Consejo Editorial
contenido
02
04
Roque Dalton
Mancheta y demás
05
08
Las arepas de seis sabores
Maelo persiste en la memoria
10
11
El Guanábano: un puente de muerte
Gloria, sudor y arena
Alfredo Rajoy
18
20
Fotógrafos
Deportes callejeros
Ángel Parra llegó a Miraflores
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Sibaritas y pelabolas
La sublevación de los cuerpos
Clodovaldo Hernández, Ángel Méndez, Malú Rengifo, Yosjuan Piña, Marco Santaniello, Roberto Malaver, Freddy Fernández, Cherlys Ernesto Correa, Camille Briceño, Israel José Quintero, Nathaly Bonilla, Oscar Hernández y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Marcos Colina.
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Impresión
Piedra de mar (VIII)
— cruci compacto
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Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Directora
Mercedes Chacín
Editor Jefe
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Asdrúbal Briceño
Asesor Editorial
Reinaldo González
Redacción
Rocío Cazal Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida
Diseñadoras
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Ilustrador
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CORRECTOR
Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
Idania Bracamonte Daniela Fernández
Colaboran en esta edición
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— CIUDAD
— MITOS
— MINICRÓNICAS
— gastronomía
— diario
— EL MENJURJE
— MÚSICA
— MIRADAS
— entrevista
— sexodiversidad
Editorial Metrópolis, C.A. epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la
— cuentos del arañero
— la bitácora de amón-ra
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas "c", piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales
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PERFIL
Roque Dalton: La muerte infame de un unicornio azul
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El poeta salvadoreño, a quien Silvio Rodríguez ha dedicado varias de sus canciones, fue fusilado por sus compañeros de guerrilla en 1975. Uno de sus inclementes verdugos es ahora un predicador neoliberal. Es, pues, una ignominiosa historia de la izquierda latinoamericana POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Hay muertes infames que se tornan peores con el paso del tiempo. Así ha sido la muerte del poeta y guerrillero salvadoreño Roque Dalton, en mayo de 1975. Lo mataron sus compañeros de lucha, acusado de debilidades contrarrevolucionarias. Eso fue injusto porque Dalton había sido un luchador a carta cabal. Pero lo más inicuo ha venido con los años: el principal responsable del fusilamiento, Joaquín Villalobos, ha terminado por convertirse en un predicador del neoliberalismo, un chapucero enemigo de los movimientos populares de América Latina. Difícil es concebir mayor ignominia.
Dalton, según parece, estaba destinado a irse temprano del mundo. Dos veces escapó de morir a manos de la derecha salvadoreña. La primera vez ya estaba todo listo para ejecutarlo, pero el dictador de turno, José María Lemus, fue derrocado. La segunda vez, un terremoto lo sorprendió estando preso y resultó ser que una de las paredes rajadas fue la de la cárcel.
Se afirma que había más individuos con ganas de matarlo, entre ellos varios maridos celosos, pues el poeta era de sangre dulce para las mujeres. Una de ellas, la escritora chilena Isadora AguiDalton, nacido en 1935 en San Salvador, militaba en el Ejército rre, plasmó su experiencia en una novela titulada Carta a Roque Revolucionario del Pueblo (ERP), precursor del Frente Farabundo Dalton. Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Sus jefes lo consideraban insubordinado y llegaron a acusarlo de ser agente de la CIA. También dejó en el mundo ilustres amigos, como el cantautor SilEn 1975 lo mataron sin muchas contemplaciones y así acabaron vio Rodríguez, quien ha participado en la lucha porque se esclarezcon uno de los más grandes talentos poéticos salvadoreños de to- ca el crimen, batalla librada por los hijos de Dalton, Jorge y Juan dos los tiempos. “Si no lo matan en el 75, lo matan después porque José, este último, un destacado periodista (en 2012, la justicia salsiempre era incómodo, ese tipo de inteligencia es un lujo que este vadoreña declaró el caso prescrito. Ahora ha sido presentado ante país no ha permitido darse”, escribió el biógrafo de Dalton, Luis la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos). Alvarenga, en el libro El ciervo perseguido. Silvio le ha dedicado a Dalton varios de sus temas, entre ellos “UniEl poeta, ganador del premio Casa de las Américas, barruntaba su cornio” y “El tiempo está a favor de los pequeños”. Se trata de una propio fin. Seguramente por eso escribió el poema “Alta hora de la retribución al gesto de Dalton, quien ofrendó al cubano “Canción noche”, en el que expresa: “Cuando sepas que he muerto no pro- de protesta”, un poema en el que muestra su estilo travieso y hernuncies mi nombre / porque se detendría la muerte y el reposo. / moso: “Cayó mortalmente herido de un machetazo en la guitarra Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos, / sería el tenue faro / pero aún tuvo tiempo de sacar su mejor canción de la funda / y buscado por mi niebla. / Cuando sepas que he muerto di sílabas disparar con ella contra su asesino / que pareció momentáneamenextrañas. / Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta. / No dejes te desconcertado / llevándose los índices a los oídos / y pidiendo a gritos que apagaran la luz”. que tus labios hallen mis once letras”. Caracas, 1 de junio de 2014.
Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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el menjurJe
Entrompe al cine Memorias de mis salas tristes…
Navega desde el Casco Histórico
La Alcaldía de Caracas, el Gobierno del Distrito Capital y Cantv pusieron a disposición del pueblo wifi gratis en algunos espacios recuperados de la ciudad, como la Plaza Bolívar, plaza El Venezolano y plaza Diego Ibarra. Foto camille briceño
Hagamos poesía La Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello abrió las inscripciones para los talleres de creación literaria que se dictarán con motivo del 11mo Festival Mundial de Poesía Venezuela 2014, del 13 al 18 de junio. Los interesados en participar deberán enviar una carta de postulación, una breve reseña biográfica y no más de cinco cuartillas con sus textos, en físico o en digital, a la Coordinación de Formación Literaria de la fundación (coordinacionformacioncasabello@gmail.com)
Mancheta
¡Ecuajey! Traigo de todo La agrupación Tradiciones de Venezuela se presenta hoy a las 5 pm en Los Próceres con un singular espectáculo cargado de aguinaldos, golpes tocuyanos, guarañas, sangueos, tambores, sones de gaita perijanera, gaitas margariteñas, joropos, parrandas y calipsos.
Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 1 de junio de 2014.
Un recuerdo muy vivido de nuestra niñez es aquel donde ir a ver una película representaba todo un ritual. Es que antes de la existencia de las odiosas pantallas luminiscentes, de los “dispositivos inteligentes” (nombre a veces contradictorio, sobre todo por sus usuarios poco sociables), esa oscuridad solemne que inundaba aquellos viejos y nobles templos daba comienzo a la inmersión en historias fantásticas, unas veces, disparadoras de risas, otras, pero siempre al viaje increíble que aún hoy representa ir a una sala, a pesar de todas las nuevas “ventanas” de visualización de películas que existen en nuestra hiperinformada actualidad. Aquellos viejos templos del arte de la imagen en movimiento, poco a poco fueron sustituyéndose por dudosas y pequeñas congregaciones religiosas (que son grandes negocios) por un lado y, por otro, por odiosas e impersonales salas multiplex. Algunos se abandonaron a los elementos y a la tristeza. Y otro, particularmente, se transformó en un centro de información y control de los cuerpos de seguridad del Estado. En este último me voy a detener y el lector sabrá perdonar cierto sentimentalismo. Se trata del cine Radio City, ubicado en el bulevar de Sabana Grande. Entre los recuerdos más gratos de esa sala, desde la nebulosa del recuerdo infantil, está lo magníficamente grande que era, con muchas butacas, sus rojos de terciopelo suave, sus brillos dorados por doquier en puertas y manecillas y, lo más recordado, sus dos impresionantes sirenas de torso desnudo que enmarcaban la gran pantalla. Ya en las postrimerías de la adolescencia, la sala sirvió para albergar los Miércoles Insólitos, espacio para dar rienda suelta a la catarsis roquera impulsada por el siempre presente CayayoTroconis. Hoy, afortunadamente, esa tristeza se ha ido rompiendo gracias a la iniciativa progresista y de avanzada de la Alcaldía del Municipio Libertador y el Gobierno del Distrito Capital, donde se han recuperado salas emblemáticas e importantes para la ciudad como los cines Principal, Junín, Ayacucho, Aquiles Nazoa, Parque Central, entre otros, proporcionándoles más espacios de encuentro a la colectividad. Ojalá resuciten el Radio City y su vieja y noble función, con sus voluptuosas sirenas y todo. Marco Santaniello
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CIUDAD
Las arepas de seis sabores no existe en caracas otro lugar como las arepas de la esquina el muerto. con más de una década de vida, se ha convertido en uno de los puntos más convergidos gracias a los sabores de la gastronomía criolla y callejera POR maría betania chacín FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza
Caracas, 1 de junio de 2014.
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06 “Reina, tocineta, pollo, parrilla, molida, mechada, codorniz, salchicha…”, decía uno de los muchachos de Tony mientras este se encargaba de cobrar a los que iban saliendo y de requisar con la mirada a los que iban entrando. “Ensalada de todito, ensalada de gallina, ensalada de atún, tortilla, chuleta”, terminó de recitar —con el mismo tono de voz que un valepié describe la ruta de un autobús— hasta que llegó otra persona y le preguntó: “¿De qué tiene, mi hermano?”.
que alguna vez allí ocurrió, ahora escenifica todo lo contrario. La calle de Gobernador a El Muerto, dos esquinas ubicadas dentro del casco central de la parroquia Santa Rosalía, tiene más de 13 años vendiendo las arepas más peculiares de Caracas: arepas de hasta seis sabores cuyo precio sigue siendo menor que el de cualquier arepera que tenga cuatro paredes. Una arepa de dos sabores cuesta 50 bolívares. De ahí en adelante cualquier sabor adicional son 10 bolívares más.
