Mani, el elefante sin casa

Mani, el elefante sin casa

© 2011 del texto: Juan María Jiménez

Título Mani, el elefante sin casa Obra original de Juan María Jiménez Rojas Copyright (C)2011 del texto: Juan María Jiménez Rojas Copyright (C)2011 de ilustraciones: Internet Ilustración de portada: Internet Maquetación: Juan María Jiménez Rojas e-Book creado y maquetado con: Word 2007 exportado a PDF y subido a ISSUU Obra registrada en SafeCreative

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Mani, el elefante sin casa Juan MarĂ­a JimĂŠnez Rojas

(C) 2011 Obra registrada en SafeCreative

1-12-212

A Mani no le gustaba la selva porque cuando llovía hacía frío y no tenía una casa para guarecerse.

Un día decidió marcharse…

© 2011 del texto: Juan María Jiménez

Andando, andando llegó a un bosque donde se encontró con un CARACOL y le preguntó cómo podía construir una casa.

El caracol le explicó que no podía ayudarle porque los caracoles nacían con la sabía cómo construirla.

a cuestas y por tanto no

Continuó su camino en busca de alguien que le pudiera ayudar. Y poco después se encontró con unos juguetones .

-¡Hola!, me llamo Mani, ¿me podríais ayudar a construir una casa? –preguntó. Éstos, con gusto, le enseñaron a construir un hermoso nido. Tardaron mucho tiempo y les costó gran trabajo. Al final lo consiguieron. Pero cuando Mani se metió dentro del nido se aplastó, la rama se rompió y se pegó un fuerte golpazo.

© 2011 del texto: Juan María Jiménez

Apenado, siguió su camino. Y andando, andando se tropezó con un CONEJO .

-¡Hola! ¿Cómo te llamas? –preguntó Mani.

-Rabanito –dijo el conejo.

-¿Podrías ayudarme a construir una casa en la que poder dormir por las noches y guarecerme de la lluvia? –pregunto Mani.

El conejo, sin más dilación, le explicó con detalle cómo construir una madriguera. Mani muy contento se puso manos a la obra. Comenzó a escavar y escavar. A sacar tierra y rocas. ¡De repente!, toda la montaña tembló. Los demás animales del bosque se asustaron y fueron a pedirle que parara pues la montaña se estaba derrumbando.

© 2011 del texto: Juan María Jiménez

Mani dejó de escabar y pidió disculpas . Se despidió de ellos y continuó su viaje en busca de alguien que le enseñase a construir una casa.

Ya se estaba haciendo de noche.

Tenía

miedo , frío y estaba cansado. Pensó que nunca

conseguiría tener su propia casa.

y sin esperanzas, Mani prosiguió su viaje. Al poco tiempo se cruzó con un

HOMBRE. Un

CAMPESINO, que al verlo tan decaído le reguntó qué le pasaba. Mani, casi sin fuerzas, le explicó su problema. El campesino lo tranquilizó y le propuso un TRATO. –Yo te puedo ayudar, si tú a cambio nos ayudas a nosotros –dijo el campesino.

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Mani sin pensarlo un momento acepto el trato.

Esa noche pudo descansar en el y a la mañana siguiente el campesino le construyó una gran casa. Mani a cambio, tal como le pidió su amigo, le ayudó desde ese día en adelante a las tareas más pesadas de la granja. Ambos vivieron, cada uno en su casa, felices.

FIN

Mani, el elefante sin casa Juan MarĂ­a JimĂŠnez Rojas

(C) 2011 Obra registrada en SafeCreative

1-12-212