Según el Diccionario panhispánico de dudas, la designación del país es correcta en sus dos formas, es decir Rumania o Rumanía. Por economía y asociación fonética con los nombres de otras provincias romanas, nosotros usamos la primera •
le eer Literatura española, Alfonso Reyes, FCE ,
México, 2010.
LAS LETRAS Y LOS AUTORES DE ESPAÑA RAÚL OLVERA MIJARES
El sexto tomo de la colección Capilla Alfonsina, titulado Literatura española, cuyo prólogo, selección de textos y notas a pie de página corrió a cargo del poeta Vicente Quirarte, presenta una de las más ágiles, atinadas y elegantes entregas de las aparecidas hasta hoy en la serie. El prólogo, realizado en un estilo modesto, obsequioso y breve, logra una cosa notable: acercar al lector al tema sin volverse él mismo demasiado notorio, sin distraer en exceso, sin atraer de una manera casi truculenta las luces de los reflectores del prologado hacia el prologuista. La selección, siguiendo un orden estrictamente histórico, incluye textos de carácter general, dispuestos en el volumen a modo de introducción y de conclusión; el primero titulado "Nuestra lengua" y el último "Ejercicios de historia literaria española". En medio quedarían nueve ensayos dedicados a grandes autores españoles, abarcando desde el siglo XIV con la sátira clerical hasta finales del XIX con la novela de cuño realista. Emocionadas resultan las páginas donde Reyes examina la vida y la obra del Arcipreste de Hita o bien de Lope de Vega, por dar un ejemplo. Entre Quevedo y Góngora, la balanza y el gusto poético del autor se inclinan más hacia este último; de hecho, Reyes dedicó varios libros al poeta cordobés, entre otros Cuestiones gongorinas y Tres alcances a Góngora. La figura de Quevedo, a diferencia de los ensayos de Jorge Luis Borges, quien afirma que es casi inconcebible que fuera de la tradición hispánica se conozca apenas el nombre de Francisco de Quevedo, mucho menos admitir sus imponderables méritos queda un poco más en la sombra, hasta cierto punto apocada en la consideración de Reyes, pues no se hace mención alguna de su labor como filólogo y traductor ni –omisión aún más grave– de sus obras de sátira política y costumbrista. Quevedo en sí mismo es una literatura, arguye Borges, una frase que más tarde, en su momento, otros habrán de aplicar al escritor argentino. Julio Torri, un autor recordado en el prólogo por su valioso manual La historia de la literatura española (1952) y sus inolvidables y contundentes Ensayos y poemas (1917), en su correspondencia con Alfonso Reyes, solía ponderar Las vísperas de España como una obra donde el autor había alcanzado un verdadero hito en el estilo en la prosa castellana; eso dicho por otro de los gran-
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des estilistas y poetas en prosa de la lengua, se entenderá, es todo un honor. Literatura española, un volumen bien estructurado, sólido, donde se echan de ver las tablas que, en la edición de libros y la enseñanza de las letras españolas y mexicanas, tiene el antólogo. La intención original de Carlos Fuentes, director de la serie, era encomendar la selección de los textos y el prólogo a su buen amigo, el gran escritor español Juan Goytisolo. En buena hora rectificaron los editores; confiar estos libritos a grandes nombres puede resultar contraproducente, pues generalmente esas figuras están demasiado ocupadas con su agenda personal •
Libro de mal amor, Fernando Iwasaki, Ediciones Cal y Arena, México, 2011.
REÍRSE DE UNO MISMO JORGE ALBERTO GUDIÑO
Decir que el amor es el tema predilecto de los escritores es decir poco. Si acaso, caer en un lugar común que, de tan manido, aleja a los interlocutores de inmediato. Incluso si se profundiza un poco más se sigue corriendo el riesgo de ser poco original como cuando se asegura, por ejemplo, que ha sido la literatura la que nos ha enseñado a amar como lo hacemos. Es un claro ejemplo de cómo la palabra escrita ha sido capaz de generar sentimientos. No se puede poner en tela de juicio que el amor, tal como lo conocemos en su máxima idealización, es producto de una serie de refiguraciones que parten de lo narrado. Tan es así, que nos comportamos como lo hacemos persiguiendo una idea que no es del todo practicable: amar con todo, hasta entregarnos por completo.
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Quizá sea por ese aprendizaje que hemos investido al amor de solemnidad. No habría otra forma de entregarse a él si, a cambio, nos exige el indudable placer del sufrimiento. Así, resulta sencillo escribir amores trágicos, no correspondidos, inconclusos. Nos regodeamos con ellos y asumimos que el amor, cuando llega a su máxima expresión, también es una derrota. He ahí su solemnidad. Fernando Iwasaki (Lima, 1961) es un autor que no goza de la fama que merece. Tal vez porque siempre ha escrito lo que le ha venido en gana sin afán de satisfacer a los lectores. Él mismo nos dice que “no cree en la escritura como texto de representación, sino como texto de presentación”. En Libro de mal amor se da a la tarea de contarnos diez percances amorosos, todos propios. Desde el primero, cuando apenas contaba con nueve años, hasta otros más estremecedores que fueron forjando su carácter. Llaman la atención muchas cosas. Primero: cada una de las diez veces Fernando se enamoró de la mujer más bella del mundo. ¿Hay forma de que no sea así? Enamoradizo a más no poder, el personaje y narrador siempre supo entregarse por completo. Para ello requería ser seducido por una mujer que valiera la pena. Cada una de ellas lo valía por completo. ¿Se puede amar de otra forma? Parece ser que no. Segundo: las historias dejan al protagonista en medio de una sensación de ridículo en el buen sentido de la palabra: el de lo extravagante. Cada uno de los sacrificios llevados a cabo, cada prueba no superada, cada embelesamiento y cada renuncia nos obligaban a reírnos de su fortuna mientras nos sumábamos más a su causa, esperando que la próxima, por fin, fuera la buena. Tercero: los referentes son tan cultos que uno no puede sino dudar acerca de cuántos se le han pasado. Desde la intertextualidad evidente del título hasta juegos de palabras complejos y complacientes. La lista continúa. Pero la suma de las virtudes de este libro sólo sirve para evidenciar algo: reírse de uno mismo sirve para hacer literatura, para desmitificar el amor y para, en una de ésas, lograr presentarlo como sólo las palabras lo pueden hacer •
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Inés y la alegría, Almudena Grandes, Tusquets Editores, México, 2010.
