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HISTORIAS DE ÉXITO

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CEO CLUB

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Por Milagros Sánchez

Ícono empresarial de enormes valores, ética e integridad

José E. Solórzano es algodonero, ganadero, cafetalero, constructor y fundador de Decosa, Casa Transamerica, Repiesa, Arsa, Holiday Inn Convention Center y Budget, Avis y Payless Rent a car Nicaragua.

Si hay un nombre asociado a la historia automotriz en Nicaragua, es el de José E. Solórzano Martínez, un valiente emprendedor que donde había oportunidades de negocios, ahí estaba él, con su liderazgo, ética, integridad y visión de empresario.

Su sello empresarial está plasmado en las páginas de la vieja Managua, cuando trajo a la capital nicaragüense, desde California, Estados Unidos, una enorme cantidad de vehículos británicos usados, marca Hillman, para brindar servicio de taxi en los años 50, los cuales eran conocidos como “los perros”. También fue pionero en el negocio de renta de carros antes de los años 70 y en el ramo de turismo su mejor carta de presentación es el Hotel Holiday Inn Convention Center en Managua.

Su aporte al desarrollo comercial y económico en Nicaragua es incuestionable y desde las páginas de Vida y Éxito deseamos destacar su larga trayectoria como empresario brillante con el apoyo de sus hijos, José Enrique y Javier, quienes nos ayudaron a reconstruir su historia, hoy que se encuentra en un merecido retiro a los 91 años de edad.

“Mi papá es un gran ejemplo de hombre de trabajo y de rigor y hay que admirar su espíritu emprendedor que nunca perdió. Yo lo recuerdo como un hombre muy exigente y de esa exigencia resultó todo lo que ha logrado a nivel empresarial”, dijo José Enrique.

Raúl Solórzano, José Solórzano Díaz y José Solórzano Martínez.

Afirmación que también respalda Javier con gran orgullo. “Él es una persona que generó trabajo, en algún momento llegó a tener a nivel industrial y comercial alrededor de mil trabajadores en sus empresas. Lo que contribuyó en empleos y en la economía del país en concepto de impuestos es bastante representativo, para él fue motivo de orgullo que hace unos años atrás la Dirección General de de Ingresos (DGI) nombrara a dos de sus empresas como grandes contribuyentes por estar entre las que más pagaban impuestos”, recuerda.

Para entender su talante de líder, quizás en sus ancestros encontremos una explicación genética. Sus padres fueron el general José Solórzano Díaz, jefe de las fuerzas armadas durante la rebelión contra el presidente de Nicaragua José Santos Zelaya, y su madre María Tomasa Martínez, nieta del presidente Tomás Martínez Mora.

Su bisabuela Rafaela Herrera, es una heroína nicaragüense que defendió la fortaleza española en el Río San Juan frente a la incursión de los piratas ingleses y su tío Adolfo Díaz, ocupó la presidencia de Nicaragua en dos ocasiones.

Además, su tío Enrique Solórzano Díaz, luchó en la primera guerra mundial como miembro de la legión extranjera francesa donde fue condecorado por su valentía en la batalla de Somme en 1916.

Don José E. Solórzano Martínez, nacido en Nueva York, Estados Unidos, cuando su padre era cónsul de Nicaragua, es un personaje que tiene el talento de liderazgo y que cultivó al lado de su esposa Rhina E. Pérez-Alonso (q.e.p.d), con quien procreó seis hijos: José Enrique, Javier, Adolfo, Gabriel, María e Iván.

Emprendedor desde joven

Estudió en el Instituto Pedagógico de Managua, La Salle. Luego viajó a Estados Unidos para ingresar a la universidad, pero sus estudios se vieron interrumpidos cuando fue reclutado por el Ejército Norteamericano durante la guerra de Corea. Al cabo de dos años regresa a Nicaragua, tras el fallecimiento de su madre y asumió los negocios familiares que consistían en el cultivo del algodón y la cría de ganado.

Según José Enrique, fue a partir de ese momento que su carrera ascendente como empresario despegó. Su primer emprendimiento fue una venta de repuestos automotrices en un pequeño espacio que su suegro, Gonzalo Pérez Alonso, le facilitó en el centro de Managua donde tenía su tienda de cosméticos “Pérez Alonso”.

