Consejo Editorial
contenido
02
04
La madre que nos parió
Mancheta y demás
05
08
Más que llenar un álbum
Martes de chúquiti
09
18
Noticias del Gabo
José Alejandro suena en Europa
20
21
Ambrosio Plaza Jonathan Mendoza
El kiosco de las marimachas
María Inés lee con Diego
CORRECTOR
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27
Sibaritas y pelabolas
Piedra de mar (V)
31
32
Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Directora
Mercedes Chacín
Editor Jefe
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Asdrúbal Briceño
Asesor Editorial
Reinaldo González
Redacción
Rocío Cazal Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida
Diseñadoras
Zonia García Melany Pérez
Ilustrador
Alfredo Rajoy
Fotógrafos
Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
Idania Bracamonte Daniela Fernández
Colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, Earle Herrera, Andrés Paravisini, Antonio Barrios, Jessica Dos Santos Jardim, Rodolfo Porras, Raúl Cazal, Malú Rengifo, Isabel Iturria, Neirlay Andrade, Oscar Hernández, María Gabriela Blanco, Camille Briceño, Nathaly Bonilla, Mauricio Sánchez y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Ilustración de portada: Alfredo Rajoy
Impresión
Editorial Metrópolis, C.A.
— perfil
— CIUDAD
— MIradas
— sexodiversidad
— GASTRONOMÍA
— cruci compacto
— EL MENJURJE
— Mitos
— MÚsica
— entrevista
— NOVELA
— cuentos del arañero
epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas "c", piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales
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PERFIL
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La madre que nos parió Soportan los dolores más intensos y angustiosos. Dejan a un lado la pena para amamantar en público. Dan una tregua en las batallas por cargos y sueldos para dedicarse al oficio más tierno del mundo. Son las mujeres que están cerquita de Dios, las creadoras de vida POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Las hay chiquitas y caballotas, complacientes y duras, exigentes y alcahuetas. De la fábrica salen listas para poner carácter incluso sin hablar, torciendo los ojos o haciendo un gesto indefinible con la boca. Aunque luzcan frágiles, genéticamente están preparadas para defender a sus cachorros con los bríos de una fiera depredadora.
ellas entregan más de lo que reciben; son demasiado buenas para uno, no las merecemos y deberíamos autoflagelarnos porque les damos mala vida —
Siempre se ha dicho que hay solo una, pero muchos tienen la suerte inestimable de disfrutar de las abuelas, que son una versión —en muchos sentidos— corregida y mejorada: más cariñosas e indulgentes. Y también algunos nos sacamos la lotería y conseguimos, como en la canción de “La vaca vieja”, una buena suegra que nos porque les dañan su estampa de 90-60-90. No se puede negar esa quiere como si fuéramos sus hijos. ¡Qué lujo! realidad, pero es claro que son tan solo la excepción, la prueba de Por desempeñar este papel, que las coloca cerquita de Dios —creado- que en este mundo hay todo tipo de gente. ras de vida—, las que son cobardes de origen se convierten en seres capaces de sufrir estoicamente los dolores más intensos y angustiosos; En la mayoría de los casos ocurre al contrario: ellas entregan más las que viven preocupadas por estar en la línea, aceptan gustosas verse de lo que reciben; son demasiado buenas para uno, no las meregordas (aunque solo por un tiempo); las penosas son capaces de ama- cemos y deberíamos autoflagelarnos porque les damos mala vida. mantar en un vagón del Metro o en plena calle, en medio de un hatajo Lo habitual es que predomine la ingratitud, la subestimación. Por de fisgones; y las guerreras corporativas, esas que se fajan a pelear con ejemplo: le otorgamos reconocimiento público a gente que nos en20 candidatos varones por un puesto gerencial, conceden una tregua señó esto o aquello (cualquier asunto, mientras más refinado mejor), pero no nos detenemos a agradecerle a quien nos enseñó a en la batalla para dedicarse al trabajo más tierno del mundo. comer, a caminar, a hablar, a limpiarnos después de hacer número Después de graduarse en esta profesión natural, hasta las tipas más dos, a decir por favor y gracias; en fin, a quien nos dio las claves soduras se tornan dulces; hasta las más zánganas se vuelven laborio- bre lo que de verdad importa en la vida, lo que nos hace ser gente. sas; hasta las más tacañas dejan de escatimar en gastos para sus criaturitas; y hasta las que siempre han sido tratadas como prin- Es comprensible que la mayoría tenga remordimientos por ser culcesas caprichosas terminan cambiando de rol y prodigándose en pable de esas inconsecuencias, por saberse tan ingrato y maluco con quien lo parió. Eso explica por qué este día de hoy tiene tanto éxiatenciones para la carne de su carne. to, expresado en restaurantes llenos, flores agotadas y comerciantes No pequemos de unilaterales. Todos conocemos historias de algu- buchones. Es que este segundo domingo de mayo nos plantea una nas que salen malas. Pérfidas saturninas que casi se comen a sus oportunidad única —y cómoda, por ser una vez al año— para haniñitos; degeneradas que los abandonan en un basurero, los ven- cernos pasar por buenos hijos. Y ellas son tan abnegadas que se den o los regalan. Y están las narcisistas que culpan a los retoños calan estas tretas. ¡Qué vaina, mamá! Caracas, 11 de mayo de 2014.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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el menjurJe
Cinenrollos Los fachos y el cine. El título que inicia
Feliz día a todas las madres
Disfruta de los espacios recuperados por el Gobierno Bolivariano junto a mamá. Amor incondicional, puro y sin exigencias. Hoy podrán disfrutar de la inauguración de la exposición Más allá de las sombras, a partir de las 11 am en el edificio Neoclásico del Museo de Bellas Artes. También puedes quedarte para el concierto de boleros en homenaje a las Madres, a cargo de la agrupación Los Hijos de la Noche, que se ofrecerá en el mismo sitio a las 12. Foto camille briceño
Mancheta
Hechas con
candela pura Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Salgan
a pasear A las 3 de la tarde de hoy, el Teatro Principal tendrá en sus tablas la obra Júkiti Túkiti Tá, un musical infantil que te llevará a mágicos mundos de hechicería, dragones y castillos. Caracas, 11 de mayo de 2014.
estas líneas hace alusión al fascismo en la historia del cine. El tema puede dar para cientos de libros y estudios, pero no se pretende dictar cátedra sobre el sujeto, aunque sí brindar luces para que no caigamos desprevenidos. Históricamente hablando, han sido los comunistas quienes más han estudiado este sujeto, tan propio del siglo XX —que, además, ha tomado fuerza en el siglo XXI— y, generalmente, es asociado a la pérdida del poder (especialmente económico) por parte de los burgueses y a la exaltación de una ética y moral por encima de los “enemigos”. Cada vez que existe una crisis en el capitalismo, los demonios del fascismo emergen con inusitada violencia. Y es eso, la violencia, la característica esencial que porta el “ser facho”: las y los fachos tienden a creer en la superioridad, tanto moral como física, así como en el pensamiento único; por ende, para un facho, existen seres inferiores. Estados Unidos, ese país policial que dicta las normas internacionales de lo que debe ser la “libertad”, es el principal estado fascista en el mundo. Desde inicios del cine, lo facho, como adjetivo, más no aún como concepto, se ha ido apoderando del cine en esa nación. Por ejemplo: se vio encarnado en una de las primeras películas de D. W. Griffith, El nacimiento de una nación (1915), filme racista y reaccionario en el que miembros del Ku Klux Klan eran vestidos de héroes y salvadores de la supremacía blanca. Tanto el franquismo en España, como el nacional-socialismo alemán y el fascismo propio de Italia, tienen varios puntos en común, siendo el apoyo que le ha dado la burguesía y el capitalismo uno de ellos. El término fascista se acuña, aproximadamente, a principios del siglo XX. Necesaria es esta breve introducción, pues existe el peligro real, en la actualidad, de que fuerzas fascistas vuelvan a dominar el planeta. Es importante aclarar que el fascismo, como concepto, nace en esas épocas, pero las características son de amplio espectro y pueden ser ubicadas en cualquier época de la humanidad y en cualquier lugar, como en Venezuela, donde la oposición está impregnada de estas características. Mauricio Sánchez diaz.mauricio@gmail.com
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CIUDAD
el de sabaneta: más que llenar un álbum Hasta el domingo pasado se repartieron, con la revista, barajitas del álbum homenaje al Comandante Hugo Chávez: El de Sabaneta. Pero todavía quedan en la sede de Épale CCS. Si le falta alguna, vaya mañana. Estamos al lado de la Taquilla Única de la Alcaldía de Caracas POR gustavo mérida FOTOGRAFÍAs camille briceño
Caracas, 11 de mayo de 2014.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
El señor Francisco me indicó con claridad, a través del teléfono, que iba a estar ataviado con una franela blanca con las imágenes de Chávez, Bolívar y el Che. Que la hora de encuentro era las 9 am en punto, y el lugar la plaza El Venezolano. Llegué a las 7:50 am porque no se trataba solo de hablar con el señor Francisco y que me contara sus peripecias para llenar el álbum; ese domingo era el quinto y último en que la revista Épale CCS distribuiría las barajitas del álbum El de Sabaneta. En la esquina de San Jacinto, parte noreste, cuatro bolsas de hielo perfectamente apiladas y solitarias desafiaban explicaciones a cualquier turista. Desde allí, al lado del hielo, se ve un pequeño tumulto frente a la sede de Ciudad CCS, cerca de la esquina de Gradillas, que iba creciendo y luego se ordenaba en una cola que casi llega a la “Esquina Caliente”. Es la gente buscando las barajitas. La verdad que es una cola hermosa, un rebullicio perfecto. Luego de obtener la revista, comienza el intercambio. Una señora mira mi franela con el logo de Ciudad CCS y me pide que interceda para ayudarla a conseguir más revistas y barajitas. “Es que yo las reparto. Necesito treinta, y ese señor no me da más”. El señor a quien señala trabaja sentado sobre una ruma de periódicos de manera ágil y severa: despacha sin mirar el rostro de quien los recibe y dice “uno por persona” cuando alguien le pide más. De verdad que no es fácil atreverse a insistir. Me acerco con cautela. —Maestro, dígame su nombre
—¿Para qué quieres mi nombre? —Bueno, para la revista
A esta hora, la bonita fachada de la Casa del Vínculo y el Retorno tiene el sol justo hasta la altura de las ventanas. Disuelta la cola más larga, se forma una más pequeña que cruza la calle hasta la Casa del Vínculo sin interrumpir nada y aprovechando la sombra. Algún inocente pregunta si todavía hay álbumes. Nueva repartición de barajitas. Grupos espontáneos las intercambian, juntando las cabezas. Un señor hace gala de su pericia: “Si tienes la 21 entonces tienes la 13, la 25 y la 64”. El experto habla con la seguridad de quien tiene el álbum lleno.
