5 minute read

UNA HISTORIA DE AMOR ODIO CON LA

Luza Rios Asesora de Imagen

Advertisement

UNA HISTORIA DE AMOR ODIO CON LA EDAD

Cuando me reconcilié con mis piernas:

Conforme, sentada tranquilamente… comiendo palomitas, hipnotizada por la serie del momento; sin pestañear. Dejar que pase el tiempo, y muy distraída y cómodamente en mi sofá, con mullida calma. En cierto momento debemos levantarnos del sofá y debemos volver a la realidad. A retomar nuestra vida. Llega el momento donde nos desconectamos de la realidad, y aceptamos todo cuanto sucede. Nos conformamos, no decimos nada, aceptamos que vaya cambiando nuestro cuerpo, nos vamos metiendo en un mutismo surrealistas, de aceptación de lo antinatural, y suprimimos lo natural, etiquetándolo como, “que puedo hacer? estos años me están envejeciendo, tal vez me haga la cirugía plástica, algún día”... En serio? pensar así es aún mas loco, no se si llamarlo pesimista o demasiado optimista.

En algún momento de nuestra vida, tenemos que enfrentarnos a nosotras

mismas, y es cuando estamos ante el espejo, si, este maquiavélico artefacto que fue inventado para enfrentar nuestras miseria y ver siempre nuestros defectos. Porque nunca estamos satisfechas con lo que vemos, siempre el espejo nos dice que tenemos un defecto que no conocíamos. Nunca nos deja satisfecha… es un tirano!! El espejo pone el aumento en cada arruga, en la celulitis y que decir esos rollitos de la espalda. Una vez conocí una mujer que hizo quitar los espejos de la casa, porque no quería verse. Aquí veo una negación de la realidad. Volvamos al tema. Un día me veo al espejo, y veo a una mujer mayor muy ancha, muy parecida a mi madre, y pensé, luzita ya eres mayor. vaya, nunca creí que llegaría este momento. Al retirarme del espejo, me miro las piernas, mis maravillosas piernas que siempre he lucido con orgullo, veo unos pliegues terriblemente flácidos, si! mis piernas se veían envejecidas. Me entró el pánico, este fue el momento que me desperté de la hipnosis del conformismo, y fue cuando tomé la decisión de tensar las cuerdas. Recordé que las cuerdas flojas no dan música, y Yo me niego a ser una vieja ruidosa. Nada de vieja, esta es una palabra que abolí desde aquel momento, así es que empecé a afilar el hacha declarándole la guerra al conformismo. Me levanté del sofá, Y empecé a afilar el hacha. Empezar por conocer mi propio cuerpo y quitarme las vergüenzas. Me di cuenta de que me había empezado a cubrir, ya no usaba pantaloncitos cortos y menos minifalda, Alguna vez dije que ya no tenía la edad para usarlas, que tan conforme estaba.

Como empecé

Aunque mis piernas no estaban a punto me decidí desempolvar un pantalón corto que hacía lucir mis piernas espectaculares; Y salí a dar un paseo. Esta fue la primera toma de contacto con la realidad de mis piernas. Cómo me sentí, luciendo la flacidez, no propia en mi, me hizo reflexionar de lo que quería para mi futuro ciclo de madurez; al volver de mi paseo tenía un plan. Estar a punto y recuperar mi belleza. No es que quiera ser la joven de 25 años, pero si la mujer de cuerpo tonificado, de andar seguro y de autoestima joven.

Que debemos saber:

Hacer ejercicio no solo es cuestión de poner firme todas mis exuberantes carnes. Es algo más significativo. Nos afecta principalmente nuestras hormonas. Si amiga, cuando hacemos ejercicio liberamos endorfinas que son las encargadas de hacernos sentir felices. menos estresada, mejora la concentración y equilibra mis emociones. Maravilloso, porque la flacidez es una forma de estar bajas energéticamente y con la autoestima en reposo. Si la piel se nos ve flácida, es porque ha tenido perdida de colágeno, y al mismo tiempo disminuye el agua de la sustancia fundamental, produciendo descolgamiento. Las glándulas sebáceas producen menos aceite. Esto nos fastidia un poco pero es la naturaleza humana, los hombres tienen activas sus glándulas sebáceas hasta los 80 años, a partir de esta edad empieza a disminuir; pero en nosotros es a partir de la Menopausia; gradualmente empezamos a producir menos aceitito para mantener la humedad de nuestra piel.

El frío que cala los huesos:

Las mujeres después de 45 años empezamos a sentir más frío, Los pies especialmente se enfrían con facilidad. El aislamiento y amortiguación que tenemos debido a la grasa subcutánea, se adelgaza, reduciendo la capacidad de mantener la temperaturas corporal. Por eso al haber menos aislamiento en temporada de calor se suda menos haciendo que sea más difícil mantenerse fresca y se aumenta el riesgo de insolación. La inactividad de una mujer ayuda a disminuir la circulación sanguínea y esto a su vez ralentiza todos los sistemas, disminuyendo la capacidad de auto regeneración, aumentando el riesgo de envejecimiento de la piel

Afilando el Hacha:

El secreto para tener éxito en lograr cambios en nuestra belleza es aceptar que somos guapas, que nuestro cuerpo es maravilloso y que debemos cuidarlo para mantenerlo a punto. Que has engordado un poco? que tienes flacidez? esto no es de ti, es un añadido temporal que tiene solución y para ello debemos tomar medidas de inmediato. Empezamos a prepararnos mentalmente y dejar la pereza, y todos sus motivos como falta de tiempo. Recuerda que el día tiene 24 horas, 1 hora diaria para ti, es suficiente para que empieces. Estamos en tiempo de pandemia, y eso significa que tenemos mas tiempo para cuidarnos, para aprender, y que mas significativo que aprender a cuidar nuestro cuerpo. Repite este mantra todos los días, cada que puedas, si tienes pensamientos tóxicos repite, si tienes recuerdos amargos, repite: YO SOY, Yo soy guapa, Yo soy joven, Yo soy saludable, Yo soy amor, Yo soy feliz. Haz tu decreto: Todos los días cuidaré mi cuerpo, tendré pensamientos de amor y optimismo, haré ejercicio y me alimentaré para nutrirme. Soy la única responsable de mi belleza saludable. Desde este momento decreto que mi cuerpo se va a mantener firme y fuerte, lo cuidaré con amor y esmero para que siempre luzca joven y guapa. QUE ASÍ SEA!

This article is from: