CRÉDITOS Editor en Jefe / Redacción: Tanja Netscher Diseño / Edición: Patricia Álvarez Ilustración Portada : Natasha Graf
Colaboradores: Ing. David Alonso Alcalá MVZ Bernardo Monroy Hernández MVZ Javier Medina Franco Marily Tiburcio Medina Patricia Álvarez Pérez Flora Rodríguez López Ricardo Samaniego Becerra Natasha Graf Netscher
La Tribu del Caballo Volumen 2
Agosto de 2016
CONTENIDO Carta Del Editor Raza “Frisón: La Importancia De Volver A Sus Raíces” Por Tanja Netscher
Entrevista ”David Alonso Al Descubierto”
Nutrición “Úlceras Gástricas En Caballos Deportivos” Por MVZ Cert. Bernardo Monroy Hernández
AMMVEE “Aspectos Básicos De La Medicina Preventiva Equina 2ª Parte” Por MVZ Javier Medina
Revelaciones Equinas “Aprendizaje Asistido Con Equinos: Soporte Y Apoyo Para Mujeres Con Niños Especiales” Por Marily Tiburcio Medina
“Mujeres: Tomar Decisiones A Conciencia Plena” Por Patricia Álvarez Pérez
Testimonio Flora Rodríguez López
Reseña Libro “El Sanador De Caballos” De Gonzálo Giner Por Ricardo Samaniego
Arte Y Caballos “Plasmar El Alma Del Caballo” Por Natasha Graf
Carta Del Editor
Bendita mujer Sentada debajo del encino que ha abrigado muchas horas de meditación, observo como mi pequeña manada de cuatro caballos se mueve libremente por la pista. En ciertos momentos, los caballos se juntan, se acicalan como suelen hacerlo y después de un tiempo, deciden aislarse tranquilamente cada uno en su rincón. Algunos siguen pastando, otros se mantienen quietos en un lugar con sombra. Reina una silenciosa armonía, el estado de “ser” y de “estar” que tanto admiro en los caballos y que ha sido el modelo de aprendizaje para muchas personas, y principalmente para mujeres Muchas de ellas acuden a las sesiones de aprendizaje asistido con equinos, debido a una autoestima baja e inseguridades. En la mayoría de los casos, se sienten traicionadas, abandonadas, abusadas, solas. Y no saben cómo salir adelante. La manada necesita cierta cohesión para crear un equilibrio sano y cada caballo juega un papel bien definido. Existe la necesidad del cumplimiento de las funciones básicas por parte de cada miembro, pero aun así, los caballos son independientes y no se aferran a la presencia de los demás. Buscan sus propios espacios sin perder el contacto con los otros equinos y saben estar solos. Utilizo las yeguas para enseñar a las mujeres que pueden estar felices, equilibradas y sanas sin la necesidad de nadie más. Es una ardua tarea, ya que el género femenino se ha entregado de una forma tan completa a los “otros”, que ha perdido su individualidad y su propia identidad. Una yegua siempre es completa consigo misma, se acepta como es, no juzga, no critica, y sobre todo, su bienestar no depende de otro caballo. Ella es su única guía y se siente entera con ella misma. No necesita la aprobación de los demás equinos, sabe valorarse y valorar su rol dentro de su familia y entorno.
El apego no es saludable. Toda relación de codependencia, con el tiempo, elimina la sensación de “ser” y de “unicidad” de las personas, poniendo en riesgo su propia personalidad. Recuperar su identidad, volver a valorarse por lo que es la mujer, sin vivirse a través de los demás, es un trabajo difícil. Los caballos con su paciencia infinita, logran poco a poco permitir que las mujeres se reencuentran consigo mismas, evitando así la sensación de pánico o de vacío cuando se encuentran “abandonadas” por otro ser humano. El ejemplar de este mes está enfocado a la mujer. Este ser excepcional que se entrega en cuerpo y alma sin pedir, muchas veces, nada a cambio. Ser mujer, es ser pilar, apoyo incondicional, generadora de vida y de cambios. Pero esta entrega no significa nunca sumisión. Mujeres, no se dejen opacar, caminen con entereza y dignidad, desde su autenticidad para ser un modelo digno de respeto.
Tanja Netscher
Raza “Frisón La Importancia De Volver A Sus Raíces” por Tanja Netscher
A
lgunos me conocen como la Señora de los frisones. Gané este apodo en las tierras húmedas y calientes del Grullo, Jalisco, cuando decidí por un capricho del destino y un llamado del corazón, importar caballos de raza frisona. En aquel entonces, atravesaba una depresión profunda y no entendía la razón por la cual me sentía tan vacía. Hoy en día, sé que el impulso de buscar un caballo frisón era motivado por mi necesidad de reencontrarme con mi propia esencia, un viaje que emprendí al vivir mi primer enamoramiento con un semental de raza frisona.
Hace ya varios años que reemplace este gusto por uno más afín a mi sentir: el aprendizaje asistido con equinos, en el cual puedo conjuntar dos de mis mayores pasiones, ayudar a las personas en su proceso de crecimiento a través de la sensibilidad extrema de los caballos. Un poco de historia La raza frisona es una de las más antiguas y puras de la historia caballar. Nace en las frías tierras de Friesland, al norte de los Países Bajos, custodiada por los habitantes de esta pequeña Provincia holandesa, unos hombres rudos, cerrados y auténticos. Gracias a las características de sus residentes, la raza frisona ha sobrevivido al paso de los años. A principios del siglo, su existencia se ve peligrosamente amenazada: sólo quedaban unos cuantos ejemplares de la raza frisona. Gracias al apoyo de la Reina Holandesa y la creación de la Asociación Real de la Raza
Frisona FPS (Koningklijk Friesch Paarden Stamboek) en 1879, se ha logrado preservar y mantener la raza. Todos los ejemplares actuales descienden de estos pocos sementales frisones originales. Por esta razón, la selección de sementales aprobados es tan estricta. Evitar la consanguinidad y el deterioro de la raza es la tarea principal de esta asociación, que a través de varias pruebas, elige cada año, solamente un puño de sementales que se merecen el título de semental aprobado, los cuales tienen que demostrar en un lapso de tres años, que su descendencia cumple con los requisitos rigurosos de la raza. Uso del frisón en el aprendizaje asistido con equinos El caballo frisón, conocido también como “la perla negra de Holanda”, no deja a nadie indiferente y observar un ejemplar de esta raza es suficiente para reforzar la imagen que desprende de sí y que resume su historia de vida, la cual lo transformó en lo que es actualmente: un caballo hermoso, original, polivalente, adaptable, inteligente y noble con una excelente disposición. El texto que abre la página de la FPS lo describe a la perfección: “Ahí está. El caballo frisón. Digno. Fuerte. Inteligente. Un tanto orgulloso. Como si supiera de donde viene, cientos de años de historia preservada, sabiendo el lugar que ocupa en tantos corazones humanos”. El frisón es el prototipo de una raza que no ha perdido sus raíces. Es firme. Certero. Seguro. Y se nota en su porte, en su andar, en su belleza. Por su color negro azabache, su alzada y su aire orgulloso es más que imponente. Estas características han hecho de esta raza una de mis favoritas para trabajar sesiones de aprendizaje asistido con equinos.
El acercarse a un caballo frisón, trabajar con él y lograr moverlo a pesar del miedo que genera permite elevar la autoestima y superar las inseguridades de forma natural y rápida. Vendí mi último ejemplar de raza frisona, una yegua de nombre María, a una familia querida, quien me anunció, a los pocos meses de habérsela llevado, que había fallecido en un accidente de carretera. Compartí el dolor con los nuevos propietarios. Los amantes de los caballos saben lo que esto significa, el perder a un compañero equino muy cercano es incomparable. Pasé por las etapas normales del duelo, proceso que en años pasados, duraba varias semanas. En esta ocasión, superé la pérdida en el espacio de unas cuantas horas, gracias al espíritu de María, quien me visitó en un sueño, en las primeras horas de la madrugada para pasarme un mensaje relevante. Había dado su vida para evitar que el dueño sufriera una tragedia. Este mensaje no me extraña, los caballos son portadores de noticias, y especialmente entre la vida y la muerte. Y para algunas personas, el caballo de capa negra tiene un significado todavía más poderoso y profundo. Coincido con esta declaración. Los frisones me llevaron a recorrer este sendero de vida que es el que me gritaba mi corazón…desde el día de mi nacimiento. Cada raza de caballo es distinta y sus atributos originales se generaron de forma natural, debido al medio ambiente en el cual se desarrolló. En su inicio, el frisón era un ejemplar pesado, de dorso muy corto, capaz de soportar cargas muy pesadas. Tenía que sufrir y aguantar para ganarse el derecho de ser mantenido. Hoy en día, sus cambios morfológicos y su adaptación a la vida moderna nos invita a movernos de este estado de sufrimiento y pesadez que nos mantiene a muchos en un estado de desdicha, para abrazar los cambios y romper los paradigmas y los patrones que nos atan a un pasado impidiendo nuestra felicidad.
En las últimas décadas, se desarrolla cada vez más el prototipo frisón deportivo, con cambios en su conformación más no en su carácter. Sigue siendo único, maravillosamente bello, esbelto, ligero y lujoso. Constatar que una raza tan antigua y tan auténtica como lo es la frisona lograra adaptarse a tantos cambios y necesidades, me hace reflexionar. ¿Por qué a nosotros, los seres humanos, nos es tan difícil movernos y generar las adecuaciones necesarias para nuestro bienestar emocional? Conclusión Aunque la raza frisona tiene un significado especial para mí, debido a mis raíces (por si algunos todavía no lo saben, soy holandesa), todos los caballos nos regresan a nuestra propia esencia. Recuerdo un consejo que un abuelo de conocimiento compartió conmigo al verme perdida, deambulando sin rumbo en aquella época de mi vida: “te sugiero montar una media hora a caballo, sin silla, para que recuerdes quien eres”. Al poco tiempo, volvió mi alegría de ser. Fueron estos momentos que me permitieron descubrir la magia de los caballos, que solamente consiste en hacernos ver nuestro propio interior. Ellos saben, de manera innata, que la felicidad está estrechamente ligada a la aceptación de nuestro ser, la cual se logra a través de la autoobservación y del auto-conocimiento. Conocer nuestra historia, nuestro pasado, nuestra esencia, saber cómo y por qué reaccionamos como lo hacemos en situaciones de vida específicas, son elementos indispensables que nos permiten regresar a casa, este hogar que se encuentra dentro de nosotros mismos y en donde podemos valorarnos como individuos únicos y auténticos para así caminar con la frente en alto, con respeto y dignidad. Así como lo pregona el frisón.
Entrevista “David Alonso Al Descubierto” por Tanja Netscher
¿
Qué lecciones de vida te han dado los caballos?
Han habido varias. Una vez tenía una mula, no entendí en su momento que son diferentes a los caballos, y me acuerdo que le estaba dando picadero. No caminaba al ritmo que yo quería, me desesperé y le empecé a pegar, de pronto con un movimiento muy rápido, me puso una patada justo en la mano que sostenía el fuete. En cuanto lo solté, ella quedo tan tranquila como siempre, como diciendo: si no me haces daño, Yo tampoco te hago daño. También recuerdo una historia con mi papa. Yo tenía como 6 años y siempre he tenido fobia hacia la sangre. En aquel entonces, durante unas vacaciones de verano, acompañé a los vaqueros del rancho donde trabajaba mi papá a una corrida (temporada en que se junta todo el ganado para marcar, castrar, etc). Me dejaron atrás porque tenían prisa para embarcar un ganado y yo iba en un pony pinto a otro ritmo. Con lo cerrado del monte me espine una mano y me empezó a escurrir un hilillo de sangre, no era gran cosa, pero debido a mi fobia, me bajo la presión y me quise desmayar. Resulta que me abrace al pony y este solito se regresó al rancho como si hubiera entendido que necesitaba auxilio (con el tiempo entendí la verdadera razón de su regreso, pero por mucho tiempo disfruté pensando que me había salvado). Hay muchas vivencias que han pasado, pero es una anécdota que recuerdo bastante.
El caballo ideal para David Alonso Físicamente, me gustan los caballos “cuarto de milla” bayos cabos negros, ojos muy expresivos, orejas bonitas una quijada ancha, pico fino, bonito cuello, fuertes. Temperamento y carácter, me gustan caballos equilibrados ni demasiado acelerados ni demasiado arreados. Un caballo que sólo este esperando tu señal, tu comando y que reacciona en función de la intensidad que pongas en lo que le pidas. ¿Cuál sería la percepción de un caballo de David Alonso? Que me falta paciencia. Soy muy impaciente y aprensivo, tengo un sentido especial de la justicia y una manera de ser muy particular. A veces no encajo con las personas, soy muy exigente conmigo mismo, y en exceso no es bueno. El ser aprensivo no te deja estar tranquilo o relajado.
David y su padre Don Alejandro Alonso, Cabalgata Santa Rosa, Múzquiz, Coahuila en 2011
Si fueras un caballo ¿qué raza serías? Un cuarto de milla. Cuando eras niño ¿qué razas de caballo había en tu entorno? Caballos cuarto de milla y criollos ¿Cómo empezaste con el gusto por los caballos? Toda mi vida, toda mi familia, desde mis abuelos, era gente que se dedicaba al campo no precisamente a los caballos. Mi abuelo materno era una persona de “a caballo”, era su pasión, trabajar ganado y arrendar caballos con ciertas limitantes técnicas. En el caso de mi abuelo paterno, era más abocado a la agricultura en el campo, aunque también tenía ganado y por ende caballos, pero sin embargo, mi papa también sacó este gusto por los equinos. Todavía lo admiro mucho como vaquero, aun sin que nadie le haya enseñado, el aprendió con el puro trabajo del día a día. Fue un gran vaquero de su tiempo, de su entorno y de su región. Yo pienso que ahí se vio muy influida mi pasión por los caballos, aunque compartí poco tiempo con mi padre por estar siempre distanciados por situaciones familiares. Creo que es una carga genética que se ve reflejada desde chico. Mi mamá guarda apuntes y cuadernos de cuando estaba en 1ero y 2do de primaria y están llenos de dibujos de caballos. ¿En dónde creciste? Toda mi familia es originaria de Múzquiz, Coahuila, aunque nací en una ciudad fronteriza del norte de Coahuila que se llama Acuña, me considero muzquenze porque ahí viví hasta mi adolescencia. ¿Qué admiras de tu padre? Lo admiro como vaquero, siempre quise ser c o m o é l . Ta m b i é n s u c a p a c i d a d d e improvisación, de salir adelante, su
optimismo a prueba de todo, su lealtad sin medida hacia sus amigos sin esperar nada a cambio. Le han sucedido muchas cosas y en un dos por tres, él encuentra una solución y le da la vuelta a la página inmediatamente. Supera las cosas muy rápido y difícilmente lo ves derrotado. ¿Qué admiras de tu madre? Su tenacidad y capacidad para salir adelante. Ella nos sacó adelante a mis dos hermanas y a mí prácticamente sola, quería que sus hijos estudiaran porque era poco el apoyo de mi padre. Si fueras un niño a lomo de un caballo ¿a dónde irías? Me imagino un bosque, un lago. Tengo unas imágenes de chico, en varias ocasiones en el rancho de mi abuelo paterno en el cual nos tocaba mover ganado, el río crecía en época de lluvias y había que cruzarlo a caballo, dejando que el animal nadara solo, es una de las vivencias que tengo muy marcadas. Ahora ya no hay oportunidad de vivirlo, pero nadar con un caballo es como si fueras volando sobre él.
¿En qué situaciones y lugares te sientes más integrado con tu entorno? Cuando estoy en el campo y con poca gente. En ocasiones, cuando la gente te ve dar exhibiciones y clínicas, piensa que eres extrovertido, pero en mi caso, en lo íntimo es todo lo contrario. En mi lugar (Brío Natural), en el rancho, con los caballos es donde me s i e n t o mu y b i e n . N o s oy d e mu c h a convivencia social. ¿En la compañía de qué tipo de personas te sientes autentico? En la compañía de personas que les gustan los caballos, los animales, que tienen amor por la tierra, lo natural, con la gente sencilla y sincera que no necesita portar ninguna mascara, ningún escudo: con quien te aprecia por ser tú mismo. ¿Qué es la congruencia para ti? Es ir alineado entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces. Es ir conforme a lo que eres y caminar por la vida siendo afín a tus ideales. ¿Dónde te ves en 5 años? Aunque mi esposa me dice soy un soñador porque siempre estoy ideando algo, no aspiro a cosas vanas ni bienes materiales. En cinco a ñ o s , m e ve o h a c i e n d o l o m i s m o, compartiendo y recibiendo conocimiento de caballos con la gente. No me veo muy diferente adonde estoy ahorita, tal vez un poco más relajado. ¿En 20 años? Como soy el único hombre en mi familia, siempre quise tener un hermano y tampoco tuve hijos varones, espero estar disfrutando de los hijos de mis hijas a las que adoro. Me gustaría verme al lado de mi esposa, de mis nietos, de mis caballos, de mis animalitos. Me
veo recogiendo huevos del gallinero, dando agua a mis cabras y borregas, comiendo lo que produzco. ¿Cómo quieres que te recuerden? Como una persona que nació, creció y vivió por lo que creyó, por sus ideales. ¿Quiénes han sido tus modelos? Nadie en especial, muchos ejemplos. Inicie con el modelo de Monty Roberts, mucho he tomado de Parelli, Buck Brannaman y me hubiera gustado conocer en vivo, por el legado que han dejado al mundo los hermanos Tom y Bill Dorrance (Tom en particular con quien me identifico), así como Ray Hunt. Cada uno en su momento.
¿Qué evento fue un parte aguas en tu vida, con los caballos? Uno en particular, hace aproximadamente 13 años que me invitaron a dar una clínica a Múzquiz, mi ciudad de origen, pensé “por fin les voy a demostrar a mi gente que hay algo nuevo para amansar caballos”. Me preguntan lo que necesito y les contesto "tráiganme lo que quieran, el caballo que quieran”. Me entregan un potro totalmente bruto y con una sensibilidad poco común, después de una hora de trabajo no había conseguido tocarlo y realmente no sabía que hacer con él. Lo tenía en un round pen y lo voló tres veces. Iniciamos el evento a las 12 del medio día en un mes de julio, en plena canícula, con un solazo y un calor de más de más de 40 grados. Veía ya todo borroso, mucha gente había dejado el lugar porque estaba en la intemperie. Fueron hacia un espacio cubierto y me dejaron ahí trabajando. Sólo quedaban tres señores grandes viéndome trabajar. Me dice el dueño del potro que si quiero dejarlo y en este momento me sentí derrotado. Me encomendé a Dios. “Señor, ayúdame a hacer algo porque no encuentro cómo resolver esto”. Agarre una soga, se me ocurrió lazarlo y al momento de caerle encima, fue como si fuera otro caballo. A partir de este momento, me tarde 20 minutos en montarlo. Fue un momento muy importante, la doma de ese potro me enseñó mucho. También el “Horsemen's Reunion”, un evento de gran prestigio internacional que me permitió compartir el escenario con grandes leyendas vivas y la opor tunidad de representar a México.
Cuéntanos una de tus experiencias más fuertes Han habido muchas vivencias, pero una de las más significativas fue cuando sufrí uno de mis accidentes más fuertes, me quebré el brazo y tardé tiempo en recuperarme, física y emocionalmente, por un momento pensé que allí había terminado mi carrera. Cuéntanos unas de tus experiencias más bonitas De éstas tengo muchísimas, pero se me viene a la mente la vez que "Héctor", un amigo invidente de Guadalajara, me pide que le ayude con su caballo a subir al remolque porque lo habían maltratado y se resistía a subir. Una vez que yo lo pude hacer, me pide intentarlo él, tenía pendiente que el caballo lo pudiera arrollar o pisar, pero fue tan especial la conexión que logró con su caballo que todos los que lo presenciamos nos quedamos admirados de ver la actitud de ambos.
Algunas frases que usas frecuentemente Hay una frase que me gusta mucho del Dr. Robert Miller, quien dice “Si controlas el movimiento del caballo controlas su mente.” Entonces cuando hay un comportamiento anormal, analizo lo que está pasando y pienso en lo que tengo que controlar del movimiento del caballo. Cuando se logra, el animal queda entregado.
Una mía:”El lenguaje del caballo no contiene verbos, sustantivos o adjetivos como la mayoría de los idiomas humanos, es mucho más simple de aprender, pero requiere una correcta conjugación de movimientos, sonidos, espacios y un estado emocional asertivo”.