A las 8:30 am ya no hay cola. Eugenio, con una tijera, cortaba las tiras de embalaje y Eugenio trabaja un fin de semana sí, otro una señora las recogía y las botaba. Igual, no. “Pero el domingo que tengo libre y ven- la gente de Supra pasó al rato: no hay nada go a buscar mi revista, ayudo a los compa- sucio en esta parte del centro de Caracas. ñeros”. Eugenio tiene 67 años y completó su álbum. Juntos, le aclaramos a la pequeña No todo fue cortesía: en un momento de multitud que esta es la última entrega de intensidad dominguera, la gente que reparbarajitas. “Pero Épale CCS sigue, por lo me- te en “modo trabajo” decidió meter periónos hasta el número 100 que va a salir gor- dicos y barajitas en el edificio, asediados dota porque es el aniversario”, dice Eugenio por la gente que reparte en “modo pana con una sonrisa que se borra cuando sigue, y todo”. Olga Mendoza me cuenta: “Yo he recorrido varias estaciones del Metro porestricto: “Una por persona”. —Eugenio.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 11 de mayo de 2014.
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ra ir. “Fruto Vivas hizo la maqueta, pero quienes echaron pico y pala para poner al Comandante en la Flor de los Cuatro Elementos fue la comunidad”. Ella me cuenta de sus luchas, de su vida. Habla con firmeza y muy rápido. “Tenemos que demostrar que amamos a Chávez, y eso se demuestra con formación. Hay que dar formación en las camioneticas, esperando al médico. Yo empiezo con una sonrisa. En una ocasión, discutiendo con una escuálida, me ofusqué y dije una mala palabra, y en seguida correjí: ‘Ay, perdón, se me salió el Prados del Este’” (risas). Lo de hablar rápido no es cuento. La interrumpo con la excusa del tema del álbum, de las barajitas y del espacio. Sonríe y sigue, rápido: “El verdadero socialismo es intercambiar las barajitas, o el teléfono y nos llamamos: la que te falte, yo te la doy y la que me falte a mí, tú me la das. Bueno, no a mí, a la señora Carmen y Olga vive en el 23 de Enero y es custodia a la señora Catalina”. de la capilla de Chávez que está allí, cerca del Cuartel de la Montaña. También es Le dije a la jovencísima fotógrafa, luego de Guardiana de Chávez, junto con María describirle la franela del señor Francisco, León. Los días 5 de cada mes, en la capi- que lo esperara en la plaza El Venezolano. lla, están recibiendo a todo el que quie- Olga terminó de declarar justo a tiempo. que ya sé que ustedes hicieron trampa y nos pusieron juegos diferentes de barajitas en distintas estaciones”. “Pero eso no es trampa..., le digo. Me ignora y sigue hablando deprisa: “La señora Carmen tiene 88 años y me tiene la vida triste. Ella es la que me inyecta, porque tengo siete operaciones de salud, aunque no lo creas. ¿Me veo riquiquita, verdad? —no me deja contestarle que sí—. Entonces, la señora Carmen es la que me inyecta y me pone una carita así, y me dice: ‘Olga, me faltan barajitas’, y yo me paré hoy a las cinco y media de la mañana, anota eso ¡y que salga!, cinco y media de la mañana para buscar las barajitas. Para ella y para la señora Catalina, que tiene 90. Porque me siento con ellas en las tardes, los domingos, a pegar las barajitas. Primero con la señora Carmen y después con la señora Catalina, que tiene un yeso”.
Caracas, 11 de mayo de 2014.
Pasa una pareja con un termo humeante. Leo: “Fororo y avena caliente”. Pregunto y son a 15 y a 20. La avena está buena. Tomo la de 20 y el señor Francisco ausente, y con el embarque se acaba la rima. Son más de las 9 am. Aparece el dueño del hielo. —¿Cómo se llama usted?
—Humberto Sarache. —¿De dónde es?
—De aquí de Caracas. Tengo más de 20 años vendiendo chicha, desde que costaba a medio, en Ruiz Pineda. Ahorita la menor vale 10 y la más grande, la del pote de arroz chino, 35. Me cuenta que los clientes le pidieron que abriera los domingos. “Estamos a la orden, cuando quieran tomarse una chicha fina”. Y le brindó un vaso de chicha a la joven fotógrafa. Un señor barre la calle empedrada que va de San Jacinto a Traposos. Daniel Lugo tiene diez años trabajando en la Alcaldía y nos reímos cuando me comenta, mientras siguen cayendo florecitas, que es “la calle más difícil de barrer”. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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MITOS
NO HUYAS DEL MARTES CHÚQUITI POR kay yam hung ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA
Hay personas que no pasan por debajo de una escalera, que no se paran con el pie izquierdo al levantarse o que, cuando ven un gato negro, prefieren cruzar la calle que topárselo de frente. Son personas supersticiosas, que creen que eso les traerá mala suerte a sus vidas. “En martes, ni te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes” es una de las frases más repetidas por estas personas que son capaces de no salir si este día de la semana coincide con el 12 + 1.
este fenómeno de la mala fortuna con el episodio de la Biblia que menciona que en la última cena estaban presentes los doce apóstoles junto a Jesús y que el invitado número chúquiti era Judas, quien traicionó y vendió al mesías por unas cuantas monedas de plata.
Más que un número
Para los astrólogos, la explicación a esta conducta es que este número tiene un simbolismo kármico, que significa demasiada estabilidad y poca elevación. 13=1+3=4, los cuatro elementos que simbolizan el mundo material faltando, desde luego, la proyección espiritual del hombre, que es simbolizada totalmente por el número 7. Al número 13 se lo relaciona con pérdidas y con una estabilidad material sin aspiraciones, como es el 4, relacionado con un cuadrado: que tiene pocas chances de movimiento y cambio.
Otra historia, que habla de este poco querido día, dice que el martes debe su nombre al planeta Marte, identificado por los romanos con el dios del mismo nombre, quien encarPero, ¿será un mito o realidad? Muchas naba a la guerra, la sangre y la violencia; al teorías confirman su veracidad, según sus igual que los griegos, quienes aseguraban la creyentes. influencia de Ares en este día. Existen muchas culturas y creencias con respecto a esta fobia. De hecho, el 13 no existe Sus inicios como leyenda se remontan al Los expertos han diagnosticado que este en la India; los números de los edificios se tiempo de los vikingos, quienes aseguraban mal se ha convertido en más que eso. La saltan este fatídico dígito. que el invitado número 13 a la cena en el superstición que tiene relación con el núValhalla era Loki, dios del mal y espíritu de mero se le ha asignado el nombre científico No soy supersticiosa pero, por si las moscas, la muerte. ¿Quién va querer a ese señor de de trezidavomartiofobia o triscaidecafobia, este próximo martes, que es 13, usaré una invitado? Susto, eso trae como pava. Por que proviene de la palabra griega treiskaide- tirita roja, me levantaré con el pie derecho y otro lado, los católicos intentan explicar ka, que significa trece, y de phobos, miedo. me persignaré antes de salir de casa.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 11 de mayo de 2014.
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MIRADAS
SOLO CADA 100 AÑOS TRAS LA MUNDIALMENTE SENTIDA PÉRDIDA —EL PASADO JUEVES SANTO— DEL ESCRITOR NEOGRANADINO GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, ÉPALE CCS HA DECIDIDO REALIZAR UNA SUERTE DE TRIBUTO SUCINTO A QUIEN EN VIDA FUERA UNO DE LOS MÁXIMOS REPRESENTANTES DE LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA LATINOAMERICANA . DIEZ ESCRITOS QUE ABORDAN TEMAS DIVERSOS Y DISÍMILES, COMO SI DE UNA FÁBULA MACONDIANA SE TRATASE ILUSTRACIONES ALFREDO RAJOY
Caracas, 11 de mayo de 2014.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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COMIENDO PESCADITOS DE ORO CON EL GABO
POR ANDRÉS PARAVISINI
POR EARLE HERRERA
En una avenida de La Guaira perdí la oportunidad de conocer en persona al autor de mi novia secreta: Remedios La Bella. En la ficción, ya tenía con él una vieja y cómplice amistad. Fungía yo de jefe de redacción, por los años 80, de la revista literaria Sin límites, cuyo director era el escritor y amigo Juan Páez Ávila. Teníamos, entre tantos otros, a un colaborador de lujo: Gustavo García Márquez, hermano del Gabo. Con Gustavo, quien para entonces vivía en Caracas, compartimos cuentos, poemas, peñas y tertulias. Por él supimos de su infancia y la del Gabo en Aracataca, como decir, en Macondo. Un día me dijo que el autor de mi novia, repito, Remedios La Bella, estaría en Caracas y nos veríamos en casa de un
DEL OFICIO DEL PERIODISMO, DICHO POR ALGUIEN QUE VIVIÓ PARA ESCRIBIR
amigo. Ese encuentro con el Gabo nunca se dio porque la víspera, de madrugada, Gustavo y otros se lo llevaron para La Guaira a comer pescado. Yo no andaba en esa pata, que conste. En la avenida Soublette chocaron el carro y Gabriel García Márquez sufrió la fractura de un brazo. La prensa anduvo husmeando por allí pero no se le dijo mucho. El Gabo tuvo que regresarse y no conocerlo en persona me pareció perfecto. Me quedé con el que conocí en Macondo y en las alcobas de sus putas tristes. El año pasado murió Gustavo, su hermano, mi amigo. A él le había confesado, después del accidente, que aquella madrugada yo también comí pescaditos de oro con el Gabo. Llovía mucho en el litoral, como en Macondo, pero sin Isabel.