“Pasen adelante, lo que no hay aquí no existe en el mercado”, repite Tony a lo largo de una noche concurrida para las “triplemente famosas” arepas de la esquina El Muerto. Tony Rodríguez es bastante popular y, aunque no es el más longevo en la venta de arepas en la calle, tiene el negocio más grande de la cuadra: sacrificó el porche de su casa para expandir el local. Tiene a un séquito manejando su fábrica de arepas mientras su único papel es saludar y estar alerta en la puerta, para cobrar y vigilar cualquier anormalidad que la calle traiga. El perfil de Tony pareciera repetirse a lo largo de todos los “carritos de arepa” —son cuatro— que componen la feria de arepas de la esquina El Muerto.
Están abiertos de lunes a lunes, exceptuando los miércoles, día de “parada” para la economía informal, pero los días que más visitas reciben son los jueves, viernes y sábados, donde el trabajo fuerte empieza a partir de las 10 pm hasta la madrugada: la típica arepa después de una rumba. En una noche normal, un carrito puede vender más de 400 arepas y gastar más de 24 kilos de harina en una faena de seis horas. Aunque le llamen las arepas de El Muerto, ahí nadie está triste: un lugar con buena comida y a buenos precios no le queda otra opción que ser un lugar feliz.
Aunque el nombre del lugar no ayuda a Caracas a reivindicarse con sus caminantes, su historia es muy popular y una de las más curiosas. El porqué se puede saber a través de fárragos populares, pero el cuento quedó inmortalizado en un libro llamado La nomenclatura caraqueña, de 1978, donde su autor, Rafael Valery, dice que “durante la llamada Guerra de los Azules, contienda civil que ensangrentó a Venezuela en 1868, hubo un encuentro entre conservadores y federalistas en las propias calles de Caracas (el 24, 25 y 26 de junio) y, luego de una tregua pedida por ambas facciones, fueron enterrados los cadáveres que bloqueaban las calles de la ciudad. Una cuadrilla de hombres comenzó su trabajo de levantar a los muertos, colocándolos en camillas para llevarlos al cementerio, y cuando llegaron a este sitio, un soldado que llevaban a enterrar se incorporó diciendo ‘¡no me entierren, que yo estoy vivo!’, los camilleros se echaron a correr, dejando al ‘muerto’ en la esquina y a su recuerdo en el nombre de esta”.
Tony es el rey de los sabores: nadie tiene más rellenos que él. Pero Ramón Nieves, el carrito más cercano a la propia esquina El Muerto, es uno de los más antiguos de la calle. “Aquí yo empecé vendiendo parrillas. En aquel entonces yo le puse ‘Parrillas y arepas Linda Barinas’, porque soy de Barinas. Tenemos más de 13 años”. Nieves se vino de Barinas a “experimentar para la ciudad” porque no le gustaba el trabajo en el campo, pero Caracas se la puso difícil y lo obligó a rebuscarse para mantener a su familia. Con la convicción de “trabajar en la calle”, Nieves montó su puesto de parrilla en el que, por 1.500 bolívares (de los viejos) servía un plato con “carne, chorizo, chinchurria, morcilla y yuca”. “Pero te voy a decir la verdad: aquí la que empezó fue mi esposa, Marly, vendiendo pinchos y así se fue sumando la gente”.
Va a sonar raro, pero la venta de arepas de la esquina El Muerto es, por excelencia, el lugar favorito de los pacos para ir a cenar: durante toda la noche carros y motos, ya sean de PNB, GNB, CICPC, Bomberos, Tránsito o escoltas congestionan la calle. “Aquí llegan muchos funcionarios. Me imagino que tiene que ver Lo cierto es que su nombre, después de ha- con los precios y la variedad de comida. Quecer referencia a un hecho triste y truculento da cerca un módulo de la Policía Nacional Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 1 de junio de 2014.
en Puente Hierro, también los guardias de El Paraíso y de Maripérez vienen mucho”. Ya adentrada la noche, el sitio se convierte en una completa zona de tolerancia donde se unen la sordidez nocturna característica de la zona, los pacos y algunos borrachines. Según Nieves, lo que más se vende es “chuleta, tocineta, parrilla, carne mechada y reina pepiada”, ingredientes ausentes en las areperas convencionales, salvo la reina y la carne
07 mechada. “Aquí han venido tipos que piden arepas de 5 o 6 contornos y lo más caro que puede llegar a ser una arepa son 100 bolívares. Pero compara: anoche fui a llevar a los muchachos que trabajan aquí conmigo y pasé por una arepera, El Batacazo, y por una arepa de queso telita de este tamaño —arquea sus dos índices y pulgares hasta formal un circulito— pagué 100 bolívares. Aquí te ponemos en una sola arepa chuleta, parrilla (carne) y codorniz y te cobramos 60 bolívares”.
Una arepa de dos sabores cuesta 50 bolívares. de ahí en adelante cualquier sabor adicional son 10 bolívares más —
Aunque algunas veces se ha hecho difícil conseguir la necesitada harina de maíz y han tenido que pagar un alto precio por la especulación, los areperos de la esquina El Muerto siguen siendo solidarios. “Los materiales los compramos en Quinta Crespo, pero muchas veces no se consigue la harina ni el queso amarillo. Hemos tenido que comprar la harina a 30 bolívares. Pero a pesar de todo hemos mantenido el precio de la arepa, porque a la comida siempre se le gana, así uno venda barato le gana. Empezamos a las seis de la tarde y ya a las doce no nos queda nada”. Las arepas de la esquina El Muerto son bastante conocidas dentro de la jerga arepera del centro de Caracas. Es muy común, por ejemplo, que al escuchar una queja sobre el precio, los vendedores de las grandes areperas opten por mandar al cliente a la esquina El Muerto, otra forma de decir “vete al carajo, entonces”.
Caracas, 1 de junio de 2014.
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MÚSICA
El sonero mayor O CUANDO LOS PUEBLOS PERSISTEN EN LA MEMORIA Es tanta la trascendencia de Maelo que se hace breve la fecha para conmemorar su partida. Grande sigue siendo el cariño de sus fieles, ancho su recuerdo e innumerables las imágenes asociadas con el palpitante curso de la música caribeña POR ángel méndez FOTOGRAFÍA fersan
Dicen que el pueblo va desapareciendo con el tiempo. Hablo de “pueblo”, de lo popular, de lo que verdaderamente le pertenece a uno. Eso era Ismael Rivera en Puerto Rico, un pueblo que se va diluyendo con el tiempo. Se lo traga la urbe, la presencia velada de costumbres foráneas. Se infiere por una “conversa” con Danny Rivera, a quien estoy esperando para que me siga hablando de Maelo, cómo su figura se va convirtiendo en retrato, su leEdición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
gendario paso por este mundo que muele recuerdos… Digo que soy un privilegiado. Pude escribir una obra de teatro sobre Daniel Santos y luego entregársela en sus manos. En Puerto Rico me hice amigo del máximo exponente de la bomba y la plena, como lo fue Rafael Cortijo, quien más adelante me presentó al “pueblo” en la propia calle Calma, a Ismael Rivera, al gran Sonero Mayor. Ahorita misCaracas, 1 de junio de 2014.
mo no importa si ese apelativo se lo puso o no el Benny. Si fue en Cuba o fue en Puerto Rico. Ese tema tan sin importancia para este momento, todavía anda en boca de los entrevistadores de oficio, quienes asaltan la palabra cuando se topan con “Chocolate” Armenteros, el eximio trompetista que le armara la Banda Gigante a su primo Benny Moré. En lo particular, a quienes estuvimos cerca de Maelo, lo que nos duele, lo que nos siente, es esa presencia tan etérea que
09 se va enmoheciendo con los años, porque ahora voy descubriendo que las palabras se van poniendo viejas como los mismísimos recuerdos, especie de episodios que uno modifica o trata de fijar ante el embate de los años.
UN LIBRO ABIERTO
No había necesidad de un 13 de mayo para recordar a Maelo. Bastaba que uno trasladara la mente a la Calle 15 o al barrio La Perla para presenciar el culto del pueblo a su “pueblo”. El amor que los de abajo sentían por Ismael Rivera y por su gente, particularmente por doña Margot Rivera García, su madre, quien se casó tres meses antes de cumplir los 17 años y que antes de su muerte, en abril del año 2000, a los 89 años, confesaba orgullosa haber procreado cinco hijos, contar 17 nietos y 13 bisnietos. Vivió hasta su muerte en la misma casa donde parió a Maelo por comadrona, en la Loiza con calle Calma, número 2003. “¡Ay, bendito!, ese cuento ya está rayao, que todo el mundo lo pregunta y voy a tener que compralme una maquinita, tú sabes, para los periodistas que vengan con eso… No, es broma, yo lo digo con mucho gusto”. Pocas veces andaba de malas. Ismael fue siempre un gran tipo, por eso la gente lo quería. Con él no había rollos de comerse unas habichuelas con mofongo o colarse en un lujoso restaurante para saborear alguna exquisitez. Andar de la mano con Maelo era como pasearse con el “Señor de los Anillos”, porque irradiaba magia. La gente cambiaba a su paso. No había quien no se ocupara de él y lo tratara como un rey. Era lo máximo. Doña Margot le sobrevivió. El destino no le infligió el dolor de ver partir a quien más nos quiere, pero sí tuvo que enterrar a su mejor amigo, Rafael Cortijo, su compadre de farras y de trabajo, porque ambos se daban duro con la albañilería. Cuando Cortijo conoció a Maelo, ya este venía canturreando con La Panamericana. Fue con Cortijo y su Combo que Maelo se hizo famoso. Ambos se hicieron famosos y ambos fueron metidos en chirola cuando en 1962, regresando de Panamá, fueron detenidos en el aeropuerto Muñoz Marín por porte de cocaína; Ismael
Esto sí es lo mío fue lanzado en 1978
fue recluido en Kentucky en la penitenciaría de Lexington. Fue juzgado en inglés, a lo que no pudo decir ni pío y le acuñaron cuatro años. Adentro no la pasó tan mal, porque como dice la canción: Me encerraron con siete llaves y allí les solté la bomba, me trataron con siete candados y allí solté un rumbón. Porque la rumba estaba conmigo para aliviarme de las penas con su hermanita la plena y su primo el guaguancó... A Cortijo se le acabaron los días por un cáncer de páncreas el 3 de octubre de 1984. Ismael cargó el féretro desde que salió de la funeraria hasta el propio cementerio. Tenía que hacerlo, era su compadre, era su amigo, era su hermano, era parte de él mismo. No podía haber Cortijo sin Ismael Caracas, 1 de junio de 2014.
