MAGISTERIO MAYO - JUNIO DE 2008
Dirección General de Educación Normal y Desarrollo Docente
2a. Época
Año 6
No. 41
Sexualidad en los niños con discapacidad
Cuidar bebé en la adolescencia... ¡Piénsalo bien! Donación de órganos, una cultura pendiente
MAGISTERIO MAYO - JUNIO DE 2008
Dirección General de Educación Normal y Desarrollo Docente
2a. Época
Año 6
Ilustración de portada y contraportada: Jesús María Martínez Vilchis
No. 41
DIRECTORIO M AGISTERI O
CONTENIDO
Coordinadora Profra. Gloria María Concepción García Chávez
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EDITORIAL
Asesor editorial Profr. Inocente Peñaloza García
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SEXUALIDAD EN NIÑOS CON DISCAPACIDAD María Elena Suárez Mercado
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LA EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD EN EL CONTEXTO FAMILIAR Y ESCOLAR Mateo José Luis Pérez Mejía
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PUBERTAD María Antonieta Cuevas Peñaloza
Corrección de estilo P. en L . L . Anahí Méndez Gómez Tagle Lic. Alberto Díaz Argueta Profr. Carlos Sergio Quiroga González Lic. Jesús María Martínez Vilchis Profra. María Elena Suárez Mercado Diseño gráfico Lic. en D. G. Juan José Suárez García L. en D. G. Consuelo Cardona Estrada Lic. en D. Angélica Elizabeth Cardoso Benítez C.G. Bernardo Luis Campos Salazar
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LA EDUCACIÓN SEXUAL, RESPONSABILIDAD COMPARTIDA Marco Antonio Vázquez Jaime
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DONACIÓN DE ÓRGANOS, UNA CULTURA PENDIENTE Centro Estatal de Trasplantes del Estado de México
COMITÉ EDITORIAL
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UN PUNTO DE VISTA DOCENTE: LA IMPORTANCIA DE LA SEXUALIDAD EN LOS ADOLESCENTES María Bernal García
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LETRAS Y TRAZOS
Presidente Profr. Víctor Carlos Campuzano Millán Vicepresidente Profr. Gabriel Cruz Malpica Secretaria Técnica Profra. Gloria María Concepción García Chávez Asesores
M. en S. Eugenio Martínez Gutierrez, Profr. Fernando Juárez López, Profr. Gerardo Parra Cruz, Profra. Leticia García Chávez, Profr. Omar Talavera Vásquez, Lic. Ma. Magdalena Salgado Contreras, Profra. Ma. Pureza Carbajal Juárez, Mtro. Héctor Marín Rebollo
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órgano de difusión de la Dirección General de Educación Normal y Desarrollo Docente. Publicación bimestral. Tiraje: 8,000 ejemplares. Distribución gratuita. Año 6 Núm. 41 Mayo-Junio de 2008. Número de autorización del Comité Editorial de la Administración Pública Estatal S/N Las opiniones contenidas en los artículos son responsabilidad de los autores. No reflejan necesariamente la opinión de la Dependencia. Se autoriza la reproducción de los materiales, siempre que se cite la fuente. Los artículos no firmados son responsabilidad de la redacción. Domicilio: Av. José Vicente Villada 112. Primer Piso. Col. La Merced y la Alameda. Toluca, Estado de México. C. P. 50080. Tel. y Fax (722) 2 14 45 35. E-mail: magisterio@mail.edomex.gob.mx
OBRA PLÁSTICA DE JUAN HOLGUÍN MEJÍA 31
POESÍA José Luis Solís Ramírez Francisco Javier Estrada
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CUIDAR BEBÉ EN LA ADOLESCENCIA... ¡PIÉNSALO BIEN! Jesús María Martínez Vilchis
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EDUCACIÓN SEXUAL O RIESGO TOTAL José Juan Lagunas Mejía
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LA FAMILIA, CLAVE PARA CONOCER A LOS NIÑOS Rodolfo González Reyes
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REFLEXIONES EN TORNO A LA EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD Alicia del Carmen Muñoz Rangel
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PEDAGOGÍA DE LA SEXUALIDAD, UN RETO ACTUAL Martha Olmos Aguilar
Tiempo atrás estuvo a debate la conveniencia de incluir contenidos de educación sexual en los programas escolares. Representantes de diversas profesiones dieron a conocer sus puntos de vista y una asociación de padres de familia elevó enérgica protesta porque el nuevo libro de biología abordaba el tema con lecciones que a ellos les parecieron inapropiadas y ofensivas al decoro. El argumento que esgrimían los inconformes iba en el sentido de que era preferible abordar las cuestiones sexuales en el seno del hogar y con apoyo de algún ministro religioso. Sin embargo, es un hecho que los padres de familia no están dispuestos a hablar de sexualidad con sus hijos ni disponen de conocimientos científicos y pedagógicos para guiarlos en este aspecto de la vida, mientras que la falta de educación sexual causa problemas de salud, embarazos no deseados y promiscuidad entre los jóvenes. La resistencia de los padres de familia conservadores fue vencida por la necesidad de ir al rescate de niños y jóvenes en problemas; actualmente ya no se discute si la educación sexual debe ser impartida o no, sino la manera de hacerlo sin perder de vista el núcleo de la situación que se pretende resolver. La ciencia didáctica dispone de medios, recursos y procedimientos para hacer llegar el mensaje a los educandos y lograr que lo apliquen en su vida. No es necesario invadir terrenos del descaro, el cinismo y la pornografía para abordar temas que pueden ser parte de la grata experiencia de aprender. En la ciudad de México, un grupo de entusiastas docentes, en su mayoría jóvenes, sorprendieron a los observadores al emplear el conocido juego de “serpientes y escaleras” para abordar con adolescentes temas como enamoramiento, relaciones sexuales, anticoncepción y embarazo. Esto demuestra que lo importante es descubrir el “cómo hacerlo” y que para ello es necesario desplegar ingenio, sensibilidad, imaginación y buen juicio.
Sexualidad en niños con
discapacidad María Elena Suárez Mercado Subdirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México
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uando llega la hora de hablar de sexualidad a los hijos, pocos padres saben exactamente cómo abordarlo, qué decirles y aun cuando lo sepan, no dejan de sentirse incómodos. Pero la situación se complica aún más, si además ese hijo presenta alguna discapacidad, pues se tiene que encontrar la forma de hacerle llegar de alguna manera la información necesaria y explicarle cómo vivir positiva y sanamente su sexualidad dentro de las limitaciones que su naturaleza le impone. Muchos nos preguntamos ¿por qué este tema resulta difícil de abordar? ¿por qué a veces preferimos eludirlo? ¿cómo garantizar una sexualidad sana a nuestros hijos?, quizás el origen se encuentre en la historia familiar, donde estos temas fueron evitados y nunca se hacía referencia a las cosas por su nombre, —¡déjate ahí! ¡cochino! ¡eso no se hace!— se creaba una concepción de que era algo sucio y mal visto; razón por la cual es comprensible que muchos adultos no estemos preparados ni para vivir plenamente nuestra sexualidad, menos aún para abordarla con nuestros hijos. Sin embargo, en la actualidad todos somos conscientes de la necesidad de hablar y educar a nuestros hijos en este aspecto, pues las historias de abuso sexual o conducta inapropiada, son cada día más frecuentes, como para seguir ignorándolas. La educación sexual no sólo se enseña con palabras, mucho de lo que aprenden los niños y niñas es a partir de los modelos que se tienen en casa, de la conducta de sus padres, del comportamiento de la pareja en el hogar y del afecto que se manifiesta tanto física como verbalmente. Por eso es importante que los niños observen actitudes positivas que puedan imitar, sobre todo, si su discapacidad es intelectual, ya que gran parte de los aprendizajes en ellos se establecen por imitación, de tal forma que, observar actitudes positivas y buenos ejemplos les permitirá manejar mejor su sexualidad y aprender a respetar su intimidad y la de los demás. La sexualidad es multifactorial, intervienen en ella aspectos emocionales, físicos y psicológicos y para consolidarla, es 2
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necesario no sólo trasmitir información sobre funcionalidad o anatomía, sino procurar que se logre la comprensión suficiente, para que cada niño o joven acorde a su discapacidad pueda vivirla en plenitud cimentada en valores, afecto y responsabilidad. Ahora bien, todas las personas, con o sin discapacidad deberíamos aprender a: * Reconocernos como hombres o mujeres y sentirnos orgullosos de ello. * Definir, conocer y expresar lo que sentimos. * Tener la certeza de que podemos ser amados y respetados a pesar de cualquier diferencia. * Solicitar lo que necesitamos, establecer límites y evitar que se violente nuestra dignidad humana o nuestra integridad. Pero si pretendemos coadyuvar en la educación sexual de los niños y niñas con alguna discapacidad es necesario empezar por reconocer que ellos no tienen porqué ser tratados de manera diferente a los demás: la sexualidad en ellos se desenvuelve del mismo modo que en el resto de los niños, con las mismas emociones, sensaciones y cambios en el desarrollo físico, psicológico y emocional, sólo desfasado en tiempo en algunos casos. Por tanto, deben ser partícipes, sin exclusión de actividades, orientaciones e información que se brinde al respecto a los niños de su edad, en la escuela o en el hogar, realizando únicamente las adaptaciones que sean necesarias (sistema Braille, lenguaje de señas u otras estrategias) a fin de que puedan apropiarse de la información y comprenderla, evitando, por supuesto, actitudes de sobreprotección que sólo los perjudica, ya que limita su autonomía y desarrollo; sólo necesitan respeto, pues cada niño o niña, al margen de sus impedimentos físicos, ha de ser tratado como persona y tiene derecho a que su vida transcurra en un ambiente sano, que no destruya su autoestima. Sin embargo, a los niños y niñas con discapacidad intelectual, a diferencia de quienes tienen otra discapacidad, no
les es fácil deducir de sus experiencias las normas generales de convivencia social: los esquemas de lo correctoincorrecto, aceptable-inaceptable. Estos niños necesitan una mayor cantidad de experiencias, actividades vivenciales y un apoyo extra de sus padres y maestros para poder adquirirlos, pues su discapacidad bloquea los procesos de generalización. Es conveniente considerar también, que muchos de ellos presentan baja autoestima, débil control de impulsos, baja tolerancia a la frustración, escasa comprensión y todos estos factores los conducen a la búsqueda de gratificación a través de sensaciones placenteras. Y el primer contacto de todo niño con la sexualidad es esa sensación placentera que experimenta cuando toca su cuerpo para conocerlo, y no es solamente la genital, todo el cuerpo puede generar placer y es necesario que se sienta libre para explorarlo, e incluso debe iniciarse esta educación con la enseñanza e identificación de todas las partes del cuerpo, como conocimiento previo de sí mismo que debe tener, para que posteriormente comprenda de lo que se habla, todo esto, independientemente de que sea capaz o no, de expresarlo verbalmente. Ahora bien, si la educación sexual no se inicia desde la infancia, será muy difícil, que puedan evitar en algún momento que les hagan daño o manifiesten actitudes inapropiadas dentro de la sociedad en que se desenvuelven. Es fundamental hacerlos conscientes, al igual que a cualquier otro niño, en este caso con mayor énfasis, que existen conductas públicas y privadas, que en las públicas ha de tenerse cuidado de no ofender o agredir a otras personas, y que existen otras conductas que sólo deben asumir en privado (cuando estén solos, como desnudarse, defecar o masturbarse). En niños que tienen una discapacidad intelectual mayor debe considerarse que su nivel de comprensión es más bajo y, por lo tanto, deberán repetirse indicaciones y actividades tantas veces como sea necesario, con palabras sencillas y ejemplos diversos, hasta comprobar que han entendido, ya que es común la dificultad para comprender o expresar sus dudas, debido a limitaciones lingüísticas que en ocasiones presentan. Estriba en ello la importancia de que todos los niños con discapacidad, en particular quienes la presentan de tipo intelectual, desde pequeños sean apoyados para empezar a distinguir las conductas privadas de las públicas, especialmente aquellas relacionadas con su sexualidad. De otra forma, será muy difícil lograrlo en la adolescencia, cuando las necesidades sexuales se manifiestan plenamente. Por el contrario, si se les va haciendo comprender desde la infancia qué conductas son públicas y cuáles son privadas (sin agredirlos y respetando sus inquietudes), y se contestan sus preguntas
con la mayor veracidad pero con mesura, dándoles sólo la información que requieren en el contexto más cercano a su propia realidad para que la información les sea significativa, así podrán estar en mejores condiciones de enfrentar adecuadamente su sexualidad en la adolescencia. Otra necesidad prioritaria es ayudarlos a que adquieran autocontrol, pues las necesidades sexuales suelen ser actuadas espontáneamente y sin restricciones de tipo moral, debido a condiciones específicas propias de la discapacidad. “Los niños con cualquier tipo de discapacidad tienen exactamente las mismas necesidades biológicas, sociales y emocionales que los demás, su desarrollo tiene las mismas implicaciones, pero también tienen, el mismo derecho a vivir plenamente cada etapa de su vida”.
BIBLIOGRAFÍA Baldaro, J., G. Govigli, C. Valgimigli (1992). La sexualidad del deficiente. Ed. CEAC. Barcelona. Buscaglia, Leo (1998). Los discapacitados y sus padres, en rev. Ararú, núm. 23. Emecé Editores. Buenos Aires, Argentina. México. http://www.sexología.com/articulos/salud
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Mateo José Luis Pérez Mejía Departamento de Apoyo a la Educación Villa Victoria, Estado de México
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éxico siendo un país con una gran diversidad cultural presenta complejidad en el proceso de la educación de la sexualidad, por lo que es necesario conjuntar una serie de elementos que tengan que ver con las características propias del contexto, en el que se desarrolla el hecho educativo y de esta manera iniciar el proceso. En México la familia mexicana tiene funciones de nivel práctico, tales como protección, ayuda, seguridad, marco básico para la subsistencia y la asistencia al individuo; en una segunda instancia y de manera simbólica como el marco de referencia de la expresión de paternidad y maternidad, y como tercera instancia, y quizá la más importante, es la que considera a la familia como el marco legitimador socialmente aceptado para la conducta reproductiva1. En el seno familiar prevalece la opinión generalizada sobre el tabú de los aspectos sexuales que han deformado, en muchas situaciones, el comportamiento del individuo, e impiden además una vida sexual adecuada. Y es en este ámbito donde resalta la falta de comunicación entre la pareja, padres e hijos, en torno a la sexualidad, construyendo una barrera que impide la comunicación y fomenta la falta de informa-
ción que da como resultado una inadecuada orientación sexual, surgiendo diferentes fenómenos que se caracterizan por una práctica sexual clandestina; se crean complicidades, prejuicios y valores entendidos. La conducta sexual se da a través de las transformaciones en los valores sustentados en la familia con respecto a la maternidad, la paternidad, los hijos y el concepto de familia; donde influyen además, las condiciones concretas de vida, las condicionantes de tipo económico y la situación de las personas en una determinada estructura social. El afecto y la confianza recíproca que se viven en la familia ayudan al desarrollo armónico y equilibrado del niño desde su nacimiento. Para que los lazos afectivos naturales que unen a los padres con los hijos sean positivos en máximo grado, los padres, sobre la base de un sereno equilibrio sexual, deben establecer con sus hijos una relación de confianza y diálogo, siempre adecuada a su edad y a su desarrollo. La vivencia de su propia identidad, su experiencia y su sólida preparación, ayudará a los hijos a comprender el valor y el papel específico de la realidad masculina y femenina, ya que el embarazo en el adolescente desbarata su propio tiempo, en la mayoría de los casos es el resultado de la falta de
Pineda Leyva, T. J. y M. T. Ramos Cavazos. Práctica de relaciones sexuales y la interrelación familiar del estudiante adolescente. Facultad de Salud Pública, Universidad Autónoma de Nuevo León. México, 2000. 131 pp.