“Desde que nací sabía que iba a ser escritor (…) Siempre escribí, nunca pensé que pudiera ser otra cosa, nunca pensé que de eso pudiera vivir. Estaba dispuesto a morirme de hambre para ser escritor”. Gabriel García Márquez, 2008. Tenía ocho años y sentado de chemise blanca, después del colegio, frente al viejo televisor de antenas de bigote de la casa de mi madre, viendo el noticiero un mediodía cualquiera, decidí que quería ser periodista. A los 12 leí Cien años de soledad. El día que lo terminé, me dije que quería escribir literatura. Doce después llegué al periodismo escribiendo guiones de madrugada en un noticiero. Era, y es, lo más parecido a echar un cuento. Pero al poco tiempo me aburrí y lo abandoné. Hice de todo, me fui, volví. Tomé los trabajos más insólitos y un día, llevando correspondencia como motorizado, sin moto propia, el director de un periódico me ofreció trabajo en un pequeño diario macondiano. “Yo diría que llegué al periodismo porque consideraba que el asunto no era literatura, el asunto era contar cosas. Y que dentro de esa concepción, el periodismo hay que considerarlo como un género literario, sobre todo el reportaje, y ese es un pleito que me traigo yo porque los mismos periodistas se niegan aceptar que el reportaje es un género literario. Incluso, en el fondo del alma lo ven con cierto menosprecio, y yo diría una cosa: un reportaje es un cuento, totalmente fundado en la realidad, como el cuento tiene una base en la realidad ficcionada, sin lugar a dudas. Ninguna ficción es totalmente inventada, son elaboraciones de experiencias”. Hace cuatro años de eso y sigo aquí, tratando, como el viejo Gabo, de seguir viviendo por y de las teclas; muriendo, si es necesario, en el intento. Por eso, le doy gracias a García Márquez y le deseo buen viaje.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 11 de mayo de 2014.
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EL PERIODISTA DEL SÉPTIMO PISO POR ANTONIO BARRIOS
Conocí al periodista García Márquez de forma inesperada. Buscaba un título en una librería francesa del sótano del C.C. Chacaíto y salí un tanto frustrado, pero al lado estaba la librería Lectura y entré a curiosear. Allí se encontraba, entre unos estantes polvorientos y a precio “viejo”, el Gabo reportero. Era un libro que condensaba parte de su obra periodística, denominado De Europa y América. Narraba sus acercamientos al Vaticano, sus vivencias en los países socialistas de Europa del Este y refritos bien contados de la vida francesa. En Colombia hacía más de 50 años que los lectores lo habían reconocido como un periodista estrella, pero hasta ese momento solo sus relatos y novelas se habían cruzado en mi camino. Sabía del Nobel mientras el reportero, para mí, era desconocido o simplemente le journaliste du septième étage, como lo llamaba, ignorante de su potente pluma, Madame Lacroix, la dueña del Hôtel de Flandre, donde se hospedó el escritor en París.
Fue de Francia desde donde llegaron sus primeros reportajes para Caracas, mientras vivía su período de pobreza en Europa y escribía El coronel no tiene quien le escriba. Primero fueron sus escritos y luego arribó el Gabo a reportar en plena dictadura perejimenista. En aquel libro polvoriento de la librería Lectura encontré al cronista excelso que admiré enseguida, capaz de matar de sed al lector que se metiera en el texto “Caracas sin agua” o de hacer sudar de angustia a cualquiera con la historia “Solo 12 horas para salvarlo”. El Gabo feliz e indocumentado que vivió en Venezuela salió de su reposo como reportero para volver a hablar de nosotros. Reapareció en un avión que atravesaba el cielo de La Habana a Caracas para descubrir a un Hugo Chávez que no se asemejaba al déspota que pintaban los medios. Regresaba así le journaliste du septième étage.
LA PLUMA DEL GABO EN LA MIRA POR RODOLFO CASTILLO
nidad de ver, pueden dar fe de la preocupación que se desprende de estas líneas. En principio, está la adaptación de la novela El amor en los tiempos del cólera realizada por Ronald Harwood y dirigida por Mike Newell. Más allá de que ambos creadores hayan realizado trabajos respetables, en lo que concierne a la obra de García Márquez no dan pie con bola. Innumerables e importantes tópicos de la novela se miran de soslayo o quedan por fuera, limitándose a una costosa producción con una pléyade Las dos adaptaciones al cine de la obra del de actores de diverso origen, lo que le da escritor colombiano que he tenido oportu- visos de telenovela “mayamera”. No sucede El escritor estadounidense Tom Clancy aseveró: “Hollywood hace que el Congreso de los Estados Unidos parezca un semillero de ética (...) Entregar un libro a Hollywood es como entregarle una hija a un proxeneta”. La pertinencia de esta frase obedece a que, tras el fallecimiento de uno de los narradores más brillantes del siglo XX, su obra se encuentre a la merced del aparato ideológico-comunicacional más poderoso de la historia: Hollywood.
Caracas, 11 de mayo de 2014.
así con la coproducción colombo-costarricense Del amor y otros demonios, de la directora Hilda Hidalgo que, si bien no logra asir la imaginería del Nobel en toda su dimensión, al menos nos ofrece una semblanza más acertada de esa otra realidad que supera y llena de magia la ficción. Ojalá que, en lo sucesivo, tengamos la suerte de que el cine aborde a García Márquez sin mancillarlo, y que sus sobrevivientes no sucumban a la tentación de una oferta multimillonaria para comprar los derechos de autor de alguno de sus títulos. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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POR TU CULPA, GABO POR JESSICA DOS SANTOS JARDIM
Por culpa, sí, por culpa del libro Noticia de un secuestro yo decidí convertirme en periodista. Nada novedoso. Seguramente Gabriel García Márquez inspiró a más de uno en esto de usar la palabra escrita como arma, pero la inmensa mayoría de nosotros, por una u otra razón, le fallamos en el camino, y algunos hasta se fijaron un objetivo errado. Pero bueno, el hecho es que el Gabo me atrapó con aquellos siete relatos que, por momentos, se tornaban tan literarios que llegué a creer ficticios. Consiguió ponerme un nudo en la garganta, una especie de vacío en el estómago, sin casi usar adjetivos, me sugirió cosas que nunca dijo y me llevó a cambiar mi punto de vista una y otra vez, ¡con la facilidad que solo él tenía!
agua” y supe que no me había equivocado. Devoré muchos de sus trabajos periodísticos, buena parte de sus novelas y, como soy una soñadora (¡y cursi!) sin remedio, pues coloqué en un pedestal a El amor en los tiempos del cólera.. La historia de Florentino Ariza y Fermina Daza amándose en un ir y venir por el río Magdalena no tiene comparación. Gracias a ella fui capaz de perdonar un libro tan malo como Memorias de mis putas tristes.. No me miren así. El Gabo era humano.
Tan humano que hace días nos tocó vivir la crónica de su muerte anunciada. El Caribe lo lloró en medio del realismo mágico, el vallenato, las flores amarillas y el olor a almendras tostadas, pero, por sobre todas las cosas, con la seguridad de saber que gracias Años después, ya en la aburrida academia, a sus letras para nosotros no habrán más llegó a mis manos su reportaje “Caracas sin años de soledad.
ASÍ SOMOS POR RODOLFO PORRAS
gente se pase la norma por el forro. Entendí que la vida tiene mucho más fuerza y es más atractiva que la cartelera escolar. Pero después se me antojó que el desorden parental y el pensamiento mágico era un oprobio nacional. Algo así como “qué pena con Occidente, esos señores tan bien estructurados, tan respetuosos de la institución de la familia, Mi familia paterna mostraba una confor- la Iglesia, la propiedad privada y el Estado”. mación más canónica. Aunque, hurgando un poquito entre curas casados, hijos arre- A los 12 años cayó en mis manos Cien años batados, secretos eclesiásticos, matrimonios de soledad. Y mientras leía quería saber si sacralizados y tal vez nunca consumados, el Macondo era real y en cuál estado de Venebando materno quedaba muy atrás en esto de zuela se encontraba. A veces, con cierto terror secreto, esperaba que a vuelta de página constituir un parentesco irregular. saliera a relucir el nombre de algún tío. Yo sentía cierta vergüenza, no mucha, más bien una piquiña en el alma. Suponía que las Luego, mi mamá comenzó, con orgullo, a demás familias eran perfectamente estructu- echarme cuentos de la familia que antes diradas, como las que se dibujaban en la carte- simulaba, supe que era mucho el hijo de velera de la escuela, cuyos miembros lucían una cino que estaba recibiendo la misma carga de memoria. media luna en la cara a manera de sonrisa. Mi abuela materna tuvo hijos de distintos padres. Mi abuelo, creo que su primer marido, tenía por su lado una familia numerosa a la que yo conocía de vista y, sobre todo, por referencias. Mis tíos también armaron sus propias estructuras genealógicas distintas a la norma.
Cuando se me hizo común escuchar en otras El Gabo había abierto una nueva trocha hacia casas frases como “esta familia es de locos”, ese corazón nuestro que late, irremediablefui comprendiendo que lo normal es que la mente, al ritmo de eso que somos. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 11 de mayo de 2014.