e Ismael sin Cortijo; a pesar de que ambos buscaron su propio rumbo, siempre el encuentro era una fiesta. Cuando Maelo reeditó su carrera como el gran sonero que era y los diversos públicos se rendían a los pies de sus “Cachimbos” con piezas como “De todas maneras rosas”, “Las caras lindas”, “Las tumbas” o “El Nazareno”, el dueño de la ruleta le cantaba el “no va más”. Una afección en la garganta se convertía en mortal. En 1983, luego de su última gira por América Latina, donde la voz ya no le respondía, regresó a Puerto Rico para terminar una grabación que quedó a la mitad. Maelo vivió con prisa, pero murió con lentitud y sin mucho espaviento, mirando fijo el televisor en la casa de su madre. Ese miércoles 13 de mayo de 1987, a las 5:15 pm, le tocó a doña Margot cerrar los ojos de su hijo. ¡Vaya usted a saber cuál fue la última imagen percibida!... ¡Ecuajey! Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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MITOS
El Guanábano: Un puente de muerte POR Rocío Cazal ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA
Muchos piensan que es un mito, pero realmente hay amores que matan, tanto que hace un buen tiempo el “mal de amores” se curaba en el puente El Guanábano, ese que queda al final de la avenida Baralt, yendo hacia la Cota Mil, donde la resolución de los problemas no era la reconciliación sino más bien el suicidio. Sí, ese es otro mito caraqueño: se trata de un puente que era considerado el más alto de Caracas y que fue construido para unir la mansión de Antonio Guzmán Blanco, en La Pastora, con el centro de la ciudad. Allí estaba sembrado un gran árbol de guanábano que no pasaba desapercibido por lo frondoso y voluptuoso. De él ya no queda ni la sombra, pero del puente hay muchos cuentos, tantos que se dice que ahí hubo un récord altísimo de suicidios que hasta ahora no se ha superado en ningún otro lugar. No solo de amores se mataba la gente. También la situación económica golpeaba el bolsillo de muchos y, por ende, venía la
Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
desesperación. Por algo se decía que ese era índole, que llegaron a darle fama en otros “el revólver de los pobres”, ya que la ola de países. suicidios que se registraron a finales del siY aunque lanzarse al vacío no es una deciglo XIX no fue normal. sión fácil, muchos lo hacían por desesperanza. La altura del puente ayudaba a estos De tablas a metal El puente fue construido en 1885, 14 años seres incomprendidos, además que abajo antes de que muriera Guzmán Blanco, y al había árboles y vegetación para regalar. principio fue llamado “Puente de abril”. Uno de los cuentos es el de una doña que Como estaba hecho de tablas y mampos- quiso quitarse la vida pero, al caer al vacío, tería, por directrices del ingeniero Muñoz su ropa se abrió como paracaídas y la salvó Tébar, se dice que este colapsó días antes de chiripa. Otro es el de una madre abatida de su inauguración. Otros textos señalan que quiso quitarse la vida, junto con la de que fue más bien el día del acto de ceremo- sus hijos, porque su esposo la abandonó, nia cuando se estremeció y se clausuró in- pero un transeúnte evitó la tragedia. mediatamente. Después, la reconstrucción fue más sólida, con materiales metálicos y Sin embargo, el más comentado en los textos bajo la dirección de un ingeniero de ape- fue el de un polaco que llegó a Caracas solamente para ir al puente y quitarse la vida. Lo llido Ayala. logró y ahí sus problemas terminaron. Desde entonces, era el lugar predilecto de los suicidas, tanto que la mayoría de los Ahora ya nadie le para mucho. La gente lo caraqueños lo calificaban de puente trági- transita y es un puente más del lote. Abajo co. Hasta tuvieron que ponerle vigilancia hay viviendas no planificadas y los suicidios policial para evitar más noticias de esta quedaron en puro mito.
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MIRADAS
Gloria, sudor y arena
los III Juegos suramericanos de playa significaron un éxito para venezuela tanto en lo competitivo como en lo organizativo. una nutrida asistencia transmitió a nuestros atletas niveles de emoción pocas veces vividos en el país para ubicarnos por primera vez al tope del medallero
POR GUSTAVO MÉRIDA
Caracas, 1 de junio de 2014.
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Supongamos que usted es un opositor que no se ha enterado de que Venezuela es campeona de los III Juegos Suramericanos de Playa porque no ve Tves ni VTV; ni lee Ciudad CCS ni Correo del Orinoco y menos Épale CCS; que por casualidad un chavista olvidadizo dejó esta revista en algún asiento en la sede del Seniat y a usted no lo atendieron tan rápido como se merece y, ladillado, vio la revista y la está ojeando y hojeando. Pero usted se emociona con la noticia y quiere saber más.
Llegamos al Complejo Deportivo de Playa Hugo Chávez, en Camurí Chico, justo cuando empezaba el partido de voleibol entre Uruguay y Venezuela en la Cancha 1. Jesús Villafañe e Igor Hernández son los venezolanos. Primer set. Sacan nuestros atletas... ¡y los tres primeros puntos son para Venezuela! Primer día En realidad es la octava fecha de competen- Están jugando muy bien. Simultáneamente, cias luego del día inaugural. Como de igual en la Cancha 2, se enfrentaban los equipos femodo usted se está enterando en este mo- meninos de Argentina y Bolivia. Me distraje viéndolas. Gritos del público: Venezuela 12, mento, siga leyendo. Uruguay 5. Una de las cosas buenas de la vida es trabajar en chor. Inexplicablemente, hay normas En las tribunas hay estudiantes de colegios que impiden esa vaina. Otra de las cosas del estado. Por lo menos dos tienen su propia buenas de la vida es la sensación al ver el banda de samba con bonitas coreografías. El mar luego de salir del túnel Boquerón II. tiempo pasó rápido entre ver a las bolivianas y Si uno se queda callado un momento, re- las coreografías. Venezuela le ganó a Uruguay memora la emoción infantil. Ahora que en dos sets. Luego, Ecuador competiría contra está emocionado, recuerde también que el el otro equipo masculino venezolano y en la hermoso estado Vargas es chavista, com- Cancha 2 los mismos países pero en femenino. patriota opositor desinformado. Entonces, en chor y relajado paso por la zona colonial Los bomberos del estado Vargas también de la parroquia La Guaira. No veo el letrero se encargaron de regar la arena. Veo a Cédel establecimiento. Puertas y rejas cerra- sar “Nanú” Díaz, comentarista deportivo de das. La angustia me obligó a detenerme e Tves. Le grito: “¡Épale, Nanú!”, y el hombre indagar. Falsa alarma: el bar Miami sigue se acerca. abierto pero el dueño estaba haciendo dili—¿Qué más, Nanú? ¿Cómo está la vaina? gencias. Seguimos. En Vargas hay mucha actividad que va más allá de los juegos. Construyen un gimnasio vertical, otro estadio de beisbol. En las pasarelas y/o paradas de autobús hay avisos de bienvenida a los atletas de todos los países participantes. Les dicen hermanos. La patria grande. Brasil tiene casi 7.500 kilómetros de costa. Chile casi 6.500 y Argentina, 5.000. Venezuela, menos. A todos esos les ganamos. ¡Campeones! Ese logro, en una actitud llena de miseria, mezquindad y egoísmo, fue minimizado por los medios de comunicación privados venezolanos. Elco-ño-de-su-madre. Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
—Bien, muchas gracias por la entrevista, aunque ¡estoy al aire! Pero, bueno, dime. Hay una extraña sensación cuando ves por primera vez al locutor o locutora a quien le conoces el registro vocal. —¿Y Lázaro? —Bueno, Lázaro está para España, ya tiene algún tiempo. Ya con más de 80 años de edad le llegó el momento de descansar, de estar con la familia. Ese estilo vibrante, profundo que tenía para narrar el fútbol... pero Caracas, 1 de junio de 2014.