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información sobre la cultura sexual y de cálculo, de modo que se da sin la intención de tener un hijo, simplemente como consecuencia de un encuentro sexual mal organizado . A la escuela le corresponde un rol complementario y no sustitutivo de la familia. La personalidad madura de los educadores, su preparación y equilibrio psíquico, influyen fuertemente sobre los educandos. Es indispensable que los primeros tengan una exacta y completa visión del significado y del valor de la sexualidad y una serena integración de la misma en la propia personalidad. Su capacitación no es sólo fruto de preparación y juicio teórico, sino también resultado de madurez afectiva. Para educar al niño en la riqueza del amor y de la vida, respetando su desarrollo psicológico, el docente debe encontrar la oportunidad y el modo de hacerlo con recto juicio, sentido de responsabilidad, pudor, competencia profesional y delicada sensibilidad, pero sobre todo, con actitud positiva. La educación para la sexualidad es importante que se aborde desde una perspectiva multidisciplinaria, integrándola en 2
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diferentes áreas educativas y relacionándola con una gran variedad de temas , Green (1975) señala que descuidar la función sexual que se encuentra tan involucrada con la salud física, mental y social, se constituye en el reflejo de una atención inadecuada de la salud. No podemos seguir descuidando a nuestros niños y adolescentes colocándolos en situaciones de riesgo e incluso de muerte. La acción está en manos de los maestros y de las autoridades educativas del país. Hay que reconocer que recriminar al maestro por los fracasos en los temas de sexualidad resulta contraproducente porque esta problemática involucra a toda la sociedad; el docente, en ocasiones, no sólo llega a dudar de su competencia sobre el tema sino que, al abordarlo, teme quedar expuesto a la censura por parte de los otros profesores, del director o de los padres de familia, sin saber que en ocasiones éstos están en la encrucijada de darse cuenta de que ellos y sus hijos requieren mayor información, pero se cohíben y mortifican al tener que reconocerlo. Por 3
Ochoa Anabel. Mitos y realidades del sexo jóven. Ed. Aguilar. México, D. F., 2007. Font, P. Pedagogía de la sexualidad. Ed. Graó. Barcelona, 1990.
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su parte, los maestros consideran que son los padres quienes debieran abordar la formación de sus hijos en este tema y los padres, a su vez, suelen pensar que es responsabilidad exclusiva de la escuela. La educación de la sexualidad debe abordarse a lo largo del currículum escolar, con la misma naturalidad con la que se habla en otras disciplinas: Si bien es cierto que mucho se ha avanzado en los libros de primaria en información sobre género y sexualidad, siguen existiendo nudos muy problemáticos que tienen que ver con realidades que no se pueden seguir soslayando y que debieran alentar otro perfil educativo y formativo que empieza por los propios docentes y que, necesariamente se debe superar el prejuicio, la desinformación y el temor en que se siguen debatiendo. Se requieren referencias actualizadas y contextualizadas que abarquen el género y la sexualidad con un enfoque integral y que, a la vez, orienten para vivir la sexualidad de manera plena y responsable (Pick/Givaudan, 1998; Hiriart, 2001). Se considera que el comportamiento sexual en México ha cambiado al ritmo que lo ha hecho la sociedad, aunque las leyes, servicios de salud o planes de estudio en las escuelas, no se han transformado. El currículum escolar no está atendiendo de manera eficaz el crecimiento de los niños y los adolescentes en sus necesidades formativas con una óptica menos restrictiva y más acorde con las realidades del mundo contradictorio, complejo y violento que llega a construirse en torno a la sexualidad. Y es aquí donde la escuela, desde una idea amplia e integral, debiera contribuir a discernir entre lo que imponen las creencias religiosas y el prejuicio social por un lado y lo que puede ofrecer el conocimiento científico, para 6
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brindar una respuesta responsable basada principalmente en decisiones de carácter ético. Y en el punto de las creencias, no está por demás diferenciar entre moral y ley, dado el carácter privado de las prescripciones morales y la connotación de obligatoriedad pública que últimamente se les quiere atribuir. Las series de televisión, las telenovelas, los programas cómicos, los anuncios, con sus avances sin ningún respeto por los horarios de protección al menor; el internet, la prensa, etc., explotan la sexualidad sin ningún reparo, es más, la muestran asociada a burla, grosería, falta de respeto y violencia. Cada vez es más frecuente que los niños y adolescentes estén sobreexpuestos a la información y de pasada, sobreestimulados con un bombardeo visual y auditivo agudizado por los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías. La televisión e internet no son verdaderas herramientas de educación de la sexualidad porque no responden a las necesidades de formación de niños y adolescentes. Sin embargo, pueden servir como herramientas cuando los padres supervisan, interpretan y guían a un niño o adolescente que dedica muchas horas a estos medios. Los niños entre ocho y doce años pasan de 6 a 8 horas diarias ante la televisión e internet;4 Por lo que están expuestos a imágenes e información en donde la interpretación que ellos hacen de esto varía según su edad, su desarrollo intelectual y afectivo, así como su entorno, según Saint-Pierre (2007). Estos medios inducen a una confusión entre la realidad y la fantasía. Con frecuencia proporcionan una imagen falsa del amor y de la sexualidad al banalizar los comportamientos sexualizados y el acto sexual; en ellos presentan al placer como un acto satisfactorio que de manera inmediata deforman el concepto de la relación afectiva entre el hombre y la mujer, a través de los mensajes subliminales utilizados por los medios de comunicación, agencias de relaciones públicas, compañías industriales e incluso el gobierno federal (Bryan1973).
Conclusiones Es necesario un cambio de orientación en la aplicación de los contenidos sobre sexualidad para los docentes, dejar la tendencia únicamente biológica e informativa para pasar a una educación integral del individuo, no reducir la sexualidad a aspectos descriptivos y funcionales, ya que limita la posibilidad de comprender otros e importantes aspectos relacionados con el comportamiento humano, es primordial que la sexualidad se enfoque desde una perspectiva multidisciplinaria. 4
Saint - Pierre Frederque. Viau Marie-France. La sexualidad de los niños. Ed. Patria. México D. F., 2007.
En la familia se manifiestan relaciones diversas que matizan el clima familiar e involucran a todos sus miembros, por lo que se deben establecer condiciones para una buena y constante comunicación entre todos los integrantes de la familia a fin de conocer sus intereses, necesidades y actitudes en relación con la sexualidad. En la familia existen formas complejas y profundas que actúan sobre el desarrollo de la personalidad, por la intensa identificación psicológica que se produce entre sus miembros y su enorme carga emocional. Esa carga emocional se sustenta con las necesidades que el ser humano satisface en este grupo: de afecto (dar-recibir), comunicación íntima, reconocimiento sano, de valoración social y autoestima, por lo tanto es necesario fortalecer la autoestima a partir del núcleo familiar para que, de esta forma, se manifiesten en la interacción con los grupos sociales en torno a la sexualidad. En una sociedad industrializada la presencia de los medios masivos de comunicación modernizados por la tecnología, provoca efectos psicosociales en el desarrollo de la personalidad de los individuos. La presencia de televisores, internet y revistas en cada casa habitación, es un fenómeno social que debe ser abordado con mayor amplitud en la investigación científica. Su diario accionar produce identificaciones efímeras con figuras que surgen y desaparecen con frecuencia sospechosa, moldeadas por la publicidad, pero que por su carácter comercial, desaparecen en poco tiempo. Por ello, se requiere que los padres de familia y los maestros realicen una labor conjunta en torno a la educación de la sexualidad para evitar un listado interminable de consecuencias desalentadoras.
BIBLIOGRAFÍA CONAPO, SEP, DIF. (1994). Educación para la vida familiar. Manual para el maestro de primaria. 3ª ed. CONAPO, SEP, DIF. México. Döring, María Teresa (1994). El mexicano ante la sexualidad. 1ª ed. Ed. Fontamara. México. Mead, Margaret (1993). Adolescencia, sexo, cultura en Samoa. Ed. Planeta Agostini. México. SEC y BS. (1999). Educación para la sexualidad en quinto grado.1ª ed. Gobierno del Estado de México. Toluca, México. Zimmermann, Max. (1990). Reproducción de los seres humanos. t. 2. Ed. Orientación. España.
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Pubertad
María Antonieta Cuevas Peñaloza Departamento de Apoyo a la Educación Toluca, Estado de México
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ubertad: palabra del latín pubere, que significa cubrirse de vello el pubis. La pubertad se inicia cuando la hipófisis envía una señal al cuerpo para que comience a elaborar en la mujer estrógenos y en el hombre testosterona, que son las hormonas responsables de la mayoría de los cambios que se distinguen en esta etapa. Es la fase del desarrollo del cuerpo humano en donde se inicia la madurez de los órganos sexuales, al mismo tiempo los caracteres sexuales secundarios comienzan a presentarse.
Cambios fisiológicos de la pubertad En los varones, la pubertad es la iniciación de la adolescencia, se determina por un rápido crecimiento físico y cambios psicológicos que pueden tener un importante impacto en el comienzo de la sexualidad y la vida reproductiva de los varones púberes. Las primeras emociones respecto del desarrollo físico pueden ser determinantes para la aceptación de la identidad sexual adulta y pueden impactar el comportamiento sexual del individuo. La primera eyaculación y la masturbación, principales formas de confirmar la masculinidad, y los sentimientos del individuo al respecto, pueden ser indicadores de un desarrollo psico-sexual positivo. Useche (1999) refiere en un estudio de comportamiento sexual de alumnos del nivel secundaria colombiano; 56.3% de los varones entrevistados experimentaron su primera eyaculación por medio de masturbación, 25% durante emisiones nocturnas o poluciones y 15.4% durante el coito. Noventa y siete por ciento de los entrevistados afirmó que se masturbaban y de éstos, 67% dijeron que se masturbaban con mucha frecuencia. Cuando se les preguntó sobre sus sentimientos acerca de la masturbación, la mayoría dijo que son de placer y desahogo; sin embargo, 13% dijo que la masturbación les provocaba sentimientos de culpa, que pueden surgir de las ideas equivocadas que aquejan a los niños adolescentes: la ceguera, crecimiento de pelo en la palma de las manos y el agotamiento de la producción de espermatozoides, tabúes que van limitando el pensamiento lógico de los adolescentes, que al final pueden repercutir en el desarrollo de su vida reproductiva.
Cambios físicos de la pubertad Mujer: Comienzo del desarrollo mamario Crecimiento de vello en pubis y axilas Máximo crecimiento Crecimiento de la glándula mamaria Ensanchamiento de caderas Activación de las glándulas sudoríparas El cabello y la piel podrán volverse más grasosos Presencia de acné sobre todo en la cara Presencia de flujo vaginal Inicio de menstruación
Hombre: Comienzo del desarrollo de genitales Crecimiento de vello en: pubis, cara, axilas, abdomen y tórax Espermatogénesis Máximo crecimiento Aumento de la masa y fuerza corporal Maduración de los órganos sexuales Cambio de voz
Adolescencia Del latín adolecere, que significa desarrollarse. La adolescencia es la etapa de la vida del ser humano o transición entre la pubertad y el estadio adulto (Southall, 2000). La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera la adolescencia entre los 10 y 19 años de edad, y juventud al período entre los 19 y 25 años de edad. Puntualiza también, que se trata de una fase más que un período fijo en la vida de cada individuo, una fase en la que el individuo ha dejado de ser un niño pero todavía no es adulto. Por lo tanto, necesitará aún de orientación para el mejor manejo de su vida futura. Tomando en cuenta las necesidades de salud de la población adolescente, la OMS establece como una de las grandes prioridades en el manejo de estas personas; que los servicios encargados de su seguimiento aumenten el papel en la información, apoyo psicosocial, promoción y prevención de la salud, siendo ésta última una poderosa herramienta para ayudar a los adolescentes a tomar las medidas pertinentes con su persona, de igual manera para que aprendan a ser asertivos en la toma de sus decisiones, con el propósito de desarrollar sus capacidades físicas, psicológicas, afectivas e intelectuales y reducir en lo posible situaciones de riesgo psicosocial. Por otro lado, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en su panorama general, muestra que más de la mitad de la población mundial tiene ahora menos de 25 años y que en total, son 1, 200 millones; del conjunto de la población de adolescentes, 500 millones pertenecen al sexo femenino, de ellas 135 millones son mujeres en edad fértil. Por lo tanto, las decisiones que tomen conformarán el futuro de nuestro mundo, siendo los próximos 10 años cruciales para el desarrollo mundial. La conducta peligrosa que se inicia en la adolescencia puede tener costos enormes en materia de salud pública y sufrimiento humano, lo que es un motivo apremiante para invertir en la salud de los adolescentes.
En relación con la madurez sexual, todos los cambios que conlleva el proceso fisiológico de la adolescencia, ocurren de forma gradual y lenta, habitualmente suelen durar entre 4 y 6 años. En las niñas estos cambios comienzan hacia los 10 y 11 años llegando a su máximo desarrollo entre los 13 y 15 años de edad; y en los varones, el desarrollo inicia entre los 11 y 13 años y alcanza su máximo nivel entre los 14 y 15 años. En este sentido la OMS delimita cronológicamente la adolescencia entre los 10 y 19 años, aunque actualmente distingue tres períodos que la extienden hasta los 24 años: Pre-adolescencia temprana, de 10 a 14 años correspondiente a la pubertad Adolescencia media o propiamente dicha de 14 a 18 años Adolescencia tardía, de 19 a 24 años
BIBLIOGRAFÍA Buvinic, M., J. P. Valenzuela, T. Molina (1998). González, E. La suerte de las madres adolescentes y sus hijos. Population Council. Edo. Méx. D.F. Gómez Bravo Topete, J. C., G. Briones, M. Morales Esquivel, R. Rodríguez. Mortalidad materna en el Estado de México. Consulta 1 de mayo 2007. en http://www.medigraphic.com/espanol/e-htms/e-medcri/e-ti2003/e-ti03-6/em-ti036b.html Montenegro A., Hernán (2000). Educación sexual en niños y adolescentes. en rev. Méd Chile. Southall DP, S. Smith Burr RD, Bull DN, A. Radford, Nicholson Williams A., S. The Child-Friendly Healthcare Initiative (CFHI): Healthcare provision in accordance with the un Convention on the Rights of the Child. Child Advocacy International. Department of Child and Adolescent Health and Development of the World Health Organization (WHO). Royal College of Nursing (UK). Royal College of Paediatrics and Child Health (UK). United Nations Children’s Fund (UNICEF). Pediatrics; 106: 1054-64
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, Marco Antonio Vázquez Jaime Escuela primaria “Efrén Sámano Montúfar” Coatepec Harinas, Estado de México
La educación de la sexualidad, es parte esencial en la formación integral del ser humano, debe darse a lo largo de toda la vida y ocupar un lugar relevante en la formación ética del individuo. Miguel Limón Rojas.
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nteriormente, el dilema era si se debía de abordar la educación sexual en las escuelas; el tema ahora es: ¿cómo se debe hacer? Actualmente en todas las escuelas públicas se imparte este tema, por demás delicado, ya que en la mayoría de los países del mundo se aborda con diferentes planes y programas, en donde el nivel, así como la profundidad con que se aborda, depende de los diferentes modelos educativos y los resultados obtenidos con los que se someten a escrutinio y análisis. Surge entonces, otra cuestión: la pregunta es si estos programas son realmente eficaces y si no lo son ¿cómo podemos mejorarlos? ya que se basan principalmente en “Brindar información sobre preceptos morales y sexuales y cómo funciona el sistema sexual del cuerpo, que es lo que los jóvenes deben y no deben hacer; estos, sin embargo, han fallado. Por otro lado, los programas cuyo enfoque principal es ayudar a los jóvenes a cambiar su conducta usando la dramatización, los juegos y los ejercicios que refuercen su habilidad al socializar, han mostrado señales de efectividad”1.
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Barragán Medero, F. La educación sexual. Guía teórica y práctica. Ed. Paidós. Barcelona, 1991.
La respuesta está en el hecho de que no sólo es cuestión de conocimiento. El conocimiento por sí solo no es suficiente para poder cambiar la conducta, es importante pensar que en la actualidad los adolescentes y niños de México y del mundo necesitan información correcta para ayudarse a protegerse a sí mismos, basta leer lo siguiente: “La infección del VIH se está incrementando más rápidamente entre la gente joven. Una de cada cuatro nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre gente menor de 22 años. En 1994, 417 casos nuevos de SIDA fueron detectados entre jóvenes de 13 a 19 años, y 2, 684 nuevos casos entre los de 20 a 24. Debido a que la infección pudo haber ocurrido hasta 10 años antes de ser diagnosticada como SIDA esto significa que la mayoría de estas personas se infectaron con el VIH ya sea en la adolescencia o en la pre-adolescencia”2. Lo que a través de mi experiencia y formación he podido comprender es que los programas de educación sexual en las escuelas han estado en función por muchos años, pero no han sido tan efectivos como se esperaba. Es necesario que los profesores analicen rigurosamente sus programas y comiencen a implementar otros más innovadores que hayan demostrado su efectividad. Los educadores, los padres de familia y los que dictan las leyes deben evitar conceptos de educación sexual derivados por la emoción; si nos basamos en las tasas de embarazos no deseados y otros problemas, incluyendo el VIH, que tienen los adolescentes, no podemos seguir ignorando la necesidad de la educación sobre cómo retrasar las actividades sexuales y cómo protegerse a sí mismo una vez que se es sexualmente activo. Lo que propongo al respecto es que la educación sexual deberá incluir principalmente información, ésta debe ser biológica, psicológica y social, sobre el cuerpo, los cambios del desarrollo, las funciones del aparato sexual, placer, reproducción, comunicación y afecto; elementos que según
, Abenoza, R. Sexualidad y juventud. Historias para una guía. Ed. Popular. México, 1994.
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una revista de valores universales publicada en noviembre del 2007, refuerzan y aumentan la autoestima, propiciando el amor, la responsabilidad, el respeto y la tolerancia3. El curriculum de educación sexual empieza a acentuarse en la secundaria, una vez que muchos de los estudiantes han comenzado a experimentar la sexualidad. Los estudios han demostrado que cuando la educación sexual empieza antes de que los jóvenes se vuelvan sexualmente activos les ayuda a mantener la abstinencia y a que se protejan en caso de volverse activos. Entre más pronto se inicie con la educación sexual, mejor; quizás sería bueno comenzar desde la primaria, ya que la sexualidad se expresa y se ejerce desde que nacemos hasta que morimos, y es precisamente al final de la primaria cuando empieza un interés más consciente por el tema, puesto que se inician los cambios corporales del desarrollo, además, la materia de ciencias naturales es un espacio apropiado para introducir el tema con toda naturalidad al hablar de los aparatos sexuales al igual que se habló del resto de los aparatos y sistemas en los grados anteriores. Otro aspecto a considerar es que las niñas y niños están siendo bombardeados por los medios de comunicación masiva con mensajes de alto contenido erótico, que en lugar de serles de utilidad para resolver sus dudas, a menudo los confunden más. Tampoco habrá que olvidar la existencia de niñas y niños que sólo van a terminar la primaria (a pesar de que la educación básica incluya ahora la secundaria) y no van a recibir educación sexual después. Pero no cabe duda que un motivo serio es que en la mayoría de los hogares mexicanos los padres y madres no les proporcionarán educación sexual a sus hijos. En este aspecto tendremos que involucrar acciones compartidas con responsabilidad y atención, propiciando relaciones humanas más significativas y relevantes, situación que en la actualidad refleja una enorme sensación de carencia; los padres nos pueden proporcionar ejemplo y compromiso cuando las parejas que han vivido felizmente casadas, durante décadas tengan participación en la educación sexual compartiendo su sabiduría de años y permitan que los alumnos les pregunten las cosas que más les interesa saber, tomando ejemplo de ellos, concientizando que deben adquirir compromisos, ya que uno de los objetivos de la educación sexual es lograr una relación duradera y amorosa.
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Los valores universales. en rev. de la CDH, Noviembre 2007.
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En lo que respecta a las acciones detro del aula, la educación sexual “analiza y reflexiona la sexualidad, es decir, el hecho de ser hombres y mujeres, con nuestras estructuras biológicas, vivencias, deseos y modos personales de expresión tanto sexuados como no sexuados”4.
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Vicent Marqués, J. y R. Osborne. Sexualidad y sexismo. U.N.E.D. 1991.
Es recomendable que un educador reúna las siguientes características: Reconocer y apreciar las cualidades de los seres humanos indistintamente de su identidad sexual. Comprender los problemas y dudas comunes de los niños con relación a su sexualidad. Ser consciente de su propia identidad sexual, que la acepte y viva de manera positiva y sana. Lograr empatía con los niños y adolescentes. Poseer conocimientos de desarrollo humano, sexual, afectividad y anatomía y fisiología sexual. Utilizar un lenguaje adecuado, preciso y sencillo. Colaborar con los padres en la formación de sus hijos. Estimular a los niños para que adquieran valores, sin imponer los propios. Ser sincero5. Algunas sugerencias que se pueden tomar en cuenta son: Utilizar un lenguaje adecuado sin negar las expresiones sociales y familiares. Realizar un trabajo previo con los aspectos de la sexualidad que resulten conflictivos. Ser objetivo, enseñar a pensar respetando las opiniones. Fomentar el respeto por las diferencias. Facilitar la participación igualitaria de los sexos. Utilizar el diálogo como instrumento de aprendizaje y comunicación. Emplear metodología activa y participativa. Educar en la confianza, estar abierto a tratar los temas individualmente si es necesario. Por último, siempre recordar y mencionar que todo nuestro ser es maravilloso y asombroso.
BIBLIOGRAFÍA (1993). Plan y Programa de Sexto Grado. México. Ed. SEP. Libros de Texto Gratuitos de 5º y 6º . Ed. SEP. Libros de CC NN para el Maestro. Ed. SEP. Abenoza, R. (1994). Sexualidad y juventud. Historias para una guía. Ed. Popular. México. Barragán Medero, F. (1991). La educación sexual. Guía teórica y práctica. Paidós. Barcelona. (2007). Los Valores Universales. Revista de la CDH.
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ibídem.
Vicent Marqués, J. y R. Osborne (1991). Sexualidad y sexismo. U.N.E.D.
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Centro Estatal de Trasplantes del Estado de México Subdirección de Investigación y Concertación
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l Centro Estatal de Trasplantes del Estado de México es un organismo desconcentrado de la Secretaría de Salud que inicia funciones en el año 2003 con el porpósito de consolidar un Sistema Estatal de Trasplantes en el Estado de México que permite ofrecer una esperanza o una mejor calidad de vida a los pacientes en espera de órganos y tejidos. La historia de los trasplantes es tan antigua como el hombre mismo, fue en 1901 cuando con los trabajos experimentales del europeo Alexis Carrel (a quien se considera padre del trasplante y quien obtuviera en 1912 el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su técnica de anastomosis vascular) se sentaron las bases para el inicio de la era de los trasplantes. El trasplante es un procedimiento quirúrgico, cuyo propósito es restablecer la función perdida de un órgano o tejido, sustituyéndolo por uno sano, que puede provenir de un donador vivo o cadavérico.
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En México se llevó a cabo hasta 1963 el primer trasplante renal por los médicos Federico Ortiz Quezada, Manuel Quijano y Gilberto Flores, del Instituto Mexicano del Seguro Social, dando pauta para que se sumaran otros grupos quirúrgicos a los trasplantes en México. Esto obedece al crecimiento en la demanda de trasplantes, así como el incremento en la incidencia de enfermedades crónicodegenerativas que lamentablemente no pueden ser curadas por medicamentos, por lo que si el paciente no recibe un trasplante, su futuro no será muy bueno. En México se encuentran registradas cerca de 11, 000 personas en la lista de espera nacional con la esperanza de recibir un órgano y no morir. Para que se lleven a cabo los trasplantes se requiere fortalecer la cultura de donación de órganos y tejidos después de la vida. En el Estado de México se ha iniciado la difusión para la donación, pero aún queda mucho por hacer, sensibilizar a 15 millones de mexiquenses es un reto para el Centro Estatal de Trasplantes ya que mediante su quehacer diario pretende llevar información correcta, para que después de la vida autoricen la donación de órganos y tejidos de sus familiares con fines de trasplante y den una esperanza a aquellos pacientes que hoy se encuentran en la lista de espera.
El 11 de diciembre de 2007, se firmó un convenio de colaboración entre la SecretarÍa de Educación y la Secretaria de Salud con el objetivo de permitir que la información en materia de donación de órganos y tejidos se difunda y llegue a más espacios del sector educativo del Estado de México; de igual manera, el 30 de abril de 2008 se concluyó el Segundo Concurso Nacional de Dibujo Infantil relacionado con la donación de órganos con fines de trasplante. Es importante saber que en vida sólo los mayores de edad pueden donar un riñón, un segmento de hígado, sangre y médula ósea (en el caso de la donación de médula ósea los menores de edad requieren el consentimiento de sus padres o tutores legales). Desde los 2 meses hasta los 85 años se puede donar órganos y tejidos: corazón, pulmones, hígado, páncreas, riñones, corneas, piel, hueso, ligamentos, válvulas cardiacas, como un regalo de vida aquellos que requieren un trasplante.
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Al decidir ser donador, se debe comunicar a los familiares para que al morir, se autorice la donación. La persona no deberá tener antecedentes de hepatitis, VIH o alguna infección que ponga en riesgo a la persona que recibe el órgano o tejido en un trasplante. La donación de órganos y tejidos después de la vida es confidencial, altruista y sin fines de lucro y se contempla en la Ley General de Salud, en su título décimo cuarto y demás normas aplicables. En México se han registrado 557 trasplantes de riñón, 842 trasplantes de córnea, 30 de hígado, uno de corazón, uno de pulmón y uno de páncreas en el año 2008. Pero recordemos que para trasplantar se requiere donar, después de la vida los órganos y tejidos se entierran o se incineran, ninguno de los dos procesos tiene algún beneficio, por eso es importante platicarlo con la familia, si la decisión es donar para que tras la muerte se dé una esperanza de vida a quien hoy sus funciones orgánicas se ven comprometidas.
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En el Estado de México, existen cerca de 5, 000 pacientes con insuficiencia renal crónica, los cuales se encuentran en tratamiento con diálisis o hemodiálisis en las instituciones públicas y privadas; pacientes que cuentan con una sobrevida promedio de 2 a 5 años a partir del inicio del tratamiento y una pobre calidad de vida. El trasplante renal les ofrece una oportunidad de vivir por cerca de veinte años reinsertándose a su vida laboral, familiar, etc., con los cuidados necesarios indicados por su médico. En cuanto a la córnea, se calcula que 1, 500 personas requieren de un trasplante en el Estado de México. Actualmente se cuenta con los siguientes programas de trasplantes en hospitales públicos y privados en el Estado de México: córnea, riñón, hígado, corazón, médula ósea, hueso, reproducción asistida y piel. Estos se realizan en los hospitales que cuentan con licencia expedida por la Comisión Federal para la Proteccón Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), fuera de estos hospitales no se puede llevar a cabo ningún acto de procuración o extracción de órganos, tejidos así como el de trasplantes. Desde 2003 se han llevado a cabo más de 2, 000 trasplantes en el Estado de México. Hoy es importante reflexionar qué haremos con nuestros órganos y tejidos al morir, ya que existe la posibilidad de salvar vidas después de la vida.
María Bernal García Librería Pedagógica del Magisterio. Toluca, Estado de México
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n la adolescencia ocurren no sólo cambios morfológicos y funcionales, también se experimentan cambios en la esfera psicológica y se evidencia el despertar de la sexualidad, término más amplio que el de sexo e implica conocimientos biológicos, psicológicos, conductuales, clínicos y culturales de las relaciones entre los seres humanos; pues los individuos tienen sentimientos, actitudes y convicciones en materia sexual, pero cada quien experimenta la sexualidad en forma distinta, pues depende tanto de experiencias personales y privadas, como de causas públicas y sociales.
El adolescente requiere de atención familiar y de las instituciones educativas, pero también necesita de la salud pública para atender problemas tales como: la alta tasa de abortos en jóvenes, la alta tasa de matrimonios prematuros, divorcios y madres solteras, las relaciones prematrimoniales promiscuas y el incremento de enfermedades de transmisión sexual, entre otras. Todo esto expresa la carencia de instrucción y educación sexual que, impartida desde edades tempranas contribuye a disminuir la ignorancia y perturbaciones, ya que la educación sexual no es sólo informar sobre anatomía o fisiología sino formar actitudes en el inMAGISTERIO
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dividuo que le capaciten para crear su propio sistema de valores, lo cual le permitirá tener una vida sexual más sana, consciente y responsable. Mirar de frente a la adolescencia como una realidad histórica de la cual se forma parte, obliga a cuestionar y replantear los papeles desde el ámbito profesional e institucional. Por ello, con la intención de compartir un punto de vista sobre el tema de la sexualidad en los adolescentes y así contribuir a la construcción de nuevos y mejores modelos de acercamiento a la salud de éstos, es como se presenta este artículo. Hablar de adolescencia es hablar de gente joven, de transformaciones y de cambios; de nuevas formas de mirar y vivir el mundo. Hablar de adolescencia para muchas personas es hablar de problemas, conflictos, peligro, rebeldía, delincuencia y enfermedad; para otras personas, entre las que procuro encontrarme, es hablar de potencialidades, de desarrollo, de posibilidades para la conformación del esquema de valores entre los cuales figuran la libertad, autodeterminación, responsabilidad, equidad, solidaridad, respeto, la no violencia y el autocuidado. Sexualidad, educación sexual, perspectiva de género y derechos humanos en la adolescencia son temas que históricamente han sido muy controvertidos, existen posturas que van desde las muy conservadoras y fundamentalistas hasta las muy liberales, pero mientras en la política, la religión, la educación y los servicios de salud, se discute al respecto, las personas transitan por la adolescencia, en la mayor parte de los casos, sin un apoyo social empático, compresivo y eficaz. Es necesario tomar en cuenta su heterogeneidad, sus necesidades y su realidad y sin que muchas veces se consideren los principios éticos básicos aplicables a todo ser humano independientemente de su edad. Actualmente las políticas públicas para el desarrollo nacional, en población, educación y salud, establecen como una prioridad la sexualidad y la reproducción durante la adolescencia que, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), va de 10 a 19 años de edad, ya que durante esta etapa se suceden cambios críticos biopsicosociales, que intervienen en la construcción de la identidad, que marcarán el comportamiento sexual adolescente y más tarde el de la vida adulta, porque aún existen necesidades no resueltas y vacíos de información. Históricamente la sexualidad ha sido vista a través de ideas negativas, de pecado o enfermedad que lleva a enfrentarla personal y 20
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profesionalmente con muchas dificultades. Las principales posturas frente a la sexualidad adolescente son la negación a aceptar sexualidad pero prohibir su ejercicio, calificar negativamente las manifestaciones sexuales de adolescentes, adjudicar a las y los adolescentes problemas que no son exclusivos de esta etapa, amarillismo al presentar inicio temprano de relaciones sexuales, embarazo y fecundidad de adolescentes como algo nuevo, estadísticamente al alza y con consecuencias necesariamente negativas de reconocimiento y aceptación de la sexualidad, como un derecho a ser vivido libre, informada y responsablemente por las y los adolescentes. La educación sexual ha sido y es un tema controvertido caracterizándose en estos últimos tiempos por una creciente, la preocupación pública que lleva a diferentes países a incluirla obligatoriamente en sus planes educativos. En México, desde 1932, la Secretaría de Educación la contempla formalmente, instituyendo en 1977, el Programa Nacional de Educación Sexual. Ha habido avances y retrocesos; se han hecho numerosas propuestas tanto en el sector educativo como en el de salud. La educación sexual es implementada de diferentes maneras, se puede señalar que existen 4 modelos principales: informador, facultador, relacional y socioestructural cada
cual con alcances y limitaciones que deben ser consideradas antes de optar por alguno de ellos. La educación sexual no es tarea exclusiva de la familia, la escuela o el sector salud, es una responsabilidad que la sociedad en su conjunto debe aceptar y llevar exitosamente a cabo. Cada individuo debe reconocer el espacio y el momento en el que se encuentra, y analizar desde ahí, qué acciones le corresponde efectuar, con qué objetivo y desde qué perspectiva. Estudiar las conductas de los adolescentes permite explicar muchos de los problemas de salud que ellos presentan, así como implementar programas de salud y políticas más cercanos a la realidad de este grupo. Los comportamientos de los adolescentes son los que causan los problemas de salud más importantes y que trascienden a la adultez, por lo tanto, iniciar su estudio es un paso para el mejoramiento y disminución de ellos. Se ha probado que la mayoría de MAGISTERIO
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los problemas de salud en la adolescencia son derivados de un pequeño número de conductas de riesgo prevenibles. Los cambios biológicos en la adolescencia tienen un significado psicológico y social que determina la experiencia del adolescente. Asimismo, esta etapa se acompaña de cambios en la interacción familiar, escolar, en la atracción heterosexual y en la capacidad para intimar. Es así como se suele explorar y experimentar y por lo tanto involucrarse en conductas de riesgo. Profundizar en el conocimiento de esos comportamientos es un aporte para los tomadores de decisiones en la formulación de políticas y programas. El estudio del comportamiento de los adolescentes y jóvenes escolares ha permitido realizar sugerencias de acción para los servicios de salud dirigidos a este grupo. Los principales comportamientos de riesgo en altos porcentajes se observan en deporte, nutrición, vida sexual, transporte y uso de sustancias tóxicas, lo que indica que esta población requiere de atención para evitarlos o, si ya se iniciaron, para modificarlos o eliminarlos. Está claro que muchos de ellos ya han presentado las consecuencias de sus comportamientos expresados en daños como accidentes, obesidad, dependencia al alcohol y tabaco, consumo de drogas y embarazos no deseados. Debido a que la mayoria de estos comportamientos son causa de enfermedades crónicas en la adultez, se considera la necesidad de dedicar espacios para la atención de adolescentes y jóvenes, donde se imparta educación para la salud con técnicas activas y participativas para lograr cambios en actitudes que se manifiesten en cambios de conductas. Por ejemplo: trabajar en talleres con grupos donde se analicen los comportamientos y sus motivos, las ventajas y desventajas de realizarlos para así lograr un convencimiento razonado por el adolescente. Un aspecto esencial es la capacitación del personal docente en el manejo de adolescentes, ya que se ha observado que este grupo es sensible a los manejos inexpertos, además que no les gusta asistir a los cursos, por lo tanto, la atención debe ser empática 22
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y cuidadosa; por lo que debe considerar la privacidad como un elemento principal y asegurar la confidencialidad. La dotación de equipos interdisciplinaríos, conformados por nutriólogo, psicólogo, educador físico, enfermera y médico. Equipos que deberán trabajar interdisciplinariamente con el docente, llámese orientador educativo, familiar o padres de familia. Muchas de las actividades podrán realizarse directamente en las escuelas, con participación de los profesores e idealmente, con participación de los padres. Ya se ha visto cómo muchos comportamientos de riesgo están asociados a la funcionalidad de la familia. En este sentido, las escuelas de padres en las instituciones educativas son claves para lograr cambios en los comportamientos de los adolescentes. Un aspecto importante es la capacitación de los maestros para que ellos, a través de sus clases y de su propio ejemplo, eduquen a los alumnos. Habría que considerar la formación profesional en temas relacionados con los adolescentes y sus comportamientos, y en especial, el uso de las técnicas participativas que les apoyen en los programas de intervención, que deberán aplicar a esta población joven. Por otra parte, se debe procurar contar en las escuelas con: ambientes saludables, sin consumo de tabaco, cooperativas o negocios escolares con venta de alimentos saludables, espacios para actividades al aire libre, fomento de la actividad física junto con una adecuada alimentación para prevenir la obesidad y sus consecuencias, además de promover estilos de vida saludable. Mantener la observación de los comportamientos permitirá deducir las necesidades de prestación de servicios educativos, para prevenir conductas de riesgo y ofrecer conductas alternativas. Aunque los adolescentes son reacios a asistir a los servicios preventivos que ofrecen los programas de salud, hay que estar preparados para su atención, invitándolos a participar en estos programas y adaptar las actividades a sus necesidades reales. Capacitar los docentes en temas y actividades de prevención, así como identificar MAGISTERIO
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oportunamente factores que predisponen a los adolescentes a tener comportamientos de riesgo, que influyen en varios problemas a la vez, como autoestima, las competencias personales y para la toma de decisiones, en resumen, a los adolescentes hay que darles habilidades para la vida. La combinación de intervenciones permite llegar a una mayor cobertura. La educación sexual de adolescentes y jóvenes ha sido y es un asunto polémico de muchos avances, pero también de grandes estancamientos y retrocesos, lo que ha originado que hoy en día sea impartida de manera parcial, insuficiente e inoportuna, sin tomar mucho en cuenta las necesidades y la manera de ser y pensar de adolescentes y jóvenes; además sin considerar plenamente todos sus derechos sexuales y reproductivos. Por todo ello, se hace imprescindible que en educación e investigación, los profesionales conjuntamente con la sociedad, especialmente con los y las adolescentes y jóvenes, hagan visibles los vacíos, los dilemas y se trabaje colectivamente para encontrar soluciones, para ello es importante crear espacios de diálogo y debate sobre el objetivo a alcanzar.
BIBLIOGRAFíA Consejo Nacional de Población (2000). Situación actual de las y los jóvenes en México. Diagnóstico sociodemográfico. CONAPO. México, D. F. Couceiro, A. (1997). Sexualidad y anticoncepción en la adolescencia. Consideraciones históricas y éticas. rev. esp. Pediatr. núm. 53 (2) pp. 162-167. Cusminsky, M. y J. M. Méndez (1992). Menarca. Serie PALTEX para Ejecutores de Programas de Salud. núm. 20. Ed. Manual de medicina de la adolescencia. Washington, D.C. E.U.A. OPS/OMS. pp. 251-263. Ehrenfeld-N. Lenkiewlez (1993). Educación para la salud reproductiva y sexual de la adolescente embarazada. Salud Pública México. núm. 36 pp. 154-160. Florenzano R. (1997). El adolescente y sus conductas de riesgo. Ed. Universidad Católica de Chile. Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam) (2001). Encuesta Gente Joven 1999. Avance de Resultados México Mexfam / Population Council / Fronteras de la Salud Reproductiva. Hidalgo S. M. et al. (2002). Comportamientos sexuales de riesgo y protección y la red social de adolescentes de Santa Ana Tepetitlán. Rasmussen CB, Hidalgo A, Investigaciones en Salud de Adolescentes Guadalajara (Méx). UIESSA-IMSS / OPS-OMS. México. pp. 57-60. Morris L., C. Warren, S. Aral (1993). Measuring adolescent sexual behaviors and related health outcomes. Public Health Reports. 108,1. pp. 31-36. Rodríguez, G. (2001). Los dilemas sexuales de la juventud. Antología de lecturas sobre sexualidad. Red, Democracia y Sexualidad. México. pp. 110-113. Sanerh Elickson, P. (1996). Concurrent risk factors for adolescent violence. Journal of Adolescent Health. núm.19. pp. 94-103. Singh, S., D. Wulf. (1990). Adolescentes de hoy, padres del mañana. Un perfil de las Américas. The Alan Guttmacher Institute Bogotá, Colombia. Stern, C. y , G. Medina. (1999). Adolescencia y Salud en México. pp. 99-151. Suárez, E., M. Munist, T. Silber. (1995). La salud del adolescente y del joven. OPS Publicación científica, núm. 552. Villaseñor F. M., A. Hidalgo, G. B. Nuño, H. J. Becerra, C. R. Ramírez, G. Montes de Oca. (1996). Análisis de textos de adolescentes sobre su vida sexual. Ed. Libro de Memorias del VII Congreso Latino Americano de Sexología y Educación Sexual, Ier Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual 1994 La Habana, Cuba. Cientifico-Técnica. pp. 37-43. Yanes J. (1995). La salud del adolescente y del joven. Publicación Científica, núm. 552. Washington. D. C. OPS/OMS. pp. 499-511.
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JUAN HOLGUÍN MEJÍA Originario
de Toluca, México (1951) realizó sus estudios de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes del Estado de México y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, cursó también serigrafía y xilografía en color, Historia del arte e Historia de las ideas estéticas, en cursos programados por la Dirección General de Educación del Estado de México.
instituciones educativas diversas, como la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), el Tecnológico de Monterrey, el Museo de la Estampa del Instituto Mexiquense de Cultura (IMC), La Esmeralda, la galería Gabriel Flores de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional de la Estampa, etcétera.
Ha participado en más de cien exposiciones colectivas e individuales a nivel nacional, en galerías e
De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 35 X 51 cm 2008
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De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 49 X 34 cm 2008
De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 47 X 29 cm 2008
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Obtuvo
mención honorífica con sus obras “Buscando” y “No son gigantes”, en el V Concurso Nacional de la Estampa, sobre una interpretación moderna del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, concurso organizado anualmente por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en colaboración con la Fundación Cervantina Eulalio Ferrer, en el Museo Nacional de la Estampa, el 7 de octubre de 1992.
Ha colaborado con la ilustración gráfica y textos de crítica estética en diversas publicaciones estatales, como “Vitral” del periódico Rumbo, en Tolocan en la Cultura del 8 Columnas, en El Sol de Toluca, en El Universal del Estado de México, en las revistas Ágora, La hoja murmurante y La Troje; en carteles y publicaciones oficiales editadas por la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de México.
De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 32 X 52 cm 2008
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De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 27 X 45 cm 2008
De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 46 X 32 cm 2008
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De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 40 X 30 cm 2008
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De la serie “Tiempos actuales” Técnica mixta (transferencia y dibujo) 37 X 24 cm 2008
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Profesor jubilado Toluca, Estado de México
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oledad
Soledad, fino cuchillo que hiere, estoy solo desde hace un mes y días, el horizonte ante mis ojos muere; recuerdo cada tiempo mis agonías. Como cuesta cara la felicidad: ruegos, humillaciones y de todo, oigo voces que hablan de la mocedad, de virtudes y defectos, ni modo. Y ¿para qué nos sirve estar llorando? si a quien se quiere con toda el alma nos quita el pensamiento y la calma. Soledad, puedo seguirte cantando, pero como cuesta tener la gloria, mas, cuando se sufre, cuando hay historia.
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N o hay luto Tiempos que tragan dolorosos versos y se embarcan, la mar no sabe del equipaje, sólo vive, se muere y vuelve a nacer con el alba. Los deseos se zambullen en el brindis mañanero, el amor naufraga, la tórtola llegó a morir bajo los espejos; no hay luto, ni lágrimas, sólo plumas débiles que antes fueron poderosas como el viento. Luz, amor, deseo, cosas mías, cosas tuyas, la entrega es una oda, el encanto de mis versos dolorosos.
A zul brillante Hago del azul un mar de melancolías, siempre detenido en mis alforjas, hago un respiro y lo guardo como flor de relámpago diurno, levanto la espada y rebano ríos, atónitos vuelos, lágrimas en reposo. Llevo en cada una de mis almas ecos distantes, geografías aventureras, hago del mar un ramo de diamantes lleno de aromas intactos y azules. Niebla caminante sin resurrección ni olvido, humedades recientes, sin abrigo; trato de sobrevivir a mi abandono, alma azul radiante interminable, solo queda el frío, unas cuantas estrellas, una espuma cruel, aguda espada, un infinito alrededor de mi puerta.
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P rimer amor Soy tu primer amor: ilusión primera, quimera que acoge en su seno la flor. Amores que pasaron en mi vida, primer signo, tregua del maligno corazón que nunca olvida, tradición enamorada, momento histórico del amor, monumento que alzó Afrodita en su morada. Eres amor primero, luna, yo sol; eres capullo de girasoles besado por la luna. Luna de octubre, orquídea montañesa, mañana tibia y gresca que se asoma al final. Somos uno y nada más. Somos el primer amor.