MÁS ALLÁ DE PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS, LO MÁS SIGNIFICATIVO DEL ESCRITOR COLOMBIANO ES SU APORTE A LA NARRATIVA UNIVERSAL, DONDE MAGIA Y REALIDAD SE FUSIONAN Y REFLEJAN EL MODO DE SER LATINOAMERICANO —
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LA PALABRA FINAL POR RAÚL CAZAL
A finales de la década de los 70, mi padre creó una revista para denunciar las dictaduras militares latinoamericanas. Llegó a circular por el continente a pesar de estar prohibida y recibía cartas a granel. Por las tardes, después de regreso del colegio, revisaba maravillado las estampillas, que luego desprendía con agua tibia para no dañarlas. En poco tiempo me había convertido en un coleccionista, hasta que mi madre decidió vender la colección a un filatelista de la avenida Urdaneta para sacarnos de apuros económicos. Aún recuerdo el brillo de los ojos de ella mientras veía al señor de la caja colocar un billete encima del otro, antes de que se los entregara. La plata recibida quizá rindió para una semana o un mes de mercado. Habría sido una ironía literaria si con esa misma plata hubiera comprado un libro
que me atraía cada vez que pasaba frente a la vitrina de la librería. En la portada tenía una ilustración con forma de sobre de carta postal, bordeado de rectángulos inclinados en azul y rojo, intercalados. La estampilla era la cara del autor y el título estaba colocado en forma vertical sobre la figura de un hombre de espaldas, al que le sobresalían del brazo izquierdo unas cintas multicolores que simulaban la cola de un gallo. Quizá fue con otro dinero que compré el primer libro que leí del Gabo, El coronel no tiene quien le escriba. Con este aprendí que las palabras no se escriben impunemente, puesto que influyó en un cuento que escribí para un concurso en el liceo que, a pesar de haberlo ganado, no fue leído en público porque había utilizado una “mala” palabra al final: “carajo”, cuando pudo ser “mierda”.
TANTO A TRAVÉS DE SU NARRATIVA COMO DE SUS CRÓNICAS PERIODÍSTICAS, LA OBRA GARCÍAMARQUIANA HA FUNGIDO COMO INSPIRACIÓN Y PROCESO DE INICIACIÓN DE NUMEROSOS CULTORES DE LAS LETRAS —
GABO VIVIÓ UNA SEQUÍA EN CARACAS POR MALÚ RENGIFO
En abril de 1958 la revista Momento publicó una crónica de Gabriel García Márquez: “6 de junio de 1958: Caracas sin agua”. Al inicio de la nota decía: “Si un aguacero cae mañana, este reportaje cuenta una mentira. Pero si no llueve antes de junio, léalo…”. Cualquier curioso natural leería con avidez lo escrito por aquel joven de 31 años, que parecía tener algo muy grave que contar acerca de aquella sequía de inicios de la democracia, que en mis cortos 27 solo puedo relacionar con los cuatro primeros meses de 2010 y la entrada en nuestro vocabulario de la palabra “calina”. Del pánico se reía con sus lectores al narrar que Burkart, su personaje alemán en Caracas, “compró una lata de jugo de naranja y se decidió por una botella de limonada para afeitarse. Solo cuando fue a hacerlo descubrió que la limonada corta el jabón y no Caracas, 11 de mayo de 2014.
produce espuma. De manera que declaró definitivamente el estado de emergencia y se afeitó con jugo de duraznos”. De la calina no escribió nada porque hace 56 años podía decirse, sin mucho esfuerzo, que “de la cercana avenida Urdaneta no llegaba el ruido de los automóviles ni el estampido de las motonetas” hasta un San Bernardino habitualmente libre del humo de los motores. “Los árboles de las avenidas, de ordinario cubiertos de flores rojas y amarillas en esa época del año, extendían hacia el cielo sus ramazones peladas” durante aquella sequía, según narró el escritor. Al final de la historia, llovía a chorros. A Gabo le gustaba la lluvia y la justicia. Dicen que, tras una larga sequía, el día de su muerte llovió en Aracataca, su pueblo natal. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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NOSTALGIA DE CIEN AÑOS POR ISABEL ITURRIA CAAMAÑO
Anticipando ese día, tal vez pidió que lo cremaran, para evitar que alguien metiera sus huesos en un saco que algún desprevenido confundiría con sus herramientas, dejándolos por allí en algún lugar tropezable, cloqueando cuando los movían ante la cercanía sin pavor del oído de la niña. O quizás fue porque leyó en las barajas, esta vez, el futuro y quiso evitar que la sacudida de las sábanas se lo llevase por los aires, seguido de una estela interminable de mariposas amarillas. Lo cierto es que se nos fue en jueves santo. Ese jueves santo, mientras leíamos en el calor insoportable del abril caraqueño, se produjo tal remesón de las almas de los
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cinco continentes que pocas horas más tarde, el viernes santo, un temblor de más de 7 grados haría crujir los cimientos y saltar algunos clavos de las vigas mexicanas, perturbados por la colosal potencia del imán de los gitanos que se acercó para acompañar al Gabo en su partida. Quizás no pidió nada, pero alguien prevenido consideró que era preferible evitar la consecuencia para no tener la causa, y le quiso ahorrar el insomnio del velorio presenciado para no tener que cuidarse luego del olvido (poniendo a cada cosa y sentimiento su nombre con un hisopo entintado). Solo que no recordó dónde había
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guardado la pócima de Melquíades, luego de abandonar por indicación de sus médicos la sabia costumbre de tomar un trago en las mañanas del bebedizo sanador junto con la taza de café. Dicen que por eso no recordaba algunas cosas en sus últimos días, y que esas cosas pasaban una y otra vez por su corazón, pero sin revisitar su memoria. Ese jueves santo, en el sopor de las dos y treinta y ocho de la tarde, “profetizándose a sí mismo en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si se estuviera viendo en un espejo hablado”, se marchó, dejándonos para vivirlo y contarlo más de cien años de soledad.
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MAGDALENA TRÁGICO POR NEIRLAY ANDRADE
Teníamos entradas para ver Lo que dejó la tempestad en el Teatro San Martín. Alguien en la sala pidió un aplauso para el maestro y, por un segundo, pensé que rendiríamos homenaje a César Rengifo, pero no, ese jueves santo aplaudíamos a Gabriel García Márquez. A mi lado, Valeria protestaba y contaba que en una línea de no sé qué artículo, el comandante Santrich decía unas cuantas cosas sobre el Gabo; sé de algunas otras, como su paso por una de las corrientes fraccionarias del PCV. Fue en la casa de mi madrina Margarita que encontré Cien años de soledad; el libro sirvió, en lo sucesivo, para justificar todas las extrañezas que se juntaron durante las visitas a los abuelos maternos. Después de la asunción de Remedios La Bella, todo fue comprensible: mi abuelo Esteban echándole agua a las paredes para refrescar la casa y las brujas pasando por el techo, rumbo al aquelarre en una avenida cercana. Esa novela fue también mi primer encuentro con la fatalidad: José Arcadio y Úrsula huyendo de la maldición fue el preludio de Edipo evitando dar muerte a su padre. Las líneas finales que rezan “porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienían una segunda oportunidad sobre la tierra” son la prueba de que los latinoamericanos sí tenemos sentido de lo trágico. Hace poco conocí a la familia paterna a las orillas del río Magdalena y todo fue otra vez comprensión; mientras oía a Jacinta explicar cómo preparaba menjurjes de acuerdo a los ciclos de la luna para apalear el asma de sus hijos, recordé que me gusta estar condenada a esta tierra y con una sola carta jugada sobre la mesa. Caracas, 11 de mayo de 2014.
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MÚSICA
José Alejandro Delgado... Venezuela suena por Europa Mayo es un mes internacional para la música Venezolana. A raíz de su participación en la Exposición de música Iberoamericana, EXIB Música, el cantautor José Alejandro Delgado ha preparado una gira por diferentes países del viejo continente para esparcir la tradición nacional POR mabe chacín FOTOGRAFÍAS jonathan mendoza
José Alejandro Delgado Paiva ya tiene años en esto. Lleva cuatro discos y ha hecho varias giras por Europa. Dice que su música es “cósmica”, por no meterla dentro del gran saco de la “fusión”. A pesar de que es considerado un “trovador”, él se define como un cantautor con influencias de la música tradicional y popular venezolana, sin dejar de lado los géneros universales. Su último disco, Rueda libre (2012), suena a merengue caraqueño, golpes larenses, joropo central, tambores de Patanemo, sangueo, salsa, jazz, funk y hasta rock. Gracias a su espíritu autodidacta y empírico, hoy Delgado cuenta con una carrera musical de mucha proyección, donde una de sus principales metas es “resaltar la tradición venezolana ante el mundo”. Es así como el pasado martes empezó una gira europea que comprenderá más de 16 fechas y nueve conversatorios en diversos países. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
José Alejandro y su equipo estuvieron preparando la gira desde noviembre del año pasado, ya que le llegó la noticia de una exposición de música (especie de vitrina musical para que los artistas “vendan” su producto) que se hace en Bilbao, España, llamada ExiB Música —Expo Iberoamericana de Música, Bilbao. Delgado postuló su trabajo y quedó seleccionado. A pesar de ese triunfo, todavía quedaban muchas cosas por hacer; una de ellas: buscar los recursos que lo ayudarían a que el viaje y su participación en la exposición fueran óptimas. Tocaron las puertas del Ministerio de Cultura y, dada la situación tan compleja que existe para la compra de pasajes internacionales, Delgado y su equipo se plantearon sacarle el máximo provecho a ese pasaje auspiciado por el Ministerio. “Nos pareció irresponsable ir a tocar a un solo destino con Caracas, 11 de mayo de 2014.