él está pendiente de toda la actividad. Hablar de mundiales en Venezuela es hablar de Lázaro Candal. —¿Te hace falta? —Enormemente, por su cariño, la bondad y la manera como me hizo. Lo que soy actualmente también se lo debo a Lázaro, por su guía, por su pupila y por la manera como popularizó “Nanú”. Y siguió trabajando. En las afueras del coliseo está todo tranquilo. Hay unos pipotes azules de Hidrocapital con agua potable y fría con un letrero: “Para tu hidratación”. También hay vasos. En un puesto de venta de souvenirs, las gorras con la imagen de Peky (una de las mascotas de los juegos) están a 500 bolos. Franelas a 500 y a 600. En otro puesto venden tazas a las que se les puede poner el nombre que quieras al instante. Hay una plaza de las banderas con, obviamente, todas las banderas de los países participantes. El complejo tiene al menos cuatro canchas alternas. César Arregocés es el entrenador de los equipos masculino y femenino de voleibol de playa de Colombia. Estaba tomándose un café. “¿Alguna queja?”, le pregunto. “No, ninguna, para nada, todo ha estado muy bien. El escenario es excelente y la acogida de los venezolanos con nosotros ha sido muy buena. La competencia, dentro de lo normal y, bueno, buscando resultados. Trajimos cuatro duplas, dos masculinas, dos femeninas. Venimos a buscar una medalla con la dupla femenina de las hermanas Galindo y con las otras tres duplas venimos a estar dentro de los ocho”. Apuró lo que quedaba de café y se fue al juego: Colombia contra Uruguay. Para calentar, los entrenadores se colocan del mismo lado de la cancha donde está el equipo contrario. Entonces realizan el saque para su equipo, quien recibe y devuelve el
Foto Jesús Castillo
Ese logro (Venezuela campeón de los juegos), en una actitud llena de miseria, mezquindad y egoísmo, fue minimizado por los medios de comunicación privados venezolanos — balón, así por varias ocasiones. Mientras, la música suena duro. Digamos que es un ritmo parecido a los que salen de las cornetas que dejan sin espacio la maleta de cualquier carro, que se para justo al lado de tu toldo cuando estás en la playa y quieres descansar. Pero aquí sí suena bien. Veo al entrenador de Uruguay preparar su equipo de video para grabar el partido. Las hermanas Galindo se llevaron la de oro. El Club de Abuelos Rosa Paz, de Las Tunitas, está en las tribunas, con las abuelas vestidas de verde, color del uniforme de los voluntarios y voluntarias que le echaron un cerro durante los juegos. En el voleibol limpiaban de arena el balón luego de cada punto, antes del saque. En los descansos aplanaban la arena. “¿Cuántos años tiene usted, señora?”, le pregunto a Juliana de Carrillo, una de las abuelitas. “¡Uf! Te vas a echar pa’ tras: 86. A nosotras nos gusta el deporte y nos divertimos. Somos como 12, o 15, o 20. Y nos vamos cuando terminen de jugar.” Los baños estaban limpios. Saliendo, una señora me pregunta: “¿Queda alguien adentro?”. “El fotógrafo, pero si quieres le digo que se apure”. La profesora Nancy Dalis son-
ríe. Es la coordinadora del equipo de voluntarios del comité organizador de los juegos. Nancy es de Caraballeda y me ve recelosa. “¡Tú no estás grabando nada!”. Parte de su trabajo es verificar que todo esté funcionando bien.
Segundo día
Otro agradable día soleado, bueno para la playa. Esta vez bajamos un poco más tarde, pero antes del mediodía. En esta ocasión las puertas del bar Miami estaban abiertas. “Hay parchita, mora, coco, guayaba, mango, limón, papelón con limón, coctel de frutas, naranja, piña, café, cacao y tomate de árbol”. Estamos hablando de guarapitas. Frutas y aguardiente blanco, sin aditivos, sin concentrado de pulpa de fruta. Hacemos una pequeña, amable y sabrosa degustación. Breve, muy breve, exageradamente breve porque hoy vamos para playa La Punta, en Los Caracas. Confieso que por la tradición (más de 40 años) y por las características de este negocio, hay que dedicarle un trabajo completo para el que me ofrezco como voluntario desde este momento. “¿Qué te parecen los juegos?”, le pregunté al regente antes de irnos. “Caramba, están muy bien. Pudieron escoger otros estados, pero quedó Caracas, 1 de junio de 2014.
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Foto Marcos Colina
Medallero Oficial
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Confieso que he leído UNO DE LOS NUESTROS
go, las olas están buenas, más de lo que nos esperábamos. Nada, contento, motivado, vamos a darlo el todo por el todo para dejar a Perú siempre bien en alto. Estoy en la primera final de long board, junto con mi compatriota Piccolo Clemente, que es el actual campeón mundial. Vamos a divertirnos”, y se llevaron la de oro. Alejandro Pérez es el entrenador del equipo venezolano. Lentes oscuros, gorra. Es un tipo alto que no expresa ninguna emoción. Le pregunté si estaba nervioso. “No, para nada. Estoy seguro y confiado de que mis atletas están haciendo un buen trabajo”. Alejandro está muy pendiente de todo lo que ocurre. Cuando ellos pasan al trote con su tabla para volver al agua les dice que lo tomen con calma, que se hidraten. Pero la adrenalina hace efecto y el entrenador, al fin, hace un gesto universal que denota que, al menos, un poquito de nervios tenía.
en Vargas y quedó muy bien por lo siguiente: van a apurar el desarrollo de la faja costera. Te voy a ser franco, y esto no es campaña política: se nota la diferencia con este gobernador. Ese señor está haciendo cosas con un nivel profesional. El coliseo, el estadio que va a llevar el nombre de una persona insigne de aquí, “Café” Martínez, el gimnasio vertical...”, e iba a seguir enumerando pero había que irse. Las guarapitas... para llevar y nos las tomamos en Caracas. Mediodía: llegamos a Los Caracas. Día hermoso, sin ninguna nube. Un surfista pasa caminando de prisa. “Pana, ¿tú estás compitiendo?”. El surfista asiente sin detenerse. “¿Te puedo hacer unas preguntas?”. “¡Pero muy rápido!”. Empezamos a trotar juntos. Es Juan José Corzo, de Perú. “En mi país hay olas mucho más grandes, el Pacífico tiene más agua, más poder. Sin embar-
Las competencias de surf tienen ciertas características: heats o mangas de 20 minutos, en los que los atletas podrán montar un máximo de diez olas. Clasifican según el puntaje que otorguen los jueces y a los atletas se les identifica por sus colores. A través de un poderoso sonido se va describiendo cuál competidor está en la ola y cuántos puntos le faltan para poder clasificar. En la sombra, el público con banderas venezolanas apoya a los nuestros. Este ritmo de competencia es distinto, te da tiempo de reflexionar. Como espectador se siente una tensa calma que se diluye cuando el surfista venezolano está en la ola. En voleibol, los venezolanos obtuvieron medallas de oro y bronce. En surf, ganamos una de oro. En total fueron diez de oro. ¡Campeones! Como no sabes nada de esto, opositor desinformado, te lo adelanto por si acaso te da pena que te vean leyendo una revista editada por la Alcaldía de Caracas. El presidente Nicolás Maduro afirmó que este evento deportivo, y hermoso, también es de paz. Los próximos juegos serán en Perú. ¿Saben qué es emocionante? Ver a un grupo de atletas de tu país, en tu país, en la orilla de la playa, reunidos en círculo con su entrenador. Se dicen cosas, juntan las manos y las levantan al mismo tiempo mientras gritan: “¡Venezuela!”. Caracas, 1 de junio de 2014.