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Profesor jubilado Toluca, Estado de México
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irena azul
En mi acuario todo es azul, azules son los ojos de la mar, azul es el cielo con su voz azul; azul es la voz del viento y azul es el rumor de las olas que te contienen. Azul es la sirena con su sangre azul, azul es su sonrisa y la casa que le alberga; azul es su mirar de enamorada y sus tibias manos en azul pintadas. Ya de tanto azul la sirena ríe enseñando sus perlas juveniles, su deshilachado cabello de sol manchado sus bellos pechos de luna y roció. Azul es mi destino y mi lloro de alegría porque azul es mi piel de frío que ahora besas con tu caricia marina.
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A utorretrato con lápiz
Y así esta primavera en árbol, iluminada flor, lápiz en mano burilando el alma, indagando caverna de modelos para oír sueño del soñador. Es tiempo y estático colibrí en punta seca; convierte su mirada de ola serena en carrusel, que sueña emoción en cuerpo de vecino. Dulce alma mano extendía, encuentra los pensamientos a su agitación creadora cuando dibuja el mar del otro, alusión, nube vagabunda que el otro mira. Ve al mundo con inocencia; Rostro de niña… en tinta, reúne esperanza para sendero de existencia que le aferra al pincel y a sus colores voz de lápiz, murmura encuentro de almas gemelas: de amor y dulzura ingenua, del sueño que desboca ternura a oráculos intimistas. MAGISTERIO
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M ujer en reposo
¡Ay! Cuanto es tu fuego en borrasca y sonido aunque reposes con ojos cerrados, y tu pensamiento enclaustrado en aroma de hondura y silencio, descanse en mi piel de niño que te adora. ¡Ay! Como me duele no mirar tu interior, para saber en qué piensas, si tus sueños son impuros o soló aroma que en río ha de transcurrir. ¡Ay! Quiero volver a verte, con tus ojos en frenesí, y las tiernas manos reposando en la piel, huracán que eres el hondo fogón.
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En los adolescentes la capacidad biológica para ser padres aparece antes que la aptitud y responsabilidad para asumirla Jesús María Martínez Vilchis Subdirección de Formación y Actualización Docente Toluca, Estado de México
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er padre significa asumir un compromiso, ya sea solo o en pareja; compartir la responsabilidad de los hijos, participar en sus juegos y actividades; preocuparse por sus problemas, observar sus cambios físicos y emocionales, preguntar, dar consejos, ayudar en las tareas, inculcar valores, hábitos, buenas costumbres, es decir, educarlos para la vida. La decisión de ser padre(s) debe ser compartida, madura, responsable y requiere de todo el amor para el desempeño de una paternidad y una maternidad que se tiene que aprender, porque no se nace “sabiendo” ser padre.
En las sociedades anteriores al siglo XX, la madre se encargaba de la crianza de los hijos y el padre de proveer lo necesario para el hogar, se buscaba formar una vida para los hijos. En la actualidad las parejas toman decisiones, son guías más que tutores y orientan a los hijos para que, a su vez, tomen decisiones. Una gran parte de las parejas no dialogan, ni mucho menos acuerdan criterios sobre la crianza de los hijos(as), se unen con una visión idílica de paternidad y maternidad, desconociendo aspectos importantes sobre la crianza exitosa. Tienen los hijos y en el camino de la vida familiar ajustan la convivencia al procedimiento de ensayo y error. La paternidad no se limita a la función biológica de transmisión de la vida, es una expresión de amor entre un hombre y una mujer, dar vida y recibirla es un hecho de máxima trascendencia, se deben reunir ciertas condiciones de salud y madurez, tanto individual como de pareja y, como tal, implica una responsabilidad compartida. En una sociedad tan heterogénea como la mexicana, aún existen hombres y mujeres que no son conscientes de sus deseos paternales o maternales y ven en el embarazo una circunstancia ajena a ellos y que, de acuerdo con la influencia de múltiples factores como la familia, las emociones, el trabajo y edad, aceptan o niegan las consecuencias de sus prácticas sexuales, incluso muchos varones desconocen que ellos son quiénes determinan el sexo de sus hijos, y el papel fundamental que juegan en la herencia genética del nuevo ser. No está de más insistir en orientar a los adolescentes sobre el ejercicio de una vida sexual más consciente, con menos prejuicios, temores y una mayor responsabilidad ante los embarazos y la salud sexual, no basta con promover métodos anticonceptivos, es necesario conocer mejor la diversidad de las prácticas sexuales, el placer y las emociones; los controles y el dominio que se juegan en la sexualidad. Los servicios de salud sexual y reproductiva deben enfocar sus esfuerzos educativos, preventivos y de atención hacia ambos géneros, sin discriminación de ningún tipo: “Los hijos y las hijas necesitan tener madres y padres responsables”. Ante esta situación, el Departamento de Psicología del Instituto Municipal de la Mujer de la ciudad de Toluca, cuenta con 40 simuladores de bebé para promover en escuelas de la localidad el programa “Paternidad responsable”, el cual tiene como objetivo reducir la incidencia de embarazos en adolescentes, permitiéndoles conocer la responsabilidad que implica el cuidado de un bebé y las consecuencias físicas, psicológicas y económicas que puede traerles el embarazo. El programa consiste en adoptar un simulador de bebé por un fin de semana y cubrir sus necesidades de: alimento, descanso, aseo, muestras de afecto, etc., lo que permite a los jóvenes tener una perspectiva más exacta de lo que es la paternidad, al momento de recibir a los bebés se les coloca a los MAGISTERIO
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padres voluntarios una pulsera digital que registrará los cuidados dados a su hijo simulado durante las 24 horas; esta información la podrá verificar el profesor a través de un reporte que le permitirá realizar una evaluación específica por cada bebé; asimismo, se les hace entrega de una mamila, dos cambios de ropa, y pañales, para poder llevarlo a casa. Los padres y el director de la escuela deberán firmar una carta de aprobación y compromiso. Previo a la entrega del bebé se les informa sobre aspectos básicos de la sexualidad, relaciones interpersonales, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual y, por supuesto, paternidad responsable. Este programa inició en 2004, para junio de 2008 se han impartido 90 talleres que beneficiarion a 1, 607 adolescentes; cabe mencionar que a partir de la difusión del programa, el número de embarazos no deseados en las adolescentes ha disminuido, logrando a su vez crear conciencia en los jóvenes sobre la responsabilidad que significa tener un hijo a tan corta edad y tomar conciencia de su vida sexual. La información no sólo se debe proporcionar por parte de las instituciones educativas o de salud, sino también, en el mismo hogar, los padres de familia deben acabar con el tabú de hablar de sexualidad, enfermedades de transmisión sexual y métodos anticonceptivos a sus hijos, aunque para algunos ésto puede ser complicado o bochornoso, el resultado puede ser positivo para ambos ya que podrán evitar situaciones que cambien radicalmente sus vidas, se han dado casos donde los abuelos u otros familiares son quienes registran al bebé como propio, con el propósito brindarle los cuidados necesarios al recién nacido y que los padres puedan reintegrarse a sus estudios o su vida cotidiana.
ENTREVISTA H. Ayuntamiento de Toluca, Dra. Emma Maya Vázquez Directora del Instituto Municipal de la Mujer, Lic. En Psicología Reyna Velásquez Ayala Jefe del Departamento de Psicología, “Taller de paternidad responsable”. Plaza Fray Andrés de Castro Edif. B 2º piso. Teléfono (01722) 2 76 19 00 Ext. 412, 693. Instituto Nacional de las Mujeres México e-mail e-mujeres@e-mexico.gob.mx. 8 de abril, 2008.
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José Juan Lagunas Mejía Telesecundaria 640 “Ricardo Flores Magón” Coatepec Harinas, Estado de México
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rente a las múltiples necesidades de la escuela, existe la idea de que todas son importantes. Una de las que busca satisfacer el docente en cada jornada de trabajo es lograr que sus alumnos entiendan la articulación de las distintas asignaturas en los diferentes niveles de la educación básica y, por ello, se empeña en preparar adecuadamente sus contenidos de enseñanza y se involucra en el mundo de la actualización permanente. El aprendizaje se puede entender como adquisición de conocimientos y “el aprendizaje intelectual tiende a retener informaciones y símbolos, aprehender un hecho o reunir un grupo de ellos a través de algo que los identifique y, asimismo, procura alcanzar nuevos conocimientos y criticar su validez, debiendo, para ello, hacer uso de la memorización mecánica, de la memoria lógica acompañada por la abstracción y la generalización y de la reflexión o raciocinio”1, para alcanzar la meta de esta necesidad profesional es importante tener presente que el lenguaje didáctico debe ser sencillo,
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Nérici, Imídeo G. Hacía una didáctica general dinámica. Kapelusz. Buenos Aires, 1985.
correcto, claro y preciso, accesible al nivel de cada grupo y debe tomar en cuenta el grado escolar de los estudiantes. Para orientar la práctica de la educación sexual en la escuela, el docente debe cuidar la disposición inicial del alumno, incentivándolo y orientándolo hacia una adecuada percepción de los temas en la relación que tienen con su propia existencia, ya que el aprendizaje consiste en asimilar experiencias y hacer que pasen a ser parte de nuestra vida y nos transformen de algún modo. Los estudiantes pasan en la escuela una parte importante de su tiempo, conviven con personas de su edad, menores y mayores; en esa interacción, reciben influencia directa o indirecta y con ella van integrando su acervo cultural. En el proceso educativo los estudiantes llegan a encontrarse en condiciones que poco o nada favorecen su formación integral: las características geográficas de la comunidad, su nivel de desarrollo económico, la vinculación política social y cultural, del entorno etcétera. Pero habrá que destacar también las característicasde la infraestructura escolar, el acceso a la tecnología educativa y a la preparación del personal. Durante muchos años, los MAGISTERIO
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maestros hemos venido buscando la formación integral de los estudiantes, pero nos encontramos con ciertas limitantes que debemos vencer porque hoy día la educación sexual es una cuestión que cobra importancia y exige mejor preparación de maestros, padres de familia y todas las personas involucradas en el proceso interactivo de la educación. Considerando que la escuela es la institución encargada de promover el desarrollo de los educandos y su integración a la sociedad, que es la comunidad, el entorno social inmediato a la escuela en donde ocurren no sólo acciones in-
formativas, sino formativas para todos los habitantes; es importante decir que ahora requerimos con urgencia de “una educación que capacite al hombre para la discusión valiente de su problemática, de su inserción en la realidad y advierta sobre los peligros de su tiempo para que, consciente de ellos, gane la fuerza y el valor necesarios para luchar, en lugar de ser arrastrado a la pérdida de su propio “yo” sometido a prescripciones ajenas, educación que lo coloque en el diálogo constante con el otro, que lo predisponga a hacer continua revisión y análisis crítico de sus “descubrimientos”, a una cierta rebeldía en el sentido más humano de la expresión que lo identifique, en fin, con métodos y procesos científicos”2. La educación es un proceso que favorece la socialización de las personas, pretende lograr su mejor formación para que puedan comprenderse a sí mismas y a la realidad circundante para integrarse correctamente a ella. Tiene como objetivo brindar una mejor preparación a los ciudadanos y los profesionales de manera que puedan impulsar el desarrollo social. La educación es el cimiento del progreso de todas las sociedades y ésta comprendida con un sentido sociomoral del aprendizaje de los estudiantes. Es necesario destacar que la didáctica cuida la manera de orientar el aprendizaje. Todas las asignaturas de estudio en la educación básica son de gran importancia y por lo tanto merecedoras de ser conocidas por el docente, lo que le permitirá impartir conocimientos de modo adecuado.
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Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad. Siglo veintiuno Editores. México, 1994.
Cómo se entiende la educación sexual Durante toda la vida, estamos aprendiendo de manera consciente e inconsciente. Todo lo que somos, tiene su origen en las experiencias que han producido cambios en nuestra forma de ser. Aprendemos de todos y en todo momento. Interactuamos con nuestros semejantes observándolos, escuchándolos, practicando y haciendo imitaciones; en fin, aprendemos de múltiples experiencias. El alumno requiere aprender acerca de la educación sexual como de todas las materias que integran el plan de estudios desde el nivel preescolar, primaria y secundaria. “Uno de los problemas más graves de los sistemas educativos es la defectuosa articulación de los niveles escolares que lo integran. La experiencia educativa de los niños y los adolescentes rara vez está constituida por una cadena de oportunidades de aprendizaje que tenga continuidad y que corresponda a las distintas etapas de su desarrollo. La inadecuada organización entre niveles hace que se desaprovechen muchas posibilidades de formación de los niños y se generen rupturas en el aprendizaje, que provocan fracasos escolares. Uno de los factores que explica esta desarticulación es que durante muchos años la atención dedicada a la educación básica se centró exclusivamente en la escuela primaria. Esto produjo un cierto descuido y escasa reflexión sobre los niveles que anteceden y siguen a la primaria y es hasta fechas recientes, que se reconoce pero en la educación preescolar y en la secundaria en la educación básica”3. Es interesante pensar que la educación sexual sea impartida ampliamente por los docentes desde el nivel preescolar, darle más tiempo entre asignaturas
en la educación primaria y que se incluya con carácter de materia especial en la secundaria, porque es preciso reconocer que los maestros desempeñan esta tarea, pero existe déficit de conocimientos, los alumnos requieren aprender para evitar el fracaso y la deserción escolar, y tomar decisiones que en cierta manera van a cambiar sus horizontes de desarrollo en el contexto familiar, escolar y social, porque, como sabemos, en la adolescencia se viven experiencias singulares debido a los cambios fisiológicos, emocionales y físicos que determinan la vida futura. De ahí que articulando la educación sexual como una necesidad primordial en la escuela y en la familia, los docentes estamos frente a un reto por vencer, porque los temas de la sexualidad deben ser tratados con gran calidad humana, profesional y ética. “El conocimiento y la comprensión de los cambios propios de la adolescencia permiten que los jóvenes vivan adecuadamente esta etapa. El desarrollo fisiológico del hombre y de la mujer está determinado por la acción de varias glándulas endocrinas, particularmente la hipófisis
3 Gómez Palacios, Margarita. El niño y sus primeros años en la escuela. SEP. México, 1997.
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y las glándulas sexuales. El desarrollo sano del adolescente se logra mediante la práctica equilibrada de actividades físicas, deportivas, recreativas e intelectuales”4. Con estas referencias y con el propósito de dialogar más acerca de la educación sexual, porque encierra un cúmulo de conocimientos en el contexto biológico, social y cultural, es oportuno compartir la inquietud de construir un modelo diferente de impartir conocimientos, para que posiblemente evitemos poner en riesgo total a los estudiantes, ya que si carecen de formación en esos aspectos estamos inmersos en el círculo del fracaso educativo. “La educación sexual es hoy una demanda basada en el derecho de los niños, niñas y adolescentes a ser informados sobre este tema. Esta información debe ser rigurosa, objetiva y completa a nivel biológico, psíquico y social, entendiendo la sexualidad como fuente de salud, placer y afectividad. En este sentido, es imposible separar sexualidad y afectividad. Si pretendemos construir una sociedad en la que hombres y mujeres podamos convivir en igualdad y sin discriminaciones es imprescindible proporcionar al alumno una educación afectiva y sexual de calidad”5. ¡Hoy es nuestro reto, porque los maestros hemos de trascender en el cultivo del intelecto!