todo ese dinero que se invirtió, de manera que nos acercamos a la Cancillería para proponerles la gira. Así, el Ministerio de Relaciones Exteriores se unió a nuestro plan y nos añadieron varios destinos, en que los conciertos vendrán acompañados de foros musicales”. La gira partió de Bilbao, el pasado viernes, donde tocó en ExiB Música, que es, tal vez, la presentación más singular, porque es netamente dirigida a un mercado de música, escenario al que Delgado no está acostumbrado. En cambio, los demás conciertos sí tienen un tinte sociocultural y de encuentro con Redes de Solidaridad. “Estos conciertos vienen acompañados de un foro musical llamado Venezuela Sonora, que se hará en todos los conciertos menos en el de Bilbao. Es un conversatorio donde se habla de la tradición
19 musical venezolana y se contextualiza con la actualidad. Además, buscamos desmentir lo que los medios internacionales dicen de Venezuela, donde, según ellos, no pasa nada bueno. Nos ha parecido estratégico hacer este tipo de cosas dada la guerra mediática por la que atraviesa Venezuela y, también, tomarlo como una iniciativa piloto de articulación entre el Ministerio de Cultura, Cancillería y los artistas y creadores independientes. La idea es que se cree un formato y un circuito anual en el que se garantice el flujo de músicos venezolanos en esos espacios, para que siempre estén llevando millones de noticias buenas sobre nuestro país”. Bilbao, Madrid, Valencia, Barcelona (España), Belgrado (Serbia), Nicosia (Chipre), París (Francia), Moscú (Rusia) y Atenas (Grecia) son las ciudades que, por ahora, comprenden la gira de aproximadamente mes y medio.
“Nos ha parecido estratégico hacer este tipo de cosas (Venezuela Sonora) dada la guerra mediática por la que atraviesa Venezuela” —
Con apoyo de la cancillería, Delgado ideó y conceptualizó la gira Venezuela Sonora. Aunque este plan empezó a cocinarse desde el año pasado, ahora cae como anillo al dedo ya que en una ocasión, a raíz de los ataques mediáticos y desestabilizadores de la oposición en estos últimos meses, el presidente Maduro tuvo una reunión con artistas de diferentes ámbitos culturales del país, donde dijo que era de suma importancia poner sobre el tapete internacional todo lo que estaba ocurriendo con la cultura en Venezuela. Al mismo tiempo que José Alejandro hace su gira por Europa, a partir del 15 y hasta el 18 de mayo otros artistas venezolanos asisten al Mercado de Industrias Culturales del Sur en Argentina (Micsur); mientras, la cantante Amaranta estará en Cuba haciendo una gira por seis ciudades. Aparte de la presentación de José Alejandro en el ExiB Música, la cantante Betzaida Machado, importante exponente del canto afrovenezolano e integrante de la agrupación Vasallos del Sol, estará lanzando su carrera en solitario. También el Cendis se ha encargado de enviar una selección importante de discos de exponentes de la tradición venezolana, sin contar la proyección del documental La joropera. Historias del joropo sucrense, dirigido por Alejandro Calzadilla y Carlos Márquez. Las viejas tradiciones venezolanas se mezclan con las del viejo continente este mes de mayo.
Hasta ahora, José Alejandro recorrerá nueve ciudades del antiguo continente
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SOBERANÍAS SEXUALES
El kiosco de las marimachas POR maría gabriela blanco ILUSTRACIÓN nathaly bonilla
“Tenemos un negocio en Buche” fue lo primero que le escuché decir a mi compadre. Y más allá del jipismo que puede significar tener un restaurante a la orilla de la playa (la música rasta del pana que vende la piña colada, ir y venir en lancha porque es el medio de transporte que comunica la bahía de Buche con el pueblo de Carenero, entre otros privilegios que la costa barloventeña nos brinda), lo cierto es que el nivel de machismo entre pescadores, mesoneros y clientes era algo que mi amigo Simón y yo no habíamos considerado. “El kiosco de las marimachas”, me dijo un mesonero que supuestamente lo había escuchado de otro. Así etiquetaban al restaurante en su segundo día de inaugurado. ¿La razón? Parte del equipo que atendía ese fin de semana éramos dos chamas nada femeninas (opinión de los habitantes de Buche) y, por supuesto, las alarmas heterosexuales de mi compadre se dispararon porque eso daba una mala impresión entre nuestros vecinos comerciantes. Yo, picada de culebra por el chisme, di una vuelta de reconocimiento por la playa, no porque quisiera sino porque, en mi novatada, no había comprado servilletas e iba a pedirlas prestadas a otro kiosco. No diré lo que vi para no comprometer a mi gente, pero lo que aprecié en el transcurso del día, y lo verá usted si pasa un día por esa playa, fue que mucha de la gente que trabajaba en la bahía parece homosexual, pero es como si no existiera: invisibilizada. ¿Qué hizo que el mesonero se pusiera paranoico? Creo yo —y evaluará usted cada vez que vea una situación similar— que asumir con normalidad nuestra orientación sexual traerá consecuencias en la psique del machista, del conservador, del heteronormado, incluso de la lesbiana/homosexual/transexual enclosetado. Claro, La Flaca y yo no evitamos los comentarios cada vez que veíamos chicas en trajes de baño pasar por el restaurante, y una que otra vez nos metíamos en las conversaciones sobre mujeres entre los mesoneros, algo que por lo visto no era muy usual en ese lugar. Luego de un mes de trabajo, Semana Santa incluida, los comentarios han cesado, quizás seguirán pero no me han llegado, ni a Simón ni a mi compadre. El tradicional “prefiero un hijo malandro que marico” se ha colado entre las conversaciones y han sido otros quienes nos han defendido: cocineras, mesoneros, hasta mi mamá que ha escuchado los cuentos. El proceso de despatriarcalización, o sea, de reconocer y respetar las mariqueras de otrxs, es largo pero tenemos toda la vida para hacerlo. Dato curioso: el restaurante se llama Virgen del Valle, tiene en la fachada una capilla con las vírgenes del Carmen y del Valle y es atendida por un heterosexual, una lesbiana y un homosexual quienes todos los fines de semana le encienden un velón para la buena fortuna. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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ENTREVISTA
la biblioteca de...
maría inés regresa a su primer libro madre ante todo. agradecida con la revolución cultural que ahora vive el país, afirma que la lectura le ha dejado mucho y nutrido el corazón. tras una primera experiencia televisiva en la asamblea nacional, pasó a las filas de vtv para animar la revista cultural contrastes POR Kay yam hung Fotografías camille briceño
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Aunque estaba contrarreloj, la moderadora del programa Contrastes, que se presenta todos los días en VTV, María Inés Torres, nos recibe en su hogar para enseñarnos cómo escapa de la realidad al mundo de las letras. Se encontraba un poco apenada por no poseer una inmensa biblioteca. Confiesa que le gusta leer, de hecho lo hace todos los días, pero por la naturaleza de su trabajo en la televisora, que le obliga a empaparse de los diversos temas que toca diariamente de 8:30 a 10 am. —¿Qué tipo de lectura te gusta?
—Me gustan los libros que me dejan algo para mi profesión. Hace poco leí un libro de Earle Herrera que está dedicado al reportaje, a las crónicas, a los géneros periodísticos que nos ayudan a ser los profesionales que somos. —¿Cuál es tu escritor preferido?
—Me gusta Jorge Luis Borges. Aunque ya me leí toda su obra en la universidad, intento releerlo cada vez que puedo. Este autor me apasiona y me lleva a mundos paralelos que me permiten a soñar más, trasladarme a escenarios que nunca he visitado. Esta magia también la consigo cuando leo al Gabo. —¿qué te pareció cien años de soledad?
—Fue como una tarea obligada en Literatura Americana, estando en la universidad. Al terminar esa obra maestra, dejó de ser una actividad impuesta para convertirse en una de las más hermosas y apasionadas lecturas. Hace poco perdimos al Gabo, pero hemos ganado ese legado literario. —¿Cuál fue tu primer libro?
La animadora está enfocada en una particular lectura: la de su hijo
porque está con su hijo Diego, que tiene 5 años, y él es como un libro abierto de fantasías, historias y de muchas preguntas que debe responder. Por ahora, el libro que lleva a todas partes se llama Mi Jardín; aunque no se trate de una publicación nueva para aprender a leer, a la animadora le gustaría que su hijo aprenda como ella lo hizo. “Es nuestro año decisivo de lectura constante, pero de las vocales, el abecedario y todo lo que necesita aprender para leer. Ya este año comienza la primaria”.
—De pequeña leía los libros que tenía mi abuelo en una biblioteca pequeñita, donde coleccionaba todo lo de su tierra natal, Trujillo. Mario Briceño Iragorry, ilustre trujillano, e incluso algo de José Gregorio Hernández habré leído. —¿te leíste los libros azul y rojo de Chávez? Cuenta que cuando sale de viaje, se lleva —No, pero sí los Cuentos del arañero, así consigo un libro, pero muy poco lo saca como la Constitución que, sin duda alguna, es Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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el libro más bello que podamos asimilar. También tengo el Plan de la Patria y todas las leyes habidas y por haber, todo gracias a ese paso que tuve por la Asamblea Nacional, en el que aprendí muchas cosas. —¿Prestas libros?
—Sí, aunque muchos digan que no se prestan porque nunca te los devuelven. De hecho, tengo uno que me prestaron y no lo he devuelto, ¡qué pena! También me gusta regalarlos. Es que, después de que los leo, siento que tienen una misión más por cumplir y que si los dejo en la biblioteca, poca cosa hacen ahí. Eso sí, los libros que tienen dedicatorias procuro quedármelos, porque ya hay un sentido de pertenencia.
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“De pequeña leía los libros que tenía mi abuelo en una biblioteca pequeñita, donde coleccionaba todo lo de su tierra natal, Trujillo. Mario Briceño Iragorry, ilustre trujillano, e incluso algo de José Gregorio Hernández habré leído” —
—¿Qué hiciste en Antv?