Nutrición “Úlceras Gástricas En Caballos Deportivos” por MVZ Bernardo Monroy Hernández
D
iversos estudios han demostrado que los equinos que son sometidos a trabajos atléticos desde ligeros hasta muy severos tienden a padecer Síndrome de Ulceración Gástrica Equina (EGUS por sus siglas en inglés).
Se ha demostrado la alta prevalencia del EGUS en caballos utilizados en casi todas las actividades deportivas, incluyendo carreras, adiestramiento, charrería, salto y endurance. La prevalencia de úlceras en estos caballos va de 40% a 93% 1, siendo más alta en caballos de carreras 2,3. La severidad de las lesiones gástricas puede clasificarse como sigue: 0) epitelio mucoso intacto (puede estar enrojecido o presentar hiperkeratosis); 1) lesiones pequeñas únicas o multifocales; 2) lesiones grandes únicas o multifocales; 3) lesiones extensas (en ocasiones coalescentes) con zonas de profundidad aparente. Otros factores, además del ejercicio, se han visto asociados a la presentación de EGUS, los cuales describiremos a continuación: Ÿ El caballo en vida libre destina 16-18 hrs. a su
alimentación, principalmente basada en el forraje. Al ser estabulado se limita el consumo de forraje y debido a la continua producción d e á c i d o s g á s t r i c o s s e p r ovo c a n l a s ulceraciones. Además, se ha visto que el bolo alimenticio junto con la saliva, la cual es rica en bicarbonato y amilasa, funcionan como sustancias buferantes regulando el pH gástrico ².
Ÿ Los granos tienen un efecto detrimental en la
producción de saliva. El caballo al consumir granos produce 50% menos saliva que al consumir forraje, por lo que dietas basadas en granos predisponen a la presentación de EGUS¹ ². Se ha demostrado que las dietas ricas en granos producen mayor secreción de gastrina y ácidos gástricos (lo cual baja el pH del estómago) que las dietas basadas en forraje 4. Ÿ El estrés provocado por el transporte puede
causar ulceraciones gástricas desde grado 1 y hasta grado 2 en períodos tan cortos como cinco días; Además, caballos que han sido sometidos a un trabajo de ligero a intenso han presentado ulceraciones gástricas hasta grado 3. 2¹. Ÿ Se ha demostrado que los caballos que
presentan un galope continuo tienen mayor predisposición a presentar EGUS que caballos que sólo trotan. También se ha visto que caballos que reciben tratamientos con AINES (antiinflamatorios no esteroidales) y/o antibióticos por periodos prolongados presentan EGUS. Los signos clínicos del EGUS incluyen cólicos ligeros recurrentes, salivación excesiva, apetito pobre, pérdida de peso e irritabilidad, rechinido de los dientes y bajo desempeño.2,4 El diagnóstico de EGUS debe ser basado en la evaluación con gastroscopio para detectar el grado de ulceración gástrica del caballo, aunque los signos clínicos pueden darnos señales de una lesión. Existen diversos tratamientos para reducir la presencia de EGUS: Bloqueadores de receptores H2 que reducen la producción de ácidos gástricos, tales como la cimetidina y la ranitidina ² 4.
Inhibidores de la bomba de protones, los cuales son mucho más efectivos pero más caros, tales como el omeprazole, aunque la dosificación a diferencia de la ranitidina (cada 8 hrs) es cada 24 hrs 4. Protectores de la mucosa como los sucralfatos y los antiácidos orales. La limitante que se ha visto con estos tratamientos es que tienen un periodo muy corto de duración. Se recomienda que caballos que presentan EGUS se retiren del entrenamiento y se saquen a pastar durante largos periodos del día o de lo contrario se recomienda administrar pastura en su caballeriza por los menos 6 veces por día.
Estómago Saludable
Referencias: 1. Scott R. McClure DVM, PhD; Michael J. Murray, DVM, MS; Douglas Carithers, DVM; Sheila J. Gross, PhD and John E. Holste, DVM Gastric ulceration in horses exposed to training and activities typical for recreational showing. 2. Samuel L. Jones, DVM, PhD, Diplomate ACVIM; Colege of Veterinary Medicine, North Carolina State University, Gastric Ulcer Disease. 3. Murray MJ, Schuser GF, Pipers FS, et al. Factors associated with gastric lesion in thoroughbred hores, Equine Vet Journal 1996; 28:238-374 4. Lewis Lon D; Equine Clinical Nutrition: Feeding and Care, 1995, pp 376-377.
Úlcera Gástrica
AMMVEE “Aspectos Básicos De La Medicina Preventiva Equina” 2ª Parte Por MVZ Javier Medina
E
n los aspectos de la medicina preventiva, existe una parte muy importante en este conjunto de objetivos, los cuales siempre buscan el bienestar de los caballos así como aminorar costos entre otros. En la medicina preventiva, el control de parásitos es indispensable. Los diferentes productos para este fin nos han facilitado el implementar diversos programas de desparasitación sencillos y eficaces. Los parásitos son organismos que los caballos padecen constantemente y son la causa de muchos trastornos y malestares en muchos casos difíciles de tratar, estos trastornos son muy variados. Podemos encontrar cólicos, pérdida de peso, heridas que no cicatrizan, mal aspecto, anemia, dermatitis, diarreas, abortos, hemorragia entre otras. Existen diferentes criterios a considerar al momento de instaurar el programa de control parasitario, tendremos en cuenta la edad del caballo, su actividad, el medio ambiente y las condiciones climáticas.
Cola Maltratada Por Oxiuros
La finalidad de la desparasitación no es tener animales totalmente libres de parásitos, sino crear un equilibrio entre el animal y los parásitos a un nivel en el cual no cause problemas patológicos o la disminución de su rendimiento. Objetivo Romper el ciclo vital de los parásitos, estos se encuentran en los pastos, agua, hierba...son ingeridos por los caballos, y los huevos/larvas en el interior del caballo pasan a un estado adulto y se reproducen, el ciclo continua cuando el caballo defeca y expulsa con las heces millones de huevecillos.
Ascaris
Principales Parásitos Grandes Estrongilos provocan daños graves para el caballo. Pequeños Estrongilos son los parásitos más frecuentes en el caballo. Los Oxiuros se localizan en el intestino grueso y recto provocando malestar local. Los Ascaris son muy frecuentes en potros estos pueden afectar el crecimiento y problemas digestivos. Los Gastrofilos muy frecuentes en caballos se suelen encontrar en el estómago.
Gastrofilo
¿Cuándo debo desparasitar a mi caballo? Como nor ma general se debería desparasitar cada 6 meses como mínimo pero teniendo en cuenta los aspectos que mencionábamos como la edad del caballo, su actividad medio ambiente y condiciones climáticas.