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Claude Wheeler abrió los ojos, antes de que el sol hubiera salido del todo, y sacudió enérgicamente a su hermano pequeño, que estaba tumbado al otro lado, en la misma cama. —¡Ralph!, Ralph, ¡despierta! Willa Cather. Uno de los nuestros
Con esta novela, la narradora estadounidense Willa Cather —Virginia, 18731947— ganó el premio Pulitzer en 1923. Ahora es cuando estamos conociendo su traducción. Claude Wheeler es el personaje central. Desde el campo —una granja—, en Nebraska, comenzamos a conocer a su familia y su encuentro con la realidad demasiado tranquila del pueblo, sus estudios en una universidad religiosa, su relación con la familia y los amigos y, luego, su ida a la guerra. Claude entiende que en el campo su vida estará cargada de rutina, por eso, cuando se entera de que los alemanes avanzan hacia París, pide participar en la guerra y se marcha en barco rumbo a Europa. En esa travesía comienza a encontrarse consigo mismo, a descubrir otras formas de enfrentar la vida. Así, Claude, talentoso y queriendo asumir su nueva vida, va ganando amistades y confianzas en el grupo de soldados donde se encuentra. Willa Cather, en una entrevista que le hicieron en 1913, dijo: “A veces me da la impresión de que muchos escritores pretenden multiplicar sus ideas en vez de simplificarlas; quieren escribir una historia de cada idea que se les ocurre. Tanto si se trata de un pianista, de un pintor o de un escritor, el arte debería simplificar, ese es para mí el objetivo del proceso: simplificar sacrificando muchas cosas que, en sí mismas, resultan interesantes y agradables”. Y eso es lo que hace en esta novela Willa Cather: simplificar. Hace de la vida de Claude una vida interesante, una vida cargada de nuevas posibilidades. También Claude, a medida que va conociendo otros valores, otros aspectos, va recordando su casa y su familia porque ahora sabe que está en otro espacio. Esa vida que la familia, la sociedad, la religión estaban entorpeciendo, ahora encuentra otro sentido. Roberto Malaver robertomalaver@gmail.com
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AUTOR: Israel José Quintero WEB: israelquintero01@hotmail.com
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minicrónicas
deportes callejeros FOTOMONTAJES asdrúbal briceño
Cambiar un trago puede ser una piña
La única vez que en mi vida me caí a golpes fue cuando, a los 16 años de edad, llegué temprano al liceo Fermín Toro, donde estudiaba quinto año, y una chama, junto con otra grandota, me agarraron a “piña limpia”. Entre las dos pensaban joderme, en una pelea desigual, porque a una de ellas le gustaba mi jevo (con quien duré 15 años), pero la adrenalina me dio por torcerle el seno a una, mientras tiraba fuertemente de las greñas a la otra. No pudieron conmigo y la que me odiaba salió llorando. Desde ese entonces, en el liceo me gritaban por los pasillos: “Allá va Rocky”, por la famosa película del boxeador. Jamás en mi vida había pensado caerme a golpes y mucho menos después de vieja, hasta que llegó el Festival de Teatro de Caracas, un evento maravilloso que ofreció como alternativa obras y música en todos los espacios recuperados. Sin embargo, no todo es color de rosas. La noche que se presentaron Dimensión Latina, Watussi y Natty y su Orquesta en la plaza Diego Ibarra, toda Caracas estaba allí. No estaba tomando bebidas alcohólicas por cuestiones de salud, pero mi hermano sí. Se acercó a una de las tiendas y pidió un trago. La chica le atendió mal y a pesar de que le indicó que le había colocado demasiada azúcar, mantuvo una actitud retadora. No Me gritó y malandreó: “Bueno, ¿qué es lo que quieres?”. Al decirle, ya molesta, que no le cambió el trago. me gritara, me tiró el vaso y me dijo: “Ahora Para no tener problema, mi hermano me no te cambiaré nada. Te quedas sin trago”. pidió que se lo cambiara. Ninguno de los muchachos de la tienda me atendió y le di- Molestísima, le indiqué que me devolviera jeron a ella que lo hiciera (después mi her- el dinero y, no contenta con haberme tiramano me dijo que se trataba de la misma do la bebida, me lanzó la plata de la manera tipa). Le pedí que, por favor, me cambiara más vulgar. el trago porque tenía chinotto y mucha azúcar. Me dijo que no, que me lo tenía que to- La trifulca se formó, por supuesto, pues la mar porque yo pedí eso. Le repetí que no adrenalina hizo que le respondiera tirándopodía tomármelo, que lo probara para que le los potes de salsas que estaban en el mostrador hacia su lado. comprobara lo terrible que sabía. Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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Ante esto, salió e intentó caerme a golpes. La gente que estaba allí nos separó y me dio la razón porque, al parecer, no era el primer problema que ella había tenido con el público. Trabajar con el público es muy difícil y más si hay consumo de bebidas alcohólicas. Es delicado, pero en este caso se trató de alguien que atropellaba a la gente, acumulando puntos para que alguien le diera su “tatequieto”. POR rocío cazal
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I love this game
Jamás pensé que mis años de caimanero me prepararían para afrontar la estación Plaza Venezuela del Metro de Caracas a las 7 am. La llegada de un tren vacío provoca una histeria colectiva en la que hay que hacer uso de la cintura, las piernas y los codos para desplazar y no perder la posición, o el tren. Las mujeres, al más puro estilo de Barkley, Rodman o el criollo Estaba, todos insignes reboteros, juegan duro y más de una le agarra el rebote a hombres con más peso y estatura que ellas. Esas mañanas, sin duda alguna, son más exigentes que cualquier juego de la NBA o de nuestra Liga Profesional de Baloncesto.
El baloncesto es un deporte que siempre me ha apasionado. Muchas han sido las caimaneras que he jugado, algunas con saldo negativo; en otras, he sido el protagonista al liquidar la partida con un tiro. Para los que no conocen el juego a fondo, el baloncesto no solo consiste en meter el balón en el aro; existen numerosas jugadas y estrategias. Asimismo, se debe poseer una excelente condición física. Este deporte es de mucho contacto, en especial durante el juego debajo de los tableros, donde hay que tener un buen juego de piernas, además de saber usar la cintura para desplazar a los jugadores contrarios y ganar la posición. Por supuesto que la estatura y la fuerza física son determinantes, aunque la astucia y maña No solo debes estar pendiente de tu cartera, también rinden frutos. bolso, celular y de no ser aplastado contra el
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tren, sino que debes atacar la zona con todo para ingresar al mismo y en ese camino hay no menos de cien personas que te arañan, te empujan, se guindan, te meten el pie y te dan codazos. Cantar foul no es una opción. Recuerden: this is street ball. En el baloncesto es más sencillo, solo cinco personas se interponen entre el aro y tú, además que tus compañeros de equipo te ayudan en tal empresa. En fin, si en el pasado hubiera sabido de toda esa locura subterránea que significa viajar en Metro por estos días, me habría tomado la tarea de practicar rugbi y algún arte marcial. POR Cherlys Ernesto Correa
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ENTREVISTA
ÁNGEL PARRA LLEGÓ A MIRAFLORES EN 2006 FUE DENOMINADO COMO “El Pintor de Francisco de Miranda del siglo XXI”. ADEMÁS, CREÓ UN JUGUETE DEl precursor Y SIGUE CON LA ESPERANZA DE TERMINAR SU COLECCIÓN DE TODOS LOS PRÓCERES, EN la QUE TAMBIÉN INCLUIRá AL COMANDANTE CHÁVEZ POR kay yam hung Fotografías camille briceño
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21 Ángel Parra nació en Cabimas, estado Zulia, el 2 de octubre de 1950. Cursó estudios en la escuela República de Panamá, en el estado Vargas. A temprana edad, Parra se destacó por sus obras en el casco histórico de La Guaira y, en los años 70, muchos de sus trabajos fueron impresos en la revista Tricolor, destacándose el cómic “Alado y los bucaneros”. Expuso en la década de los 80 en diversas galerías de arte venezolanas e internacionales como la New Horizonts de Miami y New York, con cuadros alegóricos a la comunidad goajira, paisajes de Venezuela y algunas obras inscritas en el surrealismo. Es autor de más de 70 murales sobre temas históricos realizados de 2005 a 2008 en toda el área metropolitana de Caracas, entre los que destaca la figura del Generalísimo Francisco de Miranda, que se han convertido en referencia por emplear la técnica del cómic. —¿Por qué Miranda?
—Cuando comencé a estudiar en Vargas, en algún momento me llaman a la dirección, porque nadie es santo, y cuando entro me consigo con un cuadro de Michelena que me impresionó mucho. Aunque el cuadro era una reproducción de unos escasos metros, yo lo recuerdo como si tuviera unos 15 metros, inmenso e impresionante para un muchachito. Desde ese momento comenzó mi inquietud por ese personaje histórico. —¿Cuándo hiciste tu primer mural sobre miranda?
—Estaba presentando un proyecto a la Alcaldía Mayor, en aquel entonces la llevaba (Juan) Barreto, y gustó tanto mi trabajo que me preguntaron si era capaz de hacerlo en murales. En principio eran varios personajes históricos, pero yo me incliné por Miranda. El primero lo hice en el liceo Pedro Emilio Coll (en Coche), pero ya se borró. Cada mural cuenta una historia que viene complementada con una leyenda que les coloco a los lados, junto a un ícono de Miranda ilustrado como cómic. Una vez estaba pintando uno y pasó un borrachito que dijo: “¡Coño, chamo, ese Batman sí te está quedando arrecho!”.
ocho gigantografías para la exposición “Miranda y su tiempo”. El presidente Hugo Chávez, al ver estas obras, pidió que se las hicieran llegar en original a Miraflores. El director de la GAN para ese momento, Ángel Duque, bautizó al artista como “el Por su trazo particular, Parra fue con- pintor de Francisco de Miranda del siglo tactado por la Galería de Arte Nacional XXI”. (GAN) en 2006, que estaba próxima a ser inaugurada como el museo más grande —¿Cuánto tardas en hacer de Venezuela y uno de los más grandes un mural? de Latinoamérica, para realizar ocho ilus- —El tiempo lo determina la complejidad traciones en óleo, de las que se hicieron del arte y puede variar de tres días a una Confiesa que desde que abrió los ojos, dibujar ha sido su trabajo. Incluso, cuando estaba en el colegio, las maestras lo buscaban para hacer las carteleras, aunque de vez en cuando le jalaban las orejas.
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De Socarrás a Puente Yánez se puede apreciar el estilo de Parra. foto jonathan mendoza
semana. Hice, de Miranda, como 50 en Ca- —¿cómo va el proyecto? racas y en total unos 58; claro, se han ido —Te cuento que me fui hasta China y logré borrando con el tiempo. que una fábrica me hiciera la reproducción. A pesar de que allá es difícil que fabriquen Por aquí cerca todavía existe el que hice en tan pocas, conseguí que me hicieran 2.500, una pared, ese me llevó una semana hacerlo que era lo máximo que permitía mi presupuesto. Cuando llegué a Venezuela se las con dos ayudantes. mostré a muchas instituciones, pero poca atención obtuvo. Sin embargo, una vez el —¿Cómo es la receptividad mismo Chávez tuvo una en sus manos. de los vecinos cuando haces uno? —Me ha pasado de todo. Cuando llego, casi —¿Cómo hiciste? siempre me rechazan, pero luego ven qué —Mi hija y yo nos coleamos en un prograestoy haciendo y se acercan. Me han llevado ma de la mujer. Cuando Chávez la vio dijo: hasta comida; otros han participado ayu- “¿Y quién es este?”. Lo abrió e inmediatadándome a pintar. mente reconoció a Miranda. Al presidente le gustó mucho y dijo que había que apoyar Hace siete años Parra elaboró un juguete de ese proyecto, pero hasta ahí quedó. Francisco de Miranda a partir de sus diseños e ilustraciones, como parte de un pro- Parra cuenta que en diciembre pasado el yecto personal que llamó Héroe real. vicepresidente Jorge Arreaza también lo Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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mencionó, y es que para esa época la especulación con los precios de los juguetes era un exabrupto: una Barbie podía salir en Bs. 2.300, mientras que Miranda costaba Bs. 750. —¿CUÁL ES TU INTENCIÓN COMO ARTISTA?
—Siempre trato de inculcar la historia. A los niños no les gusta, pero si la enseñas con imágenes y figuras de cómics, sí, se la leen y hasta se la aprenden. Con los murales también buscaba hacer lo mismo. —¿BUSCABAS?
—Hace falta apoyo del Estado, principalmente en la difusión. Más talleres, convocar a los artistas, tomar las plazas; podría haber una galería de pintura, una muestra, ponerlos a participar y que sea hecha por ellos. Algo que sea constante y permanente.
Filo y borde Los tres tatuajes de Vladimir Acosta. Ya uno sabe que toda novela po-
UN ZULIANO IMPRESIONADO POR MIRANDA Ángel Parra tiene 64 años, pero no los aparenta. Con mucha vitalidad, habla de sus deseos. —¿Qué sueñas? —Quiero hacer una exposición itinerante de Miranda. Hacer películas de nuestros próceres. Aunque las hay, yo quisiera hacer un cómic, que es lo que me llama la atención. —¿Qué recuerdas de tu infancia? Me sentaba en el lago de Maracaibo y pintaba los barcos. —¿Cuál es tu poeta y poema favorito? —Desde siempre Andrés Eloy Blanco y su poema “Píntame angelitos negros”.
—¿Cuál es tu música predilecta? —La música tradicional venezolana, sobre todo la llanera. —¿Qué defecto te quitarías? —El ser muy disperso. —¿Te arrepientes de algo en tu vida? —La verdad es que de nada. —¿Cuál es el mejor consejo que has recibido? —Pienso que todos los consejos son buenos. —¿Qué es para ti un mural? —Arte para todos. —Defínete en tres palabras —Soñar con ideas fijas... Y pintor, toda la vida he sido pintor.
Caracas, 2 de junio de 2013.
licial debería tener un final sorprendente y la nueva novela de Vladimir Acosta lo hace, cumple con el requisito y sorprende con una dosis de humor y con una apego a rasgos de nuestra forma de ser que justifican la sorpresa y la transparentan. Una vez leída, Los tres cadáveres tatuados resulta como una taza de café amargo. No se puede dudar del agrado y uno pasa un rato largo con ese sabor sin querer quitarlo. Como suele ser Acosta, nos brinda una narración que no quiere entregar lisonjas a nadie, ni siquiera a la realidad. Así que no hay ningún efecto de maquillaje para esas condiciones duras donde la violencia es una forma de vida, un camino, una actitud, quizá una ética y, en ocasiones, la única alternativa posible. Sin duda es una narración que nos toca con profundidad y que nos obliga a revisar la sociedad en la que vivimos y a mirar con detenimiento, y sin ingenuidad, la realidad que nos ha correspondido frecuentar. Logra obligarnos a mirar ese panorama con sorpresa, con temor, pero con indiscutible y corrosivo humor nacido allí, en plena morgue, en pleno dolor, en circunstancias tan fuertemente humanas que se acercan a unos límites en los que la deshumanización puede nacer sin que nos percatemos de cuándo se produjo el cambio. Todos estos efectos los coloca Vladimir Acosta sin descuidar, ni por un solo momento, que su campo de acción es el de una novela. Para mayor concreción, una novela policial. Y lo logra. El resultado es una lectura difícil de soltar y el reto de intentar descubrir el misterio propuesto antes de que el narrador lo revele. Es también una obra muy visual y sonora. Una novela que nos pone a recorrer Caracas con sus límites sociales, culturales y territoriales. Una ciudad que no logramos explicar cómo se hace una sola si exhibe de manera tan radical sus diferencias y sus fronteras. Es, a fin de cuentas, una incursión muy interesante del escritor en un género distinto al que nos tenía acostumbrados y que, a pesar del cambio de lenguaje, enfoque, visión y objetivos, no descuida jamás el rigor en la escritura adquirido en su constante dedicación a la investigación y la docencia. Freddy Fernández @filoyborde
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
Una alcabala de las buenas para comer y compartir POR Rocío Cazal FOTOGRAFÍA Camille Briceño
Uno de los lugares preferidos que teníamos un grupito de los que estudiábamos Comunicación Social en la UCV —hace unos buenos años- era el restaurante Alcabala, en La Candelaria, pues estaba en nuestras posibilidades de pago y nos daban buenos pasapalos mientras tomábamos unas birritas para bajar el estrés de los exámenes y del trabajo. Ahora la cosa sigue funcionando con la misma tónica: si vas a tomarte unos traguitos, te pondrán un consomé, bolitas de carne, empanaditas, paticas de camarones o alitas de pollo. Siempre te darán buen trato a cualquier hora del día. Pedro, por ejemplo, es uno de los siete mesoneros que siempre te atenderá bien. De hecho, ahora es uno de los encargados, cargo
bien ganado, pues conoce cada paso del Ahora, algunos precios de platos que allí restaurante. ofrecen pueden darte un buen sustico, aunque en comparación con otros restaurantes Vino, mariscos y fútbol dedicados a este tipo de comidas, resultan La especialidad de la casa es la comida es- más bajos. pañola y los comensales lo que más piden, por ende, es asopado de mariscos, paella, Lo que sí digo es que vale la pena comer allí, bacalao, arroz a la marinera, fideguada y pues desde que entras el olor a mariscos te impregna de tal manera que te provoca comer callos a la madrileña. de todo. También el valor de los vinos resulta Sin embargo, si eres carnívoro o estás a atractivo: siempre tienen promociones y esta dieta -como le ocurrió esta vez al equi- vez que fuimos le tocó a Don Valentín, un po de la revista-, puedes pedir una par- tinto argentino que ofrecen a 399 por botella. mesana de res con dos contornos a un ¡Nada mal para como está en otros locales! precio asequible de 144 bolívares o un bistec de solomo a la plancha con yuca Apenas te sientas te ponen tu cesta de pan, por 212. Eso sí, te lo darán como lo pidas, limones troceados, mantequilla en cuaasí que, si lo quieres término medio, sal- dritos, servilleta y sal. El picante y la guasacaca también forman parte del menú. drás contento (a).
RECETARIO DEL PELABOLA
Para que nunca le falte… POR Malú Rengifo malurengifo@gmail.com
Pelabola solidario no está solo ni en la muerte. Cuanto más pelúa tiene una situación, más pelabolas a su alrededor habrá juntando los churupos para echarle una manito. O pa’ llevarle comida. O invitándole a desinfectar algún despecho con el más barato alcohol del más decadente botiquín de callejón que se consigan, pero de que no le falta ayuda, se lo juro por este montón de cruces (+++), no le falta. La razón de este fenómeno curioso es una sola: la gran solidaridad hacia los demás que desarrolla quien ha pasado las de Caín buscando su lugar en esta Caracas, que tiene tanto de bella como de Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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o ir le e sg ab ed rie u el u p p s A Im Se Calidad Plaza la Candelaria
Restaurante Alcabala
Precio Ambiente
Plaza la Candelaria
Atención
Es un lugar realmente acogedor que ya está preparado para el Mundial de Fútbol, no solo con las banderitas sino también con los cinco televisores que siempre están prendidos para que los comensales disfruten de cualquier evento deportivo. Es por esto que este restaurante, que queda entre las esquinas La Cruz y Alcabala desde hace 40 años, cuenta con clientela fija, sin contar con los que llegan a conocerlo y vuelven a visitarlo. Eso sí, el local abre de 12 pm a 12 am y a veces la casa se llena, así que hay que tomar previsiones para cualquier caso.
exigente y que nos pone a todos a parir para lograr vivir de forma usted, por azar, justamente en el momento en que más necesitaba digna (aunque no se tenga tal o cual apellido, o no se haya nacido ese vecino de su ayuda. suficientemente al sur-este de la ciudad), hace posible que establezcamos estrechos lazos de cooperación pelabola. Hasta donde se lo permitan sus capacidades, y a veces un poquito más, sea un buen pelabola y comparta con cualquiera que necesiA eso es a lo que le tiene miedo la escualidera. Cada vez que te un poco de su alimento, desde el afecto y la empatía, tal como un opositor denigra al pueblo cubano diciendo que “para poder lo enseñó el primer pelabola de la historia, Jesucito; que aunque celebrar una boda toda la vecindad se une y cada quien pone lo pinten catire, blanco, rozagante y bien vestido, si las cosas son un huevo, un poco de harina, un poco de azúcar para la torta, como las cuentan, si nació donde nació, es más probable que haya ¡qué horror!, ¡fo!, ¡fin de mundo!”, está rechazando un acto que, sido bien moreno y que haya andado pobre, zarrapastroso, sudao, lejos de ser un símbolo de miseria, da cuenta de una gran riqueza violinúo y que tuviera las manos llenas de callos de tanto trabajar humana. Vecindarios donde todos se conocen por sus nombres, con la madera. Aun así, el loco agarró una canilla y la picó en un donde la gente se ayuda, donde se invitan a las fiestas y admiten montón de pedazos, uno para cada uno, porque todos tenemos que el solo hecho de compartir entorno es suficiente para conver- las mismas necesidades y lo justo es que todos las tengamos cutirse en familia. biertas por igual. Haga la prueba: si usted no conoce a sus vecinos, la próxima vez que cocine algo sabroso prepare una viandita y regáleles un poco de su comida. No hay gesto más bonito que el de compartir el alimento, la necesidad más importante que todos tenemos en común. Nadie rechaza alimento nunca jamás, y puede que llegue
Todos los pataenelsuelo que han hecho historia, han dejado un mensaje de solidaridad a la gente de este mundo. Dar es el primer mandamiento pelabola y, aunque no se trata de ser interesados, hay otra verdad infalible que viene detrás de esta: todo el que da, recibe.
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SOBERANÍAS SEXUALES
La sublevación de los cuerpos bellos POR Yosjuan Piña Narváez @erchos ILUSTRACIÓN nathaly bonilla
El mamimeo criollo le quita “la fealdad” al chavismo. Gigi Zanchetta, Layla Succar y Daniella Cabello se encargan de ello. Una concentración de queratina, rubio platino y un poquitico de bótox. La hipersexualidad de cuerpos femeninos perfectos producidos en socialismo, con el remanente de corporalidades amamantadas por las telenovelas de Leonardo Padrón, se tongonean en el video de la canción del Mundial 2014 producido por la Televisora Venezolana Social (Tves). La textualidad de esos cuerpos que se mueven alabando la copa del mundo comunica no solo una apología a la industria deportiva que arrasa con las economías de países periféricos; también muestra la ideología de los cuerpos, nada diferente a la explotación heteropatriarcal de la industria capitalista. La erotización del mercado que sexualiza zapatos, placenta de oveja, cervezas y grifos para la ducha con la trilogía perfecta: tetas de 900 cc, culos pinchados y ese no se qué que es el mamimeo venezolano, que se expresa al inclinar el rostro y colocar la mano en la cintura al momento que alguien dice “¡foto pa’l feisbu!”. La erotización del cuerpo femenino y la belleza blanca en el video de Tves sobre el Mundial pasa por reproducir la mujer florero, esa que adorna, que posa, que toma el balón con sutileza para no dañar sus uñas de gel; esa que sonríe con una dentadura perfecta pero no sonríe demasiado para no comprar a temprana edad crema anti-age. Es la mujer que no tiene fuerzas para patear un balón. Reyna Lucero, que es una señora gorda; Rodbexa, que tiene cabellos rizados, y Lucía Valentina son la responsabilidad social del canal. Estéticas inapropiadas con algo que oculte las imperfecciones. Las soberanías sexuales y corporales pasan por pensar cuándo un cuerpo nos resulta sexy y cuándo no. Con toda la manufactura de belleza que tenemos y que deseamos, no me excluyo de esta colonización de la estética. Es jodido, pero no es imposible producir/recrear nuevas formas de organización de lo posible en los cuerpos que tenemos, que deseamos, en las formas, en los aromas de placer y las visualidades de displacer: lo gordo, lo “amorfo”, lo negro, lo no depilado, lo raro, lo incómodamente bello, a lo que no estamos acostumbrados, mientras la corona del Miss Venezuela siga en nuestros imaginarios.
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NOVELA
Piedra de mar (VIii) POR FRANCISCO MASSIANI Ilustraciones OSCAR HERNÁNDEZ
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Quizás escribiendo de estos días, pueda hacer más tarde una novela. El argumento sería el siguiente: Yo —así le doy un tonito de siglo veinte— un personaje que quiere escribir una novela, y para conseguirlo, se marcha a casa del amigo (José sería el amigo. Y no te calientes. Te trataré lo más generosamente posible). Y escribe, o escribo mejor dicho, todo cuanto ve, observa, siente, durante los días que permanece en el departamento del amigo (José). Sería la novela de las vacaciones de esa gente (de nosotros, y no es coba; porque estamos de vacaciones). Y sería la novela de estos idiotas. Lo malo es que posiblemente vendría resultando la novela una idiotez cuádruple. Pero no hay que deprimirse. Flautín tiene razón. “Si vas a escribir, tienes que comprender que escribir es sufrir sin reposo”. Bravo, viva Flautín. Viva yo... Qué asco. Jania, Jania... ¿Me perdonarían mentir por cuatro páginas? Sucede que me siento triste. Entiéndanme. Quiero ver a Jania. Pero Jania está casada. Eso es lo malo. Cuando yo conocí a Jania, estaba soltera. Era una muchacha alegre. Feliz. Era tan feliz que tenía tiempo para leer poemas. La he visto. Se los confieso. La he visto en la calle y está arrugada. Solo han pasado meses desde la última vez que nos encontramos. ¿Por qué diablos tenías que casarte? Es cierto, mi pequeña ardillita, que yo me enamoré de Carolina. Pero por eso no tenías que casarte. ¿O te casaste porque tenías muchas ganas? Un día, recuerdo que un día, Jania me dijo:
Me imaginaré una llamada telefónica y digo: —¿Está Jania? —y me dicen: —Sí, sí está. Espérese un momentico. —¿Aló? —es Jania. Conozco su voz. Me gusta su voz. La saludo: —Qué hubo, Jania. —¿Es Corcho? —Sí. ¿Cómo estás? —...No tan bien como tú. ¿Qué te has hecho? —Por ahí... ¿Pero qué vas a hacer esta tarde? —Nada. ¿Por qué? —Qué tal si nos vemos. —Bueno. ¿Por qué no vienes? —Okey. Ya salgo. Espérame... ¿Hay mucha gente en tu casa? —No. No están. Salieron. —¿Los Atilas? —Sí. —Okey. Chao.
—Estoy tan cansada de estas costumbres Digo, ella dice: que me provoca salir a la calle y hacerme pasar por puta. —Chao. Así mismo me lo dijo, y lloraba. Ese fue un ¿Sería así? día que no la dejaron ir al cine conmigo. ¿Habrán sido las ganas? Jania, tú sabes que O bien: yo soy bastante ingenuo. Aún hoy me es difícil comprender por qué te casaste. —¿Aló? —es ella. ¿Me permiten mentir un poco? Lo único —Qué hubo. Qué tal, Jania. Es Corcho. que haré es escribir imaginariamente de un encuentro con Jania como si fuera la —Sí. Ya sé. muchacha de antes. Como si estuviera soltera y alegre. —¿Hay gente? Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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—No. —Bueno. Allá voy. ¿No es cierto, Jania? Me acuerdo que antes de llamarla ya estaba ardiendo y el macho se erizaba. Apenas oía su voz, salía corriendo para su casa. Lo haré imaginariamente. Conozco el recorrido. Lo he caminado ya trescientas veces o más: hay una casa con techos rojos que tiene un balcón azul. Hay una pequeña plaza donde a las siete de la tarde se sienta un anciano con sombrero gris. El anciano siempre me veía pasar. Yo lo miraba un poco. No mucho. El anciano cabeceaba, y yo lo saludaba militarmente con una mano en la sien. ¿Se habrá muerto? La plaza. La casa del balcón verde. El jardín de tu casa. El perro de la casa de enfrente lamiendo su sombra, o el cemento. El saludo:
deja el café sobre la mesa del centro, regresa a mí y se sienta sobre mis rodillas. Le beso el cuello, los hombros. —Por favor, Corchito... La frente. Los labios. Las mejillas. Su lengua entra en mi boca y se enreda en mis muelas. Ya no sé de mí. Pertenezco a un tibio cosquilleo que culebrea en mi vientre. Jania se separa y se acomoda el cabello: —Oye vale...
Reída. Feliz. Pero Jania. ¿Por qué tenías que casarte? ¿Qué importancia tenía que yo amara o no a Carolina? ¿O es que esos ratotes no eran sabrosísimos? Lo malo, Jania, es que yo terminaba siempre con un dolor humillante en las que cuelgan y tenía que sacudirlo por mi cuenta. ¿Me oyes? Ni si—¿Qué hubo? quiera sé si a las mujeres les sucede igual. Interrumpiré mi imaginaria visita a casa de Luego un abrazo. Nos sentamos. Nos besa- Jania para llamar a Julia. mos. Te retiras un poco. Yo vuelvo a abrazarte mordiendo tus labios. ¿Te acuerdas? —Julia... Jania fue la muchacha que primero besé en mi vida. Jamás olvidaré esa tarde. En mi ¿No? A ver qué les ocurría a las mujeres vida había temblado tanto. Eran sacudidas cuando besaban demasiado y como única de huesos y nervios como para matarte. Fue respuesta me dijo: un día maravilloso. Pero, bueno. Estamos en casa de Jania. Le veo sus piernas. Sus se- —Nos sentimos felices. ¿Por qué lo pregunnos, que aún conservan restos de talco. Está tas? Tú como que estás loco... recién bañada y es feliz. Tan feliz que provoca meter un gol. Jugar ping-pong. Saltar y Después le pasó el teléfono a José y José me guindarse de la lámpara. Pero me contengo. rogó que dejara el fastidio. Jania se ha levantado a prepararme un café. Yo dejo el sofá y camino hasta el tocadiscos. Recuerdo esa tarde, la primera que salí con Allí busco el disco de Vivaldi o de Harry Be- ese extraño dolor. No sabía qué me ocurría. lafonte y hundo el botón donde dice “on”. El Pensé que se trataba de ganas de orinar replato gira, y el disco cae y lo tapa. El brazo primida. Hice pipí, pero me dolieron igual. busca la orilla del disco y la aguja entra en Mejor dicho: me dolieron muchísimo más. la ranura. Se oye “gruuuuuuu” y al fin se oye Llegué a casa desesperado y pensé que se Deee Oooooo is e de eee ooooooo. Regreso al trataba de una enfermedad grave. Palabra sofá y el calipso me ayuda a esperar a Jania. que no estoy hablando en broma. Llegué a ¿Qué hubiéramos hecho nosotros sin músi- casa asustadísimo, y estuve registrándome ca?... Un minuto. Dos. Tres. Jania aparece y toda la noche. Al día siguiente ya no me dodomina la sala. Mientras, yo le observo los lían. Pero el dolor volvió, y convencido de dedos que se asoman sobre la suela de sus que no tenía más de tres semanas de vida, sandalias. Tiene las sandalias puestas. La llamé a Marcos y se lo conté. Marcos se escamisa de hombre amarrada salvajemente tuvo riendo cuatro horas seguidas. Hasta sobre el ombligo. Está preparada. Apenas que me explicó que se llamaba “cojonera”. Caracas, 1 de junio de 2014.