—También animaba un programa cultural, Zona Parlamentaria, en el que duré cinco años. Creo que fue la primera revista cultural nacida en el seno del Parlamento nacional. Allí comienza este andar en el medio televisivo cultural.
De ANtv A vtv
—¿en algún momento te animarías a escribir uno?
“Llegué a Contrastes a través de un casting. Estaba trabajando en la Asamblea Nacional, llegó una chica y me dijo que estaban ‘casteando’ para ese programa. Me fui a VTV y me informé. Tuve que llevar el currículum. Me llamaron para hacer el casting; justamente ese día mi hijo tenía fiebre, en la guardería, y estaba un poco preocupada porque iba a perder la oportunidad. Después, me dijeron que le estaba bajando la fiebre y aproveché un momento, me desvié y lo hice. Como a la semana me llamaron para informarme que había quedado. En menos de un mes estábamos en el aire. De eso hace ya cuatro años”.
—Ya lo intenté, escribí un poemario. Parafraseando a Neruda, se titula “Veinte poemas de amor y una madre desesperada”. Son veinte poemas para mi hijo que escribí desde que nació; aún no lo he publicado. Por ahí me dijo el presidente de Fundarte, Freddy Ñáñez, que parecen más canciones que poemas. —¿a quién has conocido en el programa que te haya impactado? —¿cuál no recomendarías? —Pienso que no debemos llegar al extremo —A Oscar D’ León, él es lo máximo. De de no recomendar libros, la gente es quien verdad, no había conocido gente con tan decide si los lee o no. No caería en esa temá- buena energía y humildad. Te podrás imatica, a lo mejor lo que a mí me gusta, a ti no ginar a un artista de su talla: “El Sonero del y vicerversa. Mundo”. Su visita fue muy grata, y no solo Caracas, 11 de mayo de 2014.
estuvo en el segmento de música, sino que aprovechó para estar en todo el programa y todo lo hacía cantando. —¿participas en la elaboración de los guiones del programa?
—La dinámica del programa consiste en reunirmos, hacer una lluvia de ideas y elegir temas. Aunque la audiencia también participa, me mandan tuits y me recuerdan temas de actualidad. Ellos, en realidad, son quienes mantienen vivo el programa. Entonces es una sinergia interesante entre todos los que trabajamos en el programa y los televidentes. “Un minuto para un libro en Contrastes” es el título de un pequeño segmento que le dedican a la lectura en el programa. “Intentamos hacerlo todos los días, en la medida que nos llegan libros. Y si algún invitado trae uno consigo, le damos ese minuto para reseñarlo”, acota María Inés. “VTV es una escuela, aprendí un mundo sobre la parte técnica. Son personas con mucha experiencia en la televisión venezolana, incluso de otras televisoras. Lo bonito de Contrastes es que nace con personas de diferentes estados, había un solo caraqueño. La diversidad cultural se da en su máxima expresión y ahora contamos con cinco productores. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
las cachapas sin harina están en la candelaria POR reinaldo gonzález d. FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza
Conseguir una cachapa tradicional y de calidad en Caracas no es cosa sencilla. Se conjugan factores como el uso abusivo de harina de trigo en la masa, la mala selección del queso (rallado o palmito en lugar de telita, de mano o guayanés, por orden ascendente de disfrute) y la inclusión de ingredientes ajenos a nuestra raigambre culinaria, como jamón (cuando no, fiambre), quesos amarillos y, quizá lo más dañino y absurdo, salsas con sabor artificial a los ingredientes que conforman la cachapa, es decir, a queso y a maíz. Un desastre para un fundamentalista de la cachapa (yo). Lo más grave es que esta aberración ha sido naturalizada por muchos vendedores, a quienes hay que decirles “solo con queso” para que no pongan a volar su “creatividad”. Por ese camino alienado y alienante, la cachapa caraqueña devendrá en panqueca amarilla de jamón y queso con las tres salsas o algo más retorcido.
En cambio, si rueda por lo menos 30 minutos y no más de dos horas sin tráfico ni exceso de velocidad desde la parte más céntrica y menos accidentada de la ciudad hacia los poblados circundantes, las opciones aumentan. El Hatillo, San Antonio de los Altos, Guarenas, Guatire y La Guaira todavía pueden alardear de buenas cachapas. El nivel sube en Galipán, El Junquito, El Jarillo y San José de los Altos. Más allá de estos límites, masa y queso pueden llegar a conformar un par dialéctico indivisible que se postula como insuperable ofrenda al paladar y al placer, es decir, en Venezuela hay excelentes cachaperos y cachaperas. Tras una degustación que considero amplia y diversa, pues abarca lugares de distintas categorías a lo largo de 15 años, apenas rescato tres puntos de la ciudad: la picó de
Las Tres Gracias (Épale CCS No 51); Cachapas Nuestra Señora de Fátima, ubicadas en el Mercado Guaicaipuro (en el cronograma de Pichones); y el Mercado de Abastecimiento de Los Palos Grandes, dispuesto todos los sábados en la 3era Avenida, entre la Francisco de Miranda y 1era Transversal... Tres puntos de la ciudad y el carrito de cachapas que se coloca de La Cruz a Candilito, más cerca de la segunda esquina, en La Candelaria. De lunes a sábado —excepto los miércoles, por ser día de parada para los comerciantes informales— se compra el queso y se prepara la masa, que no contiene ni una pizca de harina, según explica Carlos Hurtado, dueño del puesto, a diferencia de la usada por un gran número de vendedores surtidos por el principal anunciante de peleas de boxeo en cierto canal deportivo. —De mis 15 años acá, tengo
RECETARIO DEL PELABOLA
La fiesta de la lechina POR Malú Rengifo malurengifo@gmail.com
Yo no sé si todavía eso se estila pero, en mis tiempos, los padres y madres aprovechaban la aparición de cualquier muchachito con lechina para realizar un muy común experimento de epidemiología infantil: Corría el año 1991, se celebraba una boda y había un niñito enfermo. Todos sabíamos que había algo sospechoso en la complaciente actitud de padres y madres durante esa fiesta: entre miradas cómplices, sonrientes, nos convidaban a jugar con el pobre amiguito que se rascaba, con lo poquito que le quedaba de uñas, lo poquito que le quedaba de cuero. El amiguito no parecía taaan triste y, convencidos de que nuestros padres no nos dejarían correr el riesgo de Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
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cinco trabajando con esta nueva masa. —¿Y cómo te ha ido? —Estaba solo. Hoy somos cuatro. Sácalo por ahí. Esq. Candilito
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Cachapa criolla Plaza La Candelaria
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Cada cachapa es preparada al momento, de modo que su pedido no saldrá de una torre de “panquecas amarillas” tiesas o frías. Y, en contra de fundamentalismos, puede incluir pechuga de pavo, pero solo si usted lo pide; y salsas artificiales, solo si usted se las echa. La cachapa sola vale Bs. 50; con queso, 70; con queso y pechuga de pavo, 75; con doble queso, 100. Buen tamaño. Trabajan de 9:00 am a 7:00 pm. —Me gusta que el cliente, además de disfrutar la cachapa, se alimente bien —dice Hurtado, un conversador nato de temas variados, con énfasis en la inflación y el desabastecimiento. —Si me vienen a bajar los precios, no trabajo más. —¿Y si bajan los precios de los insumos? —Yo también bajo las cachapas.
enfermarnos, nos pasamos la tarde comiendo chucherías y jugando con el amiguito moteado en aquel parquecito de edificio donde se daba la fiesta. Así, asistimos al primer desengaño de nuestras cortas vidas (¡porque eso de habernos inmunizado a costa de una picazón de cuerpo que nos duraría unos cuantos y largos días era un acto de traición!), la primera pequeña especie de cadalso que se conoce como “la fiesta de la lechina”.
siete años de su vida estudiando para poder decir “¿tiene punticos y fiebre? ¡Eso es lechina!”, suele enviar una lista de medicamentos para la fiebre y el prurito que en realidad solo aliviarán un poco los síntomas del paciente, pero que no le quitarán la lechina hasta que el cuerpo le gana la batalla al virus y se inmuniza.
Cuando una abuelita sabia, de tanto haber visto muchachitos con lechina durante su larga vida, ve esa lista de remedios, da un chasquido con la lengua y nos regala un secreto que realmente alivia el ¿Qué pasó con la receta? Ya va: resulta que la lechina es uno de esos virus que, aunque te prurito, refresca el pobre cuerpecito infantil aturdido por la piquicaigas a medicamentos, ramazos o baygón, no se va hasta que se va. ña y, además, sale barato: maicena con aguardiente. Los síntomas feos (fiebre, catarro y las llaguitas y costras por todo el cuerpo) duran una semana jorobando la paciencia y la salud. Agarre a su niño o niña (que seguro andará en chorcitos y sin caPero la razón por la que se acostumbra a contagiar a propósito a los misa porque el calor le hace picar más la barriga), toitico sudao niños es porque durante la adultez el cuadro clínico suele ser más como anda, y haga el experimento: pásele suavecito por donde tenga lesiones una mezcla de maicena y aguardiente. Aunque jediondo agresivo, así que tan malos no fueron papá y mamá. a borracho, quedará refrescadito y le picará menos el cuerpo. Las Cuando un médico pesetero diagnostica la lechina, además de costricas se le secarán, se caerán solitas y no dejarán marca. Y la cobrar un realero como pago con retroactivo, por haberse pasado fiesta de la lechina solo será una anécdota graciosa que contar. Caracas, 11 de mayo de 2014.
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NOVELA
Piedra de mar (V) POR FRANCISCO MASSIANI Ilustraciones OSCAR HERNÁNDEZ
Caracas, 11 de mayo de 2014.