Caballo afectado por parásitos
Una recomendación para el control de parásitos no se basa solamente en la elección del mejor producto sino en la combinación de una serie de medidas las cuales son: Ÿ Determinar la carga parasitaria mediante la
toma de muestras de diferentes caballos, de esta forma podemos determinar si están parasitados y que tipo de parásitos están afectándolos. Ÿ Tratamiento adecuado el veterinario le
Gastrofilos
ayudara a elegir el producto más adecuado en función de la estación del año y la carga parasitaria. En general para caballos estabulados se recomienda desparasitar en primavera y en otoño, pero a los caballos en praderas en conveniente que la frecuencia sea de 4 veces al año como mínimo.
Ÿ Manejo de pastos es fundamental eliminar las
heces de los pastos para prevenir posibles reinfecciones y realizar rotación o descanso de los pastos y las praderas sin usar por lo menos durante el invierno y principio de la primavera. Ÿ Importancia de la edad en el tratamiento
antiparasitario, desde el nacimiento el potro puede contaminarse con parásitos, sobre todo con los vermes redondos ya que los potros carecen de inmunidad ante estos parásitos, el potro se contamina con el parasito Parascaris Equorum días posteriores al nacimiento siéndola máxima parasitación entre los 12 y 24 meses. Los potros muestran mal estado, poca energía y a veces cólico, en casos severos se muestran problemas respiratorios. Otro importante parasito de los potros, el Strongyloides Westeri se produce por contaminación de la leche de la yegua. El control temprano y periódico de estos dos parásitos es importante, empezando a las 6 semanas de edad y continuando cada 8-10 semanas. En yeguas gestantes es importante tratarlas antes y después del parto para evitar la transmisión de parásitos por el calostro y la leche. En sementales y adultos se recomiendan tratamientos estacionales. Diferentes antiparasitarios, en el mercado nos encontramos diversos antiparasitarios con diferentes principios activos. Los Bencimidazoles son activos contra larvas y adultos de ciertos parásitos, son muy poco toxicas, pero dan lugar a ciertas resistencias y no son efectivos contra tenias y gastrofilos. El Pirantel lo toleran bien las yeguas gestantes y potros pero su eficacia se limita a adultos de ciertos parásitos, es inactivo a las larvas de pequeños estrongilos y gastrofilos. El Triclorfon se utiliza asociado a los bencimidazoles para tratar infestaciones de gastrofilos. Tiene un coeficiente de seguridad
débil y se desaconseja en yeguas gestantes y potros . Las Ivermectinas y moxidectina tienen un espectro de actividad que cubre adultos y larvas de los endoparásitos y larvas de gastrofilos, tienen una buena remanencia en los caballos y son muy seguras. El Prazicuantel solo se utiliza en las tenias. Existen antiparasitarios inyectables registrados para otras especies, pero no para caballos. Además del riesgo de accidentes, tienen menos eficacia frente a algunos parásitos internos que las pastas orales. Por todo esto es importante que el médico veterinario de su confianza, realice un cuadro de desparasitación adecuado y así gastara menos dinero y no pondrá en riesgo a su caballo.
Revelaciones Equinas “Etología Equina Aplicada Al Aprendizaje Asistido Con Equinos” PorTanja Netscher
L
os caballos son animales de presa, sumamente vulnerables, lo cual los hace altamente sensibles, perceptivos y receptivos. Para lograr sobrevivir a lo largo de su existencia, se han unido en manadas, y poseen un instinto gregario muy marcado que les permite crear lazos de unión entre sus semejantes. Los caballos han desarrollado un papel bien definido en el seno de su manada; por lo regular existe un semental cuyas funciones principales consisten en la protección y la seguridad del grupo, el mantenimiento de la cohesión y estabilidad entre ellos, la alimentación y la reproducción. Una yegua madura y sabia asume un rol de líder pero es probable que otros caballos tomen la responsabilidad de cierta tarea específica.
El caballo muestra un instinto de conservación inconmensurable y sus reacciones instantáneas e impulsivas se deben al único objetivo de sobrevivir. Son estas características, inherentes a la raza equina, las que hacen que los caballos sean ideales para algunas terapias, incluyendo la novedosa y poderosa dinámica de aprendizaje asistido con equinos. Es un modelo de aprendizaje experiencial, en el cual las personas interactúan con los caballos en libertad llevando a cabo diversas actividades a pie, bajo la supervisión de un facilitador capacitado, quien ayuda al paciente a entender lo que los caballos le reflejan. Los caballos actúan como catalizadores de emociones y se asemejan a “un espejo”, contribuyendo, a través de sus movimientos, sus gestos y sus actitudes, a reflejar cuál es nuestro comportamiento en situaciones de la vida real y cotidiana. El conocimiento de la etología equina y de la dinámica habitual (jerarquía de liderazgo, movimientos simétricos, patrones de conducta, personalidades) de la manada con la cual se trabaja en esta modalidad de aprendizaje es esencial, ya que sus actitudes y sus desplazamientos son indicadores y señales visibles que revelan información básica sobre las personas que inter actúan con ellos.
Los sentidos de los caballos son muy desarrollados y nos proporcionan información vital sobre su estado de ánimo y la percepción de su mundo en un momento dado. Debido a la localización de sus ojos, el caballo tiene una visión principalmente perimetral y plana, y presenta dos zonas ciegas, en frente y por la parte trasera. El movimiento de la cabeza le permite enfocar su vista. Es más sensible al movimiento y no tanto al detalle. El olfato está muy desarrollado en los equinos, pueden oler a una gran distancia. Los potros utilizan este sentido para buscar a su madre, por lo tanto les ayuda a distinguir a los individuos. El oído es muy sensible y lo hace extremadamente perceptivo a la voz humana. Los caballos tienen reacciones vehementes a los sonidos fuertes y desconocidos. La posición de las orejas indica cuál es su estado de ánimo y es uno de sus principales métodos de comunicación. Tienen un alto g rado de sensibilidad por todo su cuerpo y la posibilidad de tocar un objeto desconocido les proporciona cierta seguridad. Son muy sensibles a las vibraciones por medio de los cascos. No tienen una capacidad muy grande para distinguir sabores.
Los equinos detectan a distancia las emociones de sus compañeros equinos. Presienten al instante las intenciones de los depredadores, ya que para ellos es cuestión de vida o de muerte. Su intuición es viva, aguda, omnipresente. Cuando un caballo detecta un peligro, su primera reacción consiste en huir. El respeto de su espacio vital es importante ya que define el límite a no traspasar. Estar en la presencia de los caballos, en un espacio delimitado, con las emociones y el corazón a flor de piel es una experiencia única. No existe engaño posible. Son excelentes y asombrosos “detectores de mentiras” e indicadores emocionales. Con su sabiduría equina milenaria, reflejan el “inconsciente” de las personas y su sensibilidad extrema nos ayuda a develar nuestras sombras, estas emociones ocultas que inmovilizan, evitan el crecimiento personal e inhiben la creatividad.
Saltillo Cel: 844 362 3200 Cel: 844 184 2145 Monterrey Cel: 81 1023 0078 Aguascalientes Cel: 449 412 0514 Guadalajara
revelacionesequinas@gmail.com
Contacta a tu Facilitador de Revelaciones Equinas más cercano.