Dado el éxito, ambos crearon Pérez Alonso & Compañía Limitada y se dedicaron por completo a la venta de repuestos de vehículos. Luego don José miró la necesidad de taxis en Managua y comenzó a importar Hillman que los trajeron en caravana por tierra desde California.

La familia Solórzano durante una celebración.

“Ante la lucha que le estaban haciendo los distribuidores de autos nuevos para que no importara vehículos usados, adquirió la representación de autos nuevos Hillman para luchar desde adentro. Eso le permitió continuar importando de Estados Unidos los carros usados de la marca y al poco tiempo importar ya autos nuevos desde Inglaterra como representante de los Hillman”, explicó.

Paralelamente, don José también vio que el transporte urbano de Managua estaba en mal estado y decidió comenzar a importar autobuses usados de Texas, que fueron ocupados por el sistema escolar de Estados Unidos. Lo mismo hizo con autobuses nuevos marca CASA desde México antes y durante la revolución Sandinista.

La importación de los Hillman le ayudó a acumular capital y construyó su edificio ubicado por la estatua de Montoya, en Managua, donde mudó sus empresas. A eso sumó otros nuevos negocios: REPIESA, con la elaboración de frenos y embragues, y la representación de Chrysler, que importaba la línea Chrysler, Dodge y Plymouth, así como camiones ingleses para las minas.

A finales de los años 60 creó Nicaragua Turista Rent a Car, convirtiéndose en uno de los pioneros en este tipo de rubro. En 1974 firmó con la franquicia Budget Rent a Car, ofertando el alquiler de vehículos americanos e ingleses.

Resiste ante las adversidades

Pero como los problemas son parte de la vida misma, para la década de los 80, bajo el gobierno sandinista, los negocios se redujeron por el embargo que sufría el país, imposibilitando la importación de autos y además las divisas eran pocas. A pesar de ello, subsistieron con la elaboración de frenos, embragues, reconstrucciones de piezas automotrices y Budget Rent a Car, que fue el único que mantuvo la franquicia internacional de rent a car en el país durante este período.

Pese a los obstáculos, que incluyó una estadía corta en la cárcel por tener en su caja fuerte más de lo permitido en dólares, resistió valientemente viviendo en Nicaragua hasta que Violeta Barrios de Chamorro asumió la presidencia en 1990.

Aprovechando la coyuntura nacional, se arriesgó y levantó la renta de vehículos con una flota de 500 carros nuevos. También decidió construir un hotel para ofrecer a los turistas una opción de estadía. Así nació el Hotel Holiday Inn Select, hoy Convention Center.

“Como la inversión de un hotel es una inversión a largo plazo y más grande de lo que los bancos locales podían financiar, nos acercamos al Banco Interamericano de Desarrollo (CII-BID_INVEST) para el financiamiento de la construcción del hotel. Hoy en día también nuestros clientes, proveedores y bancos nos han apoyado en tiempos de crisis y así logramos mantenernos a flote. Todo gracias a su ejemplo de integridad. Claudicar no está en su ADN”, aseguró Javier.

Construcción del Hotel Holiday Inn Select, hoy Convention Center.

Desde el hotel, este carismático emprendedor, promovió programas de servicio social como la creación de la “Escuela Select” donde enseñaban diferentes oficios hoteleros a jóvenes huérfanos del Hogar Zacarías Guerra, que luego se expandió a otras zonas de Nicaragua.

También apoyó la operación de un hotelito que se le llamó “Select”, ubicado en el Hospital Infantil Manuel de Jesús Rivera, La Mascota, donde albergan a niños y padres de escasos recursos que llegan de zonas alejadas del país para tratar a los infantes de cáncer.

“Mi padre tiene un principio, ‘dar si queremos recibir’, aunque signifique sacrificio en las utilidades. Sus reglas eran: integrar a la familia a ser parte del desarrollo de las empresas con el compromiso que hay que trabajar mucho y bien enfocado con ética e integridad”, concluyó su hijo Javier.

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