ALMUDENA GALDOSIANA LEO MENDOZA
“La Historia inmortal hace cosas extrañas cuando se topa con el amor de los cuerpos mortales”: esta es la premisa que anima la última novela de Almudena Grandes, Inés y la alegría, una vibrante reconstrucción de un episodio ignorado de la historia española: la invasión del valle de Arán en 1844 por cuatro mil guerrilleros convencidos de que, tras el desembarco aliado en Normandía y la derrota alemana en Francia, los días de Franco estaban contados. Lo novela, primera entrega de un ciclo narrativo al que su autora ha bautizado galdosianamente como “Episodios de una guerra interminable” y cuyo eje central es la resistencia antifranquista durante la postguerra, entrelaza la gran historia con la vida de personajes anónimos que, sin embargo, supieron encarnar la esperanza en esos años cuando, dice el poeta Jorge Teillier, al Partido Comunista sólo entraban los héroes. Inés y la alegría es, al mismo tiempo, el retrato de la educación sentimental de los protagonistas de la novela: Inés, la hermana de un reconocido líder de la Falange que termina por convertirse en miembro del Socorro Rojo, y el capitán Galán, un guerrillero español que, tras combatir a los nazis en el sur de Francia, cruza junto con sus compañeros los Pirineos, y el relato puntual de las entretejeduras políticas que dieron al traste con el plan urdido por Jesús Monzón tras la creación de una de las primeras coaliciones antifranquistas de la postguerra: la Unión Nacional Española. Para Grandes, lo ocurrido en el valle de Arán se gestó en 1939 y tiene que ver con la vida sentimental de personajes históricos. Nada de lo que ocurrido en 1944 –nos dice Grandes– hubiera pasado si la Pasionaria, forzada a abandonar Francia en 1939, no hubiera estado enamorada de Francisco Antón y, preocupada por rescatar a su amante, no hubiese abandonado la dirigencia de los comunistas españoles en manos de su eficiente secretaria, Carmen de Pedro, quien –a su vez– mantenía una relación amorosa con Jesús Monzón, prohijando así el ascenso de un dirigente eficaz, postergado de la dirigencia partidista, y que se encargó de reconstruir, primero en Francia y luego en la clandestinidad en España, a un partido descabezado y derrotado para, finalmente, ser condenado
al ostracismo en el momento en que Santiago Carrillo se apoderó de la dirigencia del Partido Comunista. Esta historia aparece como un gran telón de fondo, casi como un correlato a la novela profundamente necesario para entender por completo esa época, no tan lejana como parece, cuando la ilusión del comunismo movía a buena parte del mundo. Sin embargo, el meollo de la novela es la vida del puñado de guerrilleros que, esperanzados en una pronta victoria, cruzan los Pirineos ignorando que razones geopolíticas de las grandes potencias y recelos y dudas de la dirigencia del Partido, habían condenado la invasión al fracaso. Grandes ha recreado la vida de estos militantes esperanzados, muchos de ellos criaturas extraídas de los más hondo de la tradición popular española, como Comprendes, Bocas y Montse, centrándose en la relación amorosa de Inés y el capitán Galán, tampoco exenta de dudas ante la llegada a las filas rebeldes de una hermana de un líder de la Falange montada a caballo y con un kilo de rosquillas en las manos. Inés y el capitán Galán son los narradores de esa otra historia, más íntima, aun cuando profundamente humana, tan significativa que se extiende muchos años después, cuando, en Touoluse, se han convertido en los dueños del mejor restauran de comida española y los jóvenes han tomado el relevo en la lucha contra la tiranía. La novela de Almudena Grandes no sólo rescata este momento desconocido de la historia española, sino que narra magistralmente la vida de estos hombres ilusionados cuyas peripecias, a veces humorísticas y otras tantas trágicas, recuperan por momentos gran parte del espíritu que habita las novelas de Benito Pérez Galdós •
Confesiones de un joven novelista, Umberto Eco, Lumen, México, 2011. Traducido por Guillem Sans Mora, estee volumen reúne un ciclo de conferenciass impartidas en Estados Unidos por el autor de Apocalípticos e integrados. s. El propio Eco se encarga de explicar, r, a sus casi ochenta años, por qué see refiere a sí mismo como a “un joven n novelista” para posteriormente, e, en cuatro apartados cuyo título dee ningún modo refleja ortodoxia algunaa de semiótico profesional, pormenoorizar una larga serie de cuestioness relativas a la concepción, la estructu-ración, la elaboración y la recepción n que han tenido sus bien conocidass novelas: El nombre de la rosa, El péndulo de Foucault, Baudolino y La isla del día de antes.
Historia y creación. Textos filosóficos inéditos (19451967), Cornelius Castoriadis, Siglo XXI Editores, México, 2011. Conceptos como “verdad”, “ena-jenación”, “autonomía”; los distin-tos modos de pensar la historia; laa relatividad de la lógica; la racionali-dad del proceso dialéctico… éstas y muchas otras ideas son abordadass por el célebre, aunque no del todo o comprendido y a veces distorrsionadamente recordado Castoria-dis, de quien suele traerse a cuento o sobre todo su intensa colaboración n en la revista Socialismo o Barbarie. e. Aquí se descubre, como bien dicen n los editores del libro, “una lógicaa tan profunda como desconocida del el trabajo de ese gran filósofo que habría sido Castoriadis”.
Diccionario de modismos mexicanos, Jorge GarcíaRobles, Editorial Porrúa, México, 2011. Realizado con el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales 2009 del Fonca, y amén de su evidente utilidad lo mismo para filólogos, lingüistas, escritores de toda laya y demás fauna académicoliteraria, este Diccionario… es una verdadera delicia, página por página. Su confección, huelga mencionarlo, debió ser ardua y agotadora, pero al mismo tiempo gozosa, a juzgar por los resultados. No faltará el lector que eche dee menos un modismo, un vocablo, blo, una expresión por él bien conocida, onocida, o una acepción aquí no recogida; todo lo cual será, rá, por supuesto, prueba a favor vor de la necesidad innegable de contar con más trabajos ajos como éste, que registren tren el momento presente del habla nacional, a fin de reconocer su riqueza za infinita y su naturalezaa siempre cambiante.