Veracruz Cel: 55 6319 3918 Cel: 229 152 5537 Apizaco Cel: 844 138 2813
Anúnciate con nosotros
1/4 pág. $850°° 1/2 pág. $1,600°° 1 pág. $3,000°° revelacionesequinas@gmail.com
Revelaciones Equinas “Aprendizaje Asistido Con Equinos: Soporte y Apoyo Para Mujeres Con Niños Especiales” Por Marily Tiburcio Medina
E
ellas son diez mujeres. Diez historias entrelazadas con un mismo dolor: un niño con discapacidad. Hace ya más de tres años que ellas tienen una cita puntualmente, para que sus hijos, o para algunas, sus nietos, reciban su sesión de equinoterapia.
Hace un poco más de un año, surgió la idea de aprovechar el tiempo de espera, mientras los niños tomaban su terapia decidimos ofrecerles la posibilidad de llenar también su necesidad; las invitamos a ver el mundo de una forma diferente, más allá de sólo una discapacidad… Y así es como comenzamos a compartirles el Aprendizaje Asistido con Equinos. Existe un detonante común entre ellas… Su GRAN corazón.
En lo personal, es un aprendizaje sin igual. Mujeres de Fortaleza y Valor inquebrantable dónde lo más importante son esos niños, su bienestar y calidad de vida. Para ellas, no importa cuántos años las vayan a acompañar; ellas sólo buscan verlos cada día más felices y ayudarles a ser jóvenes independientes cuando ellas ya no estén. ¿Qué sucede con ellas, que dejan a un lado su felicidad, sus sueños, sus planes, su vida? Esta fue la pregunta que les hicimos la primera vez que entraron a la pista, frente a la manada en libertad. Después de un rato, al preguntarles personalmente a cada una de ellas sí algún caballo podía representar a alguien en su vida, no nos sorprendió su respuesta: mencionaron a sus hijos, a sus nietos… En este instante se dieron cuenta que se habían olvidado de ellas mismas, del valor de ser mujer, habían dejado a un lado sus necesidades para cubrir las de su niño especial. Y así empieza esta aventura. Cada miércoles, nos apoyamos con los caballos que las van llevando de la mano, para acompañarlas: volverse a ver, reconocerse, mirarse a través de
ese reflejo tan perfecto como lo son ellos, los caballos. El cambio en su vida no se hace esperar. Para muchas, al principio era imposible que dejaran a los niños al cuidado de alguien más. Hoy dedican tres horas seguidas en la pista, para estos encuentros y toman este tiempo para ellas, confiando plenamente en que los niños están bien. Los resultados en los niños también, son impresionantes. Clemen es nuestra líder de la manada, abuela de Sebas, mujer de 75 años con un corazón de oro, una humildad y esencias natas. Con su mirada, refleja todo el dolor que hay detrás de esa fortaleza, de esta compasión y de su amor incondicional. ¡Cómo no admirarla! Podemos ver a una mujer que está nuevamente llena de actividades por hacer, con la energía necesaria para decidir asistir al baile del pueblo, y como bien lo dice “¡a echarme mi tequila!” Ella decidió aprender a escribir, porque nunca es tarde, y aunque no conoció a sus papás, las últimas lágrimas que ha derramado en éste último año han sido de agradecimiento por la vida que le dieron, porque, a través de los caballos, los ha podido sentir e incluso perdonar…
Como esta historia, hay nueve historias más. Mujeres “diamante”, que son inspiración, sabiduría, aprendizaje, fuerza, valor, entrega, amor incondicional por citar algunos… Ver estos procesos ha sido un regalo inigualable en mi vida. En cada mujer, he podido ver reflejada a mi madre para así conocer sus más grandes miedos… Y no tengo duda, que no hay Amor más grande que el de una madre. Gracias Mujeres por ser mi inspiración en cada sesión en la pista, gracias por ser ustedes, quienes me dieron el valor de llegar a más mujeres, tocar más corazones y como dice mi maestra: “aún quedan heridas por sanar”. Vamos juntas, los caballos nos demuestran en cada sesión, su empatía, su congruencia, su ausencia de juicio… y nos enseñan nuestras mayores grandezas. Son ellos, los caballos, espejo perfecto del alma.
Revelaciones Equinas “Mujeres: Tomar Decisiones a Plena Conciencia” Por Patricia Álvarez Pérez
R
ecién egresada de la carrera de psicología trabajé en un centro de atención para mujeres en condición de riesgo, sin embargo, no todas mis pacientes se encontraban en circunstancias límite. Y fue entonces con éste tipo de situaciones que mi trabajo como terapeuta se volvía frustrante; pues aún cuando sabía que no podía involucrar mi punto de vista personal, me era difícil aceptar el hecho de que un gran número de pacientes se aferraba a su versión de los hechos y la volvían una realidad.
Citaré algunos ejemplos; una mujer en sus treintas con un buen empleo, atractiva, con grandes oportunidades de emprender proyectos laborales, se obstinaba en negarle el divorcio y la custodia compartida de sus hijos a su todavía esposo, pues éste le había sido infiel y ella no estaba dispuesta a “dejarlo ir tan campante con otra”. Esto por supuesto le estaba generando desgaste energético, emocional y no le permitía seguir adelante en su vida; además de crearle un estancamiento general. Ella minimizaba su imagen frente a sus hijos y se cerraba a la posibilidad de iniciar una nueva vida en pareja con alguien que pudiera sumarle, más que restarle. Este proceso llevaba meses, le daba vueltas y vueltas en sesiones semanales, avanzando a micro pasos. Cuando yo puntualizaba que el cambio radicaba en ella misma, la paciente solía abandonar su proceso.
Al iniciar mi trabajo como facilitadora asistida con equinos, todo esto cambió. La manada, desde la primera sesión, refleja la situación real y permite tener una perspectiva desde todos los ángulos posibles. Esta misma mujer se empezó a ver reflejada en un caballo y se dio cuenta que no salía del mismo punto. Insistía en agredir a un caballo que mantenía toda su atención fuera del ruedo. Este otro caballo, obviamente representaba al marido. Un tercer caballo intentaba llamar su atención, repitiendo en ocasiones sus movimientos (imitación de patrones de conducta por parte de los hijos). Un cuarto caballo se quería acercar pero, al no ser tomado en cuenta, terminaba por alejarse. Este último caballo representaba las oportunidades que la vida le ofrecía. Como ella canalizaba toda su energía y atención en una persona que le demostraba total desinterés, las oportunidades simplemente se retiraban.