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28 José me pregunta: —¿Qué estás escribiendo? Y no le respondo. Es difícil escribir y hablar al mismo tiempo. Cuando escribí la pregunta, ya José estaba abriendo la puerta. Ahora lo oigo caminar por la sala. Debe estar sentado en el único sillón que dejamos en ese sitio. Los otros están escondidos en un cuarto que está al lado de la cocina. Es para evitar que algún infeliz vomite en ellos, o deje olvidado un cigarro y se queme. El viejo y la vieja de José están en Nueva York. Regresarán dentro de quince días. Lo dejaron solo, y se ha dedicado a emborracharse todos los días. José salió muy bien en sus exámenes. Los aprobó con buenas notas y los viejos le mandaron un cheque como regalo. El cheque de José es el que nos hemos comido y es el que nos permite seguir tomando. Yo aproveché para venirme con mi diario y un montón de papeles viejos a ver si escribo la novela. Pero esta gente no me ayuda. Por ejemplo, pienso en una escena maravillosa: Julia borracha corriendo por Sabana Grande y José completamente borracho detrás de ella. Julia se detiene. José la abraza. Julia se da vuelta y lo besa. José se une a ella y, desde lejos, yo los observo y escribo que son un árbol. Un árbol de carne que se mueve. De pronto, un policía aparece en escena, y les pide que dejen el relajo: se me acabó el capítulo. Es decir, por más que quiera mentir y hablar de cosas que no suceden, la misma imaginación se ve acorralada y burlada por los personajes imprevistos que acaban con la novela. También pienso en otro capítulo: José en el auto, y Julia en el auto. Esto no es mentira: José tiene un auto y Julia se lo roba a su mamá cuando puede. Bueno. Hasta aquí todo va bien. De repente el auto patina. Se sale de la autopista y se vuelve añicos. Julia con la cabeza rota y José con una pierna enyesada. Lo visito en el hospital. Le digo: —Qué hubo, viejo. José me responde: —Ahí... Y le pregunto: —Oye, ¿y Julia? Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
José, con los brazos colgando, me mira y vuelve a poner los ojos en el techo. Me sienY así una cantidad de pende- to en el suelo y le pregunto: jadas parecidas, hasta que no aguanto, arranco el papel, lo arrugo, lo vuelvo —¿Qué vas a hacer esta tarde? pelota, y lo lanzo por la ventana. Escenas. Diálogos. Cosas. En fin, cosas que pueden hacer —No sé. ¿Y tú? despertar la curiosidad de un ocioso, para que pueda el ocioso entretenerse. Y siempre termi- Responde sin mirarme. Es una pregunta no cansado. Fatigado. Asqueado de mentir y que se repite todos los días. Yo sé perfectade imaginar todo aquello que deseo hacer y no mente bien que José saldrá con Julia, a mepuedo. Por ejemplo. Exactamente. Por ejem- nos que hoy tenga deseos de bailar y buscar plo, un capítulo donde un hombre se cita con a otras muchachas. También se lo pregunto: una mujer en un café. José es el tipo y Julia la mujer. Se encuentran y hablan hasta quedarse —¿Vas a llamar al pelotón? mirando las moscas. De repente Julia dice: Pero no responde inmediatamente. Posiblemente piensa en otra cosa. Aquí se habla —Me tengo que ir. por señas. Levanta un dedo, luego me mira, y dice: Y José, desesperado: —No sé. ¿Qué crees tú?
—Julia, por favor. Y Julia:
—Leí ese libro que me prestaste. Es bueno. La verdad es que no lo leí hasta el final... Pero es bueno.
Se refiere a Hijos y amantes de Lawrence. Quizá pensaba en Clara o en Myriam. EsY entonces no puedo escribir más. Me echo toy seguro de que prefiere a Clara. Aunque en la cama o me quedo mirando fijamente Julia debe estar más cerca de Myriam que algún punto invisible del espacio, y pienso, de Clara. hasta que no sé de mí: las ideas son como papagayos. Como papagayos que están —¿Prefieres a Myriam? ¿Te gustó Myriam? sujetos a nosotros por hilos invisibles, y a veces hay demasiado viento y el viento los —Me gustó más Clara. Lo malo es que es arrastra y se los lleva lejos. Tan lejos, que una bandida. es difícil regresar y saber de mí. De este cuerpo y este nombre. De mis necesidades Ríe. Después lo veo entrar al baño. Yo me ley costumbres. Hay días en que esas ideas vanto del suelo con la máquina y me instalo se vuelven trenes, o caballos, o ciudades, o en el cuarto. La verdad es que todo lo que montañas nevadas, y es tan fácil imaginar- sucedió hace segundos y minutos, no pertelo, tan fácil vivir esas montañas y esas ciu- nece al pasado. Ni siquiera la playa. Ni tamdades, que al volver a este cuarto, la mesa, la poco ese viaje estúpido y lleno de sol por la autopista. Es el recorrido de siempre. Son las máquina, todo es insoportable. mismas palabras. Lo único que pertenece al Entonces temo que un día el hilo invisible pasado es el instante en que Carolina y yo se rompa, y quede convertido en papagayo, estábamos en la arena y yo quise hablar y no volando en el aire, sin saber nunca más de pude. Digo que es pasado, pero también es presente. La verdad es que no entiendo una mí, ni de nadie. Es horrible. papa de todo esto. Lo único que quería decir Pero en todo caso, como decía, no pude es- es que he permanecido junto a Carolina, y cribir más y me eché en la cama a pensar cada vez que meto el dedo en las teclas, o y pasé un rato sin moverme. Después me voy al baño, regreso a la playa. Veo nuevalevanté y traje la máquina de escribir para la mente a Carolina. Y Carolina no me deja casala. Estoy sentado en el suelo y la máquina minar. Sonreír. Carolina, no me dejas hacer nada. Carolina, estoy loco de remate por ti. está sobre la mesa de vidrio. —Lo siento. Palabra que lo siento.
Caracas, 11 de mayo de 2014.
29 Carolina, me gustas muchísimo. Palabra. Es una tontería lo que hiciste. No has debido reírte de mí. No lo vuelvas a hacer nunca. Es lo peor que has podido hacer conmigo. José vuelve del baño con otro vaso de ron. Este tipo se levanta y se acuesta borracho. Le vuelvo a preguntar:
Y así una cantidad de pendejadas parecidas, hasta que no aguanto, arranco el papel, lo arrugo, lo vuelvo pelota, y lo lanzo por la ventana. Escenas. Diálogos. Cosas. —
—Por fin, José. ¿Qué vas a hacer esta tarde? —No lo sé. Creo que voy a ir al cine con Julia. —... ¿Te divierte? —¿Con Julia?
—¿Qué cosa?
—Sí. Con Julia.
—¿Escribir?
—¿Cómo está?
—No.
—Muy bien.
—Entonces, ¿por qué escribes?
—Bueno. Chao. Te dejo. Estoy fastidiado. A lo mejor me voy al cine. Si quieres te rascas. ¿Me oyes?... Preocupado. Palabra que estoy preocupado. Eso no va nada bien. No sé qué voy a hacer... Y lo peor. ¿Dónde?... lo peor... ¿Dónde estará esa corbata?... Lo peor es que... qué broma... La maldita corbata. El bendito pantalón... Lo peor es que... ¿Qué te decía?
Son preguntas estúpidas. Pero necesito pre- —Porque no tengo nada que hacer —a veguntar algo. La verdad es que me siento un ces no sé si es verdad o mentira. chiflado. Le preguntaré, por ejemplo, algo que haya hecho con Julia para introducirlo —¿Seguro? en mi novela. Es posible que sea interesante: —Sí. —¿José? Se calla. Pasan segundos. Un ruido de moto. —¿Qué pasa? Después alguien habla. Después la moto. José habló. Dijo. Ya lo dijo: —No hables tan rápido. Necesito preguntarte algo: ¿qué hiciste en la mañana? —Bueno. Ya son como las tres de la tarde. Y como que me voy. —Dormí. ¿Por qué? —Sí. —¿Y después? —... qué fastidio... —No sé. Supongo que nada, ¿por qué? —¿Vas a ir al cine con... —¿Y ayer, qué hiciste? —La misma cosa, que si Julia... —¿No estuve contigo, idiota? —¿Julia? —¿Pero qué sentías ayer cuando hablábamos de literatura? ¿Dime? —Sí, ¿por qué?
—Me hablabas de Julia.
—Qué sé yo, ¿por qué lo preguntas?
—Okey.
—Por nada. ¿Y después?
—No te oigo bien —regresé a la sala. Es el único lugar fresco que hay en el departamento. —Yo a ti tampoco. Habla más alto. —Nada. Que estoy preocupado. No respondo, tengo que escribir rapidísimo para seguirlo: —Si ves a Lagartija, le dices que necesito hablar con él. —Okey. —¿Cómo? —no me oye. —Que está bien. —Y si ves al idiota de Marcos le dices que se robe una botellita. Vamos a ver si hacemos otro bonchecito mañana.
—Para escribirlo.