LA PALABRA CLARA DE GABRIELA MISTRAL Ximena Ortúzar en nuestro próximo número Años, Cesare Pavese
próximo número
Los daños, farsa política de Juan Tovar jsemanal@jornada.com.mx da a..co com om mx
Juan Domingo Argüelles Arte, poesía y pelos A lo largo de los siglos, la censura oficial y eclesiástica propició un arte sin pelos. Los únicos pelos admitidos en la pintura eran los de las largas cabelleras de los personajes femeninos, cuyo propósito era caer sobre los senos y cubrirlos. Más aún: en El nacimiento de Venus, de Botticelli, la cabellera es tan larga que sirve para cubrir el pubis: pelo sobre pelos. La casta Susana, de Tintoretto, no tiene pelos; y La maja desnuda, de Goya, apenas si tiene una tenue pelusa, pero no exactamente pelos. El tabú en el arte clásico es el de los vellos pubianos. De ahí que estuviera tanto tiempo censurada la maravillosa pintura de Gustave Courbet (1819-1877), El origen del mundo (1866), que hoy se exhibe por fortuna, sin hipócritas pudores, en el Musée d’Orsay, en París. Courbet se atrevió a ponerle pelos al arte, ¡y qué pelos!, ¡y qué visión más maravillosa del desnudo femenino! Pero también le puso los pelos de punta a la censura. Lo más absurdo del tabú piloso en el arte es su cercanía con la pornografía. Paradójicamente, no en el caso de la obra de Courbet (plena de pelos), sino en casi toda la depilada pintura clásica. Una de las características de la pornografía contemporánea es la casi absoluta ausencia de pelos. Los genitales masculinos y femeninos se han rasurado para una mirada más anatómica que erótica. Parece ser que la pornografía con pelos es invendible hoy, del mismo modo que el arte con pelos era censurado y perseguido en el pasado. Lo supo, por ejemplo, Modigliani. En su libro Bohemios, Dan Frank trae a la memoria el episodio de 1917, en París, cuando Berthe Weill organizó, en una galería de la rue Taitbout, la primera exposición de Modigliani. Refiere: “La noche de la inauguración había tanta gente dentro de la galería como fuera de ella. De un lado, los amantes del arte; del otro, los viandantes, estupefactos ante los desnudos expuestos en el escaparate. Enviaron a un agente que se encargó de informar al comisario. Éste les hizo llegar el siguiente mensaje: hay que descolgar los cuadros. Berthe Weill se negó. Fue inmediatamente citada en la comisaría de policía. Tuvo que cruzar la calle entre los abucheos y pullas de los señores con polainas y las señoras con tocado. El comisario estaba furibundo: –¡Le ordeno que retire toda esa porquería! –¿Y se puede saber por qué? –le preguntó la galerista. –Esos desnudos... –el representante de la ley escupía al hablar. Cuando se repuso, respondió con una voz rota por la cólera a esos desnudos... ¡tienen pelos! Hubo que cerrar la galería. Para ayudar a Modigliani, que vivía sumido en una profunda miseria, Berthe Weill le compró cinco cuadros.” Al igual que la pintura clásica, la poesía clásica está, generalmente, depilada. Casi no hay menciones o alusiones al vello pubiano o a los pelos. Tuvo que venir Pablo Neruda para decir lo siguiente, en su “Material nupcial”: “Horizontal, temblando y respirando y blanca/ y sus pezones como dos cifras separadas,/ y la rosal reunión de sus piernas en donde/ su sexo de pestañas nocturnas parpadea.” Los pelos sólo son mencionados explícitamente en la poesía erótico-jocosa de autores como Félix María de Samaniego (1745-1801), quien en El jardín de Venus escribe, por ejemplo: “Ya descubría las redondas tetas/ de brillante blancura,/ ya, alzando la delgada vestidura,/ manifestaba un bosque bien poblado/ de crespo vello en hebras mil rizado.” O bien: “Cuando la vista alzando descuiGustave Courbet
dado,/ vio con admiración cierta montaña/ de pelo engrafillado”. (La portada del libro de Samaniego tiene la imagen femenina más desnuda posible pero, ¡previsiblemente!, sin ese “bosque bien poblado.”) Por lo general, sólo en las obras narrativas explícitamente erótico-pornográficas (Grushenka, Fanny Hill, Historia de O, etcétera), el vello pubiano no es marginado. Pero hay que ser muy exhaustivos para encontrar pelos en la literatura canónica. En una de sus elegías, García Lorca hace uso de la imagen para, más que nombrarlos, aludirlos: “Llevas en la boca tu melancolía/ de pureza muerta, y en la dionisíaca/ copa de tu vientre la araña que teje/ el velo infecundo que cubre la entraña.” No hay vellos en la poesía de Borges ni en la de Vallejo, aunque sí en la de Gonzalo Rojas: “Una vez hubo/ una mujer vestida con la u de tu cuerpo/ que palpitaba adentro de todas mis palabras,/ los vellos, los destellos.” Quién lo hubiera pensado: la pornografía, en las antípodas de la censura, adoptó el canon pubiano del arte clásico ¡sin pelos! •
31 de diciembre de 2011 • Número 878 • Jornada Semanal
Ana García Bergua Hoja de lata Para Raquel Piastro y Ana Clavel
Cómo me gusta la hoja de lata, esa materia que quiere brillar como la plata y ser dura como la espada, pero a falta de dinero y prestigio no es una cosa ni la otra. La hojalata es como nos vemos muchos, carentes de ambos elementos, y no por ello menos esforzados en vernos presentables y hasta entrañables. La hoja de lata es una burla, un juego; fue un triunfo popular de la revolución industrial que además se convirtió en un elemento estético. ¿Quién no ha coleccionado aquellas cajitas art nouveau, decorativas y librescas, en las que ninfas triunfales anunciaban pomadas para los callos o pastillas para la garganta, con largas explicaciones para el decorado consumidor? ¿Quién no guarda en alguna parte su caja anaranjada de Sal de Uvas Picot? ¿Quién no, sus cajitas de té de jazmín o los modernistas juguetes, trenes, cochecitos, motocicletas y ranas de cuerda de hojalata? O la española caja de galletas utilizada como costurero, que apareció como un relámpago sentimental en la película Volver, de Almodóvar, prodigiosamente llena de paquetitos, cintas, carretes de hilo y agujas. El brillante hombre de hojalata de El mago de Oz, el leñador al que su propia hacha iba cercenando partes que iba sustituyendo, paulatinamente, por miembros, tronco y cabeza de hojalata, tiene las articulaciones oxidadas y le falta corazón. En Oaxaca le hubieran dado un piadoso corazón de hojalata, un corazón de Jesús como tantas cosas que fabrican, pues son nuestros genios en aquella materia (y en tantas más): corazones, flores, cajas, manos, pericos, mariposas, gatos y espejos de hojalata, como el que me regaló mi maestra Lucille Donay cuando me casé, quizá para que me viera de nuevo y nueva en él. Los oaxaqueños se han seguido de largo con la hojalata y los milagritos religiosos han pasado a ser imanes para el refrigerador, botellas de mezcal a las que se les ruega que no se terminen pronto, la mano que te da la buena mano en el amor y el dinero, el gato que cuida el hogar. Pero volviendo al hombre de El mago de Oz, quizá fue el precursor de los robots y los caballeros medievales del cine nacional, tan de hojalata, tan poco serios y oxidados también a estas alturas. La lata de conservas, triunfo de la era napoleónica glorificado por Campbells, ganó la inmortalidad y la sorna simultáneas gracias a Andy Warhol, que la transformó en obra de arte, eso sí, pop. Ramón Gómez de la Serna dijo en una greguería: “Las latas de conservas vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.” Y en otra insistió: “Las latas de sardinas se abren con ganzúa.” Se abre la lata y se termina su encanto, su brillante y apetitosa promesa; ahora, en nuestros días, hombres rudos de hojalata estrujan botes de cerveza de hojalata. Las latas han perdido la llave de su casa y su puerta se abre sin tener que llamar, jalando una manija impertinente; así, los ladrones deshojan como si nada las latas de sardinas y las violan como a señoritas en un convento. Hay latas de aire de Italia y latas de fuego para las fogatas. La búsqueda de la inmortalidad industrial, traicionando a la hojalata, se topó con el plástico y ahora no sabemos cómo deshacernos de él: caliente, chicloso, insonoro, disgusta y ensucia. Yo prefiero la hojalata, materia sentimental, el golpe terrible que dan algunos niños, como el tambor de hojalata del niño que se niega a crecer en la novela de Gunther Grass. Los niños de hojalata juegan con juguetes de hojalata y son