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Velázquez Aalkaimm, Roberto. Orientación educativa. Santillana. México, 1997. 5 Aran, J. M., M. Güell, I. Marías y J. Muñoz. El sexo en los tiempos del SIDA. Praxis. Barcelona, 1995.
, Rodolfo González Reyes Escuela Normal de Valle de Bravo, Estado de México
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odos somos parte de un escenario tan importante, que a veces ni siquiera nos ponemos a pensar qué hubo antes de lo que hay ahora en “la familia, este espacio que a lo largo del tiempo ha ido modificándose por múltiples razones que han afectado no sólo la estructura sino también el desarrollo armónico de la misma”1 recuerdo que antes, la familia se espantaba porque una muchacha “sola” tuviera un hijo, circunstancia que en la actualidad es casi normal encontrarse a “niñas” de catorce años con un pequeño en brazos; entonces me pregunto ¿qué será de su vida? La respuesta es una vida en la que las carencias, no sólo económicas sino afectivas, marcarán para siempre sus sueños, sus metas y todo. La forma de relacionarse entre padres e hijos y en el tiempo en que se oferta este “servicio”, digo servicio 1 Dunn, Judy. Influencias familiares, en Michael Rutter y Dale Hay, Gran Bretaña, 1994. pp. 112-133. 2 Rogoff, Bárbara et al. La variación cultural en el rol de las relaciones de los niños pequeños y sus familias. Marc H. Bomstein, Nueva Jersey, 1991. pp. 173-183.
si los niños tuvieran dinero, estoy seguro que comprarían un momento para disfrutarlo con sus padres, platicar, convivir y jugar; actividades que ahora se ven relegadas por el trabajo de éstos, que piensan que lo más importante es el dinero, sin saber que con unos minutos de cariño se ganan el tesoro más grande que pueda haber un niño feliz que no tenga tantos problemas para adaptarse a su mundo, que no sufra de estrés por divorcios o por convivir con una persona nueva en su vida. Ese rol, que tan sólo requiere de momentos de relación donde se comparten actividades que tal vez para los papás no son significativas, pero que para los niños representan participación, aprendizaje, pensamiento, interacción y acción que los llevará a ser seres activos en una sociedad cambiante. Claro que como se ha venido dando, “las culturas son un factor determinante para la educación y desarrollo de los infantes, envueltos en una diversidad cultural”2 así, mientras que para algunos padres jugar con los niños es algo que causa risa, para MAGISTERIO
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otros es un rol que en el interactuar de manera amistosa, juguetona y coloquial, les permite ser mejores padres. Esto también tiene que ver con las oportunidades que los niños tienen para relacionarse con otras personas adultas de las que puedan aprender, a veces relaciones positivas, a veces negativas, sin limitar su participación en actividades que forman parte de su comunidad cultural. En una comunidad rural los padres llevan a sus hijos a su lugar de trabajo, a otros escenarios, con personas distintas que muestran otra cara de la vida, en un medio urbano no se da por razones de tránsito, horarios y espacios que no son los adecuados y los
pequeños no saben que el dinero con que compran ropa, útiles y comida proviene de un trabajo que pocas veces conocen. Entonces “los adultos organizan las actividades de los niños para que aprendan lo que ellos valoran más, con la meta firme de que el infante se construya como un miembro activo, capaz y útil para la comunidad a la que pertenece”3, pero y él ¿dónde queda? Pues sólo se dice que para la utilidad de la comunidad y su desarrollo, sus metas, su vida y sus emociones personales se encaminan para la función de todos. Así, la familia trata de cumplir con sus funciones básicas de mantenimiento, estimulación, apoyo, estructuración y control, convirtiéndose no en escenario sino en cárcel, o en creer que se estimula cayendo en el error de ser permisivos convirtiendo el hogar en hotel. Los padres juegan el papel de conformar un contexto de desarrollo para sus hijos al participar en actividades, rutinas y prácticas que le favorezcan, con sus costumbres de crianza y educación, con su forma de ver el mundo y con las oportunidades de ponerse en contacto con entornos físicos y sociales distintos, esto en un sistema abierto en el que todos estos elementos son regulados por la cultura (“Nicho evolutivo” 1986: Harkness y Super, 1995). O tomando en cuenta las actitudes de rutinas cotidianas que proporcionan la oportunidad de aprender del modelado, participar en conjunto e interactuar con familiares, regidas por valores, metas, sentimientos, esquemas, actores, etc. (“Nicho ecocultural”, Gallimore, Weisner y otros, 1989). Con todo esto, el currículum educativo familiar está influido por creencias y escenarios o ambientes que los actores que lo rodean en su afán de que el niño se adapte al medio social que en un futuro no muy lejano le exigirá lo socialmente aceptable.
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Rodrigo, María José y Marciano Acuña. “El escenario y el curriculum educativo familiar” en Maria José Rodrigo y Jesús Palacios. Familia y desarrollo humano. 2001. p. 261-276.
Pero cuando el escenario más importante, que es la familia, se vuelve un infierno para los niños no hay la mínima oportunidad de que conozcan lo que es la vida, el amor y otros espacios de recreo, estoy hablando de “los malos tratos, que desde hace siglos han existido en la vida familiar, qué triste es ver moretones, rasguños, golpes, inseguridad, agresividad, etc. en niños”4, en seres humanos que no son tratados como personas sino como animales, no me imagino su dolor y sufrimiento, si yo con unas nalgadas o regaños me quería deshacer, ellos ¿qué sentirán? es “una infancia robada o peor aún, asesinada”. Este virus que a veces no se ve físicamente, pero se nota actitudinalmente en los niños que son atacados por sus propias familias y a veces por otras personas, por sus creencias, vida interior, estilos disciplinarios, economía y estrés, lo cual nubla la mirada inocente de éstos y forman modelos de conducta, actitudes, relaciones y formas de ser que en el futuro, si es que lo hay, reflejarán estos problemas. Es para mí, como educador fundamental, aprender a actuar frente a estas dificultades que siguen existiendo, aplicando estrategias para hacer brillar un poco la luz de sus ojos que es lo más maravilloso, que miren y no bajen la mirada, que sonrían y no se aíslen, que hablen y no lloren de miedo, que sean “niños otra vez”. Otro fenómeno que se ha venido dando por los cambios sociales es que la televisión, más bien la programación televisiva, está consumiendo la mayor parte del tiempo de los niños, tiempo invaluable que arrebata la oportunidad de convivir, jugar, ejercitarse, etc., con coetáneos, padres y otros adultos, a veces para los papás el tener a sus hijos quietecitos frente al televisor es lo mejor porque así no hacen travesuras, ni molestan, sin revisar que “la
Palacios, Jesús. et al. “Malos tratos a los niños en la familia”, en María José Rodrigo y Jesús Palacios. Familia y desarrollo humano. 2001. p. 399-421. 5 Condry, Jhon. “Ladrona de tiempo, criada infiel”, en Kart R. Popper y John Condry. La televisión es mala maestra. FCE. México, 2000. pp. 67-95. 4
programación presenta un caudal de violencia, estereotipos y actitudes desastrosas y falsas que en vez de informar, desinforman”5, no se puede echar la culpa a nadie porque cambiar estos hábitos creo que sería difícil, ya que habría que cambiar al mundo entero. Al mundo entero porque, ¿quién no tiene televisión en su casa? casi todos y nuestra cultura está tan condicionada que un día sin televisión se pasa lento y sin chiste, nuestra costumbre es así y nosotros los adultos la transmitimos a los niños, así de fácil es, pero así de difícil sería cambiar esto porque tal vez en mi familia lo logremos, pero la influencia de los vecinos o los familiares nos induciría de nuevo a caer en esos hábitos. Por lo tanto, si no podemos evitarlo, tratemos de disminuir las consecuencias negativas induciendo a los niños, nuestros alumnos y familiares, a no creer todo lo que ven y escuchan en TV, sino ver lo que pueda ayudarnos a conocer más allá de nuestras fronteras, además de enseñar otras formas de entretenimiento como leer, escribir, jugar, practicar deporte, etc.; que en vez de gastar energía eléctrica, se fortalecen habilidades cognoscitivas importantes para la vida personal y profesional de todos. MAGISTERIO
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Los cambios, transformaciones e innovaciones nos han puesto en un mundo en el que hay que atreverse a enfrentar los retos que nos lanza la vida, como educador sé que me voy a enfrentar a una diversidad familiar que a veces será fácil entender y a veces no, en las que las relaciones que se establecen varían e influyen en cómo son los niños, para esto la meta será establecer una sinergia escuela-familia en la que pueda conocer más a fondo la vida familiar, estructura, expectativas, interacción y participación para explicarse porqué el niño es así y no caer en prejuicios o interpretaciones que puedan afectar más. El ambiente familiar y las pautas educativas de los padres son la llave para entender que lo que ocurre en la familia es fundamental en el desarrollo y aprovechamiento educativo y se ve reflejado en el nivel preescolar como primera instancia educativa a la que corresponde recibir todos esos problemas familiares en los que el educador no sólo funge como mediador sino consejero, investigador, apoyo y a veces paño de lágrimas de algunos padres, por lo que saber qué hacer y decir resulta significativo para crear, confianza y seguridad, y poder transmitirla a los niños, así: “La familia y los padres son la clave para conocer a los niños”. Creo que la vida es el valor más grande que poseemos, el mayor reto que nos ofrece es aprender a ser hijos, segundo a ser personas, el tercero a ser esposos, el cuarto a ser papás y el quinto a ser abuelos, ¿para esto hay una escuela? No, la mejor escuela es nuestra experiencia y la capacidad para decidir entre lo adecuado y lo inútil. A veces decir es muy fácil, pero hacer cuesta y cuesta mucho; todo depende de la visión y misión que nos fijemos en la vida.
BIBLIOIGRAFÍA Dunn, Judy (1994). “Influencias familiares” en Michael Rutter y Dale Hay. Gran Bretaña. Rogoff, Bárbara. et al. (1991). “La variación cultural en el rol de las relaciones de los niños pequeños y sus familias” en Marc H Bomstein. Nueva Jersey. Rodrigo, María José y Marciano Acuña (2001). “El escenario y el curiculum educativo familiar” en Maria José Rodrigo y Jesús Palacios. Familia y Desarrollo Humano. Palacios, Jesús. et al. (2001). “Malos tratos a los niños en la familia” en María José Rodrigo y Jesús Palacios, Familia y Desarrollo Humano. pp. 399-421. Condry, Jhon (2000). “Ladrona de tiempo, criada infiel”, en Kart R. Popper y John Condry. La televisión es mala maestra. FCE. México.
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Alicia del Carmen Muñoz Rangel CBT No. 2 “Carlos Pichardo” Tecámac, Estado de México
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Por qué los jóvenes tienen relaciones sexuales sin usar métodos efectivos de anticoncepción? pregunta que comúnmente nos hacemos los adultos; y la respuesta es: porque los jóvenes de hoy crecen rodeados de una cultura donde compañeros, internet, televisión, cine, música e inclusive revistas, en fin, medios masivos de comunicación trasmiten frecuentemente mensajes abiertos o secretos, subliminales u ocultos en los cuales las relaciones sexuales sin estar casados ni preparados, son comunes, aceptadas y a veces, esperadas por la juventud.
