5 minute read
Secciones fijas Polémicas para librepensadores (Adán y Eva: la injusticia (II
Polemicasparalibrepensadores
Adán y Eva: la injusticia (II)
Advertisement
Por el Venerable Hermano Aquilino R. Leal
El V.·. H.·. Aquilino R. Leal fue fundador de las logias Septem Frateris 95 (Río de Janeiro) el 10/08/1983 y Stanislas de Guaita 165 (Río de Janeiro) el 20/06/2006. Ambas trabajando en el REAA
Ingeniero electricista y profesor universitario, se encuentra jubilado.
Fue iniciado enla Masonería el 03 de Septiembre de 1976, elevado al grado de Compañero el 28 de Abril de1978 y exaltado a Maestro el 23 de Marzo de 1979. El 05 de Julio de 1988 ocupó el cargo de Venerable Maestro.
El V.·. H.·. Aquilino R. Leal fue fundador de las logias Septem Frateris 95 (Río de Janeiro) el 10/08/1983 y Stanislas de Guaita 165 (Río de Janeiro) el 20/06/2006. Ambas trabajando en el REAA. Pueden contactarle por medio de su e-mail: aquilinoapolo@gmail.com
El hecho
¡Sí! ¡Volvemos a la carga! ¡En realidad, ni eso! En honor a la verdad, hemos preparado tres crónicas con el título Adán y Eva: La injustica; el primero de ellos fue publicado en la primera edición de 2021 de Retales de Masonería: número 115, página 80, con la siempre habitual y bien hecha traducción al español por el 'hermano' Mario López Rico - ver facsímil de la portada y la polémica Adán y Eva: La injustica a continuación.
Publicar entonces tres crónicas polémicas con el mismo título no siempre da los resultados esperados, por lo que a esto, la redacción de Retales de Masonería decidió espaciar las crónicas para que el lector tenga más tiempo para reflexionar y, como dicen en Brasil, "enfriar la cabeza".
Si te perdiste el número 115 ¡no te desesperes! ¡Tenemos la solución!
Vaya al enlace https://retalesdemasoneria.blogspot.com/p/archivo-de.html donde no sólo se puede acceder a esta edición específica de Retales de Masonería, sino también ¡a todas las ediciones anteriores!
En el enlace anterior encontrarás cinco opciones para descargarlas: MEGA, MEDIAFIRE, ONEDRIVE, 1FICHIER y GOOGLE DRIVE. ¡Elige el que más identifiques!; o si quieres leer online: ISSUU y SCRIBD
Después de todo lo anterior, vamos ya al meollo, ¡vamos a lo que nos interesa!
En la Sagrada Biblia, versión João Ferreira de Almeida, podemos leer lo siguiente em Génesis 3:1-21:
1. Así, la serpiente era la más astuta que todas las alimañas del campo que el Señor Dios había hecho. Y ella le dijo a la mujer: Así es como Dios dijo: ¿No comeréis de todos los árboles del jardín?
2. Y la mujer dijo a la serpiente: Del fruto de los árboles del jardín comeremos,
3. pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios dijo: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
4. Entonces la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.
5. Porque Dios sabe que, en el día que de él comáis, se abrirán vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo lo que es bien y mal.
6. Y, viendo la mujer que aquel árbol era bueno para comer, y agradable a los ojos, y árbol deseable para dar conocimiento, tomo de su fruto y comió, y dio también a su marido, y él comió con ella.
7. Entonces, fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera, e hicieron taparrabos para ellos.
8. Y oyeron la voz del Señor Dios, que paseaba por el jardín al caer el día; y se escondió Adán y su mujer de la presencia del Señor Dios, entre los árboles del jardín.
9. Y llamó el Señor dios a Adán y le dijo: ¿Dónde estás?
10. Y dijo él: oí tu voz sonar en el jardín, y temí, porque estaba desnudo, y me escondí.
11. Y Dios dijo: ¿Quién de mostró que estabas desnudo? ¿Acaso comiste tu del árbol que te ordené que no comieras?
12. Entonces dijo Adán: la mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y comí.
13. Y dijo el Señor Dios a la Mujer: ¿Por qué hiciste eso?
14. Y dijo la mujer: La serpiente me engaño y yo comí.
15. Yo pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y su simiente: esta te herirá la cabeza y tú le herirás el talón.
16. Y a la mujer dijo: Multiplicaré grandemente tu dolor y tu concepción; con dolor tendrás hijos; y tu deseo será para tu marido, y el te dominará.
17. Y a Adán dijo: Por cuanto diste oído a la voz de tu mujer y comiste del árbol que te ordené no comer, diciendo: No comerás de ella, maldita es la tierra por tu causa, con dolor comerás todos los días de tu vida.
18. Espinos y cardos también producirá; y comerás la hierba del campo.
19. Con el sudor de tu rostro, comerás tu pan, hasta que regreses a la Tierra, porque de ella fuiste tomado, por cuanto eres polvo y en polvo te convertirás.
20. Y llamó Adán a su mujer Eva, por cuanto ella era la madre de todos los vivientes.
21. E hizo el Señor Dios a Adán y a su mujer túnicas de piel y los vistió.
Conclusión
¡Imaginamos la satisfacción del Todopoderoso! Coloca en el Edén al más astuto de todos los animales selváticos, al cual él mismo había dado vida, contra las criaturas más inocentes, ¡ambos cara a cara! ¿Qué esperaba? El resultado no fue más que lo esperable: ¡la astucia superaría la inocencia como realmente ocurrió! ¡Justamente colocó en el jardín el más astuto de los animales precisamente para engañar a la víctima Eva! ¡La inocente Eva!
¡No era necesario usar tanta "fuerza bruta" contra tal ingenuidad! De hecho, cualquier padre humano tendería a proteger de la serpiente, alejar del peligro a sus hijos y no acercarlo como lo hizo el dios bíblico.
Parece que el “Jefe” estaba aburrido con las cosas funcionando perfectamente. Si no hubiera sido por la acción de Eva para comer la fruta prohibida (manzana?! ) ¿Qué habría pasado interesante en el Edén? ¡Absolutamente nada! ¡El aburrimiento fue sin duda una constante! Punto de vista corroborado por Arthur Schopenhauer en su libro PAINS OF THE WORLD (Dolores del mundo).
De todos modos, esa "fuerza bruta", la serpiente, recibió su "recompensa": ¡fue maldita! ¡Bonita recompensa para aquel que había sido colocado en la escena del crimen con el propósito de provocar a Eva! ¿No fue injusto el Creador con la serpiente también? ¿No cumplió esta su misión al pie de la letra?
"Sabio es el padre que conoce a su propio hijo. " (William Shakespeare [1564-1616], poeta y dramaturgo inglés)