PASO ADE RETIRARME LAS RAYAS LA CEBRA
........ LA CASA SOSEGADA JORNADA DE POESÍA
a
cortantes, poco complacientes, a diferencia de Pinocho, el niño de madera. En la hoja de lata sólo escriben los picos y los cuchillos. La hojalata tiene el candor de esos juguetes y en inglés suena tin, tin, tin, como campana sorda; se llamaba Tin Pan Alley a un grupo de compositores de canciones y editores de música popular estadunidense de finales del siglo XIX y principios del XX , quienes se concentraban en un barrio de Manhattan, donde al parecer había una calle de ese nombre, que según la salvadora Wikipedia alude al sonido de los pianos de pared en aquellos establecimientos, similar al golpeteo de cacerolas de hojalata: un sonido brillante y sordo a la vez, otra broma. Un sonido que debía de dar la lata a quienes intentaban concentrarse en otra cosa. Qué lata. A los amables lectores les ofrezco esta cajita de hojalata un poco chiflada y sentimental este primero de enero de 2012, para desearles un año próspero y dichoso de hojalata, amuleto contra malos augurios y noticias tristes •
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........ arte y pensamientto
Alonso Arreola alarreo@yahoo.com
Carta a los reyes Como cada año, compartimos aquí nuestras peticiones a ese trío de magos viajeros a quienes, según creemos, siempre ha importado la música. La diferencia con nuestras anteriores misivas, claro, es que este 2012 se verá singlado por los tinos y desatinos de tres candidatos presidenciales. Ya veremos qué canciones los identifican; qué composiciones aparecen para apoyarlos o denostarlos; qué horrorosos bailes nos regalarán tratando de vender una personalidad ficticia. En fin, mientras eso sucede crucemos los dedos para que algunas cosas lleguen o desaparezcan del aire en los próximos doce meses. Aquí unas ocurrencias al vapor. Que el disco tributo a Bob Dylan para celebrar los cincuenta años de Amnistía Internacional sea lo que todos esperan: una joya de enero. Que Trent Reznor haga más música para películas. Que David Bowie regrese a la carretera. Que Peter Gabriel renuncie a sus proyectos con orquesta. Que Thom York no vuelva a bailar en ningún videoclip de Radiohead. Que el imparable John Williams le dé al clavo con el soundtrack de War Horse, próximo estreno de Steven Spielberg. Que Steven Wilson siga adelante con proyectos y discos tan valiosos como Grace for Drowing. Que Rush siga, y siga, y siga… Que Lou Reed y Metallica ya no hagan tonterías juntos. Sobre conciertos: que Björk y Primus pisen suelo azteca. Que las presentaciones de Adrian Belew, Radiohead, Opeth, Elton John, Noel Gallagher, Roger Waters, Les Luthiers, Kaiser Chiefs, Evanescence y otras de este nuevo año valgan el precio de su boleto, pues prometen. Que Tania Libertad celebre con salud sus cincuenta años cantando en el Palacio de Bellas Artes. Que los Qué Payasos celebren en el Plaza Condesa con salud sus treinta años pintando sonrisas. Hablando de música clásica y de jazz: Que Lang Lang no vuelva a hacer una portada como la de Liszt Now. Que el gran Jordi Savall encuentre paz en su corazón tras la pérdida de su amada Montserrat Figueras. Que Paul Motian siga dándole a la batería más allá de la muerte. Que todas las orquestas mexicanas se preparen con sabiduría para las próximas turbulencias burocráticas. Hablando de festivales: que los gastos de las campañas presidenciales no afecten sus presupuestos. Que el festival Radar deje descansar a Mike Patton y compañía. Que el Vive Latino siga dando cobijo a nuevas propuestas. Que el Festival de México recupere su lugar e importancia con una programación más plural e inteligente. Que la Feria Internacional de la Música de Guadalajara evolucione priorizando la calidad sobre el negocio. Que el Cervantino se expanda con la inclusión de géneros musicales más variados. Que nuestros festivales de jazz impulsen más talento local en lugar de apostar por los mismos nombres internacionales de siempre. Que los del extranjero corrijan el rumbo (el Festival de Jazz de Nueva Orleáns ha invitado a Paulina Rubio para su edición del 2012… Sin palabras). En el mundo más comercial del entretenimiento sonoro: que Adele recupere su gran voz. Que Ce Lo Green siga haciendo buenas canciones. Que Britney Spears se retire, porque va en camino de convertirse en “leyenda” y eso sí es llevar demasiado abajo la historia del pop. Que Espinoza Paz sea abducido por una nave alienígena cuyos intereses experimentales estén relacionados con agujas y electricidad en ambientes sin oxígeno. Que Lady Gaga deje de hacerle a la payasada con sus atuendos y se concentre en su innegable talento. Que Los Vázquez Sounds se preparen, por favor. Que Hello Seahorse!, Ximena Sariñana, Natalia Lafourcade, Belanova, Sara Va-
lenzuela y otros proyectos de pop nacionales mantengan sus intentos. Que los musicales de teatro producidos en México sigan la senda en la que se han metido, pues sólo así veremos algo que valga la pena a futuro (no hablamos d e p roye c to s t i p o Aventurera, p o r supuesto). Sobre el mundo de los medios y el negocio musical: que MT V … no, mejor no, MT V ya no tiene nada que hacer ni ofrecer. Eso sí, que VH1 no repita sus pasos. Que sigamos viendo al aire los shows de Jools Holland y Elvis Costello. Que la fusión entre las disqueras Universal y EMI no afecte al natural desarrollo de la producción, promoción y distribución independientes. Que no desaparezcan más revistas de música. Que el Animal nocturno, de Ricardo Rocha, se mantenga y mejore su producción y elección sonora. Que nuestros concursos de canto televisados lleguen al nivel de calidad de X Factor o American Idol. Se acaba el espacio y queda demasiado en el tintero… Apenas podemos desearle un buen año y pedirle al lector, eso sí, que haga eco y nos escriba de vez en cuando aunque sea para mostrar su desacuerdo. Aquí sí aguantamos vara y no chillamos a la Peña Nieto. Abrazo •
Luis Tovar cinexcusas@yahoo.com
El cine, las publicaciones y sus registros (I DE III) Suele decirse que las mascotas tienden a ser parecidas a sus propietarios o, expresado tal vez con más precisión, que una mascota es elegida justamente en función del parecido que, de entrada, guarde con quien será su futuro propietario y, por lo tanto, demiurgo casi absoluto del mascótico destino. Se sabe, también, que la convivencia cotidiana se encarga de acentuar dicho parecido, en sintonía con el refrán aquel donde se afirma que “la constancia en el trato genera afecto hasta con el gato”. En México, el cine y las publicaciones periódicas que lo abordan –y por delante todas aquellas que de él viven–está en una situación terriblemente parecida a la descrita en el párrafo anterior. Apenas hace falta aclarar que, en este parangón, el papel de amo lo representa el cine mientras el de mascota se lo reservan las revistas y demás publicaciones periódicas –no todas, desde luego y por fortuna–, que tienen a aquél como universo temático. Una revisión mínima del presente, así como del pasado inmediato –digamos los últimos dos o tres lustros– lo confirma. Por lo que corresponde a las revistas, habitualmente de periodicidad mensual o bien bimestral, un día como hoy están disponibles las siguientes: Cine Premiere, Cinemanía, Cine Toma y la universitaria Estudios Cinematográficos, editada por el CUEC de la UNAM . Desde luego, no es imposible que existan otras, pero su aparición ya irregular, ya dictada por las necesidades del acontecimiento que les da origen, pero sobre todo su escasa distribución y, por ende, su reducida disponibilidad, las convierten en auténticas flores de un día y, aunque pueda todavía encontrárseles de súbito y de tanto en tanto, para efectos prácticos pertenecen al camposanto al que han ido a parar, a lo largo del período señalado, títulos como 24×segundo, X Cinema y otras pocas.