—No sé. Si quieres le dices al pelotón que —¿Oíste? se venga. Pero que no vomiten. Por favor, —No seas imbécil. No me digas que todavía trata de que no vomite nadie en la sala. ¿Me Ahora canta. Está cantando: “Mañana, botienes la idea de escribir esa vaina. nita mañana...”. Y ahora silba. Después lo oyes? imagino sentado y poniéndose un zapato. Supongo que ya está vestido. Esperaré a que —Exactamente. —Seguro. Caracas, 11 de mayo de 2014.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
30 salga del dormitorio, y mientras, fumaré —Si podía traerla para acá... ¿Dónde está? un cigarro. O mejor te llamo. Exactamente, Carolina. Trataré de llamarte, de hablar —¿Cómo? contigo. Ya vengo. —Nada. El dinero... Dónde lo puse... dónde Fui hasta el cuarto y marqué el número. lo puse... Qué vaina... José me preguntó: —¿Qué se te perdió? —¿A quién llamas? —El dinero. Y no grites tanto, por favor... Y no le respondí. Inmediatamente tranqué. Qué broma. ¿No sabes dónde dejé la plaNo quería que José me oyera. Ahora nueva- ta? mente sentado. José me grita: —No. —¿Qué tal está Carolina? —Aquí está. —Bien. Parece que al final la encontró. Le pregunto: —¿Cómo te fue esta mañana? —¿Qué pasó con Lagartija? —y me respon—Ahí... El imbécil de Marcos no me dejaba de: hacer nada. —¿Lo estás anotando? ¿Lo estás escribien—Sabes que Lagartija tiene un lío con su do? mujer, ¿no? —Sí —le digo. —¿Quién? —Qué imbécil eres. Ahora no te diré lo —Lagartija. que pasó. Te vas a volver loco. No sé cómo aguantas —me imagino que termina de Me habla desde la cocina. Fue a la cocina peinarse o algo así. Y ahora posiblemente a llenar el vaso de ron. Pasa por la sala. se sonríe solo frente al espejo. Llegó al cuarto. Desde ahí me habla. A veces habla demasiado rápido. A veces habla —José. demasiado alto. Por estar contando como habla no pude oír bien lo que decía. Lo —¿Qué pasa? seguiré lo más rápido posible. Le grito: —¿Te estabas peinando? —No te oí nada. —No. —Que Lagartija, vale... —¿Qué estás haciendo? —¿Qué pasa? —Deja el fastidio. —Tiene un lío con esa mujer. No tiene dinero. Empeñó la sortija y vendió un reloj. —Por favor, vale. No tiene dónde meterla. Se va a volver loco si sigue así... ¿Me oyes? —Le estoy echando talco a las bolas.
Se aleja y da un portazo. Ahora abre nuevamente la puerta y me dice:
—¿Cómo?
Continúa la próxima semana.
—Chao, cariño. Vuelve a cerrar la puerta. Pero la vuelve a abrir. —Si alguien me llama, que estoy en casa de Julia. Y otra cosa: si por fin decides irte de aquí, que sería lo mejor para todos, deja la llave en el lugar de siempre. ¿De acuerdo? —Seguro. —Bueno, chao —me dice con la puerta en el cuello. —Chao —le digo. —Que te diviertas, imbécil. —Gracias. Da otro portazo. ¿Qué diablos haré yo? ¿Te das cuenta Carolina? Es posible que no estés. Quizá estés aún en la playa. O ya llegaste. O ves televisión. Aunque es muy temprano. Lo más probable es que estés aburriéndote como una ostra, sobre tu cama, leyendo a Corín Tellado. O estás caminando por Sabana Grande. O estás leyendo a Camus. O estás leyendo a Kierkegaard, ese libro de Amor y religión que te presté. Y seguramente me dirás que es muy bueno, sin haberlo entendido, sin haber llegado a la segunda página. Porque yo tampoco llegué a la segunda página. ¿Me oyes, Carolina? Pero de todos modos, me dirás: —Es buenísimo. Y yo te diré: —Maravilloso. Es un libro oscuro. Extraño.
Y eso que nos contamos de los libros cuando no entendemos, o cuando entendemos, o qué sé yo, y ya basta. Estoy cansado. Para —Sí. Dale. Sigue. Me río y él también se ríe. Ya ves, Julia, lo colmo, me duele la cabeza. No tengo nada que hace José cuando no está contigo. Ya que decir. Nada que contar que no haya sido —Bueno. Nada. Eso es todo. Cuando tú no está aquí a mi lado y leyó lo que está escrito contado hace millones de años. estabas, me preguntó si podía... arriba.
Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
—¿Por qué escribes de mí? Caracas, 11 de mayo de 2014.
revolución mexicana
2
1
4
Ley de Arrendamientos Urbanos (s.)
Ustedes
Figura 3
3
Gobierno ejercido directamente por Dios
Símbolo Símbolo Exigir, quími- Epígrafe, Derrumquímico bar, sección co del del osmio Honda, obligar abatir actinio con profundidad
Ajustas, arreglas
Corres- Símbolo Manuponderá, químico factura, Arrebato, coraje covendrá de la plata obra
Figura 6
Figura 2
Entidad Web para Bélgica Plural de la A
Intrumento para retorcer hilos
Vagar
Letra P
Vocal repetida
Figura 1
Figura 5 Preposición inseparable
Ápice, punta de algo
Manojo de mies cortada Privado de libertad
Trabaja la tierra Voz del perro (inv.)
Acorto, abrevio
5
Quitaré los pelos Tabaco en grano
Sorteos
Símbolo químico del tantalio
Converged Deslumbrados
Brusca, bronca (inv.)
Llanura, pampa
Árbol del chocolate
Pollito: cantar
Étimo latino del Yo
Campiña, pradera A nosotros en inglés Oído en inglès
Nota musical Apócope de mamá
Pesadez, lata InforSacer- mática: archivo dote, prelado de com- Nota presión musical
Que niega la existencia de Dios (fem.) Capitán de embarcación árabe
Uno de los colores de la bandera
Hilo malo
Policía nazi
Arroba en inglés Sustancia espiritual
Flanco
Bóvido salvaje
Baile
Mango Figura central
Dígito del sist. de núm. binario
Única, sola
Oxead, espantad aves
Despiadado
Exceptúa, descarta
Figura 4
Voz de arrullo
Reunión de una Elemen- corporato que ción forma parte de un dato
Deserté, abandoné (inv.)
Bananos
6
Bolivia, tontería
Acoplado, enlazado
Junior
Letra C
Escaramujos
Risa Desnudará, despojará
Dios del Sol
C
LA RANA PLATANERA
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POR NATALY SANOJA
laranaplatanera2012@gmail.com
“La burguesía quiere negocios que la minoría científica no ha de darle. El proletariado, por su parte, quiere bienestar económico y dignificación social por medio de la toma de posesión de la tierra y la organización sindical, a lo que se oponen por igual el gobierno y los partidos burgueses”. Ricardo Flores Magón
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
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32
CUENTOS DEL ARAÑERO
Éxitos de siempre POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón MELANY PÉREZ
Por ahí conseguí a mi hija María, hace unos días, muerta de la risa, pero muerta de la risa. “María, ¿de qué tanto tú te ríes?”. “Papá, que estoy oyendo el último disco grabado por ti”. “¿Cómo?” “Sí, Éxitos de ayer de Chávez”. La Teresita Maniglia ha montado un disco, vale, como yo canto en estos programas. Yo canto muy mal, pero créanme que lo hago igual. No importa. Entonces la Teresita grabó y aparecen unas rancheras. ¡Ah! que yo cantaba no sé qué más, entonces yo canto una ranchera, “México lindo y querido”, y ella le pone música de fondo. De repente estoy cantando yo, pero pésimo, y además, para mayor agresión le da continuidad a la canción en la voz de Vicente Fernández. ¡Imagínate!, el contraste entre Vicente Fernández y el desastre de mis canciones. Bueno, y las canciones llaneras y no sé qué más. Por ahí anda ese disco, Éxitos de Siempre, Hugo Chávez. Y María muerta de la risa.
La felicidad “La felicidad ja ja ja, me la dio tu amor, jo jo jo jo”. ¿Quién cantaba esa canción? Hoy vuelvo a cantar gracias al amor y todo gracias al amooor… ¿quién cantaba esa canción? Cómo no te vas a acordar, Yadira, que tampoco tú eres de los años 80. Y “Claveles de Galipán”: “Con los claveles Galipán, con los claveles Galipán, ahí van. Son los claveles que se dan en Galipán”. Oye vale, yo viví. Esa es la alegría propia de nuestro pueblo. Allá los amargaos que andan todo el tiempo con la cara así y no sé qué más y ¡fuera Chávez! Qué cosa ser amargao, da úlcera y quita el sueño. Creo que produce hasta impotencia la amargura. Sí, eso está escrito, pregúntenle a los médicos. Pregúntenle a Bianco que él ha hecho estudios de eso y que tiene todos los sábados en la noche un programa en la televisión: “Con sexo”. Hay que verlo y tomar notas. “La felicidad ja ja ja ja, me la dio tu amor, jo jo jo jo”. A veces ponen unos programas en algunas emisoras de música romántica y te dicen, con una música de fondo: “A continuación vamos a deleitarnos con una canción de esas que arrancan el corazón”. Y entonces ponen una canción que dice: “Estoy en el rincón de una cantinaaa. Oyendo la canción que yo pedí. Me están sirviendo ahorita mi tequila y ahí va mi pensamiento rumbo a ti”. O esa otra que dice, todo romanticona: “Parece que fue ayer, eras mi novia y te llevaba de mi brazo. Parece que fue ayer, cuando dormido yo soñaba en tu regazo. Soy tan feliz, pues sigues siendo de mi vida la fragancia. En nuestro amor nunca ha existido la distancia, que Dios te guarde por hacerme tan feliz”. Bueno pues, ponen esas canciones y entre una y otra meten el venenito. Es azul, el amor es azul. Las muchachas no saben de eso, es cosa de viejos, ja ja ja. ¡Hay Dios mío! “Soy tan feliz, pues sigues siendo de mi vida la fragancia. En nuestro amor nunca ha existido la distancia, que Dios te guarde por hacerme tan feliz”. Edición Número Setenta y nueve. Año 02. ÉPALE CCS
Me gusta mucho esa otra, “Candilejas”, es otra época, el siglo pasado. Ustedes no saben nada de eso porque no habían nacido: “Entre Candilejas te adoré, entre candilejas yo te amé. Aunque sé que nunca volverás, entre candilejas yo te amé, entre candilejas te adoré. La felicidad que diste a mi vivir se fue, no volverá, nunca jamás, lo sé muy bien. Y aunque sé que nunca volverás yo te esperaré en aquel lugar…”. ¡Sí al amor! Es más que amor, frenesí.
Caracas, 11 de mayo de 2014.