Como facilitadora, no hay mucho que decir. A través de preguntas basadas sobre el movimiento y la posición de los caballos, ayudamos a los pacientes a hacer conciencia sobre lo que sucede en su vida en un momento dado. Ellos son quienes deciden colocar sus caballos y tomar las decisiones necesarias para lograrlo. Otro ejemplo común es el de aquella mujer que mantenía una relación sentimental con una persona comprometida. Durante las primeras sesiones de consultorio, la clandestinidad no se mencionaba abiertamente, pues inconscientemente la paciente se sentía culpable. Se trataba la situación con rodeos y era poco el avance. Una vez que se podía hablar directo sobre el tema, la paciente trataba de justificar a su pareja, mencionaba una y otra vez las razones por las cuales el individuo seguía en su matrimonio, razones que le impedían ofrecer un compromiso completo. Es impor tante recalcar que como facilitadores no tenemos derecho alguno en juzgar u opinar acerca de la moralidad que pueda implicar la situación del paciente, sólo ellos pueden decidir si sus acciones actuales son aptas o no para su vida. Este tipo
de casos frente a la manada son muy claros, la paciente observa la interacción de los caballos y se da cuenta que su pareja (representada por un equino) no tiene intención alguna de acercarse de frente a su caballo, y que éste último, en ocasiones, se desgasta tanto que hasta puede llegar a lastimarse. Sólo ella sabe lo que está sintiendo al ver esa imagen tan nítida frente a sus ojos y sólo ella puede tomar una decisión al respecto. Es cierto, duele en muchas ocasiones ver la realidad como es, pero la manada ofrece opciones para dimitir el dolor, seguir adelante y crecer interiormente. Ninguno de estos casos puede ser generalizado; cada situación es única. Sin embargo, estos ejemplos nos dan un panorama general de cómo una sesión de Aprendizaje Asistido con Equinos nos permite ver nuestros actos respecto a aquellos, que como mujeres, tratamos de ver como victimarios. Los caballos nos hacen ser conscientes y responsables de nuestro proceder. Confrontamos en unos minutos aquello que nuestra mente trata de evadir, al contarnos una y otra vez la misma historia, donde buscamos un culpable, una razón, una justificación y por qué no, un pretexto para ser la “víctima” y vivir día a día con ello.
Al finalizar una sesión, la mayoría de las mujeres toman una actitud de cambio real y sobre todo, con la certeza de que su vida depende única y exclusivamente de ellas mismas. No pueden cambiar el mundo, pero si pueden cambiar la manera en que éste mundo las afecta. Mujeres de distintas edades acuden a sesiones de aprendizaje asistido con equinos, listas para sanar su alma e iniciar un proceso real de crecimiento personal que también fortalecerá su entorno.
Esta herramienta me permitió dejar atrás cualquier sentimiento de frustración como terapeuta, pues no sólo puedo ser testigo de la situación real de mis pacientes si no de su cambio de conciencia y su capacidad de desarrollo. Los caballos son por mucho, los mejores terapeutas que pudiera haber conocido, así como también los seres más sabios y directos con los que pueda interactuar. Mujeres y hombres por igual, pueden ponerse en sus manos con la confianza ciega de ser ayudados por estos divinos maestros equinos.
Flora Rodríguez López Testimonio
M
i primer contacto con ellos fueron unos caballos de fierro, en los que avanzaba impulsándome con el vaivén de las patas, que eran bases de mecedora, sentada en una tabla despintada, bases verdes y oxidadas. Y cómo ignorar el carrusel también de la infancia.
Han pasado más corceles por mi vida, a los cuales pido perdón por no detallar su huella en estas líneas. Hoy agradezco a los caballos de carne, que están impulsando mi vida, que me están haciendo cabalgar, por caminos que solo ellos podrían haberme enseñado. Son los maestros maravillosos que casi silenciosamente me dicen que Dios existe, porque solo Dios podría concebir la idea de crear a los caballos. No dejemos de lado la historia de Quirón el centauro hijo de Saturno, quien fue versado ampliamente en las artes y las ciencias (Quirón quirúrgico) y tuvo como discípulos a Teseo, Esculapio, Castor, Polux, Eneas, Aquiles entre otros. Pues los hijos de este sabio natural, hoy son mis maestros, y no puede caber en mi alma mayor orgullo. Apenas en esta misma semana le arrebataron la pluma al miedo, la pluma que me quitó hace 20 años. Hoy me están ofreciendo nuevos horizontes, con nuevas responsabilidades con mil conocimientos, alegrías y retos. Y es que, llego ahí, al campo donde humildemente pacen, llenos de misterio y de encanto, y me enseñan: su doctrina es el amor, la doctrina del nazareno. ¿Cómo podrían evitar su misión, maestros sanadores, donde la psicología está rebasada, donde los tratados de Freud o de Jung son polilla, la respuesta está en estos sabios griegos?
Los caballos me asisten cuando relinchan, cuando comen algo, cuando me jalan la ropa, ellos muerden un tubo que sirve de valla, pero que ante ellos son la gran barrera de la soledad, un muro frío, duro, cruel e infranqueable. Me dicen otras tantas cosas que no comprendo, pero que mi alma recibe invariablemente. Sé que terminaré siendo Omisa, Babieca, Rocinante, Marengo, el Caballo de Troya, Bucéfalo, Pegaso, los héroes muertos en campos de batalla respaldando a sus jinetes. La delicade za de su tacto es una contradicción absoluta frente a su fuerza. La elegancia cuando es infinita, no requiere de afeites, ni galas, ellos la desbordan.
Esta tarde con un aire fresco, recio, como es el aire del campo, estando ya concluido este trabajo, caminando entre unas caballerizas, un caballo negro, de crines intensas y gruesas, como a veces son los embates de la vida, jugó conmigo, y cuando le di la espalda, le dio un jalón a mi blusa, con fuerza y sutileza para no lastimarme, supe entonces que no estaba satisfecho con las líneas que había escrito, pero no puedo decir más, no sé yo cuánto come un caballo, sólo que me alimenta. ¿De qué enferma un caballo? Lo ignoro, pero me consta que sana mi alma. Hoy me guían en el tablero de mi vida, la iluminan y me invaden con su sabiduría. ¿Será casualidad que cuando a un hombre se le condecora por su finura, clase y buen trato se le dice caballero? Podría decir sin error, que un caballo es c o m o e l u n ive r s o, i n fi n i t o, p r o f u n d o, inmarcesible. ¿Qué pintor con una simple pluma y el abecedario por apoyo, podría derramar todas las palabras que le permitan describir su fuerza, nobleza, coraje, brío, inteligencia, elegancia, belleza, garbo, gayo, etc. Que limitado mi homenaje, que corta mi inspiración, pero estoy segura que habrá almas que lo reciban en la justa dimensión de lo que son ellos, por algo Quirón pace en los amplios pastos del firmamento como la constelación de Sagitario. En el Partenón está la lucha de los centauros y lapitas, obra de Fidias, actualmente en el museo británico. Y vistiendo mi sala por supuesto, Napoleón Bonaparte montando al blanco Marengo, quien cruzó los Alpes para venir a vivir en mi casa.