PARÉNTESIS VIRTUAL Como bien se sabe, paralelo al carril de las publicaciones impresas corre, y con fuerza, el de las publicaciones virtuales. Empero, ninguno de los muy numerosos que igualmente tienen al cine como su materia de trabajo puede ser equiparado con las revistas especializadas, debido por lo menos a un par de razones. La primera, de origen, consiste en el hecho de que los sitios de internet dedicados a la cinematografía en su mayor parte son –salvo los generados por dichas revistas, por lo cual se corresponden totalmente en contenido e intención y, por lo tanto, resultan irrelevantes en tanto fuentes distintas de información o enfoque– producto del interés o el entusiasmo personales y, por lo tanto –segunda razón–, carecen de cualquier estructura parecida o asimilable a un consejo editorial. En otras palabras, la información y el tratamiento que se le da en estos sitios virtuales, no por azar casi todos ellos blogs o portales que en su inicio fueron blogs, emanan del ejercicio constante de un albedrío unipersonal. No se dice con lo anterior nada en contra ni a favor de los blogs, sus autores y sus modos de proceder ; sólo quiere indicarse la diferencia radical de su naturaleza, comparada con la que muestran publicaciones periódicas como las mencionadas. Por todo lo anterior, para efectos del razonamiento que anima estas líneas es menester que se prescinda del universo virtual, si bien dicho universo no carece, por cierto, de sus sitios-mascota, sin que para ello importe demasiado la condi-
CINEXCUSAS CINEXCUSAS
Jornada Semanal • Número 878 • 31 de diciembre de 2011
BEMOL BEMOL SOSTENIDO SOSTENIDO
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ción ya individual, ya de grupo, de tales sitios, ni tampoco si son generadoras de textos con aspiraciones críticas usualmente malogradas, o simples receptáculos de opiniones boteprontescas.
LA RAZÓN A-CRÍTICA De las mencionadas hasta aquí, son las
todavía vivas Cine Premiere y Cinemanía, así como las ya fenecidas 24×segundo y X Cinema las que, por voluntad manifiesta de sus hacedores, deben ser encuadradas en el esquema amo-mascota. El común denominador de todas ellas fue, ha sido y sigue siendo algo que, con toda seguridad, ya intuyó el lector de estas líneas, si no es que lo sabe de manera directa a partir del conocimiento personal de dichas publicaciones. Ese “algo”, pues, se llama ausencia de cualquier pronunciamiento, postura o actitud crítica; una ausencia no sólo total y sin fisuras sino, sobre todo, deliberada, voluntaria e incluso indispensable, desde la perspectiva del cometido de fondo que les da razón de ser, para cuyo cumplimiento el ejercicio de la crítica –e incluso de cualquier cosa que a ésta pudiera parecerse– constituiría un impedimento colosal • (Continuará.)
arte y pensamiento ....... LA JORNADA VIRTUAL
1 de enero de 2012 • Número 878 • Jornada Semanal
Naief Yehya naief.yehya@gmail.com
Fuego amistoso, alianza antagónica: EU-Paquistán
una ametralladora de 12.7 mm, la cual no hizo el menor daño a las aeronaves atacantes, que regresaron intactas.
ALIADOS DESECHABLES
TENSA ALIANZA
La noche del 25 al 26 de noviembre pasado, en dos puestos fronterizos del área de Salala de la región (entidad) tribal de Mohand, en la frontera de Paquistán con Afganistán, tuvo lugar una carnicería que recuerda otros incidentes de “fuego amistoso” o errores de blancos recientes en el Medio Oriente, como cuando personal de la ONU (cuatro soldados de las fuerzas de paz desarmados), el 25 de julio de 2006, en un puesto de observación en el sur de Líbano, fueron asesinados tras seis horas ininterrumpidas de un ataque coordinado aéreo y de artillería del ejército israelí (FDI). La investigación israelí concluyó con una disculpa del gobierno de Tel Aviv en la que reconocían haber cometido un error “causado por mapas defectuosos”. Este tipo de errores trágicos pueden suceder y ser justificados sin el menor problema dentro de la lógica del conflicto armado. El hecho de que el FDI tenía comunicación continua con esos puestos de observación, que estaban literalmente a tiro de piedra de sus bases, no parece ser un agravante, ni evidencia de que hubo algo más serio que una simple torpeza o negligencia. En el caso de la matanza de veintiocho soldados (incluyendo dos oficiales) de la Brigada 77 de Mohand, todo comenzó con un avión que cruzó la frontera viniendo de Afganistán, disparó unas bengalas y se alejó. Una hora y media después, helicópteros y varios aviones regresaron a disparar a los soldados paquistaníes, lo cual hicieron durante un lapso que, según los reportes, fue de 2 a 5 horas, hasta matarlos o herirlos a todos en lo que parecía ser una metódica cacería. La única arma de mediano calibre con que contaban los soldados paquistaníes era
A LÁPIZ
En este caso también se ha asegurado que se llevará a cabo una investigación, pero ya se habla de un error, de talibanes que se ocultaron en la cercanía de los puestos fronterizos y de “lamentable daño colateral”. No obstante, para Paquistán este acto puede verse como una especie de represalia por sus recientes protestas contra la actitud arrogante de las fuerzas de ocupación estadunidense y sus constantes incursiones en territorio paquistaní (las cuales han costado alrededor de 6 mil vidas), y por el episodio del asesinato de Osama Bin Laden en Abbottabad, una acción que fue humillante para el ejército y el gobierno. Los paquistaníes no han ocultado su certeza de que esta matanza tuvo intención de intimidarlos y silenciarlos. La tensa e incómoda relación entre EU y Paquistán no es nueva. No olvidemos que inmediatamente después de los ataques del 11- S , el entonces subsecretario de Estado, Richard Armitage, se presentó con el entonces primer ministro Pervez Musharraf y lo amenazó diciendo que, de no unirse a la campaña contra el Talibán, bombardearían Paquistán, dejándolo “de regreso en la Edad de Piedra”. Además, Paquistán es el único país musulmán que tiene la bomba atómica y, por tanto, la capacidad de incomodar y preocupar a EU de manera especial; sin embargo, el gobierno y el ejército paquistaní son instituciones profundamente corruptas y adictas a la ayuda financiera estadunidense.