¿O te casaste porque tenías muchas ganas? Un día, recuerdo que un día, Jania me dijo: —Estoy tan cansada de estas costumbres que me provoca salir a la calle y hacerme pasar por puta.
—Siempre pasa. Olvídalo. Desde ese día yo trataba de evitar los besos demasiado largos. Y siempre terminaba con el maldito dolor. Era horrible. Tenía que caminar como veinte cuadras con las patas abiertas, y descansar cada tres segundos. ¿Te acuerdas Jania? ¿Te acuerdas del día que me acosté en tu cama? Una tarde que habían salido los Atilas a comer a yo no sé dónde, Jania me pidió permiso para ir al baño y se encerró. Apenas entró en el baño, me metí en su cuarto y me arropé bajo las sábanas. Cuando entró, se rio y le expliqué que tenía fiebre. Quería una aspirina y una pila de cosas más. Ella salió volando a conseguirme las asquerosas pildoras. Cuando volvió a dejarme solo, me desnudé y volví a arroparme con la camisa y el pantalón bajo la cobija. Ella creyó que aún estaba vestido. Se sentó en la cama, me hizo beber un bendito té y se acostó al lado mío. Entonces, palabra que comencé a sentir fiebre de verdad verdad. En serio. Estaba temblando, y góticas resbalaban de mi frente, y las piernas y las manos sudadas y todo Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
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el cuerpo sudando, y yo temblando, y era miraba su perfil en el inmenso ventanal que se abría sobre el Ávila. Fue el último año y horrible. Recuerdo que le pregunté: el más soportable, por estar sentado junto a Jania y frente al ventanal. Yo miraba las —¿Por qué no te arropas como yo? nubes y los cerros, y de vez en cuando miEntonces viene y se acuesta y apenas me raba la cara de Jania, que me escribía alguve desnudo Ayyyyy. Pega tremendo salto, y na nota: “Idiota”, y yo respondía “Gracias”, se escapa. Me quedé riendo, pero Jania se riéndonos aguantados, a fin de no levantar negó a besarme durante tres semanas segui- sospechas en aquel asqueroso salón. Desdas. Una noche le dije que si no me daba un pués los parques y los besos apurados. Desbeso me mataba. Ella se rio, y yo le tiré la pués, siempre de prisa, los cigarros esconpuerta. Inmediatamente corrió y se guindó didos y las miradas sedientas de labios. ¿Te de mi espalda. Entonces volvimos a ser feli- acuerdas? Tan sabroso que era por ejemplo irse al parque Los Caobos y sentarse en el ces hasta que apareció Carolina. banco a hablar de la vida o de la muerte, o ¿Te acuerdas, Jania, del papelito? ¿Lo cuen- hablábamos por ejemplo del sexo y ella me to? Jania está unida a mí por las primeras contaba que, cuando estaba chiquita, se la noticias de la piel. Por placeres que antes se pasaba soñando con el mar. soñaban solamente. En todo caso, por un montón de días felices por los que siento O tantas cosas... Como el papelito por ejemuna profunda gratitud. Si lees algún día lo plo. Exactamente. Y es que una vez le pasé que ahora escribo, quiero que lo sepas Jania: un papelito que decía: “Quiero tocarte los siento por ti, por tus manos y tus dedos (los senos”. Y ella me respondió: “Grosero”. Y a dedos salchicha, ¿te acuerdas?) una inmen- pesar de su timidez, una tarde, cuando ossa gratitud. Jania estudiaba conmigo, y yo curecía, nos escondimos detrás de unas maEdición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 1 de junio de 2014.
tas, en el Museo de Bellas Artes, y allí sentí, por primera vez, esos senitos cómodos y tibios. ¿Te acuerdas?... Qué bueno era. En serio. Qué días tan sabrosos. No es bueno recordarlo, Jania. En serio. No vale la pena porque estoy demasiado solo y me hace daño. Saldré. Estoy cansado. Estoy harto. Estoy cansado de todo. No quiero hablar más de mí, ni de ti. ¿Qué importancia puede tener para ustedes el hecho que yo haya sido feliz? Marco un número cualquiera y alguien chilla estúpidamente: —¿Aló?... ¿Aló?... ¿Aló? Le pego un grito y me quito el teléfono de la cabeza. Estoy realmente hastiado. Veré si me voy a Sabana Grande. A lo mejor me encuentro a Carolina. ¿Quién sabe? Continúa la próxima semana.
Trovadores
2
1
4 Dolores de cabeza
Sexta letra del abecedario
3
Voz para Documen- Sugerir, Símbolo De cobre Com- Doceava Extremi- Asamblea Poner al Enarbola, bustible, quími- o bronce El primer calmar to reciletra del dad del Nacional bido por proposol leva hombre caballeco del ner (s.) alfabeto brazo gasoil (pl.) Militante Acumuteléfono rías lutecio de la lación ETA serosa
Figura central
Figura 2
Figura 6
Suerte, fortuna Vocales abiertas Mil millones de años
Género
I Artículo neutro
Web para Tonga
Aquí
Figura 1
Militantes actuales del Tercer Reich alemán
Presilla, fiador
Auscultar Señal de socorro internacional
5
Rece
Choza, cabaña
Habitan
Partir, correr
Desmonten
Incurrirían, incidirían
Andar a pie
Tubo, poste
Extraña
Mastica
Figura 4
Verdadero
Sumar, agregar Lengua hablada por los mames
Costosa Maldice, condena
Cervecerías, pulperías
Labra, trabaja
Dativo, 3ra pers., singular
Antes de Cristo Símbolo del ergio
Asiste, acude
6
Senil, viejo
Antiguo teatro griego
Otorgan (inv.)
Junta, coliga
Figura 5 Encarama Consueno, Inforarmonizo mática: (inv.) etiqueta Creencia
Aferrar, tomar Instrumento mus. de viento Acortamiento de laboratorio Ppal. dirigente de Partido Comunista Chino
Feria, tienda
Sonido repetido Poliestireno
Nota musical Sin importancia
Lechuza
Onda del mar
Hilo deshilachado Ante merídiem
Cosmos, vacío
Escuchar Acentos, dejes 3,1416 (inv.)
Existe
Figura 3
Asocia Voltearé la proa del barco
Símbolo químico del osmio
LA RANA PLATANERA
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POR NATALY SANOJA
laranaplatanera2012@gmail.com
"Dicen que me arrastrarán por sobre rocas / cuando la revolución se venga abajo, /que machacarán mis manos y mi boca, / que me arrancarán los ojos y el badajo. /Será que la necedad parió conmigo, / la necedad de lo que hoy resulta necio: / la necedad de asumir al enemigo, / la necedad de vivir sin tener precio". "El Necio" Silvio Rodríguez
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
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CUENTOS DEL ARAÑERO
Rosa Virginia POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón MELANY PÉREZ
Mañana 6 de septiembre cumple años Rosa Virginia Chávez Colmenares, mi niña, la negrita Rosa, que Dios me la bendiga. Nació en Maracay, yo era teniente apenas. Le dije al comandante de batallón: “Deme un permiso que mi mujer va a parir”. Y me vine en la mañanita a Caracas, a buscar real, porque no tenía para pagar el parto y el seguro no me cubría sino una pequeña parte. Además fue un parto un poco difícil el de Rosa Virginia. Nancy, su madre, mi primera esposa, a la que recuerdo con mucho cariño. No tenía ni carro. Me lo prestó el subteniente Chávez Tovar, un compañero del batallón blindado Bravos de Apure. Tenía un Fairlane 500, rápido. Así que me vine como una bala a Caracas, al Ipsfa, con una carta del comandante para aligerar. Yo había pedido un crédito personal, seis mil bolívares para pagar la clínica. Llego y me meto y hasta me pararon firme. Había un coronel ahí que no me quería atender o estaba muy ocupado; tuve que parármele al frente: “Atiéndame que es urgente”. Por fin me dieron el cheque, un chequecito, hermano, lo cobré a las 11:30 en el mismo banco del Ipsfa. Prendo ese carro y llegué a Maracay en menos de una hora, directo a la clínica. Cuando voy entrando por el pasillo largo de la clínica veo al mayor Richard Salazar, que era segundo comandante del batallón, y un grupo de oficiales. Y lo primero que me dijo: “Perdiste la apuesta”. Yo había apostado que era macho, y es más, le había comprado un bate de beisbol. Perdí una botella de güisqui, que en ese tiempo se podía apostar. Claro, quedé endeudado. Yo no tenía pa’ pagar esa botella, se la tomaron ese mismo día. Bueno, ya estaba la negrita Rosa Virginia chillando allí, felizmente.
El Patrullero Hay gente que no quiere creerlo. La otra vez lo comenté y me dijeron que yo estaba mamando gallo, cuando dije lo del Patrullero de ahí de Elorza. Yo lo vi. Cuarenta y cinco metros de largo conté yo a pepa de ojo. Veníamos una noche de Puerto Infante, en la lancha, con los soldados. ¿Quién ha visto piedra en el Arauca? ¿Tú has visto piedra en el Arauca? No hay piedras, y parecía una piedra. Es más, la propela tocó el lomo del caimán y se dobló. Eso no me lo cree a mí nadie, pero bueno, qué culpa tengo. Yo vi al Patrullero por aquí, entre Puerto Infante y Elorza, era como la medianoche. Hay gente que cree que es una isla, es un caimán que tiene una palmera en el lomo. Edición Número Ochenta y dos. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 1 de junio de 2014.