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PERISCOPIO
CREANDO ESPERANZA para un futuro prometedor
Cuando apenas tenía tres años, Juan Carlos Zúñiga llegó a la casa hogar Oscar Arnulfo Romero, en el departamento de La Libertad, en El Salvador. Venía de una familia con problemas y su futuro era incierto. En el 2014, cuando tenía 16 años y cursaba el primer año de bachillerato, le llegó la oportunidad de ser parte de la primera generación de “Creando Esperanza” programa de la Fundación Renacer.
El programa le permitió prepararse en el área de mantenimiento del Hotel Real Intercontinental en San Salvador, y consiguió quedarse con el empleo. A los 18 años tuvo que salir de la casa hogar como lo dicta la ley, pero ya contaba con las herramientas para hacer frente a los desafíos de la vida adulta.
Siguió estudiando hasta graduarse como ingeniero industrial. Ahora que ya es un profesional, está preparándose para optar a un nuevo cargo dentro del hotel.
Juan Carlos es uno de los más de 200 jóvenes provenientes de casas hogar que a la fecha, han logrado culminar el proceso de 12 meses de preparación para la vida productiva que brinda el programa liderado por Fernando Poma, vicepresidente y director ejecutivo de la Fundación Renacer.
La primera idea fue crear un hogar para atender a niños y jóvenes abandonados, pero al indagar sobre el tema se dieron cuenta que los jóvenes deben dejar los hogares de acogida al cumplir los 18 años.
“La conclusión fue que debíamos apoyar a los jóvenes próximos a cumplir 18 años y que deben enfrentar un futuro incierto. Entonces decidimos ayudar a estos grupos con capacitaciones para que pudieran hacerle frente a la nueva etapa de sus vidas”, señala Fernando Poma.
Fue así como arrancaron el proyecto. En primera instancia con una empresa del grupo Poma (Hotel Real Intercontinental) y con 17 jóvenes de tres casas hogar, a quienes se las brindó capacitación en prácticas técnicas en empresas, clases de inglés, computación con énfasis en Word y Excel, liderazgo, valores, finanzas para la vida, empleabilidad y habilidades blandas y acompañamiento psicológico, entre otros.
Las capacitaciones se trabajan en un período de 12 meses y 426 horas de preparación, y los jóvenes tienen la libertad de escoger el área de trabajo en donde se sientan más cómodos y es en ese espacio donde se les brinda el asesoramiento. Para la primera generación fueron 15 las empresas interesadas en contratarlos.
UNILEVER OBTIENE CERTIFICACIÓN QUE GARANTIZA el uso racional de la energía en sus operaciones
Unilever tiene como propósito hacer de la vida sostenible algo cotidiano. En línea con ese objetivo ha implementado un Sistema de Gestión de Energía (SGEn) que ha sido certificado bajo la norma ISO 50001:2018, Sistemas de Gestión de la Energía, la cual garantiza mejoras continuas y sistemáticas del rendimiento energético en las organizaciones.
Esta certificación es otorgada por el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO) y fue brindada tras una exhaustiva evaluación a la fábrica de Nutrition de Unilever en Belén, Heredia.
“Nuestra visión es ser líder mundial en negocios sostenibles y demostrar que nuestro modelo con propósito impulsa un mayor crecimiento. Planta Belén, es la segunda fábrica a nivel mundial de Unilever en recibir esta certificación, lo cual nos confirma que estamos caminando en la dirección correcta. Optimizar y reducir los consumos en nuestras operaciones nos permiten tener energías limpias y reducir la huella de carbono para tener un impacto menor en el medio ambiente”, asegura Jaime Salazar, director de Fábricas Unilever Centroamérica.
Con este logro, Unilever se suma a una selecta lista de organizaciones en Costa Rica, que cuentan con dicha certificación.
Como parte de su compromiso ambiental, Unilever Costa Rica ha implementado diversas acciones que le han permitido el ahorro de 3.145m3 en consumo de agua que equivale al volumen del agua que contiene una piscina olímpica y 2.300 Giga Joules de energía en los procesos de la Planta Belén. La implementación de este sistema de energía ha permitido el ahorro de 180 toneladas de CO2 que equivaldrían a la contaminación producida por 6.800 vehículos con un recorrido de 100 kilómetros cada uno.
Para obtener estos resultados se han tomado diversas medidas en Planta Belén como: optimizar los procesos productivos mediante la recuperación de vapor y el aprovechamiento del calor residual de los compresores, lo que permite precalentar el agua fresca de las calderas, aumentando la eficiencia y reduciendo el consumo de combustibles. Estas acciones permiten seguir produciendo de igual forma con menos cantidad de energía, garantizando siempre la calidad de los productos.
El proceso para alcanzar la certificación ISO 50001:2018 requirió aproximadamente 12 meses. Durante este tiempo la compañía mostró la capacidad para obtener la certificación del Sistema de Gestión de la Energía, cumpliendo todos los requisitos y demostrando la eficacia de sus operaciones.