LA OTRA VERSIÓN El general Mirza Aslam Beg publicó un artículo muy revelador y extremadamente beligerante en Frontier Post, donde
Enrique López Aguilar alapiz@hotmail.com
Nostalgia prematura Si los libros han resistido el desorden y el hecho de albergar polvo, hongos, bacterias y ácaros para quienes consultan legajos como los del Archivo General de la Nación (donde se exigen tapabocas y guantes quirúrgicos a los usuarios de los volúmenes antiguos), y ahora deben enfrentarse a los defensores de la revolución tecnológica (“no es problema el analfabetismo funcional existente en la mayoría de quienes ingresan a los primeros años de las escuelas y facultades universitarias”, pues ven con íntimo regocijo el estallido de una revolución semejante a la de Gutenberg: la de la computadora); si los libros han resistido hongos, incendios y filotecnólogos, ¿qué puede esperar, en la modestia de su hogar, un amante de los libros que trata de no ser parte de ese arremetimiento antilibresco, ni de ese síndrome que es variante de Fahrenheit 451? Apocalípticos ochenteros auguraban la disolución de todos los libros publicados entre 1970 y 1990: “la acidez empleada para hacer el papel, más el uso de papel reciclado, más/ van a hacer que dentro de veinte años los libros impresos en esta década se deshagan en las estanterías”. Sigo aguardando el fenómeno singular de ser el testigo de un derrumbe así en un sector de mi biblioteca: edificios y torres desmoronándose, polvo y materia libresca suspendida por todos lados, ambulancias y alaridos de autores, personajes y pensamientos cayendo al piso en estado de irreparable dispersión. Esos mismos apocalípticos afirmaban: “el futuro está en las computadoras”. (Al margen de que un libro puede llevarse a todos lados –en los viajes, en el transporte público, dentro del baño, a la hora previa del dormir en la cama, casi a la hora de hacer el
amor…–, cosa que todavía no es apreciable en los formatos tecnológicos –no me ha sido dado ver a nadie leyendo algo en su laptop dentro del Metro, la pesera, o la tina–, el conocimiento ofrecido por los libros no exime de la lectura al usuario cibernético, sino todo lo contrario: se supone que debe leerse la información buscada; suponiendo que el llamado hipertexto “libere” del molesto conocimiento a quien puede acceder a él mediante una rápida búsqueda por internet: ¿no se supone la lectura de lo consultado, sea en formato de hipertexto o de texto impreso? El conocimiento y los libros… Los prefiero tanto como al piano, pues detesto el sintetizador y el llamado “teclado” electrónico, por más que el apisonamiento de unas teclas logre simular sonidos inverosímiles de oboes, violines y teponaztles aunados en ímpetus tímbricos que no desmienten su raíz electrónica.)
propone que la noche del 25 de noviembre alrededor de cincuenta militantes del grupo Tehrik-e-Taliban-e-Paquistán (TPP) incursionaron en territorio paquistaní con la intención de preparar ataques, pero fueron cercados por la Brigada 77. De acuerdo con el general Aslam, los militantes enviaron un SOS a las fuerzas estadunidenses, la Fuerzas de Seguridad Internacionales y la OTAN , quienes fueron a su rescate. Durante el ataque, las fuerzas de EU ignoraron los llamados por parte de los oficiales paquistaníes que pedían que detuvieran el fuego, el cual continuó hasta que los militantes pudieron escapar y regresar a territorio afgano.
LA SALIDA INDIGNA Hay una creciente ansiedad en el Pentágono y la Casa Blanca ante el hecho de que la guerra en Afganistán, tras diez años y un gigantesco despilfarro de recursos y pérdidas humanas, está perdida. Esta acción y otras semejantes pueden interpretarse como un esfuerzo para involucrar directamente a Paquistán, para presionarlo a tomar el relevo en esta guerra y continuar la fracasada misión estadunidense de mantener un gobierno títere en Afganistán que no se colapse en cuanto sus tropas abandonen el terreno. El presidente afgano, Hamid Karzai, en lo que va de su período –que concluye en 2014–, no ha logrado establecer nada parecido a instituciones y ha resultado una trágica decepción para EU, que tiene muy pocas probabilidades de tener una salida digna de otra trágica derrota militar •
No es que el futuro o el presente no se encuentren en las computadoras y sus variantes tecnológicas (iPods, youPods, drinkPods, fuckPods, godPods…), sino que sigo prefiriendo cosas “a la antigüita” (concepto donde se igualan discos y libros para mantener la voz de un autor cerca de quienes estamos lejos de él, merced a ciertas gracias tecnológicas): escuchar música, leer un libro, hablar con una persona “en persona”, tocar la piel de una mujer (en lugar de fingir que la toco al chatear con alguien cuya identidad ignoro), comer unas buenas tortas de papa (en lugar de ingerir pastillas que sepan a eso). ¿Eso me coloca contra la tecnología moderna? Claro que no. Uso licuadoras, lavadoras, automóviles, televisores, computadoras, cajeros automáticos y lo que el mundo contemporáneo ofrece a toda su clientela. Sería tonto no hacerlo y resulta cómodo aprovechar esos avances, siempre que funcionen (el elevador reiteradamente descompuesto, la caída del sistema en el banco, el “no se acepta ninguna clase de tarjeta por fallas en la línea”…). La fragilidad del libro la comparte la computadora, dependiente de los suministros eléctricos y telefónicos: tan fácil es romper un libro como la pantalla del más inteligente aparato cibernético, por no mencionar que nuevas generaciones de lenguajes computacionales convierten en obsolescencia los códigos vigentes de antaño, lo cual implica consumismos y actualizaciones que un libro publicado en 1605 no solicita al común de los lectores: no necesito la versión “actualizada” del “programa editorial” del Quijote para leer la novela de Cervantes, salvo que requiera de “ediciones críticas”, que no es lo mismo que cambiar de Word 96-97 a Word 2007, o de disquete a CD y USB. Dicen que Cortázar dijo que la felicidad era sostener un libro con una mano mientras, con la otra, se rodeaba y acariciaba el seno de una mujer –por tocar dos universos simultáneos–, para luego cerrar el libro y/ Ni la más versátil de las iLoquequieras da para tanto •
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Germaine Gómez Haro
El auge de los exvotos pintados (II Y ÚLTIMA) En la entrega pasada se comentó la revaloración y difusión que han tenido las pinturas de exvotos en los últimos años y su presencia en importantes exposiciones en museos en México y en el extranjero. Actualmente coinciden en París tres exhibiciones relacionadas con el tema. En el Museo del Louvre tiene lugar una singular muestra titulada Los museos son mundos, la cual rinde homenaje al Nobel de Literatura 2008 Jean-Marie Le Clézio, quien fue invitado como curador para elaborar un guión museográfico en torno al multiculturalismo. El escritor eligió una interesante y ecléctica selección de obras provenientes de Vanuatu, Haití, Nigeria y México, cuatro zonas “periféricas” que conforman una parte medular de su universo literario. Entre las obras provenientes de nuestro país, destaca la presencia de trece exvotos contemporáneos de la autoría del retablero defeño Alfredo Vilchis, los cuales dialogan con un autorretrato de Frida Kahlo, como un guiño para recordar que muchos artistas de esa generación se inspiraron en la tradición del exvoto popular, y con retablos medievales de la colección del museo, estableciendo una correspondencia estética entre las diferentes culturas. Las piezas de Vilchis que integran esta muestra fueron seleccionadas a partir de la exposición individual que tuvo lugar en la Casa Lamm en enero de 2011, curada por la investigadora Elin Luque Agraz, especialista en el tema, quien ha realizado una incansable
labor de rescate y conservación de estas pinturas en santuarios como el de la Basílica de Guadalupe y el de la Vírgen de la Soledad en Oaxaca, entre muchos otros. El trabajo de Alfredo Vilchis (México, DF ,1956) consiste en hacer una crónica pintada de episodios históricos, como es el caso de los que se presentan en el Louvre, inspirados en la Revolución mexicana, y de acontecimientos del devenir cotidiano de nuestro tiempo, como son la violencia de género, el alcoholismo, los secuestros, la delincuencia organizada, la injusticia social y la impunidad, el narcotráfico, los emigrantes clandestinos, la prostitución, el sida, las cuitas de los homosexuales, etcétera. Autodidacta, Vilchis comenzó hace unos veinte años a pintar exvotos y a venderlos en un puesto de la Lagunilla, donde lo conoció el célebre artista francés Hervé di Rosa, quien lo introdujo en Francia a través de un libro publicado por la editorial Seuil en 2003: La calle de los milagros. Paralelamente a la exposición en el Louvre, la galería Frédéric Moisan presenta una muestra individual de Vilchis –Exvotos contemporáneos mexicanos– integrada por más de un centenar de piezas recientes que han tenido una respuesta asombrosa entre el público de ese país. Como el de todos los retableros de barrio –que ya no abundan–, el trabajo de Vilchis no tiene la menor intención de ser una “obra de arte” en los términos impuestos por los cánones del arte contemporáneo; sin embargo, posee cualidades intrínsecas que a menudo ya no encontramos en la pintura “calificada” : son obras de cuidada factura que revelan la frescura y espontaneidad del alma del pueblo mexicano que busca plasmar en imágenes de fácil lectura las historias de sus tragedias y tribulaciones, según afirma el propio autor: “Es un trabajo muy hermoso pero muy doloroso. Hay que hacerlo con respeto, no solamente por el dinero; somos los mensajeros de los sentimientos de la gente.”
Jorge Moch
ARTES VISUALES El Instituto Cultural de México en París también rinde homenaje a las pinturas de exvotos con la muestra titulada Relatos pintados. La otra historia, curada también por Elin Luque, quien, a través de una selección de noventa piezas, ofrece una visión muy particular de las condiciones en las que el pueblo ha padecido el devenir histórico en períodos emblemáticos, como son la Independencia y la Revolución, ilustrada por piezas en las que, a decir de la investigadora, “se observa al pueblo aplastado al igual por los grupos federales que por los villistas o zapatistas”. La selección de piezas que integran esta muestra es exquisita, contando con pinturas inéditas provenientes de colecciones particulares y del Museo Amparo de Puebla. La exposición –museografiada por Iván Evaristo Valdés– ha resultado una joya entre las muestras recientes en la capital francesa. “La religiosidad popular –escribió Carlos Monsiváis en el catálogo de esta muestra– es una viaje interminable donde el milagro hace las veces de indulto de la opresión visual de todos los días.” Los exvotos son quizás un punto de encuentro entre lo sagrado y lo terrenal unidos por los imperceptibles lazos de la fe y la esperanza •
CABEZALCUBO
tumbaburros@yahoo.com
Josefina, Ernesto y una pesadilla mediática Si hacemos caso a las advertencias de la Historia debemos aceptar que los grandes consorcios de medios masivos, liderados con todo y sus taras y vicios por el duopolio Televisa- TV Azteca, son un fiel determinante de la frágil balanza electorera en México, y que nuestra democracia, pubescente niña de apenas doce años de edad, nació enferma de progeria y es una quimera que languidece avejentada, ajada, vejada y trunca; que no queremos reconocer que agoniza a pesar de los estertores, la descomposición social, la mano de la violencia en la vida diaria, la constante intimidación a la sociedad que suponen retenes y convoyes de uniformados encapuchados y tramposamente anónimos tal que fueran delincuentes en descampado y armados, siempre armados hasta los dientes, que van por ahí enseñando en mueca perruna. Si observamos notas de prensa, menciones en noticieros y los comentarios más o menos editoriales con mayor o menor sesgo, perfila con cortesana nitidez la preferencia de los grandes consorcios, lanzados desde mucho antes de hacerse oficiales las candidaturas (y sus patéticos estadios previos) en campaña promocional de su favorito a la presidencia: las televisoras apoyan de manera destacada (unívoca en la práctica cotidiana) al priísta de origen –hélas!– salinista del popular y engominado copete, Enrique Peña Nieto. Pero tampoco, contumaces manipuladoras de su capital político, hacen las televisoras ascos a la
nebulosa candidatura oficialista que se debate entre la ingenuidad, el atropello y la preponderancia de dos figuras principales, el delfín Cordero, cachorro de la presidencia atrabiliaria de Felipe Calderón, y la delfina Josefina, abanderada de gruesos sectores de la ortodoxia neopanista, cuyos hilos siguen manejando desde sombras a menudo sobradas de reflectores personajes ingratos –otra vez la Historia– a nuestra historia, como Carlos Salinas de Gortari o la pareja nefasta de san Francisco del Rincón. En derredor de estos dos principales personeros comiciales de la derecha brinca, enano y casi mítico como chaneque, un Santiago Creel megalómano, embebido en sus delirios de lo improbable pero, dicen los que dicen que saben, no imposible. Y a ratos, a ratitos, aparece a cuadro Andrés Manuel López Obrador, c u y a i n t e n t o n a d e a g l u tinar izquierdas parece enfatizar a veces que la izquierda en México es refractaria a las amalgamas y en cambio indefectible, inevitablemente sectaria y proclive a tribalizarse –y trivializarse– a sí misma. Ante este panorama que es circo y grotesca caricatura, entre masacres y levantones, atentados y devaluaciones, entre gasolinazos y la histeria publicitaria del mercachifle navideño, inauguramos un año que se devela cruel, un baño largamente anunciado