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No debemos perder de vista que, en la actualidad, la dinámica institucional tanto familiar como educativa, está cambiando, se ha visto influida por un aumento de las relaciones premaritales, con alto número de embarazos juveniles e inclusive, con alto índice de contagios de VIH/sida en jóvenes de alrededor de 15 años. Pero, ¿qué educación y formación en relación con la sexualidad estamos proveyendo en la familia, en la escuela y hasta en el sector salud? ¿escuchamos a nuestros jóvenes? ¿sabemos lo que piensan, desean o necesitan tanto física como emocionalmente? Si la familia delega la responsabilidad en la escuela, la escuela en el sector salud y el sector salud se rige bajo políticas basadas en tríenos (para el Estado de México) proporcionando únicamente información sobre la utilidad del condón y pastillas anticonceptivas, atendiendo sólo a las jóvenes que llegan embarazadas, pues el ser soltera y preguntar por métodos anticonceptivos causa escándalo con el argumento que no tienen edad para pensar en eso, sin escucharlas. Entonces, los jóvenes están atrapados en su crecer, sus deseos, su sentir y el decir qué es lo correcto para ellos según la sociedad. Se pierde de vista que la juventud es una etapa considerada “crucial” en la medida en que da inicio a la “sexualidad=reproducción”, lejos de una visión que tome en cuenta la complejidad y la diversidad de factores vinculados al embarazo temprano y/o infecciones de transmisión sexual IST, prevalece el sentido de riesgo, vacíos y carencias en esta etapa de la vida. Esta información puede ser el punto de partida para hacer una evaluación de los contenidos educativos de la sexualidad que se imparten en nuestras escuelas, pues cómo es posible que profesores que imparten la asignatura de biología humana no puedan impartir educación de la sexualidad, o que los orientadores no hablen de sexualidad con los alumnos. Les voy a contar una serie de anécdotas curiosas en mi trascender como sexóloga educativa. En la institución donde laboro llegó en calidad de “urgente” un proyecto de prevención de VIH/sida (de hecho a todas las instituciones públicas del nivel medio superior del Estado de México), como lo esperaba, me dieron el proyecto, estaba feliz pues era una gran oportunidad hablar de sexualidad a todos los alumnos de la escuela, el primer punto del proyecto era que los alumnos leyeran el libro ¿Por qué a mí? de Valeria Piaza, y obviamente después 50
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de la lectura se comentaría, también había un concurso de carteles en relación con la prevención del VIH/sida. Me puse a trabajar ¡uf…! a mil por hora, leí el libro y organicé un taller buenísimo que contenía desde los conceptos básicos de la sexualidad, anatomía y fisiología del cuerpo humano, historia de la sexualidad y cultura de género vinculado con VIH/sida (historia de VIH/sida, concepto de VIH/sida, tiempo de latencia y desarrollo de la enfermedad, formas de contagio y prevención). Cuando llegó el momento de iniciar con el taller para impartirlo a orientadores primero y después a los alumnos, ouch!… se fueron posponiendo las fechas y, bueno, me quedé esperando… Mientras tanto, fui a escuelas particulares del nivel medio superior, ingenuamente creí que iba causar un gran impacto con el taller y que inmediatamente me darían el sí para impartirlo. Y cuál va siendo mi sorpresa con las respuestas de: “Aquí hay una psicóloga que de seguro aborda esos temas”, la mejor respuesta fue “se ve muy interesante, pero hay que llevarlo a la dirección general para que lo autoricen”. Y seguí esperando que llamaran…. Después, me dije: “Es importante armar una conferencia para padres de familia de preescolar en la que hable de la prevención de abuso sexual en menores”, pensé otra vez ingenuamente que era un tema interesante y que las instituciones educativas muy bien podrían integrar la educación de la sexualidad en nivel preescolar. Bueno, pues en los jardines de niños a los cuales asistí las respuestas fueron peores; una directora me dijo: “A mí tráeme a vender ropa o cosas bonitas, esto no me interesa” y más alarmante aún, una supervisora me dijo: “Aquí no me quiero meter en problemas, dejémoslo así, para qué quiero que después los padres me anden demandando por proporcionar información de este tipo”. ¡Qué susto! ¡qué horror! encontrarme con instituciones educativas a las que no les interesa la “educación” (qué incongruente ¿no?). Y después me entero de que en una preparatoria oficial en la que también les dejaron leer el libro ¿Por qué a mí? el profesor de ética llevó a cabo el proyecto y les vendió el libro condicionando a los alumnos a darles un punto en su evaluación final si se lo compraban. También yo, muy propia, como toda una madre, siendo sexóloga me dije: “Voy a llevar a mi hijo de 5 años a un taller de sexualidad infantil al instituto donde yo estudié” y los comentarios que recibí en torno a esa decisión fueron: “Para qué gastas, si no lo va entender” o “Te hubieras esperado a que tuviera conciencia tú hijo, ahorita no le va a servir y fue dinero tirado a la basura”. No puedo creer que madres de familia piensen eso en torno a la educación y de un tema tan importante en el desarrollo de los hijos, ¿acaso ellas les hablaron a sus hijas de lo que es el periodo menstrual? ¿cómo prevenir el abuso sexual? o mejor, ¿saben explicar qué es un
abuso sexual y la importancia que tiene el cuidarse? e inclusive ¿enseñan a sus hijos a expresar sus emociones o ellas mismas saben expresar sus emociones? lo dudo mucho… Y luego me pregunto: ¿Por qué hacemos tanto alboroto cuando llega una alumna embarazada? si la hija dice: “Estoy embarazada” le sugerimos que se dé de baja, que mejor resuelva su “problema”, la regañamos y después decimos “pues ya ni modo”, o cuando se trata de opinar en cuanto a la legislación del aborto, ¿de qué hablamos con alumnos o hijos? ¿qué explicación damos? y en casa ¿de qué se habla en relación con la sexualidad? ¿Preparamos a las hijas para su menarquia? o se toma como “el castigo divino” por el pecado original, y así, sin más explicaciones, se le dice “estás en tu periodo y debes cuidarte…”
¿QUÉ PASA CON LA EDUCACIÓN? Necesitamos tomar las riendas en educación de la sexualidad en toda su amplitud sabiendo que hablar de sexualidad es hablar del ser biológico, del ser psicológico y del ser social, es hablar de la totalidad del ser humano, entonces la institución educativa debe informar y formar tanto a profesores (principalmente del área de ciencias biológicas y orientadores), como a padres de familia y alumnos para poder vivir una sexualidad sin mitos y prejuicios, tomando en cuenta las decisiones propias de cada sujeto, sin violencia ni discriminación, para que nuestros alumnos logren vivir una sexualidad plena. Esto no implica incitarlos a que tengan relaciones sexuales a temprana edad, sino al contrario, que lo valoren y tomen la mejor decisión para su vida, pues el proporcionarles la información no significa darles libertinaje y que den rienda suelta a sus instintos, sino que puedan visualizar su situación personal y hagan la mejor elección. MAGISTERIO
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Se debe dar una visión centrada en género, no buscar la igualdad porque en definitiva somos diferentes hombres y mujeres, pues en esta visión de igualdad de género se pierde de vista lo que pedimos ¿acaso queremos igualdad? a mí parecer deben de reconocer las diferencias de lo femenino y masculino (ya que desde lo femenino y masculino hay heterogeneidad), entender la complementariedad de las personas en general y buscar la igualdad en el trato respetuoso e igualdad de oportunidades de superación siempre con honestidad y responsabilidad. Así, todos somos corresponsables de la educación, no se vale echarle la culpa al otro o desobligarnos ni la familia, ni la educación, como instituciones, no debemos cerrar los ojos o hacernos a un lado en lo que respecta a la educación de la sexualidad como un todo (no fracturar a la sexualidad en repetir:
sexualidad=reproducción), para que podamos tanto adultos como jóvenes e incluso infantes vivir una sexualidad plena dejando de lado los mitos y el que dirán que tanto afecta a las personas e impide que desarrollen abiertamente el tema de la sexualidad para que se puedan tomar las mejores decisiones respecto a nuestro sentir (desde el propio sujeto), saber expresar nuestros deseos e inquietudes, tomando en cuenta las emociones, claro, sin dejar de lado los aspectos biológicos.
BIBLIOGRAFÍA Civale, Cristina. Sexualidad. Argentina. 191 pp. Galofre Igarerreta, Guillermo (2008). Adolescencia y sexualidad minoritarias. Ed. Alcalá. España. 171 pp. Galve, Santiago (2008). Amor y sexualidad: Materiales pedagógicos para preadolescentes. Ed. España. 224 pp. Murillo Gamboa, Margarita (2007). Como enseñar sexualidad: Para aprender el lenguaje de la sexualidad y enseñarlo. Ed. Pax. México. 155 pp. Solís Kause, Rubén. Sexualidad. Ed. Robin Book. Argentina.
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: Licis Lira López Escuela Secundaria Ofic. No.3 “Benito Juárez” Toluca, Estado de México
“El ser humano es sujeto, no objeto; es fin, no medio”. Carlo Casini
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l ser humano es un ser sexuado y como tal vive a lo largo de su existencia. Muchas veces al hablar de sexualidad reducimos ese ámbito de vivencias, experiencias, a temas tan concretos como las relaciones sexuales, la anticoncepción, los riesgos asociados a la sexualidad, etc. Todas estas posibilidades, aún en su amplitud, no hacen sino ofrecernos una visión reducida de lo que es él hecho sexual humano. Hablar de educación afectivo-sexual es hablar de uno de los ejes de la sexología. Como todos los educadores saben, es imposible no educar, no comunicar, no transmitir; aún el silencio más absoluto está transmitiendo un determinado mensaje, nuestras actitudes transmiten directa o indirectamente un tipo de valores, de comportamientos, ejemplos a seguir para las personas a las que educamos y para las cuales somos modelo. Como educadores haremos hincapié en las actitudes y valores que transmitimos en lo referente a la sexualidad, una sexualidad positiva, sana y cuyas funciones son múltiples, no reduciéndola a una mera prevención de riesgos o asociándola con las relaciones sexuales exclusivamente genitales y coitales, sino tener un concepto amplio y global de lo que es la sexualidad. MAGISTERIO
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La familia debe ser el primer y principal ámbito educativo para las personas, desde los primeros momentos de vida, pues son los padres y madres quienes generalmente tienen mayor influencia en la vida de los hijos. Ello incluye la educación en todos sus aspectos, y la educación afectivo-sexual no puede ni debe ser una excepción. Esta tarea debe realizarse con naturalidad, según las necesidades que los niños presentan a lo largo de su desarrollo. Los educadores han de ser capaces de transmitir determinados valores, como el respeto y la libertad; valores importantes a fomentar, ya sea en materia de sexualidad o en cualquier otro aspecto de la vida de las personas Por todos es bien sabida la situación a la que se enfrenta la sociedad, sumergida en un rápido y al parecer inexorable proceso de globalización o más bien de estandarización, en el que en aras de un progreso que se nos pinta como única vía para alcanzar ese estado de bienestar y felicidad al que todo ser humano aspira, se
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nos terminan imponiendo esquemas de pensamiento, modelos de conducta y estilos de consumo e influencias negativas a las que la sexualidad no escapa. A principios del siglo pasado comenzó a gestarse un fenómeno de profundas connotaciones, la llamada “revolución sexual”, proceso limitado en sus inicios a una pequeña élite de intelectuales, principalmente formada por escritores como D. H. Lawrence, Oscar Wilde, André Gide entre otros; científicos como Havellock, Yon Krafft Ebing (autor de Psychopathia sexualis y padre de la sexología moderna) y S. Freud, así como algunos filósofos como Marcuse. La sexualidad al estar presente en todo (música, filmes, revistas, libros, telenovelas, comerciales) queda reducida a nada. Ocurre entonces que las relaciones interpersonales, experimentan un notable empobrecimiento, a tal grado de no pasar de relaciones interindividuales en las que cada uno de los miembros de la pareja instrumentaliza a su compañero. Ambos se usan para satisfacerse a sí mismos en tal contexto, al
disociarse el amor de la sexualidad no se le da cabida al compromiso, cerrándose por ende a ataduras tales como el matrimonio y la fertilidad la procreación se convierte en el enemigo que es preciso combatir a toda costa. En la raíz de todos estos fenómenos se encuentra el profundo vacío axiológico, o sea de valores, que sufre el ser humano contemporáneo; quien al carecer de significados de orientación, de referentes éticos; se muestra confundido y desorientado. Al ignorar el verdadero significado de la sexualidad le da el sentido que se acomoda a sus intereses, aceptando sin cuestionamientos los sentidos que se le imponen desde fuera. Los criterios de comportamiento se rigen entonces por huecos procesos heterónomos, entre los cuales se encuentran por una parte el sociologismo, moral, según el cual lo normal no es lo que dice la norma, sino lo que dice o hace la mayoría. Lo normal así planteado es entonces lo bueno y por tanto lo deseable e incluso exigible. Otro de estos procesos a que hacemos referencia es el legalismo moral, según el cual ante una determinada situación se razona que si la ley lo permite, lo favorece o simplemente no hay ley que lo prohíba, es bueno o por lo menos no es del todo malo. Ejemplos clásicos de este caso son las opiniones sobre el aborto y la anticoncepción. Bajo el influjo de estos procesos se conforman los antivalores dominantes que permean a nuestra maltrecha aldea global. Para que la educación sexual se base en valores, es importante reconocer cuatro enfoques los cuales ayudarán a la persona a entender mejor su sexualidad, es decir, lo que se debe y no se debe hacer. Educación sexual higiénico-sanitaria Su objetivo se reduce a garantizar el uso higiénico de la función sexual, o sea la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y otras sexopatías, lo cual no es malo en sí mismo. En no pocas ocasiones este enfoque incluye como punto central la anticoncepción y el aborto en “determinadas situaciones en las que el embarazo ponga en peligro la salud física o psíquica de la mujer”, definición bastante vaga e imprecisa que justifica estas conductas en prácticamente todas las situaciones, al mismo tiempo que coloca a la vida por nacer en el mismo nivel de las enfermedades de transmisión sexual, de las cuales en ambos casos es preciso protegerse o deshacerse. El aborto y la anticoncepción MAGISTERIO
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son males intrínsicamente graves. Esto es, siempre están mal, en toda circunstancia y por cualquier motivo. Pretendiendo ser neutral (alegando que todo contenido científico es y debe ser “neutro”), se limita a impartir mera información científica sin referencia alguna a otras dimensiones esenciales de la sexualidad como la sicológica, la socio-cultural, la espiritual y la ética. Es por lo tanto una visión reduccionista, simplista y dañina que crea algunos complejos y tabúes sobre la sexualidad. Educación sexual con enfoque hedonista Su objetivo consiste en tratar de lograr que la persona alcance una plena libertad en el campo de la sexualidad, liberándose de todo tipo de ataduras morales y religiosas, así como de prejuicios y tabúes culturales, los que, según este enfoque, limitan y esclavizan al ser humano. Los defensores de esta postura llegan a catalogar como perfectamente normales e incluso a recla-
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mar como derechos civiles y ciertos comportamientos (pornografía, permisivismo, erotismo, bisexualismo, homosexualismo y sus múltiples variantes). El sexo es objetivado, esto es, convertido en objeto, y donde esto ocurre, necesariamente se objetiviza a la persona misma. Educación sexual con enfoque antropológico-cultural Parte de la base de que las normas que regulan las costumbres y las conductas sociales son determinadas por la sociedad en una situación sociohistórica, cultural y política determinada, por lo que pueden ser cambiantes ante una nueva situación concreta, su lado débil es que se fija en las normas, las que son hasta cierto punto cambiantes, sin acentuar los valores que las fundamentan, los cuales son más estables, universales y consistentes, estos son la justicia, la paz, la solidaridad y el respeto a la dignidad de todo ser humano, por sólo mencionar algunos.
Educación sexual con enfoque personalista Es el modelo al cual debemos tender ya que su objetivo consiste en desarrollar una sexualidad madura que integre sus múltiples dimensiones, buscando la realización armónica de la persona concreta. La educación ética significa formar a partir de valores. Donde no hay valores no hay verdadera educación, puede haber instrucción, entrenamiento, pero nunca educación. Es preciso tener presente que los valores no se enseñan ni memorizan, sino que se transmiten, se contagian, se demuestran. Educar en los valores no significa, pues, enseñar un conjunto de fríos contenidos ni dictar manuales de entendidos en la materia, no se trata de dar grandes listados de recetas, fórmulas y principios teóricos abstractos, error en el que muchas veces incurrimos. La educación afectivo-sexual en los valores consiste en ir despertando y alimentando la sensibilidad, el sentido ético. Esto es, la capacidad para captar los valores, capacitando al sujeto para el discernimiento en situaciones reales y concretas ante las cuales se verá en la vida. Mediante la educación sexual se deberá propiciar el descubrimiento, que la persona sea capaz por sí misma de encontrar en su sexualidad un conjunto de sentidos existenciales; los cuales, desde la libertad como realización de la verdad en la responsabilidad, contribuyan a su realización y planificación humana, única fuente de la verdadera felicidad. Podemos concluir que nuestro compromiso y trabajo como educadores (padres de familia y profesores) consiste en rescatar el valor trascendental que la sexualidad tiene en la persona, basar toda educación, incluyendo la sexual, en valores que sirvan de guía en la vida cotidiana y para alcanzar la plenitud. Es importante enseñar la sexualidad como el lenguaje del amor encontrando en ella el sentido de existir.
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Pedagogía de la sexualidad, un reto actual
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a pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio la educación como un proceso que se organiza y dirige conscientemente.
“Para la pedagogía y la psicología contemporáneas constituye una tarea esencial la organización de un sistema coherente de educación desde el nacimiento del niño hasta su madurez social, que debe realizarse, por una parte, en correspondencia con el modelo social que encarna las exigencias de nuestra sociedad hacia el hombre y, por otra, en función de las características específicas de cada etapa del desarrollo”1.
El ser humano, independientemente de su sexo, recibe influencias tanto internas como externas que contribuyen a la educación de su sexualidad. Este requerimiento se presenta desde las edades más tempranas, pues posibilita que en la misma medida en que se forma y se desarrolla su personalidad, se eduque sexualmente. En el contexto de la pedagogía como ciencia, se pueden determinar algunos de los parámetros principales de la pedagogía de la sexualidad como una de sus derivaciones, que recién intenta constituirse en nueva ciencia, y como todas en sus inicios, sus implicaciones dialécticas con otras es todavía más estrecha y dependiente. Según el investigador alemán H. Grassel, ella “es la rama de la ciencia pedagógica que se ocupa del estudio de los objetivos, tareas, métodos, formas y medios de llevar a cabo el proceso de educación sexual de niños, adolescentes y jóvenes. Sin embargo, no existe consenso en
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Academia de Ciencias Pedagógicas de la URSS y Academia de Ciencias Pedagógicas de la RDA. Pedagogía. Editorial Volk und Wissen. Berlín, 1978. pp. 106-107.