Después de derrotar al ejército cristiano, las tropas almohades se abren paso a sangre y fuego arrasando todo lo que encuentran en su camino. Diego de Malagón, el humilde hijo de un posadero, es testigo horrorizado del asesinato de su padre y del secuestro de sus hermanas. A duras penas consigue huir a lomos de su inseparable yegua Sabba y alcanzar la ciudad de Toledo donde conoce a Galib, un veterinario mudéjar. Asombrado por talento innato que el muchacho tiene para tratar a los animales, Galib le enseña a curar los caballos, que en tiempos medievales eran trascendentales en la defensa y en la vida de los hombres. A partir de ese momento, obsesionado por rescatar a sus hermanas y por descubrir los secretos más recónditos de la ciencia y del saber, Diego hurgará en las entrañas de la biblioteca de un monasterio cisterciense, luchará en un torneo por el amor de una noble y formará parte de una sociedad secreta de espías que consigue infiltrarse en Sevilla, la entonces capital del califato musulmán. “El sanador de caballos” es una apasionante novela histórica que destila el mismo amor a la ciencia y al saber que otras grandes del género como “El médico” de Noah Gordón. Al mismo tiempo, es un homenaje a los miles de estudiosos que desde tiempo inmemorial investigan para que el hombre pueda disfrutar de la compañía y de la ayuda de los animales. Siempre he dicho que el mundo actual fue forjado a lomo de caballo. Me he sentido atraído hacia esta novela por varios motivos. El título, El Sanador de Caballos, resonó dentro de mi ser por el trabajo que estamos haciendo en la actualidad en Revelaciones Equinas y despertó mi interés. Los hechos históricos me fascinan así como el arte de la guerra. La novela se desarrolla en una época de guerra (una guerra política, religiosa y cultural) que ha trascendido e influido incluso en la construcción y la cultura de México; y en la formación de una raza de
caballos (el caballo español) que lleva en su sangre el gen del caballo árabe, gen que se encuentra en la mayoría de las razas de caballos actuales. Este conflicto entre árabes y españoles fue un acontecimiento que ha cambiado la faz de la civilización utilizando a los caballos árabes como un estandarte de belleza y armonía además de sus aspectos bélicos. En esta novela, se develan secretos de la raza árabe: su procedencia, su conformación, su belleza y su carácter, además del ejercicio profesional de la albeitería que es el origen del ejercicio del médico veterinario. Hay un capítulo en específico que me hace soñar. Uno de los personajes principales, quien ha sido el guardián de una de las mejores manadas de caballos árabes, vuelve a entrar en contacto con ella con la intención de robársela. Los recuerdos que despiertan en él la majestuosa imagen de más de tres mil yeguas y sementales árabes, junto con el paisaje de estas tierras, me transportan a otra dimensión. La necesidad de llevarse parte de la manada con el mayor sigilo posible atisbando cada momento la sensación de un peligro inminente, provoca sensaciones y emociones tan dispersas, tan sutiles que hacen que todos los sentidos del ser sólo converjan en el objetivo de volverse miembro de la manada: ser caballo, ser yegua y conducirlos hacia la gloria y la grandeza de su estirpe. “Tu amada Sabba, ‘viento del este’ en mi idioma, te llevará por lugares que ni sueñas. Y desde ahora te digo, que serán los caballos quienes guíen tu camino. Te harán grande, justo. Con ellos conseguirás hacer el bien, un gran bien.” Es como si lo hubieran escrito para mí… Ricardo Samaniego, “Omecoyotl”
Arte y Caballos “Plasmar el Alma de los Caballos” Por Natasha Graf
L
os caballos son imponentes y gentiles, se podría decir que para mí han sido una caja fuerte con candado, en donde resguardar mis secretos y mis frustraciones. Han sido también mi mayor fuente de felicidad y un excelente compañero, aunque no podría decir que los considero como mis amigos, porque no los trataría como tal y un caballo seguramente tampoco, debido a nuestra naturaleza tan distinta.
Han habido ocasiones en las que he escuchado que alguien dice que le debe su vida a los caballos y me han preguntado qué les debo yo, sinceramente no creo deberles nada y nunca he visto ningún caballo cobrar algún precio por lo que da, ellos no hacen favores; el maltrato sí. Un equino maltratado que tiene carácter siempre lo cobra caro. En mi opinión un caballo se entrega porque así lo quiere y lo decide y es por eso que estoy muy agradecida por todo lo que me han proporcionado. Me han dado de todo, momentos de dicha, moretones, mordidas… Pero lo más importante es la pasión que me inspiran, una pasión desbordante que he sentido y que siento al cuidarlos, montarlos, trabajar con ellos y observarlos. Sin su presencia, no me sentiría completa. Los respeto y los amo y siempre tienen algo que enseñarme.
En cuanto a mi arte, la primera pregunta que todos hacen es ¿Cómo empezaste a dibujarlos?, y la respuesta siempre es la misma: no recuerdo cuando empecé a dibujar caballos, supongo que mi cercanía a ellos me impulsó de cierta manera a querer plasmarlos, como hace cualquier niño con las cosas que le gustan o que ve constantemente, y claro también tiene que ver la fascinación e intriga que siempre han despertado dentro de mí. Mis primeros dibujos datan de mi infancia, de cuando tenía unos cinco o tal vez seis años, aunque cualquiera que los viera diría que es casi imposible distinguir la cabeza de la cola. He ido mejorando al paso de los años. Al pintar, me invade la misma sensación que recibo cuando monto o trabajo un caballo; siento que no existe nada más que esta relación y comunicación entre el caballo que decido pintar y yo. Se podría decir que en ese momento existen solamente la imagen del caballo, el material que utilizo y mi corazón puesto en mi mano. Por lo regular, el dibujar caballos me relaja, aunque me p u e d e n i nva d i r d i s t i n t a s e m o c i o n e s y sentimientos, dependiendo del modelo que elijo, y varían en función de la personalidad que siento emanar del equino que dibujo. Por ejemplo: si la esencia del caballo es briosa y juguetona, me vuelvo alegre y divertida, a veces un poco ruda; si el caballo refleja tranquilidad y docilidad, me relajo de inmediato.
Ta m b i é n m e p r e g u n t a n regularmente qué intento plasmar o transmitir en mis pinturas, la verdad es que no intento transmitir nada en par ticular, me imagino que las personas ven solamente el resultado final de lo que estoy plasmando en una hoja de papel o en un lienzo. Al crear una obra, puede ser que en esta se refleje mi humor o puede ser que no. Es probable que haya pintado el fondo de un cuadro en medio de un ataque de enojo y tal vez me haya sentido en paz al pintar el ojo de un caballo, pero lo más seguro es que nadie se da cuenta de las emociones que encierra cada detalle pintado o dibujado. Lo cierto es que si logro transmitir alguna emoción al público, lo considero éxito. Me gusta dibujar retratos, fieles a la imagen de los caballos que me solicitan retratar, pero también doy rienda suelta a mi imaginación, sobre todo en las pinturas, pues es mucho más fácil agregar detalles extras o jugar con los colores y la luz, aunque no tengo preferencias por uno u otro. Mis técnicas preferidas son dibujos a lápiz y pinturas con acrílicos, con ellas puedo capturar el alma de los caballos: son seres con emociones y sentimientos tan complejos como los nuestros y son tan únicos como lo son los seres humanos.
Natasha Graf /ranchoelcalentano