en los medios de mierda y lodo, una guerra sucia constante en el contexto electoral, un descrédito redivivo y revolvente en la política convertida ya nunca en herramienta de convivencia social y gestión pública, sino insolvencia moral, arreglos cupulares y secretos, intervención negociada del extranjero en nuestros asuntos (como Estados Unidos, histórico ganador en este río nuestro tan revuelto, tan de mineras impunes, tan de petróleo barato y dinero lavado) asoma el discurso de Josefina y Ernesto, que contrasta notablemente, en su mascullar “orden y respeto” con la amorosa república de una izquierda fracturada y atomizada y la ausencia evidente de un proyecto coherente por parte del copete alzado y su guapa esposa actriz de telenovela. Ese discurso, el mismo que antes regó como mala semilla la hermana del presidente del nepotismo en Michoacán, el del “orden y el respeto”, huele a fascismo cuando se pronuncia ante la estampa de los soldados atajando el paso en las carreteras, cuando caen abatidos por el odio activistas de los derechos humanos, defensores de migrantes, quienes exigen que aparezcan decenas de miles de desaparecidos. Es el tufillo del fascismo que apuntaba Primo Levi en El sistema periódico, aquel que “no era un desgobierno improvisado, sino la negación de la justicia”; el régimen que “se había consolidado como guardián de un orden y una legalidad detestables, basados en el apremio al trabajador, en la ganancia incontrolada de quien explota el trabajo ajeno […] en la mentira sistemática y deliberada”. Orden y respeto que, además de su esencia nauseabunda, hacen espectáculo de la imposición electorera y se arrogan el derecho de salpicarnos de su porquería mediática, de su mentirosa sonrisa de afiche, de lodo, de sangre, de mentiras sin fin •
ensayo
Medan* Tahrir en El Cairo
1 de enero de 2012 • Número 878 • Jornada Semanal
Vivian Jiménez
Las trenzas de Herta Müller Lorel Manzano
E
l concepto de plaza no existe en Egipto. No existe como lugar donde la gente se reúna en grandes y variados grupos; donde se celebren fiestas para bailar, comer, conversar, besarse y abrazarse, reírse o llorar; donde nazcan nuevos proyectos; donde se compre y se venda, y se recreen las tradiciones y la cultura del país. No existe ese espacio que no duerme ni descansa o simplemente donde la gente, cualquiera, vaya a caminar. En El Cairo no hay una Djemaa El Fná, una Plaza Mayor, una Piazza Navona, una Plaza Roja o una Plaza de la Constitución o Zócalo. Con el movimiento social que comenzó el 25 de enero, estallaron múltiples necesidades de los egipcios, entre ellas la de tener un lugar de encuentro más allá de las mezquitas y los bazares, de darle un carácter más humano a sitios donde el tráfico, descontrolado y voraz, era el único dueño. Los pocos espacios que se asemejan a pequeñas plazuelas (heredados de la arquitectura mameluca) nunca se consolidaron como lugares públicos, salvo para el rezo de los viernes. Necesitaban otro que pudieran hacer suyo todos los egipcios, un espacio con el que se identificaran todas las voces. Antes de que sucedieran las grandes protestas en Tahrir, este sitio no tenía mayor trascendencia en la vida cotidiana del egipcio (son calles por las que no se puede andar sin el riesgo de ser atropellado por los autos desordenados); sin embargo, con los períodos más intensos, Tahrir emprendió un cambio que lo convertiría en otro. El propio
significado de su nombre se hizo consigna día tras día en las almas que se concentraban allí convencidas de que la “liberación” (Tahrir) no podría tardar más. Aunque la tensión generada en momentos puntuales por una euforia que se descontroló y la macabra manipulación del régimen decadente, provocaron duros enfrentamientos, equívocos lamentables, ese espacio se fue abriendo a algo distinto. Fue dejando de ser un incómodo lugar de paso para convertirse en el único lugar donde todos podían encontrarse y compartir el mismo propósito. Al llegar la dimisión de Mubarak, la Medan Tahrir contaba con una corta pero nueva historia de sí misma. Amigos, desconocidos y familias enteras podían reunirse a celebrar en un lugar que reconocían como suyo. Los jóvenes con sus tambores y panderetas le daban un carácter distintivo mientras pequeños grupos debatían sus nuevos proyectos. Las mujeres con velo, niqab, shador o con la cabellera, los brazos y el cuello descubiertos celebraban juntas, no importaban religión ni costumbres sino el hecho de que eran egipcias. Aunque los coptos y los musulmanes están bien diferenciados, en Tahrir la mayoría de la gente coreaba a toda voz: “Cristianos, musulmanes, ¡igualdad!” Coranes y Biblias eran levantados al cielo por las manos de la misma persona, y en un mismo rostro se pintaban la cruz y la media luna. Dominaba la algarabía (me alegra usar una palabra que heredamos de las suyas), los vendedores de baladi, foul, té, frutos secos, karkadeh,
desde sus puestos ambulantes se mezclaban con los que iban a rezar, a repartir panfletos, los que iban a caminar vestidos con galabeyas y tarbush o con gorras, pantalón mezclilla y camiseta. El egipcio quería mostrar al mundo que no sólo era el pueblo de El Nilo, Tot-Ankh-Amon y las pirámides, querían acabar con la imagen limitada y distorsionada que de ellos se tenía. Las banderas de otros países árabes que se revelaban ante el dominio y la opresión, además de las egipcias, ondeaban en solidaridad. Cientos de souvenirs, camisetas y muchas otras cosas alusivas a lo que acontecía en el país se vendían por doquier. Los colores blanco, rojo y negro y el número 25 predominaban. Los grafitis con imágenes, prácticamente ausentes hasta entonces, comenzaron a aparecer por toda la ciudad, fundamentalmente en las cercanías de Tahrir. El efecto de Tahrir se extendió fuera de los límites del país con la misma persistencia y rapidez con que lo hace la arena del Sahara. Los vecinos países árabes incorporaron su nombre para identificar lugares emblemáticos o crear consignas que definieran su también proceso de cambio. Se fue convirtiendo en un símbolo. Aunque no termina su transformación y sufre los embates propios de las transiciones ‒y aunque todavía el proceso que la catapultó esté incompleto y lleno de incertidumbre‒, Medan Tahrir ha logrado convertirse en un lugar de identidad, en la primera gran plaza de El Cairo… Alhamdulelá (Gracias a Dios) • * Medan se traduce como plaza.
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