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Martha Olmos Aguilar Primaria “Efrén Sámano Montufar” Coatepec Harinas, Estado de México
el reconocimiento de esta disciplina como una ciencia pedagógica específica” 2. Aun cuando la mayor parte de los más destacados pedagogos le hayan dedicado especial atención. Para Antón S. Makarenko “La educación sexual es considerada como uno de los problemas pedagógicos más difíciles. En efecto, ninguna cuestión ha sido tan confundida ni objeto de tantas opiniones incorrectas”3. La educación de la sexualidad está estrechamente vinculada con las restantes esferas del trabajo educativo, pero tiene su identidad propia ya que posee su especificidad y relativa independencia. Esta última se ve muy afectada por la incidencia de las normas morales vigentes en una determinada sociedad, que siempre afectan de un modo u otro las concepciones sobre la sexualidad. “Entre las tareas fundamentales de la pedagogía sexual y hacia donde deben encaminarse actualmente los principales esfuerzos se destacan dos que pueden considerarse básicas: 1. La investigación y elaboración de métodos, vías y formas concretas que contribuyan a la formación y desarrollo de la esfera psicosexual de la personalidad. 2. La capacitación de los educadores para la educación sexual de las nuevas generaciones”4. 2 Makarenko, Anton S. Conferencias sobre educación infantil. Ed. Pueblo y educación. La Habana, Cuba. p. 78. 3
Barragán Medero, Fernando. La educación sexual. Guía teórica y práctica. Paidós. Barcelona, 1991. pp. 104-106. 4
ídem.
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Del cumplimiento de la primera tarea depende en gran medida que la educación de la sexualidad ocupe el lugar que le corresponde como una dirección más del proceso docente educativo. La educación de la sexualidad como proceso debe sustentarse en un sistema de principios con un enfoque comunicativo a partir de la propia actividad del sujeto, que posibilite al educador la conducción del proceso de educación y desarrollo de la personalidad en forma activa y sin esquemas rígidos que permitan enfrentar creativamente la solución a los problemas que en la esfera de la sexualidad actualmente se presentan.
El educador que posea en general un vasto conocimiento en la esfera de las ciencias biológicas, de la pedagogía, la psicología, y otras ciencias sociales afines, desde el punto de vista teórico, así como de algunas disciplinas filosóficas, como la ética, que en particular domine los contenidos principales de la educación sexual y sea capaz de revertirlos adecuadamente en sus alumnos y alumnas, podrá organizar y orientar su trabajo de tal forma que contribuya al desarrollo psicosexual de los escolares y con ello elevará a planos superiores la calidad de su trabajo docente educativo. Es indiscutible la importancia de los factores sociales y especialmente de la escuela en la formación integral de la personalidad, pues para que las cualidades psíquicas se formen son necesarias las condiciones sociales de vida y de educación, en la cual la experiencia históricosocial del educador desempeña un papel relevante.
CONSIDERACIONES QUE DEBE TENER EN CUENTA EL PROFESOR 1. Unidad de la instrucción y la educación. Cuando el maestro trate aspectos relacionados con la educación de la sexualidad no sólo debe preocuparse por brindar conocimientos desde el punto de vista biológico, psicológico, higiénico y social. Debe tener en cuenta en qué medida esos conocimientos llevan un mensaje educativo encaminado a la formación de valores, hábitos y actitudes correctas con respecto a la sexualidad. Como es de suponer, para que se realice esa integración de lo educativo y lo instructivo como categorías inseparables, debe tenerse en cuenta el nivel de desarrollo alcanzado por el estudiante en particular y por el grupo en general de manera que se pueda ejercer una influencia individual y colectiva que responda a sus intereses y necesidades. 2. Utilización de un lenguaje adecuado y preciso que inspire respeto, franqueza y libertad de expresión. Es fundamental, cuando se aborda la educación de la sexualidad, usar el lenguaje adecuado, habilidad que únicamente se logra con conocimiento y preparación sobre el tema que proporcione o forme una mejor “cultura sexual”. Ese lenguaje claro y preciso en cada momento, sin divagaciones inspirará respeto, además de que debe existir franqueza en los planteamientos y cada
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alumno podrá expresar libremente lo que piensa con respecto a un tema determinado. Es importante que niños y niñas aprendan a utilizar un lenguaje adecuado y esto se logra a partir de que el educador lo utilice en su intervención con naturalidad y espontaneidad. No quiere decir esto, que se deseche otro tipo de expresión también conveniente, pero siempre lejana de cualquier vulgaridad. Lo que se trata es que haya un aprendizaje del vocabulario correcto y cada asunto se conozca por su nombre adecuado.
3. Honestidad personal que permita promover una discusión positiva y dar respuestas basadas siempre en la verdad. En el proceso educativo intervienen también las conductas y actitudes que asumimos ante el hecho sexual humano. Es por esto que resulta de vital importancia que toda persona que se dedica o que en cierta medida tenga que ver con la educación de la sexualidad tenga claridad sobre aquellos aspectos que pudieran resultar conflictivos. No se puede convencer cuando no se está convencido. La honestidad en el tratamiento de cualquier tema educativo es básica, pero en relación con la sexualidad es imprescindible. Un esclarecimiento acerca de los aspectos debatidos permitirá abordar los temas más espinosos y posibilitará
ofrecer respuesta a los escolares basados siempre en la verdad, con un fundamento científico, y con un mayor nivel de convicción. 4. Dominio de los objetivos de la educación sexual que enseñen a pensar y a reflexionar, no a imponer criterios propios. El educador debe iniciar su trabajo en educación de la sexualidad a partir de los objetivos acerca de la misma que caracterizan a la sociedad en un momento dado. Esto resulta de gran interés, ya que no se trata de trasmitir nuestros
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propios criterios, sino de enseñar a pensar al alumno, a reflexionar acerca del hecho sexual humano. Para lograr esto, resulta importante el diálogo, el debate, la discusión de videos que permitan enriquecer esta labor y conocer como piensan los alumnos, aun cuando sus puntos de vista no coincidan con los del profesor. Debe tenerse en cuenta el conocimiento que tienen los alumnos sobre hechos de su vida cotidiana que para ellos tienen un significado especial. 5. Respeto por la diferencia que le permitan guiar discusiones dinámicas y que a su vez propicien la participación igualitaria de los sexos. Frecuentemente, en forma inconsciente se dan multitud de situaciones que fomentan la discriminación en función del sexo o por otros motivos. Es importante tener en cuenta que en cualquier actividad de educación sexual no debe existir dicha conducta, se debe fomentar el respeto por la diferencia. Deben participar por igual niños y niñas. Los educadores deben ser cuidadosos en esto, pues sin proponérselo en muchas ocasiones su actitud está permeada por un sexismo que lacera la imagen de la mujer. 6. Conocimiento del desarrollo evolutivo de la sexualidad que permita adecuar los contenidos a las características de la edad. Resulta indispensable para todo educador y orientador sexual conocer el desarrollo evolutivo de la sexualidad. Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, por tanto, la sexualidad se
expresa durante toda la vida, pero de diferentes formas de acuerdo con la edad del individuo, la educación que haya recibido, la cultura etc., es por eso que en este principio se conjugan otras formas para que el primero sea válido. 7. Utilización del diálogo y la confianza como instrumentos que posibiliten escuchar y ser escuchado. Lo más importante al impartir educación de la sexualidad no es que se posean medios sofisticados para su enseñanza, pues independientemente del valor que estos tengan, el mejor recurso con que cuenta un educador u orientador sexual es la capacidad de dialogar con sus alumnos. Tanto en la infancia como en la adolescencia el hablar sobre estos temas se convierte en una necesidad y generalmente le corresponde al educador aclarar estas dudas cuando él mismo está abierto a tratarlos, a ser discreto, a respetar los puntos de vista de los demás, demostrar que tiene dominio pleno del tema que está abarcando y haberse manifestado como una persona asequible y de confianza a la que se puede llegar porque es confidente.
cada uno y de cada sexo. Esto también se logra con medios audiovisuales que propicien el debate, para lo cual el educador debe estar preparado para éste. Así como el conocer de antemano cuáles serán los puntos acerca de los cuales se realizará el mismo. En niños pequeños es muy conveniente el juego de roles, el dibujo, la composición donde se evidencia lo que queremos conocer para emprender el trabajo de educación de la sexualidad. 9. Saber estrechar lazos de unión entre la escuela y el hogar, maestro-alumno, padremaestro. La educación de la sexualidad no es ni puede ser exclusivamente responsabilidad del maestro, también lo es de la familia, pero sí le corresponde al maestro dar a conocer a los padres todo cuanto en este sentido se vaya a tratar, las posibilidades que brindan las asignaturas, las particularidades evolutivas de la sexualidad de acuerdo con la edad. Esto se puede lograr a través de las visitas de orientación a los padres, en el vínculo escuela, familia, comunidad y otras alternativas que sean factibles de trabajar.
8. Metodología activa y medios audiovisuales para una mejor comprensión de parte de los alumnos.
ALGUNAS VÍAS QUE PERMITEN ABANDONAR LA EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD
En educación de la sexualidad no es posible trabajar con un discurso meramente teórico; de ser así el proceso es unilateral. Por ello, recomendamos una metodología activa, que haga que alumnos y alumnas participen en el proceso de aprendizaje activamente, por ello es a la vez objeto y sujeto de la actividad. En este sentido la coeducación cobra gran valor, pues favorece el intercambio de opiniones, el conocimiento y la forma de pensar de
Con frecuencia se considera que la educación de la sexualidad se da de manera consciente y voluntaria, tomando como punto de referencia para ello la palabra y los libros o textos escritos. Sin embargo, se conoce que no son precisamente estas vías las
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únicas que pueden brindar información al niño y contribuir a la formación de su sistema de valores. “El comportamiento cotidiano de los adultos, las relaciones entre los mismos, la influencia de los medios de comunicación, la división del trabajo en función de los sexos, etcétera, son factores, que poco a poco, a lo largo del proceso de crecimiento, van impregnando la mente del niño y, por consiguiente, van configurando sus primeras actitudes respecto al afecto y a la sexualidad”5. Otras vías que contribuyen a la formación de valores y al desarrollo de actitudes con respecto a la sexualidad son las que se citan a continuación: El juego permite formar en los niños patrones morales a partir de los roles que se les asignen. En edades tempranas, como la preescolar, el niño por lo regular representa la vida familiar y sus relaciones con el adulto, fijando sus patrones morales de conducta. Un inadecuado manejo en la esfera sexual puede provocar a largo plazo conductas impropias como la promiscuidad sexual y el machismo, entre otras. “Los juegos infantiles que pueden implicar una carga erótica son considerados por muchos padres como algo terrible que es necesario reprimir. Estos padres deberían saber que dichos juegos son normales en la infancia y que cobran sentido en cuanto son aprendizaje de la vida adulta, y ésta implica la sexualidad. Por su mediación los niños satisfacen una curiosidad y ensayan, imitando generalmente al adulto, una nueva y desconocida actividad que llama poderosamente su atención”6. La encomienda o encargo es la vía que permite la formación y desarrollo de 64
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actitudes en las relaciones entre niñas y niños. Al orientar la encomienda deben definirse y precisarse bien los objetivos que se persiguen con ella con el fin de buscar soluciones pedagógicas concretas a las disímiles situaciones que se le puedan presentar al educador. La encomienda tiene la particularidad de que puede asignarse en forma individual o colectiva, en cualquiera de los casos el educando debe conocer la significación social que la misma tiene. Constituye una vía importante para la educación de la sexualidad y fundamentalmente en la adolescencia por las características que ésta presenta en ese período de la vida. Además hay que tener en cuenta que en esa edad el escolar participa en otras actividades como son fiestas, campismos, excursiones, entre otras, que deben ser aprovechadas por el educador para influir en las formas de conducta de los estudiantes. El ejemplo personal que exhiba el educador, tanto padre como maestro es la mejor vía para una influencia educativa adecuada. No se logra educar con discursos que angustien al alumno, lo importante es el ejemplo diario de padres y maestros y que por lógica se incorporarán a la forma de actuación del alumno. Las narraciones éticas se recomiendan fundamentalmente para los escolares menores y los adolescentes teniendo en consideración la edad de los mismos y la asequibilidad de lo que se quiere narrar. Su objetivo fundamental es formar sentimientos morales adecuados con respecto a la vida sexual, y además fomentar sentimientos de amistad. No se puede brindar educación sexual como si se ofrecieran recetas, pues cada persona tiene su individualidad. No se debe actuar partiendo de la espontaneidad y con criterios personales si no se tiene un soporte científico, de ahí que la actividad docente que se desarrolle ha de ser coherente y fundamentada tanto por las
aportaciones científicas de los teóricos de la enseñanza (principios didácticos basados en criterios psicológicos, sociológicos y didácticos) como por la situación particular y espontánea en la que se desenvuelve su actividad. Si bien es cierto que el perfeccionamiento de las vías y métodos es fundamental para el logro exitoso de esta tarea, el éxito de la misma sólo se podrá alcanzar cuando los educadores estén preparados de forma adecuada para enfrentarla y dirigirla, por tanto el principal problema que tiene la pedagogía de la sexualidad en la actualidad es garantizar la preparación de todos los educadores y educadoras en todos y cada uno de los niveles de enseñanza. Por tal motivo debe constituir una preocupación de la federación, gobiernos estatales y municipales e instituciones, proporcionar mejores opciones de vida a los ciudadanos para los cuales en definitiva se elaboran proyectos y programas políticos y sociales que siempre se orientan a buscar formas superiores de beneficio ciudadano.
Font, Pere. Pedagogía de la sexualidad. Ed. Graó. Barcelona, 1990. p. 13. Diez Benavides, Mariano. Educación de la sexualidad. Editores Asociados Mexicanos. México, 1991. p. 27. 5
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M agisteri o es un espacio de expresión, actualización y vinculación pedagógica para los docentes de Educación Básica y Normal del Estado de México. Se constituye en foro abierto para compartir experiencias e investigaciones que fomenten el debate, la reflexión y la superación del hacer educativo. Las colaboraciones deberán ser inéditas, se someterán a corrección de estilo y a dictamen del Comité Editorial, el cual será inapelable. Tendrán una extensión de 4 a 5 cuartillas escritas a doble espacio, en tamaño carta. Se recomienda incluir notas a pie de página que faciliten la comprensión del escrito y usar el sistema Harvard para hacer referencias dentro del texto y citar la bibliografía. Se anexará a toda colaboración: síntesis curricular del autor, dirección, teléfono, e-mail y nombre de la institución donde labora. Los materiales pueden acompañarse de fotografías e ilustraciones. Se entregará versión impresa y archivo electrónico. No se devuelven originales. Es responsabilidad del autor referir con precisión las fuentes bibliográficas consultadas, para no incurrir en plagio intelectual. Para mayores informes y recepción de trabajos, dirigirse a:
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